3. LIMITES Y PERMISIVIDAD
1. Introduccién
Anteriormente se fueron planteando diferentes aristas que con-
forman el perfil profesional y la estructura de la personalidad del
docente. Asimismo, hemos estado describiendo aspectos que se con-
jugan en el establecimiento de los vinculos interpersonales entre los
diferentes miembros de la comunidad escolar.
En este capitulo se profundizardn aspectos que confiuyen en uno
de los pivotes del rol, y es el referido a la instauracién de limites y
disciplina dentro del ambito escolar.
En uno de los cuadernillos del Observatorio Argentino de Vio-
Iencia en las Escuelas (2007), se sefiala una lectura posible acerca
de las causas de este fenémeno que debemos afrontar en el dmbito
escolar:
Hoy los chicos se encuentran expuestos a procesos en los
‘que todo el tiempo se los “bombardes” con nuevos productos, y
su presencia es tan masiva que ha Iogrado instalar, también,
nuevos valores, nuevas précticas y maneras de relacionarnos.
Pero, jacaso todo ha cambiado considerablemente? {Ser que
ahora no existen medidas diciplinarias efectivasposibles? Y de ser
asi, {de dénde provendria la
Retomando el interrogante ina, seria simple y hasta tenta-
dor enunciar desde el émbito escolar Ia afirmacién: los nifios vienen
“mal educados” desde su marco familiar; por es0 oeurren las cosas
que ocurren,
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sejo080 onquip 19 ue oveayeu A peprsesby 9868 Agresividad y maltrato en el émbito escolar
amados mas que ser respetados como autoridad. De esta forma,
evitarfan ocupar el lugar de “malo”.
‘Tomando las palabras de Celso Antunes (2009):
compinche, permisivo, manejable,
sor alienado. Pei identidad
idad como integrante de una clase
El profesor “buen
es el estereatipo
como persona y st.
Se aliena cuando deja de actuar de modo au-
‘sonomo y se conduce por lo que decide “Ia clase”, permitiendo
que sus alumnos lo manejen,
Por supuesto, existen aquellos docentes que pueden adoptar una
mirada critica, logran diferenciar lo que atafie a sus propios senti-
mientos y lo que verdaderamente refiere la situacién generada, y
pueden focalizarse en el establecimiento del orden y el respeto por la
adecuada convivencia.
Como deciamos antes, sostener una norma de convivencia requi
re de muy diversos factores entre los cuales se encuentran la id
gia y la metodologia resolutiva que la escuela posee, la claridad de
pensamiento del propio docente que le permita establecer criterios
adecuados de actuacién, asf como la efectividad para implementar
dichas normas.
Seftala Marta Souto (2000):
‘Ma alld de las previsiones hechas y las decisiones toma-
das por un doeente, los acontecimientos de clase a la hora de
Ia interaccién toman cauces no previstos.
Aunque tengamos en. cuenta los factores anteriores, existe un
poreentaje de probabilidad de que algo no haya sido “contemplado’
¢ ixrampa imprevistamente, requiriendo del docente la plasticidad,
la rapide de respuesta y el buen uso del eriterio para intervenir de
manera efectiva.
‘Volviendo al origen de este apartado. zPor qué se suelen producir
entre las partes dificultades y disparidad de criterio en la implemen-
tacién de una norma de convivencia?
Hemos ido mencionando distintos modelos de docentes y sus
particulares modos de afrontamiento. Ademés de los rasgos de la
estructura de la personalidad y las pautas que prevalecen en la es-
cuela, se suman las particularidades del modo de funcionamiento
Limits y permisvidad 63
grupal y las caracteristicas individuales del grupo de alumnos en el
‘cual haya sido asignado.
Cuando hablamos del encuadre de las normas disciplinarias, nos
estamos refiriendo a que el docente no puede abordar a un grupo
sino esta avalado institucionalmente, si no se sostienen pautas de
convivencia y reglamentaciones claras y precisas.
Podrfa caer en obviedad plantear que la unificacién de criterios
entre los docentes y los directivos serfa un item fundamental. Sin
embargo, ello no suele observarse de manera dindmica y arménica,
Por el contrario, muchas veces podemos vislumbrar la presencia de
Btietas que se han ido constituyendo a causa de posturas disimiles 1
opuestas dentro de una misma comunidad educativa.
Como se mencionaba anteriormente, una determinada postura
disciplinaria puede Hegar a ser puesta en riesgo si entre las partes
convocantes hay disparidad de criterio y condueta,
Siun docente dice que el alumno no podré ingresar el dfa siguion-
te ala escuela sin su nota firmada y “alguien” lo autoriza de igual
manera, 0 si una de las normativas es que deben traer su correspon-
diente guardapolvo 0 uniforme, mas Iz madre de uno de los alum-
nos le dice al nif
se creen que son. ino luego tendra argu-
‘mentos suficientes para proceder de manera similar a la de aquellos
adultos transgresores.
El conglomerado de variables hace
nuevamente los objetivos, la misi
as{ como brindar es
criterios y destitu
1c hoy uno deba replantearse
isin de la institucién educative,
9s de capacitacién y de reflexién para sumer
la “mala costumbre” de trabajar aisladamente. -
8. La personalidad acechada
‘Veamos rapidamente algunas cuestiones que podrian ponerse en.
juego en el propio docente y, por qué no, también en el directivo,
cuando tienen que decidir si jugar el rol del “buenito” o el del “malo,
dela pelicula”,
8) Miedos y ansiedades, $i uno le preguntara a un docente si
tiene algiin temor, probablemente lo niegue. Sin embargo, sa-
bemos bien que son muchas las situaciones en las que ante lo
desconocido, o bien en situaciones donde se es puesto a prue-