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escuela de atenas

“La Escuela de Atenas”, de Rafael Sanzio.

Antecedentes y surgimiento de la democracia

Fue en el mundo griego, entre los años 800 y 500 a. C., donde se fueron
desarrollando ciudades con los patrones de la civilización urbana. Estas
pequeñas comunidades que se fueron formando por toda la costa griega,
estuvieron gobernadas al principio por monarquías locales, pero tras una serie
de conflictos, pasaron a estar gobernadas por jerarquías tribales. El comercio
marítimo y el cultivo de tierras dio paso a la creación de élites económicas, que
se convirtieron en los futuros gobernantes con una forma de gobierno que
conocemos como los `regímenes tiránicos´. Estos tiranos o autócratas
aparecieron en los siglos VI y V a. C., quebrando la continuidad política de las
primeras ciudades-estado. Sin embargo, el aumento de la población hizo crecer
la presión sobre las élites gobernantes, que se vieron obligadas a ceder y dar
concesiones a las clases inferiores. Estas concesiones se hicieron por todo el
mundo griego, no sólo en Atenas. El estatus de las clases bajas mejoró, y
quizás el punto más importante sea el relacionado con la reorganización de la
estructura militar, convirtiendo a pequeños agricultores y campesinos en piezas
fundamentales en la defensa de la ciudad. Esto es lo que más influiría en la
futura estructura política de la ciudad (Held, 1987). Todo esto, sumado al
desarrollo de una economía de esclavitud que contribuyó a establecer las
fronteras entre los ciudadanos (atenienses varones mayores de veinte años) y
los no ciudadanos (esclavos, mujeres y extranjeros) y también a las diferentes
innovaciones en las primitivas “constituciones” de las ciudades estado
establecieron definitivamente las bases de la democracia. Parece ser que el
primer gobierno democrático se dio en Quíos, a mediados del siglo VI a. C.

quios
Isla de Quíos, donde se instauró el primer gobierno democrático.

Ideales y organización política


Los ideales de esta democracia antigua están expuestos en la oración fúnebre
de Pericles. En ella, Pericles describe una comunidad en la que todos los
ciudadanos tienen la posibilidad e incluso la obligación de participar en la
dirección de la polis. De hecho, a aquel que no participaba en los asuntos
públicos se le consideraba “inútil”. Igualdad entre los ciudadanos, libertad y
respeto a la ley y a la justicia, son los principios básicos de este modelo
político. La democracia ateniense se caracterizaba por un compromiso
generalizado con el principio de virtud cívica. Al tener la condición de
ciudadano, los hombres tomaban parte directamente de las funciones públicas.
Destacan dos conceptos muy importantes en la democracia ateniense: la
isegoría, es decir, el derecho de todos los ciudadanos a expresarse libremente
y sin limitaciones dentro de la asamblea y la isonomía, es decir, el derecho de
tener igualdad ante la ley. Las condiciones generales para que se pudiera dar
la democracia las podemos resumir en:

-Ciudades-estado pequeñas.

-Economías de esclavitud que dejaban tiempo libre a los ciudadanos para


ocuparse de los asuntos públicos.

-Restricción de la ciudadanía a una parte reducida de la población.

En cuanto a cómo se organizaba políticamente la polis, todos los ciudadanos


que quisieran participar en la vida política de Atenas se reunían en la
Asamblea, alrededor de cuarenta veces al año, donde se discutía y se votaba
sobre asuntos de leyes, finanzas, impuestos y relaciones exteriores. Casi todos
los puestos ejecutivos eran sorteados entre todos los ciudadanos, a excepción
de ciertos cargos de mayor responsabilidad, como los jefes militares; strategoi.
La justicia también estaba en manos de jurados populares muy poderosos. La
ciudadanía constituía el órgano fundamental de Atenas: la Asamblea. A
menudo compuesta por más de seis mil ciudadanos. Todos los grandes
asuntos se votaban en la Asamblea mediante la regla de la mayoría. Sin
embargo, la Asamblea era un órgano demasiado grande para redactar toda la
legislación. De esto se ocupaba el Consejo de los Quinientos, que asumía las
funciones de organizar y proponer las decisiones públicas. Este, a su vez
estaba ayudado por el Comité de los Cincuenta, que tenía un presidente, cuyo
mandato sólo duraba un día.

El Siglo de Oro de Pericles Cleisthenes_1601


Clístenes de Atenas

El momento en el que todos los principios de la democracia ateniense alcanzan


su máximo esplendor viene con la llegada de Pericles, un gran orador y general
ateniense. Pero no podemos hablar de Pericles sin hablar antes brevemente de
Solón y de Clístenes, puesto que gracias a sus reformas la democracia pudo
establecerse y, más tarde, desarrollarse. Solón parece que tenía por objetivo
lograr una gran estabilidad para Atenas y al mismo tiempo evitar el desarrollo
de regímenes tiránicos. Para ello ordenó reformas para el desarrollo hacia la
isonomía, rompiendo la exclusividad de la aristocracia para la elegibilidad de
los cargos públicos. También contribuyó a dar una constitución a la polis, para
así dejar una noción de autoidentidad de la misma. Por su parte, Clístenes
también contribuyó con sus reformas al desarrollo de la isonomía, aunque
según nos cuenta Heródoto (Historia, 5.66), el verdadero objetivo de Clístenes
era aliarse con el pueblo para frenar así a facciones aristocráticas. Clístenes
fue el que reestructuró el Consejo de los Quinientos a partir del Consejo de los
Cuatrocientos de Solón.

Pero fue con Pericles con quien la democracia llegó a su máximo esplendor. El
estratega Pericles contribuye con sus reformas a hacer de ella un modelo de
ciudad organizada por sus propios ciudadanos. Al mismo tiempo, se entrega al
desarrollo de la prosperidad de la sociedad civil y de su poderío imperial,
creando una gran flota de guerra. Las reformas de Pericles aumentan la
responsabilidad de los magistrados, extienden la isonomía y dan opción de
voto a los ciudadanos más pobres. Resulta curioso que la isonomía se debiera
a los esfuerzos militares de gran parte de la población que no optaba a la
condición de ciudadano ateniense. En este período, Atenas podía hacer todo
cuanto se le antojara, al carecer la aristocracia de sus tradicionales privilegios.
Para que este nuevo sistema de gobierno llamado democracia (δῆμος, dḗmos,
que puede traducirse como «pueblo» y κράτος, krátos, que puede traducirse
como «poder», o «gobierno») funcionase y fuese eficiente, la vida comunal en
la polis era esencial. Al estar en las instituciones políticas, el individuo crea
lazos políticos y personales, haciendo que prevalezcan los intereses comunes
a los intereses personales; algo fundamental en una comunidad pequeña
donde no hay partidos políticos ni oposición política.

Pericles de Atenas

Críticas a la democracia
La igualdad de derechos por participar en la vida pública y el derecho de todos
a tener opción a ocupar puestos de gobernantes desató la consternación de
ciertos críticos de la época. Destacamos a Platón y a Aristóteles, ya que por su
relevancia en tiempos actuales merecen que les dediquemos toda la atención
en este sentido. Platón se basaba en que no todos los ciudadanos tienen la
capacidad para ser gobernantes. Creía que para ser gobernante había que
tener una educación especial reservada a “los mejores”, expuesta en su obra
“La República”. Consideraba también que la libertad y la igualdad políticas son
incompatibles con los principios de autoridad, de orden y de estabilidad.
Aristóteles, por su parte, distinguía tres tipos de gobierno según su número de
gobernantes. Estos gobiernos son: monarquía (un solo gobernante),
aristocracia (unos pocos) y república (gobierno de la mayoría). Pero estas tres
formas de gobierno pueden derivar en degeneraciones de ellas mismas. La
monarquía puede degenerar en tiranía, la aristocracia puede degenerar en
oligarquía, y la república puede degenerar en democracia. Aristóteles dirá de la
democracia es el gobierno de los pobres y de los mediocres, basada en la
demagogia.

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