Sei sulla pagina 1di 9

INTRODUCCION

La antigua Ley de Reforma Agraria del año 1960 y la actual Ley de Tierras y
Desarrollo Agrario, introdujeron cambios importantes en esta materia, tratando por todos
los medios de fomentar la propiedad o el uso de la tierra de forma individual o colectiva, y
coartando la posibilidad de concentrar el derecho de dominio en un solo titular. Bien
podemos comparar la existencia de tres tendencias doctrinarias muy precisas en cuanto
el régimen de tenencia de la tierra: una que propicia la propiedad sin limitaciones de
ninguna clase, la segunda que la elimina de los particulares, y la tercera que la admite;
pero con ciertas limitaciones. Venezuela estaría dentro de la tercera tendencia doctrinaria
la cual admite la propiedad agraria como tal, pero con la limitación legal pertinente, es
decir, el cumplimiento de la función social.

Como resultado de ello en el régimen de tenencia de la tierra se pueden distinguir


las siguientes instituciones agrarias: La Propiedad agraria: es el derecho que tienen las
personas de usar, gozar, y percibir los frutos de las tierras que están bajo su cuidado, o
más precisamente el derecho de disfrute del bien y el ejercicio del mismo derecho. La
posesión agraria: es una forma de tenencia de la tierra; constituye una relación de hecho
sobre la tierra que se trabaja. La adjudicación de tierras: es una forma de adquirir la
posesión agraria legítima a través de las dotaciones y las regularizaciones de tenencia
ambas previstas en la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario. En tal sentido las distintas
reformas agrarias trataron de eliminar estas irregularidades llegando al caso de liquidar
el dominio tradicional, proponiendo otro más justo, en el cual el interés colectivo debía
privar sobre el interés particular. Caso vigente en nuestro país la promulgación de la
actual Ley de Tierras y Desarrollo Agrario, que estableció en la mayoría de sus artículos
como base del desarrollo agroalimentario del país la justa distribución y redistribución de
la tierra. El régimen de tenencia de la tierra equivale a la relación jurídica entre el titular
del dominio y la comunidad jurídica, en todo lo concerniente al poder del titular a disponer
de la cosa o de usarla solamente o de usufructuarla.
DESARROLLO

La seguridad agroalimentaria de la población se ha enfocado a atender el


abastecimiento inmediato de los suministros de bienes básicos y a crear la base
productiva interna, capaz de enfrentar en el mediano plazo la insuficiencia de la
producción nacional de alimentos, como parte del objetivo estratégico de garantizar la
soberanía económica de la Nación.

Venezuela es un país que presenta una gran biodiversidad ambiental y riqueza


natural que lo hacen potencialmente viable para lograr satisfacer las necesidades
alimentarías y nutricionales de la población nacional, particularmente de aquellos sectores
con grandes restricciones de medios de producción y bajo nivel de desarrollo humano y
social. De tal manera, que las políticas que debe tomar el Ejecutivo Nacional en pro del
desarrollo de la Nación, tengan su efectividad, las mismas deben tener un basamento
legal firme, los cuales se encuentran establecidos en la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, en su título VI, del Sistema Socioeconómico, Capítulo I, del
Régimen Socioeconómico y de la Función Social del Estado en la Economía, establece la
promoción de la agricultura como base estratégica para el desarrollo rural, integral y
sustentable de la Nación, tal como lo señala en sus artículos 305 y 306, que establecen:
Artículo 305: El Estado promoverá la agricultura sustentable como base estratégica del
desarrollo rural integral, y en consecuencia garantiza la seguridad alimentaria de la
población; entendida como la disponibilidad suficiente y estable de alimentos en el ámbito
nacional y el acceso oportuno y permanente a éstos por parte del público consumidor. La
seguridad alimentaria deberá alcanzarse desarrollando y privilegiando la producción
agropecuaria interna, entendiéndose como tal la proveniente de las actividades agrícola,
pecuaria, pesquera y acuícola. La producción de alimentos es de interés nacional y
fundamental al desarrollo económico y social de la Nación. A tales fines, el Estado dictará
las medidas de orden financiero, comercial, transferencia tecnológica, tenencia de la
tierra, infraestructura, capacidad de mano de obra y otras que fueren necesarias para
alcanzar niveles estratégicos de autoabastecimiento. Además, promoverá las acciones en
el marco de la economía nacional e internacional para compensar las desventajas propias
de la actividad agrícola.
El Estado protegerá los asentamientos y comunidades de pescadores o pescadoras
artesanales, así como sus caladeros de pesca en aguas continentales y los próximos a la
línea de costa definidos en la ley.
Artículo 306: El Estado promoverá las condiciones para el desarrollo rural integral, con el
propósito de generar empleo y garantizar a la población campesina un nivel adecuado de
bienestar, así como su incorporación al desarrollo nacional. Igualmente fomentará la
actividad agrícola y el uso óptimo de la tierra mediante la dotación de las obras de
infraestructura, insumos, créditos, servicios de capacitación y asistencia técnica.

Con la entrada en vigencia de la nueva Ley de Tierras y Desarrollo Agrario, el


sector campesino comienza a ser beneficiado con importantes logros jurídicos, los cuales
inciden directamente en el mejoramiento de la calidad de vida del campesino, así como en
la óptima utilización y distribución de las tierras para el aprovechamiento de los recursos
naturales, con miras a garantizar el desarrollo agrícola sustentable y la seguridad
agroalimentaria en nuestro país, como lo establece uno de los principios fundamentales
de nuestra carta magna, los cuales antes han sido mencionados y transcritos. Las Bases
del desarrollo rural se encuentran expresas en el Titulo I de la Ley de Tierras y Desarrollo
Agrario y sus principales logros se pueden resumir de la siguiente manera: 1.- La
adjudicación de tierras al campesino, reconocido en su artículo 8, el derecho a la
adjudicación de tierras a toda persona que sea apta para el trabajo agrario. 2.- Protección
a la mujer del campo, establecido en el artículo 14 de la Ley de Tierras y Desarrollo
Agrario, que serán beneficiarias preferenciales de adjudicación de tierras las ciudadanas
que sean cabeza de familia y que se comprometan a trabajar una parcela para mantener
a su grupo familiar. 3.- Beneficios sociales, la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario, en su
artículo 16, garantiza a los trabajadores del campo todos los beneficios previstos en la Ley
Orgánica del Trabajo, lo cual mejora sustancialmente su condición social. 4.- Garantías
para grupos asentados históricamente en áreas rurales, según el artículo 17 de la Ley de
Tierras y Desarrollo Agrario, dentro del régimen del uso de tierras con vocación para la
producción agroalimentaria, se garantiza la permanencia de los grupos de población
asentados en las tierras que históricamente han ocupado. 5.- Garantía de progreso
material y de desarrollo humano; queda garantizado el derecho de todos los campesinos y
campesinas a perseguir su progreso material y desarrollo humano en libertad,
con dignidad e igualdad de oportunidades, establecido en articulo 17, numeral 4, de la Ley
de Tierras y Desarrollo Agrario. 6.- Protección del folclore y las costumbres; el Estado es
el encargado de asegurar la protección de la cultura, el folclore, la artesanía,
las técnicas ancestrales de cultivo, las costumbres, usos y tradiciones orales de los
campesinos, así como la biodiversidad del hábitat, lo cual está contemplado en el numeral
6 del artículo 17 de la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario. 7.- Reconocimiento del conuco
como fuente histórica de biodiversidad agraria; la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario,
reconoce en sus artículos 19 y 20 al conuco, como fuente histórica de la biodiversidad
agraria, encargando al Ejecutivo Nacional la tarea de promover, en las áreas
desarrolladas por conuqueros, la investigación y la difusión de las técnicas ancestrales de
cultivo, así como el control ecológico de plagas, las técnicas de preservación de suelos y
la conservación de los germoplasmas en general. 8.- Optimización del uso de las
aguas. El agua como recurso de interés nacional, debido a su importancia para el
desarrollo de la vida, también ocupa un lugar preponderante, pues la Ley de Tierras y
Desarrollo Agrario, encarga al Instituto Nacional de Tierras, la vigilancia del uso y
aprovechamiento racional de las mismas, con fines de riego y acuicultura. Este organismo
será el encargado de crear una comisión permanente que coordinará el régimen del uso
de las aguas con fines de producción agropecuaria. 9.- Redistribución de las tierras
ociosas: en vista de que la producción agraria y el desarrollo rural constituyen temas de
interés nacional, la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario, estipula algunos mecanismos para
confiscar aquellas tierras que, dadas sus condiciones óptimas para la producción,
permanecen ociosas. En este sentido, se establece que será la Oficina Regional de
Tierras la encargada de abrir averiguaciones con relación a las denuncias que reciba en
este sentido. 10.- Impuesto sobre tierras subutilizadas. La nueva Ley de Tierras y
Desarrollo Agrario, en el artículo 97 crea un impuesto que busca gravar la infrautilización
de las tierras rurales, tanto privadas como públicas, quedando excluidas del ámbito de
aplicación de este impuesto las tierras cubiertas de bosques naturales declarados por el
Ejecutivo Nacional como tales (estos no podrán ser objeto de explotación y uso alguno).
El artículo 106 define como tierras infrautilizadas aquellas que poseen vocación agrícola,
pecuaria o forestal que no alcancen el rendimiento idóneo calculado según las
disposiciones contenidas en la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario.

Ahora bien, de todo lo antes expuesto, se destaca la protección al campesino, la


protección a los predios rurales y la abolición del latifundismo y es gracias a la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y la nueva Ley de Tierras y
Desarrollo Agrario que hoy día las personas tienen garantizada la producción agrícola
pecuaria y la tenencia de la tierra, siendo el estado el garante de la seguridad
agroalimentaria del País y del derecho que se le atribuye a cada una de las personas
involucradas; contando estas personas con seguridad jurídica, pues la nueva Ley de
Tierras y Desarrollo Agrario, estable los procedimientos para que las personas ejerzan su
debido derecho a la defensa y al debido proceso, como lo establecido en el artículo 49 de
la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.

Es necesario acotar, que en la nueva Ley de Tierras y Desarrollo Agrario, se han


creados dos principales instituciones administrativas, que son: Instituto Nacional de
Tierras: que se hace cargo de la regularización de las tierras con vocación agraria,
llevando a cabo los procedimientos de declaratoria de finca ociosa y de certificación de
finca mejorable o productiva. Igualmente, es competente para tramitar los procedimientos
de expropiación agraria y de rescate, y para intervenir preventivamente las tierras que se
encuentran improductivas y el Instituto Nacional de Desarrollo Rural, que tiene
la responsabilidad de contribuir con el desarrollo rural integral del sector agrícola
en materia de infraestructura, capacitación y extensión. El objetivo aquí es reflexionar
sobre el impacto que dicha Ley tendrá sobre las actividades forestales, especialmente las
productivas en el establecimiento y manejo de plantaciones y él manejo del bosque
natural.

Por último, cabe destacar en el presente ensayo, que la Ley de Tierras y Desarrollo
Agrario, fue concebida para resolver el grave problema de injusticia que significaba
mantener en el campo venezolano una clase social totalmente empobrecida y
discriminada por su condición de campesino, por tal motivo, el derecho agrario
venezolano había sido ubicado en el campo del derecho social.
CONCLUSION

La distribución de la tierra es una vieja aspiración de los pobres en el campo


venezolano. Los campesinos desean trabajar la tierra y mejorar su nivel de vida. Pero
esta aspiración justificada se enfrenta a la feroz resistencia de los grandes terratenientes,
que, junto con los grandes capitalistas, constituyen la piedra angular de la oligarquía
venezolana. En Venezuela no es posible ningún avance real hasta que se haya roto
el poder de esta oligarquía. Esa es la verdadera importancia real de la revolución agraria
en Venezuela.
Para que una Constitución democrática signifique algo debe ser respaldada desde
abajo con la acción de masas. Sin eso, sólo será una concha seca, un cascarón vacío de
todo contenido real, los huesos sin vida de un esqueleto.
Sólo el movimiento revolucionario de los trabajadores y los campesinos puede
poner carne en estos huesos y dar verdadero contenido a la democracia. Por lo tanto,
decir que los campesinos venezolanos deben limitarse a lo que es aceptable para los
abogados, aceptar controles, moderar sus reivindicaciones a lo que consideran razonable
los burócratas, en pocas palabras, sentarse y esperar a que la tierra se la sirvan en un
plato, sería eliminar la posibilidad de que se pudiera llevar a cabo en Venezuela una
genuina y verdadera reforma agraria.
El intento de avanzar hacia la reforma agraria ha expuesto a quemarropa el dilema
central de la Revolución Bolivariana. No es simplemente una cuestión de modificar la
situación existente. La estructura económica y social agraria debe ser completamente
transformada, no puedes curar un cáncer con una aspirina. Por esta razón, los
campesinos venezolanos, como sus hermanos y/o hermanas en las ciudades, están
sacando conclusiones muy revolucionarias.
Con la promulgación de la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario (entro en vigencia
en el año 2010), podemos comparar y ver los grandes avances, en comparación con la
Ley de Reforma Agraria (entro en vigencia en el año 1960), entre las diferencias y
semejanzas más destacadas, tenemos:

Ley de Reforma Agraria:


1.- Esta Ley tiene por objeto la transformación de la estructura agraria del país;
2.- Existen los propietarios de grandes extensiones de tierras y terratenientes;
3.- No se menciona procedimiento jurisdiccional en cuanto a materia agraria.

Ley de Tierras y Desarrollo Agrario:


1.- Tiene por objeto establecer las bases del desarrollo rural integral y sustentable;
2.- No existirán más los terratenientes, sólo los adjudicados;
3.- Se menciona el procedimiento jurisdiccional que se debe seguir en materia
agraria.

La revolución agraria, si quiere triunfar, debe desafiar el poder de la oligarquía, y


no sólo en el campo. Para que la producción agrícola no sufra un daño irremediable, las
granjas, fincas y fundos expropiados deben ser gestionadas en líneas colectivas. Eso sólo
se puede conseguir si tienen garantizada la financiación necesaria, créditos baratos con
intereses bajos, fertilizantes, tractores y cosechadoras baratas, camiones para
el transporte y mercados garantizados para sus productos. Eso sólo se puede conseguir
si están integradas en un plan global de producción.

Potrebbero piacerti anche