Sei sulla pagina 1di 13

Caracteristicas Sobresalientes de un Avivamiento

AUTOR: JAMES STEWART 2016-08-22

¿Cuáles son las características distintivas de un avivamiento? ¿Qué diferencia hay entre los días
extraordinarios de la iglesia y los días ordinarios? En mi propio ministerio de avivamiento he
descubierto que los días de el cielo en la tierra se reconocen fácilmente por ciertas evidencias.

Avivamientos del Espiritu santo

¿Cuáles son las características distintivas de un avivamiento? ¿Qué diferencia hay entre los días
extraordinarios de la iglesia y los días ordinarios?

En mi propio ministerio de avivamiento he descubierto que los días de "el cielo en la tierra" se
reconocen fácilmente por ciertas evidencias. Es cierto que ningún avivamiento es
completamente igual a otro.

Mientras que cada uno conlleva elementos comunes con los demás, sin embargo cada uno tiene
características singulares. No importa el tiempo, el país, o las circunstancias, hay ciertas
características sobresalientes que se encuentran en todos los verdaderos movimientos del
Espíritu Santo.

HE AQUÍ ALGUNAS DE LAS EVIDENCIAS DE UN AVIVAMIENTO

Una profunda hambre de Dios


Una historia morava escrita pocos días antes del 3 de agosto de 1797 dice:

"Una gran hambre de la palabra de Dios tuvo lugar en nosotros de tal manera que teníamos que
tener tres servicios cada día; por ejemplo, 5:00. 7:30 a.m. y 9:00 p.m. y cada quien deseaba más
que cualquier otra cosa que el Espíritu Santo tomara completo control. El amor propio y el
egoísmo, así como toda desobediencia desaparecieron y una abrumadora y desbordante gracia
nos arrastro literalmente a todos hacia un gran océano de amor divino."

En 1885 el reverendo G.H Moore y su congregación buscaron de manera más profunda y más
completa un encuentro con el Señor. Cuatro hombres fueron movidos a orar: McQuilkin,
Meneely, Wallace y Carlisle. Se reunían generalmente los sábados por la noche en una vieja
escuela de Kells, buscando al Señor para tener una manifestación más llena de su poder para
saciar el hambre de sus corazones. Esto fue el principio de un poderoso avivamiento que llegó a
todo Ulster.

Juan Wesley describe este encuentro en su periódico:

"Lunes, 1º de enero de 1739. Mi hermano Charles y los señores Hall, Kinchin, Ingham, Whitefield
y Hutchins, estaban presentes en nuestra fiesta de amor en Getterslane con aproximadamente
sesenta hermanos más. Como a las tres de la mañana mientras continuábamos en oración el
poder de Dios cayó poderosamente sobre nosotros, tanto que algunos lloraban de inmenso gozo
y otros caían al suelo. Tan pronto como nos recuperamos un poco del temor reverencial y del
asombro por la presencia de su Majestad, prorrumpimos a una voz: "Te alabamos, oh Dios,
reconocemos que eres el Señor".

Agonía por las almas

Una agonía por las almas es otra característica sobresaliente. Un joven galés, mientras hacía una
lectura un domingo en la mañana llegó a las palabras "por Su agonía y el sudor de Su sangre" y
fue tomado por una gran pesadez y por su agonía, y de alguna manera se sintió parte del gran
sufrimiento de Getsemaní y del Calvario. Esto fue el principio de un poderoso trabajo de gracia
que sacudió la pequeña localidad de Gales. Cuando Daniel Rowlands leyó estas palabras a su
congregación fueron subyugados y sintieron que estaban también en Getsemaní con su Señor.
Cuando Murray McCheyene regresó de Tierra Santa después de 6 meses de estar ausente de su
gente en Dundee, describió que una gran obra de parte de Dios estaba como nunca antes
teniendo lugar a través del ministerio de William C. Burns, un joven de 22 años.

Tan grande era la agonía dentro de la congregación por las almas perdidas y por las increíbles
eran las escenas que sucedían aún hasta las cuatro de la mañana en la iglesia de San Pedro, que
el Presbiterio de Aberdeen le pidió que hiciera un reporte especial sobre estas impresionantes
escenas. Algunos del Presbiterio querían condenar lo que sucedía en San Pedro de Dundee por
su aspecto emocional. Aquí tenemos parte de su respuesta:

"Desde mi regreso he visto con frecuencia la predicación de la palabra con tanto poder, y las
cosas eternas tan cerca, que los sentimientos de la gente no se pueden contener. He observado
en esas ocasiones una tremenda quietud que prevalece en la asamblea, cada oyente inclinado
hacia delante con profunda atención cubriéndose las caras para orar que las saetas del Rey de
Sion sean enviadas a los corazones de los pecadores".

Algunas veces durante mis reuniones en Europa, el coro no ha podido ni entonar los cantos
debido al gran quebranto en agonía por las almas.

Llenos del amor de Cristo

Está característica está siempre en un avivamiento. Un inglés visitó a Christmas Evans en Gales,
de quien había oído hablar mucho, y con quien sentía cierto disgusto por sus reuniones
desordenadas y su celo impropio. Este inglés predicó fríamente, determinado a no dejarse llevar
por las formas desordenadas del galés.

Cuando termino, le tocó el turno a Evans y lleno de respeto por el hermano inglés trató de
hablar con un sencillo lenguaje y mientras describía de manera poderosa la gloria de Cristo, lo
enorme de su Sufrimiento y el infinito mérito de su sacrificio, el inglés olvidándose de sí mismo
exclamó: "Oh mi Dios, ¿es esté mi Salvador?" y cayó al piso.

Este relato fue sólo una secuencia natural de una experiencia previa del predicador Evans.
Mientras cabalgaba hacia las laderas donde tendría que predicar y estando consciente de lo que
es tener un corazón frío en el púlpito, en la oración secreta y el estudio, desmonto de
cabalgadura y pasó tres horas en el bosque clamando a Dios que quebrantara su frío corazón y le
llenara con ardiente amor por las almas.

"Habiendo empezado," dijo "en el nombre de Jesús, pronto sentí como si se soltaran las cadenas
y la dureza del corazón se ablandara, y como lo pensé, montañas de hielo y nieve se disolvían y
se derretían junto conmigo. Me cubrían con una dulce sensación de Su amor y Su perdón
Mientras el sol se ocultaba me encaminé a mi cita. Al día siguiente predique con tal poder a la
gran cantidad de gente que se reunió en la ladera, que el avivamiento no se hizo esperar y se
extendió por toda la región."

En una remota villa de Cardiganshire en una reunión una joven de naturaleza tímida se paro con
voz temblorosa exclamó en galés: "Amo a Jesús con todo mi corazón." Muchos historiadores
espirituales creen que este fue el principio del avivamiento en Gales en 1904.

Recuerdo que estaba exponiendo la gloria de Cristo de acuerdo a Efesios, a un grupo de nuevos
convertidos en Hungría, cuando el Espíritu Santo nos inundó a todos con Su amor, tanto que no
pude terminar el mensaje, sino sólo llorar junto con la congregación en gran gozo de alegría.

No podemos asombrarnos de que uno de los himnos favoritos del avivamiento galés en 1904
fuera:

¡Maravilloso amor! ¡ilimitada misericordia!

Tan grande como los océanos,

Jesús, el Príncipe de la vida, está muriendo

Por su sangre hay vida en nosotros.

¡Oh que corazón podría olvidarlo!

¿Quién puede cesar de cantarle alabanzas?


¡Maravilloso amor! Por siempre apreciado

Mientras los cielos se llenan de música.

Una pasmosa sensación de la majestad y la santidad de Dios

¡Cuán vacíos y superficiales son nuestros servicios hoy en día para los avivamientos! Cuán poco
sentido de la presencia y del poder de Dios se manifiesta en nuestro medio. El apóstol Juan, en
la Isla de Patmos, tuvo una reunión de avivamiento para él solo. Tuvo una visión de la majestad
de Cristo en toda Su belleza incomparable, de Su gloria y de Su poder. Estuvo conmovido y
turbado.

"Y cuando lo vi, caí a sus pies como muerto" (Ap. 1:17).

El despertamiento de Northampton, Mass, bajo la predicación de Jonathan Edwards, revolucionó


toda la región. Si acaso una persona habrá quedado sin ser tocada por las grandes cosas de lo
eterno. En el año de 1735 parecía como si todo el pueblo estuviera lleno de la presencia de Dios.

El escritor recuerda como en repetidas ocasiones en Europa era tan grande la turbación de la
presencia de Dios que nos era imposible tener fuerza para pararnos a predicar a la gente. Aún a
los pecadores les entraba tanto temor que abandonaban el pueblo.

El Dr. Jowett dijo de Moody: "La excelencia de Moody estaba en una vasija de barro, y muchos
doctores en divinidad se han cuestionado acerca de la extraña asociación. Había miles de
predicadores más elocuentes que Moody pero el tesoro de la gloria no estaba en ellos. Moody
podía no haber tenido educación, pudo haber tenido modales rudos y no tener experiencia en
oratoria, pero cuando hablaba, el poder de un mundo invisible caía sobre la audiencia."

En agosto de 1859, Dios hizo un gran trabajo durante la convocación de la iglesia Calvino
Metodista. El predicador David Morgan escribió en su diario que fue la reunión de oración mas
maravillosa en la que él haya estado. A Thomas John, de Calgerin, después de una profunda
meditación, le hicieron una pregunta: "Hermano Juan, ¿No le impresionó ver a los miles que
oraban en silencio? ¿Alguna vez vio algo así?".
"Nunca vi a ninguno de los que oraban", contestó, "¡Sólo vi a Dios!"

Una noche mientras predicaba en una catedral luterana escandinava, una tremenda sensación
de la presencia de Dios cayó sobre la reunión. Yo estaba tan turbado por la terrible conciencia de
la presencia de Jehová, que sentí temor de seguir predicando. No podía soportar la gloria de
Dios y terminé repentinamente con el sermón.

No supe que hacer, así que solo me incliné a orar en silencio. El silencio era tremendo. Estoy
seguro de que si no lo hubiera roto pidiéndole al encargado de la catedral que impartiera la
bendición, la congregación entera habría clamado en gran angustia y sufrimiento, creyentes y no
creyentes, todos.

Tan grande era el sentir de la majestad divina que muchos dejaron ahí sus automóviles y
regresaron por ellos después para no interrumpir estos momentos de santa quietud. En la
sacristía había unos treinta predicadores, preciosos hombres nacidos de nuevo. Ninguno profería
palabra. Todos en silencio se retiraron a sus casas. Yo mismo no le dirigí la palabra a mi
intérprete hasta tal vez tres horas después.

Profunda convicción de pecado

Esta relevante característica sigue a la anterior.

Teniendo un abrumador sentido de la santidad de Dios y de su pecado, lo mismo creyentes que


no creyentes, son tocados y conmovidos por el Espíritu. Cuando George Whitefield en febrero de
1739 estaba predicando al aire libre a los mineros de Kingswood, el poder de Dios cayó sobre los
20,000 congregados. La primera evidencia del trabajo del Espíritu Santo sobre los rudos e
incultos oyentes fue un profundo silencio; luego y aún más convincente fueron los ríos de
lágrimas que rodeaban por las ennegrecidas mejillas de aquellos mineros.

En la vida de Christmas Evans esto se repitió durante su poderoso ministerio. Mientras predicaba
al aire libre sobre "El Hijo Pródigo", cientos de personas que se sentaban en el pasto, todos a una
se levantaron, como por un resorte, como electrificados. Alguno lloraba y otros oraban en gran
agonía mental. Aunque el predicador solo había hablado por quince minutos, tuvo que
interrumpir, y con sus ayudantes, hacerse cargo de las almas angustiadas hasta la madrugada del
día siguiente.

Cuando Jonathan Edwards estaba leyendo las palabras de Deuteronomio 32:35 "A su tiempo su
pie resbalará", el Espíritu de Dios cayó sobre la congregación con tal poder de convicción que los
que no eran salvos sintieron que se deslizaban hacia las profundidades del infierno a cada
momento con sus almas aterrorizadas se abrazaban a los pilares del salón y gritaban en agonía:
"¿Qué haremos para ser salvos?"

Mi padre espiritual, David Rea, ese gran evangelista de Ulser, cuenta de su primer servicio en
público en 1869.

"Fui a Dooran. Cuando llegué la casa de la reunión estaba llena a pesar de la fuerte tormenta. De
inmediato entré y sentí la presencia del Señor y cuando empecé a predicar, un poder
indescriptible cayó sobre toda la congregación y llantos pidiendo misericordia se escucharon por
todas partes del edificio.

Luego en una de estas reuniones hubo ocasiones en que tuve que dejar de hablar ya que alguien
se paraba y gritaba "Gloria a Dios", mientras que otros caían postrados al piso pidiendo
misericordia. De repente tenía que suspender la predicación del todo y mirar el trabajo que el
Señor estaba realizando. A veces había casi cien personas en un lugar clamado por misericordia,
y en otra área una cuarta parte oraba por ellos, mientras que otros iban entre ellos llevándolos a
Cristo. Luego como una docena estaban de pie después de haber encontrado la paz y alababan a
Dios en voz alta."

Durante este poderoso movimiento del Espíritu de Dios al norte de Escocia, mucha gente caía al
suelo con sus almas agonizando mientras Jock Troup predicaba. La gente yacía como muerta en
un campo de batalla. Cuando años más tarde trabajé con él, encontré a algunas de estas
personas regocijándose en el Señor.

¡Oh, cuán poca convicción de pecado hay en nuestras campañas hoy en día! Tenemos miles de
conversiones falsas a causa de esto.
¡Oh, que glorioso es oír sollozos de las almas interrumpir la reunión!

Progreso espontáneo

Dos símbolos de Pentecostés son el VIENTO y el FUEGO. Ambos nos hablaban del trabajo
soberano, místico y sobrenatural del bendito Espíritu. NO HAY UN PROGRAMA PARA UN CICLÓN
O PARA EL INCENDIO EN UNA PRADERA. Una de las mejores descripciones de un avivamiento la
da el mismo Señor Jesús.

"El viento sopla donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de donde viene, ni a donde va" (Jn.
3:8)

John Shearer dice: "Un gran avivamiento es como un fuego en el bosque; puedes rastrear su
principio, siguiendo la primera línea de la flama, pero pronto su progreso es tan rápido y extenso
que el ojo no puede ya seguir su paso. La flama salta de inmediato a muchos lugares, y lo único
que vemos es una gran conflagración."

El avivamiento estalla en todas direcciones para la completa sorpresa de todos nosotros.

En los benditos días de 1890 y por ese tiempo, los fuegos de avivamientos se prendían por la
costa noreste de Escocia de manera espontánea, independientemente de los planes de las
campañas evangelísticas.

Duncan, Matheson, Reginald, Ratchiffe y James Turner iban de pueblo en pueblo, de aldea en
aldea recogiendo una gran cosecha.

Ustedes han oído del maravilloso trabajo de gracia que hubo durante el ministerio de Murray,
McCheyne y William C. Burns. Estos hombres tenían únicamente veintiséis y veintidós años
respectivamente. Sin embargo, en cualquier lugar de Escocia en donde predicaban, iban miles
para oírlos. Por favor, recuerden que no había ninguna organización ningún comité, ni ofrendas
de amor para los evangelistas.
No se gastaba nada de dinero en promover las reuniones y nunca se estipulaba cuanto tiempo
iban a estar en un lugar estos hombres de Dios. Todo estaba bajo la dirección del Espíritu Santo.
El era el Señor de la Cosecha; El los mandaba y ellos obedecían Su voz. Algunas veces se
quedaban en un pueblo dos días, en otras ocasiones se quedaban tres semanas. Las iglesias
estaban repletas. Multitudes desbordantes se juntaban al aire libre. Cientos de personas seguían
a estos dos hombres santos a su alojamiento después de la media noche para que les predicaran
la Palabra otra vez.

Durante los años de avivamiento en Hungría, miles se reunían como por magia. La policía o el
pastor me llamaban por teléfono para que fuera rápidamente a un pueblo porque multitudes se
habían reunido y estaban esperando un mensaje aunque no se había acordado llevar acabo
ninguna reunión en ese lugar. En algunos lugares en Europa se juntaban 2,000 personas sin que
hubiera programado ninguna reunión.

¡Esta era la gloria, el misterio, el milagro del avivamiento! Era el irresistible movimiento del
Espíritu Santo. Esto es lo que diferenciaba los días de avivamiento de los días de reuniones
evangélicas ordinarias. Esta escenas de reuniones espontáneas fueron presenciadas por el
avivamiento en Ulster bajo el ministerio de W. P. Nichosol y en avivamientos escoceses bajo el
ministerio de Jock Troup y otros.

La rapidez y lo imprevisto del movimiento

Los avivamientos comienzan de pronto y se expanden con una velocidad impresionante, como
un fuego en la pradera.

"Y se alegró Ezequías con todo el pueblo, de que Dios hubiese preparado el pueblo; porque la
cosa fue hecha RÁPIDAMENTE"

( II Cro. 29:36).

Los movimientos poderosos del Espíritu Santo comienzan en el lugar secreto del Altísimo. Las
manifestaciones externas vienen repentinamente para asombro de todos; santos y pecadores
claman igualmente asombrados: "Es el Señor el que lo está haciendo y es maravilloso lo que
vemos". La gente de Dios se llena de alegría y cantan con gran gozo: "Grandes cosas ha hecho
Jehová con nosotros; estaremos alegres" (Sal. 123:6)

El historiador Kirkton escribió acerca de la reforma en Escocia:

"En Escocia toda la nación se convirtió como en un estallido, diez años después de la salida del
Papa. NO HABÍA NI DIEZ PERSONAS DE SOCIEDAD QUE PROFESARAN LA VERDADERA RELIGIÓN
REFORMADA, y así era en la misma proporción con la gente del pueblo. He aquí una nación que
nació en un día".

Otra vez Jonathan Edwards escribe acerca del gran avivamiento en 1740, dice:

"Esto es seguro, es un evento grande y maravilloso, una revolución extraña, un inesperado


sorpresivo cambio de las cosas, sucedió de pronto… ¿Quién que hubiera visto el estado de las
cosas en Nueva Inglaterra hace algunos unos años, creyera que habría un cambio?".

Yo mismo he presenciado, no sólo lo espontáneo sino también la rapidez del poderoso


movimiento de Dios en diferente partes de Europa. Por ejemplo, alrededor de 1935 en la parte
rusa de Polonia empezaron a encenderse poderosos fuegos de avivamiento que se extendieron
por diferentes provincias, en lugares donde no había ni una sola iglesia evangélica, por un corto
período de tiempo, surgieron iglesias neotestamentarias por todos lados. En poco tiempo,
algunas de estas iglesias llegaron a tener mil miembros, a veces bautizábamos a 200 personas en
un día. En otros países de Europa oriental se encendían simultáneamente fuegos de
avivamiento.

El verdadero espíritu de avivamiento no se deja atrapar por organizaciones o sistemas. NO


PUEDE SER CREADO CON MAQUINARIA NI PROMOVIDO POR LA TINTA DE LA IMPRENTA.

Un cántico desbordante

Una de las características de un gran avivamiento es un maravilloso gozo. Cuando la noche de


agonía por la convicción, el dolor y el terror del pecado ha pasado, entra en el corazón
agonizante la bendita paz del perdón. Ningún gozo que el mundo pueda ofrecer se compara con
el misterioso e inefable gozo que se despierta en el alma del que ha nacido de nuevo.
De esta manera las visiones del templo de Isaías - que las montañas y los collados prorrumpirían
en canto y que los árboles aplaudirían - no parecen extravagantes. Un gozo desbordante viene a
los creyente mientras son llevados a mayores alturas de santidad.

EL CANTO ES LA EXPRESIÓN NATURAL DE UN CORAZÓN JUBILOSO.

Escocia encontró en los salmos la respuesta a su estado victorioso, mientras los himnos de
Wesley permanecen actualmente aunque el avivamiento ya haya terminado.

Durante estos poderosos movimientos abundaban cientos de cantos nuevos expresando el


sentimiento reprimido de la gente. Los viejos himnos comunes que habían sido cantados tan fría
y mecánicamente por años, ahora tomaban un nuevo significado. Sí, el cántico espiritual de una
congregación es siempre un buen termómetro para probar el avivamiento.

Duncan Matheson solía despedir las reuniones de avivamiento en Escocia cantando fuertemente
con gozo santo el Salmo 126:2 "Entonces nuestra boca se llenará de risa, nuestra lengua de
alabanza…"

Cuando el pueblo de Dios se llena del Espíritu Santo como bendición del avivamiento, ellos
"hablan entre sí, con salmos himnos y cánticos espirituales, alabando al Señor en sus corazones".

NUNCA SUPE QUE EN UN AVIVAMIENTO SE NECESITARA UN LÍDER DE ALABANZA.

Su ministerio es innecesario, porque la gente debe ser restringida una y otra vez por estar
cantando por horas en un servicio. He conocido a gente que puede estar cantando durante dos
horas antes de que empiece la reunión sin ningún director humano.

Una noche en una concurrida reunión de oración en Checoslovaquia yo repetí la bendición tres
veces. La gente simplemente me ignoró y siguieron cantando hasta la media noche bajo la
poderosa unción del Espíritu Santo. Podían haber continuado hasta la mañana siguiente si no
hubiera sido porque el conserje del edificio les pidió que desalojaran.

"Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores; unges mi cabeza con aceite
MI COPA ESTA REBOSANDO" (Sal. 23:5).

Este no es el cantar de los cuartetos, los solistas o los grupos de diferentes iglesias. Es el Espíritu
desbordándose hacia el Padre y hacia el Hijo en la alabanza de los creyentes.

Tal experiencia está descrita en un himno del avivamiento en Ulster, cuando durante las
reuniones de avivamiento en las calles, en las fábricas, en el campo y en las casas la gente
cantaba fuertemente:

Cada vez que nos reunimos, dices:

¿Qué nuevas hay? ¿Qué nuevas hay?

Oh, yo tengo buenas nuevas que decir:

Mi salvador ha hecho todas las cosas bien

Y ha triunfado sobre la muerte y el infierno

¡Esas son las nuevas! ¡Esas son las nuevas!

El Cordero fue crucificado en el Calvario

Para librar a un mundo de pecadores

Ahí fue donde se derramó su preciosa sangre

Ahí es donde Su sagrada frente fue humillada

Pero ha resucitado de entre los muertos

¡Esas son las nuevas! ¡Esas son las nuevas!

Sus obras están avivando todo lugar

Y muchos la salvación han encontrado ya


Y desde que sus almas se han encendido en fuego

Gritan hosanna a Su nombre

Y por todos lados proclaman Su Honor

¡Esas son las nuevas! ¡Esas son las nuevas!

Potrebbero piacerti anche