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ESCUELA DE LA MAGISTRATURA

MONOGRAFÍA 2º CUATRIMESTRE
9no CICLO 2008
“PROGRAMA FORMACIÓN INICIAL”

Materia: DERECHO CONSTITUCIONAL.-

Profesor: Dr. Omar Carranza y Dra. Bibiana Acuña.-

Alumnos: Dra. Ecónomo de Dib Ashur, Olga Ruth y Dr. Colque,


Carlos.-

Tema: “DERECHO AMBIENTAL”.-

Fecha de Entrega: 19/11/2008.-


Indice

CAPITULO I
DERECHO PROCESAL AMBIENTAL

1.- Nuevas Pautas de la Corte de Justicia de la Nación………....1


a).- Introducción……………………………………………........1
b).- La Pretensión……………………………………………...…1
2.- Las Pautas Procesales del Fallo de la Corte Nacional……….3
a).- Deslinde de Pretensiones hechas por los actores..…………...3
b).- Deslinde de pretensiones hechas por la Corte……………….7
3.- Medidas Cautelares…………………………………………..9
a).- La teoría Cautelar y las Peticiones…………………………...9
b).- La suerte de las Medidas Cautelares solicitadas……………14
4.- Flexibilización de Reglas Procesales………………………17
a).- Acumulación de las Pretensiones………………………….17
b).- Celeridad, Eficacia Procesal y el trabajo de la CSJN………18
c).- Poderes Ordenatorios e Instructorios de la CSJN………….19
d).- Principio Escriturario, Medios Informáticos y Celeridad….19

CAPITULO II

LA COMPETENCIA ORIGINARIA DE LA CORTE EN


MATERIA AMBIENTAL, DE INCIDENCIA COLECTIVA Y EN
CASOS DE DAÑOS INDIVIDUALES A TRAVÉS DEL
AMBIENTE

1.- La Competencia Originaria CSJN…………….....................20


a).- Deslinde de los sistemas Competenciales…………………..20
b).- Evolución de la Doctrina de la CSJN………………………24
2.- Daño Moral Colectivo para los casos de daños al ambiente
irreversible………………………………………………………26
3.- Facultades Ordenatorias del art. 32, LGA;
y su Operatividad……………………………………………….27
4.- Vías Procesales en Materia Ambiental…………………….28
a).- El Daño Ambiental………………………………………...28
b).- Acciones…………………………………………………...28
c).- Vías Procesales Reguladas………………………………..29
d).- Proceso Sumarísimo………………………………………30
e).- Amparo……………………………………………………30
5.- Reconocimiento constitucional
del Derecho al ambiente………………………………………...31
6.- Amparo__Sumarísimo__Vías concurrentes………………32
a).- Beneficios procesales de la acción de Amparo……………..33
b).-¿Cuál será la vía procesal aplicable ante el daño
ambiental?....................................................................................34
7.- Legitimación en acciones medioambientales__síntesis de la
normativa y la jurisprudencia de la Pcia. de Salta……………...35
8.- Reflexión final……………………………………………..43
9.- Anexo Jurisprudencial………………………………………45
10.- Bibliografía………………………………………………..46
11.- Página final. Notas y consideraciones de los docentes…….47
CAPITULO I
DERECHO PROCESAL AMBIENTAL

NUEVAS PAUTAS DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA NACIÓN


(CASO MENDOZA-CUENCA HÍDRICA MATANZA-RIACHUELO)

a).- INTRODUCCIÓN
El análisis del presente tema no tiene por finalidad incursionar en el conflicto
mencionado, sino simplemente señalar el particular contexto en el que los operadores
jurídicos reciben el fallo de la Corte Suprema de Justicia que aquí se anota.
La sentencia de la causa Mendoza del 20/06/2006 aparece en este especial
marco y por eso los términos en ella vertidos resuenan con un especial pronunciamiento.
El máximo tribunal federal tuvo una nueva ocasión de expedirse en una
compleja causa ambiental donde se ubican como actores un grupo de vecinos de la Ciudad
Autónoma de Bs. As. Y de la provincia de Bs. As. Que demandan a esos dos entes
gubernativos junto al Estado Nacional y a varias empresas que desarrollan su actividad
industrial en las adyacencias de la Cuenca Hídrica Matanza-Riachuelo por la
responsabilidad que a todos ellos atribuyen respecto de la contaminación ambiental de los
cursos de aguas.
La cuestión constituye uno de los casos paradigmáticos de contaminación
ambiental del país. Riachuelo y los cursos hídricos aledaños evidencia un grave estado de
degradación que no se debe a una causa sino que es consecuencias de prácticas endémicas
y de antigua data, por lo cual la situación es alarmante, compleja y onerosa. De poco o casi
nada sirven las medidas aisladas que pueden llevar a cabo los organismos de contralor
público respecto de la actividad de las empresas que se encuentran establecidos en el sector
aludido.

b).- LA PRETENSIÓN

La Corte Nacional y el tribunal ha dado una primer respuesta a tal gravísima


situación.

1
Néstor Cafferatta, a dos días del pronunciamiento, dijo: “La sentencia recaída
en sede originaria, in re Mendoza Beatriz Silvia y otros Vs. Estado Nacional y otros
s/daños y perjuicios, dictada por la Corte Suprema de Justicia de la Nación, merece
nuestra más entusiasta aprobación, no solo por la calidad, profundidad de reflexión, y
valor contenido en la decisión adoptada, sino también en atención a la relevancia que
reviste, por la jerarquía institucional del máximo órgano judicial de la Argentina, que se
inscribe dentro de una problemática compleja, difícil y de sensible interés social: La
Cuestión Ambiental. Constituye un fallo de carácter docente y ejemplar en la materia. Y
deja numerosas enseñanzas doctrinarias d una rama en formación, sentando las bases
estructurales de la correcta hermenéutica en la especialidad.” 1
Vamos a enfocarnos en las cuestiones procesales que aparecen en la resolución
dictada y que siguen perfilando la estructura del proceso ambiental en nuestro país.
En el año 1994 la Argentina constitucionaliza el derecho de todos sus habitantes
al ambiente sano y se incluyen, con el mismo rango vías procesales para la protección de
los derechos colectivos. Concretamente se alude al amparo ambiental como vía rápida para
conseguir que se detenga la degradación al entorno derivada de acciones u omisiones que
violen la norma constitucional.
Sin embargo, no se trata aquí de una pretensión de amparo, sino de indemnización
de daños y perjuicios, así como de recomposición del ambiente. Es una cuestión muy
interesante la consideración de los factores de atribución de responsabilidad sobre la base
de los que construyen los reclamos indemnizatorios. 2
Vale recordar que la norma que ha servido de base al reclamo de los actores es la
Ley 25.675-Ley General del Ambiente, que data del año 2002. 3
En este marco procesal, se requiere como medida cautelar innovativa y/o
autosatisfactiva la creación de un Fondo de Asistencia y Remediación Ambiental o Fondo
de Compensación Ambiental, de carácter autónomo y de subrogación, mediante la
afectación directa de los recursos del Estado Nacional, de la Pcia. de Bs.As. y de la Ciudad

1
CAFERATTA, NÉSTOR., “Un fallo ejemplar que constituye un punto de inflexión en el proceso de
consolidación positiva del Derecho Ambiental”, Revista de Derecho Ambiental del 22/6/2006.-
2
Entre las imputaciones que se dirigen contra los entes públicos está la de no haber cumplido con las
disposiciones ambientales vigentes, dado que desviaron fondos específicos – un préstamo otorgado por el
Banco Interamericano de Desarrollo, a través del dec. 145/1998, para el Programa de Gestión Ambiental y de
Manejo de la Cuenca Hídrica Matanza-Riachuelo- hacia objetivos ajenos a la solución de la problemática
ambiental denunciada y por no ejercer sus facultades de control e implementar políticas preventivas idóneas
al respecto”( del dictamen del procurador general).-
3
CAFERATTA, Néstor A., “Ley 25.675 General del Ambiente. Comentada, interpretada y concordada”.DJ
2002-3-1133, Boletín del 26/12/2002.-
Autónoma de Bs. As., en su calidad de coautores solidariamente responsables, de
conformidad con el ar. 34 de la Ley 25.675- General del Ambiente.
También se solicita anotación de litis en los Registros de la Inspección General de
Justicia y en el Registro Público de Comercio de las respectivas jurisdicciones y en el libro
de Accionistas de cada una de las empresas codemandadas, de manera de asegurar la
percepción de las indemnizaciones en caso d resultar responsables, las acciones de regreso
por parte del Fondo, el pago de las tasa de Evaluación y Fiscalización y las multas que
pudieren corresponder.
Por otro lado también se demanda a la dependencia competente del Poder Ejecutivo
Nacional “la reanudación y continuación hasta su finalización del Plan de gestión y que se
establezcan los plazos perentorios para que este, a través de del Ministerio de Salud, y
otros organismos de salud de las distintas jurisdicciones involucradas, proyecte la
realización de un relevamiento actualizado de impactos de tóxicos ambientales sobre la
población de la cuenca, con el objeto de detectar las enfermedades y/o patologías que
guarden una relación directa con la contaminación de la cuenca y que se disponga su
atención médica inmediata.”

2.- LAS PAUTAS PROCESALES DEL FALLO DE LA CORTE NACIONAL

DESLINDE DE PRETENSIONES

Al ser una cuestión compleja, las peticiones de los actores que se reúnen para
demandar conjuntamente reconocen diferentes causas y poseen distintos objetos. Ante ello
fue necesario clasificar y finalmente deslindar las pretensiones planteadas, tanto para una
mejor exposición ante la justicia como para dar una mejor respuesta a la problemática.
La reseña que hace la Corte consiste en un doble deslinde de pretensiones: el que
realizaron los actores en la demanda y el que efectuó el tribunal a los fines de organizar y
concretar la tarea decisoria.
a).- DESLINDE DE PRETENSIONES HECHAS POR LOS ACTORES
Creemos de interés el análisis de estas pretensiones para observar la forma en que
se plantea la estrategia petitoria en un caso de alta complejidad como el que nos
convoca.
La Corte expresa “ que a fs. 14/108 se presentan diecisiete personas que se
individualizan en el punto 1 de ese escrito, ejerciendo derechos propios, y algunos
de ellos también en representación de sus hijos menores, e inician demanda contra
el Estado Nacional, la Pcia. de Bs. As.,la Ciudad Autónoma de Bs. As. Y las
cuarenta y cuatro empresas que allí se indican, por los daños y perjuicios que,
según sostienen, se les han ocasionado, y acumulan a dicha acción la pretensión de
que se condene a lo9s demandados a fin de dar término y recomponer la situación
que denuncian”
Observamos por un lado, que los actores tienen pretensiones
indemnizatorias que encuentran su causa en los detrimentos padecidos en su
patrimonio por la contaminación ambiental. Por otro lado, se suman las
pretensiones individuales –“acumulan”- la pretensión colectiva de cese de la
polución y la recomposición ambiental. Aquí la causa esta dada por la lesión al
“patrimonio común” que integra el entorno vital y respecto del cual la Constitución
del 94 y normas dictadas en sintonía, como la Ley 25.675 en su art. 30- legitima al
“afectado”.
Respecto de los “daños individuales” y a los fines expositivos, los actores
formulan una subclasificación de pedidos para lo cual se dividieron en dos grupos:
el primero comprende “a las personas que habitan en el asentamiento al que
denominan Villa Inflamable, situada en Dock Sud, partido de Avellaneda, Pcia. de
Bs. As. ; y el segundo, “a los que individualizan como vecinos afectados que
poseerían en común la característica de desempeñarse en como profesionales, ya
sean médicos, psicólogos, odontólogos, enfermeros, en el Hospital Interzonal de
Agudos Pedro Fiorito de la Ciudad de Avellaneda, y que se domicilian, según se
denuncia en autos, en Wilde, Avellaneda, Villa Dominico y Capital Federal en el
Barrio de La Boca.
En la sentencia, no se llega apreciar con claridad si la pauta diferenciadora
es una cuestión simplemente geográfica – diferentes núcleos poblacionales que
padecen, cada una de ellos, similares consecuencias derivadas de la contaminación
ambiental del río- o por la condición de profesionales de la salud de unos actores
que no poseen los otros actores, sería aventurado decir por el diferente nivel
socioeconómico de un grupo respecto del otro.
Más allá del criterio de diferenciación éste deslinde de pretensiones en el
plano subjetivo( concretamente de los sujetos o de los litisconsortes activos) tuvo
por finalidad exponer más claramente el tipo de ítems y la entidad de los reclamos
resarcitorios por los daños ocasionados.
El objeto mediato de estas pretensiones (el bien de vida buscado por estas
personas) consiste en los resarcimientos que tiendan a reparar los daños provocados
por “incapacidades sobrevivientes que se alegan, los gastos por tratamiento
médicos, gastos por una nueva radicación en los supuestos que específicamente
indican, daño moral, daño psíquico, sufrido por madres y padres y sus hijos, el
daño futuro- comprensivo de los gastos que habrá que realizar, según sostienen,
para liberar a los niños de la contaminación que portan en sus organismos y la
pérdida del valor locativo de los inmuebles que habitan según los casos.”
La pretensión colectiva acumulada- buscando el cese, reparación o
recomposición del daño hecho al ambiente-, los actores vuelven a hacer una
diferenciación interna. El criterio separa ahora el daño reversible del irreversible.
El mandato constitucional al respecto es de recomponer el ambiente dañado.
Debe entenderse que sólo frente a la imposibilidad de ello corresponde a la
indemnización. Tal regla también se desprende del art. 28 de la Ley General del
Ambiente, cuando establece: “El que cause el daño ambiental será objetivamente
responsable de su restablecimiento al estado anterior a su producción. En caso de
que no sea técnicamente factible, la indemnización sustitutiva que determine la
justicia ordinaria interviniente, deberá depositarse en el Fondo de Compensación
Ambiental que se crea por la presente, el cual será administrado por la autoridad
de aplicación, sin perjuicio de otras acciones judiciales que pudieran
corresponder”.
Se observa que la prioridad es la vuelta de las cosas al estado originario,
anterior al accionar degradante.
En función de este principio, los actores requieren de la justicia que
establezca que situaciones de degradación ambiental pueden dar lugar a la
recomposición y cuales en cambio, ya no pueden técnicamente ser llevadas al
estado originario. Para el primer supuesto, peticionan una indemnización destinada
a crear un fondo común de recomposición , o patrimonio de afectación, para
solventar los gastos que irrogue los mecanismos de antrópicos de recomposición
del ecosistema, el que debería contribuir a sustentar los costos de las acciones de
restauración que lleven a minimizar el daño generado”, y velar en lo sucesivo por la
protección del medio ambiente afectado.
Para el supuesto de los daños irreversibles, solicitan una indemnización en
concepto de daño moral colectivo para reparar la minoración en el goce que la
comunidad obtenía del bien dañado , a través de una compensación que deberá
establecer el Tribunal dada la laguna legislativa existente al respecto, y que no
tendrá un beneficiario en particular sino la comunidad vecinal toda”.

Se solicita así una reparación por un rubro –daño moral colectivo 4 - que no
aparece expresamente mencionado en el art. 28 de la Ley General del Ambiente,
aunque podría ser implícitamente abarcado en el concepto de “indemnización
sustitutiva” si se la entiende como “integral”, hermenéutica que llenaría la laguna
legislativa que alude la parte actora en su escrito inicial.
Aparece como dato innovador la petición a la Corte de que ese Fondo, una
vez constituido, no sea administrado por autoridades estatales.
El art. 34 de la Ley 25.675, contempla la creación del “Fondo de
Compensación Ambiental que será administrado por la autoridad competente de
cada jurisdicción y estará destinado a garantizar la calidad ambiental, la
prevención y mitigación de efectos nocivos o peligrosos sobre el ambiente, la
atención de emergencias ambientales, así como la protección, preservación,
conservación o compensación de los sistemas ecológicos y el ambiente.. Las
autoridades podrán determinar que dicho fondo contribuya a sustentar los costos
de las acciones de restauración que puedan minimizar el daño generado. La
integración, composición, administración y destino de dicho fondo serán tratados
por ley especial”.
Por ley el manejo de estos fondos queda en manos del Estado. Los actores
entienden que ello debe ser dejado sin efecto por la Corte atento a que de prosperar
la demanda, se demostraría que fueron justamente los distintos estados
involucrados los que con su accionar omitieron proteger el bien colectivo y, por
ello, mal podría encargarse de administrar el dinero reunido para su preservación en
lo sucesivo.

4
Ver el trabajo de Galdós, Jorge M. “Derecho Ambiental y Daño Moral Colectivo: Algunas
Aproximaciones”,JA 1998-IV-982.
La misma preocupación había llevado a Caferatta a sugerir que en la
administración Pública de este fondo se garantizase con una amplia participación
comunitaria en el manejo de éste.

b).- DESLINDE DE PRETENSIONES HECHA POR LA CORTE


La Corte efectúa su propio deslinde que habrá de servirle para adoptar soluciones
en cada uno de los supuestos.
Así, la Corte separa dos grupos de peticiones 5 .
--- Por un lado, las que buscan la reparación de lesiones a bienes individuales (personales y
patrimoniales) “como consecuencia indirecta de la agresión al ambiente”.
--- Por otro lado, la pretensión que busca la defensa del bien de titularidad colectiva
configurado por el ambiente.
En el primer supuesto, los actores poseen legitimación clásica por afectación a
intereses que le son propios en exclusividad y que integran el derecho constitucional de
propiedad.
En el segundo, cualquiera de ellos actúa, según los términos del tribunal, como
“legitimado extraordinario ( CN, art. 41,43 y 30 de Ley 25.675) para la tutela del bien
colectivo, el que por naturaleza jurídica, es de uso común, indivisible, y esta tutelado de
una manera no disponible por las partes, ya que primero corresponde a la prevención,
luego a la recomposición y en ausencia de toda posibilidad, se dará lugar al resarcimiento
(art. 28 de la citada ley)”.
Esta distinción es trascendente desde el punto de vista procesal. La diferente
naturaleza de los bienes en juego (los individuales de cada actor y los colectivos, cuya
titularidad corresponde a la comunidad toda) habrá de determinar diferentes pautas al
momento de la protección cautelar, como veremos luego.
Esa misma diferencia constituirá un obstáculo para que la Corte admita toda la
causa como propio de su jurisdicción originaria prevista en el art. 117 CN. El deslinde de
reclamos servirá para que el tribunal no acepte que la acumulación de pretensiones
planteadas tramite ante sus estrados en forma originaria por entender que sólo corresponde
a esta jurisdicción especial y limitada al pedido- sobre la base del texto del art. 41 CN,
reformada en 1994 – se vincula con la recomposición ambiental.

5
Sobre la base de los diferentes bienes en juego de las pretensiones procesales. Esta distinción de bienes es
uno de los aspectos que destaca especialmente Caferatta en su nota al fallo(Caferatta, Nestor A., “Un fallo
ejemplar…”.cit.)
Por cuanto el art. 7º de la ley 25.675, fija competencia federal , cuando se trata de
la degradación o contaminación de recursos ambientales interjurisdiccionales, hipótesis
que se verifica en la medida que, por un lado, están involucradas más de una jurisdicción
estatal, y por otro lado, dos de las pretensiones promovidas tienen en mira ese presupuesto
atributivo de competencia ( degradación o contaminación de recursos ambientales) al
proseguir la recomposición y el resarcimiento del daño de incidencia colectiva, que es el
único reglado y alcanzado por el art. 27 de la citada ley.
Ello en cuanto a la competencia federal. En lo que hace a la competencia
originaria de la Corte en este supuesto, se aplica la doctrina que reza: “En las condiciones
expresadas, el carácter federal de la materia y la necesidad de conciliar el privilegio al
fuero federal que corresponde al Estado Nacional, con la condición de aforada a esta
jurisdicción originaria de parte del Estado provincial, la única solución que satisface esas
prerrogativas jurisdiccionales es declarar la competencia originaria del tribunal que
prevé el art. 117 CN, con respecto a las pretensiones contenidas en el punto 7 del escrito
de demanda”.
En lo que hace a las pretensiones referidas a los daños individuales, se entiende-
por un lado- que no existe un supuesto fáctico que corresponda a la competencia federal
por razón de la materia -y por el otro- a partir del cambio de jurisprudencia operado con el
caso “Barreto”(sentencia del 21/03/2006) y posteriores donde se redefinió el perfil de
causa civil (a los efectos de determinar la competencia originaria de este tribunal por razón
de la distinta vecindad o de extranjería) limitándolo a aquellos litigios regidos por normas
y principios de derecho privado, tanto en lo que concierne a la relación jurídica de cada
uno de los presupuestos de la responsabilidad patrimonial ventilada y la determinación y
valuación del daño resarcible , estima que no se da en la demanda una hipótesis de la
competencia originaria del máximo tribunal federal. Remitimos al lector a los desarrollos
vertidos por la corte en los considerandos 9º a 13º del fallo que anotamos, así como a los
conceptos manifestados en su voto por el Juez Fayt y también al abordaje doctrinario que
del tema realiza el profesor Alberto B. Bianchi en su trabajo doctrinario. 6
La Corte en síntesis entiende que no hay aquí una “causa civil” y agrega, que por la
acumulación subjetiva que contiene la demanda, ya que de haber sido emplazadas por los
demandantes en forma autónoma, a éstos ni a ninguna de aquellas le hubiese correspondido
ventilar este asunto ante la jurisdicción originaria que contempla el art. 117 CN, pues no se

6
“La corte Suprema reduce su competencia originaria”,JA 2006-II, fasc. Nº 4, 26/04/08.-
verifica ninguna de las seis situaciones que, con sustento en la doctrina, prevé aquella
disposición.
Explica que las reglas que atribuyen competencia originaria al tribunal deben
prevalecer sobre las reglas procesales que tienden a evitar las sentencias discordantes- y el
consiguiente escándalo jurídico- a partir de las figuras acumulativas mencionadas en
cuestión.-

3.-MEDIDAS CAUTELARES

a).-LA TEORIA CAUTELAR Y LAS PETICIONES


No es extraño al reclamo por daños ambientales la presencia de pretensiones
cautelares que con mayor o menor fuerza busquen que la justicia evite que el perjuicio siga
configurándose y, si hay reclamos individuales, se preserve el patrimonio de los presuntos
responsables de la degradación para que puedan ser ejecutables contra ellos las futuras
condenas.
Los actores, tal como indica la Corte, exhortan al tribunal a que active los mecanismos
necesarios para que el trámite no se dilate temporalmente conculcándose “la garantía de la
defensa en juicio y el debido proceso”. Se busca así una “tutela anticipada definitiva”
abreviando los plazos del proceso para llegar a una resolución de mérito en poco tiempo.
Consideramos que ello es ideal sin embargo choca con dos obstáculos.
• El primero dado por la complejidad de la materia ambiental, cuya judicialización
aún no se realiza fácilmente en nuestro medio. Las normativas infraconstitucionales
siguen sin receptar concretamente este tipo de procesos en toda su dimensión y los
operadores del sistema-letrados y jueces-navegan todavía en un mar de
incertidumbres dado que no existen nítidos lineamientos jurisprudenciales al
respecto.
Particular interés contiene la sentencia que aquí se trata donde la Corte Federal es la
que sienta las pautas de interpretación que habrán de ser esgrimidas por los letrados
que en el futuro intervengan en este tipo de procesos.
• El segundo obstáculo es también dado por la complejidad, donde se suman
pretensiones de alta complejidad probatoria. Las tareas acreditantes suelen ser
difíciles de concretar por sus dificultades técnicas y además por su alto costo. La
evaluación de los resultados suelen dar lugar a discusiones científicas de alto nivel
donde se requieren opiniones de establecimientos o estudiosos nacionales e
internacionales.
Estos dos obstáculos sumados al natural tiempo de reflexión que necesitan los jueces
para decidir planteos como el de esta demanda , son los que impiden que se brinde una
respuesta definitiva y rápida en las cuestiones ambientales. Por ello se hace necesario
acudir a la pretensión cautelar. Y los actores lo han hecho aquí y han solicitado:
---“Como medida cautelar “innovativa y/o autosatisfactiva” “La creación de un Fondo
Económico de Carácter Autónomo integrado por recursos de los tres entes
gubernativos demandados, en su calidad de coautores solidariamente responsables, de
conformidad con el art. 34 de la Ley 25.675-General del Ambiente.-
--- Anotación de litis en los registros respectivos relativos a las empresas demandadas
para asegurar el cobro de las indemnizaciones, acciones de regreso, pago de tasas y
multas, y
--- Realización de actividades concretas por parte del Estado Nacional, como es la
activación del Plan de Gestión sobre la zona, fijación de plazos perentorios para el
relevamiento de la situación sanitaria de la población afectada y su tratamiento
inmediato.-
En primer lugar, no podemos dejar de observar lo impropio del tratamiento de
una medida innovativa y una autosatisfactiva .Las medidas autosatisfactivas como
pedido cautelar, se realiza dentro de otro proceso, el principal, de conocimiento. Ello es
correcto, ya que no existe la posibilidad de que se realice un pedido cautelar
constitucionalmente válido sin la presencia de un litigio “madre” en cuyo ámbito se
protejan debidamente los derechos al debido proceso de todos los sujetos involucrados.
Alcanzaba, según opinión del Dr. Carlos Enrique Camps, con la petición de la medida
cautelar innovativa.
Luego observamos que se entremezclan pedidos cautelares relativos a las dos
categorías de pretensiones: relativa a los intereses patrimoniales individuales y la
vinculada a la protección colectiva del bien común ambiente.
Ello es frecuente en este tipo de procesos de naturaleza “mixta”. Desde la óptica
de los procesos individuales donde se encuentra en juego solamente intereses
patrimoniales- o reducibles a ellos-, la finalidad tradicional de las medidas cautelares
consiste en inmovilizar parte del patrimonio del deudor-demandado para que al
momento de la sentencia de condena existan bienes sobre los que cumplir de modo
forzado la condena que contenga la obligación de dar sumas de dinero. Podemos hablar
aquí de una clara finalidad conservatoria para que la solvencia del demandado no se
vea afectada durante el tiempo que dura el juicio y poder afrontar el cumplimiento de la
sentencia de condena.

Sin embargo, cuando la pretensión versa sobre un objeto determinado, no


fungible, aquellas medidas no resultan idóneas. Aquí no se busca simplemente la
solvencia del deudor sino lo deseado es que el bien que deberá entregarse no se
deteriore, se pierda, enajene, etc. Esta finalidad protectoria de las medidas cautelares se
torna mucho más evidente en los procesos individuales en materia que exceden lo
patrimonial. Así la finalidad “conservatoria” del embargo tradicional-entre otras
medidas- se le opone a la “protectoria”.
Esta diferencia se observa cuando el objeto perseguido por las medidas cautelares
que se requieren en las causas ambientales y también están receptadas en el texto del
Proyecto de Código Modelo de Procesos Colectivos. 7
En este trabajo doctrinario se contempla distintas pretensiones canalizables
mediante la “acción colectiva”. Por un lado, las que tienen por objeto la plena vigencia
del derecho de incidencia colectiva amenazado o violado, ya sea difuso o individual.
Por el otro, las que tienen por objeto la reparación de los daños causados como
derivación de aquella amenaza o violación mediante indemnización pecuniaria.
Consecuentemente la operatividad y finalidades de las medidas cautelares en uno
y otro proceso serán diferentes.
En el primero de los supuestos, esto es en el caso de los juicios que persiguen
dar plena vigencia al interés difuso o individual homogéneo conculcado, la materia
reviste carácter notoriamente extramatrimonial y evidencia por lo general una
particular urgencia. Lo esencial será dejar sin efecto la acción u omisión de algún
sujeto, público o privado que lesiona o amenaza un derecho colectivo.
Para evitar los perjuicios de la demora en el proveimiento definitivo, se utilizan
medidas cautelares, y aquí las más adecuadas son las denominadas cautelares
materiales, esto es, aquellas que adelantan total o parcialmente los efectos del hecho
del objeto pretendido. Es lo que contempla el Proyecto en su art. 5º cuando, bajo el
título “Tutela jurisdiccional anticipada”, reza: “…el juez podrá, a requerimiento de la

7
Ver “El Código Modelo de Procesos Colectivos para Iberoamérica y las vías para la defensa de los derechos
de incidencia comunitaria”, Revista de Derecho Ambiental, Nº 3-julio-septiembre 2005, Lexis Nexos,
pág.249.-
parte, anticipar, total o parcialmente, los efectos de la tutela pretendida en el pedido
inicial…”.
Esto se logrará a través e una clásica medida cautelar de no innovar o de su
contracara , la medida innovativa. O bien, para los que cuestionan la autonomía de estas
figuras, a través de una cautela genérica e innominada pero que contenga la orden de que
un determinado status fáctico o jurídico se conserve ( no innovador) o, siendo ya
perjudicial, se altere ( innovativa).
Como se ve, aquí se ordena al sujeto demandado que haga o deje de hacer algo
con el fin de que los efectos de hecho de esa conducta-por acción u omisión- importen dar
vigencia al derecho colectivo violado. Es probable que el comportamiento que se ordena de
modo cautelar sea luego confirmado en la sentencia de mérito. De allí que se sostenga que
se ha anticipado “total o parcialmente” la tutela pretendida en el escrito inicial.
Estas formas cautelares no tienen la finalidad conservatoria de la integridad de un
patrimonio sino otra de neto corte protectorio, desde el momento en que tienden de manera
urgente el resguardo del objeto de la pretensión cautelar, constituido por un bien tutelado
por los derechos de incidencia colectiva ( por ejemplo: un determinado ecosistema) o se
proteja a los litigantes que sufren algún tipo de consecuencias derivadas de la violación de
estos derechos (por ejemplo: habitantes que padecen diariamente los efectos de la
contaminación).
En estos dos casos, lo que se busca es que la sentencia final llegue a ser útil, eficaz.
Entonces vemos que la finalidad “protectoria” es la que prevé el punto I del párrafo 1º del
art. 5º, del ya citado proyecto.
Pero lo novedoso de este cuerpo normativo es que contempla medidas cautelares,
no sólo con objetivo protectorio sino también sancionatorio 8 . En el punto II del párrafo
recién citado se establece que también proceden las medidas de tutela anticipada cuando-
además de otros recaudos- “esté comprobado el abuso del derecho de defensa o el
manifiesto propósito dilatorio del demandado.
Para estos casos donde no se de el requisito del referido punto I, podrá operar esta
segunda forma cautelas que atiende más al periculum in mora a la conducta del
demandado.

8
La novedad es para nuestro derecho. La medida está contemplada en el art. 273 CPC brasileño, según
apunta De Souza Laspro, Oreste Néstor, “Debido proceso legal y la irreversibilidad de la anticipación de los
efectos de la tutela jurisdiccional”, en la tutela de los derechos difusos, colectivos e individuales homogéneos
,Instituto Iberoamericano de Derecho Procesal,Porrúa, México, p.195.
Muchos de estos procesos colectivos se desarrollan con partes muy desiguales en
cuanto a la capacidad económica, técnica, etc. Si se alega y demuestra sumariamente que el
demandado incurre en las conductas mentadas ( abuso del derecho de defensa o manifiesto
propósito dilatorio), aún cuando falte el recaudo del peligro en la demora, se podrá trabar
una cautelar (en el caso del ejemplo, la suspensión de las obras, o incluso, demolición de
parte de éstas) como forma de sancionar la inconducta procesal.
Aparece aquí entonces el caso particular de cautelares con finalidad sancionatotias.
Se trata de una medida tendiente a la “moralización” del derecho procesal colectivo que,
sin embargo, encontramos inadecuada por desnaturalizar en estos casos las vías de
protección cautelar, naturalmente conservatorias o protectorias.
Entendemos que el juez cuenta con otros recaudos para sancionar la actividad
abusiva del proceso o dilatoria (concretamente sus poderes disciplinarios legalmente
establecidos) y por ello, emplear la estructura cautelar con ese objeto genera el desgaste de
un instituto que debe conservarse robusto para que pueda cumplir con el objetivo
específico.
Con la adopción de estas cautelares-sanción, si bien no se daba la nota de
urgencia en la remoción del actuar u omitir lesivos, la sentencia que se dicte será mucho
más eficaz y de más rápido cumplimiento que otra que recaiga en un proceso donde el
demandado siguió hasta ese momento con sus intervenciones violatorias de derechos de
incidencia colectiva.
En el segundo caso (hipótesis del proceso que busca la reparación patrimonial
de los daños derivados de la violación de derechos de incidencia colectiva la situación es
diversa.Cabe señalar que en el marco del Proyecto citado, cuando se habla de reparación
patrimonial, la indemnización puede estar dirigida a compensar el daño causado a un bien
indivisiblemente considerado 9 (art. 8º del Proyecto) o al patrimonio individual de los
reclamantes (art. 20 yss del Proyecto).
En ambos supuestos, la sentencia que recaiga en este proceso colectivo
determinará la obligación de un sujeto de pagar una suma de dinero a otro u otros. De allí
que resulten operativas aquí –a nuestro entender- las medidas cautelares con finalidad
conservatorias trabadas respecto de los bienes del demandado. No operará, entonces, la
tutela jurisdiccional anticipada, ya que se emplearán típicas medidas cautelares

9
Se crea un fondo de los Derechos Difusos e Individuales Homogéneos administrado por un Consejo Gestor
Gubernamental con legitimación para intervenir en procesos colectivos(art. 8º del Proyecto citado), por lo
que entendemos que también está habilitado para solicitar medidas cautelares conservatorias.
instrumentales (embargos, inhibición general de bienes, etc.) que preserven la solvencia del
accionado con miras a un eventual juicio de ejecución de sentencia.
Entendemos que cuando el Proyecto en su art. 21.párr. 3º, señala que los
intervinientes (en el marco de una acción colectiva para la defensa de derechos
individuales homogéneos) no podrán discutir en el proceso colectivo de conocimiento sus
pretensiones individuales, ello no obsta a que puedan solicitar medidas cautelares con
finalidad conservatorias, ya que de ese modo pueden resguardar debidamente su derecho al
cobro futuro de la suma que el fallo les acuerde individualmente.
A partir de las reglas cautelares expuestas-en el texto del proyecto citado-
observamos que en esta demanda son medidas “conservatorias” del patrimonio de los
demandados a los fines de responder por eventuales condenas la anotación de litis en los
registros respectivos relativos a las empresas demandadas para asegurar el cobro de las
indemnizaciones.
Y, en cambio, buscan la protección del ambiente la creación del fondo económico
formado por recursos públicos, así como la medida innovativa solicitada por la que se
piden actividades concretas por parte del Ejecutivo Nacional tendientes a la mejora de la
calidad hídrica del Riachuelo, así como de la salud de la población.

b).- LA SUERTE DE LAS MEDIDAS CAUTELARES SOLICITADAS


Luego de analizar qué puede pedirse y que se ha pedido, veremos qué sostuvo
la Corte respecto de la procedencia de las medidas cautelares requeridas.
Si bien en el proceso ambiental aparecen medidas precautorias con diferentes
finalidades, los presupuestos para su dictado siguen siendo los clásicos:
verosimilitud del derecho y peligro en la demora, siendo la contracautela un
elemento instrumental cuya exigencia y entidad quedará condicionado a la
prudencia judicial en cada supuesto.
La parte actora busca fundar la existencia de estos recaudos argumentando que
resulta “una obviedad” decir que la urgencia en evitar la actividad contaminante del
medio ambiente y su incidencia directa sobre la salud de los actores y la población
en general confluyen en el caso para dar motivación y fundamento suficiente a la
medida innovativa y/o autosatisfactiva que se peticiona con base en esa alta
probabilidad del derecho y agregan que “al no haberse previsto en la actualidad
acciones vinculadas con el saneamiento de la cuenca, existe la elocuente
posibilidad de que si no se toman las medidas asegurativas que solicitan, se agrave
la situación de los actores y del medio ambiente, y se corra el riesgo de que quienes
en definitiva resulten individualizados como agentes contaminantes alteren su
patrimonio o soliciten su concurso.
La Corte no hará lugar a ninguna de las peticiones cautelares. En lo que hace a
las que directamente se vinculan con las pretensiones indemnizatorias de bienes
individuales de los actores, adopta esa decisión debido a que entiende que no es el
tribunal competente para su trámite.
En lo que respecta a las medidas que tienden a la protección provisoria del
ambiente y de la salud de la población involucrada, la condiciona a la obtención de
datos que considera esenciales para poder avanzar con el trámite judicial y que
reclama tanto a la parte actora como a todos los codemandados, previéndose
asimismo la realización de una audiencia con participación de los entes
gubernativos considerados responsables del estado de la cuenca hídrica de
referencia.
La Corte entiende que las partes deben aportar elementos para –recién
ahí- decidir dar o no curso a las pretensiones colectivas esgrimidas, tanto de
fondo como cautelares. No consideró los elementos básicos de verosimilitud del
derecho y peligro en la demora. Este análisis del criterio axiológico del Tribunal
debe realizarse en el particular contexto procesal planteado, donde la entidad de los
daños alegada y la altísima complejidad del plan de saneamiento ( aún en el terreno
de la cautelar) que eventualmente deberá ser diseñado exigen un particular
convencimiento preliminar de los magistrados respecto de la viabilidad de lo
buscado con esta presentación.
La Corte en un caso anterior dio una respuesta muy diferente, nos referimos al
caso “Asociación de Superficiarios de la Patagonia” 10 . En el marco de un proceso
principal, la actora solicita una medida de no innovar a fin de que se requiera a las
demandadas la inmediata cesación de los dañosos efectos al medio ambiente
generados por su actividad hidrocarburífera y, en forma supletoria, se les ordene-
según lo dispuesto por el art. 22 de la ley 25.675- que contraten un seguro de
cobertura para garantizar el financiamiento de la recomposición del daño ambienta,
o integren un fondo de reparación.

10
Sentencia del 13/07/2004.
La mayoría del Tribunal, compuesta por los jueces Petracci, Belluscio,Fayt,
Boggiano y Highton de Nolasco, resolvió:
• Que la medida cautelar no puede ser favorablemente proveída. En efecto, la
generalidad de los términos en que está formulada exigiría que en este estado del
proceso el Tribunal determinase qué daños se habrían causado y, en el caso de
existir, que medida resultaría más idónea para suspenderlos provisoriamente.
Ambos puntos, juntamente con la pretensión de que se integre con carácter de
medida cautelar el fondo de recaudación ambiental, sobre la base de la previsión
contenida en el art. 22 de la ley 25.675, coinciden exactamente con la materia que
será objeto de la sentencia definitiva, lo que obsta a la procedencia de la medida
pedida (Fallos 307:1804, entre muchos otros).
• Que tampoco corresponde requerir a las concesionarias demandadas, en esta
instancia del proceso, que acrediten la contratación del seguro de cobertura por
actividades riesgosas para el medio ambiente que, según sostiene, sería exigible
sobre la base de lo prescripto en el art. 22, ley 25.675. La clara identificación del
objeto de la demanda con dicha pretensión cautelar determina su rechazo, pues si se
accediese a ella se desprenderían de su dictado los mismos efectos que produciría
un pronunciamiento definitivo favorable a la pretensión de la actora. Tal
anticipación resulta inaceptable, al no advertirse que el mantenimiento o alteración
de la situación de hecho o de derecho, pudiera influir en la sentencia o convirtiera
su ejecución en ineficaz o imposible (art. 230, inc. 2º,CPCCN: arg. Fallos 307
citado). Tampoco se advierte ni se denuncia la presencia de riesgos que justifiquen,
seguir el amplio principio rector impuesto por el art. 4º, párr. 4º, ley 25.675.
Los jueces Vázquez, Maqueda, y Zaffaroni efectúan una disidencia parcial.
Coinciden en el rechazo de la medida cautelar innovativa por los mismos fundamentos,
pero entienden que “consideración distinta merece el pedido para que las
concesionarias demandadas, en esta instancia del proceso, acrediten la contratación del
seguro de cobertura por actividades riesgosas para el ambiente, sería exigible sobre la
base de lo prescripto en el art. 22 de la ley 25.675. De allí que postulen que
corresponde “intimar a las demandadas para que en plazo de diez días acrediten el
cumplimiento de lo dispuesto en dicho art.
Hay que ver dos aspectos a resaltar del confronte de lo resuelto en los casos
“Asociación de Superficiarios” y Mendoza”.
En primer lugar, que si bien puede verse claramente que lo pedido como
cautelar en la demanda de este último proceso habrá de “coincidir” con la pretensión
de fondo,, ninguna mención se hace de ello.
En segundo término, otros de los obstáculos que encontró la Corte en
Asociación de Superficiarios” para proveer favorablemente la cautelar pedida era la
“generalidad de los términos en que está formulada”. La observación parecía
atinada: tanto en aquel caso como en este, se planteaba un cuadro muy complejo de
recomposición ambiental.
En el primer caso sobrevino el rechazo, aquí en cambio, el mismo Tribunal
consideró que debía requerir más datos a los fines de poder obtener un panorama
fáctico completo que, ausente en la demanda, le permitirá “proteger efectivamente el
interés general”, como lo dicta el art. 32 de la ley 25.675.
Esta regla de actuación a la que se ajusta la Corte Nacional evidencia un avance
en la política judicial de protección del entorno.

4.- FLEXIBILIZACIÓN DE REGLAS PROCESALES

Algunas observaciones respecto de reglas procesales que en este contexto


adquieren una particular dimensión.
a).- ACUMULACIÓN DE LAS PRETENSIONES
El Tribunal dejó establecido que al no corresponder la jurisdicción originaria a
ninguna de las pretensiones individuales consideradas por separado, ello no se veía
modificado por la acumulación subjetiva planteada.
Dijo “que esta Corte no ignora ni retacea las consecuencias que se derivan de
institutos de índole procesadle comprobada eficacia como los concernientes al
litisconsorcio , a la intervención de terceros y en general, a los procesos con
pluralidad de partes legitimadas a fin de extender los efectos de las sentencias que se
dicten. Más tan importantes y defendibles razones de economía procesal que apuntan a
evitar la duplicidad de pleitos y, en ciertos casos, el escándalo jurídico, se desvanecen
desde su matriz cuando pretenden sostener un desarrollo argumentativo de fuente
infraconstitucional para sortear una nítida restricción que reconoce su origen en la
Ley Fundamental(Fallos 189:121 y su cita), con la llamada conclusión,
correspondiente antes a los teoremas matemáticos que a una ciencia del derecho, que
mediante una fórmula de razonamiento que al sumar tres elementos negativos-por
carecer por si solos de aptitud para obtener un resultado como las pretensiones
individualmente deducidas contra cada uno de los tres Estados no aforados- obtiene
un resultado positivo”.
Claramente se prioriza la regla de competencia originaria de la Corte por sobre
la posibilidad de que, al tramitar en diferentes sedes, las cuestiones planteadas por los
actores (aquí litisconsortes activos) tengan diversa suerte.
Recordamos que respecto de estos casos, donde se encuentra en juego sólo la
repercusión patrimonial de la cuestión ambiental y tratándose, por ende, de derechos
disponibles, hemos señalado que la posibilidad de sentencias contradictorias no afecta
derecho ni principio procesal alguno 11 .

b).- CELERIDAD, EFICACIA PROCESAL Y EL TRABAJO DE LA CORTE


SUPREMA
La resolución se fundamentó en un cambio en la jurisprudencia de la Corte sobre
la base del rediseño del concepto de “causa civil” que permite activar su competencia
originaria.
Ello lo hace con la expresa intención de reducir la tarea ajena del Tribunal y
reservar sus recursos humanos y materiales para atenderlas cuestiones que
verdaderamente requieren la intervención del Tribunal de la Nación.
Se prioriza la celeridad en los trámites radicados en ese órgano y también la
eficacia de su intervención, pudiendo atender de mejor modo las cuestiones que por su
grave entidad llegan ante sus estrados.
“… no debe olvidarse-dice la Corte- que un examen como el que se viene
llevando a cabo, además de hacer pie en el rigor de los razonamientos lógicos, tiene
por objeto mantener la racionalidad de la agenda de casos que debe examinar y
sentenciar este Tribunal asi como de no entorpecer el responsable ejercicio de las
atribuciones constitucionales que la Ley Suprema ha encomendado a este Cuerpo en
los asuntos que corresponden a su jurisdicción más eminente, como interprete final de
aquella, como guardián último de las garantías superiores de las personas y como
participe en el proceso republicano de gobierno”.

11
“La dimensión actual del principio dispositivo”,JA 2005-IV-1.
Es positiva esta “racionalización de la agenda” de la Corte en la medida en
que tienda a un aumento en la calidad de la prestación del servicio de justicia en tan
alto nivel jurisdiccional.

c).- PODERES ORDENATORIOS E INSTUCTORIOS DE LA CORTE


También se analizó como en este supuesto la Corte (sobre la base del art. 32
de la ley 25.675) hizo amplio uso de facultades ordenatorias e instructorias solicitando a
las partes una serie de medidas previas para luego decidir sobre lo cautelar y la continuidad
del proceso principal.
La norma especifica para los procesos donde se ventile una pretensión
colectiva ambiental reza “…El juez interviniente podrá disponer de todas las medidas
necesarias para ordenar, conducir o probar los hechos dañosos en el proceso, a fin de
proteger efectivamente el interés general…”.
Ello se suma los poderes genéricos que dimana del CPCCN en su art. 36, y que
corresponden a todos los magistrados, incluidos los del Máximo Tribunal de Justicia de la
Nación.

d).-PRINCIPIO ESCRITURARIO, MEDIOS INFORMÁTICOS Y CELERIDAD


Observamos que la Corte, al pedir una gran cantidad de datos a las partes,
solicita expresamente que “la información requerida en los puntos precedentes
deberán acompañarla también en soporte informático”.
Entendemos que contribuye a la celeridad de los trámites procesales. Sabido es
que la labor jurídica de nuestros días se desarrolla con asistencia informática, contar
con las ventajas de tener los datos en soporte digital que permite un mejor y más rápido
procesamiento de los textos al evitar el tipeado o el complejo proceso de escaneado y
conversión de imagen de un documento en caracteres.
De allí que si bien se mantiene el respeto por el principio escriturario-
obsérvese que la Corte no reemplaza el escrito plasmado sobre papel, sino que dice que
“también”deberá acompañarse en otro soporte, solicitando los datos digitalizados para
así trabajar de mejor modo con ellos, redundando en una notoria mejora del servicio de
justicia.
CAPITULO II
LA COMPETENCIA ORIGINARIA DE LA CORTE EN MATERIA DE DAÑO
AMBIENTAL DE INCIDENCIA COLECTIVA Y EN CASOS DE DAÑOS
INDIVIDUALES A TRAVÉS DEL AMBIENTE

1.- LA COMPETENCIA ORIGINARIA CSJN


a) DESLINDE DE LOS SISTEMAS COMPETENCIALES
La Corte ha dividido las diferentes pretensiones incoadas en la demanda, pues,
como se expresa, no son acumulables, ya que no todas corresponden a la competencia
originaria prevista en el art. 117 CN. La disección se funda en la distinta naturaleza de
los bienes jurídicos protegidos, tema que influirá en el deslinde de los sistemas
competenciales. La descripción de los hechos en la demanda, que pareciera un tema
menor, sigue siendo relevante para el alto Tribunal a los fines de definir la intervención
de los órganos judiciales.
Recordemos que la Corte acepta su intervención originaria en el caso de la
pretensión colectiva, y la desecha en la pretensión individual, analizaremos, cuales son
los elementos que se consideran sobre cada una de las pretensiones para atribuir
diferentes soluciones en materia de competencia, queremos recordar algunas cuestiones
referidas a la competencia federal y a los casos en que la Corte interviene de modo
originario y exclusivo, sobre todo cuando una provincia es parte.
La jurisdicción federal y la competencia originaria y exclusiva de la Corte
cuando una provincia es parte: Para que una causa sea de competencia originaria y
exclusiva debe previamente ser de jurisdicción federal, es decir , ingresar en la nómina
del art. 116 CN; el art. 117 CN es el que regla las diferentes modalidades de la
jurisdicción de nuestro alto Tribunal. Así , en la primera partre, se establece que en
determinados supuestos la Corte entenderá de modo apelado, y en otros de modo
originario y exclusivo.
Las características de la competencia originaria son: a) excepcional, b)
inmutabilidad mediante leyes que la reglamentan. La cuestión será saber quienes son
las personas jurídicas que pueden litigar en instancia originaria con una provincia. Para
ello hay que interpretar tres normas: el art. 116CN; art. 117 CN; y el art. 24,inc. 1º,
ley 1285/1958, y ver su contexto 12 . Para la Corte y el Legislador, la ennumeración de

12
Hay tres posiciones : a) literal y atomísta: es una posición literal que sostiene en que todas las causa en que
una provincia es parte son de competencia originaria, incluso cuando la causa no es federal; b) criterio
quienes pueden litigar con una provincia de modo originario y exclusivo son: a)
provincia contra una provincia; b) provincia con vecino de otra; c) provincia con un
Estado Extranjero; d) provincia con ciudadano extranjero; e) provincia con el Estado
Argentino; f) provincia contra una entidad descentralizada de la Administración
Pública Nacional; g) provincia y un municipio de otra.
Resta saber si el criterio para atribuir dicha competencia es personal o
material. De la primera lectura de los arts. 116 y 117 CN, parecería que todo el sistema
de atribución de competencia originaria sigue un criterio personal. La pregunta es
¿Cuando la competencia originaria lo es por la intervención de una provincia, el factor
de atribución es exclusivamente personal, o debemos además verificar el contenido
material de la causa?
La Corte interviene de modo originario y exclusivo cuando una provincia es
parte siempre que sea en causas de materia exclusivamente federal, o en causas civiles.
Esta doctrina implica que, a pesar de que una provincia sea parte, y de que en la causa
intervengan algunos de los sujetos a los que nos referimos anteriormente, de todos
modos se tiene que desechar la intervención originaria y exclusiva, si en el caso se
ventilan cuestiones directamente relacionadas con el derecho público local.
La Doctrina del Alto Tribunal expresa como fundamento que los intereses
federales se aseguran desde la intervención, por vía apelada, mediante el acceso
procesal reglado por el art. 14 de la Ley 48, es decir el Recurso Extraordinario. Dice
además la Corte que no corresponde su intervención originaria, pues ello implicaría un
menoscabo de las autonomías locales. Como vemos, el Alto Tribunal ingresa un
contenido de naturaleza material para dilucidar cuándo se dará su intervención en vía
originaria y exclusiva. La norma reglamentaria, art. 24, dec.-ley 1285/1958, señala
como excepciones para la intervención originaria cuando una provincia sea parte,
cuando la materia esté regida por derecho público local.
Del art. 117 CN, se han establecido algunas excepciones al principio general
de intervención en razón de las personas. La competencia originaria de la Corte sólo
surgirá en causas federales entre dos o más provincias y las civiles entre las personas

personal: Bidart Campos sólo procede la competencia originaria y exclusiva cuando en la causa es parte una
provincia con alguna otra parte de las cuatro que menciona el art. 116 en el final ( provincia con provincia,
provincia con vecino de otra provincia, provincia con ciudadano extranjero y provincia con estado
extranjero); c) interpretación sistémica: La Corte y el Legislador, al dicta el art. 24, inc. 1º, ley 1285/1958,
interpretran las voces del art. 117 CN, pero en plena vinculación con todo el art. 116 CN, es decir, con la
atribución en razón de la materia, persona y lugar- será de competencia originaria y exclusiva las causas entre
una provincia y el Estado Nacional y aquellas en que la materia sea federal, aunque sean entre una provincia
y un vecino de ella.-
indicadas, lo que sugiere claramente que sólo cuando se trata de pleitos civiles o
federales la competencia originaria surgirá. Esto descartaría los casos de causas penales
o de causas contenciosas administrativas, aún cuando las personas que en ellos
intervengan sean de las indicadas en los arts. 116 y 117 CN.
Alberto Bianqui, clasifica los casos así:
a.- Si en la causa se debate una cuestión federal y es parte una provincia , es de
competencia originaria con independencia de la vecindad de las otras partes.
b.- Si la causa es civil y es parte una provincia, es de competencia originaria, siempre
que se verifique la distinta vecindad de algunas de las otras partes.
c.- Si la causa está total o parcialmente regida por derecho público provincial, no es de
competencia originaria, ni aún cuando se verifique la distinta vecindad; salvo que
intervengan en el juicio una persona que de suyo deba ser juzgada por tribunales
federales.
Hay dos elementos que debemos considerar para analizar los fundamentos de
la sentencia: primero, el concepto “material federal”, porque ello sumado al derecho
del Estado Nacional a ser demandado ante los jueces de la Nación y la presencia de una
provincia como parte es lo que decide al Alto Tribuna para aceptarse competencia
originaria y exclusiva en relación con la pretensión colectiva (último párrafo del
consid. 7º). Luego, en el caso de la pretensión individual, al no verificarse el contenido
material federal, la Corte se apresta al análisis del concepto de causa civil, pues será el
segundo elemento de análisis en el marco del art. 117 CN. La Corte no encuentra ese
requisito de causa civil en la pretensión individual, y es a partir de dicha carencia desde
donde decide por declarar su incompetencia para entender de modo originario y
exclusivo en la pretensión individual.
El principio general es la competencia provincial, y sólo por excepción, si el
sistema es de características interjurisdiccionales, la intervención corresponderá al
gobierno federal 13 . Refuerza esta doctrina el principio de igualdad federal de los
Estados integrantes de la nación. Es que , si frente a un conflicto sobre un recurso
natural que por su ubicación o extensión, resulta ser compartido por dos o más
provincias, se permitiera la intervención un magistrado nombrado, sostenido y
removido por autoridades elegidas exclusivamente por una parte del todo, sin tener en

13
Para verificar estos criterios podemos consultar las sentencias “Plaza de Toros,del 13/4/1869 y 14/5/1887,
Saladeristas Podestá, Bertam, Anderson, Ferrer y otros v. Provincia de Buens Aires, publicado en fallo
31:273, ambos de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
miras los intereses de los restantes estados miembros, se crearía una desigualdad
importantísima. Está claro entonces que la intervención de la justicia federal implicará
una garantía frente a los intereses particulares de los estados miembros.
La Reforma del ’94, ha modificado sustancialmente el modo de regular
legislativamente en materia ambiental, tanto en el orden federal como en el provincial
de modo complementario, lo notable es que en cuanto a la forma de distribución de la
funciones judiciales, el legislador se decidió por utilizar la fórmula del art. 75, inc. 12
CN, para los códigos de fondo. Así el principio general en cuanto a la aplicación
administrativa judicial del sistema normativo ambiental será la competencia de los
órganos locales, lo que no impide que el Estado federal también envista
excepcionalmente jurisdicción federal para aplicar y ejecutar algunas políticas y
medidas protectorias del ambiente, si la unidad ambiental lo reclama.
Con la sanción de la Ley 25.675, que expresamente se ocupa de esta
cuestión, la laguna ha sido llenada. El art. 7º , es una norma de coordinación de las
funciones judiciales provinciales y nacionales en nuestro federalismo. Allí el legislador
federal refrenda el principio general constitucional según el cual la competencia
judicial es provincial ( párrf. 3º del art. 41 CN), atribuye competencia a la justicia
nacional solo en el supuesto de contaminación con efectos interjurisdiccionales,
creando ( o refrendando una vieja doctrina) un supuesto de intervención de la justicia
nacional con base en que existe un evidente interés federal por la naturaleza del recurso
ambiental afectado.
Hoy desde la Resolución analizada “Mendoza”, la Corte ha vuelto a
aceptarla dejando en claro que este art. 7º es idóneo para dividir aguas, y para crear un
nuevo supuesto de competencia federal.
Resulta sumamente interesante el análisis que se hace en el anteúltimo
párrafo del considerando 7º, que debe desmenuzarse así:
1.- En cuanto a la naturaleza, creemos que la Corte acepta que el art. 7º, LGA, es una
norma de coordinación cuando la llama “premisa estructural”.
2.- Se acepta que el art. 7º,LGA, prevé un nuevo supuesto de competencia federal, por
la naturaleza de la degradación o contaminación de recursos ambientales
interjurisdiccionales.
3.- Entiende que , para que se dé esa hipótesis , deben darse dos elementos: por un
lado, la pluralidad estatal, que se expresa en la voz “están involucradas más de una
jurisdicción estatal”, involucradas porque el objeto del proceso cubre dos jurisdicciones
desde el punto de vista topográfico.
En conclusión, la acción antrópica o el sistema alterado debe atrapar o recaer
sobre más de una jurisdicción.
La Corte entiende que la pretensión colectiva tiene por objeto recomponer un
sistema ecológico compartido( voz que es la que el legislador toma en los principios
de cooperación y solidaridad del art. 4º de la LGA). Ello sumado , a la presencia de los
nombrados en los art. 116 y 117 CN, hace que surja su competencia originaria y
exclusiva para tramitar esta acción colectiva.
4.- La inexistencia de la causa civil del art. 24, inc. 1º, dec. 1285/1958, en el marco de
la pretensión por daño individual a través del ambiente: la diferencia aparece en
relación as la pretensión por daños individuales, porque la Corte, en los considerandos
8º y 9º, establece que debe descartarse la presencia de una cuestión que corresponda
a la competencia federal por razón de la materia en los casos de daños individuales. Se
entiende que dicha pretensión no cumple el requisito de causa civil desde la nueva
doctrina que ha adoptado la Corte. El correlato será que se declare la incompetencia en
relación a la prosecución de dichos daños personales. Recordemos que en el
considerando 11º, no solo es necesario que aparezcan los aforados para que la causa
tramite de modo originario ante la Corte, sino que además debe aparecer el recaudo de
causa civil exigida por el art. 24, inc. 1º, dec. 1285/1958, cuando una provincia es
demandada.

b).- EVOLUCIÓN DE LA DOCTRINA DE LA CSJN


¿Cómo evolucionó la doctrina? Veamos:
Desde hacía más de veinte años , la Corte indicaba que causa civil a efectos de
merituar el contenido susceptible de habilitar competencia originaria, es aquella regida
por el derecho común emanado del Congreso de acuerdo con la competencia legislativa
que le asigna el art. 75, inc. 12 CN; excepto lo atinente al Código Penal y a las causas
penales. El contenido civil de una causa no se desprende de la carátula, sino que debe
estar dentro del tema a decidir. La causa debe ser sustancialmente civil. El criterio
entonces no es formal. Se podría enumerar una serie de ejemplos, tales como las causas
por daños y perjuicios, interdictos, rescición de contratos, cobro de pesos, honorarios
profesionales.
En los últimos tiempos, nuestro más Alto Tribunal ha venido alterando varias
de sus competencias, a fin de reducir su enorme cantidad de trabajo. Lo hizo dando
expresas “razones de trascendencia institucional”, entendiendo como importante
preservar sus recursos humanos y materiales para el fiel ejercicio de su jurisdicción
más importante, en su rol de intérprete final de la Constitución. Lo interesante es lo que
podríamos denominar la autolimitación de la Corte. Así anotamos la modificación de la
doctrina de la arbitrariedad, dejando de lado su intervención solo para supuestos
excepcionalísimos, la declaración de inconstitucionalidad de la norma que preveía la
revisión de sentencias por reclamos provisionales por ante la Corte como tercera
instancia, y la reducción de la intervención originaria y exclusiva a través de una nueva
interpretación del concepto de causa civil, para limitar los supuestos materiales en los
cuales entender.
Debemos merituar el cambio de opinión con respecto al requisito de causa civil,
en autos “Barreto”, “Contreras”, “Galfetti”, “Aguilar”. La nueva doctrina expuesta en
Barreto dice ahora que la causa, para ser civil, debe estar regida exclusivamente por
normas y principios de derecho privado, tanto en lo que concierne a la relación jurídica
de que se trata como en el examen sobre la concurrencia de cada uno de los supuestos
de la responsabilidad patrimonial ventilada y, en su caso, en la determinación y
valuación del daño resarcible. Lo que creemos que ha hecho la Corte es reinterpretar la
naturaleza de la responsabilidad extracontractual del Estado por las consecuencias de
su comportamiento omisivo, el que ahora es calificado como iuspublicista. En los
considerandos 12º de autos Barreto, la Corte dijo que no toda causa regida por el
Código Civil es una “causa civil”. Desde la nueva visión, el sistema de responsabilidad
extracontractual del Estado ha dejado de ser civil, a pesar que se deba para resolver
dichos conflictos interpretar el deber de responder por falta de servicios, u omisión del
poder de policía derivados del art. 1112 CC si se dilucidas el cambio, pero ello no se
debe a una modificación del concepto de causa civil, la que debe seguir siendo
sustancial, sino lo que modifica el Tribunal es su concepción respecto de la naturaleza
de la responsabilidad del Estado, aceptando como principio su carácter iuspublicista ,
cuestión que desde siempre ha sido aceptado por la doctrina administrativista.
En materia ambiental ,esta nueva doctrina en relación al sistema de
responsabilidad civil por daños a través del ambiente, resulta de suma trascendencia.
La Corte en los considerandos 11º y 12º expone que la causa no corresponde a
la competencia originaria a pesar de que la nómina de sujetos pasivos incluye a una
provincia, al Estado Nacional y a la Ciudad Autónoma de Bs. As. , todos ellos
demandados por un vecino de la primera. Dice que ninguno de ellos individualmente
hubiera podido ser demandado por la vía del 117 CN . Por lo tanto no se puede por
mediante un mecanismo como el litisconsorcio pasivo, de fuente infraconstitucional, y
mediante una estrategia procesal de acumulación de demandados, provocar el ingreso
de una causa originaria, cuando ello individualmente desde la fuente constitucional no
correspondía. Recordemos que a los efectos de la nómina del 117 Cn, la Ciudad
Autónoma de Bs. As. No es equiparable a una provincia, y que el Estado nacional hace
surgir la competencia del Poder Judicial de la Nación, pero no la competencia
originaria.
Dicha visión posibilitó a la Corte dividir las pretensiones y aceptar el trámite
de la recomposición del daño colectivo en instancia originaria por la naturaleza del
recurso natural afectado, y derivar el juicio/s por daños individuales a procesos que
tramitaran por ante cada juez inferior, federal o provincial.

2.- DAÑO MORAL COLECTIVO PARA LOS CASOS DE DAÑOS AL AMBIENTE


IRREVERSIBLE.
El considerando 19º, la Corte indica que ha habido un déficit de la actora en
materia probatoria, respecto de lo que ellos han denominado “bien” reversible, e
irreversible. En el sector ordenatorio del auto, se pide a la actora que complete su tarea
acercando la información que no se adosó a la presentación inicial.
Lo interesante es que al receptarse de alguna manera la nomenclatura “daño
irreversible”, deberá trabajarse al momento de la sentencia definitiva el denominado
daño moral colectivo solicitado por los accionantes. De todos modos hace la Corte
operativa la manda del art. 28º , LGA, que creemos que incluye la figura del daño
irreversible. Expliquemos la idea:
Debemos atender la segunda parte del art. 28,LGA cuando dice:”En caso de
que no sea técnicamente factible , la indemnización sustitutiva que determine la
justicia ordinaria interviniente, deberá depositarse en el Fondo de Compensación
Ambiental, que se crea por la presente, el cual será administrado por la autoridad de
aplicación , sin perjuicio de otras acciones judiciales que pudieran corresponder”.
Según esta segunda parte del art. 28, se deberá en cada caso una indemnización que
reemplace el monto del ambiente alterado de modo irreversible.
Hay afecciones a bienes colectivos que son irreversibles. Para estos casos,
resulta interesante trabajar sobre el daño moral colectivo.
Cuando resarcimos un daño moral, lo que se compensa es un menoscabo a
intereses extrapatrimoniales merecedores de protección legal. Cuando ese daño afecta
intereses extrapatrimoniales grupales, el daño se puede calificar como daño moral
colectivo. En ellos, la pretensión resarcitoria (al igual que en el daño ambiental)
aparecerá en cabeza del grupo, es el interés grupal el que se protege.
En cuanto a la forma de reparación por dicho daño moral colectivo, una de las
fórmulas que se propone es la de indemnizar a través de la realización de una obra que
represente un goce espiritual para la comunidad, la que compensaría la pérdida del bien
colectivo afectado. El fundamento de compensar con un bien que disminuya la angustia
que produce en la población la falta d disfrute de los bienes colectivos. Mosset
Iturraspe dice que es esta conclusión la que lleva a predicar la “creación de fondos”,
destinados a recoger y administrar estas indemnizaciones que vienen a ocupar el lugar
de la específica o in natura cuando esta se vuelve imposible o improcedente.

3.- FACULTADES ORDENATORIAS DEL ART. 32,LGA, Y SU OPERATIVIDAD

La Corte, a partir de las facultades ordenatorias que le otorga el art. 32 LGA,


genera la operatividad de esta en su totalidad.
La LGA es una ley marco que concentra en un solo cuerpo y de modo
centralizado los instrumentos de gestión del ambiente y los principios de interpretación
del resto del sistema
En el plan integrado, la Corte hace mención de varios instrumentos de gestión
que la ley incluye, y que para el ejecutivo nacional, provincial e incluso los órganos de
concertación federal, no habían sido ni siquiera tenidos en consideración sobre la
gestión de esta conflictividad ambiental. La resolución tiene sustancial importancia en
este aspecto. Le da operatividad al ordenamiento ambiental del territorio ( art.8º, 9ºy
10º), al control sobre el desarrollo de las actividades antrópicas y la obligación de
presentar estudio de impacto ambiental a las cuarenta y cuatro empresas. Además les
pide a las administraciones que intimen en caso de que no posean dichos estudios , de
manera inmediata su presentación. Está claro que lo que deben cumplir las empresas es
el procedimiento de evaluación de impacto ambiental, que tiene prevista la norma de la
provincia de Bs. As. (nro. 11.459), la que ahora estaría en las nuevas lineas trazadas
desde la LGA.
La Corte resuelve la decisión de convocar a una audiencia pública en el
marco del proceso judicial, la que es pública, pero queda claro que nada tiene que ver
con las audiencias públicas como procedimientos administrativos para recibir la
participación ciudadana. La Corte decide diferir el tratamiento de la cautelar solicitada
hasta el momento en que se abonen los supuestos referidos a los daños reversibles e
irreversibles, así como también la celebración de la audiencia.-

4.- VIAS PROCESALES EN MATERIA AMBIENTAL


a).- EL DAÑO AMBIENTAL
La LGA lo define como “Toda alteración relevante que modifique
negativamente el ambiente, sus recursos, el equilibrio de los ecosistemas o los bienes
o valores colectivos”.
El daño ambiental , dice Bustamante Alsina, es una expresión ambivalente,que
designa no solamente el daño que recae en el patrimonio ambiental que es común a un
número i8ndeterminado de personas, sino que también se refiere al daño que el medio
ocasiona por rebote, o daños provocados a los individuos a través del ambiente, los
que en muchos casos podrán coincidir.
Tiene carácter bifronte, ya que al reclamar el actor el daño ambiental, se ejerce
un derecho a la vez propio y a la vez de todos.

b).- ACCIONES
Tanto la LGA como la LPA, reconocen el derecho de accionar a fin de obtner la
recomposición del ambiente dañado o la cesación del daño( en el caso de producido)
así como la prevención de su acaecimiento.
La LGA en su art. 30 dispone: “Producido el daño ambiental colectivo ,tendrán
legitimación para obtener la recomposición del ambiente dañado, el afectado, el
Defensor del Pueblo, y las asociaciones no gubernamentales de defensa ambiental,
conforme lo prevé el art. 43 de la CN, y el Estado Nacional, provincial, municipal;
asimismo quedará legitimado para la acción de recomposición o de indemnización
pertinente, la persona directamente damnificada por el hecho dañoso acaecido en su
jurisdicción. Deducida demanda de daño ambiental colectivo por alguno de los
titulares señalados, no podrán interponerla los restantes, lo que no obsta su derecho a
intervenir como terceros. Sin perjuicio de lo indicado precedentemente toda persona
podrá solicitar, mediante acción de amparo, la cesación de actividades generadoras
de daño ambiental colectivo”.
El art. 13º LPA prevé: “Cuando por causa de acciones u omisiones del Estado
o de particulares, se produzcan daños o pudiera derivarse una situación de peligro,
perturbación, amenaza, restricción en el goce de los derechos de incidencia colectiva
de naturaleza ambiental, podrán ser ejercidas ante los tribunales que correspondan las
siguientes acciones:
1).- Acción de protección a los fines de la prevención de los efectos degradantes del
ambiente que pudieran producirse. 2).- Acción de reparación tendiente a restaurar o
recomponer el ambiente y/o los recursos naturales ubicados en el territorio de la
provincia que hubieren sufrido daños como consecuencia de la intervención del
hombre.”

c).- VIAS PROCESALES REGULADAS


Las vías procesales previstas para encausar las acciones antes nombradas son las
siguientes:
AMPARO Art. 43 CN “ contra todo Art. 87 Const. Prov.-
Art. 43 CN-art.37 Const. acto u omisión de Amparo: La acción de
Prov. autoridades públicas o de amparo procede frente a
particulares, que en forma cualquier decisión, acto u
actual o inminente lesione, omisión arbitrarios o
restrinja, altere o amenace, ilegales de la autoridad,
con arbitrariedad manifiesta, excepto la judicial, o de
derechos reconocidos por particulares, restrictivos o
esta constitución, un tratado negatorios de las garantías y
o una ley” de derechos subjetivos
explícitos o implícitos de
esta Constitución, tanto en
el caso de una amenaza
inminente, cuanto en el de
una lesión consumada, a los
fines del cese de la amenaza
o del efecto consumado.

AMPARO-Art. 30 LGA Acción de cese

SUMARÍSIMO-Art.13 LPA Acción de Protección Acción de Reparación

Encontramos en distintos órdenes normativos regulaciones procedimentales sobre


la cuestión ambiental que se superponen y reglan de distinto modo la misma materia, la
cuestión será dilucidar cual de éstas será aplicable.-

d).- PROCESO SUMARÍSIMO


El proceso sumarísimo (art. 498 y ss de nuestro código ritual), al decir de Gozaini,
es aquel por la naturaleza especial de la materia en juego requiere una tramitación urgente,
generalmente abreviada en plazos y producción de actos procesales, contiene la virtud de la
celeridad, respondiendo a la esencia protectora del medio ambiente y al riesgo del daño no
querido y de inminente o actual producción. Resulta de contacto directo con el magistrado
interviniente, tanto en las posturas de las partes (contestación de la demanda en audiencia
art.503 CPCCSalta), como la inmediación en la producción de la prueba (art.
504CPCCSalta), pareciendo a simple vista virtuosa la elección del legislador.
Para la procedencia de ésta vía los requisitos son los comunes a los regulados
para la demanda en los arts. 330,332 ycctes.CPCC.

e).- AMPARO
La CN en su art. 41 y la Cost. Prov., en su art. 30 establecen la protección del
medio ambiente y nos habilitan para interponer acción expedita y rápida de amparo
conforme la regulación de los arts. 43CN y 87 Const. Prov.
Para que sea procedente esta acción es necesaria la concurrencia de los siguientes
requisitos o presupuestos de admisibilidad: a).- ilegalidad o arbitrariedad manifiesta; b).-
lesión de un derecho reconocido por la constitución; c).- inexistencia de otro medio más
idóneo.
Bielsa afirma que, una conducta arbitraria es una conducta injusta aunque no sea
ilegal, con lo que pueden existir actos legales (lícitos) pero arbitrarios. Resulta difícil
distinguir ilegalidad y arbitrariedad de modo tajante, así Palacios sienta como criterios de
distinción el siguiente “…mientras la arbitrariedad se exterioriza cuando el acto o la
omisión aparecen formalmente fundados en ley pero esta es aplicada con error axiológico
inexcusable, exceso ritual o autocontradicción o bien las conductas cuestionadas derivan
de la transgresión de las reglas del debido proceso. La ilegalidad se configura cuando el
acto u omisión se hallan desprovisto de todo sustento normativo, es decir, cuando
entrañan la prescindencia lisa y llana de la ley”.
Nuestra jurisprudencia sostiene que la viabilidad del amparo requiere, la
invocación de un derecho indiscutible, cierto, preciso, de jerarquía constitucional y además
también que la conducta sea manifiestamente arbitraria e ilegítima. 14
El fallo realizado por Mercedes de Araujo, sostiene (siguiendo a Gordillo) que:
“La arbitrariedad administrativa ya no se produce en ausencia de la norma, sino que
también se instrumenta a través de la norma. Ello en virtud de que en la búsqueda de la
racionalidad, no existe razón para que el intérprete se limite a excluir las operaciones más
arbitrarias sino también debe dedicarse a buscar activamente la solución más razonable
posible a cada situación”.

5.- RECONOCIMIENTO CONSTITUCIONAL DEL DERECHO AL AMBIENTE

El art. 41 de la CN dispone: “Todos los habitantes gozan del derecho a un


ambiente sano, equilibrado, apto para el desarrollo humano y para que las actividades
productivas satisfagan las necesidades presentes sin comprometer las de generaciones
futuras; y tiene el deber de preservarlo. El daño ambiental generará prioritariamente la
obligación de recomponer, según lo establezca la ley. Las autoridades proveerán a la

14
Doctrina de la Corte en las causas: Galván García. Atilio c/Consejo Deliberante de la Ciudad de Salta-
Amparo-Tomo 8g5:489/508-13 junio/2003; Coronel Blanca Esther y otros c/Gobierno de la Provincia de
Salta-Amparo-Tomo 81:645/656-8 noviembre 2002; Sociedad Prestadora de Aguas de Salta vs. Financiera
Calabria S.A. y/o Rouvre. Bernardo V-Amparo-Tomo 89:121/136- 4 diciembre/2003; Asoc. De Clínicas y
Sanatorios Privados Provincia de Salta vs. Estado Provincial y otros- Amparo-Apelación- Tomo 72:487/514-
5 dediciembre/2000.-
protección de éste derecho, a la utilización racional de los recursos naturales, a la
preservación del patrimonio natural y cultural de la diversidad biológica, y a la
información y educación ambiental. Corresponde a la Nación dictar las normas que
contengan los presupuestos mínimos de protección y a las provincias las necesarias para
complementarlas, sin que aquellas alteren las jurisdicciones locales. Se prohibe el ingreso
al territorio nacional de residuos actual o potencialmente peligrosos, y de los
radiactivos”.
El art. 30 de la Cons. Prov. “Protección del Medio Ambiente. Defensa de la
Calidad de Vida. Todos tienen el deber de conservar el medio ambiente equilibrado y
armonioso, así como el derecho a disfrutarlo. Los poderes públicos defienden y
resguardan el medio ambiente en procura de mejorar la calidad de vida, previenen la
contaminación ambiental y sancionan las conductas contrarias”.
Es constante nuestra jurisprudencia, en exigir, que el daño no pueda evitarse o
repararse adecuadamente por medio de otras vías judiciales. Doctrina de la Corte en la
Causa Muruaga Rosa del Carmen c/Consejo Dliberante de la Municipalidad de la Ciudad
de Salta-Amparo-Recurso de Apelación-Tomo85:769/790-27 junio 2003; Coronel Blanca
E y otros c/Gobierno de la Provincia de Salta-Amparo-Tomo 81:645/656-8
denoviembre/2002.
Este argumento fue reiterado por la Corte local en el caso de la Comunidad Indígena
del Pueblo Wichi Hoktek T Oi c. Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable
de la Provincia de Salta, siguiendo el criterio sostenido por el Supremo Tribunal Nacional.
En este caso la Corte Nacional, al hacer lugar a la queja interpuesta por la actora( ante el
rechazo del recurso extraordinario por la Corte local), muta su criterio expresando que :
…”que si bien la acción de amparo no está destinada a reemplazar los medios ordinarios
para la solución de controversias, su exclusión por la existencia de otros recursos no
puede fundarse en apreciación meramente ritual e insuficiente, toda vez que la institución
tiene por objeto una efectiva protección de derechos más que una ordenación o resguardo
de competencias”.
Esta interpretación de la CSJN, ha sido actualmente adquirida por la Corte local
en fallo Tomo 89:829/840- 6 febrero/2004.

6.- AMPARO-SUMARÍSIMO. ¿VIAS CONCURRENTES?


De larga data es la disquisición sobre la calidad subsidiaria o concurrente de la
acción de amparo junto a las vís ordinarias (administrativas o jurisdiccionales).
El requisito de la inexistencia de otra vía más idónea, es una imposición legal
para la procedencia del amparo, ahora la discusión se centra en determinar el alcance de
dicho imperativo.
Entonces ante el daño ambiental ¿sería más idóneo el trámite sumarísimo que
establece la LPA?
Por vía más idónea debemos entender no solo la más rápida, sino la más apta,
más hábil, más apropiada, de acuerdo a las circunstancias que el caso presenta, es decir que
no es la existencia de otra vía la que cierra la posibilidad del amparo sino la ineptitud de la
misma la que abre la posibilidad.
Este requisito continúa siendo requerido por la doctrina judicial local. En tal
sentido este Tribunal sostuvo en innumerables oportunidades que la acción de amparo tiene
por finalidad obviar o urgir el trámite de los procedimientos administrativos o judiciales
establecidos legal o reglamentariamente. Aunque en reciente jurisprudencia se ha
flexibilizado, dado que ante la concurrencia de la vía administrativa no agotada con la
judicial instada a través de una acción de amparo, se ha dicho, siguiendo a Gozaini , que
ante la duda de la idoneidad de vías concurrentes y frente a tener que resolver sobre la
admisibilidad formal del amparo, debe estarse a favor de la eficacia de la acción intentada.
El art. 43 CN, requiere la inexistencia de otro medio judicial más idóneo con lo
que descarta la posibilidad de requerir la recurrencia previa a la vía administrativa (más
allá de su conveniencia). Barra sostiene “…la referencia a la vía judicial implica que el
amparo no es subsidiario de las vías administrativas, precisamente porque el agraviado
precisa de una acción expedita y rápida, sin estar sujeto a ninguna clase de agotamiento
de la vía administrativa”…
En la práctica, el daño podría producirse aún si que esta ilegalidad o
arbitrariedad manifiesta sean causa del mismo, así por ejemplo una actividad productiva
podría contar con una autorización de la autoridad de aplicación la que podría haber sido
otorgada con absoluta pertinencia e igualmente llegar a producir daño ambiental.
Conforme a la jurisprudencia local, en casos donde no existe arbitraiedad o
ilegalidad manifiesta pero existe un daño producido o a producirse, resultaría adecuado el
planteo por medio de la vía del proceso sumarísimo.

a).- BENEFICIOS PROCESALES DE LA ACCIÓN DE AMPARO


La acción de amparo presenta beneficios procesales en relación a la vía
sumarísima, que hacen inclinar la balanza a la hora de la elección procesal estratégica.
La regulación constitucional del amparo en nuestra provincia habilita a
dirigirnos ante cualquier juez, ya que establece que “todo juez es competente para entender
en la acción”.
Los efectos de la vía recursiva son una prioridad a considerar. Nuestro CPCC
en el art. 508, establece que el plazo para apelar la sentencia definitiva en el proceso
sumarísimo es de un día y se concede en relación y con efecto suspensivo; en cambio en el
amparo el plazo es más amplio, tres días, y el recurso no suspende la ejecución cuando la
sentencia acoge la pretensión.
Otra de las virtudes relevantes es la no aplicación del límite de la apelación en
cuanto al monto del proceso(art. 253CPCCSalta), dado a que , aunque no supere el monto
mínimo apelable, igual procede la vía recursiva, ya que su objetivo nunca puede afincar en
cuestiones de índole económica. Esto sin perjuicio de cierta jurisprudencia aislada que
consideró que la decisión denegatoria de amparo resultaba inapelable si el monto del
proceso no superaba el límite previsto por el art. 244CPCCN.
Coincidimos son Mosset Iturraspe en que la admisibilidad de la vía de amparo
en cuestiones ambientales debe ser necesariamente de interpretación amplia, dada la
calificación constitucional del derecho al ambiente como un derecho/deber. No debe
encontrarse con limitaciones puramente formales que obstaculicen el cumplimiento de la
carga constitucional.

b).- ¿CUAL SERÁ LA VÍA PROCESAL APLICABLE ANTE EL DAÑO AMBIENTAL?


La CN garantiza la acción expedita y rápida del amparo en caso de afectación
al derecho constitucional al ambiente sano, en idéntico sentido la Const. De Salta,
estableciendo la vía del amparo en caso de vulneración a esos derechos constitucionales; la
LGA, con carácter de presupuesto mínimo prevé la acción de amparo para obtener el cese
de la actividad lesiva; y la LPA establece el proceso sumarísimo para las acciones de
recomposición y prevención.
Las nombradas vías revisten el carácter de concurrentes en cuanto a la
protección jurisdiccional del ambiente, siendo todas ellas plenamente operativas, no es una
elección disyuntiva por exclusión directa, sino que su aplicación dependerá de las
circunstancias que revista el caso, y en el particular caso de la acción de amparo, de la
reunión del mismo de los requisitos para su procedencia.
Será entonces, tarea del abogado y los magistrados saber ubicar el contenido
específico de la pretensión, para poder comparar las posibilidades del amparo ante las
demás procesos comunes. Así, si el derecho no aparece como liminarmente cierto,
corresponderá un mayor debate y prueba, que la que permite el proceso de amparo, pues
ésta vía no acepta que se discuta la existencia del derecho afectado.
Se han delineado normativa, doctrinaria y jurisprudencialmente los perfiles del
proceso ambiental, estableciéndose la vigencia del principio “in dubio pro actiones”, así
ante la existencia de vías concurrentes el art. 32 de la LGA dispone que “El acceso a la
jurisdicción por cuestiones ambientales no admitirá restricciones de ningún tipo o
especie”.
La elección, dependerá del caso concreto, de los hechos que el afectado llevará
a conocimiento de los estrados judiciales, siendo el mejor termómetro procesal los hechos
conforme se hayan producido y se los relate en el escrito de la demanda.

7.- LEGITIMACIÓN EN ACCIONES MEDIOAMBIENTALES SINTESIS DE LA


NORMATIVA Y LA JURISPRUDENCIA EN LA PCIA DE SALTA

Trataremos las cuestiones de legitimación en acciones medioambientales con especial


referencia de la Provincia de Salta.
La materialización positiva de la existencia de un interés de un derecho colectivo
constituye una decisión de Estado, dando lugar a la sanción de la ley provincial de Medio
Ambiente 6896, a la que posteriormente fuera reexaminada y diera lugar al dictado de la
ley 7070 que recepta los principios universales que rigen en la materia y, junto a su
reglamento procura sortear los eventuales conflictos de jurisdicción y competencia,
armonizando las atribuciones.
Entre los objetivos del Preámbulo de la Constitución salteña están los de proteger
la familia, la salud, el medio ambiente, y los recursos naturales; continúa luego con una
serie de enumeraciones referidas a la educación, la cultura, el trabajo, la iniciativa propia,
etc.
A su vez, el art. 9º señala que el Preámbulo es fuente de interpretación para
establecer el alcance, significado y finalidad de todas las cláusulas de esta Constitución.
En el art. 30, referido a protección de medio ambiente y la defensa de calidad de
vida, dice textualmente “Todos tienen el deber de conservar el medio ambiente equilibrado
y armonioso, así como el derecho a disfrutarlo. Los poderes públicos defienden y
resguardan el medio ambiente en procura de mejorar la calidad de vida, previenen la
contaminación ambiental y sancionan las conductas contrarias”.
En el título II de los recursos naturales, del art. 80 al 85, hace especial referencia a
los procesos ecológicos esenciales; de la tierra; de los recursos mineros; de las aguas; de
los bosques; y por último, de las fuentes de energía.
En el Capítulo IX, al referirse a Garantías y hablar del Amparo señala en el último
párrafo del mismo art. “Son nulas y sin valor alguno las normas de cualquier naturaleza
que reglamenten la procedencia y requisitos de esta acción”. Esta característica especial
del amparo en Salta, que no admite que por medio de ninguna norma se pueda reglamentar,
tuvo su fundamento para evitar que so pretexto de reglamentar se terminara impidiendo o
limitando la acción.
En el art. 90, referido a legitimación, señala: “Cualquier persona puede deducir
la acción de amparo o interponer el hábeas corpus en el interés de un tercero sin que sea
exigible la acreditación de representación de ningún tipo”.
A partir del art. 91, tenemos lo que sería la legitimación procesal para la defensa
jurisdiccional de los intereses difusos que señala: “La ley reglamenta la legitimación
procesal de la persona o grupos de personas para la defensa jurisdiccional de los
intereses difusos. Cualquier persona puede dirigirse también a la autoridad administrativa
competente, requiriendo su intervención, en caso de que los mismos fueren vulnerados”.
En el fallo dictado en junio de 1990, “Barrancos, Horacio y otros, Simón A., la
Corte de Justicia provincial tuvo por legitimadas con sólo tipificar como difuso el interés
invocado, el citado fallo señala el ejercicio de un derecho de raigambre constitucional
otorgado por el art. 88 de la Carta Magna provincial, esto que es sostenido en el fallo, es
posteriormente recogido en la ley 7070 de protección del medio ambiente cuando en el art.
13 señala tres categorías de legitimados para accionar, ley que es dictada el 27/01/2000,
siendo de destacar los considerandos del dec. Reglamentario 3097/2000 en relación con la
legitimación, coincidente con lo que había señalado el citado fallo de la Corte de Salta.
Existe una novedad en esta Constitución provincial, y es la referida acción
popular de inconstitucionalidad, descripta en el art. 92 cuando dice: “Todo habitante puede
interponer la acción popular directa para que se declare la inconstitucionalidad de una
norma de alcance general contraria a la constitución. Los firmantes de una demanda
manifiestamente improcedente serán sancionados de acuerdo con la ley”. Cabe mencionar
lo que el voto de la mayoría señaló en el caso “Fundación Greenpeace Argentina,
Fundación Vida Silvestre Argentina, Asociación Illay v. Provincia de Salta s/amparo, en la
sentenciadle 26/11/2004, expte. referido a la desafectación de los lotes fiscales Nº 32 y 33
del Departamento de Anta como área protegida para su posterior venta. Y dicen “Que esta
Corte en concordancia con los lineamientos marcados por el alto tribunal Federal ha
precisado que la Constitución Nacional al reconocer en sus arts. 42 y 43 legitimación
para promover la acción de amparo a sujetos potencialmente diferentes de los afectados
en forma directa por el acto u omisión que, de modo actual o inminente, lesione, restrinja,
altere, o amenace con arbitrariedad o ilegalidad manifiesta derechos o garantías
reconocidas por la Constitución, un tratado o una ley, dicha ampliación constitucional de
los sujetos a quienes se reconoce esa legitimación procesal, no implica automática aptitud
para demandar sin previo examen de la existencia de cuestión susceptible de instar el
ejercicio de la jurisdicción”. Se señala en el mismo votoque se impone el rechazo de la
demanda, porque los actores no han demostrado que persiguieran la tutela inmediata de un
derecho constitucional violado en forma manifiesta, la vía específica prevista para
dilucidar la cuestión suscitada en autos era la acción popular de inconstitucionalidad
prevista en el art. 92 de la Constitución provincial y no mediante el trámite del amparo. En
el voto de la minoría se dice que en materia ambiental, la Corte Federal ha considerado el
amparo como la vía idónea para plantear la existencia y eventual agravamiento de los
dañops al medio ambiente provocados por la actividad autorizada por la administración
con consecuencias irreparables, conforme a fallos 325:1744.
En la Constitución provincial también habla de legitimación, al referirse a las
funciones del Fiscal de Estado, en el art. 149 dice “…a requerimiento del gobernador se
encuentra legitimado para demandar la inconstitucionalidad y nulidad de toda ley,
decreto, ordenanza, contrato, resolución, o acto de cualquier autoridad de la provincia
que sean contrarios a las prescripciones de esta constitución”.
A su vez, cuando se refier al derecho público (cap. II de la secc. 2º), en el art.
166, “Atribuciones y deberes”, dice que son atribuciones y deberes los fijados por la ley y
especialmente por el inc. F) Accionar en defensa y protección del medio ambiente e
intereses difusos. Esta norma constitucional se encuentra estrechamente relacionada con el
art. 13, ley 7070, cuando habla de que está legitimado para ejercer las acciones previstas en
le ley__ señala en el inc. c)__el Ministerio Público. Al respecto, los considerandos de
dicho decreto expresan que la legitimación residual la ostenta el Ministerio Público,
resolviendo así en el texto legal los eventuales conflictos originados por dudas
interpretativas.
Criterio que ha sostenido la Corte de Justicia de Salta, 10/3/2005, en el caso
“Red Solidaria de Ciudadanos de la Defensa de sus Derechos v. Municipalidad de la
Ciudad de Salta s/recurso de apelación”, en el que señala que se rechaza el recurso
interpuesto por la actora contra la sentencia que no le reconoce legitimación para actuar, en
razón de no haber cumplido con los requisitos establecidos en la res. 171 de la Secretaría
de Medio Ambiente de fecha 6/4/2001, la que habilitó el registro de asociaciones
ambientalistas de la provincia de Salta. Registro creado en virtud de lo establecido en el
art. 43, dec. Provincial 3097, que disponía que la autoridad de aplicación habilitara un
registro, sección espacial para las asociaciones ambientalista o entidades conservacionistas
que operen en jurisdicción provincial.
No obstante ello, en el fallo se dispone mantener la vista al Ministerio Público
ordenado en el punto 2), resolución de fs. 40/43, en los términos dispuestos por el art. 15,
ley 7070, que dice: aún cuando un juez o la autoridad de aplicación respectiva considere
que el accionante carece de legitimación activa para la interposición de las acciones
previstas en esta ley, cuando la acción interpuesta esté verosímilmente fundada correrá
vista al Ministerio Público, a los fines de proseguir la acción.
En el citado fallo, al disponer la remisión al derecho público, se dice que “esta
vista tiende a que la acción no muera, sino que continúe precisamente evitando que
cuestiones procesales impidan el tratamiento de la cuestión de fondo y que un tema que,
eventualmente, afectaría a toda una comunidad quede sin tener la debida protección de la
justicia”.
La Ley Orgánica del Ministerio Público 7328, publicada en el Boletín Oficial el
30/12/2004, en los arts. 58 y 59 se refiere a la legitimación del Ministerio Público para
ejercer la defensa y protección del medio ambiente, y al hablar del Ministerio Público
fiscal, señala que corresponde al Procurador General de la Provincia (art. 32), “promover
ante los tribunales competentes las pretensiones o peticiones procesales vinculadas a la
defensa del Medio Ambiente o de los intereses difusos en las condiciones previstas en el
art. 166, inc.f), de la Constitución provincial”. No obstante que el decreto reglamentario
habla de una competencia residual, el Ministerio Público ha accionado directamente en los
casos “Fiscal de C. Civ. Com. Y Laboral de 1º Instancia v. Municipalidad de Salta
s/medida cautelar prohibición de innovar”__expte 2188/00 del juez contencioso
administrativo. Ampliación de la Terminal de Ómnibus__que solicitaba la paralización de
la obra hasta el certificado de impacto ambiental, y en el caso de la C. Civ. Y Com., Sala
4º, “Ministerio Público de la Provincia de Salta v. Municipalidad de la Ciudad de Salta
s/amparo” expte. 78.652, en que se resolvió intimar ala municipalidad a que en plazo de 15
días comience las obras imprescindibles para evitar los deslizamientos, realizando los
muros de contención en el cerro San Bernardo.
La ley 7103, que crea la Auditoría General de la Provincia, en el art. 30, al
establecer la competencia, señala que el control posterior incluirá la fiscalización y
auditoría de la gestión financiera, económica patrimonial, presupuestaria y operativa,
cuando resulte aplicable la conducción de los aspectos referentes a la protección del medio
ambiente por las entidades controladas.
En materia de control es de destacar la ley 6835, que crea el Ente Regulador de
los Servicios Públicos, que en el art. 2º, dice que compete al ente disponer lo necesario
para que los servicios actualmente existentes y los que se establezcan en el futuro, de
jurisdicción provincial, se presten con los niveles de calidad exigibles con protección del
medio ambiente y de los recursos naturales.
En cuanto a los municipios, en el art. 176, cuando habla de competencias
municipales, en el inc. 9º dice: “Compete a los municipios sin perjuicio de las facultades
provinciales, con arreglo a las Cartas Orgánicas y leyes de municipalidades” lo relativo a
urbanismo, higiene, salubridad y moralidad; así como también a la protección y promoción
del medio ambiente, paisaje, equilibrio ecológico y polución ambiental, tendiendo al
desarrollo sostenible. Es de destacar el fallo de la Corte de Justicia de Salta, de fecha
5/12/2002, en los autos caratulados “Asociación de Clínicas y Sanatorios Privados de Salta
v. Estado Provincial, Poder Ejecutivo, Ministerio de Salud Pública, Municipalidad de la
Ciudad de Salta, Poder Ejecutivo Municipal s/amparo”, en el cual el voto de la mayoría
señala que las clínicas privadas como operadores de la actividad también deben cumplir
con todas las etapas del servicio que prestan y responder por las consecuencias de su
actividad generadora de riesgo contaminante, resultando responsables, en esa calidad de
operadores de los residuos patógenos, de todo daño producido por éstos.
Como consecuencia , de lo establecido en el art. 91 de la Cons. Provincial, la
legislatura dicta la ley 7070 de Protección del Medio Ambiente, que en el art. 1º dice:
“Declárese de orden público provincial todas las acciones, actividades, programas y
proyectos destinados a preservar, proteger, defender, mejorar, y restaurar el medio
ambiente, la biodiversidad, el patrimonio genético, los recursos naturales, el patrimonio
cultural, y los monumentos naturales en el marco del desarrollo sustentable en la
provincia de Salta”. Y en el capítulo III, cuando se refiere a la defensa jurisdiccional del
medio ambiente, señala en el art. 12: “La presente ley se aplicará para la defensa
jurisdiccional: a) De los intereses de incidencia colectiva, brindando protección al medio
ambiente, a la conservación del equilibrio ecológico, valores estéticos, históricos,
urbanísticos, artísticos, arquitectónicos, arqueológicos y paisajísticos; b) De cualquier
otro bien relativo a las necesidades de la comunidad con el fin de salvaguardar la calidad
de vida”. Y en el art. 13: “Cuando por causas de acciones u omisiones del Estado o de
particulares, se produzcan daños o pudiera derivarse una situación de peligro,
perturbación, amenaza o restricción en el goce de los derechos de incidencia colectiva de
naturaleza ambiental, podrán ser ejercidas ante los tribunales que correspondan las
siguientes acciones: 1) Acción de protección a los fines de prevención de los efectos
degradantes del ambiente que pudieran producirse; 2) Acción de reparación tendiente a
restaurar o recomponer el ambiente y/o los recursos naturales ubicados en el territorio
De la provincia que hubieren sufrido daños como consecuencia de la intervención del
hombre. El trámite que se imprimirá a las acciones será el correspondiente a juicio
sumarísimo. El accionante podrá instrumentar toda prueba que asista a sus derechos,
solicitar medidas cautelares, e interponer todos los recursos correspondientes”. En este
art. vemos que se señala claramente que el trato que dará a las acciones será el de juicio
sumarísimo y especifica en tres incisos quienes están legitimados para ejercer las acciones:
a) Cualquier persona que habiendo sufrido un daño actual y directo en su persona o
patrimonio, se encuentre de algún modo vinculada a las consecuencias dañosas de los actos
u omisiones descriptos en este artículo. Cuando los daños ocasionados afecten los bienes
del Estado provincial, se dará intervención a la Fiscalía de estado de conformidad al art.
149 de la Constitución provincial; b) Todas las Asociaciones abocadas a la defensa del
Medio Ambiente registradas conforme a la ley; c) El Ministerio Público.
Aquí también es de destacar que la Corte de Justicia de Salta se ha pronunciado
al respecto en el citado fallo “Red Solidaria de ciudadanos en defensa de sus derechos v.
Municipalidad de la ciudad de Salta s/recurso de apelación”, se dijo que se advierte con
claridad que la delegación que realizan las provincias a la Nación para el dictado de los
presupuestos mínimos se efectúa bajo la condición de que su ejercicio no importará un
vaciamiento del dominio que tienen las provincias sobre esos mismos recursos.
En ese marco se puede afirmar que la autoridad provincial legislativa posee
facultades de complementación normativas del presupuesto mínimo nacional de
conformidad a la competencia autónoma otorgada por la norma de máximo rango, y la
autoridad ejecutiva posee competencias para dictar normas administrativas con las pautas
del derecho administrativo local. Esto lo afirma siguiendo el trabajo de FARN, 2003,
titulado “Presupuestos Mínimos de Protección Ambiental. Sugerencias para su
reglamentación”. Se dice que si la norma fundamental estableció el principio que luego
recogió la legislación nacional de fijar determinados recaudos para accionar en protección
del medio ambiente, con mayor razón lo puede hacer la provincia, porque se encuentra
entre las facultades no delegadas a la nación. Siendo esto lo que hace la Provincia de Salta
al establecer, en el art. 13 de la ley 7070 de Protección Ambiental, que para ejercer la
acción de protección a los fines de la prevención de los efectos degradantes del ambiente
que pudieran producirse o la acción de reparación__como la intentada en autos__,
tendientes a restaurar o recomponer el ambiente y/o los recursos naturales ubicados en el
territorio de la provincia, tienen legitimación entre otros, todas las asociaciones abocadas a
la defensa del medio ambiente registradas conforme a la ley. Conforme a ello es que la ley
7070 establece, en el art. 80, que la autoridad de aplicación habilitará un registro o sección
especial para las asociaciones ambientalistas o entidades conservacionistas que operen en
jurisdicción provincial.
La Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable dictó la res. 17 del
6/4/2001 (publicada en el Boletín Oficial), que habilitó el registro de asociaciones
ambientalistas de la provincia de Salta, la que en el inc. I establece los recaudos para la
inclusión de las asociaciones, que__requiere la constancia de otorgamiento de personería
jurídica debidamente legalizada. Siendo los otros requisitos los siguientes: 1) la solicitud
de inscripción; 2) acta constitutiva de la sociedad debidamente legalizada; 3) instrumento
de designación de autoridades debidamente legalizadas; y 4) constancia de otorgamiento
de personería jurídica debidamente legalizada. En el formulario respectivo figura además:
fecha de constitución y actividad principal de la institución.
Es importante destacar que por razones ligadas a la regulación jurídica integral,
la provincia de Salta incorporó un plexo normativo armónico, el que además de la ley
7070, lo integra el Acta Ambiental del NOA, suscrita entre las provincias de Salta, Jujuy,
Catamarca, Tucumán y Santiago del Estero, y se complementa con la denominada “Ley del
Sistema Provincial de Áreas Protegidas.
El reglamento a concebido a la autoridad de aplicación como un órgano
desconcentrado de la administración ejerciendo las atribuciones que expresa o
implícitamente le confiere el ordenamiento jurídico. En consecuencia, tales facultades
abarcan a materias regulatorias y de control y dice: “Que respecto de la legitimación, la
normativa aplicable impone reconocimiento de los intereses difusos y de los derechos de
incidencia colectiva, como categorías distintas y diferenciadas en las que el ius tutelado
parte de la noción de daño y de damnificado, situación de hecho que solo se puede
advertir en el caso concreto. No obstante, se confiere a los ciudadanos en general la
legitimación activa para articular las defensas en protección del ambiente. Que las
acciones previstas en la ley permiten al particular recurrir a sede administrativa o judicial
en cuyo caso la opción por una de las vías importaría la resignación de la otra hasta tanto
opere resolución o sentencia judicial firme. Queda por afirmar que las resoluciones
administrativas, a diferencia de la decisión judicial, no revisten el carácter de cosa
juzgada en sentido material toda vez que permanece abierta y expedita la vía judicial. Que
la legitimación residual que ostenta el derecho público, resolviendo así el texto legal los
eventuales conflictos originados por dudas interpretativas. En cuanto a la legitimación
que la ley le confiere a las asociaciones ambientalistas, la defensa de los intereses difusos
es amplia e irrestricta, mientras que la acción de reparación o recomposición es una
cuestión ligada al damnificado, en cuyo caso, se entiende, la podrá ejercer por vía de
sustitución procesal”.
REFLEXIÓN FINAL

C
on los avances tecnológicos, científicos, la globalización en
comunicaciones, el capitalismo, etc., el hombre se dio cuenta que
tenía todo al alcance de las manos y parecería que no hubiera nada
imposible; desde habitar cualquier lugar del planeta bajo cualquier condición,
explorar lo inexplorable, hasta poder clonar seres vivos. Pero hay una cosa
que el hombre no puede predecir y dominar aun, la naturaleza.
Los recursos naturales son la riqueza de un país y no tienen frontera,
recaen bajo diversas jurisdicciones, son de interés comunitario y debieran ser
prioritarios, sin embargo, es increíble que el hombre con tanta capacidad
creativa, tenga un impulso autodestructivo con respecto a su entorno y así en
su afán de dominación no toma conciencia de la problemática ambiental, de
los peligros de la degradación del medio ambiente.
Cuando la sociedad toma conciencia, de los muchos daños que podrían
ocasionarse al ambiente, tanto a la generación presente como a las futuras y
busca respuestas rápidas y efectivas para la resolución de los problemas
medioambientales, es cuando se tiene la esperanza de que tomen plena
vigencia los derechos humanos de tercera generación.
Es un derecho y una obligación de todos cuidar el ambiente sano y
equilibrado, pasa no tan solo pasa por reglamentar la normativa vigente sino
de un compromiso de toda la sociedad de cuidar el ambiente.
Estos derechos no pueden ser simples aspiraciones del conjunto de la
sociedad, sino deben constituirse en derechos que pueden ser ejercidos tanto
en forma individual como colectiva, habida cuenta de que trascienden el
interés particular por estar comprometida en su defensa la comunidad toda.
Estos nuevos derechos son una señal de advertencia a todos los
habitantes y al Estado, a una toma de conciencia sobre la importancia de la
protección ambiental, problemática que era, hasta hace poco tiempo atrás,
tomada con notable indiferencia tanto por la sociedad como por el Estado.
Los cambios producidos se generan como consecuencia del proceso de
complejización de la sociedad, adecuando los normas jurídicas a las nuevas
realidades económicas y sociales, incorporando el componente ambiental
como derecho a proteger.
El Derecho Ambiental es uno de los denominados derechos de tercera
generación, que integra el conjunto de derechos humanos en los que el bien
tutelado es inherente a la persona. Por lo tanto está en nosotros contribuir a
que sea efectiva la tutela y protección del medio ambiente, con una actuación
cauta, mesurada y precautoria de los recursos de nuestro entorno.-

Dra. Ruth Ecónomo de Dib Ashur y Dr. Carlos Colque.-


ANEXO JURISPRUDENCIAL
BIBLIOGRAFÍA

• Derecho Ambiental: Introducción al tratamiento judicial de los casos


ambientales en Salta__Legislación Básica. J. S. Lloret-Doctrina
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• J Iturraspe. Daño Ambiental. T.I.p.175. Ed. Rubinzal Culzoni.-
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• Peyrano Guillermo F. “la acción de Amparo del art. 43 de la CN-JA
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• Jiménez Eduardo. “Los magistrados judiciales concebidos como
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• “La Corte reduce su competencia originaria”-JA 2006-II, fsc. Nº 4,
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• Jiménez Eduardo. Los derechos humanos de tercera generación,
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• Evolución de la Jurisprudencia- ESAIN, José A., Federalismo
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• M. C. Garros Martinez- “Cuestiones de Legitimación en acciones
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• Jiménez Eduardo-2003. La legitimación ciudadana en materia de daño
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