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REFLEXIONES PRELIMINARES.
El punto de partida para el desarrollo del presente articulo, consiste en dejar claramente
precisado que todo acto de autoridad en materia fiscal debe de encontrarse suscrito por funcionario público
debidamente autorizado para ello, es decir, solo la autoridad que se encuentre debidamente facultada para
emitir el acto administrativo de que se trate, por regla general, puede confeccionarlo con efectos jurídicos
plenos. Se entiende que un ente de gobierno posee potestad para realizar la actuación de que se trate, cuando
se encuentra investida de competencia para ello. En este sentido y en términos generales, prescindiendo de
términos doctrinarios, debemos de conceptuar a la competencia como la facultad que posee una autoridad
impositiva para conocer de determinado asunto, sin embargo, hay precisar que la competencia no se presume
ni deduce, es sólo mediante la regulación objetiva e indubitable que un precepto jurídico realiza que se puede
concluir legalmente que un órgano de gobierno posee competencia o carece de ella, dicho en otras palabras, la
competencia es una institución jurídica que debe de encontrarse contenida en ley, orden jurídico que justifica
su existencia y alcances, razón por la cual, cuando una autoridad fiscal pretende ejercer facultades sin
fundamento jurídico, evidentemente actualiza la hipótesis de ser un órgano incompetente, tal y como lo han
reconocido nuestro órganos jurisdiccionales mediante la integración del siguiente precedente jurisprudencial :
Novena Epoca
Instancia: SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA ADMINISTRATIVA DEL PRIMER
CIRCUITO.
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo: II, Noviembre de 1995
Tesis: I.2o.A. J/6
Página: 338
Amparo directo 842/90. Autoseat, S.A. de C.V. 7 de agosto de 1990. Unanimidad de votos. Ponente: Ma.
Antonieta Azuela de Ramírez. Secretario: Gamaliel Olivares Juárez.
Amparo en revisión 2422/90. Centro de Estudios de las Ciencias de la Comunicación, S.C. 7 de noviembre de
1990. Unanimidad de votos. Ponente: Ma. Antonieta Azuela de Ramírez. Secretario: Francisco de Jesús
Arreola Chávez.
Amparo directo 2182/93. Leopoldo Alejandro Gutiérrez Arroyo. 20 de enero de 1994. Unanimidad de votos.
Ponente: Carlos Amado Yáñez. Secretario: Mario Flores García.
Amparo directo 1102/95. Sofía Adela Guadarrama Zamora. 13 de julio de 1995. Unanimidad de votos.
Ponente: Carlos Amado Yáñez. Secretario: Mario Flores García.
Séptima Epoca
Instancia: TRIBUNAL COLEGIADO DEL NOVENO CIRCUITO.
Fuente: Semanario Judicial de la Federación
Tomo: 133-138 Sexta Parte
Página: 281
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seguridad jurídica ni para el gobernante ni para el gobernado, de que la autoridad de manera expresa se ha
responsabilizado de las consecuencias de la resolución.
Séptima Epoca:
Volúmenes 133-138, Sexta Parte, pág. 68. Amparo en revisión 527/79. Andrés de Alba. 21 de febrero de 1980.
Unanimidad de votos. La publicación no menciona ponente.
Volúmenes 133-138, Sexta Parte, pág. 68. Amparo en revisión 7/80. Jorge de Alba. 21 de febrero de 1980.
Unanimidad de votos. La publicación no menciona ponente.
Volúmenes 133-138, Sexta Parte, pág. 68. Amparo en revisión 452/79. Radio Potosina, S. A. 6 de marzo de
1980. Unanimidad de votos. La publicación no menciona ponente.
Volúmenes 133-138, Sexta Parte, pág. 68. Amparo en revisión 11/80. Cinemas Gemelos de San Luis Potosí, S.
A. 13 de marzo de 1980. Unanimidad de votos. La publicación no menciona ponente.
Volúmenes 133-138, Sexta Parte, pág. 68. Amparo en revisión 52/80. Miguel Fernández Arámbula. 19 de
marzo de 1980. Unanimidad de votos. La publicación no menciona ponente.
Nota: En el Informe de 1980, la tesis aparece bajo el rubro "FIRMA AUTOGRAFA. SI LA RESOLUCION
RECLAMADA EN AMPARO CARECE DE ELLA, RESULTA INCONSTITUCIONAL.".
Al respecto, hay que aclarar que sí bien la firma es el signo gráfico a virtud del cual se
identifica el que una persona haya suscrito un documento y, consecuentemente, sea factible y jurídico
vincularla con el contenido y efectos del mismo, se hace necesario que tal signo gráfico se haya plasmado en
forma manuscrita, es decir, que exista convicción clara de que se estampó de puño y letra del sedicente
suscriptor. A contrapunto, las firmas impresas o consignadas vía facsimilar no son legales al no poderse
relacionar al titular de las mismas con el contenido y efectos del documento que calzan, configurándose una
violación directa al orden legal aplicable, específicamente al artículo 38 fracción III del Código Fiscal de la
Federación ( C.F.F. ) y a la Constitución General de la República al actualizarse la hipótesis de existencia de
un acto de autoridad indebidamente fundado y motivado. Por lo que respecta a las actuaciones de naturaleza
tributaria, es conveniente destacar el contenido de la siguiente jurisprudencia :
Octava Epoca
Instancia: Segunda Sala
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Tomo: 56, Agosto de 1992
Tesis: 2a./J. 2/92
Página: 15
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Contradicción de tesis. Varios 16/90. Entre las sustentadas por el Primero y Segundo Tribunales Colegiados
del Sexto Circuito. 21 de noviembre de 1991. Mayoría de 4 votos. Disidente: Carlos de Silva Nava. Ponente:
Fausta Moreno Flores. Secretario: Víctor Hugo Mendoza Sánchez.
Tesis de Jurisprudencia 2/92. aprobada por la Segunda Sala de este alto Tribunal, en sesión privada de
veintinueve de junio de mil novecientos noventa y dos, por unanimidad de cinco votos de los señores
ministros: Presidenta Fausta Moreno Flores, Atanasio González Martínez, Carlos de Silva Nava, Noé
Castañón León y José Manuel Villagordoa Lozano.
Una vez expuestas las anteriores consideraciones, es prudente abordar el tema central de la
presente colaboración.
DELEGACIÓN DE FACULTADES.
En primer término se hace necesario definir que se entiende en nuestro derecho positivo por
delegación de facultades. Al respecto, el Diccionario Jurídico Mexicano, define que por delegación de
facultades debe de entenderse “ el acto jurídico general o individual, por medio del cual un órgano
administrativo transmite parte de sus poderes o facultades a otro órgano “ 1. Por su parte, el maestro Luis
Humberto Delgadillo Gutiérrez, en su libro intitulado Elementos de Derecho Administrativo señala que “ La
delegación de competencia consiste en la transmisión del ejercicio de facultades que un órgano hace a favor
de otro inferior, ya sea en forma total o parcial .... “ 2. En consecuencia, claramente se advierte que ambas
definiciones coinciden en indicar que la naturaleza jurídica de la delegación de facultades entraña un ejercicio
de transmisión, es decir, existe la transmisión de un derecho por parte de un ente público, generalmente
jerárquicamente superior, a otro que recibe esa potestad transmitida. En materia fiscal la delegación de
facultades se presenta reiteradamente, lo cual no significa que su realización se encuentre apegada a derecho.
En efecto, la intención de esta colaboración es destacar los elementos mínimos de juridicidad que deben de
reunirse para efecto de que se estime que la multirreferida delegación de facultades en materia impositiva es
legal y, por ende, surta los efectos jurídicos que se pretenden. En este orden de ideas, se hace ineludible
transcribir el siguiente precedente jurisdiccional firme :
Octava Epoca
Instancia: SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO DEL SEXTO CIRCUITO.
Fuente: Semanario Judicial de la Federación
Tomo: VIII, Septiembre de 1991
Tesis: VI. 2o J/146
Página: 69
1
Diccionario Jurídico Mexicano. Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM. Editorial Porrúa.
México, 1999. pág. 862.
2
Delgadillo Gutiérrez, Humberto. Elementos de Derecho Administrativo. Editorial Harla. México, 1986, pág.
83.
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DELEGACION DE FACULTADES. Nuestro régimen jurídico ha consagrado la delegación de facultades
como una técnica de transferencia de una competencia propia de un órgano superior de la administración
pública en favor de un órgano inferior, y que persigue como propósito facilitar los fines de aquél y cuya
justificación y alcance se hallan en la ley orgánica, puesto que para el perfeccionamiento del acto delegatorio
se requiere la reunión de varios requisitos de índole legal, entre otros, la existencia de dos órganos, el
delegante y el delegado, la titularidad por parte del primero de dos facultades, una la que será transferida y
otra la de delegar y la aptitud del segundo para recibir una competencia por la vía de la delegación.
Revisión fiscal 199/88. Secretaría de Hacienda y Crédito Público. 30 de agosto de 1988. Unanimidad de
votos. Ponente: Gustavo Calvillo Rangel. Secretario: Jorge Alberto González Alvarez.
Revisión fiscal 19/90. Poly Cajica, S. A. 16 de octubre de 1990. Unanimidad de votos. Ponente: Gustavo
Calvillo Rangel. Secretario: Jorge Alberto González Alvarez.
Revisión fiscal 9/91. Carmen Patricia Núñez Bretón. 23 de abril de 1991. Unanimidad de votos. Ponente:
Gustavo Calvillo Rangel. Secretario: Jorge Alberto González Alvarez.
Revisión fiscal 10/91. Industrial Textil Majestic, S. A. 3 de mayo de 1991. Unanimidad de votos. Ponente:
Gustavo Calvillo Rangel. Secretario: Jorge Alberto González Alvarez.
Revisión fiscal 18/91. Joel Méndez Ballesteros. 2 de julio de 1991. Unanimidad de votos. Ponente: Gustavo
Calvillo Rangel. Secretario: Jorge Alberto González Alvarez.
NOTA: Esta tesis también aparece publica en la Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Número 45,
Septiembre de 1991, pág. 47.
La defensa fiscal a cargo del contribuyente, para los efectos que aquí se tratan, radica
precisamente en demostrar al órgano jurisdiccional que conozca del asunto controvertido la violentación de
los tres extremos indicados, lo cual, como lo he dejado anotado, es causal de nulidad absoluta. A la fecha, las
actuaciones de la autoridad impositiva que se realizan al amparo de la delegación de facultades, en su
mayoría, incumplen los rubros indicados, sin embargo, al momento en que no oponemos resistencia a ello, vía
instrumentación del recurso administrativo o demanda anulatoria, según se opte, tácitamente los consentimos
en nuestro perjuicio. La autoridad fiscal para los efectos que aquí se precisan utiliza generalmente sellos que
consigna en el acto de autoridad de que se trate – prescindiendo de cuestionar la validez de los mismos en un
acto de autoridad por no ser materia de esta reflexión – resulta que incumplen con los tres lineamientos antes
referidos, dando pauta para que se reclame la nulidad de la actuación así confeccionada. Adicionalmente, es
claro que la jurisprudencia antes invocada es muy clara en su regulación, en virtud de lo cual no existe
ninguna duda de que los documentos que se combatan por incumplimiento de los rubros en cuestión, serán
seguramente anulados.
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SUPLENCIA POR AUSENCIA.
La suplencia por ausencia es el acto administrativo por virtud del cual se substituye la
ausencia de un funcionario por otro. En materia fiscal se presenta con frecuencia y aún cuando la suplencia y
la delegación de facultades son figuras jurídicas distintas, para efectos de que se encuentren ajustadas a
derecho, prescinden del cumplimiento de extremos legales muy similares. En este sentido someto a
consideración del lector la siguiente tesis, misma que desde ahora lo sostengo, es emitida por el Tribunal
Federal de Justicia Fiscal y Administrativa ( TFJFA ) y resulta, desde el punto de vista del suscrito,
parcialmente correcta :
Tercera Época.
Instancia: Sala Regional Sureste.(Oaxaca)
R.T.F.F.: Año VIII. No. 86. Febrero 1995.
Tesis: III-TASR-XV-204
Página: 75
Juicio No. 36/94.- Sentencia de 26 de septiembre de 1994, por unanimidad de votos.- Magistrada Instructora:
María de los Angeles Garrido Bello.- Secretaria: Lic. Analicia Vega León.
En virtud del precedente supra citado, se confirma que para que la suplencia por ausencia
resulte ajustada a derecho, es menester que el suplido tenga facultad expresa regulada en ley para substituir,
por su parte el substituido debe de ser titular de la competencia cuyo ejercicio se substituye y contar con el
fundamento legal de procedibilidad de la figura legal en trato, es decir, de la propia suplencia. Estos aspectos,
indubitablemente son correctos, empero, donde no se comparte el criterio adoptado por el TFJFA, es por lo
que corresponde a argumentar que para que el acto de suplencia se encuentre correctamente motivado no es
necesario que se indique la causa de la ausencia. Esta idea, desde cualquier perspectiva es equivocada, en
efecto, el elemento esencial de definición de procedencia, por principio esencial de lógica y derecho, consiste
en expresar el porqué se encuentra ausente el suplido, de donde depende la calificación de procedencia o
improcedencia de la propia suplencia. Adicionalmente, la tesis en análisis no aporta un razonamiento que
soporte su afirmación en el sentido de eximir a la autoridad hacendaria de explicar el porqué de la ausencia, y
ante la inexistencia de un concepto que la justifique, su regulación se torna dogmática y unilateral. Rechazo
totalmente la validez de este criterio.
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Sí bien ya se comentó que las instituciones jurídicas que por motivo del presente se revisan,
poseen puntos advertiblemente similares, también es importante, para efectos estrictamente jurídicos dejar en
claro sus diferencias. Al respecto, es válido indicar que las figuras legales en trato son diferenciadas en virtud
de los efectos que produce su instrumentación, los cuales han sido reconocidos en los términos a que se
contrae la siguiente tesis jurisdiccional :
Novena Epoca
Instancia: CUARTO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA ADMINISTRATIVA DEL PRIMER
CIRCUITO.
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo: IX, Abril de 1999
Tesis: I.4o.A.304 A
Página: 521
Amparo en revisión 2474/98. Cablevisión, S.A. de C.V. 28 de octubre de 1998. Unanimidad de votos.
Ponente: Hilario Bárcenas Chávez. Secretario: Emilio Hassey Domínguez.
Véase: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo IX, febrero de 1999, página
241, tesis 2a. XVIII/99, de rubro: "SECRETARIO DE HACIENDA Y CRÉDITO PÚBLICO, SUPLENCIA
POR AUSENCIA. EL ARTÍCULO 105 DEL REGLAMENTO INTERIOR DE LA DEPENDENCIA
CORRESPONDIENTE NO ES INCONSTITUCIONAL PORQUE NO EXCEDE LO DISPUESTO POR
LOS ARTÍCULOS 16 Y 18 DE LA LEY ORGÁNICA DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA FEDERAL.".
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Esto es así, en virtud de que injustificadamente la tesis antes citada prevé que entratándose
de la actuación de la autoridad impositiva que se realiza vía delegación de facultades, el delegado resulta
responsable del proceder que realiza en nombre del delegante, en contraste con la suplencia por ausencia,
supuesto en que el suplente no es responsable de la actuación que efectúa a nombre del suplido,
supuestamente en razón de que en el último caso, el suplente no substituye la voluntad o responsabilidad del
suplido. Esta construcción conceptual no tiene ninguna justificación, la realidad es que en ambos casos, el
acto administrativo de que se trate causa un efecto jurídico y, generalmente tal consecuencia da lugar a que se
afecte la esfera jurídica del gobernado, en este contexto debe de responsabilizarse en ambos casos al ejecutor
material del acto, mismo que en su calidad de autoridad – aún de corte temporal – debe de ajustar su actuación
a derecho y no eximírsele para reputar los efectos de un proceder injusto a una persona que invariable e
innegablemente no externó fehaciente y objetivamente su voluntad, es decir, el delegante y el suplido.
REFLEXIONES FINALES.