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El ángel de los niños

Nota: esta historia la cuentan entre 3 locutores. Practicar las emociones que se deben sentir al
escuchar la historia. No es solamente leerla, hay que actuarla con su voz.

Locutor - Cuenta una antigua historia que a un niño que estaba por nacer, le dijo Dios;

Niño -Me dicen que me vas a enviar mañana a la tierra; pero ¿Cómo viviré tan pequeño e
indefenso como soy?

DIOS-Entre muchos ángeles escogí uno para ti, que te estará esperando; él te cuidará.

Niño -Pero dime; aquí en el cielo, no hago más que cantar y sonreír, eso basta para ser feliz.

DIOS -Tu ángel te cantará, sonreirá todos los días y tu sentirás su amor, y serás feliz.

Niño -Y ¿Cómo entender que la gente me hable, si no conozco el extraño idioma que hablan los
hombres?

DIOS -Tu ángel te dirá las palabras más dulces y más tiernas que puedas escuchar, y con mucha
paciencia y cariño te enseñará a hablar.

Niño -Y ¿Qué haré cuando quiera hablar contigo?

DIOS _Tu ángel te juntará las manitas y te enseñará a orar.

Niño -He oído que en la tierra hay hombres malos, ¿Quién me defenderá?

DIOS -Tu ángel te defenderá, aún a costa de su propia vida.

Niño -Pero estaré triste porque no te veré más Señor.

DIOS -Tu ángel te hablará de Mí y te enseñará el camino para que regreses a mí presencia, aunque
Yo siempre estaré a tu lado.

Locutor. -En ese instante, una paz reinaba en el cielo, pero ya se oían voces terrestres, y el niño
presuroso, repetía suavemente:

Niño -Dios mío, si ya me voy dime su nombre, ¿Cómo se llama mi ángel?

DIOS -Su nombre no importa, tú solo le dirás: ¡¡¡Mamá!!!


Un Mensaje Para Mamá
Nota: esta historia la cuentan entre 3 locutores. Practicar las emociones que se deben sentir al
escuchar la historia. No es solamente leerla, hay que actuarla con su voz.

Locutor 1
Madre…
Tu nombre es sinónimo de un amor puro, sacrificado y abnegado.
Llevas impregnada la esencia más grata y olorosa de la dulzura.
Eres la más exquisita rosa del jardín de Dios.
Locutor 2
Das todo sin esperar nada a cambio.
Tienes en tu interior una fuerza increíble, tu fe remueve montañas y provoca milagros maravillosos.
Eres ejemplo de lo que es el perdón y la dedicación.
Locutor 3
Madre…
Perdón por el dolor que muchas veces sin querer, he causado a tu corazón.
Pienso en ello y puedo sentir vergüenza y tristeza.
Pido a Dios que cada día renueve tus fuerzas, que te llene de alegría y energía.
Que yo pueda seguir tu ejemplo y ser una persona que marca la diferencia.
Que no olvide nunca tus consejos ni la influencia que has causado en mi vida.
Locutor 1
Madre…
¿Qué palabras podría yo decir para hacerte saber lo mucho que significas para mí y lo importante
que eres en mi vida?
Eres virtuosa, tienes belleza, tu corazón es reflejo del mismo amor de Dios.
¡Te quiero tanto, que lo sepa el mundo entero!
Doy gracias a Dios por haber permitido que existieras, por tener la fortuna de ser llamada tu hija y
porque en medio del camino, si algo bueno yo he hecho, es porque tu compañía siempre ha estado
cercana y con tu ejemplo me has inspirado a ser cada día mejor.
Por todo ello y muchísimo más, ¡feliz día de las madres, mamá!

Autora: Brendaliz Avilés


Querida mamá:
Nota: este poema lo relata una mujer agradecida por su mamá, voz dulce como de quien
recuerda momentos felices y aun difíciles, pero que hoy entiende todo lo que vivió y
aprendió de su madre.
Querida mamá:
Yo no sé escribir poemas, ni tampoco poesías
tan bellas y hermosas como tú lo hacías.
Pero lo que hoy escribo lo hago de corazón
por tu gran esfuerzo y mucho tesón.
Ya me siento una mujer, el tiempo paso
y puedo decir “Hasta aquí me ayudo Dios”
El Señor tuvo que usar a alguien terrenal
que me brindara cuidados y mucho amor fraternal.
Nunca me sentí sola, tampoco desprotegida
en esta, no fácil tarea mujer; fuiste tú la elegida.
Fue tuya la responsabilidad de criarme
y por el santo camino de Dios guiarme.
Fuiste tú la que más tiempo me dedicó
por eso estas palabras, hoy te las dedico yo.
Quiero decirte ¡gracias! por haberme guiado
en los días buenos y también en los malos.
A veces usaste la mano un poco dura
recuerdos que hoy en mi vida perduran.
Con la ayuda del Señor supiste encaminarme
le pedías la guía de cómo debías de criarme
Me pregunto:
¿Qué hubiera sido de mi sin tus sabios consejos?
seguro me encontraría de mi Salvador muy lejos.
Muchas veces tus reproches no eran lo que quería
es por eso que a veces yo no te entendía.
Pero hoy veo el fruto de la obediencia hacia ti

tu veías más lejos de lo que podía ver yo.


Por mi poca edad y mi falta de experiencia
tú me aconsejabas con mucha paciencia.
Gracias por alegrarme mis noches y mis días
¡que paciencia!, y la que me tendrás todavía.
Porque sé que me amarás hasta el fin de tus días
y al Señor le sigues pidiendo por mi vida.
Me enseñaste ¡tantas y hermosas cosas!
pero el temerle a Dios por sobre todas las cosas.
Lo que un día me enseñaste, en mi corazón he guardado
la semilla del evangelio, que en mi vida tú has sembrado.

Autora: Elba Barroso Basly

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