Elementos
de psicologia
de los grupos
Modelos tedricos y ambitos
de aplicacién
Autores
Franco Di Maria
Universidad de loe Botudios de Palermo
Giorgio Falgares
Universidad de los Estudios de Palermo
‘Traduccién
Susana Diaz, Ugarte
Revision técnica
Nekane Basabe Baraftano
Universidad del Pais Vasco
a
‘onto - goaorA BUENOS ARES CARACAS GUATEMALA LIS80K- MEXICO
NUEVA YORK + PANAMA» SAN JUAN » SANTIAGO » SAO PAUL
[AUCKLAND - HAMSURGO = LONDAES = MILAN - MONTREAL = REBEL Panis
‘SAN FRANCISCO + SIONEY » SINGAPUR » SAN LUIS - TOKIO - TOROMetmoDucaGN
vivencia con los otros permite satisfacer necesidades subjetivas y plurales,
{si como valorar la propia autenticidad en el encuentro con la diversidad.
‘Empezamos ahora a definilo, conscientes tanto de las profundas transfor-
maciones epistemolégicas, como de que el contexto de aplicacién es lo que
determina su esencia.
‘Sobre estas bases conceptuales y epistemol6gicas pretende moverse el
texto: un andlisis no restrictiyo y, en Ia medida de lo posible, aticulado y
‘multiforme, de los posibles émbitos aplicados del grupo psicoldgico, enten-
ido lewinianamente como «totalidad dindmica» que, para poder ser com-
prendido y sobre todo utilizado, necesita diversos prismas de observacién
{que se socorran reciprocamente.
‘Finalmente, hemos estimado oportuno utilizar bandas grises y cuadros
‘para guiar al lector en la focalizacién de tas partes que consideramos mis
elevantes. Ademés, en la part final del texto, el lector encontraré un cuadro
sindptico de las principales diferencias tedricas y técnicas que caracterizan
cl complejo mundo de los grupos.
Franco Di Mania,
GIORGIO FALGARES
Nociones y tipos de grupo
Franco Di Maria, Giorgio Falgares
En el origen de la Nostridad:
como necesidad y como sentimiento
La importancia del grupo, tanto respecto al comportamiento individual como
al de las mismas condiciones bisicas de la individualidad (como concepcién.
subjetiva y cultural), es, como ge ha afirmado en Ia introduccién, 1m dato ya
ampliamente asentado.
"Tal importancia, que debe entenderse en sentido no determinista, parece
conectarse con’ la importancia psicolégica que, en clave general, adquiere la
‘dimensién relacional en la formaci6n, en el crecimiento y en el desarrollo de
la subjetividad. Desde nuesiro punto de vista, en efecto, un individuo es tal,
s6lo en relacién con otros individuos, s6lo si esté inmerso y atravesado por
‘una realidad relacional-grupal (interna y externa al mismo tiempo) capaz de
dar sentido a su existir, En otros términos, los fenémenos psicol6gicos no
pueden ser comprendidos haciendo abstraccién de los contextos en los que
Para dar sentido a nuestra afirmacién creemos que es suficiente, por una
parte, liberamos de un par de grandes prejuicios y, por otra, repasar algunos
‘2contecimientos histérico-antropol6gicos de nuestra especie de extraordina-
rio interés.
El primer gran prejuicio por superar se refiere a la conviccién de que
nuestra mente no es el producto de mecanismos intrapsiquicos aislados; sino
{que no tiene primariamente una fundacién historico-relacional en la
‘medida en que toda nuestra vida, desde el nacimiento, esta determinada por
tuna historia que nos es transmitida a través de las palabras, los afectos, las
‘emociones, que son el resumen de toda nuestra cultura, sobre todo la que nos
hha precedido, Basta con pensar que el nacimiento de nuestra identidad pre-ccavtruto 8
‘cede al momento de Ia fecundacién (pensemos en lo que influye, para una
pareja, el deseo de tener un hijo en el crecimiento del mismo). Nos referimos
2 las denominadas intencionalidades familiares, el conjunto de los deseos,
expectativas, motivaciones que los padres comienzan a estructura respecto
al nascituro, desde que el nascitur esté ain en el seno matemo.
Incluso Is historia del hombre parece confirmar todo ello. Como es sabi-
do, efectivamente, una de las transformaciones antropol6gicas més extraor-
dinarias que ha-caracterizado la especie sapiens consiste ciertamente en el
paso de la posicién a tetrapodia (los primeros hominidos vivian sobre los
frboles, eran vegetaianos y para alimentarse tenfan que permanecer encara-
rmados) a la bipeda (por exigencias de defensa) Pero el elemento més rele
‘vante psicoantropologicamente se refiere al hecho de que a consecuencia de
dicho cambio nuestros antepasados se encontraron caminando y viviendo en
‘grupo, obviamente s6lo por una cuestién de defensa (estar en grupo consti-
tufeuna estructura de defensa mas segura frente alas agresiones) y sin ener
ringuna consciencia de su organizacién psicolégica o desu dimensién afec-
tiva
Sélo mas tarde, con los primero rtos funerarios, es posible hallar el naci-
‘miento de la afectividad consciente de tipo grupal: tras la muerte del compa-
fro 0 del amigo, los individuos sienten, por primera vez en Ia historia del
hombre, la necesidad de ofrecer un contenedor simblico-afectivo que dé
ignidad humana ala musne. El dcompaamicnto «grupal»offece esta posi
bilidad, dando sentido a las eventualidades fenoménicas que el moribundo y
Jas personas por él queridas deben afrontar tras el deveso.
Por oira parte también en el plano psicoevolutivo se pueden encontrar indi-
ios itiles que fundanientan Io afirmado unteriormente. Como es sabido, el
niffo pequefio, nada ms nacer, no tiene ninguna concepcién de s{ como ini-
viduo su mente se estructura grupalmente a partir de su cuerpo. Basta obser
var alos nifios pequefos cuando se miran Tos dedos de las manos 0 se meten
en la boca los dedos de los pies; reconocen estas pares como elementos de un
‘cuerpo del cual ellos no son sujetos hasta haber reagrupado, haber puesto jun-
{0s, los elementos simples deniro de una gestalt corporal més amplia.
“Lo que se ha afirmado hasta aqu es ttl sobre todo para ratificar, en un
plano pragmético, que trabajar en términos grupales significa abandonar la
onviceién de que trabajamos con un objeto que esté fuera de nosotrosy que
se denomina grupo. Trabajar con los grupos es, al conraro, trabajar con un
objeto que habita dentro de nosotros, muestra grupalidad, nuestro mundo
_grupal intemo, que encuentra, se enfrenta, choca con un mundo grupal exter
no, el grupo como objeto, pero que a la vez es, remarcamos, un sujeto que
vive, acta, se mueve, toma decisiones
{Qué es un grupo o a qué Hlamamos grupo?
Qué es un grupo? Aclaramos ya que estamos frente a una de esas preguntas
imposibles, y quizis también carentes de sentido, en la medida en que no
hay, o no puede haber, una respuesta o una definicién dnica.
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NOCIONES ¥ TOS DE GRUPO
La tinica operacién cognoscitiva posible (ciertamente menos ambiciosa,
pero cientificamente mas correcta) es la de abordar la cuestién grupo, deli-
‘mitando, en primer lugar, el campo de reflexién y de intervencién y, a con-
tinuaci6n, intentar no sélo preguntarse qué es un grupo, sino también a qué
Iamamos grupo en ese contexto especifico (empirico y/o de interveneién) en
el que estamos empleando el término.
'En ese sentido, proponemos movernos en dos Iineas contiguas: por una
parte, aclarar que, si se quiere precisar la naturaleza de un grupo cualquiera,
hay que tener en cuenta, como se ha dicho anteriormente, el contexto de
‘observacidn y numerosos criterios, su nivel de organizacicn y su funci6n, las
‘odalidades de interaccidn existentes entre sus miembros y la distribucién
de sus roles, o Ia manera en que se vive la situacién de grupo; por otra, deli-
mitar el campo de observacién, manteniéndonos —es nuestra opcién— den
tro de una perspectiva esencialmente psicosocial.
Como afirman Quaglino ef al. (1992), adoptar un punto de vista psicoso~
cial significa determinar el propio area’ de investigacién en el espacio de
interseccién e integracién entre los datos y los conceptos psicol6gicos, y los
datos y los conceptos referidos a lo social, significa tratar de movernos a lo
largo de dimensiones cognoscitivas que se proponen comprender Ia relacién
‘entre Io psico y lo social, que consideren por igual la subjetividad individual
y el colectivo organizado. Significa, una vez més, tener claro que no existe
tna mente como lugar de lo afectvo defo cognitivo sepaada de una dimen-
ologt
efinido el marco dentro del cual tenemos intencién de movernos, ahora
resulta posible avanzar nuestra definicin de grupo, conscientes de la parcia-
Tidad de la misma,
LLlamamos grupo a una construcciGn de la mente, a una organizaciéa mental,
‘un operador psiquico, a un sentimiento de pertenencia, a una emocién y,
junio a todo ello, contemporéneamente, también a un complejo reticulo de
interelaciones psiquicas de personas que se comunican entre sl que hay que
‘observar desde un punto de vista cogntivo y fenomencl6gico. Grupo es nudo,
‘mara, pluralida.
Grupos primarios y grupos secundarios
Cooley, socidlogo americano, es quien propuso en 1902 la distincién funda-
mental entre Grupos primarios (hoy disiamos grupo pequefio) y Grupos