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ISSN: 0124-4035
revistadesafios.urosario@gmail.com
Universidad del Rosario
Colombia
Nohlen, Dieter
Enfoques en el análisis politológico
Desafíos, vol. 24, núm. 1, enero-junio, 2012, pp. 333-345
Universidad del Rosario
Bogotá, Colombia
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Artículo aprobado:
Para citar este artículo: Nohlen, Dieter (2012). Enfoques en el análisis político (2002/2006).
Desafíos 24-I, pp. 333-345.
Introducción
El término enfoque (en inglés: approach) designa en su sentido estric-
to una aproximación cientí ca especí ca al objeto de investigación,
que consiste en un sistema de preceptos que combina coherentemente
elementos de teoría, método y técnica de investigación.
A. El enfoque interdisciplinario
Esta opción seguramente es muy valiosa y tiene su encanto. En el
diálogo con otras disciplinas se vislumbran mejor las condiciones
epistemológicas de la propia disciplina que a menudo se quedan im-
plícitas, no articuladas. Además, el enfoque interdisciplinario permite
identi car reduccionismos de cada una de las disciplinas participantes.
Como sentencia Wolfgang Schluchter (2010), nadie conoce bien su propia
disciplina si solo conoce la suya. La confrontación con el conocimien-
to de otra disciplina no debería ser vista como un reto; de verdad, este
otro conocimiento es complementario. A veces la interdisplinariedad
B. El enfoque occidental-comparativo
Si consideramos ahora la alternativa de la ciencia política como sección
de la ciencia política madre en sus estudios electorales, que se distingue
de ella solo por la región en la que se enfoca, es decir América Latina,
es notorio que el gobierno comparado hasta hace poco no incluía a
América Latina, con el efecto de que la región casi no cuente con su
contexto en la disciplina madre. Sus conceptos y teorías, o sea, los
instrumentos del análisis más allá de los métodos de investigación,
son abstracciones de una realidad diferente a la latinoamericana, de
las experiencias europeas y angloamericanas. Como decía Juan Carlos
Agulla (1984: 53) son “teorías analíticas elaboradas en, por y para las
sociedades nacionales dominantes en Europa y de los EE.UU, pero
que tenían la pretensión, por considerarse cientí cas, de que sus
conclusiones eran válidas universalmente”. El sociólogo argentino
hizo esta observación hace 25 años.
A. El concepto “empírico”
Mientras que lo histórico parece fácil de precisar –se re ere a lo in-
dividual y singular de los fenómenos observables en la realidad–, el
concepto empírico (del griego empeiría, experiencia), es utilizado con
diferentes signi cados. Empírico puede signi car (a) lo dado históri-
camente, la realidad (a diferencia de la mera posibilidad o la realidad
irracional, supraempírica), (b) basado en la experiencia o de acuerdo a
la experiencia; en este caso, un saber empírico es igual a una facultad
natural, obtenida inductivamente a partir de la experiencia (cotidiana),
para reconocer y juzgar adecuadamente las cosas, (c) la experiencia
obtenida sistemáticamente, dirigida metódicamente, por ejemplo, en
el experimento o en la comparación sistemática. A diferencia de la
experiencia cotidiana subjetiva, que solo puede ser transmitida bajo
ciertas condiciones, a la experiencia empírico-analítica controlada se le
hacen ciertas exigencias metódicas que se consideran indispensables
para el conocimiento cientí co: los resultados tienen que poderse
transmitir intersubjetivamente y tienen que ser comprobables por
veri cación o falsi cación. En el racionalismo crítico, el contenido
empírico de las teorías se mide por el modo y la extensión de sus
posibilidades de falsi cación (Popper 1990; Stegmüller 1979). Empíri-
co se entiende también como contrario de normativo. “Una ciencia
empírica no puede enseñar a nadie qué debe hacer. (...) Cuando lo
normativamente válido pasa a ser objeto de la investigación empírica,
pierde, en cuanto objeto, su carácter de norma: se lo trata como algo
que ‘es’, no como algo que ‘vale’” (Weber, 2001: 44 y 260). Finalmente,
empírico puede signi car basado en la percepción sensorial, como
a veces está presente en las decisiones cotidianas de los individuos y
en ciencia política en el uso de las encuestas que transmiten percep-
ciones que los encuestados tienen en relación a los fenómenos reales.
B. El concepto de histórico-empírico
En esta combinación, lo empírico se conceptualiza en el sentido del
empírico-analítico. Por lo tanto, a las teorías empíricas se le hace la
exigencia de someterse a la veri cación crítica, es decir, de no inmuni-
zarse contra experimentos de falsi cación y comprobación, de hacer
operativos sus conceptos fundamentales, de mostrar indicadores
empíricos, etc., esto es, de presentar resultados que puedan ser docu-
Bibliografía
Agulla, J. C. (1984). Dependencia y conciencia desgraciada, Buenos Aires: Editorial
de Belgrano.
Brunner, J.J. (1986). “La función utópica de los intelectuales”, en Arrosa Sua-
rez, M. S. (coord.): Os intelectuais nos procesos políticos da América Latina,
Porto Alegre: Eduni-Sul, 22-31.