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Estudiante: María Victoria Tapia Ponce

Código: 2017143105
Grupo: 2
RESPONSABILIDAD CIVIL EN LA CONSTRUCCIÓN
(ANÁLISIS DE JURISPRUDENCIA NACIONAL E INTERNACIONAL)
El crecimiento de la civilización ha permitido que el ser humano evolucione
económica, política, tecnológica y culturalmente, provocando que la calidad de vida
sea más óptima. Uno de los factores que contribuye a dicho crecimiento es el
desarrollo de la actividad de la construcción, entendida esta como todo aquello que
exige, antes de hacerse, disponer de un proyecto y una planificación
predeterminada. Sin embargo todos estos avances han instigado una creciente
inseguridad respecto a la integridad física y moral de los asociados que puede ser
producida desde diversas esferas de la complejidad humana cuando alguien
desarrolla una actividad, conducta o comportamiento que causa perjuicio a otro, de
estas existe una amplia gama que, a pesar de no ser ilícitas, despliegan un mayor
potencial de daños a terceros, son denominadas por la ley, actividades peligrosas.
Esta lesión constituye un acto generador de daño justificado a través de un nexo
causal que trae consigo una responsabilidad de reparar o indemnizar. En el ámbito
que nos concierne (civil) esta puede darse de manera contractual, cuando existe un
contrato, o extracontractual, cuando no existe. Según el código civil artículo 2356,
la estructura anteriormente planteada se presume cuando se esté frente a una
actividad peligrosa y se demuestre un nexo causal, la construcción hace parte de
este conjunto.

1. CONSTITUCIÓN DE LA CONSTRUCCIÓN COMO UNA ACTIVIDAD


PELIGROSA Y SUJETOS PROCESALES

La corte suprema de justicia sala de casación civil en las sentencias con radicado
No.1100131030061997-09327-01 de 13 de Mayo de 2008, SC5438-2014 y en el
Expediente No.54508 señaló: La construcción de edificios ha sido calificada por la
doctrina jurisprudencial como una actividad peligrosa, cuya responsabilidad está
regida por el artículo 2356 del Código Civil, sin que, por lo mismo, resulten aplicables
los artículos 2350 y 2351 de esa codificación, concernientes a la ruina de edificios,
como tampoco el 2060 ibídem, tocante con la responsabilidad contractual del
encargado de una construcción.

Según las providencias Nº 157 de 27 de Abril de 1990, SC12236-2017 la


responsabilidad que de ella se deriva puede serle adjudicable, ya al constructor, ya
al propietario de la obra por serlo también del terreno, o, en fin, a ambos por virtud
de la solidaridad dimanante del artículo 2344 del C. c., dependiendo del que tenga
la vigilancia, dirección y control de aquélla, en orden a lo cual debe ser identificado
el guardián de la actividad peligrosa, para efectos de imputarle la responsabilidad
que corresponda (Sentencia 38430 de noviembre 20 de 2013, SC18146-2016,
Sentencia del 22 de febrero de 1995, de la Corte Suprema de Justicia
expediente 4345). Que tal responsabilidad está fincada en el artículo 2356 íb. y
que, con miras a establecerla, se parte de la presunción de culpa que gravita sobre
aquellos, sin que, en pos de desvirtuarla, les baste demostrar la diligencia y cuidado
observados en su ejecución, o la atención debida a las pautas técnicas requeridas,
dado que solo pueden escapar a los efectos vinculantes demostrando la fuerza
mayor o el caso fortuito, el hecho de un tercero, o la culpa exclusiva de la víctima, y
sin que bajo cualquiera de estas causales pueda encajarse el hecho de haber
contratado el propietario del terreno el levantamiento de la obra con persona idónea
-a la que, por tanto se le adscribiría la responsabilidad-, por ser palmar que en tal
hipótesis no alcanza a darse una ruptura o desviación del nexo causal. Es con
exactitud, por tal motivo que sobre constructor y propietario pesa la solidaridad del
artículo 2344 del C. c.
En lo que respecta a la legitimación por pasiva se determinó en las sentencias
SC5438-2014, SC12236-2017 Y SC17723-2016:El evidente auge de la
construcción de inmuebles y la existencia de normas que regulan específicamente
su desarrollo así como las obligaciones y parámetros técnicos a seguir, y la
especialización de roles al interior de esa actividad que permite identificar sujetos
distintos del constructor, tales como promotores inmobiliarios, dueños de la obra,
vendedores, gerentes de proyecto, financiadores, arquitectos, ingenieros de suelos,
ingenieros calculistas, diseñadores de elementos estructurales y no estructurales,
e interventores o supervisores técnicos, entre otros, ha determinado que cuando
dichos bienes presenten deficiencias, sean diversas las opciones del adquirente
para reclamar su protección en relación con los varios intervinientes.

En lo que se refiere a la legitimación por activa ha expuesto la corte en sentencias


SC4750-2018, SC5474-2017 y SC12236-2017 que toda persona, natural o jurídica,
que haya sufrido un daño, material o moral, por una falla o defecto de construcción,
puede demandar pidiendo la reparación del perjuicio en conformidad con estos
preceptos.

Adicionalmente, en la sentencia SC17215-2014 y SC4750-2018 puede solicitar la


protección de los derechos colectivos reconocidos en los literales l) y m) del artículo
4º de la Ley 472 de 1998, correspondientes a los de «seguridad y prevención de
desastres previsibles técnicamente», y la obligación de realizar «las construcciones,
edificaciones y desarrollos urbanos respetando las disposiciones jurídicas, de
manera ordenada, y dando prevalencia al beneficio de la calidad de vida de los
habitantes», procurando la adopción de las medidas pertinentes.
2. VICIOS DE LA CONSTRUCCIÓN Y DETERMINACIÓN DE
RESPONSABILIDAD CIVIL CONTRACTUAL O EXTRACONTRACTUAL

Señalado el carácter de actividad peligrosa de la construcción, proseguimos a


desarrollar la responsabilidad en los tipos de vicios de la construcción (En el suelo,
construcción propiamente dicho y materiales). En la sentencia SC14426-2016,
SC512-2018 y en el expediente 11001-3103-003-2001-01402-01, la corte señaló
que constituyen vicios: la poca compactación del suelo (Vg.r. construcción sobre
relleno); la deficiente cimentación, la insuficiencia de refuerzos estructurales, la
utilización de materiales de inferior calidad y resistencia a los mencionados en los
planos que sirven de base para aprobar la obra y la inobservancia de normas
antisísmicas, el hecho de no haberse efectuado el debido control de asentamientos,
el control de juntas de construcción y el control de arrastre.
Ubicada la actividad de la construcción como una de aquellas que surgen por el
contrato para la confección de una obra material en los términos del artículo 2053
del C. Civil, y más concretamente en el artículo 2060 de esa obra, puede dar lugar
a dos tipos de responsabilidad: una contractual, del empresario o constructor frente
a quien demanda sus servicios, según lo previenen normas generales, como los
artículos 2056 a 2059 del mismo estatuto, o especiales, como el citado 2060. Y una
extracontractual, cuando el responsable de la construcción, por un defecto en la
misma, o durante la ejecución de las obras, o por su demolición, causa daños a un
tercero (Nº 1300131030011999-00157-01 de 6 de Agosto de 2007). En el primero
de estos supuestos, la responsabilidad sería común, esto es, regida por el artículo
2341 del CC; en los otros dos, se ha catalogado como una actividad peligrosa, esto
es, de aquellas a las que alude el artículo 2356 ibídem, que contiene un listado
meramente enunciativo, y que comporta una presunción de culpa. Así lo ha
sostenido la jurisprudencia nacional ordinaria y constitucional, aunque esta última
está en sede de tutela, que sirve como criterio auxiliar. (Rad. 66001-31-03-001-
2011-00291-01, STC17799-2016 Y SC18156-2016).

ANÁLISIS JURISPRUDENCIAL INTERNACIONAL

En las sentencias STS 190/2008 y STS 530/2011 proferidas por el tribunal primero
de la Villa de Madrid, España se expone: “Los arts. 17 y 18 LOE contienen un
régimen de responsabilidad aplicable sólo al daño consistente en la necesidad de
reparar materialmente la edificación (los «daños materiales causados en el edificio»)
como consecuencia de ciertos vicios y defectos constructivos, y donde el único
legitimado activo es el propietario de la edificación o de parte de la misma. Se trata
de una responsabilidad legal que no es de suyo ni contractual ni extracontractual:
será contractual si entre el propietario perjudicado y el agente responsable media
una relación contractual y extracontractual si no es así. En cualquier caso, en los
daños incluidos en el art. 17, la calificación es irrelevante porque su resarcimiento
está sujeto al mismo régimen de responsabilidad (contenido en los arts. 17 y 18
LOE) cualquiera que sea la naturaleza (contractual o extracontractual) que se
predique de la misma”
Pero la naturaleza de la relación existente entre el propietario y el agente
responsable de los vicios y defectos constructivos sí tiene trascendencia para todo
aquello que no está regulado en la LOE, pues si existe contrato todo ello queda
remitido al régimen contractual, como, además, dispone la propia LOE en los núms.
1 y 9 del art. 17. En primer lugar, si hay contrato se rige por éste el resarcimiento de
las otras consecuencias económicas negativas en el patrimonio del perjudicado que
haya podido causar el vicio o defecto constructivo (por ej., el lucro cesante, el daño
a otros bienes distintos del edificio, los costes de desplazamiento o cambio de
domicilio, el daño moral por las molestias soportadas, el coste del alquiler sustitutivo
mientras duran las obras de reparación, el mayor coste de la vivienda que se debe
adquirir como consecuencia de los defectos constructivos de la primera, etc.). En
segundo lugar, si existe contrato, queda remitido al régimen contractual el
resarcimiento de los costes materiales de reparación por vicios y defectos
constructivos que no estén incluidos en el art. 17 LOE (por ej., defectos
constructivos no incluidos en el art. 17.1 o que resulten de obras de edificación no
comprendidas en el art. 2.2 LOE). Por último, es también el contrato el que, en su
caso, determinará la existencia de otras legitimaciones y pretensiones no cubiertas
por el art. 17 LOE (por ej., del comitente frente al contratista, de éste frente al
subcontratista, del comitente frente a los técnicos, etc.)

La responsabilidad por defectos en la construcción se establece de acuerdo con los


intereses en la construcción de una edificación son muy diversos, por ello también
el régimen de responsabilidad en la construcción es distinta, según el régimen de
participación de los operadores en la misma. Esta viene acompañada de un sistema
de seguros obligatorios de daños materiales o seguros de caución para garantizar
el resarcimiento de los daños materiales causados en el edificio.

En Francia, la Corte de Casación por sentencia de 12 de marzo de 1997 (Reccueil


Dalloz 18, jurisp. 234) ha juzgado que aquel que construye o hace construir una
vivienda, por cuenta personal, y que sólo posteriormente decide vender la obra,
debe ser considerado como responsable en calidad de constructor, de acuerdo con
el art. 1792-1 C.C. francés. Esta discusión ha planteado ciertas dificultades que
destaca STORCK, JEAN PATRICE, en su comentario a la sentencia (pp. 235-236),
quien niega que pueda ser “constructor” para estos efectos el que edifica o hace
edificar un inmueble para su uso personal, que lo ha utilizado con ese fin y que luego
lo vende: “Nos parece que tal vendedor no adquiere la calidad de constructor en la
medida en que el inmueble vendido no es nuevo. Pues la garantía decenal es
atribuida, de manera fundamental, a las obras nuevas”.

En la Causa nº 7260/2012 (Casación). Resolución nº 74198 de Corte Suprema,


Sala Primera (Civil) de 8 de octubre de 2013 de Chile se determina que Los
propietarios de una vivienda o construcción, pueden sufrir daños y perjuicios,
provenientes de fallas o defectos en la construcción. En tal hipótesis el DFL 458
protege a dichos propietarios, a quienes se les franquea la posibilidad de cobrar la
correspondiente indemnización de perjuicios, ante los Tribunales Ordinarios de
Justicia.8 Cabe además tener presente en este punto, que la Ley General de
Urbanismo y Construcciones, en su artículo 7º, fija supremacía sobre cualquiera
otra norma, en las materias tratadas por ella misma, esto es, en lo relacionado con
el urbanismo y la construcción, y por ende en lo concerniente a las
responsabilidades que esta ley establece. Es así, que en virtud de lo prevenido en
el artículo 18 inciso 1º del DFL 458, el propietario primer vendedor de una
construcción, será responsable por todos los daños y perjuicios que provengan de
fallas o defectos en ella, sea durante su ejecución o después de terminada ésta, sin
perjuicio de su derecho a repetir en contra de quienes sean responsables de las
fallas o defectos de construcción que hayan dado origen a los daños y perjuicios.
Este propietario primer vendedor es el principal responsable de la obra, ya que
responde de todos los daños. Además, es el primer obligado para responder de los
daños y perjuicios que acarree la obra.

Del análisis jurisprudencial realizado podemos concluir que la construcción es una


actividad peligrosa (Imputación objetiva, presunción de culpa), cuya imputación
recae sobre la persona que en el momento en que se verifica el hecho dañino tiene
la condición de guardián, vale decir, quien detenta un poder de mando sobre la
cosa o, en otros términos, el que tiene la dirección, manejo y control sobre la
actividad, sea o no su dueño.
Los vicios de la construcción pueden estar determinados por el suelo, materiales o
bien en las proyecciones o diseños de esta. Internacionalmente podemos afirmar
que la jurisprudencia va encaminada en un sentido similar al nuestro, la legitimación,
tanto por activa y pasiva, se encuentra dada por factores similares a los nuestros.
Sin embargo se observó un modelo español que puede ser seguido por el
ordenamiento jurídico colombiano, este es la aprobación de la Ley de Ordenación
de la Edificación (en adelante LOE), de 5 de noviembre de 1999 (BOE de 6 de
noviembre) ha venido a establecer el régimen de la responsabilidad civil de los
agentes que intervienen en el proceso de la edificación por vicios o defectos de
construcción, que es acompañada de un sistema de seguros obligatorios de daños
materiales o seguros de caución para garantizar el resarcimiento de los daños
materiales causados en el edificio.
Sentencias recopiladas:

Nacionales
Internacionales
1. 1100131030061997-09327-01 de 13 de Mayo de 2008
2. Nº 157 de 27 de Abril de 1990
3. SC016-2018
4. Sentencia 38430 de noviembre 20 de 2013)
5. SC5438-2014 Francia:
6. SC512-2018
7. Expediente No.54508 27. Sentencia de 12 de marzo de
8. SC4750-2018
9. SC5474-2017
1997 (Reccueil Dalloz 18, jurisp.
10. SC12236-2017 234)
11. 11001-3103-003-2001-01402-01 de 08 de agosto del 2013
12. SC17215-2014 España:
13. SC18146-2016
14. SC20448-2017
15. Rad. 66001-31-03-001-2011-00291-01 28. STS 190/2008
16. STC17799-2016 29. STS 530/2011
17. SC5438-2014
18. Sentencia del 22 de febrero de 1995, de la Corte Suprema de
Justicia expediente 4345
Chile:
19. SC12236-2017
20. SC14426-2016 30. Causa nº 7260/2012 (Casación)
21. SC17723-2016
22. SC18156-2016
23. Nº 1300131030011999-00157-01 de 6 de Agosto de 2007
24. SC11786-2016
25. STC12845-2017
26. Expediente C-0800131030061993-08770-01

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