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FEDERACION DE IGLESIAS EMMAUS

INSTITUTO BIBLICO EMMAUS I.T.E.M.


MATERIA: ESCUELA DOMINICAL

La sujeción de la mujer
Efesios 5; colosenses 3; 1ª de Pedro 3
Luis Lovera
20/03/2019

Conocer lo que dice la Palabra de Dios sobre la mujer y su lugar en el matrimonio.


LA SUJECION DE LA MUJER

Para entender lo que Dios quiere enseñar al hablar de la sujeción de la


mujer, es importante comprender el papel de esta en la creación, ¿porque si Dios
creó al hombre perfecto decidió hacerle ayuda idónea? Ayuda: indica que
Adán no era capaz de alcanzar por si solo todo lo que estaba llamado a ser y a
hacer. Idónea: denota complementariedad, la ayuda es necesaria para el trabajo
diario; la procreación y el apoyo y compañía mutua. ¿Qué es la sujeción? ¿Está
ligada la sujeción a algún tipo de machismo? ¿Es el hombre superior a la mujer?
¿Cuál es el orden de Dios en el principio de autoridad?
Vamos con algunos conceptos que nos van a
ayudar a comprender la sujeción de la mujer en la Biblia: según el diccionario de la
Real Academia Española, “Someterse” significa subordinar el juicio, decisión o
afectos propios a los de otra persona. En el idioma griego la palabra “Someteos”
viene de “Hupotasso” palabra compuesta “hupo” (debajo) y “tasso” (ordenar o
arreglar de una manera ordenada) y denota: 1) poner en sujeción (rom. 8:20) y 2)
someterse uno, obedecer o estar sujeto (luc. 2:51). Tomando en cuenta el
concepto número 2 y el concepto de la D.R.A.E. la sujeción, el obedecer o
someterse de la mujer (en este caso) es un acto voluntario y nos enseña que la
mujer debe aceptar por amor a Jesucristo el rol que le corresponde en el plan de
Dios.
La autoridad que Dios ha delegado en el hombre no es con el fin de que
este abuse de la mujer solo para que ella “se sujete” a lo que su marido quiere o le
dice en el matrimonio, sino con el fin de que exista un orden y la ayuda mutua en
la organización más antigua que existe. El hombre es la corona de la creación y la
mujer proviene del hombre de alii el orden en la sujeción que Dios a dispuesto en
el matrimonio dando así más responsabilidad al hombre ante su Creador sin
embargo ante los ojos del Señor todos somos iguales en Cristo.

Toda autoridad viene de Dios (rom. 13:1) y su ejercicio en la tierra debe


someterse a las exigencias de la voluntad divina (sal 62:11; jn 19:10). Tanto la
autoridad del hombre sobre la naturaleza (Gn 1:28) como la del marido sobre la
mujer (Gn 3:16) o la de los padres sobre los hijos (Lv 19:3) proceden del juez que
demanda justicia de todos. Es decir Dios delega autoridad y dominio al hombre
sobre su mujer.
Efesios 5:22-24:

El apóstol Pablo usa la relación que el creyente tiene con Jesucristo como
parámetro en la relación de parejas en el matrimonio y en la misma medida que
obedecemos a Cristo nos sometemos en la voluntad divina al rol que nos
corresponde en el matrimonio y por eso le dice a la mujer en el versículo 22; que
así como ella se sujeta al Señor, también ella debe sujetarse o someterse a su
marido en todo; de la misma manera que la iglesia se sujeta a Cristo quien es la
cabeza de la iglesia y así su marido es la cabeza de ella en el matrimonio (V-23).
El versículo 24 que indica que las casadas deben estar sujetas a su marido en
todo, debe entenderse a la luz del contexto, porque el apóstol está dando por
sentado que se está dirigiendo a creyentes, donde el marido también asume su rol
en la sujeción (V-21), “someteos” es tomar el lugar divinamente dispuesto en una
relación dada. Por lo tanto el hombre también debe asumir su lugar en obediencia
a Cristo y “amar a su esposa así como Cristo amó a su iglesia”.

Colosenses 3:1

“Casadas estas sujetas a vuestros maridos en todo”, pero el apóstol Pablo agrega
la frase: como conviene en el Señor; pueden ser muchos los beneficios de la
obediencia a Dios y en el hogar esta sujeción puede tener como resultado la
demostración de amor del esposo (V-19); la sujeción de los hijos (V-20); y el
cambio en el trato de los padres hacia los hijos (V-21) y es en este mismo orden
que lo presenta Pablo en su carta a los efesios en el capítulo 5. El versículo 23 da
la mejor razón para la sujeción: “y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como
para el Señor y no para los hombres” el corazón agradecido por todo lo que Cristo
ha hecho por nosotros es la causa y razón de la obediencia y sujeción, es por
amor a Él que nos sujetamos y obedecemos a su palabra, para el creyente no
debe ser una carga servir a Cristo y de Dios recibiremos la recompensa por este
servicio (V-24).
1ª de Pedro 1:1-6

Ahora el apóstol Pedro presenta la sujeción de la mujer desde una situación


muy diferente a la que presenta Pablo ; Pedro está enseñando que la sujeción no
es solo si el esposo es creyente también, ahora dicha sujeción tiene como
finalidad que el marido inconverso sea ganado para Cristo sin palabras, sin
predicación (V-1); sino que bajo su nueva naturaleza espiritual sea su conducta
casta y respetuosa (V-2) la que llame la atención de su marido.
“Cuando un hombre se convertía, por lo general traía a toda su familia a la
iglesia (véase, por ejemplo, la historia del carcelero de Filipo, (Hch 16:29-33). Por
contraste, una mujer que llegaba a ser cristiana, por lo regular iba sola a la iglesia.
Bajo la ley romana, el esposo y padre tenía autoridad absoluta sobre todos sus
familiares, incluso su esposa. Si el marido no estaba de acuerdo con las nuevas
creencias de su esposa, ella podía poner en peligro su matrimonio al exigir sus
derechos como una mujer libre en Cristo. Pedro tranquilizó a las mujeres cristianas
casadas con incrédulos indicándoles que no tenían que predicarles a sus esposos.
Bajo las circunstancias, su mejor manera de llegar a ellos sería mediante un
servicio amoroso: ellas debían mostrarles al esposo el amor abnegado que Cristo
le mostró a la Iglesia. Al ser esposas ejemplares, lograrían agradar a sus esposos.
Por lo menos, los hombres dejarían que sus esposas continuaran practicando su
religión "extraña". En el mejor de los casos, sus esposos se unirían a ellas y
llegarían a ser cristianos también”. (Biblia Plenitud)

Pedro también les instruye a que enfaticen su belleza interior la que solo puede
mejorar a través del deseo de agradar primeramente a Dios (V-4) la versión de la
Biblia NVI dice así: “Que su belleza sea más bien la incorruptible, la que procede
de lo íntimo del corazón y consiste en un espíritu suave y apacible. Esta sí que
tiene mucho valor delante de Dios.” La belleza interior supera la belleza exterior
sin embargo aquí no se está enseñando que la mujer deba descuidar su
apariencia física (V-3).
Esto nos enseña de manera general la importancia del testimonio del creyente
ante el mundo ya que esta misma regla para la mujer ante Dios y su marido se
puede aplicar a la vida de todo cristiano ante Dios y el mundo. En los versículos 6
y 7 se dan ejemplos bíblicos de mujeres que se sujetaban a sus maridos pero
primeramente a Dios. El apóstol Pedro, no deja por fuera la responsabilidad del
hombre como tampoco lo hizo Pablo en sus escritos en la relación conyugal;
demandando de los maridos: vivir con ella sabiamente, dando honor reconociendo
en ellas un vaso más frágil (el hombre también es frágil), coherederas de la gracia
de Dios para la vida (haciéndolas iguales a nosotros en Cristo; Gal 3:28)
asegurando que nuestras oraciones serán oídas por Dios (V-7).

Conclusiones:

La sujeción de la mujer en el matrimonio está ligada a su relación con Cristo


y con su palabra, la mujer que ha nacido de nuevo tiene el deseo de agradar a su
Señor y al conocer el lugar que divinamente le ha sido asignado en el matrimonio
se somete voluntariamente en amor al señorío de su marido, quien es la cabeza
de ella así como Cristo es la cabeza de su iglesia y esto es un acto de fe. Tanto
Pedro como Pablo enseñan los beneficios de esta sumisión; beneficios en la
relación cuando ambos son creyentes y en el hogar en general y beneficios aun
cuando el marido no sea creyente ya que puede traer la conversión del mismo a
Cristo, y del mensaje que se le envía al mundo a través del buen testimonio;
debemos desechar esa falsa creencia de que la mujer debe someterse como si
ella fuera inferior al hombre; ella vino a ser de ayuda al hombre y cumple un rol
importante y diferente al hombre en el hogar. Así mismo la sujeción de la mujer es
fruto de un cambio interno “en el corazón, en el ornato de un espíritu afable y
apacible” que solo lo puede producir la nueva vida en Cristo y que supera la
apariencia física por muy costosa y hermosa que esta sea. La sujeción y
sometimiento es mutuo como lo indica la Palabra cada uno tanto el hombre como
la mujer demuestran su fe al someterse al rol que Dios le ha dado en el
matrimonio.
Coro:

Letra En el hogar

En el hogar,

En el hogar,

En el hogar,

Tú necesitas a Jesús

Y verás que bien se vive,

Y verás que bien se vive

Con Jesús en el hogar.

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