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3. LIMITES Y PERMISIVIDAD 1. Introduccién Anteriormente se fueron planteando diferentes aristas que con- forman el perfil profesional y la estructura de la personalidad del docente. Asimismo, hemos estado describiendo aspectos que se con- jugan en el establecimiento de los vinculos interpersonales entre los diferentes miembros de la comunidad escolar. En este capitulo se profundizardn aspectos que confiuyen en uno de los pivotes del rol, y es el referido a la instauracién de limites y disciplina dentro del ambito escolar. En uno de los cuadernillos del Observatorio Argentino de Vio- Iencia en las Escuelas (2007), se sefiala una lectura posible acerca de las causas de este fenémeno que debemos afrontar en el dmbito escolar: Hoy los chicos se encuentran expuestos a procesos en los ‘que todo el tiempo se los “bombardes” con nuevos productos, y su presencia es tan masiva que ha Iogrado instalar, también, nuevos valores, nuevas précticas y maneras de relacionarnos. Pero, jacaso todo ha cambiado considerablemente? {Ser que ahora no existen medidas diciplinarias efectivasposibles? Y de ser asi, {de dénde provendria la Retomando el interrogante ina, seria simple y hasta tenta- dor enunciar desde el émbito escolar Ia afirmacién: los nifios vienen “mal educados” desde su marco familiar; por es0 oeurren las cosas que ocurren, (95) 4403 ~ojwoWoqUaPPSMODUT 0 ayuO;OsUOD- UBSNG souOINb UELIag “s0.70 so] 9p wpparur se] aque ayueMpong £ aqqopuo emmysod eun opuesdope ‘ouumnye [op xeuoroe epys xLoyHEN! £ tepuesduio9 zeuOqUT [B WP -eoxo 99 ‘,Soppmle 498, @ 4eBa[| ap vponbsng vl & peprazoyEauED eysondns wun op opxojaud fo ofeg ‘anb soxyo soqjanbe we3[ey oN SojoeA SoyuSTUrE||s¥oUe OpUEyIAS BIOUaATALICD op seuuzon se] 10d ojadsox fo rearjuaout ‘so oysa ‘ofezipuaade ap ossoord ‘un w9 gas Byzaqop anb oj 40d onb ,rsarp gb je, tod warq sur uaptiod -sox wengan S999 SEAN “Sozjo So] op vpesTuT e] ¥ oyaodsox Hoo vrowopuadap ns sod vaig 0 ‘soaqumprsour serdoud sus 8 opiqap U9! suoaioqa ns Us popiaHa9jo wopuard “epta ap eLLOASTY ns A pepeeuOS zed ap so8seu soxdoud sne sod ‘onb soaqo sojjouby wpse uaiquiey, “uojoues wun 9p upieayde vy eysoy o uprousyw op epemel, epeurUEAa}ep BUN 19901 ow Bplogap “exoueMT Bx}O N LUNS|E ap BvoI21y o| ou Warn) “wpeUTFE ‘vos oszpp ue ugToedionired ns anb ‘a|qsod 9s 9p ‘4 oquodop [> BIDEY ojadsoa owns woo os1/31a4p ‘ons oampadsox ns wo oomb zepoueuLod ‘osrujaqad o anjnostp Wis Sepeuiijse suore) svy oywoMEsOUNSe xydemND ‘oquoweperfes uprauaye zeyseud aqap ouumnye Jo onb tezopisc9 “S9] -enjanpuoo seuionbse soyipjoad opuomndts ‘onb sojjenbe wpisg ‘Souruteo soszaatp Anu epsep ojadsaL [ap uorouaygo vy & oquoTUTBOLO0e yp Biuaqur oqua00p jo anb asreatosqo opand “eoueysur BuowtId Ue {aap wajens soypnur owas ‘,opnosfod ef ap fear fo, Uo ssxomIOjstIBI} Om op OTE oxoutr [9 sod pepryiqusuodsax e[ ap esstpeao op o3wayuT TeueG jop eH} ue ‘seuruseou sosqumpniso too ostefoueut £ souorstoep reydopy e soynpe sowster Soj apsap ,10Ue}, 07H} ANsTKe ooaued gM 10g? _osoypudes owsineyHojne, un 8 asxefouTNse 2 IOWOD [p We s289 us ‘se ynoaf@ ap swfoydunos & soyroyrp wo} uos seLrOUTTA!OSIP souzz0u supeututioxep exp wo Soy gnb tod so exU80 wrUNBaad er ‘feuostod [9 ‘uoo owoo euojonyASUT OLLayEID fo uoD o}tE} WeTNOMA Bs ond sojoodse ‘spwepe ‘uous as sond ‘uejuaume ofonf uo seysond sopqeLTEA Sel ‘ereq 98 supreuy|diosrp seuou & sora op oprena ‘uarq BION ‘ono ap ojuaunap ue oroed -sv un opuoye “oqueulaiqrpayopur ‘easmuozd offs “o3WatHOUE opeu “jouropop tn uo oquo w 1eA9]] Laqep onb sejopered svare; Svys9 Sup sod sopepioqsep £ sopeumage uaa 98 Saqu90p soy ‘S00 SEIN] “orp 2480 op oxjuap aquoureurrplyo> uaatauo> onb so[qetsea ap opesowo[Su00 ry popwsuuad A soir) ‘un sole sopor weuzxoyu.09 ‘sox0}n} & souped woo oTORUTIMES fo 4 “B19 -uoatwoo ap s#anxou op UpoRyuoULD|dUNE BI “SODTYD So] WO OBZTTEG “eos @ £ afezpuaade jap uptoonSWOO BI JeoaIOARy ap woe} TEU Tepuny ®[ ‘owwoursorpglied osrenyaayo wogep anb seoyqyr90INq sear 2} sey ‘oatgeonpe ojiarmyao]quIs9 [Op Oo\SoTOap! 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De esta forma, evitarfan ocupar el lugar de “malo”. ‘Tomando las palabras de Celso Antunes (2009): compinche, permisivo, manejable, sor alienado. Pei identidad idad como integrante de una clase El profesor “buen es el estereatipo como persona y st. Se aliena cuando deja de actuar de modo au- ‘sonomo y se conduce por lo que decide “Ia clase”, permitiendo que sus alumnos lo manejen, Por supuesto, existen aquellos docentes que pueden adoptar una mirada critica, logran diferenciar lo que atafie a sus propios senti- mientos y lo que verdaderamente refiere la situacién generada, y pueden focalizarse en el establecimiento del orden y el respeto por la adecuada convivencia. Como deciamos antes, sostener una norma de convivencia requi re de muy diversos factores entre los cuales se encuentran la id gia y la metodologia resolutiva que la escuela posee, la claridad de pensamiento del propio docente que le permita establecer criterios adecuados de actuacién, asf como la efectividad para implementar dichas normas. Seftala Marta Souto (2000): ‘Ma alld de las previsiones hechas y las decisiones toma- das por un doeente, los acontecimientos de clase a la hora de Ia interaccién toman cauces no previstos. Aunque tengamos en. cuenta los factores anteriores, existe un poreentaje de probabilidad de que algo no haya sido “contemplado’ ¢ ixrampa imprevistamente, requiriendo del docente la plasticidad, la rapide de respuesta y el buen uso del eriterio para intervenir de manera efectiva. ‘Volviendo al origen de este apartado. zPor qué se suelen producir entre las partes dificultades y disparidad de criterio en la implemen- tacién de una norma de convivencia? Hemos ido mencionando distintos modelos de docentes y sus particulares modos de afrontamiento. Ademés de los rasgos de la estructura de la personalidad y las pautas que prevalecen en la es- cuela, se suman las particularidades del modo de funcionamiento Limits y permisvidad 63 grupal y las caracteristicas individuales del grupo de alumnos en el ‘cual haya sido asignado. Cuando hablamos del encuadre de las normas disciplinarias, nos estamos refiriendo a que el docente no puede abordar a un grupo sino esta avalado institucionalmente, si no se sostienen pautas de convivencia y reglamentaciones claras y precisas. Podrfa caer en obviedad plantear que la unificacién de criterios entre los docentes y los directivos serfa un item fundamental. Sin embargo, ello no suele observarse de manera dindmica y arménica, Por el contrario, muchas veces podemos vislumbrar la presencia de Btietas que se han ido constituyendo a causa de posturas disimiles 1 opuestas dentro de una misma comunidad educativa. Como se mencionaba anteriormente, una determinada postura disciplinaria puede Hegar a ser puesta en riesgo si entre las partes convocantes hay disparidad de criterio y condueta, Siun docente dice que el alumno no podré ingresar el dfa siguion- te ala escuela sin su nota firmada y “alguien” lo autoriza de igual manera, 0 si una de las normativas es que deben traer su correspon- diente guardapolvo 0 uniforme, mas Iz madre de uno de los alum- nos le dice al nif se creen que son. ino luego tendra argu- ‘mentos suficientes para proceder de manera similar a la de aquellos adultos transgresores. El conglomerado de variables hace nuevamente los objetivos, la misi as{ como brindar es criterios y destitu 1c hoy uno deba replantearse isin de la institucién educative, 9s de capacitacién y de reflexién para sumer la “mala costumbre” de trabajar aisladamente. - 8. La personalidad acechada ‘Veamos rapidamente algunas cuestiones que podrian ponerse en. juego en el propio docente y, por qué no, también en el directivo, cuando tienen que decidir si jugar el rol del “buenito” o el del “malo, dela pelicula”, 8) Miedos y ansiedades, $i uno le preguntara a un docente si tiene algiin temor, probablemente lo niegue. Sin embargo, sa- bemos bien que son muchas las situaciones en las que ante lo desconocido, o bien en situaciones donde se es puesto a prue-

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