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Índice
y lucha de clases
John Holloway“
l. Introducción
maciones actuales del capitalismo
y del Estado capitalista.
l trabajo de Werner Bo- El argumento central de Bone-
nefeld en torno a la Re-
feld es que en la teoría de la refor-
formulación de la teoría
mulación, cuyo principal exponen-
del Estado es importante te es Hirsch, la “lucha de clases es
al menos en dos aspec- reducida a una ‘posición de pero
el que puede ser criticado por su- tral en cualquiera de los intentos
bordinar la lucha de clases a las para comprender el desarrollo ac-
leyes objetivas del desarrollo capi- tual del capitalismo y las perspec-
talista. Por el contrario, en el tra- tivas para la lucha de clases. En
bajo de Hirsch la vinculación entre este sentido, la réplica dejessop a
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trabajo, desde su contribución al sa muestra sin embargo que‘ el
. :lebate sobre la derivación del Es- artículo de Hirsch era contradicto-
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ni tá en lo correcto
3.73113: cuando dice que totalidad social: “Dado que los in-
a.
“los colaboradores gennano-occi- dividuos ‘ni están subsumidos bajo
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que se prmentan en el camino (p. e. pital y el trabajo, como una rela-
de las relaciones directas de ción de clase. El capital no es lo
entre los propietarios de los medios de económico que determine lo polí-
producción y las relaciones privadas tico, sino que tanto lo económico
de dependencia y restricciones —feuda- como lo político son formas (su-
lismo- en la esfera de circulación de per ciales) de una forma históri-
sean privados del control sobre los pretación del Estado como una
medios de fuerza fisica y que estos .se forma particular de la relación del
localicen en una instancia social que capital, entendida como una rela-
se levante por encima del proceso eco- ción de lucha de clases. Conside-
así como del análisis de las funcio- Uno de los aportes más importan-
nes del Estado, permanecieron tes del artículo de Hirsch es que
lloway y Picciotto 1978, 28). La za. Dentro del marco de sus leyes
tensión no resuelta entre estructu- generales, el desarrollo capitalista
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“dentro del marco”, que implica sis en la naturaleza inherentemen-
una relación externa entre la obje- te inestable del capitalismo. A fi-
para las luchas de clases y el pro- capitalista es una lucha sin espe-
ceso de la crisis” (Hirsch y Roth ranzas. El rmrndo se ha cerrado, el
1986, 37). futuro está determinado.
El desarrollo histórico ha dado Pero hablar de una relación ex-
un nuevo signi cado a los entra- terna entre las “leyes objetivas del
mados teóricos de los setenta. Lo desarrollo capi talista" y la ltrclra de
que con anterioridad se podía clases no tiene sentido. Las “leyes
sociedad de clases. No son las leyes das que se nos enfrentan, cosas
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do en ténninos del antagonismo to constante, como amenaza. El
entre trabajo vivo y trabajo muer- poder creciente de la clase traba-
to. Para la teoría burguesa, la ga-
jadora es un subtema constante a
nancia es exterior, algo que se en- través de las páginas de El Capital.
cuentra fuera de nosotros. La
El trabajador se inicia como un
categoría de plusvalía abre la cate-
pobre individuo (en El Capital se
goría de la ganancia mostrando
asume generalmente que el traba-
que el origen de ésta es la explota- jador es masculino) forzado a ven-
ción, que es, a su vez, el resultado
der su fuerza de trabajo en el mer-
de una lucha constante en contra
cado. Una vez que la venta se ha
de la clase trabajadora: la lucha del efectuado y que el pobre hombre
reloj despertador, de los detalles sigue al ricacho a la fábrica, al
de la organización del lugar de nalizar el capítulo 4 su sonomía
trabajo, la lucha del tiempo, de los cambia y él se transformar de un
minutos y de los segundos. La ga-
pobre hombre que era en un tra-
nancia no es algo exterior a noso- bajador, de un víctima pasiva del
tros sino que, por el contrario,
infortunio en un productor y pro-
existe porque estamos dentro de tagonista activo de una relación
ella. La teoría burguesa presenta a
lucha/ explotación. En el capítulo
la ganancia como algo que no es 8, el trabajador une sus fuerzas a
externo; El Capital nos muestra la de otros trabajadores, para lu-
que ella es un momento de una char por la reducción de la jorna-
relación de dominación y lucha da de trabajo. Posteriormente,
del cual, nos guste o no, forma- mediante el desarrollo de formas
clave para entender el desarrollo y ses tiene lugar (como dice Hirsch);
la inestabilidad del capitalismo. ellas simplemente describes los rit-
Todos los modos de explota- mos típicos de la lucha que resulta
ción son' inestables, debido sim- de la forma histórica especi ca de
pende del trabajo de. la mayoría vés de esta lucha; son ritmos que
dominada; pero el capitalismo es- pueden, romperse o cambiarse. Al
tá caracterizado por una inestabi- igual que los ritmos del cuerpo,
lidad singular dcbido a su codicia afectan la marcha de nuestras ac-
gado a expulsar al trabajo vivo del minio del capital sobre el trabajo.
proceso de producción. Pero sin La crisis muestra los límites de la
el trabajo vivo, sin nosotros, el ca- dominación capitalista: los patro-
pital no puede sobrevivir; ésta es nes establecidos de las relaciones
la contradicción fundamental del de clase ya no pueden contener al
capitalismo moderno. Se expresa trabajo, ya no pueden suprimir la
bajo una forma económica en la
vida. En la crisis, los patrones de
tendencia a la caída de la tasa de dominación se trastocan; estalli-
ganancia, pero esta es simplemen- dos del futuro, de lo posible, del
te una manifestación económica
Aún-No, aparecen por doquier. La
de la contradicción básica: la pre- crisis en el colapso de la domina-
Sencia del trabajo vivo en el capital. ción.
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do debe ser puesto' al derecho de tar de acuerdo con Bonefeld acer.
to que está lejos de haber conclui- que pintan sea inexacto, sino en
do, tal como lo afirma claramente
que es una naturaleza muerta, una
Simon Clarke en su contribución pintura desolada, una pintura que
a este volumen. Asumir que el pos- ja la apariencia de la sociedad
fordismo simplemente surge, con- burguesa en lugar de captar su
solidar las tendencias actuales en movimiento. Los acontecimientos
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razón que gran parte del articulo de siada frecuencia, el objetivo de la teoría
Bob Jessop*
rico, dado que “la relación entre principal de los modos de regula-
la lucha de clases y ‘las leyes obje- ción es la de asegurar un equili-
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como es el caso de las políticas del lo político son formas (super cia-
Estado de bienestar keynesiana, les) de una forma históricamente
que lejos de 'enar la lucha de
especí ca de dominación de cla-
clases y de estabilizar al régimen
se”; y, segundo, que “el capital no
fordista, intensi caron la lucha, es externo a la lucha de clases,
crearon nuevas formas de resisten-
sino que es la forma histórica asu-
cia, y precipitaron la crisis del Es-
mida por la lucha de clases”
tado (Clarke 1988b: 77, 79; cf. (1988297). A pesar de sus semejan-
1988a: passim). zas aparentes estos argumentos
tienen implicaciones muy distin-
tas. Mientras que el primero nos
2. El capital es más que lucha permite analizar la determinación
de clases de la forma de la lucha de clases
esta premisa, no estoy del todo —un antagonismo puro, sin media-
convencido de que siempre se la ción a través de las formas y los
interprete correctamente. De mo- aparatos sociales, los recursos asi-
do que en seguida me abocaré a métricamente distribuidos, y las téc-
de Holloway nos ofrecen una ter- rio. Tampoco nos estaba ofrecien-
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a rmar simplemente que el capi- el descubrimiento del verdadero
tal es lucha de clases, Holloway
secreto de laproducción capitalis-
opta por esto último y pierde, por
ta: “ia forma económica especi ca
tanto, la oportunidad de explorar
en la cual el trabajo excedente no
la dialéctica de la lucha de clases.
pagado es extraído de los produc-
Por consiguiente, no puede darse tores directos” (Marx 1894: 791).
cuenta de cómo esta lucha se ins- Porqtle esto revela el secreto últi-
cribe en las formas de la relación mo, la base oculta de la estructura
del capital para imponer su volun- metaforma, dado que presenta di-
tad a la clase trabajadora. Sin du- versos y variados momentos) en
da, tampoco se da cuenta de que
un sistema generalizado de pro-
incluso la misma clase capitalista
ducción de mercancías lo que de-
se encuentra subordinada a la do-
termina, en el modo de produc-
minación del trabajo muerto so- ción capitalista, la identidad
bre el trabajo vivo y, para conti- conceptual de las clases, la natura-
nuar con la metáfora de Marx, que leza de las relaciones de clase, las
nos, no podría ser entendida sin ría de clase para establecer una
referencia a sus acciones; pero la identidad conceptual y sólo poste-
dinámica de la relación del capital riormente la empleó para analizar
se encuentra también más allá de los con!ictos entre fuerzas especí-
su control, cuando menos en dos cas, cualesquiera que fueran su
aspectos. Primero, que en un mo- identidad propia y sus formas de
mento dado la relación del capital organización; no es nunca una de-
antecede a estas acciones como su nominación dada a algo preexis-
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tal. Si vamos a analizar la naturale-
—Marx típicamente se re ere a
za y la dinámica de la lucha de los capitalistas (individualmente o
clases, necesitamos criterios obje-
como clase) como la personi ca-
tivos que permitan establecer la
ción del capital, o como los porta-
relevancia de clase6 de los antago- dores conscientes del movimiento
tico” que se activa como “el movi- —Cuando Marx se re ere a los
punto de vista es planteado con bos casos seria más acertado co'n-
cluir que el antagonismo de clases
rmeza por Clarke 1988b).
sino que señala que “un análisis mo si fueran dos términos exter-
cientí co de la competencia sólo nos uno del otro sino que, por el
es posible si podemos aprender la contrario, el trabajo (y por tanto
naturaleza interna del capital” todas las prácticas de la clase tra-
(Marx 1867: 433). Igualmente ob- bajadora ligadas a la venta, uso y
serva que “la lucha entre el capita- reproducción del trabajo asalaria-
lista y el asalariado comienza con do) es considerado como un ele-
la existencia de la misma relación mento integral del movimiento
del capital” (Marx 1867: 553). No del “capital” (v. g. Marx 1867: 718-
escribe que la relación del capital 20). Esto queda claro en sus análi-
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u-an insertas en la estructura de cio por su mercancía. Por lo de-
explotación. En este sentido, Marx más, como Marx lo señala, a dere-
escribe, por ejemplo, que “la jor- pre intentando describir una es-
nada laboral... puede ser determi- tructura de clase típica y mostrar
nada, pero es en sí y para sí inde-
el modo en que una condición
terminada”. O también que “la proletaria se transforma en» un
naturaleza del intercambio de movimiento de masas (cf. Balibar
mercancías no impone por símis- 1985, 516-18). Bajo este último
ma ningún límite a la jornada la-
contexto, el proletariado puede
boral, ningún límite al trabajo ex- ser ¿mejor entendido “en el gran
cedente” (Marx 1867, 341, 344). sentido histórico”, v. g., como el
En sus análisis, en resumen, la de- desarrollo histórico, espontáneo y
terminación plena de las catego- gradual del movimiento dela clase
rías del valor debe aguardar su trabajadora en su totalidad, inclu-
explicación de la lucha de clases. yendo cada una" de las manifesta-
—La forma de la lucha “cotidia- ciones de su organización y cada
que se identi can a sí mismas co- ción, debemos comenzar por ana-
mo fuerzas de “clase”. El carácter lizar con más detalle la forma
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do en las diversas mercancías. En do en que estas formas se sobre-
las economías capitalistas, en la determinan y adquieren un conte-
realización de la ley del valor inter- nido especí co depende del equi-
vienen las !uctuaciones en las ga- librio de las fuerzas de clase
lucha de clases), de nen los pará- .ma valor. Si bien referirse de este
metros para la acumulación de ca- modo a diferentes apuestas de la
pital y también delimitan las for- lucha de clases no signi ca que las
mas posibles de su crisis.9 No luchas (o, más bien, los sitios de la
obstante, aún cuando esta forma lucha) están en realidad nítida-
en que aparecen las categorías ob- rechazo hacia la relación del capi-
jetivas, hasta los modos especí cos tal en su conjunto. Es por ello
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critica (y no el enfoque de la regu- ne y en qué aspectos precondicio-
lación, como Clarke sugiere) que nes extra-económicas, qué tanto
corre el riesgo de “quedarse corta espacio existe ahí para la sub- y la
en una critica sociológica de la sobre-determinación, al menos es-
economía y no lograr desarrollar tas cuestiones nos proporciona-
una critica marxista de la econo-
rían una base para la discusión.
mía política” (1988a: 69). En su
forma más extrema, esta reduc-
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esferas, que también afectan la na- exposición de Clarke sobre el for-
turaleza de las luchas económicas dismo y, segundo, comparando és-
y políticas de clase, de tal manera ta con el análisis hecho por Aglietta
que existe igualmente una dialéc- en tomo al mismo fenómeno.
tica de forma y contenido al inte-
La interpretación de Clarke so-
rior de cada esfera. De este modo, bre el fordismo descansa en un en-
una interpretación cabal de la lu-
foque analítico de la forma del
cha económica necesitaría tornar
capital. El argumenta que el régi-
en cuenta la forma dinero, la for- men del capital no está incorpora-
ma salario, los sistemas de relacio-
do en la persona del capitalista
nes industriales, la forma impues- sino que se deriva del dominio de
to, etcétera. (cf. Clarke 1988b); la forma dinero (Clarke 1988b:
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industrial, las instituciones nan-
tal ha logrado canalizar con éxito
cieras, las relaciones industriales, la lucha de clases en todos los
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forma tengan el lugar privilegiado damentales en juego y las formas
en los niveles mis abstractos, los típicas de con!icto. Sabemos en-
conceptos teóricos de clase obtie- tonces que la lucha de clases se
nen un sitio más importante en los presenta en la esfera de la circula-
niveles más concretos del análisis.
ción, entre los propietarios de la
Al respecto, es necesario subrayar
fuerza de trabajo y los dueños del
dos cosas:
capital, que gira en torno al precio
Primero, que dado que el pro-
de la fuerza de trabajo, y que es
ceso de trabajo en tanto unidad de conducida a través del intercam-
la producción material y de la va-
bio de mercancías y la libertad
lorización reside en el núcleo del
contractual. Sabemos igualmente
circuito del capital, el “análisis” que en la esfera de la producción,
del capital como la auto-valoriza- el dueño del dinero se transforma
ción del valor re ere necesaria-
en un capitalista, y el propietario
mente a la lucha de clases entre el
de la fuerza de trabajo en un tra-
capital y el trabajo. En este senti- bajador. Aquí el con!icto deja de
do, cualquier análisis acerca de las ser guiado por los “derechos hu-
“leyes férreas” de la producción manos innatos” y en lugar de ello
generalizada de mercancías expre- se centra en la habilidad del capi-
sa ya las tendencias de la lucha de tal para controlar a sus trabajado-
clases y de la competencia en el res, a través de un sistema fabril
núcleo del circuito del capital. Al despótico, organizado para mini-
Segundo, que en niveles tan ele- cer estas formas típicas de con!ic-
vados de abstracción la “lucha de to y antagonismo no nos dice nada
clases” sólo puede ser introducida acerca de las estrategias especi -
en términos de los intereses fun- cas o los resultados de la lucha en
más plenamente ,en los niveles más mejor situados para explorar la
concretos del análisis. _ interactión dialéctica entre am-
Es así que debe otorgarse algu- bas. Las formas sociales abstractas
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entre ellos, en un sistema en el darse cuenta de la continuidad
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eri algunas ocasiones se encuentra
ducción del circuito del capital. En
vinculada a conclusiones políticas lugar de ello, los regulacionistas
impasables, sería como rechazar a analizan la dialéctica entre forma
la economía política marxista por-
y contenido, y estructura y estrate-
que alguna vez re invocada para gia, en la reproducción de la do-
justi car el stalinismo. Uno podría minación capitalista en su conjunto.
igualmente rechazar a las teorías Al parecer Clarke tomó esto en
que se basan en la primacía de la consideración cuando escribió
tiene la lucha de clases para asegu- basa, sin duda, en una interpreta-
subyace al trabajo realizado por queda poco por debatir. Esto su-
los regulacionistas y ha dado forma giere asu vez que hay algo más en
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común." dado que ambos subraya- formas y modalidades de la lucha
mos la necesidad de considerar a
que le son complementarias y
la lucha de clases como un ele-
aquellas que podrían ser disrupti-
mento integral de la relación del vas. En los tres casos debemos dis-
capital. Pero diferirnos en la medi-
tinguir cuidadosamente los dife-
da en que yo creo que Marx siem- rentes tipos de lucha: luchas
pre relacionó la lucha (le clases marginales que pueden adquirir
con las formas básicas y la dinámi- una relevancia de clase, luchas que
ca del capital en tanto fuerza do- se encuentran dentro de los pará-
minante (uebergreinfmdes Subjekl). metros de' un régimen y que ayu-
De esta exposición pueden de- dan a reproducirlo, y luchas cuyo
rivarse dos concltrsiorres. Primera, efecto es quebrantarlo y transfor-
que si nos centramos en la lucha marlo. Al respecto, las referencias
de clases sin tomar en cuenta sus generales a la lucha de clases son
dísta y cuándo, sino también las (ya sea que se les analice en térmi-
subyace al trabajo realizado por queda poco por debatir. Esto su-
los regulacionistas y ha dado forma giere a su vez que hay algo más en
juego en el debate. En este senti-
también, en gran medida, a mi
propio enfoque. do, considero que los críticos ac-
tualmente objetan menos el
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somún; dado que ambos subraya-
formas y modalidades de la lucha
nos la necesidad de considerar a
que le son complementarias y
a lucha de clases como un ele-
aquellas que podrían ser disrupti-
nento integral de la relación del vas. En los tres casos debemos dis-
estrategias qtre al desa ar los pa- clase requiere del desarrollo (le
rámetros inherentes a los regíme- criterios que no dependen de las
subyace al trabajo realizado por queda poco por debatir. Esto su-
los regulacionistas y ha dado forma giere a su vez que hay algo más en
también, en gran medida, a mi juego ‘en el debate. En este senti-
propio enfoque. do, considero que los críticos ac-
tualmente objetan menos el
enfoque de la regulación que a sus
10. Conclusiones equivocadas apropiaciones refor-
mistas por parte de algunos co-
Este trabajo es una respuesta a las mentaristas sociales y políticos
constantes críticas dirigidas al en- que se ocupan de la transición ac-
foque de la regulación que apare- tual al posfordismo. No debemos
cen en el presente libro. En él he
negar que tal lectura reformista
argumentado qtre la teoría de la existe (particularmente en las co-
regulación es absolutamente el a lumnas de la revista Mancism To-
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común; dado que ambos subraya- formas y modalidades de la lucha
Inos la necesidad de considerar a que le son complementarias y
la lucha de clases como un ele- aquellas que podrian ser disrupti-
mento integral de la relación del vas. En los tres casos debemos dis-
capital. Pero diferimos en la medi- tinguir cuidadosamente los dife-
da en que yo creo que Marx siern- rentes tipos de lucha: luchas
pre relacionó la lucha de clases marginales que pueden adquirir
con las formas básicas y la dinámi- una relevancia de clase, luchas que
ca del capital en tanto fuerza do- se encuentran dentro de loslpará-
minante (rrebergreinjmdes Subjekt). metros de un régimen y que ayu-
dr'sta y cuándo, sino también las (ya sea que se les analice en térmi-
Por último, es necesario que di- Antártico (en donde no hay rringu-
gamos algo sobre la Osa Mayor. no) y dividiendo así las fuerzas que
En una nota de pie de página, se oponen al capital, están ¡debili-
Holloway cita la ocurrente frase tando el ataque en contra del ene-
de Tony Negri quien dice que al- migo común. Pero como he trata-
gunas veces parece que los intelec- dode demostrarlo, este contraste
pital como a una Osa Mayor, pero ataca comparten algún terreno en.
plotación” (1979: 112; cf. 122-3). de clase aún mayor que las fuerzas
Sin embargo, el efecto que la pri- movilizadas alrededor del thatche-
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Mayo de 1996
Aldershot, Edward Elgar.
lares imaginarios, el posfordismo
(si es que ese es el siguiente régimen Cutler, Anthony et al., (1978). Manc’s
de acumulación) seguramente nos "Capital" and Capitalism Today, Lon-
dres, Routledge and Kegan Paul.
tomará desprevenidos a todos.
Holloway, john (1988). Véase la contri-
bución de Holloway, “La Osa Mayor:
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Clarke, Simon (1988b). Keynesianr'sm, Ben Fowkes, Harmondsworth: Pen-
Monetan'sm, and the Crisis of the State, guin, 1976.
Hegemony? Class Division and the pero, sólo en su última crítica a la eco-
. Subject of Politics", en Cultural Criti- nomía política Marx develó, nalmente,
que, primaven , 25-32. la necesidad oculta y la dinámica de la
lucha de clases en el capitalismo.
5 Aunque por supuesto, no es real-
Notas mente una mercancía.
Ü Cf. la distinción entre conciencia
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los terremotos); pero aún en este último necesario trabajar sobre el papel del
enfrentados con las sociedades capitalis- sono no adecuados es, por supuesto,
tas. uno de los puntos a discusión en mis
1° Es justo recordar que cuando respuestas a Bonefeld y Holloway.
Aglietta desarrolló su explicación del ¡2 Por “obrerista” entiendo la posi-
fordismo se centró en la relación salarial ción que enfatiza la lucha (le clases y que
en oposición al análisis comunista del da primacía a la clase trabajadom.
capitalismo monopolista de Estado, en- ¡3 El espacio es demasiado corto y la
tonces dominante. Bajo este contexto, paciencia bastante limitada como pala
la relación salarial (rap/¡art salarial) abar- que repita mis argumentos acerca de la
al nmcho más que las formas de remu- importancia que para la identi cación
neración: involucra un conjunto de de los intereses de clase tienen las estra-
. nero como una forma del poder capita- cualquier intento por calcular intereses
Mónic c. Currell
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La importancia revolucionariade
socialista*
Rolando Mtarita
Introducción
hasta slogans del tipo “que la crisis
la paguen los de arriba”, están co-
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tencia de leyes objetivas de la valo- post fordista. Tanto la escuela de
rimdón, de la explotación y de la la regulación, como la de la refor-
acumulación capitalista, que de- mulación, ponen énfasis en la
terminan la recurrencia periódica adaptabilidad del capitalismo para
de crisis económicas y sociales que poner en juego mecanismos esta-
ponenen cuestiónamiento al con- bilizadores de tipo “feed back”.l
junto. del sistema. Esta lógica tam- En esta visión, la lucha de clases
bién subyace a las evoluciones en no está incorporada- orgánicamen-
las relaciones entre cl capital y el 'te al desarrollo de esta “lógica del
trabajo (ver Braverman, por ejem- capital”, salvo -—tal vez y parcial-
plo), a las relaciones.intercapitalis- mente-5, en los primeros trabajos
tas (las tendencia-s a la centraliza- de Lipietz (ver Lipietz, 1979). La
ción y conccntración 'de, los lucha de clases genera institucio-
capitales, por ejemplo) y a las rela- nes. y procedimientos sociales que
ciones en el mercado mundial. (la- terminan convirtiéndose en “crea-
tendencia a la inter-nacionalizaa 'ciones" funcionales para el esta-
ción creciente de la economía, por
blecimiento de nuevos regímenes
ejemplo). ' de acumulación. Aglietta, es muy
Este planteo de.-El Capital y de claro enesto: la lucha de clases‘es
la literatura marxiana, ha sido un proceso de creación en elmás
adoptado —y modi cado- por la estricto sentido; de creación de
escuela de la regulación, primero,
instituciónes2 que actúan de regu-
y luego por'su “derivada”, la escue- ladoras entre las instancias de la
producción y del Consumo, que
la de la reformulación, para ali-
mentar las interpretaciones y- las están en el centro —según la visión
posiciones políticas del “neo” re- del regulacioni smo- de las contra-
formismo frente a la reestructura- dicciones del capitalismo. ,Una in-
ción del capi tal. y sus perspectivas. terpretación de las crisis económi-
A partir de la idea (de la escuela, cas “subconsumista” constituye un
de la regulación) de la existencia apoyo sustancial para esta inter-
de variadas “estrategias de acumu- pretación (especialmente relevan-
lación”, cada una de las cuales al- te para explicar la salida de la crisis
canza la estabilización mediante del treinta- y lo que. llaman la “épo-
un particular “modo de regula- ca doradavdel fordismo”).
mea todo el análisis de la escuela y social del sistema, serán las lu-
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Mayo de 1996
na admitiendo que nada indica —a rrollando lo que llaman la dialéc-
mediados de los ochentaq que tica entre estructura y estrategia.
exista algún impedimento funda-- En esta visión, las acciones de los
cibe sólo en los términos del ago- rectamente los resultados, sino
tamiento absoluto del desarrollo que simplemente de nen el rango
de las fuerzas productivas;3 lo que, de opciones disponibles, en las
como bien dice Boyer, es de hecho cuales se da un complejo juego de
riesgos, luchas, etc. Es io que Jes- lativos del capitalismo y las formas
A pesar .de los esfuerzos por constricción que imponen las es- -
eludir el funcionalismoe incorpo- tructuras capitalistas y su funcio-
rar la dimensión lucha de clases, namiento. El sujeto revoluciona-
enfoque como meros efectos de; etc.; volveremos sobre este punto
sin sujeto” (Hirsch, 1994). Por. este (...) La crisis funciona como un
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vehículo para la “reconstrucción de propuestas - que tratarán de
el punto que incluso durante las nuestro país: dado que el capitalis-
crisis, la posibilidad -de “creación” mo inevitablemente impone sus
que asignaba Aglietta ala lucha de tendencias, determinadas por la
clases parece haber desaparecido, lógica del capital y las estructuras
de hecho, por lo menos en algu- en juego, es necesario adaptarse,
nos escritos de laÏreformulación. negociar, restablecer un pacto so-
Por ejemplo, Hirsch ( 1994) plan- cial, o fijar “reglas de coordina-
tea' que enuna soCiedad dividida ción entre los agentes económi-
y “desformalizada” (como produc- cos” (orientadas preferentemente
to de la crisis; recordemos que se
según los “modelos” sueco o ale-
trata de un “proceso sin sujeto”), mán) para que la necesaria transi-
los intereses materiales podrían ser ció‘n hacia. el nuevo modo deacu-
tórica, por fuera de los condicio- se- mediante una lógica imperso-
nar..ientos sociales) que se nal, por una red social de conexio-
impondría con la fuerza de la evi- nes casi natural. En el enfoque
dentia de lo racional; el pacto so- regulaCionista (o en la “reformula-
cial por venir garantizaría un smo- ción”) se habla de la lucha de cla-
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Mayo de 1996
en componente funcional de su en el trabajo. Lejos de ser un ob-
desarrollo.
jeto pasivo de las manipulaciones
Frente ala dicotomía sujeto-ob- del capitalismo, sostiene esta co-
jeto en que se enraiza profunda- rriente, el obrero es el sujeto acti-
tructuras no son más que las for- del desarrollo capitalista, a través
mas en que se mani esta la sustan- del taylorismo, del fordismo o an-
cia del capital, el poder del tes de la división del trabajoen la
trabajo. O sea, no sólo las huelgas manufactura. Para sus críticos,8
mani esta esa sustancia del capi- forma niega'el poder de los traba-
tal. Por lo tanto el poder del tra- jadores para rebelarse contra el
bajo está en el centro mismo dela
capital, para torcer el curso que
comprensión del estado, de las cri- aparentemente dictaría la “lógica
sis, etc. El capital debe responder d'el capital”, para transformar al
siempre a ese poder del trabajo. lugar del trabajo y al intercambio
Esta línea teórica tiene gran a - entre el capital y el trabajo en un
nidad con el “marxismo autono- verdadero “terreno de intercam-
cho de que el futuro esté comple- con respecto a las tendencias del
tamente abierto c indeterminado, capital y deja de ser su “comple-
porque depende del resultado de mento y coadyuvante” para “trans-
una lucha siempre renovada, nun- formarse en su pilar” (según la
ción delpost fordismo está lejos mos, por ejemplo, a los postkeyne-
tos autores admiten que en esta lación deque basta ser consecuen-
perspectiva no hay. respuesta fren- te en la lucha reivindicativa ecónó-
te a la crisis del capitalismo. De esta mo” que hoy hace “furor” en mu-
forma se enfrentó la ofensiva del chos círculos de intelectuales de
te- por el tiempo de trabajo inver- Balibar; este último llega a soste-
fel'd, quienes al cn'ticar las posicio- parte de los obreros. Ese Valor que
nes regulacionistas .y estructuralis- se .au tonomiza y valoriza, adquiere
tas, terminaron arrojando al niño la fuerza de las cosas e impone una
con el' agua sucia, esto es, dese- dinámica propia. Por eso Man: re-
chando todo determinismo y toda curre a expresiones tales como las
“lógica del capital" (y por ende de “leyes que se imponen con la fuer»
la mercancía). De esta manera des- za de lo natural”, nopara signi -
pojan al marxismo de su carácter car que estamos ante un fenóme-
materialista, e incurren-en última no de la naturaleza, sino para
instancia, en el mismo voluntaris- subrayar que se trata de un fenó-
mo e idealismo en que cae la po- meno social, pero que se inde-
sición que critican. pendiza de la acción consciente de
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los seres humanos Por esto tam- parte del capital productivo “tanto
bién Marx, recurriendo a las for- como lo son los medios de pro-
mas dialécticas de la lógica de la ducción”. ¿Confunde Marx el fac-
esencia de -Hegel, nos recuerda
tor subjetivo y el objetivo? ¿niega
que el capital es el verdadero “suje- la “otredad” del trabajo, su poder
sop (1994) respondiendo a Bone- los que ven sólo un aspecto del
feld, sostener _que el capital es lu- problema, reproducción simétrica
cha de clases es caer en la del error en que, incurren quienes
tautología, s'ólo venia imposición de la lógica,
La a rmación de Bonefeld, que y al sujeto absorbido por las es-
el trabajo, al en 'entarse con el tructuras. En cierto sentido, el su-
capital, _se enfrenta contra el traba- ' jeto se hace objeto, aunque no por
jo rei cado, corre el riesgo de mi- . ello desaparece como sujeto (se
nusvalorar la importancia de esa “cosi ca”, de allí que experimente
“rei cación” del trabajo en las la explotación como alienación;
condiciones “normales” de la acu- no es casual que el estructuralismo
mulación capitalista. La “cosi ca- no haya visto este problema). Pero
ción" del trabajo debe ser valora- entonces se establece una dialécti-
da en toda su implicancia social y ca entre estos dos polos objetiva-
política. Signi ca que los medios ción y subjetivación que nos mues-
plica a su vez que el “otro” del minado por la lógica del capital,
capital, el trabajo, su antítesis,14 en que el sistema convierte a la
sea durante el proceso de trabajo fuerza de trabajo, sino en mostrar
parte del capital, y hasta cierto el carácter nunca acabado, incom-
pleto y contradictorio, de ese pro-
punto entonces su “objeto”. Co-
mo dice Marx (184, cap. _1, vol. 2), ceso. El punto es superar la abso-
tan pronto como la fuerza de tra- lutización de la cosi cación (que
ción que sufre la fuerza de trabajo que exigen una de nición revolu-
en manos del capital. cionaria o contrarrevolucionaria
contrario, ese poder es sólo “en con los trazos de lo que se desarro-
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lleva al derrotismo, como’sostie- cas y en la extensión del ejército
nen Holloway y Bonefeld). El industrial de reserva, principal ca-
planteo de Marx es revoluciona- dena que ata a la clase obrera.
rio: la reproducción reproduce las Desde este punto de vista, no exis-
contradicciones en escala crecien- ten impedimentos absolutos, “es-
te, que estallan en las crisis de tructurales”, a esa toma de con-
res humanos, sino de un sistema manera tal que se abren las condi-
que hay que destruir. Que es ne- ciones óptimas para la ofensiva
cesario romper con la cosi ca- general del trabajo sobre el capi;
ción, con el dominio de l'o que se tal, a condición de que ese con!ic-
impone con la fuerza de lo natural to se haga consciente. Pero en esto
e independiente de los seres hu-
entran a jugar los factores políti-_
manos (pero que es profundamen- cos, el papel de la crítica marxista,
te social). La esencia del trabajo de las experiencias de las luchas pasa-
Marx fue poner de relieve la nece- das y de las revoluciones, triunfan-
sidad de superar la cosi cación tes o derrotadas. No es casual que.
a las mejoras progresivas dentro por alto los efectos —de escala gi-
del capitalismo; mostrar la posibi- gantesca- que tuvieron la derrota
lidad —creciente en tendencia- de de la revolución rusa de 1917, la
esa toma de conciencia en la uni- entronización del stalinismo, las
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Mayo 1926
for-mas sociales mercantiles y capi- la teoria ‘de Marx del valor y la
talistas. Por eso mismo esta pers-
plusvalía'p'a‘ra s'u práctica politica
pectiv'a fundamenta una pólitiCa cotidiana). Citando una vez más a
—Como dice Sinith- sólo desde na del capital está destinadaa dee
una teoría que trabaje con catego- mostrar la verdad de la 'sig'uiente
leer “El Capital", Siglo XXI, México. Duss'el, E. (1985). La producción teórica de
venge of Homo Economicus: Contes- Gore, A. (1994). “El que no trabaje co-
mer-á”, en Revista Política Internado-
ted Exchange and the Revival of
nal.
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nomic Perspectivas, núm. l. Harvey, D. (1990). Las límites del
116
Mayo de 1996
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Howell, C. (1995). “Trade Unions and histórico", en En Teoría, núm. 3.
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cia, en Marx y Engels, Obras Escogi- funcionamiento entre las diferentes “ins-
das, Akal, Madrid. tancias” del capitalismo está presente des-
Marx, K. (1984). El Capital, Siglo XXI, 'de las primeras formulaciones de la
México, regulación; en algunos casos, como en
Dockés y Rosier (1983) o Aglietta (1979,
Marx, K. (1989). Elementos fundamentales
Introducción) esta vinculación está explí-
para la critica de la economía politica
citamente señalada.
(Gmndrisse) 1857-1858, Siglo XXI,
2 Dice Aglietta (1979): “Denominare-
México. mos formas estructurales a las relaciones
Moseley, F. (ed.) (1993). Manc's Method sociales complejas, organizadas en institu-
cesaria para cambiar el balance de fuer-¿as , 9'Ver en este sentido. la escuela nortea-
y permitir una transición socialista (Pou- mericana del “contested exchange", por
lantzas, 1979). Un ejemplo de cómo las ejemplo, Bowles y Gintis (1993).
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canse —en lo que hace al determinismo pecto a la economía, la tesis de que existe
mandano- con la idea de que el proceso “una capacidad creciente. para dirigir la
histórico avanza hacia una metal nal, que ' evolución económica". En consonancia
guian'a el curso de la historia. cOn sus postulados neokantianos, también
¡3 Una CI'ÍLÍGI extensa y abarcativa la afirma entonces que existe cada vez más
encontramos en Brenner y Gliclt (1991); espacio, bajo el capitalismo, para la activi-
ver también Clarke (1992). La fuerte in- dad independiente en el terreno de la
fluencia de las tesis de la crisis basadas en ética; todo esto en el marco de limitar la
el subconsurnismo encaja en el caracter “férrea necesidad de la historia” en aras de
funcional de las luchas reivindicativas —en _abrir terreno “ala práctica de la democra-
última instancia- para salir de las crisis; cia social”. Vemos difícil de exagerar la
esto es tnuy claro en la interpretación de importancia de la “lógica del capital" cla-
la crisis del treinta. _ ‘ borada por Marx para combatir-a este
“ Dusscl (1985) cn su lectura de los refonnísmo, con tantas resonancias en la
Gmndrisse ha destacado este _aspectodel actualidad.
análisis de Marx, la “otredad” irreductible '3 Todavía más explícita es esta posi-
del trabajo frente al capital. ción en la crítica de'R. Luxemburgo a
'5 Y esto fundamenta la posibilidad'de Sombart (en La “dencia alemana" a rela-
formas “transitorias” de organización soda] guardia de las obreros). Este sostenía que la
revolucionarias, como'la instalación del participación de los salarios obreros en la
poder obrero. De lo contrario se cae en renta nacional sólo dependía de las rela-
formulaciones reformistas; ver al respecto ciones de fuerza entre las clases. Rosa
Trotsky (1980). Sobre la transitoriedad del Luxemburgo rechaza esta posición; expli-
doble poder en Rusia, ver Lenin (1973). ca que es precisamente la economía vulgar
¡5 También en Marx (1989, vol.- l) se la que “rechaza con la mayor complacen-
puede leer que "...no bien ha llegado _aser cia las ‘leyes naturales" establecidas por la
capital en cuamotal, produce sus propios economía clásica”, pero “con ello elimina,
supuestos... estos supuestos que origina- en general, toda eXplicaciÓn sometida a
riamente aparecían corno condiciones de leyes de la economía capitalista y proclama
su devenir se presentan ahora- como _elreirio de la ‘libre voluntadÏ, de la ‘ínter-
resultados de su propia realización, como vención consciente en los procesos socia-
realidad puesta por él: no como-condicio- les’, de la ‘fuerza‘ de los grupos sociales"
nes dc su génesis, sino como resultados de (R. Luxemburgo, 1974, '141).
su exrstencra". 19 Ver, por ejemplo, además de,Smith
¡7 Ver Benrstein (1966), primer capítu- (1990), a Shamsavar (1991) y Moseley, ed.
lo, donde el padre del revisionis‘mo de en- - (1993),"pata una revalorización de, la im-
de. con base en eSa independización portancia de la lógica hegeliana en El Ca-
creciente de los factores políticos con res- pital.