Cuando se entra a definir el concepto de que es una smart citys, se hace referencia a ciudades

que tiene a su disposición una tecnología y un diseño de tal forma que es consecuente sé si
misma de tal punto que sabe lo que le está ocurriendo tanto así que genera información que le
permite a sus regidores tomar decisiones adecuadas, además cuenta con la participación parcial
de sus ciudadanos aprovechando bien su energía y que al fin y al cabo permite aprovechar todos
su atributos para dar mejor calidad de vida a sus ciudadanos (Botello, 2017).

Otros autores tienen con secciones similares donde definen que una ciudad inteligente es aquella
que aglutina una serie de conceptos basados en la sostenibilidad centrados fundamentalmente
en tres ámbitos básicos que son: medio ambiente , económico y social y que busca la mejora
de la calidad de vida de sus habitantes (Narcis, 2015)

Además hay una relación muy directa entre las ciudades inteligentes (smart cities) y la tecnología
donde representan la evolución natural de la urbe tradicional gracias a la aplicación de las nuevas
tecnologías de la información y de la comunicación a sus procesos de funcionamiento cotidiano.
En la actualidad, se están implantando infraestructuras y dispositivos dirigidos a un amplio marco
de acción de muy variada influencia en donde eficiencia energética, accesibilidad, movilidad,
reducción de la contaminación o recursos sostenibles son los ítems más repetidos. En este proceso
de transformación integral de la ciudad, los ciudadanos y los contenidos que van dirigidos a ellos
deberían ser prioritarios, sin embargo parecen estar ausentes en la gran mayoría de estudios e
investigaciones al respecto. (Barceló Ugarte, Cabezuelo Lorenzo, & Sánchez Martínez, 2017)

Por otro lado hay autores que definen las Smart citys como