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¿Qué cosas pueden ser reivindicadas? El CC, en los Art. 890 y 892, nos dice
que pueden ser reivindicadas las cosas corporales, raíces y muebles.
estas cosas deben ser singulares y deben estar
determinadas, por lo tanto, no podrían reivindicarse cosas fungibles (que
el CC confunde con consumibles). Sin embargo, el Art. 668, ubicado dentro
de la accesión de mueble a inmueble, como los casos de edificación,
plantación y siembra en terreno ajeno, establece que mientras los
materiales no estén incorporados a la construcción o los vegetales no estén
arraigados al suelo, puede reivindicarlos el dueño. Esto viene a significar
que pueden reivindicarse mientras aún sean identificables.
El Art. 891 agrega que los otros derechos reales pueden reivindicarse igual
que el dominio, a excepción del derecho real de herencia, que se excluye
por tratarse de una universalidad jurídica, procediendo una acción especial
llamada acción de petición de herencia (Art.1264).
En todo caso, cabe tener en cuenta que, según cierta doctrina, es posible
que el dueño y poseedor inscrito haya perdido un elemento de la posesión,
el corpus, y por ello sí podría intentar la acción reivindicatoria. Como
hay fallos que han aceptado esta tesis, lo ideal es interponer ambas
acciones, que son incompatibles, una en subsidio de otra (recordar en este
punto lo señalado en clases y las lecturas de Alessandri, Trucco y
Urrutia).
Acción publiciana
Además, es posible que este mero tenedor, de mala fe, se dé por poseedor,
en cuyo caso, el Art. 897 establece que está obligado a indemnizar
perjuicios "por su engaño".
Pueden existir uno o más herederos que poseen. Hay un solo heredero que
posee cuando hay un heredero único o cuando ha habido varios herederos pero
solo a uno se le adjudicó el bien. Si son varios, la acción se ejerce
contra el heredero que posee. Y como el juicio reivindicatorio da lugar a
las llamadas reglas de las prestaciones mutuas -en virtud de las cuales el
poseedor vencido estará obligado a pagarle al reivindicante triunfador una
serie de prestaciones en materia de deterioros y frutos- esas prestaciones
corresponderán a todos los herederos a prorrata de sus cuotas hereditarias,
porque, por definición, son deudas hereditarias y éstas corresponden a los
herederos a prorrata de sus cuotas hereditarias, según lo establece el Art.
1354 inc. 1 y 2, que debe entenderse complementando el Art. 899.
Este poseedor que enajenó es aquel que se encontraba de buena fe, porque el
Art. 900 regula de manera distinta el caso del poseedor de mala fe que
enajenó.
El Art. 900 plantea el caso del poseedor de mala fe inicial que dejó de
poseer por un hecho o culpa suyo, por ejemplo, porque enajenó la cosa. El
CC recurrió a una verdadera ficción porque estableció que se puede intentar
en su contra la acción reivindicatoria, como si actualmente poseyese. En
esta hipótesis, el dueño tiene un derecho opcional. Puede demandar al que
dejó de poseer o al poseedor actual, y si demanda al que dejó de poseer,
como si actualmente poseyese, éste estaría obligado, en caso de perder el
pleito. a: restituir la cosa que ya no posee, en consecuencia, a restituir
su valor tasado por peritos (comercial y no fiscal), y a cumplir todas las
obligaciones que se le imputen según las reglas de las prestaciones mutuas
y que le correspondan por su mala fe (la ley es más severa con el poseedor
de mala fe pues lo hace responsable de frutos y deterioros).
6) Finalmente, en conformidad con el Art. 915, que dice que las reglas de
este título (XII) se aplican también contra el mero tenedor que retiene
indebidamente la cosa, la acción reivindicatoria, que por definición legal
se intenta contra el poseedor no dueño (y no un mero tenedor), también
procedería en estos casos.
Sin embargo, algunos autores, como Lorenzo de la Maza, sostienen que este
artículo está mal redactado, y lo que realmente debería decir es "las
reglas de este párrafo" (párrafo 4º, de las prestaciones mutuas).
En esta materia es clave precisar que el mero tenedor puede estar en tres
situaciones jurídicas distintas:
Al no señalar la ley uno especial, conforme al Art. 3 del CPC, tiene cabida
el procedimiento ordinario. Y como durante la tramitación de un juicio
reivindicatorio la cosa está en manos del poseedor actual, que es el
demandado, la ley ha dispuesto ciertas medidas conservativas para
garantizar que el poseedor vencido pueda restituir la cosa al reivindicante
vencedor, distinguiendo para tal efecto entre bienes muebles e inmuebles.
Se encuentran contenidas en el párrafo IV, título XII, libro II, arts. 904
y siguientes.
c) El poseedor vencido debe pagar las costas del pleito si hubiese sido
condenado a ello conforme a las normas de procedimiento del CPC y,
eventualmente, si se decretó secuestro, tiene que pagar los gastos de
custodia y conservación, según lo dispone el Art. 904. Estos gastos de
conservación y custodia en el secuestro, por ley debe pagarlos el
actor, pero si obtuviese sentencia favorable tiene derecho a que el
poseedor vencido le reembolse esos gastos.
d) En materia de frutos, es importante tener en cuenta que éstos pueden
ser naturales y civiles (arts. 644 y 647). En esta materia, la ley
distingue entre poseedor de buena y mala fe. Señala el Art. 913, que
la buena o mala fe, tratándose de frutos, se va a apreciar al tiempo
de la percepción de éstos, es decir, tratándose de frutos naturales,
desde que se han separado de la cosa que los produce, Art. 645, y,
conforme al Art. 647, tratándose de frutos civiles, desde que se
"cobran" (que la doctrina ha entendido desde que se "pagan", debiendo
tener presente, además, que tratándose de frutos civiles, el Art. 790,
inserto en el usufructo, nos dice que estos pertenecerán al dueño día
a día).
Este derecho tiene su base legal en el Art. 914. Procede a favor de las
personas que designa la ley, en este caso, el poseedor vencido. Constituye
una garantía para asegurar el pago que el reivindicante debe hacer en razón
de las expensas y mejoras. Sin embargo, no tienen aplicación de pleno
Derecho pues es necesario que su procedencia se declare judicialmente a
petición del poseedor vencido (Art. 545 del CPC). Se hace efectivo sobre la
cosa reivindicada, la que, en su caso, es considerada como bien prendado o
hipotecado según se trate de mueble o inmueble, pero solo para los efectos
de su realización o venta y preferencias (os créditos prendarios o
hipotecarios son créditos preferentes), aunque sin otorgar el derecho de
persecución respecto de terceros (ya que éste es propio de todo derecho
real, característica que no tiene el derecho legal de retención).