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Qué entendemos hoy en día por amor

platónico?
Platón no era tan egocéntrico como para ponerle su nombre a una de
sus aportaciones a la filosofía. El término "amor platónico" lo acuñó por
primera vez el filósofo renacentista Marsilio Ficino, y es muy difícil
que cuando nos refiramos a este concepto lo usemos con la misma
exactitud con la que lo utilizaba Platón, ya que tanto nuestro contexto
como nuestra manera de pensar son muy distintos de lo que era habitual
en la Atenas de hace más de 2000 años.

Sin embargo, este concepto es utilizado habitualmente para


referirnos a un amor imposible por distintos motivos. Puede tratarse de
un amor correspondido, en el que la persona enamorada ve frustrados
sus intentos de acercarse a alguien, o puede servir para referirnos
también a aquellos casos en los que en el momento en el que se
conquista a alguien esta persona deja de parecernos perfecta, de modo
que lo que nos atrajo de ella en un principio nunca llega a ser alcanzado.

En cualquier caso, para aprender a reflexionar acerca de lo que


experimentamos cuando caemos en este tipo de amor no está de más
recordar algunos de los aspectos principales de lo que significa
realmente el amor platónico.
Claves para entender el amor platónico
¿De qué hablamos exactamente cuando nos referimos a este tipo de
amor? A través de estos cuatro puntos vamos a tratar de explicarlo.

1. El amor platónico es el “amor verdadero”


Para Platón, los tipos de amor que se basan en los placeres que nos
proporcionan nuestros sentidos son formas de cariño más bien
banales. El amor platónico es la forma más pura de amor porque no se
basa en un intercambio de cualidades físicas o materiales. También lo es
porque, además de ser desinteresado, nunca nos deja acceder a lo que
amamos.
Más sobre las distintas formas en que los humanos expresamos este
sentimiento:

 "Tipos de amor: ¿qué clases distintas de amor existen?"

2. El amor platónico nunca se alcanza


Según el concepto de amor platónico, la belleza tiene esencia divina, y
por tanto nunca puede ser alcanzada por el ser humano. ¿Entonces,
cómo es que Platón habla acerca del amor en términos tan positivos y
optimistas? La respuesta es que, para el filósofo, el amor nos impulsa a
mejorarnos a nosotros mismos para estar más próximos a la belleza
anhelada, y esto es algo bueno en sí mismo.

En definitiva, la existencia de lo que hoy conocemos como amor


platónico significa que hay algo en nosotros que nos puede impulsar
hacia la autoperfección. Se da una paradoja: luchamos por acercarnos
más a algo que, por definición es inaccesible y está infinitamente alejado
de nosotros.

Para Platón, hacerse preguntas sobre la naturaleza de las cosas a través


de la filosofía es una muestra clara de lo que significa buscar una
belleza inabarcable. Las personas sabias son también aquellas que,
como Sócrates buscan el conocimiento a la vez que aceptan su propia
ignorancia. En esa armonía está el ennoblecimiento del alma y la virtud
de la que habla Platón.

3. El amor platónico es universal


El amor platónico no consiste en la atracción hacia una persona
concreta a la que hemos idealizado. Es, más bien, una fuerza que nos
busca a encontrar la esencia de la belleza en sus diferentes
expresiones. Lo que importa es la divinización de la belleza y la bondad,
conceptos que para Platón están ligados entre sí. Para este filósofo no
nos enamoramos de las personas, sino de los resquicios de belleza que
podemos encontrar en ellas.

Eso explica que, paradójicamente, la belleza sea inalcanzable pero


también omnipresente. Platón creía que el mundo que experimentamos a
través de los sentidos expresa dos realidades: una material, en la que se
encuentra todo lo que es percibido directamente a través de los sentidos,
y otra ideal, en la que se encuentra la esencia de la belleza. Eso explica
que podamos encontrar la esencia de la belleza en todos los lugares y
personas imaginables, dependiendo del grado en el que nuestra virtud
nos permite vislumbrar el mundo ideal en la materialidad que nos rodea.

Por lo tanto, si obedecemos a lo que es el amor platónico, creer que una


persona es perfecta es, en realidad, encontrar en esa persona
formas de expresión de una belleza que no le pertenece
directamente a ella ni está en ella en exclusiva. Cada vez que vemos
la perfección en algo o alguien, estamos vislumbrando lo mismo.

4. Se expresa de forma intelectual


El amor platónico es un tipo de amor que, para el filósofo griego, se
manifiesta de manera no exclusivamente física, ya que hace referencia a
un objeto de deseo que se encuentra más allá de lo material. Esto no se
limita a ser una norma ética de comportamiento sobre cómo tratar al ser
amado, sino que tiene que ver con la misma concepción de lo que es la
belleza para Platón. Lo bello es indesligable de lo bueno y lo
auténtico, y lo auténtico sólo puede reconocerse a través del
intelecto.

Del mismo modo, la belleza que encontramos en un cuerpo es en


realidad belleza que pertenece al plano espiritual. Para Platón, alguien
que experimenta este tipo de amor anhela acceder espiritualmente a su
objeto de deseo.

Guía para amar en tiempos modernos


En prácticamente todos los casos en los que hablamos de amor platónico
hay un factor muy a tener en cuenta: la idealización. Para Platón, el
amor se encuentra en un equilibrio entre lo que se conoce y lo que se
ignora, y esta regla puede aplicarse también a nuestra relación con las
personas. Esto es así porque, cuando idealizamos a una persona, la
estamos percibiendo como un ser prácticamente perfecto
justamente porque no la conocemos lo suficiente como para ver que
no lo es.

Ahora bien: si la esencia de lo que es bello es inalcanzable, las personas


concretas no lo son tanto. El amor imposible puede dejar de serlo
cuando, por un motivo o por otro, llega un punto en el que podemos
"conquistar" a esa persona... y eso nos permite conocerla más. Aparece
entonces una pregunta: ¿el fin del amor imposible es el fin del amor
platónico?

Idealizar... o vivir el amor pese a sus cosas malas


En realidad, no. Para Platón, la atracción que sentimos por una persona
va siempre más allá de lo físico, y por lo tanto pasar más tiempo con ella
y descubrir sus diferentes facetas no tiene por qué significar que
"domestiquemos" la esencia de lo bello que encontramos en esta.
Habrá algo en esta persona que seguirá siendo inalcanzable, aunque no
sabremos decir por qué, ya que seguimos sin entender y conquistar
intelectualmente aquello que nos atrae.

Pero este tipo de idealización tan persistente no es el más habitual en


nuestros días.

¿Es tu amor platónico o simplemente alguien


inaccesible para ti?
Más allá de lo que en la antigua Grecia se entendía por amor platónico,
idealizar a alguien acostumbra a consistir en desconocer a esa persona
no por su capacidad para seguir conservando el atractivo pase lo que
pase, sino a causa de nuestras dificultades para conectar con ella,
ya sea porque hace poco que la conocemos o porque sólo nos deja ver
una de sus facetas.

Esto último se hace evidente, por ejemplo, en el


fenómeno fanboy o fangirl que han originado las personas mundialmente
famosas. Los famosos tienen detrás una maquinaria de marketing tan
masiva y unos asesores de imagen tan eficientes que sólo conocemos la
parte más agraciada y admirable de su persona. En menor
medida, ocurre lo mismo con las personas que, a pesar de atraernos
por su apariencia, nunca llegan a conectar del todo con nosotros.

Curiosamente, es la estética y lo material, aquello que tenía menos


importancia para Platón, lo que nos lleva a idealizar al prójimo: casi
nunca un acercamiento intelectual. Quizás nos resultaría útil pensar más
a menudo sobre este hecho.
TÓPICOS

 AMOR Y SEXO
 PAREJ A
 BIENEST AR
 ANTI GUA GRECI A

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