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DOCENTES VETERANOS DE LA FACULTAD DE MINAS INDIGNADOS.

Frente a los serios problemas que viene atravesando las plantas concentradoras de minerales
Mezapata, paralizado y Santa Rosa intervenido por la dirección de agricultura y denunciado por el
ANA al no tener la autorización para el uso de agua, y menos un lugar donde puedan trasladar los
relaves mineros que tienen en Jangas contaminando las aguas del río Santa, y que esto podría
terminar de originar el cierre definitivo de dos plantas mineras que ingreso seguro para la UNASAM.

Los docentes universitarios, todos ingenieros mineros los que se hacen conocer como los mineros
veteranos de la UNASAM, mostraron su indignación de la forma poco acertada con el que se viene
dirigiendo la planta Santa Rosa, y todo indicaron por el miedo o temor que tienen las autoridades
universitarias como el rector encargado y vicerrector a los que los docentes veteranos les sugirieron
designar un directorio como administración a dicha planta de profesionales mineros, que conocen
en el campo y cómo se debe trabajar en las plantas y no designar a profesionales de medio ambiente
que no saben qué trabajo hacer a problemas tan serios que ya requieren solución.

Los docentes universitarios de la facultad de minas, como Ruiz, Domínguez, Isidro entre otros
integrantes de la referida facultad, lamentaron que las autoridades que hoy tienen en sus manos
conducir la UNASAM, a su buen desarrollo hasta hoy, no muestran su total libertad e independencia
en la toma de sus decisiones y como muy bien lo denunció el ex rector de la universidad Fernando
Castillo Picón, Gomero y Medina están siendo manipulados en sus decisiones por los famosos
economistas quienes son los que deciden la suerte de la universidad y esto no puede seguir así,
señalaron fuera de micrófonos a Huaraz Noticias.

Por otro lado, Huaraz Noticias, tomó conocimiento en la misma faculta de minas, que el actual
decano de la referida facultad no estaría cumpliendo su funciones como tal por su permanente
ausencia de la universidad, por estar aparentemente dictando clases en una reconocida universidad
de Lima.

El alcalde distrital de Cátac, José Maguiña lamentó que mientras miles de comuneros, animales,
plantas y seres vivos siguen siendo víctima de la contaminación ambiental que se sigue produciendo
los relaves mineros en la zona.

"Desde hace años tenemos la presencia de relaves mineras, no solo las dejadas por parte de la
UNASAM, sino otras mineras que llegaron explotaron y contaminaron decenas de comunidades en
Cátac, como en las zonas de: Yanayaco y San Miguel Chahupampa que cuando llueve todos esos
pasivos mineros terminan de contaminar los río y riachuelos que se tienen en la comunidad.

En época de estiaje inhalamos las polvaredas de los relaves, todo lo conoce la OEFEA, porque
nuestro distrito está ubicado a 25 kilómetros de Huaraz, pese a esa cercanía no han hecho trabajo
de monitoreo, si bien es cierto no lo hemos solicitado, ellos saben cuál es su función y trabajo en
torno a estos temas de los relaves.
No debemos olvidar que la OEFA es una institución sancionadora, previo monitoreo, pero como no
hacen ese trabajo esta institución se ha convertido en un ente perseguidor de las municipalidades,
como es nuestro distrito.

Lo mismo ocurre con la dirección de energía y minas de Ancash, a quien se le ha solicitado hacer los
monitoreos, no han dado respuesta a nuestras demandas quedando demostrando que no les
interesa la salud de las comunidades que viven en medio de relaves y contaminación de agua y aire”
dijo el alcalde cataquino

Entre la II y IV región del país se concentran más de 490 depósitos de relave minero que diariamente
amenazan la vida de miles de personas.

Pero, ¿qué es exactamente el mentado relave minero?

Se trata de gigantescos depósitos de desechos tóxicos que contienen arsénico, plomo, mercurio,
sales de cianuro y químicos propios del procesamiento minero que se acumulan en millones de
toneladas. Las consecuencias sobre la vida humana y el medioambiente que estos confinamientos
de material contaminante producen son incalculables. A esto se suma que en nuestro país no existe
una regulación estricta en relación al acopio de desechos de la industria extractiva.

Así, la gran industria extractiva ha demostrado ser incapaz de conjugar su desarrollo con el de las
comunidades cercanas a sus explotaciones, de manera que se preserven tanto su estilo de vida
como el ecosistema.

“En Chile, bajo la lógica de aminorar los costos, por supuesto para tener mayores utilidades, se
localizan los depósitos de relave lo más cercano posible a las faenas mineras. Por tanto, quedan
establecidos en zonas altas o medias de la cordillera, zonas de quebrada por donde bajan
normalmente aguas superficiales”, explica el director del Observatorio Latinoamericano de
Conflictos Ambientales (OLCA), Lucio Cuenca.

Estas estructuras intervienen los cursos naturales de agua, siendo desviados en algunos casos para
que los torrentes salgan en zonas de menos altura. “Se hace una especie de bypass y esto se
transforma en un riesgo de contaminación. Los relaves pueden filtrarse o desbordarse,
contaminando los canales de agua”, afirma Cuenca.relave pelambres

En Caimanes, localidad ubicada en la IV Región, la contaminación de napas subterráneas ha creado


una crisis hídrica de extrema gravedad para sus casi 1.600 habitantes. Hace años que el pueblo no
cuenta con agua potable de libre acceso, y el riesgo de derrumbe mantiene en alerta a los vecinos.

Son solo diez los kilómetros que separan al pueblo de Caimanes con el tranque El Mauro de minera
Los Pelambres, el depósito más grande de Sudamérica y tercero más grande del mundo y que
pertenece al Grupo Luksic. De acuerdo a un informe presentado por el Consejo de Derechos
Humanos de la ONU, en caso de colapso los habitantes de Caimanes no tendrían ni cinco minutos
para escapar, con aviso inmediato. Hoy, los habitantes de la localidad ven cómo sus derechos son
vulnerados, condenados a seguir viviendo bajo esa trampa mortal.Riesgo de colapso

Los efectos de los depósitos de relave no terminan con la contaminación. El colapso de sus
estructuras se configura como uno de los temores más grandes de las comunidades afectadas, sobre
todo tomando en cuenta la sismicidad del país.
“En términos estrictos, es la empresa la que tiene la libertad de determinar dónde se instala un
tranque de relave, que está hecho del mismo material residual. Se establecen indicadores de
acuerdo a la sismicidad de cada una de las regiones, y en base a eso se hace un diseño ingenieril
para que la muralla resista la presión de los millones de toneladas almacenadas”, declara Cuenca.

Sin embargo, los diseños no siempre son exactos en el cálculo. El director del OLCA explica que en
el caso de El Mauro, el proyecto se levanto con un factor de sismicidad no acorde a la realidad
regional, por lo que los 2.600 millones de toneladas confinados en el depósito podrían venirse abajo
con un movimiento telúrico importante.

Si bien existe una política para aminorar riesgos, “no existen zonas de exclusión. No existe legislación
que diga que sobre cuencas o lechos de ríos no se pueden instalar tranques de relave”, comenta
Cuenca. “En ninguna parte del mundo se aceptan relaves en zonas cordilleranas o de altura. En Chile
eso se sigue haciendo, sin ser cuestionado, incluso se siguen aprobando proyectos así”, añade.

Los casos de Las Palmas y El Soldado parecen estar en el olvido. Durante el terremoto del 27 de
febrero del 2010, el cerro de basura tóxica de la mina Las Palmas se desmoronó por completo,
sepultando varias casas de la zona y acabando con la vida de cuatro personas. Una situación similar
ocurrió en 1965, cerca de La Calera en la V Región. Tras un fuerte sismo, el relave de la mina El
Soldado sepultó el poblado minero “El Cobre” por completo. Más de 200 personas murieron y la
contaminación se expandió por cientos de kilómetros.Depósitos abandonados

Según el Catastro Nacional de Depósitos de Relave 2015, documento que elabora el Servicio
Nacional de Geología y Minería (Sernageomin), en la actualidad existen 603 depósitos a nivel
nacional: 216 de ellos activos, 244 inactivos y 143 sin información disponible.

Gran parte de los depósitos que no cuentan con información detallada hoy se encuentran en desuso
y abandonados. Nadie se hace cargo de sus efectos y en la medida que pasa el tiempo incrementan
el peligro que significan para la población y el medioambiente. En el norte del país, son 121 los
tranques de los que no se posee información.

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