Sei sulla pagina 1di 15

Persona

ISSN: 1560-6139
dalvarez@correo.ulima.edu.pe
Universidad de Lima
Perú

Orosco, Carlos
Depresión y autoestima en adultos mayores institucionalizados y no institucionalizados en
la ciudad de Lima
Persona, núm. 18, enero-diciembre, 2015, pp. 91-104
Universidad de Lima
Lima, Perú

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=147143428004

Cómo citar el artículo


Número completo
Sistema de Información Científica
Más información del artículo Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal
Página de la revista en redalyc.org Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto
Depresión y autoestima en adultos mayores
institucionalizados y no institucionalizados
en la ciudad de Lima
Carlos Orosco
Universidad de Lima, Perú

Recibido: 15 de junio de 2015 / Aprobado: 7 de julio de 2015

El presente estudio se enfocó en los niveles de depresión y autoestima en los adultos mayores
institucionalizados y no institucionalizados*. Las muestras estuvieron conformadas por
40 participantes sujetos institucionalizados y 45 no institucionalizados, los cuales fueron
adultos mayores de estrato socioeconómico medio alto, con edades superiores a los 65 años.
Se aplicaron el Inventario de Depresión de Beck - segunda versión (BDI-II) y el Inventario
de Autoestima de Coopersmith (versión adultos). Por los resultados obtenidos se observó
que existe una relación significativa e inversa entre la depresión y la autoestima en los
grupos estudiados. Por otro lado, se encontró que al comparar los grupos con los niveles de
depresión y autoestima estos presentan resultados similares.

depresión / autoestima / adulto mayor / institucionalizados / no institucionalizados

Depression and Self-Esteem Among Institutionalized


and Non-Institutionalized Senior Citizens in Lima
The present study aimed at comparing levels of depression and self-esteem among
institutionalized and non-institutionalized senior citizens. The respondents were 40
institutionalized and 45 non-institutionalized senior citizens both from the upper middle-
class, and over 60 years of age. Both groups were given the Beck Depression Inventory (BDI)
and the Coopersmith Self-Esteem Inventories-Adult form (CSEI). Results show that there is
a significant and inverse correlation between depression and self-esteem. Additionally, both
groups showed similar results on regarding levels of depression and self-esteem.

depression / self-esteem / seniors / institutionalization / non-institutionalization

* Se denomina ‘institucionalizados’ a los adultos mayores que residen en establecimientos de larga estadía, como
casas de reposo, geriátricos, etc.; y ‘no institucionalizados’ a los ancianos que viven solos o con sus familiares.

Correo electrónico: cjorosco@ulima.edu.pe

Persona 18, enero-diciembre de 2015, ISSN 1560-6139, pp. 91-104


Carlos Orosco

Introducción embargo, por medio de la jubilación o


de otras señales, la sociedad les dice que
En la actualidad, se está produciendo deben retirarse y dejar el puesto a gen-
un fenómeno poblacional en el mundo, te más joven. Es decir, que la sociedad
tanto de crecimiento como de envejeci- puede prescindir de ellos, lo cual lleva a
miento, dado que la tasa de nacimien- que muchos adultos mayores no se sien-
tos tiende a disminuir con respecto a tan aceptados o pertenecientes a algo y
las personas fallecidas, debido al cam- a alguien, trayendo como consecuencia
bio en la forma de vivir en la sociedad la baja autoestima (Ysern de Arce, 1999,
actual (Salvarezza, 1998). Además, en citado por Salvarezza, 1998).
los datos señalados por el INEI la tasa
En ese sentido, la presente investiga-
bruta de natalidad entre los años 1995
ción busca dar a conocer a la población
al 2005, y con una proyección hacia el
que la depresión en los adultos mayores
2015, tenderá a sufrir un decrecimien-
es un factor de riesgo que puede afec-
to considerable en el departamento de
tar su autoestima. Asimismo, una baja
Lima, siendo esta disminución constan-
autoestima también podría generar ma-
te, con porcentajes de 19,3 % en 1995 al
yor depresión. La presencia de estas dos
2000, 17,7 % en 2000-2005, 16,4 % en
variables trata de advertir a la sociedad
2005-2010 y 15,2 % en 2010-2015. Esto
que no se encuentra debidamente prepa-
trae como consecuencia que el número
rada para hacer frente a esta problemá-
de personas ancianas vaya incremen-
tica. Por ello, la finalidad de este estudio
tándose considerablemente en el trans-
radica en determinar en qué medida se
curso de los años (INEI, 2007).
relacionan los niveles de depresión y
La vejez es un periodo crítico de la autoestima en adultos mayores institu-
vida, que conlleva una serie de situacio- cionalizados y no institucionalizados.
nes conflictivas, como la jubilación, la Este propósito obedece a la necesidad
pérdida de seres queridos, la marcha de de establecer que la depresión y la baja
los hijos, las enfermedades crónicas, la autoestima en el adulto mayor no son
proximidad de la muerte, entre otras, y a una consecuencia natural del enveje-
todo ello se le suman otros eventos nega- cimiento sino más bien producto de la
tivos que ocurren casi inevitablemente. percepción negativa que tiene la socie-
Estas circunstancias críticas producirán dad sobre este grupo generacional.
en los adultos mayores reacciones afec-
Respecto al tema de estudio, Alca-
tivas negativas, como la depresión (Fer-
lá, Camacho y Giner (2007) llevaron a
nández-Ballesteros, 2004).
cabo un estudio en la ciudad de Sevilla,
Pero también se encuentra un grupo España, analizando si existen diferen-
de adultos mayores que se sienten toda- cias en la afectividad de la depresión de
vía en plenitud para realizar trabajos; sin la tercera edad respecto a la depresión

92
Depresión y autoestima en adultos mayores

de la edad adulta. Aplicaron la escala Marín, Buendía y Ruiz-Hernández


PANAS-X a 120 sujetos (30 pacientes (2004), de la Universidad de Murcia, es-
depresivos mayores de 65 años, 30 pa- tudiaron las diferencias en la estructu-
cientes depresivos entre 25 y 50 años y ración de la depresión en ancianos. Para
dos grupos controles de 30 sujetos cada ello, se ha trabajado con una muestra
uno). Los resultados permiten estable- total de 507 adultos. De ellos 111 perso-
cer dos diferencias fundamentales de nas tenían una edad comprendida entre
la depresión en la tercera edad frente 20 y 30 años inclusive, 159 entre 35 y
a la depresión en el adulto: una menor 55, y las 237 restantes tenían una edad
intensidad de la afectividad negativa y mayor o igual a la de 65. Al conjunto de
una menor intensidad en los afectos de la muestra se le aplicó la escala CES-D,
miedo, hostilidad y culpa. Además, se una entrevista clínica estructurada para
concluye que la tristeza no es un ele- la evaluación de trastornos depresivos
mento diferenciador entre ambas pobla- según criterios DSM IV-TR y un inven-
ciones depresivas. tario de síntomas de elaboración propia.
Canto y Castro (2004) realizaron un Los resultados obtenidos arrojan dife-
estudio en la ciudad de Yucatán, en Mé- rencias en la configuración de los sínto-
xico, en el cual estudiaron los niveles mas, tanto en el conjunto de la muestra
de depresión, ansiedad y autoestima en como en el nivel subclínico. En el nivel
los ancianos, especialmente en quienes clínico no se observan diferencias a lo
viven en estancias o que acuden a estas largo del desarrollo adulto, si bien es-
con frecuencia. De los resultados obte- tas vuelven a aparecer en función de la
nidos se observó, de manera general, edad, entre personas con elevada sinto-
que hay probabilidades de que a mayor matología que no reúnen los criterios
nivel de autoestima haya menor depre- clínicos de depresión.
sión; a mayor nivel de ansiedad, mayor
probabilidad de depresión, y a menor
Adulto mayor
autoestima, sea mayor el nivel de an-
siedad y depresión. Al comparar las La vejez es un estado en la vida y el en-
estancias con los asilos en cuanto a los vejecimiento un proceso que sucede a lo
niveles de depresión, ansiedad y auto- largo del ciclo vital. Tanto la vejez como
estima, solo halló una diferencia signi- el envejecimiento humano son objetos
ficativa de mayores niveles de ansiedad de conocimiento multidisciplinares en
en los asilos. Los niveles de depresión y el sentido de que el individuo humano
de autoestima no resultaron significati- es un ente bio-psico-social. Por esta ra-
vos de estos lugares, aunque es común zón, el individuo envejeciente o viejo es
suponer que en ellos predominan la de- un sujeto de conocimiento psicológico
presión y la baja autoestima. (Fernández-Ballesteros, 2004).

93
Carlos Orosco

La tercera edad es un periodo crí- las primeras necesidades de todo ser


tico de la vida en el que se debe hacer humano es la de sentirse aceptado, que-
frente a una serie de circunstancias rido, acogido, perteneciente a algo y a
personales, laborales, familiares y cul- alguien, sentimientos en los que se basa
turales, que modifican la percepción la autoestima. La autoestima positiva es
del sí mismo y afectan la propia identi- ser útil. Por lo tanto, no puede haber au-
dad. La imagen que cada cual tiene de toestima si el individuo percibe que los
sí mismo comprende aspectos cognos- demás prescinden de él (Ysern de Arce
citivos y afectivos, y estos últimos esta- 1999, citado en Salvarezza, 1998).
rían relacionados con la propia estima;
esta ejerce una influencia universal so- Depresión en la tercera edad
bre el modo de comportarse y la actitud
La depresión es considerada uno de los
ante la vida.
trastornos de mayor complejidad en la
Por otra parte, el ingreso a una re- población gerontológica, ya que puede
sidencia geriátrica supone una forma tener efectos potencialmente nocivos en
de reubicación especialmente dura y la salud de una persona mayor. A ello
difícil de elaborar. Cuando el anciano contribuyen una serie de factores, entre
deja su casa para ir a vivir con algún los que destacan las enfermedades so-
familiar, sigue teniendo a su alcance máticas, la disminución de las funciones
personas que le conocen y que le re- cognitivas y, al mismo tiempo, suele ser
cuerdan a cada gesto quién es, cómo la causa más frecuente de sufrimiento
es y quién fue. El conocimiento que emocional en la última etapa de la vida.
familiares directos y amigos tienen so- Es importante añadir que el anciano
bre aspectos distintos de su biografía tiende a no pedir ayuda especializada en
refuerza el reconocimiento de sí mis- centros de salud mental. El diagnóstico
mo, otorgando con esto una coherente correcto de los problemas emocionales
continuidad a su identidad personal del anciano deprimido se convierte, por
(Salvarezza, 1998). tanto, en una cuestión de extraordinaria
Muchos adultos mayores llegan importancia (Salvarezza, 1998).
a la edad de la jubilación y se sienten La depresión puede ser mal diag-
todavía en plenitud para realizar sus nosticada en los ancianos debido a que
trabajos. Aunque ven disminuidas sus los médicos atribuyen sus síntomas a
potencialidades físicas al llegar a la ve- enfermedades físicas o a que los consi-
jez, sienten, sin embargo, que su mente deran una parte normal del proceso de
sigue lúcida, y sus ganas de hacer las envejecimiento. Los síntomas de la de-
cosas permanecen inalteradas. En otras presión con frecuencia se traslapan con
palabras, es como si se les dijera que los cambios normales asociados con el
podemos prescindir de ellos. Una de envejecimiento, como pensamientos

94
Depresión y autoestima en adultos mayores

acerca de la muerte, cambios en el im- y formación de las personas, interesa


pulso o deseo sexual y en el patrón del mucho formar en actitudes porque así se
sueño, y reducción de la energía. Pues- puede asegurar una formación integral
to que la depresión acompaña algunas y no fraccionaria. Por lo mismo que las
condiciones médicas como la enferme- actitudes se encuentran integradas por
dad de Parkinson, apoplejía, trastornos factores cognitivos, afectivo-emotivos y
tiroideos y ciertas deficiencias vitamí- conductuales, es muy difícil cambiarlas,
nicas, identificar los síntomas puede ser pues radican en lo más profundo de la
una labor muy difícil (Papalia, 2009). personalidad. Por eso también, un ade-
En referencia a lo planteado por cuado nivel de autoestima es garantía de
Erikson, en la última etapa, llamada que el sujeto podrá hacer frente con dig-
integridad del yo frente a la desespera- nidad a importantes contrariedades de
ción, afirma que mientras el individuo la vida; no decaerá su ánimo fácilmente
envejece y se jubila, tiende a disminuir (Bonet, 1994).
su productividad, y explora la vida La modificación de las funciones
como personas jubiladas. Durante este sociales, ocasionadas por el aconteci-
periodo contempla sus logros y puede miento que supone la jubilación, por la
desarrollar integridad si considera que percepción de la vejez que tienen las pro-
ha llevado una vida acertada. Si se ve la pias personas ancianas y también por la
vida como improductiva, el adulto ma- percepción que se tiene de este nivel de
yor se sentirá culpable por sus acciones edad por parte del resto de la sociedad,
pasadas, o si estima que no logró sus provocan que la consistencia interna de
metas en la vida, se sentirá descontenta los diversos elementos del concepto de
con esta, apareciendo la desesperación, sí mismo resulte perturbada. Uno de los
que a menudo da lugar a la depresión principales determinantes de la autoesti-
(Papalia, 2009). ma es la de etiquetarse a sí mismos como
“viejo”, debido a las connotaciones no
La autoestima en la tercera edad positivas que este término conlleva en la
La autoestima consiste en las actitudes actualidad (Salvarezza, 1998).
del individuo hacia sí mismo. Cuando Ser viejo equivale a ser inútil, incapa-
estas son positivas hablamos de buen citado, asexuado. Se estima que el adulto
nivel o alto nivel de autoestima. Al mayor pierde inevitablemente la mayoría
nombrar la palabra actitudes ya hemos de las capacidades de que gozaba en su
incluido el mundo de los afectos y senti- vida anterior. No tiene otra capacidad. Es
mientos y no solo el de los conocimien- simplemente un discapacitado. Esta car-
tos, pues los componentes de la actitud ga de prejuicios desemboca inevitable-
encierran gran variedad de elementos mente en ubicarlos en el único depósito
psíquicos. De ahí que para la educación con que cuenta la sociedad para ellos: los

95
Carlos Orosco

temidos cuarteles de invierno. Esto es, el H4: El grupo de adultos mayores


lugar del paria, del marginado, del que institucionalizados presenta una
ya no cuenta como integrante válido de ­mayor depresión que el grupo no
la sociedad. En síntesis, la antesala de la institucionalizado.
muerte (Salvarezza, 1998). H5: El grupo de adultos mayores no
En razón a todo lo presentado, no institucionalizados presenta una
cabe duda de que la depresión y la au- mayor autoestima que el grupo
toestima son dos de las variables más institucionalizado.
importantes que afectan el compor-
tamiento de las personas de la tercera
Método
edad, las cuales por lo general tienen
dos condiciones básicas de vida: ins-
Diseño de la investigación
titucionalizados y no institucionaliza-
dos; por ello, en el presente trabajo se La investigación es de tipo correlacio-
plantea la siguiente interrogante: ¿exis- nal, pues se recolecta información en
te una relación significativa entre los ambas muestras tanto en instituciona-
niveles de depresión y autoestima en lizado y no institucionalizados, para
adultos mayores institucionalizados y determinar el grado de relación que
no institucionalizados? existe entre la variable depresión y au-
toestima en la población de la tercera
edad (Hernández, Fernández-Collado
Hipótesis
y Baptista, 2010). Adicionalmente, las
Para el desarrollo del estudio se plan- muestras son comparadas, a fin de esta-
tean las siguientes hipótesis: blecer la presencia de diferencias esta-
H1: La depresión y la autoestima se dísticas significativas
relacionan de forma estadística
significativa e inversa en los adul- Participantes
tos mayores institucionalizados. Se trabajó con una muestra de 85 sujetos
H2: La depresión y la autoestima se re- (40 de ellos institucionalizados y el resto
lacionan de forma estadística sig- no institucionalizados). Los participan-
nificativa e inversa en los adultos tes fueron adultos mayores de estrato
mayores no institucionalizados. socioeconómico medio alto, comprendi-
H3: La depresión y autoestima se di- dos entre edades superiores a 65 años,
ferencian en la intensidad de sus dentro de la ciudad de Lima, de ambos
correlaciones en los adultos mayo- sexos y que se encontraban instituciona-
res institucionalizados respecto de lizados o no institucionalizados.
sus pares no institucionalizados.

96
Depresión y autoestima en adultos mayores

Variables de estudio como estar siendo castigado, así como


síntomas físicos relacionados con la de-
Se consideraron como variables relacio-
presión (por ejemplo, fatiga, pérdida de
nadas la depresión y la autoestima. Las
peso y de apetito sexual).
variables de control son: adultos mayo-
res de 65 años a más, los adultos mayo- El Inventario de Autoestima de Coo-
res institucionalizados deben tener por persmith (versión adultos) fue construi-
lo menos 1 año de residencia en algún do por Stanley Coopersmith (1987), la
centro o asilo, los participantes deben versión adultos es una prueba diseñada
residir en la ciudad de Lima. para medir actitudes valorativas hacia el
sí mismo dirigida a sujetos mayores de
15 años de edad y está compuesta por 25
Instrumentos
reactivos. Los ítems se deben responder
El Inventario de Depresión de Beck- de acuerdo a si el sujeto se identifica
segunda versión (BDI-II) es un instru- o no con cada afirmación en términos
mento autoadministrado de 21 ítems. afirmativos o negativos. Los ítems del
Cada ítem se califica en una escala de 4 inventario generan un puntaje total, así
puntos que va desde el 0 hasta el 3. Si un como puntajes separados en tres áreas:
examinado hizo elecciones múltiples para sí mismo general, social-pares y hogar.
un ítem, se utiliza la alternativa con el Sin embargo, estas tres áreas no han
valor más alto. Se suman los 21 ítems y sido consideradas en el presente estudio
esto da una puntuación total. La puntua- debido a que los indicadores no daban
ción máxima es 63. Una puntuación de 0 puntuaciones significativas. Por ello, en
a 3 indica un nivel de depresión mínimo, el caso de este instrumento se decidió
puntajes entre 14 y 19 un nivel leve, pun- realizar una estimación general.
tuaciones de 20 a 28 un nivel moderado y
El puntaje máximo es de 100 y no
de 29 a 63 un nivel de depresión grave. En
existe escala de mentiras que invaliden
caso de que el evaluado puntúe 0, este será
la prueba. Los puntajes se obtienen su-
interpretado como un nivel mínimo de de-
mando el número de ítems respondidos
presión, así lo establecen los criterios de
en forma correcta y multiplicando este
la prueba expuestos en líneas preceden-
por cuatro. Se considera de 0 a 24 nivel
tes. En cambio, si la persona puntúa 63,
bajo, de 25 a 49 nivel medio bajo, de
dicho resultado será interpretado como la
50 a 74 nivel medio alto y de 75 a 100
presencia de depresión grave (Beck, Rush,
nivel alto.
Shaw y Emery, 1993).
Está compuesto por ítems relacio-
Encuesta sociodemográfica
nados con síntomas depresivos, como
la desesperanza e irritabilidad, cog- Mediante esta encuesta se recolectó in-
niciones como culpa o sentimientos formación personal de los adultos mayo-

97
Carlos Orosco

res. Las preguntas exploran los datos de Resultados


filiación de los participantes, así como
datos relacionados con su independen-
Contraste de hipótesis
cia para realizar tareas sin ayuda, satis-
facción personal, solvencia económica, El contraste de la primera hipótesis
seguro médico, actividades de ocio, realizado en adultos mayores institu-
enfermedades padecidas, consumo de cionalizados en la tabla 1, posibilita ob-
medicamentos, sentimientos de culpa en servar que existe una correlación fuerte,
relación a hechos pasados, padecimiento negativa y significativa (r=-0.60 p<.05
de atrofias musculares, redes de soporte r2=.36). Este hallazgo permite concluir
social, entre otros. Es importante men- que la hipótesis 1 es válida.
cionar que en el caso de las personas El contraste de la segunda hipótesis
institucionalizadas la encuesta contaba realizado en adultos no institucionali-
con una pregunta específica en relación zados en la tabla 1, posibilita notar que
a la frecuencia de visitas por parte de existe una correlación fuerte, negativa
sus familiares u otros allegados. y significativa (r=-.47 p<.05 r2=.22). El
hallazgo permite concluir que la hipóte-
Procedimiento de recolección sis 2 es válida.
de datos En lo que respecta a la tercera hipó-
En primer lugar, se estableció cuáles se- tesis, realizada a través del contraste de
rían los centros en los que se llevaría a Z de correlaciones, los resultados pre-
cabo la aplicación de los cuestionarios. sentados en la tabla 1 permite notar que
En la investigación se contó con la par- no existen diferencias estadísticamente
ticipación de cinco instituciones geriá- significativas (Z=0.83 p>.05) entre las
tricas, dos de las cuales pertenecían a correlaciones obtenidas en el grupo ins-
órdenes religiosas. titucionalizado (r=-0.60 p<.05 r2=.36) y
el no institucionalizado (r=-0.47 p<.05
Para recolectar los datos de la mues-
r2=.22), por lo que se concluye que la hi-
tra se coordinó, con un mes de antici-
pótesis 3 no es válida.
pación, con quienes tienen a su cargo
el cuidado de las personas de la tercera El contraste de la cuarta hipótesis,
edad que se encontraban instituciona- presentado en la tabla 2, permite apre-
lizadas. En segundo lugar, se procedió ciar que no existen diferencias esta-
a aplicar el Inventario de Depresión de dísticas significativas en los niveles
Beck a los adultos mayores institucio- de Depresión (X2(2, N = 85)= 0.76 p>.05)
nalizados y a los no institucionalizados. entre los niveles de depresión entre el
En tercer lugar, se administró el Inven- grupo institucionalizado y el grupo no
tario de Autoestima de Coopersmith. institucionalizado. Este hallazgo hace

98
Depresión y autoestima en adultos mayores

Tabla 1
Diferencias entre la correlación Depresión y Autoestima en adultos institu-
cionalizados y no institucionalizados
Variables Institucionalizado No
N = 40 Institucionalizado
Autoestima N = 45 Z
.r Autoestima
.r

Depresión -0.60 *** -0.47 *** 0.83


(.36) (.22)

Nota: *** p < .001, se aplicó la r2 como medida del tamaño del efecto y
figura entre paréntesis.

posible concluir que ambos grupos pre- niveles equivalentes de autoestima, por
sentan en los tres niveles de depresión lo que la hipótesis 5 no es válida.
valores equivalentes. Por lo tanto, la hi-
pótesis 4 no es válida.
Discusión
En lo que concierne al contraste de
la hipótesis 5, presentado en la tabla 3, Respecto a la primera hipótesis espe-
permite apreciar que no existen dife- cífica, la cual propone que existe una
rencias estadísticas significativas en los relación significativa e inversa entre la
tres niveles de autoestima (X2(2, N=85) depresión y la autoestima en un grupo
=3.09 p>.05, V=.14) entre el grupo ins- de ancianos institucionalizados, los ha-
titucionalizado y el grupo no institu- llazgos permiten concluir que es válida
cionalizado. Este hallazgo hace posible (véase la tabla 2): es decir que a medida
concluir que ambos grupos presentan que los adultos mayores presentan ma-

Tabla 2
Análisis comparativo del nivel de depresión por tipo de grupo

Nivel de depresión
Grupo de comparación Total
Ausencia Leve Moderada

Institucionalizado 16 15 9 40
No institucionalizado 21 17 7 45
Total 37 32 16 85
X2(2, N=85) = 0.76 P = .684
V de Cramer = .07

99
Carlos Orosco

yor autoestima tienden a presentar me- sión. Para tratar de explicar el presente
nor depresión y viceversa. Este resultado hallazgo se puede citar a Furstenberg
concuerda con los hallazgos reportados (1989), quien ha demostrado que existe
por Canto y Castro (2004), quienes estu- una correlación entre el autoconcepto
diaron los niveles de depresión, ansiedad en la edad y las medidas de salud men-
y autoestima en los ancianos, en la ciu- tal, pues refiere que la gente que se des-
dad de Yucatán, México, especialmente cribe a sí misma como anciana tiende
en quienes viven o acuden a estancias a presentar menos satisfacción de vida,
con frecuencia, encontrando una corre- más baja moral y más bajas medidas de
lación similar a la obtenida en el estu- salud psicológica. Además, este resul-
dio entre el nivel de autoestima y los tado concuerda con lo mencionado por
niveles de depresión. Zung (1967), Bibring (1953) y otros,
En el análisis de la segunda hipó- debido a que el bajo autoconcepto es
tesis específica, en la cual se establece el principal factor de la depresión en la
que existe una relación significativa e tercera edad. Por su parte, Busse (1954)
inversa entre la depresión y la autoes- indica que encuentra diferencias entre
tima en un grupo de adultos mayores sujetos adultos y ancianos en cuanto al
no institucionalizados, los resultados mecanismo de los episodios depresivos,
permitieron concluir que también es de tal manera que en los ancianos se en-
válida (véase la tabla 3). Este hallazgo cuentra una relación entre el fenómeno
coincide con el comunicado por Canto depresivo y el bajo autoconcepto.
y Castro (2004), el cual reveló que los En lo que concierne a la tercera hi-
ancianos que viven en asilos o acuden pótesis específica vinculada con las di-
a estancias con frecuencia presentan ferencias en la relación que existe entre
una correlación similar entre el nivel la depresión y la autoestima en un grupo
de autoestima y los niveles de depre- de adultos mayores institucionalizados

Tabla 3
Análisis comparativo del nivel de la autoestima por tipo de grupo

Nivel de autoestima
Grupo de comparación Total
Bajo Medio bajo Medio alto

Institucionalizado 25 12 3 40
No institucionalizado 29 8 8 45
Total 54 20 11 85

X2(2, N = 85) = 3.09 p = .214


V de Cramer = .14

100
Depresión y autoestima en adultos mayores

con respecto a los no institucionaliza- institucionalizados en comparación con


dos, los hallazgos permiten concluir el de aquellos que continúan viviendo
que esta no es válida (véase la tabla 1). en el hogar familiar se va a caracterizar
Este resultado concuerda con lo repor- por un mayor descenso de la autoestima
tado por Canto y Castro (2004), quienes y una mayor degradación, lo cual no se
al comparar las estancias con los asilos observa en el presente estudio.
en cuanto a los niveles de depresión y
En lo referente a la cuarta hipótesis
autoestima, encontraron que la relación
específica, en la cual se establece que
entre estas variables no resultó signi-
el grupo de adultos mayores institucio-
ficativa. Es decir que la depresión y la
nalizados presenta un mayor de nivel
autoestima serían independientes del
depresión que el grupo no instituciona-
lugar donde residen los adultos mayo-
lizado, los hallazgos permiten concluir
res. Lo cual permite afirmar que no por
que no es válida (véase la tabla 2), lo
encontrarse residiendo en un centro ge-
cual se corresponde con los resultados
riátrico necesariamente presentarán una
obtenidos por Canto y Castro (2004), en
mayor depresión y menor autoestima, lo
cuyo estudio se aprecia que no existen
cual podría generalizarse a los adultos
diferencias significativas en los niveles
mayores que residen con sus familiares
de depresión entre los grupos partici-
o solos. Este hallazgo concuerda con lo
pantes. Este hallazgo concuerda por lo
mencionado por Buttler y Lewis (1973),
indicado por Salvarezza (1998), quien
los cuales atribuyen la mayoría de los
sentimientos negativos hacia los ancia- menciona que el proceso de envejeci-
nos a las actitudes sociales, debido a que miento no siempre es placentero, debido
sufren discriminación, y este resultado a que el adulto mayor se ve vulnerable
de apartarlos puede generar depresión, y a trastornos médicos crónicos y debili-
la baja autoestima puede ser el producto tantes, la pérdida de amigos y de seres
de la pérdida de un lugar definido en la queridos, y la incapacidad para partici-
sociedad. Es decir que la posible causa par en actividades que antes disfrutaba,
de la depresión y la baja autoestima en puede resultar una carga muy pesa-
adultos mayores podrían deberse a la da para el bienestar emocional de una
percepción negativa que tiene de ellos persona que está envejeciendo, estos y
la sociedad. Los hallazgos se contrapo- otros aspectos producen emociones ne-
nen con lo indicado por Thoits (1985) y gativas que pueden explicar la frecuen-
Krause (1987), quienes establecen que cia de la depresión en este grupo.
en la vejez se rompen muchos de los En lo que concierne al análisis de la
­vínculos sociales como consecuencia, de quinta hipótesis específica, en la cual
la jubilación, la pérdida de seres queridos se establece que el grupo de adultos
y la institucionalización. Por ello consi- mayores no institucionalizados pre-
deran que la autoestima de los ancianos senta un mayor nivel de autoestima

101
Carlos Orosco

que el grupo institucionalizado, como cionalizados con respecto a los no


se puede apreciar según lo evidencia- institucionalizados, es decir que al
do en la tabla 3, no es válida. Es de- comparar los grupos con los niveles
cir, no existen diferencias estadísticas de depresión y autoestima estos pre-
significativas en el nivel de la autoes- sentan resultados similares.
tima entre el grupo institucionalizado 4) El grupo de adultos mayores insti-
y el grupo no institucionalizado. Este tucionalizados no presenta mayores
resultado corresponde con lo indicado niveles de depresión que el grupo de
por Bonet (1994), quien refiere que el no institucionalizados, es decir que
adulto mayor, aunque se sienta salu- no se obtienen diferencias estadísti-
dable, se desconcierta ante dos expe- cas significativas en la comparación
riencias contradictorias: por un lado de los niveles de depresión entre los
se siente bien y con ganas de trabajar, grupos participantes.
pero por otro lado la sociedad le ex-
5) El grupo de adultos mayores no insti-
presa que son prescindibles, lo cual re-
tucionalizados no presenta una mayor
presenta un duro golpe a la autoestima.
autoestima que el grupo de no institu-
cionalizados, es decir que no existen
Conclusiones diferencias estadísticas significativas
1) Existe una relación estadísticamente en los niveles de la autoestima entre
significativa e inversa entre la de- el grupo institucionalizado y el grupo
presión y la autoestima en los gru- no institucionalizado.
pos estudiados, es decir, tanto en los
adultos mayores institucionalizados Recomendaciones
como en sus pares no institucionali- Promover el desarrollo de investiga-
zados, encontramos que a mayor de- ciones similares sobre otras temáticas
presión se infiere menor autoestima. importantes del comportamiento que
2) Existe una relación estadísticamente afectan a los adultos mayores, tales
significativa e inversa entre la depre- como resiliencia, tipo de envejecimien-
sión y la autoestima en un grupo de to, consecuencias psicológicas de las
adultos mayores no institucionalizados, enfermedades crónicas, redes de so-
es decir que a medida que presentan porte social, autoeficacia, etc., con la
mayor autoestima tienden a presentar finalidad de generar aportes teóricos
menor depresión, y viceversa. y servir como base empírica a partir
3) No existen diferencias estadísticas de la cual se pueden desarrollar inter-
significativas en la relación entre venciones y estrategias preventivas fu-
la depresión y la autoestima en un turas, a fin de mantener la calidad de
grupo de adultos mayores institu- vida de este grupo poblacional; y del

102
Depresión y autoestima en adultos mayores

mismo modo, contribuir en la reflexión Finalmente, construir i­nstrumentos


y estudios de la problemática del adulto especializados para la población de adul-
mayor en el contexto nacional. tos mayores que tomen en cuenta sus
Promover el desarrollo de progra- ­limitaciones funcionales y sus particula-
mas comunitarios integrales, el apoyo ridades en relación con el aspecto social,
familiar, la evitación de internamientos emocional, familiar, entre otros. Asimis-
innecesarios; de talleres de aprendiza- mo, cuidar que sean instrumentos con-
je, de memoria, expresivos, reflexivos, fiables y con una adecuada validez.
de multiestimulación, etc., y otras acti-
vidades como medio de prevención de Referencias
futuras patologías, como es el caso de
la depresión y la baja autoestima en los Alcalá, V., Camacho, M., y Giner J.
adultos mayores. Además, fomentar el (2007). Afectos y depresión en la ter-
envejecimiento activo como proceso de cera edad. Psicothema, 19(1), 49-56.
optimización de las oportunidades de Recuperado de http://www.psicothe-
salud, participación social, realización ma.com/psicothema.asp?id=3327
personal, planificación de la vejez y se- Beck, A., Rush, A., Shaw, B., y Emery,
guridad, con el fin de mejorar la calidad G. (1993). Terapia cognitiva de la de-
de vida a medida que las personas en- presión. Bilbao: Desclée de Brower.
vejecen; es decir, las intervenciones que Beck, A., Steer, R., A., y Brown, G.
crean ambientes de ayuda y fomentan K. (1996). BDI-II. Beck Depression
opciones saludables, y que sean rele- Inventory II-. (2.a ed.). San Antonio,
vantes para la autonomía, la indepen- TX: The Psychological Corporation.
dencia y la interdependencia social.
Bibring, E. (1953). The mechanism of De-
Elaborar un perfil del adulto mayor pression. En P. Greenacre (Ed.), Affec-
en el cual se tenga presente la variedad tive Disorders (pp. 14-47). New York:
de cambios (jubilación, viudez, menos International University Press. (Trad.
ingresos económicos y decadencia físi- castellana: Perturbaciones de la Afec-
ca) a los que se enfrentan conforme van tividad. Buenos Aires: Hormé).
transcurriendo los años. El desarrollo
Bonet, J. V. (1994). Sé amigo de ti mis-
de este perfil será beneficioso para los
mo. Manual de autoestima. Madrid:
profesionales, puesto que se determina-
Sal Terrae.
rán las áreas necesarias de trabajo con
el adulto mayor. Todo ello con la fina- Busse, E. W., Barnes, R. H., y Silver-
lidad de desarrollar y ampliar el campo man, A. J (1954). Studies of the pro-
de acción de la psicología en relación cesses of aging: factors the influence
con esta población en particular. the psyche of elderly persons. Ame-

103
Carlos Orosco

rican Journal of Psychiatry, 110, Krause, N. (1987a). Chronic financial


897-903. strain, social support, and depressive
Buttler, R., y Lewis, M. (1973). Aging symptoms among older adults.
and Mental Health: Positive Psy- Psychology and Again, 2, 185-192.
chosocial Approaches. En Robson Marín, R., Buendía Vidal, V., y Ruiz-
(1988). Self-esteem: A psychiatric Hernández, A. (2004). Estructura
View. British Journal of Psychiatry, diferencial de la depresión en ancia-
153, 6-15. nos. Psiquis, 25(3), 108-121. Recu-
Canto, G., y Castro, E. (2004). Depresión, perado de http://www.psiquis.com/
autoestima y ansiedad en la tercera art/04_25_n03_A03.pdf
edad: un estudio comparativo. Ense- Nunnally, J., y Bernstein, I. (1995).
ñanza e Investigación en Psicología, Teoría psicométrica. México, D. F.:
9, 257-270. Recuperado de http://re- McGraw-Hill.
dalyc.uaemex.mx/redalyc/src/inicio/ OMS - Organización Mundial de la
ArtPdfRed.jsp?iCve=29290204 Salud. (2000). Clasificación de los
Coopersmith, S. (1987). Self-esteem in- trastornos mentales y del comporta-
ventory adult form. San Francisco, miento, con glosario y criterios diag-
CA: Freeman. nósticos de investigación. ­Madrid:
Medica Panamericana.
Fernández-Ballesteros, R. (2004). La
psicología de la vejez. Encuentros Papalia, D. (2009). Desarrollo del adul-
multidisciplinares, 16, 1-11. Recupe- to y vejez. (3.a ed.). México, D. F.:
rado de http://www.encuentros mul- McGraw-Hill.
tidisplinares.org Salvarezza, L. (1998). Una mirada ge-
Furstenberg, A. L. (1989). Older rontológica actual. Buenos Aires:
people’s age self concept. Social Paidós.
­casework. The Journal of Contem- Thoits, P. A. (1985). Social support as
porary Social Work, 70, 268-275. coping assistance. Journal of Con-
Hernández, R., Fernández-Collado, C., sulting and Clinical Psychology, 54,
y Baptista, L. (2010). Metodología 416-423.
de la investigación (5.a ed.). México, Zung, W. K. (1967). Factor influencing
D. F.: McGraw-Hill. the self-rating depression scale.
Archives of General Psychology, 16,
INEI - Instituto Nacional de Estadística
543-547.
e Informática. (2007). Recuperado
de http://www.inei.gob.pe

104

Potrebbero piacerti anche