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Resumen de Fisiología y Física Biológica

Unidad 1 - Física Biológica - pH y Soluciones Amortiguadoras


Recordatorio de unidades: Unidades del sistema internacional de unidades (SIU): metros (longitud), segundos (tiempo),
kelvin (temperatura), mol (cantidad de sust). Según la ley de Avogadro volúmenes iguales de distintos de gases a igual
presión y temperatura tienen el mismo número de moles.
La masa molecular relativa es el cociente entre la masa de una molécula de una sustancia y la doceava parte de la masa de
un átomo de C12. La masa molar es la masa de una sustancia que al ser medida es gramos es numéricamente igual a la
masa molecular relativa. Cuando se observan las masas molares de distintas sustancias se obtiene que el número de
moléculas es siempre el mismo; 6,02 x 1023 (número de Avogadro). Un mol es un conjunto que contiene el número de
Avogadro de unidades elementales de cualquier clase (átomos, fotones, células, moléculas, etc.)
10-3 = mili (m), 10-6 = micro (µ), 10-9 = nano (n), 10-12 = pico (p).

Soluciones: Un sistema material es un cuerpo o conjunto de cuerpos que se estudia. Una fase de un sist. material son todas
las porciones que comparten las mismas propiedades intensivas (es decir, independientes se la masa del sistema –
densidad, calor específico, etc.-, a diferencia de las propiedades extensivas –volumen, peso, etc.-).
Una solución es un sistema homogéneo (con una sola fase) conformado por distintos componentes con distintas
propiedades, separables por procesos de fraccionamiento físico. Se pueden clasificar de acuerdo a su estado de agregación
en sólidas, líquidas y gaseosas.
En las soluciones gaseosas cada gas se comporta independientemente de los demás (Ley de Dalton), por lo que se pueden
expresar las concentraciones como presiones parciales, que es la presión que tendría un gas componente de una solución si
a igual temperatura se encontrase solo, ocupando el volumen total de la solución. La presión total de la solución será la
suma de todas las presiones parciales.
En las soluciones líquidas, el solvente es líquido y el soluto puede estar en cualquier estado de agregación. La concentración
de la solución se puede expresar de varias maneras; un ejemplo de ellas es la molaridad (M), número de moles de soluto
contenidos en 1 lt. de solución. Además se puede expresar en forma de porcentaje soluto/solución (masa/masa,
volumen/masa o volumen/volumen), molalidad (moles de soluto por litro de solvente), normalidad (número de
equivalentes de soluto por litro de solución – los equivalentes expresan: cantidad de cargas en las que se disocia una sal,
OH ionizables de una base, o H ionizables de un ácido–) o fracción molar (proporción de moles de soluto/solución).
Propiedades coligativas de las soluciones: Son propiedades que sólo dependen de la concentración del soluto y no de la
naturaleza o tamaño de sus moléculas. Son el resultado de 2 factores que se dan al agregarse soluto: la disminución del N°
de moléc. del solvente en la superficie libre, y la aparición de fuerzas atractivas entre las moléc. del soluto y del solvente:

● Descenso de la presión de vapor del disolvente (presión de la fase gaseosa sobre la fase líquida).
● Elevación ebulloscópica (aumenta la temperatura del punto de ebullición).
● Descenso crioscópico (baja la temperatura de congelación de las disoluciones).
● Presión osmótica (presión que se debe aplicar a una solución para detener el flujo neto de disolvente
a través de una membrana semipermeable).

pH: La concentración de H+ habitualmente se expresa por medio de la función “p”, en donde “pX = -log(X)”. Por lo tanto:
pH = - log [H+] en donde [H+] es la concentración de iones H+ en moles/L (Molar, M). pH y [H+] están por ende
relacionados en forma inversa: cuando la [H+] aumenta, el valor de pH disminuye, y viceversa.
El agua a 25º C está parcialmente disociada en 10-7 moles/L de H+ y 10-7 moles/L de OH, es decir que su pH es 7,0.
Soluciones de pH 7,0 son neutras; cuando el pH es mayor que 7,0 la solución es alcalina, y cuando es menor que 7,0, ácida.

Electrolitos: Un electrolito es cualquier sustancia que contiene iones libres, y generalmente consiste en iones en solución.
Los electrolitos fuertes en solución acuosa se disocian totalmente. Los electrolitos débiles se disocian parcialmente,
pudiendo estar como moléculas disociadas y no disociadas. Los electrolitos que al disociarse producen H+ son llamados
ácidos y los que lo captan son llamados bases.
Dado que los electrolitos presentan cargas, tienen propiedades coligativas distintas a las de otras sustancias.
● Actividad: Las especies disueltas tienden a actuar como si su concentración fuese menor a la real, ya que las distintas
cargas se atraen estrechamente con las del signo contrario; por lo que el Factor i de Van’t Hoff (N° de iones en los que se
disocia una sust. y por los que se debe multiplicar para calcular la presión osmótica) suele ser menor del n° de electrolitos.
● Transmisión de corrientes: Dado que lo electrolitos poseen cargas, tienen propiedades eléctricas tales como la
transmisión de corrientes.

Soluciones amortiguadoras: Los electrolitos débiles se disocian según la reacción: HA  H+ + A- formando una solución
amortiguadora en donde HA es el ácido y A- su base conjugada. Dado que la reacción es reversible, si a una solución que
contiene cantidades apreciables de A- y de HA se le agrega un ácido fuerte, la base conjugada de la solución amortiguadora
captará los iones H+ añadidos y el equilibrio de la reacción se desplazará hacia la izquierda. Como consecuencia, [A-]
disminuye, [HA] aumenta y el cociente [A-] / [HA], disminuye. Aunque la concentración de átomos de hidrógeno en la
solución aumenta, sólo una pequeña fracción de éstos permanece ionizada, ya que la mayor parte se combina con A- para
formar más moléculas de HA. Es decir, el exceso de H+ agregado ha sido "atrapado" por los A-.
Si a la misma solución se le agrega una base fuerte, la base se combina con los H+ libres y se desplaza el equilibrio de la
reacción hacia la derecha, con aumento de la disociación de HA. Entonces [A-] aumenta, [HA] disminuye y el cociente [A-] /
[HA] aumenta. En este caso el agregado de base ha sido compensado con la disociación del ácido débil, “liberando” H+.
Los cambios en [H+] de la solución son amortiguados porque la sustancia amortiguadora atrapa H+ cuando éstos se agregan
a la solución y libera H+ cuando se adiciona base a la solución (o es lo mismo decir que se sustraen H+ de la solución).
El grado de disociación, α, se define como el cociente entre la cantidad de sustancia disociada, respecto de la cantidad de
sustancia inicial o total. Si α=1, el electrolito es fuerte, mientras que si α > 1 es débil.

Ecuación de Henderson-Hasselbalch: Esta ecuación describe los factores que regulan el pH de ácidos o bases débiles.
Cuando la disociación de un ácido débil llega a su equilibrio presenta la siguiente relación entre productos y reactivos:
K = [A-] x [H+] donde K es la constante de disociación del ácido.
[HA] Expresándola en forma logarítmica y reordenando: log [H+] = log K + log [HA]/[A-], y si multiplico
pH = pK + log [A-] por -1 entonces:
[HA] La ecuación indica que el pH de una solución de un ácido débil está determinado por el valor de pK,
una característica fisicoquímica del ácido en particular, y por el logaritmo decimal del cociente
entre las concentraciones de los dos componentes, el ácido débil HA y su base conjugada A-. Por lo tanto, si a una solución
amortiguadora se le agregan o sustraen cantidades proporcionales de A-y de HA, a pesar de los cambios en los valores
absolutos de [A-] y de [HA], el pH permanecerá inalterado.
El mismo agregado de ácido no produce siempre el mismo cambio de pH. Las soluciones amortiguadoras son más eficaces
cuando el pH es cercano al pK porque en estas condiciones, [AH] y [A-] son aproximadamente iguales.
Cuando el compuesto se encuentra semidisociado (es decir [A-] = [HA]), el pK (-log de la constante de disociación del
compuesto) coincide numéricamente con el pH de la solución de ese compuesto.

Capacidad amortiguadora: La capacidad amortiguadora (β) es un parámetro que se usa para describir la eficacia de una
solución para amortiguar los cambios en el pH que ocurren como consecuencia del agregado de ácido o base. β se define
como la cantidad de base que se debe agregar a un litro de solución, para aumentar el pH en una unidad:
β = Δ base El cociente Δbase/ΔpH es siempre positivo ya que el agregado de ácido da lugar a un valor negativo tanto
Δ pH de Δbase como de ΔpH; y el agregado de base genera Δbase y ΔpH positivos.

Sistema amortiguador cerrado: En los sistemas amortiguadores cerrados el agregado de un ácido fuerte desplaza el
equilibrio hacia la izquierda, reduciendo la cantidad de base conjugada [A-] y aumentando la de ácido débil [HA] en la
misma cantidad de moles que se agregó de H+. Un ejemplo de este sistema es el compuesto por las proteínas del plasma o
por el amortiguador fosfato.
Sistema amortiguador abierto: En los sistemas amortiguadores abiertos al menos uno de los componentes se encuentra
en equilibrio con el exterior, pudiendo escapar o incorporarse al sistema manteniendo su concentración constante. Por
esta razón, un sistema amortiguador abierto es más eficaz que uno cerrado. Un ej. es el buffer Ác. carbónico/bicarbonato.
Sistemas amortiguadores fisiológicos: Son sistemas encargados de mantener el pH de los medios biológicos dentro de un
rango de valores compatibles con la vida. El mantenimiento del pH en un rango estrecho se requiere para llevar a cabo las
funciones bioquímicas y fisiológicas de las células, tejidos, órganos, aparatos y sistemas. Los sistemas amortiguadores se
pueden clasificar de acuerdo a su naturaleza química en orgánicos e inorgánicos y, a la vez dependiendo de su localización
podemos clasificarlos en plasmáticos y tisulares.

Sistemas amortiguadores orgánicos:


- Las proteínas y aminoácidos: Las proteínas (aminoácidos) son electrolitos anfóteros. Como tales, pueden ceder protones
así como como captarlos y, a un determinado pH (en su pI), tener ambos comportamientos al mismo tiempo. La carga
depende del pH del medio. En un medio muy básico se cargan negativamente, mientras que en el fuertemente ácido lo
hacen positivamente. Este tipo de amortiguadores es importante a nivel de los tejidos.
- Hemoglobina: La Hb se comporta como un amortiguador fisiológico muy eficaz dado que tiene una alta concentración
en la sangre (15 gr/dl) y debido al cambio de pK que se produce cuando la Hb capta o cede oxígeno (forma oxidada <->
forma reducida). pK oxiHb = 7,16 y pK desoxiHb = 7,71, por lo tanto la oxiHb es más ácida que la desoxihemoglobina. Los
valores de pK son tales que determinan que en la siguiente disociación, el valor x sea, aproximadamente, 0,7.
Esta propiedad de la hemoglobina, de cambiar su valor de pK, contribuye al transporte de una determinada cantidad de
CO2 liberada en los tejidos hacia los pulmones. La hemoglobina oxigenada que llega a los tejidos se disocia liberando
O2, un proceso que está favorecido por el estado de los tejidos (baja pO2, menor pH y alta pCO2).
0,7 H+ + HbO2  HbH+ 0,7 + O2

Sistemas amortiguadores inorgánicos:


- Ácido carbónico/bicarbonato: Está constituido por HCO3-/CO2. Parte del CO2 producido por las células se hidrata, tanto en
el plasma como en los glóbulos rojos, para formar H2CO3 de acuerdo con la reacción:
CO2 El ácido carbónico (H2CO3), se disocia en bicarbonato (HCO3-) y H+.
 K' K La ecuación de Henderson Hasselbalch para el ácido carbónico se
CO2 disuelto + H2O  H2CO3  HCO3- + H+ puede representar:
formas ácidas base pH = pK + log [HCO3-] pH = pK + log [HCO3-]
[H2CO3] [CO2]d
En donde pK' incluye la constante de disociación de la
reacción entre el CO2 disuelto y el H2CO3 (K'). El CO2 en H2O dará la forma "ácida" del sistema amortiguador y se disociará
formando su base conjugada (HCO3-). pK' es 6,1 (a 37ºC); [H2CO3] puede ser ignorada por ser despreciable frente a la del
[CO2] y [CO2]d indica la concentración de anhídrido carbónico disuelto. La [CO2] disuelta es proporcional a la presión parcial
de CO2 en la solución (Ley de Henry): [CO2]d = α . PCO2 donde α es el coeficiente de solubilidad para el CO2
(aproximadamente 0,03 mmol/L.mmHg).
Si la PCO2 es 40 mmHg, la cantidad disuelta a esa PCO2 será: 40 mmHg x 0,03 mmol . L-1 . mmHg-1 = 1,2 mmol/L
A pesar de que el valor de pK' es considerablemente diferente del pH plasmático y de otros líquidos orgánicos, el sistema
HCO3-/CO2 es un sistema amortiguador muy eficaz. Esto se debe a que uno de los miembros del sistema, el CO 2, está en
equilibrio con el gas alveolar. Por esta razón constituye un sistema abierto en el cual el término PCO 2 tiende a permanecer
constante después del agregado de ácido o base.

- Fosfato diácido/monoácido: Si bien el ácido fosfórico (H3PO4) y sus fosfatos pueden encontrarse como 4 especies (H3PO4,
H2PO4-, HPO4-2, PO4-3) a pH fisiológico, las especies con capacidad amortiguadora son H2PO4-, HPO4-2 pH = 6,8 + log H2PO4-
ya que el valor de pK de la disociación ácida de HPO4-2 es 6,8. Por lo tanto: HPO4-2
-2 -
Al valor de pH fisiológico (7,4), la concentración de HPO4 es 4 veces superior a la de H2PO4 .
Por ello, el amortiguador fosfato es un sistema muy eficaz para amortiguar ácidos. Si se compara su concentración en
sangre con otros sistemas amortiguadores (por ejemplo con el bicarbonato/ácido carbónico) se podría decir que tiene
escasa capacidad para amortiguar dada su baja concentración. Pero a nivel intracelular, las concentraciones de fosfato son
elevadas, convirtiéndolo en un amortiguador muy eficaz. El líquido intracelular así como el hueso son depósitos grandes de
fosfato, que lo hacen muy eficaz para amortiguar el pH.
Osmosis y presión osmótica: Cuando se tienen dos soluciones a ambos lados de una membrana semipermeable (con poros
moleculares que permiten el paso del solvente pero no del soluto), se observa que el solvente fluirá pasivamente a través
de ella para lograr concentraciones de las partículas de soluto iguales en todo el sistema. Esto se denomina ósmosis, y se
basa en la cantidad de partículas disueltas, independientemente de su tamaño o características. Un osmol = cantidad de
partículas activas en la ósmosis, por lo que difiere de los moles agregados a la solución de sustancias disociables. Un mol de
NaCl = 2 osmoles, uno de Na+ y otro de Cl-. La presión osmótica (π) es una medida del pasaje del solvente durante la
ósmosis, y en términos prácticos se puede definir como la fuerza que se debe ejercer para impedir el pasaje de solvente a
través de la membrana semipermeable. π = (i C). R . T
Donde: (i C) = Factor i de Van’t Hoff x concentración en moles = osmolaridad, R = constante de los gases, T = temperatura
en grados Kelvin

Coloide: Es un sistema formado por dos o más fases; una continua, fluida, y otra dispersa en forma de partículas sólidas
que se hallan en menor proporción. En fisiología, estas partículas son proteínas tales como las plasmáticas.
Los coloides tienen propiedades particulares, que son: dispersión de la luz (en lugar de permitir que los rayos atraviesen el
coloide, las partículas en suspensión dispersan la luz por el sistema coloidal) y movimiento Browniano (movimiento
aleatorio de las partículas por su interacción con las moléculas de la fase continua).
Las proteínas de los colides generan también su propia presión osmótica, llamada coloidosmótica u oncótica y que se
expresa como πp. Es importante en Fisiología ya que en los capilares muchos electrolitos pueden pasar de un lado a otro del
endotelio, pero (salvo en casos patológicos) las proteínas plasmáticas no, por lo que son fundamentales para mantener y
regular el volumen sanguíneo; la albúmina siendo la principal encargada. El coeficiente de reflexión (σ) es la dificultad
relativa para el paso de una sustancia a través de la membrana capilar. El coeficiente de reflexión del agua es cero y el de la
albúmina es 1 (el endotelio es básicamente impermeable a esta molécula). Los solutos filtrables tienen unos coeficientes de
reflexión entre 0 y 1. Además, los distintos tejidos muestran coeficientes de reflexión distintos para la misma molécula, de
forma que el desplazamiento de un soluto determinado a través de la pared endotelial depende del tejido. La presión
oncótica real (π) se define por la siguiente ecuación:
Donde: π = σ . R .T (Ci - Co)
σ = coeficiente de reflexión. R = constante de los gases. T = temperatura en grados Kelvin.
Ci y Co= concentración de solutos dentro y fuera del capilar, respectivamente.

Valores fisiológicos: Presión oncótica del plasma = 0,03 atm = 25 mm Hg


Presión osmótica total del plasma = 300 miliosmoles x lt = 300 mOsm = 7,63 atm

Tonicidad: La tonicidad también hace referencia a las diferencias de concentración de dos soluciones a ambos lados de una
membrana semipermeable, pero lo hace en términos fisiológicos, tomando en cuenta a una membrana biológica cuya
permeabilidad a ciertos solutos puede variar.
Si una solución tiene una concentración osmolar mayor a la del interior de una célula, se denomina hipertónica, y el líquido
intracelular tenderá a escapar; si tiene menor concentración, es hipotónica, y el solvente entrará a la célula (llegando a
explotarla si la presión osmótica es suficiente); si ambas osmolaridades son iguales, la célula mantendrá su volumen.
En cuanto a la permeabilidad de la membrana a los solutos, dependerá de éstos; por ejemplo, la membrana de los
eritrocitos es permeable a la urea, por lo que ésta en sí misma no genera presión osmótica; aunque al entrar arrastra agua
al interior del eritrocito hinchándolo.
Unidad 1 - Fisiología- Bioestadística y radiaciones ionizantes

Bioestadística:
En la construcción del conocimiento científico aparecen problemas o lagunas de información, que postulan un problema;
una vez que este ha sido planteado, un científico o comunidad científica puede formular un modelo teórico para llenar
dicha laguna, que a su vez va a estar formado por hipótesis que deben ser puestas a prueba mediante el diseño de un
experimento, la ejecución y recolección de datos para el mismo, y la inferencia de las conclusiones. Una vez que se
contrastan los resultados con la hipótesis formulada se puede determinar si se construyó conocimiento válido o no. En la
ejecución y recolección de datos se deben extraer muestras por selección al azar.

La estadística es una herramienta útil para la interpretación del resultado de las pruebas a las que ha sido sometida una
hipótesis de trabajo; y también es aplicable a los fenómenos biológicos, si bien debido a su variabilidad inherente todo
resultado experimental está asociado a un cierto grado de incertidumbre.
Debido a esto pueden ocurrir en la estadística médica dos tipos de errores, que son: 1) atribuir el efecto observado al
tratamiento cuando en realidad no existe relación y la supuesta “consecuencia” es casual, y 2) atribuir ese resultado a la
casualidad cuando, a la inversa del caso anterior, es consecuencia del tratamiento.
La bioestadística nos permite tratar de reducir estos errores lo más posible para evitar equivocaciones; los cálculos
estadísticos ayudan a reducir los errores tipo “1” a un 5%, mientras que los errores tipo “2” se pueden disminuir
aumentando el tamaño de la muestra.
Los diseños experimentales más comunes son estudios comparativos entre el comportamiento de dos o más grupos o
muestras, que son sometidos a tratamientos; por lo general uno de los grupos no es introducido a una modificación
experimental, y actúa como grupo de control. El único requisito fundamental de estos estudios es que la única diferencia
entre los grupos debe ser el tratamiento realizado, por lo que se trata de evitar selecciones que puedan estar sesgadas.

Representación gráfica: Para darnos cuenta de un sólo vistazo de las características de la población resulta esclarecedor el
uso de gráficos y diagramas:

Gráficos para variables cualitativas: Los gráficos más usuales para representar variables de tipo nominal son los siguientes:
Gráfico de barras: Se representan en el eje de ordenadas las modalidades y
en abscisas las frecuencias absolutas o bien, las frecuencias relativas.
También se pueden comparar dos poblaciones en cada una de las
modalidades: 

 Diagramas de sectores: Se divide un


círculo en tantas porciones como clases
existan, de modo que a cada clase le
corresponde un arco de círculo
proporcional a su frecuencia absoluta o relativa. Puede interesar comparar dos
poblaciones. Una posibilidad es comparar las 2 poblaciones usando para cada una de ellas un diagrama semicircular con
radios proporcionales a su diferencia en tamaño.
Pictogramas: Expresan las frecuencias con dibujos alusivo al tema de estudio. El escalamiento de los dibujos debe ser tal
que el área de cada uno de ellos sea proporcional a la frecuencia de la modalidad que representa.
Gráficos para variables cuantitativas: Varían para las variables continuas y discretas.
Discretas: Se pueden utilizar gráficos de barras; y las frecuencias
pueden ser absolutas, relativas o acumuladas 
Continuas: Los diagramas
diferenciales son los histo-
gramas y los polígonos de
frecuencias.
 Un histograma se
construye a partir de la
tabla estadística, repre-
sentando sobre cada
intervalo, un rectángulo
que tiene a este segmento
como base. El criterio para
calcular la altura de cada rectángulo es el de
mantener la proporcionalidad entre las frecuencias de cada intervalo y el área de los mismos.
 El polígono de frecuencias se construye fácilmente si tenemos representado previamente el
histograma, ya que consiste en unir mediante líneas rectas los puntos del histograma que
corresponden a las marcas de clase.
Gráficos de dispersión: Un diagrama de dispersión es un tipo de diagrama
matemático que utiliza las coordenadas cartesianas para mostrar los valores de dos
variables para un conjunto de datos. Los datos se muestran como un conjunto de
puntos, cada uno con el valor de una variable que determina la posición en el eje
horizontal y el valor de la otra variable determinado por la posición en el eje vertical.
Si no existe una variable dependiente, cualquier variable se puede representar en cada eje y el diagrama de dispersión
mostrará el grado de correlación (no causalidad) entre las dos variables. Un diagrama de dispersión puede sugerir varios
tipos de correlaciones entre las variables con un intervalo de confianza determinado. La correlación puede ser positiva
(aumento), negativa (descenso), o nula (las variables no están correlacionadas). Se puede dibujar una línea de ajuste
(llamada también "línea de tendencia") con el fin de estudiar la correlación entre las variables.

Nociones de bioestadística: Variables: Son cualidades aplicables a un sujeto que estoy tratando de estudiar. Se pueden
categorizar y clasificar en escalas como: Variables cuantitativas, que pueden medirse numéricamente y se diferencian en
continuas y discretas; y variables cualitativas, que pueden describirse pero no medirse y que se clasifican a su vez en
ordinales (tienen un orden subyacente) y nominales (no lo tienen).
Universo: Es el conjunto de todos los individuos, animales y/u objetos definidos por ciertas condiciones limitantes sobre los
que podrán aplicarse las conclusiones obtenidas.
Muestra: Conjunto reducido de elementos extraídos del universo a partir de los cuales se pueden realizar inferencias del
universo del que provienen y del que deben ser representativas.
Estimadores estadísticos: Nos permiten calcular la tendencia central de los valores, o su dispersión. Las tres medidas más
usuales de tendencia central son: la media, la mediana, y la moda.
● La media aritmética (x) de una variable estadística es la suma de todos sus posibles valores, ponderada por las
frecuencias de los mismos (número de valores que aparecen). Si los valores son X1, X2 ... X10, entonces la media
aritmética será igual a:
La media presenta inconvenientes en algunas situaciones; uno de ellos es que es muy sensible a los valores extremos
de la variable: ya que todas las observaciones intervienen en el cálculo de la media, la aparición de una observación
extrema, hará que la media se desplace en esa dirección. Además, el resultado no necesariamente será uno de los
valores de la variable; por ejemplo, el promedio de 3, 5 y 10 = 6.
En la media geométrica (xG), en lugar de sumarse los valores de la variable, se suman sus logaritmos.
● La mediana (Med) es el primer valor de la variable que deja por debajo de sí al 50 % de las observaciones. Ej; de los
valores 1, 2, 3, 4, 5 y 6, 4 es la mediana. Esto nos da ciertas ventajas; es de rápido cálculo, no se ve afectada por
valores extremos y su valor es uno de los obtenidos.
● La moda también utiliza valores obtenidos y es de cálculo rápido; consiste en el valor de la variable que se repita
más veces. Por ejemplo; si los valores son 2, 4, 5, 3, 7, 4, 9, 4, 0 y 6, el valor 4, que se repite 2 veces, es la moda.
Los estadísticos de tendencia central o posición nos indican donde se sitúa un grupo de puntuaciones. Los de variabilidad o
dispersión nos indican si esas puntuaciones o valores están próximas entre sí o si por el contrario están o muy dispersas:
● El rango se obtiene restando el valor más bajo de un conjunto de observaciones del valor más alto. Es fácil de
calcular y sus unidades son las mismas que las de la variable. Sólo utiliza dos observaciones y se puede ver muy
afectada por valores extremos; y puede aumentar con el número de observaciones, pero nunca disminuir.
● La varianza (S2) se define como la media de las diferencias cuadráticas de n puntuaciones con respecto a su media
aritmética, es decir, la media de las diferencias de cada valor con la media elevadas al
cuadrado. Para obtener la varianza: 1) calcular la media aritmética 2) restar dicha media a
cada valor de la variable 3) elevar el resultado al cuadrado 4) sumar todos los resultados
elevados al cuadrado 5) dividir todo por n, el número de valores.
Elevar cada diferencia al cuadrado hace que todos los números sean positivos (para evitar que los números negativos
reduzcan la varianza), por lo que la varianza es siempre una cantidad positiva, con propiedades interesantes para la
realización de inferencia estadística.
● La desviación estándar (S) es simplemente la raíz cuadrada del valor que se obtiene de la varianza (no de las restas
de los valores y la media), y nos sirve para obtener las mismas unidades en las que están presentados los valores. Por
ejemplo; si los valores están dados en metros, la varianza será metros cuadrados, y la desviación estándar metros de
vuelta. Tanto la desviación como la varianza toman en cuenta todos los valores; además, según el teorema de
Chebyshev, a menos de dos desviaciones estándar de la media (k=2), se encuentran al menos el 75% de los datos.
● El error estándar de la media (SEx) es una medida que cuantifica las oscilaciones de la media
muestral (media obtenida en los datos) alrededor de la media poblacional (verdadero valor de la
media). El EEM o SEM se estima generalmente dividiendo la desviación estándar de la población
entre la raíz cuadrada del tamaño de la muestra (asumiendo independencia estadística de los valores en la muestra).

Distribuciones continuas:
Distribución normal (de Gauss): Tiene forma de campana y queda
completamente definida si se conocen sus parámetros: la media es su eje
de simetría, que alcanza un único máximo (moda) en µ, y la desviación
estándar la distancia que separa a la media del punto de inflexión (punto
donde cambia de cóncava a convexa). El área bajo la curva de distribución
indica la probabilidad de obtener un determinado valor. Si usamos como
unidad arbitraria el desvío estándar (σ) para medir la desviación de la
media, los valores de probabilidad para la curva de distribución normal son:

Desvío de Fracción del Probabilidad dentro Probabilidad fuera Ej: Si la frec. cardíaca media es de 80 pulsaciones
la media área total de los límites de los límites por min. y su desviación estándar = 15, el 95% de
±1 68% 0.68 0.32 las personas se encontrarán entre: x ± S  80 ±
±2 95% 0.95 0.05 30 = 50 y 110. Esto también significa que hay
±3 99% 0.99 0.01 una probabilidad del 5% de encontrar a alguien
que no tenga esta frecuencia cardíaca.

Distribución de Student (o “t”): Si en lugar de tomar los valores de cada sujeto de estudio del universo subdivido a éste en
muestras, puedo obtener medias muestrales. El universo formado por estas medias muestrales se relaciona con el universo
de valores individuales de la siguiente manera:
1) Ambos tienen la misma distribución normal (de Gauss).
2) El valor de la media del universo de valores individuales es el mismo que el del universo de medias muestrales.
3) El desvío estándar o error estándar (ES) de las medias muestrales es tanto menor cuanto mayor sea el tamaño de las
muestras, según la relación: ES = S/√ , donde ES mide la dispersión de las medias muestrales alrededor de la
media del universo. En la práctica del error estándar se estima con los valores de la muestra, por ello nos obliga a usar una
distribución ligeramente distinta a la normal, llamada distribución de “t”, test de “t”, o distribución de Student. En esta
distribución el valor que limita las zonas de aceptación o rechazo de H0 (hipótesis de partida) no es un valor fijo, sino que
depende del número de grados de libertad de la muestra (estimador del número de categorías independientes en una
prueba particular o experimento estadístico) y debe buscarse en una tabla.
El “test de t” para las variables cuantitativas sirve para comparar dos muestras independientes en una misma variable, y se

debe aplicar la fórmula t = (x1 – x2) / √ , donde x1 y x2 son la media muestral para cada caso, y ES1 y ES2 son los
errores estándar previamente obtenidos para cada muestra. Los valores obtenidos se buscan entonces en una tabla, y se
identifica el número de grados de libertad y cuál es la probabilidad P de que ambas muestras provengan de universos
diferentes; se acepta que éstas son significa-tivamente diferentes cuando P < 0,05 (menor al 5%), es decir que si el valor de
“t” hallado es menor al valor de la tabla para los grados de libertad con P<0,05, la diferencia no es significativa; y si es
mayor, sí es estadísticamente significativa.
La distribución t de Student tiene propiedades similares a la normal (Gauss): Es de media cero, y simétrica con respecto a la
misma; y es algo más dispersa que la normal, pero la varianza decrece hasta 1 cuando el N° de grados de libertad aumenta.

Distribuciones cualitativas:
Distribución Chi cuadrado (X2): En la distribución X2 se pueden evaluar variables cualitativas utilizando tablas de
contingencia con tantas entradas como variables se quieran evaluar; los valores o frecuencias esperados se calculan a
través del producto de los totales marginales dividido por el número total de casos (n). Ejemplo: el caso más sencillo sería
Tos No tos Totales marginales  una tabla de 2x2:
Fumadores 126 (a) 31 (b) 157
No fumadores 92 (c) 52 (d) 144 ( ) ( ) ( ) ( )
Totales marginales 218 83 301
j
( ) ( ) ( ) ( )
Tos No tos
i Fumadores E11=113.7 E12=43.2
No fumadores E21=104.3 E22=39.7
301
Las características de esta distribución son que no presenta valores negativos, el valor mínimo es cero y a la derecha se
distribuye hasta infinito.
Frecuencias observadas (O): Número de objetos o individuos de la muestra que caen dentro de las categorías de la variable
Frecuencias esperadas (E): N° de objetos o individuos que se esperaría observar si la hipótesis nula (H0) fuese verdadera.
Es lo que obtengo mediante la distribución de Chi cuadrado.

Test de X2: Prueba que se utiliza para comparar un conjunto de frecuencias observadas con un conjunto de frecuencias
esperadas (bondad de ajuste). También se utiliza para comparar dos o más frecuencias observadas con el objeto de medir
si las diferencias entre los conjuntos son significativas (prueba de homogeneidad), y conocer el grado de asociación de las
variables (prueba de asociación). Para obtener el valor de X2 debo seguir el cálculo:
2
donde X es igual a la suma de cada frecuencia observada menos la
( ) frecuencia del valor esperado correspondiente, elevado al cuadrado y
∑∑
dividido por la frecuencia esperada correspondiente.

A partir del valor obtenido: si la congruencia entre las frecuencias observadas y esperadas es exacta, el valor de X2 será = 0
para cada par de frecuencias de la categoría. Si el nivel de concordancia es estrecho pero no exacto, el valor de X2 será
próximo a 0 y no se puede rechazar H0; mientras que si la concordancia es pobre, el valor de X2 se agranda y debo rechazar
la H0. En el caso anterior (fumadores/tos), la bondad de ajuste nos dice que FO = FE,
la prueba de homogeneidad es positiva (hay homogeneidad), y la de asociación es
negativa (no hay asociación).
 Si hacemos un gráfico de la distribución, observamos que la cola derecha es la
probabilidad P de error, donde P = X2 ≥ X2α, n

0 X2α, n
Análisis de correlación: El grado de asociación entre dos variables se mide mediante un índice de correlación. Cuanto más
cercano a 1 o -1 es el coeficiente más estrecha la asociación, y cuanto más cercano a 0, más independientes las variables.
Para dos variables “x” e “y”, el índice de correlación se calcula mediante la siguiente fórmula:
∑ ∑

√ ∑ (∑ ) (∑ )

Análisis de regresión: Cuando se miden 2 variables puede no interesar el grado de correlación entre ellas, sino predecir el
valor de una conociendo la otra. Un ejemplo de ello es la ecuación de la recta  y = a + bx, donde a es la ordenada al
origen y b es la pendiente; y para cada valor de la variable “x” podemos calcular la variable “y” correspondiente.

Radiaciones ionizantes:
Átomos: Los átomos son las partículas más pequeñas e indivisibles por procesos químicos de los distintos elementos.
Los átomos están constituidos por 3 clases fundamentales de partículas: protones, neutrones y electrones. Los protones
tienen carga positiva y masa; los neutrones, masa sin carga; y los electrones, masa despreciable y carga negativa. La carga
de los protones/electrones es de +/- 1,6 x 10-19 Culombios (C), o 1 carga eléctrica (e). Como los átomos tienen igual
cantidad de protones y electrones, son eléctricamente neutros. La masa de los protones y neutrones es de 1,6 x 10-27 kg, o
1 unidad de masa atómica (UMA). Protones y neutrones se agrupan para formar el núcleo del átomo, alrededor del cual
giran los electrones en orbitales; por ende, los protones y neutrones también se denominan nucleones.
En un átomo las propiedades dependen del número y disposición de los electrones que se encuentran en su corteza, que es
igual al número de protones de su núcleo; el N° de protones de un átomo se denomina número atómico, se simboliza con
una Z y es lo que caracteriza a un elemento; incluso si la cantidad de electrones o neutrones varía, mientras el número
atómico permanezca igual las propiedades químicas serán las mismas.
Por otra parte el número másico hace referencia a la masa del átomo, por lo que toma en cuenta protones y
neutrones, y se simboliza con una A. Un mismo elemento puede tener átomos con distinto N° atómico (distinta
ctidad de neutrones); éstos serán isótopos. Restando los protones al N° atómico obtengo los neutrones (A-Z=N).
Para los isótopos no varían las propiedades químicas, pero sí las físicas (al estar alterada su masa).

Nucleidos: Son cada una de las posibles agrupaciones de nucleones: protones y neutrones, unidos entre sí por las fuerzas
nucleares, que son muchísimo más intensas que las fuerzas entre el núcleo y los electrones, por lo que los núcleos suelen
ser estables. Sólo los más pesados manifiestan inestabilidad espontánea; y algunos isótopos de elementos estables, al estar
alterada la composición protones / neutrones, también son menos estables.

Radiación: La radioactividad es un fenómeno exclusivamente nuclear, independiente de los electrones, que se da


espontáneamente e imprevisible a nivel individual; es un fenómeno estadístico. Es además un fenómeno físico por el cual
los núcleos de algunos elementos químicos, llamados radiactivos, emiten radiaciones que tienen la propiedad de
impresionar placas radiográficas, ionizar gases, producir fluorescencia y atravesar cuerpos opacos a la luz ordinaria. Como
resultado de la desintegración, el núcleo inicial inestable se transforma en una o un grupo de partículas; estas partículas
emitidas son las que se conocen como radiación. Estas radiaciones se denominan ionizantes (las no ionizantes no ionizan a
los átomos o moléculas a los que impactan).
Existen tres tipos de radiaciones ionizantes o desintegraciones radioactivas: alfa, beta y gamma.
Radiación alfa (α): La partícula α emitida es un núcleo de Helio, formado por dos protones y dos neutrones. Algunos
elementos que generan radiación α son el isótopo Uranio 238 (pasando a Torio  ) y el Radio 226
(pasando a Radón 222  ).
Radiación beta (β): En este caso la partícula emitida es un electrón. Por ejemplo, un núcleo rico en neutrones puede
transformar a un neutrón en protón y emitir un electrón. (Ej: El Torio se transforma en Protactinio 
). A la inversa, un núcleo rico en protones puede emitir un positrón (electrón con actividad positiva), pero esto es
menos frecuente. (Ej: El Sodio 22 se transforma en Neón  ).
Radiación gamma (γ): Generalmente, los núcleos producidos por la desintegración alfa o beta de otro núcleo tienen un
número de nucleones constitutivos correcto, pero exceso de energía; se hallan excitados. El núcleo se deshace de esta
energía en la forma de radiación gamma, o fotón; éste es de la misma naturaleza que la luz y los rayos X.
Cuando la radioactividad proviene de elementos que se encuentran en la naturaleza, se habla de radioactividad natural;
pero se puede bombardear con partículas ciertos núcleos atómicos para producir radiactividad de los tres tipos.

Constante de desintegración radioactiva (λ): “El número de desintegraciones por unidad de tiempo es igual al número de
átomos radioactivos presentes”. El período de semidesintegración es el tiempo que debe transcurrir para que el N° de
átomos radioactivos se reduzca a la mitad, y puede durar entre milésimas de segundos y años. La vida media es el
promedio de vida de un núcleo o de una partícula subatómica libre antes de desintegrarse y se representa con la letra
griega τ (Tau). La desintegración de partículas es un proceso probabilístico, por lo que esto no significa que un determinado
núcleo vaya a tardar exactamente ese tiempo en desintegrarse. La vida media no debe confundirse con el semiperiodo,
vida mitad, semivida o periodo de semidesintegración: son conceptos relacionados, pero diferentes. En particular, este
último es de aplicación solamente para sustancias radiactivas y no a partículas libres.
La velocidad de desintegración o actividad radiactiva se mide en Bq, en el Sistema Internacional. Un becquerel vale 1
desintegración por segundo. También existen otras unidades: el rutherford, que equivale a 106 desintegraciones por
segundo, o el curio, Ci, que equivale idénticamente a 3,7 x 1010 desintegraciones por segundo.

Interacción de la radiación con la materia: Al ser radiaciones ionizantes, las α, β y γ son en sí mismas emisiones de energía
transportada por partículas (helio, electrones, fotones), que tienen la propiedad de extraer los electrones de los átomos
con los que se encuentran, ionizando la materia. Esto se genera por las interacciones electromagnéticas de las partículas
con la capa externa electrónica. La ionización específica es el número de pares ion-electrón producidos por la partícula
incidente, por unidad de recorrido en el medio material. Cuanto mayor sea, menor será la penetración de la radiación,
porque su energía se dispersa más rápido. Cada radiación tiene distintas propiedades:
● Radiación alfa: Son partículas cargadas (2 veces la carga de 1 electrón) con una gran masa (equivalente a 4 protones).
Pierden la energía muy rápido al interactuar con la materia, a la que ionizan o le excitan los electrones más superficiales; es
por esto que tienen trayectos cortos, y pueden ser frenadas por una simple hoja de papel, o, en el caso de los seres
humanos, la capa córnea de la epidermis, por lo que no representan un gran riesgo.
● Radiación beta: Al ser partículas cargadas de masa mucho menor a la de la radiación alfa, también van a ionizar la
materia, pero con una ionización específica (en un lugar determinado) menor y por ende una penetración y dispersión
mucho mayor; para bloquear esta radiación hace falta material como el aluminio o el plástico. En humanos, llega a penetrar
hasta el tejido subcutáneo, pero no más profundamente. La radiación beta puede llegar a interactuar con el núcleo de
algunos átomos, produciendo rayos X (radiación de frenado).
● Radiación gamma: Son radiaciones electromagnéticas, como las ondas ultravioleta o rayos infrarrojos, pero con mayor
energía. A diferencia de las otras radiaciones, las gamma interaccionan con la materia arrancando electrones de la corteza
atómica y produciendo pequeñas cantidades de ionización específica primaria; estos electrones animados cinéticamente
interaccionan luego con los de los átomos adyacentes, produciendo ionización específica secundaria, que tiene una acción
fundamental en el impacto de la radiación gamma.
Dado que la radiación gamma tiene una ionización específica pequeña, tiene un gran poder de penetración; y para
bloquearla se necesita blindaje pesado como el plomo y el hormigón, y de grosor considerable. Para los seres humanos, la
radiación gamma externa es más peligrosa que la alfa o la beta por su capacidad para atravesar tejidos; pero a diferencia de
las otras, representa menor riesgo en radiación interna, por su baja ionización específica.

Detección y medida de la radiación: Dados los riesgos de la radiación, es necesario poder detectar y dosar su presencia:
● Detectores de ionización gaseosa: Dado que la radiación ioniza la materia, se puede medir la existencia de estos iones:
en el caso de los detectores de IG, se tiene una cámara llena de gas; los iones que se generan por la radiación son
orientados a electrodos en los extremos de la cámara por un campo eléctrico generado por voltaje aplicado a las paredes
de la cámara; y la carga eléctrica producida por los iones es lo que se mide. Un ej. de DIG es el contador de Geiger.
● Detectores por centelleo: Existen materiales luminiscentes que, al ser excitados por la radiación emiten luz sin temp. en
intensidad proporcional a la energía de excitación de los electrones. La señal luminosa es convertida en eléctrica por un
fotocátodo y amplificada por un fotomultiplicador; la señal eléctrica resultante es directamente proporcional a la cantidad
de energía absorbida. Un ej. de material luminiscente es el yoduro sódico con trazas de talio (para radiación γ).
● Detectores de semiconductor: Los semiconductores son materiales con electrones con movilidad reducida, que no son
completamente conductores ni aislantes. Al excitarse o desprenderse sus electrones por radiación, adquieren la capacidad
de transmitir corriente, y esta capacidad será directamente proporcional a la energía absorbida. Ej: germanio y silicio.
A veces no es suficiente saber si existe radiación o no, sino que es necesario saber con exactitud la dosis recibida;
para esto existen dosímetros:
● Dosímetros de película: Una película al recibir radiación experimenta un cambio fotoquímico y se ennegrece; esto es
captado por un densitómetro óptico, que mide la fracción de luz transmitida a través de la película. El tipo y energía de la
radiación se distinguen a través de filtros de plomo, aluminio y plástico.
● Dosímetros de termoluminiscencia (TLD): Los materiales termoluminiscentes son similares a los luminiscentes, pero
almacenan la energía y sólo la liberan a altas temperaturas, por lo que pueden acumular altas dosis de radiación. Si luego
de un período se calienta el dosímetro, por mecanismos similares a los del detector por centelleo se puede detectar la
presencia de radiación pero además medir su dosis, que será proporcional a la señal eléctrica final. Ejemplos de materiales
termoluminiscentes son el fluoruro de litio y el fluoruro de calcio.
● Dosímetros de lectura directa: Son similares a los detectores de ionización gaseosa, pero con componentes digitales que
registran y suman la descarga iónica para dar una idea de la dosis; son útiles, pero no muy precisos.

Efectos biológicos de la radiación: En el impacto de la radiación en biología deben tenerse en cuenta 2 magnitudes:
Dosis absorbida: mide la cantidad de energía absorbida por unidad de masa de material irradiado. Se mide en Gray (J/ kg).
Dosis equivalente: mide el daño biológico producido por la radiación en un tejido, por tanto depende del tipo de radiación.
Es igual a la dosis absorbida multiplicada por el factor de ponderación que es diferente según el tipo de radiación. Se mide
en Sievert (J/kg, para factor ponderación = 1).
Las características generales de los efectos biológicos de las radiaciones son las siguientes:
● Aleatoriedad: la interacción de la radiación con las células es una función de probabilidad y tiene lugar al azar. Un
fotón o partícula puede alcanzar a una u otra célula, dañarla o no y si la daña puede ser en el núcleo o en el citoplasma.
● Rápido depósito de energía: El depósito de energía a la célula ocurre en un tiempo muy corto.
● No Selectividad: La radiación externa no muestra predilección por ninguna parte o biomolécula.
● Inespecificidad lesiva: Las lesiones de las radiaciones ionizantes son siempre inespecíficas o lo que es lo mismo, esas
lesiones pueden ser producidas por otras causas físicas.
● Latencia: las alteraciones biológicas en una célula que resultan por la radiación no son inmediatas, tardan tiempo en
hacerse visibles lo cual se llama periodo de latencia, y puede ser desde unos pocos minutos o hasta muchos años,
dependiendo de la dosis y tiempo de exposición.
Los efectos biológicos de la radiación pueden clasificarse en estocásticos y determinísticos:
Efectos determinísticos (causales): su severidad depende de la dosis recibida, siendo las lesiones más severas a mayor dosis
recibida llegando a provocar incluso la muerte; pero por debajo de una dosis mínima no tienen lugar. En general, se
producen cuando altas dosis de radiación afectan diversos tejidos y órganos como la médula ósea, el aparato digestivo, la
piel, los testículos y los ovarios, entre otros. Se dan a corto plazo.
Algunos efectos determinísticos en los diversos órganos: Testículos - Esterilidad permanente o temporal; ojos - formación
de cataratas; ovarios – esterilidad; piel - enrojecimiento de la piel (eritema) y posible pérdida permanente del pelo; médula
- formación reducida de glóbulos rojos; feto - posibles malformaciones.
Los efectos más agudos por exposiciones a dosis más altas o por más tiempo incluyen: Daños graves en el SNC-
rápidamente letal-; destrucción de la superficie intestinal y los glóbulos blancos - muerte en 2 sem.-; daños en los glóbulos
blancos y en el intestino; Síndrome de irradiación – nauseas, vómitos, diarrea - no es letal pero requiere tratamiento.
Efectos estocásticos o aleatorios, en los cuales la gravedad no depende de la dosis, por lo que no se puede establecer un
umbral; son a largo plazo y el daño a la salud de las personas involucradas ocurre a través de un fenómeno de naturaleza
probabilística. En caso de producirse los efectos, son siempre graves y comprenden la aparición de cáncer y las alteraciones
genéticas que dan lugar a las anomalías hereditarias.

Cada célula del organismo responde distinto a los efectos de los diferentes tipos de radiación. Así, la respuesta a la
radiación de los diferentes órganos, depende de los tejidos que los componen y de sus poblaciones celulares, así como de
las características físicas de la radiación. Aquellos órganos que se ven más afectados por la radiación y dan lugar a
consecuencias más graves para el organismo son denominados órganos críticos. Los principales son la médula ósea, donde
se producen las células sanguíneas, el intestino delgado, en que se realiza la digestión y la absorción de alimentos, y las
gónadas, donde se producen y maduran las células germinales.
Según la irradiación afecte las células somáticas o bien las germinales de un individuo, los efectos se clasifican en:
Somáticos: aparecen cuando los daños se manifiestan durante la vida del individuo irradiado, por irradiación de sus células
somáticas. A su vez se dividen en inmediatos o retardados, en función del tiempo transcurrido desde su irradiación. Los
somáticos inmediatos aparecen en el individuo irradiado en un intervalo de tiempo entre días y semanas después de la
exposición. Ejemplos son la fibrosis pulmonar causada por una dosis excesiva de radiación, o los eritemas de la piel.
Los somáticos retardados son estocásticos (ocurren al azar dentro de una población de individuos irradiados). La relación
entre la inducción de una enfermedad (leucemia, tumor sólido, etc.) y la dosis, sólo puede establecerse sobre grandes
grupos de población irradiada. Dichos efectos se manifiestan entre 2 y 30 años después de la exposición.
Genéticos o Hereditarios: Aquellos en que los daños se manifestarían en la descendencia del individuo irradiado, ya que la
radiación ha producido lesiones en sus células germinales o reproductoras. Pueden aparecer en primera generación o más
frecuentemente en los individuos de las generaciones sucesivas, como enfermedades hereditarias, defectos mentales,
anomalías óseas, etc. Son efectos estocásticos, ya que dependen de que una célula germinal con una mutación relevante
tome parte o no en la reproducción.

Con respecto a las dosis y los efectos determinísticos, los umbrales y cantidades más comunes (en mili Sievert) son:
Dosis (mili Sievert) Efectos sobre la salud
10.000 Dosis que origina muerte en días o semanas (100 % de los casos)
4.000 Dosis que origina muerte en días o semanas (50 % de los casos)
250 Dosis que no produce efectos observables de tipo inmediato
100 Dosis para la cual no hay evidencia de efectos sanitarios en seres humanos
3 Dosis por tomografía axial computarizada (TAC) de cabeza
2,5 Dosis media anual por persona en el mundo, por radiación natural
0,4 Dosis originada por una radiografía de tórax
La dosis máxima admisible en la población normal y el cuerpo en general es de 50 mSv por año.

Usos terapéuticos: Los radioisótopos se utilizan en medicina para diagnosticar las enfermedades, así como con fines
terapéuticos y de investigación clínica. Sus aplicaciones terapéuticas son bastante sencillas porque se basan principalmente
en el efecto destructivo que las elevadas dosis de radiación ejercen sobre las células del organismo. Por fortuna, las células
cancerosas poseen mayor radio sensibilidad que las células normales, debido a la exposición de su ADN en la constante
mitosis; los radioisótopos constituyen por ende un arma eficaz para atacar los tumores malignos del organismo. son
embargo, otras células como las de la piel y el pelo también se replican constantemente, y resultan dañadas en el proceso.
Los radioisótopos ofrecen la marcada ventaja de que determinados elementos presentan una especie de afinidad por
ciertos órganos y tejidos del cuerpo humano; por ejemplo, el yodo tiene afinidad por la glándula tiroides y el fósforo, por
los huesos. Pueden introducirse en el organismo radioisótopos de esos elementos para someter a una irradiación intensa y
localizada los tumores malignos del órgano en que esas sustancias se concentran (braquiterapia). Además, los isótopos
pueden utilizarse con éxito para normalizar la función de ciertos tejidos hiperactivos; el tratamiento del hipertiroidismo
constituye un ejemplo ilustrativo de esa aplicación. Otro empleo terapéutico de los radioisótopos consiste en preparar
intensas fuentes de radiación, para que el haz pueda enfocarse sobre un tumor desde el exterior.
Otro uso de los radioisótopos se basa en la facilidad para rastrearlos, lo que da posibilidades en aplicaciones en el
diagnóstico de enfermedades. Una de las técnicas más sencillas consiste en introducir el radioisótopo en el organismo y
observar a continuación su evolución en las distintas fases del metabolismo midiendo su absorción en determinados
órganos, su concentración en la sangre, o su ritmo de excreción. La evolución del radioisótopo y las características de su
metabolismo ayudan frecuentemente a descubrir la existencia de enfermedades orgánicas y facilitan su localización y la
determinación de su naturaleza. Por ejemplo, el yodo radiactivo se utiliza ampliamente en el diagnóstico de las afecciones
tiroideas; de manera análoga, el hierro radiactivo puede utilizarse para estudiar las afecciones de la médula ósea o del
bazo, el calcio radiactivo para diagnosticar el cáncer de los tejidos óseos y el sodio o el potasio radiactivos para estudiar los
trastornos cardíacos y renales.
Los radioisótopos también se pueden utilizar para la obtención de imágenes; y en especial se utilizan los rayos γ y los X (los
α y β no por su poca penetración). Los rayos X consisten en una radiación electromagnética de la misma naturaleza que los
rayos γ, pero la diferencia fundamental con los rayos gamma es su origen: mientras que los rayos gamma son radiaciones
de origen nuclear que se producen por la desintegración de isótopos radiactivos, los rayos X surgen de fenómenos
extranucleares, a nivel de la órbita electrónica, fundamentalmente producidos por desaceleración de electrones.
Para la producción de rayos X en laboratorios, hospitales, etc. se usan los tubos de rayos X, que pueden ser de filamento o
de gas, y cuentan con un cátodo y un ánodo para la movilización de electrones; cuando un haz de electrones muy
energéticos se desacelera al chocar con un blanco metálico, la colisión produce la radiación electromagnética.
En Imagen Médica se utilizan radiaciones ionizantes compuestas por fotones (rayos X y radiación γ) de mucha mayor
energía que la radiación visible, que son capaces de atravesar los tejidos y que, al ser absorbidas en mayor o menor medida
en función de la densidad de los tejidos, permiten obtener imágenes del interior del cuerpo humano. Se pueden obtener
imágenes proyectivas (es decir, en dos dimensiones) de los órganos internos del cuerpo con una fuente externa y un
detector de rayos X, en la radiografía por rayos X.
La tomografía computada, otro método de obtención de imágenes, también utiliza rayos X; la TC obtiene múltiples
imágenes al efectuar la fuente de rayos X y los detectores de radiación movimientos de rotación alrededor del cuerpo. La
representación final de la imagen tomográfica se obtiene mediante la captura de las señales por los detectores y su
posterior proceso mediante algoritmos de reconstrucción.
Además de las imágenes obtenidas con fuentes externas, en Imagen Nuclear se utilizan moléculas marcadas con núcleos
radioactivos emisores de rayos γ. Dichas moléculas (radiofármacos) se introducen en el paciente para fijarse en distintos
órganos según la función biológica del fármaco. La distribución de núcleos radioactivos puede medirse con detectores de
radiación que rodeen al paciente.

Por último, los radioisótopos también tienen aplicaciones en el laboratorio, y éstas se basan principalmente en la facilidad
de detección, rastreo y medición del material radioactivo, incluso en cantidades ínfimas; lo que le confiere las mismas
cualidades a cualquier sustancia “marcada” con radioisótopos.
Otro uso de los radioisótopos se basa en su aparición en la naturaleza; por ejemplo, el carbono 14, isótopo radioactivo del
carbono 12, se produce naturalmente en la fotosíntesis en las plantas, y por ingesta se encuentra en todos los otros
organismos vivos también; pero fuera de los seres vivos es muy inestable. Una vez que morimos y no ingerimos más
carbono 14 los niveles de éste van disminuyendo de a poco, por lo que es posible datar tejido orgánico de menos de 45000
años mediante la medición del carbono 14.
Unidad 2 - Física Biológica – Fisiología de la sangre y hemostasia
Generalidades de la sangre: La sangre es un tejido fluido que circula por capilares, venas y arterias de los vertebrados. Es
un tipo de tejido conjuntivo especializado, con una matriz coloidal líquida y una constitución compleja. Tiene una fase
sólida (elementos formes), que incluye a los eritrocitos, los leucocitos y las plaquetas, y una fase líquida, representada por
el plasma sanguíneo, solución acuosa que contiene proteínas vitales, aminoácidos, glúcidos, lípidos, sales, hormonas,
enzimas, anticuerpos, urea, gases en disolución y sustancias inorgánicas (sodio, potasio, cloruro de calcio y bicarbonato). Si
al plasma se le retira el fibrinógeno y otros factores consumidos durante el proceso de coagulación, obtenemos suero.
Sus funciones son variadas: tiene una función respiratoria, por el intercambio gaseoso; una nutritiva y excretora, por el
intercambio de nutrientes y sustancias de desecho de los tejidos; una inmunitaria, por su transporte de leucocitos; una de
correlación humoral, por su transporte de hormonas; una de regulación térmica, ya que puede modificarse su recorrido
(ej. anastomosis arterio-venosas), y es un tejido que distribuye muy bien el calor; y finalmente una función amortiguadora
del pH, por los distintos buffers del TP1 (bicarbonato, fosfato, proteínas).

Pruebas de laboratorio para el estudio de la sangre: En el TP se realizaron tres pruebas que nos permiten estudiar
distintos aspectos de la sangre: eritrosedimentación, hematocrito y resistencia globular (ver TP1 – tonicidad). La sangre con
fibrinógeno, para que no coagule, debe estar: o bien citratada (el citrato de sodio se usa como anticoagulante porque es un
quelante del calcio, lo “secuestra” y no se puede producir la coagulación), o mantenida en hielo (las bajas temperaturas
desnaturalizan las proteínas e impiden el coágulo).
Hematocrito: El valor del hematocrito expresa el volumen que ocupan los eritrocitos en un volumen dado de sangre. Se
expresa en forma de porcentaje, y se obtiene mediante la centrifugación de tubos especiales llenos de sangre incoagulable,
lo que lleva a la sedimentación de los eritrocitos en una banda roja al fondo del tubo; luego viene una fina banda blancuzca
de leucocitos, y finalmente el plasma. El tubo está graduado de tal forma de obtener el valor del hematocrito midiendo la
banda roja, o si se tiene un tubo capilar no graduado se pueden utilizar tablas.
Dado que incluso siguiendo métodos estandarizados de centrifugación y anticoagulación siempre queda algo de plasma
atrapado entre los eritrocitos, los valores obtenidos se corrigen por un factor de 0,98.
Los valores normales del hematocrito son de 47 ± 7% en el hombre, y 42 ± 5% en la mujer.
Dado que el hematocrito mide el volumen de eritrocitos, se puede ver afectado por un cambio en el tamaño de la célula
(eritrocitos microcíticos, normocíticos o macrocíticos), o en la cantidad (policitemias y anemias).
La policitemia puede ser relativa (en lugar de aumentar los eritrocitos, disminuye el vol. de plasma) o absolutas (aumento
de los eritrocitos); dentro de éstas encontramos policitemias 1° (se desconoce la razón), o 2° necesarias (aumento de los
glóbulos rojos para contrarrestar una hipoxia, por ejemplo en la altura) e innecesarias (un aumento de la eritropoyetina).
Los glóbulos rojos también pueden aumentar si hay una contracción del bazo (que normalmente retiene hematíes).
La anemia también puede ser relativa (aumento del plasma sanguíneo, por ejemplo en mujeres embarazadas donde es
necesario un aumento de la volemia sanguínea) o absoluta; y esta última puede deberse a una menor producción, un
exceso de destrucción, una deformación de las células (anemia falciforme) o una pérdida (como una hemorragia).
Por último, las diferencias en el hematocrito entre mujeres y varones se deben a que, por un lado, las proporciones de
masa muscular y tejido adiposo son distintas, y además los estrógenos actúan como inhibidores de la eritropoyesis.
Eritrosedimentación: La variación en la velocidad de sedimentación de los eritrocitos se debe a que son capaces de unirse
formando conglomerados que se comportan como un cuerpo de mayor peso y tamaño. La formación de conglomerados se
modifica por alteración de factores tanto plasmáticos como globulares; dado que los eritrocitos tienen en su membrana
cargas negativas, la concentración de la proteína fibrinógeno (que tiene carga positiva) creará una película entre los
eritrocitos que evita que se repelan y facilita la eritrosedimentación; por lo que ésta depende de las concentraciones
relativas de fibrinógeno y eritrocitos.
La eritrosedimentación se determina midiendo velocidad de caída de los eritrocitos, por unidad de tiempo (mm/hora).
En la gran mayoría de las personas normales la eritrosedimentación se realiza lentamente, pero en muchas enfermedades
se acelera y en algunos casos esta rapidez es proporcional a la gravedad de la enfermedad. En las policitemias, la
sedimentación será menor, y en las anemias mayor, precisamente por la relación hematíes / fibrinógeno.
Los valores normales de eritrosedimentación son de 3,7 mm en la primera hora (hombres; mayor cantidad de eritrocitos) y
de 9,6 mm en la primera hora (mujeres; menor cantidad de eritrocitos).
Fragilidad del eritrocito: Se puede medir mediante el concepto de tonicidad (ver TP 1). La sangre es relativamente opaca,
porque las membranas de los eritrocitos se interponen entre la luz y la hemoglobina; si agregamos a la sangre una solución
lo suficientemente hipotónica, se produce la hemólisis y se libera la hemoglobina, volviendo la solución cristalina. Una
solución de cloruro de sodio al 0,9% es isotónica con el plasma; si la resistencia de los eritrocitos es normal, comienza la
hemólisis con soluciones al 0,48%, y la hemólisis es completa para soluciones del 0,33% o menos.
Constantes hematriméticas: son índices que proveen información sobre las características individuales del eritrocito. Se
calculan vinculando los valores de hematocrito, hemoglobina y recuento globular, dando una idea adecuada del tamaño y
el contenido de hemoglobina de un glóbulo rojo. Son útiles para la clasificación morfológica de las anemias.
Aquí se enumeran los índices hematimétricos más usados y sus valores normales en el hombre:
•VCM: volumen corpuscular medio: es una medida del volumen del hematíe en mm3.

( )

•HbCM: hemoglobina (Hb) corpuscular media: es la cantidad de Hb promedio (en pg) presente en cada hematíes:

•CHbCM: concentración de hemoglobina corpuscular media: representa la concentración media de Hb en cada


eritrocito expresada en porcentaje.

( )

Hemostasia:
La hemostasia es el conjunto de fenómenos fisiológicos que se desencadenan ante la lesión de un vaso en el sitio de dicho
daño y cuyo objetivo es evitar la hemorragia y mantener la sangre en el sistema circulatorio. Se puede dividir en tres
procesos: contracción del músculo liso de las paredes del vaso, adhesión y agregación plaquetaria, y coagulación. Los
primeros dos son remedios temporarios y se denominan hemostasia primaria, mientras que la coagulación forma un tapón
de fibrina que ofrece soluciones a plazo más largo y se denomina hemostasia secundaria.
Factores que intervienen en la coagulación según el tejido:
-Factores intravasculares: Factores de la coagulación, plaquetas, inhibidores fisiológicos.
-Factores vasculares: Vasoconstricción neurogénica y miogénica.
-Factores extravasculares: Factor tisular.

Constricción muscular del vaso: En las paredes de todos los vasos venosos y arteriales, incluso los más pequeños, hay
músculo liso. En los capilares, que sólo tienen endotelio, los esfínteres precapilares cumplen la misma función. Al
contraerse el vaso el flujo sanguíneo que pasa por él disminuye y se evita la excesiva pérdida de sangre.
Existen dos clases de respuestas distintas: espasmo neurogénico y espasmo miogénico.
-Espasmo neurogénico: Es una respuesta refleja del SNA (y por lo tanto, rápida, ya que se genera por los nervios vegetativos
que inervan las paredes de los vasos) y dura sólo entre 10 y 30 segundos.
-Espasmo miogénico: Respuesta más lenta, local (no generada por el SNA) pero que puede durar hasta 1 h., y que es
provocada por las sustancias que secretan las plaquetas durante la hemostasia, tales como el tromboxano y la serotonina.

Adhesión y agregación plaquetaria: Las plaquetas o trombocitos son productos celulares con una vida media de 10 días
que tienen una doble función: formar el tampón plaquetario (primario) e incentivar la actividad coagulante para formar el
tampón secundario. Las plaquetas tienen forma de disco, hasta el momento en que comienza la hemostasia, cuando
desarrollan pseudópodos; esto lo logran gracias a una estructura de miofilamentos que les permite cambiar su morfología.
Carecen de núcleos, pero presentan gránulos de secreción que se clasifican en gránulos claros (α) y gránulos densos.
El recuento de plaquetas de un individuo sano se encuentra entre 150,000 y 450,000 por μl (microlitro) de sangre.
Gránulos claros (α) Gránulos densos Prostaglandinas El contenido es liberado durante la
Fibrinógeno Ca+2 Tromboxano A2 VC, PA reacción de liberación cuando se
Factor antiheparínico ADPPA / ATP Endoperóxidos cíclicos PA activan las plaquetas. Además éstas
Factor de crecimiento Serotonina VC, PA Prostaglandina E2 también secretan prostaglandinas.
Factor de permeabilidad vascular Cada sustancia cumple distintas
Factor Von Willebrand funciones; la serotonina y el
Factor XIII a2 tromboxano A2 son vasoconstrictores
α-2 antiplasmina (VC), por lo que generan espasmo
miogénico; además, junto con el ADP,
la adrenalina y los endoperóxidos cíclicos son proagregantes (PA), por lo que incentivan la agregación plaquetaria,
mientras que la prostaglandina E2 puede actuar tanto como proagregante (a bajas concentraciones) o inhibidor (a altas
concentraciones). Algunas proteínas de los gránulos claros son el Factor Plaquetario IV, que neutraliza la acción coagulante
de la heparina, y el FPIII, que modifica los fosfolípidos de membrana para convertirla en una superficie procoagulante.
Las plaquetas reaccionan a agentes físicos y químicos, y lo hacen en tres fases: de inducción, de transmisión y de ejecución.
En la inducción un inductor (agonista) liberado por el subendotelio del vaso dañado interactúa con receptores en la
membrana de la plaqueta, que pueden ser: para la trombina, el tromboxano A2, el colágeno, la serotonina, el ADP y
adrenalina; el ácido araquidónico no necesita receptor porque penetra la membrana.
En la transmisión, una vez que el agonista se ha unido a su receptor específico, las proteínas intermediarias, por medio de
fosforilaciones, generan que el Ca+2 de los gránulos densos y el sistema tubular se libere al citosol, lo que resulta en la
fosforilación de dos proteínas quinasas; la C (PKC) y la de cadena liviana de la miosina (MLCK), lo que lleva a la ejecución.
En la ejecución, suceden cuatro eventos: cambio de la morfología de la plaqueta, agragación, liberación de gránulos densos
y liberación de gránulos α. Estos eventos van a depender de la concentración del calcio liberado, por lo que agonistas en
bajas concentraciones pueden generar eventos incompletos (ej. cambio de morfología y agregación, pero no liberación).

Para que las plaquetas se adhieran al tejido, éste debe estar dañado; un endotelio sano no permite la adhesión de
plaquetas porque constantemente secreta anticoagulantes (prostaciclina y óxido nítrico), pero si existe un daño, el
subendotelio queda expuesto; de éste, sólo el colágeno y las microfibrillas asociadas a elastina desencadenan la
coagulación. Un endotelio dañado en sí también puede generar la coagulación, porque deja de producir las sust. antes
mencionadas. La plaqueta reconoce esto y empieza a liberar un factor proagregante, el tromboxano A 2, que al igual que la
prostaciclina es un metabolito del ácido araquidónico, pero tiene acciones opuestas a ésta (vasodilatador y proagregante
vs. Vasoconstrictor y antiagragante).
Para que se comiencen a adherir las plaquetas al endotelio dañado o subendotelio expuesto es necesaria la interacción de
varios factores; un complejo glicoproteico en la membrana plaquetaria que fija Ca+ y expone el sitio de reconocimiento del
fibrinógeno, adhesinas como el factor de Von Willebrand y la fibronectina, y el colágeno con su receptor plaquetario
específico.
Algunos medicamentos como la aspirina tienen la capacidad de actuar como antiagregantes. En el caso de la aspirina,
acetila el sitio activo de una proteína cicloxigenasa necesaria en la agregación plaquetaria secundaria; como las plaquetas
no tienen casi capacidad de síntesis de nuevas proteínas, permanecerán inactivas hasta que se destruyan.

Todos estos eventos constituyen la agregación primaria, que depende de la cantidad de receptores y la concentración del
inductor; la agregación secundaria se da cuando, una vez liberados los gránulos de las plaquetas, estos inducen a otras
plaquetas a agregarse en el sitio dañado, y se dan como reacción en cadena (no depende de los agonistas del subendotelio
o endotelio) por la acción del ADP y adrenalina de los gránulos.

Hemostasia secundaria (coagulación): La coagulación consiste en la conversión del fibrinógeno soluble a fibrina insoluble
para la formación del tampón secundario u homeostático, y es el resultado de una cascada de reacciones de proteínas
plasmáticas denominadas factores de la coagulación. Los factores se encuentran en el plasma en forma de proenzimas, y
cuando se activan se transforman en enzimas. Éstos se numeran del I al XIII, pero esta numeración se da por el orden de
descubrimiento y no de intervención en la coagulación:
I Fibrinógeno M  K = Factores vitamina K – dependientes (II, VII, IX y X)
II Protrombina K, P  C = Factores de contacto (XI y XII)
 P = Factores que son proteasas (II, III, VII, IX, X, XI y XII)
III Factor tisular P
 M = Factores que se modifican en la coagulación (I, V, VIII y XIII)
IV Calcio
V Proacelerina M Cada grupo de los expresados arriba tiene características comunes:
VI Factor de Von Willebrand
Factores dependientes de la vitamina K: o grupo de la protrombina, son
VII Proconvertina K, P
factores sintetizados por el hígado, que necesitan la vitamina K para
VIII Factor antihemofílico A M
carboxilar una cadena lateral de varios residuos de ácido glutámico y
IX Factor Christmas o β adrenérgico K, P
transformarlos en residuos de ácido γ-carboxiglutámico. Estos residuos
X Factor de Stuart-Prower K, P
son los que le confieren a estos factores la propiedad de unirse a
XI Factor antihemofílico C P, C fosfolípidos en presencia de Ca+2, por lo que de no poder producirse la
XII Factor de Hageman P, C carboxilación, ya sea por falta de vitamina K o la presencia de un
XIII Factor estabilizante de la fibrina M antagonista de ésta, los factores serán sintetizados pero son inútiles.
Factores de contacto: Los factores de contacto son estables y no se consumen durante el proceso de coagulación ni son
absorbidos por las sales de bario (a diferencia de los dependientes de la vitamina K).
Factores proteasas: Son factores que, una vez activados, presentan una actividad proteasa con la que modifican a otros
factores proteicos para activarlos.
Factores que se modifican en la coagulación: Todos interactúan con la trombina, y se consumen en la coagulación al
precipitarse junto al fibrinógeno. Sus concentraciones plasmáticas aumentan durante la inflamación y embarazo.

Los dos principales intervinientes en la coagulación son el fibrinógeno (factor I) que es transformado en fibrina, y la
protrombina (factor II) que es transformada en trombina, enzima que cataliza la reacción fibrinógeno  fibrina. Para llegar
a este paso, hay dos vías distintas; la intrínseca y la extrínseca. La diferencia entre ambas depende del factor tisular (factor
III), que no se encuentra en el plasma sino que está en las células sanguíneas y endoteliales. En la vida real sería muy
extraño que se produjera la coagulación por la vía intrínseca ya que la sangre se encuentra interactuando con otros tejidos;
pero en el laboratorio se puede incitar la vía intrínseca, al tener sangre en tubo de ensayo en ausencia del factor tisular.
Yendo en sentido inverso al del desarrollo temporal de la coagulación, las etapas de la misma son: formación del coágulo
de fibrina, formación de trombina (factor IIa), y las vías intrínseca y extrínseca que dan lugar a la formación del factor Xa,
incluyendo a la vía extrínseca alternativa (por activación del factor IX).
Formación de la fibrina: El fibrinógeno, precursor de la fibrina, es una proteína sintetizada por el hígado compuesta por
tres pares de cadenas polipeptídicas (el “2” hace referencia a que son pares): Aα2 – Bβ2 – γ2. Su PM es de 340 kDa.
Cuando la protrombina se encuentra en su forma activa (trombina), actúa sobre las regiones amino terminales de las
cadenas del fibrinógeno y “recorta” los fibrinopéptidos A y B, dejando entonces un monómero de fibrina compuesto por
tres pares alfa-beta-gama. Esto se denomina fase proteolítica. En el siguiente paso (fase de polimerización), los monómeros
de fibrina se unen entre sí por enlaces no covalentes para formar fibrina S; ésta luego pasa a la fase de estabilización,
donde una transpeptidasa, el factor XIIIa (que es activado por la trombina) cataliza uniones covalentes entre residuos de
lisinas y glutaminas, lo que hace a la fibrina más elástica y resistente.
Formación de la trombina: La protrombina también se sintetiza en el hígado. Es una glicoproteína dependiente de la
vitamina K, y pasa a su forma activa trombina por la acción del factor Xa, cuando éste escinde un péptido de la región N-
terminal de la molécula. Sin embargo este proceso es muy lento, por lo que interviene otro factor, la proacelerina (V), que
si bien no posee actividad enzimática, actúa como cofactor; en su estado activado, se une, al igual que el factor Xa, a los
fosfolípidos de membrana de alguna célula (que puede ser plaqueta o endotelio) por intermedio de Ca+2; luego los factores
Va y Xa se unen entre sí, formando el complejo protrombinasa, y éste tiene una capacidad catalítica de transformar la
protrombina en trombina a velocidades mucho mayores que las del factor X solo.
El factor V es convertido a su forma activa por la misma trombina; cuanta más trombina hay más se acelera el proceso.
Formación del factor Xa: Es una glicoproteína de dos cadenas polipeptídicas que para activarse requiere proteólisis y la
liberación de fragmentos polipeptídicos. Múltiples factores están involucrados en la formación del factor Xa, ya que se
puede activar por las dos vías, extrínseca e intrínseca:
● Vía extrínseca: Es la más simple y rápida; se da por medio del factor tisular (III)  factor VIIa  factor Xa.
El factor tisular es una proteína de membrana (proteína + fosfolípido) presente en los fibroblastos de la pared de los
vasos sanguíneos. En condiciones fisiológicas, el factor tisular está ausente en las células endoteliales y por tanto no
expuesto al contacto con la sangre hasta que éstas se activan.
El factor VII por otra parte es una proteína
plasmática vitamina K-dependiente que se
activa al formar un complejo con el fosfolípido
del factor tisular mediante un puente de Ca+2.
Este complejo activa al factor X, pero también
puede activar al factor IX, dando lugar a la vía
alternativa extrínseca.

● Vía intrínseca: La vía intrínseca involucra a


los factores XII, XI, IX y VIII, además de otras
sustancias como la calicreína. Está subdividida
en dos etapas: etapa de contacto, y activación
del factor IX (por la vía intrínseca, ya que éste
también puede ser activado por la extrínseca
alternativa).

-Etapa inicial (de contacto): Es la etapa que


desencadena la vía intrínseca. Se denomina
“de contacto” porque va a estar disparada
por el contacto de la sangre con algún
material electronegativo, como puede ser
el vidrio; estas superficies electronegativas atraen a 4 proteínas plasmáticas sintetizadas en el hígado están
involucradas en esta fase: los factores XII y XI, la precalicreína, y el cininógeno de alto peso molecular. A diferencia de
otras fases y vías de la coagulación, la etapa de contacto no requiere la presencia de Ca+2.
Cuando las 4 proteínas se disponen sobre una superficie electronegativa, el factor XII sufre una ruptura y libera una
molécula que activa a la precalicreína a calicreína; esta a su vez activa al factor XII que la activó, y el factor XII activa
al factor XI. El cininógeno aumenta la acción de la calicreína.
Dado que la calicreína tiene funciones en la fibrinólisis, la etapa de contacto y ésta íntimamente relacionadas.

-Activación del factor IX: El factor IX es activado a IXa por el factor XIa que se produjo en la etapa de contacto, y sólo
puede hacerlo en presencia de Ca+2. La glicoproteína IX es primero clivada (se le corta un pedazo) y luego desdoblada
por el factor XI o X para convertirse en IXa. Una vez que esto sucede, puede transformar al factor X a su forma activa
utilizando un cofactor, el factor VIII (que falta en la hemofilia A), y formando un complejo que para funcionar debe
anclarse a fosfolípidos (normalmente de las membranas de las plaquetas) por medio de puentes de Ca+2.
Pruebas de laboratorio que permiten analizar la hemostasia: Varían de acuerdo a la etapa que se quiera estudiar:
Evaluación de la hemostasia en general: Es inespecífica a qué parte podría presentar el problema:
● Prueba del torniquete: Se aplica un torniquete en el brazo y tras 5 minutos se observa si aparecen petequias (pequeñas
manchas rojas) lo que indicaría la extravasación de sangre capilar.
● Tiempo de sangría: Consiste simplemente en realizar una incisión controlada en la yema del dedo y esperar a que pare de
sangrar. Evalúa la integridad de las primeras etapas de la formación del tapón hemostático, es decir el espasmo vascular y
la formación del tapón plaquetario (cantidad y calidad de plaquetas). (Valor normal = 2-6 minutos).
Evaluación de la vía intrínseca de la coagulación: Se realizan sin que la sangre entre en contacto con el factor tisular:
● Tiempo de Coagulación: Se utiliza simplemente sangre entera que se deja coagular sin ningún agregado en un recipiente
de vidrio a temperatura adecuada, lo que desencadena la etapa de contacto. (Valor normal = 5 a 15 minutos).
● Tiempo de recalcificación: Se utiliza plasma citratado (al que se le agregó un quelante de calcio para impedir la
coagulación) rico en plaquetas; luego se agrega calcio en exceso, y se mide el tiempo que tarda en formarse el coágulo.
(Valor normal = 100 a 240 segundos).
● Tiempo parcial de tromboplastina (PTT): Se utiliza plasma citratado y recalcificado sin plaquetas, se agrega un sustituto a
los fosfolípidos de las plaquetas y se mide el tiempo que tarda en formarse el coágulo. (Valor normal = 60 a 90 segundos).
● Tiempo parcial de tromboplastina activada (KPTT): Se realiza igual que el PTT pero se adicionan sustancias como el caolín
o ácido elágico (electronegativos) que activan a los factores XII y XI más rápidamente. (Valor normal = 25 a 40 segundos).
Evaluación de la vía extrínseca de la coagulación: Se realiza en presencia de tromboplastina, (proteína que se forma en el
plasma por la combinación del factor tisular con los fosfolípidos de las membranas de las plaquetas).
● Tiempo de Protrombina (Tiempo de Quick): Se adiciona tromboplastina tisular y Cl2Ca al plasma citratado para
desencadenar la formación de fibrina. (Valor normal = 11 a 13 segundos).

Nuevos conceptos, teoría moderna de la coagulación: La iniciación del proceso de coagulación depende del factor tisular
(FIII), éste junto con el Ca 2+, activan al factor VII. Este complejo activa al factor X catalizando la transformación de
protrombina a trombina. A su vez, el factor IX puede ser activado también por esta vía. El producto final de la cascada, la
trombina, también refuerza la señal a través de la activación del factor XI de la vía intrínseca.

Fibrinólisis: Es el proceso de digestión del coágulo de fibrina por medio de la enzima plasmina, que circula en sangre en su
forma inactiva plasminógeno, y es necesaria para impedir la obstrucción y disolver el coágulo cuando éste ya no es
necesario; sin embargo, si la fibrinólisis se produce a destiempo, puede llevar a la hemorragia.
El plasminógeno es un polipéptido monocatenario que es convertido a su forma activa por enzimas llamadas activadoras
del plasminógeno, que lo convierten en una molécula de dos cadenas polipeptídicas con la capacidad de hidrolizar uniones
arginina-lisina de las proteínas fibrina, fibrinógeno y factores V y VIII. Varios activadores pueden transformar al
plasminógeno en plasmina, entre los que se incluyen elementos intrínsecos, como los factores XIIa y XIa y la calicreína; pero
son mucho más débiles que los activadores extrínsecos producidos por los endotelios de los vasos, que son liberados
cuando se producen ciertos estímulos, y entre los que se cuentan el activador tisular del plasminógeno y la urocinasa. La
urocinasa es producida por el endotelio del riñón y se encuentra en la orina.
Si la cantidad producida de plasmina es muy pequeña, ésta no digiere la fibrina porque hay en el plasma inhibidores como
la α2 antiplasmina que le impiden realizar su tarea.
Reguladores de la fibrinólisis: Hay cinco puntos de regulación de la fibrinólisis: 1) la liberación de un activador del
plasminógeno por un endotelio vascular lesionado o activado, 2) la depuración hepática de dicho activador, 3) la activación
del plasminógeno, 4) la inhibición de dicha activación, y 5) la activación de la antiplasmina.
Agentes fibrinolíticos como inhibidores de la coagulación: Dado que la plasmina hidroliza uniones en coágulos ya
formados pero también en otros factores de la cascada de la coagulación (factores V y VIII), se puede utilizar para prevenir
y disolver coágulos patológicos. Diversos agentes pueden producir la activación del plasminógeno, y se utilizan en
farmacología; entre ellos la estreptoquinasa (proteína producida por la bacteria estreptococo), y recombinantes
activadores del plasminógeno tisular, como la alteplasa, reteplasa y tenecteplasa, que son producto de la ingeniería
genética en bacterias y similares al activador tisular del plasminógeno humano.
Mecanismos de control de la hemostasia: Numerosos mecanismos y agentes internos y externos intervienen en el control
de la hemostasia y pueden ser alterados para el beneficio del paciente; entre ellos se cuentan:
● Flujo sanguíneo: Si la velocidad de la sangre es demasiado rápida, “arrastra” los agentes de la coagulación y no permite la
formación de trombos; es por esto que la inyección de sustancias que modifiquen la velocidad del flujo pueden incentivar
la formación de tampones primarios y secundarios en un endotelio dañado o inhibirla.
● Remoción hepática de factores activados: Así como el hígado produce casi todas las proteínas plasmáticas, también las
remueve del flujo sanguíneo; en el caso de los factores de la coagulación, los degrada en su forma activada.
● Fibrinólisis: Actúa sobre el trombo ya formado y sobre los factores V y VIII.
● Inhibidores fisiológicos: Numerosas proteínas plasmáticas pueden inhibir distintas etapas de la hemostasia:
-Antitrombina III: Es una proteína que tiene la capacidad de formar un complejo con la trombina, a la que inhibe. Esta
capacidad se ve enormemente amplificada en presencia de la heparina, polisacárido que se une previamente a la
antitrombina y la hace más accesible a la trombina. La antitrombina además puede inhibir a los factores IXa, Xa, XIa y
XIIa y la calicreína, y en menor medida a la plasmina.
-α2-macroglobulina, α1-antitripsina y α2-antiplasmina son todas inhibidoras de la plasmina y la fibrinólisis.
-Proteína C: Es una proteína vitamina K-dependiente que se activa cuando la trombina se une a la trombomodulina de la
membrana de las células endoteliales. Una vez que está activa, la proteína C degrada los factores Va y VIIIa.
La proteína C utiliza a la proteína S como cofactor.
● Agentes externos de control de la hemostasia: Pueden ser antiagregantes o anticoagulantes:
-Quelantes de calcio y desnaturalizantes: Como el citrato de sodio (quelante) y el hielo (desnaturalizante), no se pueden
utilizar in-vivo pero sirven para pruebas de laboratorio.
-Antagonistas de la vitamina K: (Ej. warfarina, dicumarol); al no haber vitamina K, los factores II, VII, IX y X son inútiles.
-Antiagregantes: Inhiben la agregación plaquetaria; el más común es el ác. acetilsalicílico (aspirina), que acetila un
residuo de serina de la enzima ciclo-oxigenasa 1 en forma irreversible; como las plaquetas no tienen núcleo y por lo
tanto síntesis proteica, no pueden producir nueva enzima y quedan inútiles hasta su destrucción. La enzima ciclo-
oxigenasa 1 participa en la producción de prostaglandinas plaquetarias como el tromboxano A2.
Existen otros antiagregantes, como el ibuprofeno, que también modifican esta enzima, pero no en el mismo sitio, y lo
hacen de forma reversible y transitoria.
Unidad 2 - Fisiología – Grupos sanguíneos e inmunidad

Grupos sanguíneos: Los eritrocitos de cada ser humano presentan en su membrana antígenos del sistema ABO y del
sistema Rh determinados por su código genético. El nombre del grupo lo da el antígeno específico presente en los
eritrocitos (aglutinógeno). En el plasma, a su vez, existen anticuerpos (inmunoglobulinas de alto y de menor peso
molecular) que tienen la propiedad de aglutinar los eritrocitos (también se llaman aglutininas) que posean antígenos ABO
diferentes a los del propio individuo.

AGLUTINOGENOS EN
GRUPOS AGLUTININAS EN PLASMA
ERITROCITOS
O Anti A - Anti B
A A Anti B
B B Anti A
AB AB No posee

El sistema Rh comprende tres antígenos que se los designa como C, D y E. De ellos el más importante por ser el más
antigénico es el D. Un individuo es Rh positivo si sus eritrocitos poseen el antígeno D.
La presencia de antígenos y anticuerpos es indispensable a la hora de realizar transfusiones sanguíneas; no sólo los
anticuerpos en el plasma del receptor puede reaccionar con los antígenos de los eritrocitos del donante si este tiene un
grupo sanguíneo distinto, sino que, en transfusiones de volúmenes grandes de sangre, los anticuerpos del plasma del
donante también pueden reaccionar con los antígenos de los eritrocitos del receptor; es por eso que ya no se considera
adecuado decir que las personas con grupo y factor 0- son dadores universales, o las personas con grupo y factor AB+
receptores universales; y siempre que sea posible, la transfusión debe provenir de alguien de mismo grupo y factor.
La genética del grupo y factor está dada por numerosos alelos. Los tipos A y B tienen carácter codominante y O, recesivo;
mientras que para el factor Rh, Rh+ es un carácter dominante. Gracias a esto el grupo y factor de un individuo se puede
usar como una forma rápida de descartar posibles progenitores en una prueba de paternidad.
Cabe destacar que a diferencia del sistema ABO, una persona de factor Rh- no presenta aglutininas contra el factor Rh D en
el plasma, y sólo empieza a producirlas una vez que ha sido expuesto al antígeno D. Ciertas inmunoglobulinas pueden
atravesar la placenta, entre ellas los anticuerpos contra el factor Rh+; una madre factor Rh-, si tiene un hijo Rh+ no tendrá
complicaciones en el 1° embarazo porque no posee inmunoglobulinas anti-D; pero durante el parto, se desprende la
placenta y la sangre materna y fetal se mezclan brevemente, lo que lleva al sistema inmune de la madre a producir
anticuerpos. En embarazos siguientes, si el feto vuelve a ser Rh+, el contenido de aglutininas anti-D de la madre aumentan
y pueden llevar a la destrucción de los eritrocitos del feto, en lo que se denomina eritroblastosis fetal; para impedir esto,
previamente al primer parto se inyectan en la sangre materna inmunoglobulinas anti-D, para que neutralicen a los
antígenos del recién nacido y la madre no produzca aglutininas propias.

Inmunidad: Un sistema inmune es aquel conjunto de estructuras y procesos biológicos en el interior de un organismo
que le protege contra enfermedades identificando y matando células patógenas y cancerosas. Detecta una amplia variedad
de agentes, desde virus hasta parásitos intestinales, y necesita distinguirlos de las propias células y tejidos sanos del
organismo para funcionar correctamente.
La inmunidad se puede clasificar como inespecífica y específica. La inespecífica o innata no requiere de una exposición
previa del sistema a un antígeno, por lo que carece de memoria inmunológica y no involucra a los anticuerpos. La
específica, por otra parte, es una respuesta inmune adaptativa a un patógeno en particular, y se da por la producción de
anticuerpos contra un antígeno específico. Un antígeno es toda sustancia extraña capaz de generar una respuesta en los
sistemas de defensa.
INMUNIDAD INNATA:
Barreras tisulares: Los epitelios son la primera línea de defensa del organismo. Se encuentran recubriendo toda superficie
expuesta al exterior o cavidades internas, y cuentan con numerosos mecanismos para impedir la penetración de posibles
agentes patógenos al organismo; el más universal siendo las uniones ocluyentes entre células y la lámina basal. Otras
estrategias son la presencia de moco y cilios (por ejemplo, en las vías respiratorias) y de sebo (en la piel), y la secreción
ácida en el estómago. Por último, las células epiteliales cuentan con péptidos llamados catelicidina y defensinas, que
funcionan como antibióticos naturales activos contra bacterias, hongos y virus.
En los epitelios también hay células de defensa (linfocitos intraepiteliales; reconocen glicolípidos, producen citoquinas y
activan fagocitos, y representan el 5% de todos los linfocitos).
Células del sist. inmune: La respuesta inmune está mediada por los leucocitos derivados de la médula ósea. Los leucocitos
incluyen a los granulocitos (neutrófilos, eosinófilos y basófilos), linfocitos, y monocitos.
Los monocitos se pueden diferenciar como una variedad de distintas células y migrar a distintos tejidos, formando el
sistema fagocítico mononuclear (SFM). Su función principal es atraer partículas extrañas, ingerirlas y destruirlas, y
presentar antígenos a los linfocitos “T”; y para esto se posicionan en puntos estratégicos de nuestro cuerpo. Los derivados
de los monocitos incluyen a los macrófagos (del tejido conjuntivo, macrófagos alveolares del pulmón y los restantes
macrófagos distribuidos por la médula ósea, el bazo o las serosas pleural y peritoneal), las células de Kupffer del hígado, las
células de Langerhans de la epidermis, los osteoclastos del tejido óseo y la microglia del SNC.
Los granulocitos, por otra parte, se encuentran en la sangre y migran a los tejidos sólo cuando se produce un estímulo,
para liberar sus gránulos de secreción; son células de respuesta inespecífica con una vida media muy corta. Los neutrófilos,
al igual que las cél. del SFM, actúan destruyendo material extraño.
Los linfocitos, por último, se dividen en dos grandes tipos: los B, que maduran en la médula ósea, y los T, que maduran en
el timo. Es por esto que estos órganos se denominan órganos linfoides centrales o primarios, mientras que los otros
órganos linfoides se denominan periféricos o secundarios. De estos últimos, los tres más importantes son el bazo, que
recoge antígenos de la sangre, los ganglios linfáticos, que lo hace de la linfa, y el tejido linfoide asociado al intestino, que
recoge antígenos desde éste. Otros epitelios con tejido linfoide asociado son los bronquios y algunas mucosas.
Los linfocitos circulan constantemente desde el torrente sanguíneo por los tejidos a los órganos linfoides periféricos, donde
los antígenos son atrapados, y luego
vuelven a la sangre a través de los vasos
linfáticos.
De las distintas clases de linfocitos, los
que participan en la inmunidad innata (es
decir, son inespecíficos) son los linfocitos
NK (del inglés natural killers), que
provienen de la médula ósea (tienen
antecesores en común con los linfocitos
T), y destruyen las otras células no por
fagocitosis sino a través del ataque a su
membrana plasmática, causando difusión
de iones y agua al interior de la célula
aumentando su volumen interno hasta la
lisis.
Barreras humorales: Se denomina
barreras humorales a un conjunto de
proteínas solubles plasmáticas que actúan
en la inmunidad innata; y forman tres
sistemas: del complemento, de la
proteína C reactiva, y de la lectina.
Sistema del complemento: Está formado
por un conjunto de proteínas secretadas
por los hepatocitos y macrófagos que
representan el 10% de las proteínas
plasmáticas. Actúa al producir:
Destrucción de los microbios (citotoxicidad directa; algunos productos del sist. del complemento generan la lisis celular),
opsonización (se unen a la superficie de microorganismos y partículas extrañas favoreciendo su fagocitosis), y la activación
de leucocitos.
Al igual que la coagulación, el sist. del complemento está formado por una cascada de enzimas que se van activando entre
sí y que circulan en el plasma en su forma inactiva, y que son las proteínas: C1 a C9, B y D. La activación puede darse en dos
formas distintas: La vía clásica y la vía alternativa.

Vía clásica: se inicia con la reacción antígeno – anticuerpo, lo que deja al descubierto una porción del anticuerpo a la que se
puede unir la primer enzima de la vía clásica, la proteína C1. La prot. C1 está formada por 3 otras proteínas llamadas C1q,
C1r y C1s unidas no covalentemente, en presencia de iones de Ca+2. De éstas, C1q es la que se une al complejo antígeno
(Ag) - anticuerpo (Ac), lo que produce el clivaje de C1r en dos péptidos y esto a su vez también corta a C1s en dos. Una de
las partes de la C1s se llama C1s-esterasa, y es la que continúa la cascada al romper a la prot. C4 en dos (C4 a y b); uno de
los pedazos de C4 (C4b) se une al componente C2 en presencia de Mg+2 y también es cortado por la C1s-esterasa en dos
(C2a y b). El resultado es la formación del complejo C4b-2a, que tiene actividad proteasa sobre C3 (también se denomina
C3-convertasa) y produce el clivaje de ésta a C3 a y b. Ambos fragmentos de C3 intervienen en el resto de la vía; los
fragmentos C3a son anafilatoxinas que causan la liberación de histamina y otros mediadores de la inflamación, y algunos
fragmentos C3b se unen a la membrana cerca del complejo Ag-Ac para facilitar la fagocitosis, al ser reconocidos fácilmente
por células fagocíticas (proceso que se denomina opsonización), mientras que otros se unen al complejo C3-convertasa
para formar la C5-convertasa (o C4b2a3b). Ésta cataliza la última ruptura de la vía, al cortar a C5 en C5 a y b; C5a también
es una anafilotoxina, pero más potente que C3a, y C5b se fija a la membrana y se une al resto de las proteínas del
complemento (C6, C7, C8 y entre 1 y 18 proteínas C9), formando una estructura que se comporta como proteína integral
de membrana de la célula extraña, que forma un poro para la entrada de Na+ y agua a la célula y salida de Ka+, produciendo
la hipotonicidad del medio con respecto a la célula, hasta alcanzar su lisis.

Vía alternativa: Se origina a partir de moléculas de C3, libres o activadas por la vía clásica y unidas a la membrana. El
fragmento C3b en presencia de Mg+2 se une a las proteínas B y D (pero D no se incorpora directamente –es decir, no forma
parte del complejo- y puede ser reutilizado) para formar la C3-convertasa de la vía alternativa. Ésta tiene actividad catalítica
sobre B (la corta en Ba y Bb), además de clivar C3 (por lo que retroalimenta el sistema); cuando incorpora otro fragmento
C3b se forma el complejo C3bBb3b, que tienen actividad C5-convertasa igual a la de la vía clásica.

Proteína C reactiva: La proteína C reactiva es una proteína plasmática sintetizada en el hígado, cuya función inmune es la
opsonización de los microbios, y la activación del sistema del complemento a nivel del C1q. Logra ambos objetivos
mediante su unión a una fosfocolina de la membrana de una célula muerta, en proceso de morir, o extraña. Sus niveles
aumentan drásticamente en sangre durante los procesos de inflamación por la intervención de la Interleucina-6.

Lectina de unión a la manosa: Al igual que la proteína C reactiva, es una proteína plasmática que se sintetiza en el hígado
que tiene por objetivo la opsonización de los microbios y la activación del sistema del complemento por la vía de la lectina.
La lectina de unión a la manosa es capaz de unirse con estructuras repetidas de azúcares presentes en una amplia variedad
de bacterias y otros microorganismos; una vez que lo hace, facilita la fagocitosis, y activa una vía del complemento similar a
la clásica (desde el complejo C1qrs) pero sin la necesidad de la existencia del complejo Ag-Ac.

Citoquinas: Las citoquinas son una familia hormonas proteicas que median la comunicación entre células. Tienen acción
local, ya se autócrina (en la propia célula secretora) o parácrina (en cél. vecinas), y pueden interactuar entre sí,
induciéndose unas a otras, como antagonistas, aditivas, sinérgicas o moduladoras. Existen receptores en las membranas de
las cél. blanco para las citoquinas, que desencadenan la traducción de proteínas deseadas.
Dado que las citoquinas son muy variadas, tienen distintas funciones y se las agrupan en distintas familias, entre las que se
encuentran las citoquinas factores de crecimiento o de colonias, las interleucinas, y los interferones.
Las interleucinas (IL-n) son sintetizadas principalmente por los leucocitos, y su principal función es regular la activación,
proliferación y diferenciación de poblaciones de células del sistema inmunitario. La IL-1 y la IL-6 son producidas por
macrófagos; la IL-1 participa en la fiebre y la activación de las células endoteliales, y la IL-6 en la síntesis de anticuerpos, de
proteínas de fase aguda (proteínas plasmáticas de producción hepática que pueden aumentar o disminuir sus
concentraciones en respuesta a estímulos; un ejemplo es la proteína C reactiva), y la proliferación de linfocitos B.
Los interferones (INF) reciben su nombre debido a su capacidad para interferir en la replicación de los virus en las células
hospedadoras, activando diferentes vías de señalización en las que participan diversas proteínas antivirales para impedir la
replicación de una amplia variedad de virus de ARN y ADN. Cumplen, además, otras funciones: activan células inmunes,
como los macrófagos y las células NK; incrementan el reconocimiento de células cancerígenas o infecciones al dinamizar la
presentación de antígenos a los linfocitos T y, finalmente, incrementan la capacidad de las células sanas para resistir a
nuevas infecciones víricas. El INFY es activador de macrófagos; los INF α y β son antivirales y activadores de las cél. NK.
Los factores cumplen numerosas funciones; entre ellos, uno de los más conocidos que interviene en la inmunidad
inespecífica es el de necrosis tumoral-α (TNF-α), que activa a las células endoteliales, a los neutrófilos, y produce la fiebre.

Inflamación: Si las barreras inmunes son vulneradas y un microorganismo penetra un tejido, se produce lo que se
denomina inflamación. La inflamación es una respuesta a un agente infeccioso, antígeno o lesión física que lleva a la
vasodilatación local (con el consecuente aumento de flujo sanguíneo), un aumento de la permeabilidad de las paredes de
los vasos (para permitir la migración de células del sist. inmune y moléculas plasmáticas grandes a través de ellas), y dicha
migración. La migración celular se produce a nivel de las vénulas, mientras que la exudación de proteínas plasmáticas se
produce a nivel de los capilares, donde la presión sanguínea es mayor.
Migración: La migración dependerá del tipo de célula y de su estado de activación. Los linfocitos no activados B y T migran
hacia los tejidos linfoides secundarios, mientras que los que han sido activados por un antígeno se dirigen al sitio de
inflamación; los fagocitos, tanto neutrófilos como monocitos, se dirigen siempre al sitio de inflamación o infección; los
neutrófilos engloban al agente patógeno y mueren sin volver a la circulación, mientras que los monocitos se diferencian
como macrófagos o células dendríticas, fagocitan al agente patógeno y van por el torrente sanguíneo o a través del drenaje
linfático hacia los tejidos linfoides secundarios, donde actuarán como presentadores de antígenos. Por el torrente
sanguíneo llegan al bazo, mientras que por la linfa llegan a los ganglios linfáticos.
Para ser captadas desde la sangre, las cél. del sist. inmune dependen de moléculas de adhesión del endotelio que puedan
reconocer. Estas se agrupan en familias de diferentes estructuras: las moléculas de adhesión celular (CAM), las selectinas,
que se unen a carbohidratos en la superficie de las células, y las integrinas, que median uniones cél.-cél. y cél.-matriz.
La quimiotaxis es la migración unidireccional de las células hacia algo que las atrae; en el caso de los leucocitos, son
atraídos por productos bacterianos, el sistema del complemento, productos de la vía del metabolismo del ácido
araquidónico, y las citoquinas. Todo esto es reconocido por receptores específicos en su membrana celular.
Fagocitosis: Constituye la primer línea de defensa. Es llevada a cabo por lo eosinófilos, los neutrófilos, y el sistema
mononuclear fagocítico derivado de los monocitos.
El primer paso es el reconocimiento del patógeno; gracias a que sistemas como el del complemento opsonizan de
antemano a los agentes a destruir, los receptores de opsina de la membrana de los fagocitos cumplen este papel.
El segundo paso es la captura del patógeno, lo que se logra mediante la aparición de pseudópodos (prolongaciones
citoplasmáticas) que engloban al agente y lo acercan a la membrana para formar el fagosoma.
Una vez que el fagosoma está formado y el patógeno está dentro de la célula, el fagosoma se une a uno o varios lisosomas
para digerir su contenido. Esta digestión se puede producir de dos maneras: en la vía de la destrucción dependiente del
oxígeno se utilizan productos del metabolismo del O2 como el peróxido de hidrógeno, y el consumo de O2 aumenta
notablemente, mientras que en la vía independiente se utilizan sustancias y enzimas ya sintetizadas y almacenadas en los
gránulos específicos e inespecíficos de los fagocitos, de los cuales los inespecíficos o azurófilos son lisosomas modificados.

Patrones moleculares asociados a patógenos: Las células del sistema inmune innato reconocen un patrón molecular
común y constante de la superficie de los microorganismos denominado patrón molecular asociado a patógenos (PMAP), a
través de los receptores conocidos como receptores reconocedores de patrones (PRR). Los PRR se expresan funda-
mentalmente en la superficie de las células que primero entran en contacto con el patógeno durante la infección (células
de la superficie epitelial) y en células presentadoras de antígenos (células dendríticas y monocitos/macrófagos); también se
encuentran presentes en compartimentos intracelulares, en el torrente circulatorio y en fluidos tisulares.
Entre los principales PMAPs que actúan como dianas para la activación del sistema inmune innato se encuentran
lipopolisacáridos, ácido teicoico, secuencias de DNA CpG no-metiladas, manosa y RNA bicatenario característico de virus.
Estos patrones moleculares presentes en los microorganismos patógenos presentan una serie de propiedades comunes:
– Son característicos de los microorganismos y no se encuentran presentes en las células del huésped, característica
que permite al sistema inmune innato distinguir entre antígenos propios y extraños.
– Son invariables, lo que permite que con un número limitado de PRR se detecte la presencia de cualquier patógeno.
– Son esenciales para la supervivencia o patogenicidad del patógeno por lo que sus mutaciones son letales para el
microorganismo y por tanto permanecen invariables pudiendo ser reconocidos por los PRR.
Hay distintos tipos de proteínas que presentan características de PRR capaces de reconocer los patrones moleculares
asociados a patógenos, entre los cuales, hay que destacar los “receptores similares a Toll” (TLR) –los receptores de Toll son
similares pero pertenecen a la mosca de la fruta-. Los macrófagos y las células dendríticas pueden usar sus “receptores
similares a Toll” para clasificar al patógeno invasor y responder de forma personalizada. Los diez TLR conocidos hasta el
momento, bien de forma individualizada o bien formando heterodímeros son capaces de reconocer prácticamente
cualquier agente infeccioso. La activación de los PRR a través de los PMAPs conlleva una doble función:
1. Activar distintos procesos característicos del sistema inmune innato, como puede ser la fagocitosis, opsonización,
producción de mediadores de la inflamación, etc., con el fin de impedir la diseminación del patógeno antes de que se
desarrolle la inmunidad adquirida.
2. Establecer una conexión entre la inmunidad innata y adquirida: La respuesta que se produce tras la activación de los
“receptores similares a Toll” en la célula presentadora de antígeno incluye un aumento de la expresión de moléculas del
complejo mayor de histocompatibilidad, de moléculas coestimuladoras como B7 y un aumento de la expresión de genes
dependientes de NFkB.

INMUNIDAD ADQUIRIDA:

Células específicas de la inmunidad adquirida: Son los linfocitos T y B. Ambos se originan de poblaciones celulares de la
médula ósea, pero se procesan en distintas regiones; los T en el timo, y los B se pre-procesan en vida fetal en el hígado y
vuelven a la médula ósea después del parto. Cada cual tiene además funciones diferentes: los linfocitos T proporcionan la
inmunidad “celular”, y los B la “humoral” (producción de anticuerpos, la neutralización de los microbios, fagocitosis,
activación del complemento).
Los linfocitos T se subdividen en 3 clases: “helper” o coayudantes, citotóxicos y reguladores. Los “helper” se encargan de la
producción de citoquinas, la activación de los macrófagos, inflamación, proliferación y diferenciación de linfocitos T y B, y
secreción de citoquinas que estimulan la inflamación; los citotóxicos producen la lisis de las células infectadas y la
activación de los macrófagos; y los reguladores la reducción de la respuesta inmunitaria.

Componentes humorales: Son los anticuerpos (ver más adelante) y las citoquinas. Las citoquinas ya mencionadas en la
inmunidad innata también pueden ser parte de la adquirida; y son:
Interleucina-2 (genera la Proliferación celular de linfocitos T, B y NK), la IL-4 (genera un cambio de isotipo en linfocitos B,
inhibición de macrófagos, desarrollo y expansión células Th2), IL-5 (activa los eosinófilos y la proliferación de linfocitos B), y
el IFNγ (produce la activación de macrófagos, cambio de isotipo en linfocitos B opsonizante, diferenciación de Th1,
aumento de MHC I y II, y aumento de procesamiento de antígenos).

Antígenos y anticuerpos: Un antígeno o inmunógeno es toda molécula que se une específicamente a un anticuerpo y
genera una respuesta inmune. Pueden ser de naturaleza muy variada (azúcares, lípidos, proteínas), pero es necesario que
sean macromoléculas para que produzcan la respuesta; por ejemplo, los haptenos son moléculas sencillas que se pueden
unir a anticuerpos, pero sólo desencadenan la inmunidad cuando están unidos a macromoléculas.
Los antígenos poseen una zona en particular que es la reconocida por los anticuerpos, y que se denomina epítopo o
determinante antigénico. Dado que los epítopos representan una porción pequeña del antígeno en general, un mismo
antígeno puede tener distintos determinantes que serán reconocidos por distintos anticuerpos en una respuesta inmune
policlonal (varios clones de linfocitos B se activan y diferencian); en este caso el antígeno se denomina polivalente.
Los anticuerpos o inmunoglobulinas, por otra parte, son glicoproteínas cuya función es detectar antígenos y
desencadenar la respuesta inmunológica que lleve a su destrucción; son altamente específicos, y el sitio de unión a su
antígeno particular se denomina paratopo. Se pueden encontrar en el plasma sanguíneo, la leche materna, los líquidos
intersticiales y las secreciones mucosas, y en la superficie de los linfocitos B; estos últimos, cuando reconocen su antígeno
activan a la célula, que se convierte en plasmocito, cuya función es secretar grandes cantidades de un mismo anticuerpo.
La estructura básica de los anticuerpos es siempre igual: dos pares de cadenas polipeptídicas, un par liviano (L, de 24 kDa) y
uno pesado (H, de 55 a 70 kDa), donde ambas cadenas de 1 par son idénticas. Las cadenas livianas se unen a las pesadas y
las pesadas entre sí por puentes disulfuro. Más allá de esta estructura básica las inmunoglobulinas difieren entre sí por sus
propiedades fisicoquímicas (carga eléctrica, tamaño, solubilidad y comportamiento). Las determinantes de la clase de
inmunoglobulina son las cadenas pesadas, que pueden ser de 5 tipos caracterizados con letras griegas (alfa, my, gamma,
épsilon, delta) que dan origen a cinco clases distintas de inmunoglobulinas caracterizadas con las letras latinas equivalentes
(A, M, G, D, E); asimismo, las clases A y G se subdividen en subclases (o isotipos) numeradas; 2 para la A (IgA-1 e IgA-2) y 4
para la G (IgG-1 … IgG-4). Es por esto que existen 9 cadenas pesadas de inmunoglobulinas en los humanos. Con respecto a
las cadenas livianas, existen sólo dos clases: kappa y lambda. Tanto cadenas pesadas como livianas tienen dominios
“constantes” que son iguales para un mismo isotipo o subclase, y que es la parte que se halla glicosilada en las cadenas
pesadas; y un dominio “variable” en el extremo N-terminal y que es el que une al antígeno.
Si bien los anticuerpos son específicos, a veces pueden unir antígenos estructuralmente distintos (poliespecificidad).
Clases de inmunoglobulinas: La IgM es la predominante en la respuesta primaria y se encuentra sobre todo en la
membrana de los linfocitos B. La IgG es la más abundante (70% de las Ig plasmáticas), puede atravesar la placenta y todas
menos la IgG-3 pueden activar el Complemento. La IgA se encuentra principalmente en secreciones (mucosas, lácticas,
lacrimales). La IgE o reagina es la menos abundante e interviene en fenómenos de hipersensibillidad.

Reconocimiento de antígenos:
Por los anticuerpos: En el paratopo de un anticuerpo se puede observar, en los dominios variables de las cadenas, lo que se
denomina framework; secuencias de unos 10 aminoácidos muy variables entre tramos más constantes denominados
armazón, que no participan como sitio de unión pero sí son indispensables para su correcto plegamiento. Hay 3 regiones
determinantes de la complementariedad en cada cadena.
La unión entre epítopo y paratopo es de tipo no covalente, con fuerzas de van der Waals, interacciones hidrófobas y
puentes de hidrógeno. La afinidad del anticuerpo por el antígeno obedece las leyes del equilibro químico; la constante de
afinidad es igual a la constante de equilibrio (Keq).
Por los linfocitos T: Lo hacen mediante moléculas de antígenos linfocíticos humanos:
Complejo mayor de histocompatibilidad (CMH): Se denomina así a un conjunto de
genes que codifican un conjunto de proteínas llamadas moléculas de antígenos
linfocíticos humanos (HLA). Las moléculas HLA son glicoproteínas con un papel
fundamental en la función de las células presentadoras de antígenos, y pueden ser de
dos clases: I y II. Las de clase I poseen una cadena α transmembrana con tres dominios
(α 1, 2 y 3) y una β2-microglobulina que no es transmembrana ni codificada por al CMH,
unidas no-covalentemente; las de clase II poseen 2 cadenas transmembrana, α y β,
unidas por interacciones no covalentes y puentes disulfuro. Los dominios 1 y 2 de la
cadena α de las mHLA de clase I y α y β de las mHLA de clase II forman una hendidura
entre ellas que es el sitio de unión del antígeno.
Desde un punto de vista fisiológico, las dos clases también son muy distintas; mientras que las moléculas de clase I se
encuentran en todas las células nucleadas del organismo, las de clase II sólo se hallan en células presentadoras de
antígenos como los monocitos, macrófagos, los linfocitos B y las células dendríticas; o pueden ser producidas por otras
células bajo la influencia de citoquinas como el interferón gamma. Sus funciones también son distintas; las moléc. HLA de
clase I presentan antígenos virales o propios -autoantígenos- (que han sido procesados por la vía endógena* a través del
retículo endoplasmático) a los linfocitos T-CD8 (ver más adelante); mientras que las de clase II presentan antígenos
exógenos (provenientes de la vía exógena* por un compartimiento endosómico) a los linfocitos T-CD4.
(*Los péptidos endógenos/exógenos hacen referencia a su síntesis en el interior/exterior de la célula)
Reconocimiento de antígenos: Los linfocitos T tienen una manera distinta de interactuar con los antígenos que el sistema
humoral (anticuerpos) y los linfocitos B, y sólo reconocen fragmentos peptídicos provenientes de proteínas antigénicas,
que se encuentren acompañados de moléculas del complejo mayor de histocompatibilidad en la superficie de células
presentadoras de antígenos. Pueden hacerlo gracias a moléculas de reconocimiento en su superficie, distintas a las de los
linfocitos B, que se denominan receptores T. Las clases de moléculas HLA y los péptidos unidos a ellas van a ser
reconocidos por distintos linfocitos; las mHLA clase I con péptidos endógenos* son reconocidas por los linfocitos T
supresores y citotóxicos, que expresan en su membrana la molécula CD8; mientras que las mHLA clase II con péptidos
exógenos* son reconocidas por linfocitos T helper, que expresan en su membrana la molécula CD4.
Para resumir: Las principales diferencias entre las formas que tienen los linfocitos B y los anticuerpos con los T a la hora de
interactuar con los antígenos son que: a) los anticuerpos y LB reconocen antígenos de diversos tipos, y los linfocitos T sólo
peptídicos; b) los LB y Ac. reconocen una variedad de estructuras proteicas, y los LT sólo péptidos lineales de hasta 15
aminoácidos 1°; y c) los LT necesitan APC (células presentadoras de antígenos), mientras que los LB y los Ac. reconocen
antígenos unidos a células, solubles, etc.
Receptor T: El receptor T de los linfocitos T que reconoce al complejo mHLA-Ag es un heterodímero (dos cadenas
polipeptídicas distintas –hetero- α y β unidas por puentes disulfuro). Es además un proteína glicosilada transmembrana de
la superfamilia de las inmunoglobulinas (no una Ig propiamente dicha, pero parecida). El receptor tiene 4 segmentos, uno
citosólico, uno hidrófobo transmembrana, un dominio constante próximo a la membrana pero extracelular, y uno más
alejado, que es el segmento variable, en el extremo N-terminal.
Casi todos los linfocitos T tienen receptores de esta naturaleza, pero un pequeño porcentaje (y en especial los que se hallan
en epitelios y líquido extracelular) tienen otras cadenas polipeptídicas llamadas γ y δ en lugar de α y β.

Moléculas accesorias de los linfocitos T: Además de su receptor T que es indispensable para reconocer el complejo
antígeno mHLA, los linfocitos T cuentan con una serie de proteínas integrales de membrana indispensables para su función:
El CD3 es un complejo de cinco cadenas polipeptídicas, gamma, delta y épsilon + 1 dímero de dos cadenas iguales llamadas
zeta, cuya función es asociarse al receptor T para permitir que éste, una vez sintetizado, sea exportado a la superficie
celular, además de ser el transmisor de la señal de activación del linfocito cuando el receptor reconoce un antígeno.
Las CD4 y las CD8 son proteínas de la superfamilia de las inmunoglobulinas con cuatro dominios (D1, 2, 3 y 4), donde D1 y
D2 son similares a los dominios variables de las inmunoglobulinas y D2 y D4 a los constantes. Un 75% aprox. de los
linfocitos periféricos presenta CD4, y el resto CD8. CD4 y CD8 reconocen las regiones no polimórficas de las mHLA de clase
II y I respectivamente, lo que es necesario para la correcta interacción receptor T – complejo mHLA-Ag.
Otras moléculas CD (CD = cúmulo de diferenciación) como la CD2 y CD28, así como moléculas no CD como la LFA-1
interactúan con ligandos en la superficie de las APC o de las células blanco, para permitir la correcta adhesión del linfocito.

Células presentadoras de antígenos: Como hemos visto, son necesarias para la inmunidad mediada por los linfocitos T;
además de actuar como agentes fagocíticos en la inmunidad innata. Si bien todas las células nucleadas tienen moléculas
HLA clase I y pueden ser inducidas a producir clase II, las APC propiamente dichas son las células del sistema mononuclear
fagocítico (los diversos macrófagos de los tejidos), las células dendríticas y endoteliales y los linfocitos B.
Hay dos vías mediante las cuales las APC pueden presentar sus antígenos; las que tienen mHLA de clase I utilizan la vía
endógena, y las que tienen mHLA de clase II utilizan la vía exógena.
La vía endógena procesa proteínas propias de la célula, es decir, antígenos propios, que se encuentran en el citosol; tras la
digestión a péptidos por medio de proteasas, éstos son importados al RE donde se encuentran las mHLA recién
sintetizadas, a las que se unen, para ser exportado el complejo a través de vesículas a la membrana plasmática donde será
reconocido por los linfocitos CD8.
La vía exógena consiste en el procesamiento de antígenos externos; cuando entran en contacto con agentes extraños, las
APC lo envuelven y “engullen” formando un endosoma (vía exógena) donde se produce la digestión del antígeno a
pequeños péptidos que son transportados al RE donde se acoplan a moléculas de HLA recién sintetizadas antes de ser
enviados de vuelta al exterior de la célula en vesículas, para quedar expuestos en la superficie.
Los linfocitos T se activan sólo si reconocen a las moléculas HLA como propias del organismo; lo que se llama restricción por
las HLA. Si bien esto no es relevante en condiciones normales, puede ser importante en trasplantes de órganos.

Selección y maduración de los linfocitos: Los linfocitos B y T se originan todos en las células precursoras de las líneas
linfocitarias del embrión, que por acción hormonal y de factores de crecimiento forman prolinfocitos. Los prolinfocitos
pueden quedarse en la médula ósea o dirigirse al timo, según vayan a formar linfocitos T o B.
Linfocitos T: Los linfocitos T inmaduros viajan al timo, atraídos por una citocina que éste secreta denominada timotaxina. Al
ingresar al timo ya cuentan con el marcador CD3, común a todos los linfocitos T; y se dirigen a la corteza tímica, donde
empiezan a sintetizar de receptores T de amplia variedad; pero aún no expresan CD4 ni CD8 (son “dobles negativas”).
A medida que los linfocitos van madurando, van profundizándose en la corteza tímica, donde las células epiteliales del timo
empiezan a contar con mHLA de ambas clases; y a su vez empiezan a expresar tanto CD8 como CD4 (son “dobles positivos”)
en su superficie. Las células del timo exponen a los linfocitos a antígenos propios y extraños; los que interaccionen con los
antígenos seguirán su educación, mientras que los que no son eliminados por apoptosis, en lo que se conoce como
selección positiva. Los que han sobrevivido penetran la médula, donde las células tímicas los exponen a casi todos lo auto-
antígenos del cuerpo; sólo los que no reaccionen ante ellos podrán sobrevivir; el 90% de las células T debe ser eliminado en
esta selección negativa, ya que de otro modo los linfocitos reaccionarían contra las propias células del organismo.
Finalmente, los linfocitos T sobrevivientes dejan de expresar uno de sus cúmulos de diferenciación, para convertirse en
“simples positivos”; los que mantienen el CD4 serán linfocitos T coayudantes (helper), y los que mantengan CD8, linfocitos T
citotóxicos o supresores.
Linfocitos B: A diferencia de los linfocitos T, toda su maduración y selección se produce en la misma médula ósea (en
humanos), salvo por un pequeño período de pre-procesamiento en el hígado durante la vida fetal. Los linfocitos B
inmaduros no tienen anticuerpos específicos en su membrana celular, pero sí presentan cadenas ligeras y pesadas de
inmunoglobulinas en su citoplasma. Los linfocitos B también son sometidos a selección negativa, para garantizar que no
reaccionen contra auto-antígenos. Más adelante presentan IgM e IgD, y es liberado en sangre; por donde se dirige a los
órganos linfoides secundarios como los ganglios, el bazo, etc.
Clones: Se denomina “clones” a toda la progenie de un linfocito B que produce un anticuerpo específico, o de un linfocito T
sensibilizado para 1 antígeno en particular. La razón por la cual hay tantas posibilidades de clones es por el amplio código
genético al que pueden acceder los linfocitos para producir sus receptores y anticuerpos, del que eligen sólo un tramo.

Activación de los linfocitos: Los linfocitos B y T vírgenes pero maduros son liberados en sangre.
Linfocitos T: Cuando los linfocitos T unen su receptor con el complejo mHLA-Ag y esta señal es enviada por las CD3 al
interior de la célula, se activan; este proceso genera la proliferación de clones de dicha célula, gracias a la liberación de
citoquinas, en especial la interleucina-2 (que actúa sobre el mismo linfocito que la libera); los clones generados a partir del
clon activado luego se diferencian en linfocitos citotóxicos, coayudantes o memoria.
Linfocitos B: Cuando alguno de los receptores de los LB se une al epítopo de un antígeno el LB endocita al complejo para
digerirlo en el interior de la célula y convertirlo en péptidos. Éstos péptidos son acoplados en el RE a mHLA clase II, por lo
que los linfocitos B también actúan, al exponer los antígenos en su membrana, como APC.
Cooperación LT-LB: Los antígenos pueden ser de dos clases: T-dependientes o T-independientes. Los antígenos T-
dependientes no generan una respuesta inmune por parte de los LB solos, sino que éstos necesitan de los LT coayudantes.
Cuando un LB que ha sido expuesto a un antígeno actúa como APC, los linfocitos CD4 (coayudantes) que hayan sido
activados por el mismo epítopo (que puede haberles sido presentado por cualquier otra APC) liberan citoquinas que
inducen a los LB a proliferar y diferenciarse en plasmocitos. La mayoría son interleucinas, como la IL-4 (que incita a los LB a
pasar de su estado celular G0 a G1); pero también sintetizan el factor de necrosis tumoral.
Funciones de los linfocitos activados:
Linfocitos T coayudantes: Además de colaborar con la diferenciación a plasmocitos de los LB, los LT helper también
secretan interleucina-2, que tiene un efecto estimulante sobre la replicación de linfocitos T citotóxicos y supresores, y una
acción de retroalimentación positiva sobre el desarrollo de los propios linfocitos T helper. Además, los LTh detienen la
migración de los macrófagos y los incitan a realizar la fagocitosis de manera más eficiente.
Linfocitos T citotóxicos: Son células de ataque directo que pueden exterminar microorganismos o incluso otras células (por
ejemplo células infectadas por virus, células cancerígenas, etc.); por medio de sus receptores se unen fuertemente a los
elementos que presenten los antígenos que los han activado, y secretan enzimas denominadas perforinas que digieren
brechas en las paredes del microorganismo o célula para lisarla.
Los LT también producen LT memoria, que una vez que han reconocido el antígeno siguen circulando durante meses o
años, listos para atacar a cualquier célula infectada que presente el antígeno de vuelta.
Linfocitos T supresores: Son capaces de suprimir las funciones de los otros dos LT; se cree que su función es la de disminuir
el impacto de los linfocitos citotóxicos para que no haya daño tisular.
Linfocitos B: Los linfocitos B pueden diferenciarse como plasmocitos, cuya función es circular en el plasma produciendo
anticuerpos contra el antígeno que los activó, o permanecer durmientes en el tejido linfático como linfocitos B con
memoria, para desencadenar la respuesta inmune secundaria si el cuerpo es expuesto al mismo antígeno de vuelta.

Respuesta inmune primaria y secundaria: Cuando el organismo es expuesto a un


antígeno por primera vez, la respuesta inmunológica es relativamente lenta, ya
que se debe producir una movilización hormonal y metabólica muy grande para
llegar a la producción de anticuerpos; recién a los cinco días se empiezan a
producir inmunoglobulinas M, que alcanzan su concentración máxima a los diez o
quince días y a los treinta comienzan a decaer; las IgG (que tienen más afinidad
por el antígeno) aparecen poco después de las IgM. Este primer contacto se
denomina respuesta primaria.
Sin embargo, si al cabo de meses o años el organismo vuelve a exponerse al
mismo antígeno, a tan sólo tres días del contacto los niveles de inmunoglobulinas
son entre 10 y 100 veces mayores, y predominan las IgG; esto se debe a la
presencia de los linfocitos B con memoria, que producen la respuesta secundaria.

Mecanismos finales de la activación del sistema inmune: Todos los mecanismos de la inmunidad cooperan entre sí para
eliminar los antígenos y células asociadas del organismo. Los linfocitos NK y T citotóxicos atacan y lisan directamente a los
patógenos; los LT helper y B cooperan entre sí para producir anticuerpos; éstos tienen acción directa sobre los antígenos,
produciendo aglutinación y precipitación de los elementos asociados a ellos, neutralización del antígeno en sí al unírsele, y
en algunos casos directamente lisis del organismo asociado al atacar sus membranas.
Mientras tanto, la cascada de citoquinas liberada por diversas células inmunes del cuerpo al encontrarse con patógenos
activa a diversas células fagocíticas como los macrófagos, e induce la inflamación; la cual está ayudada por el sistema del
complemento, que ante la reacción Ag-Ac opsoniza las células patógenas para su fagocitosis, y en algunos casos puede
lisarlas directamente.
Unidad 3 – Física Biológica – Potencial de acción y unión neuromuscular
TRANSPORTE IÓNICO Y EXCITABILIDAD: Las células nerviosas y musculares tienen la propiedad de ser excitables. Esto
significa que pueden cambiar en forma rápida y transitoria su potencial de membrana en respuesta a un estímulo
(eléctrico, químico, mecánico) de intensidad adecuada, y dicho cambio se transmite en forma de onda de amplitud
constante como un potencial de acción a lo largo de las fibras musculares y axones.

Gradiente electroquímico: El potencial eléctrico o potencial electrostático en un


punto, es el trabajo que debe realizar un campo electrostático para mover una carga
positiva q desde dicho punto hasta el punto de referencia, dividido por unidad de
carga de prueba. Una diferencia de potencial eléctrico se puede dar, por ejemplo,
cuando a ambos lados de una membrana existen diferentes concentraciones de
cargas. En toda célula existe una diferencia de potencial eléctrico, ya que el interior
celular es electronegativo con respecto al exterior, a causa de las diferentes
concentraciones iónicas.
El gradiente electroquímico (denominado también diferencia de potencial electroquímica) se emplea para medir la fuerza
que actúa sobre la molécula para conseguir que atraviese una membrana. También se puede definir como una medida de
la energía libre disponible para realizar el trabajo útil de transportar una molécula a través de la membrana. Como se
puede apreciar, tiene dos componentes. Uno de ellos representa la energía en el gradiente de concentración de X a través
de la membrana (diferencia de potencial química). El otro (diferencia de potencial eléctrica) corresponde a la energía
asociada al movimiento de las moléculas cargadas (es decir, iones) a través de la membrana cuando existe un potencial de
membrana (es decir, cuando V no es nulo). Por tanto, para el desplazamiento de la glucosa a través de la membrana, sólo
se debe tener en consideración la concentración de glucosa dentro y fuera de la célula. Sin embargo, para determinar el
desplazamiento de K+ a través de la membrana se tiene que considerar tanto su concentración dentro y fuera de la célula
como el voltaje de la membrana.

Potencial de equilibrio de un ión y ecuación de Nernst: Para los iones, entonces,


existen dos componentes de su gradiente, que son el químico y eléctrico. Estos
dos elementos se pueden contrarrestar entre sí; por ejemplo, un potencial
eléctrico importante puede mantener concentraciones químicas diferentes a
ambos lados de la membrana. El potencial de equilibrio de un ion, entonces, es
el potencial al que se equilibrarían las fuerzas del gradiente electroquímico
actuando sobre ese ion, de manera que éste no tendría tendencia a entrar ni a ( )
salir de la célula (considerando la membrana permeable a dicho ion).
La ecuación de Nernst relaciona la distribución de un ion entre dos
compartimientos con la diferencia de potencial eléctrico a través de la
membrana que los separa (para una membrana permeable al ion) cuando el
Donde:
sistema está en equilibrio. Esta ecuación se puede simplificar si remplazamos E = diferencia de potencial en el equilibrio
x
cada constante –nota: la constante de Faraday está como mili coulombs así el R = constante de los gases (8,3 J/°K mol)
resultado nos da en milivoltios- y luego pasamos el logaritmo natural a T = temperatura fisiológica (37 °C = 310 °K)
logaritmo en base 10 multiplicando el conjunto por 2,303. z = carga eléctrica del ion considerado
-1
F = constante de Faraday (96,5 mC. mol )
Las conclusiones que se pueden extraer de la ecuación de Nernst son:
XI = concentración interna del ion
1) Si existe una diferencia de potencial eléctrico a ambos lados de la membrana, XE = concentración externa del ion
las concentraciones de un ion en equilibrio pueden ser distintas (un catión
estará más concentrado en el lado electronegativo y viceversa).
2) SI las concentraciones son iguales a ambos lados de la membrana, la diferencia de potencial en equilibrio será cero (el
logaritmo natural de 1 es cero).
La diferencia de potencial total de membrana (E m), por convención, se expresa como la diferencia de potencial entre el
interior y el exterior celular (E m = E interior – E exterior). Todas las células tienen, entonces, un potencial de membrana, con iones
distribuidos en distintas concentraciones a los cuales la célula es permeable, pero no necesariamente los “deja” pasar por
difusión. Muy pocos iones, como por ejemplo el cloro en algunos casos, están distribuidos en equilibrio, por lo que la célula
no es un sistema estacionario ni en equilibrio; por ende, la diferencia de potencial de membrana se denomina potencial de
membrana en reposo (no hay intercambio pero tampoco equilibrio).
El Em promedio suele ser de unos -92 mV (recordar que el interior es electronegativo con respecto al exterior).
Diferencia de potencial en el equilibrio de los distintos iones en las células:
Sodio: [Na+]E  Ex = 50 mV.
Potasio: [K+]E  Ex = - 101 mV.
Cloro: [Cl –]E  Ex = - 92 mV.

Ecuación de Goldman-Hodgkin-Katz: ( ) ( ) ( )
Si consideramos que la célula es permeable a
muchos iones distintos, el potencial de equilibrio ( ) ( ) ( )
es mucho más complejo, y no podemos usar la Donde:
ecuación de Nernst. En su lugar, podemos usar la Em = Diferencia total de potencial de membrana externo e interno.
ecuación de Goldman-Hodgkin-Katz, que relaciona Cx = Concentración de dicho ion
las concentraciones de sodio, potasio y cloro y la Px = Permeabilidad de la membrana al ion.
permeabilidad de la membrana a cada uno de estos iones con la diferencia total de potencial de membrana.
El número 61,4 hace referencia al RT/zF en temperatura fisiológica = 37° y para iones con carga z = 1. El cloro se expresa
como concentración interna en el numerador y concentración externa en el denominador (al revés que el Na+ y el K+), por
tener carga negativa.
El sodio está mucho más lejos del equilibrio que el potasio, que a su vez está mucho más lejos del equilibrio que el cloro.
Una variación en la permeabilidad de la membrana al cloro afectaría a la célula mucho menos que una variación en la
permeabilidad al potasio.
Fuerza impulsora de un ion: La fuerza impulsora de un ion se define como un índice de la fuerza con la que un ion tenderá
a moverse a través de una membrana al compartimiento opuesto, y se calcula como el potencial de membrana en reposo
menos el potencial de equilibrio del ion en particular (Em – Eeq).
Importancia de la bomba de sodio y potasio: La bomba Na+ / K+ hace un transporte activo con hidrólisis de ATP para
mantener una alta concentración de sodio extracelular y de potasio intracelular. Dado que por cada 3 iones de sodio
expulsados se ingresan sólo 2 iones de potasio, este acoplamiento de los flujos iónicos activos es electrogénico, lo que
significa que genera una diferencia de cargas. Sin embargo, en el potencial de membrana en reposo no es muy afectado
por esta bomba, que genera una diferencia de potencial de unos 1 o 2 mV; en lo que sí influye es en la diferencia de
gradiente químico, lo que será de gran importancia para la generación de los potenciales de acción (ver más adelante).

Propiedades eléctricas de la membrana celular: Las tres principales propiedades eléctricas de las membranas biológicas
son la conductancia, capacitancia y resistencia.
La resistencia eléctrica es la oposición que tienen las cargas para desplazarse a través de un conductor (en este caso, dada
por la membrana, que es impermeable, y los iones, que deben transportarse por proteínas que pueden estar
abiertas/activas o no), y se expresa en ohmios. En las membranas biológicas, la resistencia varía entre 500 y 5000 Ω/cm2.
La conductancia, por otra parte, se expresa como 1/resistencia, y es por ende una medida de lo opuesto; cuánto permiten
las resistencias que las cargas las atraviesen. En membranas, será 107 veces menor que una capa del mismo grosor de las
soluciones con las que está en contacto.
La capacitancia, por otra parte, hace referencia a la función de la membrana como capacitador. Un capacitador o
condensador eléctrico está formado por material aislante interpuesto entre dos capas de material conductor, lo que le
permite acumular cargas en las placas generando una diferencia de potencial muy importante, por lo que se dice que
puede almacenar energía eléctrica. La membrana, con su capa de “material” aislante (cadenas de ácidos grasos) y “placas”
conductoras (cabezas fosfato) de los fosfolípidos, actúa como condensador.

En todo momento, el potencial de la membrana se asemeja al potencial de equilibrio del ion más permeable.

Potencial de acción: La membrana en conjunto con el citoplasma tiene la capacidad de actuar como “cable”, transmitiendo
una corriente que se desplaza por el citoplasma (que tiene una resistencia baja) y es aislada por la membrana (que tiene
una resistencia alta); sin embargo, como la resistencia de la membrana no es infinita, cuanto más largo el recorrido, más
corriente se pierde. Por otra parte, si consideramos una prolongación citoplasmática envuelta en membrana tal como un
axón o fibra muscular, ésta tendrá una forma cilíndrica alargada con un radio. Cuanto mayor sea este radio, mayor será la
cantidad de citoplasma en la circunferencia de transmisión de corriente, y más lejos llegará esta corriente.
Sin embargo, aún si se aumenta la resistencia de la membrana y el radio del axón/fibra, la transmisión de un potencial
electrotónico es un método muy ineficaz y que abarca distancias muy cortas.
Un potencial de acción, por otra parte, es una respuesta a un estímulo, y se da en consecuencia a cambios sucesivos,
rápidos y transitorios de la conductancia de la membrana plasmática a los iones sodio y potasio. El PA integra potencial,
conductancia y corriente iónica, al manipular el potencial eléctrico por medio del gradiente químico. A diferencia de una
transmisión de corriente electrotónica, sólo las células nerviosas pueden experimentar un PA; y las propiedades de éste son
completamente distintas a las propiedades eléctricas de una membrana en reposo, ya que el PA:
1) Es una respuesta muchísimo más intensa en la que la polaridad de la membrana se sobredispara.
2) A diferencia de los otros, se propaga por toda la longitud de una fibra nerviosa.
3) Mantiene su valor y forma en todo recorrido, sin “perderse” o reducirse.
4) Es todo o nada (un estímulo lo suficientemente grande “dispara” el PA; cualquier otra intensidad de estímulo no puede
amplificar el PA o, en caso de que sea más chica, generarlo en absoluto).
Mecanismo del PA: El potencial de acción se produce debido a la entrada neta de Na+ con una salida neta de K+ (en reposo
los flujos netos de ambos iones son 0), lo que implica un aumento de la polaridad P de la membrana a ambos iones; esto
permite que entren a favor de sus gradientes electroquímicos. El flujo neto no es muy grande, y no le cuesta mucho a la
célula volver al estado original; el potencial de acción en sí no se produce por un cambio muy importante de las
concentraciones citoplasmáticas de los iones, sino porque los flujos cambian la carga neta de la membrana.
La sucesión de eventos que conforman el PA y su origen se pueden resumir como:
Estímulo  Despolarización  Aumento de la permeabilidad al sodio  Corriente despolarizante.
El estímulo es cualquier causa cuyo efecto resulte en una despolarización de la membrana de tipo electrotónico.
Despolarizaciones locales que no alcancen a provocar un potencial de acción se denominan estímulos subumbrales. Sólo
estímulos de cierta magnitud despolarizante pueden generar que los mecanismos fisiológicos de una célula nerviosa
generen un PA; allí está implicado el aumento de la permeabilidad al sodio, lo que dispara una despolarización muchísimo
mayor que la que provocó el estímulo, en forma de corriente despolarizante (recordemos que el potencial de la membrana
se asemeja al potencial de equilibrio del ion más permeable; variando la permeabilidad a los distintos iones es que se
despolariza o hiperpolariza la membrana).

Canales iónicos: Las proteínas responsables del cambio de permeabilidad de la membrana durante el potencial de acción
son los canales de sodio y potasio, que a diferencia de la bomba de sodio y potasio son exclusivos para 1 tipo de ion, sólo
permiten el pasaje a favor del gradiente de concentración.
● El canal de sodio es una proteína transmembrana con una subunidad α, una β1 y una β2. La subunidad α presenta 4
motivos repetidos numerados del I al IV. Cada uno de ellos tiene 6 segmentos hidrófobos transmembrana, conectado por
segmentos hidrofílicos, y en conjunto forman un único poro en la membrana. Los segmentos S4 de las 4 subunidades
contienen abundantes residuos aminoacídicos con carga positiva que actúan como sensores de un estímulo despolarizante;
mientras que entre los segmentos S5 y S6 están conectados por un segmento “P” en forma de horquilla. Los segmentos P
de las cuatro unidades en conjunto forman el “tapón” que cierra el poro durante el reposo (mecanismo conocido como
bola y cadena). La boca externa del canal actúa como un filtro de selectividad que sólo deja pasar sodio y no otros iones.
El tapón que forma la horquilla del segmento P constituye una compuerta cercana al extremo extracelular que se denomina
m3, que está cerrada durante el reposo y se abre cuando se despolariza la membrana; pero también existe, cerca del
orificio citosólico del canal, otra compuerta denominada h o de inactivación, que, a la inversa, está abierta durante el
reposo y se cierra para permitir la despolarización de la membrana durante un potencial de acción. La compuerta m tiene
una cinética rápida y la h una cinética lenta; y sólo si ambas están abiertas se puede producir el flujo de sodio por el canal.
● Los canales de potasio pueden ser muy variados, y tienen numerosas funciones fisiológicas; pero los potencial-
dependientes son muy similares a los de sodio, con 4 subunidades c/u con 6 segmentos hidrófobos, sensores de potencial
en el S4 y un segmento P entre los S5 y S6 que actúa como tapón. Sin embargo, la velocidad de inactivación de estos
canales puede variar ampliamente, desde muy tardíos hasta muy rápidos.
A diferencia de los canales de sodio, los de potasio tienen 1 sola compuerta que se denomina n, cerca del extremo
extracelular del canal.
● Los canales de calcio, por último, son muy importantes en la liberación de neurotransmisores y la contracción muscular.
Son muy similares al canal de sodio, constituidos por una subunidad principal, α, que sirve como poro y sensor del cambio
de potencial en su segmento S4, y diversas subunidades reguladoras o auxiliares β1 y β2.
Se clasifican en T, N y L de acuerdo al voltaje al que se activan (los T o transitorios, con un E m más positivo que -70 mV; los
N, con un Em > -20 mV; y los L, con un Em > -10 mV). Los canales L son los más comunes en músculo estriado.
Secuencia de cambios durante el potencial de acción: Conociendo los canales iónicos involucrados podemos entonces
entender la mecánica de la generación de un potencial de acción:
1) Un estímulo lo suficientemente grande (que produce una
despolarización supraumbral de la membrana) las compuertas de
cinética rápida m3 se abren bruscamente (las h ya se encontraban
abiertas desde el reposo).
2) Como ambas compuertas están abiertas, se produce la entrada de
iones de sodio a favor de su gradiente, lo que despolariza aún más la
membrana y promueve la apertura de más canales de Na+ activados
por voltaje.
3) Las compuertas h de los canales de sodio y las n de los de potasio,
que son ambas de cinética más lenta, se empiezan a cerrar y abrir
respectivamente, lo que limita la permeabilidad del sodio y aumenta
la permeabilidad del potasio, e impide que la diferencia de potencial
de la membrana iguale a la dif. de potencial para el Na+ (Em  ENa+).
4) Se produce la fase de repolarización; ahora la mayoría de las
compuertas h están cerradas y la mayoría de las n (K+) abiertas, por lo que la permeabilidad al sodio disminuye mucho, y el
flujo de potasio hacia el exterior repolariza la membrana, acercando su diferencia de potencial a la diferencia de potencial
para el potasio (Em  EK+).
5) A medida que se va repolarizando la membrana, tanto las compuertas h como las n van volviendo al estado normal en
reposo (abiertas y cerradas respectivamente).
6) Una relación de la permeabilidad PNa+ / PK+ transitoria (que se expresa como conductancia “g”: gNa+ / gK+) aumentada
produce una hiperpolarización (es decir, la membrana se repolariza a niveles mayores de los del reposo), hasta que todas
las compuertas vuelven a su estado de reposo y las concentraciones iónicas poco a poco se van normalizando.
Recordemos que durante el PA la bomba de sodio y potasio no juega ningún papel.

Período refractario: Si a una membrana se la va despolarizando de a poco hasta llegar a superar el umbral (voltaje al cual
se abren los canales de sodio y se produce el PA), el número crítico de canales de Na+ que deben estar abiertos para
disparar dicho PA no será alcanzado ya que las compuertas se van cerrando. Esto se denomina fenómeno de acomodación.
Además, durante el período en el cual las compuertas aún no han vuelto a su estado de reposo (m y n cerradas, h abiertas),
un nuevo estímulo no puede generar un potencial de acción por el simple hecho de que las propias proteínas no pueden
realizar el efecto deseado; a este período se lo llama período refractario, y se puede dividir en un período refractario
absoluto donde la mayoría de los canales de sodio están inactivos, y un período refractario relativo donde los canales de
potaasio se hallan abiertos (y por ende la mayor permeabilidad al K+ se opone a la despolarización de la membrana).

Conducción del potencial de acción: Si bien el potencial de acción se produce en forma distinta a un potencial
electrotónico, la manera en la que se conduce también se basa en un flujo de corriente local, por lo que muchos de los
factores que afectan al potencial electrotónico también se aplican al PA.
Dado que el PA no puede perderse, y debe en algunos casos llegar a recorrer más de un metro, no sólo debe conducirse
sino además propagarse. La propagación consiste en la generación de PA “nuevos” que se van produciendo conforme
avanza el impulso, inducidos por la despolarización supraumbral de los PA vecinos. En otras palabras: un flujo de corriente
de un PA puede llegar a despolarizar membranas adyacentes lo suficiente como para propagar el PA a estos sitios vecinos.
Si bien, de acuerdo a este modelo, un PA que se genere en mitad de un axón puede dirigirse hacia ambos extremos al
mismo tiempo, en condiciones fisiológicas la propagación es unidireccional en sentido soma  extremo del axón.
Con respecto a los factores que influyen en la velocidad, si bien la longitud (factor importante en los potenciales
electrotónicos) no es un problema gracias a la propagación, el diámetro de la fibra que conduce el potencial sí influye.
Para axones amielínicos, la velocidad de conducción es proporcional a la raíz cuadrada del diámetro. Recordemos que la
resistencia es inversamente proporcional al área (R = ρ . L / A, donde ρ = coeficiente de resistividad, L = longitud y A = área),
por lo que cuanto menor es el radio de las fibras, menor será su conductividad. Esto se produce dado que la resistencia
longitudinal del citoplasma y líquido extracelular (rL) disminuye en función del cuadrado del diámetro, mientras que la
resistencia de la membrana (rm) aumenta (al aumentar la cantidad de membrana), pero sólo en forma lineal; por lo que, en
proporción, la resistencia al flujo de cargas se vuelve mucho menor, sin aumentar mucho la permeabilidad.
Dado que las propiedades eléctricas del citoplasma y el líquido extracelular afectan cómo se conducen las cargas, tener una
vaina protectora y aislante influye en la propagación del PA. En vertebrados, esta protección está dada por la vaina de
mielina, formada por las membranas plasmáticas desprovistas de citoplasma y superenrolladas de las células de Schwann
(sistema nervioso periférico) o de la oligodendroglia (central). Esta protección aumenta enormemente la resistencia eficaz
de la membrana de forma tal que se produce un gran incremento del cociente rm/rL; como se pierde mucha menos señal a
través de la membrana, ésta no debe regenerarse formando nuevos potenciales de acción, por lo que se transmite mucho
más rápido. La capacitancia de la membrana, al incrementar el espesor entre las cargas, disminuye; y como la capacitancia
tiene el efecto de reducir la velocidad a la que se produce el PA, la conducción aumenta aún más.
Hay ciertas zonas de un axón mielínico donde la vaina se interrumpe, ya que queda un espacio entre células. Estas
hendiduras desprovistas de mielina miden aprox. 1 micra y se producen cada 1-2 mm; y se denominan nódulos de Ranvier.
Dado que no hay protección mielínica, en los nódulos de Ranvier el PA se debe generar de vuelta de la misma forma que en
los axones amielínicos (por propagación y generación de nuevos PA), por lo que estas hendiduras tienen una gran cantidad
de canales de sodio y potasio sensibles al voltaje; mientras que todos los segmentos mielinizados carecen de ellos, porque
no los necesitan. Esta forma de conducción, donde el PA es propagado sin regenerarse por una fibra mielínica y se forma
un nuevo PA al llegar a cada nódulo de Ranvier se denomina conducción saltatoria.

MÚSCULO ESQUELÉTICO: El músculo esquelético está conformado por sincitios, células multinucleadas que se forman por
la fusión de mioblastos, dispuestos entre tejido conjuntivo. La capacidad de contraerse del sincitio está dada por el aparato
contráctil, que es el que le da el aspecto por el cual se clasifica al músculo esquelético (junto al cardíaco) como estriado.

Estructuras que intervienen en el músculo y su inervación:

Unión neuromuscular: Cada axón de una neurona motora de la médula puede inervar a un número importante de fibras
musculares, al ramificarse (cada rama inerva 1 sola fibra). Cada neurona con el conjunto de fibras o células que inerva se
denomina unidad motora. La sinapsis rama del axón – fibra muscular se denomina unión neuromuscular y es un tipo de
sinapsis química, donde no hay comunicación directa entre el citoplasma de ambas células, y la interacción se produce por
neurotransmisores, en este caso, acetilcolina.
La superficie del axón, o de la célula que va a transmitir un
estímulo, se denomina pre-sináptica; mientras que la superficie
muscular, o de la célula que va a recibir el estímulo, se denomina
post-sináptica. El elemento pre-sináptico en el caso de la unión
neuromuscular es el botón terminal, ensanchamiento de las
ramificaciones del axón, mientras que el elemento post-sináptico
es la placa motora terminal, invaginación de la fibra motora.
Entre ambos queda la hendidura sináptica.
El botón terminal está cercano a la placa motora, y no está
rodeado por mielina; sólo células de Schwann en las zonas que no
están tocando la placa. Su citoplasma contiene mitocondrias y
vesículas de secreción. La acetilcolina es sintetizada por la enzima
colina-acetiltransferasa a partir de colina y acetil-coA, y luego
acumulada en estas vesículas. También hay elementos del
citoesqueleto y canales de calcio activados por voltaje que
permite su entrada al llegar un potencial de acción, lo que va a
inducir el movimiento de las vesículas.
La placa terminal por otra parte tiene una amplitud de potencial
elevada (70 mV). Contiene dos tipos distintos de canales de sodio: los receptores nicotínicos, que se activan por ligando, y
los dependientes de voltaje.
● El receptor nicotínico es una forma de receptor de acetilcolina (llamado así porque puede unir nicotina; el otro receptor
es el muscarínico, que liga acetilcolina en el sistema nervioso en lugar del músculo). Es una proteína transmembrana de
cinco subunidades: dos α, una β, una γ y una δ. El mismo receptor actúa tanto como canal como sitio de unión al ligando,
por lo que cuando la acetilcolina se une a la subunidad alfa, el resto de la proteína modifica su estructura creando un poro
por el que pasan iones de Na+ y K+.
● El canal de sodio activado por voltaje es del tipo de los ya vistos, y se encargará de generar un potencial de acción en la
fibra muscular, y de propagarlo por la despolarización supraumbral resultante.
Aparato contráctil: Está constituido, principalmente, por las miofibrillas, efectoras finales del acoplamiento excito-
contráctil, que se disponen longitudinalmente a la célula y se dividen en unidades contráctiles que se denominan
sarcómeros, y que son los que le dan el aspecto estriado al sincitio.
El sarcómero es la unidad contráctil del músculo esquelético, y se encuentra delimitado entre dos líneas Z. A ambos lados
de la línea Z se encuentra una banda clara (banda I) que contiene filamentos finos constituidos principalmente por la
proteína actina. La zona localizada entre las dos bandas I de un sarcómero es la banda A, que contiene filamentos gruesos
correspondientes principalmente a la proteína miosina. Los filamentos finos de actina se extienden desde la línea Z hasta el
centro del sarcómero, y se solapan con parte de los filamentos gruesos. La zona oscura en el extremo de la banda A
representa esta región de solapamiento entre los filamentos finos y gruesos. Una zona clara presente en el centro del
sarcómero se denomina banda H. Esta zona se corresponde con la región de la banda A que contiene filamentos gruesos de
miosina, pero no filamentos finos de actina. Por tanto, los filamentos finos de actina van desde la línea Z hasta el extremo
de la banda H, y se solapan sobre una parte de los filamentos gruesos de
la banda A. Una línea oscura, la línea M, resulta evidente en el centro del
sarcómero e incluye proteínas que parecen esenciales para la
organización y alineamiento de los filamentos gruesos del sarcómero.
Cada miofibrilla de una fibra muscular se rodea de retículo
sarcoplásmico (RS). El RS es una red intracelular de membranas que
desempeña un papel esencial en la regulación de la concentración de
Ca++ intracelular. Unas invaginaciones del sarcolema (membrana
plasmática de la fibra muscular) llamadas túbulos T se introducen dentro
de la fibra muscular cerca de los extremos de la banda A (es decir, cerca
del RS). El RS y los túbulos T son sistemas de membrana distintos. El RS
es una red intracelular, mientras que los túbulos T se encuentran en
contacto con el espacio extracelular. Una hendidura separa los túbulos T
del RS. La región del RS más próxima al túbulo T se conoce como
cisternas terminales, y en ella se produce la liberación de Ca++, que
resulta fundamental para la contracción del músculo esquelético. Entre los túbulos T y el RS se extienden “pies”,
estructuras formadas por una proteína liberadora de calcio llamada receptor de rianodina (RyR). El RyR tiene forma de
trébol, con 4 subunidades, y puede fijar calcio, rianodina, y sustancias reguladoras como ligandos.
Las porciones longitudinales del RS están en continuidad con las cisternas terminales y se extienden por toda la longitud del
sarcómero. Esta parte del RS contiene una elevada densidad de proteína de la bomba de Ca++ (la ATPasa de Ca++),
fundamental para la reacumulación del mismo en el RS y la consiguiente relajación del músculo.
Con respecto a la composición de los filamentos: Los filamentos gruesos están, entonces, compuestos por miosina. La
miosina es una proteína grande constituida por seis polipéptidos distintos con un par de cadenas pesadas y dos pares de
cadenas ligeras. Las cadenas pesadas se unen entre ellas para formar un segmento largo a modo de bastón, en el que cada
región N-terminal de la cadena pesada forma una gran cabeza globular. La región de la cabeza se aleja del filamento grueso
hacia el filamento fino de actina, y se corresponde con la porción de la molécula capaz de unirse con la actina. A nivel de
esta cabeza hay asociadas dos pares de “cadenas livianas”; un par de cadenas livianas esenciales y otro de regulatorias. La
fosforilación y defosforilación de estas últimas cumple un papel importante en la contracción.
Los filamentos gruesos de miosina se anclan en las líneas Z gracias a una proteína del citoesqueleto denominada titina. La
titina es una proteína elástica muy grande, que se extiende desde la línea Z hasta el centro del sarcómero, y que parece ser
importante para la disposición y alineación de los filamentos gruesos del sarcómero y en la elongación del músculo
cardíaco.
Los filamentos finos, por otra
parte, están formados por la
agregación de moléculas de actina
que conforman al filamento en sí
enrollándose en forma helicoidal,
en conjunto con otras dos
proteínas: la troponina y la
tropomiosina. La actina, además
de formar al filamento, tiene la propiedad de unión a la miosina y de activación de su actividad ATPasa.
Las otras dos proteínas son reguladoras. La tropomiosina se extiende por todo el filamento de actina en forma de dímero, y
cubre los lugares de unión de la miosina en las moléculas de actina. Cada dímero se extiende sobre siete moléculas de
actina, y presenta un complejo de troponinas con tres subunidades (troponinas T, I y C), que condiciona la posición de la
molécula de tropomiosina sobre el filamento de actina y, en consecuencia, su capacidad de inhibir la unión de la miosina al
filamento de actina. La troponina T se liga a la tropomiosina, la troponina I facilita la inhibición de la unión de la miosina a la
actina a través de la tropomiosina, y la troponina C se liga al Ca++. La unión del calcio con la troponina C estimula el
movimiento de la tropomiosina sobre el filamento de actina, lo que deja expuestos los lugares de unión de la miosina y
facilita la interacción de los filamentos de actina y miosina y la contracción del sarcómero.
Otras proteínas asociadas al filamento fino son la tropomodulina, la α-actinina y la proteína capZ. La tropomodulina se
localiza en el extremo del filamento fino, hacia la zona central del sarcómero, y puede participar en la determinación de la
longitud del filamento fino, mientras que la α-actinina y la proteína capZ sirven para anclar el filamento fino en la línea Z.

Mecanismo de acción de la contracción: A grandes rasgos, el mecanismo por el cual las células y sincitios musculares
pueden acortarse para producir la contracción se basa en el acortamiento de cada uno de los sarcómeros por la interacción
cíclica entre las cabezas de miosina con las moléculas de actina, asociada a al hidrólisis de ATP, donde las cabezas
globulares de miosina actúan como puentes transversales entre los filamentos finos y los gruesos. Estos eventos ocurren
por la fluctuación de la concentración de calcio en el citoplasma, lo que a su vez es regulado por los estímulos del PA en el
músculo, en lo que se denomina acoplamiento excitación-contracción. La excitación a su vez proviene de nervios.
Excitación: Una despolarización en el axón de una neurona motora del asta anterior de la médula, producto de la
transmisión de señal desde otras neuronas de la vía motora, llega al botón terminal. Esta despolarización produce la
apertura de los canales de Ca+2 dependientes del voltaje. La [Ca+2] extracelular es alta respecto a la [Ca+2] intracelular, lo
que favorece la entrada al terminal; sin embargo, durante el pico máximo del potencial de acción, el potencial de
membrana es positivo, y el gradiente de voltaje se opone a la entrada de Ca+2 a causa de su carga positiva. Así, en el punto
máximo del potencial de acción, entra relativamente poco Ca+2.
Las vesículas sinápticas se hallan ancladas a los filamentos de actina del citoesqueleto neuronal mediante moléculas
denominadas sinapsinas (Ia, Ib, IIa, IIb). La entrada de calcio permite que cuatro iones Ca+2 se unan a la proteína
calmodulina, lo que a su vez activa a la quinasa dependiente de calcio-calmodulina (CaMK); ésta fosforila a las sinapsinas Ia
y Ib, lo que promueve la liberación de las vesículas. Las vesículas libres pueden ahora unirse a la membrana en sitios
determinados denominados zonas activas, únicos que pueden hacer esto; y luego, mediante los mecanismos de la
exocitosis (donde interviene un gran número de proteínas, como por ejemplo las SNARE), la acetilcolina es liberada a la
placa motora, mientras que la membrana de la vesícula se fusiona con la m. plasmática del botón terminal.
Una vez que la acetilcolina llega a los receptores nicotínicos de la placa, se une a la subunidad alfa de éstos y produce la
apertura del canal sodio/potasio del mismo. Esta despolarización dispara la apertura de los canales iónicos activados por
voltaje, generando un potencial de acción que se transmite por toda la fibra muscular.
Tras su liberación, la acción de la acetilcolina es finalizada por la enzima acetilcolinesterasa, que se localiza en altas
concentraciones en la hendidura sináptica. La acetilcolinesterasa hidroliza la acetilcolina en acetato y colina. La colina es
entonces re-captada por un transportador simporte junto con Na+ en la membrana pre-sináptica para reciclarla.
Acoplamiento excitación-contracción: Una vez que el potencial de acción se transmite por toda la fibra, llega
eventualmente a los túbulos T. La despolarización de estas invaginaciones del sarcolema es transmitida a una proteína
llamada receptor de dihidropiridina (DHPR), que es sensible al voltaje y está acoplado al receptor de rianodina (RyR);
cuando el DHPR "siente" el cambio en el voltaje, generan la apertura del RyR, liberando el Ca+2 acumulado en el RS al
citosol. El DHPR también es el responsable de cerrar al RyR cuando la membrana se repolariza.
Contracción: El Ca+2 regula la contracción, al revertir la inhibición que existe en estado relajado sobre el aparato contráctil.
Es por esto que sus distintas [c] en el citoplasma producen distintas respuestas, tanto de fuerza como de velocidad.
Cuando el calcio se encuentra disponible en el citoplasma, tiende a unirse a la troponina C a razón de 4 iones de Ca +2 por
troponina. El complejo troponina C-Ca+2 facilita el movimiento del dímero de tropomiosina sobre el que se halla la
troponina; esta movilización expone el sitio de unión se la actina con las cabezas de miosina.
Una vez que la miosina y la actina están unidas, se puede producir el ciclo de los enlaces cruzados. Éste depende del ATP.
En estado de reposo, la miosina se halla unida a ATP parcialmente hidrolizado (estado a); cuando se libera el calcio y se
corre la tropomiosina, la cabeza de miosina se une a la actina en el sitio correspondiente (estado b) y libera ADP + Pi,
experimentando un cambio de forma (estado c) que tira del filamento fino hacia el centro del sarcómero (reacción en
cremallera). Como la miosina ha liberado al ADP, puede unir un nuevo ATP; esta unión disminuye su afinidad por la actina,
lo que determina su liberación (estado d) y la subsecuente hidrólisis parcial del ATP cuya energía se usa para llegar al punto
inicial del ciclo y volver la cabeza a su lugar. Si la concentración de Ca+2 no disminuye, el ciclo se repite inmediatamente.
Si no hay ATP disponible, el ciclo se queda detenido en el estado c, contraído y sin unir ATP ni ADP (por ej. en rigor mortis).
Relajación: El músculo sólo se puede relajar cuando disminuye la concentración de calcio. Éste es reacumulado en el RS
mediante un bombeo que requiere hidrólisis de ATP, por medio de la proteína Ca+2 ATPasa del RS, que se denomina con la
sigla SERCA (sarco/endoplasmic reticulum Ca2+-ATPase). La SERCA es un polipéptido simple con un solo dominio
transmembrana que puede transportar 2 iones de Ca+2 por cada molécula de ATP hidrolizada. En su porción citoplasmática
posee un dominio N que une ATP, uno P que acepta al grupo fosforilo, y uno A que conecta a los otros dos con el dominio
transmembrana. En su estado E1, puede aceptar iones de Ca+2 del lado citosólico (a los que “atrapa” en su interior), y unir
ATP; en su estado E2 fosforilado, libera el ADP, y se abre del lado de la luz del RS, bombeando el Ca+2.
El intercambiador sodio/calcio también ayuda a eliminar el calcio citoplasmático. Por cada catión Ca2+ expulsado por el
intercambiador al medio extracelular penetran tres cationes Na+ al interior celular.

Tipos de contracción muscular: Desde un punto de vista de la mecánica muscular, existen tres tipos posibles de
contracción: Isotónica, isométrica, y auxotónica.
El músculo está formado por tres elementos que influyen en su mecánica: Un elemento contráctil (que es el que produce
fuerza), un elemento elástico que puede variar en su longitud y que se encuentra a continuación del contráctil, y un
elemento elástico paralelo que se atribuye al propio elemento contráctil y que radica en la posibilidad de estirar a éste
cuando se halla en reposo, sin que ofrezca resistencia. Si bien por lo general los músculos se estudian partiendo de un
reposo sin tensión (es decir, se deja de lado el elemento elástico en paralelo), combinando los otros dos factores (elemento
contráctil y elástico) es que se puede producir fuerza tanto con acortamiento de la fibra como sin que esto ocurra.
● Contracción isométrica: Isométrico = Igual medida o longitud. El músculo desarrolla fuerza manteniendo una longitud
constante. Esto puede producirse gracias a que a medida que el elemento contráctil se acorta y produce la fuerza, el
elemento elástico adyacente se estira; es por esto que no se produce trabajo externo (el músculo no cambia de longitud y
por lo tanto no "tira” de ningún otro tejido) pero sí trabajo interno. Por ejemplo: si tratamos de levantar con un músculo
una carga que excede en peso a la fuerza que es capaz de producir dicho músculo, éste no va a variar su longitud ni
producir trabajo, por muy tensionado que esté. La velocidad con la cual el músculo llega a su máxima contracción
dependerá, además de la velocidad de contracción del elemento contráctil, de la rigidez del material elástico.
● Contracción isotónica: Isotónico = Igual tensión. En esta contracción el músculo varía su longitud, ya sea en forma
concéntrica (se acorta) o excéntrica (se alarga; por ejemplo si extendemos un bíceps tensionado), siempre con tensión del
material contráctil, y con producción de trabajo externo (por ejemplo, tracción de dos tejidos; acercamiento/alejamiento
de dos huesos, flexión/extensión, etc.).
● Contracción auxotónica: Auxotónico = Aumento de la tensión. Este caso se da cuando se combinan contracciones
isotónicas con contracciones isométricas. Al iniciarse la contracción, se acentúa más la parte isotónica, mientras que al final
de la contracción se acentúa más la isométrica. Es la forma de contracción más común en estado natural.

Frecuencias en la contracción: Un músculo sólo responde a un estímulo umbral o supraumbral (es decir, de intensidad y
duración suficiente como para provocar la apertura de los canales de sodio regulados por voltaje), con una contracción,
seguida de un período de relajación donde la fuerza vuelve a su valor inicial. Sin embargo, por medio de control nervioso,
podemos regular la intensidad y tiempo de contracción (hasta cierto punto), ya que éstos están dados por la intensidad del
estímulo. Esto no tiene sentido si lo miramos desde la perspectiva de una fibra solitaria; o bien puede contraerse, o no. Sin
embargo, si tomamos al tejido como un todo y consideramos al músculo en su totalidad, hay dos formas de regular su
contracción: sumatoria temporal y sumatoria espacial.
● Sumatoria temporal: Las fibras musculares tienen un período refractario corto,
por lo que un segundo estímulo puede sumarse al primero, antes de que la fibra
llegue a relajarse. Si se aplican suficientes estímulos sucesivos, se puede llegar a
un punto donde todas las contracciones son indistinguibles entre sí porque no
hay período de relajación; esto se denomina tétanos, y la frecuencia de estímulos
a la que éste se alcanza se denomina frecuencia crítica.
● Sumatoria espacial: La sumatoria espacial se produce gracias a la colaboración
de distintas unidades motoras; dado que en un músculo no necesariamente se contraen todas las fibras a la vez, si varía el
número de fibras reclutadas (es decir, que están siendo estimuladas), también variará la fuerza generada.
Desarrollo del trabajo de laboratorio: Se realizaron 3 experimentos: 1) Experimento con el músculo aislado de un sapo,
2) Simulación con la computadora, y 3) Electromiografía.

1) A un sapo desmedulado se le retiró la piel desde la cintura para abajo. Luego, se aisló el nervio ciático atándolo con un
hilo, se aisló el tendón del músculo gastrocnemio de la misma manera, se cortó la pierna a la altura del fémur y del pie
debajo del tendón del gastrocnemio, y se colocó la muestra preparada en un soporte, manteniéndola siempre humectada
con solución Ringer (solución fisiológica con minerales y ATP para proporcionarle energía al músculo). Luego se conectó la
muestra a un transductor (dispositivo capaz de transformar o convertir un determinado tipo de energía de entrada, en otra
diferente a la salida) de las órdenes de la computadora a impulsos eléctricos en la muestra, colocando uno de los
electrodos en el músculo y el otro en el nervio ciático, y se abrió un programa de simulación de impulsos nerviosos para
músculo esquelético. Estímulo Respuesta
a- En el primer experimento, se le dio al músculo estímulos de cada vez mayor Subumbral Nula
intensidad; obteniendo los siguientes datos: Umbral Submáxima
Por lo que se comprueba que la intensidad del estímulo influye en la respuesta de la Supraumbral Máxima
contracción. Frecuencia Respuesta
b- Una vez que se obtuvo la magnitud del estímulo a la que la frecuencia fue máxima, 1 Contracción
lo que se aumentó fue la frecuencia de dicho estímulo, obteniendo los siguientes 4 Fusión
resultados: incompleta
De esta manera se comprobó que a una frecuencia = 5 (frecuencia crítica) se alcanza el
5 Tétanos
tétanos; las contracciones son tan seguidas que se fusionan entre sí.
c- Finalmente, aplicando estímulos máximos, se fue aumentando una carga que se le aplicó al músculo, llegando un
punto en que el peso de ésta venció a la fuerza que puede ejercer dicho músculo. De esta forma se pudo observar
una contracción isométrica en donde no se realizó trabajo mecánico.

2) En la simulación con la computadora se observaron los efectos de distintas drogas en dos aspectos distintos:
estimulación por medio del nervio, y estimulación directa al músculo (para ver cuáles son los distintos receptores que
afectan las drogas). Las drogas utilizadas fueron:
a- Tubocuranina: La tubocuranina es un inhibidor competitivo de los receptores nicotínicos de acetilcolina, por lo
que no permite que el estímulo del nervio se transmita al músculo. Si la despolarización se aplica, por otra parte,
directamente a la fibra muscular, ésta response, ya que la droga no afecta los canales de sodio.
b- Tetrodotoxina: Bloquea directamente los canales de sodio voltaje dependientes, por lo que no se obtuvo
respuesta de la fibra ni por estímulo al nervio ni al músculo mismo.
c- Neostigmina: Es un inhibidor irreversible de la enzima acetilcolinesterasa que hidroliza la acetilcolina en la
hendidura sináptica de la unión neuromuscular para modular el estímulo. Dado que la acetilcolina permanece
entonces libre en dicha hendidura, se prolongó la respuesta, siempre que el estímulo proviniese del nervio y no
estuviera aplicado directamente al músculo (en cuyo caso no interviene la acetilcolina).

3) Electromiografía: La electromiografía (EMG) es una técnica que registra las manifestaciones eléctricas de la actividad
muscular. Esta técnica complementaria de diagnóstico, es capaz de indicar la presencia de alteraciones propias del músculo
y de su inervación. Su registro se obtiene generalmente introduciendo una aguja en el músculo a explorar.
La activación de una unidad motora incluye el desarrollo de un potencial de acción que determina una contracción
muscular. Las deflexiones detectadas en el EMG son debidas a la suma de los potenciales de acción en las fibras musculares
cercanas al electrodo de medida.
A un alumno voluntario se le colocaron electrodos: dos en el tríceps y dos en el bíceps. Luego se observó en la
computadora el registro de la electromiografía de distintos ejercicios realizados (contracción del bíceps, contracción del
tríceps, sostén de un peso), para observar la actividad alternada y la coactivación de los músculos antagonistas.
Finalmente se midió el tiempo de latencia, colocando electrodos sobre el nervio mediano, y otros sobre el abductor corto
del pulgar. El tiempo de latencia es el tiempo transcurrido entre la excitación de un nervio y la respuesta producida, en este
caso, por un músculo; se eligió el nervio mediano y el abductor del pulgar por su distancia y fácil acceso.
Unidad 3 – Fisiología – Transmisión sináptica y electrofisiología neuronal
TRANSMISIÓN SINÁPTICA:

PA y potenciales electrotónicos: Las células excitables, como hemos visto, son aquellas capaces de generar cualquier
cambio de polaridad en su membrana (no sólo potencial de acción), gracias a la presencia de canales iónicos sensibles al
voltaje. Estas células incluyen neuronas, músculo (de los tres tipos, cardíaco, esquelético y liso) y algunos tejidos
glandulares. El principal cambio de polaridad que utilizan las células excitables es el potencial de acción. Éste se diferencia
de los electrotónicos en que:
-No se atenúan con la distancia (a diferencia de los electrotónicos, que son locales y no se propagan).
-Son “todo o nada”
-Tienen un umbral para su disparo (si bien los potenciales electrotónicos pueden ser “supraumbrales” en términos de
voltaje, el umbral no existe en células que no tienen canales iónicos sensibles al voltaje o que los tienen inactivados –por
ejemplo, una célula excitable en período refractario-).
-Su amplitud es constante, a diferencia de uno electrotónico en el cual la amplitud varía, decrece en el tiempo y espacio.
La principal diferencia, entonces, radica en que el potencial electrotónico tiende a desvanecerse con el tiempo y el espacio.
Esto está dado por constantes de tiempo y espacio a las que los PA no están sujetos.
La constante espacial o de longitud (λ) es aquella distancia del origen de un
potencial electrotónico a la cual la amplitud que llega del potencial es de sólo el 37% √
de su valor máximo. Dado que la conductancia depende de la resistencia del citosol y
de la membrana, λ también se puede expresar como la fórmula siguiente. 
Los axones mielínicos tendrán una constante espacial mucho mayor que los amielínicos.
La constante temporal (τ), por otra parte, es una medida de la demora de la membrana en volver a su potencial en reposo,
y es el tiempo que tarda la variación del potencial en llegar al 63% de su valor final.

Sinapsis: La sinapsis es un sitio de acción entre dos células especializadas para la transmisión de un impulso nervioso (es
decir, excitables). Como hemos visto en el caso de la unión neuromuscular, las sinapsis se componen de un elemento
presináptico, una hendidura sináptica, y un elemento postsináptico. Existen dos tipos de sinapsis: eléctrica y química.
Sinapsis eléctrica: Una sinapsis eléctrica es una vía de baja resistencia
entre células que permite a la corriente fluir directamente desde una
célula hasta la otra. Están presentes en el SNC animal desde los
invertebrados hasta los mamíferos. Aparecen entre células gliales, así
como entre neuronas.
Se caracterizan por tener hendiduras sinápticas muy estrechas, donde
ambos citoplasmas (pre y postsináptico) están comunicados entre sí por
medio de hendiduras gap (uniones comunicantes). Estas uniones son
estructuras en forma de placa en las cuales las membranas plasmáticas de
las células acopladas aparecen en íntima aposición y rellenas con material
electrodenso. El diámetro de un canal típico es grande (1 a 2 nm),
haciéndolo así permeable no sólo a los iones sino también a otras
moléculas pequeñas.
Los canales están formados por dos cilindros adyacentes y en contacto entre sí, denominados conexones; uno atraviesa la
membrana presináptica y el otro la postsináptica. Cada conexón está formado por seis moléculas de conexina, y la
disposición de estas moléculas es lo que determina que el canal se halle abierto o cerrado. Esto puede ser modulado por
variaciones en el pH, en la concentración de Ca+2 citoplasmático, por medio del voltaje, o por fosforilaciones mediadas por
segundos mensajeros.
Características de la sinapsis eléctrica: Son rápidas (no hay retardo sináptico), son bidireccionales (el flujo se puede dar en
ambos sentidos) y son filtros de paso bajo (es decir, los iones pasan mucho más rápido que moléculas más grandes). Por
todo esto, si bien no tienen la variedad y especificidad de las sinapsis químicas, son muy útiles para ciertas funciones
básicas, como la sincronización; por ejemplo, son muy comunes en el núcleo olivar, donde sincronizan las neuronas.
Sinapsis química: A diferencia de la situación en las sinapsis eléctricas, en las sinapsis químicas no hay comunicación directa
entre el citoplasma de las dos células. En
lugar de esto, las membranas celulares
están separadas por una hendidura
sináptica de alrededor de 20 Mm, y la
interacción entre células se produce a
través de intermediarios químicos
conocidos como neurotransmisores. Las
sinapsis químicas suelen ser
unidireccionales, por lo que puede hacerse
referencia a los elementos presináptico y
postsináptico.
En las sinapsis químicas tales como la unión
neuromuscular previamente vista, el
elemento presináptico cuenta con vesículas
llenas de neurotransmisores que son
liberados en las zonas activas, se difunden
por la hendidura sináptica y se unen a
receptores en la membrana postsináptica.
Características de la sinapsis química:
Como los procesos que ocurren son mucho
más complejos, también hay un mayor
retraso (0,3 mseg.). Sin embargo, gracias a
esta complejidad, también es mucho más
específica, con gran variedad de receptores y neurotransmisores, y la posibilidad de generar un efecto inhibitorio o
excitatorio. Además, gracias a que unas pocas moléculas del neurotransmisor pueden generar una respuesta con la
apertura de muchos canales sensibles al voltaje, existe un fenómeno de amplificación que es imposible en las sinapsis
eléctricas.
Para resumir: Diferencias principales entre sinapsis eléctricas y químicas:
-Las eléctricas tienen una hendidura sináptica mucho menor que las químicas.
-En las eléctricas hay continuidad entre ambos citoplasmas; en las químicas, no.
-En las eléctricas el flujo puede ser bidireccional; las químicas suelen ser unidireccionales.
-Las eléctricas no pueden amplificar la señal, las químicas sí.
-Las eléctricas son mucho mas rápidas que las químicas.
-En las eléctricas no intervienen neurotransmisores como en las químicas, sino corrientes iónicas directas.
-En las químicas la sinapsis puede ser inhibitoria o excitatoria para el elemento postsináptico; en la eléctrica no.
-En las químicas la señal es amplificada; en la eléctrica no.
-Las químicas son mucho más específicas que las eléctricas.
-Las eléctricas, por su rapidez, sirven para sincronizar neuronas, o comunicaciones simples que necesiten ser muy rápidas;
las químicas, si bien son más lentas, permiten mecanismos mucho más complejos.

Neurotransmisores: Como hemos visto, las sinapsis químicas se hacen por intermedio de neurotransmisores. Un
neurotransmisor se define como “toda sustancia liberada en una sinapsis por una neurona y que afecta a otra célula de
manera específica”. Para ser considerados neurotransmisores, los mensajeros químicos deben reunir 4 requisirtos:
1- Ser sintetizados en la neurona
2- Estar presentes en el terminal presináptico y ser liberados para afectar a la célula efectora
3- Si son administrados en forma exógena (desde afuera, por ejemplo en un experimento), deben producir los mismos
efectos que tienen en su liberación endógena (natural, fisiológica, que ocurre normalmente en el cuerpo).
4- Debe existir un mecanismo específico de remoción de su sitio de acción.
Los neurotransmisores se pueden clasificar en dos grandes grupos: de bajo peso molecular, y neuropéptidos.
• El primer grupo está formado principalmente por aminas (y de éstas, la mayoría son aminoácidos y sus derivados); el otro
integrante del grupo es el ATP y sus derivados.
Aminas: Incluye una gran variedad de neurotransmisores.
La acetilcolina de las sinapsis neuromusculares se encuentra en este grupo, siendo una colina acetilada. Además de ser el
neurotransmisor de dichas uniones neuromusculares, se encuentra en neuronas del sistema simpático y parasimpático, y
algunos núcleos del SNC. Sus receptores son muscarínicos o nicotínicos.
Las catecolaminas (dopamina, adrenalina y noradrenalina) se sintetizan a partir de tirosina. Se encuentran en sistema
nervioso central. La adrenalina y noradrenalina, además, se encuentran en el SN autónomo, y son secretadas por las
glándulas suprarrenales para actuar como hormonas en lugar de neurotransmisores. Su acción induce los cambios que
preparan al organismo para la lucha o la huida; dilatación de las pupilas, disminución del flujo sanguíneo en el tracto
digestivo y aumento en los músculos, degradación de glucógeno a glucosa, aumento de la frecuencia respiratoria/cardíaca,
etc. Sus receptores son los adrenérgicos alfa 1 y 2 y beta 1 y 2 para la noradrenalina y adrenalina, y los dopaminérgicos para
la dopamina. La dopamina produce el efecto contrario a la adrenalina/noradrenalina.
La serotonina deriva del triptófano. Se encuentra en el SNC y participa de la regulación del sueño, el humor, el sexo, el
dolor, el apetito, el vómito y la agresión. Sus receptores son los 5-HT.
La histamina, si bien es más conocida por su papel hormonal, también actúa como neurotransmisor en el SNC, y deriva de
la histidina. Su función principal es la regulación de otros neurotransmisores y hormonas, por lo que se encuentra en el SNC
sobre todo en el hipotálamo. Sus receptores son los H1.
Aminoácidos: Además de derivados de aminoácidos, hay aminoácidos que tienen acción transmisora en estado natural;
tales son la glicina, el ácido gamma-aminobutírico, el glutamato y el aspartato. Los primeros dos tienen un efecto
inhibitorio; los últimos dos, un efecto excitatorio.
ATP y adenosina: A veces pueden actuar como transmisores, en especial en el SN periférico y plexos viscerales.

• El segundo grupo está formado por neuropéptidos. Éstos se producen por síntesis en los ribosomas, empaquetamiento y
modificaciones post-traduccionales vía retículo endoplasmático – Golgi. La mayoría se obtienen por clivaje de una proteína,
a péptidos más pequeños. Los neuropéptidos son muy variados y pueden ser tanto excitatorios como inhibitorios.

Inactivación: La remoción del neurotransmisor es esencial para poner fin a la actividad sináptica. Hay tres mecanismos
involucrados en esta inactivación: difusión, recaptación, y degradación.
La difusión es un mecanismo genérico de toda sustancia con respecto a la membrana plasmática.
La recaptación es el mecanismo más empleado en el sistema nervioso y consiste en el ingreso nuevamente al elemento
presináptico del neurotransmisor liberado, normalmente mediante su “captura” por proteínas transportadoras; éstas
tienen alta afinidad por ellos, y consisten en una familia de proteínas integrales que atraviesan doce veces la membrana, y
“bombean” al neurotransmisor por aporte de ATP; dependen además del sodio para funcionar.
La degradación enzimática es menos frecuente, y se da por enzimas que degradan al neurotransmisor en la misma
hendidura; los productos son luego recapturados por la célula presináptica. Esta hidrólisis permite una inactivación muy
rápida. Un ejemplo de ello es la acetilcolinesterasa de la unión neuromuscular.

Receptores de neurotransmisores: Así como se liberan neurotransmisores por el elemento presináptico, debe haber en la
célula efectora receptores que provoquen en ella un cambio al unirse a su ligando. Éstos se pueden dividir en dos grandes
grupos: receptores ionotrópicos, y receptores metabotrópicos.
Receptores ionotrópicos: Son aquellos donde el mismo receptor que se une al ligando experimenta por dicha unión un
cambio conformacional que abre en el mismo receptor un canal, y esto genera el cambio en la célula efectora. Dado que
actúan directamente, su respuesta es extremadamente rápida, pero no muy específica, ya que su efecto consiste en la
entrada o salida de algún ion.
Receptores metabotrópicos: Son aquellos donde la unión al ligando genera una cadena de eventos que llevan a una
respuesta, pero ésta no es producida directamente sino indirectamente por el receptor. Esta cadena de eventos puede ser
muy distinta dependiendo del receptor, y los clasifica en:
Receptores acoplados a proteína G: La unión del ligando al receptor genera en éste un cambio que induce el intercambio
de GDP por GTP en una proteína G asociada; esto activa a dicha proteína (o, por ejemplo, genera la disociación de sus
subunidades), y lleva a su unión a otras proteínas efectoras, como la adenilato-ciclasa (que genera el segundo mensajero
AMP cíclico) o la fosfolipasa-C (que produce inositol 1,4,5-trifosfato, otro segundo mensajero). Esto a su vez desencadena
una cascada de quinasas que llevan a la acción final.
Receptores tipo tirosin-quinasa: Son receptores del tipo de los JAK-STAT, donde la unión del ligando genera la dimerización
del receptor, que puede ser fosforilado en residuos tirosina, y permite la fosforilación y posterior dimerización de factores
de transcripción que van a afectar la transcripción en el núcleo, al que sólo pueden entrar como dímeros.

Tipos de receptores específicos:


Receptores de acetilcolina: Los receptores de acetilcolina fueron clasificados original-mente según una base farmacológica
(su sensibilidad a la nicotina o a la muscarina) en dos grupos principales.
Los receptores nicotínicos son los propios del músculo esquelético (aunque también se pueden encontrar en el encéfalo), y
ya han sido estudiados en unión neuromuscular; consiste en una proteína transmembrana de cinco subunidades: dos α,
una β, una γ y una δ. El mismo receptor actúa tanto como canal como sitio de unión al ligando (es un receptor ionotrópico),
por lo que cuando la acetilcolina se une a la subunidad alfa, el resto de la proteína modifica su estructura creando un poro
por el que pasan iones de Na+ y K+.
Los receptores muscarínicos, por otra parte, son metabotrópicos; pueden clasificarse en varias familias, y si bien sus
mecanismos de acción son distintos, todos emplean proteína G. Se numeran como M1 a M5, y se distribuyen en el corazón,
músculo liso, epitelio glandular, encéfalo, páncreas y pulmón.

Receptores de catecolaminas: Se clasifican en adrenérgicos y dopaminérgicos.


Los receptores adrenérgicos son receptores metabotrópicos que responden a la noradrenalina y adrenalina. Se encuentran
diseminados por todo el cuerpo, y pueden ser estimulados por la adrenalina/noradrenalina como neurotransmisores o
como hormonas. Se subdividen en α1 y α2 y β1 y β2; principalmente porque son sensibles a distintos agonistas/antagonistas.
Como receptores metabotrópicos, necesitan de segundos mensajeros; dado que tienen acción enzimática, activan ellos
mismos a la adenilato ciclasa para producir AMPc. Sobre quién actúe el AMPc va a depender de la célula.
Los receptores dopaminérgicos, por otra parte, también son metabotrópicos, y se clasifican como D1-D5. Son receptores
acoplados a proteína G, y si bien se encuentran fuera del SNC, como por ejemplo en el sistema cardio-pulmonar y renal, su
principal sitio es el encéfalo.

Tipos específicos de sinapsis: Dado que se pueden dar entre distintas células, las sinapsis presentan distintas
características en cada caso. Los tres ejemplos o clasificaciones fundamentales son: unión neuromuscular (neurona
motora/fibra muscular), sinapsis neurona-neurona, y sinapsis neurona vegetativa-célula de su tejido efector.
Unión neuromuscular: Intervienen el botón terminal como superficie presináptica y la placa motora terminal como
superficie postsináptica; la unión está rodeada por células de Schwann. El neurotransmisor es la acetilcolina, cuyo receptor
en este caso es el receptor nicotínico (ionotrópico), que genera los potenciales miniatura en el músculo. La inactivación se
produce por degradación enzimática, a cargo de la enzima acetilcolinesterasa.
Sinapsis neurona-neurona: Las neuronas tienen un soma, (por lo general) al menos una dendrita que “recibe” información,
y un axón (que se puede ramificar o no) que la transmite. Las interacciones entre neuronas suelen ser en el sentido axón 
dendrita o axón  soma. En estos casos, la superficie presináptica será el extremo axónico, y la postsináptica la membrana
somática o dendrítica. La naturaleza de los neurotransmisores en estos casos puede ser extremadamente variada, y
dependerá de la estructura nerviosa y tipo de sinapsis.
Las sinapsis entre neuronas también pueden ser de tipo eléctrico; por ejemplo, en el núcleo olivar, las sinapsis eléctricas
sirven para sincronizar a las distintas neuronas del conjunto.
Sinapsis neurona vegetativa-célula efectora: Son muy distintas a las neurona-neurona. Los axones vegetativos se ramifican
para garantizar una mayor amplitud. Sus porciones terminales presentan ensanchamientos o varicosidades, entre
segmentos intervaricosos, donde se genera la liberación presináptica de los neurotransmisores, pero que carecen de sitios
activos. Las células efectoras, por otra parte y a diferencia de las otras sinapsis, no presentan estructuras especializadas
para la recepción del estímulo como una placa motora, sino que tienen receptores dispersos que reciben los
neurotransmisores de las varicosidades, con hendiduras sinápticas de tamaños muy variables.
Fenómenos postsinápticos: En el caso de sinapsis químicas donde los neurotransmisores generan un cambio en el
potencial de membrana de la célula postsináptica, esta modificación se puede producir por el cierre o apertura de canales
iónicos. Tales variaciones, además, pueden causar dos efectos: o bien despolarizan la membrana (disminuyen su potencial,
haciendo que un PA sea más posible), lo que se denomina potencial postsináptico excitatorio (PPSE), o bien la polarizan,
aumentando su potencial para que un PA sea más difícil de conseguir, lo que se denomina potencial postsináptico
inhibitorio (PPSI).
Los PPSE resultan de la apertura de canales de sodio químicamente excitables, como es el caso de los receptores
nicotínicos. Dado que el flujo de iones dependerá de los canales abiertos, y éstos a su vez de la cantidad de
neurotransmisor liberado, se denominan “potenciales graduados” (a diferencia del PA que es todo o nada).
Los PPSI, por otra parte, resultan de la actividad de ciertos neurotransmisores sobre canales de potasio; dado que éste
tiene un potencial de equilibrio más negativo que el potencial de membrana en reposo, su apertura hiperpolariza a la
membrana. El cloro, si bien tiene un potencial de equilibrio casi igual al de membrana en reposo, puede ser bombeado, en
algunas neuronas de la médula, y expulsado de la célula, lo que genera un gradiente que permite que la apertura de los
canales de cloro también sea utilizada como mecanismo inhibitorio.
Los efectos inhibitorios y excitatorios pueden estar dados por el neurotransmisor o por el receptor; un mismo NT puede
tener efecto excitatorio en algunas células e inhibitorio en otras, o ser en general excitatorio o inhibitorio; por ejemplo, de
los NT aminoacídicos, la glicina y el ácido gamma-aminobutírico son inhibitorios, y el glutamato y el aspartato excitatorios.7

Integración de señales: Puede que un segundo PA llegue cuando aún persiste el PPSE o PPSI generado por el PA anterior.
En este caso, el segundo potencial postsináptico parte de una des o hiperpolarización previa, y los valores se suman. A esto
se le llama sumación temporal, y la posibilidad de que ocurra aumenta cuanto mayor es la constante de tiempo.
Además, dado que una misma neurona puede recibir un gran número de aferentes, le pueden llegar varias señales
simultáneamente. Ello implica la existencia de varios PPSI y/o PPSE distintos que al propagarse también se suman; esto se
denomina sumación espacial, y depende, además de la constante de tiempo, de la constante de espacio.
Estos potenciales que se suman no necesariamente deben ser del mismo tipo; a veces una misma neurona es excitada e
inhibida al mismo tiempo por sumación espacial o temporal, en cuyo caso los PPSI y los PPSE se “restarán” entre sí.

Regulación de la actividad sináptica: Dada la complejidad de la regulación de las sinapsis, los mecanismos que intervienen
se pueden agrupar en presinápticos y postsinápticos.
Mecanismos presinápticos: Influyen en la liberación de los neurotransmisores, y pueden ser:
• Frecuencia de activación del terminal presináptico: La liberación de los NT dependen de los PA que llegan a la terminal,
por lo que cuantos más PA, más NT liberado. Si llega una frecuencia suficiente de PA, se alcanza una liberación
incrementada denominada potenciación tetánica; y aún después de que cese dicha frecuencia, la liberación sigue
aumentada en lo que se denomina potenciación pos-tetánica. Esto se debe a la concentración de calcio citosólico residual,
que aún no ha sido expulsado del todo.
• Inhibición y facilitación presinápticas: Son una clase muy particular de sinapsis que se dan en el SNC. Se caracterizan por
ser axo-axónicas, donde el axón de una neurona modifica a la liberación de neurotransmisores del otro axón. En el caso de
la inhibición, un axón inhibidor genera en el axón presináptico una despolarización por medio de un PPSE, por lo que
cuando llega el PA propiamente dicho a la terminal, se abren menos canales de calcio dependientes del voltaje.
En el caso de la facilitación, el axón facilitador genera en la terminal presináptica un PPSI, por lo que los canales de K+ se
cierran y cuando llega el PA a la terminal, la repolarización se retarda y puede entrar más calcio.
• Autorreceptores: Son receptores presinápticos que se activan por el mismo neurotransmisor que libera la terminal, y
generan un mecanismo de retroalimentación (feedback) negativo. De acuerdo a su afinidad por el NT, impedirán la
liberación de éste a distintas concentraciones liberadas. Un ejemplo de autorreceptores son los autorreceptores α y β (de
menor y mayor afinidad) por la noradrenalina y adrenalina en las neuronas vegetativas.
• Modulación de la inactivación: Se produce a nivel de la inactivación del NT, ya sea por aumento de las enzimas que lo
degradan, o por recaptación, etc.
Mecanismos postsinápticos: Influyen en la sensibilidad de los receptores al NT. Por ejemplo; si se bloquean los receptores
con un fármaco inhibidor competitivo, disminuye el número de receptores disponibles a la unión con el NT.
También se puede dar un cambio a la sensibilidad del elemento postsináptico como respuesta a la cantidad de NT liberado;
a concentraciones muy bajas, se vuelve más sensible, y a concentraciones altas menos sensible. Esto se puede dar porque
la misma célula sintetiza más receptores para aumentar su sensibilidad.
Desarrollo del trabajo práctico: En el TP se trabajó con simulaciones de computadora de experimentos previamente
conducidos en axones de calamar gigantes. En dicho experimento original, se coloca el axón de calamar en una caja de Petri
con un líquido de composición similar a la del líquido extracelular. Dos microelectrodos se colocaron en el líquido
extracelular (electrodo de referencia y electrodo de registro). El electrodo de registro comenzó a moverse lentamente en
dirección a la célula hasta que penetró a
través de la membrana plasmática. En este
instante se vio un cambio abrupto en la
diferencia de potencial entre los dos
electrodos. Abruptamente el electrodo
intracelular se hizo 70 mV negativo con
respecto al electrodo externo. Esta diferencia
de potencial de -70 mV es el potencial de
membrana en reposo del axón. Por
convención el potencial de membrana se
expresa como el potencial intracelular menos
el potencial extracelular. Un tercer electrodo
(electrodo de paso de corriente) colocado en
la misma célula también registró -70 mV con
respecto a la solución externa. En reposo no
hay corriente interna neta en el axón y por lo
tanto no hay diferencia de potencial entre los
2 electrodos intracelulares.

Uno de los electrodos intracelulares (electrodo de paso de corriente) se colocó con el fin de pasar una corriente a través de
la membrana celular. Cuando se pasó un pequeño pulso de corriente positiva, el potencial de membrana se hizo menos
negativo, es decir se despolarizó. Si en
cambio se pasa un pulso de corriente
negativa el potencial de membrana se hace
más negativo, y se dice que la célula se
hiperpolariza. En otras palabras, un cambio
en el potencial de membrana de –70 mV a –
60 mV es una despolarización, mientras que
un cambio de –70 mV a –80 mV es una
hiperpolarización. Cuando se pasan pulsos
de corriente de valor subumbral se
producen cambios en el potencial llamados
potenciales electrotónicos o respuestas
locales que se observan principalmente
cerca del sitio de pasaje de corriente, (no
regenerativas). Estos cambios no se
propagan a lo largo de la célula.

Si se aplican pulsos de corriente despolarizantes progresivamente más grandes, se alcanza un punto en el cual se ve una
respuesta diferente a las respuestas locales: se observa un potencial de acción. Un potencial de acción se dispara cuando la
despolarización es suficientemente grande como para que el potencial de membrana alcance un valor umbral, que en el
caso del axón de calamar es cercano a -55 mV. El potencial de acción posee 2 características importantes que lo diferencian
de los potenciales electrotónicos en dos aspectos:
1) es una respuesta mucho más grande, con la polaridad del potencial de membrana cambiada (el interior de la célula se
hace positivo con respecto al exterior)
2) el potencial de acción se propaga conservando el tamaño y la forma a lo largo del axón.
Parte práctica:

1) En la primera simulación se generaron distintas intensidades del estímulo (* en μA micro Amperes, o 10-6 Amperes) para
obtener distintas amplitudes del PA:
Intensidad del estímulo Amplitud del PA. Duración del PA. De esto se puede concluir que el PA es una respuesta
100 μA* 105 mV 4 milisegundos del tipo “todo o nada”, y que si bien pueden existir
50 μA No hay PA 4 milisegundos sutiles variaciones en su amplitud con respecto al
75 μA 105 mV 4 milisegundos estímulo recibido, por debajo del valor umbral no se
62 μA No hay PA 4 milisegundos tiene un PA, y una vez que se supera el umbral la
69 μA 105 mV 4 milisegundos amplitud es siempre la misma (105).
66 μA 102 mV 4 milisegundos
64 μA 101 mV 4 milisegundos El valor del umbral obtenido fue de 64 μA.
63 μA No hay PA 4 milisegundos
2) En la segunda simulación se trabajó con cronaxia, reobase, y tiempo de utilización.
La reobase es la intensidad mínima necesaria que aplicada a un tejido (durante un largo periodo de tiempo) permite una
respuesta excitativa como un potencial de acción.
La cronaxia es el intervalo de tiempo que debe aplicarse una corriente eléctrica para conseguir una respuesta mínima con
una intensidad doble de la reobase.
Duración (Tiempo) Intensidad umbral
Dado que la sumación
0.08 80 mV
temporal permite que
0.10 64 mV
una serie de estímulos
0.12 54 mV
pequeños produzcan
0.20 33 mV
un PA, a mayor tiempo
de aplicación, menor intensidad debe tener este estímulo repetido. Es
por eso que cada duración tendrá un umbral distinto.
Una vez obtenidas las intensidades del umbral para cada tiempo (ver
tabla), se pudo graficar intensidad vs. Tiempo para obtener una curva.
Luego, se calculó reobase x 2:
Reobase = 33 mV
Reobase x 2 = 66 mV
Por extrapolación y buscando el valor del tiempo en la curva, se obtuvo
finalmente la cronaxia:
Cronaxia = 0,97 mseg.

3) En el tercer ejercicio se simuló un segundo estímulo de intensidad en aumento, luego de un primer estímulo lo
suficientemente grande como para generar un potencial de acción.
Se vio entonces que sólo a intensidades muy grandes (mayores a 800 μA, a diferencia del umbral de 64 μA del primer
estímulo) se lograba obtener un PA. Esto se debe a los canales de sodio con sus compuertas h cerradas tras el primer
estímulo (período refractario); por lo que sólo a intensidades muy grandes se puede estimular a otros canales a generar un
potencial de acción.
ION SODIO POTASIO
4) En este ejercicio se observó cómo variando Relación exp/contr. 0,5 2 0,5 2
las concentraciones intracelulares de sodio y Potencial de reposo No varía No varía Disminuye Aumenta
potasio a la mitad (0,5) o al doble (2) de sus Amplitud P.A. 90 mV > 120 mV No varía No varía
concentraciones normales se altera el Duración P.A. No varía No varía Menor Mayor
potencial de membrana en reposo, la amplitud Conductancias Menor Mayor Aumenta Disminuye
del potencial de acción, la duración del
potencial de acción, y la conductancia de la membrana.

5) En este ejercicio se vio cómo afecta el bloqueo de los canales iónicos a los elementos anteriores (potencial de membrana
en reposo, amplitud y duración del potencial de acción, y conductancia de la membrana). Primero se experimentó con
saxitoxina, que bloquea el movimiento de Na+, y luego con tetraetilamonio (TEA) que bloquea el movimiento de K+.
La saxitoxina generó disminución de la amplitud y duración del PA y de la conductancia, llegando a impedir la generación
del PA a concentraciones > 10 mM de la droga; mientras que aumentó el potencial de membrana en reposo.
El TEA aumentó la amplitud y duración del PA, así como el potencial de membrana en reposo, mientras que disminuyó la
conductancia de potasio.

6) Se observó cómo los canales de sodio de inactivan y los de potasio no al pasarles una corriente, por su diferente
estructura (los de sodio tienen compuertas h, los de potasio no).

7) Se demostró cómo se produce la sumación temporal incrementando las frecuencias de los pulsos.

8) Se demostró cómo se produce la sumación espacial por múltiples estímulos de distintas “terminales”.

9) Se combinó sumación espacial y temporal.

10) Se observó el efecto de la generación de un potencial postsináptico inhibitorio (PPSI).


Unidad 4 – Física Biológica – Propiedades eléctricas del corazón
El músculo cardíaco es un tejido altamente especializado que, si bien puede recibir estímulo por parte de los nervios del
plexo cardíaco, tiene un automatismo dado por la actividad eléctrica de sus propios cardiomiocitos.
La actividad eléctrica comienza a nivel de células que generan en forma espontánea un potencial de acción, llamadas
células marcapaso. El grupo celular que posee la frecuencia intrínseca más elevada es el nodo sinoauricular, en la aurícula
derecha sobre la cresta terminal entre la pared de la cava superior y la pared auricular. Es importante remarcar que éste
también percibe, con mecanorreceptores, el estiramiento de la aurícula en la que se encuentra.
Otro grupo celular con características similares pero menor frecuencia intrínseca de descarga es el nodo aurículo-
ventricular, en el triángulo de Koch (seno coronario – válvula tricúspide – tendón de Todaro). La lenta conducción del
impulso a través de este nodo permite un retardo que genera la contracción secuencial y no simultánea de las cámaras.
El impulso es luego conducido por el Haz de His que desciende por el tabique interventricular y se divide en dos ramas,
izquierda y derecha, una para cada ventrículo, para terminar en la red de Purkinje, con propiedades eléctricas que le
permiten una velocidad de conducción mayor a la del resto de los cardiomiocitos.

Células del miocardio: Las células musculares cardíacas, si bien son músculo esquelético, son mucho más pequeñas que las
células musculares esqueléticas, y tienen una característica particular: están unidas entre sí por discos intercalares, que
incluyen una serie de conexiones mecánicas y eléctricas.
Las conexiones mecánicas, que impiden que las células se separen cuando se contraen, incluyen la fascia adherens y los
desmosomas. Las uniones en hendidura entre las células musculares cardíacas permiten, por otro lado, las conexiones
eléctricas entre las células, que permiten la propagación del potencial de acción por todo el corazón. Por tanto, la
disposición de las células musculares cardíacas del corazón es un sincitio eléctrico y mecánico que permite que un solo
potencial de acción generado en el nódulo sinoauricular se propague por todo el corazón de forma que se pueda contraer
de una forma sincrónica como si se tratara de una oleada.
La organización básica de los filamentos finos y gruesos es similar en el músculo cardíaco y en las células del músculo
esquelético, con todas las respectivas bandas. Aunque los músculos cardíaco y esquelético contienen abundante tejido
conjuntivo, en el corazón existe más tejido conjuntivo; el corazón parece depender de la abundancia de tejido conjuntivo
alrededor de las células musculares cardíacas para prevenir un sobre-estiramiento durante los períodos de aumento del
retorno venoso.

Propiedades eléctricas de los miocardiocitos: Las propiedades que le permiten al corazón su función automática son
cuatro: excitabilidad, automatismo, conducción y contractilidad. Los sistemas implicados en estas propiedades están
relacionados con diversas estructuras: canales iónicos, bombas y mecanismos de intercambio. Los canales iónicos son los
que permiten las propiedades eléctricas, las bombas mantienen gradientes iónicos, y los mecanismos de intercambio de
Na+/H+ y de Cl–/HCO3– contribuyen a mantener constante el pH del citoplasma.
Al igual que en otras células excitables, los gradientes iónicos y la selectividad de la membrana determinan el potencial de
la misma. En todo momento, el potencial de la membrana se asemeja al potencial de equilibrio del ion más permeable.

Potencial de membrana en reposo de las células cardíacas: Depende del tipo celular. Es de:
-60 en las células nodales, de -80 en los miocardiocitos auriculares y ventriculares, y de -90 en His y Purkinje.

Potencial de acción cardíaco: Al igual que en las otras células excitables, resulta de cambios de la permeabilidad a ciertos
iones. Por intermedio de la corriente de iones de Ca+2 al interior en conjunto con la de Na+ al exterior, el PA cardíaco
también dura más que el PA de otras células. La actividad de los miocardiocitos se puede dividir en 5 fases, de la 0 a la 4,
que se repiten en forma cíclica para producir el PA y la contracción.
• Fase 4: Corriente de potasio con rectificación hacia adentro: La fase IV es el período de reposo de la célula. Como la
membrana celular en reposo muestra una permeabilidad relativamente alta para el K+, mientras que la permeabilidad para
el Na+ y el Ca+2 es bastante menor, existe un gradiente químico para el K+ por lo que éste tiende a salir de la célula por
difusión. Cualquier flujo iónico que se produce con el potencial en reposo de la membrana, entonces, va a ser del K+ a
través de canales específicos denominados canales rectificadores hacia adentro (si bien el K+ tiende a salir de la célula), lo
que termina de ayudar a repolarizar la membrana. En esta fase también trabajan las bombas Na +/K+ y de calcio para
expulsar el sodio y calcio del citosol y volver a la normalidad.
• Fase 0: Corriente de sodio: La fase 0 constituye la despolarización rápida del PA. En
todos los tejidos del miocardio menos los nodos, esta fase depende de la apertura de los
canales de Na+ sensibles al voltaje, al igual que en las neuronas y músculo esquelético.
Esta despolarización es muy rápida, y su inactivación por cierre de las compuertas h del
canal también ocurre rápidamente (inactivación tipo N); los canales no se reactivarán
hasta que se repolarice la membrana.
El umbral para la apertura de estos canales en miocardiocitos es de -70 mV, y la amplitud
del PA llega a unos +20 mV, aunque en ocasiones puede alcanzar hasta +35 mV.
Debido a los mecanismos que generan el período refractario, un estímulo que tarde más
en llegar al umbral va a inactivar algunos canales antes de poder producir el PA; por eso,
cuanto más lento sea el estímulo, menor amplitud tendrá el PA.
• Fase 1: Corriente transitoria hacia afuera: Consiste en una leve repolarización inmediata a la fase 0, que se produce
principalmente por la apertura de los canales de potasio y su consecuente salida de la célula. También está aumentada por
un ingreso leve de cloro. El sodio ya casi no ingresa a la célula por la inactivación de sus canales (cierre de las compuertas
h), además de que al despolarizarse tanto la membrana, si bien esta nunca llega a alcanzar el potencial de equilibrio del
Na+, su ingreso se ve enlentecido.
• Fase 2: Corriente de calcio: La fase 2 continúa la meseta del PA, pese a la corriente transitoria hacia afuera, por el ingreso
del calcio al citoplasma. Si bien el potasio sigue saliendo, la entrada de calcio compensa la corriente positiva, y es por esto
que los PA de las células cardíacas se mantienen por tanto tiempo. La cinética de inactivación de los canales de calcio
operados por voltaje depende del tipo de canal; los L tienen una cinética de inactivación más lenta que los T, pero ambos
son más lentos que los de sodio (por lo que generan la meseta de PA).
Recordemos que esta entrada de calcio es además la que dispara la mecánica de la contracción.
• Fase 3: Corriente tardía de potasio: Se corresponde con la inactivación de los canales de calcio y la salida de más potasio
de la célula. Como los canales de K+ de activación tardía que intervienen en esta fase son de cinética muy lenta, apenas si se
están abriendo en fase 2, mientras que en fase 3 ya se encuentran completamente abiertos. Esto lleva a la repolarización
de la membrana.

Períodos refractarios: Están determinados por la reactivación demorada de los canales de sodio, lo que no se produce
hasta casi el final de la fase 3, cuando el potencial de la membrana vuelve a bajar hasta -60 mV (período refractario
absoluto). Entre los -60 y -80 mV se encuentra el período refractario relativo, donde estímulos bastante superiores al
umbral pueden llegar a producir un nuevo PA. Para frecuencias cardíacas normales, el período refractario absoluto dura
unos 250 milisegundos.

Diferencias regionales en los PA cardíacos: Dado que cada tipo celular tiene propiedades distintas, las fases también serán
diferentes (si bien el esquema se mantiene).
• Nodo sinoauricular: Por su propiedad de ser los que inician un PA, estas células no tienen un potencial de membrana en
reposo normal, sino que su fase 4 consiste en una lenta despolarización espontánea llamada potencial de marcapaso. Dado
que no cuentan con un potencial en reposo propiamente dicho, el potencial más negativo al que llegan se denomina
potencial diastólico máximo, y es de sólo unos -55 mV. Este potencial de marcapaso es el que lleva a la generación de un
nuevo PA, y su pendiente en fase 4 es el factor más importante en determinar la frecuencia cardíaca, ya que el resto de las
fases están determinadas por las cinéticas de los canales iónicos, que son invariables.
• Nodo aurículoventricular: También presentan automatismo, pero su despolarización espontánea en fase 4 es mucho más
lenta que la del nodo sinoauricular (por lo que éste es el marcapasos del corazón, y no el nodo aurículoventricular).
• Haz de His, aurícula, ventrículo: Se comportan en forma tradicional según las fases descritas anteriormente. En el
ventrículo, sin embargo, se diferencian del resto las células del epicardio y endocardio, y de un tipo celular contenido entre
estos dos que se denomina células M.
Las células del epicardio tienen una fase 1 mucho más prominente que las células del endocardio. Las células M, por otra
parte, también tiene una fase 1 prominente, lo que prolonga el PA debido a una baja densidad de canales de potasio. Es
por este motivo que las células M del ventrículo son las últimas en repolarizarse.

Automatismo: El automatismo radica en la capacidad de las células cardíacas, en particular las del nodo sinoauricular y en
menor medida las del nodo aurículoventricular, de auto-despolarizarse, lo que ocurre por la lenta despolarización de la fase
4. Es por esto que el automatismo está mediado por tres factores: el potencial del umbral, el potencial del reposo, y la
velocidad de la despolarización en fase 4. Mientras menor sea la diferencia entre el potencial de membrana y el umbral y
mayor la velocidad de despolarización, mayor será la frecuencia de una célula (es por esto que las cél. del nodo
sinoauricular tienen mayor frecuencia autónoma que las del aurículoventricular).
Hay sin embargo otras estructuras que tienen automatismo, aunque no en la medida de los nodos. La red de Purkinje tiene
características eléctricas especiales porque posee un tipo de corriente funny que no poseen las otras células, a través de
canales que no discriminan entre sodio y potasio. Dependiendo del voltaje, dejarán pasar uno u otro ion (a potenciales muy
negativos como -90 mV dejan pasar sodio, cuando la célula se despolariza empiezan a dejar pasar potasio).

Propagación del impulso: Existen numerosas variaciones en la velocidad con la que el PA es transmitido de célula a célula.
Estas variaciones no son proporcionales a las distancias recorridas, sino que hay otros elementos que influyen; las células
nodales son vías de conducción lenta por el retraso que presentan en fase 0 (porque la excitación está dada principalmente
por el calcio) mientras que el resto del miocardio suele ser vía de conducción rápida donde la fase 0 es disparada por el
sodio. El punto entre el nódulo AV y el haz de His es el principal sitio de retraso, por el potencial lento de las células del
nodo AV que generan corrientes locales débiles y lo hacen menos apto para la conducción.
En el resto del miocardio, los discos intercalares generan que, desde Célula Velocidad Tiempo (m/seg) PR
el punto de vista eléctrico, todo el tejido sea como una célula Nodo SA Lenta 0,05 -55
gigante, ya que estos discos poseen uniones tipo “gap” o hendidura Aurícula Rápida 1 -80
que permiten el paso de iones y ATP y de esta forma conducen el Nodo AV Lenta 0,05 -60
impulso generado en el nodo sinoauricular. Estos canales no son His-Purkinje Rápida 3 -90
selectivos y son controlados por el pH y la concentración del calcio; Ventrículo Rápida 1 -80
en acidosis, las células quedan aisladas entre sí, lo que produce
grandes problemas.

Acción del sistema neurovegetativo sobre el corazón: Si bien el corazón cuenta con un automatismo muy importante, el
sistema nervioso también influye en la frecuencia de los impulsos, mediante la inervación vegetativa.
Los centros de control del latido involucran a la corteza cerebral, el hipotálamo y el bulbo, así como estructuras periféricas
que son quimio y barorreceptores. La inervación cardíaca se puede dividir en simpática y parasimpática.

Inervación simpática: Los cuerpos de las neuronas preganglionares que inervan al corazón se hallan en el asta lateral de los
segmentos torácicos de la médula. Los ganglios simpáticos cervicales contienen las neuronas posganglionares, y sus fibras
van a formar parte del plexo cardíaco, para terminar penetrando las fibras.
El neurotransmisor que liberan los nervios simpáticos es noradrenalina. También cuentan con autorreceptores
adrenérgicos del tipo alfa 2 y beta 2; los alfa 2 inhiben la liberación de más NA, y los beta 2 la estimulan.
Los receptores que captan la noradrenalina son del tipo tanto alfa como beta. Los efectos que se producen consisten en un
incremento de todas las propiedades cardíacas, que son:
Efecto cronotrópico (influye sobre la frecuencia cardíaca); efecto inotrópico (influye sobre la fuerza contráctil); efecto
dromotrópico (influye sobre la velocidad de conducción); y efecto batmotrópico (influye sobre la excitabilidad). El aumento
de estas propiedades es un efecto positivo y la disminución, un efecto negativo (Ej; un efecto cronotrópico positivo =
aumento de la frecuencia cardíaca). La estimulación simpática aumenta las corrientes de sodio y calcio, por lo que aumenta
la pendiente de fase 4, y por lo tanto, la frecuencia cardíaca y la fuerza contráctil.

Inervación parasimpática: Las neuronas parasimpáticas que inervan al corazón se encuentran en los núcleos del vago:
motor dorsal y ambiguo, en la región bulbopontina. Sus axones emergen con el vago y llegan a los ganglios en las paredes
del corazón; las fibras de las neuronas de estos ganglios se distribuyen luego por entre las fibras. El vago derecho inerva
principalmente al nodo SA y el izquierdo al AV.
El neurotransmisor de estas neuronas es la acetilcolina. Los autorreceptores presinápticos son adrenérgicos y de
acetilcolina del tipo muscarínico, y ambos sirven como retroalimentación negativa.
Los receptores por parte del corazón son también muscarínicos, subtipo M2. Estos receptores se acoplan a proteínas G y
aumentan la probabilidad de apertura de los canales de potasio activados por ligando, lo que genera hiperpolarización.
En cuanto a los efectos, son todos efectos negativos de todas las propiedades del corazón. Esto se da gracias a que la
acetilcolina produce, a nivel del nodo SA, hiperpolarización y disminución de la pendiente de fase 4, e hiperpolarización y
aumento de la velocidad de la fase 0 en el resto del miocardio.
Interacción simpática-parasimpática: En condiciones de reposo, el nodo SA se halla influenciado principalmente por el
sistema parasimpático, en lo que se denomina tono vagal; sin la influencia del simpático, la frecuencia disminuye sólo 10
latidos por minuto, pero sin la influencia vagal aumenta 40 latidos por minuto. Durante el ejercicio, aumenta el control
simpático; lo mismo ocurre cuando hay secreción de adrenalina por las glándulas suprarrenales, lo que es percibido por los
receptores adrenérgicos del nodo sinoauricular y lo que a su vez se une a los receptores adrenérgicos de las terminales
parasimpáticas e inhibe la secreción de acetilcolina por parte de las mismas.

Acoplamiento excito-contráctil: El proceso mediante el cual el potencial de acción del miocito cardíaco consigue la
contracción se denomina acoplamiento excitación-contracción. El músculo cardíaco se excita cuando una onda de
excitación se disemina con rapidez por el sarcolema del miocardio de una célula a otra a través de las uniones en
hendidura. La excitación también se extiende hacia el interior de la célula por los túbulos T, que se invaginan hacia el
interior de las fibras cardíacas en las líneas Z. Durante la fase de meseta (fase 2) del potencial de acción, la permeabilidad
del sarcolema para el Ca+2 aumenta, y se produce un flujo de Ca+2 a favor de su gradiente electroquímico, con entrada del
mismo a la célula a través de canales del Ca+2 presentes en el sarcolema y los túbulos T. Durante el potencial de acción, el
Ca+2 entra en la célula a través de los canales de Ca+2 (de tipo L). Sin embargo, la cantidad de calcio que penetra en la célula
desde el líquido intersticial extracelular no es suficiente para inducir la contracción de las miofibrillas. Por el contrario,
actúa como un estímulo gatillo (Ca+2 gatillo) para que se libere Ca+2 del RS, lugar en el que se almacena el Ca+2 intracelular.
El calcio abandona el RS a través de unos canales de liberación del Ca+2, que se denominan receptores de rianodina, porque
a proteína de los canales, conocida también como proteína de los pies o prolongaciones de la unión, se liga a la rianodina
con gran avidez. La concentración de Ca+2 citoplasmática aumenta desde unos valores en reposo de 10–7M hasta 10–5 M
durante la excitación. Este Ca+2 se liga después a la proteína troponina C, y este complejo Ca+2 troponina C interacciona con
la tropomiosina para desbloquear los sitios activos entre los filamentos de actina y miosina. Este desbloqueo inicia el ciclo
de enlaces cruzados y la contracción de las miofibrillas.
Los mecanismos que incrementan la concentración de Ca+2 citosólica aumentan la fuerza generada, y los que la reducen,
disminuyen la fuerza generada. Por ejemplo, las catecolaminas aumentan la entrada de Ca+2 en la célula por fosforilación
de los canales del Ca+2 del sarcolema a través de una quinasa dependiente del AMPc. Esto, a su vez, libera más Ca+2 del RS
y, en consecuencia, la fuerza contráctil aumenta. El aumento de la concentración de Ca+2 incrementará la cantidad de
calcio que entra a la célula a través de los canales del Ca+2 y ello aumentará la fuerza contráctil, según se acaba de describir.

DESARROLLO DEL TRABAJO PRÁCTICO:

Derivaciones Electrocardiográficas: La actividad eléctrica del corazón genera diferencias de potencial que es posible
detectar y registrar a nivel de la superficie del cuerpo. Se llama electrocardiograma (ECG) al registro gráfico de estos
cambios de voltaje en función del tiempo. Como es un registro desde la
superficie corporal, los potenciales que se registran son muy pequeños, del
orden de los milivoltios, y por ello es necesario usar un sistema
amplificador. El electrocardiógrafo es un galvanómetro (instrumento para
registrar presencia, sentido e intensidad de las corrientes eléctricas).
El electrocardiógrafo se conecta al paciente mediante electrodos de metal
inoxidable cubiertos de una película de pasta conductora, que se sujetan
firmemente a los miembros del paciente. La forma de conexión entre los
cables conectados al paciente y los terminales del amplificador se puede
realizar mecánica o electrónicamente.
Cada una de las formas de conexión entre el paciente y los terminales del
electrocardiógrafo recibe el nombre de derivación (es decir, son los puntos
seleccionados para la obtención de los datos del ECG); también se llama así
a los registros trazados con cada una de ellas.
Gráficamente, se podría decir que las derivaciones son cámaras dispuestas
en diferentes posiciones para registrar la actividad eléctrica del corazón
desde diferentes perspectivas. Cada derivación nos da una “foto o imagen
instantánea” de la actividad eléctrica del corazón.
Tipos de derivaciones:
1- Transversales: Los electrodos se colocan en la superficie anterior del tórax abarcando toda el área en la que
normalmente se ubica al corazón, y desde allí “miran” hacia atrás la actividad del corazón.
2- Frontales:
a) Unipolares: También se llaman directas porque se
grafica directamente lo que ellas registran. Son aVL, aVR
y aVF, las cuales “miran” desde el hombro izquierdo,
hombro derecho y desde los pies, respectivamente (L de
left, R de right y F de foot). La “a” significa que está
ampliada. Se conecta el electrodo explorador al terminal
positivo del electrocardiógrafo mientras que los restantes
miembros se conectan a través de resistencias al otro
Terminal que recibe el nombre de Terminal central de
Wilson.
La codificación en colores para los electrodos es:
Rojo – R (brazo derecho), amarillo – L (brazo izquierdo),
Verde – F (pie izquierdo), negro – neutro (pie derecho).
b) Bipolares: Registran la diferencia de potencial entre
dos puntos del espacio. Estos puntos son los electrodos
de las derivaciones unipolares; la diferencia es que las
derivaciones bipolares registran la diferencia de potencial
entre dos de ellos.
Así: DI registra diferencias de potencial entre ambos
brazos (R/L), DII entre la pierna izquierda y el brazo
derecho (F/R) y DIII entre la pierna y brazo izquierdos
(F/L). En estas derivaciones la pierna izquierda se conecta
al terminal positivo (en DII y DIII) y el brazo derecho al
terminal negativo (en DI y DII). Si el electrodo explorador (“cámara”), mira la cabeza del vector de despolarización (que
como se verá lleva cargas [+]) la deflexión en el electrocardiograma será hacia arriba (positiva). Si en cambio, el
electrodo ve el vector por detrás (lleva cargas [-]), la deflexión se inscribirá por debajo de la línea de base (negativa).

Vectores eléctricos: El potencial que registra un electrodo depende de la variación en el tamaño, la geometría y la posición
que ocupa sucesivamente la superficie que separa el área activa de la de reposo durante la despolarización y la
repolarización. Durante la despolarización, el área activa será negativa con respecto a la que aún está en reposo, es decir,
que la excitación se propaga como un frente que lleva cargas positivas en la ”cabeza” y deja cargas negativas en la ”cola”.
Estos dipolos pueden representarse mediante vectores que se dirigen hacia la parte
positiva y cuya magnitud depende de la superficie libre del órgano que está
despolarizada. Así, tanto la despolarización y repolarización auricular y ventricular
están representadas por vectores, que según como sean vistos por las derivaciones se
dibujará una onda (+) o (-) de poca o mucha amplitud.
Un vector tiene: magnitud, dirección y sentido. Además, dado que en las cámaras el
impulso se propaga en numerosas direcciones, para obtener un consenso se debe
sacar la resultante de las distintas direcciones. Esto se hace por medio del teorema de
Pitágoras (h2 = c12 + c22); donde la resultante es la hipotenusa de un triángulo cuyos
catetos son los distintos vectores (en el caso de al lado, P2 = AD2 + AI2) 
La propagación del impulso por las distintas cámaras se denomina activación.

Activación Auricular: La aurícula es de poco espesor y la activación auricular puede ser considerada como un proceso
tangencial a su superficie que se propaga desde el nódulo sinusal en todas direcciones. Dado que la ubicación del
marcapasos en la aurícula derecha es superior y ligeramente posterior, la dirección global de la despolarización será hacia
la izquierda y abajo, sobre el plano frontal pero ligeramente hacia adelante. Es importante resaltar que no es que toda la
despolarización auricular se realiza de una sola vez con un vector, sino que dicho vector (dirigido hacia la izquierda, abajo y
adelante) es la resultante de todos los vectores involucrados.
Activación Ventricular: La activación llega a los ventrículos luego de un retraso fisiológico en el nódulo aurículoventricular.
La primera zona en despolarizarse es la cara izquierda del tabique interventricular en su porción media. La despolarización
del ventrículo se hace en forma perpendicular a la superficie de la pared. El vector que aparece en este momento,
denominado vector 1 o septal, se dirige hacia adelante, a la derecha y abajo, aunque su dirección varía con la posición
espacial del tabique interventricular. El vector es proporcional a la superficie libre de la pared y perpendicular a la misma.
Luego se despolarizan las paredes libres, desde la base hacia el ápex en forma de abanico y de endocardio a epicardio. El
vector resultante de este proceso es el vector 2 que va hacia atrás, a la izquierda y abajo. Como es el que representa a las
paredes libres de los ventrículos, es el más importante. La última zona en despolarizarse corresponde a las porciones altas
o basales de los ventrículos y del tabique, que originan el vector 3 o basal que se dirige hacia arriba, a la derecha y atrás

Aurícula Izquierda Adelante Abajo


Ventrículo: Septal Derecha Atrás Abajo
Ventrículo: Paredes Izquierda Adelante Abajo
Ventrículo: Basal Derecha Atrás Arriba

Repolarización auricular y ventricular: Las aurículas se repolarizan cuando se están despolarizando los ventrículos por lo
que como veremos en breve, su onda en el electrocardiograma queda “escondida” por la onda que produce la
despolarización ventricular. La dirección en que se produce la repolarización ventricular es opuesta a la despolarización,
pero los dipolos llevan polaridad opuesta, por lo que podemos considerar que se origina un vector hacia abajo, a la
izquierda y adelante. Es decir, se despolariza de endo a epicardio y se repolariza de epi a endocardio.

Proyección de vectores y su inscripción en el electrocardiograma: Para entender cómo es que cada derivación “ve” cada
vector cardíaco, se debe recordar:
• Los signos y ubicación de cada derivación.
• El vector representativo de cada actividad tiene una cabeza que lleva cargas (+) y una cola con cargas (-), tiene una
dirección, un sentido y una magnitud.
• Las derivaciones unipolares ven directamente al vector y las bipolares ven una diferencia entre dos puntos.
• La dirección y sentido del vector de activación auricular, ventricular y de repolarización.
Para la proyección de los vectores en el plano frontal se
supone que los miembros forman los vértices de un
triángulo equilátero (Triángulo de Einthoven) cuyo
centro es ocupado por el corazón y cuyos lados
constituyen las líneas de derivación Dl, Dll y Dlll. Se
supone también que el cuerpo se comporta como un
conductor homogéneo.
Para el plano transversal (donde los electrodos se
colocan en la pared anterior del tórax) hay 6
derivaciones posibles que se numeran de la V1 a la V6 y se denominan derivaciones precordiales. Éstas pueden usarse para
complementar las derivaciones de los miembros unipolares y bipolares.

Ondas, segmentos e intervalos del electrocardiograma: En el ciclo de la despolarización/repolarización cardíaca, vamos a


encontrar “ondas” que se corresponden con distintos eventos eléctricos de las cámaras.
Onda P: Despolarización auricular. Siempre debe ser (+) en derivaciones inferiores (DII, DIII y
aVF). Dura aproximadamente 0,08 segundos. Para decir que el sujeto tiene “ritmo sinusal”,
siempre ha de tener onda P, que sea (+) en derivaciones inferiores y que esté seguida de un
QRS.
Segmento PQ o PR (si no hay Q): es isoeléctrico (no se inscribe ni hacia arriba ni hacia debajo
de la línea de basal de registro). Va desde el final de la onda P hasta el inicio del QRS.
Corresponde al retraso fisiológico en el nódulo AV. Es indispensable para la correcta activación
secuencial de aurículas (y paralelo llenado de ventrículos) y luego activación ventricular (y
paralela eyección).
Intervalo PQ o PR (si no hay Q): Por definición de intervalo, debe
incluir una o más ondas y un segmento isoeléctrico. En este caso, va
desde el inicio de la onda P hasta el inicio del QRS. Normalmente se
mide el intervalo PQ y no el segmento y la duración debe ser entre
0,12 y 0,20 segundos. Ni más, porque hablaría de un bloqueo mayor
al fisiológico en el nodo AV, ni menor porque indicaría que de
alguna manera se lo está “salteando”.
Complejo QRS: Corresponde a la despolarización ventricular, pero
como normalmente se conforma de 3 ondas se lo denomina
“complejo”. Su duración tiene valores entre 0,08 y 0,12 segundos.
Cuando la primera deflexión es negativa se la denomina onda Q;
todas las ondas positivas son designadas con la letra R, llamándose
onda S a las deflexiones negativas que están precedidas por una
onda R.
La onda Q, cuando está presente, representa la pequeña corriente
horizontal (de izquierda a derecha) del potencial de acción viajando
a través del septum interventricular. Las ondas R y S indican
contracción del miocardio.
Es importante aclarar que no siempre el complejo tiene sus 3 componentes, por lo que podemos tener complejos “RSR”,
“QS”, etc., sin que ello implique que “falta uno de los vectores”.
En este momento se inscribe (pero queda oculta) la onda Ta de repolarización auricular.
Segmento ST: representa el momento en el que todo el miocardio está despolarizado y no existen diferencias de potencial.
Se mide desde el final del complejo QRS hasta el comienzo de la onda T aunque en la mayoría de los casos no existe un
límite neto entre este segmento y el comienzo de la onda T. Normalmente no presenta desniveles mayores de 1 mm. Su
valoración es importante en la búsqueda de procesos isquémicos.
Onda T: representa la repolarización ventricular. Su duración no tiene mayor importancia práctica; tiene por característica
que su rama ascendente es más lenta que la descendente. Generalmente sigue a la mayor deflexión del complejo QRS.
Intervalo QT: representa toda la actividad eléctrica ventricular (sístole y diástole); se mide desde el comienzo del complejo
QRS hasta el final de la onda T. Dura 0,40 segundos, pero hay que recordar que su duración es inversamente proporcional a
la frecuencia cardíaca. Hay diversas situaciones que producen “QT largo”, tanto genéticas como adquiridas (por ejemplo
por la toma de fármacos que inhiban los canales de K+).

Coordenadas del papel del registro: El trazado


electrocardiográfico queda construido sobre un sistema
de abscisas y ordenadas que forman un cuadriculado
sobre el papel de registro. Tanto las líneas horizontales
como verticales están a una distancia de 1mm. Cada 5
líneas existe un trazo más grueso que delimita cuadrados
de 5 mm de lado.
Normalmente el papel se hace correr a una velocidad de
25 mm/seg. (1 mm = 40 mseg). Puede ocurrir que se
utilice una velocidad de 12,5 mm/seg (en caso de
bradicardias) o inversamente de 50 mm/seg (en caso de
taquicardias). Con respecto al voltaje, el equipo debe calibrarse de modo que 1 mV produzca un desplazamiento vertical
de 10 mm en el papel de registro. Para ello el electrocardiógrafo posee un dispositivo que produce una señal de 1 mV y es
posible ajustar el aparato para obtener un desplazamiento de la aguja de 1 cm. Es decir, que 10 líneas horizontales
corresponden a 1mV valiendo la distancia que separa cada una de ellas 0,1mV. De la misma manera que para la velocidad,
también se puede ajustar el voltaje para que 5 mm sean 1 mV (en caso de complejos grandes como en una hipertrofia
ventricular) o que 20 mm sean 1 mV (en caso de complejos pequeños como en una miocarditis).
Eje eléctrico del corazón: Es la resultante de los vectores de despolarización ventricular, que está dada fundamentalmente
por el segundo vector, correspondiente a las paredes libres de los ventrículos. Es importante aclarar que esta resultante no
nos indica la posición anatómica del corazón, sino su eje eléctrico.
Para estimarlo se utiliza el sistema hexaxial (que se construye con las derivaciones frontales respetando su signo y
agregándole un valor en grados, que ayuda a definir la ubicación del eje eléctrico).
Teniendo en cuenta el sistema hexaxial, se pueden nombrar 3
cuadrantes principales:
El normal: entre los 0 y +90°.
El desviado a la izquierda u horizontalizado: entre 0 y -90°.
El desviado a la derecha o verticalizado: entre +90 y 180°.

Para calcularlo hay que fijarse en los complejos QRS y existen


2 situaciones:
Con complejo isodifásico (1) (mismo voltaje por encima y por
debajo de la línea de base), y sin complejo isodifásico (2).
1- En este caso el eje se sitúa en la derivación perpendicular a
la que tiene el complejo isodifásico. Ejemplo: si el complejo
isodifásico está en aVR, el eje eléctrico está en DIII.
2- En este caso hay que fijarse inicialmente en aVF y DI, para
ubicarse en el cuadrante adecuado. Ejemplo: si el complejo
en aVF predomina lo (+), se ubica en el semicírculo inferior.
Luego se observa en DI, si es predominantemente (+)
entonces se encuentra en el cuadrante normal, por el contrario si es predominantemente (-) se ubica en el cuadrante entre
-90 y 180, es decir desviado a la derecha.
Hasta este punto, ya se tiene determinado el cuadrante en el cuál se encuentra el eje. Para conocer con mayor exactitud la
posición del eje, se deberían analizar las dos derivaciones que caen fuera del cuadrante en el que se ubica el eje.

Arritmias: Una arritmia es cualquier alteración en el ritmo y/o en la frecuencia cardíaca, que puede ser consecuencia de
una alteración en el origen y/o en la propagación del impulso cardíaco.
Primero veamos qué pasos hay que seguir cuando leamos un electrocardiograma…

Tira de electrocardiograma normal:


• Frecuencia cardíaca: Su valor (normal
entre 60 y 100) y regularidad (QRS siempre
separados por la misma distancia).
• Ritmo: Sinusal o no sinusal. El ritmo es
sinusal (es decir, el nódulo sinusal como
encargado de la activación de todo el
corazón) si existen ondas P (+) en
derivaciones inferiores (aVF, DII y DIII)
seguidas de QRS de características
normales.
• Eje eléctrico: Normal entre 0 y +90.
Mirar las ondas, segmentos e intervalos.

Algunos de los aspectos más representativos de cada una de las arritmias mencionadas:
• Extrasístoles: Son latidos anticipados. Pueden originarse en las aurículas como en los ventrículos. Se reconocen porque
“cortan” el ritmo normal. La extrasístole ventricular generalmente se reconoce porque no va precedida de onda p y el QRS
es ancho (porque la despolarización nace en tejido ventricular no
especializado y es independiente de marcapaso sinusal normal). En
cambio, la extrasístole supraventricular se caracteriza por presentar
ondas P diferentes a las normales y QRS normal.
Extrasístole
• Taquicardia: Es el aumento de la frecuencia cardíaca (FC) por encima de 100 latidos/min. Puede ser auricular y
ventricular, siendo esta última de mayor gravedad. La taquicardia ventricular (TV) se define por la presencia de 3 ó más
extrasístoles ventriculares con una FC mayor a 100 lat/min. Los
QRS son anchos porque se originan en tejido de conducción no
especializado. Siempre hay que buscar que no exista patología
cardíaca y debe recibir tratamiento inmediato ya que puede
evolucionar a la fibrilación ventricular (FV), en la cual no se
puede generar una correcta mecánica ventricular y no se
produce eyección, representando una situación de extrema
gravedad.
• Bloqueos de conducción: Los bloqueos de conducción pueden ocurrir en cualquier paso del sistema de conducción: en el
nodo sinusal, en el nodo aurículoventricular (AV) y en las ramas del Haz de His (bloqueos de ramas derecha e izquierda).
Sólo nombraremos los bloqueos en el nodo AV. De ellos hay 3 tipos, según el grado de daño en el nodo:
 Bloqueo AV de 1er. grado: Hay alguna alteración en las células del nodo AV por la cual se retrasa el pasaje del
impulso de las aurículas a los ventrículos, pero todos los impulsos pasan. No genera cambios en la frecuencia
cardíaca y se reconoce sólo en el electrocardiograma por un alargamiento del intervalo PQ por encima de 0,20”.
 Bloqueo AV de 2do. grado: En este caso el daño celular es mayor y algunos impulsos pasan y otros no. esto
generará una frecuencia menor a la normal e irregular. En el electrocardiograma se reconoce porque algunas p van
seguidas de QRS (cuando el impulso pasa) y otras no (cuando el impulso no pasa).
 Bloqueo AV de 3er. Grado: En este caso ningún impulso proveniente de las aurículas pasa a los ventrículos. esto
genera una muy baja frecuencia cardíaca y en el electrocardiograma se reconoce por la “disociación
aurículoventricular”, es decir hay ondas p (normales y regulares), también hay QRS, pero son anchos y aparecen a
baja frecuencia y en forma independiente a la actividad auricular. Es indicación de marcapasos.
• Fibrilación auricular: Es la arritmia más frecuente.
Se reconoce en electrocardiograma por la ausencia
de ondas p y la ausencia de línea isoeléctrica. La
frecuencia cardíaca es mayor a 150 y los QRS
generalmente son normales (porque ellos se activan
por la vía normal). Lo que ocurre es que en las
aurículas se generan muchas zonas ectópicas que
descargan a una frecuencia mayor a la del nodo
sinusal y le “ganan”, pero como son microentradas,
no logran una buena actividad (simbólicamente el resultado es como arrojar varias piedritas al agua…no logran lo mismo
que arrojar una sola, pero grande).
• Aleteo o flutter auricular: En esta arritmia
también hay un foco que le “gana” al sinusal,
pero en la mayoría de los casos es regular. El
foco descarga a 300, pero a consecuencia del
freno en el nodo AV la frecuencia cardíaca es
entre 100 y 150. Hay ausencia de onda p, y
hay unas ondas que se llaman “F”, de flutter, que le dan el aspecto de serrucho.
Por último, para que tengan un ejemplo gráfico de cuando
hablamos del intervalo PQ, dijimos que no debía ser ni
menor a 0,12” ni mayor a 0,20”. Si es mayor a 0,20”
constituye el bloqueo AV de 1er grado y si es menor a 0.12”
indica la presencia de vías accesorias que saltean al nodo:
son los síndromes de preexcitación, ya que los ventrículos se
activan antes de tiempo, y esto no deja que se produzca una
buena mecánica cardíaca. Generalmente se dan en gente
joven, el más nombrado de esos síndromes es el de Wolf-
Prakinson-White. En el electrocardiograma se reconoce,
entre otras cosas, por el PQ corto.
Actividades prácticas:

1) Se representaron las derivaciones precordiales (es decir, las frontales V1 – V6) de la aurícula, para buscar la resultante
para la dirección vectorial de la despolarización auricular. El resultado fue V3, cuya dirección se asemejó más a la de la
despolarización buscada.

2) Se completó una tabla con respecto a la escala del papel de registro:


Frecuencia cardíaca Intervalo RR Veloc. del papel de registro
75 20 mm 25 mm/seg
75 40 mm 50 mm/seg
100 30 mm 50 mm/seg

3) Se completó una tabla con respecto al cuadrante del eje eléctrico del corazón:
DI aVF Eje eléctrico
+ + Entre 0 y 90°
- + Entre 90 y 180°
+ - Entre 0 y -90°
Luego se hizo lo mismo pero a partir de un ECG:
Como el complejo aVF es
positivo y DI es
predominantemente positivo,
el eje eléctrico del corazón se
encuentra en el cuadrante
Unidad 4 – Fisiología – Ciclo cardíaco
Fases del ciclo cardíaco: El ciclo cardíaco es la secuencia de eventos eléctricos, mecánicos, sonoros y de presión,
relacionados con el flujo de su contracción y relajación de las cuatro cavidades cardiacas (aurículas y ventrículos), el cierre y
apertura de las válvulas y la producción de ruidos a ellas asociados.
En cada latido se distinguen cinco fases: Sístole auricular, contracción ventricular isovolumétrica, eyección, relajación
ventricular isovolumétrica, y llenado ventricular pasivo.
Las tres primeras corresponden a la sístole (contracción miocárdica, durante la cual el corazón expulsa la sangre que hay en
su interior) y las dos últimas a la diástole (relajación cardiaca, durante el cual el corazón se llena de sangre). La diástole es
más larga que la sístole: aproximadamente ⅔ de la duración total del ciclo corresponden a la diástole y ⅓ a la sístole.
1) Sístole auricular: El ciclo se inicia con un potencial de acción en el nódulo sinusal que en un principio se propagará por
las aurículas provocando su contracción. Al contraerse éstas, se termina de expulsar gran parte de la sangre que contienen
hacia los ventrículos (antes ya había empezado a llenarlos pasivamente; la sístole auricular contribuye a su llenado sólo en
un 20%). Ello es posible gracias a que en esta fase, las válvulas aurículoventriculares (Mitral y Tricúspide) están abiertas,
mientras que las sigmoideas (Aórtica y Pulmonar) se encuentran cerradas. Al final de esta fase; toda la sangre contenida en
el corazón se encontrará en los ventrículos, dando paso a la siguiente fase.
2) Contracción ventricular isovolumétrica: La onda de despolarización llega a los ventrículos, que en consecuencia
comienzan a contraerse. Esto hace que la presión aumente en el interior de los mismos, de tal forma que la presión
ventricular excederá a la auricular y el flujo tenderá a retroceder hacia estas últimas. Sin embargo, esto no ocurre, pues el
aumento de la presión ventricular determina el cierre de las válvulas aurículoventriculares, que impedirán el flujo
retrógrado de sangre. Por lo tanto, en esta fase todas las válvulas cardiacas se encontrarán cerradas. La presión, al no
eyectarse la sangre, aumenta a razón de 700 mm Hg/segundo. El fin de esta fase está dado cuando la presión del ventrículo
iguala a la presión de las arterias aorta o pulmonar, y genera la apertura de las válvulas sigmoideas.
3) Eyección: Cuando llegan a la presión correspondiente a su arteria (100 mm Hg para el ventrículo derecho y 16 mm Hg
para el izquierdo), los ventrículos finalmente pueden eyectar unos 70 ml. de sangre. La velocidad de expulsión de la misma
es de unos 200 ml. por segundo, pero no se da en forma uniforme sino que llega a un “pico” en el medio de la fase.
4) Relajación ventricular isovolumétrica: Una vez que termina la eyección y la presión de las arterias supera a la de los
ventrículos, se cierran las válvulas sigmoideas. Los ventrículos comienzan a relajarse pero como las válvulas
aurículoventriculares aún están cerradas, la relajación es isovolumétrica, y está acompañada por una disminución de la
presión que, en el ventrículo izquierdo, es de 100 mm Hg a 15 mm Hg en sólo 0,1 segundo.
5) Llenado ventricular pasivo: Se corresponde con el llenado de los ventrículos una vez que están abiertas las válvulas
aurículoventriculares, pero antes de que se contraiga la aurícula. Se divide arbitrariamente en una fase de llenado rápida y
una fase de llenado lenta.

Presión sanguínea: La presión sanguínea es la presión que ejerce la sangre sobre las
paredes de las arterias, venas o cámaras cardíacas. La presión sanguínea puede ser
medida por métodos no invasivos ya sea por auscultación o palpado con ayuda de un
esfigmomanómetro, o métodos invasivos donde cánulas vasculares conectadas a un
transductor de presión electrónico constantemente miden la presión sanguínea.
Los volúmenes sistólicos y diastólicos se pueden, entonces, calcular a partir de la
presión arterial.
Una vez que obtenemos las presiones para las distintas cámaras en los distintos puntos
del ciclo, podemos obtener una curva cíclica de relación presión-volumen:
En el gráfico de la derecha, para el ventrículo izquierdo, el llenado diastólico comienza
en A, cuando la válvula mitral se abre, y se termina en C, cuando la válvula mitral se
cierra. La reducción inicial de la presión ventricular izquierda (A  B) a pesar del flujo
rápido de sangre procedente de la aurícula izquierda se explica por una relajación y
distensibilidad progresivas del ventrículo. Durante el resto de la diástole (B a C), el
aumento de la presión ventricular refleja el llenado ventricular y los cambios en las características elásticas pasivas de los
ventrículos. Sólo se produce un pequeño aumento de la presión con aumentos notables del volumen ventricular durante la
diástole (B a C). Este pequeño incremento de presión refleja la distensibilidad del ventrículo izquierdo durante la diástole.
El pequeño aumento de presión a la izquierda de C se debe a la contribución de la contracción auricular al llenado
ventricular. Durante la contracción isovolumétrica (C a D), se produce un abrupto incremento de la presión, pero el
volumen ventricular no sufre cambios, porque las válvulas mitral y aórtica están ambas cerradas.
En D se produce la apertura de la válvula aórtica, y durante la primera fase de la eyección
(eyección rápida, D a E) la gran reducción de volumen se asocia con un incremento lento
mantenido de la presión ventricular. Esta reducción de volumen se sigue de una eyección
reducida (E a F) y un pequeño descenso de la presión ventricular. La válvula aórtica se cierra en F,
y este acontecimiento va seguido de una relajación isovolumétrica (F a A), que se caracteriza por
una súbita disminución de la presión. El volumen ventricular no sufre cambios durante el
intervalo entre F y A, porque las válvulas mitral y aórtica están cerradas. La válvula mitral se abre
en A, y esto completa un ciclo cardíaco.
Con respecto al ventrículo derecho, dado que la presión que tiene que ejercer es mucho menor,
la curva también abarca menos espacio vertical y la eyección no se mantiene a tanta presión
como en el ventrículo izquierdo, sino que va disminuyendo con el volumen.

Volumen: El volumen también varía a lo largo del ciclo. Se puede graficar esta variación en una curva independiente o, en
conjunto con la presión, en una curva cíclica. Hay algunos puntos de la variación del volumen que son importantes:
El volumen diastólico final es el volumen hacia el fin de la diástole, justo antes de expulsar la sangre. En condiciones
normales, cada ventrículo tiene al final de la diástole unos 120 ml. de sangre.
El volumen latido, por otra parte, es el volumen expulsado de cada ventrículo con cada latido, y suele ser de unos a 70 ml.
Este volumen es sólo una fracción del total, lo que se denomina fracción eyectada, que normalmente es de más del 55%;
valores menores pueden ser signo de insuficiencia cardíaca. El resto de la sangre no abandona el corazón sino que
permanece en forma de volumen residual, que suele ser de 50 ml.
El volumen minuto cardíaco o gasto cardíaco (D) es la cantidad de sangre bombeada por el corazón en 1 minuto; en
condiciones normales con una frecuencia cardíaca de 75 latidos por minuto y 70 ml de volumen latido:
D = 70 ml/latido x 75 latidos/min = 5 L/min.

El gasto cardíaco cambia netamente según el volumen corporal del sujeto a quien se le hace la medición. Debido a esto, es
importante encontrar algún medio por el cual comparar los gastos cardíacos de personas con diferencias de volumen.
Sobre esta situación, las experiencias han demostrado que el gasto cardíaco se eleva de manera aproximada en proporción
a la superficie del cuerpo. Por lo tanto, el gasto cardíaco suele expresarse en términos de índice cardíaco: es decir, el gasto
cardíaco por metro cuadrado de superficie corporal. El hombre adulto normal que pesa 70 kg tiene un área de superficie
corporal de aproximadamente 1.7 metros cuadrados, lo que significa que el índice cardíaco medio normal para el adulto de
todas las edades y de ambos sexos es de aproximadamente 3 litros por minuto por metro cuadrado.

La regulación del gasto cardíaco por el sistema nervioso autónomo se da por la acción fisiológicamente opuesta de dos
sistemas: el simpático y el parasimpático. El sistema simpático, por medio de la adrenalina y noradrenalina activa
receptores beta 1 en el corazón. Al activarse estos receptores acoplados a proteína Gs se activa adenilato ciclasa,
aumentando la concentración intracelular de AMP cíclico. Este a su vez modula diferentes respuestas en diferentes partes
del corazón. Al activar estos receptores a nivel del nodo sinoauricular, se facilita el influjo de sodio, haciendo que haya
mayor corriente de marcapasos del corazón dependiente de la hiperpolarización, aumentando la pendiente de fase cuatro
y por lo tanto aumentando el automatismo. Lo mismo ocurre en las fibras de Purkinje y en el nodo aurículoventricular (que
forman parte del sistema de conducción eléctrica del corazón. Estos cambios aumentan la frecuencia cardíaca
(cronotropismo) y la velocidad de conducción (dromotropismo). Además, el AMPc prolonga la apertura de canales L de
calcio, haciendo que aumente la contractilidad (inotropismo), por lo tanto aumentando actividad mecánica y aumentando
volumen de expulsión. Al aumentar el volumen de expulsión y la frecuencia cardíaca, se aumenta el gasto cardíaco.
Por otro lado, el sistema parasimpático, con acetilcolina en receptores M2 causa un efecto cronotrópico y dromotrópico
negativo, sin embargo, el efecto inotrópico es mínimo.

Circulación coronaria: Las arterias coronarias nacen de la aorta y nutren al miocardio y endocardio. De la sangre que llega
por estas arterias, con unos 20 ml. de O2 cada 100 ml. de sangre, el miocardio consume aproximadamente el 70%.
La circulación coronaria posee algunas características que la distinguen del resto, en particular en su regulación. El flujo,
como en toda circulación, depende de una diferencia de presiones entre dos extremos y de la resistencia al flujo; en este
caso la diferencia de presiones está dada desde los senos aórticos donde nacen las arterias coronarias, hasta la aurícula
derecha donde desemboca el seno coronario; y esta presión es de 82 mm Hg (85 mm Hg en la aorta a 3 mm Hg en el seno).
Dada su magnitud, entonces, se dice que el principal factor responsable de esta circulación es la presión aórtica.
Sin embargo, hay otro factor que influye en el flujo y que es de gran importancia: la resistencia de los vasos. Ésta en las
arterias coronarias está regulada por un componente con el que no cuentan otras arterias: el estrujamiento que el
miocardio en contracción ejerce sobre sus propios vasos, proporcionándole un soporte extravascular a la resistencia.
El flujo en la arteria coronaria izquierda, entonces, disminuye durante la sístole ventricular en una forma que no lo hace la
derecha, ya que la masa del miocardio de las cámaras derechas es mucho menor. La resistencia de la arteria coronaria
izquierda varía, por ende, cíclicamente, aumentando durante la sístole y disminuyendo durante la diástole.
Esta propiedad de la resistencia que aporta el componente extravascular también se aprovecha desde un punto de vista
metabólico, de acuerdo a las necesidades de oxígeno que tenga el miocardio.

DESARROLLO DEL TRABAJO PRÁCTICO: En este TP se trabajó con el corazón perfundido de un sapo.
Perfundir significa introducir lenta y continuamente un líquido, como la sangre o una sustancia medicamentosa, por vía
intravenosa o en el interior de órganos, cavidades o conductos.

Teoría: En este TP se analizaron distintos fenómenos y propiedades:


- Las propiedades del corazón (automatismo, contractilidad, conductibilidad, excitabilidad)
- Origen y conducción de la despolarización en el corazón.
- Mecanismo de despolarización y repolarización de las membranas en general y las particularidades en el corazón.
- Acción sobre las propiedades del corazón del calcio o acetilcolina
- Respuesta mecánica del corazón a:
a. Despolarización iniciada en cualquier fibra cardíaca (ley del todo o nada).
b. Cambio en la frecuencia de despolarización (fenómeno de la escalera).

Contractilidad: Como hemos visto, la contracción en el


músculo esquelético se produce por la entrada de calcio
a la célula, por intermedio de los canales de calcio
regulados por voltaje. El músculo cardíaco tiene un
mecanismo similar, pero su contracción presenta varias
diferencias; dado que todas las células deben activarse
(ya que, por los discos intercalares, forman un sincitio
en lugar de células independientes), no pueden ser
“reclutadas” más células para generar mayor
contracción, sino que esta regulación se da por otros
mecanismos.
Estos mecanismos reguladores pueden ser de dos tipos:
Heterotriméticos u homeotriméticos.

Los heterotriméticos consisten en fenómenos que no


dependen de la concentración del calcio.
• Ley de Starling: El estiramiento del corazón aumenta la
fuerza de la con-tracción tanto in vivo como in vitro, y es un mecanismo intrínseco de regulación de la fuerza contráctil.
Esto sucede de forma distinta en el músculo esquelético, que muestra la tensión máxima clásicamente con su longitud de
reposo. El corazón se estira (distiende) in vivo cuando aumenta el retorno venoso hacia el mismo (p. ej., durante el ejercicio
o cuando la frecuencia cardíaca es lenta, o en ambas situaciones). La ley de Frank-Starling del corazón refleja esta
capacidad del corazón para aumentar la fuerza de contracción cuando se estira.
La importancia de este mecanismo es que ayuda al corazón a bombear cualquier volumen de sangre que reciba. Por tanto,
si el corazón recibe mucha sangre, los ventrículos se distienden y la fuerza de contracción aumenta, lo que asegura la
propulsión de este volumen adicional de sangre. Hay que destacar que el estiramiento del músculo cardíaco también
aumenta la tensión pasiva, lo que evita que se produzca una sobredistensión del corazón. Esta resistencia pasiva del
corazón es mayor que la que ofrece el músculo esquelético, y se atribuye tanto a la matriz extracelular (tejido conjuntivo)
como a las proteínas elásticas intracelulares (titina).
El mecanismo que explica este aumento inducido por el estiramiento de la fuerza de contracción parece implicar cambios
en la sensibilidad al Ca+2 y en el nivel de interacciones entre la actina y la miosina. Se desconoce el mecanismo (o
mecanismos) responsable de este aumento inducido por el estiramiento de la sensibilidad de las interacciones actina-
miosina cardíacas al Ca+2, pero posiblemente impliquen una reducción inducida por el estiramiento de los espacios entre la
actina y la miosina, proceso en el cual podría estar implicada la titina. Es interesante destacar que el músculo esquelético
no muestra este cambio dependiente del estiramiento de la sensibilidad al calcio, aunque contiene titina. Esta diferencia
entre los tipos musculares podría reflejar la expresión de distintas isoformas de titina y de otras proteínas.

Los mecanismos homeotriméticos son aquellos que involucran cambios en la interacción de la fibra cardíaca con el calcio,
ya sea por cambios en la concentración intracelular del mismo o en la sensibilidad.
Estos mecanismos son utilizados cuando se debe ajustar la fuerza de contracción en forma sostenida, y se pueden originar
mediante diversos factores. Por ejemplo; una mayor concentración de calcio intracelular puede suceder si aumentamos la
concentración de calcio extracelular, o mediante glucósidos cardíacos.
La bomba de sodio y calcio es importante para la concentración intracelular de calcio, ya que expulsa un ion de Ca+2 por
cada tres iones de Na+ que deja entrar. Si bloqueamos la bomba sodio/potasio, por ejemplo mediante los glucósidos
cardíacos antes mencionados, el gradiente de sodio deja de ser tan importante, por lo que la bomba Na+/Ca+2 deja de
funcionar, y el calcio se acumula dentro de la célula, aumentando su fuerza de contracción.
El otro mecanismo, aumento de la sensibilidad, puede darse si se modifica la sensibilidad de la troponina C al calcio. Si se
quiere disminuir la sensibilidad y por ende la fuerza, por ejemplo, se puede fosforilar a la troponina C, disminuyendo su
afinidad, y generando una contracción más débil.

Otros fenómenos que alteran la contracción: El fenómeno de la escalera o efecto de Bowditch demuestra que, si un
corazón permanece sin latir por un tiempo, el primer latido es poco vigoroso y los siguientes van aumentando en fuerza. Lo
mismo ocurre con la frecuencia; hay una frecuencia óptima para la mayor fuerza posible, cuyo valor depende de cada
especie. Un fenómeno relacionado es la potenciación extrasistólica, donde si se intercala un latido “extra” entre los de una
frecuencia regular, éste tendrá menor fuerza y los latidos siguientes estarán potenciados.

Parte práctica: Se desmeduló y retiró la piel del abdomen y tórax a un sapo; luego se le cortó el resto de la pared torácica y
abdominal incluyendo músculo y huesos, para revelar los órganos y exponer el corazón, al que se le retiró el pericardio.
Luego se ubicaron las dos aortas y la vena cava inferior; una de las aortas se ligó para desviar todo el flujo, y en los otros
dos vasos se realizó un ojal donde se introdujeron dos catéteres para poder perfundir al corazón, mediante el flujo de un
Ringer de batracio con cloro, ATP y calcio, que se hizo circular hasta “lavar” la sangre. El catéter en la vena cava fue el que
se usó para suplementarle Ringer a la aurícula, y el de la aorta el que se utilizó para recolectar el Ringer bombeado y poder
medir el volumen latido.

1) En el primer experimento se observó cómo regulan los mecanismos homeotrópicos y heterotrópicos la contractilidad
cardíaca. Primero, se tomó la frecuencia, volumen minuto y volumen latido control; luego, se fue aumentando la altura del
reservorio con el Ringer, para generar mayor presión y por ende mayor distensión de las fibras musculares y así poder
observar el mecanismo de Starling. De esta forma se obtuvieron los siguientes datos:
Altura Volumen minuto Frecuencia cardíaca Volumen latido
1 3 ml 40 0,075
2 8 ml 44 0,18
3 11 ml 48 0,23
Luego se realizó el mismo experimento, pero con una solución Ringer con un contenido de calcio mucho mayor:
Altura Volumen minuto Frecuencia cardíaca Volumen latido
1 6 ml 40 0,15
2 10 ml 30 0,33
3 12 ml 24 0,5
Luego, se pudo realizar una curva, donde se observó la variación
Con calcio en el volumen latido con respecto a la altura, y la relación de
ambas curvas (con y sin calcio en exceso).
Sin calcio
Como se comprobó que tanto la concentración aumentada de
calcio extracelular como la distensión ejercida sobre las fibras
generaron una mayor contracción (registrada en el volumen por
latido), se dice que son efectos inotrópicos positivos.

2) En el segundo experimento, se cortó el corazón del sapo completamente. Una vez que se lo hubo aislado, se observó
cómo continuaba latiendo, debido a su propiedad de automatismo. Para observar cómo afectan distintos factores a la
frecuencia cardíaca, se lo expuso a cambios de temperatura, a un agregado de adrenalina, y al agregado de acetilcolina.
La temperatura generó un efecto cronotrópico positivo, dado que a mayor temperatura mayor energía cinética de los
iones, y mayor interacción de estos con sus respectivas bombas, canales y la troponina C.
La adrenalina tuvo un efecto cronotrópico e inotrópico positivo, ya que generó en las fibras del corazón el mismo efecto
que tiene el sistema nervioso vegetativo con la noradrenalina, al interactuar con los receptores adrenérgicos y aumentar
las corrientes de sodio y calcio.
La acetilcolina tuvo un efecto cronotrópico e inotrópico negativo, al actuar al igual que si hubiera sido administrada por el
sistema nervioso parasimpático, siendo recibida por los receptores muscarínicos y generando la entrada de potasio
mediante canales de K+ activados por ligando, e hiperpolarizando a las células.
Unidad 5 – Física Biológica – Intercambio acuoso capilar y mecanismo de edema
Microcirculación: La microcirculación corresponde a los vasos más pequeños del aparato circulatorio, los capilares. El lecho
capilar está formado por una red de tubos de menos de 1 mm de largo, pero tan ampliamente distribuidos que ninguna
célula se encuentra a más de 0,1 mm. de distancia de algún capilar.
La red capilar surge a partir de las arterias más pequeñas, las arteriolas, que dan las meta-arteriolas que contienen los
esfínteres precapilares, y luego de formar un
complejo anastomótico, es drenada por las
vénulas poscapilares.
El principal control del flujo, que está
determinado por la diferencia de presiones,
se halla a la entrada de la red, donde se
encuentran los esfínteres precapilares. Una
parte del líquido, además, se filtra hacia los
tejidos y termina en el drenaje linfático. Por
último, existen maneras de impedir el flujo
por la red capilar mediante las anastomosis
arterio-venosas.
Todo esto forma un complejo sistema
interconectado que se denomina unidad
microcirculatoria (esquema).
(Nota: incluye arteriola y vénula poscapilar,
anastomosis art-ven y drenaje linfático,
además de la red).
Tamaño: Capilares  <10 μm de diámetro; meta-arteriola  10-20 μm de diámetro; arteriola  50-100 μm de diámetro.

Estructura de las paredes: Dependen del vaso en cuestión. Las arteriolas constan de tres capas: adventicia, de tejido
conjuntivo con colágeno por el que corre un plexo nervioso, media, formada por músculo liso inervado por el plexo de la
adventicia y que se engruesa para formar los esfínteres precapilares en las meta-arteriolas, e íntima, que está formada
principalmente por el endotelio vascular.
En los capilares las paredes constan de una sola capa: la íntima, cuyo epitelio es más plano que en las arteriolas y secretan
una lámina basal de colágeno, laminina y fibronectina en el lado que da al espacio intersticial, y un glicocálix de
glucoproteínas en el lado que da a la luz del capilar. Éste glicocálix tiene carga negativa. Entre las células existen uniones
estrechas. Los capilares se pueden clasificar de acuerdo a la estructura de sus paredes; si bien todos tienen una sola capa
endotelial, la continuidad de la misma puede variar, clasificando a los capilares en:
• Capilares continuos: En el músculo, el tejido nervioso y los tejidos conjuntivos del cuerpo, el endotelio forma una
capa delgada ininterrumpida alrededor de toda la circunferencia del capilar.
• Capilares fenestrados: En el páncreas, el tubo digestivo y las glándulas endocrinas, el endotelio varía de grosor, y
algunas regiones sumamente delgadas están interrumpidas por fenestraciones circulares o poros de 80 a 100
nanómetros, cerrados por un diafragma muy delgado que tienen un engrosamiento central puntiforme.
• Capilares discontinuos: Son de mayor tamaño y tienen forma más irregular. El endotelio es discontinuo por la
presencia de fenestraciones sin diafragmas. La lámina basal también es discontinua, lo que aumenta el intercambio
entre la sangre y el tejido. Se encuentran en el bazo, hígado, en la médula ósea, algunos órganos linfoides y algunas
glándulas endocrinas.
Además, existen capilares sinusoides que, si bien pueden ser continuos o no dependiendo del órgano, tienen una forma
longitudinal sinuosa y retorcida y un calibre un poco mayor. Se encuentran, por ejemplo, en el hígado y el bazo.
Las vénulas, al igual que las arteriolas, constan de una adventicia, túnica media y capa íntima, pero la túnica media es
mucho mas delgada y débil, con menos fibras musculares.
Las anastomosis arterio-venosas son un intermedio entre las arteriolas y las vénulas, con un endotelio más alto y cúbico.
Los capilares linfáticos se parecen a los sanguíneos, aunque muestran dos diferencias importantes: no existen uniones
estrechas entre las células endoteliales; y hay filamentos finos que anclan los vasos linfáticos al tejido conjuntivo
circundante. Durante la contracción muscular, estos finos hilos tiran de los vasos linfáticos para abrir espacios entre las
células endoteliales y permitir la entrada de proteínas y partículas grandes en los linfáticos. Los capilares linfáticos
drenan en vasos de mayor calibre, que acaban desembocando en las venas subclavias derecha e izquierda, donde
conectan con las correspondientes venas yugulares internas.

Intercambio de sustancias a través de las paredes capilares: La circulación por la red capilar se denomina nutritiva, para
diferenciarla de la que ocurre a través de la anastomosis arterio-venosa (no nutritiva). En condiciones normales, la
circulación nutritiva es la elegida, pero en ocasiones los esfínteres precapilares pueden cerrarse para desviar la sangre y
dirigirla por anastomosis directamente a la vénula; si bien esto no nutre al tejido, puede ser importante si hay poco
oxígeno disponible, o en tejidos muy extensos y expuestos (como la piel) para evitar la pérdida de calor.
La circulación nutricia involucra, entonces, un intercambio de
nutrientes. Éste intercambio se puede producir de distintas
formas, que están expuestas en la figura de la derecha; cuál de
estas formas prevalece depende del tipo de capilar y de
sustancia que se quiere intercambiar.
• Difusión: Los gases disueltos y otras sustancias pequeñas y
liposolubles son capaces de atravesar la membrana endotelial
por simple difusión, por lo que pueden escapar de la sangre en
cualquier punto de la superficie. El agua, por otra parte, pasan
escurriéndose también por difusión entre las uniones estrechas, formadas por las proteínas transmembrana claudina y
ocludina, y que no dejan pasar moléculas más grandes como proteínas y otras macromoléculas. La superficie
correspondiente a estas uniones representa sólo el 0,02% de la superficie endotelial.
En el caso de los iones y las sustancias hidrosolubles pequeñas, son transportados por convección, donde el agua que
se escurre entre las uniones estrechas transporta solutos pequeños disueltos en ella. Es importante recordar que no es
lo mismo que difusión, donde la propia sustancia, sola, se transporta pasivamente.
• Poros: Para que las moléculas más grandes, como las proteínas y hormonas unidas a proteínas, puedan llegar a los
tejidos por difusión, no alcanza con los espacios de las uniones estrechas. Es por eso que existen poros diminutos entre
las células, que no deben confundirse con las fenestraciones o mucho menos con las discontinuidades (que permiten
hasta el paso de células enteras), pero son lo suficientemente grandes como para que pasen estas moléculas. Este
pasaje combina difusión con convección, ya que suele arrastrar agua consigo, y puede darse por poros de dos calibres
distintos: 4 nanómetros o 30 nanómetros. Es por esto que moléculas de menos de 4 nanómetros pasan facilmente, las
de mayor tamaño son menos permeables, pero la permeabilidad vuelve a aumentar llegando a los 30 nm.

• Transporte vesicular: Una última forma de transporte, esta vez activa, requiere de la interacción de solutos con la
célula y la formación de vesículas por parte de esta, que puede hacer pinocitosis (vesícula llena de líquido con solutos
desde el medio extracelular) o endocitosis (una molécula es captada y transportada por vesículas), y luego de que las
vesículas atraviesen el citoplasma son liberadas por exocitosis. Éste sistema en conjunto se denomina transcitosis.

Ley de Fick: La ley de Fick es una ley cuantitativa en forma de ecuación diferencial que describe diversos casos de difusión
de materia o energía en un medio en el que inicialmente no existe equilibrio químico o térmico.
Donde: J = cantidad de sustancia que se desplaza por unidad de tiempo.
J = – D A ( ΔC / ΔX ) D = coeficiente de difusión libre para una molécula determinada.
A = sección de la vía de difusión.
( ΔC / ΔX ) = gradiente de concentración del soluto.
En el caso de la difusión a través de la pared capilar es posible expresar la ley de Fick como:
Donde: P = permeabilidad capilar frente a la sustancia.
J = – P S ( Co - Ci ) S = superficie del capilar.
Ci= concentración de la sustancia dentro del capilar.
Co= concentración de la sustancia fuera del capilar.

Cabe mencionar que las proteínas que atraviesan los poros grandes no pueden llenar todo el espacio intersticial, que está
ocupado por matriz extracelular, por lo que su concentración es mayor que la real, dado el limitado espacio que ocupan.
Balance acuoso: Existe un balance acuoso entre el líquido intersticial y el plasma. El volumen del plasma, incluso cuando
varía la ingesta de sal y agua, se mantiene relativamente constante gracias a sensores de presión, volumen y osmolaridad
que regulan la excresión de agua por mecanismos nerviosos y endócrinos. Es por esto que el volumen de líquido
extracelular se regula a nivel loca, en lugar de ser regulado por mecanismos centrales.
Fuerzas hidrostáticas: La presión hidrostática (presión de la sangre) dentro de los capilares no es constante, sino que
depende de la presión arterial y venosa y de la resistencia precapilar (arteriolas) y poscapilar (vénulas y venas pequeñas).
Un aumento de la presión arterial o venosa aumenta la presión hidrostática capilar, mientras que una reducción de la
presión arterial o venosa tiene el efecto opuesto. El aumento de la resistencia arteriolar o el cierre de las arterias reducen
la presión capilar, mientras que una mayor resistencia al flujo en las vénulas y venas incrementa la presión capilar. Los
esfínteres precapilares son el mayor componente regulador de la presión hidrostática capilar.
La presión hidrostática es la fuerza principal para la filtración capilar. Un cambio determinado de la presión venosa tiene un
efecto más importante sobre la presión hidrostática capilar que el mismo cambio en la presión arterial. El 80%
aproximadamente del aumento de la presión venosa se transmite a los capilares.La presión hidrostática capilar (Pc) varía de
un tejido a otro. Los valores promedio, obtenidos mediante medición directa en la piel humana, son de 32 mmHg en el
extremo arterial de los capilares y de 15 mmHg en el extremo venoso de los mismos a nivel del corazón.
Como se ha comentado anteriormente, cuando una persona se pone de pie, la presión hidrostática aumenta en las piernas
y se reduce en la cabeza.
La presión del líquido intersticial (Pi) fuera de los capilares, se opone a la filtración capilar. Pc– Pi es la fuerza que dirige la
filtración. Habitualmente, Pi se aproxima a cero, de forma que Pc es la fuerza que regula el comportamiento hidrostático.
Fuerzas osmóticas: El factor clave que evita la pérdida de líquido en los capilares es la presión osmótica de las proteínas
plasmáticas (como la albúmina). Esta presión osmótica se denomina presión coloidosmótica o presión oncótica (πp). La
presión osmótica total del plasma es de unos 6.000 mmHg (lo cual refleja la presencia de electrólitos y otras moléculas
pequeñas), mientras que la presión oncótica sólo es de unos 25 mmHg. Esta baja presión oncótica es un factor importante
para el intercambio de líquido a través del capilar, dado que las proteínas plasmáticas quedan limitadas básicamente al
espacio intravascular, mientras que los electrólitos muestran una concentración prácticamente idéntica a los dos lados
del endotelio capilar. La permeabilidad relativa del soluto al agua condiciona la magnitud real de la presión osmótica. El
coeficiente de reflexión (σ) es la dificultad relativa para el paso de una sustancia a través de la membrana capilar. El
coeficiente de reflexión del agua es cero y el de la albúmina es 1 (el endotelio es básicamente impermeable a esta
molécula, debido a su cantidad de cargas aniónicas). Los solutos filtrables tienen unos coeficientes de reflexión entre 0 y 1.
Además, los distintos tejidos muestran coeficientes de reflexión distintos para la misma molécula, de forma que el
desplazamiento de un soluto determinado a través de la pared endotelial depende del tejido. La presión oncótica real (π)
se define por la siguiente ecuación:
π = σ . R .T (Ci - Co) Donde: σ = coeficiente de reflexión. R = constante de los gases. T = temperatura en
grados Kelvin. Ci y Co= concentración de solutos dentro y fuera del capilar, respectivamente.
Esta fuerza osmótica adicional se vuelve desproporcionadamente elevada cuando las concentraciones de albúmina son
elevadas (como sucede en el plasma), mientras que es débil o ausente para las soluciones de albúmina diluidas (como el
líquido intersticial). La razón de esta actividad de la albúmina es su carga negativa cuando el pH de la sangre es normal, que
es lo que la lleva a formar micelas y no pasar por los poros al intersticio. La albúmina se liga a un pequeño número de iones
Cl-, lo que aumenta la carga negativa y la capacidad de retener más Na+ dentro de los capilares.
Unas cantidades pequeñas de albúmina salen de los capilares y penetran en el líquido intersticial, donde ejercen una fuerza
osmótica muy pequeña (0,1-5 mmHg). Esta fuerza, πi, es pequeña porque la concentración de albúmina en el líquido
intersticial es baja, y porque a bajas concentraciones, la albúmina no puede potenciar la fuerza osmótica en el mismo grado
que lo hace cuando su concentración es alta.

Coeficiente de filtración capilar: La velocidad de desplazamiento de líquido (Qf) a través de la membrana capilar depende
no sólo de la suma algebraica de las fuerzas hidrostáticas y osmóticas a través del endotelio (ΔP), sino también de la
superficie (Am) de la pared capilar disponible para la filtración, de la distancia (Δx) a través de la pared capilar, de la
viscosidad (H) del filtrado y de la constante de filtración de la membrana (k). Estos factores pueden expresarse mediante la
siguiente ecuación de Starling:
Las dimensiones de Qf son unidades de flujo por unidad de gradiente de presión a través de
la pared capilar por unidad de superficie capilar. Esta expresión, que describe el flujo de
líquido a través de los poros de la membrana, se corresponde básicamente con la ley de
Poiseuille para el flujo a través de tubos.
Dado que el espesor de la pared capilar y la viscosidad del filtrado permanecen relativamente constantes, se pueden
incorporar a la constante de filtración k. Si se desconoce la superficie de la membrana capilar, se puede expresar la
velocidad de filtración por unidad de peso del tejido. Por tanto, la ecuación se simplifica a:
Donde kt = coeficiente de filtración capilar para un determinado tejido, y Qf se mide en Qf = kt ΔP
mililitros por minuto (ml/min) por 100 g de tejido por mmHg de presión.
Para un determinado tejido, el coeficiente de filtración por unidad de superficie del capilar y, por tanto, la permeabilidad
capilar no sufre cambios en distintas condiciones fisiológicas, como la dilatación arteriolar y la distensión capilar, ni
tampoco por condiciones adversas, como la hipoxia, la hipercapnia o la reducción del pH.
Cuando se produce una lesión capilar (por toxinas o quemaduras graves), una cantidad significativa de líquido y proteínas
se escapan de los capilares hacia el espacio intersticial. Este aumento de la permeabilidad capilar se traduce en un aumento
del coeficiente de filtración.
En resumen: El flujo transcapilar, entonces, depende de este coeficiente de filtración, que a su vez puede variar de acuerdo
a la apertura o cierre de los esfínteres precapilares, las posibles lesiones en la pared, la presencia de poros y las posibles
alteraciones en las uniones estrechas por acción de proteínas contráctiles; de la presión hidrostática, interna y externa, que
promueve el flujo; y de la presión coloidosmótica por parte de la albúmina, que se opone al flujo.
En las vénulas poscapilares y el fin de las redes capilares, la presión hidrostática es menor, y como el factor de la presión
coloidosmotica es negativo para el escape de líquido, se produce una reabsorción de la mayor parte del líquido filtrado en
la red capilar y las arteriolas. El cambio de presión entre el extremo arterial y el venoso del capilar varia territorialmente
pero en promedio es de 10 mmHg.
Valores de filtración: En términos generales (ya que depende del tejido), el 0,5% del plasma que pasa por los capilares, (20
litros de los 4000 litros diarios de plasma) es filtrado; de éste, el 85% es reabsorbido y el 15% restante es drenado por la
circulación linfática, junto con la albúmina escapada. Esto da un total de unos 3 litros que escapan de la circulación y van a
ser drenados por los vasos linfáticos.

Vasos linfáticos: Como hemos visto, los vasos terminales del sistema linfático constituyen una red de extremo cerrado (es
decir, un fondo de saco) ampliamente distribuida de capilares linfáticos muy permeables. Estos capilares linfáticos se
parecen a los sanguíneos, aunque muestran dos diferencias importantes: no existen uniones estrechas entre las células
endoteliales; y hay filamentos finos que anclan los vasos linfáticos al tejido conjuntivo circundante. Durante la contracción
muscular, estos finos hilos tiran de los vasos linfáticos para abrir espacios entre las células endoteliales y permitir la entrada
de proteínas y partículas grandes en los linfáticos. Los capilares linfáticos drenan en vasos de mayor calibre, que acaban
desembocando en las venas subclavias derecha e izquierda.
Sólo el cartílago, el hueso, los epitelios y los tejidos del sistema nervioso están exentos de vasos linfáticos.
Estos vasos se encargan de devolver el filtrado de plasma de los capilares a la circulación. Esta misión la realizan gracias a la
presión tisular, y se facilita por la actividad muscular intermitente, por las contracciones de los vasos linfáticos y por un
extenso sistema de válvulas unidireccionales. En este sentido, los vasos linfáticos se parecen a las venas, aunque los vasos
linfáticos de mayor calibre tienen una pared más delgada que las venas correspondientes y sólo contienen una pequeña
cantidad de tejido elástico y músculo liso.
El volumen de líquido transportado por los linfáticos en 24 horas es igual aproximadamente al volumen total de plasma del
organismo. Los linfáticos devuelven aproximadamente entre una cuarta parte y la mitad de las proteínas plasmáticas
circulantes por la sangre en un día. Estos vasos constituyen el único mecanismo mediante el cual las proteínas que salen del
compartimento vascular pueden regresar a la sangre. La difusión retrógrada neta de proteínas a los capilares no se puede
producir en contra de un elevado gradiente de concentración de proteínas. Si los vasos linfáticos no eliminaran estas
proteínas, se acumularían en el espacio intersticial y constituirían una fuerza oncótica que atraería el líquido de los
capilares sanguíneos y causaría edema.
Además de devolver el líquido y las proteínas al lecho vascular, el sistema linfático se encarga de filtrar la linfa en los
ganglios linfáticos y eliminar las partículas extrañas, como las bacterias. El vaso linfático de mayor calibre, el conducto
torácico, no sólo drena las extremidades inferiores sino que también devuelve las proteínas perdidas a través de los
capilares hepáticos permeables. Además, el conducto torácico transporta sustancias absorbidas en el tubo digestivo. La
sustancia principal es la grasa, en forma de quilomicrones.
El flujo de linfa varía considerablemente. El flujo de los músculos esqueléticos en reposo casi es nulo, y aumenta durante el
ejercicio en proporción al grado de actividad muscular. Aumenta con cualquier mecanismo que potencie la velocidad de
filtración de la sangre capilar, entre los cuales se incluyen el aumento de la presión o la permeabilidad capilar y la reducción
de la presión oncótica del plasma. Cuando se bloquean los vasos linfáticos o cuando el volumen de líquido intersti-cial
supera la capacidad de drenaje de los linfáticos, se acumula líquido intersticial y aparece edema clínico.
Fuerzas que impulsan la linfa: El llenado inicial de los linfáticos se atribuye a fuerzas extrínsecas, ya que se carece de
válvulas o músculo en las paredes. Los filamentos son de gran importancia, ya que permiten que, al aumentar la cantidad
de líquido en el espacio intersticial, los capilares linfáticos no se aplasten o colapsen, sino que una parte de los bordes
celulares cedan y entre líquido en el interior de los capilares linfáticos, mientras que los bordes sujetos con los filamentos
se mantienen firmes. Este mecanismo de apertura y cierre permite una rápida entrada de la carga linfática al interior de los
capilares linfáticos y de partículas de gran tamaño molecular (proteínas, restos celulares, desechos, etc.) que no podrían
salir de otra manera de los tejidos donde se producen.
En los colectores, por otra parte, que sí tienen músculo, los segmentos entre las válvulas se denominan linfangiones, y el
estrujamiento de uno inpulsa la linfa hacia el siguiente. Llegando al sistema venoso donde desemboca, la diferencia de
presiones generada por la bomba del corazón contribuye al bombeo de la linfa.

Mecanismos de control del volumen intersticial: Si el volumen intersticial es producto del coeficiente de filtración capilar,
la presión oncótica, y las fuerzas hidrostáticas, cualquier cambio en alguno de estos factores puede servir para regular la
cantidad de líquido que ingresa al espacio intersticial; junto con el drenaje linfático, que determina qué sucede después con
todo el líquido filtrado.
Si se quiere limitar la filtración, se puede realizar un amortiguamiento coloidosmótico o un amortiguamiento hidrostático.
El amortiguamiento coloidosmótico consiste en un ampliamiento de la diferencia de la presión coloidosmótica entre la luz
del capilar y el intersticio en respuesta a un aumento de la filtración. Esto ocurre naturalmente; si aumenta la filtración,
ésta será una “carrera” entre los poros que sólo dejan pasar solución acuosa y los más grandes que dejan pasar proteínas;
como las moléculas más pequeñas se escurren más rápidamente, el agua “gana”, y al irse de la luz del capilar, la
concentración proteica aumenta, generando presión coloidosmótica que se resiste a la filtración. Este tipo de
amortiguamiento depende de un correcto funcionamiento de los vasos linfáticos, para que puedan eliminar el líquido que
se filtró en un principio.
El amortiguamiento hidrostático también se produce naturalmente; si hay un aumento del volumen intersticial, y por lo
tanto de su presión hidrostática, ésta se opondrá a la filtración. Sin embargo, este aumento rápido de la presión
hidrostática depende de que la matriz extracelular y sus componentes estén sanos y ocupando todo el espacio que deben
ocupar; si se lesionan, o si se administran fármacos que impiden su correcta adhesión entre sí y con los fibroblastos, se
puede producir edema.
Por último, la presión capilar depende de los vasos pre y poscapilares; si están abiertos los esfínteres, y las presiones de las
arteriolas y vénulas.

Edemas: El edema (o hidropesía) es la acumulación de líquido en el espacio tisular intercelular o intersticial, además de las
cavidades del organismo. Las causas principales de edema son:
• Aumento de la presión hidrostática de la sangre en la microcirculación:
-por aumento de la presión venosa, como ocurre en la insuficiencia cardíaca, la hipervolemia (aumento del
volumen sanguíneo), obstrucción venosa (por trombosis venosa o compresión), incompetencia de las válvulas
venosas (el caso de las varices) o el efecto de la gravedad
-por aumento de la presión arterial, como ocurre en la hipertensión
-por disminución de la resistencia arterial (por causa fisiológica o farmacológica)
• Aumento de la permeabilidad capilar, por daño vascular (por ejemplo, en quemaduras o traumatismos) o debido a la
presencia de inflamación.
• Disminución del nivel de proteínas plasmáticas, sobre todo albúmina, que determina el 70% de la presión oncótica.
Cuando disminuye el nivel de proteínas disminuye la presión oncótica, como ocurre en la cirrosis hepática, malnutrición,
quemaduras y síndrome nefrótico.
• Bloqueo del drenaje linfático (linfedema), por traumatismos, inflamación de las vías linfáticas o invasión de éstas por
parásitos (por ejemplo, filariasis).
El edema puede dañar los órganos afectados y en algunos casos, causar la muerte: el edema cerebral puede causar
apoptosis celular, por un aumento de la presión hidrostática sobre las neuronas e isquemia de los tejidos por compresión
de los vasos sanguíneos, lo que puede ser mortal; el edema pulmonar puede amenazar la vida del paciente porque el
intercambio de gases está afectado.
DESARROLLO DEL TRABAJO PRÁCTICO:

Teoría: Se denomina presión hidrostática a la presión que ejerce un líquido en reposo sobre las paredes de un recipiente.
La presión hidrostática en un punto de una masa líquida depende del peso específico del líquido () y de la distancia de ese
punto a la superficie libre (h). Es frecuente que se utilicen como medidas de presión las alturas de las columnas de
líquidos conocidos (ej.: milímetros de mercurio o centímetros de agua).
Presión hidrostática =  * h
Cuando en un tubo lleno de líquido la presión en uno de sus extremos es mayor que en el otro, se establece un flujo de
líquido. La intensidad de ese flujo o caudal (C) es el volumen que atraviesa una sección cualquiera del tubo por unidad de
tiempo (C = ΔV / Δt). Esto también puede ser expresado como velocidad por superficie (C = Velocidad x superficie).
La continuidad de la masa líquida animada con movimiento permanente se
Q1
Q2 caracteriza por la constancia de caudal, que nunca cambia, no importa si el tubo
Q3
por el que fluye se bifurca o trifurca o cambia de diámetro:

Q4 Q1 = Q2 = (Q3 + Q4)

La resistencia es la fuerza que se produce por el roce entre las paredes del tubo y el líquido que fluye por él, y que se opone
al caudal; mientras que la diferencia de presiones es lo que impulsa el caudal; por ende:
C = P/R
La viscosidad es la propiedad que tienen los líquidos de ofrecer resistencia a la deformación. Se mide con un coeficiente de
viscosidad o poise (η) cuyas unidades son Barios x segundo (dina x segundo / cm2).

La ecuación de Poiseuille es una ecuación que relaciona diferencia de presión, medidas del tubo (longitud y radio) y
viscosidad del fluido, para obtener una medida del caudal, y se expresa como:
(Donde ΔP es la diferencia de presiones, r es el radio del tubo, L es la longitud
del mismo, y η es el coeficiente de viscosidad del fluido).

De esta fórmula, además, y relacionándola con la de presión y resistencia, se desprende que la


resistencia R:

El radio (r), al estar elevado a la cuarta potencia, es el parámetro más importante que determina la resistencia y
consecuentemente el caudal. Esto también se da en el árbol circulatorio, ya que los vasos, principalmente a nivel de las
arteriolas, son capaces de aumentar (vasodilatación) o disminuir (vasoconstricción) el radio ante diferentes necesidades
fisiológicas o en el contexto de diversas patologías.

Tipo de flujo: El flujo puede ser: laminar, es el movimiento de un fluido cuando éste es ordenado, estratificado, suave. En
un flujo laminar el fluido se mueve en láminas paralelas sin entremezclarse y cada partícula de fluido sigue una trayectoria
suave, llamada línea de corriente; o turbulento, con movimiento en forma caótica, en que las partículas se mueven
desordenadamente y las trayectorias de las partículas se encuentran formando pequeños remolinos aperiódicos, (no
coordinados) como por ejemplo el agua en un canal de gran pendiente.
El tipo de flujo puede calcularse por el número de Reynolds (Re), que es adimensional (sin unidades físicas que lo definan):
Donde: = densidad del fluido
: Velocidad característica del fluido
: Diámetro de la tubería a través de la cual circula el fluido o longitud característica
del sistema
: Viscosidad dinámica del fluido
: Viscosidad cinemática del fluido

Líquidos simples Con elementos en suspensión


Laminar N° Re ≤ 2000 N° Re ≤ 1000
Inestable 2000 < N° Re < 3000 1000 < N° Re < 1500
Turbulento 3000 ≤ N° Re 1500 ≤ N° Re
Leyes:

1) Ley de superficie de sección: A medida que los vasos se dividen se originan vasos que, individualmente tienen menor
superficie de sección, pero la suma de las superficies de sección resultante es mayor. Así, la superficie de sección va
aumentando desde la aorta a los capilares, donde es máxima, y luego declina nuevamente hasta llegar a las venas cavas.
2) Ley de continuidad: El caudal (ml/min) que fluye por el árbol circulatorio es igual en cualquier punto del circuito.
3) Ley de la velocidad: La velocidad disminuye a medida que aumenta la superficie de sección (si se mantiene el caudal
constante). Es decir, la velocidad es mínima en los capilares, lo que tiene gran importancia funcional ya que es el lugar en
donde se realiza el intercambio con las células.
4) Ley de la presión: La presión es máxima en la arteria aorta y va cayendo progresivamente a medida que se avanza hacia
la aurícula derecha. Es importante saber que la mayor caída de presión ocurre a nivel de las arteriolas (que
congruentemente tienen la mayor resistencia). Esto se relaciona con la histología de estos vasos, que tienen gran capa
muscular, y con la función, ya que es a nivel de las arteriolas donde produciendo vasoconstricción o vasodilatación, se
regula el paso de sangre diferencial a los distintos tejidos.

Aspectos fisiológicos de la hidrodinámica:


Característica pulsátil de la presión arterial: La aproximación
lineal del modelo de Poiseuille se puede aplicar a la circulación
general. Podemos expresar en otros términos la ecuación
C = ΔP/R
Llamamos volumen minuto (VM) al flujo de sangre a través del
árbol circulatorio, siendo la presión arterial (PA) la diferencia de
presión que impulsa la circulación (o la presión que hace el
ventrículo para que la sangre dilate los vasos) y la resistencia
periférica, la resistencia al flujo de sangre en el lecho vascular
(RP), que se puede medir en unidades de resistencia periférica.
VM = PA/ RP
En la práctica, se pueden medir las presiones de los distintos
componentes del circuito pulmonar y sistémico, así como el
volumen minuto. A partir de estos parámetros se puede entonces
estimar la resistencia en ambos circuitos.
Una de las características que distingue al árbol circulatorio es
que la presión arterial oscila entre un valor sistólico máximo y uno
diastólico mínimo. La diferencia entre ambos se denomina presión del pulso. Mediante un transductor piezoeléctrico
colocado en un dedo, es posible determinar la presión del pulso del mismo, al medir la velocidad de cambio del volumen
del dedo. Integrando la señal se obtiene un registro que se asemeja al de la presión del pulso en el lecho vascular del dedo.

Viscosidad de la sangre: Es uno de los factores que determinan la RP. La sangre, por tener elementos figurados, no se
comporta como un líquido normal, con una viscosidad constante, sino que ésta cambia de acuerdo al calibre del vaso en el
que se encuentra; así, en vasos de menos de 300 micrómetros de diámetro, como las arteriolas, la sangre es mucho más
fluida y por ende la resistencia también es menor.
Este fenómeno se produce gracias a la acumulación axial, donde los eritrocitos sanguíneos tienden a discurrir por el centro
del tubo, y el plasma sin elementos figurados, por las láminas más externas; en vasos muy pequeños, todos los eritrocitos
discurren por el centro en fila india, lo que reduce muchísimo el roce con las paredes y por ende la viscosidad aparente.
Parte práctica:

1) Utilizando el modelo hidráulico (figura 1) se midió la caída de presión y el caudal en 4 situaciones: Una situación A de
referencia (con la llave distal cerrada, por lo que no hay caudal); una situación B con la llave ⅓ abierta (por lo que hay algo
de caudal) una situación C con la llave ⅔ abierta (por lo que incremento el caudal), y una situación D con la llave
completamente abierta, por lo que el caudal es máximo.
Situación Caudal (ml/min) h1 h2 h3 h4
A 0 0 0 0 0
B 44 15 20 30 26
C 80 35 52 60 58
D 130 70 102 125 124

Calcule: 1long. y 2long. y 1long. y


1radio 1radio 2radios
Sit. Caudal (h2-h1) (h3-h1) (h4-h3)
(ml/min)
A 0 0 0 0
B 44 5 15 -4
C 80 17 25 -2
D 130 32 55 -1

Una vez que se obtuvieron todos los datos, se graficó la variación de las distintas alturas en relación al caudal:
Δh La altura se eligió como parámetro equivalente a la presión (dado que para
2L x 1r elevarse, el líquido debe vencer la presión atmosférica).
55
Lo que se comprobó de esta forma, fue cómo, a caudal constante,
cambiando distintos parámetros en la ecuación de Poiseuille (en este caso,
1L x 1r
25 longitud y radio), varían otros parámetros (en este caso, la presión), y
cuáles de éstos influyen más con su cambio (en
este caso, el radio, ya que se encuentra elevado a
1L x 2r su cuarta potencia).
44 80 130 C

2) Se hizo algo similar pero con una simulación en la computadora, evaluando las variaciones en los parámetros altura del
reservorio, coeficiente de viscosidad del líquido, longitud y radio del tubo.

3) Se simuló en la computadora la presión en el árbol circulatorio, los efectos de la vasoconstricción y vasodilatación para el
aumento y disminución (respectivamente) de la presión, y cómo la mayor resistencia es generada por las arteriolas.
Luego se vio cómo un aumento del hematocrito (policitemia) aumenta la viscosidad de la sangre, y, por ende, la resistencia.

4) Se hizo la misma simulación del arbol circulatorio pero específica de la circulación pulmonar y renal.

5) Se trabajó con un viscosímetro de Ostwald, con glicerina y agua. La presión que impulsa al líquido a través de este tubo
será P =  * h, siendo h la diferencia de altura de los niveles del líquido entre las dos ramas y el peso específico del
líquido considerado. El caudal que escurre será: C = V/tesc (V = volumen del líquido contenido en la ampolla
entre los dos aforos (a y b) y tesc = tiempo de escurrimiento del líquido (paso entre dichos aforos).
Reemplazando estos valores en la ecuación de Poiseuille:
Agrupando los términos que permanecen siempre constantes y reordenando, se infiere que:
liq = liq . tesc . K
K es una constante que encierra los valores que dependen de las dimensiones del viscosímetro, las cuales tiene un valor fijo
para cada aparato. Este viscosímetro permite comparar las viscosidades de dos líquidos, por ejemplo glicerina y agua.
Dividiendo miembro a miembro y simplificando K (ya que se utiliza el mismo viscosímetro), obtenemos:
glicerina relativa = (glicerina . tesc glicerina) / (agua . tesc agua)
En lugar de los pesos específicos se puede utilizar la relación entre las densidades. El Poise es la unidad de viscosidad en el
sistema c.g.s que tiene como dimensiones: dinas . seg/cm2

En la parte práctica de este experimento se cargó agua por la rama fina del
viscosímetro hasta llenar la ampolla superior, tapando la rama de
aspiración; luego se desobstruyó, y se midió el tiempo de escurrimiento.
El mismo experimento se repitió con glicerina.

Tiempo de escurrimiento del agua: 7,45 segundos.


Tiempo de escurrimiento de la solución de glicerina: 12,8 segundos.

6) Se midió, por un transductor, cómo los cambios en la distensión nos dan


una idea de la presión arterial. Luego se experimentó sobre los cambios de compresión eliminando el caudal de distintas
arterias (radial y cubital), comprobando su anastomosis.
Unidad 5 – Fisiología – Mecanismo de acción de intervenciones inotrópicas
Sodio y calcio en el miocardiocito: Recordemos que en el
acoplamiento excito-contráctil en el corazón intervienen
los gradientes de sodio y calcio.
El calcio puede entrar a la célula mediante los canales de
calcio dependientes del voltaje tipo L, y es acumulado
normalmente en el retículo endoplasmático y en el
exterior celular (y en menor medida en las mitocondrias).
Esta concentración de calcio tan baja en el citoplasma se
puede mantener gracias a diversas bombas que lo
expulsan por distintos medios.
La SERCA es la calcio-ATPasa del retículo endoplasmático.
Puede ser de 3 tipos; la que se encuentra en el corazón
es la SERCA2a. Ésta es un polipéptido simple con un solo
dominio transmembrana (formado por 10 dominios en la
estructura secundaria) que puede transportar 2 iones de
Ca+2 por cada molécula de ATP hidrolizada. En su porción
citoplasmática posee un dominio N que une ATP, uno P
que acepta al grupo fosforilo, y uno A que conecta a los otros dos con el dominio transmembrana. En su estado E1, puede
aceptar iones de Ca+2 del lado citosólico (a los que “atrapa” en su interior), y unir ATP; en su estado E2 fosforilado, libera el
ADP, y se abre del lado de la luz del RS, bombeando el Ca+2.
Regulación de la SERCA: El principal medio por el cual se regula esta bomba es la proteína fosfolamban. Esta proteína
transmembrana tiene dos estados, fosforilado y no fosforilado; y en caso de no estar fosforilada, inhibe a la SERCA.
La fosfolamban es, a su vez, regulada por la protein quinasa A (PKA), que la fosforila. Hormonas y neurotransmisores que
activan la PKA, como la estimulación simpática, inhiben a la fosfolamban al fosforilarla, por lo que ésta no inhibe a la
SERCA, y al disminuir mucho la concentración de calcio citosólico por la actividad de ésta, el siguiente PA desencadenará
una mayor liberación de calcio, y por ende mayor contracción (efecto inotrópico).

El intercambiador sodio calcio (NCX) presente en la membrana mitocondrial de los miocardiocitos también ayuda a
eliminar el calcio citoplasmático. Por cada catión Ca2+ expulsado al medio extracelular penetran tres cationes Na+ al interior
celular. Está formado por 10 hélices transmembrana con un sitio de unión al Ca2+ y 3 de unión al Na+.
El intercambiador tiene dos formas de actuar: la ya mencionada, o forward, y un modo reverso, donde permite la salida de
sodio y deja entrar calcio. El NCX es electrogénico; esto significa que las condiciones que determinan que funcione en
reverso o forward son iónicas y eléctricas, entre ellas:
1. Que la célula se despolarice hasta un potencial de
membrana más positivo que el potencial de equilibrio del
NCX. Por encima de ese potencial, el NCX “se da vuelta” .
2. Que aumente la concentración intracelular o disminuya la
extracelular de Na+,
3. Que disminuya el Ca2+ intracelular o aumente el
extracelular.
La Figura indica que durante una contracción en condiciones
“normales”, el tiempo en el que el NCX funciona en modo
revertido parece ser escaso o nulo. Sin embargo, podría
suceder que en determinadas condiciones como de aumento
del Na+ intracelular, el NCX funcione durante más tiempo en
modo reverso y de esta manera contribuya significativamente
a la entrada de Ca2+ a la célula.

La bomba de sodio y potasio ATPasa, si bien no participa ella misma en el transporte de calcio, mantiene el gradiente de
sodio de tal forma que tiende a entrar por el NCX, por lo que su acción influye indirectamente en la concentración de calcio
del citoplasma.
Regulación del volumen eyectado: Se denomina volumen de eyección o volumen eyectado al volumen de sangre que el
corazón expulsa hacia la aorta durante el periodo de contracción (sístole). El volumen de eyección del ventrículo izquierdo
es prácticamente el mismo que el del ventrículo derecho, ya que para que la sangre no se remanse tiene que discurrir la
misma cantidad por ambos circuitos (pulmonar en el caso del ventrículo derecho y sistémico en el caso del ventrículo
izquierdo). En la determinación del volumen sistólico (VS) intervienen la pre- y poscarga, y la contractilidad. El volumen
sistólico es directamente proporcional a la precarga e inversamente proporcional a la poscarga. Depende de:
- El volumen de sangre que regresa al corazon (si llega poca sangre al corazon éste expulsa poca sangre; además, al
distenderse por mayor retorno venoso, se produce el estiramiento de los sarcómeros, y se aplica la Ley de Starling).
- La contractiblidad ventricular (la capacidad del ventriculo izquierdo para contraerse y expulsar sangre a todo el cuerpo),
por el aumento o descenso de la fuerza ejercida, independientemente de la longitud del sarcómero (es decir, por
regulación homeotrópica).
- La tension arterial aortica o pulmonar (dependiendo de eso es la presion con la cual deben contraerse los ventrículos).

Mecanismos que modifican la contractilidad: La contractilidad es la capacidad intrínseca que tienen las fibras musculares
de contraerse; y puede ser regulada. Como hemos visto, estos mecanismos reguladores pueden ser de dos tipos:
Los heterotriméticos consisten en fenómenos que no dependen de la concentración del calcio sino en la longitud del
sarcómero (Ley de Starling) o la frecuencia (ley de Bowditch).
Los mecanismos homeotriméticos son aquellos que involucran cambios en la interacción de la fibra cardíaca con el calcio,
ya sea por cambios en la concentración intracelular del mismo o en la sensibilidad.
Estos mecanismos son utilizados cuando se debe ajustar la fuerza de contracción en forma sostenida, y se pueden originar
mediante diversos factores. Por ejemplo; una mayor concentración de calcio intracelular puede suceder si aumentamos la
concentración de calcio extracelular, o mediante glucósidos cardíacos.
Los agentes inotrópicos son aquellos que modifican la contractilidad; los positivos la aumentan, y los negativos la
disminuyen. Por lo general afectan la concentración de calcio dentro o fuera de la célula, ya que si afectaran la distensión
del sarcómero, no estarían actuando sólo sobre la contractilidad sino sobre varios factores.
Los agentes inotrópicos, tanto positivos como negativos, entonces, suelen actuar sobre las diversas bombas de sodio y/o
calcio, o los elementos que a éstas regulan.

Trabajo científico:
Objetivo: El autor se propone dilucidar si en el efecto inotrópico positivo de la acetilestrofantidina, un glucósido
cardiotónico, participa el NCX en su modo directo o en su modo revertido. Para ello se usó un compuesto denominado KB-
R7943, que inhibe preferentemente al modo revertido del NCX.
Materiales y métodos: Se usaron miocitos aislados de rata y se evaluó: la capacidad de acortarse del miocito, el Ca2+
intracelular (con un indicador fluorescente, el indo-1) y el potencial de acción (PA). Los datos experimentales se expresaron
como promedio o media de los experimentos que realizan ± el error standard de la media (SEM), y se analizó si los
resultados de aplicar el compuesto que usaron son estadísticamente significativos, usando el test de t de Student y el
análisis de varianza (ANOVA), cuando se compararon varios grupos experimentales.
En el trabajo se usan distintas herramientas experimentales:
 KB-R7943, que es un compuesto que bloquea fundamentalmente el modo revertido del NCX.
 Bay -K 8644, Es un agonista cálcico, usado para aumentar el influjo de Ca+2 por los canales L.
 La rianodina: A la concentración usada en el trabajo, inhibe la función del retículo sarcoplasmático (RS), ya
que lo hace muy permeable al Ca+2, por lo que todo el Ca+2 que se retoma a través de la SERCA2a, se pierde.
 Tapsigarguina: Inhibe a la SERCA2a, inhibiendo entonces la retoma de Ca2+ por el RS.
 El reemplazo del Na+ extracelular por Li+ para revertir el funcionamiento del NCX.
 El reemplazo del Na+ extracelular por Li+ y la eliminación del Ca+2 extracelular para paralizar al NCX.
 Cafeína: Es un compuesto con varias acciones, que se usa en experimentación cardiovascular por su
capacidad de hacer liberar el Ca+2 del RS, y de esta manera hacer posible la medida del contenido de Ca+2
del mismo.
Glucósidos cardiotónicos: Los glucósidos cardiotónicos incluyen un gran número de glucósidos de esteroides y productos
derivados que se encuentran en la naturaleza, teniendo todos ellos los mismos efectos benéficos y tóxicos sobre el
corazón. El origen más común de estos compuestos son la digital carmesí o púrpura real o la digital blanca (Digitalis
purpurea o Digitalis lanata), y también, entre otras fuentes, el strophantus gratus o Strophantus Kombé (plantas africanas).
Estos compuestos, inhiben a la Na+/K+/ATPasa del sarcolema, que extruye Na+ de la célula, intercambiándolo por K+. Esto
resulta en un aumento del Na+ intracelular y un aumento del Ca+2 intracelular, a través del NCX. El aumento de Na+
intracelular podría enlentecer el modo directo del NCX o favorecer el modo revertido. En ambos casos, aumentaría el Ca+2
intracelular. El aumento del Ca+2 intracelular produce un aumento de la contractilidad miocárdica (efecto inotrópico
positivo), pudiendo llegar a producir sobrecarga intracelular de Ca+2 y arritmias (efectos tóxicos de los digitálicos).
La acetilestrofantidina es uno de estos glucósidos cardiotónicos, por lo que tiene un efecto inotrópico positivo,
aumentando la fuerza contráctil del corazón.
Experimento: 1) Primero se realizaron experimentos control, para asegurarse de que la sustancia KBR bloquea, en el NCX,
el flujo del calcio hacia adentro, pero no hacia afuera. La manera de hacerlo es cambiar la solución que baña al miocito con
el que se está trabajando y que contiene una concentración de Na+ similar a la del líquido extracelular, por otra libre de
Na+. La ausencia de Na+ en el líquido extracelular, cambia el gradiente de concentración de este ion entre el líquido extra e
intracelular, y determina que el NCX “se de vuelta”, es decir que funcione en modo revertido, extrayendo Na+ y haciendo
entrar Ca2+ a la célula. El Ca2+ sube rápidamente en el interior de la célula, y luego desciende, cuando se repone la solución
de alto Na+ extracelular. Cuando dicha maniobra se realiza en presencia de 1 y 10 M de KB-R, el aumento de Ca2+ es
menor o casi nulo, respectivamente. Estos experimentos indican que el KB-R bloquea en forma dosis dependiente, el
influjo de Ca2+ que ocurre a través del NCX.
Luego, un miocito que fue sido tratado con dos compuestos que bloquean la función del RS: La thapsigarguina y la
ryanodina. Como el RS está bloqueado en su funcionamiento y la SERCA2a está inhibida, la caída del transitorio de Ca 2+
(que es la que produce la relajación) se debe únicamente al NCX trabajando en modo directo, es decir, extruyendo Ca2+ de
la célula. Esta caída es igual en ausencia y presencia de KB-R. Estos experimentos indican que el KB-R no afecta al modo
directo del NCX, en las concentraciones usadas.
En estos experimentos se usó una herramienta adicional, el agonista cálcico Bay -K 8644, con la finalidad de aumentar la
entrada de Ca por los canales L. Esto es necesario ya que al estar bloqueado el RS, el mecanismo amplificador del Ca 2+
intracelular, (liberación de Ca2+ inducida por Ca2+), no ocurre y el transitorio de Ca2+ resulta entonces muy pequeño o nulo.
Para amplificarlo, se aumenta la entrada de Ca2+ por los canales L, a través del Bay-K.

2) Luego, se trató de demostrar que el KBR no afecta la contracción


normal del miocito ni una contracción potenciada (que se logra luego de
una pausa mayor al intervalo diastólico). Figura 2: A: muestra
experimentos típicos y B muestra los resultados del total de los
experimentos de este tipo. Estos resultados indican que normalmente
durante el AEC, el NCX no participa haciendo entrar Ca2+ a la célula.

3) Se demostró que el KB-R no afecta el transitorio de Ca2+, excepto por


una pequeña prolongación que ocurre al final del mismo. Tampoco
afecta la contractura que se produce al someter al miocito a una
solución con cafeína, que libera el Ca2+ del RS. Estos experimentos
indican que el KB-R no afecta el contenido de Ca2+ del RS.

4) Demostraron que el KB-R no afecta el potencial de acción, excepto


por una prolongación en la última parte del mismo. Como esa
prolongación se puede ver teniendo en la pipeta 0 Na+ o 10 mM Na+ la
misma no puede atribuirse a algún efecto del KBR sobre el NCX. Esta
prolongación podría explicar en cambio, el enlentecimiento del
transitorio de Ca2+ observado en el experimento anterior, por un
enlentecimiento del modo directo del NCX, debido a que la célula se mantiene a potenciales más positivos, que “frenan”
ese modo del NCX.
5) Se siguió en el tiempo el efecto de la acetilestrofantidina sobre el acortamiento del miocito y el transitorio de Ca2+. Dan
luego KB-R en presencia de acetilestrofantidina. Demuestran que el KB-R es capaz de inhibir las arritmias producidas por la
acetilestrofantidina, pero no su efecto inotrópico positivo.

6) En estos experimentos pre-tratan a los miocitos con KB-R y luego le dan acetilestrofantidina. Nuevamente se demuestra
que el KB-R no afecta al efecto inotrópico positivo de la acetilestrofantidina.

Conclusiones: a) El modo reverso del NCX (es decir, de influjo de Ca+2) no es de importancia en la contracción normal de los
miocitos de rata, y en condiciones normales no influye en ésta.
b) Los resultados indican además, que la sola inhibición del eflujo del Ca+2 (por aumento del [Na+]i) puede ser suficiente
para causar el efecto inotrópico positivo de los glucósidos cardiotónicos. En cambio, la sobrecarga del Ca+2 y la actividad
espontánea que ocurre con el aumento del [Na+]i fue bloqueada por el KBR. Estos resultados sugieren que el influjo neto
del Ca+2 a través del NCX en modo revertido (no simplemente el eflujo disminuido del ion) está involucrado en la
sobrecarga del Ca+2 potencialmente arritmogénica.
Estos resultados son algo ambiguos, ya que el KBR no modificó el efecto inotrópico positivo del glucósido cardiotónico,
pero sí tuvo un impacto en la acción de éste, al inhibir las arritmias.
Presión arterial y ruidos cardíacos
PRESIÓN ARTERIAL: Si tenemos en cuenta que la presión es la fuerza que se ejerce sobre una superficie, la presión
sanguínea será por lo tanto, la fuerza que ejerce la sangre contra la pared del vaso. Entonces, al decir que la presión
sanguínea es de 120 mm Hg, estamos significando que la fuerza que ejerce la sangre sobre el área del vaso donde estamos
realizando el registro, es capaz de elevar una columna de Hg en 120 mm.
La presión arterial (PA) depende de la cantidad de sangre expulsada por el corazón en un minuto (VM) y de la resistencia
que los vasos periféricos oponen al flujo (RP).
PA = VM X RP
El volumen minuto a su vez será modificado en forma directa por la frecuencia cardíaca y el volumen sistólico (VS) o
volumen latido (VL). Este último depende de las siguientes variables: el retorno venoso, la post-carga y la contractilidad.
En conclusión, la presión arterial está determinada por factores relacionados con la “bomba cardíaca” y por otros
periféricos:
Reguladores de la presión arterial:
Algunas sustancias tienen el efecto de alterar alguno de
los factores determinantes de la presión arterial. Éstos
pueden ser producidos por el mismo endotelio o ser
reguladores metabólicos.
Dos reguladores endoteliales de importancia son la
angiotensina II y el óxido nítrico. Su efecto sobre las
paredes de los vasos es la contracción (angiotensina) o
relajación (óxido nítrico) del músculo liso, aumentando
y disminuyendo su radio respectivamente.
Recordemos que la
resistencia es inversamente
proporcional a pi por la cuarta
potencia del radio, por lo que una disminución de éste
va a aumentar la resistencia en gran medida. Si aumenta
la resistencia y el volumen minuto se mantiene igual, la
presión arterial también aumenta, por lo que la
angiotensina aumenta la presión arterial y el óxido
nítrico la disminuye.

Reflejo barorreceptor: Otra manera de controlar la


presión arterial es mediante barroreceptores,
terminaciones nerviosas sensibles a la distensión que se
encuentran en el cayado de la aorta y el seno carotídeo.
Cuando la presión arterial se eleva, las paredes de las arterias carótida y aorta se distienden; acto seguido, los
barorreceptores se activan y envían señales a través del nervio de Hering, los nervios glosofaríngeos y por el nervio vago
hacia el núcleo del tracto solitario, en el bulbo raquídeo. Las neuronas de este núcleo estimulan, por su parte, a neuronas
parasimpáticas preganglionares (que disminuyen la frecuencia cardiaca) e inhiben el centro vasomotor del bulbo raquídeo
(que excita simultáneamente el centro vagal).
La estimulación del centro vagal produce: Vasodilatación de la venas y las arterias, descenso de la frecuencia cardíaca, y
disminución de la fuerza de contracción cardíaca. Al disminuir la resistencia periférica y la frecuencia cardíaca, disminuye la
presión arterial.

Precarga y poscarga: Precarga es el término que se le da a la presión que distiende al ventrículo del corazón, al finalizar el
llenado pasivo y la contracción auricular; es decir, es la fuerza por unidad de área que genera en las fibras cardíacas el
volumen diastólico final, y que genera la elongación de estas, y consecuente aumento de la contracción (Ley de Starling) y
por ende del volumen minuto. Cuanto mayor sea, mayor será el volumen minuto.
La poscarga es la fuerza contra la cual tiene que actuar el músculo que se contrae; por ejemplo, en el ventrículo izquierdo,
la poscarga es la presión en la aorta que se debe superar por el músculo ventricular izquierdo al contraerse para abrir la
válvula aórtica y propulsar la sangre. Cuanto mayor sea, menor será el volumen minuto.
Variaciones fisiológicas de la PA: Son las que ocurren como consecuencia de las actividades habituales y reflejan los
cambios en el VM y/o la RP. De ellas analizaremos 2 como ejemplo: pasar de la posición de decúbito a parado y de la
situación de reposo a la realización de actividad física
• Cuando una persona pasa del decúbito a la posición de pie, se produce una disminución brusca del retorno venoso y por
consiguiente del VM. Esto desencadena el reflejo barorreceptor y consecuentemente aumenta la FC, la contractilidad y hay
vasoconstricción generalizada. Estas respuestas reflejas evitan la caída de PA que ocurriría por descenso del VM. Si esta
respuesta falla o está entorpecida (por ej. como sucede por acción de algunos medicamentos antihipertensivos) se
producen mareos o pérdida transitoria del conocimiento lo cual se conoce como hipotensión ortostática.
• Mientras una persona se mantiene de pie en reposo, el retorno de sangre a la aurícula derecha es muy lento. Al iniciar la
marcha o la carrera, la compresión de las venas por la contracción muscular aumenta el retorno venoso, con lo cual se
incrementa el volumen latido (VL). Además, es mayor la contractilidad cardíaca como resultado de un efecto balanceado de
la disminución del tono parasimpático y aumento del tono simpático hacia el corazón. El incremento del VL se traducirá en
aumento del VM.
El aumento de frecuencia cardíaca dependerá del grado de entrenamiento del sujeto: en un sujeto entrenado, ésta se
incrementará poco y por lo tanto el VM sólo aumentará a expensas del volumen sistólico; en uno no entrenado, la FC
estará aumentada y el VS podrá mantenerse o caer si el tiempo de llenado ventricular se acorta.
El otro cambio que ocurre a nivel circulatorio durante la actividad muscular es la caída de la RP por vasodilatación arteriolar
a nivel muscular. Como resultado de estos ajustes la Presión arterial sistólica (PAS) sube en mayor proporción que la
Presión arterial diastólica (PAD) y por lo tanto también estará aumentada la Presión arterial diferencial o Presión del pulso
(Pp). Esta se define como la diferencia que existe entre la PAS y la PAD (Pp= PAS-PAD).
De lo dicho anteriormente se deduce que, muchos de los ajustes reguladores del sistema cardiovascular pueden ser
estudiados midiendo las variaciones de presión arterial en respuesta a cambios posturales y durante el ejercicio.
Por último, no sólo el stress físico produce variaciones en la PA ya que éstas se han observado también como consecuencia
de situaciones de stress mental, tales como rendir un examen o realizar un cálculo matemático.

Desarrollo del Trabajo Práctico:


Material necesario: Tensiómetro, estetoscopio y cronómetro
a. Determinación de la presión arterial: La presión arterial se puede medir utilizando técnicas directas o indirectas. La
primera es la más fiel pero más invasiva. Consiste en la introducción de un catéter en la arteria correspondiente, el cual se
encuentra conectado a un transductor mecánico o eléctrico o a un manómetro de mercurio.
La determinación indirecta es el método que se utiliza comúnmente en seres humanos. La misma se basa en la compresión
de la arteria ejerciendo una presión externa de magnitud conocida a través de un esfingomanómetro. Determinaremos la
PA por dos métodos: auscultatorio y palpatorio.
Para ambos se utiliza un esfingomanómetro que consiste en una bolsa de goma inflable rodeada por un envoltorio no
elástico. La bolsa está conectada por un lado con una pera de goma, que se utiliza para inflarla y por otro lado con un
manómetro de mercurio que registra en forma continua la presión dentro de ella.
• Método palpatorio: Cuando el manguito se infla produce la compresión de los tejidos por debajo de él, supera el pico de
presión sistólica, la arteria se colapsa y consecuentemente no es posible palpar el pulso en la zona distal a la oclusión. La
descompresión gradual, por apertura de la válvula incluida en la pera, provoca que, en un momento dado, el pico de
presión intravascular supere la presión del tejido circundante. En ese momento el pulso puede ser palpado y la presión que
marca el manómetro es la presión sistólica. Si se sigue descomprimiendo no encontraremos ningún accidente que nos
permita deducir por este método la presión diastólica.
• Método auscultatorio: se basa en que, al fluir la sangre por la arteria durante la descompresión gradual, se acelera la
columna de sangre contenida en ella, produciendo turbulencia y sonidos conocidos como ruidos de Korotkoff. Estos
pueden ser escuchados con un estetoscopio ubicado sobre una arteria inmediatamente distal al manguito. La aparición del
primer ruido coincide con la presión sistólica; a medida que la presión del manguito desciende, los ruidos disminuyen en
intensidad hasta desaparecer cuando la sangre fluye en forma continua. La desaparición indica el valor de la presión
diastólica.
Técnicas:
a) Método palpatorio: Una vez colocado el manguito localizaremos la arteria radial en el canal de pulso (en la base del
dedo pulgar). Insuflaremos hasta sobrepasar en 30 mmHg la cifra de presión sistólica, estimada por desaparición del pulso
radial del alumno en estudio. Una vez alcanzado este valor se descomprimirá lentamente el manguito hasta que
reaparezca el pulso radial. En ese momento se determina el valor de la presión sistólica.
b) Método auscultatorio: Para este método colocaremos el estetoscopio sobre la arteria humeral en la parte interna del
pliegue del codo, elevaremos la presión del manguito del mismo modo que en el método palpatorio disminuyéndola
lentamente hasta que se escuche el primer ruido de Korotkoff que indica el valor de la presión sistólica. Continuaremos la
descompresión hasta la desaparición de los ruidos, momento en el que se registra la presión diastólica o mínima. Si existen
dudas sobre los valores registrados se dejará descansar 3 minutos con el manguito desinsuflado hasta la nueva
determinación. Luego de 3 mediciones se obtendrá el promedio. Por último se calculará la presión diferencial o de pulso.
Cambios de posición: En un alumno en reposo, acostado, se registrará la presión arterial siguiendo los pasos arriba
indicados. Se harán 3 ó 4 determinaciones, a lo largo de 5 minutos.
Luego, sin quitar el manguito, se lo hará pasar rápidamente a la posición de pie. En forma inmediata se registrarán los
valores de presión arterial reiterándose la determinación a los 3 minutos.
Ejercicio: En un alumno en reposo, acostado, se registrará la presión arterial siguiendo los pasos arriba indicados. Sin retirar
el manguito, el alumno se incorporará y comenzará a realizar ejercicio en forma continuada durante 2 minutos (Ej.:
flexiones, bicicleta). Una vez finalizado el ejercicio y colocado el alumno rápidamente en posición acostada se registrarán
los valores de presión sistólica y diastólica al minuto 1, 3 y 5 post-ejercicio con el fin de ver si recupera los valores previos.
Valores normales de la presión arterial:
Presión sistólica: entre 100 y 140 mm de Hg (lo ideal sería tener una presión sistólica que no superara los 120 mm Hg).
Presión diastólica: entre 60 y 90 mm de Hg (lo ideal sería tener una presión diastólica por debajo de los 90 mm Hg).
Se considera que un paciente está comenzando a ser hipertenso cuando su registro es igual o mayor de 140/90 mm de Hg.

b) Auscultación cardíaca
La auscultación cardíaca es el método con el que cuenta el médico pare explorar distintos aspectos de la función cardíaca
por medio del oído. Los ruidos que nacen de las estructuras cardíacas en las diferentes fases del ciclo (válvulas, paredes
arteriales, columna sanguínea) tienen frecuencias que varían entre 20 y170 ciclos por segundo. Un gran número de ruidos
producidos por la actividad cardíaca se encuentran en el área infrasonora, y por lo tanto no pueden ser registrados a través
del oído humano. Los ruidos cardíacos que se auscultan con mayor regularidad y frecuencia, son los llamados 1° y 2° ruido.
Existen otros ruidos que son mucho más difíciles de auscultar y que pueden no encontrarse como el 3° y 4° ruido.
El primer ruido corresponde al inicio de la sístole ventricular. Se ausculta mejor en la zona de la punta, aunque se lo
individualiza generalmente en todo el precordio (porción de la pared torácica que directamente delante del corazón).
Se han identificado 4 componentes del primer ruido: vibraciones de las válvulas aurículoventriculares el cerrarse;
vibraciones de la pared ventricular; vibraciones de las paredes arteriales aórticas y pulmonares por oscilaciones de la sangre
y flujo turbulento de la sangre por aorta ascendente y pulmonar.
Este ruido se caracteriza por ser grave, prolongado (“DUM”) y de mayor intensidad en los focos de la punta.
EI segundo ruido coincide con el comienzo de la diástole ventricular, y se ausculta en todo el precordio, pero es en los
focos de la base donde sus componentes principales son más evidentes y diferenciables.
La génesis del segundo ruido, pareciera ser el cierre de las válvulas semilunares y vibraciones originadas en las paredes de
las arterias aorta y pulmonar. Se caracteriza por ser agudo, breve y seco (“TAC”). El componente pulmonar del segundo
ruido se ausculta únicamente en el área pulmonar, siendo sólo el componente aórtico el que se ausculta en la región de la
punta.
Entre el primero y segundo ruido existe un silencio auscultatorio. Este período recibe el nombre de pequeño silencio y
coincide con la sístole ventricular. Entre el segundo y el primer ruido se encuentra el gran silencio coincidente con la
diástole ventricular.
El tercer ruido normal, casi nunca se ausculta en sujetos mayores de 40 años con aparato cardiovascular sano. Es un ruido
grave, que aparece poco después del segundo ruido cardíaco. Su génesis todavía no es clara aunque se sabe que coincide
en el tiempo con la fase de llenado ventricular rápido. En niños es normal y no patológico.
El cuarto ruido es casi siempre anormal. Se lo puede auscultar casi pegado al primer ruido cardíaco, precediéndolo y es
provocado por la contracción auricular.
La auscultación de los ruidos mencionados se puede hacer de forma
inmediata (colocando el oído directamente sobre la región precordial) o en
forma mediata (a través de instrumentos especiales llamados
estetoscopios).
Los estetoscopios pueden ser mono o biauriculares, según la auscultación
se haga con un sólo oído o con ambos. Los biauriculares pueden, a su vez,
tener distintos receptores: existen con campana abierta (para ruidos
graves) y con campana cerrada (para ruidos agudos).
Tanto en el método directo como en el indirecto, los sonidos transmitidos
llegan a través de columnas de aire, por lo que se deben formar cavidades
herméticamente cerradas, entre el conducto auditivo y la región precordial.
En la región precordial hay zonas donde, por diferentes causas (mayor
proximidad, mejor propagación, etc.) los ruidos cardíacos se auscultan
mejor que en otras regiones.
Clásicamente se describían 4 focos cardíacos, que actualmente se ha preferido denominar áreas de auscultación. Ellas son:
Área del ventrículo izquierdo: corresponde a la región apical y lo que se conoce por área mitral (4° y 5° espacio intercostal
izquierdo línea medio clavicular). Se auscultan preferentemente en esta área: primer ruido (sobre todo el componente
mitral); componente aórtico del segundo; 3° y 4° ruido.
Área del ventrículo derecho: correspondiendo al foco tricuspídeo, se localiza en la parte baja del esternón (4° y 5° espacio
intercostal, 2 a 4 cm a la izquierda y a la derecha del esternón).
Se ausculta preferentemente el componente tricuspídeo del primer ruido y 3° y 4° ruido.
Área aórtica: correspondiente al foco aórtico, se localiza en el segundo espacio intercostal a la derecha del esternón, se
extiende hacia el cuello por el mismo lado. Se auscultan aquí los fenómenos acústicos dependientes de la válvula aórtica.
Área Pulmonar: corresponde al foco pulmonar y se localiza en Ia región paraesternal izquierda desde la clavícula hasta el
segundo espacio intercostal izquierdo. En esta área se auscultan preferentemente todos los fenómenos originados en la
válvula pulmonar.
Parte Práctica: Los alumnos escucharán e interpretarán los Ruidos Cardíacos utilizando un programa de computación en un
kit multimedia. Guiados por el ayudante de Trabajos Prácticos, los alumnos deberán observar e interpretar los siguientes
puntos comprendidos en el programa:
Áreas de auscultación: Las cuatro áreas cardinales de auscultación pueden ser identificadas en el diagrama del tórax.

Fonocardiograma: El fonocardiograma será usado para demostrar gráficamente los ruidos y soplos cardíacos. Los ruidos
son representados por oscilaciones de breve duración, por encima y por debajo de la línea de base horizontal; la amplitud
de esas oscilaciones es proporcional a la intensidad de la vibración (volumen del sonido). Ejemplo: el impacto de una pelota
sobre un guante hace un sonido reverberante de gran amplitud y moderada duración. Este sonido es comparable al ruido
de cierre de la válvula mitral.
Los soplos se ven en el fonocardiograma, como oscilaciones prolongadas dentro de una envolvente. En este modelo simple,
la velocidad del flujo es aumentada en forma fásica apretando y soltando una manguera haciendo que el soplo crezca y
decrezca.
Primer y segundo ruidos: El alumno debe seleccionar las áreas ya descriptas que le permitan escuchar con mayor nitidez el
primer o el segundo ruido cardíaco y los diferentes componentes de ambos.
Desdoblamiento normal del 2° ruido: El alumno debe apretar la leyenda “breath in” (inspire). La inspiración disminuye la
presión intratorácica, aumentando la distensibilidad del lecho vascular pulmonar y el retorno venoso derecho. Los
siguientes efectos podrán ser observados: la sístole ventricular derecha se alarga, la incisura dícrota de la arteria pulmonar
se retarda y la válvula pulmonar se cierra después que la válvula aórtica, lo que resulta en un desdoblamiento del 2° ruido
en la base izquierda.
Tercer Ruido Cardíaco: El 3° ruido resulta del impacto del flujo de sangre contra un ventrículo distendido. Un 3° ruido se
genera cuando la cantidad de sangre entrante es absoluta o relativamente excesiva para el ventrículo. Por ejemplo, un
ventrículo izquierdo disfuncional con una baja fracción de eyección tendrá un gran volumen residual final, de tal manera
que el influjo pasivo de sangre a través de la válvula mitral se encontrará con un ventrículo ya distendido. Similarmente, un
ventrículo con lleno impedido por una cardiopatía restrictiva o pericarditis constrictiva pueden emitir un tercer ruido con
un relativamente bajo volumen de entrada. Algunas veces un tercer ruido fisiológico es auscultado en individuos jóvenes
con alto gasto cardíaco, por ejemplo con anemia.
Cuarto Ruido Cardíaco: El 4° ruido es un galope presistólico que puede resultar de una esforzada contracción auricular
eyectando sangre hacia el ventrículo que se está aproximando a los límites de su distensibilidad, por ejemplo, un ventrículo
izquierdo hipertrófico debido a hipertensión arterial, estenosis aórtica o cardiomiopatía hipertrófica, o un ventrículo
derecho con estenosis pulmonar o hipertensión pulmonar. La fuerza de la contracción auricular responde a la relación de
FRANK-STARLlNG. Si hay un gran volumen auricular residual al final del llenado pasivo del ventrículo, las fibras auriculares
miocárdicas se distienden y la aurícula se contrae vigorosamente.
Utilización de SAM (The Student Auscultation Manikin). Los alumnos realizarán la auscultación de los cuatro ruidos
cardíacos en un simulador.
Auscultación entre los alumnos: Los alumnos se auscultarán entre sí y desarrollarán las siguientes actividades:
Un alumno será auscultado por los integrantes del grupo. Deberá estar acostado cómodamente, con el máximo silencio
posible. El alumno auscultado deberá descubrir el tórax, ya que no debe interponerse nada entre el estetoscopio y la región
precordial. Se comenzará auscultando el área del ventrículo izquierdo (área de la punta) y se tratará de individualizar:
1- Cuántos ruidos se auscultan.
2- Cuál de ellos es más intenso.
3- Como identifica cada ruido.
Se procederá luego de la misma manera con el área del ventrículo derecho, el área aórtica y el área pulmonar.
Recordemos que para identificar el primer ruido sabemos que:
1- Es más grave y prolongado que el 2°.
2-Se ausculta con mayor intensidad en la punta.
3- Prácticamente coincide con la pulsación carotídea estando ligeramente anticipado a ella.
4- Puede oírse desdoblado en la espiración.
Para la identificación del segundo ruido sabemos que:
1- Es más agudo, más breve y aparentemente más intenso que el 1° ruido.
2- Se escucha antes del gran silencio,
3- Se produce después de la pulsación carotídea.
4- Se desdobla durante la inspiración.
Soplo cardíaco: Los soplos cardíacos (o soplos del corazón) son ruidos patológicos que se perciben a la auscultación con el
uso del estetoscopio y se originan por aumento de flujo a través de una válvula cardiaca normal, por alteraciones de dichas
válvulas (estenosis, insuficiencia, doble lesión), por ciertas anomalías intracardiacas (comunicación interventricular) o
extracardiacas (estenosis arteriales, ductus arterioso persistente, fístulas arteriovenosas).
Unidad 6 – Física Biológica – Transporte de gases y regulación de la ventilación
La respiración es la serie de procesos involucrados en el transporte de O2 desde el medio ambiente hasta la célula y de CO2
en sentido contrario. En ella están involucrados el sistema respiratorio que realiza el intercambio gaseoso, y el circulatorio
que hace el transporte y la distribución. Durante la respiración, el aire se mueve: desde la atmósfera hacia los pulmones en
la inspiración, y desde los pulmones hacia la atmósfera en la espiración.
Nota: La presión es la fuerza que un gas ejerce sobre las paredes del recipiente que lo contiene. La presión de los gases
normalmente se expresa en atmósferas o milímetros de mercurio. La presión atmosférica, por otra parte, es la presión que
ejerce el peso del aire de la atmosfera sobre los objetos que se encuentran en la superficie de la tierra.
• Leyes de Boyle, Charles, y Gay-Lussac: Son leyes que relacionan volumen, presión y temperatura. La ley de Boyle indica
que a temperatura constante, el volumen de una masa fija de gas es inversamente proporcional a la presión que este
ejerce (PV = k). La ley de Charles y la de Gay-Lussac expresan que al aumentar la temperatura, el volumen del gas aumenta
y al disminuir la temperatura, el volumen del gas disminuye –siempre que la presión se mantenga constante- (esto se
puede relacionar para obtener V1/T1 = V2/T2).
• Ley de Henry: A una temperatura constante, la cantidad de gas disuelta en un líquido es directamente proporcional a la
presión parcial que ejerce ese gas sobre el líquido: S = ks . P (donde P = presión parcial del gas, S la concentración del gas y
ks es la constante de Henry, que depende de la naturaleza del gas, la temperatura y el líquido).
• Ley de Graham: Establece que las velocidades de difusión y efusión de los gases son
inversamente proporcionales a las raíces cuadradas de sus respectivas masas molares:
Siendo v las velocidades y M las masas molares.
• Ley de Fick: Es una ley cuantitativa en forma de ecuación diferencial que describe diversos casos de difusión de materia o
energía en un medio en el que inicialmente no existe equilibrio químico o térmico.
Donde: J = cantidad de sustancia que se desplaza por unidad de tiempo, D = coeficiente de
J = – D A ( ΔC / ΔX ) difusión libre para una molécula determinada, A = sección de la vía de difusión y ( ΔC / ΔX ) es
el gradiente de concentración del soluto.

• Ley de Dalton: En una mezcla de gases, la presión total ejercida por los mismos es la suma de las presiones que cada gas
ejercería si estuviese solo en las mismas condiciones: PTOTAL = PA + PB + PC.
La presión parcial de un gas que forma parte de una mezcla gaseosa depende de la presión total de la misma y de la
fracción de la mezcla ocupada por dicho gas: PGAS = PTOTAL x FGAS.
Por ejemplo: a una presión de 760 mm Hg (atmosférica) y con un porcentaje de oxígeno del 20,9 %:
760 x (20,9/100) = 158,84 mm Hg

Presión parcial de los gases atmosféricos y su porcentaje:


Porcentaje Presión parcial aproximada
Oxígeno 20,9% 160 mm Hg
Nitrógeno 79% 600 mm Hg
Dióxido de carbono 0,1% 0,8 mm Hg

Presiones parciales en las vías respiratorias: En las vías respiratorias, las mucosas desprenden calor y vapor de agua. A
temperatura constante de 37° C la presión ejercida por el vapor es de 47 mm Hg. Si queremos medir la presión parcial de
los gases en las vías respiratorias, entonces, es necesario restarle a la presión total la presión exclusiva del agua:
(760 - 47) x (20,9/100) = 149,2 mm Hg

Presión parcial de los gases atmosféricos en las vías respiratorias y su porcentaje en aire seco:
Porcentaje Presión parcial aproximada
Oxígeno 20,9% 150 mm Hg
Nitrógeno 79% 560 mm Hg
Dióxido de carbono 0,1% 0,3 mm Hg
Ventilación alveolar: La función de la ventilación pulmonar es renovar continuamente el aire de las zonas de intercambio
gaseoso de los pulmones, en las que el aire está próximo a la sangre pulmonar. Estas zonas incluyen los alvéolos, los sacos
alveolares, los conductos alveolares y los bronquíolos res-piratorios. La velocidad a la que llega a estas zonas el aire nuevo
se denomina ventilación alveolar. La ventilación alveolar normal se define como aquella capaz de mantener la presión
alveolar de CO2 (PACO2) dentro de los límites normales de 35 a 45 mm Hg.
PACO2 = K * VCO2 La presión alveolar de CO2 depende del volumen de CO2 volcado desde los tejidos (VCO2, que es de
VA 200 ml/min) y del flujo de aire en el alvéolo (VA).
La VA (para una producción de CO2 constante) es inversamente proporcional a PACO2, por lo que si
aumenta al doble, la PACO2 disminuye a la mitad, y si VA disminuye a la mitad, PACO2 aumenta al doble.
Además, la ventilación alveolar es el resultado de la interacción entre el volumen corriente (VT)*, el volumen muerto (VD)*,
y la frecuencia respiratoria (fr), por lo que se puede calcular como: VA = (VT * fr) - (VD * fr)
Es por esto que si disminuye la ventilación alveolar, significa que
la frecuencia respiratoria también está disminuida, y viceversa.
*ver volúmenes más adelante.

Ecuación del gas alveolar: Existe en la respiración una relación de intercambio gaseoso (R), que es el resultado del volumen
de CO2 que es expulsado por el cuerpo y el O2 que es absorbido.
En condiciones de reposo, R = 0,8, lo que significa que el volumen
de CO2 eliminado es menor que el de O2 absorbido.
Esta relación se puede emplear, además, para determinar la presión
alveolar de oxígeno (conociendo además de R la presión parcial del oxígeno inspirado –PIO2, que es de 150 mm Hg, y la
presión alveolar de dióxido de carbono):
Esta misma ecuación puede emplearse al revés, para conocer la presión alveolar de dióxido
de carbono sabiendo la del oxígeno.

IMPORTANTE: La presión parcial de los gases en las vías respiratorias (presión parcial de gas inspirado, PI) y en los alvéolos
(PA) no es la misma, precisamente porque el intercambio de gases se produce por la membrana alveolar, mientras que en el
resto de las vías respiratorias el aire permanece similar al atmosférico, con la adición de los 47 mm Hg de vapor de agua.

Aire alveolar (post-intercambio):


O2 = 13% (104 mm Hg) CO2 = 5 % (40 mm Hg)

Presiones parciales de los gases en la sangre: La presión parcial de O2 arterial normal es de 100 mm Hg, y la de CO2 es de
40 mm Hg. Por otra parte, la presión parcial de O2 venosa normal es de 40 mm Hg y la de CO2 es de 45 mm Hg.

Shunt: Un shunt es una comunicación entre distintos compartimentos del cuerpo que contienen distintos fluidos. En el
sistema circulatorio, un shunt es la comunicación entre el sistema venoso y el arterial, con la subsecuente mezcla de las
sangres oxigenada y desoxigenada. Esto ocurre a veces en forma fisiológica, y en particular en los pulmones, donde la
sangre nutricia que llega a ellos por las arterias bronquiales (ramas de la aorta) es drenada por las mismas venas
pulmonares que llevan la sangre recién oxigenada al corazón, por lo que la sangre que a éste llega tiene una menor
saturación de oxígeno que la que pasa por los alvéolos. Si por algún motivo aumenta el shunt (por ejemplo, por una
cuestión patológica), puede llegar a generar hipoxia.

Diferencia alvéolo arterial: Hay una diferencia entre la presión parcial de oxígeno en los alvéolos y en la sangre que se
denomina diferencia alvéolo arterial y que es producto del shunt fisiológico, además de desbalances normales y mínimos
de la relación ventilación / perfusión (V/Q) óptima (es decir, el flujo es demasiado lento para aprovechar todo el aire de los
alvéolos, o el aire no es suficiente para el flujo sanguíneo). Esta diferencia es también resultado de cómo difunde el gas por
la pared de los alvéolos (recordar ley de Henry), y va aumentando con la edad. Se considera una diferencia normal cuando:
Si la presión de oxígeno alveolar menos la arterial supera a esta
ecuación, se dice que hay un deterioro de la función alveolar, lo que
puede conducir a una hipoxia.
Transporte de oxígeno: El oxígeno viaja unido al grupo hemo de la hemoglobina, a razón de cuatro moléculas por proteína
(una por cada subunidad). Dado que la hemoglobina está en cantidades limitadas, la sangre tiene un nivel de saturación,
que en pulmones sanos es del 100% en los capilares alveolares pero baja al 98% debido al shunt fisiológico. El nivel de
saturación también puede variar por causas que alteran la capacidad de transporte de la hemoglobina, y que pueden ser:
• Diferentes tipos de hemoglobina: Existen tres tipos de hemoglobina, de acuerdo a las cadenas que contengan
como subunidades: Hemoglobina adulta tipo 1 (la más común) y 2, o hemoglobina fetal. La hemoglobina fetal tiene
una mayor afinidad por el oxígeno, por lo que le “gana” a la hemoglobina materna y así puede oxigenarse el feto.
• Unión cooperativa: Cuando la hemoglobina se une a la
primer molécula de oxígeno, esta “tira” del grupo hemo hacia
afuera (en estado libre se halla hundido en la parte proteica) y
genera un cambio conformacional que lleva a la rotación de las
subunidades del tetrámero, haciendo que la siguiente unión
hemo-O2 sea más rápida (cambia la afinidad del resto de las
subunidades) por lo que la curva de afinidad de la Hb por el O2
con respecto a la PO2 es sigmoidea.
• Efecto Bohr: La afinidad de la Hb por el oxígeno depende del
pH, ya que un aumento en la concentración de protones
cambia las cargas de la proteína y favorece la formación de puentes salinos entre subunidades, lo que retrae los
grupos hemo y estabiliza a la Hb en su estado libre. Un pH menor a 7,4 (pH sanguíneo arterial normal) disminuye la
saturación de la sangre. Cuando aumenta el CO2, por medio de la anhidrasa carbónica que lo transforma en ácido
carbónico y la subsecuente disociación de éste, hay un aumento de la concentración de H+ (el pH de la sangre
venosa es de 7,3), y esto favorece la liberación del oxígeno en los tejidos periféricos.
• Temperatura: Un aumento en la temperatura debilita la unión entre el grupo hemo y el oxígeno, por lo que
disminuye la afinidad de la hemoglobina por el O2 y la saturación de la sangre de este gas.
Terminología y trastornos de la ventilación: Pueden relacionarse con la llegada de oxígeno (-oxia) o la respiración (-pnea).
-Hipoxia: Es un estado en el cual el cuerpo completo (hipoxia generalizada), o una región del cuerpo (hipoxia de tejido), se
ve privado del suministro adecuado de oxígeno. Hay varios tipos de hipoxia, que se pueden organizar en:
• Hipoxia hipóxica: Es el resultado de una disminución de la presión PO2ALV PO2ART PO2VEN Hipoxia
parcial de oxígeno en la sangre. Puede ser producto de menor PO2 en la ↓ ↓ ↓ Hipóxica
atmósfera (por ejemplo en la altura), difusión alterada, etc. = = = Anémica
• Hipoxia anémica: Es el resultado de una disminución de la capacidad = = ↑ Histotóxica
de la sangre de transportar oxígeno, por ejemplo en intoxicaciones con = = ↓ Circulatoria
CO o anemias. La presión de O2 no disminuye porque cambia el
transporte por hemoglobina, no la difusión.
• Hipoxia histotóxica: Es el resultado de una disminución de la capacidad de los tejidos de utilizar el oxígeno, por
ejemplo en intoxicación con alcohol o cianuro. La PO2VEN aumenta porque no se aprovecha el oxígeno en los tejidos.
• Hipoxia circulatoria: Es el resultado de una disminución de la llegada de sangre, y por ende de oxígeno, a los
tejidos. Un ejemplo de ello sería la insuficiencia cardíaca. La PO2VEN disminuye porque los tejidos consumen más O2
de la poca sangre que llega, pero la presión de PO2ART es normal (cambia la cantidad de sangre, no su calidad).
-Anoxia: Caso más extremo de cualquiera de las hipoxias ya mencionadas; ausencia total de oxigenación.
-Hiperventilación e hipoventilación: Se relacionan no con la frecuencia y profundidad respiratoria ni con la oxigenación de
los tejidos, sino que hacen referencia a la presión parcial arterial de O2 y de CO2. Si estas son de más de 100 y menos de 40
mm Hg respectivamente (si bien en la práctica la PO2ART nunca sube por encima de 100, aunque la de CO2 sí puede bajar por
debajo de 40) es una hiperventilación y si la PO2ART baja de 100 y la PCO2ART sube a más de 40, es una hipoventilación.
-Eupnea: Respiración normal en frecuencia y profundidad.
-Hiperpnea: Respiración rápida y/o profunda, ya sea patológica (ej. insuficiencia respiratoria) o no (ej. ejercicio intenso).
-Hipopnea: Respiración lenta y/o poco profunda, suele ser signo de lesión en el tronco cerebral.
-Taquipnea/polipnea: Respiración con frecuencia aumentada pero sin profundidad.
-Disnea: Es una sensación subjetiva de la persona que experimenta malestar a causa de la respiración; puede darse por
diversos factores fisiológicos, psíquicos y ambientales, y se puede presentar al realizar un esfuerzo, durante el sueño, al
ponerse de pie o en muchas otras situaciones, y suele estar causada por insuficiencias cardíacas, enfermedad pulmonar
obstructiva crónica (EPOC), ataques de pánico, etc.
-Apnea: Cese completo de la señal respiratoria por al menos 10 segundos. Puede tener distintas causas; obstructiva, por
problemas en las vías aéreas (se observará movimiento torácico-abdominal pese al cual no se puede respirar); o centrales,
por problemas neurológicos (no habrá movimiento de los músculos abdominales)
-Hipercapnia e hipocapnia: Al igual que la hipo e hiperventilación hacen referencia a las presiones parciales de los gases en
la sangre arterial, pero en este caso, del dióxido de carbono. Si la PCO2 sube por encima de 46 mm Hg se trata de una
hipercapnia y si disminuye por debajo de 40 mm Hg se trata de una hipocapnia.
REGULACIÓN DE LA RESPIRACIÓN

Músculos respiratorios: Controlándolos en forma voluntaria o inconsciente se puede controlar la cantidad de aire que
ingresa a los pulmones y su frecuencia. El principal es el diafragma, con forma de cúpula que al contraerse desciende,
aumentando el espacio de la cavidad torácica y generando un vacío que lleva al influjo de aire, y que al relajarse vuelve a su
posición original, expulsando aire de los pulmones. Sin embargo existen músculos respiratorios accesorios, que son:
Inspiratorios: Los intercostales externos. Al contraerse, hacen girar a las costillas, lo que a su vez lleva al esternón hacia
arriba y adelante, aumentando el espacio antero-posterior de la cavidad torácica.
Espiratorios: Los intercostales internos (íntimos) al contraerse acercan las costillas y el esternón entre sí, disminuyendo el
espacio de la cavidad torácica. Los abdominales (en particular los rectos) también ayudan en la espiración; al contraerse
disminuyen el espacio en la cavidad abdominal, lo que a su vez desplaza al diafragma hacia la cavidad torácica.

Centros reguladores de la respiración: El control de los


músculos respiratorios puede ser voluntario o involuntario. El
diafragma recibe inervación de los nervios frénicos, con fibras
provenientes de la circunvolución precentral de la corteza
(motilidad voluntaria) y del bulbo y protuberancia (control
involuntario).
Los centros involuntarios se ubican, entonces, en el tronco del
encéfalo. En la porción superior de la protuberancia existe un
centros que regula la frecuencia y profundidad de la
respiración; pero si seccionamos al tronco entre la
protuberancia y el bulbo, la respiración continúa; es por esto
que se dice que el verdadero “marcapasos” de la respiración
está en el bulbo.
El bulbo contiene un conjunto de neuronas involucradas en la respiración que si bien no son verdaderamente “centros”, se
pueden dividir en grupos con distinta ubicación y función:
-El grupo dorsal o grupo A se encuentra en el núcleo del tracto solitario, y se encarga principalmente de la inspiración.
Sus neuronas son motoneuronas α cuyos axones forman el centro motor del nervio frénico del lado opuesto, el cual
emerge de las raíces C3, C4, y C5. Además recibe aferencias de los quimiorreceptores periféricos y centrales y del grupo
C, y envía fibras que estimulan al grupo B.
-El grupo ventral se divide en grupo B y grupo C, en el núcleo retroambiguo. El grupo B también está involucrado en la
inspiración, pero recibe, además de aferencias del grupo A, aferencias de receptores de estiramiento del pulmón, y
puede estimular al grupo C. El grupo C a su vez tiene el efecto de inhibir al grupo A.
El grupo P sirve como puente entre la corteza y el bulbo. También se denomina centro neumotáxico, y se encuentra en la
porción superior de la protuberancia y tiene una acción estimulante directamente sobre el grupo C, por lo que limita la
inspiración. Además tiene el efecto secundario de aumentar la frecuencia de la respiración, porque la limitación de la
inspiración también acorta la espiración y todo el período de cada respiración.
El centro apnéustico, por último, se encuentra en la porción inferior de la protuberancia y genera un estímulo directo
positivo sobre el grupo A, para contrarrestar los efectos del centro neumotáxico; y recibe aferencias de macanorreceptores
de estiramiento, que lo inhiben (para evitar el sobreestiramiento que produce el aumento de la inspiración).

Receptores: La respiración debe adecuarse al ambiente y a las necesidades corporales, por lo que existen receptores:

-Mecánicos: Pueden ser: Receptores de estiramiento, ubicados en el músculo liso bronquial, cuando éste se distiende
envían por los nervios vagos aferencias al grupo B al que incitan a estimular al grupo C el cual a su vez inhibe al A. Los
receptores de estiramiento también envían aferencias al centro apnéustico en la protuberancia, al cual inhiben, impidiendo
la inspiración excesiva y aumentando el efecto del centro neumotáxico (P), a cuya influencia se opone el centro apnéustico.
Receptores similares se hallan en las uniones costocondrales en la pared torácica y tienen el mismo mecanismo de acción.
Receptores de irritación, en el epitelio de la mucosa de las vías aéreas superiores, son sensibles al polvo, gas, sequedad,
etc, producen hiperpnea y broncoconstricción; envían sus aferencias por los nervios vagos.
-Quimiorreceptores: Se dividen en centrales y periféricos. Los centrales se encuentran en el SNC, Henderson-Hasselbach
en la cara ventrolateral del bulbo, cercanos a los centros reguladores. Responden a disminuciones pH = pK + log [A-]
en el pH del líquido intersticial con a excitación directa del grupo A, por lo que aumenta la [HA]
ventilación y (si la acidosis era respiratoria) también el pH.
Los receptores centrales son muy sensibles porque el cambio de pH ante un exceso de CO 2 se
produce más facilmente en el líquido cefalorraquídeo que en la sangre; el CO2 atraviesa la barrera pH = - log [H+]
hematoencefálica con mayor facilidad que los cationes H+ o el ácido carbónico, pero una vez en el
LCR el efecto de la presión de CO2 es “amplificado” porque el LCR, a diferencia de la sangre, posee
sólo un tipo de buffer (bicarbonato). El pH del LCR también es muy sensible a cambios en el flujo
sanguíneo, que de ser insuficiente llevará a un aumento de la PCO2.
Los quimiorreceptores periféricos, por otra parte, se encuentran en los corpúsculos carotídeos y aórticos, siendo los
primeros los más importantes. A diferencia de los centrales, los periféricos responden no solo a cambios en la PCO2 y el pH,
sino además en la PO2; por lo que ante un aumento de la PCO2 o una disminución del pH o de la PO2 arterial o alveolar,
estimulan al grupo A para aumentar la ventilación. Otra característica que los destaca es su capacidad de mantener una
respuesta respecto a la disminución de O2 por períodos relativamente largos, lo que permite la adaptación a nuevos
ambientes (por ejemplo, desde el nivel del mar a la altura) hasta la aclimatación (por producción de más hematíes / Hb).
El mecanismo de acción de estos receptores es particular ya que: a) son sensibles a la presión parcial de O2 y no al
contenido total en sangre (por lo que no responden, por ejemplo, a intoxicaciones con monóxido de carbono); b) están
extremadamente bien irrigados; y c) contienen receptores similares a la hemoglobina, que depolarizan la célula ante una
caída en la PO2 cerrando canales de potasio, lo que genera el ingreso de calcio y la transmisión de la señal con dopamina
como NT.
Con respecto al pH y la PCO2, la acción de los quimiorreceptores periféricos no es tan importante como con respecto a la
PO2, pero sí son el primer indicador de que es necesario aumentar la respuesta ventilatoria, ya que se encuentran al inicio
del árbol arterial.

Respuesta ventilatoria a los cambios en niveles de O2 y CO2: Dado que la PO2 sólo puede ser sensada por los receptores
periféricos, y estos sólo responden a modificaciones sustanciales de este gas, un cambio en la presión alveolar de oxígeno
sólo tiene un impacto importante en la ventilación en la hipoxia aguda, con una PAO2 ≤ 50 mm Hg. A mayor presión, la
hemoglobina está saturada en un 90%, y no conviene hacer trabajar demasiado a los músculos respiratorios. Si la presión
de CO2 no se controla, disminuye el pH, y esto eleva la curva al poder sensar tanto los receptores periféricos como los
centrales el aumento en la concentración de H+.
Con respecto a la PACO2 vs. Ventilación, su gráfico no es ya una curva, ya que los quimiorreceptores reaccionan ante
modificaciones muy pequeñas de esta presión o del pH; los perifércos, que son más rápidos, durante los primeros 2-3
minutos, y los centrales después. Se estima que la ventilación aumenta 2 a 3 l/min por c/ mm Hg de aumento de la PACO2.
Acidosis no respiratoria: En los casos donde haya una disminución del pH sin un aumento de la PCO2 (por ejemplo en una
acidosis láctica por hipoxemia tisular o circulatoria, o en una cetoacidosis diabética), los receptores periféricos son los
únicos que perciben este cambio en la concentración de cationes (recordemos que éstos no atraviesan la barrera
hematoencefálica), y generan una hiperpnea conocida como respiración de Kussmaul.

Reflejo Hering-Breuer: Además de los mecanismos de control respiratorio del sistema nervioso central que actúan
totalmente en el interior del tronco encefálico, señales nerviosas sensitivas procedentes de los pulmones también
contribuyen a controlar la respiración. Los receptores más im portantes, que están localizados en las porciones musculares
de las paredes de los bronquios y de los bronquíolos, son los receptores de distensión,que transmiten señales a través de
los vagos hacia el grupo respiratorio dorsal de neuronas cuando los pulmones están sobredistendidos. Estas señales
afectan a la inspiración de una manera muy similar a las señales que proceden del centro neumotáxico; es decir, cuando los
pulmones se insuflan excesivamente, los receptores de distensión activan una respuesta de retroalimentación adecuada
que «desconecta» la rampa inspiratoria y de esta manera interrumpe la inspiración adicional. Esto se denomina reflejo de
insuflación de Hering-Breuer. Este reflejo también aum enta la frecuencia de la respiración, al igual que ocurre con las
señales que proceden del centro neumotáxico.
En los seres humanos el reflejo de Hering-Breuer probablemente no se activa hasta que el volumen corriente aumenta más
de tres veces el valor normal (aproximadam ente más de 1,5 lt. por respiración). Por tanto, este reflejo parece ser
principalmente un mecanismo protector para impedir una insuflación pulmonar excesiva, y no un ingrediente importante
del control normal de la ventilación.

Respiración en el ejercicio: Durante el ejercicio intenso el consumo de oxígeno y la formación de dióxido de carbono
pueden aumentar hasta 20 veces. Sin embargo, en el atleta la ventilación alveolar habitualmente aumenta casi
exactamente en paralelo al aumento del nivel de metabolismo de oxígeno, por lo que la PO 2, la PCO2 y el pH en sangre
arterial se mantienen casi exactamente normales.
La capacidad de realizar ejercicio depende de la capacidad de los sistemas respiratorio y cardíaco para aumentar el aporte
de O2 a los tejidos y eliminar el CO2 del organismo. La ventilación aumenta nada más se empieza a realizar ejercicio, y este
aumento de la ventilación minuto se corresponde de forma estrecha con el aumento del consumo de O2 y la producción de
CO2 que se observa durante el ejercicio. La ventilación se relaciona de forma lineal tanto con la producción de CO 2 como
con el consumo de O2 en los niveles de bajos a moderados. Cuando practica un ejercicio máximo, un individuo que esté en
buena forma física puede conseguir un consumo de O2 de 4 l/min con un volumen minuto de 120 l/min, que es casi 15
veces el valor en reposo.
Con respecto al pH arterial, sigue siendo normal cuando se practica un ejercicio moderado. Cuando el ejercicio es intenso,
el pH arterial empieza a disminuir, porque se libera ácido láctico de los músculos que se someten a un metabolismo
anaerobio. Esta reducción del pH arterial estimula la ventilación de forma desproporcionada para la intensidad del
ejercicio. El nivel de ejercicio en el que comienza una acidosis láctica mantenida se denomina umbral anaeróbico.
Por último, se ha propuesto que mecanorreceptores en las articulaciones y músculo esquelético pueden activar, por su
estímulo al comienzo del ejercicio, una mayor ventilación en forma previa al mayor consumo de oxígeno.
Unidad 6 – Fisiología – Mecánica ventilatoria
Volúmenes y capacidades pulmonares:
Volumen Litros Es el volumen de aire que...
Corriente (VC) 0,5 ...se inspira o espira en un movimiento respiratorio tranquilo y normal en reposo.
De reserva inspiratoria (VRI) 3 .
...puede ser inspirado después de una inspiración normal en reposo.
De reserva espiratoria (VRE) 1,2 ...puede ser espirado después de una espiración normal en reposo.
Residual (VR) 1,2 …permanece en los pulmones aún después de una espiración forzada.
Muerto (VD) 0,15 …no llega a los alvéolos y no realiza intercambio gaseoso.
Capacidad Litros Es la capacidad…
Total de los pulmones 6 To
…total de los pulmones (comprende todos los volúmenes).
Capacidad vital (VRI + VC + VRE) 4,6 …que se puede espirar después de haber realizado una inspiración completa.
Residual funcional (VRE + VR) 2,4 …de aire que queda en los pulmones luego de una espiración normal.
Inspiratoria (VC + VRI) 3,5 …máxima de aire que se puede inspirar luego de una espiración normal.

Otros parámetros importantes normales: Ventilación alveolar = 4 a 5 litros; frecuencia respiratoria = 12 ciclos / minuto.

Ventilación pulmonar: El propósito principal del aparato respiratorio es lograr un intercambio gaseoso efectivo, de manera
segura y con un costo de energía aceptable.
La ventilación pulmonar, primera etapa del proceso de la respiración, consiste en el movimiento de aire hacia el pulmón y
desde él, a fin de renovar el gas alveolar, manteniendo su composición para que se realice en forma adecuada el
intercambio gaseoso. El volumen de aire movilizado (que ingresa o egresa al/del aparato respiratorio) en cada ciclo es el
volumen corriente (VC), mientras que la cantidad de aire movilizado en un minuto constituye el volumen minuto
respiratorio o ventilación pulmonar total (VT). No todo el aire inspirado llega a la zona de intercambio gaseoso (alvéolos)
ya que una fracción vías permanece en las aéreas y se denomina espacio muerto (VD). La cantidad de aire que en un
minuto alcanza el espacio alveolar constituye la ventilación alveolar (VA).
El pulmón y la caja torácica (incluido el diafragma) forman una unidad funcional y se mueven al unísono, razón por la cual el
volumen pulmonar está determinado por el tamaño del tórax, así la expansión del tórax aumenta el volumen pulmonar, en
tanto que su retracción lo disminuye. El pulmón y el tórax se encuentran unidos por medio del líquido pleural, que facilita
el desplazamiento de ambos y hace más difícil separarlos al ejercer una fuerza perpendicular a sus superficies. Ambas
estructuras son elásticas (es decir que recobran su forma inicial luego de que una fuerza deformante deja de actuar sobre
ellos), pero sus propiedades elásticas son opuestas, el pulmón tiende a retraerse en tanto que el tórax tiende a expandirse.
Al final de la espiración las fuerzas elásticas del pulmón y del tórax son equivalentes y opuestas, así la tendencia del pulmón
a retraerse es balanceada perfectamente por la tendencia del tórax a expandirse. En este momento de equilibrio entre dos
fuerzas contrapuestas, el sistema respiratorio alcanza la situación de reposo siendo el flujo de aire igual a 0. Estas fuerzas
opuestas son la causa de que la presión pleural sea negativa.
Para que la ventilación pulmonar se lleve a cabo es necesario vencer la impedancia del sistema, compuesta por variables
dinámicas (fuerzas resistivas) y variables estáticas (propiedades elásticas). Para vencer tanto las fuerzas resistivas como las
elásticas es necesario que los músculos inspiratorios ejerzan una fuerza que provoque la expansión torácica y la
disminución de la presión pleural (PPL). La caída de la presión en el espacio pleural obliga al pulmón a acompañar al tórax
en su expansión. Esto determina la disminución de la presión alveolar (PA) por debajo de la presión atmosférica (PB). Esta
diferencia de presión entre el espacio alveolar y la atmósfera genera el flujo de aire inspiratorio.
La diferencia entre la presión alveolar y la presión pleural se denomina presión transpulmonar (PTP). Una estimación de la
PTP se logra reemplazando la PA y la PPL por la medición de la presión en las vías aéreas (PAW) y la presión esofágica
(PES) respectivamente. La magnitud de la disminución inspiratoria de la PES es indicativa del esfuerzo del paciente por
respirar y debe ser más acentuada en condiciones de distensibilidad (compliance) disminuida o resistencia aumentada.

Presión pleural: como el pulmón y el tórax están soportando una tensión igual y opuesta intentarán separarse, creando así
una presión subatmosférica a nivel de la interfase pleural. Esta presión "negativa" se mide en el espacio intrapleural y
alcanza unos -5 cm de H2O en el adulto normal al final de la espiración.
Presión alveolar: es la presión en los alvéolos. Cuando no hay flujo y las vías aéreas están abiertas, en comunicación con la
atmósfera, es igual a la presión atmosférica. Cambia su valor durante el ciclo respiratorio para generar un gradiente de
presión y permitir la entrada o salida de aire.

Espirometría: Es el registro gráfico de la respiración de una persona.


El espirómetro consta de una campana llena de aire. El individuo que
realiza la espirometría toma el aire de la campana durante la inspiración y
lo devuelve en la espiración. La campana se halla conectada con una aguja
inscriptora la cual registra las variaciones del volumen pulmonar sobre el
papel colocado en el tambor del espirómetro o quimógrafo. El quimógrafo
puede girar a dos velocidades: lenta y rápida. En el eje de las ordenadas se
mide el volumen de aire que entra al pulmón (trazo ascendente) o que sale A: Tambor del espirómetro
del pulmón (trazo descendente), expresándose el resultado en ml de aire. B: Cámara de aire
En el eje de las abscisas se mide el tiempo. La escala que corresponde es: C: Campana flotante
Volumen: 1 mm equivale a 33 ml de aire. D: Agua
Tiempo: 30 mm corresponden a 30 seg en velocidad lenta: (1mm/seg.) y a E: Boquilla
1 seg en velocidad rápida (30 mm/seg).
En el trabajo de laboratorio se realizó una espirometría con un alumno voluntario en condiciones: normales, luego de un
período de apnea, en ventilación forzada (es decir, consciente), y luego de realizar ejercicio físico intenso.
Dado que el espirómetro sólo puede medir el arie expulsado de los pulmones, incluso bajo espiración forzada no puede
medir el volumen residual.

Propiedades elásticas: La elasticidad del sistema respiratorio englobado - pulmón y tórax acoplados - es el balance entre la
elasticidad de ambos componentes. La pendiente ΔV/ΔP (volumen – presión) se llama distensibilidad. Su inversa, la
elastancia, es una medida de la resistencia elástica a la distensión. El punto de reposo del sistema corresponde al final de
una espiración tranquila (CRF) y la elastancia del sistema se opone tanto a la inspiración como a parte de la espiración. En
suma: la elastancia del pulmón es la principal fuerza elástica que se opone a la inspiración normal, mientras que en la
espiración forzada bajo CRF (tos), la elastancia del tórax es la principal fuerza que deben vencer los músculos espiratorios.
La presión transpulmonar (Ptp) se mide en la pausa que se produce al final de inspiración y espiración cuando el flujo es
igual a cero, de manera que las resistencias friccionales no interfieran. Dividiendo el cambio de volúmen (V), por Ptp, se
obtiene la distensibilidad estática, que tiene el valor normal de 0,2 l/cm H2O. Mientras más distensible sea el elástico
pulmonar mayor será el aumento de volumen por unidad de presión aplicada. La distensibilidad puede verse afectada por
diversas enfermedades. En la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC, enfisema), las paredes alveolares
degeneran progresivamente, lo que hace que aumente la distensibilidad pulmonar. Pequeños cambios en la presión
transpulmonar dan lugar a grandes cambios en el volumen pulmonar. En la fibrosis pulmonar, caracterizada por un
aumento de la rigidez del pulmón, (distensibilidad baja), grandes cambios en la presión transpulmonar dan lugar a
pequeños cambios en el volumen pulmonar.
El surfactante secretado por las células tipo II del epitelio alveolar,
permite que la tensión superficial varíe con el volumen pulmonar. Durante
la inspiración la t. superficial se eleva, durante la espiración la tensión
superficial alveolar disminuye rapidamente (en comparación con el
inflado, se necesita menos presión transpulmonar para mantener el
mismo volumen).

La relación entre volumen pulmonar y flujos espiratorios e inspiratorios


máximos puede representarse gráficamente mediante la curva flujo-
volumen. Ésta se obtiene registrando en un gráfico de coordenadas el
volumen pulmonar y el flujo aéreo. Los cambios de volumen pulmonar se
inscriben en el eje horizontal, y se expresan como porcentaje de la
capacidad vital (CV), mientras que los flujos aéreos inspiratorio y
espiratorio, se representan en el eje vertical.
La curva espiratoria es aproximadamente triangular y el máximo flujo
espiratorio se alcanza a volumenes pulmonares altos (entre 75 y 100% de
la CV). Este flujo espiratorio máximo (FEM) depende del esfuerzo
efectuado y de la resistencia de las vías aéreas mayores. Después de
alcanzado este máximo, los flujos espiratorios van disminuyendo
gradualmente a medida que se reduce el volumen pulmonar. Los flujos
espiratorios máximos medidos al 50 y 25% de la CV son, una vez que se ha
sobrepasado un esfuerzo mínimo, independientes del esfuerzo
desarrollado y sólo dependen de la presión de retracción elástica y de la
resistencia de la vía aérea entre el alvéolo y el punto de igual presión. Este
índice depende del esfuerzo y de la resistencia de la vía aérea central.

Capacidad vital forzada (CVF) o volumen espiratorio forzado (VEF): Consiste en medir con el espirómetro en velocidad
rápida de registro el tiempo en que se espira la capacidad vital lo más rápidamente posible. El individuo debe respirar
normalmente y luego realizar una inspiración máxima seguida por una espiración máxima y rápida. También se puede
realizar una curva de inspiración forzada o sea primero exhalar completamente todo el aire y luego inspirar rápido y
profundo. La capacidad vital se mide desde el punto máximo de la inspiración hasta el máximo de la espiración.
En la curva de capacidad vital cronometrada se mide el porcentaje (%) de la capacidad vital espirada en el 1º y 3º segundo
de espiración. En el 1º normalmente se espira el 83% de la capacidad vital y en el 3º el 90% de la misma. El volumen
espiratorio forzado del primer segundo o (VEF1º) es un índice relevante de la resistencia de la vía aérea por lo que cuando
se reduce se dice que hay un defecto ventilatorio obstructivo. El VEF 3º es menos sensible a la obstrucción que el VEF 1º. La
capacidad vital puede ser similar entre una persona normal y otra con obstrucción, sin embrago siempre existirá una
diferencia en la cantidad de aire que pueden espirar en cada segundo, especialmente en el primero.
MECÁNICA VENTILATORIA: (RECORDATORIOS Y EJERCICIOS)

Ventilación alveolar: Recordemos que, a diferencia de la ventilación pulmonar total (aire que es movilizado -ingresa o
egresa al/del aparato respiratorio- en un minuto), es la porción del mismo que llega a los alvéolos, dejando de lado a aquél
que nunca sale del espacio muerto (vías aéreas que no realizan intercambio gaseoso). La ventilación alveolar normal se
define como aquella capaz de mantener la presión alveolar de CO2 (PACO2) dentro de los límites de 35 a 45 mm Hg.
La presión alveolar de CO2 depende del volumen de CO2 volcado desde los tejidos (VCO2, que es de 200 ml/min) y del flujo
de aire en el alvéolo (VA). La VA (para una producción de CO2 constante) es inversamente proporcional a PACO2, por lo que
si aumenta al doble, la PACO2 disminuye a la mitad, y si VA disminuye a la mitad, PACO2 aumenta al doble.
Además, la ventilación alveolar es el resultado de la interacción entre el volumen corriente (VT)*, el volumen muerto (VD)*,
y la frecuencia respiratoria (fr), por lo que se puede calcular como: VA = (VT * fr) - (VD * fr) PACO2 = K * VCO2
Es por esto que si disminuye la ventilación alveolar, significa que
VA
la frecuencia respiratoria también está disminuida, y viceversa.
Recordar: Vale más aumentar el volumen corriente que la frecuencia respiratoria.

Diferencias regionales en la ventilación alveolar: La ventilación no se distribuye


de forma uniforme dentro del pulmón, en gran parte por los efectos de la
gravedad. En posición erecta, los alvéolos del vértice del pulmón se encuentran
más expandidos que los basales. La gravedad tira del pulmón hacia abajo y
tiende a alejarlo de la pared torácica. Dadas las diferencias del volumen alveolar
entre el vértice y la base de los pulmones, los alvéolos de la base se localizan en
la zona de mayor pendiente de la curva presión-volumen, y reciben más
ventilación (es decir, su distensibilidad es mayor). Por el contrario, los alvéolos
del vértice están más próximos a la parte alta de la curva presión-volumen.
Además de los efectos de la gravedad sobre la distribución de la ventilación, la
ventilación de las unidades respiratorias terminales tampoco es uniforme,
debido a la variabilidad de la resistencia de la vía aérea (R) o la distensibilidad (C). Esto se puede describir de forma
cuantitativa mediante la constante de tiempo (T): T =R x C
Las unidades alveolares con constantes de tiempo largas se llenan y vacían lentamente. Por tanto, una unidad alveolar con
un aumento de la resistencia en la vía o una mayor distensibilidad tarda más en llenarse y en vaciarse. En los adultos sanos
la frecuencia respiratoria es de 12 veces por minuto, la inspiración dura unos 2 segundos y la espiración unos 3 segundos.

Ejercicio:
“Se hizo respirar a un sujeto en una bolsa de Douglas*, y se recogieron 6,9 litros/minuto con una concentración
de CO2, de 4%. ¿Cual será el volumen de ventilación alveolar si la concentración alveolar de CO2 es de 5,6 %?
¿Cual será el volumen del espacio muerto si la frecuencia es de 13 ciclos por minuto?”
*Una bolsa de Douglas es un saco donde se recoje toda la espiración de una persona.

A temperatura constante de 37° C la presión ejercida por el vapor es de 47 mm Hg. Si queremos medir la presión parcial de
los gases en las vías respiratorias, entonces, es necesario restarle a la presión total la presión exclusiva del agua:
(760 - 47) x (5,6/100) = 39,9 mm Hg es la presión parcial alveolar de CO2. 39,9 = 200
Si la producción de CO2 es normal (VCO2 = 200 ml/min), entonces: VA
VA = 5 litros. (Está dentro de los valores normales 4-5).
Si se recogieron 6,9 litros en un minuto, con una frecuencia de 13 ciclos / min, entonces el volumen corriente fue de:
6,9 / 13 = 0,53 ltr. Sabiendo ya la ventilación alveolar, entonces: 5 = (0,53 * 13) – (VD * 13) = VD = 0,15, también normal.
Ecuación del gas alveolar: Existe en la respiración una relación de intercambio gaseoso (R), que es el resultado del volumen
de CO2 que es expulsado por el cuerpo y el O2 que es absorbido.
En condiciones de reposo, R = 0,8, lo que significa que el volumen
de CO2 eliminado es menor que el de O2 absorbido.
Esta relación se puede emplear, además, para determinar la presión
alveolar de oxígeno (conociendo además de R la presión parcial del oxígeno inspirado –PIO2, que es de 150 mm Hg, y la
presión alveolar de dióxido de carbono):
Esta misma ecuación puede emplearse al revés, para conocer la presión alveolar de dióxido
de carbono sabiendo la del oxígeno.

Solubilidad de los gases y difusión: Recodemos que la solubilidad es una medida de la capacidad de disolverse una
determinada sustancia (soluto) en un determinado medio (solvente). La solubilidad de una sustancia en otra está
determinada por el equilibrio de fuerzas intermoleculares entre el disolvente y el soluto, y la variación de entropía que
acompaña a la solvatación, por lo que está condicionada por factores como la temperatura y la presión.
• Ley de Henry: “A una temperatura constante, la cantidad de gas disuelta en un líquido es directamente proporcional a la
presión parcial que ejerce ese gas sobre el líquido”: S = ks . P (donde P = presión parcial del gas, S la concentración del gas y
ks es la constante de Henry, que depende de la naturaleza del gas, la temperatura y el líquido).
Los distintos gases tienen entonces distintos coeficientes de solubilidad. Cuando la presión parcial se expresa en
atmósferas (una presión de 1 atmósfera es equivalente a 760 mm Hg) y la concentración se expresa en volumen de gas
disuelto en cada volumen de agua, los coeficientes de solubilidad de gases respiratorios importantes a temperatura
corporal son los siguientes: Oxígeno = 0,024 Dióxido de carbono = 0,57.
A partir de esto se puede ver que el dióxido de carbono es más de 20 veces más soluble que el oxígeno. Por tanto, la
presión parcial del dióxido de carbono (para una concentración dada) es menor de 1/20 de la que ejerce el oxígeno.

Ahora vamos a la difusión: Recordemos que la difusión es un proceso físico en el que partículas materiales se introducen en
un medio que inicialmente estaba ausente. En fisiología, la difusión de los gases está sujeta a las leyes:
• Ley de Graham: Establece que las velocidades de difusión y efusión de los gases son inversamente
proporcionales a las raíces cuadradas de sus respectivas masas molares:
Siendo v las velocidades y M las masas molares.
En otras palabras: cuanto menor sea la masa de una molécula, más rápida será su difusión.
• Ley de Fick: Es una ley cuantitativa en forma de ecuación diferencial que describe diversos casos de difusión de materia o
energía en un medio en el que inicialmente no existe equilibrio químico o térmico.
Donde: J = cantidad de sustancia que se desplaza por unidad de tiempo, D = coeficiente de
J = – D * A * ( ΔC / ΔX ) difusión libre para una molécula determinada, A = sección de la vía de difusión y ( ΔC / ΔX )
es el gradiente de concentración del soluto.

Difusión en los alvéolos: El proceso de difusión del gas es pasivo y se parece independientemente de que la difusión tenga
lugar en estado líquido o gaseoso. La velocidad de difusión de un gas a través de un líquido se establece por la ley de
Graham. El cálculo de las propiedades de difusión del O2 y el CO2 muestra que el CO2 difunde a una velocidad 20 veces
mayor que el O2. Las velocidades de difusión del oxígeno desde los pulmones a la sangre y de la sangre a los tejidos (y al
contrario, en el caso del CO2) pueden predecirse a partir de la ley de Fick para la difusión de los gases.
Coeficientes de difusión de los gases: Oxígeno = 1 Dióxido de carbono = 20,3

Perfusión: El término perfusión significa hacer llegar un líquido a un sistema de conductos; en este caso, el lecho capilar, y
es de gran importancia para la respiración; la difusión de los gases insolubles entre el gas alveolar y la sangre (como el
oxígeno) se considera limitada por la perfusión porque la presión parcial del gas en la sangre que sale del capilar ha llegado
al equilibrio con los gases alveolares, y sólo está limitada por la cantidad de sangre que perfunde el alvéolo. Por el
contrario, los gases que se limitan por la difusión, como el CO, muestran una baja solubilidad en la membrana alvéolo-
capilar, pero una elevada solubilidad en la sangre por su alta afinidad por la hemoglobina (Hb). Estas características
impiden que el CO alcance el equilibrio entre el gas alveolar y la sangre durante el tiempo de tránsito de los hematíes.
Uniendo el elemento de la perfusión con la ley de Fick y de Graham, se puede observar que para gases como el oxígeno y el
dióxido de carbono el intercambio gaseoso va a depender: del gradiente de concentración del gas (presión parcial en
sangre venosa y presión alveolar), el grosor y la superficie de la membrana respiratoria, el coeficiente de difusión del gas
en la sustancia de la membrana, y la perfusión de cada alvéolo en particular.

Unidad respiratoria: Formada por un bronquíolo respiratorio, los conductos alveolares, los atrios y los alvéolos. La
membrana alveolar está formada por el epitelio y membrana basal alveolar, una fina capa de líquido intersticial, y la
membrana basal y endotelio capilar.

Diferencias regionales perfusión – ventilación: Normalmente en cierta medida, y especialmente en muchas enfermedades
pulmonares, algunas zonas de los pulmones están bien ventiladas pero casi no tienen flujo sanguíneo, mientras que otras
zonas pueden tener un flujo sanguíneo excelente con una ventilación escasa o nula. Por tanto, se ha desarrollado un
concepto para ayudarnos a comprender el intercambio gaseoso cuando hay un desequilibrio entre la ventilación alveolar y
el flujo sanguíneo alveolar. Este concepto se denomina cociente ventilación-perfusión.
El cociente ventilación-perfusión se expresa como VA/Q .Cuando VA (ventilación alveolar) y Q (flujo sanguíneo) son
normales para un mismo alvéolo, se dice que el cociente de ventilación-perfusión (VA/Q) es normal. Cuando la ventilación
es cero y sigue habiendo perfusión del alvéolo, el cociente VA/Q es cero. En el otro extremo, cuando hay una ventilación
adecuada pero una perfusión cero, el cociente es infinito.
En una persona normal en posición erguida tanto el flujo sanguíneo capilar pulmonar como la ventilación alveolar son
mucho menores en la parte superior del pulmón que en la parte inferior; sin embargo, hay una disminución mucho mayor
del flujo sanguíneo que de la ventilación. Por tanto, en la parte superior del pulmón el cociente V a/Q es hasta 2,5 veces
mayor del valor ideal, lo que da lugar a un grado moderado de espacio muerto fisiológico en esta zona del pulmón.
En el otro extremo, en la parte inferior del pulmón, también hay una ligera disminución de la ventilación en relación con el
flujo sanguíneo, de modo que el cociente VA/Q es tan bajo como 0,6 veces el valor ideal. En esta zona una pequeña fracción
de la sangre no se oxigena normalmente y esto representa un cortocircuito fisiológico.

Espacio muerto fisiológico y anatómico: Si bien ya hablamos de espacio muerto, hay que diferenciar 2 términos:
El anatómico es el espacio muerto causado por las propias vías aéreas que no pueden realizar el intercambio.
El fisiológico incluye al anatómico, pero también a los alvéolos que no tienen una buena perfusión o ventilación.
En individuos sanos el «espacio muerto fisiológico» debería ser igual al «espacio muerto anatómico».
Dependiendo de este factor, se puede zonificar a los pulmones en tres partes:
Zona 1. Es una porción ventilada pero no perfundida. Casi toda esta zona es integrante del espacio muerto fisiológico. En
personas de pie corresponde a la parte más craneal del pulmón; en decúbito (acostada), con la parte más frontal. Esto se
debe al efecto de la gravedad sobre la perfusión. En individuos sanos esta zona debe ser prácticamente inexistente.
Zona 2. Es una zona media. Su estado normal es estar perfundida y ventilada, pero diversos factores pueden modificarla y
parcialmente convertirla en zona 1.
Zona 3. Corresponde a la parte más baja de los pulmones. Siempre está perfundida y ventilada. Por esta virtud nunca
constituye espacio muerto fisiológico.

Circulación bronquial y pulmonar: El pulmón tiene dos irrigaciones distintas. La circulación pulmonar aporta sangre
desoxigenada del ventrículo derecho a las unidades responsables del intercambio de gases para que eliminen el CO2 y
oxigenen la sangre, antes de devolverla a la aurícula izquierda para su distribución por el resto del organismo. La circulación
bronquial se origina en la aorta, y da la nutrición al parénquima pulmonar. La circulación pulmonar es única por ser doble y
porque puede asumir grandes volúmenes de sangre a baja presión. Ambas circulaciones se juntan en su retorno a la
aurícula posteromedia, creando un shunt fisiológico.
La regulación del flujo pulmonar y bronquial se produce por los mismos mecanismos que la circulación normal (diferencia
de presiones venosa/arterial generada por el corazón), pero hay mecanismos “extra” que influyen en ellas.
Los niveles de oxígeno influyen de forma importante sobre el flujo. Se produce una vasoconstricción hipóxica como
respuesta a una reducción de la PO2 alveolar. La respuesta es local, y puede ser una respuesta protectora para derivar el
flujo desde las regiones hipóxicas a otras bien perfundidas en un esfuerzo para aumentar el intercambio de gases. La
hipoxia local aislada no modifica la resistencia vascular periférica (RVP); aproximadamente el 20% de los vasos tienen que
estar hipóxicos antes de que se pueda detectar un cambio medible en la RVP.
Otros factores y algunas hormonas pueden influir sobre el calibre vascular, pero suele tratarse de efectos locales, de corta
duración y que sólo adquieren importancia en situaciones patológicas.
Unidad 7 – Física Biológica – Equilibrio ácido base
La concentración normal de iones H+ en el organismo es de 40 nmol/L, una millonésima parte de la concentración en
mmol/L de los iones Na+, K+, Cl- y HCO3-. Su regulación a concentraciones tan bajas es muy importante para la función
celular, ya que si la concentración de H+ aumenta o disminuye, cambia la ganancia de H+ de las proteínas; lo cual lleva a un
cambio en la distribución de cargas, configuración molecular y en consecuencia de la función proteica.
El organismo está constantemente produciendo ácidos, los cuales se pueden dividir en:
- Carbónicos (metabolismo de hidratos de carbono y lípidos): llevan a la producción de CO2, el cual se elimina con la
respiración. Aproximadamente 15.000 mmol/día.
- No Carbónicos (metabolismo de proteínas, aminoácidos que tienen azufre): llevan a la producción de H+ que se deben
eliminar por el riñón. Aproximadamente 50-100mmol/ día.
El rango compatible con la vida de H+ es muy estrecho, aproximadamente entre 160 nmol/L a 16 nmol/L, equivalente a un
pH de 6.8 a 7.8, respectivamente. Para conseguir mantener la concentración de H+ en dicho rango el organismo consta de 3
mecanismos fundamentales:
• Tamponamiento químico: buffers intra y extracelulares, capaces de evitar rápidamente los cambios bruscos de pH,
• Aparato respiratorio: varía la Pco2 regulando la tasa de ventilación alveolar (VA),
• Aparato renal: control de la concentración de HCO3- mediante cambios en la excreción renal de H+.
Para caracterizar el estado ácido-base de una persona se mide el pH y la PaCO2 en una muestra de sangre arterial. Teniendo
estos datos se puede estimar el bicarbonato y el exceso de bases (EB), esto se denomina nomograma. Generalmente,
como los desequilibrios ácido-base pueden coexistir con cambios en la concentración de iones plasmáticos, especialmente
del K+, se solicita junto con el ionograma (concentración de iones en sangre), conformando el estudio del “medio interno”.

El EB se define como la diferencia entre las bases reales existentes de la persona y las bases en el estado normal (BBN).
El valor de BBN en sangre es aproximadamente 48 mmoles/L (24 de bicarbonato + 18 de los grupos aniónicos de las
proteínas plasmáticas + 6 de la hemoglobina y fosfatos).
El valor del EB debe ser 0±3, ya que las bases reales existentes deben ser iguales a las bases en estado normal.
Si el EB es (+), quiere decir que hay más bases que lo normal; si el EB es (-), hay menos bases que lo normal.
Conocer este concepto es importante ya que bajo situaciones de anemia o hipoproteinemia severa la capacidad
amortiguadora se va a ver comprometida, sin que se vea reflejado en la concentración de HCO3-.

El rango de valores normales que se deben conocer para poder evaluar alteraciones del estado ácido-base son:
 pH: 7,35- 7,45
 PaCO2: 35- 45 mmHg
 HCO3-: 22- 26 mmol/L ó mEq/L
 EB: +3 a -3 (0±3)
Los cambios de pH en sangre se denominan acidemia cuando es inferior al normal y alcalemia cuando es superior.
Por otro lado, la acidosis respiratoria/ metabólica y la alcalosis respiratoria/ metabólica son los procesos que tienden a
disminuir o a elevar el pH, respectivamente, sin que ello implique necesariamente que lo logren.
Entonces, siempre que hay acidemia hay una acidosis responsable de la misma, pero puede haber acidosis sin acidemia por
la presencia de otro trastorno (alcalosis) que lleve el pH dentro del rango de la normalidad. Por ejemplo, si una persona
tiene una insuficiencia respiratoria, elevando la PCO2, tendrá una acidosis respiratoria (porque tiene el trastorno
respiratorio que tiende a disminuir el pH). Si sus riñones no responden correctamente, este trastorno llevará a un descenso
del pH arterial (acidemia), pero si funcionan correctamente tenderán a eliminar el exceso de ácidos, corrigiendo el pH
(idealmente no existirá acidemia).
Fórmula de Henderson-Hasselbach: Utilizando la fórmula de Henderson-Hasselbach se puede
pH = pK + log [HCO3-]
deducir rápidamente que tanto si aumenta la [HCO3-] como si disminuye la PCO2, el pH -----------------
aumentará. Por el contrario, si disminuye la [HCO3-] o aumenta la pCO2, el pH disminuirá. α . PCO2
En el organismo, la situación es más compleja ya que la alteración de uno de los
α: coeficiente de solubilidad
componentes lleva necesariamente a la movilización del segundo componente para tratar
de que el pH se mantenga dentro del rango normal (o lo más cercano posible). De ahí es que sea tan importante
comprender que el pH sanguíneo dependerá de la razón entre [HCO3-]/ PCO2 y no de los valores individuales de cada uno.

Regulación del equilibrio ácido-base (tampones, riñón y pulmones): Dentro de los sistemas amortiguadores del
organismo, el papel que desempeña el sistema HCO3-/H2CO3 es central. Esto se debe a que las concentraciones del HCO3- y
de la PCO2 pueden ser reguladas de forma independiente; el HCO3- por medio de cambios en la secreción renal de H+ y la
PCO2 a través de la tasa de ventilación alveolar (VA).
Los sistemas amortiguadores reducen el cambio de H+ extracelulares, pero el exceso debe ser eliminado por el riñón para
evitar el agotamiento progresivo del HCO3- y de los otros tampones, y así prevenir el desarrollo de acidosis. El CO2 que se
genera además es eliminado por los pulmones.
Sólo para ordenar, y sobre simplificando los complejos mecanismos que se llevan a cabo en las células tubulares renales, se
pueden describir los siguientes hechos:
1- La carga ácida diaria no se puede eliminar hasta primero no haber reabsorbido todo el HCO3- filtrado (24mEq/l x
180l/día, lo que da 4300mEq/día).
2- El riñón debe eliminar los 50-100 mEq que se producen por día de ácidos no carbónicos.
3- Los ácidos no carbónicos se eliminan como H+, fundamentalmente en los túbulos contorneados proximales (por el
intercambiador Na+/H+) y en los tubos colectores (por la bomba de H+).
4- El H+ no se elimina en forma libre, sino combinado con fosfatos (acidez titulable) y amoníaco (para formar amonio).
5- El principal regulador de la excreción de H+ es el pH extracelular.
Así, la acidemia producirá como respuesta:
• Aumento en la actividad del Na+/H+
• Aumento en la actividad de la bomba de H+
• Aumento de la actividad del cotransportador Na+/HCO3-
• Aumento de la síntesis de amonio a partir de glutamina

La regulación por parte de los pulmones se basa en la variación de la tasa de ventilación alveolar (VA), llevando a cambios
en la PCO2. A pesar de que el CO2 no es un ácido en el sentido de que no cede H+, en el organismo se comporta como tal ya
que al unirse con el H2O se forma el H2CO3:
1- Si existe acidemia metabólica, los pulmones aumentan la tasa de VA y esto disminuye la PCO2, lo que tiende a compensar
la disminución del pH.
2- Si existe alcalemia metabólica, los pulmones disminuyen la tasa de VA y esto aumenta la PCO2, lo que tiende a compensar
la elevación del pH.
Alteraciones del equilibrio ácido-base: Los cambios en el pH pueden producirse por alteraciones en la PCO2 o en la
concentración de HCO3-. Como la pCO2 está regulada por los pulmones, las anomalías primarias de la PCO2 se denominan
acidosis (pCO2 alta) / alcalosis (pCO2 baja) respiratorias. En contraste, las alteraciones primarias de la concentración de
HCO3- se denomina acidosis (EB< a -3) / alcalosis (EB> a +3) metabólica.

Es importante recordar que el valor de pH depende de la razón entre HCO3-/pCO2, y no del valor absoluto de c/u de ellos.
En cualquiera de estas alteraciones normalmente se producen respuestas compensatorias a nivel renal y respiratorio, con
el objeto de reducir al mínimo los cambios en el pH. Para conseguirlo, la respuesta compensadora se produce en el mismo
sentido que la alteración primaria.

ALTERACIÓN pH Alteración 1ria Resp. compensadora


Acidemia por acidosis Bajo Bajo HCO3- Bajo PCO2
metab
Alcalemia por alcalosis Alto Alto HCO3- Alto PCO2
metab
Acidemia por acidosis resp Bajo Alto pCO2 Alto HCO3-
Alcalemia por alcalosis resp Alto Bajo pCO2 Bajo HCO3-

1- ACIDOSIS METABÓLICA (el trastorno primario es la disminución del HCO3-)


Se debe a la pérdida de HCO3- o la ganancia de ácidos (por disminución en la excreción o por aumento en la producción). La
diarrea es una causa importante de pérdida de HCO3-. La Insuficiencia renal es causa importante de incapacidad para
excretar ácidos y la cetoacidosis diabética y alcohólica las causas principales de aumento en la producción de ácidos
(cuerpos cetónicos y ácido láctico, respectivamente).
Se observa pH bajo, HCO3- bajo, EB (-) y pCO2 baja por hiperventilación secundaria a la compensación respiratoria.

2- ALCALOSIS METABÓLICA (el trastorno primario es el aumento del HCO3-)


Se debe a la ganancia de HCO3-, o más frecuentemente a la pérdida de H+. Las causas principales son los vómitos y el uso de
diuréticos. Se observa pH alto, HCO3- alta, EB (+) y PCO2 alta por hipoventilación secundaria a la compensación respiratoria.

Las compensaciones respiratorias nunca son completas ya que al hiperventilar y disminuir la PCO2 se inhibe el centro
respiratorio, y por el contrario, al hipoventilar y aumentar la PCO2 se estimula el centro respiratorio.

3- ACIDOSIS RESPIRATORIA (el trastorno primario es la elevación de la pCO2)


Se debe a una deficiente VA. El riñón responde aumentando la excreción de H+.
Puede ser:
- Aguda (<24hs), como en las intoxicaciones con barbitúricos que inhiben al centro respiratorio o secundario a una parálisis
de los músculos respiratorios.
- Crónica (>24hs), como en la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). Se observa pH bajo, PCO2 aumentada y
HCO3- aumentado.

4- ALCALOSIS RESPIRATORIA (el trastorno primario es la disminución de la pCO2)


Se debe a hiperventilación. También puede ser aguda y crónica, pero esta última situación es mucho menos frecuente. El
primer caso se puede dar en una crisis de ansiedad o crisis asmática.
Se observa pH alto, pCO2 bajo y HCO3- bajo para compensar.

Tanto en la acidosis como en la alcalosis respiratoria la compensación de los trastornos crónicos es mucho mejor que el de
los agudos, ya que al riñón le lleva 5 a 6 días alcanzar la máxima compensación.

5- DESEQUILIBRIOS MIXTOS
Son trastornos más complejos que se deben a la existencia de un trastorno en AMBOS COMPONENTES. A modo de
simplificar la situación se pueden dividir en 3 grandes grupos:
Ambos componentes se alteran de modo inverso, siendo responsables AMBOS del pH anormal (Ej: pH= 7; PCO2= 60 mmHg;
HCO3-= 12 mmoles/L).
Un componente explica el cambio en el pH y el otro componente compensa en forma inadecuada (Ej: pH=7.19; P CO2= 80
mmHg; HCO3-= 30 mmoles/L). Existen 2 trastornos opuestos que azarosamente se compensan.

En este momento es importante distinguir dos conceptos. Decimos que la compensación es COMPLETA cuando el pH llega
a valores normales (situación extremadamente rara en el organismo). Por el contrario, hablamos que la compensación es
MÁXIMA cuando el valor alcanzado es todo lo que el sistema compensador puede lograr (independientemente si llega al
valor de pH normal).
Para saber si la compensación es adecuada o
no, hay que calcular si la variación observada
en el segundo componente es la esperable
como adaptación fisiológica frente a un
trastorno primario:

VE = VP x ÍNDICE

VE = variación fisiológica esperada del otro


componente.
VP = variación observada en el componente
primario.
VP = valor normal – valor medido

Los índices surgen de conocer las respuestas


compensatorias renal y respiratoria frente a
los trastornos primarios del equilibrio ácido-
base.

Así tenemos los siguientes índices:

Trastorno primario Índice


Acidosis Metabólica 1,2
Alcalosis Metabólica 0,7
Acidosis Resp Aguda 0,1
Acidosis Resp Crónica 0,35
Alcalosis Resp Aguda 0,2
Alcalosis Resp Crónica 0,4

Una vez obtenida la VE del otro componente, se


suma o se resta ese valor al normal para obtener
el valor absoluto esperado de adaptación y se
compara con el valor medido en la persona. Si
este valor difiere en +/- 2 puntos del esperado, pensar que se trata de un trastorno mixto.

Ejemplo: pH = 7.19; PCO2 = 80 mmHg; HCO3- = 30 mmoles/L.


 Tiene acidemia por una acidosis respiratoria (es el componente que me explica ese pH)
El componente metabólico está aumentado, tratando de compensar; ¿lo está haciendo adecuadamente?
Suponiendo que es un trastorno respiratorio crónico, entonces: VE = (80-40) x 0.35 = 14---- 14 + 24 = 38.
Como el HCO3- es 30 mmoles/L y debería ser 38 mmol/L, entonces la compensación no es la adecuada, lo que lo convierte
en un trastorno mixto.
Brecha aniónica (GAP): El cálculo del gap aniónico suele ser útil en el diagnóstico diferencial
de las acidosis metabólicas.
El anión GAP se calcula como la diferencia entre los cationes y aniones que se miden de
rutina, [Na+] - ( [HCO3-] + [Cl-] ). Siendo las concentraciones normales 140mEq/L para el Na+ y
108 y 24mEq/L para el Cl- y el HCO3-, respectivamente, el valor normal es 12 ± 4 meq/L.
Entre los cationes no medidos de rutina se encuentran el calcio, el magnesio y el potasio.
Mientras que dentro de los aniones no medidos de rutina se encuentran la albúmina (que
explica la mitad del GAP), el fosfato, sulfato, lactato y cetoácidos.
En la práctica, la acidosis metabólica se dividen en:
- Acidosis con GAP normal. Es el caso de la diarrea. El bicarbonato perdido es reemplazado
por cloruro (por eso se las llama acidosis hiperclorémicas).
- Acidosis con GAP aumentado. Es el caso de la cetoacidosis diabética o insuficiencia renal. El
metabolismo ha agregado otros aniones (cetoácidos, lactato, ácidos orgánicos) o bien el riñón
no ha eliminado los ácidos adecuadamente. También se conocen como normoclorémicas.

Diagrama de Davemport: Es una herramienta gráfica que permite describir las concentraciones sanguíneas de bicarbonato
y el pH sanguíneo durante trastornos del equilibrio ácido-base.
La relación que se representa en un diagrama de Davenport es la existente entre tres variables: PCO 2, concentración de
bicarbonato y pH; esta tridimensionalidad se simplifica en un gráfico de dos dimensiones de la siguiente forma:

Se parte de una curva de titulación del ácido


carbónico. La titulación es el procedimiento para
determinar la concentración de un ácido o una
base en solución, por medio de la adición de una
base o un ácido de concentración conocida.
Durante la titulación, el punto en que se neutraliza
un ácido o una base se denomina punto de
equivalencia.
Si se va añadiendo poco a poco una base a un
ácido, el pH de la solución se incrementa con cada
adición de base. El diagrama que representa la
variación del pH durante la valoración se denomina
curva de titulación.

Ahora bien, dado que en la sangre el HCO3- es


parte de un buffer abierto, la presión de CO2
constituye un parámetro muy importante en el
comportamiento del mismo con respecto al pH. Es
por eso que en el mismo gráfico pueden obtenerse
varias curvas de titulación con varios puntos de
equivalencia, uno para cada presión de CO2. Es
posible trazar una recta a través de estos puntos, a
la que se llama curva de amortiguación.
La curva de amortiguación puede ser usada para
predecir el resultado de variar la PCO2 dentro de
un intervalo próximo a los puntos determinados
experimentalmente.
Un concepto clave para entender un diagrama de
Davenport es el hecho de que a medida de que se
incrementa la PCO2, la magnitud del cambio de pH
resultante depende de la capacidad amortiguadora de los
buffers no- bicarbonato presentes en la solución. Si se
hallan presentes buffers no-bicarbonatos con gran
capacidad amortiguadora, estos absorberán rápidamente
la mayoría de los protones liberados durante la formación
de bicarbonato, y el pH variara muy poco para un
incremento dado en la concentración de bicarbonato. El
resultado será una curva de titilación con una pendiente
muy pronunciada. Por otro lado, si la solución solo tiene
buffers no-bicarbonato de baja capacidad amortiguadora
(o si no contiene otros buffers más que el sistema
bicarbonato-acido carbónico), entonces se observara un cambio mucho mayor en el pH para una variación dada de la
concentración de bicarbonato, y la curva de titilación tendrá una pendiente que tiende a cero.

Gráficos de Davemport en distintas situaciones:


Diagrama de Siggaard-Andersen: Representa en las abscisas el pH arterial y en las ordenadas el logaritmo de la PaCO 2, e
integrando al HCO3- constante como líneas de pendiente = -1; la que pasa por el punto del pH fisiológico = 7,4 es la curva de
amortiguación normal. En base a esto se pueden delimitar “áreas” del cuadrante que corresponden a las distintas posibles
situaciones: Acidosis o alcalosis metabólicas o respiratorias, compensadas o mixtas.

Ejercicios:

a) Una persona se intoxica con aspirina y se le solicita un nomograma: pH:7.48, PCO2: 18mmHg, HCO3-: 13mEq/L
¿Cómo está el pH?¿Cuál es el trastorno primario?¿Qué está haciendo el segundo componente?¿Lo hace adecuadamente?

b) Paciente con historia crónica de enfermedad pulmonar y que comienza con vómitos, se le solicita un nomograma:
pH: 7.4, HCO3-: 36mEq/L, PCO2: 60mmHg.
¿Cómo es el pH?¿Cómo están los componentes respiratorio y metabólico?¿A qué le parece que se deben los valores que
presenta?¿Cómo definiría el trastorno?

c) ¿Cuál sería el nomograma esperable en un paciente con cetoacidosis diabética? Cómo estará el GAP?

d) Una persona tiene pH= 7.3; HCO3- 15 mEq/L y una PCO2 40mmHg.
¿Usted diría que la PCO2 es normal? Si no fuese así, ¿cómo le parece que se tendría que comportarse la P CO2? Para hacerlo ,
¿tendría que aumentar o disminuir la tasa de VA?¿Cómo definiría el trastorno ácido-base?

e) Un paciente con insuficiencia respiratoria crónica presenta el nomograma: pH: 7.32, HCO3-: 35mEq/L, PCO2: 70mmHg
¿Cómo está el pH de la persona?¿Cuál es el trastorno primario que lo explica?¿Qué está haciendo el segundo componente?
¿Es adecuado?
REGULACIÓN DEL VOLUMEN Y LA OSMOLARIDAD

Ingreso y pérdida de agua: El agua ingresa en el cuerpo a través de dos fuentes principales: se ingiere en forma de líquidos
o agua del alimento, que juntos suponen alrededor de 2.100 ml/día de líquidos corporales, y se sintetiza en el cuerpo como
resultado de la oxidación de los hidratos de carbono, a razón de unos 200 ml/día. Esto proporciona un ingreso total de agua
de unos 2.300 ml/día.
Con respecto a la pérdida de agua, se produce: por evaporación de las vías respiratorias y difusión a través de la piel
(pérdida insensible, no somos conscientes de ella; 600-800 ml/día); pérdida por el sudor (100 ml/día); pérdida de agua en
las heces (100 ml/día), y el resto es excretado a través de los riñones, por orina.

Líquidos corporales: En el varón adulto medio de 70 kg, el agua corporal total es alrededor del 60% del peso corporal o
unos 40 lt. Este porcentaje puede cambiar dependiendo de la edad, el sexo y el grado de obesidad. Debido a que las
mujeres tienen normalmente más grasa corporal que los varones, sus promedios totales de agua en el organismo son
aproximadamente de un 50% del peso corporal.
Todo este líquido se divide en tres compartimientos: El líquido intracelular (25 lt. - 60% del total) constituye el citosol de
las células. El líquido extracelular (15 lt. – 30% del total) se reparte entre el líquido intersticial (12 lt.), el plasma sanguíneo
(3 lt.), y el líquido transcelular (menos de 1 lt.), conformado por el líquido sinovial, el seroso (peritoneal, pericárdico,
pleural), el cefalorraquídeo y el que se encuentra contenido en órganos (por ejemplo los humores del ojo).

El volumen de un compartimiento líquido en el cuerpo puede medirse colocando una sustancia indicadora en el
compartimiento, permitiendo que se disperse de forma uniforme por todo el líquido del compartimiento. Este método se
basa en el principio de la conservación de la masa, lo que significa que la masa total de una sustancia tras la dispersión en el
compartimiento líquido será la misma que la masa tota l inyectada en
el compartimiento. Analizando la concentración de la sustancia una vez
que ya está completamente dispersa (y asumiendo que no puede
escapar del compartimiento), se puede saber el volumen del líquido. Por ejemplo: si inyecto 1 ml. de una solución con 10
mg/ml de colorante, y la dilución final es de 0,01 mg/ml, hago el cálculo
Para medir el agua total se usa agua pesada, radioactiva o sustancias liposolubles como la antipirina, capaces de atravesar
membranas. Para el líquido extracelular, se usan iones (cloro, sodio) radioactivos e hidrofílicos. El intracelular se calcula. El
plasma se mide por colorantes o marcadores radioactivos que se unen a proteínas plasmáticas.

Constituyentes iónicos: Los 3 más importantes, en particular en lo que a regulación hídrica y ósmosis se refiere, son el
sodio, el potasio y el cloro. El principal de todos en la regulación de la volemia y el líquido extracelular por parte de los
riñones es el sodio, el cual puede ser reabsorbido en el túbulo proximal de la nefrona, solo en la primera mitad y
acompañado por cloro en la segunda.

Aumento o descenso del volumen y osmolaridad del líquido extracelular: Distintos factores pueden hacer que los
volúmenes extracelular e intracelular cambien mucho: por ejemplo, la ingestión de agua, la deshidratación, la infusión
intravenosa de diferentes tipos de soluciones, la pérdida de grandes cantidades de líquido por el aparato digestivo y la
pérdida de cantidades anormales de líquido por el sudor o a través de los riñones.
La principal medida de que dispone el clínico para evaluar el estado hídrico de un paciente es la concentración plasmática
de sodio. La osmolaridad plasmática no se mide habitualmente, pero como el sodio y sus aniones asociados (sobre todo el
cloro) son responsables de más del 90% del soluto en el líquido extracelular, la concentración plasmática de sodio es un
indicador razonable de la osmolaridad plasmática en muchas condiciones. Cuando la concentración plasmática de sodio se
reduce más de unos pocos miliequivalentes por debajo de la normalidad (unos 142m Eq/l), se dice que una persona tiene
una hiponatremia. Cuando la concentración plasmática de sodio está elevada por encima de lo normal, se dice que una
persona tiene una hipernatremia.
La reducción de la concentración plasmática de sodio puede deberse a una pérdida de cloruro de sodio en el líquido
extracelular o a una adición de un exceso de agua al líquido extracelular. Una pérdida primaria de cloruro de sodio suele
dar lugar a una hiponatremia-deshidratación y se acompaña de u n a reducción del volumen de líquido extracelular. Los
trastornos que pueden causar una hiponatremia debida a la pérdida de cloruro de sodio son la diarrea y los vómitos.
La hiponatremia también puede acompañarse de una retención excesiva de agua, lo que diluye el sodio en el líquido
extracelular, un estado que se denomina hiponatremia-sobrehidratación. Por ejemplo, la secreción excesiva de hormona
antidiurética, que hace que el túbulo renal reabsorba más agua, puede provocar una hiponatremia y una sobrehidratación.
El aumento de la concentración plasmática de sodio, que también aumenta la osmolaridad, puede deberse a una pérdida
de agua del líquido extracelular, lo que concentra los iones sodio, o a u n exceso de sodio en el líquido extracelular. Cuando
hay una pérdida primaria de agua del líquido extracelular, esto da lugar a una hipernatremia-deshidratación. Este trastorno
puede deberse a una incapacidad para secretar h. antidiurética, que es necesaria para que los riñones conserven el agua.
La hipernatremia también puede deberse a un exceso de cloruro de sodio añadido al líquido extracelular. Esto da lugar a
menudo a una hipernatremia-sobrehidratación, porque el exceso de cloruro de sodio extracelular suele asociarse al menos
a cierto grado de retención de agua por los riñones.
Unidad 7 – Fisiología – Funciones del nefrón
Anatomía del riñón: Los riñones se disponen en la pared posterior del abdomen, fuera de la cavidad peritoneal. La cara
medial de cada riñón contiene una región con una muesca, llamada hilio, por la que pasan la arteria y vena renales, los
linfáticos, la inervación y el uréter. Internamente, consta de una corteza externa y la médula. La médula se divide en 10
masas de tejido en forma de cono llamadas pirámides renales. La base de cada pirámide se origina en el borde entre la
corteza y la médula y termina en la papila, que se proyecta en el espacio de la pelvis renal, una continuación en forma de
abanico de la porción superior del uréter. El borde externo de la pelvis se divide en los cálices mayores, que se extienden
hacia abajo y se dividen en los cálices menores, que recogen la orina de los túbulos de cada papila.

Irrigación del riñón: La arteria renal entra en el riñón a través del hilio y después se ramifica progresivamente hasta formar
las arterias interlobulares, las arterias arciformes, las arterias interlobulillares (también denominadas arterias radiales) y
las arteriolas aferentes, que acaban en los capilares glomerulares, donde se filtran grandes cantidades de líquido y solutos.
Los extremos distales de los capilares de cada glomérulo coalescen hasta
formar la arteriola eferente, que llega a la segunda red capilar, los capilares
peritubulares, que rodean a los túbulos renales. La circulación renal tiene la
particularidad de contar con dos lechos capilares, los capilares glomerulares
y los peritubulares, que están dispuestos en serie y están separados por las
arteriolas eferentes, que ayudan a regular la presión hidrostática en los dos
grupos de capilares. La presión hidrostática alta en los capilares
glomerulares (de unos 60 m m Hg) da lugar a una filtración rápida, mientras
que una presión hidrostática mucho menor en los capilares peritubulares
(de unos 13 mmHg) permite una reabsorción rápida de líquido. Al ajustar la
resistencia de las arteriolas aferente y eferente, los riñones pueden regular
la presión hidrostática en los capilares glomerulares y peritubulares, cambiando el filtrado glomerular, la reabsorción
tubular o ambas en respuesta a las demandas homeostáticas del cuerpo.
Los capilares peritubulares se vacían en los vasos del sistema venoso, que discurren paralelos a los vasos arteriolares. Los
vasos sanguíneos del sistema venoso forman progresivamente la vena interlobulillar, la vena arciforme, la vena
interlobular y la vena renal, que deja el riñón junto a la arteria renal y el uréter.

Estructura del nefrón: Cada riñón en el ser humano contiene


alrededor de 800.000 a 1.000.000 de nefronas, cada una capaz
de formar orina. Cada nefrona contiene: 1) un penacho de
capilares glomerulares llamado glomérulo, por el que se filtran
grandes cantidades de líquido desde la sangre, y 2) un túbulo
largo en el que el líquido filtrado se convierte en orina en su
camino a la pelvis del riñón.
El glomérulo contiene una red de capilares glomerulares que
se ramifican y anastomosan que, comparados con otros
capilares, tienen una presión hidrostática alta (de 60 mmHg).
Los capilares glomerulares están revestidos de células
epiteliales y todo el glomérulo está cubierto por la cápsula de
Bowman. El líquido filtrado desde los capilares glomerulares
circula hacia la cápsula de Bowman y después al túbulo
proximal, que se encuentra en la cortezadel riñón. Desde el
túbulo proximal, el líquido fluye hacia el asa de Henle, que
desciende hasta la médula renal. Cada asa consta de una rama
descendentey otra ascendente.Las paredes de la rama
descendente y el segm ento inferior de la rama ascendente son
muy finas y por tanto se denominan segmento fino del asa de Henle. Después de que la rama ascendente del asa ha vuelto
a la corteza, su pared se engruesa mucho y se denomina segmento grueso del asa ascendente. Al final de la rama
ascendente gruesa hay un segmento corto, que tiene en su pared una placa de células epiteliales especializadas conocida
como mácula densa. La mácula densa es im portante para controlar la función de la nefrona. Más allá de la mácula densa
el líquido entra en el túbulo distal, que, como el túbulo proximal, se dispone en la corteza renal. A este le sigue el túbulo
conector y el túbulo colector cortical, que conduce al conducto colector cortical.Las partes iniciales de 8 a 10 conductos
colectores corticales se unen para form ar un solo conducto colector mayor que discurre hacia abajo al interior de la
médula y se convierte en el conducto colector medular. Los conductos colectores se funden para form ar progresivamente
conductos cada vez mayores que finalmente se vacían en la pelvis renal a través de las puntas de las papilas renales. En
cada riñón hay unos 250 conductos colectores muy grandes y cada uno recoge la orina de unas 4.000 nefronas.

FORMACIÓN DE LA ORINA: La intensidad con la que se excretan diferentes sustancias en la orina representa la suma de
tres procesos renales: 1) la filtración glomerular; 2) la reabsorción de sustancias de los túbulos renales hacia la sangre, y 3)
la secreción de sustancias desde la sangre hacia los túbulos renales.
Uno podría cuestionarse la sabiduría de filtrar grandes cantidades de agua y solutos y después reabsorberlos en su
mayoría. Una ventaja de un FG (filtrado glomerular) alto es que permite a los riñones eliminar con rapidez productos de
desecho del cuerpo que dependen sobre todo de la filtración glomerular para su excreción. La mayoría de los productos de
desecho se absorbe mal en los túbulos y, por ello, depende de un FG alto para extraerlos eficazmente del cuerpo.
Una segunda ventaja de un FG alto es que permite que el riñón filtre y procese todos los líquidos corporales muchas veces
al día. Debido a que el volumen de plasma es de 3 lt, mientras que el FG es de 180 lt/día, todo el plasma puede filtrarse y
procesarse unas 60 veces al día. Este FG alto permite a los riñones controlar de modo preciso y rápido el volumen y
composición de los líquidos corporales.

Filtrado glomerular: La formación de orina comienza con la filtración de grandes cantidades de líquido a través de los
capilares glomerulares hacia la cápsula de Bowman. Como la mayoría de los capilares, los capilares glomerulares son
relativamente impermeables a las proteínas, de manera que el líquido filtrado (llamado filtrado glomerular) carece
prácticamente de proteínas y elementos celulares, incluidos los eritrocitos y elementos unidos a las proteínas (ác. grasos,
calcio); por lo demás, es muy similar al plasma.
Como en otros capilares, el FG está determ inado por: 1) el equilibrio entre las fuerzas hidrostáticas y coloidosmóticas, que
actúa a través de la membrana capilar; y 2) el coeficiente de filtración capilar (Kf), el producto de la permeabilidad por el
área superficial de filtro de los capilares. Los capilares glomerulares tienen una filtración mucho mayor que la mayoría de
los otros capilares por una presión hidrostática glomerular alta y un gran Kf. En el adulto medio, el FG es de unos 125
ml/min, o 180 lt/día. Alrededor del 20% del plasma que fluye a través del riñón se filtra a través de los capilares
glomerulares. La fracción de filtración se calcula como: Fracción de filtración = FG/Flujo plasmático renal.
La membrana capilar glomerular es similar a la de otros capilares, excepto en que tiene tres capas principales (en lugar de
las dos habituales): 1) el endotelio del capilar con fenestraciones; 2) una membrana basal, y 3) una capa de células
epiteliales (podocitos) rodeando a la superficie externa de dicha membrana basal. Juntas, estas capas forman la barrera de
filtración que, a pesar de sus tres capas, filtra varios cientos de veces más agua y solutos que la membrana capilar habitual.
La capacidad de filtrarse de los solutos se relaciona inversamente con su tamaño. La membrana capilar glomerular es más
gruesa que la de la mayoría de los otros capilares, pero es también mucho más porosa y por tanto filtra líquido con mayor
intensidad. A pesar de la elevada filtración, la barrera de filtración glomerular filtra de modo selectivo las moléculas que se
filtrarán basándose en su tamaño y en su carga eléctrica; dado que la membrana basal y los podocitos tienen carga
negativa, las moléculas grandes con carga negativa se filtran con menor facilidad que las moléculas con el mismo
tamaño molecular y cargas positivas; mientras que con respecto al tamaño, aquellas moléculas más pequeñas (ej. iones)
se filtran y las más grandes (ej. proteínas plasmáticas) no.

Valores hídricos:
-Flujo sanguíneo renal = 1200 ml/min
-Flujo plasmático renal = 650 ml/min
-Fracción de filtración = 20%
-Volumen de filtración glomerular = 125 ml/min (180 lt/día)
-Coeficiente de filtración =12,5 ml/min/mm Hg
-Reasorción = 178,5 lt/día
-Orina producida = (aprox.) 1,5 lt./día
Determinantes del filtrado glomerular: Como en todos los capilares, el FG se regula por la presión hidrostática (si esta
aumenta en la cápsula de Bowman, disminuye el FG; mientras que si aumenta la capilar, aumenta el FG); la presión
coloidosmótica (si aumenta la del glomérulo, disminuye el FG) y el coeficiente de filtración capilar K f (si bien la modificación
en éste no es una medida rápida de uso día-a-día; pero por ejemplo en patologías puede disminuir por engrosamiento de la
membrana, disminuyendo el FG). Sin embargo existen otros mecanismos que controlan el FG:
SN simpático: Su activación disminuye el FG al disminuir la presión hidrostática en el glomérulo; esto se da por los nervios
simpáticos renales y no está influido por los barorreceptores carotídeos.
Hormonas: Las hormonas que constriñen las arteriolas aferentes y eferentes, reduciendo el FG, son la noradrenalina y la
adrenalina. Las concentraciones sanguíneas de estas hormonas van generalmente paralelas a la actividad del SN simpático;
por lo que ejercen escasa influencia regulatoria excepto en condiciones extremas, como una hemorragia grave.
Otro vasoconstrictor, la endotelina,es un péptido que pueden liberar las células endoteliales vasculares lesionadas de los
riñones, así como de otros tejidos.
Angiotensina II: Un vasoconstrictor renal poderoso, la angiotensina II, se forma en los riñones y en la circulación sistémica,
y es utilizada para autorregular el FG, sobre todo en dietas pobres en sodio o cuando hay pérdida de volumen. Los
receptores para angiotensina II están presentes prácticamente en todos los vasos sanguíneos. No obstante, en el riñón ésta
no tiene efecto sobre todos los vasos (y por eso regula el filtrado), ya que los vasos sanguíneos preglomerulares están
protegidos por la liberación de vasodilatadores, especialmente óxido nítrico y prostaglandinas, que contrarrestan sus
efectos vasoconstrictores, pero las arteriolas eferentes no, y son altamente sensibles a la angiotensina II. Es por esto que
las concentraciones de angiotensina II aumentadas elevan la presión hidrostática glomerular mientras que reducen el flujo
sanguíneo renal. Una mayor concentración de angiotensina II, al constreñir las arteriolas eferentes, ayuda a evitar
reducciones de la presión hidrostática glomerular y del FG; mientras que la reducción del flujo sanguíneo renal causada por
la constricción arteriolar eferente contribuye a reducir el flujo a través de los capilares peritubulares, aumentando la
reabsorción de sodio y de agua.
Óxido nítrico y prostaglandinas: El óxido nítrico derivado del endotelio es un autacoide (hormona local, como la
angiotensina) que reduce la resistencia vascular renal y aumenta el FG, al igual que las prostaglandinas también
sintetizadas por el riñón. Esto permite a los riñones excretar cantidades normales de sodio y de agua.

Aparato yuxtaglomerular y autorregulación del filtrado: Los mecanismos de retroalimentación intrínsecos de los riñones
mantienen el flujo sanguíneo renal y el FG relativamente constantes, a pesar de cambios en la presión arterial sistémica.
El mecanismo de retroalimentación túbulo-glomerular tiene dos componentes que actúan juntos en el control del FG: un
mecanismo de retroalimentación arteriolar aferente y otro arteriolar eferente.
Estos mecanismos de retroalimentación dependen de disposiciones anatómicas especiales del complejo yuxtaglomerular.
El complejo yuxtaglomerular consta de las células de la mácula densa en la porción inicial del túbulo distal y las células
yuxtaglomerulares en las paredes de las arteriolas aferentes y eferentes. La mácula densa es un grupo especializado de
células epiteliales en los túbulos distales que entra en estrecho contacto con las arteriolas aferente y eferente.
Las células de la mácula densa perciben cambios en el volumen que llega al túbulo distal: la reducción del FG disminuye la
velocidad del flujo que llega al asa de Henle, lo que aumenta la reabsorción de iones sodio y cloro en la rama ascendente
del asa de Henle, hecho que disminuye la concentración de cloruro de sodio en las células de la mácula densa. Esta
reducción de la concentración de cloruro de sodio inicia una señal que parte de la mácula densa y tiene dos efectos: reduce
la resistencia al flujo sanguíneo en las arteriolas aferentes, elevando la presión hidrostática glomerular y normalizando el
FG, y aumenta la liberación de renina en las células yuxtaglomerulares de las arteriolas aferente y eferente, que son los
principales reservorios de renina. La renina actúa como una enzima que cataliza la hidrólisis de la molécula de
angiotensinógeno (producida por el hígado) produciendo angiotensina I. Ésta se convierte en angiotensina II por acción de
la enzima convertidora de angiotensina, que es producida por una gran variedad de tejidos. Finalmente, la angiotensina II
contrae las arteriolas eferentes, con lo que aumenta la presión hidrostática glomerular y ayuda a normalizar el FG.
Existe otra teoría acerca de la autorregulación del FG, la teoría miogénica, que sostiene que la musculatura lisa de las
arteriolas aferentes reaccionaría directamente ante la distensión en su pared.

Aclaramiento plasmático: El aclaramiento se define como el volumen de plasma sanguíneo (en ml), que por efecto de la
función renal, queda libre de la sustancia X en la unidad de tiempo (en minutos), pasando ésta a formar parte de la orina.
Es muy útil como una medida de la función renal. Esta sustancia X no debe ser tóxica ni afectar la función renal; debe ser
fácil de medir, y, sobre todo, no debe ser absorbida ni secretada por los riñones.
La cantidad de sustancia X excretada por orina en un lapso de tiempo debe ser igual, a la cantidad de sustancia que se filtró
en ese mismo tiempo; por ende, el producto de la concentración plasmática [P] por el volumen filtrado por minuto (TGF)
debe ser igual al de la concentración urinaria [O] por el volumen de orina por minuto (V):
Una forma de medir el aclaramiento plasmático es con la inulina, polisacárido de la fructosa. Puede ser marcada con
isótopos radioactivos y administrada por vía endovenosa.
Otra sustancia utilizada es el ácido para-amino-hipúrico, que funciona en forma similar a la inulina, solo que es secretado
por las células de la nefrona. El PAH se secreta con tanta rapidez que la persona media puede depurar alrededor del 90%
del PAH del plasma que fluye por los riñones (el 10% restante pertenece a plasma que no ha perfundido el tejido tubular
secretor. También hay que cuidar de no saturar el transporte activo del PAH, ya que de ser así no se podría secretar todo el
ácido (todas las proteínas transportadoras estarían ocupadas).

Reabsorción del sodio y el agua: Numerosas sustancias se reabsorben en distintos puntos de la nefrona; sobre todo agua y
sodio. Aquellas que tengan el menor índice de reabsorción serán las más excretadas.
Los túbulos proximales tienen una elevada capacidad de reabsorción activa y pasiva. La elevada capacidad del túbulo
proximal para la reabsorción se debe a sus características celulares especiales. Las células epiteliales tubulares proximales
tienen un metabolismo alto y un gran número de mitocondrias para apoyar los potentes procesos de transporte activo.
Además tienen un borde en cepillo extenso en el lado apical de la membrana, así como un laberinto extenso de canales
intercelulares y basales, todos los cuales proporcionan juntos una superficie extensa en los lados luminal y baso lateral.
La extensa superficie apical está también cargada de moléculas transportadoras proteicas que transportan sodio por un
mecanismo cotransportador con numerosos componentes orgánicos como aminoácidos y glucosa. El sodio adicional se
transporta desde a luz tubular hacia la célula por mecanismos de contratransporte, que reabsorben el sodio mientras
secretan otras sustancias a la luz tubular, en especial iones hidrógeno. La secreción de iones hidrógeno hacia la luz tubular
es importante para la excreción de iones bicarbonato, con el que forman ácido carbónico.
En la 1° mitad del túbulo proximal el sodio se absorbe principalmente por cotransporte con glucosa y aminoácidos; pero en
la 2° mitad éstos son ya muy escasos, mientras que el cloro es muy abundante, por lo que el sodio se reabsorbe asociado a
éste. También pueden reabsorberse pequeñas cantidades de cloruro a través de canales de cloruro específicos en la
membrana celular tubular proximal.
La segunda mitad del túbulo distal y el túbulo colector cortical situado a continuación tienen funciones similares, a cargo de
dos tipos de células: las principales reabsorben sodio y agua de la luz y secretan potasio a la luz. Las intercaladas absorben
potasio y secretan cationes H+.
La reabsorción de los 2/3 del filtrado glomerular en el túbulo proximal se denomina reabsorción obligada, y es
relativamente invariable; mientras que en el túbulo distal y en el colector se hace una discriminación más fina de la
reabsorción, que se denomina reabsorción facultativa.

Reabsorción de la glucosa: Utiliza cotransportador con sodio en la sección más proximal del túbulo proximal, favorecida
por el gradiente electroquímico. En condiciones normales, esto es suficiente para reabsorber toda la glucosa filtrada, pero
en determinadas patologías como la diabetes, la glucosa excede su máximo tubular (máxima cantidad que puede haber en
el plasma de una sustancia reabsorbible como los aminoácidos o la glucosa, antes de que ésta aparezca en la orina; es
decir, todas las proteínas transportadoras están ocupadas), por lo que parte de ella debe ser excretada, lo que resulta en
glucosuria. El umbral renal, por el contrario, es el mínimo de concentración plasmática al cual empieza a aparecer la
sustancia en la orina.

Reabsorción de la urea: Es muy difusible, y se absorbe en gran medida en el túbulo proximal. En los siguientes tramos, sin
embargo, no es difusible, y con la pérdida de agua en el túbulo distal y el segmento inicial del colector, se concentra
mucho. En la parte final del colector, sin embargo, la hormona antidiurética ayuda a que permee al intersticio medular por
difusión facilitada.

Secreción: En el túbulo proximal también se secretan sustancias peligrosas o tóxicas, como ciertos productos finales del
metabolismo, que casi no son reabsorbidos, lo que lleva a una excreción rápida. Entre ellos se destacan el oxalato, urato,
catecolaminas y sales biliares, así como los conjugados finales de fármacos, entre ellos la penicilina y los salicilatos.

Regulación renal del líquido corporal: Los riñones son responsables de la regulación del equilibrio hídrico y, en condiciones
normales, constituyen la principal vía de eliminación de agua del organismo. El mantenimiento de este equilibrio requiere
que exista un equilibrio preciso entre la ingesta y la pérdida de agua. Si la ingesta supera a la pérdida, se produce un
equilibrio positivo de agua. Al contrario, si la ingesta es inferior a la pérdida, existirá un equilibrio negativo de agua.

Concentración y dilución de la orina: El organismo necesita excretar por vía renal entre 650 y 1000 mOsm de solutos, de
los cuales ⅓ corresponde a la urea y otro ⅓ al NaCl. Sin embargo, la cantidad de agua que acompaña a estos solutos va a
depender del estado de hidratación de la persona, creando orina desde 30 –en un estado máximo de hidratación- a 1400
mOsm/lt –en un estado máximo de deshidratación- de concentración. De esta manera se puede conservar la osmolaridad
del plasma en 280 mOsm/lt. Comparando los valores, observamos que la orina puede estar desde 4 veces más concentrada
hasta 10 veces más diluída que el plasma.

Hormona antidiurética: La hormona antidiurética (ADH) o vasopresina actúa sobre los riñones para regular el volumen y la
osmolalidad de la orina. Cuando los niveles plasmáticos de ADH son bajos, el volumen de orina eliminado es elevado
(diuresis) y la orina es diluida. Cuando los niveles plasmáticos de ADH son elevados, se elimina un volumen de orina escaso
(antidiuresis) y la orina es concentrada.
La ADH es un pequeño péptido de nueve aminoácidos sintetizado por las células neuroendocrinas localizadas en el núcleo
supraóptico y paraventricular del hipotálamo. La hormona sintetizada se acumula en gránulos que son transportados hacia
los axones celulares y almacenados en las terminaciones nerviosas localizadas en la neurohipófisis.
La acción primaria de la ADH en los riñones es el aumento de la permeabilidad del tubo colector al agua. Además, la ADH
aumenta la permeabilidad de la porción medular del tubo colector a la urea. Por último, estimula la reabsorción de NaCl
por la parte gruesa del asa ascendente de Henle, el túbulo distal y el tubo colector.
La ADH se fija a un receptor en la membrana basolateral de la célula. Este receptor se denomina receptor V2 (receptor 2 de
vasopresina). Uniéndose a este receptor, que se halla ligado a la adenilciclasa vía una proteína G (G 5), aumentan los niveles
intracelulares de AMPc. El aumento del AMPc intracelular activa la proteincinasa A (PKA), lo cual resulta finalmente en la
inserción de vesículas que contienen canales de acuaporina2 (AQP2) en la membrana apical de la célula y en la síntesis de
más AQP2. En ausencia de ADH, estos canales de agua son reinternalizados en la célula, y la membrana apical vuelve a
hacerse impermeable al agua. Este tránsito de los canales del agua dentro y fuera de la membrana apical proporciona un
rápido mecanismo para el control de la permeabilidad de la membrana al agua. La membrana basolateral es totalmente
permeable al agua como resultado de la presencia de los canales del agua AQP3 y AQP4. Debido a ello, el agua que penetra
en la célula a través de los canales de la membrana apical sale a través de la membrana basolateral, dando como resultado
la absorción neta de agua en la luz tubular.
Regulación de la secreción de ADH: La secreción de ADH puede estar influenciada por múltiples factores. Los dos factores
fisiológicos primarios son:

• Osmolalilad plasmática: Los cambios en la osmolalidad plasmática desempeñan el papel más importante en la regulación
de la secreción de ADH; cambios inferiores al 1% son suficientes para que ésta se altere significativamente. Existen células
aisladas en el hipotálamo anterior que son extremadamente sensibles a los cambios en la osmolalidad plasmática y que se
denominan osmorreceptores, y parecen comportarse como osmómetros detectando cambios en la osmolalidad del líquido
corporal bien por contracción como por expansión del mismo. Los osmorreceptores responden sólo a los solutos en plasma
que son osmoles efectivos; por ejemplo, la urea es un osmol inefectivo si se considera la función de los osmorreceptores.
Además, la elevación de la concentración de urea en plasma por ella sola tiene poco efecto sobre la secreción de ADH.
Cuando la osmolalidad plasmática efectiva aumenta, los osmorreceptores envían señales a las células secretoras de ADH.
Por el contrario, cuando la osmolalidad efectiva del plasma disminuye, la secreción es inhibida. Debido a que la ADH se
segrada muy rápidamente, los niveles circulantes pueden reducirse a cero tras minutos desde que la secreción se inhibe.

• Osmolalilad plasmática: El descenso en el volumen o la presión de la sangre también estimula la secreción de ADH. Los
receptores responsables de esta respuesta están localizados tanto en los lugares de baja presión del sistema circulatorio
(aurícula izquierda y grandes vasos pulmonares), como en los de alta presión (senos aórtico y carotídeo). Debido a que los
receptores de baja presión están localizados en la zona de alta complianza del sistema circulatorio (venas) y teniendo en
cuenta que la mayor parte de la sangre se encuentra en el sistema venoso, pueden considerarse como respondedores a los
cambios de todo el volumen vascular. Los receptores de alta presión responden a la distensión de la pared de la estructura
en la que están localizados (pared auricular, pared del arco aórtico), y se denominan barorreceptores. Las señales desde
estos receptores son trasmitidas por las fibras aferentes de los nervios vago y glosofaríngeo al núcleo solitario. Las señales
son entonces retrasmitidas desde el tronco del encéfalo a las células secretoras de ADH de los núcleos supraóptico y
paraventricular hipotalámicos. La sensibilidad del sistema barorreceptor es menor que la del osmorreceptor, y se necesita
un descenso del 510% del volumen o de la presión sanguínea antes de que la secreción de ADH sea estimulada.

Sistema renina-angiotensina-aldosterona: Ya hemos visto la acción de la angiotensina sobre la circulación renal, lo que
modifica el filtrado glomerular; pero ésta además tiene otras funciones regulatorias.
En la estimulación de su secreción hay 3 factores importantes:
1.Presión de perfusión. La arteriola aferente se comporta como un
barorreceptor de alta presión. Cuando la presión de perfusión renal
disminuye, se estimula la secreción de renina. Al contrario, un
aumento en la presión de perfusión inhibe la liberación de renina.
2.Actividad nerviosa simpática. La activación de las fibras nerviosas
simpáticas que inervan las arteriolas aferentes aumentan la secreción
de renina (mediada por receptores Badrenérgicos). La secreción de
renina disminuye a medida que desciende la actividad nerviosa
simpática renal.
3.Aporte de NaCl a la mácula densa. El aporte de NaCl a la mácula
regula el filtrado glomerular por un proceso denominado
regeneración tubuloglomerular.
Una vez que la renina ha sido secretada y se ha formado angiotensina
II, esta tiene las funciones de:
1. Estimulación de la secreción de aldosterona por la corteza adrenal.
2. Vasoconstricción arteriolar, que aumenta la presión sanguínea.
3. Estimulación de la secreción de ADH y de la sed.

La aldosterona realiza muchas acciones sobre las células respondedoras. Es importante su acción de aumento de la
cantidad de cotransportadores Na+/Cl en la membrana apical de las células de la porción proximal del túbulo distal y de la
cantidad de canales del Na+ (ENa) en la membrana apical de las células principales de la última porción del túbulo distal y
del tubo colector (la actividad de los canales del Na+ también está aumentada). Estas acciones de la aldosterona aumentan
la entrada de Na+ al interior de las células a través de la membrana apical. La salida de Na+ de las células a través de la
membrana basolateral se debe a la acción de la Na+-K+-ATPasa, cuya cantidad aumenta también por la aldosterona.
Además, la aldosterona aumenta la reabsorción de Na+ desde el líquido tubular por los segmentos distales de la nefrona,
mientras que los niveles reducidos de aldosterona disminuyen la cantidad de Na+ reabsorbido por estos segmentos.

Péptidos natriuréticos: El organismo produce diversas sustancias que actúan sobre los riñones aumentando la excreción de
Na+. El corazón produce dos de ellas, denominadas péptidos natriuréticos. Los miocitos auriculares producen y almacenan
la hormona peptídica PNA, y los miocitos ventriculares producen y almacenan BNP. Ambos péptidos son secretados cuando
el corazón se dilata (durante la expansión de volumen y con el fallo cardíaco) y actúan relajando el músculo liso y
promoviendo la excreción de NaCl y agua por los riñones. Los riñones también producen un péptido natriurético
denominado urodilatina. Sus acciones se limitan a favorecer la excreción renal de NaCl. En general, las acciones de estos
péptidos natriuréticos están relacionadas con la excreción renal de NaCl y agua, antagonizan las del sistema renina-
angiotensina-aldosterona. Estas acciones incluyen:
1. Vasodilatación de la arteriola aferente y vasoconstricción de la arteriola eferente del glomérulo. Esto aumenta el filtrado
glomerular y la carga filtrada de Na+.
2. Inhibición de la secreción de renina por las arteriolas aferentes.
3. Inhibición de la secreción de aldosterona por las células glomerulosas de la corteza adrenal. Esto se produce por dos
mecanismos: a) inhibición de la secreción de renina por las células yuxtaglomerulares y, como consecuencia, reducción de
la angiotensina-II, inductora de la secreción de aldosterona, y b) inhibición directa de la secreción de aldosterona por las
células glomerulosas de la corteza adrenal.
4. Inhibición de la reabsorción de NaCl por el tubo colector, la cual en parte también está causada por los bajos niveles de
aldosterona. Sin embargo, los péptidos natriuréticos también actúan directamente en las células de los tubos colectores. A
través del segundo mensajero GMPc, los péptidos natriuréticos inhiben los canales de cationes en la membrana apical y,
por tanto, desciende la absorción de Na+. Este efecto tiene lugar predominantemente en la porción medular del tubo
colector.
5. Inhibición de la secreción de ADH por la pituitaria posterior y de la acción de la ADH en el tubo colector y, además,
aumenta la excreción de agua en orina.

RESUMEN DE LAS FUNCIONES DE LOS DISTINTOS SEGMENTOS DE LA NEFRONA:

-Corpúsculo renal: Glomérulo + cápsula de Bowman, realiza el filtrado glomerular.


-Túbulo contorneado proximal: Filtra y reabsorbe componentes de la sangre que pasa a través de los riñones: glucosa y
aminoácidos en su totalidad, iones (otros que el cloro y el sodio) en más de un 60%, y agua, sodio y cloro en cantidades
variables dependiendo de la hidratación de la persona. Además realiza la secreción de productos finales de las vías
metabólicas de fármacos y toxinas para su excreción.
-Asa de Henle: El asa de Henle cuenta de dos porciones: una delgada descendente muy permeable a la absorción del agua,
y otra gruesa ascendente la cual es muy permeable a los iones e impermeable al agua. En la ascendente, entonces, es
donde más sodio y cloro se van a absorber en cantidades más delicadas que en el túbulo proximal (reabsorción facultativa).
-Túbulo contorneado distal: Este posee una parte especializada que se conoce como mácula densa, que estimulan la
producción de renina, con el fin de estimular la formación de aldosterona, para que la misma aumente la reabsorción de
sodio y agua. De esta manera regula el volumen dentro del túbulo.
CONCENTRACIÓN Y DILUCIÓN DE LA ORINA (práctico)

La osmolaridad de una solución se expresa en osmoles/litro y depende del número de partículas de soluto disuelto por
unidad de volumen del solvente.
Ejemplo: Una solución de 1 mol o molécula gramo de cualquier compuesto no disociable (como ser 180 grs. de glucosa) en
1 litro de agua, es decir una solución 1 osmolar ejerce una presión osmótica de 22,4 atm. En cambio, 1 mol de un
compuesto disociable (como ser 74,5 grs. de Cloruro de Potasio) en 1 litro de agua se disocia en 2 iones, es decir una
solución 2 osmolar, ejerce una presión de 44,8 atm.
La osmolaridad de los líquidos intra y extracelulares del organismo es de 300 mOsm/litro. Las soluciones con osmolaridad
igual que el plasma son isosmóticas, las de una osmolaridad mayor se consideran hiperosmóticas y las de menor
osmolaridad se consideran hiposmóticas. La sobrecarga de un organismo con una solución hiposmótica, con una solución
isosmótica o una solución hiperosmótica y alcalina, lleva a un desequilibrio en el volumen y la composición de su líquido
extracelular, poniéndose en juego una serie de procesos y mecanismos que tienden a llevarlos nuevamente a su situación
normal. La intervención del riñón en estos procesos y mecanismos puede ser detectada indirectamente, por las
modificaciones en la orina emitida después de dicha sobrecarga. Por ejemplo: si un individuo recibe una sobrecarga de
agua, sufrirá un aumento de volumen de sus líquidos extracelulares y una modificación (disminución) de la osmolaridad de
los mismos. Esta situación será detectada por los osmoreceptores y a través del sistema hipotálamohipofisiario con
intervención de la Hormona Antidiurética (ADH), se adecuará la respuesta renal y en un plazo no mayor de 2 – 3 horas, el
organismo se habrá librado del excedente de agua retornando a la normalidad.

En el experimento, se le hizo tomar a 3 estudiantes las siguientes soluciones:


-Estudiante nº1: 750 ml de agua.
-Estudiante nº2: 750 ml de una solución de NaCI (PM: 58) al 0.9%
-Estudiante nº3: 300 ml de una solución de CO3HNa (bicarbonato de sodio) (PM: 86) al 2.5%
Antes de la ingesta, cada estudiante vació completamente su vejiga, recogiendo la orina emitida (orina de tiempo cero).
Luego se recogieron nuevas muestras c/ 20 min. hasta obtener un total de 5 muestras, además de la del tiempo “0”.

Una vez obtenidas, se calculó la osmolaridad de cada muestra de orina, y se la comparó con la de la solución bebida.
En cada muestra de orina, además, se determinaron:
-Volumen
-Densidad (con un densímetro; éste consta de un bulbo y una varilla en la cual se encuentra la escala y puede leerse
directamente la densidad del líquido. Hay dos tipos de densímetros: 1- para medir densidades de líquidos con densidad
inferior a 1.000 y 2- aquellos para medir densidades superiores a 1.000. En ambos tipos, el valor mínimo de la escala se
encuentra en el extremo superior de la varilla).
-pH de la orina (con una determinación potenciométrica en la cual se mide el potencial eléctrico generado entre dos
electrodos. En uno de los electrodos hay una membrana de vidrio que separa una solución interna de HCl de la solución del
vaso. El potencial generado en la membrana depende de la diferencia entre el pH de la solución interna y la del vaso).

Posteriormente se anotaron los resultados en una tabla.


Con estos datos, se graficó la diuresis (vol/min) y la densidad obtenida en cada una de las pruebas de sobrecarga en función
del tiempo. Para finalizar, se discutieron las siguientes condiciones:

Expansión hiposmótica Ingesta excesiva de agua


Contracción hiposmótica Pérdida de sales por el riñón
Expansión isosmótica Edema, infusión intra venosa (IV)
Contracción isosmótica Hemorragia, diarrea, quemaduras
Expansión hiperosmótica Ingesta de bebidas muy saladas
Contracción hiperosmótica Transpiración severa
Regulación del pH de la orina: Bajo condiciones normales los riñones excretan una cantidad de ácido igual a la producción
de ácidos no volátiles y, así, recuperan el HCO3– que se pierde por neutralización. Además, los riñones deben prevenir la
pérdida de bicarbonato por la orina. Esta última tarea es cuantitativamente más importante, ya que la carga de HCO 3–
filtrada es aproximadamente de 4.320 mEq/día (24 mEq/lr 180 ml/día = 4.320 mEq/día), en comparación con solamente 50
a 100 mEq/día necesarios para equilibrar la producción de ácido no volátil.
Tanto la reabsorción del HCO3– filtrado como la excreción de ácido se consiguen mediante la secreción de H+ por las
nefronas. Por tanto, en un solo día las nefronas deben segregar aproximadamente 4.390 mEq de H+ en el líquido tubular. La
mayoría del H+ segregado sirve para reabsorber la carga filtrada de HCO3–. Solamente de 50 a 100 mEq de H+, una cantidad
equivalente a la producción de ácidos no volátiles, se excreta por la orina. Como resultado de esta excreción de ácido, la
orina suele ser ácida. Los riñones no pueden excretar una orina más ácida que un pH de 4 a 4,5. Incluso con un pH 4
solamente pueden excretarse 0,1 mEq/l de H+. Por tanto, para excretar suficiente ácido, los riñones excretan H+ con
tampones urinarios como el fosfato y la creatinina.
El túbulo proximal reabsorbe la mayor cantidad de la carga filtrada de HCO3–, pero también es ayudado por el túbulo distal
y el colector. La secreción de H+ a través de la membrana apical de las células se produce tanto mediante un
intercambiador Na+-H+ como por la H+-ATPasa.

Resultados del experimento: Para la ingesta de agua sola, se producirá orina muy diluida, con una diuresis elevada.
En la ingesta de agua y cloruro de sodio también hay elevación de la diuresis, pero ésta tiene una mayor osmolaridad,
debido a la excreción de sodio y cloro.
En la ingesta de agua y bicarbonato de sodio, éste se disociará como sodio y bicarbonato (que pasa a ser ácido carbónico en
el plasma); por lo que habrá mayor excreción de ambos productos. Como no es necesario reabsorber el HCO 3-, la
producción de H+ es menor, y la orina también tendrá un pH más elevado.
Unidad 8 – Fisiología – Secreciones del aparato digestivo
FUNCIONES DEL HÍGADO

El hígado funciona como primer lugar de procesamiento de la mayoría de los nutrientes absorbidos, y también secreta
ácidos biliares que desempeñan una función esencial en la absorción de los lípidos de la dieta. Además, el hígado es un
centro neurálgico del metabolismo, fundamental para eliminar diferentes productos de desecho del metabolismo y
xenobióticos del organismo mediante su conversión a formas que puedan ser excretadas. El hígado almacena o produce
numerosas sustancias necesarias para el organismo, como glucosa, aminoácidos y proteínas plasmáticas. En general, las
funciones clave del hígado pueden clasificarse en: 1) metabólicas; 2) de destoxificación, 3) de secreción biliar, 4) de
almacenamiento, 5) de defensa, y 6) hematopoyética (pero sólo durante el período fetal).

Irrigación hepática: La circulación hepática es de naturaleza centrípeta y está formada por el sistema porta y la arteria
hepática. El sistema porta constituye el 70-75 por ciento del flujo sanguíneo (15 ml/min) y contiene sangre poco oxigenada
y rica en nutrientes proveniente del tracto gastrointestinal y del bazo. La circulación general depende de la arteria hepática,
rama del tronco celíaco que contiene la sangre oxigenada (irrigación nutricia).
Ambas circulaciones se ramifican en conjunto, acompañados por los conductos biliares (que van confluyendo entre sí en
sentido contrario). Las ramas preterminales de las arterias hepáticas y la vena porta terminan formando un lecho de
capilares sinusoides, de mucho mayor tamaño que los capilares normales, con endotelio fenestrado que los hace
permeables incluso a sustancias de alto peso molecular. En estos capilares, se mezcla la sangre oxigenada con la venosa.
Luego, la sangre mezclada es drenada por las vénulas centrolobulillares (o hepáticas terminales), que confluyen entre sí
para crear las venas hepáticas que desembocan directamente en la vena cava inferior.

Acinos: La disposición regular de los vasos y conductos en el hígado permite distinguir acinos, unidades
anatomofuncionales del mismo. Estos se pueden dividir de varias maneras, pero una de ellas asignarles forma de rombo,
trazando dos ejes; uno mayor entre dos vénulas hepáticas terminales, y otro menor entre dos tríadas portales (vena portal
terminal, arteriola hepática terminal, y conducto biliar). El parénquima que queda delimitado no es atravesado por vasos.
Hay otras formas de dividir a los acinos (por ejemplo, un hexágono con una tríada portal en cada vértice y la vénula
centrolubulillar en el medio), pero esta forma de acino simple permite zonificar al acino de acuerdo a sus características.

Zonificación hepática: El acino simple se puede dividir en tres zonas: 1 2 y 3, de


más cerca a más lejos del eje menor (entre dos tríadas portales). Los hepatocitos
periportales de la zona 1, cercanos a la tríada portal, reciben sangre rica en
oxígeno y nutrientes, por lo que catalizan predominantemente el metabolismo
energético oxidativo mediante la β-oxidación y el catabolismo de aminoácidos, así
como la síntesis de urea y colesterol, la generación de sales biliares dependientes
de colesterol, y la gluconeogénesis.
Los hepatocitos perivenosos de la zona 3, cercanos a las vénulas
centrolobulillares, tienen sangre poco oxigenada, y se encargan principalmente
de la síntesis de glucógeno, la glucólisis, la cetogénesis, la formación de glutamina
y el metabolismo de xenobióticos.
La zona 2 contiene hepatocitos intermedios y tiene funciones mixtas.

Mecanismos regulatorios de la circulación hepática: La cantidad de sangre que llega por la vena porta y la arteria hepática
(que suele ser, del total de 1500 ml/min, un 75% y 25% respectivamente), está regulada por diversos factores.
La arteria hepática está sujeta a los mismos factores que regulan la circulación nutricia en todo el organismo; respuesta
adrenérgica, hormonas circulantes, y necesidades metabólicas del hígado.
La vena porta, por otra parte, no es regulada por las necesidades hepáticas sino por la perfusión del sist. digestivo y bazo.
Además, existe un fenómeno denominado tamponamiento hepático, mediado por adenosina. La adenosina es un potente
vasodilatador en la mayoría de los lechos vasculares. Cuando hay baja cantidad de sangre que llega por la vena porta,
adenosina es sintetizada para dilatar y aumentar el flujo de la arteria hepática; mientras que, después de una comida,
cuando aumenta el flujo portal, se deja de sintetizar adenosina.
Células del hígado: El hígado está conformado principalmente por hepatocitos, que cumplen la mayor parte de sus
funciones, en especial las metabólicas. Se disponen en cordones entre los sinusoides, dejando entre su lámina basal y ellos
un espacio denominado espacio de Disse. Hacia este espacio extienden microvellosidades que amplían su superficie, al
igual que una serie de canales entre células, denominados canalículos.
El otro tipo celular del parénquima hepático son las células de Kupffer, macrófagos del sistema fagocítico mononuclear que
también envían prolongaciones hacia el espacio de Disse y cumplen función purificadora (fagocitando eritrocitos viejos) y
sobre todo la función inmune del hígado (fagocitando antígenos y actuando como APC).

Funciones metabólicas: Los hepatocitos contribuyen al metabolismo de los principales nutrientes: hidratos de carbono,
lípidos y proteínas. Por tanto, el hígado desempeña una importante función en el metabolismo de la glucosa mediante su
participación en la gluconeogénesis, la conversión de otros glúcidos en glucosa. El hígado también almacena glucosa en
forma de glucógeno en los momentos de exceso de ésta, y después libera a la sangre la glucosa almacenada, según se
necesite. Este proceso se denomina función tampón de la glucosa del hígado.
Los hepatocitos también participan en el metabolismo lipídico. Son una fuente especialmente rica de enzimas metabólicas
que participan en la oxidación de los ácidos grasos para aportar energía para otras funciones corporales. Los hepatocitos
también convierten los productos del metabolismo de los hidratos de carbono en lípidos, que pueden almacenarse en el
tejido adiposo y sintetizar (función secretora) grandes cantidades de lipoproteínas, colesterol y fosfolípidos.
El hígado también desempeña una función vital en el metabolismo de las proteínas. El hígado sintetiza todos los
denominados aminoácidos no esenciales que no requieren ser aportados por la dieta, además de participar en la
interconversión y desaminación de los aminoácidos de forma que los productos puedan entrar en las vías de biosíntesis
para sintetizar hidratos de carbono. Con la excepción de las inmunoglobulinas, el hígado sintetiza casi todas las proteínas
presentes en el plasma, especialmente la albúmina, así como la mayoría de los importantes factores de coagulación.
Finalmente, el hígado es un lugar esencial para la eliminación del amoniaco generado por el catabolismo de las proteínas.
Esto se logra convirtiendo el amoniaco en urea, que puede ser excretada posteriormente por los riñones.
Almacenaje: El hígado también cumple funciones metabólicas de almacenaje, no sólo de glucosa sino además de minerales
y vitaminas. Los principales minerales almacenados por el hígado son el hierro (10% del total corporal; se encuentra
principalmente como ferritina), el cobre y el zinc (que se fijan a proteínas plasmáticas de los hepatocitos.)
Con respecto a las vitaminas: la A es captada desde los quilomicrones y secretada por los hepatocitos de acuerdo a las
necesidades corporales; la K no es sintetizada allí, sino que se obtiene por la dieta y por bacterias intestinales, pero se
acumula en el hígado porque es imprescindible para la síntesis de muchas de sus proteínas, como los factores de la
coagulación (a los que carboxila en residuos glut). El grupo B entra por circulación portal y también se puede almacenar.

Funciones de destoxificación: El hígado, por su irrigación portal, limita la entrada de sustancias tóxicas a la sangre y elimina
desechos, extrayendo los productos metabólicos potencialmente tóxicos sintetizados en otros lugares del organismo y
convirtiéndolos en formas químicas que puedan excretarse. Esta capacidad también se utiliza para eliminar el exceso de
hormonas lipídicas.
El hígado tiene dos niveles en los que elimina, metaboliza y destoxifica sustancias que se originan en la circulación portal. El
primero de ellos es físico. La llegada de la sangre al hígado se filtra entre las células de Kupffer, que eliminan materia
particulada de la sangre portal, incluidas bacterias que pueden entrar en la sangre desde el colon incluso en condiciones
normales. El segundo nivel de defensa es bioquímico. Los hepatocitos están dotados de un amplio conjunto de enzimas que
metabolizan y modifican toxinas tanto endógenas como exógenas, de forma que estos productos sean, en general, más
hidrosolubles y menos susceptibles de ser recaptados por el intestino. Las reacciones metabólicas implicadas se dividen, a
grandes rasgos, en dos clases. Las reacciones de fase β-oxidación, hidroxilación y otras reacciones catalizadas por las
enzimas del citocromo P450 van seguidas de las reacciones de fase II que conjugan los productos resultantes con otra
molécula, como ácido glucurónico, sulfato, aminoácidos o glutatión, para promover su excreción. Los productos de estas
reacciones, posteriormente, se excretan a la bilis o se devuelven a la sangre para, finalmente, ser excretados por riñón.
•Detoxificación de la bilirrubina: El hígado también es importante para la excreción de bilirrubina, un metabolito
del hem que es potencialmente tóxico para el organismo. La bilirrubina se sintetiza a partir del hem mediante una reacción
en dos fases que tiene lugar en las células fagocíticas del sistema reticuloendotelial, que incluye las células de Kupffer y las
células del bazo. La enzima hem oxigenasa libera hierro de la molécula hem y produce el pigmento verde biliverdina. Éste, a
su vez, puede ser reducido para formar bilirrubina amarilla. Debido a que esta molécula es insoluble, se transporta en
sangre ligada a la albúmina. Cuando este complejo alcanza el hígado, penetra en el espacio de Disse, y es captado por los
hepatocitos. En el compartimento microsomal (RE, Golgi, etc.), la bilirrubina se conjuga posteriormente con una o dos
moléculas de ácido glucurónico para potenciar su solubilidad acuosa. La reacción es catalizada por la UDP glucuronil
transferasa (UGT). Los conjugados de bilirrubina son secretados a la bilis mediante una proteína relacionada con múltiples
fármacos (MRP2) situada en la membrana canalicular. Cabe destacar que las formas conjugadas de la bilirrubina no pueden
ser reabsorbidas desde el intestino, por lo que se asegura que puedan ser excretadas.
Sin embargo, el transporte de bilirrubina a través del hepatocito, y de hecho su captación inicial de la circulación sanguínea
es relativamente ineficiente, por lo que existe cierta cantidad de bilirrubina conjugada y no conjugada en plasma, incluso
en condiciones normales. Ambas circulan ligadas a la albúmina, pero la forma conjugada está ligada menos firmemente y,
por tanto, puede entrar en la orina.
En el colon, los conjugados de bilirrubina son desconjugados por las enzimas bacterianas, por lo que la bilirrubina liberada
es metabolizada por las bacterias para proporcionar urobilinógeno, que es reabsorbido, y urobilinas y estercobilinas, que
son excretadas. A su vez, el urobilinógeno absorbido puede ser captado por los hepatocitos y reconjugarse, por lo que se
proporciona a la molécula otra oportunidad para que sea excretada.
La medición de la bilirrubina en el plasma, así como la valoración de si es no conjugada o conjugada, constituye un
instrumento importante en la evaluación de la enfermedad hepática. La presencia de bilirrubina no conjugada, que está
prácticamente toda ligada a la albúmina y no puede ser excretada en la orina, refleja bien una pérdida de UGT o un brusco
aporte excesivo de hem que supera los mecanismos de conjugación (como ocurre en las reacciones transfusionales o en los
recién nacidos con incompatibilidad de Rh). La bilirrubinemia conjugada, por otra parte, se caracteriza por la presencia de
bilirrubina en la orina, a la que confiere una coloración oscura. Esto indica la existencia de defectos genéticos en el
transportador que media la secreción de glucurónido/diglucurónido de bilirrubina al canalículo, o puede deberse al
bloqueo del flujo de la bilis, quizá causado por una litiasis biliar que causa obstrucción. En ambos casos, se forman
conjugados de bilirrubina en el hígado, pero al no existir vías de salida, vuelven al plasma para su excreción urinaria.
•Detoxificación de la urea: El hígado es un contribuyente esencial a la prevención de la acumulación de amoniaco
en la circulación, lo cual es importante porque, al igual que la bilirrubina, es tóxico para el SNC. El hígado elimina el
amoniaco del organismo mediante su conversión a urea a través de varias reacciones enzimáticas conocidas como ciclo de
la urea. El hígado es el único tejido del cuerpo que puede convertir amoniaco en urea.
El amoniaco tiene dos orígenes fundamentales. Aproximadamente el 50% se produce en el colon por las ureasas
bacterianas. El otro origen principal del amoniaco (aproximadamente, el 40%) es el riñón. Una pequeña cantidad de
amoniaco (aproximadamente, el 10%) procede de la desaminación de los aminoácidos en el propio hígado mediante
procesos metabólicos en las células musculares y mediante la liberación de glutamina de los eritrocitos envejecidos.

Colesterol y producción de bilis: La biosíntesis del colesterol tiene lugar en el retículo endoplasmático liso de virtualmente
todas las células de los animales vertebrados. Además de su función estructural de membrana, actúa como precursor de las
hormonas sexuales y corticoesteroidales, de la vitamina D, y de las sales biliares. Todo el colesterol producido viaja por la
sangre unido a lipoproteínas HDL, VLDL y LDL. La HDL lleva al colesterol desde los tejidos hacia el hígado; mientras que la
LDL los lleva hacia los tejidos.
El colesterol se metaboliza de forma selectiva mediante una serie de enzimas que forman el ácido biliar. El paso inicial y
limitante de la velocidad es la adición de un grupo hidroxilo en la posición 7 del núcleo esteroideo por la enzima colesterol
7-α-hidroxilasa. La cadena lateral del producto de esta reacción posteriormente es acortada, y se añade una función de
ácido carboxílico mediante la C27-deshidroxilasa para generar ácido quenodesoxicólico, un ácido biliar dihidroxilado. Como
alternativa, el producto se hidroxila de nuevo en la posición 12 y, después, actúa sobre él la C27 deshidroxilasa para
generar ácido cólico, un ácido biliar trihidroxilado.
La síntesis de ácidos biliares puede sufrir regulación al alta o a la baja, en función de las necesidades del organismo. Por
ejemplo, si los niveles de ácidos biliares están reducidos en la sangre que fluye hacia el hígado, la síntesis puede aumentar
hasta 10 veces. Por el contrario, la ingesta de ácidos biliares suprime de forma considerable la nueva síntesis de ácidos
biliares por los hepatocitos. Los mecanismos que subyacen a estos cambios en la síntesis de ácidos biliares están
relacionados con los cambios en la expresión de las enzimas implicadas, y los ácidos biliares han demostrado ser capaces de
activar directamente los factores de transcripción específicos que median dicha regulación.
El ácido quenodesoxicólico y el ácido cólico se denominan ácidos biliares primarios porque son sintetizados por el
hepatocito. Sin embargo, cada uno puede sufrir la acción de enzimas bacterianas en la luz del colon para proporcionar
ácido ursodesoxicólico y desoxicólico, respectivamente. El ácido quenodesoxicólico también es transformado por las
enzimas bacterianas para formar ácido litocólico, que es relativamente citotóxico. En conjunto, estos tres productos del
metabolismo bacteriano se denominan ácidos biliares secundarios. En los hepatocitos se produce una modificación
bioquímica importante adicional tanto en los ácidos biliares primarios como en los secundarios.
Estas moléculas están conjugadas bien con glicina o con taurina, lo cual disminuye su pKa de forma significativa. El
resultado es que los ácidos biliares conjugados están ionizados prácticamente en su totalidad en el pH que predomina en la
luz del intestino delgado y, por tanto, no pueden atravesar de forma pasiva las membranas plasmáticas. Como
consecuencia, los ácidos biliares conjugados son retenidos en la luz intestinal hasta que son absorbidos de forma activa en
el íleon terminal mediante el transportador apical de ácidos biliares dependiente del sodio (TAAS). Los ácidos biliares
conjugados que evitan esta captación son desconjugados por las enzimas bacterianas en el colon, y las formas no
conjugadas resultantes son reabsorbidas de forma pasiva a través del epitelio del colon, porque ya no están cargadas.

Circulación enterohepática: Los ácidos biliares contribuyen a la digestión y absorción de lípidos mediante su acción como
detergentes, más que como enzimas, y, por tanto, se requiere una masa significativa de estas moléculas para solubilizar
todos los lípidos de la dieta. Mediante la circulación enterohepática, los ácidos biliares conjugados reabsorbidos se dirigen
mediante la circulación portal de nuevo al hepatocito, donde son captados eficientemente por los transportadores
basolaterales, que pueden ser dependientes o independientes del Na+. De forma similar, los ácidos biliares que son
desconjugados en el colon también vuelven al hepatocito, donde son reconjugados para ser secretados a la bilis. De esta
forma, se adquiere un remanente de ácidos biliares primarios y secundarios circulantes, y la síntesis diaria es, por tanto,
igual sólo a la mínima parte (aproximadamente, 10%/día, o 200 a 400 mg) que evita la captación y su pérdida por las heces.
La única excepción a esta norma es el ácido litocólico, que es sulfatado de forma preferente en el hepatocito, más que
conjugado con glicina o taurina. La mayoría de estos conjugados se eliminan del organismo después de cada comida,
porque no son sustratos de la TAAS, por lo que se evita la acumulación de una molécula potencialmente tóxica.
Los ácidos biliares también participan en la homeostasia corporal total del colesterol. El remanente de colesterol en el
organismo refleja su síntesis diaria, así como el componente relativamente menor derivado de la ineficiente captación de la
dieta, equilibrada en función de las pérdidas del organismo, lo cual sólo puede producirse a través de la bilis en situaciones
normales. El colesterol puede excretarse en dos formas: bien como la molécula nativa, o tras su conversión en ácidos
biliares. Esta última forma es la responsable de hasta un tercio del colesterol excretado cada día, a pesar del reciclaje
enterohepático. Por tanto, una estrategia del tratamiento de la hipercolesterolemia es interrumpir la circulación
enterohepática de los ácidos biliares, lo cual causa una mayor conversión del colesterol en ácidos biliares; los ácidos biliares
son eliminados posteriormente del organismo con las heces.

Otros componentes de la bilis: La bilis también contiene colesterol y fosfatidilcolina. El colesterol proviene de la sangre, ya
sea portal o sistémica. La fosfatidilcolina procede de la capa interna de la membrana canalicular y es «volteado» de forma
específica a través de la membrana por un transportador de la familia ABC denominado proteína 3 de resistencia a
múltiples fármacos (MDR3). Además, debido a que las micelas mixtas compuestas por ácidos biliares, fosfatidilcolina y
colesterol son osmóticamente activas, y las uniones estrechas que unen hepatocitos adyacentes presentan alguna fuga, el
agua es extraída de la luz canalicular, así como otros solutos plasmáticos, como Ca+2, glucosa, glutatión, aminoácidos y
urea, en concentraciones que se aproximan esencialmente a las del plasma. Finalmente, la bilirrubina conjugada, que es
hidrosoluble, y una variedad de aniones orgánicos adicionales formados a partir de los metabolitos endógenos y los
xenobióticos, son excretados a la bilis a través de la membrana apical del hepatocito.

Flujo y modificación de la bilis: Los colangiocitos que revisten los conductillos biliares están diseñados específicamente
para modificar la composición de la bilis. Los solutos útiles, como la glucosa y los aminoácidos, son recuperados por la
actividad de los transportadores específicos. Los iones cloruro en la bilis también son intercambiados por HCO3–, por lo que
la bilis queda ligeramente alcalina y se reduce el riesgo de precipitación del Ca+2. El glutatión se descompone en la
superficie de los colangiocitos en los aminoácidos que lo constituyen por la acción de la enzima G-glutamil transpeptidasa
(GGT), y los productos son reabsorbidos. En este lugar también se diluye la bilis, de forma coordinada con la ingesta de la
comida, como respuesta a hormonas, como la secretina, que aumentan la secreción de HCO3– y estimulan la inserción de
canales del agua acuaporinasen la membrana apical de los colangiocitos. El flujo de bilis, por tanto, aumenta durante el
período posprandial, cuando los ácidos biliares son necesarios para ayudar a la asimilación de los lípidos.
El flujo biliar es determinado, independientemente del flujo sanguíneo de los sinusoides, por dos factores:
Dependiente de la excreción: Como los componentes de la bilis son osmóticamente activos, arrastran agua que va a
promover el flujo biliar.
Independientes de la excreción: Existe una ATPasa Na+/K+ dependiente en la membrana del polo apical de los hepatocitos
que genera la presión osmótica necesaria para que se produzca la entrada de agua al canalículo.
Vesícula biliar: Finalmente, la bilis penetra en los conductos y se dirige hacia el intestino. En la porción distal, el colédoco,
antes de unirse al duodeno, se fusiona con el conducto pancreático principal del páncreas. Desde ese punto de unión, el
conducto biliar ahora llamado hepatopancreático, se vuelve muy corto, y antes de desembocar en el duodeno, se forma el
ámpula hepatopancreática o ampolla de Vater, envueltos solo por un esfínter muscular, el esfínter de Oddi o esfínter
hepatopancreático. Sin embargo, en el intervalo entre comidas el flujo de salida está bloqueado mediante la constricción
del esfínter de Oddi, y, por tanto, la bilis se dirige de nuevo a la vesícula biliar. La vesícula biliar es una bolsa muscular
revestida por células epiteliales de alta resistencia. Durante el depósito en la vesícula biliar, la bilis se concentra mediante la
absorción activa de iones de sodio, que se intercambian por protones, ya que los ácidos biliares, como aniones principales,
son demasiado grandes para salir a través de las uniones estrechas del epitelio de la vesícula biliar. Sin embargo, aunque la
concentración de ácidos biliares puede aumentar en más de 10 veces, la bilis sigue siendo isotónica, porque una micela
simple actúa como una única partícula osmóticamente activa.
La bilis es secretada por la vesícula biliar como respuesta a las señales que simultáneamente relajan el esfínter de Oddi y
contraen el músculo liso que rodea el epitelio de la vesícula biliar. Un mediador esencial de esta respuesta es la
colecistocinina; de hecho, esta hormona debe el nombre a su capacidad para contraer la vesícula biliar. El resultado es la
eyección de un bolo concentrado de bilis a la luz duodenal, donde las micelas mixtas constituyentes pueden ayudar a la
captación de los lípidos. A continuación, cuando ya no son necesarios, los ácidos biliares son recuperados y vuelven a
penetrar en la circulación enterohepática para comenzar el ciclo de nuevo. Sin embargo, los demás componentes de la bilis
se pierden, sobre todo por las heces, por lo que se eliminan del organismo.
FUNCIONES SECRETORAS DEL APARATO DIGESTIVO

En toda la longitud del tubo digestivo, las glándulas cumplen varias funciones, por un lado secretan las enzimas digestivas y
por otro lado glándulas mucosas secretan moco para la lubricación y protección de todo el tubo digestivo.

Secreción salivar: A cargo de las glándulas salivares parótida, sublinguales y submaxilares. La saliva es un líquido incoloro
de consistencia acuosa o mucosa, que contiene proteínas, glucoproteínas, hidratos de carbono y electrólitos, células
epiteliales descamadas y leucocitos. Su función, entre otras, es iniciar la digestión de los alimentos al humedecerlos para
ayudar en el proceso de masticación y deglución, y contiene enzimas que comienzan el proceso de digestión de
carbohidratos y grasas.
Las glándulas salivares tienen secreción serosa y mucosa. La parótida es sólo serosa; las otras dos son mixtas.
La principal enzima de la saliva es la amilasa, enzima hidrolasa que tiene la función de catalizar la reacción de hidrólisis de
los enlaces 1-4 del componente α-Amilosa al digerir el glucógeno y el almidón para formar azúcares simples, y que se
produce principalmente en la parótida.
Si bien se produce saliva en forma constante a bajos niveles, la estimulación de la producción mayor de saliva se puede
producir: por reflejos condicionados (olfatorios, visuales, psíquicos; requieren la integridad de la corteza cerebral) o reflejos
no condicionados (por interacción de sustancias con quimiorreceptores en la boca y en particular las papilas gustativas).

Secreción gástrica: Son de 1 a 2 litros diarios. Sus componentes son producidos por las criptas estomacales, invaginaciones
del epitelio. El resto del epitelio es cilíndrico simple, que produce abundante moco con bicarbonato para no ser digerido
por el quimo estomacal.
Las glándulas fúndicas son invaginaciones en la región fúndica estomacal, que cuentan con numerosos tipos celulares; las
células mucosas del cuello cumplen el mismo papel que las de revestimiento, pero con una función extra, la de
regeneración celular de éstas; luego están las células parietales, más profundo en la glándula. Las células principales, por
último, son más pequeñas y abundantes y se encuentran al fondo de todo.
Las glándulas pilóricas y cardiales se encuentran en sus respectivas zonas, y son productoras de moco.
Por último, hay tipos celulares dispersos de secreción especializada: las células G, presentes principalmente en la región
antropilórica, las células D, en el antro y fundus, los mastocitos, adyacentes a vasos sanguíneos, y células enterocromafines.

Secreciones:
• Células principales: Producen pepsinógeno, de tipo I (fundus) y II (cuello); cuando entra en contacto con el pH menor a
3,5 del quimo se transforma en pepsina, endopeptidasa de pH óptimo 2 que rompe cadenas en el interior de la cadena.
Otra enzima producida por las células principales es la lipasa gástrica, con acción lipolítica.
• Células parietales: Producen la secreción ácida (HCl) y el factor intrínseco.
Secreción ácida: Las células parietales poseen en la membrana basolateral una bomba ácida, o H+/K+-ATPasa; un
intercambiador Cl-/HCO3-, que mantiene el cloro disponible en la célula y expulsa HCO3- a la sangre (generando un cambio
transitorio de pH que se conoce como marea alcalina); y un intercambiador Na+/H+. Mediante la producción y combinación
de H+ y Cl- a HCl la célula puede expulsar ácido que se vuelve a disociar en el quimo. Esto mantiene el pH del jugo gástrico
entre 1 y 3, lo que ayuda a desnaturalizar las proteínas y, sobre todo, es el pH óptimo para las enzimas estomacales.
Regulación de la secreción ácida: Las membranas de las tubulovesículas contienen las proteínas transportadoras
responsables de la secreción de H+ y cloro a la luz glandular. Cuando las células parietales son estimuladas para segregar
HCl las membranas tubulo-vesiculares se fusionan con la membrana plasmática del canalículo secretor, y esto aumenta
enormemente el número de canales protón-potasio en la membrana plasmática del canalículo secretor. Cuando las células
parietales segregan ácido gástrico a la máxima velocidad, los H+ son bombeados contra un gradiente de concentración de
un millón de veces. Así, el pH llega a 7 en el citosol de la célula parietal, mientras que es de 1 en la luz de la glándula.
Los mediadores de la secreción ácida son: la gastrina, la acetilcolina y la histamina. La acetilcolina es secretada por las
terminaciones vagales y estimula a los receptores muscarínicos de las células parietales. La gastrina, por otra parte,
produce un efecto rápido sobre la secreción parietal, estimulando a las células enterocromafines y los mastocitos a producir
histamina, que se une a los receptores H2 de las células parietales y estimulando la adenilato-ciclasa y, por medio de cAMP,
generando una cascada de quinasas que culminan en la activación de la H+-K+-ATPasa. Además, la gastrina tiene un efecto a
largo plazo, por estímulo de la síntesis de L-histidina-descarboxilasa (que convierte histidina en histamina), y también tiene
receptores directamente en las células parietales, que estimulan la producción de IP3 y la entrada de Ca+2.

Factor intrínseco: Es secretado por las células parietales, bajo los mismos estímulos que generan la secreción ácida.
Consiste en una glicoproteína que se une a la vitamina B12 en la luz del intestino delgado (cuando el pH sube un poco),
formando con ella un complejo que es reconocido por receptores en el resto del intestino delgado (en particular el íleon) y
absorbido hacia la sangre. El FI es el único componente de la secreción gástrica que es indispensable para la vida.
• Células G: Son productoras de gastrina. Se encuentran en las glándulas del antro gástrico, y son activadas por el sistema
nervioso por el péptido liberador de gastrina.
• Células D: Se encuentran en las criptas del cuerpo y antro estomacal. Su función es la producción de somatostatina, que
inhibe a otras hormonas peptídicas.

Regulación de la secreción gástrica: Se produce principalmente por el tono vagal, a cargo del SN parasimpático; cuando se
detecta la presencia de comida, el estómago se distiende, activando terminaciones nerviosas aferentes en la pared. Esto
activa la regulación vagal, que va a generar, principalmente por acetilcolina y péptido activador de la gastrina, la
producción de hormonas parácrinas como la gastrina y la histamina, o bien puede actuar directamente sobre las glándulas
incentivando la síntesis de sus productos.

Secreción exócrina pancreática: Las secreciones procedentes del páncreas son cuantitativamente los mayores
contribuyentes de la digestión enzimática de la comida. El páncreas también proporciona importantes productos de
secreción adicionales que son vitales para la función digestiva normal. Estos productos comprenden sustancias que regulan
la función o la secreción (o ambas) de otros productos pancreáticos, así como agua e iones bicarbonato.
Estos últimos están implicados en la neutralización del ácido gástrico, de forma que la luz del intestino delgado tenga un pH
próximo a 7,0. Esto es importante, porque las enzimas pancreáticas se inactivan con niveles elevados de acidez, y también
porque la neutralización del ácido gástrico reduce la posibilidad de que la mucosa del intestino delgado resulte lesionada
por dicho ácido actuando en combinación con la pepsina.
Al igual que las glándulas salivales, el páncreas tiene una estructura que consta de conductos y ácinos. Las células acinares
pancreáticas tapizan los fondos de saco de un sistema de conductillos que se ramifican y que, finalmente, drenan en el
conducto pancreático principal y desde éste al intestino delgado bajo control del esfínter de Oddi. En general, las células
acinares aportan los componentes orgánicos de la secreción pancreática en una secreción primaria cuya composición iónica
es comparable a la del plasma, mientras que los conductos la diluyen y la alcalinizan mediante la reabsorción de iones
cloruro. Los principales componentes de la secreción pancreática, que tiene un volumen aproximado de 1,5 l/día en los
adultos, incluyen además numerosas enzimas. Muchas de las enzimas digestivas producidas por el páncreas, especialmente
las proteolíticas, se fabrican como precursores inactivos. El almacenamiento en estas formas inactivas parece ser
extremadamente importante para evitar que el páncreas se digiera a sí mismo.

Secreción de bicarbonato: El mecanismo detector del pH está imbricado en unas células endocrinas especializadas que se
localizan en el epitelio del intestino delgado y que se conocen como células S. Cuando el pH luminal disminuye
aproximadamente a 4,5, las células S desencadenan la liberación de secretina, presumiblemente en respuesta a los
protones; y ésta promueve la secreción de bicarbonato. La secretina aumenta el AMPc en las células de los conductillos y,
por tanto, se abren los canales CFTR (Cystic fibrosis transmembrane conductance regulator, por su relación con la fibrosis
quística) del Cl- y causan un flujo de salida de Cl- a la luz del conducto. Esto estimula de forma secundaria la actividad de un
sistema de antiporte adyacente que intercambia los iones cloruro por bicarbonato.

Secreción enzimática: Es la más importante para la digestión; de acuerdo a los sustratos que digiere, se pueden clasificar a
sus enzimas en proteolíticas, amilolíticas, lipolíticas y nucleolíticas.
• Enzimas amilolíticas: es la α-amilasa, que cataliza la hidrólisis de los enlaces α-1,4-glucosídicos; sus sustratos son el
almidón y el glucógeno, a los que convierte en maltosa, maltotriosa, oligosacáridos y algo de glucosa. Su pH óptimo de
actividad es de 6,9.
• Enzimas lipolíticas: la principal es la lipasa pancreática, que degrada principalmente triglicéridos, y diglicéridos y
monoglicéridos en menor medida; para esto necesita que los lípidos estén emulsionados en micelas mixtas por las sales
biliares, ya que debe trabajar en la fase agua-lípido. Su acción es ayudada por la enzima colipasa.
Otras enzimas lipídicas son la fosfolipasa (hidrolasas de los enlaces éster de los fosfoípidos), la carboxil-ester-hidrolasa,
con una gran variedad de sustratos dentro de los ésteres carboxílicos, y la colesterol-esterasa, que es una enzima
reversible que puede actuar tanto en la síntesis como en la degradación de ésteres de colesterol.
• Enzimas proteolíticas: Pueden ser endopeptidasas o exopeptidasas. Las endopeptidasas comprenden a la tripsina y la
quimiotripsina. Ambas son secretadas como zimógenos (tripsinógeno y quimiotripsinógeno). El tripsinógeno se transforma
en tripsina por el corte de aminoácidos que le cataliza la enzima enteroquinasa presente en el intestino; pero la tripsina ya
formada convierte tanto quimiotripsinógeno como tripsinógeno a sus formas activas, por lo que tiene acción autocatalítica.
La tripsina hidroliza los enlaces del interior de la cadena en el extremo carboxilo de aminoácidos básicos. La quimiotripsina
hace lo mismo en el carboxilo de aminoácidos aromáticos. Otras endopeptidasas menos importantes actúan sobre
proteínas muy selectas: la elastasa sobre la elastina, la colagenasa sobre el colágeno, la calicreína sobre ésteres Arg/Lys.
Las exopeptidasas, por otra parte, actúan sobre aminoácidos terminales, y comprenden a las enzimas carboxipeptidasas y a
la leucina-amino-peptidasa. La conversión a su forma activa (también son secretadas como zimógenos) se da por la tripsina.
La carboxipeptidasa A actúa sobre aminoácidos C-terminales aromáticos, y la B sobre básicos. La leucina-amino-peptidasa
tiene la capacidad de eliminar de a uno los aminoácidos del extremo N-terminal.
• Enzimas nucleolíticas: Comprenden ribonuleasas y desoxirribonucleasas.

Regulación de la secreción pancreática enzimática: Estimuladores: La ya mencionada secretina producida por las células S
no sólo estimula la producción de bicarbonato, sino también (pero en menor medida) la enzimática. La colecistocinina
(CCK) es producida por las células I del intestino ante la llegada de alimento (aminoácidos, lípidos, azúcares), y estimula la
secreción enzimática en gran medida. Tanto la secretina como la CCK tienen un feedback negativo que las inhibe en la
llegada de tripsina y quimiotripsina al duodeno.
También hay acción nerviosa mediada por químicos. Los neuropéptidos, en especial el GRP (gastrin-releasing peptide), así
como la acción directa colinérgica (por acetilcolina desde las terminaciones vagales), estimulan la síntesis y liberación de las
enzimas pancreáticas; su activación responde a receptores químicos y de estiramiento ante la llegada de alimento.
Inhibidores: La somatostatina de las células D pancreáticas y el glucagón, si bien están relacionados con la regulación del
páncreas endócrino, también tienen efectos (inhibitorios) sobre el exócrino. Además hay péptidos reguladores como el PP
(polipéptido pancreático), que inhibe la secreción enzimática pancreática posprandial (después de la comida), y se activa
por la distensión estomacal; y el PYY (péptido YY), localizado en islotes de Langerhans pancreáticos, además de íleon, colon
y recto, que produce inhibición enterogástrica (también inhibe la secreción estomacal).

Secreción intestinal: Se compone principalmente de agua, electrolitos, mucina y bicarbonato; pero también produce otras
sustancias, tales como: lisozimas, inmunoglobulinas y péptidos de acción antimicrobiana, a cargo de las células
caliciformes; disacaridasas que terminan de degradar las maltosas y otros disacáridos producto de la degradación por la
amilasa pancreática; peptidasas que hacen otro tanto con los oligopéptidos y dipéptidos que quedan; y enteroquinasa,
indispensable para activar el tripsinógeno a tripsina (y, a través de ésta, todas las enzimas peptidasas pancreáticas). Con
respecto a las sacaridasas, la acción de la isomaltasa es indispensable porque es la única con capacidad de romper enlaces
α-(1-6), presente en todas las ramificaciones del glucógeno y la amilopectina del almidón.
DESARROLLO DEL T.P.:

Acción proteolítica del páncreas: Se hicieron tres soluciones: una con homogenato de páncreas sólo, otra con páncreas y
epitelio duodenal, y otra con solución fisiológica (testigo); luego se colocaron en tres segmentos de una placa radiográfica
(cubierta por gelatina), y se dejó degradar en una estufa a temperatura fisiológica. De los tres segmentos, sólo el de
homogenato de páncreas y mucosa duodenal degradó la gelatina, ya que la tripsina necesita la enteroquinasa para
funcionar, y todas las otras enzimas proteolíticas como la colagenasa son activadas por la tripsina.

Acción amilolítica del páncreas: El almidón y distintos productos de distintas etapas de su degradación reaccionan con el
yodo en solución de lugol, para dar distintos colores: el almidón se tiñe de azul; la amilodextrina, de violeta; la
erirtodextrina, de rosa; y la acrodextrina, de blanco.
En 4 tubos se colocó almidón, lugol y homogenato pancreático con amilasa pancreática. El primero se dejó a temperatura
ambiente, por lo que permaneció azul (no se degradó el almidón por falta de temperatura fisiológica). Los otros tres se
dejaron a temperatura fisiológica hasta que adquirieron color violeta (N° 2), rosa (N° 3), y blanco (N° 4); para mayor
degradación, fue necesario más tiempo (N° 2- 2 minutos; N° 3-3:30 minutos; N° 4-5 minutos). En cuanto alcanzaron el color
deseado, se “cortó” la degradación por adición de ácido clorhídrico, cambiando el pH y desnaturalizando la amilasa.
El mismo experimento podría haberse realizado con amilasa salival.

Acción amilolítica del páncreas: El jugo pancreático contiene una enzima, la lipasa, que hidroliza los triglicéridos a ácidos
grasos y monoglicéridos. Su acción es potenciada en presencia de bilis, ya que ésta por su capacidad emulsionante aumenta la
superficie de contacto sobre la que actúa la lipasa.
En 3 tubos de ensayo se colocó agua y aceite en igual proporción; a los tubos 2 y 3 se le agregó, además, homogenato de
páncreas (el tubo 1 se dejó de testigo), y detergente sólo en el tubo 3. Luego se dejaron los tubos a temperatura
fisiológica por 30 minutos. Finalmente, se añadió bromotimol, que reacciona con las bases para pasar desde un tinte
amarillento hasta dar un color azul intenso.
Se tituló cada tubo con OHNa hasta que su contenido se volvió azul. Aquellos que tuvieran mayor proporción de ácidos
grasos libres, neutralizarían más base, por lo que haría falta agregar más OHNa para llegar al color azul.
El tubo 1, testigo, no tenía lipasa ni ácidos grasos libres, y con 1 sola gota de OHNa se volvió azul.
En el tubo 2, por no tener detergente, los lípidos formaron grandes gotones, y dado que la lipasa debe trabajar entre las
fases acuosa y lipídica, pocos ácidos grasos se liberaron, y sólo se requirieron 2 gotas de OHNa para llegar al color azul.
En el tubo 3, donde el detergente formó pequeñas micelas de fácil acceso, se requirieron 8 gotas.

La liberación de los ácidos grasos además proporciona a la lipasa un pH más ácido que el pH cercano a 8 del contenido del
duodeno (el pH óptimo de la lipasa es = 6).
Unidad 8 – Física Biológica – Motilidad y regulación del aparato digestivo

Estructura del tracto digestivo: Un corte transversal típico de la pared intestinal revela de fuera hacia dentro las capas:
1) Serosa; 2) capa muscular lisa longitudinal; 3) capa muscular lisa circular; 4) submucosa, y 5) mucosa.
Además, la zona profunda de la mucosa contiene haces dispersos de fibras de músculo liso, la muscularis mucosae. Las
funciones motoras gastrointestinales dependen de sus distintas capas de músculo liso.
El tracto digestivo contiene en sus paredes una red nerviosa denominada sistema nervioso entérico, formado por el plexo
mientérico, entre la capa circular y la longitudinal, y submucoso, entre la mucosa y la capa circular de músculo liso.
Las fibras nerviosas extrínsecas, por otra parte, están a cargo de los sistemas simpático y parasimpático, y son casi todas
posganglionares. Además, un número de fibras aferentes llevan información al SNC desde mecanorreceptores y
quimiorreceptores para indicar la distensión y la llegada de alimentos.

Funcionamiento del músculo liso digestivo: El músculo liso gastrointestinal funciona como un sincitio. Cada una de las
fibras del músculo liso del tubo digestivo mide de 200 a 500 μm de longitud y de 2 a 10 μm de diámetro. Todas ellas se
disponen en haces, formados por hasta 1.000 fibras paralelas. En la capa muscular longitudinal, los haces se extienden en
sentido longitudinal por el tubo digestivo, mientras que en la capa muscular circularlo rodean.
En cada haz, las fibras musculares están conectadas eléctricamente unas a otras mediante un gran número de uniones gap
que permiten el paso de los iones de unas células a otras con escasa resistencia. Por tanto, las señales eléctricas que inician
las contracciones musculares pueden viajar con rapidez de una fibra a otra dentro de cada haz, pero aún más deprisa en
sentido longitudinal que en sentido lateral.
Además existen unas pocas conexiones entre las capas musculares longitudinal y circular, por lo que la excitación de una de
ellas suele estimular también la otra.

Actividad eléctrica del músculo liso digestivo: El músculo liso gastrointestinal se excita por la actividad eléctrica intrínseca
lenta y casi continua que recorre las membranas de las fibras musculares. Esta actividad posee dos tipos básicos de ondas
eléctricas: ondas lentas y espigas.

Ondas lentas: Casi todas las contracciones gastrointestinales


son rítmicas; este ritmo está determinado fundamentalmente
por la frecuencia de las llamadas «ondas lentas» del potencial
de membrana del músculo liso. Estas ondas no son
potenciales de acción, sino que constituyen cambios lentos y
ondulantes del potencial de membrana en reposo. Su
intensidad suele variar entre 5 y 15 mV y su frecuencia oscila
en las distintas partes del aparato digestivo humano entre 3 y
12 por minuto: 3 en el cuerpo gástrico y hasta 12 en el
duodeno y un número de alrededor de 8 a 9 en el íleon
terminal; esta frecuencia se traduce en igual número de contracciones para cada sección del tracto digestivo.
No se conoce con exactitud el origen de las ondas lentas, pero parece que podría deberse a interacciones complejas entre
las células musculares lisas y unas células especializadas, llamadas células intersticiales de Cajal, que se cree actúan como
marcapasos eléctricos para las fibras musculares lisas. Estas células intersticiales forman una red y se encuentran
entremezcladas con las capas del músculo liso, con cuyas células establecen contactos parecidos a una sinapsis. Las células
intersticiales de Cajal sufren cambios cíclicos de su potencial de membrana debido a unos canales iónicos peculiares que se
abren de manera periódica y producen corrientes hacia el interior (marcapasos).
En general, las ondas lentas no inducen por sí mismas contracciones musculares; su función principal consiste en controlar
la aparición de los potenciales intermitentes en espiga que, a su vez, producen la contracción muscular.

Potenciales en espiga: Los potenciales en espiga son verdaderos potenciales de acción. Se generan automáticamente
cuando el potencial de reposo de la membrana del músculo liso gastrointestinal alcanza un valor más positivo que - 40 mV
(el potencial normal en reposo de la membrana de las fibras del músculo liso gastrointestinal varía de -50 a -60 mV).
Cada vez que los valores máximos de las ondas lentas se elevan temporalmente por encima de -40 mV, aparecen
potenciales en espiga. Cuanto más asciende el potencial de la onda lenta por encima de ese valor, mayor será la frecuencia
de los potenciales en espiga, que suele oscilar entre 1 y 10 espigas por segundo. Los potenciales en espiga del músculo
gastrointestinal duran de 10 a 40 veces más que los potenciales de acción de las grandes fibras nerviosas y cada espiga
llega a prolongarse de 10 a 20 mseg.
Otra diferencia esencial entre los potenciales de acción del músculo liso gastrointestinal y los de las fibras nerviosas es la
forma en que se generan. En las fibras nerviosas, los potenciales de acción se deben casi por completo a la entrada rápida
de iones sodio al interior de las fibras a través de los canales de sodio. Los canales responsables de los potenciales de
acción de las fibras del músculo liso gastrointestinal son algo distintos; facilitan la entrada en las células de grandes
cantidades de iones calcio junto con un menor número de iones sodio, por lo que reciben el nombre de canales de calcio-
sodio. La apertura y el cierre de estos canales suceden de manera mucho más lenta que los de los canales rápidos de sodio
de las grandes fibras nerviosas. La lentitud de la apertura y del cierre de los canales de sodio-calcio justifica la larga
duración de los potenciales de acción.

Cambios de voltaje del potencial de membrana en reposo: El voltaje basal del potencial de membrana en reposo puede
cambiar en otras formas que las ondas lentas y los potenciales espiga. Los factores que despolarizan la membrana, es decir,
los que la hacen más excitable, son: 1) la distensión del músculo; 2) la estimulación con acetilcolina liberada desde las
terminaciones de los nervios parasimpáticos, y 3) la estimulación por distintas hormonas gastrointestinales específicas.
Los factores que hiperpolarizan y reducen la excitabilidad de la fibra muscular son: 1) el efecto de la noradrenalina o de la
adrenalina sobre la membrana de la fibra y 2) la estimulación de los nervios simpáticos que secretan principalmente
noradrenalina en sus terminaciones.

Iones calcio y contracción muscular: La contracción del músculo liso sucede tras la entrada de iones calcio en las fibras
musculares. A través del mecanismo de control de la calmodulina, se activan los filamentos de miosina de la fibra y se
generan fuerzas de atracción entre estos y los filamentos de actina y de este modo se induce la contracción del músculo.
Las ondas lentas no propician la entrada de iones calcio en las fibras musculares lisas, sino sólo la de iones sodio. Por tanto,
las ondas lentas no suelen producir, por sí solas, la contracción muscular. Sin embargo, durante los potenciales en espiga
generados en el máximo de las ondas lentas penetran grandes cantidades de iones calcio en las fibras y generan la mayor
parte de las contracciones.

Contracción tónica de una parte del músculo liso gastrointestinal: Una parte del músculo del aparato gastrointestinal
produce contracciones tónicas además de, o en lugar de, contracciones rítmicas. La contracción tónica es continua, no
asociada al ritmo eléctrico básico de las ondas lentas y a menudo persiste varios minutos o incluso varias horas. Su
intensidad suele aumentar o disminuir, pero la contracción se mantiene.
La contracción tónica obedece en ocasiones a potenciales en espiga repetidos y continuos, de forma que cuanto mayor sea
la frecuencia, mayor será el grado de contracción. En otros casos, la contracción tónica se debe a la acción de hormonas o
de otros factores que inducen una despolarización parcial y continua de la membrana del músculo liso sin generar
potenciales de acción. Una tercera causa de contracción tónica es la entrada continua de iones calcio dentro de la célula a
través de vías no asociadas a cambios del potencial de membrana; pero estos mecanismos aún no se conocen con detalle.

Motilidad gástrica: El tercio proximal del estómago tiene función de reservorio; mientras que los dos tercios distales tienen
la función de mezclar y evacuar el contenido.
En el ayuno, el estómago está parcialmente colapsado, y presenta reposo regulado por el tono colinérgico vagal, mezclado
con complejo motor migratorio que comparte con el intestino (ver más adelante). Mediante el mantenimiento de un tono
permanente (basal), se evita el reflujo de contenido desde el estómago al esófago.
Después de la ingesta de comida, antes de que esta llegue al estómago, la percepción de esta por quimio y
mecanorreceptores genera la disminución del tono basal, mediada por el óxido nítrico, lo que permite la distensión
estomacal (reflejo vago-vagal inhibitorio). Esta distensión que se produce una vez que llega el bolo alimenticio estimula
mecanorreceptores estomacales, que a su vez producen la contracción del píloro, reteniendo al alimento en el estómago.
En esta etapa, además, comienza la actividad contráctil, de segmentación y mezcla del quimo. El estómago es la única parte
del tracto digestivo donde la contracción puede ser producida por las ondas lentas y no los potenciales espiga.
Evacuación: Está muy coordinada, ya que requiere: presión (contracción) por parte del cuerpo del estómago, el
relajamiento del píloro, y un duodeno relajado (para evitar el reflujo). Hay diversos factores que regulan esta coordinación.
Para empezar, quimiorreceptores en la pared gástrica impiden la motilidad gástrica, y por lo tanto la evacuación, si el pH es
superior a 3 (lo que significa que no pueden actuar las enzimas). Un efecto similar se produce por la presencia de
osmorreceptores que impiden que escapen soluciones hiperosmóticas.
El volumen del bolo alimenticio va a ser controlado por mecanorreceptores que evacúan cantidades demasiado grandes de
alimento, impidiendo que sólidos indigeribles permanezcan indeterminadamente en el estómago.
Por último, hay hormonas que tienen, en un grado pequeño, acción sobre la evacuación del estómago: la gastrina y la
endotelina entre ellas.

Motilidad intestinal: Se divide entre períodos interdigestivos, en los que se regula en forma similar al estómago (ver más
adelante), y la llegada del quimo.
Los dos movimientos que se producen en presencia de alimento son la segmentación y el peristaltismo.
La segmentación consiste en contracciones localizadas que se alternan en su lugar de producción y que permiten la división
del quimo en segmentos más pequeños. Su frecuencia es regulada por las ondas lentas, y es de alrededor de 10 / minuto.
Es el resultado, principalmente, de la contracción de la capa circular.
El peristaltismo, por otra parte, consiste en movimientos de contracción longitudinales y continuos a lo largo del tracto,
seguidos de la relajación del mismo segmento y la contracción del siguiente, con el objetivo de propulsar al contenido de la
luz del tubo en sentido distal. Se propaga en segmentos cortos de unos 10 cm, por lo que el traslado tarda horas.
Es el resultado, principalmente, de la contracción de las capas longitudinales.
Ambos tipos de movimientos son iniciados por el estímulo de las fibras musculares lisas ante la llegada del quimo a
receptores de la mucosa.

Motilidad gastrointestinal en el ayuno: Existe un patrón de actividad mioeléctrica y motora denominada complejo
mioeléctrico migratorio (CMM). Éste consta de tres fases: fase 1 con ausencia de actividad, fase 2 con actividad
espontánea irregular, y fase 3 con actividad rítmica. Este ciclo está producido por la descarga de los potenciales espiga, y
dura aproximadamente 100 (de 90 a 120) minutos en el hombre.
El MMC comienza en el estómago proximal y se distribuye hasta el íleon; cuando llega al final de éste, comienza de nuevo.

Regulación de la motilidad gastrointestinal: Si bien hay un nivel de autorregulación a cargo de las células de Cajal y del
sistema nervioso entérico, el SNA es de gran importancia para el control de la motilidad digestiva. El CMM, por ejemplo,
está sujeto a inervación vagal colinérgica y eferencias adrenales, lo que le confiere la cualidad cíclica.
La inervación simpática proviene del plexo celíaco. El principal neurotransmisor que secretan es noradrenalina, que actúa
en forma inhibidora tanto sobre el mismo músculo liso, como sobre el sistema nervioso entérico.
La inervación parasimpática está a cargo de los nervios vagos, y su principal neurotransmisor es la acetilcolina, con
receptores muscarínicos por parte del tracto digestivo que promueven la mayor contracción del músculo liso.
El peristaltismo está programado por el sistema nervioso entérico, en respuesta a mecanorreceptores y quimiorreceptores
que perciben la llegada del quimo. La acetilcolina se utiliza principalmente para la contracción del segmento
correspondiente del tracto digestivo, mientras que el NO (óxido nítrico) se utiliza para la inhibición motora de los otros
segmentos, lo que permite la propulsión del contenido de la luz. La producción de NO está mediada por la somatostatina,
opioides y el ácido-gamma-butírico (GABBA).
Con respecto a la segmentación, es el resultado de desinhibidores de la contracción de la capa circular; en el intestino
proximal, estos desinhibidores son péptidos opioides.
TRABAJO PRÁCTICO – MOTILIDAD GASTROINTESTINAL:

Motilidad gástrica en el sapo: Se desmeduló a un sapo y se le extrajo el estómago,


cortándolo a la altura del cardias y el píloro. Luego se introdujo, sin ligar ni bloquear el
píloro (para demostrar su continencia), una cánula en el cardias, y se fijó todo a un
soporte. En el estómago se introdujo una solución Ringer coloreada con azul de metileno
a 30°, y se observaron las contracciones espontáneas del estómago para retener el líquido
y mezclarlo. Luego se probó agregar las sustancias:
• Acetilcolina: La acetilcolina, del mismo modo que la liberada por el sistema nervioso
parasimpático (n. vagos), aumenta la contracción del músculo liso gástrico.
• Adrenalina: La adrenalina, al igual que la noradrenalina del sistema nervioso simpático,
disminuye la contracción del músculo liso gástrico hacia un tono basal.
• Atropina (+ acetilcolina, posteriormente): La atropina es un inhibidor competitivo de la
acetilcolina que se une a los receptores muscarínicos, impidiendo que el agregado
posterior de acetilcolina surja efecto.

Motilidad intestinal en la rata: Se aislaron fragmentos del intestino delgado que se colocaron en placas de Petri bañados
en Ringer. Al igual que con el estómago, se produjeron estímulos con acetilcolina, adrenalina, y atropina, produciendo los
mismos efecto sólo que con los movimientos intestinales (peristálticos y de segmentación).
Unidad 9 – Fisiología y Física Biológica – Hormonas y homeostasis metabólica
REGULACIÓN DE LA GLUCEMIA:

Páncreas endócrino: Los islotes de Langerhans constituyen la porción endocrina del páncreas. Los islotes están constituidos
por varios tipos celulares, cada uno de los cuales produce una hormona distinta. Las células beta constituyen unas tres
cuartas partes de todas las células de los islotes, y producen la hormona insulina. Las células alfa representan el 10% de los
islotes y segregan glucagón. El tercer tipo celular más importante en los islotes son las células delta (D), que suponen el 5%
del total de las células y producen el péptido somatostatina. Un cuarto tipo celular, la célula F, constituye el 80% de las
células de los islotes situados en la porción posterior de la cabeza del páncreas (incluida la apófisis unciforme); estas células
segregan el péptido llamado polipéptido pancreático.
El flujo de sangre a los islotes es, en cierto sentido, autónomo del flujo que llega al tejido pancreático exocrino circundante.
La sangre que fluye por los islotes pasa de las células beta, que predominan en el centro de los mismos, a las células alfa y
delta, que se localizan en la periferia. Por tanto, las primeras células que se afectan por la insulina son las células alfa, dado
que la insulina inhibe la secreción de glucagón.

Insulina: La insulina es la principal hormona anabólica responsable del mantenimiento de los límites superiores de la
glucemia y de las concentraciones de ácidos grasos libres. La insulina consigue su objetivo mediante la estimulación de la
captación de la glucosa y su utilización en el músculo y el tejido adiposo, aumentando los depósitos hepáticos y musculares
de glucógeno y reduciendo la salida de glucosa del hígado. La insulina potencia la síntesis de proteínas a partir de los AA e
inhibe su degradación en los tejidos periféricos. La insulina también potencia la síntesis de triglicéridos (TG) en el hígado y
el tejido adiposo, y reprime la lipólisis de los depósitos de TG del tejido adiposo. Por último, la insulina regula la
homeostasia metabólica por sus efectos sobre la saciedad. La pérdida parcial o completa de la acción de la insulina
ocasiona una importante hiperglucemia, dislipemia y diabetes mellitus.

• Estructura, síntesis y secreción: La insulina es una hormona proteica que se sintetiza en los polirribosomas como
preproinsulina, y las enzimas microsomales separan el péptido señal N-terminal para producir la proinsulina cuando el
péptido penetra en el retículo endoplásmico. La proinsulina se empaqueta dentro del aparato de Golgi en gránulos
secretores rodeados de membrana. La proinsulina contiene la secuencia de AA de la insulina, más el péptido C (de
conexión) de 31 aminoácidos y cuatro AA de unión. Las proteasas que degradan la proinsulina (convertasas de
proproteínas) se empaquetan con la proinsulina dentro de los gránulos secretores. La hormona madura está constituida
por dos cadenas, una A y una B, que se conectan por dos enlaces disulfuro. La insulina se almacena en los gránulos de
secreción dentro de cristales rodeados de zinc. Cuando se estimulan las células, liberan el contenido de los gránulos, que
sale fuera de las mismas mediante exocitosis.

La insulina tiene una semivida de 5-8 minutos, y se elimina con rapidez de la circulación. Se degrada por la insulinasa en el
hígado, el riñón y otros tejidos. Como la insulina se segrega hacia la vena porta, se expone a la insulinasa hepática justo
antes de entrar en la circulación periférica. Por tanto, casi la mitad de la insulina se degrada antes de abandonar el hígado,
de forma que los tejidos periféricos se exponen a la mitad de la concentración de insulina sérica que el hígado.
Las concentraciones de insulina sérica empiezan a aumentar habitualmente a los 10 minutos de ingerir la comida, y llegan
al máximo en 30-45 minutos. La glucosa es el principal estímulo para la secreción de insulina. La entrada de glucosa en las
células beta se facilita por el transportador GLUT2 (que tiene baja afinidad por la glucosa). Cuando la glucosa entra en las
células beta, se fosforila a G6P por la hexocinasa de baja afinidad denominada glucocinasa. La glucocinasa se considera un
«sensor de glucosa» de la célula beta, porque la velocidad de entrada de la glucosa se relaciona con la velocidad de
fosforilación de la misma, que guarda a su vez relación directa con la secreción de insulina. El metabolismo de la G6P por
las células beta aumenta el cociente ATP/ADP intracelular y cierra un canal de K+ sensible al ATP. Este cierre condiciona una
despolarización de la membrana de la célula beta, que abre los canales del Ca++ sensibles al voltaje. El aumento del calcio
intracelular activa la exocitosis mediada por calmodulina, quinasas y proteínas similares a las sinapsinas de la sinapsis
nerviosa, que liberan los gránulos de secreción desde los microtúbulos.
La secreción de insulina se inhibe por los receptores A2-adrenérgicos, que se activan por la adrenalina (de la médula
suprarrenal) y la noradrenalina (de las fibras simpáticas posganglionares). Los receptores A2-adrenérgicos actúan
reduciendo el AMPc. La inhibición adrenérgica de la insulina sirve como protección frente a la hipoglucemia, sobre todo
durante el ejercicio.
El receptor de la insulina: El receptor de la insulina (RI) es un miembro de la familia de receptores de la tirosin cinasa. El RI
se expresa en la membrana celular como un homodímero que se mantienen unidos mediante un enlace disulfuro. La unión
de la insulina al receptor induce la autofosforilación del receptor en tres residuos de tirosina. Estos residuos de
fosfotirosina reclutan al sustrato del receptor de insulina (IRS), que actúa como segundo mensajero iniciando una cascada
de quinasas que resulta en la transcripción de genes relacionados con enzimas necesarias para la síntesis de glucógeno.
Esta cascada de quinasas también resulta en la integración a la membrana plasmática de vesículas que se almacenan
dentro de la célula cargadas de importadores de glucosa (GLUT4).

Glucagón: El glucagón es la principal hormona contrarreguladora que aumenta la glucemia por sus efectos sobre la
producción hepática de glucosa. El glucagón potencia la producción de glucosa mediante el aumento de la glucogenolisis y
la gluconeogénesis, y la reducción de la glucólisis. El glucagón también inhibe la síntesis de lípidos a nivel hepático a partir
de la glucosa.

Estructura, síntesis y secreción: El precursor preproglucagón contiene las secuencias de AA para el glucagón, GLP-1 y GLP-
2; y se degrada de forma proteolítica en la célula alfa de una forma específica para dar lugar al péptido de 29 aminoácidos
llamado glucagón. El glucagón circula libre y tiene una semivida corta, de unos 6 minutos. El sitio en el que se produce
principalmente la degradación del glucagón es el hígado. Dado que el glucagón (de origen pancreático o intestinal) penetra
en la vena porta hepática y se transporta al hígado antes de llegar a la circulación sistémica, un porcentaje elevado de esta
hormona nunca llega a la circulación sistémica. El hígado es el principal órgano diana para el glucagón, y sus efectos sobre
los tejidos periféricos son menores.
Varios factores que estimulan la insulina inhiben el glucagón. De hecho, el factor que determina el flujo neto de las vías
metabólicas hepáticas es el cociente entre insulina y glucagón. Un estímulo esencial para la secreción del glucagón es la
reducción de la glucemia, que es un efecto principalmente indirecto de la falta de inhibición por la insulina. Las
catecolaminas circulantes, que inhiben la secreción de insulina a través de los receptores A2-adrenérgicos, estimulan la
secreción de glucagón mediante los receptores B2-adrenérgicos. Los AA séricos potencian la secreción de glucagón, de
forma que una comida proteica aumenta las concentraciones posprandiales de insulina y glucagón, lo que protege frente a
la hipoglucemia, mientras que las comidas ricas en hidra-tos de carbono sólo estimulan la insulina.

Receptor del glucagón: Es un receptor acoplado a proteína GS. Su unión al glucagón activa a la adenilato ciclasa, que
produce cAMP como segundo mensajero. Esto lleva a la activación y producción de enzimas necesarias para la
glucogenolisis, la gluconeogénesis, y la inhibición de las enzimas necesarias en la glucólisis.

Adrenalina y noradrenalina: Los otros dos factores contrarreguladores importantes son las catecolaminas adrenalina y
noradrenalina. Estas dos sustancias se segregan en la médula suprarrenal, mientras que sólo la noradrenalina se segrega en
las terminaciones nerviosas posganglionares simpáticas. Las acciones metabólicas directas de las catecolaminas vienen
mediadas principalmente por los receptores B-adrenérgicos localizados en el músculo, el tejido adiposo y el hígado. Igual
que sucede con el receptor del glucagón, los receptores B-adrenérgicos (B2y B3) aumentan el AMPc intracelular. Las
catecolaminas se liberan de las terminaciones nerviosas simpáticas y la médula suprarrenal como respuesta a una
reducción de la glucemia, en situaciones de estrés y durante el ejercicio. La hipoglucemia se percibe principalmente en las
neuronas hipotalámicas, que ponen en marcha una respuesta simpática para liberar catecolaminas.

Valor normal de la glucemia: 70 – 100 miligramos por decilitro (en ayunas).


Homeostasis metabólica: La glucemia se debe mantener dentro de unos valores específicos, y está condicionada por la
absorción del alimento y el flujo de los sustratos energéticos recién absorbidos o almacenados por las distintas vías
metabólicas, que también deben satisfacer las exigencias de energía de todas las células. El flujo relativo de carbonos por
las distintas vías depende de las reacciones enzimáticas clave.

Ingesta: La ingesta de una comida mixta estimula la liberación de insulina en las células beta, y la insulina inhibe
rápidamente la liberación de glucagón por las células alfa adyacentes. Esto determina un aumento del cociente
insulina/glucagón en la vena porta hepática a su entrada en el hígado. El hígado responde a esta señal incrementando la
utilización hepática de glucosa, en primer lugar mediante un aumento de la síntesis de glucógeno. Cuando los depósitos de
glucógeno hepáticos (80-100 g) están repletos, el exceso de glucosa se emplea para la síntesis de TG (el hígado cubre sus
propias necesidades de energía principalmente mediante la oxidación de los AA no ramificados en estado de alimentación).
La glucosa pasa a la glucólisis, que en el hígado se interpreta como una vía accesoria para la síntesis de TG. La glucólisis
induce la acumulación de citrato, que sirve para transportar el grupo acetilo del acetil CoA al citoplasma, donde se produce
la síntesis de acil CoA graso. La glucosa también se dirige a una vía no oxidativa, la derivación de la hexosa monofosfato,
que es uno de los principales sistemas que aportan el NADPH necesario para la síntesis de acil CoA graso.
Además de estas vías anabólicas de síntesis de glucógeno y lipogénesis que utilizan glucosa, el elevado cociente entre
insulina y glucagón inhibe las vías que producen glucosa a nivel hepático (glucogenolisis y gluconeogénesis) y la oxidación
del acil CoA graso hepático. Esto se consigue mediante la estimulación de las enzimas clave y la inhibición simultánea de las
enzimas opuestas. Este proceso coordinado de activación y represión reduce el inicio de ciclos fútiles.
Algunos de los pasos metabólicos más importantes regulados por la insulina a nivel hepático son los siguientes:

1. Atrapamiento intracelular de la glucosa: La insulina aumenta la retención hepática y la utilización de glucosa, porque
aumenta la expresión de la glucocinasa, que fosforila a la glucosa y no la deja escapar del hígado.
2. Aumento de la síntesis de glucógeno: La insulina aumenta de forma indirecta la actividad de la glucógeno sintasa, porque
incrementa la expresión de la glucocinasa; induce la desfosforilación y, de este modo, la activación de la glucógeno sintasa.
3. Aumento de la glucólisis. La insulina incrementa la actividad de la reacción irreversible y limitadora de la velocidad de
fosforilación de F6P a fructosa-1,6-bifosfato. También incrementa la actividad de la piruvato deshidrogenasa.
4. Aumento de la síntesis de TG: La insulina estimula la expresión del gen de la acetil-coA carboxilasa. También estimula
también la palmitoil-CoA desaturasa, que produce ácidos grasos insaturados.

La glucosa que no es captada por el hígado contribuye al incremento posprandial de la glucemia en la circulación periférica.
La tolerancia a la glucosa alude a la capacidad de un individuo para reducir al mínimo el incremento de la glucemia tras
una comida. Uno de los principales mecanismos mediante los cuales la insulina induce la tolerancia a la glucosa es la
activación de los transportadores de glucosa (GLUT4) en el músculo esquelético.

Ayuno prolongado: Las concentraciones en sangre de los nutrientes disminuyen a las pocas horas de la comida, lo que
reduce la secreción de insulina. Esto atenúa los efectos estimuladores e inhibidores de la insulina sobre los tejidos hepático,
muscular y adiposo. La reducción de la insulina también alivia la inhibición de la secreción de glucagón.
Por tanto, el hígado se expone a un cociente glucagón/insulina cada vez más alto durante el período interdigestivo y el
ayuno, y ello tiene los siguientes efectos sobre el metabolismo hepático:

1. Activación la glucógeno fosforilasa por la proteincinasa A (PKA) y por la fosforilasa cinasa.


2. Aumento de las enzimas gluconeogénicas a nivel de la transcripción. La gluconeogénesis predomina después de la
glucogenolisis como principal forma de producción de glucosa hepática, y sigue manteniendo la glucemia durante días de
ayuno prolongado.
3. Inhibición de la lipogénesis por la inhibición dependiente de la fosforilación de la carboxilasa de acetil CoA y la activación
de la enzima opuesta, la malonil CoA descarboxilasa; y correspondiente cetogénesis. La cetogénesis ayuda a la glucosa de la
sangre, porque el encéfalo puede emplear cuerpos cetónicos tras varios días de ayuno.
TOLERANCIA A LA GLUCOSA Y DIABETES:

Diabetes Mellitus: La diabetes es un trastorno hiperglucemiante, que piede ser de tipo I o II.
La diabetes de tipo I ocurre por una disminución de la cantidad de insulina, a causa de la destrucción autoinmune de células
beta (que disminuyen hasta ser sólo el 10% de lo habitual). Se suele diagnosticar en niños o adolescentes. Los síntomas
incluyen: hiperglucemia, pérdida de peso (por falta de acumulación de TG), polifagia (por falta de anorexígenos),
glucosuria, diuresis osmótica, poliuria, polidipsia (sed).
La diabetes de tipo II no ocurre por una disminución de la cantidad de insulina o células beta, sino de la sensibilidad del
cuerpo a la insulina, ya sea por problemas en la cascada de quinasas o de los receptores. Esta baja sensibilidad se da por los
niveles aumentados de leptina, que es sintetizada por el tejido adiposo, y disminuye la actividad de la insulina; por eso la
diabetes tipo II suele ocurrir en personas mayores (más de 40 años) y obesas. El resto de los síntomas, en una diabetes II
descompensada, son iguales a los de tipo I.

El criterio para diagnosticar la Diabetes Mellitus (DM) establecido por la OMS (Organización Mundial de la Salud) junto con
la IDF (International Diabetes Federation) en el año 2005 se basa en la interpretación de dos pruebas de laboratorio:

1- Análisis de glucosa en plasma en ayunas: cuando la glucemia luego de al menos 8 Hs. de ayuno supera los 126 mg/dl
puede hacerse el diagnóstico de DM, mientras que si se encuentra en el rango de 110-126 puede decirse que la glucosa de
ayuno se encuentra alterada.

2- Prueba de tolerancia oral a la glucosa: es la técnica comúnmente utilizada en clínica para evaluar los mecanismos de
homeostasis de la glucosa. La prueba evalúa los valores de glucemia en sangre venosa luego de la administración de
glucosa por vía oral. La glucemia se eleva a los pocos minutos de haber ingerido la glucosa indicando una rápida absorción a
nivel duodenal. La velocidad de absorción depende de la concentración de glucosa en la mucosa duodenal y es mediada
mayoritariamente por un transportador de glucosa denominado SGLT1 (Sodium glucose linked transporter 1). El valor pico
de glucemia se alcanza entre los 30 y 60 minutos luego de la ingesta, comenzando a decaer a los 90 minutos
aproximadamente debido al aumento en la secreción de insulina.

En la práctica, una alumna en ayunas se midió la glucemia en ayunas. Luego, consumió una solución de glucosa (75 g en
350 ml. de agua), y se volvió a medir su glucemia a los 30, 60 y 120 minutos.

Los resultados fueron: ayunas – 90 mg/dl 30 min. – 142 mg/dl 60 min. – 101 mg/dl 120 min. – 95 mg/dl

Evaluación de los resultados: Durante la prueba en sujetos normales la glucemia no debe superar los 180 mg/dl y a las 2
horas de realizada la ingesta debería regresar a su valor basal. Si a las 2 horas la glucemia, es igual o mayor de 200 mg/dl se
dice que el individuo es diabético, y si los valores se encuentran entre 140 -199 mg/dl se considera que la persona tiene
alterada la tolerancia a la glucosa. La tolerancia a la glucosa alterada y la glucosa en ayunas alterada representan factores
predictivos respecto al desarrollo futuro de diabetes.
Cuando se mide la glucosa sin saber si la persona está en ayuno o no, los valores deben ser: menores de 140 mg/dl para la
glucemia normal; entre 140 y 200 mg/dl para la resistencia a la insulina; y más de 200 mg/dl en la diabetes.
OTROS FACTORES QUE ALTERAN LA GLUCEMIA Y EL CONTROL DEL HAMBRE

Numerosas hormonas regulan la secreción de insulina/glucagón. La somatostatina pancreática inhibe ambos, mientras que
la somatotrofina (GH) es anti-insulínica (aumenta la síntesis en el hígado de los IGF -insulin-like growth factor- 1 y 2).
El cortisol tiene muchas acciones, pero entre ellas se cuenta la activación de la glucógeno fosforilasa para la glucógenolisis.
El intestino duodenal, además, secreta enteroglucagón en respuesta a la entrada de alimento. Como la irrigación del
páncreas pasa primero por las células beta, la presencia de glucagón va a inducir la producción de insulina; esta sigue con el
torrente sanguíneo hacia las células alfa, y en ellas inhibe la secreción de glucógeno, promoviendo la disminución de la
glucemia posprandial.
Sin embargo, existen otros factores que regulan no sólo la glucemia, sino además los centros del hambre. Entre éstos se
incluyen las incretinas y el sistema nervioso.

Control del hambre por el sistema nervioso: La principal regulación del hambre y la saciedad se produce mediante centros
a nivel del hipotálamo. Concretamente, el núcleo arqueado (ARC) juega un papel importante en el control de la ingesta,
debido a la presencia de neuronas que poseen receptores específicos para una gran variedad de señales. Además, el ARC
descansa cerca de la barrera hematoencefálica, por lo que las poblaciones neuronales que residen en dicha área son
altamente accesibles a los mensajeros que circulan por ella.
Desde el ARC se proyectan fibras nerviosas a otras regiones importantes como el núcleo paraventricular (PVN) y
dorsomedial (DMH) y el hipotálamo lateral (LH), involucrados en la regulación del balance energético y, a su vez, todas
ellas interconectadas bajo distintas vías neuronales, controlando así el apetito y la ingesta.
El área hipotalámica ventromedial (VMH) constituye el centro de la saciedad, y su estimulación inhibe el apetito.
El control del apetito y peso corporal también está regulado por el tallo cerebral y médula espinal, encargados de recoger
la información aferente del nervio vago. El nervio vago acoge terminaciones nerviosas provenientes de quimio- y
mecanorreceptores sensibles a cualquier señal gastrointestinal producida por la distensión, la presencia de nutrientes o
metabolitos y la síntesis de péptidos en células endocrinas de la pared del estómago e intestino; y toda esta información
termina en la zona del núcleo del tracto solitario (NTS), que junto con el hipotálamo mantiene conexiones sinápticas con
todo el cerebro. Las señales inducidas por el sabor, la textura y la tensión mecánica de los alimentos viajan a través del
nervio vago para informar “in situ” al cerebro de la situación nutricional.
También se ha descrito que la ingesta alimentaria depende de la regulación del ciclo vigilia-sueño en el que estarían
implicadas algunas regiones como el hipotálamo lateral.

Neuropéptidos involucrados en el control del hambre: Los neuropéptidos actúan normalmente por la vía de receptores
acoplados a proteína G y pueden variar la actividad neuronal junto con la producción de neurotransmisores específicos.
• Neuropéptido Y: Además de ser un potente agente orexigénico, también está involucrado en la activación del eje
hipotalámico-hipofisiario-adrenal (HHA) y la regulación del crecimiento. El NPY disminuye el gasto energético y la actividad
del sistema simpático en el adipocito, mientras que aumenta la acumulación de grasa.
• Proteína relacionada con aguti (AGRP): Este neuropéptido se expresa en el núcleo arqueado y la médula adrenal, donde
actúa paralelamente con el NPY estimulando el apetito. A su vez, posee una 2° función inhibiendo la señal anorexigénica.
• Orexinas: Este grupo de neuropéptidos orexigénicos se expresa en neuronas situadas en el área perifornical, en el
hipotálamo lateral y el núcleo dorsomedial. Estas áreas proyectan ramificaciones hacia varias zonas hipotalámicas
relacionadas con el control del apetito y peso corporal, incluyendo el PVN y el ARC.
• POMC y MCH (pro-opiomelanocortina y hormona concentradora de la melanina): La POMC es la precursora de
numerosas hormonas, entre ellas la MHC. Ambas se expresan en el SNC y actúan como sustancias orexigénicas.
• Hormona liberadora de tirotrofina (TRH): Incentiva la liberación de tirotrofina; es anorexigénica.
• Neurotensina: Actúa sobre los sistemas digestivo y cardiovascular durante la ingesta. Posee un efecto inhibidor de ella
dependiente de la leptina y además reduce la temperatura corporal.
•Opioides. Los opioides parecen estimular las señales orexigénicas generadas por estímulos del gusto y la sensación de
recompensa tras la ingesta.
•Oxitocina: Se produce en el PVN. Posee un efecto central anorexigénico y, otro periférico, estimulando el vaciado gástrico
y la motilidad en el tracto gastrointestinal.
Control del hambre por el sistema digestivo: Uno de los sistemas periféricos que informan de manera relevante al SNC
sobre la situación nutricional del individuo es el tracto gastrointestinal. El aparato digestivo transforma y degrada los
alimentos mediante procesos mecánicos y químicos para facilitar la asimilación de los nutrientes contenidos en ellos;
dichos procesos se acompañan de señales nerviosas y de la estimulación y secreción de distintas hormonas y péptidos, que
mediante señalizaciones periféricas pueden informar al sistema nervioso central de la situación nutritiva y metabólica.
Por otro lado, no se puede excluir ambas conexiones de otro sistema esencial en la regulación de la ingesta y balance
energético: el tejido adiposo.
Además de todas las hormonas descritas, es evidente que los nutrientes ingeridos y las señales nerviosas de distensión
afectan a la expresión de péptidos que regulan la sensación de hambre, el metabolismo energético y el peso corporal.
Moléculas como la glucosa, los aminoácidos y los ácidos grasos producen señales sobre el SNC. Las señales de saciedad
generadas por mecano y quimiorreceptores provenientes del tracto gastrointestinal y órganos anejos afectan a la ingesta
de alimento, influyendo sobre el apetito mediante la activación de neuronas del hipotálamo y del cerebro medio a través
del nervio vago o atravesando directamente la barrera hematoencefálica. Por otro lado, en las señales provenientes del
tejido adiposo participan hormonas secretadas al sistema circulatorio en relación a la cantidad de grasa almacenada.
Hormonas periféricas (además de insulina/glucagón/somatostatina) que participan en la regulación del apetito:
• Ghrelina: Es sintetizada principalmente en el estómago. En humanos, los niveles de ghrelina están aumentados en el
ayuno y en la restricción energética, mientras que están disminuidos tras una sobrealimentación y en la obesidad. La
ghrelina posee funciones, como hormona endócrina, sobre el tracto gastrointestinal y el cerebro, relacionadas con la
regulación de la ingesta y del balance energético en humanos, con acción orexigénica.
• Leptina: Se sintetiza mayoritariamente en el tejido adiposo y también en el estómago y circula en sangre en relación con
la grasa corporal, cuyo efecto principal es la inhibición del apetito y regulación del peso corporal a largo plazo. La leptina
cruza la barrera hematoencefálica (BBB) hacia el hipotálamo estimulando neuronas anorexigénicas y glucosensitivas,
reduciendo la sensación de apetito y la ingesta.
• Colecistoquinina (CCK): Es producida en células endocrinas del intestino delgado se secreta en respuesta a la presencia de
nutrientes en el lumen. La CCK ejerce un efecto inhibidor de la ingesta en humanos, favoreciendo procesos de saciedad.
Además, la CCK produce un efecto parácrino, paralelamente con señales de distensión de la pared estomacal, sobre
neuronas del nervio vago, disminuyendo la sensación de hambre.
• Péptido YY (PYY): Se produce en células endocrinas del estómago, secretado a la sangre después de las comidas. Ejerce un
efecto inhibidor sobre el apetito y disminuye la ingesta en humanos.
• Polipéptido pancreático (PP): Esta hormona producida en las células de los islotes de Langerhans del páncreas disminuye
el apetito. El receptor específico para este péptido está presente en la médula espinal y el núcleo arqueado del hipotálamo.
• Bombesina: Es sintetizada en el tracto gastrointestinal y el SNC presenta acciones similares a la CCK, ya que inhibe el
apetito estimulando la síntesis y liberación de otros péptidos anorexigénicos como la CCK y la gastrina.
• Gastrina: Es una hormona peptídica producida por las células G del estómago. La gastrina estimula la motilidad del
estómago y la secreción de ácido gástrico actuando como hormona anorexigénica.
• Citoquinas: Entre las sustancias más relevantes en el control de la homeostasis energética de esta familia se encuentran
el factor de necrosis tumoral (TNF-a) y las interleuquinas 1 y 6, que han sido implicadas en estados de anorexia.
• Obestatina. Este péptido de origen gástrico actúa inhibiendo el apetito y la contracción del yeyuno y disminuyendo el
peso corporal.
Incretinas: Las incretinas son similares a las hormonas listadas anteriormente, pero deben cumplir los siguientes requisitos:
-ser producidas en el intestino en respuesta a la ingesta de alimentos, y
-promover la secreción de insulina por el páncreas y la disminución en los niveles de glucosa en sangre.
Las tres incretinas principales son el polipéptido inhibidor gástrico (GIP), el péptido-1 similar al glucagón (GLP1) y la amilina.

• Amilina: Se co-secreta con la insulina en células beta del páncreas en respuesta a la ingesta de alimentos. La amilina
posee un efecto a corto plazo en la generación de señales de saciedad y un posible papel en el control a largo plazo sobre la
ingesta, el peso corporal y la homeostasis energética.

• Péptido-1 similar al glucagón (GLP1): El GLP-1 es producido en el estómago, intestino, páncreas e hipotálamo que tiene
un efecto directo sobre la síntesis de insulina. Desde el estómago, la GLP-1 es secretada a la sangre en respuesta a la
ingesta de nutrientes, sugiriendo un efecto anorexigénico mediado por el SNC.
La activación de GLP-1R se asocia con aumento de la producción de AMPc que activa PKA y estimula la liberación de
insulina. Esta estimulación de la secreción de insulina por GLP-1 en la célula beta en humanos resulta de la capacidad de las
incretinas en inhibir la actividad del canal de potasio ATP dependiente en presencia de glucosa, y aumento de influjo de
calcio a través de canales de calcio tipo L voltaje dependiente con aumento del calcio citosólico desde los depósitos
intracelulares.
Con respecto al glucagón, tiene una acción inhibitoria, por mecanismos no conocidos que podrían estar relacionados con la
acción inhibitoria de la insulina sobre las células alfa.

• Polipéptido inhibidor gástrico (GIP): Esta hormona se sintetiza en el intestino delgado y se libera por la ingesta de dietas
ricas en grasas. Posee un efecto directo en la secreción de insulina mediada por los niveles de glucosa y la síntesis de ácidos
grasos y su posterior incorporación a triglicéridos. Se cree que a largo plazo podría aumentar la masa de células beta.
El receptor de GIP está acoplado a proteína G. Se expresa predominantemente en la célula beta y alfa de los islotes y en
menor medida en tejido adiposo, sistema nervioso central, tracto gastrointestinal, riñón y corazón. Similarmente a los
efectos de GLP-1 el efecto de GIP está ligado a la activación de adenilato ciclasa y la formación de AMPc con activación de
PKA. La PKA aumenta la secreción de insulina a través de la inhibición de canales de potasio ATP dependiente con el
subsiguiente aumento de calcio citosólico y exocitosis.

La importancia de las incretinas radica en su capacidad de modificar la glucemia por otros mecanismos que la
administración de insulina, lo que sería clave en el tratamiento de la diabetes; en especial si tienen la capacidad de
aumentar la masa de las células beta a largo plazo.
REGULACIÓN DEL METABOLISMO DEL CALCIO Y DEL FÓSFORO

El calcio y el fosfato son esenciales para la vida humana, por su gran variedad e importancia de funciones. El calcio actúa
como segundo mensajero, permite la coagulación al interactuar con sus factores, y es uno de los iones que permiten la
contracción muscular y los impulsos nerviosos; además, tiene un papel estructural en los huesos.
El fosfato, además de compartir esa función estructural, es de gran importancia para la formación de moléculas con grupos
fosfato (nucleótidos, fosfolípidos, fosfoproteínas); y, por otra parte, actúa como buffer en el plasma.

Calcemia: Es la concentración plasmática de calcio. Suele ser de 10 mg/dl. Este calcio se halla en tres formas posibles:
- Un 45% se encuentra ligado a proteínas, y no es difusible por la membrana celular;
- Un 10% se encuentra en forma no ionizada pero difusible, ligado a bicarbonatos, citratos, fosfatos y sulfatos; y
- Un 45% se encuentra en forma iónica libre.

Fosfatemia: Es la concentración plasmática de fosfato. Varía de 2,5 a 4,5 mg/dl. Este fosfato está en tres formas posibles:
- Un 50% se encuentra como ion, en sus dos posibles formas: bivalente (PO4H2-) y monovalente (PO4H2-).
- Un 10% se encuentra unido a proteínas.
- Un 40% se encuentra unido a otros iones como sodio, calcio y magnesio.

Fuentes: La principal es el alimento. Los cereales y las legumbres contienen abundante calcio y fosfato, mientras que las
carnes y los huevos tienden a tener mucho fosfato y poco calcio.

Absorción: El calcio se absorbe del duodeno y el yeyuno por una vía transcelular regulada por el calcio y por hormonas, y
también a través de una vía pasiva paracelular. El desplazamiento (pasivo) del calcio desde la luz del tubo digestivo al
enterocito, que se favorece por los gradientes químico y eléctrico, se facilita por unos canales del calcio epiteliales,
denominados TRPV5 y TRPV6. Dentro de las células, los iones se ligan a la calbindina-D9K, que mantiene una concentración
de calcio baja a nivel del citoplasma, y esto permite conservar el gradiente favorable entre la luz y el enterocito. La
calbindina-D9K también desempeña un papel importante en el transporte apical-basolateral del calcio, que se realiza a
través de la membrana basolateral en contra de un gradiente electroquímico gracias a la ATPasa de calcio (PMCA). El
intercambio sodio/calcio también contribuye a la salida del calcio de los enterocitos.
Con respecto al fosfato, se absorbe a nivel yeyunal; su absorción permanece relativamente constante con valores del 70%,
y se encuentra sometida a un control hormonal menor. El proceso limitante para la absorción transcelular de fosfato es el
transporte a través del borde en cepillo apical, que está mediado por el cotransportador Na+-Pi.

Excreción: Alrededor de las 7/8 partes del equivalente de calcio absorbido (no es necesariamente el mismo, ya que se
recambia) se excretan por intestino, como productos de las secreciones del aparato digestivo. El octavo restante se excreta
por orina, pero el volumen del mismo puede ser más variable y depende de la parathormona.
Para el fosfato, un 30% se elimina por heces, y el 70% restante por orina, también dependiente de la parathormona.

En números: Calcio: Se consumen 1000 mg. por día, de los que sólo se absorben 500 mg. De éstos, se excretan 325 mg. por
heces (más los que no se absorbieron, da 825 mg.) y 175 mg. por orina, por lo que se excretan 1000 mg. por día.
Fosfato: Se consumen 1400 mg. por día, de los que se absorben 1100 mg. De éstos, 800 mg. se excretan por orina, y 300
mg. por heces (más los que no se absorbieron, da 600 mg.), por lo que se excretan 1400 mg.

En total, la relación de calcio/fosfato en el organismo es de 2/1 aproximadamente.


Regulación hormonal del metabolismo de calcio y fosfato: Las tres principales sustancias que regulan este metabolismo
son la parathormona, la calcitonina, y la vitamina D.

Parathormona: Es secretada por las glándulas paratiroides, y su principal efecto es el aumento de la calcemia.
La PTH se segrega en forma de un polipéptido sintetizado como pre-prohormona que, posteriormente, se degrada
mediante proteólisis a pro-PTH en el retículo endoplásmico, y luego a PTH en el Golgi y en las vesículas secretoras. A
diferencia de la proinsulina, toda la pro-PTH intracelular se convierte en condiciones normales en PTH antes de ser
segregada. La semivida de la PTH es corta (< 5 minutos).
La principal señal que estimula la secreción de PTH es una calcemia circulante baja. La concentración de calcio extracelular
es percibida por la célula principal de la glándula paratiroides gracias a un receptor sensor de Ca+2. El exceso de Ca+2
extracelular en la glándula paratiroides se liga a CaSR y activa vías de transmisión de señales que reprimen la secreción de
PTH. Aunque el CaSR se liga al calcio extracelular con una afinidad relativamente baja, el CaSR resulta extremadamente
sensible a los cambios de su concentración extracelular.
La producción de PTH también se regula a nivel de la transcripción génica. El gen para la PTH se reprime por un elemento
de respuesta al calcio dentro de su región promotora. Por tanto, la vía de transmisión de señales que se activa por la unión
del calcio al CaSR en último término condiciona la represión de la expresión del gen de PTH y su síntesis. El gen de PTH
también se reprime por la 1,25-dihidroxivitamina D que actúa a través de los elementos de respuesta a la vitamina D.
Recepción de la hormona paratiroidea: El receptor de PTH se expresa en los osteoblastos del hueso y en los túbulos
proximal y distal del riñón, y es el receptor encargado de mediar las acciones sistémicas de la PTH. Sin embargo, el receptor
PTH/PTHrP también se expresa en muchos órganos en desarrollo.
En el hueso la PTH activa la función de los osteoclastos, para aumentar la resorción (pérdida) de hueso y así aumentar los
niveles plasmáticos de calcio. En el riñón, estimula la reabsorción renal de calcio, en intercambio con el fósforo, que es
eliminado (hiperfosfaturia e hipocalciuria). En el intestino actúa sobre la mucosa, favoreciendo la absorción de calcio.
Concentración normal de PTH en plasma: 65 pg/ml.

Calcitonina: Es una hormona peptídica secretada por las células parafoliculares, o células C, de glándula tiroides; y que
tiende a reducir las concentraciones plasmáticas de calcio y, en general, sus efectos se oponen a los de la PTH.
La calcitonina es un polipéptido grande, de un peso molecular aproximado de 3.400 y una cadena de 32 aminoácidos. El
estímulo principal para su secreción es el incremento de la concentración plasmática de calcio iónico. Este efecto es
contrario al que afecta a la secreción de PTH, que aumenta cuando la concentración de calcio disminuye.
El ascenso de la concentración plasmática de calcio de alrededor del 10% provoca un aumento inmediato de la secreción de
calcitonina, que llega al doble o más. Se trata de un segundo mecanismo de retroalimentación hormonal para el control de
la concentración de calcio iónico plasmático, aunque relativamente débil y que funciona en dirección opuesta al
mecanismo de la PTH.
Recepción de la calcitonina: La calcitonina se une a un receptor acoplado a proteína G en la membrana de células en el
hueso, riñón e intestino, y reduce la concentración plasmática de calcio por: un efecto inmediato, que consiste en reducir la
actividad absortiva de los osteoclastos, desplazando así el equilibrio a favor del depósito de calcio en las sales de calcio
óseas intercambiable; y un efecto más prolongado, que consiste en reducir la formación de nuevos osteoclastos.
La calcitonina tiene también efectos menos importantes sobre la manipulación del calcio por los túbulos renales y el
intestino. De nuevo, estos efectos se oponen a los de la PTH, pero cuantitativamente parecen tener poca importancia.
Concentración normal de calcitonina en plasma: 10 pg/ml.

Vitamina D: La vitamina D es una prohormona que debe sufrir dos reacciones de hidroxilación sucesivas para convertirse
en la forma activa 1,25-dihidroxivitamina D. La vitamina D desempeña un papel fundamental en la absorción del calcio y,
en menor medida, de fosfato, a nivel del intestino delgado. La vitamina D también regula la remodelación del hueso y la
reabsorción renal de calcio y fosfato, y su falta produce huesos débiles y raquitismo.
La vitamina D3 se sintetiza mediante la conversión del 7-deshidrocolesterol por la luz ultravioleta B (UVB) en las capas más
basales de la piel; pero, dependiendo del clima y la exposición a la luz solar de la persona, la fuente más importante es la
dieta, donde la podemos encontrar principalmente en hongos (en particular la D2), y peces (en particular la D3).
La vitamina D3 se transporta por la sangre desde la piel al hígado. Las vitaminas D3 y D2de la dieta llegan al hígado de
forma directa transportadas por la circulación portal, y de forma indirecta con los quilomicrones. En el hígado, las vitaminas
D2 y D3 se hidroxilan en el carbono 25 para dar lugar a la 25-hidroxivitamina D (en este momento, ya no se distingue entre
los metabolitos D3y D2). La 25-hidroxivitamina D hepática se expresa en una cantidad constante y relativamente alta, de
forma que las concentraciones circulantes reflejan en gran medida la cantidad de precursor disponible.
La 25-hidroxivitamina D se hidroxila en la posición 1 en los túbulos proximales renales dando 1,25-dihidroxivitamina D.
Por ser muy lipófila, la vitamina D y sus metabolitos circulan en la sangre ligadas principalmente a la proteína
transportadora de vitamina D (DBP), glucoproteína sérica sintetizada en el hígado, por lo que sólo el 0,4% de la 1,25-di-
hidroxivitamina D circula como hormona libre. Los metabolitos de la vitamina D ligados a la DBP tienen una semivida
circulante de horas.
La enzima 1A-hidroxilasa renal está muy regulada a nivel de la transcripción. La 1,25-dihidroxivitamina D inhibe la expresión
de la 1A-hidroxilasa y estimula la 24-hidroxilasa, que hidroxila la vit. D a 1,24,25-hidroxivit. D, inactiva. El calcio es un
importante regulador de la 1A-hidroxilasa renal. Una concentración circulante baja estimula de forma indirecta a la 1A-
hidroxilasa renal al aumentar las concentraciones de PTH, mientras que la calcemia elevada inhibe la actividad de esta
enzima de forma directa por el CaSR en el túbulo proximal. Una dieta pobre en fosfato también estimula la actividad 1A-
hidroxilasa renal de forma independiente de la PTH.
Receptor de la 1,25-dihidroxivitamina D: La 1,25-dihidroxivitamina D ejerce sus acciones principalmente mediante la unión
al receptor nuclear para la vitamina D (VDR). El VDR es un factor de transcripción, que se une a secuencias de ADN
(elementos de respuesta a la vitamina D) como un heterodímero con el receptor X del retinoide (RXR). Por tanto, la
principal acción de la 1,25-dihidroxivitamina D es regular la expresión génica en los tejidos diana, incluidos el intestino
delgado, el hueso, los riñones y las glándulas paratiroides.
Las acciones genómicas de la 1,25-dihidroxivitami-na D, mediadas por VDR, tienen lugar en un período de horas o días. La
1,25-dihidroxivitamina D también tiene efectos rápidos (de segundos a 10 minutos). Por ejemplo, la 1,25-dihidroxivitamina
D induce una absorción rápida de calcio por el duodeno (transcaltaquia). El VDR también se expresa en la membrana
plasmática de las células, y se relaciona con las vías de transmisión de señales rápidas como la proteína G.
Concentración normal de1,25-dihidroxivitamina D en plasma: 30 pg/ml.

Huesos: El hueso está compuesto por un 35% (en peso) de matriz orgánica y un 65% de componentes inorgánicos, en los
que almacena una gran cantidad de calcio y fosfato. Cuando un adulto alcanza la masa ósea máxima, el esqueleto
experimenta una remodelación continua gracias a la actividad concertada de las células óseas. Los procesos de formación
ósea (acreción) y su destrucción están en equilibrio en las personas sanas, activas y bien nutridas. Del kilogramo de calcio
inmovilizado en el hueso, unos 500 mg (es decir, el 0,5% de todo el calcio esquelético) se movilizan y depositan cada día en
el hueso. Este calcio que es movilizado continuamente se denomina calcio intercambiable, mientras que el 99,5% restante,
se denomina calcio en depósito, que se halla normalmente bajo la forma química hidroxiapatito [Ca10(PO4)6(OH)2]. Sin
embargo, el proceso de remodelación ósea puede modularse para conseguir una pérdida o un incremento netos de calcio y
fosfato en la sangre, y responde a la actividad física (o a la falta de ella), la dieta, la edad y la regulación hormonal.

Fisiología del hueso: En los adultos, el remodelamiento del hueso implica la destrucción del hueso preformado, con
liberación de calcio, fosfato y fragmentos hidrolizados de la matriz proteinácea (llamada osteoide) a la sangre, y la síntesis
de osteoide nuevo en el lugar de reabsorción, con posterior calcificación del mismo, sobre todo gracias al calcio y el fosfato
procedentes de la sangre. El remodelamiento del hueso se produce de forma continua en unos 2 millones de sitios
concretos, y afecta a unas subpoblaciones de células óseas denominadas unidades multicelulares básicas.
Las células implicadas en el remodelamiento óseo pertenecen a dos clases fundamentales: células que inducen la
formación del hueso (osteoblastos) y células que inducen su reabsorción (osteoclastos).
Los osteoblastos expresan factores que inducen la diferenciación de los osteoclastos a partir de células de la estirpe
monocito/macrófago, y después activan por completo la función de los osteoclastos. Los osteoblastos liberan el factor
estimulador de las colonias de monocitos (MCSF), que induce los procesos de diferenciación más precoces que culminan
en la formación de precursores de los osteoclastos. MCSF actúa también de forma coordinada con otro factor, RANKL,
ligando para estimular la génesis de osteoclastos. Éste se liga a su receptor RANK en las membranas de los precursores de
los osteoclastos e induce su formación. Este proceso implica la agregación y fusión de varios precursores de osteoclastos, y
da lugar a una célula policariónica fusionada, el osteoclasto. El perímetro de la membrana del osteoclasto que afronta el
hueso se adhiere con firmeza a éste y sella la zona de contacto entre osteoclasto y hueso.
La membrana celular del osteoclasto que mira hacia el hueso segrega enzimas hidrolíticas y HCl. El entorno rico en enzimas
ácidas disuelve los cristales calcificados y libera calcio y fosfato hacia la sangre. A las 2 semanas, aproximadamente, los
osteoclastos reciben una señal distinta de los osteoblastos vecinos. Esta señal corresponde a la osteoprotegerina (OPG),
que es un receptor señuelo soluble para RANKL. Esta señal termina la señal inductora de la osteoclastogénesis de los
osteoblastos. Durante la fase inversa, los osteoblastos emigran hacia la zona reabsorbida (que ahora está vaciada por los
osteoclastos) y empiezan a depositar osteoide. Algunos de los componentes del osteoide inducen su calcificación, un
proceso que consume el calcio y el fosfato de la sangre.
Conforme los osteoblastos se rodean y quedan atrapados dentro del hueso, se convierten en osteocitos, que se quedan
colocados dentro de unos espacios pequeños, llamados lagunas de Havers. Los osteocitos siguen interconectados gracias a
prolongaciones celulares que se encuentran dentro de canalículos y que forman uniones comunicantes con las
prolongaciones de las células adyacentes. Las nuevas capas de hueso concéntricas, junto con los osteocitos interconectados
y el conducto central, se llaman en conjunto osteona. La función o funciones exactas de los osteocitos no están claras de
momento, aunque existen datos de un posible papel en la percepción del estrés mecánico sobre los huesos.
Como hormona calciotrófosfatoca, la PTH es la principal reguladora endocrina del remodelamiento óseo en los adultos. El
receptor PTH se expresa en los osteblastos, pero no en los osteoclastos. Por tanto, la PTH estimula de forma directa la
actividad de los osteblastos, y, de forma indirecta, la actividad de los osteoclastos mediante los factores parácrinos
derivados de los osteoblastos (MCSF, RANKL). La administración intermitente de dosis bajas de PTH induce la supervivencia
de los osteoblastos y las funciones anabólicas óseas, aumenta la densidad ósea y reduce el riesgo de fracturas en las
personas. Por el contrario, unas concentraciones altas de PTH de forma mantenida desplazan el equilibrio hacia un
aumento relativo de la actividad de los osteoclastos, lo que aumenta el recambio óseo y reduce la densidad ósea.
La regulación del remodelado óseo por parte de la PTH requiere unas concentraciones normales de 1,25-dihidroxivitamina
D. El receptor de la vitamina D se expresa en los osteoblastos, y se necesitan concentraciones normales de 1,25-
dihidroxivitamina D para coordinar la producción y la calcificación del osteoide.
METABOLISMO ENERGÉTICO Y DIETA

El metabolismo es la suma de todas las transformaciones de materia y energía que tienen lugar en los sistemas biológicos.
Según el primer principio de la termodinámica no es posible crear ni destruir energía, solo puede transformarse. Es así que
toda la energía contenida en los alimentos es convertida en otras formas: energía química (por ej. compuestos con enlaces
ricos en energía como el ATP), energía mecánica y calor.
Los requerimientos energéticos principales en el hombre son:

• Metabolismo basal (MB): comprende el gasto energético asociado a todas las funciones vitales; función y recambio
celular, síntesis, secreción, actividad enzimática, transporte de iones y moléculas, actividad del sistema nervioso, del
corazón, del aparato respiratorio y de todos los demás órganos. La cantidad de energía necesaria para el metabolismo
basal en un determinado período de tiempo se denomina tasa metabólica basal (TMB), y se determina bajo condiciones
estandarizadas: ayuno de 12 hs, reposo completo previo de 8 hs, posición supina y ambiente con una temperatura
adecuada que no implique generación ni disipación de calor. Está determinado por factores como edad, género, raza,
tamaño y composición corporal.
Representa entre el 45 y el 70 % del gasto energético diario total (GED) de una persona adulta.

• Termogénesis inducida por los alimentos: al ingerir alimentos aumenta el gasto energético, este efecto inducido por la
ingesta de comida se conoce como acción dinámica específica (ADE). Es explicada en parte por la energía necesaria para la
ingestión y digestión de la comida así como para la absorción, transporte, interconversión, oxidación y deposición de los
nutrientes. Depende de la composición del alimento, es mayor para proteínas que para hidratos de carbono y lípidos.
Representa aproximadamente el 10 % del GED.

• Actividad física: es el componente más variable del GED y el segundo en magnitud después del MB. Además del gasto
energético asociado al ejercicio, tiene en cuenta el asociado a actividades cotidianas como traslado e higiene.

• Gastos de termorregulación: considera el gasto energético para mantener constante la temperatura corporal.

Como dijimos previamente el organismo produce calor por la combustión o degradación de los diferentes alimentos. Por
ello la medida del calor producido es un reflejo del metabolismo y se puede medir por calorimetría directa o indirecta. En
la calorimetría directa, se mide la producción de calor por el organismo en un ambiente cerrado o cámara metabólica. En
la calorimetría indirecta se mide, mediante el análisis de los gases inspirados y espirados, el consumo de O2 (VO2) y la
producción de CO2 (VCO2). Se asume que este intercambio gaseoso se destina exclusivamente a la degradación oxidativa de
sustratos (hidratos de carbono, lípidos y proteínas) y que las vías metabólicas que no utilizan oxígeno no aparecen
reflejadas. Entonces la cantidad de O2 consumida está en relación directa con la transformación de los alimentos en calor.
La relación entre el calor liberado y el volumen de O2 consumido se denomina equivalente energético del oxígeno, se
expresa en Kcal/l de O2 y depende del tipo de sustrato utilizado:

• 5 Kcal/l para los hidratos de carbono;


• 4,5 Kcal/l para las proteínas;
• 4,7 Kcal/l para los lípidos.

Para una dieta mixta el equivalente energético del O2 es de 4,825 Kcal/l.

Además podemos definir otro parámetro que nos da idea sobre que sustancia es utilizada por el organismo como fuente de
energía. Este parámetro se denomina Cociente Respiratorio (CR) y se calcula como la relación VCO2/VO2.

• 1 para los hidratos de carbono


• 0,7 para los lípidos
• 0,8 para las proteínas

Para una dieta mixta el CR es 0,82.


Una kilocaloría (Kcal) se define como la cantidad de energía necesaria para elevar la temperatura de 1 Kg de agua en 1° C.

Otro concepto que es necesario conocer es el de Valor calórico de los alimentos, y se define como las kilocalorías que se
obtienen al metabolizar 1 gramo de alimento en cuestión. Su valor es:
Concepto Unidades Hid. Lípidos Proteínas
• 4,1 para los hidratos de carbono
carbono
• 4,3 para las proteínas
• 9,3 para los lípidos Valor calórico de Kcal/gr 4,10 9,30 4,3
los alimentos
Cociente CR 1,0 0,70 0,8
respiratorio
Equivalente Kcal/l O2 5,00 4,70 4,5
calórico del oxígeno

Gasto energético total de la dieta = 2.935 Kcal

En una dieta balanceada, se observa en general la siguiente distribución calórica:

- Hidratos de carbono 55-58%


- Proteínas 12-15% (de las cuales el 30 % o más deben ser de origen animal y el resto de origen vegetal)
- Lípidos 20-35 %

Para poder calcular la energía con la que debe contribuir cada uno de los macronutrientes anteriores debemos recordar
que cada gramo de hidratos de carbono y proteínas aporta 4 Kcal y cada gramo de lípidos 9 Kcal.

Los carbohidratos aportan sabor, textura y variedad a la comida. Constituyen por si mismos la principal fuente de energía
alimentaria fácilmente utilizable de cualquier dieta. Se recomienda que al menos el 55 % del aporte energético diario
provenga de alimentos ricos en hidratos de carbono: cereales, azúcares, frutas, verduras y legumbres. Su contenido
mínimo en la dieta para evitar la cetosis es de aproximadamente 50 g/día. Con respecto a la fibra, su consumo diario debe
ser de unos 30-35 g/día; ésta no aporta calorías en forma significativa, ya que no puede ser digerida ni absorbida en el
intestino. Su presencia en la dieta es muy importante debido a que estimula la peristalsis, facilitando así el tránsito
intestinal; contribuye a producir más rápidamente sensación de saciedad; secuestra parte de los azúcares y grasas ingeridas
disminuyendo así su absorción y, por lo tanto, contribuye a regular los niveles de glucosa y colesterol, además disminuye la
permanencia en el colon de sustancias potencialmente carcinogénicas.

Las proteínas no constituyen una fuente primordial de energía, ya que principalmente poseen función plástica. El
requerimiento proteico para el adulto es de 1 g/kg/día (mínimo proteico fisiológico), este valor aumenta en el caso de niños
y jóvenes ya que presentan un balance nitrogenado positivo, por estar en una etapa de crecimiento. Recordemos que de
todos los aminoácidos que forman parte de las proteínas, 8 no pueden ser sintetizados por el hombre y deben ser
incorporados con la dieta, son los denominados aminoácidos esenciales (fenilalanina, isoleucina, lisina, metionina,
treonina, triptófano, valina e histidina). Es por esto que el aporte proteico de los alimentos debe incluir al menos un 30 %
de proteínas de origen animal y el resto de origen vegetal ya que son complementarias en su composición; por ejemplo: las
proteínas animales aportan Lys pero son deficientes en aminoácidos azufrados e isoleucina, mientras que las proteínas de
cereales están limitadas en Lys pero aportan aminoácidos azufrados. La calidad nutricional de una proteína queda reflejada
por su valor biológico (VB), este expresa la capacidad de construcción o reemplazo de las proteínas corporales por las
proteínas alimentarias. Las proteínas de mayor VB son las del huevo y de la leche.

Los lípidos (grasas y aceites) representan una fuente concentrada de energía, proveen al organismo de ácidos grasos
esenciales (ácido linoleico y linolénico), sirven de vehículo para la ingesta y absorción de vitaminas liposolubles,
constituyen la materia prima para la síntesis de hormonas esteroides y membranas celulares. También son los
responsables de brindar palatabilidad a los alimentos (sabor agradable). Su aumento en la dieta es la manera más fácil de
incrementar el valor calórico de la misma; actualmente se recomienda para la mayoría de los adultos que 15-35 % de las
calorías totales provengan de las grasas y que el aporte calórico de grasas saturadas sea inferior al 10 %. Los lípidos de la
dieta incluyen: ácidos grasos saturados, insaturados y colesterol (presente solo en alimentos de origen animal). Las grasas
de origen animal son ricas en ácidos grasos saturados y colesterol, mientras que las de origen vegetal y de pescados, lo son
en ácidos grasos poliinsaturados (PUFAS). La importancia de incluir PUFAS en la dieta deriva de su efecto protector ante
enfermedades cardiovasculares, ya que se los vincula con la reducción de los niveles de colesterol en sangre. Es importante
resaltar que el consumo excesivo de grasas en la alimentación (básicamente las saturadas y el colesterol), se ha relacionado
con el aumento del riesgo de obesidad, enfermedades coronarias y ciertos tipos de cáncer.

Micronutrientes: Comprenden los minerales y las vitaminas, se necesitan en pequeñas cantidades y no aportan energía.
Las vitaminas son sustancias orgánicas imprescindibles para el funcionamiento de las rutas metabólicas, ya que muchas de
ellas actúan como cofactores enzimáticos o coenzimas. Deben ser incorporadas con los alimentos debido a que, en general,
el organismo no puede sintetizarlas, una excepción es la vitamina D. Las vitaminas se clasifican en liposolubles (A, D, E, K)
e hidrosolubles (grupo B, ácido fólico, niacina y C).
A los minerales se los puede dividir en macroelementos, aquellos cuyos requerimientos son de gramos/día (Ca, P, Na, K y
Cl) y oligoelementos, que se requieren en cantidades del orden de mg/día (Mg, Cu, Fe, Mn, Zn, Co, I).

Otro de los componentes de la dieta que no debe ser menospreciado debido a su importancia es el agua. Los
requerimientos hídricos son: 1 a 3 l/día en niños y 2 a 2,5 l/día para adultos.

Distribución ideal de la ingesta energética a lo largo del día:


Desayuno: 20 – 25 % de las calorías diarias
Almuerzo: 35 – 40 % de las calorías diarias
Merienda: 10 – 20 % de las calorías diarias
Cena: 15 – 25 % de las calorías diarias

Determinación del metabolismo basal:


Existen numerosas formas de medir o calcular el metabolismo basal:

• Aparato de Benedict-Roth: El metabolímetro de Benedict-Roth se usaba


antiguamente para determinar el metabolismo basal mediante la medición
del consumo de oxígeno. Este consiste en un tambor de doble pared entre las cuales hay un espacio que se llena de agua.
En este espacio se introduce una campana muy liviana cuyo volumen interno queda aislado del medio ambiente y
comunicado con el sector central del tambor, en cuyo fondo existe un recipiente con cal sodada para eliminar todo el CO2
que contiene el aire espirado. Además, este sector central del tambor está comunicado con el exterior mediante dos tubos
con válvulas, las cuales permiten que por uno de ellos llegue al sujeto el gas contenido en el interior de la campana cuando
éste inspira, y que por el otro tubo vuelva hacia el tambor central el aire espirado, pasando a través de la cal sodada. La
resistencia al flujo aéreo es mínima. Ambos tubos están unidos a una válvula de la cual sale otro tubo cuyo extremo libre
lleva una boquilla de goma. La campana está provista de un contrapeso para evitar la compresión del gas de su interior.
Además este sistema de contrapeso está dotado de una pluma que inscribe en un quimógrafo los movimientos de la
campana determinados por los movimientos respiratorios. La campana se llena con oxígeno por una llave lateral hasta que
la aguja inscriptora quede a unos 5 cm por sobre el borde inferior del tambor del quimógrafo. Para la utilización del aparato
se coloca la boquilla en la boca de un voluntario cerrando sus orificios nasales para asegurar que todo el aire llegue a la
campana. Una vez que el voluntario se ha habituado a respirar por la boca es conectado, a través de la válvula, a la
campana con oxígeno. Al mismo tiempo se hace andar el quimógrafo para inscribir en él los movimientos respiratorios. Se
obtiene un registro sobre un papel calibrado de manera tal que cada mm de altura equivale a 20,73 ml de O2. Como el
equivalente calórico del O2 para una dieta mixta es de 4,825 Kcal/l, entonces los 20,73 ml de O2 equivalen a 0,1 Kcal.
Calculando la diferencia entre los valores inicial y final del trazado durante un tiempo determinado (en general 6 min) se
obtiene el O2 consumido en Kcal/hora. Este valor debe corregirse para ser expresado en condiciones normales de presión y
temperatura (0º C y 760 mmHg de presión). Para calcular el metabolismo energético por unidad de superficie, se debe
conocer la superficie corporal del sujeto en m2. Conociendo el peso del individuo y su altura, se recurre a la tabla de
Dubois, donde al unir el peso y la altura correspondientes en la escala III, se lee la superficie corporal. Dividiendo el
metabolismo calculado por la superficie corporal, podremos expresar el metabolismo energético en Kcal/hora/m2.
• Fórmula de Benedict: Actualmente se utilizan fórmulas basadas en estudios antropométricos, una de las más antiguas y
usada para predecir el gasto energético basal es la de Harris Benedict (1919):
Para hombres: MB = 66,47 + 13,75 x P + 5 x A – 6,76 x E
Para mujeres: MB = 655,10 + 9,56 x P + 1,85 x A – 4,68 x E
Donde P = peso corporal en Kg, A = altura en cm, E = edad en años. Vale aclarar que esta ecuación sólo sirve para predecir
el metabolismo basal en individuos con peso entre 25 – 124,9 Kg, altura entre 151 – 200 cm y edad comprendida entre 21 –
70 años.

• Determinación del metabolismo de reposo con la balanza digital: La balanza que se utiliza es una balanza especial que
además de medir el peso corporal permite obtener la composición corporal mediante el pasaje de una corriente eléctrica
muy débil (50 kHz y menos de 500 μA) a través del cuerpo (método de impedancia bioeléctrica). El fundamento de la
medida es que los músculos, vasos sanguíneos y huesos, son tejidos con alto contenido de agua lo que hace que
conduzcan la electricidad fácilmente. El tejido graso, por otro lado, tiene escasa conductividad eléctrica. Esta técnica
permite determinar la cantidad de cada tejido.
A partir de esto, el aparato calcula automáticamente el metabolismo en reposo.

Parte práctica: En la práctica, se determinó el metabolismo basal de un voluntario por dos métodos: La fórmula de
Benedict, y la balanza electrónica. A partir de los resultados se confeccionó una dieta adecuada para las demandas
energéticas del alumno.

MB obtenido por fórmula = 1385,71


MB medido por balanza = 1287

Confección de una dieta:

a) Conocimientos necesarios

- Cálculo del Gasto Energético Total (GET) de la dieta.

1 – El gasto energético inicial (GEI):

GEI = GEB x Peso deseado


Peso actual

GEB = gasto energético basal, utilizar uno de los valores obtenidos previamente.
2 – Al GEI se le debe agregar el requerimiento calórico del trabajo, en el que se tendrán en cuenta la duración y el tipo:
Trabajo liviano: realizando poca actividad muscular, sentado, en ambiente templado. Se calculan de 30 a 50 Kcal/h.
Trabajo mediano: igual al anterior, pero de pie. 50 - 70 Kcal/h
Trabajo intenso: desarrollando una actividad física importante pero al aire libre 70 - 100 Kcal/h.
Trabajo muy intenso: efectuando actividad muscular muy intensa, a la intemperie; unas 200 Kcal/h.
Trabajo indeterminado: Trabajo empleado en trasladarse, higienizarse, comer, etc, que se estima en 30 Kcal/hora.

3 – Al valor calculado, agregar un 8% que es el valor estimado para transformar los alimentos en principios utilizables como
energía.
4 – Finalmente agregar un 10% al valor obtenido para corregir las eventuales pérdidas por preparación etc. de los
alimentos utilizados.
- Confección de la dieta:
Ejemplo: 2000 calorías

Hidratos de carbono 2000 x 50 = 1000 Kcal Cantidad = 1000/4 = 275 grs


100

Proteínas 2000 x 15 = 300 Kcal Cantidad = 300/4 = 75 grs


100

Lípidos 2000 x 35 = 700 Kcal Cantidad = 700/9 = 67 grs


100

Una vez que se obtienen las cantidades en gramos de cada uno de los tipos de nutrientes, se puede buscar en una lista los
alimentos que responden a esas cantidades en forma adecuada, y en proporciones adecuadas para cada comida.
MECANISMOS DE REGULACIÓN HORMONAL

Sistema endócrino: Es una colección de glándulas cuya función es regular múltiples órganos dentro del organismo para
satisfacer las necesidades de crecimiento y reproducción del organismo, y responder a las fluctuaciones del ambiente
interno, incluidos diversos tipos de estrés. El sistema endocrino incluye las siguientes glándulas principales:
- Páncreas endocrino.
- Glándula pituitaria (hipófisis, que se asocia con los núcleos hipotalámicos).
- Tiroides.
- Glándulas paratiroides.
- Glándulas suprarrenales.
- Gónadas (testículos y ovarios)

Hormonas: Son sustancias secretadas por células especializadas, localizadas en glándulas de secreción interna o glándulas
endocrinas (carentes de conductos), o también por células epiteliales e intersticiales cuyo fin es la de afectar la función de
otras células. Las hormonas pertenecen al grupo de los mensajeros químicos, que incluye también a los neurotransmisores
y las feromonas. A veces es difícil clasificar a un mensajero químico como hormona o neurotransmisor. Son transportadas
por vía sanguínea o por el espacio intersticial, solas (biodisponibles) o asociadas a ciertas proteínas (que extienden su vida
media al protegerlas de la degradación) y hacen su efecto en determinados órganos o tejidos diana (o blanco) a distancia
de donde se sintetizaron (acción endócrina; ej. la insulina), sobre el mismo tipo celular que la sintetiza (acción autócrina;
ej. el óxido nítrico sobre células del endotelio que lo produce) o sobre células contiguas (acción parácrina; ej. el óxido
nítrico sobre el músculo liso vascular) interviniendo en la comunicación celular.

Clasificación de las hormonas: Las hormonas se clasifican, desde un punto de vista bioquímico, como proteínas/péptidos,
derivadas de la tirosina (catecolaminas y yodotironinas), y hormonas esteroideas (hormonas sexuales y de
corticosteroides). Existen además algunas hormonas que no entran dentro de esta clasificación, como el óxido nítrico.
La naturaleza química de una hormona determina cómo se sintetiza, almacena y libera, cómo se transporta en la sangre, su
semivida biológica y modo de eliminación, y su mecanismo de acción celular.

Síntesis: Las hormonas peptídicas se sintetizan en los ribosomas como precursores que poseen secuencias no incluidas en
el producto final. Una secuencia señal N-terminal genera que se importen al retículo endoplasmático, y de allí son
translocadas al complejo de Golgi, donde son procesadas y acumuladas en gránulos de secreción.
El procesamiento consiste en el corte de la molécula señal, pero también puede involucrar la eliminación de otros
segmentos, lo que ocurre a veces en el gránulo de secreción.
Las hormonas esteroideas de pueden clasificarse en cinco grandes tipos: progestágenos, mineralocorticoides,
glucocorticoides, andrógenos y estrógenos. Los progestágenos y los corticoides son esteroides de 21 carbonos, mientras
que los andrógenos tienen 19 carbonos, y los estrógenos, sólo 18.
Las hormonas esteroideas se sintetizan mediante una serie de modificaciones enzimáticas del colesterol y tienen un anillo
de ciclopentanoperhidrofenantreno (o un derivado del mismo) central. Las modificaciones enzimáticas del colesterol son
de tres tipos: hidroxilación, deshidrogenación/reducción y reacciones mediante liasas. El objetivo de estas modificaciones
es producir un derivado del colesterol lo bastante característico como para ser reconocido por un receptor específico.
Las hormonas derivadas de la tirosina se produce por la modificación enzimática de la tirosina y a adición de grupos o la
conjugación de varias tirosinas; por ej., las yodotironinas consisten en tirosinas yodadas y unidas e/sí por enlaces éter.

Almacenamiento: Las hormonas peptídicas se almacenan en gránulos de secreción dentro de la célula, y su exocitosis
depende de estímulos producidos a la misma (por ejemplo, en el caso de la insulina, la entrada de calcio activa la
calmodulina que, por acción de una quinasa, resulta en la fosforilación de proteínas que normalmente amarran al gránulo
de secreción al citoesqueleto).
Para las derivadas de la tirosina, las catecolaminas (NA y A) se almacenan en modo similar a las peptídicas, aunque con
mecanismos de liberación diferentes; mientras que las yodotironinas se almacenan en forma extracelular, en el folículo.
Las hormonas esteroideas no se almacenan, y, al ser liposolubles, atraviesan directamente la membrana plasmática.
Circulación en sangre: Las hormonas peptídicas y las catecolaminas son solubles, y viajan libres. Las tiroideas y esteroideas,
por otra parte, necesitan ligarse a proteínas transportadoras. Las hormonas tienen una acción tan sensible que sus
concentraciones en sangre son nano o incluso picomolares.
La vida media de una hormona es el tiempo que debe transcurrir antes de que se concentración se reduzca a la mitad; y
suele ser de sólo 30 minutos. Esto no significa, por otra parte, que su efecto biológico (acciones que producen) sea igual.

Respuestas celulares a las hormonas: Las hormonas se denominan también ligandos en el contexto de la unión entre un
ligando y su receptor, y agonistas, porque cuando se unen al receptor determinan una respuesta celular. Los antagonistas
de receptores se ligan clásicamente a un receptor y lo bloquean en una situación inactiva, de forma que no puede inducir
una res-puesta celular. La pérdida o inactivación de un receptor condiciona la resistencia frente a las hormonas. La
activación constitutiva del receptor es la activación independiente de la hormona y no regulada de procesos celulares.

Receptores: son proteínas o glicoproteínas que tienen la posibilidad de unirse a una hormona incluso a concentraciones
muy bajas; reconocer a esa hormona; sufrir un cambio conformacional a causa de ello; y desencadenar un evento
bioquímico dentro de la célula como resultado.
Los receptores de hormonas hidrofílicas (peptídicas y catecolaminas) se encuentran en la superficie celular, ya sea en
lugares específicos o dispersos al azar. Los de las hormonas hidrófobas (esteroideas y tiroideas) se encuentran en el interior
de la célula, y en particular del núcleo.
La cantidad de receptores va a variar de acuerdo a la célula y sus necesidades; y pueden ser sintetizados y degradados,
almacenados en vesículas intracelulares que se externalizan de ser necesario (en los receptores de h. hidrofílicas) o
fosforilados/defosforilados (en el caso de los receptores de h. hidrófobas). Una vez que ha cumplido su función, el conjunto
hormona/receptor es degradado por la misma célula.

Respuestas celulares a hormonas hidrófobas: Dado que éstas pueden atravesar membranas lipídicas, sus receptores se
encuentran directamente en el núcleo. Los receptores poseen sitios de unión a la hormona y otro sitio de unión al ADN,
conformado por dedos de zinc; los segmentos de ADN a los que se une para aumentar o reprimir la transcripción se
denominan elementos de respuesta hormonal.
En estado basal, los receptores se hallan formando dímeros; en el caso de los esteroideos, esto les impide unirse al ADN; en
los tiroideos, están unidos al ADN, pero esto no es suficiente para activar la transcripción. Sólo la unión de la hormona
permite producir el ARNm que resultará en las proteínas deseadas. El ARNm suele degradarse en muy poco tiempo; pero la
proteína producto puede permanecer activa hasta días, dando respuestas a largo plazo.

Respuestas celulares a hormonas hidrofílicas: Dado que los receptores se encuentran en el exterior de la célula, requieren
de segundos mensajeros para desencadenar su acción en ella. Los segundos mensajeros suelen desencadenar una cascada
de fosforilaciones/defosforilaciones a cargo de quinasas y fosfatasas, lo que permita la rápida activación enzimática.
AMPc: El AMP cíclico es un segundo mensajero formado por la enzima adenilato ciclasa, que lo sintetiza a partir de ATP.
Esta enzima localizada en la membrana se activa mediante proteínas asociadas a nucleótidos de guanina (proteína G).
La proteína G consta de 3 subunidades no-idénticas alfa, beta y gamma; y al igual que el receptor y la adenilato ciclasa, es
una proteína de membrana. Cuando el receptor hormonal, que se halla acoplado a esta proteína G, recibe a su ligando,
genera un cambio conformacional. La subunidad alfa tiene la capacidad de intercambiar GDP por GTP en respuesta a este
cabio conformacional, y se disocia de las otras dos subunidades, para interactuar con la adenilato ciclasa, en la que incitan
una respuesta, al tiempo que consume con su actividad catalítica el GTP a GDP. Una vez que vuelve a su estado GDP, tiene
la capacidad de volver a asociarse con las otras dos subunidades.
Hay varios tipos de proteínas G, que varían en la subunidad alfa (la efectora; las otras dos son estructurales). Las Gi son
inhibitorias, y reducen la cantidad de AMPc producido. Las GS son estimulantes, y aumentan la cantidad de AMPc
producido. La Gq no activa a la adenilato ciclasa, sino a la fosfolipasa C, que hidroliza fosfatidilinositol bifosfato (PIP2)
convirtiéndolo en diacilglicerol e inositol trifosfato (IP3, que actúa como segundo mensajero).
El AMPc se une en forma reversible al sitio regulatorio de la protein-quinasa-A (PKA), que puede fosforilar a una gran gama
de enzimas.
GMPc: Funciona de la misma manera que el AMPc, sólo que es mucho menos común; la enzima que lo produce es la
guanilato ciclasa, y actúa sobre la protein-quinasa dependiente de GMPc. Produce relajación en músculo liso.

Calcio-calmodulina: El calcio se acumula en el exterior de la célula y en algunos compartimientos del interior (como el
retículo endoplasmático), y se mantiene esta gradiente mediante bombas especializadas. Cuando entra al citosol, puede
actuar como segundo mensajero y producir una gran cantidad de reacciones, como la liberación de gránulos de secreción.
Receptores que actúen permitiendo el pasaje de calcio, van a generar un efecto a través de la unión de éste a la
calmodulina, con la cual el calcio forma un complejo que actúa como tercer mensajero, y se une a quinasas y fosfatasas a
las que activa.

IP3: Los receptores acoplados a proteína Gq activan a la fosfolipasa C en lugar de la adenilato ciclasa, y producen IP3
(inositol 1,4,5-trifosfato) y DAG (diacilglicerol). El IP3 permite la entrada de calcio en la célula, mientras que el DAG activa a
la protein quinasa C, traslocándola desde el citosol hacia la membrana.

Distintos tipos de receptores en distintos tejidos pueden reconocer a una misma hormona, pero produciendo efectos
diferentes; de esta manera, la respuesta de cada tejido será distinta.

Receptor tirosin quinasa: Este tipo de receptores no están acoplados a proteína G ni dependen de los segundos mensajeros
antes mencionados, sino que tienen ellos mismos actividad quinasa.
Un ejemplo clásico de un receptor enzimático con actividad tirosina-quinasa es el receptor de insulina, que consiste en dos
cadenas α en la cara extracitosólica que son las que se unen a la insulina, y dos cadenas β transmembrana con sus
extremos C-terminal en el citosol que son las que tienen acción quinasa. Cuando la cadena α se une a su ligando, cada
dímero α β sufre un cambio en su coformación que genera que se autofosforile la cadena β en 3 residuos de tirosina cerca
del extremo C-terminal; esto “activa” a la cadena β como enzima, y permite que a su vez fosforile las tirosinas de otras
proteínas llamadas sustratos del receptor de insulina. Éstos inician una cascada de quinasas que efectúan la respuesta.

Casos particulares:
Insulina – Actividad tirosín-quinasa.
Glucagón – Receptor acoplado a proteína G: s, i y en menor medida q (dependiendo del tejido).
Adrenalina y noradrenalina – Acoplados a proteína G: α1 – Gq; α2 – Gi; β – GS.
Receptor del NO: El óxido nítrico, por ser soluble en la membrana, tiene un receptor intracelular en el citosol, pero es muy
similar a los externos. Consiste en una guanilil-ciclasa soluble, que genera GMPc como segundo mensajero.

Efecto genómico y no-genómico: el efecto genómico es cualquier efecto que ocurra debido a actividad génica alterada. Los
receptores nucleares deben, necesariamente, tener un efecto genómico, ya que alteran la transcripción; pero los de
membrana también pueden tener efectos genómicos por medio de cascada de quinasas.

Sistemas de retroalimentación: Pueden ser positivos o negativos.

Retroalimentación negativa: Es, por mucho, el más común; permite un sistema estable y autorregulado. Consiste en la
disminución de la secreción de una hormona cuando el producto de la acción de la misma aumenta; por ejemplo, un
aumento de la glucosa inhibe la secreción de glucagón.
El sistema de retroalimentación negativo no sólo incluye metabolitos finales, sino además hormonas (sobre todo en el caso
de las hormonas tróficas, que estimulan a otras glándulas para que produzcan sus propias hormonas, como es el caso del
eje hipotálamo-hipofisario) y cambios fisicoquímicos (como cambios en la osmolaridad o el pH, por ejemplo).
Si bien esto regula el límite máximo de la hormona, no regula el mínimo. Una descompensación por falta de hormona se
logra manteniendo una producción basal y constante de la misma, que puede estar acompañada por otros factores; como
otras hormonas estimulantes (ej. glucagón/insulina), o estímulos externos (como la succión en el pezón de una madre en
etapa de amamantamiento, que genera un impulso nervioso para la liberación de oxitocina).
Retroalimentación positiva: Es mucho menos común, ya que a diferencia de mantener una constancia en el medio interno,
sirve para hacer la secreción hormonal progresivamente más intensa; es por esto que se da en momentos muy particulares
donde se necesita un “pico” hormonal – esto es, en el sistema reproductivo femenino.
El ejemplo clásico es el de la oxitocina en el parto. Con la dilatación del cuello, se genera un impulso nervioso al SNC que
genera la liberación de oxitocina. La oxitocina, a su vez, aumenta la contracción uterina, y esto genera mayor dilatación del
cuello, reforzando la secreción de la hormona.
Otro ejemplo que está discutido es el del estradiol y hormona LH en el folículo ovárico durante la ovulación; pero no se
sabe con certeza si constituye verdaderamente un sistema de retroalimentación positivo.

Modulación de la respuesta hormonal: Los tejidos blanco tienen sensibilidad (concentración mínima de una hormona
capaz de generar una respuesta en las células) y respuesta máxima (cambios que producen ante una cantidad dada de la
misma) variables, lo que ayuda a regular el sistema a nivel independiente en cada tejido. El principal mecanismo que
utilizan las células es la modificación, degradación/síntesis, fosforilación/defosforilación, y el “guardado” en vesículas
intracelulares, de los receptores necesarios.
Otros modos de control independientes de los receptores es el control posreceptor, que actúa sobre enzimas de la cascada
que desata la hormona, o sobre sus sustratos.
Una forma más drástica de disminuir la acción hormonal es directamente disminuir el número de células blanco, pero
métodos menos dañinos, como la regulación por otras hormonas (ej. glucemia – insulina/glucagón) que contrarresten la
acción de la primera, son más comunes.
Finalmente, algunas hormonas ejercen acción permisiva, no incitando una respuesta en particular, pero siendo necesarias
para que ocurra un proceso biológico.

Medición de hormonas: Dada la baja concentración de hormonas en sangre, deben ser sensibles y muy específicos:

Análisis de unión competitiva y radioinmunoanálisis: La manera más fácil de producir moléculas sensibles y específicas es
mediante la producción de anticuerpos. Cuando se inyecta una hormona aislada en la sangre de otra especie, actúan como
antígenos, generando anticuerpos. Estos se pueden extraer y aislar; y si se suministra una cantidad conocida de hormona
marcada con yodo radioactivo obtenemos igual cantidad de complejos hormona marcada-anticuerpo.
Ahora bien, si exponemos una muestra de plasma con una cantidad desconocida de hormona a los anticuerpos, y
suministramos la cantidad conocida de hormona marcada, ambos tipos de hormona competirán por los anticuerpos.
Analizando la proporción de éstos que estén unidos a la hormona marcada, se puede obtener la cantidad de hormona no
marcada que había originalmente en el plasma.
La principal limitación de este análisis se encuentra en que el epítopo y el sitio de unión al receptor de la hormona no
necesariamente son el mismo, por lo que puede haber hormonas biológicamente inactivas que se unan a los anticuerpos.
Una manera de evitar esta limitación es por el análisis de radiorreceptores, donde se aíslan los receptores de la célula
diana y se los marca radioactivamente; pero el procedimiento es tan complejo que no se usa rutinariamente.

ELISA: También utiliza anticuerpos de otra especie para la medición hormonal, con la particularidad que dicho anticuerpo
se encuentra enlazado a una enzima que puede degradar a la hormona a un compuesto distinto, que se puede teñir con
sustancias que no colorean a la hormona en sí.
EJE HIPOTÁLAMO-HIPOFISARIO

Hipófisis: La hipófisis es una estructura endocrina pequeña localizada en la base del prosencéfalo. Está constituida por un
componente epitelial, llamado adenohipófisis, y una estructura neural, denominada neurohipófisis. Todas las funciones
endocrinas de la hipófisis se regulan por el hipotálamo y mediante circuitos de retroalimentación positiva y negativa.

Anatomía: La adenohipófisis forma la parte anterior de la hipófisis, y se suele denominar lóbulo anterior de la hipófisis, y
las hormonas que produce se llaman hormonas hipofisarias anteriores. La adenohipófisis se divide en tres partes: la parte
distal, que constituye el 90% de la adenohipófisis; la parte tuberal, que rodea el tallo; y la parte intermedia, que sufre una
regresión y no se describe en los adultos.
La neurohipófisis es un crecimiento en sentido descendente del hipotálamo. La parte más baja de la neurohipófisis se llama
parte nerviosa, que también se conoce como lóbulo posterior de la hipófisis. En el extremo superior de la neurohipófisis
existe una prominencia a modo de embudo denominada eminencia mediana. El resto de la neurohipófisis que se extiende
desde la eminencia mediana hacia la parte nerviosa se llama infundíbulo. El infundíbulo y la porción tuberal forman el
denominado tallo hipofisario, que es la conexión física entre el hipotálamo y la hipófisis.

Neurohipófisis: Las hormonas peptídicas que libera son: la hormona antidiurética (ADH) y la oxitocina. Los cuerpos
celulares de las neuronas que se proyectan hacia la parte nerviosa se localizan en los núcleos supraóptico (NSO) y
paraventricular (NPV) del hipotálamo, y proyectan axones por el tallo infundibular como tractos hipotálamo-hipofisarios.
Además de las prolongaciones y terminaciones axonales de los NSO y NPV, existen células de soporte parecidas a la glía,
que se denominan pituicitos. La neurohipófisis o hipófisis posterior está muy vascularizada, y los capilares están
fenestrados, lo que facilita la difusión de hormonas hacia los vasos.

• Síntesis de ADH y oxitocina: La ADH y la oxitocina son nonapéptidos (nueve aminoácidos) de estructura similar, que sólo
se distinguen en dos aminoácidos. La ADH y la oxitocina se sintetizan como preprohormonas. Durante el tránsito al gránulo
secretor, las prohormonas se degradan mediante proteólisis, y dan lugar a cantidades equimolares de hormona y
neurofisina. La ADH y la oxitocina se liberan en la parte nerviosa como respuesta a estímulos que se detectan
principalmente en el cuerpo celular y las dendritas de las neuronas del NSO y NPV del hipotálamo. Los estímulos se
producen principalmente en forma de neurotransmisores liberados en las interneuronas hipotalámicas.

• Acciones y regulación de la ADH y la oxitocina: La ADH actúa principalmente sobre los riñones y conserva agua
(antidiuresis). La oxitocina ejerce su acción principalmente sobre el útero gestante (inducción del parto) y las células
mioepiteliales de la mama (bajada de la leche durante la lactancia).

Adenohipófisis: La parte distal está constituida por cinco tipos de células endocrinas, que producen seis hormonas (tabla
401). Dadas las características histológicas de los tipos celulares, las células corticotropas, tirotropas y gonadotropas se
denominan basófilas hipofisarias, mientras que las somatotropas y lactotropas se llaman acidófilas hipofisarias.
La actividad de secreción hormonal está regulada por el hipotálamo, por medio de la circulación hipofisaria. Las arterias de
la hipófisis provienen directamente de la carótida interna. Son dos de cada lado: las superiores y las inferiores. Las
inferiores irrigan directamente a la neurohipófisis, pero las superiores forman un sistema porta hipofisario con dos plexos:
uno primario en la eminencia media, donde la sangre recibe las sustancias secretadas por el hipotálamo y que se
desramifica, para ir luego a la adenohipófisis y formar un plexo secundario.

• Hormonas hipotalámicas hipofisotropas: Son péptidos (excepto la dopamina, una catecolamina) que estimulan por medio
del sistema porta hipofisario a la hipófisis para que ésta secrete sus propias hormonas; por ende, son todas tróficas. Por lo
general se nombran todas como “Hormona liberadora/inhibidora de X”, con excepción del factor liberador de prolactina.
Las hormonas hipofisotropas se liberan por un delicado conjunto de sinapsis inhibidoras y excitatorias. Una vez que llegan a
la hipófisis, se unen a receptores de membrana, como cualquier otra hormona peptídica.
• Hormonas adenohipofisarias: Son ocho:
1. La h. del crecimiento (GH) o somatotrofina, promueve el anabolismo proteico y el crecimiento.
2. La h. tirotrofina (TSH), regula la síntesis de las hormonas tiroideas por la glándula tiroides.
3. La h. adrenocorticotrofina (ACTH) hace lo mismo con las hormonas de la corteza suprarrenal.
4. La h. folículo-estimulante (FSH) es la responsable del crecimiento de las gametas y (en hembras) del folículo ovárico.
5. La h. luteinizante (LH) provoca crecimiento del tejido intersticial y (en hembras) ovulación y formación del cuerpo lúteo.
6. La prolactina (PRL) regula la secreción de leche.
7. La hormona melanocito-estimulante (MSH) estimula la pigmentación de la piel, y se produce en la pars media.
8. Las lipotropinas actúan en la movilización de grasas y tienen efectos metabólicos pero desconocidos.

Todas estas hormonas, salvo la hormona del crecimiento, son tróficas.

Mecanismos de control del eje hipotálamo-hipofisario: Está constituido, en


su mayor parte (con excepción de la oxitocina durante el parto y –tal vez– la
LH en la ovulación), por sistemas de feedback negativos, donde la hormona
liberadora del hipotálamo es inhibida por la hormona correspondiente de la
hipófisis. Dado que estas últimas, además, suelen ser tróficas, las glándulas
que son sus tejidos blancos sintetizan una tercera hormona, que también
participa en la inhibición.
Dados estas 3 posibles secreciones, se establecen lazos largos y lazos cortos.
Los lazos largos son aquellos donde la secreción de la hormona final (es decir
periférica) inhibe la secreción de la hormona hipofisaria correspondiente
(lazo largo directo) o de la hipotalámica (lazo largo indirecto).
Por otra parte, la hormona hipofisaria inhibe a la hipotalámica (lazo corto).
Hay un tercer tipo de lazo que se establece cuando la producción de la
hormona hipotalámica o periférica (pero no la hipofisaria) inhibe su propia
síntesis en exceso; a esto se denomina lazo ultracorto.
EJEMPLOS DE HORMONAS

POMC: La pro-opiomelanocortina es el nombre de un polipéptido precursor de hormonas. El gen de la POMC codifica un


precursor que sufre extenso procesamiento post-traducción, tejido-específico, a través del corte por enzimas conocidas
como convertasas prohormonas. Hay ocho sitios potenciales de escisión en el polipéptido precursor y, dependiendo del
tipo de tejido y las convertasas disponibles, el procesamiento puede producir hasta diez péptidos biológicamente activos
que participan en diversas funciones celulares.
La proteína codificada es sintetizada principalmente en las células corticotropas de la hipófisis anterior, donde se utilizan
cuatro sitios de corte. Los principales productos de los cortes son la hormona adrenocorticotrófica (ACTH) y β-LPH en la
glándula pituitaria anterior, β-endorfinas en el lóbulo intermedio, y la hormona MSH.
Cada uno de estos péptidos se empaca en vesículas grandes de núcleo denso que se liberan de las células por exocitosis en
respuesta a la estimulación adecuada:
La MSH producida por las neuronas en el núcleo arqueado tiene un papel importante en la regulación del apetito, la
conducta sexual, y la producción de melanina. La ACTH regula la secreción de glucocorticoides por la corteza suprarrenal.
Las β-endorfinas y encefalinas son péptidos opioides endógenos con acciones generalizadas en el cerebro.
En algunos animales, como los batracios, el color de la piel se regula por células especializadas (melanóforos), y de acuerdo
a cómo éstas dispersen los gránulos de melanina que guardan, acción regulada por la MSH, la piel puede cambiar de color a
corto plazo, lo que permite un cierto nivel de camuflaje. La principal regulación de la MSH viene directamente del
hipotálamo, donde neuronas con receptores dopaminérgicos actúan como inhibitorios, y neuronas con receptores
colinérgicos y serotoninérgicos como excitatorios.
El experimento propuesto en el TP consiste en inyectar un sapo con dopamina, y esperar para ver cómo la piel se aclara.

Ciclo sexual femenino:

El ciclo sexual femenino comprende, a


nivel hipofisario, a las gonadotrofinas
(LH y FSH); a nivel hipotalámico, su
hormona liberadora (GnRH). Una
frecuencia alta de pulsos de GnRH (un
pul-so cada 60-90 minutos) induce de
forma selectiva la producción de LH,
mientras que una frecuencia lenta
induce la de FSH.
A nivel del ovario, las hormonas
comprenden estrógenos como el
estradiol, y progesterona.
A grandes rasgos, el ciclo ovárico se
divide en dos fases: folicular, y lútea.

Fase folicular: En esta etapa, al final


de la menstruación cuando en el útero
sólo queda la capa basal, la principal
hormona que sintetiza la hipófisis es
FSH, ya que la gonadotropa percibe el
final de la función luteínica como una
liberación de la retroalimentación
negativa. La base de este incremento selectivo de FSH recluta a un grupo de folículos antrales grandes para empezar un
crecimiento rápido. Estos folículos producen cantidades bajas de estrógenos e inhibina B. La gonadotropa responde al
aumento lento de las concentraciones de estrógenos e inhibina B reduciendo la secreción de FSH. La pérdida de las
elevadas concentraciones de progesterona y estrógenos condiciona un aumento de la frecuencia de los pulsos de GnRH, lo
que aumenta de forma selectiva la síntesis de LH y su secreción por las gonadotropas.
La respuesta del ovario ante la reducción de las concentraciones de FSH es la atresia folicular de todos los folículos
reclutados, salvo el dominante. Por tanto, el proceso de selección se basa en la extrema dependencia del folículo de FSH
ante una disminución de su secreción. En general, sólo consigue sobrevivir el folículo más grande con más receptores para
FSH y menor irrigación. Este folículo produce cantidades crecientes de estradiol-17Be inhibina B. La FSH induce también la
expresión de receptores para la LH en las células de la granulosa murales del folículo dominante. Cuando el folículo
dominante consigue que las concentraciones de estrógenos circulantes superen 200 pg/ml durante unas 50 horas en las
mujeres, los estrógenos realizan una acción de retroalimentación positiva sobre las gonadotropas para producir el pico de
LH de mitad de ciclo (día 14), lo que genera la ovulación.

Fase lútea: Unos días después del pico de LH, que estimula a las células de la teca, el aumento de las concentraciones de
progesterona, estrógenos e inhibina A por el cuerpo lúteo maduro realiza una retroalimentación negativa sobre las
gonadotropas hipofisarias. En consecuencia, tanto las concentraciones de FSH como las de LH se reducen hasta las basales.
Las concentraciones basales de LH (no de FSH) son absolutamente fundamentales para que la función del cuerpo lúteo sea
normal. Sin embargo, el cuerpo lúteo se va volviendo cada vez menos sensible a las señales de LH, y muere salvo que
aumente la actividad parecida a la LH (hCG, gonadotrofina coriónica producida por la futura placenta del embrión
implantado). En un ciclo no fértil, el cuerpo lúteo de la menstruación regresa a los 14 días, y las concentraciones de
estrógenos y progesterona empiezan a disminuir en unos 10 días, lo que permite que el ciclo arranque de nuevo.

Hormonas tiroideas: Las tironinas comprenden a la tri- y tetrayodotironinas (T3 y T4). Dado que son lipofílicas, circulan en
plasma unidas a proteínas transportadoras (albúmina), y atraviesan solas la membrana plasmática y nuclear.
La T3 y en mucha menor medida la T4se ligan a distintos subtipos del receptor para las hormonas tiroideas (RT) que se
relacionan con los elementos reguladores del tiroides (ERT) en las moléculas de ADN diana. En consecuencia, la inducción o
represión de la expresión del gen aumenta o reduce un gran número de enzimas, además de las proteínas estructurales y
funcionales.

Las hormonas tiroideas actúan básicamente sobre todas las células y tejidos:

Cardiovascular: La T3aumenta el gasto cardíaco, la frecuencia cardíaca en reposo y el volumen sistólico. La velocidad y la
potencia de las contracciones miocárdicas también aumentan (efectos crono e inotrópico positivos, respectivamente) y se
acorta el tiempo de relajación diastólica (efecto lusitrópico positivo). Además, la hormona tiroidea reduce la resistencia
vascular al dilatar las arteriolas de resistencia de la circulación periférica. El volumen total de sangre aumenta por la
activación del eje renina-angiotensina-aldosterona y el consiguiente aumento de la reabsorción de sodio a nivel renal.
Los efectos inotrópicos cardíacos de la T3 pueden ser directos o indirectos, por aumento de la respuesta a catecolaminas.

Efectos sobre el metabolismo basal: Las hormonas tiroideas aumentan el consumo basal de oxígeno y la producción de
calor (es decir, el metabolismo basal). La captación y la oxidación de la glucosa y los ácidos grasos aumentan de forma
global, igual que el reciclado de lactato-glucosa y de los ácidos grasos-triglicéridos. La hormona tiroidea no aumenta la
utilización de oxígeno inducida por la dieta, y puede no modificar la eficiencia del consumo de energía durante el ejercicio.

Efectos respiratorios: La hormona tiroidea estimula la utilización del oxígeno y también su aporte. En consecuencia, la T3
aumenta la frecuencia respiratoria en reposo, la ventilación minuto y la respuesta ventilatoria frente a la hipercapnia y la
hipoxia. Estas acciones mantienen una PO2arterial normal cuando aumenta el consumo de oxígeno, y una PCO2nor-mal
cuando aumenta la producción de CO2.

Efectos sobre el crecimiento y la maduración: Una pequeña, pero crucial, cantidad de hormona tiroidea atraviesa la
placenta, y el eje tiroideo fetal empieza a ser funcional a mediados del embarazo. La hormona tiroidea tiene una
importancia extrema en el desarrollo neurológico normal y la formación adecuada de hueso en el feto.
Además estimula la osificación endocondral, el crecimiento lineal del hueso y la maduración de los centros epifisarios.
Unidad 10 – Fisiología – Motilidad
MOTILIDAD Y SU REGULACIÓN

Tipos de movimiento: Se distinguen tres clases distintas:


Los movimientos reflejos son respuestas motoras rápidas, involuntarias, automáticas y estereotipadas, que ocurren en
respuesta a estímulos que determinan no sólo su desencadenamiento sino además su intensidad.
Los movimientos rítmicos son mezcla de reflejos y voluntarios; su inicio y terminación son voluntarios, pero el resto se
produce en forma refleja. Ejemplos de ellos son caminar, comer, correr.
Los movimientos voluntarios son los más complejos, y no se inician en respuesta a estímulos sino por procesos cognitivos
en el telencéfalo. La repetición y práctica pueden resultar en el perfeccionamiento e internalización de los mismos, hasta
volverlos movimientos rítmicos (por ejemplo, andar en bicicleta).
Los movimientos voluntarios, además, se subdividen en: lentos, se ejecutan en el orden de 1 segundo, son precisos y
hábiles y atentos a las aferencias sensitivas; rápidos, se ejecutan en el orden de ½ segundo, pero las aferencias siguen
teniendo efecto modulador; y balísticos, de menos de ½ segundo, deben estar pre-programados por el SNC, habiendo sido
ejecutados y aprendidos con anterioridad.

Tono muscular: De los muchos movimientos reflejos, el miotático es importante por ser el que mantiene el tono muscular.
El tono muscular consiste en la contracción parcial, pasiva y continua de los músculos en estado de reposo, que es
necesaria para mantener la postura y el funcionamiento muscular correcto. Trastornos en la tonicidad muscular
(hipotonía/hipertonía) pueden generar graves problemas motrices.

Organización medular: La sustancia gris medular es la zona de


integración para los reflejos medulares. Las señales sensitivas
penetran en ella casi exclusivamente por las raíces sensitivas
(posteriores). Después de entrar, cada una viaja hacia dos
destinos diferentes: una rama del nervio sensitivo termina casi
de inmediato en la sustancia gris de la médula y suscita reflejos
medulares segmentarios de ámbito local y otros efectos a este
nivel, mientras que la otra rama transmite sus impulsos hacia
niveles más altos del sistema nervioso: las zonas superiores de la
propia médula, el tronco del encéfalo o incluso la corteza.
Cualquier segmento de la médula espinal (a nivel de cada nervio raquídeo) contiene varios millones de neuronas en su
sustancia gris. A parte de las neuronas sensitivas de relevo, el resto son de tres tipos:

• Motoneuronas anteriores: En las astas anteriores de la sustancia gris medular existen varios miles de neuronas de
grandes dimensiones denominan motoneuronas anteriores. En ellas nacen las fibras nerviosas que salen de la médula a
través de las raíces anteriores e inervan directamente las fibras de los músculos esqueléticos. Estas neuronas son de dos
tipos: motoneuronas α y motoneuronas γ.
Las motoneuronas α dan origen a unas fibras nerviosas motoras grandes de tipo Aα, con un promedio de 14 μm de
diámetro; a lo largo de su trayecto se ramifican muchas veces después de entrar en el músculo e inervan las grandes fibras
musculares esqueléticas. La estimulación de una sola fibra nerviosa a excita de tres a varios cientos de fibras musculares
esqueléticas, que en conjunto reciben el nombre de unidad motora.
Además de las α, que activan la contracción de las fibras musculares esqueléticas, hay otras motoneuronas γ mucho más
pequeñas que están situadas en las astas anteriores de la médula espinal, cuyo número es ½ de las anteriores. Estas células
transmiten impulsos a través de unas fibras nerviosas motoras γ de tipo A (Aγ) mucho más pequeñas, con un diámetro
medio de 5 μm, que van dirigidas hacia unas fibras del músculo esquelético especiales pequeñas llamadas fibras
intrafusales. Estas fibras ocupan el centro del huso muscular, que sirve para controlar el «tono» básico del músculo.
• Interneuronas: Las interneuronas están presentes en todas las regiones de la sustancia gris medular, en las astas
posteriores, las astas anteriores y las zonas intermedias que quedan entre ellas. Estas células son unas 30 veces más
numerosas que las motoneuronas anteriores, además de ser más pequeñas y poseer una naturaleza más excitable. Entre sí
presentan múltiples interconexiones y muchas de ellas también establecen sinapsis directas con las motoneuronas
anteriores; estas conexiones entre las interneuronas y las motoneuronas anteriores son las responsables de la mayoría de
las funciones integradoras de la médula espinal, principalmente por medio de la inhibición de las motoneuronas α.
Unas pocas señales sensitivas aferentes llegadas de los nervios raquídeos o impulsos descendentes procedentes del
encéfalo acaban directamente sobre las motoneuronas anteriores. En cambio, casi toda esta actividad pasa antes a través
de las interneuronas, donde se somete al procesamiento adecuado.

• Células de Renshaw: Son células relacionadas con las motoneuronas del asta anterior que constituyen un grupo especial
de neuronas inhibidoras. Las colaterales de los axones de las motoneuronas hacen sinapsis sobre las células de Renshaw,
éstas a su vez toman contacto con diversidad de motoneuronas situadas en su vecindad, sobre las que ejercen una acción
inhibidora. Por tanto, la estimulación de cada motoneurona tiende a inhibir a las motoneuronas contiguas según un efecto
denominado inhibición lateral. Esta acción resulta importante para concentrar los impulsos, o enfocarlos: es decir, permitir
la transmisión sin mengua de la señal 1° en la dirección deseada a la vez que se suprime la tendencia a su dispersión lateral.

Receptores sensitivos musculares: El control adecuado del funcionamiento muscular exige no sólo la excitación del
músculo por parte de las motoneuronas anteriores de la médula, sino también una retroalimentación permanente con la
información sensitiva que llega a ella procedente de cualquier músculo, para indicar su estado funcional en cada momento,
como la longitud del músculo, su tensión instantánea, y la velocidad con la que cambian estas dos variables.
Para comunicar esta información, los músculos y sus tendones reciben una inervación abundante por parte de dos tipos
especiales de receptores sensitivos: los husos musculares, que están distribuidos por todo el vientre muscular y envían
información hacia el sistema nervioso sobre la longitud del músculo o la velocidad con la que varía esta magnitud, y los
órganos tendinosos de Golgi, que se encuentran situados en los tendones musculares y transmiten información sobre la
tensión tendinosa o su ritmo de cambio.
Las señales procedentes de estos dos receptores tienen como propósito el control muscular intrínseco. Así, operan
prácticamente por completo a un nivel subconsciente. Aun así, transmiten información no sólo hacia la médula espinal,
sino también hacia el cerebelo e incluso a la corteza cerebral, contribuyendo a que cada una de estas porciones del sistema
nervioso intervenga en el control de la contracción muscular.

• Huso muscular: Se encuentra dispuesto alrededor de 3 a 12 fibras musculares intrafusales diminutas cuyos extremos
acaban en punta y se fijan al glucocáliz de las grandes fibras extrafusales adyacentes correspondientes al músculo
esquelético normal, encapsuladas en tejido conjuntivo. Las fibras intrafusales son fibras de músc. esquelético pequeñas,
que casi no contiene filamentos de miosina y actina en su región central; por lo tanto esta parte central no se contrae
cuando lo hacen sus extremos. Las porciones finales que sí se contraen reciben su excitación de fibras nerviosas motoras γ.
La porción receptora del huso muscular se localiza en su parte central. De esta zona carente de aparato contráctil emergen
las fibras sensitivas. Su estimulación procede del estiramiento de dicha porción intermedia del huso. Pueden ser de 2 tipos:
- Terminación primaria: En el centro de la zona receptora, una gran fibra nerviosa sensitiva rodea la porción central de
cada fibra intrafusal, formando la denominada terminación primaria o anuloespiral. Esta fibra nerviosa es de tipo la, con un
diám etro medio de 17 μm, y envía señales sensitivas hacia la médula espinal a una enorme velocidad.
- Terminación secundaria: La terminación receptora
secundaria, situada a los lados de la primaria está inervada
por fibras de tipo II, más pequeñas que la Ia; con un
diámetro de 8 μm. Esta terminación en ocasiones rodea a
las fibras intrafusales como lo hace la fibra de tipo la, pero
a menudo se extiende como las ramas de un arbusto.
Tipos de fibras del huso muscular: También existen dos tipos de fibras intrafusales en el huso muscular: Las fibras
musculares de bolsa nuclear (de una a tres en cada huso), en las que varios núcleos de las fibras musculares se encuentran
agregados en «bolsas» ensanchadas que se encuentran en la porción central de la zona receptora, y las fibras de cadena
nuclear (de tres a nueve), cuyo diámetro y su longitud miden más o menos la mitad que en el caso de las fibras de bolsa
nuclear y cuyos núcleos están alineados formando una cadena a lo largo de toda la región receptora.
La terminación nerviosa sensitiva primaria resulta activada por las fibras intrafusales de bolsa nuclear y por las fibras de
cadena nuclear. En cambio, la terminación secundaria suele excitarse únicamente por las fibras de cadena nuclear.

Tipo de respuesta: Cuando la porción receptora del huso muscular se estira con lentitud, tanto el terminal primario como
el secundario se deforman. Esto genera l apertura de canales de sodio y calcio mecanodependientes, que general el
potencial del receptor. El número de impulsos transmitidos desde las terminaciones primarias y secundarias aumenta casi
en proporción directa al grado de estiramiento y las terminaciones continúan transmitiendo estas señales durante varios
minutos. Este efecto se llama respuesta estática del receptor del huso.
Cuando la longitud del receptor del huso aumenta de forma repentina, por otra parte, la terminación primaria (pero no la
secundaria) recibe un estímulo potente. Este estímulo excesivo se denomina respuesta dinámica, lo que significa que la
terminación primaria responde de un modo vivísimo a una velocidad de cambio rápida en la longitud del huso. Incluso
cuando la longitud del receptor del huso no se alarga nada más que una fracción de micrómetro durante una fracción de
segundo, el receptor primario transmite una tremenda cantidad de impulsos suplementarios hacia la gran fibra nerviosa de
17 μm, pero sólo mientras sus dimensiones sigan creciendo. En el momento en que su longitud deje de crecer, esta
frecuencia superior en la descarga de los impulsos regresa al nivel de la respuesta estática mucho más reducida que aún
sigue presente en la señal. En cambio, cuando el receptor del huso se
acorta, aparecen justo las señales sensitivas opuestas. Por tanto, la
terminación 1° manda unos impulsos potentísimos hacia la médula
espinal, positivos o negativos, para comunicar cualquier cambio ocurrido
en la longitud del receptor del huso.

De esta forma, la respuesta estática es un indicador del estiramiento,


mientras que la respuesta dinámica es un indicador de la velocidad.

Potencial del termina 1° de una fibra Ia

Actividad de los husos musculares en condiciones normales: Normalmente, sobre todo cuando existe un cierto grado de
excitación nerviosa, los husos musculares emiten impulsos nerviosos sensitivos de forma constante. Su estiramiento
incrementa la frecuencia de disparo, mientras que su acortamiento la frena. Por tanto, los husos son capaces de enviar
hacia la médula espinal señales positivas (es decir, un número mayor de impulsos para indicar el estiramiento muscular) o
señales negativas (una cantidad de impulsos inferior a la normal para informar de lo contrario).

• Órgano tendinoso de Golgi: Sirve para controlar la tensión muscular. Es un receptor


sensitivo encapsulado por el que pasan las fibras del tendón muscular. Cada órgano
tendinoso de Golgi suele estar conectado con unas 10 a 15 fibras musculares, que lo
estim ulan cuando este pequeño haz se «tensa» debido a la contracción o el
estiramiento del músculo. Por tanto, la principal diferencia en la excitación del órgano
tendinoso de Golgi en comparación con el huso muscular reside en que el huso
detecta la longitud del músculo y los cambios de la misma, mientras que el órgano tendinoso identifica la tensión muscular.
El órgano tendinoso, lo mismo que el receptor primario del huso muscular, ofrece una respuesta dinámica y una respuesta
estática, siendo potente su reacción cuando la tensión muscular aumenta bruscamente (la respuesta dinámica), pero
calmándose en cuestión de una fracción de segundo hasta un nivel constante de disparo más bajo que casi es directamente
proporcional al valor de esta variable (la respuesta estática).
Así pues, el órgano tendinoso de Golgi aporta al sistem a nervioso una información instantánea sobre el grado de tensión
en cada pequeño segmento de cualquier músculo.
Transmisión de impulsos: Las señales procedentes del órgano tendinoso se transmiten a través de fibras nerviosas grandes
de conducción rápida de tipo Ib, con un diám etro medio de 16 μm, tan sólo un poco más pequeñas que las
correspondientes a las terminaciones primarias del huso muscular. Tales fibras, igual que en el caso de estas últimas,
envían impulsos hacia las zonas locales de la médula y, después de hacer sinapsis en el asta posterior, siguen a través de las
vías de fibras largas, como los fascículos espinocerebelosos dirigidos hacia el cerebelo, y todavía a través de otros
fascículos más hacia la corteza cerebral. Las señales medulares locales estimulan una sola interneurona inhibidora que
actúa sobre la motoneurona anterior. Este circuito local inhibe directamente el músculo.

Arco reflejo: El arco reflejo es el circuito neuronal responsable del reflejo y en su forma más simple (reflejo monosináptico)
está constituido por el receptor, una neurona sensitiva o sensorial (aferencia), una neurona efectora (eferencia) y un
efector. Cuando el efector es un músculo estriado esquelético, el reflejo se denomina somático; cuando es un órgano o una
glándula se denomina autonómico o vegetativo. En la mayoría de los arcos reflejos hay una o varias neuronas sobre las que
actúan aferencias centrales y periféricas, interpuestas entre la neurona sensorial y la efectora (reflejos polisinápticos), que
pueden ser de tipo facilitador o inhibidor. Una manera de evaluar la influencia de las aferencias centrales o superiores
sobre la actividad refleja medular consiste en observar las modificaciones que ocurren cuando la médula se secciona.

• Reflejo miotático: o de estiramiento muscular. El reflejo miotático puede dividirse en dos com ponentes: el dinámico y
el estático. El reflejo miotático dinámico surge con la potente señal dinámica transmitida desde las terminaciones
sensitivas primarias de los husos musculares, originada por su estiramiento o distensión rápida. Se transmite entonces un
impulso potente hacia la médula espinal; esto provoca instantáneamente una enérgica contracción refleja (o un descenso
de la contracción) en el mismo músculo del que nació la señal. Por tanto, el reflejo sirve para oponerse a los cambios
súbitos sufridos en la longitud muscular. Parte de la información además se transmite a los centros superiores, y esto
genera la relajación parcial de la fibra intrafusal, en los que se denomina coactivación, para evitar una variación excesiva de
la longitud del huso y permitir que siga funcionando correctamente.
El reflejo miotático dinámico finaliza una fracción de segundo después de que el músculo se haya estirado hasta alcanzar su
nueva longitud, pero después le sigue un reflejo miotático estático más débil que se mantiene un período prolongado
desde ese instante. Este reflejo deriva de las señales receptoras estáticas continuas transmitidas por las terminaciones
primarias y secundarias.
La importancia del reflejo miotático estático radica en que produce un grado de contracción muscular que puede
mantenerse razonablemente constante. Se trata de una función amortiguadora o suavizadora que permite mantener tanto
la postura como el tono muscular y evitar la sobredistensión.

• Reflejo tendinoso: Es complementario (y opuesto) al miotático. Cuando los órganos tendinosos de Golgi de un tendón
muscular se estimulan al aumentar la tensión en el músculo al que están conectados, sus señales se transmiten hacia la
médula espinal, a través de la neurona sensitiva y luego de una interneurona inhibidora, para provocar unos efectos
reflejos en el músculo correspondiente. Este reflejo tiene un carácter plenamente inhibidor. Por tanto, aporta un
mecanismo de retroalimentación negativa que impide la producción de una tensión excesiva en el propio músculo.
Si la tensión aplicada sobre el músculo y, por tanto, sobre el tendón se vuelve intensísima, el efecto inhibidor originado por
el órgano tendinoso puede llegar a ser tan grande que conduzca a una reacción brusca en la médula espinal capaz de
causar la relajación instantánea de todo el músculo. Este efecto se llama reacción de alargamiento.
El reflejo tendinoso complementa al miotático actuando en el músculo antagonista de donde actúa éste.

• Reflejo flexor (“de retirada”): Las aferencias nerviosas no involucran al músculo en sí, sino a la piel. Cuando ésta recibe
algún daño, ya sea cortante (por ejemplo, una púa) o corrosivo (por ejemplo, un ácido), el reflejo flexor se asegura que el
miembro o zona del cuerpo que está siendo dañada se retire del objeto agresor instantáneamente.
Los receptores sensitivos se encuentran en la piel, en la forma de mecanorreceptores, nociceptores, y quimiorreceptores.
Las vías para desencadenar el reflejo flexor no llegan directamente a las motoneuronas anteriores sino que, por el
contrario, alcanzan antes al conjunto de interneuronas de la médula espinal y sólo de un modo secundario las
motoneuronas. El circuito más corto posible es una vía de tres o cuatro neuronas; sin embargo, la mayoría de las señales de
este reflejo atraviesan muchas más células y abarcan los siguientes tipos de circuitos básicos:
1) circuitos divergentes con el fin de diseminar el reflejo hasta los músculos necesarios para efectuar la retirada;
2) circuitos destinados a inhibir a los músculos antagonistas, llamados circuitos de inhibición recíproca; y
3) circuitos para provocar una posdescarga que dure muchas fracciones de segundo después de finalizar el estímulo.
La duración de la posdescarga depende de la intensidad del estímulo sensitivo que suscitó el reflejo; un estímulo táctil
suave casi no origina ninguna posdescarga en absoluto, pero después de un estímulo doloroso intenso puede prolongarse 1
segundo o más.
• Reflejo extensor cruzado: Es complementario del flexor. Más o menos
entre 0,2 y 0,5 s después de que cualquier estímulo suscite un reflejo
flexor en una extremidad, la extremidad contraria comienza a extenderse.
Esto se denomina reflejo extensor cruzado. La extensión del miembro
opuesto puede tirar de todo el cuerpo para alejarlo del objeto que origina
el estímulo doloroso en el miembro apartado, y mantener el equilibrio aún
pese al reflejo de retirada.
El mecanismo de acción es similar al del reflejo flexor, sólo que requiere de
más interneuronas, ya que la señal debe “cruzarse” al lado opuesto de la
médula, donde va a producir el efecto contrario en el miembro opuesto
que el reflejo flexor; excitación de la motoneurona homóloga a la que en el
músculo del otro miembro se inhibe, e inhibición de la homóloga a la que
se excita.

Control del SNC sobre la motilidad: La mayoría de los movimientos


«voluntarios» puestos en marcha por la corteza cerebral se realizan
cuando esta estructura activa «patrones» de funcionamiento almacenados
en las regiones inferiores del encéfalo: la médula, el tronco del encéfalo, los ganglios basales y el cerebelo. Estos centros
inferiores, a su vez, m andan señales de control específicas hacia los músculos.
Sin embargo, para unos cuantos tipos de movimientos la corteza prácticamente posee una vía directa hacia las
motoneuronas anteriores de la médula, que sortea varios centros motores en su cam ino. Esto es lo que sucede
especialmente en el control de los movimientos finos y diestros de los dedos y de las manos.

Corteza: Por delante del surco cortical central, ocupando aproximadamente el ⅓ posterior de los lóbulos frontales, está la
corteza motora. Ésta se divide en tres subáreas, cada una de las cuales posee su propia representación topográfica para los
grupos musculares y las funciones motoras específicas: la corteza motora primaria, el área premotora, y el área motora
suplementaria.
La corteza motora primaria ocupa la circunvolución prerrolándica. Comienza desde su zona más lateral situada en el surco
lateral o cisura de Silvio, se extiende hacia arriba hasta la porción más superior del cerebro y a continuación desciende por
la profundidad de la cisura longitudinal. La correspondencia con los músculos de las distintas áreas del cuerpo comienza
con la región de la cara y la boca cerca del surco lateral; la del brazo y la mano, en la porción intermedia de la corteza
motora primaria; el tronco, cerca del vértice del cerebro, y las áreas de las piernas y los pies en la parte de la corteza
motora primaria que se introduce en la cisura longitudinal. Más de la mitad de, toda la corteza motora primaria se encarga
de controlar los músculos de las manos y del habla.
El área premotora queda a una distancia de 1 a 3 cm por delante de la corteza motora primaria y se extiende hacia abajo en
dirección al surco lateral y hacia arriba en dirección a la cisura longitudinal, donde limita con el área motora suplementaria,
que cumple unas funciones análogas a las del área premotora. La organización topográfica de la corteza premotora es a
grandes rasgos la misma que la de la corteza motora primaria. Las señales nerviosas generadas en el área premotora dan
lugar a «patrones» de movimiento mucho más complejos que los patrones puntuales originados en la corteza motora
primaria; por ejemplo, su contenido puede consistir en colocar los hombros y los brazos de tal modo que las manos
adopten la orientación adecuada cuando se quiera realizar una tarea específica.
El área motora suplementaria posee otra organización topográfica para controlar la función motora. Sobre todo ocupa la
cisura longitudinal, pero se extiende unos pocos centímetros por la corteza frontal superior. Las contracciones suscitadas al
estimular esta zona suelen ser bilaterales en vez de unilaterales. Por ejemplo, su activación a menudo desemboca en unos
movimientos de prensión bilaterales de ambas manos a la vez; estos movimientos quizá constituyan un rudimento de las
funciones de la m ano necesarias para trepar. En general, esta área funciona en consonancia con el área premotora para
aportar los movimientos posturales de todo el cuerpo, los movimientos de fijación de los diversos segmentos corporales,
los movimientos posturales de la cabeza y de los ojos, etc.
Vía piramidal (corticoespinal): Las señales motoras se transmiten directamente desde la corteza hasta la médula espinal a
través del fascículo corticoespinal, e indirectamente por múltiples vías accesorias en las que intervienen los ganglios
basales ,el cerebelo y diversos núcleos del tronco del encéfalo. En general, las vías directas están más dedicadas a los
movimientos detallados y bien diferenciados, especialmente en los segmentos distales de las extremidades, sobre todo en
las manos y los dedos.
Tras salir de la corteza, el fascículo corticoespinal atraviesa el brazo posterior de la cápsula interna (entre el núcleo caudado
y el putamen) y después desciende por el tronco del encéfalo, formando las pirámides del bulbo raquídeo. La mayoría
(90%) de las fibras piramidales cruzan en el bulbo hacia el lado opuesto en la parte inferior del bulbo y descienden por los
fascículos corticoespinales laterales de la médula, para acabar finalizando sobre todo en las interneuronas de las regiones
intermedias de la sustancia gris medular; unas cuantas fibras terminan en neuronas sensitivas de relevo situadas en el asta
posterior y muy pocas lo hacen directamente en las motoneuronas anteriores que dan origen a la contracción muscular.
Algunas fibras (10%) no cruzan hacia el lado opuesto en el bulbo raquídeo, sino que descienden por el mismo lado de la
médula constituyendo los fascículos corticoespinales ventrales. Muchas de estas fibras, si no la mayoría, al final acaban
cruzando al lado contrario de la médula a la altura del cuello o de la región torácica superior. Estas fibras pueden estar
dedicadas al control de los movimientos posturales bilaterales por parte de la corteza motora suplementaria.

Otras vías nerviosas desde la corteza motora: La corteza motora da origen a una gran cantidad de fibras más
(extrapiramidales) que van a las regiones profundas del cerebro y el tronco del encéfalo, entre ellas las siguientes:
1. Algunos axones devuelven unas colaterales cortas hacia la propia corteza. Se cree que estas colaterales inhiben las
regiones corticales adyacentes, lo que «recorta» los límites de la señal excitadora.
2. Un gran número de fibras van desde la corteza motora hasta el núcleo caudado y el putamen. Desde estas estructuras,
otras vías nuevas se extienden hacia el tronco del encéfalo y la médula espinal, especialmente para controlar las
contracciones de la musculatura postural del organismo.
3. Una cantidad moderada de fibras motoras llega al núcleo rojo del mesencéfalo. Desde aquí, las siguientes fibras
descienden por la médula a través del fascículo rubroespinal.
4. Otro porcentaje moderado de fibras motoras se desvían hacia la formación reticular y los núcleos vestibulares del tronco
del encéfalo; desde ellos, las señales viajan hasta la médula a través de los fascículos reticuloespinal y vestibuloespinal, y
otras llegan al cerebelo por medio de los fascículos reticulocerebeloso y vestíbulocerebeloso.
5. Un tremendo grupo de fibras motoras hacen sinapsis en los núcleos de la protuberancia, donde surgen las fibras ponto-
cerebelosas, que conducen sus señales hacia los hemisferios cerebelosos.
6. También hay colaterales que acaban en los núcleos olivares inferiores y, desde ellos, las fibras olivocerebelosas
transmiten señales hacia múltiples regiones del cerebelo.
Así pues, los ganglios basales, el tronco del encéfalo y el cerebelo reciben potentes señales motoras desde el sistema
corticoespinal cada vez que se envía un impulso en sentido descendente hacia la médula.

Laberinto: El aparato vestibular es el órgano sensitivo encargado de detectar la sensación del equilibrio. Se encuentra
encerrado en un sistema de tubos y cavidades óseas situado en la porción petrosa del hueso temporal, llamado laberinto
óseo. Dentro de este sistema están los tubos y cavidades membranosas denominados laberinto membranoso. El laberinto
membranoso es el componente funcional del aparato vestibular. Esta estructura está compuesta básicamente por la
cóclea (conducto coclear); tres conductos semicirculares y dos grandes cavidades, el utrículo y el sáculo. La cóclea es el
principal órgano sensitivo para la audición y tiene poco que ver con el equilibrio. Sin embargo, los conductos semicirculares,
el utrículo y el sáculo son elementos integrantes del mecanismo del equilibrio.

Máculas: Los órganos sensitivos del utrículo y el sáculo para detectar la orientación de la cabeza con respecto a la
gravedad. Situada en la cara interna de cada utrículo y sáculo hay una pequeña zona sensitiva que supera por poco los 2
mm de diámetro, llamada mácula. La mácula del utrículo queda básicamente en el plano horizontal de la superficie inferior
del utrículo y cumple una función importante para determinar la orientación de la cabeza en posición vertical. Por el
contrario, en líneas generales la mácula del sáculo está situada en un plano vertical e informa de la orientación de la cabeza
cuando la persona está acostada.
Cada mácula se encuentra cubierta por una capa gelatinosa en la que están enterrados muchos pequeños cristales de
carbonato cálcico llamados otolitos. También en la mácula hay miles de células pilosas; estas células proyectan sus cilios en
sentido ascendente hacia la capa gelatinosa. Las bases y las caras laterales de las células pilosas hacen sinapsis con las
terminaciones sensitivas del nervio vestibular. Los otolitos calcificados tienen una densidad específica dos o tres veces
superior a la que posee el líquido y los tejidos que los rodean. Su peso dobla los cilios según la dirección de la gravedad.
Cada célula pilosa tiene de 50 a 70 pequeños cilios llamados estereocilios, más un cilio grande, el cinetocilio. El cinetocilio
siempre está situado en uno de sus lados y los estereocilios van haciéndose cada vez más cortos en dirección hacia el lado
opuesto de la célula. Unas diminutas conexiones filamentosas conectan la punta de cada estereocilio al siguiente más largo
y, finalmente, al cinetocilio. Debido a su presencia, cuando los estereocilios y el cinetocilio se doblan en sentido hacia este
último, las conexiones filamentosas tiran de forma secuencial de los estereocilios, arrastrándolos hacia fuera desde el
cuerpo de la célula. Esto abre varios cientos de canales para el paso de líquidos en la membrana neuronal que rodea a las
bases de los estereocilios; estos canales son capaces de conducir una gran cantidad de iones positivos, iniciando el impulso.
En condiciones normales de reposo, las fibras nerviosas que salen desde las células pilosas transmiten unos impulsos
nerviosos continuos a un ritmo de unos 100 por segundo. Cuando los estereocilios se inclinan hacia el cinetocilio, aumenta
el tráfico de im pulsos. Por tanto, cuando cambia la orientación de la cabeza en el espacio y el peso de los otolitos dobla los
cilios, se envían las señales oportunas al encéfalo para regular el equilibrio.

Conductos semicirculares: Los conductos semicirculares anterior, posterior y lateral (horizontal) mantienen una disposición
perpendicular entre sí de manera que representan los tres planos del espacio. Cuando la cabeza se inclina hacia adelante
unos 30°, los conductos semicirculares laterales quedan aproximadamente horizontales con respecto a la superficie del
suelo; los anteriores están en un plano vertical que se proyecta hacia adelante y 45° hacia fuera, mientras que los
posteriores están en planos verticales que se proyectan hacia atrás y 45° hacia fuera.
Cada conducto semicircular posee una dilatación en uno de sus extremos llamada ampolla y tanto los conductos como la
ampolla están llenos de un líquido llamado endolinfa. El flujo de este líquido a través de uno de los conductos y su ampolla
excita el órgano sensitivo (cresta ampular) en esta última, que contiene una sustancia gelatinosa laxa, la cúpula.
Cuando la cabeza de alguien empieza a rotar, la inercia del líquido hace que permanezca inmóvil mientras que gira el
conducto que lo aloja; esto hace que la presión incline la cúpula hacia un lado. La cúpula también presenta células pilosas, y
la inclinación de sus cinetocilios por este método inicia el impulso nervioso.
De esta forma, el utrículo y el sáculo dan una idea del equilibrio estático, y los conductos semicirculares del dinámico.

Con respecto a la motilidad, el laberinto controla principalmente los músculos antigravitatorios, manteniendo no sólo la
postura sino también el equilibrio, para evitar la caída.
Hay numerosas vías que se relacionan con el laberinto. La vía principal para los reflejos del equilibrio comienza en los
nervios vestibulares, donde reciben su excitación por parte del aparato vestibular. A continuación se dirige hacia los
núcleos vestibulares y el cerebelo. Después se envían señales a los núcleos reticulares del tronco del encéfalo, así como en
sentido descendente por la médula espinal a través de los fascículos vestibuloespinal y reticuloespinal. Los impulsos
dirigidos hacia la médula regulan la interacción entre la facilitación y la inhibición de los numerosos músculos
antigravitatorios, lo que controla automáticamente el equilibrio.

Cerebelo: Si bien el cerebelo carece de capacidad directa para la contracción muscular, es imprescindible para ordenar,
verificar y efectuar ajustes de corrección en las actividades motoras del cuerpo durante su ejecución para que sigan las
señales dirigidas por la corteza cerebral.
El cerebelo recibe constantemente información actualizada acerca de la secuencia deseada de contracciones musculares
desde las áreas encefálicas de control motor; también le llega información sensitiva continua desde las porciones
periféricas del organismo, que comunica las variaciones sucesivas en el estado de cada una de ellas; su posición, la
velocidad de movimiento, las fuerzas que actúan sobre ella, etc. A continuación, el cerebelo contrasta los movimientos
reales descritos por la información sensitiva periférica de retroalimentación con los movimientos pretendidos por el
sistema motor. Si la comparación entre ambos no resulta satisfactoria, entonces devuelve unas señales subconscientes
instantáneas de corrección hacia el sistema moto r para aumentar o disminuir los niveles de activación de cada músculo.
El cerebelo también colabora con la corteza cerebral en la planificación por anticipado del siguiente movimiento secuencial
una fracción de segundo antes, mientras se está ejecutando aún el movimiento actual, lo que ayuda a la persona a pasar
con suavidad de un movimiento al siguiente.
Asimismo, aprende de sus errores, es decir, si un movimiento no sucede exactamente tal como se pretende, el circuito
cerebeloso aprende a realizar otro más potente o más débil la próxima vez. Para ello se producen cambios en la
excitabilidad de las neuronas cerebelosas oportunas, para que las contracciones musculares posteriores tengan una
correspondencia mejor con los movimientos pretendidos.
Aferencias y eferencias cerebelosas:
Aferencias centrales: Una vía aferente amplia e importante es la vía corticopontocerebelosa, originada en las cortezas
cerebrales motora y premotora, y en la corteza cerebral somatosensitiva; pasa por los núcleos del puente y los fascículos
pontocerebelosospara llegar sobre todo a las divisiones laterales de los hemisferios cerebelosos en el lado del encéfalo
opuesto a las áreas corticales. Además, otros fascículos aferentes importantes nacen a cada lado del tronco del encéfalo;
en conjunto, constan de los siguientes: 1) un amplio fascículo olivocerebeloso, que va desde la oliva inferior hasta todas las
porciones del cerebelo y se excita en la oliva por las fibras procedentes de la corteza cerebral motora, los ganglios basales,
extensas regiones de la formación reticular y la médula espinal; 2) las fibras vestibulocerebelosas, algunas de las cuales se
originan en el mismo aparato vestibular y otras surgen en los núcleos vestibulares del tronco del encéfalo: casi todas
acaban en el lóbulo floculonodular y en el núcleo del fastigio del cerebelo, y 3) las fibras reticulocerebelosas, que nacen en
diversas porciones de la formación reticular en el tronco del encéfalo y finalizan en las regiones cerebelosas de la línea
media (sobre todo en el vermis).
Aferencias periféricas: El cerebelo también recibe importantes señales sensitivas directas desde las porciones periféricas
del cuerpo básicamente a través de cuatro fascículos a cada lado, dos que ocupan una posición dorsal en la médula y otros
dos ventrales. Los dos más relevantes son el fascículo espinocerebeloso dorsal y el fascículo espinocerebeloso ventral. El
fascículo dorsal entra en el cerebelo a través del pedículo cerebeloso inferior y termina en el vermis y en las zonas
cerebelosas intermedias correspondientes al mismo lado de su origen. El fascículo ventral penetra en el cerebelo por el
pedículo cerebeloso superior, pero acaba a ambos lados del cerebelo.

Eferencias cerebelosas: Ocupando una situación profunda dentro de la masa cerebelosa a cada lado hay tres núcleos
cerebelosos profundos: el dentado, el interpuesto y el del fastigio. Todos estos núcleos profundos del cerebelo reciben
señales desde dos fuentes: 1) la corteza cerebelosa y 2) los fascículos aferentes sensitivos profundos dirigidos al cerebelo.
Cada vez que llega una señal de entrada al cerebelo, se divide para seguir dos direcciones: 1) directamente hacia uno de los
núcleos cerebelosos profundos y 2) hasta la zona correspondiente en la corteza cerebelosa que cubre a dicho núcleo. A
continuación, una décima de segundo más tarde, la corteza cerebelosa emite una señal de salida inhibidora dirigida hacia el
núcleo profundo. Desde los núcleos profundos, las señales de salida abandonan el cerebelo y se distribuyen por otras zonas
del encéfalo. Una vía que nace en las estructuras de la línea media del cerebelo (el vermis) y a continuación atraviesa los
núcleos del fastigio en su camino hacia las regiones bulbares y pontinas del tronco del encéfalo. Este circuito funciona en
íntima asociación con el aparato del equilibrio y con los núcleos vestibulares del tronco del encéfalo para controlar el
equilibrio, y también está vinculado a la formación reticular del tronco del encéfalo para regular las actitudes posturales.

Ganglios basales: Los ganglios basales, igual que el cerebelo, constituyen otro sistema motor auxiliar que en general no
funciona por su cuenta sino íntimamente vinculado con la corteza cerebral y el sistema de control motor corticoespinal. De
hecho, reciben la mayoría de sus señales aferentes desde la misma corteza cerebral y también devuelven casi todas sus
señales eferentes a esta estructura.
Los ganglios basales están formados por el núcleo caudado, el putamen, el globo pálido, la sustancia negra y el núcleo
subtalámico. Se encuentran situados básicamente en una posición lateral y alrededor del tálamo, ocupando una gran parte
de las regiones internas de ambos hemisferios cerebrales. Casi todas las fibras nerviosas sensitivas y motoras que conectan
la corteza cerebral con la médula espinal atraviesan el área que queda entre los elementos más voluminosos de los
ganglios basales, el núcleo caudado y el putamen (cápsula interna).
Hay numerosas conexiones complejas que involucran a los ganglios basales, pero dos principales en lo que atañe a la
motilidad: el circuito del putamen y el circuito del caudado.
U no de los principales cometidos que cumplen los ganglios basales en el control motor consiste en su funcionamiento
vinculado al sistema corticoespinal con objeto de controlar los patrones complejos de la actividad motora, por ejemplo la
escritura, cortar un papel con unas tijeras, fijar un clavo, quitar tierra con una pala, la vocalización, etc.
Vías nerviosas del circuito del putamen: La mayoría de las vías que atraviesan los ganglios comienzan sobre todo en las
áreas premotora y suplementaria de la corteza motora y en las áreas somatosensitivas de la corteza sensitiva. A
continuación, se dirigen al putamen (sorteando básicamente el núcleo caudado), después llegan a la porción interna del
globo pálido, más tarde a los núcleos talámicos de relevo ventroanterior y ventrolateral, y finalmente regresan a la corteza
cerebral motora primaria y a las porciones de las áreas cerebrales premotora y suplementaria.
En estrecha asociación con este circuito principal del putamen funcionan los circuitos auxiliares, originados en el propio
putamen para recorrer el globo pálido externo, el subtálamo y la sustancia negra, que finalmente regresan a la corteza
motora a través del tálamo.
TP – MOTILIDAD, SHOCK ESPINAL, ARCOS REFLEJOS:

Un shock espinal es el bloqueo de las funciones de la médula espinal a causa de un traumatismo. La parálisis es la pérdida
de la función de los músculos. La anestesia es la falta de sensibilidad, incluido el dolor, en una zona del cuerpo. La
arreflexia es la ausencia de reflejos.

Los reflejos pueden ser no sólo somáticos (los ya mencionados; miotático, flexor, extensor, etc.) sino además vegetativos,
que afectan al sistema autónomo y no a las neuronas motoras anteriores ni a los músculos estriados (o, si afectan a éstos,
son sólo aquellos que tienen doble inervación somática y vegetativa, como el diafragma). Los reflejos vegetativos pueden
ocasionarse por varios estímulos, desde visuales y auditivos hasta provenientes de mecanorreceptores y quimiorreceptores
tanto internos como externos. Algunos ejemplos incluyen: la secreción salival ante la comida, la erección peneana, la
contracción/dilatación pupilar, el parpadeo, y reflejos respiratorios.
En el TP se propuso qué podría esperarse de un envenenamiento con estricnina, un veneno que produce muerte por paro
respiratorio de origen periférico por bloqueo de las sinapsis inhibidoras; dado que produce una contracción ininterrumpida
de los músculos respiratorios, generará la asfixia por falta de relajación que permita la espiración, en una parálisis tónica;
cuando se agote el ATP ante la contracción prolongada, se convertirá en una parálisis fláccida.
Todos los reflejos vistos fueron acondicionados, que son –salvo que haya una patología–comunes a toda nuestra especie, a
diferencia de los condicionados, que son reflejos aprendidos y variables de persona a persona.

Luego se vio un caso clínico de shock espinal:


Un paciente de 25 años llega al consultorio del neurólogo en una silla de ruedas. Sufrió un accidente de tránsito hace 15
días, que produjo una lesión medular completa a nivel dorsal. El neurólogo nota una importante hipotonía muscular en
miembros inferiores. Golpea los tendones rotuliano y de Aquiles con un martillo, y no observa respuesta en los músculos
correspondientes. Pasa el extremo romo de una lapicera por la planta de cada pie, y nota una respuesta de abducción y
flexión dorsal de los dedos, bilateral (reflejo de Babinski). Con un alfiler pincha los pies, y no obtiene respuesta de retirada.
El paciente está anestesiado por debajo de la lesión. Se queja de incontinencia de orina, motivo por el cual le habían
colocado una sonda vesical. La sonda se le salió durante la noche. El neurólogo nota que la vejiga está muy distendida, y
coloca una nueva sonda por la cual fluye abundante orina.
Al año del accidente, en una consulta domiciliaria, el neurólogo encuentra al paciente en la cama. Las articulaciones de los
miembros inferiores muestran una resistencia muy elevada cuando intenta movilizarlas pasivamente. Al golpear el tendón
rotuliano con el martillo de reflejos obtiene una fuerte contracción del cuádriceps. Lo mismo ocurre con los gemelos
cuando golpea el tendón de Aquiles. El reflejo de Babinski sigue presente. El paciente no muestra ninguna recuperación de
actividad voluntaria debajo de la lesión, y continúa anestesiado. Existe una lesión profunda, que deja al descubierto tejido
muscular, en la cadera derecha.

¿Qué reflejo está evaluando el neurólogo al golpear con el martillo los tendones de los músculos esqueléticos?
El reflejo miotático.

¿Dónde está el receptor que evoca la respuesta contráctil? ¿Cómo puede el golpe en el tendón activar el receptor?
Es el huso muscular, que se encuentra en el músculo esquelético y que se activa por estiramiento del tendón (y por ende del
músculo), e inicia el reflejo miotático para contrarrestarlo.

El paciente, durante las primeras semanas después de la lesión, experimenta una severa hipotonía y arreflexia por debajo
de la lesión (fase de shock espinal). El arco reflejo miotático está intacto para los músculos cuyos centros integradores
quedan por debajo de la zona espinal lesionada. Elabore una hipótesis para explicar, entonces, la hipotonía y arreflexia.
La hipotonía y arreflexia son consecuencia de la falta de control superior sobre los músculos. Sin embrago, los reflejos, que
son medulares segmentarios, sí se mantienen sin necesidad de control cerebral, siempre y cuando el mielómero en
particular esté intacto.

Pasados unos meses de la lesión, el paciente presenta un tono muscular elevado anormalmente e hiperreflexia miotática,
por debajo de la lesión. Elabore una hipótesis para explicar este fenómeno.
La falta de comunicación con la corteza cerebral también se traduce en falta de inhibición. Esto genera el tono elevado y la
hiperreflexia.
Reflejos medulares en el sapo con sección medular: Si a un animal con sección medular se le aplica un estímulo nocivo,
por ejemplo, pellizcando una pata, se observa una flexión hacia arriba alejando la pata del estímulo. Este es el reflejo
flexor. Este reflejo se produce por la estimulación de receptores periféricos por estímulos nocivos. Son reflejos
multisinápticos. Las aferencias sensitivas activan simultáneamente a las motoneuronas alfa de los músculos flexores del
lado estimulado y a interneuronas inhibitorias que hacen sinapsis sobre las motoneuronas alfa de los músculos extensores
(antagonistas). Estos reflejos tienen las siguientes características: latencia; relación no lineal entre la intensidad del
estímulo y la respuesta; abarcan muchos músculos y persisten luego de la supresión del estímulo.
Si el estímulo es más intenso, resulta más pronunciada la flexión de la pata. Por ejemplo, un estímulo débil puede producir
flexión del pie a nivel del tobillo, si el estímulo es más intenso, se flexiona el pie y la pata.
Si el estímulo es potentísimo, habrá además flexión del muslo a nivel de la cadera. Esta actividad refleja que se generaliza
se ha denominado irradiación del reflejo. Significa que varios grupos de motoneuronas flexoras intervienen en el reflejo. Si
se suspende la estimulación, la pata no regresa inmediatamente a su posición inicial extendida, sino que permanece
flexionada algún tiempo, y luego gradualmente vuelve a su estado inicial.
Esto indica que la actividad en raíces anteriores no desaparece bruscamente cuando cesa el estímulo, sino que persiste una
cierta postdescarga después de suspender éste. En el sapo, a medida que se aumenta el estímulo, se observa contracción
unilateral de una pata, luego de ambas patas, posteriormente la irradiación del reflejo a las patas anteriores, por último la
generalización de los movimientos a todo el animal (convulsión).
La respuesta motriz refleja a la excitación de un receptor o de un nervio aferente tarda un tiempo en producirse. Este
tiempo que media entre la aplicación del estímulo y la aparición de la respuesta se llama tiempo de latencia.
Este período resulta de la suma de los tiempos de conducción aferente y eferente y del llamado tiempo central.
Este tiempo central es la suma del tiempo que tarda el impulso en recorrer la porción medular de las fibras nerviosas
(tiempo de conducción central) y el retardo sináptico.

Técnica
Colocar el preparado en un soporte.
1- Pellizque el preparado. Si ya ha aparecido el reflejo flexor significa que se ha recuperado del estado de shock y se está en
condiciones de realizar el experimento.
2- Coloque en un vaso de precipitado agua y en otros tres, soluciones de SO4H2, al 0,25%, 0,50% y 2%.
3- Sumerja una pata en cada vaso, comenzando por el agua y siguiendo por la solución SO4H2 menos concentrada a la más
concentrada. Lavar la pata antes de sumergir. Observar las respuestas. Medir el tiempo de latencia.

Consigne el fenómeno observado con concentraciones de SO4H2 al 0%, 0,25%, 0,5% y 2%.
Cuanta mayor fue la concentración de ácido sulfúrico, mayor fue la respuesta del reflejo flexor: desde que no sucediera
nada (en el agua), pasando por una retirada leve del miembro afectado, luego una retirada con un tiempo de latencia
menor, hasta, en la mayor concentración, la retirada de los dos miembros, con un corto tiempo de latencia.

Reflejos frecuentemente explorados en el hombre: La exploración de los reflejos permite, a través de la comprobación de
su presencia o ausencia, establecer la integridad del arco reflejo correspondiente. Excluida la posibilidad de una lesión en
las vías aferentes y eferentes, la ausencia de un reflejo dado estará causada por la lesión de las neuronas que a nivel de la
médula o segmentos superiores integran las señales eferentes y aferentes.
Por esta razón, el estudio de tales reflejos permite precisar la localización de las alteraciones patológicas de la médula
debidas, por ejemplo, a un tumor o a un cuerpo extraño. En algunos casos el estudio de los reflejos que nos ocupan
permite apreciar una alteración en determinadas porciones del cerebro. Así ocurre, por ejemplo, con el reflejo de Babinski,
que está presente ante una lesión de la vía piramidal.
Técnica

a- Reflejos tendinosos
Con el martillo para reflejos se golpea el tendón directamente y con precisión; la extremidad que se examina debe estar
relajada y en posición de semiflexión.

b- Reflejos cutáneos
El reflejo se obtiene estimulando la zona cutánea en cuestión, mediante un objeto ligeramente irritante.
Tomar en un alumno los reflejos bicipital, rotuliano, aquiliano, cutáneos, abdominales y plantar.

Denominación del Estímulo que lo provoca Carácter de la Eslabón central Receptor Tipo de
reflejo muestra refleja del arco reflejo (R) reflejo
Pupilar Iluminación repentina de Contracción pupilar Mesencéfalo fotoR autonómico
los ojos (miosis)
Corneano Leve contacto con la Cierre del párpado Protuberancia nociR II
córnea
Reflejos tendinosos Percusión del tendón del Flexión del IV-VI Huso somático
bíceps antebrazo Cervicales muscular
a)Bicipital levemente
flexionado en el
codo
Golpe leve en el tendón Extensión de la III-IV Lumbares II II
b) Rotuliano del cuadriceps rodilla
Golpe en el tendón de Flexión plantar del I-II Sacros II II
c) Aquiliano Aquiles pie
Percusión tendón tríceps Extensión del VI-VII Cervicales II II
d) Tricipital antebrazo sobre el
brazo
Percusión sobre el
e)Maseterino mentón con la boca Ascenso de la V par. II II
abierta mandíbula

Reflejos cutáneos Fricción de la piel a.1 por Contracción de la VII-VIII dorsales mecanoR II
a) abdominales encima del ombligo; a.2 a pared abdominal IX-X dorsales cutaneo
a.1 superior nivel del ombligo; a.3 por en el área I-II lumbares
a.2 medio debajo del ombligo estimulada
a.3 inferior
b) Cremasteriano Fricción de la superficie Elevación del I-II Lumbares II II
interna del muslo testículo
c) Plantar Fricción de la planta del Flexión de los cinco V Lumbar II II
pie dedos del pie I Sacro
Unidad 10 – Física Biológica – Órganos de los sentidos
Ojo: El ojo humano puede considerarse como un instrumento constituido por un sistema de lentes, un diafragma que
regula la entrada de luz y una pantalla donde se proyectan las imágenes. El sistema de lentes está compuesto por los
medios de refracción del ojo (córnea, humor acuoso, cristalino y humor vítreo). Estos medios forman 4 interfases en las que
la luz se refracta acercándose o alejándose de la línea normal (perpendicular a la superficie de la interfase).
La córnea, el humor acuoso, y el humor vítreo en conjunto forman el sistema dióptrico del ojo.
Todo este sistema de lentes puede ser reducido a un sistema de una lente única con un poder de refracción de
aproximadamente 67 dioptrías en reposo.

La dioptría es la unidad que expresa con


valores positivos o negativos el poder de
refracción de una lente o potencia de la lente y
equivale al valor recíproco o inverso de su
longitud focal (1 dioptría = 1/F) expresada en
metros. El signo (+) corresponde a las lentes
convergentes, y el (-) a las divergentes. Así,
una lente cuya longitud focal sea de +1 metro,
tendrá una potencia de 1 dioptría y una lente
de +2 dioptrías es una lente convergente de
distancia focal igual a 0,5 metros.
El cristalino del ojo funciona como una lente biconvexa con un índice de refracción = 1,4, que permite que los rayos de luz
converjan en la retina. Además, dada su elasticidad y los músculos que pueden tirar de él (los músculos ciliares, amarrados
al cristalino por la zónula), el cristalino puede hacer lo que se denomina
acomodación; si es estirado, su biconvexidad disminuye (al igual que su potencia,
o cantidad de dioptrías), lo que le permite enfocar objetos lejanos; mientras que
si se relaja, aumenta, lo que permite enfocar objetos cercanos.
Si el cristalino pierde elasticidad, se vuelve más difícil acomodarlo (presbicia).
Hay algunas patologías en las cuales el ojo no tiene la forma correcta para que los rayos que atraviesan el cristalino
converjan en la retina, o bien porque el ojo es demasiado largo o demasiado corto. El ojo de longitud normal se denomina
emétrope (representado arriba). El ojo demasiado largo se denomina miope, y genera que el punto de convergencia se
encuentre por delante de la retina. Esto se puede corregir
con una lente divergente.
El ojo demasiado corto se denomina hipermétrope, y
genera que el punto de convergencia se encuentre por
detrás de la retina. Esto se puede corregir con una lente
convergente.

Hipermétrope Miope
Práctico: En el trabajo práctico se utilizó un modelo reducido de ojo que consiste en una cámara de madera que posee en
la cara anterior una abertura donde se puede colocar una lente esférica, que representa al sistema óptico y un diafragma
metálico que corresponde a la pupila. Dentro de esta caja se desplaza otra que posee en la cara anterior una pantalla
translúcida que representa a la retina.
Representación del ojo emétrope: Con la lente colocada, se deslizó la caja interior hasta obtener una imagen nítida de un
objeto lejano, y se marcó el grado de distancia entre ambas cajas.
Representación del ojo amétrope: Cambiando la distancia entre ambas cajas en un sentido mayor (miopía) o menor
(hipermetropía) se buscó cambiar la potencia del lente para que la imagen volviera a ser nítida.

Experimento de Christopher Schneider: Se remplazó el diafragma por otro con dos orificios. Se observó un objeto
luminoso, viendo que la imagen es única cuando el objeto esta enfocado, y doble en caso contrario.

Punto remoto y punto próximo: El ojo emétrope ve los objetos situados en el infinito (a más de 6 metros) sin necesidad de
aumentar su poder dióptrico mediante el proceso de acomodación del cristalino. Para ver con nitidez objetos ubicados a
una distancia menor a 6 m, se requiere la acomodación del cristalino, alcanzando el máximo poder dióptrico a una distancia
que se denomina punto próximo (máxima acomodación del cristalino). Para determinar el punto próximo en forma
práctica podemos desplazar un objeto puntiforme sobre una regla graduada (sobre la nariz, entre los ojos) y determinar la
mínima distancia a la cual el ojo puede verlo con nitidez.
El punto remoto por otra parte es la distancia a partir de la cual el ojo no necesita del proceso de acomodación del
cristalino para lograr ver con nitidez. En condiciones normales se encuentra aproximadamente a 6 metros del ojo. Por lo
tanto, la visión de los objetos situados entre el punto próximo y el punto remoto, requiere acomodación del cristalino.

Agudeza visual: La capacidad del ojo para detectar una separación


entre dos objetos adyacentes depende de la capacidad de la retina
para percibir una separación entre rayos que inciden en ella. La
separación mínima detectable entre las imágenes puede expresarse
en términos del ángulo visual. El ángulo visual mínimo del ojo
normal es de 1 minuto. La agudeza visual es la inversa del ángulo
visual. La medida de la visión se realiza mediante tablas de prueba u
optotipos, por lo general compuestos por letras de diferente
tamaño dispuestas a una distancia determinada y con una
iluminación constante y regular. Las escalas de optotipos que más
se emplean son las de Snellen y actualmente la decimal (Monoyer,
1875), basada en la inversa del ángulo visual expresado en minutos.

Determinación del campo visual: El campo visual es la representación del


espacio visible con el ojo en una posición fija. Se determinó con un aparato que
permite delimitar en campo visual en todos los sentidos. Suele estar más
limitado hacia el lado interno, debido a la nariz, y hacia arriba, debido al arco
superciliar. El mayor grado de expansión que establece el campo visual es
lateralmente, por lo que cuando se superponen los campos visuales de ambos
ojos, el total es más amplio en sentido lateral que vertical.

Punto ciego: Es un defecto en el campo visual producido por la existencia de la


salida del nervio óptico de la retina (papila). En esta región de la retina no hay
células fotosensibles, lo que provoca una mancha ciega en el campo visual.
Normalmente no percibimos el punto ciego ya que al ver un objeto con ambos
ojos la parte del mismo que incide sobre el punto ciego de uno de ellos, incide
sobre una zona sensible del otro. Si cerramos un ojo tampoco somos conscientes de la existencia del punto ciego debido a
que el cerebro normalmente construye y completa, a partir de la zona que rodea el punto ciego, la parte que falta de la
imagen. Esta es la razón por la cual la existencia del punto ciego no fuese conocida hasta el siglo XVII.
Prueba para evidenciar el punto ciego: Sitúe la imagen que se muestra a continuación (cruz y círculo) a unos 40
centímetros del ojo derecho. Cierre el ojo izquierdo, mire la cruz con el ojo derecho y acerque lentamente la imagen.
Llegará un momento en que el círculo desaparezca del campo de visión. En este momento los rayos luminosos
provenientes del objeto están incidiendo sobre una región de la retina carente de receptores fotosensibles (es la papila
óptica que se corresponde con el punto ciego del campo visual) por lo cual no habrá percepción de la imagen.
Al seguir acercando la imagen, el círculo vuelve a aparecer.

La determinación del campo visual y localización del punto ciego, para cada ojo,
se pueden realizar con un instrumento (campímetro) que posee un arco
graduado sobre el que se desplaza un objeto puntiforme blanco, tomando nota
a cuantos grados del centro se hace invisible para el observador. Se repite la
operación en distintos meridianos y se representan los resultados en un gráfico.
Con el uso del perímetro, se evaluó el punto ciego y el campo visual de un
alumno voluntario.

Déficits del campo visual: Se describen en función de la zona del campo visual
que el paciente es incapaz de ver. Las lesiones se dividen en hemianopsias
homónimas y heterónimas, de acuerdo a la organización de los axones que
emergen de la retina.
Éstos, si bien en un principio forman para cada ojo un solo nervio óptico, se
dividen; los axones que emergen de la mitad interna de la retina se decusan a
nivel del quiasma óptico, mientras que los de la mitad externa siguen por el tracto óptico del mismo lado. Tanto las fibras
decusadas como las directas llegan a la corteza visual primaria, en el lóbulo occipital.
Como los rayos que inciden en la mitad interna de la retina inciden
desde la dirección lateral, y los que inciden en la mitad externa
provienen de la dirección medial, se puede decir que las fibras que
transmiten la visión del campo visual temporal se decusan y las del
campo visual nasal no.
De acuerdo a esto, si se produce una lesión:
En el nervio óptico: Se pierde el campo visual de todo ese ojo (anopsia).
A nivel del quiasma: Pierdo medio campo visual (el temporal) en cada
ojo; la mitad der. del ojo der. y la izquierda izq. (como son lados distintos
p/ cada ojo se denomina hemianopsia heterónima).
A nivel del tracto óptico: Pierdo medio campo visual en cada ojo; el
campo visual nasal del ojo del lado del tracto, y el temporal del otro ojo;
si fuese el tracto derecho, pierdo ½ CV izquierdo en ambos ojos
(hemianopsia homónima).

Ceguera para los colores: generalmente se debe a un defecto genético.


El tipo más frecuente de ceguera para el color es la de rojo-verde, es una
enfermedad recesiva ligada al sexo (el defecto se encuentra en el cromosoma X) y afecta al 8 % de la población masculina.
Se puede diagnosticar ceguera para los colores con dibujos y figuras especiales, donde no es posible identificar los números
y letras si se tiene ceguera para los colores.
Audición: Los sonidos son producidos y transmitidos por movimientos vibratorios de cuerpos o moléculas de aire. La
audición es la interpretación subjetiva de las sensaciones producidas por vibraciones de frecuencia y energía adecuadas
para estimular el aparato auditivo. Las ondas sonoras llegan al órgano de la audición por tres vías: aérea, ósea y mixta
(craneotimpánica u oseoaérea). El oído humano es sensible a los tonos puros comprendidos en un rango de frecuencias
entre aproximadamente 10 y 20.000 ciclos/segundo o Hertz (Hz). La capacidad para escuchar sonidos de alta frecuencia va
disminuyendo con la edad (presbiacusia).
Además de frecuencia, el sonido tiene intensidad, la cual se mide en decibeles, unidad logarítmica y adimensional que
corresponde a la décima parte de un belio. El volumen no es sinónimo de intensidad, ya que es una medida subjetiva de la
percepción por el oído de la intensidad.

Prueba de Rinné: Se coloca la base de un diapasón vibrando sobre la apófisis mastoides y se lo retira cuando el examinado
deja de percibir el sonido, en ese momento se lo coloca sin hacerlo vibrar nuevamente delante del conducto auditivo. En
los sujetos normales se dice que el Rinné es positivo porque el sonido continúa escuchándose por vía aérea después de
extinguirse por vía ósea (la conducción aérea es mejor que la ósea). En las afecciones del sistema de conducción (sordera
de conducción, lesiones del oído externo y medio) el Rinné resulta negativo. Para un mismo tono, la percepción por vía
aérea dura más tiempo que a través de la vía ósea.

Prueba de Weber: se hace vibrar el diapasón y se lo coloca en la línea media, apoyado sobre la frente. Normalmente no se
localiza el sonido en ningún oído. En la sordera de conducción (transmisión) el sonido se localiza en el oído enfermo,
mientras que en las hipoacusias neurosensoriales (o de percepción) se localiza en el oído sano.

Curva de audibilidad: La curva de audibilidad relaciona la


intensidad umbral a la que un sonido es apenas perceptible, con la
frecuencia del sonido. El oído puede apreciar sonidos de intensidad
1012 veces el umbral. La relación entre la intensidad de dos sonidos
expresada en escala logarítmica se mide en bels de intensidad. En
nuestro ejemplo, el oído puede escuchar sonidos 12 bels por
encima del umbral. Se usa frecuentemente un submúltiplo, el
decibel, como unidad de intensidad del sonido.
A medida que la persona aumenta en edad y por lo tanto en
presbiacusia, la curva para las frecuencias altas se “corre” hacia
arriba, porque es necesaria mayor intensidad para que se pueda oír
dicha frecuencia.

Audiometría: consiste en la evaluación de la capacidad auditiva de cada oído usando tonos puros de diferentes frecuencias
e intensidades. Se busca el umbral auditivo para las distintas frecuencias.
Unidad 11 – Física Biológica – Funciones viscerales y SNA
El sistema nervioso autónomo es la porción del sistema nervioso que controla la mayoría de las funciones viscerales del
cuerpo. Este componente interviene en la regulación de la presión arterial, la motilidad digestiva, las secreciones
gastrointestinales, el vaciamiento de la vejiga urinaria, la sudoración, la temperatura corporal y otras muchas actividades
que se encuentran casi del todo bajo su dominio en algunos casos y sólo parcialmente en otros.
El sistema nervioso autónomo se activa sobre todo a partir de centros situados en la médula espinal, el tronco del encéfalo
y el hipotálamo. Asimismo, ciertas porciones de la corteza cerebral, sobre todo de la corteza límbica, pueden transmitir
señales hacia los centros inferiores e influir de este modo en el control autónomo.
El SNA también suele operar por medio de reflejos viscerales; es decir, las señales sensitivas subconscientes procedentes
de un órgano visceral pueden llegar a los ganglios autónomos, el tronco del encéfalo o el hipotálamo, y a continuación
devolver unas respuestas reflejas subconscientes directamente al mismo órgano visceral para controlar su actividad.
Las señales autónomas eferentes se transmiten hacia los diversos órganos del cuerpo a través de sus dos componentes
principales, denominados sistema nervioso simpático y parasimpático. Existe además una tercera división del SNA que
incluye a los dos anteriores y al sistema nervioso entérico, por su grado de independencia de los centros superiores.
La unidad funcional primaria de los sistemas nerviosos simpático y parasimpático es la vía motora de dos neuronas, que
consiste en una neurona preganglionar, cuyo cuerpo celular se localiza en el SNC, y una neurona posganglionar, cuyo
cuerpo celular se localiza en uno de los ganglios autónomos.

Sistema nervioso simpático: Las neuronas preganglionares simpáticas se concentran en el asta lateral en los segmentos
torácicos y lumbares superiores de la médula espinal. Los axones de las neuronas preganglionares a menudo son pequeñas
fibras nerviosas mielinizadas conocidas como fibras B. Sin embargo, algunos son fibras C amielínicas. Abandonan la médula
espinal por la raíz ventral, y penetran en el ganglio paravertebral al mismo nivel segmentario a través de una rama
comunicante blanca. Las ramas blancas se encuentran solamente desde D1 hasta L2. Los axones preganglionares pueden
hacer sinapsis sobre neuronas posganglionares en este ganglio; pueden desplazarse rostral o caudalmente por el interior
del tronco simpático y originar colaterales hacia los ganglios por los que pasan; o pueden pasar a través del ganglio,
abandonar el tronco simpático y penetrar en un nervio esplácnico para dirigirse hacia un ganglio prevertebral.
Las neuronas posganglionares cuyos somas se sitúan en los ganglios paravertebrales suelen enviar sus axones a través de
una rama comunicante gris para penetrar en un nervio espinal. Los axones posganglionares se distribuyen a través de los
nervios periféricos hacia los efectores localizados en la piel, músculos y articulaciones. Los axones posganglionares son
generalmente amielínicos (fibras C), aunque existen algunas excepciones. La distinción entre ramas blancas y grises es
consecuencia del contenido relativo de axones mielinizados y amielínicos en estas ramas.
Cadena simpática paravertebral: La cadena simpática se extiende desde niveles cervicales a coccígeos de la médula espinal.
Esta disposición establece un sistema de distribución que
permite que las neuronas preganglionares, que están
restringidas a los niveles torácicos y lumbares superiores,
activen neuronas preganglionares que inervan todos los
segmentos corporales. Sin embargo, existen menos
ganglios paravertebrales que segmentos espinales, debido
a que algunos de los ganglios segmentarios se fusionan
durante el desarrollo. Por ejemplo, el ganglio simpático
cervical superior representa los ganglios fusionados de C1
hasta C4, el ganglio simpático cervical medio es la fusión de
los ganglios de C5 y C6, y el ganglio simpático cervical
inferior es una combinación de los ganglios en C7 y C8. El
término ganglio estrellado hace referencia a la fusión del
ganglio simpático cervical inferior con el ganglio de D1. El
ganglio simpático cervical superior proporciona inervación
posganglionar a la cabeza y al cuello, y los ganglios
cervicales medio y estrellado inervan el corazón, los
pulmones y los bronquios.
Sistema nervioso parasimpático: Las neuronas preganglionares parasimpáticas se localizan en varios núcleos de los nervios
craneales en el tronco encefálico, así como en la región intermedia de los segmentos S3 y S4 de la médula espinal sacra.
Los núcleos de los nervios craneales que contienen neuronas preganglionares parasimpáticas son el núcleo de Edinger-
Westphal (nervio craneal III), los núcleos salivatorios superior (nervio craneal VII) e inferior (nervio craneal IX), y el núcleo
motor dorsal y el núcleo ambiguo (nervio craneal X). Las neuronas posganglionares parasimpáticas se localizan en ganglios
craneales, incluyendo el ganglio ciliar (entrada preganglionar desde el núcleo de Edinger-Westphal), los ganglios
pterigopalatino y submandibular (entrada desde el núcleo salivatorio superior), y el ganglio ótico (entrada desde el núcleo
salivatorio inferior). El ganglio ciliar inerva el esfínter pupilar y los músculos ciliares del ojo. El ganglio pterigopalatino inerva
la glándula lacrimal, así como glándulas en la faringe oral y nasal. El ganglio submandibular proyecta hacia las glándulas
salivares submandibular y sublingual, y hacia glándulas de la cavidad oral. El ganglio ótico inerva la glándula salivar parótida
y glándulas en la boca.
Otras neuronas posganglionares parasimpáticas se localizan cerca o en las paredes de órganos viscerales en las cavidades
torácica, abdominal y pélvica. En el plexo entérico se incluyen neuronas que también pueden considerarse neuronas
posganglionares parasimpáticas. Estas células reciben entradas desde los nervios vago o pélvico. El nervio vago inerva el
corazón, los pulmones, los bronquios, el hígado, el páncreas y el tracto gastrointestinal desde el esófago hasta la flexura
esplénica del colon. El resto del colon y el recto, así como la vejiga urinaria y los órganos reproductores, son inervados
mediante neuronas preganglionares parasimpáticas que se desplazan a través de los nervios pélvicos hacia neuronas
posganglionares en los ganglios pélvicos.
Las neuronas preganglionares parasimpáticas que se proyectan hacia las vísceras del tórax y parte del abdomen se localizan
en el núcleo motor dorsal del vago y en el núcleo ambiguo. El núcleo motor dorsal es mayoritariamente secretomotor
(activa glándulas), mientras que el núcleo ambiguo es visceromotor (modifica la actividad del músculo cardíaco). El núcleo
motor dorsal inerva órganos viscerales en el cuello (faringe, laringe), en la cavidad torácica (tráquea, bronquios, pulmones,
corazón, esófago) y en la cavidad abdominal (incluyendo gran parte del tracto gastrointestinal, hígado y páncreas). La
estimulación eléctrica del núcleo motor dorsal da como resultado la secreción de ácidos gástricos, así como la secreción de
insulina y glucagón por parte del páncreas. Aunque se han descrito proyecciones hacia el corazón, su función es incierta. El
núcleo ambiguo contiene dos grupos de neuronas: un grupo dorsal (branquiomotor) que activa músculo estriado en el
paladar blando, faringe, laringe y esófago, y un grupo ventrolateral que inerva y frena al corazón.
Vías aferentes: Las fibras motoras viscerales en los nervios autónomos están acompañadas por fibras aferentes viscerales.
La mayoría de estas fibras aferentes proporcionan información que se origina en los receptores sensoriales de las vísceras.
Estos receptores incluyen quimiorreceptores que perciben os cambios en la composición química del medio,
osmorreceptores que hacen lo mismo con la concentración de una sustancia, barorreceptores que sensan la presión, y
mecanorreceptores que se excitan ante la aplicación de fuerza.
La actividad de muchos de estos receptores sensoriales nunca alcanza el nivel de conciencia. En vez de ello, estos
receptores inician la rama aferente de los arcos reflejos. Estas fibras aferentes provocan reflejos tanto visceroviscerales
como viscerosomáticos. Los reflejos viscerales actúan a un nivel subconsciente, y son muy importantes para la regulación
homeostásica y el ajuste a los estímulos externos.
Los neurotransmisores de acción rápida liberados por las fibras aferentes viscerales no están bien docu-mentados, aunque
muchas de estas neuronas liberan un transmisor de tipo aminoácido excitador, como el glutamato. Sin embargo, las fibras
aferentes viscerales contienen muchos neuropéptidos o combinaciones de neuropéptidos, incluyendo angiotensina-II,
arginina vasopresina, bombesina, colecistocinina, galanina, encefalina, oxitocina y somatostatina.
Las fibras aferentes viscerales que median sensaciones incluyen nociceptores que se desplazan por los nervios simpáticos,
como los nervios esplácnicos. El dolor visceral es causado por distensión excesiva de las vísceras huecas, contracción frente
a una obstrucción, o isquemia. Los nociceptores viscerales de los nervios simpáticos alcanzan la médula espinal a través de
la cadena simpática, rama blanca y raíces dorsales. Activan no sólo a interneuronas locales, que participan en arcos reflejos,
sino también a células de proyección, en las que se incluyen células del tracto espinotalámico hacia el encéfalo.
Otras fibras aferentes viscerales se desplazan por nervios parasimpáticos. Estas fibras están generalmente implicadas en
reflejos, más que en sensaciones (exceptuando las fibras aferentes para el gusto). Por ejemplo, las fibras aferentes
barorreceptoras que inervan el seno carotídeo se encuentran en el nervio glosofaríngeo. Penetran en el tronco encefálico,
atraviesan el haz solitario, y finalizan en el núcleo del haz solitario. Estas neuronas se conectan con interneuronas en la
formación reticular del tronco encefálico. Las interneuronas, por su parte, proyectan hacia las neuronas preganglionares
autónomas que controlan la frecuencia cardíaca y la presión sanguínea.

Control central de la función autónoma: Las descargas de las neuronas preganglionares autónomas están controladas por
vías que realizan sinapsis sobre ellas. Las vías que influyen en la actividad autónoma incluyen las vías reflejas de la médula
espinal y el tronco encefálico, así como sistemas de control descendentes que se originan en niveles superiores del sistema
nervioso, como el hipotálamo.
Un centro autónomo consiste en una red local de neuronas que responden a entradas de un origen particular y que
influyen sobre neuronas alejadas a través de largas vías eferentes. Por ejemplo, el centro de la micción es el centro
autónomo de la protuberancia que regula la micción. Otros muchos centros autónomos con funciones diversas se localizan
también en el encéfalo. Los centros vasomotor y vasodilatador se sitúan en el bulbo raquídeo, y los centros respiratorios
están en el bulbo raquídeo y en la protuberancia. La concentración más alta de centros autónomos se encuentra en el
hipotálamo, parte del diencéfalo, cuyas principales funciones vegetativas incluyen la regulación de la temperatura y la
ingesta de agua y alimentos.

Neurotransmisores: Las fibras nerviosas simpáticas y parasimpáticas segregan básicamente 1 de las dos sustancias
transmisoras de la sinapsis: acetilcolina o noradrenalina. Aquellas fibras que liberan acetilcolina se llaman colinérgicas. Las
que emiten noradrenalina se llaman adrenérgicas. Todas las neuronas preganglionares son colinérgicas tanto en el sistema
nervioso simpático como en el parasimpático. La acetilcolina o las sustancias semejantes, al aplicarlas a los ganglios,
excitarán las neuronas posganglionares tanto simpáticas como parasimpáticas. Todas o casi todas las neuronas
posganglionares del sistema parasimpático también son colinérgicas. En cambio, la mayoría de las neuronas
posganglionares simpáticas son adrenérgicas. Sin embargo, las fibras nerviosas simpáticas posganglionares dirigidas a las
glándulas sudoríparas, los músculos piloerectores y un número muy escaso de vasos sanguíneos son colinérgicas.
Estos neurotransmisores, a su vez, actúan en los distintos órganos para generar los efectos simpáticos o parasimpáticos.
Por tanto, a la acetilcolina se la denomina transmisor parasimpático y a la noradrenalina transmisor simpático.

Terminaciones nerviosas: Muchas de las fibras nerviosas parasimpáticas y casi todas las simpáticas se limitan meramente a
rozar las células efectoras de los órganos inervados a su paso por ellos; o, en algunos casos, terminan en el tejido
conjuntivo que ocupa un lugar adyacente a las células que vayan a ser activadas. En el punto donde estos filamentos tocan
o pasan sobre las células estimuladas o en su proximidad suelen presentar unas dilataciones bulbosas llamadas
varicosidades; es en estas varicosidades donde se sintetizan y almacenan las vesículas transmisoras de la acetilcolina o la
noradrenalina. También en las varicosidades hay una gran cantidad de mitocondrias que proporcionan el trifosfato de
adenosina necesario para activar la síntesis de acetilcolina y noradrenalina.
Cuando un potencial de acción se propaga hasta las fibras terminales, el proceso de despolarización aumenta la
permeabilidad a los iones calcio en la membrana de la fibra, lo que permite la difusión de estos iones hacia las terminales o
las varicosidades nerviosas. Los iones calcio a su vez hacen que las terminales o las varicosidades viertan su contenido al
exterior. De este modo se segrega la sustancia transmisora.

Receptores: De acetilcolina: La acetilcolina activa sobre todo dos tipos de receptores, que reciben la denominación de
receptores muscarínicos y nicotínicos. La razón de estos nombres radica en que la muscarina, un producto tóxico de las
setas, sólo activa los receptores muscarínicos y no los nicotínicos, mientras que la nicotina sólo activa los nicotínicos; la
acetilcolina estimula ambos. Esto también es importante ya que distintos fármacos pueden bloquear a un solo tipo.
Los receptores muscarínicos están presentes en todas las células efectoras estimuladas por las neuronas colinérgicas
posganglionares del sistema nervioso parasimpático, así como del sistema simpático.
Con respecto al mecanismo de acción, son metabotrópicos; pueden clasificarse en varias familias, y si bien sus mecanismos
de acción son distintos, todos emplean proteína G como segundo mensajero.
Los receptores nicotínicos se observan en los ganglios autónomos, a nivel de las sinapsis entre las neuronas
preganglionares y las posganglionares de los sistemas simpático y parasimpático.
Con respecto a su mecanismo de acción, el mismo receptor actúa tanto como canal como sitio de unión al ligando (es un
receptor ionotrópico), por lo que cuando la acetilcolina se une a la subunidad alfa, el resto de la proteína modifica su
estructura creando un poro por el que pasan iones de Na+ y K+.

Receptores adrenérgicos: También hay dos tipos principales de receptores adrenérgicos, los receptores α y los β. Cada uno
de ellos además se subdivide en α1 /α2 y β1/β2.
La noradrenalina y la adrenalina poseen unos efectos un poco diferentes sobre la excitación de los receptores α y β. La
noradrenalina estimula sobre todo los receptores α, pero también los receptores β, aunque en menor grado. En cambio, la
adrenalina activa ambos tipos de receptores aproximadamente por igual. Por tanto, los efectos relativos de la
noradrenalina y la adrenalina sobre los diversos órganos efectores están determinados por los tipos de receptores que
posean. Si todos son receptores β, la adrenalina será más eficaz en su acción excitadora.
Los receptores α y β no están asociados necesariamente a la excitación o la inhibición, sino tan sólo a la afinidad de la
hormona por el receptor en un órgano efector determinado.
Con respecto al mecanismo de acción, los receptores adrenérgicos son todos receptores metabotrópicos, que por ende
necesitan de segundos mensajeros; dado que tienen acción enzimática, activan ellos mismos a la adenilato ciclasa para
producir AMPc. Sobre quién actúe el AMPc va a depender de la célula.
Respuesta del efector:

Además hay un cierto número de órganos que carecen de inervación parasimpática directa (si bien esto no quita que la
acción del SN parasimpático tenga algún efecto sobre ellos, sea por simple inactivación del SN simpático o por la
producción de hormonas), por lo que dependen sólo del SN simpático. Estos son: La médula suprarrenal, la glándula pineal,
los vasos en general, y el músculo pilórico.
Unidad 11 – Fisiología – Fisiología del ejercicio
La realización de una actividad física genera cambios a corto y largo plazo en varios sistemas orgánicos para permitir la
correcta adaptación al incremento de las necesidades energéticas determinadas por la actividad muscular. En un individuo
sano durante el ejercicio máximo, la FC y el volumen sistólico aumentan aproximadamente al 95% de sus valores máximos.
Por el contrario, en la misma situación, se alcanza el 65% de la máxima ventilación pulmonar. Por lo tanto, es el sistema
cardiovascular el limitante ante un esfuerzo físico, y esto se verá reflejado en la saturación de O2 de la hemoglobina. Los
cambios de actividad y la integración de todos los sistemas orgánicos ocurren en forma simultánea para apoyar la actividad
muscular y permitir la continuidad de las contracciones y relajaciones reiteradas por largos períodos.
El objetivo de este trabajo práctico fue evaluar los cambios producidos en los sistemas cardiovascular y respiratorio como
consecuencia de realizar una actividad física programada.

Aspectos metabólicos del ejercicio: Dependiendo del tipo de actividad física y la duración de la misma será la fuente de energía
que utilizará el músculo para poder realizarla. El ATP de los músculos es muy escaso y solo alcanza para mantener la potencia
máxima durante 3 segundos. Otra fuente rápida y escasa de energía es la fosfocreatina, que posee un enlace fosfato de alta
energía. Al descomponerse libera esa energía para que se produzca la contracción muscular. La cantidad de fosfocreatina
muscular permite realizar entre 5 y 7 segundos de actividad máxima. Por ello la síntesis del ATP debe continuar. En condiciones
normales la producción aeróbica de ATP es la fuente principal de energía mecánica durante el ejercicio liviano pero en el
ejercicio máximo breve o si aparece agotamiento la producción anaeróbica de ATP es la fuente de energía principal.

Frecuencia cardiaca máxima y consumo de O2: La frecuencia cardiaca máxima (FCM) es una medida comúnmente usada
en las pruebas de ejercicio para determinar la intensidad de ejercicio que cada individuo puede realizar. Se sabe que la FCM
disminuye con la edad. Representa un límite teórico que corresponde al máximo de pulsaciones/minuto que pueden
alcanzarse en una prueba de esfuerzo. Se han propuesto diversas ecuaciones que predicen el valor de la FCM. La más
conocida y utilizada es la propuesta por Fox y colaboradores:

220 – edad= FCM

A pesar de haber sido muy cuestionada y de que existen otras numerosas ecuaciones para definir el valor del FCM en las
cuales por ejemplo se tiene en cuenta además el sexo y/o el índice de masa corporal, es una buena estimación para
calcular la FCM.

Relación entre la FCM y la edad: A medida que incrementa


la intensidad de la actividad física desarrollada aumenta la
velocidad de consumo de oxígeno (O2), hasta un punto en el
cual no aumenta más y es conocido como máxima
velocidad de consumo de oxígeno (VO2 máx) o consumo
máximo de oxígeno o capacidad aeróbica.
Este límite indica que ya no podemos suministrar oxígeno
con la rapidez necesaria para satisfacer las necesidades de
nuestros músculos en actividad. Por lo tanto, VO2 máx.,
marca la intensidad del esfuerzo o el ritmo que podemos
sostener. Después de alcanzar el VO2 máx podríamos,
durante un corto tiempo, seguir haciendo ejercicio, pero
utilizando energía obtenida de procesos anaeróbicos.
Relación entre la intensidad del ejercicio y la velocidad del consumo de O 2
(VO2): A medida que aumenta la intensidad del ejercicio aumenta
linealmente la velocidad de consumo de O2, hasta alcanzar la máxima VO2.
Habitualmente la intensidad del ejercido se define de acuerdo al porcentaje
alcanzado de FC (respecto de la FCM). De manera que la relación entre el
consumo de oxígeno (expresado como %VO2 max) y el % de FCM se puede
observar en la siguiente figura:

La frecuencia cardíaca máxima


alcanzada depende de la edad.
Cuando se ejercita a la máxima
capacidad la bomba cardíaca
trabaja a la máxima velocidad.

Parte Práctica: Se evaluó el efecto del ejercicio sobre el aparato cardiovascular (con un tensiómetro), el respiratorio (por
medición manual de la frecuencia respiratoria), la temperatura corporal (con un termómetro) y la saturación de
hemoglobina (con un oxímetro). El ejercicio se realizó en un cicloergómetro.

Desarrollo:
a) Se seleccionará al azar un voluntario y se medirá en reposo la frecuencia cardíaca (FC), la frecuencia respiratoria (FR), la
temperatura corporal, la saturación de O2 de la hemoglobina (Sat O2), la presión arterial sistólica (PAS) y la diastólica (PAD).
Se calculará la FCM, el porcentaje alcanzado en el ejercicio y el consumo de O2 para esa FC.
b) Se le indicará al alumno realizar un ejercicio en el cicloergómetro durante 6 min en dos etapas de 3 min cada una con
resistencia creciente. Se medirán los parámetros ya mencionados: al final de la primera etapa del ejercicio,
inmediatamente terminado el mismo (tiempo 0), al minuto, a los 3 y 5 minutos.
c) Se anotarán los resultados en una tabla.
d) Comentar los resultados.

B. Efectos del entrenamiento sobre la recuperación post-ejercicio


Existe la necesidad, desde el punto de vista de la higiene del deporte, de controlar su intensidad para evitar perjuicios
derivados del sobreentrenamiento.
Se les pedirá a 2 estudiantes del grupo con diferentes grados de actividad física (uno sedentario [Sed], uno que realice
ejercicios [Entr]) que realice la prueba realizada en el punto A.

Medición de FC, FR, PA, Temp. y Sat de O2 antes de iniciar la prueba.


Prueba: cada estudiante realizará el mismo ejercicio que en caso anterior.
Inmediatamente concluida la prueba se controlarán los parámetros citados en la actividad anterior y se anotarán en la
respectiva tabla:
Esta sencilla prueba indica:
La repercusión cardiovascular y respiratoria del esfuerzo representada por las cifras comprobadas inmediatamente después
de finalizada la actividad física.
La duración del período de recuperación o normalización de funciones representada por los minutos que transcurren desde
la terminación de la prueba hasta que las cifras sean iguales a las anotadas en reposo.
La intensidad de las variaciones de la FC y FR y de los valores de PAD y PAS provocados por actividad física dan una idea de
la capacidad del sujeto para realizar esfuerzos y de su estado de entrenamiento.
Cuando se trata de sedentarios, antes de finalizar el esfuerzo se observan claras señales de fatiga intensa. Si se trata de un
deportista, la mayor o menor repercusión del esfuerzo será índice de su mejor o peor estado de entrenamiento.

El aumento de la resistencia, al requerir más esfuerzo muscular, aumenta la frecuencia cardiaca, sin embargo, la pendiente
de aumento de la FC respecto de la carga es menor en los individuos con mayor entrenamiento:

Con esto en mente, se graficaron los resultados obtenidos en el TP para el alumno entrenado y el no entrenado.

Cambios fisiológicos durante el ejercicio:

CAMBIOS FACTORES INVOLUCRADOS CONSECUENCIAS

Sistema Cardiovascular
- Aumento de la FC y de -Aumento de la actividad simpática y Aumento de la presión sistólica; mayor flujo
la contractilidad. disminución de la parasimpática sanguíneo y oxigenación periféricos.

- Vasodilatación en el -Sustancias locales vasodilatadores. Disminución de la presión arterial diastólica;


músculo en actividad. Aumento del tono simpático (efecto β aumento de la cantidad de sangre en músculo, para
adrenérgico). su mayor oxigenación.

- Vasoconstricción en los -Aumento del tono simpático de los Desvío del torrente sanguíneo desde los sistemas
lechos renal y abdominal. vasos sanguíneos (efecto α- que no están siendo utilizados al músculo
adrenérgico) esquelético.

- Aumento del retorno -Disminución de la resistencia Disminución de la resistencia de los vasos; aumento
venoso. periférica. Venoconstricción simpática. de la presión diferencial, aumento de la presión
Acción de bomba respiratoria y de los arterial sistólica.
músculos esqueléticos.
CAMBIOS FACTORES INVOLUCRADOS CONSECUENCIAS

Sistema Respiratorio

- Aumento del volumen y -Aumento de la actividad de los Aumento de la oxigenación y de la liberación de


de la frecuencia centros respiratorios. dióxido de carbono para poder suplementar
respiratoria. nutrientes al músculo aeróbico.

- Aumento de la -Mayor perfusión pulmonar. Permite una mayor oxigenación de la sangre.


capacidad de difusión.

Sistema Endócrino

-Aumento de la -Aumento de la actividad simpática. Efecto simpático sobre los sistemas cardiovascular y
epinefrina circulante. respiratorio.

-Aumento de los niveles -Aumento de la liberación de la Mantienen la glucemia por un aumento de la


plasmáticos de cortisol. hormona liberadora de ACTH por el lipólisis, y una disminución en la utilización de
hipotálamo. glucosa para vías que no sirven para la producción
de ATP (ej. glucogénesis).

-Disminución de los -Efecto del aumento del tono Aumento de la glucemia para suplementar al
niveles de insulina. simpático en el páncreas. músculo esquelético

-Aumento de los niveles -Efecto del aumento del tono Aumento de la glucemia para suplementar al
de glucagón. simpático en el páncreas. músculo esquelético

Termorregulación

-Aumento de la -Aumento de la producción de calor Mantiene la temperatura ante la mayor cantidad de


temperatura corporal. sangre en los tejidos periféricos.

-Aumento del flujo -Efectos de los aferentes simpáticos Se pierde energía calórica por la piel.
sanguíneo cutáneo. cutáneos.

-Aumento de la -Efectos de los aferentes simpáticos Se disipa el exceso de temperatura por la


transpiración. cutáneos. sudoración.

El grado de modificación de estos parámetros depende de la intensidad y la duración del ejercicio y del entrenamiento de
quien lo realiza.
Tipos de fibras musculares: En el ser humano, todos los músculos tienen porcentajes variables de fibras musculares de
contracción rápida y de contracción lenta. Por ejemplo, el músculo gastrocnemio presenta una alta preponderancia de
fibras de contracción rápida, lo cual le proporciona la capacidad para realizar contracciones rápidas y potentes como las
que se emplean en los saltos. Por el contrario, el músculo soleo presenta un alto predominio de fibras de contracción lenta
y por tanto se utiliza fundamentalmente en actividades prolongadas con el miembro inferior.
Las diferencias básicas entre las fibras de contracción lenta y las fibras de contracción rápida son las siguientes:
1. Las fibras de contracción rápida tienen un diámetro aproximadamente doble.
2. Las enzimas que favorecen la liberación rápida de energía desde los sistemas energéticos de los fosfágenos y del
glucógeno-ácido láctico son de dos a tres veces más activas en las fibras de contracción rápida que en las de contracción
lenta, permitiendo que la máxima potencia que se puede alcanzar durante períodos breves de tiempo en las fibras de
contracción rápida sea el doble que en las de contracción lenta.
3. Las fibras de contracción lenta están diseñadas fundamentalmente para la resistencia, especialmente para la generación
de energía aeróbica. Tienen muchas más mitocondrias que las fibras de contracción rápida. Además contienen
considerablemente más mioglobina, una proteína similar a la hemoglobina que se combina con el oxígeno dentro de la
fibra muscular; la mioglobina extra aumenta la velocidad de difusión del oxígeno a través de la fibra, lanzando oxígeno de
una molécula de mioglobina a la siguiente. Además, las enzimas del sistema metabólico aeróbico son considerablemente
más activas en las fibras de contracción lenta que en las rápidas.
4. El número de capilares es mayor en las proximidades de las fibras de contracción lenta que alrededor de las fibras de
contracción rápida.
En resumen, las fibras de contracción rápida pueden desarrollar cantidades extremas de potencia durante unos pocos
segundos hasta 1 min aproximadamente. Por el contrario, las fibras de contracción lenta proporcionan resistencia,
desarrollando una fuerza muscular prolongada durante varios minutos hasta horas.
Las fibras de contracción lenta también se denominan fibras rojas (por su mayor cantidad de mioglobina) mientras que las
rápidas se denominan blancas; una tercera nomenclatura las clasifica como tipo I y tipo II respectivamente.
Unidad 11 – Física Biológica – Encefalograma

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