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Propuesta de trabajo para el 20 de junio

BELGRANO Y LA LUCHA POR LA LIBERTAD

Recordamos a Manuel Belgrano, casi a doscientos años de su muerte, producida el 20 de


junio de 1820 ¿Cuál es el sentido de hacerlo?

Se lo recuerda a Belgrano, sobre todo, por la creación de nuestra bandera. Pero muchas
veces este recordatorio no pasa del hecho formal: el prócer, a orillas del Paraná, izando
por primera vez la bandera nacional. Frente a esta forma de enfocar la celebración, nos
preguntamos más bien por el sentido político, sobre todo por el sentido político actual, que
encierra la creación de la bandera.

Bandera no sólo como el paño que identifica a un país, sino fundamentalmente


como el símbolo que congrega a un pueblo, que expresa proyecto, ideales,
sueños, futuro.

Belgrano, desde su función pública, hizo su defensa del país en contra de los monopolios
y la dominación extranjera, planteando que si nuestra patria quería salir adelante
necesitaba desarrollar su autonomía económica, industrial y política. Durante los años del
Consulado, luchó por llevar adelante la independencia económica, después de 1806, la
independencia política.

Para nosotros, trabajadores de la educación, comprometidos con la construcción de una


patria más justa, en cuyo marco cobre plena existencia una escuela pública, popular y
democrática, el sentido de la lucha de Belgrano por la emancipación nacional no nos
puede pasar inadvertido, por eso nos encuentra en la escuela y en la calle en una lucha
cotidiana y fuertemente sostenida con la convicción de aportar desde la educación pública
a la transformación de la injusta realidad social de nuestro pueblo.

El análisis de conceptos como “independencia”, “soberanía”, libertad” o “emancipación”


resulta, a la par que necesario, muchas veces difícil y complejo. “No es fácil contrarrestar
la instalación secular de la idea de independencia solo como separación de la “Madre
Patria”, pues en nuestra historia subsiguiente no fue ese el camino seguido “para
concretar en todos los órdenes necesarios la verdadera independencia. Por el contrario,
se retrocedió a tal punto que hoy somos un país absolutamente dependiente”.1

Un objetivo que nos planteamos, frente a esta realidad, es abordar con nuestros alumnos,
nuestra comunidad, desde distintos puntos de vista estos conceptos y asociarlos, sobre
todo, a nuestra vida y prácticas cotidianas, a interpelar la realidad actual de nuestro país,
tanto dentro como fuera de las escuelas, para interrogarnos qué significa hoy pelear
por todas aquellas “banderas” por las que Belgrano y todo un pueblo lucharon y
pusieron lo mejor de si, hace ya casi 200 años: libertad, independencia, identidad,
soberanía. Homenajear nuestra bandera y a su creador Manuel Belgrano significa
seguir construyendo utopías, es pensar lo imposible, tarea a la que todos los días
como pueblo estamos siendo convocados, desafiados. O soñamos un futuro
diferente y construímos en este presente otro país o nos resignamos a la
supervivencia de la injusticia y la exclusión.

1
“¿Qué es la independencia?”. Buenos Aires, CTERA, Cuaderno de Trabajo para el aula Nº 4,
junio 2003.
Breve semblanza de su vida

Nació en 1770, hijo de un comerciante. Fue a España a estudiar abogacía, pero su interés
– bajo el influjo de la Revolución Francesa – eran los “idiomas vivos”, la “economía
política” y el “derecho público”. Es decir, las ideas de la “Ilustración”.
Cuando vuelve a nuestro país se desempeñó varios años como Secretario del Consulado.
Su preocupación fue impulsar el desarrollo económico y social, el progreso de nuestro
país, removiendo los múltiples obstáculos que se le oponían, aunque estaba en minoría
frente a quienes defendían los intereses de los monopolistas españoles.
A la vez, sobre todo a partir de las invasiones inglesas, en 1806, es uno de los principales
impulsores de los grupos revolucionarios que comienzan a buscar distintas alternativas
que lleven a nuestra patria a la independencia (fue uno de sus ideólogos y principales
dirigentes).
Miembro de la primera Junta de gobierno, identificado con el sector “morenista”, asume la
responsabilidad de general del ejército que se dirige al Paraguay, (1810-1811) y del
Ejército del Norte (1812-1814 y 1816-1819).
Fue uno de los principales impulsores – junto con San Martín -, cuando muchos dudaban,
de la declaración de la independencia. Propuso una monarquía incaica – que no fue
aceptada – con la cual pretendía reivindicar y sumar a la causa de la independencia a los
pueblos indígenas que permanecían sometidos del poder colonial.
Murió en 1820.
Algunas preguntas y posibles ejes de trabajo

Belgrano, desde el consulado, hace 200 años, hizo su defensa del país en contra
de los monopolios y la dominación extranjera, planteando que si nuestra patria
quería salir adelante necesitaba desarrollar su autonomía económica, industrial y
política. Durante los años del Consulado, luchó por llevar adelante la
independencia económica, después de 1806, la independencia política.

¿Qué deberíamos hacer hoy, para avanzar en el camino de la emancipación


política y económica?

Belgrano creía en la educación y en la escuela, creía en que el pueblo debía


formarse y fortalecer sus ideas, tanto para lograr el desarrollo económico como el
político, que precisaba esa “ilustración” que le mostrara el camino de la “razón”.

¿Qué papel pensamos puede cumplir la educación hoy en nuestro camino de


liberación?

Belgrano, al igual que San Martín, expresó la voluntad de un pueblo de


independencia, una voluntad inquebrantable. Cuando la mayor parte de los
patriotas dudaban o no estaban de acuerdo en declarar la independencia, antes
del Congreso de Tucumán de 1816, por la situación internacional adversa, y
buscaban distintos “protectorados”, él no dudó y fue uno de su principales
impulsores.

¿Cuáles son las adversidades y los desafíos que hoy enfrentamos? ¿Cómo actuar
con el espíritu de Belgrano en este momento?

Esa voluntad se expresa en múltiples hechos, entre otros, la creación de la


bandera, que irritó sobremanera al secretario del Triunvirato, Bernardino
Rivadavia, quien le ordenó que la destruyera, pues iba contra las máximas que
guiaban la acción del gobierno en ese momento. Belgrano buscaba impulsar la
libertad y la independencia (nombres no casuales de las baterías que emplazó
junto al Paraná, en aquel mismo momento).

¿Expresamos en alguna forma nuestra voluntad de independencia y libertad?


¿Qué significado concreto encontramos para estas palabras, hoy en día? ¿En qué
se expresaría o mostraría?
BELGRANO Y LA CREACIÓN DE LA BANDERA2

Dentro de la liturgia escolar, la creación de la bandera aparece como un hecho simpático,


inocente donde sólo podemos encontrar los patrióticos sentimientos de su ejecutor. Pero
en verdad, la creación di la bandera no es un hecho aislado, sino que tuvo un sentido
concreto dentro de la situación política que vivían las Provincias Unidas en 1812.
Estamos a comienzos de 1812. Un hecho se comenta en los periódicos de Buenos Aires:
la independencia de Venezuela, sancionada varios meses antes El tema se pone en el
tapete con intención política polémica. Ocurre que el gobierno en ese momento - el Primer
Triunvirato-, tiene respecto del tema de la independencia una posición "tímida", muy
criticada por la oposición, y que finalmente será la causa de su caída, el 8 de octubre de
1812.
Pero no nos adelantemos. A mediados de febrero de 1812, Belgrano propuso al gobierno
la adopción de una "escarapela nacional", cosa que fue aceptada. Belgrano, que estaba
destinado en Rosario, levantando dos baterías para hacer frente a los realistas de
Montevideo, reparte las escarapelas a sus tropas, señalando el sentido -en nota al
gobierno- que él deseaba darle al hecho.
"Se ha puesto en ejecución la orden de V. E., de fecha del 18 del corriente, para el uso de
la escarapela nacional que se ha servido señalar, cuya determinación ha sido del mayor
regocijo, y ha exitado los deseos de los verdaderos hijos de la patria de otras
declaraciones de V. E. que acaben de confirmar a nuestros enemigos de la firme
resolución en que estamos de sostener la independencia de la América" (1).
A los pocos días -el 27 de febrero- al inaugura las baterías -bautizadas "Libertad" e
"Independencia"- Belgrano enarbola por primera vez nuestra bandera, cosa que comunica
al gobierno.
Un dirigente político de la importancia de Belgrano no podía ignorar que con este acto
estaba generando un "hecho político" (como diríamos hoy) de magnitud, y que no iba a
ser del agrado del gobierno, por la orientación de éste. Efectivamente, el día 3 de marzo,
Rivadavia le dirigió la siguiente nota a Belgrano:
“(...) consecuencia de principios a que estamos ligados, exige por nuestra parte, en
materias de la primera entidad del Estado, que nos conduzcamos con la mayor
circunspección y medida; por eso es que las demostraciones con que inflamó V. E. a la
tropas de su mando, esto es, enarbolando la bandera blanca y celeste, como indicante de
que debe ser nuestra divisa sucesiva, las cree este gobierno de una influencia capaz de
destruir los fundamentos con que se justifican nuestras operaciones y las protestas que
hemos anunciado con tanta repetición, y que en nuestras comunicaciones exteriores
constituyen las principales máximas políticas que hemos adoptado. Con presencia de esto
y de, todo lo demás que se tiene presente en este grave asunto, ha dispuesto este
gobierno, que sujetando V. S.
sus conceptos a las miras que reglan las determinaciones con que él se conduce, haga
pasar como un rasgo de entusiasmo el suceso de la bandera blanca y celeste enarbolada
ocultándola disimuladamente y sustituyéndola con la que se le envía, que es la que hasta
ahora se usa en esta Fortaleza, y que hace el centro del Estado, procurando en adelante
no prevenir las deliberaciones del gobierno en materia de tanta importancia, y en
cualquier forma que, una vez ejecutada, no deja lugar para su aprobación, y cuando
menos, produce males inevitables, difíciles de reparar con buen suceso".(2)
2
Publicado originalmente en “La Educación en Nuestras Manos”. Revista Pedagógica de los
Trabajadores de la educación. Buenos Aires, SUTEBA, Año 1, Nº 3, junio de 1993.
La bandera que le enviaba el gobierno a Belgrano era, por supuesto, la española. Lo que
pasaba es que la política oficial de las Provincias Unidas seguía siendo guiada por la
ficción de la máscara de Fernando, y en mayor o menor medida, esta seguirá siendo la
política hasta 1816.
Pero el intercambio dé notas (y el enarbolamiento de banderas) no termina aquí. El
primero de marzo Belgrano parte para el norte, ya que ha sido nombrado comandante del
ejército del Perú.
Ya en Tucumán, le comunica al gobierno que al celebrar el 25 de mayo hizo rendir varios
homenajes a la "Bandera nacional", luego de lo cual la llevó ante las tropas. Agrega luego
que "enseguida, formados en columnas me acompañaron a depositar la bandera en mi
casa, que yo mismo llevaba en medio de aclamaciones y vivas del pueblo que se
complacía con la señal que ya nos distingue de las demás naciones, no confundiéndonos
igualmente con los que ha pretexto de Fernando VII tratan de privar a la América de sus
derechos". (3)
Por si a alguien le quedaba alguna duda, acá aparece claro el sentido que Belgrano le
daba a la creación de la bandera.
Rivadavia, en cuanto recibe el oficio de Belgrano lo reprende con severidad. Le dice que
ya el 3 de marzo al saber que había enarbolado la bandera en Rosario se le había
ordenado abstenerse de hacerlo en adelante, y que al haberlo hecho de vuelta debía
ahora reparar "tamaño desorden".
Belgrano le contesta que él no había recibido la nota del 3 de marzo pasado pues ya en
esa fecha había partido al norte. Le anuncia luego -seguramente amargado- que "la
bandera la he recogido y la destruiré para que no haya ni memoria de ella". (4)
Pero por cierto no fue esto lo que ocurrió. Luego de otras alternativas, la bandera
finalmente fue aceptada oficialmente el 25 de julio de 1816, es decir, 16 días después
de que se declarase la independencia.

Notas
(1) Mitre, Bartolomé. "Historia de Belgrano y la Independencia Argentina". Buenos
Aires, Suelo Argentino, 1950.
(2) Lizando Borda, Manuel. "Extensión de la Revolución: campañas militares
(1810-1818). En : Leviller, Roberto. "Historia Argentina". Buenos Aires, Plaza y
Janes, 1968.
(3) Idem.
(4) Idem.
DOCUMENTOS

La educación en la época de la independencia: el pensamiento de Manuel


Belgrano sobre educación.

La educación en la época de la colonia


"Había una escuela en la que se daban azotes todo el día. El refrán era: la letra
con sangre entra. Se le daba la lección; ¿no la sabía? seis azotes y estudiarla,
¿no la sabía?, doce azotes; él la ha de saber.”
"Este era el sistema de un Don Marcos Salsedo, que tenía tal placer en dar
azotes, que se contaba como una gracia, que un día en que había la función de la
Recoleta, con la que deliraban los muchachos, empezó por preguntar a cada uno
si quería ir. Unos decían que sí y otros que no, de miedo; sólo a uno se le, ocurrió
decir: lo que el señor maestro quisiera. Dio la orden de dar seis azotes a los que
querían ir; doce a los que no querían ir, porque habían mentido; y sólo fue
exceptuado, el que se había sujetado a la voluntad del maestro."

Reglamento que deberá regir para las escuelas de Tarija, Jujuy, Tucumán, y
Santiago del Estero.

Art. 1. (...) Habiendo destinado los cuarenta mil pesos fuertes que me concedió en
premio la Asamblea Constituyente)...) para que con sus rentas se doten cuatro
escuelas, (...) le señalo a cada una de ellas el capital de diez mil pesos para que
del rédito anual de quinientos se le paguen cuatrocientos pesos del sueldo al
maestro y los ciento restantes se destinen (...) para los niños de padres pobres
(...).
Art. 3: - La provisión de estas escuelas se hará por oposición. El Cabildo (...)
nombrará dos sujetos de los más capaces e instruídos del pueblo, para que ante
ellos, el vicario eclesiástico y el procurador de la ciudad de verifique la oposición
públicamente
Art. 4: - Cada tres años podrá el ayuntamiento abrir oposición y convocar
opositores si lo tuviere por conveniente (...).
Art. 5: - Se enseñará en estas escuelas a leer, escribir y contar, la gramática
castellana, los fundamentos de nuestra sagrada religión, y la doctrina cristiana (...)
los primeros rudimentos sobre el origen y objeto de la sociedad, los derechos del
hombre en esta y su obligación hacia ella y al gobierno que la rige.
Art. 6: - Cada seis meses habrá exámenes públicos a presencia de los mismos
individuos ante quienes se verifique la oposición. A lo jóvenes que sobresalgan se
les dará asiento de preferencia, algún premio o distinción de honor, procediéndose
en esto con justicia.
Art. 8: En las funciones del patrono de la ciudad, el aniversario de nuestra
regeneración política y otras de celebridad, se le dará asiento al maestro en
cuerpo de Cabildo, reputándose por un padre de la patria.
Art. 9: - Todos los días asistirán los jóvenes a misa conducidos por su maestro; al
concluirse la escuela por la tarde rezarán las letanías a la virgen, teniendo por
patrona a nuestra Sra. de Mercedes. El sábado a la tarde rezarán un tercio de
rosario.
Art. 11: - Los que escriban, harán sólo dos planas al día y ninguna pasará de una
plana de cuartilla. El tiempo sobrante después de la plana, se destinará a que lean
libros, aprendan la Doctrina Cristiana, la Aritmética y la Gramática Castellana.
Art. 15: - Sólo se podrá dar de penitencia a los jóvenes el que se hinquen de
rodillas; pero por ningún motivo se les expondrá a la vergüenza pública, haciendo
que se pongan en cuatro pies, ni de otro cualquier modo impropio.
Art. 16: - A ninguno se le podrán dar arriba de seis azotes por defectos graves; y
sólo por un hecho que pruebe mucha malicia, o sea de muy malas consecuencias
en la juventud, se le podrán dar hasta doce, haciéndolo esto separado de la vista
de los demás jóvenes.
El maestro procurará con su conducta y en todas sus expresiones y (...) modos
inspirar a sus alumnos amor al orden, respeto a la religión, moderación y dulzura
en el trato, sentimientos de honor, amor a la virtud y a las ciencias, horror al vicio,
inclinación al trabajo, despego del interés, desprecio de todo lo que diga a
profusión y lujo en el comer, vestir y demás necesidades de la vida, y un espíritu
nacional que les haga preferir el bien pública al privado, y estimar en más la
calidad de americano que la de extranjero.
Art. 19: - El maestro tendrá gran cuidado en que todos se presenten con aseo en
su persona y vestido; pero no permitirá que nadie use lujo aunque sus padres
puedan y quieran costeárselo.
Art. 21: - Los ayuntamientos cuidarán de la puntual obediencia de este reglamento
y de todo lo relativo al buen orden y adelantamiento de estas escuelas, a cuyo
efecto los regidores se turnarán por semana para visitarlas y reprender a los
maestros de los defectos que adviertan.
Jujuy, 25 de Mayo 1813.
Manuel Belgrano

Sugerencias de actividades

Para los más chicos:


Objetivos: que los chicos conozcan nuestra bandera y las banderas de otros
países, que comiencen a plantearse el porqué de la existencia de nuestra bandera
en ese momento histórico.
Las que siguen, son preguntas que pueden ayudar al maestro a plantearse
algunas actividades con su grupo:
¿Cómo es la bandera argentina? (observación-actividad plástica)
¿Cómo son las banderas de los países de donde vienen los papás ? (investigar en
casa).
¿Cómo son las banderas de los países que están lejos del nuestro? (investigación
en textos, diccionarios, etc.).
Qué otras banderas conocen?¿Para qué sirven las banderas? (relacionarlo con la
necesidad de camisetas distintivas en los cuadros de fútbol, partidos políticos,
organizaciones sociales, etc.).
¿Por qué se le habrá ocurrido a Belgrano crear una bandera? (Antes de plantear
la discusión, explicar algunos sucesos de la época).
La bandera qué simboliza para su pueblo?

Hay banderas que tienen un sol en el medio ¿por qué?


¿Qué hacen los alumnos de cuarto grado con la bandera todos los años, y por
qué?

Para los más grandes:


Objetivos: que los chicos puedan conocer algunas costumbres de la época y
compararlas con las de su situación actual. Que comiencen a analizar cada
suceso histórico dentro de sus propio contexto.
Luego de leer las "Memorias" de Mariquita Sánchez sobre "la educación en la
época de la colonia".
- Explicar algunas características y costumbres de la época.
- Organizar un debate: ¿Ustedes consideran que es conveniente para la
educación de un chico que los padres o los maestros le peguen?
¿Todos considerarían como normal la forma en que castigaban a los alumnos?
¿Por qué les parece que ustedes saludan todos los días a la bandera? ¿Se les
ocurren otras formas de saludo a la bandera?
Luego de leer el "Reglamento de Escuelas de Belgrano":
- Formar grupos de 5 ó 6 integrantes y leer el reglamento.
- Uno de los integrantes registrará la conclusión a que llegue el grupo luego de
trabajar estas preguntas:
¿Que artículos de los que leyeron del Reglamento les parecerían interesantes
para aplicar hoy en las escuelas?
¿Qué artículos no les parecerían convenientes y por qué?

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