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¿Cómo identificar una crisis?

Las crisis en la adolescencia es un suceso común, sin embargo, cuando no se sabe


sobrellevar, puede resultar en conflictos de índole mayor, aumentando de igual
manera el grado de repercusión en la familia. La mejor forma de identificar la crisis
de adolescencia normativa, o bien, no normativa es a través del estudio del
comportamiento de los adolescentes.
Comportamientos normales:
1. Oposición a los padres y autoafirmación: el adolescente siente la necesidad
de verse como una persona independiente, que se ha desligado de esos
padres que lo han acompañado durante toda su vida y que hasta ese
momento habían controlado sus decisiones.
2. Cambios emotivos: resulta completamente normal que el chico/chica se
muestre amoroso, diligente y dispuesto en dado momento y, luego se
encuentre hostil y enojado.
3. Narcisismo: durante la adolescencia la persona empieza a ser más
consciente de sí mismo, se mira más en el espejo, le preocupa su aspecto
físico y se fija en defectos que nunca antes le habían molestado
4. Exhibición de nuevos ideales: a través de su forma de vestir, del disfrute de
su tiempo libre, la manifestación de sus ideas, el adolescente trata de
imponerse a sus padres y cualquier adulto que consideran una autoridad.
Estas manifestaciones vienen acompañadas de diferentes sentimientos, que son
meramente consecuencia de esta crisis.
- Sentimiento de inseguridad: sufre a causa de sus propios cambios físicos que no
siempre van parejos con su crecimiento emocional, puesto que la pubertad, es decir
la madurez física, siempre precede a la psíquica, con lo que a veces se encuentran
con un cuerpo de adulto, que no corresponde a su mente, y por lo tanto no se
reconocen, y desarrollan una fuerte falta de confianza en sí mismos.
- Sentimientos angustia: puesto que existe una frustración continua. Por una parte,
le pedimos que actúe como un adulto (en sociedad, responsabilidad) y por otra se
le trata como un niño, se le prohíbe vestir de una u otra forma, o se reglamentan
sus salidas nocturnas, etc.
Esta angustia es la manifestación de la tensión que el chico soporta y que se
manifiesta por:
a) Agresividad: como respuesta a dicha frustración, la agresividad es un mecanismo
habitual. La cólera del adolescente ante nuestra negativa a sus exigencias, la
irritabilidad, la propensión a la violencia, que de momento les supone una bajada de
tensión pero que, por supuesto es sólo momentánea, las malas contestaciones, los
portazos, las reacciones desmedidas en las peleas con los hermanos.
b) Miedo al ridículo: que como sabemos se encuentra exageradamente presente.
Es un sentimiento social de vergüenza, atravesar un sitio con mucha gente, ir con
ropa poco apropiada para el grupo, etc. y que puede tener manifestaciones físicas:
taquicardia, trastornos gastrointestinales, etc.
c) Angustia expresada de modo indirecto: el miedo al examen, (quedarse en
blanco), timidez extrema, miedo a desagradar, reacción de rechazo cuando se le
dan muestras de cariño, tanto en público como en privado.
d) Sentimientos de depresión: por la necesidad de estar solo, de melancolía y
tristeza que pueden alternar con estados de verdadera euforia.
Comportamientos anormales:
-Patología de conductas centradas en el cuerpo: desórdenes alimenticios como la
anorexia, bulimia, obesidad, como respuesta a inseguridad excesiva sobre su
cuerpo.
-Trastornos de ansiedad: ataques de pánico frente a situaciones que anteriormente
les parecían normales, fobias escolares y sociales.
-Depresión: en los últimos años se ha generado una alarma, pues los niveles de
depresión en los adolescentes y jóvenes han aumentado considerablemente. Los
síntomas de depresión, adaptados a la adolescencia, son los siguientes:
1. Trastorno del comportamiento
2. Problemas escolares graves
3. Tendencia a adicciones.
4. Conducta sexual anárquica
5. Delincuencia
6. Sentimiento de inferioridad
7. Trastornos del apetito y del sueño
¿Cómo podemos solucionarlo en familia?
Durante la crisis normativa de la adolescencia, los padres deben prepararse para
que sus hijos empiecen a mostrar oposición, las relaciones se tornarán difíciles, sin
embargo, las actitudes de la familia durante este período evitarán o favorecerán la
creación de una crisis anormal o de índole mayor. Los elementos fundamentales
para superar este período con éxito son:
-Mantenerse informados: educarse constantemente, padres e hijos, sobre los
peligros del mundo, enseñarles que es ahora cuando se enfrentan al mundo real,
donde tendrán que tomar decisiones que tendrán repercusiones en su futuro, por lo
que deben tener claras sus percepciones del bien y el mal.
-Comunicación: aunque durante esta época resultará difícil mantener las buenas
relaciones, es indispensable hallar la forma de mantenerse comunicadas, los padres
deben hacer saber a sus hijos que no son sus enemigos, que en ellos siempre
podrán encontrar apoyo, mostrar interés en las opiniones y acciones de sus hijos,
de manera que estos sientan que hacen parte algo y son importantes.
-“Justo medio”: es necesario que los padres no lleguen a los extremos, eviten ser
sobreprotectores o, por el contrario, muy permisivos. En el primer caso, los chicos
suelen ser tímidos, inseguros y muy dependientes, facilitando la manipulación por
parte de malas amistades. No sabrán cómo enfrentar el mundo. Mientras que
aquellos con padres permisivos, se creerán con el derecho de hacer lo que les
plazca, pues no reconocen una imagen de autoridad.
-Libertad según responsabilidad: el aumento de la autonomía y libertades, será
proporcional a los deberes y responsabilidades.
-Establecer reglas: aun cuando debe existir comprensión, y trabajar en el
fortalecimiento de las relaciones, nunca se deben pasar por alto las reglas que serán
el recordatorio de que a pesar de que ahora existe mucha más independencia que
en la infancia, existe una autoridad que se debe reconocer y respetar.
-Reconocer sus logros o fracasos: Los adolescentes empiezan a descubrir el mundo
y vivir experiencias diferentes, a través de este camino tendrán muchas
equivocaciones, así como se les debe hacer saber que están actuando mal, es muy
importante reconocer cuando hacen las cosas bien, felicitarlos e instarlos a seguir
actuando de esa manera.

Bibliografía
Menéndez Benavente, Isabel (2005): Adolescencia: la crisis necesaria. Clínica de
psicología Isabel Menéndez Benavente, Asturias (España). Disponible en:
https://www.isabelmenendez.com/escuela/adolescencia.pdf

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