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UNIVERSIDAD TECNOLOGICA DE BOLIVAR

“EL VIRUS DE L ACTITUD”

SEMINARIO DE INGENIERIA INDUSTRIAL

VALERIA LORA
ISABELLA TEJADA
KALINDY TELLEZ

DOCENTE:
DELIMIRA GAITAN

CARTAGENA

2018
El virus de la actitud

Cuando hablamos del contexto personal, si bien cada cabeza es un mundo totalmente
distinto, siempre existirán ciertas constantes que, al aplicarlas en general, arrojarán el mismo
resultado en la mayoría de los casos. La mente humana es un arma sumamente poderosa, con
capacidades suprasensibles o inconscientes en muchas ocasiones. Esto no se limita a las
habilidades de los brujos, magos, videntes, etc., sino que es algo que compartimos todos por
igual. Los pensamientos son un medio reciproco, es decir, en la medida en la que reflejemos
esta variable hacia el universo, así mismo se evidenciará en nuestras vidas, cumpliéndose de
esta manera el refrán “la palabra tiene poder”, aunque sería más apropiado utilizar “Los
pensamientos tienen poder”.

Todo lo anterior también va ligado a la percepción acerca de las situaciones desde nuestra
realidad personal, es decir, de nosotros depende convertir un problema pequeño en algo
incontrolable, o, por el contrario, convertir un caos en algo totalmente manejable. En caso de
que se presenten percances siempre se debe recurrir a la objetividad y la serenidad, dejando
de lado situaciones familiares o personales, ya que esto nos permitirá no dejarnos llevar por
la emoción y que no caigamos en el aislamiento o el menosprecio de nosotros mismos.

La seguridad, la autoestima y la autoconfianza siempre serán fundamentales al momento


de hacer frente a los retos, ya que nos convencemos de ser capaces de lograr nuestro objetivo,
pero en caso de presentar fallas o inseguridades, podemos llegar a sentirnos frustrados o
débiles, y esto por pensar que somos los únicos que podemos controlar una situación
eficientemente, aunque otros también puedan llevarla a cabo. Por otro lado, ser naturalmente
pesimista, es un enemigo silencioso, ya que la actitud en nuestros actos ya está predispuesta
a algo negativo, es decir, se piensa negativo, se actúa negativo, se confirma la hipótesis del
pensamiento negativo y se repite el proceso convirtiéndose en un círculo vicioso. No
obstante, Solo cuando dejamos esa percepción pesimista y confiamos en lo que somos
capaces, todo se configura para que podamos lograrlo a pesar de la dificultad.

A menudo cuando desarrollamos una actividad o mantenemos una rutina podemos


desenvolvernos con agilidad y sentirnos totalmente a gusto con ello, ya que tenemos todo
“controlado”. Esto nos hace caer en el recurrente estado de conformidad o “Zona de confort”
que más que brindarnos estabilidad, ocasiona en muchas situaciones miedo al cambio o
limitaciones a la hora de hacer cosas nuevas, privándonos de probar otras alternativas y/o
trascender a nivel personal.

Es contraproducente formar un mal criterio acerca de los demás sin haber convivido lo
suficiente. Aunque no lo demostremos de forma directa, esto siempre influye a la hora de
interactuar, nos volvemos tóxicos para nosotros mismos y para los demás sin darnos cuenta
de que estamos incurriendo en esta falla, provocando asilamiento y rechazo hacia los demás.

No trazarnos metas o compromisos también debe replantarse, ya que, si no la hacemos,


no adquirimos compromiso con nuestra persona, y como consecuencia, llega la frustración y
la envidia por los logros que los demás han cosechado con esfuerzo. Más que demostrarle un
punto a los demás, ser comprometidos es probarnos a nosotros mismos que somos capaces
de luchar por lo que en realidad anhelamos, alcanzando la satisfacción personal.

Se debe tener en cuenta que cuando se habla de un “virus” de actitud a nivel social hace
referencia a la capacidad que tiene una persona al momento de interactuar con el personal de
una empresa; el virus se puede manifestar en las personas por diferentes causas pero siempre
a nivel personal, como por ejemplo: un problema consigo mismo (cambios repentinos de
temperamento, no saber cómo controlar el estrés, etc.) y a nivel familiar (problemas de
parejas, o con un ser querido).

Este virus es muy común en una empresa que mueva una gran cantidad de personal, por
ende, debe ser controlado, ya que si el cuerpo del personal que son los encargados del éxito
empresarial y profesional (encargados del control de calidad), no pueden entenderse y
convivir, se verá plenamente afectada dicha empresa, puesto que si no se puede manejar
correctamente la base del éxito, no podrá funcionar de manera correcta en la producción, en
la comunicación, en el mercadeo, entre otras.

De lo anterior se puede decir que para obtener un buen funcionamiento de una empresa
se debe tener presente que la parte laboral no solo está basada en la productividad, sino que
también se debe evaluar en la parte emocional, ya que este es un factor importante para que
el cuerpo laboral sea más eficiente y así obtener el éxito.
A demás de los contextos mencionados anteriormente, cabe menciona que el virus de la
actitud también podemos verlo frecuentemente en el contexto académico, ya sea en escuelas
o universidades, por parte de los alumnos e incluso a veces por parte de los maestros.
Podemos darnos cuenta de que muchas veces la actitud que tienen, o tenemos, los estudiantes
frente a las actividades diarias que debemos realizar no es la mejor, tendemos a no encontrarle
sentido a lo que hacemos o a ver el estudio como una obligación y no le damos la importancia
que deberíamos.

Una actitud negativa en el ambiente académico siempre será contraproducente para


nuestro desempeño y desarrollo en este mismo, ya que la actitud que tengamos frente a las
diferentes situaciones está ligada al resultado que obtenemos frente a estas. Esto quiere decir
que si tenemos una buena actitud, podemos afrontar los problemas de manera positiva, que
nos ayuda a encontrar salidas para resolver el problema, y así podremos obtener buenos
resultados; pero sí en cambio pensamos que solo nosotros tenemos problemas y que además
son imposibles de resolver, nos quedaremos estancados pensando en que no podemos en
lugar de avanzar.

Es importante también recalcar que una actitud negativa en este ambiente, dificulta
nuestra interacción con los demás y no nos permite tener una buena relación con nuestros
compañeros o maestros, por ende, al momento de trabajar en equipo no seremos muy
productivos y no contribuiremos al desarrollo de los procesos o actividades que tengamos
que realizar. Esto supone un problema ya que para que un equipo funcione todas las partes
deben aportar y si esto no sucede, entonces el equipo no trabajará como debe.

Por último, pero no menos importante, una buena actitud cuando estamos en nuestro
entorno de aprendizaje, nos permite alcanzar las metas que tengamos presentes, ya sea
obtener buenas calificaciones, tener nuevos conocimientos en algún tema o graduarnos, y al
mismo tiempo ser exitosos y estar satisfechos con lo que hacemos.

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