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Cipriano Castro

Nació en Capacho (Edo. Táchira) el 12 de octubre de 1858.


Murió en Santurce (Puerto Rico) el 4 de diciembre de 1924.

Cipriano Castro
Ilustración realizada por Francisco Maduro.
Militar y político tachirense, presidente de la República (1899-1908) e iniciador de una
nueva y larga hegemonía en la historia política de Venezuela: las de los Andinos (1899-
1945). Hijo de José del Carmen Castro, agricultor de mediana posición y de Pelagia Ruiz.
Después de realizar sus primeros estudios en su pueblo natal y en la ciudad de San
Cristóbal, prosiguió su formación en el Colegio Seminario de Pamplona, Colombia
(1872-1873).

Educación e inicios en la política


No obstante, dada su inclinación hacia la política, desatiende la educación formal para
iniciarse en el conocimiento de los postulados del movimiento liberal colombiano. En tal
sentido, no sólo examinó los escritos de sus dirigentes más progresistas, entre ellos el
poeta y panfletario José María Vargas Vila, sino que asistió como espectador a las
concentraciones masivas del partido liberal de ese país. Finalmente, abandonó la carrera
eclesiástica para retornar a San Cristóbal, donde empezó a trabajar como dependiente de
la casa Van Dissel, Thies y Cía, empleo que dejó para incursionar de manera definitiva
en el mundo de la política.
Casa natal de Cipriano Castro en Capacho

Mural a la entrada de la casa natal de Cipriano Castro


En 1876 se opuso a la candidatura del general Francisco Alvarado a la presidencia del
estado Táchira. En 1878 trabajó como administrador del periódico El Álbum cuando
participó en la toma de San Cristóbal junto con un grupo de autonomistas que rehusaban
a someterse a la autoridad del nuevo presidente del estado. En 1884, como consecuencia
de un incidente con el párroco de Capacho, el padre Juan Ramón Cárdenas, fue
encarcelado en el retén de San Cristóbal de donde se fuga, a los 6 meses, para refugiarse
en Cúcuta. Allí conoció a su futura esposa, la joven Zoila Rosa Martínez, conocida
posteriormente como doña Zoila. Dos años después regresó al Táchira, acompañando las
fuerzas invasoras de los generales Segundo Prato, Buenaventura Macabeo Maldonado y
Carlos Rangel Garbirias, quienes, una vez más, enarboló la bandera autonomistas frente
a los atropellos del gobernador de la sección del gran estado Los Andes, general Espíritu
Santo Morales. Durante el desarrollo de esta invasión, Castro derrotó al coronel Evaristo
Jaimes en Capacho Viejo y al propio gobernador Morales en Rubio, lo que le valió ser
ascendido a general y convertirse en un importante figura política dentro del gran estado
Los Andes. Según lo refiere la tradición histórica, fue en el entierro de Evaristo Jaimes -
quien murió en combate - que Castro conoció a Juan Vicente Gómez, su futuro compadre
y compañero de armas. En 1888, cuando Carlos Rangel Garbiras fue designado presidente
del gran estado Los Andes, Castro accedió a la gobernación de la sección Táchira,
posición desde la cual comenzó a construir su propia base de poder regional.
En 1890 se encargó de la Comandancia de Armas y posteriormente es electo diputado por
la sección Táchira al Congreso Nacional. La actuación de Castro en el Parlamento le
permitió darse a conocer entre las esferas políticas caraqueñas, y en especial en el círculo
del entonces presidente Raimundo Andueza Palacio, con quien comulgó en sus planes
continuistas. Con el objeto de apoyar de manera efectiva a Andueza regresó Castro al
Táchira en marzo de 1892, donde recibe la colaboración de Juan Vicente Gómez, Emilio
Fernández y Francisco Antonio Colmenares Pacheco, con quienes organizó un ejército
para enfrentarse a la Revolución Legalista que se había fomentado en todo el país, y que
tuvo entre sus principales jefes a Joaquín Crespo.

Cipriano Castro y Juan Vicente Gómez


Luego de exitosos combates en Palmira y San Juan de Lagunillas, entró a Mérida con la
intención de marchar hacia Caracas, pero el avance de Joaquín Crespo contra las fuerzas
anduecistas, indicativo de una masiva victoria de la revolución, lo obligó a desistir en su
apoyo a Andueza. Por tal motivo, marchó al exilio y permaneció 7 años (1892-1899) en
la hacienda Los Vados, en las cercanías de Cúcuta, mientras Gómez se estableció en una
finca vecina.

Ascenso a la presidencia
En 1898 a medida que aumentó la desestabilización del nuevo gobierno de Ignacio
Andrade, creció el dinamismo de los partidarios de Castro, que a la postre formaron un
Comité Revolucionario. A principios de 1899, luego de conversaciones infructuosas con
Rangel Garbiras, con el fin de realizar una acción conjunta, Castro decidió organizar junto
con Juan Vicente Gómez y otros copartidarios, la denominada Revolución Liberal
Restauradora, que comenzó con la invasión del territorio nacional, el 23 de marzo de
1899. Dicho movimiento revolucionario triunfó luego de librarse algunos combates, por
lo que el presidente Andrade abandonó el país ante el incontenible avance de Castro,
quien finalmente entró en Caracas el 22 de octubre de 1899 encargándose de la
presidencia de la República hasta diciembre de 1908.Una vez en el poder Cipriano Castro
tuvo que afrontar una fuerte oposición política por parte de sectores tanto nacionales como
internacionales. En tal sentido, tenemos el estallido de la Revolución Libertadora (1901-
1903), liderada por el banquero Manuel Antonio Matos y que contó con el apoyo
financiero de compañías extranjeras; el bloqueo de las costas venezolanas por parte de las
armadas de Inglaterra, Alemania e Italia (diciembre 1902-febrero 1903) que motivó la
célebre proclama de Castro: "Venezuela, la planta insolente del extranjero ha profanado
el sagrado suelo de la patria"; y "La Conjura" (1907), complot palaciego que se generó
en torno a su ausencia del gobierno por motivos de salud. En síntesis, para poder superar
la oposición a su gobierno y consolidarlo, Castro tuvo que liquidar los centros dispersos
de poder político (caudillos) y preparar el advenimiento de un régimen plenamente
autoritario, lo que no dejó de provocar la reacción de ciertos sectores separados del poder.
En noviembre de 1908 con el objeto de someterse a una riesgosa operación quirúrgica en
Alemania, dejó en el poder transitoriamente al vicepresidente de la República, general
Juan Vicente Gómez; quien aprovechó las circunstancias para dar un incruento golpe de
Estado, el 19 de diciembre de ese año.

Expulsión del poder y vida en el exilio


Una vez alejado del poder y negada la posibilidad de regresar a Venezuela, Castro sufrió
el acoso de las potencias resentidas por la política que mantuvo hacia ellas durante los 8
años que estuvo en el poder. Al carecer de los recursos para efectuar una invasión armada,
se marchó a Madrid para luego convalecer de su operación en París y en Santa Cruz de
Tenerife.
A fines de 1912 pretendió pasar una temporada en Estados Unidos, pero fue apresado y
vejado por las autoridades de inmigración y obligado a marcharse en términos perentorios
(febrero 1913). Finalmente se estableció en Santurce, Puerto Rico (1916), bajo una
estrecha vigilancia por parte de espías enviados por Juan Vicente Gómez. En 1917, a
pesar de sus pésimas relaciones con el gobierno de Estados Unidos, funcionarios de este
país, disgustados por la actitud neutral de Gómez ante los sucesos de la Primera Guerra
Mundial, establecieron contacto con él para que encabezara una posible reacción en
contra del gobierno venezolano, lo que no obstante rechazó. Murió en Puerto Rico en
1916. Sus restos reposaron en el cementerio de San Juan de Puerto Rico hasta el 25 de
mayo de 1975, cuando fueron repatriados e inhumados en un mausoleo de su pueblo natal.
Posteriomente el 14 de febrero de 2003 sus restos fueron trasladados al Panteón Nacional.

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