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Un desodorante es una sustancia que se aplica al cuerpo, especialmente en

las axilas y los pies, para reducir el olor de la transpiración.


El olor es causado por una bacteria que prospera en entornos calientes y
húmedos[cita requerida]. Debido a que este olor está mal visto en muchas culturas,
puesto que parecen indicar una mala higiene personal y por el desagradable olor,
se recurre al desodorante para reducirlo o eliminarlo.
Los desodorantes trabajan de la siguiente forma:

 Inhiben el crecimiento de la bacteria que genera el olor. Esto se consigue con componentes
químicos antibacterianos.[1]
 Incluyen fragancias y perfumes para enmascarar el olor de la transpiración.
 Bloquean las glándulas sudoríparas (antitraspirantes)

Los antitranspirantes son un tipo de desodorantes que actúa bloqueando las


glándulas sudoríparas. El principio activo más habitualmente utilizado en los
antitranspirantes son las sales de aluminio.[cita requerida]
Los desodorantes pueden aplicarse con un aerosol, en forma líquida (mediante
pulverizador o con una bolilla llamada roll-on). También existe el desodorante en
barra, que viene en estado sólido (aunque lo suficientemente blando) y en gel.
Las culturas e individuos difieren en sus opiniones respecto al uso de
desodorantes, y si el olor corporal natural es ofensivo. Algunas comidascomo
los ajos y las cebollas pueden afectar al olor corporal.
El primer desodorante comercial fue vendido, bajo la marca mum, y su patente fue
solicitada en el siglo XIX por un inventor de Filadelfia, Pensilvania, del cual no se
conoce su nombre.[2]
Existe un tipo de desodorante llamado body spray, el cual puede ser aplicado en
cualquier zona del cuerpo a diferencia de los antitranspirantes que se aplican
exclusivamente a nivel de las axilas.
Realidad sobre cáncer de mamaEditar
En 1999 comenzó a circular un email asegurando que el uso de antitranspirantes
era una de las principales causas del cáncer de mama.[3] Explicaba que al cerrar los
poros, en una zona tan cercana a los senos, se acumulaban en el cuerpo aquellas
toxinas que no podían salir. Al parecer, la acumulación en los ganglios linfáticos de
las toxinas no eliminadas, sumadas a los químicos del desodorante, generaban con
el tiempo tumores cancerígenos. Pese a que esta información no provenía de
ninguna fuente fiable, el impacto que causó llevó a que se realizaran estudios
posteriores a la difusión del rumor, para estudiar la posible peligrosidad de los
antitranspirantes como causa de cáncer de mama.[4]
Al día de hoy no es posible sostener que el uso de antitranspirantes incremente los
riesgos de padecer cáncer.[4][5][6] Así, según el Instituto Nacional del Cáncer de
Estados Unidos, “Los antitranspirantes no provocan problemas de salud (a
excepción de reacciones alérgicas de la piel en las personas muy sensibles); por lo
tanto, su utilización es segura y no representa ningún riesgo para las personas”.[4]
Los reales argumentos sobre los antitraspirantes y el cáncerEditar
 La inhibición de la transpiración causa cáncer.

Uno de los argumentos que sostienen la supuesta peligrosidad de los


antitraspirantes es que, al no transpirar, se acumulan toxinas en las glándulas
linfáticas. Se explica que el cuerpo elimina las toxinas sobre todo a través de las
axilas, de modo que si "tapamos" esa zona con el antitranspirante las toxinas se
acumularán en las glándulas linfáticas del cuerpo y acabarán produciendo cáncer
de mama. Pero en realidad el objetivo de la Transpiración es ante todo enfriar el
cuerpo y no constituye el principal mecanismo del cuerpo para eliminar las
"toxinas": El hígado y los riñones juegan un papel mucho más importante en esta
tarea. Por otro lado, la transpiración es un sistema diferente a las glándulas
linfáticas,[7] de modo que no resulta evidente la acumulación en ellas de las toxinas
no eliminadas al transpirar. Un detalle no menor es que, además, el cáncer de
mama comienza en las mama y solo luego se expande a las glándulas linfáticas.[8][7]
 Los desodorantes tienen componentes cancerígenos llamado parabenos.

Otra de las afirmaciones del mail era que los desodorantes introducen en el cuerpo
parabenos, que serían la principal causa del cáncer de mama. Una primera cuestión
fundamental es que los desodorantes no son la mayor fuente de parabenos, y de
hecho la mayoría no los contiene en la actualidad.[4] Pero por otro lado, aunque su
toxicidad podría tener alguna significación en el cáncer, no se ha probado que los
parabenos sean una causa del mismo, y mucho menos la principal de sus causas.
En todo caso, muchos productos cosméticos e incluso alimentos lo contienen y su
consumo puede evitarse leyendo la etiqueta de los productos.[9][6]
 Las sales de aluminio son cancerígenas.

Por último, la acusación a la peligrosidad de los desodorantes señalaba la


nocividad de las sales de aluminio que estos contienen. Y si bien es cierto que las
contienen, y que las mismas pueden ser tóxicas, no existen estudios que prueben
una relación causal con el cáncer. Los escasos hallazgos que constatan la presencia
de aluminio en tejido mamario canceroso no pudieron establecer que fuera ésa la
causa del cáncer, ni que su presencia se debiera al uso de antitranspirantes. De
hecho, la principal fuente de exposición al aluminio es la dieta.[6] El hecho de que
algunas unidades de cáncer recomienden a las mujeres no utilizar desodorantes
con sales de aluminio antes de realizarse una mamografía no se debe a la
peligrosidad de las sales de aluminio sino a que puede oscurecer los resultados y
dificultar la detección del cáncer[6]

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