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John Holloway
1. ¿De dónde vienen? Del futuro. Llegan huyendo del futuro. Del mundo
destruido por el capital. De los efectos del calentamiento global y de la
destrucción ambiental, del auge de la violencia criminal, de la desigualdad
creciente que es parte del capitalismo moderno. Uno de los éxodos más grandes
de la historia, están huyendo de la extinción que amenaza a todas y todos. En
las últimas semanas se ha hablado mucho de la Extinction Rebellion (Revuelta
contra la Extinción) en Gran Bretaña. Me parece que ellas y ellos son parte de la
misma rebelión contra la extinción. Nos están señalando la urgencia de la crisis
mundial.
2. ¿A dónde van? Ya sabemos. Van a esperar tal vez meses por el lado
mexicano de la frontera en Tijuana, esperando la posibilidad de tener una cita
con las autoridades estadounidenses. Algunos van a tratar de cruzar
ilegalmente, algunos van a morir en el intento, algunos van a caer en las manos
de las patrullas fronteras, algunos van a pasar. Algunos nunca van a llegar a la
frontera por caer en las manos de los narcos que los van a obligar a trabajar
para ellos o simplemente matarlos. Muchos van a ser interrogados y mandados
de regreso a sus países. Pocos van a tener la suerte de llegar al capitalismo
para vivir en la miseria, la discriminación y la inseguridad que caracterizan la
vida de los migrantes.
Entre los migrantes hay muchas mujeres jóvenes con bebés que me me
hacen pensar en la Canción de Cuna de una madre proletaria de Brecht:
Este mundo de los sueños no existe pero tiene una fuerza real. Los
migrantes huyen, pero también quieren llegar. Es un mundo falso, una imagen
mentirosa que se nos proyecta todo el tiempo en la televisión y las películas (el
sueño americano), pero es una mentira que refleja la fuerza del anhelo. Aún si
pensamos que el bebé está destinado el basural, hay más que eso. La nana de
Brecht sigue:
Los sueños de los migrantes no son ridículos, son más bien parte de un
mundo de locura, de un mundo latente, de un mundo anti-identitario, de un
mundo de riqueza que existe no solamente en sino también contra-y-más-allá de
la forma mercantil, de un mundo que todavía no existe y por lo tanto existe ya
como todavía-no, como anhelo, sueño, lucha. Los sueños de los migrantes no
son ridículos porque existen también en las cabezas de todas y todos que
estamos aquí presentes. Como dice Arundhati Roy, “Otro mundo no es
solamente posible, ella ya está en camino. En un día tranquilo, puedo escucharla
respirar.” Eso es lo que escuchamos en los sueños absurdos de los migrantes,
en su NO masivo a las fronteras.
10. Al principio dije que este es una plática sin nombre. En realidad tengo dos
nombres posibles para la plática. Es un poco como estos libros para niños donde
el lector puede ir moldeando la trama, o en este caso escogiendo el título. El
primer título posible es Canción de la Extinción, Extinction Song. Ahora como
nunca antes estamos enfrentados con la posibilidad muy real de la extinción de
la humanidad y de gran parte de la vida terrestre. Es la dinámica del capital, la
dinámica generada por esta organización social que nos está empujando en esa
dirección con una fuerza y velocidad extraordinaria.
Eso es lo que lo hace más urgente que nunca que rompamos con el
capital, con la dinámica de “¡Acumulad! Acumulad! ¡He aquí a Moisés y sus
profetas!” No lo podemos hacer repitiendo las fórmulas del siglo pasado, que
fracasaron. Tenemos que reinventar la revolución, como ya lo están haciendo
muchos movimientos y grupos, como los zapatistas en México. Tenemos que
caminar preguntando, tomando como punto de partida no la dominación, no la
victimización, sino la dignidad. Solamente si nos movemos así podemos cambiar
el nombre de la ponencia, solamente entonces podemos abandonar la Extinction
Song y hablar de una Redemption Song, Canción de la Redención, dedicada a
la redención de los sueños locos de los migrantes.