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Movimiento armado de la Revolución mexicana según la cronología propuesta

por Gilly:

Desde el Plan de Ayala (noviembre de 1911 hasta el golpe de Victoriano Huerta y


el asesinato de Madero (febrero de 1913)

Equipo 1

Gallardo Romero Katie

Leon Estrella Litzy Mariana

Miranda Herrera Sara

11/febrero/2019
Como una muy breve recapitulación de lo revisado en clase en el texto de Katz1,
recordemos que Francisco I. Madero en conjunto con algunos movimientos armados
lograron la victoria en Ciudad Juárez y con la firma de los Tratados del mismo nombre el
21 de mayo de 1911, se dictó el exilio de Porfirio Díaz y de la burguesía allegada a él.
Sin embargo, el documento también conservaba instituciones del régimen y no establecía
nada respecto a cambios sociales o reformas agrarias. Se vio este hecho como la
consumación de la revolución maderista, y por tal motivo se pidió a los movimientos que
abandonaran las armas.

Según Miguel Ángel Gallo T2, puede entenderse a estos tratados como una transacción
entre porfiristas y maderistas para evitar que el movimiento revolucionario se saliera de
control, hacia una revolución social contraria a los intereses burgueses.

Una vez erradicada la dictadura, se estableció un gobierno provisional representado por


Francisco León de la Barra, en tanto se organizaban las elecciones. Éstas a su término
dictaron como claro vencedor el 6 de noviembre de 1911 a Francisco I. Madero
asumiendo la presidencia y a José María Pino Suárez, la vicepresidencia.

Madero se habría reunido con Zapata el 7 y 8 de junio de 1911 para discutir su política
respecto a la cuestión campesina. Solicitaba, como menciona Katz:

1. Restitución de las tierras expropiadas a los campesinos.


2. Establecimiento de una administración gubernamental revolucionaria en Morelos.
3. La retirada de las tropas del Ejército Federal de Díaz.

Madero expuso revisar el tema de la tierra y accedió a lo demás, así Zapata y el


movimiento revolucionario en Morelos y Puebla se mantuvieron a la espera de que
Madero cumpliera su palabra. No obstante, otros personajes no esperarían. En julio de
1911, Andrés Molina Enríquez, autor de Los grandes problemas nacionales (1909),
promulgó el Plan de Texcoco llamando a continuar la revolución, nombrando jefe a Emilio
Vázquez Gómez y proclamando la expropiación parcial de las tierras. De igual forma,

1
Katz, Friedrich. “Orígenes, Estallido y Fase inicial de la Revolución de 1910”, en Lorenzo Meyer (compilador),
Revolución y Sistema. México 1910-1940, México, SEP, 1987, pp. 66-98.
2
Gallo T., Miguel Ángel, “Unidad I. Crisis del sistema y reconstrucción del Estado mexicano 1900-1940”, en México
1910-2010. Historia de México 2 por competencias, México, Ediciones Quinto Sol, 2014, pp. 39.

2
Paulino Martínez, periodista opositor, publicó a finales de octubre el Plan de Tacubaya,
donde declaraba nulas las elecciones que daban el triunfo a Madero y a Pino
Suárez, se declaraban disueltas las Cámaras de la Unión, llevaba a la presidencia
a Emilio Vázquez Gómez y abordaba el tema de la tierra mencionado que el
problema agrario era el causante de los males del país y la población y que debía
resolverse. Ninguno dio resultado, solo hubo algunas aprehensiones.

El acuerdo entre Madero y Zapata no fue respetado por el gobierno provisional, que envió
tropas federales e irrumpieron en el estado de Morelos. Es por esto por lo que justo
después del triunfo de Madero, Emiliano Zapata, escogido como representante del
movimiento agrario del sur, se levanta en su contra proclamando el Plan de Ayala el 28
de noviembre de 1911.

Declara a Madero traidor del Plan de San Luis, lo desconoce como jefe de la revolución
y como presidente de la República; nombra en su lugar a Pascual Orozco como jefe de
la revolución y en caso de no aceptar, al general Emiliano Zapata y llama a continuar el
movimiento revolucionario. Contiene 15 artículos que exponen los objetivos de la rebelión
agraria de los zapatistas:

1. La restitución de las tierras usurpadas a comunidades indígenas durante el


Porfiriato
2. Reparto de parte de las tierras de los grandes hacendados entre campesinos sin
tierra.
3. Expropiación y repartición de las haciendas cuyos dueños hubieran combatido a
la revolución.
Así es como comienza la difusión del que sería el documento más importante del
movimiento agrario.
Como ya revisamos en clase, recordemos que Madero llegó a la presidencia sin presentar
un programa claro: creía firmemente que el cambio necesario radicaba en la instauración
de un gobierno democrático, otorgando mayor participación a la clase media en la vida
política y sin salir del sistema capitalista, defendiendo la existencia de “la gran propiedad”
como base para el desarrollo y modernización de la agricultura, reflejando los intereses
de la clase gobernante.

3
Durante su gobierno se enfrentó en dos escenarios: contra aquellos porfiristas que
buscaban recuperar el poder, gestado por admitir en su gobierno a ex porfiristas,
reconocidos dentro del grupo de “los científicos”; y contra los movimientos campesinos
radicales que buscaban la reforma agraria, iniciando por el cumplimiento del artículo 3ero
del Plan de San Luis.

Su gobierno fue caracterizado por tolerar la libertad de prensa, recibiendo duras críticas
a su gobierno, pues la administración de El Imparcial, por ejemplo, seguía siendo
porfirista.

El Congreso reflejaba una pequeña mayoría maderista en la Cámara de Diputados y un


Senado claramente porfirista; y dentro de la mayoría maderista solo el ala radical
revolucionaria, Los Renovadores, tenía propuestas para atender demandas sociales y la
revisar la cuestión agraria, por lo que poco se hacía al respecto de este sentido.

Buscó resolver los conflictos por la vía legal y pacífica, pues buscaba enseñar al pueblo
a ejercer sus libertades. Alentó la organización de los trabajadores a través de la
legalización del sindicato y la huelga, lo que resultó en una insurgencia obrera: la
presencia de una ola de huelgas de 1911 a 1912, teniendo impacto en las compañías
norteamericanas en México.

Como se mencionó anteriormente, Madero se enfrentó a conspiraciones y levantamientos


en dos frentes, por las fuerzas revolucionarias y por las contrarrevolucionarias:

El primero de ellos, contrarrevolucionario, fue encabezado por Bernardo Reyes, que


volviendo de Estados Unidos donde se encontraba en el exilio, llama en el norte a
levantarse en armas contra el gobierno de Madero el 13 de diciembre de 1911. Madero
tenía poco tiempo en el poder y contaba con el apoyo popular, las fuerzas porfiristas que
sí buscaban derrocar a Madero no confiaban en él y éste contaba con el respaldo
norteamericano, por lo que el intento de levantamiento fracasó el 25 de diciembre.

El segundo golpe, revolucionario, estuvo a cargo de Pascual Orozco, exgeneral


revolucionario del estado de Chihuahua, el 3 de marzo de 1912. No complacido con el
trato que recibió de Madero al no apoyarlo en su candidatura para gobierno del estado ni

4
con su postura política moderada, creó su propio ejército, al que se unieron maderistas y
zapatistas inconformes. Fue financiado en armas por compañías norteamericanas y
apoyado por terratenientes conservadores de Chihuahua, que esperaban aprovechar el
movimiento revolucionario para desestabilizar al gobierno existente y obtener ventaja a
sus intereses. En el Manifiesto del 25 de marzo expusieron las razones de su lucha y las
demandas agrarias norteñas, basadas en la experiencia agraria de Chihuahua, donde la
tierra no se poseía colectivamente.

Pascual Orozco y su ejército fueron derrotados 4 meses después por el ejército


gubernamental, dirigidos por Victoriano Huerta. Si bien una fracción del ejército buscaba
de igual forma derrocar a Madero, los combatieron porque no aceptarían que asumieran
el control revolucionarios radicales.

El tercer movimiento contrarrevolucionario nuevamente, fue dirigido en Veracruz el 16 de


octubre de 1912 por el militar Félix Díaz, sobrino de Porfirio Díaz. En esta ocasión “fue
más evidente el apoyo de hombres de negocios y diplomáticos norteamericanos”, no así
del ejército pues no veían en él la capacidad de comandarlo. Tanto a Félix como a Reyes
se les perdona la vida y son aprehendidos en la cárcel de Santiago Tlatelolco, gozando
de privilegios y la posibilidad de gestar más conspiraciones.

Vale la pena esbozar la relación del gobierno maderista con Estados Unidos para
idealizar el panorama precedente a los violentos hechos ocurridos en el intempestivo fin
de su gobierno.

Al asumir Madero la presidencia, contó con el respaldo de Estados Unidos, pues el


gobierno norteamericano esperaba que Madero mantuviera el sistema de Díaz, pero en
favor del capital americano sobre el europeo. Pese a que Madero no revelo actitudes en
pro del capital europeo, ni estableció medidas antinorteamericanas, salvo un leve
impuesto al petróleo y el despido de trabajadores que no hablaran español; se evidenció
su negativa a satisfacer las demandas norteamericanas, pues no buscaba que Estados
Unidos ejerciera una hegemonía en México e impulsó sentimientos patrióticos en la
sociedad mexicana.

5
Esto aunado a expresiones antinorteamericanas que habían hallado cabida en la libre
prensa y a la “incompetencia o falta de deseo” de Madero por mitigar la insurrección en
el campo, gestó desde marzo de 1912 una relación áspera que revelaba la postura de
oposición por parte de Estados Unidos: la prensa del país lo presentaba como incapaz
de poner ley y orden en México, otorgó armamento a sus connacionales en México y
apoyo a los intentos de golpe contra el gobierno maderista, como ya se mencionó
anteriormente, sentando de esta forma las bases para una invasión norteamericana en
algún momento determinado.

De esta forma, el gobierno estadounidense determino que, si bien Madero tenía


tendencias conservadoras, no era capaz de regresar al sistema de Díaz, por lo que en
1913 se perfila el cambio definitivo de la actitud norteamericana hacia México: de apoyo
a hostilidad cerrada.

Así, el embajador Henry Lane Wilson participó en la conspiración contra Madero, donde
participaron Rodolfo Reyes, hijo del general Bernardo, Manuel Mondragón y otros
militares.

La madrugada del 9 de febrero de 1913 en la Ciudad de México inicia el último


movimiento de la contrarrevolución contra Madero, conocido como La Decena Trágica3.
Una parte de la guarnición de la capital, comandada por el general Manuel Mondragón y
por Gregorio Ruiz, liberaron a Bernardo Reyes de la cárcel de Santiago Tlatelolco, y a
Félix Díaz de la Penitenciaría de Lecumberri, con la intensión de gestar un movimiento
rápido y certero donde se apoderarían de Palacio Nacional, el Castillo de Chapultepec,
Dependencias de la Secretaría de Guerra y aprehenderían al presidente y al
vicepresidente, creando un Estado de Sitio.

El general Lauro Villar comandante de la guarnición y leal a Madero, hizo fracasar el


movimiento, donde éste resulta herido y Ruiz y Reyes pierden la vida. El resto de los
contrarrevolucionarios se refugiaron en la Ciudadela.

3
Bolívar, Rosendo, “El ascenso al poder: La decena trágica”, en La presidencia interina de Victoriano Huerta,
México, Instituto Politécnico Nacional, 1999, pp. 37, 47.

6
Se produjeron movimientos simultáneos a favor de los maderistas por parte de los
alumnos de la escuela militar y de algunas personas que a pesar de no ir armadas, se
unieron con todo sentido de pertenencia al maderismo. Estos movimientos se situaron en
Tlalpan y Tacubaya.

Inmediatamente Madero nombró al general Victoriano Huerta, en sustitución de Villar,


como jefe de las fuerzas del gobierno, que finge combatir a los militares golpistas de la
Ciudadela, mientras está en negociaciones con Félix Díaz, mediados por Henry Wilson,
y llegaron a un acuerdo.

Por el actuar de Huerta, el general Ángeles comentaría “Huerta estaba conduciendo las
operaciones de manera tan disparatada, que su conducta parecía más que sospechosa.”4
Madero es alertado de tal conspiración en su contra, más se muestra incrédulo.

El ataque en la Ciudadela fue de lo más relevante en este acontecimiento, pues a pesar


del apoyo que se le dio a Madero, la Ciudadela contaba con armamento de fuego que ni
siquiera él mismo consideraba y por ende, hubo afectaciones a la sociedad civil: un
número significativo de heridos y muertos por los combates y escasez de víveres.

El 18 de febrero de 1913, el presidente Francisco I. Madero y el vicepresidente José


María Pino Suárez fueron aprehendidos por el general Aureliano Blanquet, la traición por
parte de Huerta. Su siguiente movimiento es la expedición de 3 documentos:

1. Manifiesto a la nación firmado por él y por Félix Díaz que anunciaba que el ejército
asumía la autoridad para garantizar la salvación de la patria.
2. Telegramas a los gobernadores de los estados y jefes políticos anunciando que
autorizado, falsamente, por el Senado asumía el Poder Ejecutivo.
3. Nota oficial al presidente de la Cámara de Diputados con dicho informe y
solicitando convocar al Congreso de la Unión.

Ese mismo día, se reunieron en la embajada norteamericana Henry Lane Wilson, Félix
Díaz, Huerta y otros conspiradores, acordando derrocar a Madero para que Huerta en un

4
La traición de Huerta y la muerte de Madero, en el Museo de la Revolución Mexicana, visitado el 27 de enero de
2019.

7
gobierno provisional convocara a elecciones favorables a Félix Díaz. Este acuerdo es
conocido como El Pacto de la Embajada.

El 19 de febrero Madero y Pino Suárez se vieron obligados a renunciar a su cargo a la


presidencia y vicepresidencia, y en un giro a favor de los intereses personales de Huerta,
toma posesión de la presidencia Pedro Lascuráin por 45 minutos, para dimitir a favor de
Huerta.

Ese mismo día, Huerta recibe telegramas de los gobernadores estatales y jefes militares
aceptando su gobierno, excepto de Sonora, Chihuahua y Coahuila, estados que tenían a
sus órdenes fuertes núcleos armados.

El 22 de febrero de 1913, no les concede el exilio y Madero y Pino Suárez son asesinados
cuando eran trasladados a la penitenciaría de Lecumberri, dando fin a La Decena Trágica.

Huerta como presidente, envió un telegrama al mandatario estadounidense:

“Tengo el honor de informar a usted que he derrocado este gobierno. Las


fuerzas están conmigo y desde hoy en adelante reinarán la paz y prosperidad.
Su obediente servidor.

Victoriano Huerta.5”

5
Ibid, p. 48.

8
¿Quién fue Victoriano Huerta?
José Victoriano Huerta Márquez.

De familia humilde, con raíces indígenas, militar y político. Nacido en Colotlán, Jalisco,
en el año de 1845. Su carrera como militar comenzó cuando ingresó al Colegio Militar de
Guadalajara, ascendiendo por el escalafón del ejército. Fue empleado como “secretario”
del general Donato Guerra, gracias a ello, logró tener lazos con Bernardo Reyes.

A pesar de que Huerta no tuvo “la mejor” educación o los mejores recursos para obtener
un buen reconocimiento en la escuela militar, obtuvo graduarse con el primer lugar junto
con honores, en el colegio militar.

En el mandato de Porfirio Díaz participó en las campañas organizadas contra los


indígenas mayas de Yucatán. Entre los años de 1905 y 1909 fue jefe de obras públicas
durante el gobierno reyista en el estado de Monterrey.
Al inicio de la revolución mexicana, Huerta se incorpora al servicio activo en el ejército
federal, convirtiéndose así en un contrarrevolucionario. Escoltó a Porfirio Díaz camino a
Veracruz cuando éste se retiró del poder y partió hacia París.

En el gobierno de Francisco León de la Barra suscitado en el año de 1911, enviaron a


Huerta a combatir a los Zapatistas en los estados de Morelos y Guerrero.
Cuando Madero llega a la presidencia, Huerta es nombrado jefe de operaciones en el
norte del país, contra las fuerzas de Pascual Orozco. En abril de 1912 llega a Torreón,
reorganizando al ejército federal, al mismo tiempo, casi fusilando a Francisco Villa por
“Insubordinación”. Vence a los orozquistas, recuperando así el estado de Chihuahua. El
24 de septiembre de ése mismo año, fue remitido a la capital por el cargo de desacato a
las órdenes de la Secretaría de Guerra.

Huerta asumió la presidencia de México, tras una traición y un golpe de estado.


Al final, su figura fue rechazada por la mayoría de la población mexicana por ser
“Usurpador y dictador”. Dejó el poder por la intervención del gobierno estadounidense,
además de que el avance revolucionario también fue un elemento fundamental para que
éste se fuera de la presidencia y del país en el año de 1914. Emigrando hacia Inglaterra
y después a España, encabezando conspiraciones contrarrevolucionarias.
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El gobierno estadounidense lo aprehende el 25 de julio junto con Pascual Orozco. Se les
dejó libres bajo fianza a condición de residir en El paso Texas. Orozco escapó, Huerta
trató de hacer lo mismo pero fue detenido y llevado a la cárcel militar llamada Fort Bliss,
donde permaneció de julio a noviembre. Como se encontraba enfermo de manera grave,
se le permitió vivir con familia de España, muriendo de cirrosis hepática el 13 de enero
de 1916.6 Según Salmerón, “pasó a la historia como el prototipo del militar desleal,
inescrupuloso y sanguinario”7

Consideraciones finales:

1. Periodización según la intervención y decisión efectiva de las masas en el


movimiento revolucionario.
2. Crisis interburguesa, Maderismo vs Porfirismo, dejando de lado la inconformidad
popular.
3. Desde noviembre de 1911 se evidencia en el plano nacional una mayor
preocupación por el problema de la mala distribución de la tierra, aun por los que
sirvieron a los dictadores. Sin embargo, parece que Madero no comprende la
magnitud de la situación: la burguesía no comprende que es una revolución
campesina. Insiste en identificar su movimiento como causa nacional.
4. Actividad revolucionaria mantenida exclusivamente por la fracción zapatista.
5. Maderismo: dispersa a las fuerza armadas que movilizó, asume el control del
Estado burgués y de su ejército, enfrenta con ellos a la revolución campesina e
introduce algunas reformas políticas democráticas.

6
Bolivar, Rosendo. “Introducción y conclusiones”, en La presidencia interina de Victoriano Huerta, México, Instituto
politécnico nacional, 1999, pp 9, 10, 11 y 91.
7
Salmerón, Pedro. 29. ¿Quién fue Victoriano Huerta?, en Cien preguntas sobre la Revolución Mexicana, México,
Rosa Luxemburg Stiftung y Para Leer en Libertad A.C., 2014, p. 62.

10
Referencias.

Bolívar, Rosendo, “El ascenso al poder: La decena trágica”, en La presidencia interina de


Victoriano Huerta, México, Instituto Politécnico Nacional, 1999, pp. 37, 47.

Bolivar, Rosendo. “Introducción y conclusiones”, en La presidencia interina de


Victoriano Huerta, México, Instituto politécnico nacional, 1999, pp 9, 10, 11 y 91.

Gallo T., Miguel Ángel, “Unidad I. Crisis del sistema y reconstrucción del Estado
mexicano 1900-1940”, en México 1910-2010. Historia de México 2 por competencias,
México, Ediciones Quinto Sol, 2014, pp. 39.

Katz, Friedrich. “Orígenes, Estallido y Fase inicial de la Revolución de 1910”, en


Lorenzo Meyer (compilador), Revolución y Sistema. México 1910-1940, México, SEP,
1987, pp. 66-98.

La traición de Huerta y la muerte de Madero, en el Museo de la Revolución Mexicana,


visitado el 27 de enero de 2019.
Salmerón, Pedro. 29. ¿Quién fue Victoriano Huerta?, en Cien preguntas sobre la
Revolución Mexicana, México, Rosa Luxemburg Stiftung y Para Leer en Libertad A.C.,
2014, p. 62.
Silva Herzog, Jesús, “Capítulos VI y VIII”, en Breve Historia de la Revolución Mexicana,
México, Fondo de Cultura Económica, 2004, pp. 252-364.

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