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CÁRCEL Y SOCIEDAD EN COLOMBIA

Una idea de resocialización

Katerine Garcia Montoya.


Noviembre 2017.

Universidad de Antioquia.
Facultad de Ciencias Económicas.
Lectoescritura Económica.
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Escribir sobre lo justo en situaciones donde se pone en riesgo la integridad y la


vida, no resulta tan fácil como podría parecer. Cuantos acontecimientos suceden en lo
cotidiano del día a día, un individuo que obligan a otro a despojarse de sus pertenencias y
si este pone resistencia fácilmente le quitan la vida, sin pensar ni un minuto la tragedia
que se puede desencadenar y que detrás de esta persona hay una familia que sufrirá y
marcara el destino de muchas personas que indirectamente se verán afectadas.

Nos enfrentamos a un mundo donde los poderes de las bandas criminales deciden
nuestro destino, incluso como semi “dioses” que deciden quienes viven o mueren, hasta
el punto de secuestrar barrios como el caso de la comuna 13, san Javier en los años 80,
donde no les permitían acceder al sistema de educación, a la recreación y deporte y
mucho menos a un sistema de trasporte que les permitiera desplazarse por la ciudad.
Ante todo, este panorama nos preguntamos: ¿Existe la manera de hacerles pagar, a
aquellas personas que causan tanto dolor y actúan sin compasión contra el prójimo?
El saber que muchas vidas han sido destruidas, nos lleva a desear que existan
penas capaces de producir un poco de dolor del que ellos han ocasionado. ¿Será que con
la ley establecida en la república de Colombia, en la actualidad viviendo un estado de
derecho, si dará lo merecido a estos agresores? ¿Y por medio de un sistema carcelario,
realmente “pagaran sus penas”? Son preguntas que acuerdo a cada vivencia tienen una
percepción diferente.

¿Qué podemos esperar de un país donde todos los días crecen los índices de

criminalidad? ¿Y dónde hay tanta injusticia? Según la tasa de mortalidad en nuestro

país en el 2015, un total de 12.782 fueron muertes violentas y superadas en el 2016 por

casi 1.100 casos para 12.206 muertes. Esto es el reflejo de una situación social que esta

desangrada y que esta agonizante. Quienes sufren el flagelo de una sociedad fragmentada,

esperando que el gobierno decida y cree un sistema penal y unas penas que
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verdaderamente sean justas, alejados de la corrupción e ineptitud. ¿Pero que es justo para

nuestro sistema penal?

El delincuente, actúa bajo una necesidad que para él es válida, su instinto de

supervivencia lo lleva a realizar actos que dan final a la vida de una persona, arrancando

todo sueño y proyecto de vida, por la única razón de quitarle un bien que él no posee y

con el mínimo esfuerzo lo quiere alcanzar, sin saber cuánto ha trabajo esta persona por

conseguirlo. Nuestro pensamiento es que sea castigado con la misma frialdad que actúa,

es nuestro sentimiento de venganza, que alimenta el desquite sin pensar que esto solo trae

consigo más desgracias. Este sentimiento nos enceguece y nos impide mirar más a fondo

para encontrar la causa raíz y plantear soluciones.

Podemos entonces estableces que la Cárcel es un mecanismo de castigo para

aquellos que cometen infracciones, adicional se cumple con el objetivo que es

reinsertarlos a la sociedad como personas de bien que puedan dejar sus conductos anti

sociales. Es aquí donde se concentra nuestra reflexión, ¿Es realmente una cárcel el

método de castigo que cure a una sociedad?, dentro de estos centros de reclusión se vive

la deshumanización de la sociedad, y de esta forma pretende el estado que estas personas

salgan reinsertados a la sociedad, sin rencores y queriendo hacer el bien. Estamos

acostumbrados a ser jueces y juzgar para condenar las personas por sus actos, negándoles

cualquier beneficio y oportunidad de arrepentimiento y de cambio.

Solo miramos el problema desde una perspectiva, de solidaridad con la víctima,

buscamos la forma de compadecernos y apoyarlos y el lugar que declaramos que es lo

merecido para la persona que señalamos como el delincuente, es la cárcel. La realidad


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que vemos en todos los medios de comunicación todos los días, es que el sistema

carcelario en Colombia está colapsado, que hay una crisis hacinamiento, el sistema de

salud carcelaria, el régimen de visitas entre otros, que tanto obstaculizan estos problemas

la resocialización del preso es un tema relevante en esta investigación.

Dentro de un contexto netamente sociológico nos preguntamos: ¿Es posible


resocializar a un delincuente? Partimos de la premisa que sí, además de lo contemplado
en el marco legal, la Ley 65 de 1993 (agosto19) Por la cual se expide el Código
Penitenciario y Carcelario, en los artículos 3° y 9° indican que la resocialización es una
de las razones del cumplimiento de la sentencia, y en el artículo 10° explícitamente lo
siguiente:
ARTÍCULO 10. Finalidad del Tratamiento Penitenciario. El tratamiento
penitenciario tiene la finalidad de alcanzar la resocialización del infractor de la ley
penal, mediante el examen de su personalidad y a través de la disciplina, el trabajo,
el estudio, la formación espiritual, la cultura, el deporte y la recreación bajo un
espíritu humano y solidario.

La resocialización un “cuento chino”, el hacinamiento y las pésimas condiciones


hacen difícil la resocialización con estudio o trabajo. Hay 544 espacios comunes para
117.018 presos en 138 prisiones. La empresa privada tiene 61 maquilas en los penales,
que le dan trabajo a 1.441 prisioneros. Solo 12 de cada 1.000 reclusos en Colombia tienen
la posibilidad de emplearse en estos lugares.
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Lista de referencias

MONTOYA, Hernán. La Justicia Penal en la Colonia. En: Revista Acción Penitenciaría.


Febrero, 1941. N°.2, p.3

MÁRQUEZ, J.W. Estado punitivo y control criminal: Cárceles, prisiones y penitenciarías


en Colombia

Pulido S. Gonzalo. Organización Penitenciaria en Colombia, Bogotá, Imprenta Obrera,


1919, p. 29

Plan maestro de seguridad penitenciaria y carcelaria 2011 – 2022, en: INPEC. De entre
muros para la sociedad 2011, Serie Doctrina Institucional, 5, p. 65 - 84.

www.inpec.gov.co/portal/page/Inpec.

El Tiempo, 14 de marzo de 2017

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