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El divorcio fundamentado en el 185 CC Causales: El divorcio, en todos esos casos, se concibe como una sanción impuesta por el Juez,

al cónyuge culpable, a solicitud del cónyuge inocente, que es el único que puede
demandar el divorcio. Son causas inspiradas en la concepción del divorcio como una solución.

1. El adulterio: Para que haya adulterio es menester que concurra el elemento material, representado por el acto carnal o cópula realizado por una persona casada con persona diferente a su cónyuge, y el elemento intencional,
que consiste en que el acto se ejecute voluntaria y conscientemente.

2. Abandono voluntario: consiste en el incumplimiento grave, voluntario e injustificado, de los deberes conyugales (deberes de asistencia, de socorro, de convivencia). Para que se configure la causal de abandono voluntario, es
menester que la transgresión de las obligaciones conyugales sea grave, voluntaria e injustificada.

3. Excesos, sevicia e injuria grave que hagan imposible la vida en Común: Se entiende por excesos, los actos de violencia o de crueldad realizados por un cónyuge en contra del otro y que comprometan la salud y hasta la vida
de éste. Sevicia es el maltrato material que, aunque no hace peligrar la vida de la víctima, hace imposible la convivencia entre los esposos. Injuria es el agravio, la ofensa, el ultraje inferidos mediante expresión proferida o
acción ejecutada por un cónyuge en deshonra, desprestigio o menosprecio del otro cónyuge. Injuria, como causal de divorcio es lo que un cónyuge dice, hace o escribe con la intención de deshonrar, afrentar, desacreditar o
envilecer al otro cónyuge.

4. El conato de uno de los cónyuges para corromper o prostituir al otro cónyuge, o a sus hijos, así como la connivencia (Tolerancia) en su corrupción o prostitución: Se entiende por conato el inicio de una acción que no llega a
realizarse plenamente. En consecuencia, para que un cónyuge incurra en esta causal de divorcio no es preciso que haya realizado plenamente la corrupción, perversión o depravación del otro cónyuge o de sus hijos, o su
prostitución. Basta con que se haya iniciado la realización de actos encaminados a lograr tal propósito.

5. La condenación a presidio: La pena de presidio es la más grave de todas las previstas en nuestra legislación; la condenación a presidio de un cónyuge, implica la comisión de un delito gravísimo, por lo que constituye violación
grave del deber de asistencia conyugal. Para que pueda invocarse como causal de divorcio la condenación a presidio, es necesario que exista sentencia definitiva y firme.

6. La adicción alcohólica u otras formas graves de fármaco-dependencia que hagan imposible la vida en común: para serlo, requieren habitualidad, incapacidad del adicto, que por eso precisamente lo es, de resistirse al consumo
de tales substancias (alcohol u otras drogas).

7. La interdicción por causa de perturbaciones psiquiátricas graves que imposibiliten la vida en común: Esta causal fue introducida por la Ley de Reforma Parcial del Código Civil que entró en vigencia el 26 de julio de 1982,
antes no existía. Ha sido muy discutida esta causal. es contraria al deber que existe entre los esposos, precisamente por serIo, de socorrerse mutuamente y de compartir la vida entera. El Código Civil vigente dispone que en los
casos de divorcio por esta causal de interdicción por perturbaciones psiquiátricas graves, el Juez no lo decretará sin antes procurar la manutención y el tratamiento médico del enfermo. Pero es que en caso de enfermedad mental,
más importante que la ayuda material es el apoyo afectivo, la ayuda, la preocupación constante por el bienestar del enfermo que debe darle a éste su cónyuge, antes que nadie. Y, si la vida en común con el perturbado mental
pudiere llegar a constituir peligro para el cónyuge sano, puede éste solicitar al Juez competente, autorización para separarse de la residencia común.

Doctrina jurisprudencial que interpreta el art 185 carmen Zuleta de merchan

Mediante Sentencia Nro. 693 del 2 de junio de 2015, la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, con ponencia de la Magistrada Carmen Zuleta de Merchán, efectuó interpretación constitucional, con carácter
vinculante, del artículo 185 del Código Civil Venezolano y determinó que las causales de divorcio allí previstas son enunciativas y no taxativas. Al respecto, la Sala estableció que “…cualquiera de los cónyuges podrá demandar
el divorcio por las causales previstas en dicho artículo o por cualquier otra situación que estime impida la continuación de la vida en común, en los términos señalados en la sentencia Nro. 446/2014, ampliamente citada en este
fallo; incluyéndose el mutuo consentimiento”. A criterio de la Sala, la previsión del artículo 185 del Código Civil, que prevé una limitación al número de las causales para demandar el divorcio, es contraria al ejercicio de los
derechos contenidos en la Constitución, ya que resulta insostenible el mantenimiento de un numerus clausus de las causales válidas para accionar el divorcio frente a la garantía de los derechos fundamentales del ciudadano al
libre desenvolvimiento de la personalidad y a la tutela judicial efectiva.

Dicho lo anterior, la Sala estableció que: “(…) los cónyuges cuyos hijos sean menores de edad que de mutuo acuerdo deseen divorciarse, acudirán ante el Tribunal de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes en función de
sustanciación y mediación del lugar donde hayan establecido su último domicilio conyugal y, previo acuerdo igualmente, expreso e inequívoco, de las instituciones familiares que les son inherentes, para solicitar y obtener, en
jurisdicción voluntaria, una sentencia de divorcio”.

“En consecuencia (…) se deberán tramitar las solicitudes de divorcio de mutuo consentimiento que presenten ambos cónyuges, sin más exigencias que el acta de matrimonio y de nacimiento de los niños, niñas y adolescentes
de que se trate, así como el acuerdo previo de los cónyuges acerca de las instituciones familiares, esto es, lo relativo a la responsabilidad de crianza del o los menores de edad que hubiesen procreado, la responsabilidad de
crianza y custodia, obligación de manutención y régimen de convivencia familiar, a efectos de que sean evaluados por el Juez de niños, niñas y adolescentes y determinar si son convenientes para los niños niñas y adolescentes
de que se trate y conferir homologación, en caso de que no lo sea, el Juez o Jueza ordenará su corrección (…)”. Finalmente, la Sala exhortó al Poder Legislativo nacional a que emprenda una revisión de la regulación vigente
en materia de divorcio a los fines de sistematizar los criterios jurisprudenciales dictados por la dicha Sala Constitucional.

Doctrina jurisprudencial sobre el divorcio por desafecto o desamor Guillermo blanco

Extracto: “En ese orden de ideas, esta Sala de Casación Civil acoge los criterios doctrinales y jurisprudenciales antes citados, especialmente la sentencia N° 1070 dictada con carácter vinculante por la Sala Constitucional en
fecha 9 de diciembre de 2016, y concluye que cualquiera de los cónyuges que así lo desee, podrá demandar el divorcio por las causales previstas en el artículo 185 del Código Civil, o por cualquier otro motivo, como la
incompatibilidad de caracteres o desafecto, sin que quepa la posibilidad de que manifestada la ruptura matrimonial de hecho, se obligue a alguno de los cónyuges a mantener el vínculo jurídico cuando éste ya no lo desea, pues
de lo contrario, se verían lesionados derechos constitucionales como el libre desenvolvimiento de la personalidad, la de adquirir un estado civil distinto, el de constituir legalmente una familia, y otros derechos sociales que son
intrínsecos a la persona.

“…OMISSIS…” b) Separación de hecho por más de 5 años, desafecto y/o incompatibilidad de caracteres (Artículo 185-A del Código Civil) Cuando uno de los cónyuges manifieste la incompatibilidad de caracteres o el
desafecto para con el esposo o la esposa, el procedimiento de divorcio no requiere de un contradictorio, ya que es suficiente el deseo de no seguir en matrimonio por parte del cónyuge solicitante para que se decrete el divorcio,
en armonía con los preceptos constitucionales y las sentencias vinculantes supra desarrolladas, pues es evidente que el libre desarrollo de la personalidad como parte del derecho a la libertad, definen un espacio de autonomía
individual, de inmunidad, frente al poder estatal, cuya interdicción sólo procede bajo causas específicas.

Entonces, cuando la causal de divorcio verse sobre el desamor, el desafecto o la incompatibilidad de caracteres, el procedimiento a seguir será el de la jurisdicción voluntaria, establecido en los artículos del 895 al 902 del
Código de Procedimiento Civil, ordenando la citación del otro cónyuge (quien deberá comparecer representado o debidamente asistido de abogado) y del Fiscal del Ministerio Público, pues una vez expresada en los términos
descritos la voluntad de disolver la unión matrimonial “…debe tener como efecto la disolución del vínculo…”. Así lo refleja la sentencia 1070/2016 supra transcrita de la Sala Constitucional, procedimiento en el cual fue
suprimida la articulación probatoria, ya que tal manifestación no puede depender de la valoración subjetiva que haga el Juez de la entidad de la razón del solicitante.

Comentario de Acceso a la Justicia: La Sala establece su criterio sobre el carácter enunciativo de las causales de divorcio e incluye cualquier otro motivo, como la incompatibilidad de caracteres y el desafecto; así como el
procedimiento de divorcio por separación de hecho con efecto de cosa juzgada, sin que exista la posibilidad de obligar a los cónyuges a mantener el vínculo, pues en caso contrario habría violación al derecho constitucional al
libre desenvolvimiento de la personalidad.

Divorcio por el art 185-a doctrina jurisprudencial que regula el procedimiento

El carácter contencioso del procedimiento que nos ocupa en el caso presente, encuentra respaldo en el pronunciamiento de la sentencia de la Sala Constitucional N° 446 del 14.05.2014 que copiamos a continuación: “Lo anterior
descansa sobre un pilar fundamental, que es la comprobación de la ruptura fáctica del deber de vida en común de los cónyuges por un lapso mayor a cinco (5) años, aspecto que corresponde ser dilucidado de forma sumaria a
través del cauce procedimental contenido en el mismo y en la forma que mejor convenga a los intereses del proceso, asegurando la consecución de la justicia material. Ello es lo que permite así calificar el carácter potencialmente
contencioso del proceso estatuido en el artículo 185-A del Código Civil, a través del cual se declara el divorcio cuando es solicitado por uno de los cónyuges aduciendo la ruptura fáctica del deber de vida en común por un lapso
mayor a cinco (5) años; pues como ya se ha dicho, puede surgir la situación según la cual, el cónyuge que no propuso la solicitud, en ejercicio del derecho de acción (desde el punto de vista pasivo, por haber sido citado y
llamado a contestar la solicitud contra él dirigida), puede perfectamente oponer, negar contradecir los hechos sostenidos por el solicitante.” Entonces, es claro que cuando el cónyuge que no propone la solicitud, contradice los
hechos, el procedimiento se convierte en contencioso. Sin embargo, la recurrida no lo entiende así y sostiene lo contrario.

Mediante sentencia número 446 del 15 de mayo de 2014, la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia (SC/TSJ), con ponencia del Magistrado Arcadio Delgado Rosales, interpretó el articulo 185-A del Código Civil
modificando el procedimiento de divorcio previsto en el.

La Sala analizó el contenido del artículo 185-A, indicando que: “La norma en cuestión regula lo referido a la figura del divorcio, bajo el especial supuesto según el cual, producto de la ruptura de la “vida en común” se genera
la separación de hecho alegada por alguno de los cónyuges por más de (5) años, procediendo la declaratoria del mismo, siempre y cuando el otro cónyuge convenga en ello y no exista negativa del mismo u objeción por parte
del Ministerio Público”. Sobre la necesidad de la apertura de una articulación probatoria en el procedimiento establecido en el artículo 185-A, la Sala señalo que: “Ante la negativa del hecho de la separación por parte del
cónyuge demandado prevista en el artículo 185-A del Código Civil, el juez que conoce la pretensión debe abrir una articulación probatoria para constatar si es cierto lo que señala el solicitante, la cual será la del artículo 607
del Código de Procedimiento Civil, ya que ante un caso de igual naturaleza: la petición de conversión de la separación de cuerpos por mutuo consentimiento en divorcio, el Código de Procedimiento Civil en su artículo 765
prevé que si citado el cónyuge que no solicitó la conversión, éste alegare reconciliación, se abrirá la articulación probatoria del artículo 607 del Código de Procedimiento Civil para que se pruebe la reconciliación, habiendo
quedado ya probada la suspensión de la vida en común con el decreto judicial que autoriza la separación de cuerpos

(…) La diferencia es que en el caso de la conversión de la separación de cuerpos en divorcio, la carga de la prueba de la reconciliación la tiene quien la invocó, y en el caso del mencionado artículo 185-A, la carga de la prueba
de la separación de hecho prolongada la tiene quien solicita el divorcio”.
Si bien es cierto que la doctrina y la jurisprudencia venían reiterando de forma pacifica que este procedimiento es de jurisdicción voluntaria o graciosa, la Sala modificó este criterio indicando su carácter contencioso y al
respecto señaló:

“Lo anterior descansa sobre un pilar fundamental, que es la comprobación de la ruptura fáctica del deber de vida en común de los cónyuges por un lapso mayor a cinco (5) años, aspecto que corresponde ser dilucidado de forma
sumaria a través del cauce procedimental contenido en el mismo y en la forma que mejor convenga a los intereses del proceso, asegurando la consecución de la justicia material. Ello es lo que permite así calificar el carácter
potencialmente contencioso del proceso estatuido en el artículo 185-A del Código Civil, a través del cual se declara el divorcio cuando es solicitado por uno de los cónyuges aduciendo la ruptura fáctica del deber de vida en
común por un lapso mayor a cinco (5) años; pues como ya se ha dicho, puede surgir la situación según la cual, el cónyuge que no propuso la solicitud, en ejercicio del derecho de acción (desde el punto de vista pasivo, por haber
sido citado y llamado a contestar la solicitud contra él dirigida), puede perfectamente oponer, negar y contradecir los hechos sostenidos por el solicitante.

Ahora bien, este carácter potencialmente contencioso del proceso de divorcio consagrado en la norma contenida en el artículo 185-A del Código Civil, se erige sobre la base según la cual, cada parte tiene la carga de probar sus
respectivas afirmaciones de hecho, razón por la cual, adquieren importancia las manifestaciones del derecho constitucional a la prueba que informa a todo proceso judicial”

Finalmente, la Sala ordenó la publicación íntegra del fallo en la Gaceta Judicial y la Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela, en cuyo sumario deberá indicarse lo siguiente: b“Si el otro cónyuge no compareciere
o si al comparecer negare el hecho, o si el Fiscal del Ministerio Público lo objetare, el juez abrirá una articulación probatoria, de conformidad con lo establecido en el artículo 607 del Código de Procedimiento Civil, y si de la
misma no resultare negado el hecho de la separación se decretará el divorcio; en caso contrario, se declarará terminado el procedimiento y se ordenará el archivo del expediente”.

Separación de cuerpos: Establece el artículo 188 del Código Civil que la separación de cuerpos suspende la vida en común de los casados. En este caso para que surta efectos la separación de cuerpos, la pareja, en forma
conjunta, por su propia voluntad y sin ningún tipo de coacción debe solicitar mediante un escrito ante el juez de primera instancia en lo civil, en caso de no tener hijos, o que estos sean mayores de edad, o ante un tribunal de
protección del niño, niña y el adolescente, en caso de tener hijos menores de dieciocho años, debidamente asistidos por un abogado de su confianza, que se conceda la separación de cuerpos. Una vez que la autoridad judicial
conceda la separación de cuerpos libera a los cónyuges de la responsabilidad de convivir.

La separación de cuerpos no es una situación definitiva y hasta tanto no se declare el divorcio la pareja puede reconciliarse en cualquier momento sin necesidad de un documento o autorización. En la mayoría de los casos, este
mecanismo es el más recomendable ya que la espera de un año ayuda a calmar las cosas antes de llegar al estado de un divorcio definitivo. Por otro lado, durante el año de separación algunas parejas encuentran la forma de
salvar su matrimonio. El transcurso de más de un año después de declarar la separación dé cuerpos sin haber ocurrido en dicho lapso la reconciliación de los cónyuges para que se pueda solicitar el divorcio en este caso es
menester que concurran los requisitos siguientes: 1) Que exista entre los cónyuges separación legal de cuerpos declarada por decreto judicial (separación por mutuo consentimiento o consensual). 2) Que haya transcurrido,
contado a partir de la declaración de separación de cuerpos, más de un año. 3) Que durante ese lapso no haya habido reconciliación entre los cónyuges.

El aparte único del Art. 765 del C.P.C. vigente preceptúa: "Si se alegare la reconciliación por alguno de los cónyuges. la incidencia se resolverá conforme a lo establecido en el artículo 607 de este Código", y el Art. 607 C.P.C.
dispone: "Si por resistencia de una parte a alguna medida legal del Juez, o por abuso de algún funcionario, o por alguna necesidad del procedimiento, una de las partes reclamare alguna providencia el Juez ordenará en el mismo
día que la otra parte conteste en el siguiente, y hágalo ésta o no, resolverá a más tardar dentro del tercer día, lo que considere justo; a menos que haya necesidad de esclarecer algún hecho, caso en el cual abrirá una articulación
por ocho días sin término de distancia.

La Separación de Cuerpos Contenciosa procede por las mismas causales del artículo 185 del CC. En éste caso el Procedimiento de Separación se intenta por demanda y se tramita en juicio al igual que el divorcio. DE LA
SEPARACIÓN DE CUERPOS POR MUTUO CONSENTIMIENTO desde el art 762 cpc.

Uniones estables de hechos, doctrina jurisprudencial que interpreta el art 77 constitucional

La unión estable de hecho, es la cohabitación o vida en común, elemento que puede ser sustituido por la convivencia en visitas constantes, socorro mutuo, ayuda económica reiterada, vida social conjunta, e hijos, entre un
hombre y una mujer, sin impedimentos para contraer matrimonio, tal unión será con carácter de permanencia (dos años mínimo), y que la pareja sea soltera, formada por divorciados o viudos entre sí o con solteros, sin que
existan impedimentos dirimentes que impidan el matrimonio. Y para reclamar posibles efectos civiles del matrimonio es necesario que una sentencia definitivamente firme la reconozca, siendo la relación excluyente de otras
con iguales características. Así lo expresa la Sala del TSJ. ELEMENTOS: 1)Unidad: Pues al igual que el matrimonio, implica que solo se puede existir una unión entre un solo hombre y una sola mujer, para ser considerada
como válida. 2) Consentimiento: Se fundamenta en el acuerdo entre los unidos de tomarse como pareja, entre ellos y ante los demás, no siendo necesaria la convivencia bajo el mismo techo. 3) Perpetuidad: La unión también
implica permanencia en el tiempo y debe ser mínimo dos años. 4) Formalidad No esta sujeto a formas legales, solo que aquel que lo alegue debe probarlo y ha de ser declarado o reconocido para que surta efectos, mediante
sentencia definitivamente firme. 5) Disolubilidad: Pues puede quedar disuelto por el acuerdo de voluntades y si alguno de los unidos desea reclamar bienes debe establecerse en la sentencia la fecha de inicio de la relación y la
fecha de terminación de la misma.

La Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, en sentencia N° 1682, del 15 de julio de 2005, caso Carmela Mampieri Giuliani, interpretó el contenido del artículo 77 constitucional con carácter vinculante, así como
lo previsto en el artículo 767 del Código Civil, señalando, en cuanto a la figura relativa a la “unión estable de hecho” lo que de seguidas se transcribe: (…) El concubinato es un concepto jurídico, contemplado en el artículo 767
del Código Civil, y tiene como característica –que emana del propio Código Civil- el que se trata de una unión no matrimonial (en el sentido de que no se han llenado las formalidades legales del matrimonio) entre un hombre
y una mujer solteros, la cual está signada por la permanencia de la vida en común (la soltería viene a resultar un elemento decisivo en la calificación del concubinato, tal como se desprende del artículo 767 de Código Civil y 7,
letra a) de la Ley del Seguro Social). Se trata de una situación fáctica que requiere de declaración judicial y que la califica el juez, tomando en cuenta las condiciones de lo que debe entenderse por una vida en común. Además
de los derechos sobre los bienes comunes que nacen durante esa unión (artículo 767 eiusdem), el artículo 211 del Código Civil, entre otros, reconoce otros efectos jurídicos al concubinato, como sería la existencia de la
presunción pater ist est para los hijos nacidos durante su vigencia.

Dado lo expuesto, para la Sala es claro que actualmente el concubinato que puede ser declarado tal es aquel que reúne los requisitos del artículo 767 del Código Civil, y él viene a ser una de las formas de uniones estables
contempladas en el artículo constitucional, ya que cumple los requisitos establecidos en la ley (Código Civil), para ser reconocido como tal unión. Por ahora –a los fines del citado artículo 77-el concubinato es por excelencia
la unión estable allí señalada, y así se declara. Lo anterior no significa que la ley no pueda tipificar otros tipos de relaciones entre hombres y mujeres como uniones estables a los efectos del artículo 77 constitucional, tomando
en cuenta la permanencia y notoriedad de la relación, cohabitación, etc. (…) “Unión estable de hecho entre un hombre y una mujer”, representa un concepto amplio que va a producir efectos jurídicos, independientemente de la
contribución económica de cada uno de los unidos en el incremento o formación del patrimonio común o en el de uno de ellos, siendo lo relevante para la determinación de la unión estable, la cohabitación o vida en común,
con carácter de permanencia, y que la pareja sea soltera, formada por divorciados o viudos entre sí o con solteros, sin que existan impedimentos dirimentes que impidan el matrimonio.

Pero como, al contrario del matrimonio que se perfecciona mediante el acto matrimonial, recogido en la partida de matrimonio, no se tiene fecha cierta de cuándo comienza la unión estable, ella debe ser alegada por quien tenga
interés en que se declare (parte o tercero) y probada sus características, tales como la permanencia o estabilidad en el tiempo, los signos exteriores de la existencia de la unión (lo que resulta similar a la prueba de la posesión de
estado en cuanto a la fama y el trato, ya que la condición de la pareja como tal, debe ser reconocida por el grupo social donde se desenvuelve), así como la necesidad de que la relación sea excluyente de otra de iguales
características, debido a la propia condición de la estabilidad. Si la unión estable se equipara al matrimonio, y la bigamia se encuentra prohibida, a juicio de esta Sala es imposible, para que ella produzca efectos jurídicos, la
coexistencia de varias relaciones a la vez en igual plano, a menos que la Ley expresamente señale excepciones. Ahora bien, corresponde conforme al artículo 77 constitucional, a la reserva legal la regulación de las otras uniones
estables diversas al concubinato y, por ello, le está a la Sala vedado, aun por la vía de la jurisdicción normativa, realizar la tipificación de estas otras uniones, y así se declara. (Omissis). En la actualidad, es necesaria una
declaración judicial de la unión estable o del concubinato; dictada en un proceso con ese fin; la cual contenga la duración del mismo, lo que facilita, en caso del concubinato, la aplicación del artículo 211 del Código Civil, ya
que la concepción de un hijo durante la existencia del mismo, hace presumir que el concubino es el padre del hijo o hija, por lo que la sentencia declarativa del concubinato debe señalar la fecha de su inicio y de su fin, si fuera
el caso; y reconocer, igualmente, la duración de la unión, cuando ella se ha roto y luego se ha reconstituido, computando para la determinación final, el tiempo transcurrido desde la fecha de su inicio.

En relación con las uniones estable de hecho, la Sala Constitucional de este Alto Tribunal, mediante sentencia número 1682, de fecha 15 de julio de 2005, caso: C.M.G., interpretó los artículos 767 del Código Civil y 77 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, con carácter vinculante, y en este sentido, puntualizó lo siguiente: “…actualmente el concubinato que puede ser declarado tal es aquel que reúne los requisitos del artículo
767 del Código Civil, y él viene a ser una de las formas de uniones estables contempladas en el artículo constitucional, ya que cumple los requisitos establecidos en la ley (Código Civil), para ser reconocido como tal unión. Por
ahora –a los fines del citado artículo 77- el concubinato es por excelencia la unión estable allí señalada, y así se declara. Lo anterior no significa que la ley no pueda tipificar otros tipos de relaciones entre hombres y mujeres
como uniones estables a los efectos del artículo 77 constitucional, tomando en cuenta la permanencia y notoriedad de la relación, cohabitación, etc. y, por ello, el Proyecto de Ley Orgánica de Protección a la Familia, la
Maternidad y la Paternidad, discutida en la Asamblea Nacional, en los artículos 40 al 49, desarrolla las uniones estables de hecho, como una figura propia mientras que el concubinato como figura distinta a la anterior, fue
desarrollado en los artículos 50 al 53

Requisitos de procedencia UEH

1) Unión entre un solo hombre y una sola mujer: debe ser una unión monogámica y heterosexual, puesto que nuestra legislación no permite la poligamiao la poliandria. El requisito que ninguno de los concubinos no esté casado
se deriva tanto del artículo 767 del Código Civil cuando establece: “Lo dispuesto en este artículo no se aplica si uno de ellos está casado”. Por ende, la unión estable de hecho no será reconocida como tal si alguno de sus
miembros es cónyuge de un tercero. Ahora bien, la citada sentencia N° 1682, trajo a colación la posibilidad del denominado “concubinato putativo”, siendo que en el caso de que uno de los sujetos se encuentre casado, se ha
afirmado la posibilidad de una comunidad ordinaria o sociedad, ya que no es admisible la existencia de que se reconozcan los efectos patrimoniales de la unión, a saber la comunidad concubinaria.

2) Falta de impedimentos dirimentes para contraer matrimonio. Se ha entendido como impedimentos dirimentes aquellas “prohibiciones legales para la celebración del matrimonio entre personas capaces, que impiden la
formación legal del vínculo y que si son violadas determinan la nulidad absoluta del acto matrimonial”

3) Tratamiento recíproco de marido y mujer: Una de las características del concubinato es que los concubinos se concedan el trato de marido y mujer, o uno semejante. “Es necesario y de allí la similitud con el matrimonio, que
la pareja se propicie el trato recíproco de marido y mujer. De tal suerte, que, aunque no se presenten como ‘cónyuges’, se ofrezcan entre sí un trato equivalente.

4) Unión espontánea y libre: este requisito permite tener en cuenta los orígenes de la UEH, es decir, que la misma surge de manera libre o voluntaria esto es si coacción, ambos convivientes manifiestan su voluntad de vivir en
común a través de hechos.
5) estabilidad:

Página del CNE : Las personas que mantengan entre si una unión estable de hecho, deberán acudir a las Oficinas o Unidades de Registro Civil a los fines de manifestar tal situación al Registrador o Registradora Civil, para su
inscripción en el Registro Civil. Requisitos para el Registro de Uniones Estables de Hecho

 Original y copia fotostática de la Cédula de Identidad de los declarantes y de dos testigos mayores de edad.
 Documento que acredite la disolución de vínculo matrimonial o unión estable de hecho anterior, si es el caso.
 Acta de nacimiento de los hijos e hijas que se van a reconocer en el acto.
 Autorización de los representantes legales, en caso de adolescentes, mujer mayor de 14 años de edad y varón mayor de 16 años de edad. Cuando no exista acuerdo entre los representantes, procederá la autorización del
Tribunal de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes.

De las Uniones Estables de Hecho *Inscripción Artículo 117. Las uniones estables de hecho se registrarán en virtud de: 1. Manifestación de voluntad. 2. Documento auténtico o público. 3. Decisión judicial.

*Manifestación de voluntad Artículo 118. La libre manifestación de voluntad efectuada entre un hombre y una mujer, declarada de manera conjunta, de mantener una unión estable de hecho, conforme a los requisitos establecidos
en la ley, se registrará en el libro correspondiente, adquiriendo a partir de este momento plenos efectos jurídicos, sin menoscabo del reconocimiento de cualquier derecho anterior al registro.

*Decisión judicial Articulo 119. Toda decisión judicial definitivamente firme que declare o reconozca la existencia de una unión estable de hecho, será insertada en el Registro Civil. Los jueces y juezas de la República
Bolivariana de Venezuela deberán remitir copia certificada de la decisión judicial definitivamente firme a las Oficinas Municipales de Registro Civil, para su inserción en el libro correspondiente.

*Contenido del acta Artículo 120. Las actas de las uniones estables de hecho, además de las características generales, deberán contener: 1. Identificación completa de las personas que declaran la unión estable de hecho. 2.
Identificación completa de los hijos e hijas, número, año y oficina de las respectivas inscripciones de nacimiento, si estuvieren inscritos. 3. Identificación completa de los hijos e hijas que se hayan reconocido en el acto; el
número, año y oficina de las respectivas actas de nacimiento, si estuvieren inscritos. 4. Identificación del poder especial si la unión estable de hecho se inscribe por medio de apoderado o apoderada. 5. Manifestación expresa de
las personas de mantener la unión estable de hecho. 6. Indicación de la fecha a partir de la cual se inició la unión estable de hecho. 7. Mención expresa del estado civil de las personas que declaran la unión estable de hecho, que
en ningún caso podrán ser casadas, ni mantener

registrada otra unión estable de hecho. 8. Autorización de los padres o representantes, en los casos de adolescentes. 9. La firma del registrador o registradora civil, las personas que declaran la unión estable de hecho y los
testigos. En caso de personas con discapacidad auditiva o visual, la declaración se hará constar por escrito. Si éstos no pudieren hacerlo, se formulará la declaración através de la lengua de señas venezolanas.

Jurisprudencia doctrinaria de la sala de casación penal de la desaplicación o derogatoria del adulterio

Sentencia Nº 738 Fecha: 11/08/2016 Caso: Recurso de nulidad interpuesto por ENID BEATRIZ MÉNDEZ RÍOS contra el artículo 394 del Código Penal Venezolano. Decisión: Con lugar la demanda de nulidad, y por lo tanto
nulos los artículos 394 y 395 del Código Penal. Extracto: “Así, para ser adultera basta que la esposa tenga relaciones sexuales, aunque fuere por un instante, con un hombre que no es su marido, pero para que este último, que
además “legalmente” está exento de tal apelativo, sea considerado incurso en el delito de concubinato notorio en casa conyugal o fuera de ella, es necesario que mantenga concubina en la casa conyugal, o también fuera de ella,
en condición de notoriedad pública, caso en el que a diferencia de la mujer adúltera no sería castigado con prisión de seis meses a tres años (art. 394) sino solamente con prisión de tres a dieciocho meses, produciendo además
“la pérdida del poder marital”, y, en el caso de la “concubina” en cuestión, será penada con una pena inferior al hombre, es decir, con prisión de tres meses a un año -probablemente porque no es casada (salvo en el caso de que
esa “concubina” sea además “adultera” por esta válidamente casada, caso en el que su conducta también encuadraría en el tipo del artículo 394, incurriendo en una concurrencia de delitos -probablemente calificada de forma
general con una concurrencia “ideal” de hechos punibles, aun cuando desde una perspectiva axiológica y teleológica -no meramente fáctica- se aproxime más a un concurso real de delitos-).

Como puede apreciarse, si el artículo 394 prevé que la mujer adúltera será castigada con prisión de seis meses a tres años, y que la misma pena es aplicable al coautor del adulterio, en el estado actual del pensamiento cabría
esperar que subsiguientemente se disponga, por ejemplo, que el hombre “adúltero” será castigado con prisión de seis meses a tres años, y que la misma pena es aplicable a la coautora del adulterio; sin embargo, por diversas
razones que han venido siendo expuestas y otras que se desarrollaran a continuación, ello no es así. Es evidente que a diferencia del adulterio stricto sensu o adulterio de la mujer, que en el contexto del Código Penal está dirigido
a tutelar fundamentalmente la fidelidad sexual conyugal, así como los valores e intereses asociados a ello, el adulterio del hombre o, para ser más precisos, el mantenimiento notorio de “concubina” o “manceba” en casa
conyugal, requiere para su comisión mucho más que un simple y fugaz encuentro sexual, lo que sería suficiente para considerar que se protege la fidelidad, sino que amerita una especie de adulterio permanente, unido a la
presencia de la “concubina” en casa conyugal, además, en situación de notoriedad.

De ello se advierte un tratamiento privilegiado del marido respecto de la esposa, en fin, del hombre respecto de la mujer, en lo que atañe al adulterio. …Por otra parte, esta Sala observa que la citada disposición legal establece
una pena distinta en relación al marido “adúltero”, en el cual es mayor la sanción penal (tres a dieciocho meses), puntualizándose que esta diferenciación en cuanto a la pena, deviene de un punto igualmente controvertido en la
doctrina penal, el cual se refiere a si la concubina pudiera considerarse una coautora material en la realización de la conducta típica, o una mera participe de tal circunstancia (lo que exigiría en ambos casos que esté en
conocimiento de que su concubino está válidamente casado, pues de lo contrario pudiéramos estar ante un error de tipo que excluye el dolo que caracteriza a este tipo penal y que, por ende, implicaría un supuesto de atipicidad
y, por ende, de irresponsabilidad penal en este caso).

…De manera pues que, en este aspecto, considera la Sala que… hay una diferenciación con respecto al castigo o la punición entre el adulterio cometido por la mujer y el cometido por el hombre, punición que, como ha podido
apreciarse, es injustificada y desproporcionalmente desigual desde la perspectiva de género, ante todo, por exigir fidelidad sexual y conyugal básicamente a la esposa y no al esposo (que no estaría sujeto a la exclusividad sexual
ni a la fidelidad conyugal; siendo su honor, reputación y la familia concebida desde su perspectiva bienes a los que esas normas en desuso dan preponderancia respecto de la mujer), como si la relación matrimonial no estuviese
regida por el principio de igualdad (discriminación fundada en el sexo) y, más reprochable aun, como si la esposa fuera un objeto del marido o, en todo caso un sujeto inferior a él, en clara afrenta al derecho a la dignidad
humana; lo que resulta más palmario cuando se observa la diferencia no solo entre la disímil configuración típica, sino entre las penas asignadas, y, en especial, a la referencia al “poder marital”, únicamente desde la perspectiva
del hombre como titular de ese poder, circunstancia que encontraría explicación en el contexto histórico en el que se creó esa norma, desafortunado de la perspectiva de la actual concepción de los derechos humanos y de la
actual concepción del Estado.”

Comentario de Acceso a la Justicia: La presente sentencia que declara la nulidad de los artículos 394 y 395 del Código Penal Venezolano, referidos a los tipos penales del adulterio de la mujer y del hombre, tiene la
particularidad de que son artículos que señalan una abierta discriminación de género, al establecer una pena de seis meses a tres años de prisión para la “mujer adúltera”, mientras que para el marido que mantenga concubina en
la casa será de tres a dieciocho meses. Ello atenta contra convenios y tratados internacionales, así como los artículos 2, 3 y 22 de nuestra Carta Magna, relativos a la igualdad de género y prohibición de discriminación. Así
pues, esta sentencia viene a poner en orden de justicia una situación jurídica discriminatoria de larga data, que ya había sido subsanada en otros códigos penales de la región y que subsistía por falta de una buena oportunidad
para derogarla; esa oportunidad llegó. Aun cuando la nulidad se refiere a los artículos 394 y 395 del Código Penal, el alcance de la sentencia abarca a todo el Capítulo V del Título referido a los delitos contra las buenas
costumbres y buen orden de las familias. En tal sentido quedan sin efecto los artículos 396 al 399. Si bien es cierto que la tendencia moderna en el derecho comparado en cuanto al adulterio es hacia la despenalización, para fijar
normas respecto de las consecuencias civiles que la conducta adúltera tiene en las familias y en el contrato conyugal, en el caso venezolano se pone en evidencia, una vez más, la progresiva destrucción de la unidad y
sistematicidad del Código Penal, por medio del proceso de descodificación, que ocurre por causa de nulidades parciales y reformas legales con nuevos tipos penales.

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