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SITUACIÓN POLÍTICA Y ECONÓMICA DE LOS DOS BANDOS DURANTE LA

GUERRA CIVIL

La España Republicana

Desde el principio las tensiones internas fueron continuas en el bando republicano. Las
dos formas de entender la guerra y la organización del país chocaban continuamente. Por un
lado, el sector más revolucionario que encabezaban los anarquistas de la FAI y la CNT,
entendían que era imprescindible hacer la revolución al mismo tiempo que la guerra, ya que sin
una nueva sociedad sin clases y sin propiedad privada, la victoria no serviría para nada. Por otro
lado, el PCE y los sectores moderados del PSOE creían que la revolución podía esperar: lo
primero era ganar la guerra.

Al producirse el golpe, el presidente del gobierno, Casares Quiroga, se niega a repartir


armas entre la población tal y como pedían las principales organizaciones sindicales y obreras.
Consideraba que con las armas, también les entregaría el poder, pero al comprobar el avance
golpista, dimite y el nuevo presidente, José Giral, sí se decide a efectuar el reparto de armas. A
partir de este momento la organización política de la República queda totalmente desarticulada:
en algunas regiones el Estado puede ejercer su poder, pero en otras las organizaciones sindicales
llevan la voz cantante. Más adelante, ya avanzada la guerra, los anarquistas se hicieron con el
poder en el Bajo Aragón y llegaron incluso a autogestionar el territorio al margen del poder
central.

En septiembre de 1936 Largo Caballero accede a la presidencia del gobierno. Su


objetivo principal en recuperar el poder para el gobierno de la República y reconquistar zonas
estratégicas, como Extremadura, recientemente perdidas. Largo forma un gobierno de
concentración con representantes de casi todos los partidos (hasta comunistas, por vez primera
en Europa), al que meses después se unieron incluso cuatro ministros anarquistas. En este caso
también sería la primera vez en la historia que los anarquistas accedían a participar en
instituciones políticas. Una mujer, también anarquista, ocuparía la cartera de Sanidad: Federica
Montseny. Con el asedio a Madrid de las tropas franquistas el gobierno se trasladó a Valencia
en el otoño de 1936.

El ejecutivo de largo Caballero también tuvo que hacer frente a uno de los episodios
más dramáticos de la contienda: los enfrentamientos armados en Cataluña entre los propios
republicanos. En 1937 anarquistas y comunistas acabaron a tiros en Barcelona, el desgaste del
gobierno, incapaz de sofocar los enfrentamientos, forzó a Largo Caballero a dimitir. Otro
socialista, Juan Negrín, se hizo cargo de los últimos gobiernos republicanos hasta la derrota
final. El objetivo del nuevo ejecutivo sería darle prioridad total a la guerra buscando el apoyo de
los comunistas. Con esa idea se planeó la fracasada ofensiva sobre el Ebro, pero la derrota en
esta batalla a finales de 1938 supuso la quiebra total del bando republicano. En marzo de 1939
el Coronel Casado se subleva en Madrid contra el gobierno de Negrín con la intención de
negociar una paz honrosa con Franco…algo a todas luces imposible tras la publicación de la
Ley de Responsabilidades Políticas en febrero de ese mismo año.

En lo que se refiere a la economía, en la zona republicana los sucesivos gobiernos


fueron perdiendo progresivamente el control sobre los medios de producción que en muchos
lugares caían en manos de las asociaciones obreras. Muchos campos y fábricas fueron
colectivizados y su explotación repartida entre la población. Por otro lado, la República tuvo
desde el principio problemas de liquidez: la moneda perdió mucho valor durante el conflicto y
además el bando republicano se veía obligado a pagar en metálico los suministros que venían
del exterior (a diferencia de Franco, que contaba con la solidaridad de Hitler y Mussolini). La
República también se encontró con muchos problemas de financiación, ya que hacia la mitad de
la guerra, nadie quería prestar dinero al bando que parecía tener los días contados.

El bando sublevado

Ya en el mes de julio de 1936 se estableció en Burgos la Junta de Defensa Nacional,


compuesta por los generales protagonistas del alzamiento. Al principio cada uno de estos
generales sublevados ejercía el poder en su zona de influencia, pero pronto el mando absoluto
cayó en manos de Franco, que en octubre consigue ser nombrado Jefe del Estado y
Generalísimo de los Ejércitos. A diferencia de lo que ocurría en el bando republicano, aquí el
poder era único y no existían disensiones políticas internas, lo que facilitaba mucho la estrategia
de cara a ganar la guerra.

Desde los primeros días se llevó a cabo en el territorio nacional, una brutal represión
sobre la población civil, con el objetivo de controlar la situación y mantener el poder. Se
prohibieron los partidos políticos, lo sindicatos y las organizaciones obreras. También quedaron
suprimidas todas las instituciones republicanas y se estableció una rígida censura. En 1937 se
aprobó el Decreto de Unificación que establecía un partido único: FET y de las JONS
(Falange Española Tradicionalista y de las Juntas Ofensivas Nacional Sindicalistas). El régimen
que se impuso en territorio franquista tenía un carácter abiertamente personalista muy próximo
al fascismo, aunque con características propias, como la marcada influencia del catolicismo, que
incluso inspiraba la legislación de la zona nacional.

En cuanto a la economía, al comienzo de la guerra las regiones más industrializadas y


modernas del país quedaron en manos de la República. Sin embargo Franco contaba con las
grandes regiones cerealísticas del país, lo que garantizaba los suministros durante la guerra.
Pero tras la caída del frente norte, gracias a la colaboración alemana, los sublevados se hicieron
también con las regiones mineras e industriales.

El bando nacional suspendió la reforma agraria y devolvió las tierras expropiadas


durante la República a los antiguos terratenientes, que en general colaboraban con el nuevo
régimen. En cuanto a las reservas monetarias, al principio de la guerra Franco carecía de dinero
en metálico (las reservas de oro del Banco de España estaban en el lado republicano), pero
contó con la ayuda de las potencias del Eje y de las oligarquías ultraconservadoras del país.

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