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Ingeniería en Agrimensura

Geografía Física I
Ing. Edmundo Allerdin Vaca
GEOGRAFIA FISICA I

GENERALIDADES:

La geografía comprendida en sentido amplio es una de las ramas más antigua del saber humano y fue, como otras
disciplinas inaugurada por los griegos, en aquella época remota en que se inició nuestra cultura en el siglo VII A.C. se la
definía como ciencia de la tierra. A partir de este primitivo concepto general, el campo de esta disciplina se encendió en
áreas bien diferenciadas según los enfoques especializados que orientan su desarrollo. Dos tendencias se distinguieron
rápidamente (o tempranamente). Algunos geógrafos se ocuparon de realizar descripciones y de estudiar la distribución
de accidentes físicos, flora, fauna y población humana de cada continente, país o región. Esta rama de la geografía
continúa cultivándose actualmente con el título de Geografía Regional. Por otro lado, casi desde la misma época otros
geógrafos se dedicaron al estudio de cuestiones similares, pero en relación con toda la superficie de la tierra, con
prescindencia de las particularidades geográficas locales y regionales. Esta orientación dio lugar a la Geografía General.
Actualmente los geógrafos dedicados a esta rama de la geografía toman en consideración, para dar cuenta de ellos y
señalar su distribución, exclusivamente los accidentes y procesos físicos visibles actuante en la superficie terrestre.
Resulta precisado así el campo de la geografía física general, cuya finalidad es la generalización, la explicación de las
causalidades actuantes que rigen en la superficie del globo terrestre y las relaciones reciprocas entre los diversos
fenómenos. Conviene destacar aquí que el estudio de la geografía física se puede limitar a un país o a una región en
especial, proporcionando de este modo, por medio de la Geografía Física Regional, los materiales que sirven de base a la
Geografía Física General. Por último las actividades humanas y su distribución constituyen el objeto de la
Antropogeografía, cuya esfera de intereses, que constituyen cuestiones como la distribución de poblaciones, asuntos
económicos, políticos e industriales, es sumamente amplia y variada, pese a esta diversidad de enfoques, la geografía no
se ha alejado de sus objetivos iniciales. En todas sus ramas se procura determinar la distribución y explicación de los
fenómenos.

La fragmentación del campo de la geografía en parcelas especiales, alcanza en la actualidad un grado tal que difícilmente
un solo geógrafo pueda abarcar y dominar el ingente y heterogéneo caudal de conocimientos geográficos en su
totalidad.

Entre la Geografía Física y la Geología existen nexos importantes que facilitan el correcto entendimiento de numerosos
accidentes físicos geográficos en su conformación actual. Precisamente el desarrollo precedente en tiempos geológicos
vuelve comprensible los fenómenos que se pueden observar en el presente. Así lo reconoció Martonne en 1964, al
afirmar que la geología es la ciencia del pasado explicada por el presente y la geografía es la ciencia del presente
explicada por el pasado.

LA TIERRA

FORMA Y DIMENSIONES DEL GLOBO TERRESTRE:

Pitágoras, Aristóteles, Eratóstenes de Alejandría y otros físicos y filósofos de la antigua Grecia, sostuvieron que la tierra
poseía forma esférica, pero solo durante los dos últimos siglos se ha logrado conocer con exactitud su verdadera
configuración y se ha podido determinar el tamaño y los movimientos que realiza en el espacio. Son varias las
observaciones que condujeron a afirmar la esfericidad de la tierra:

a) El horizonte visible es siempre curvo y su tamaño siempre aumenta a medida que el observador toma un
emplazamiento más elevado.
b) Si un observador se aleja de un edificio de cierta altura, advierte que va ocultándose tras el horizonte
primeramente la base y después la parte superior. Si el observador, en cambio, se acerca percibe primero la
parte superior y luego la base.
c) La sombra que la tierra proyecta en los eclipses lunares es circular.
d) Todos los cuerpos celestes conocidos tienen la forma esférica.

El tamaño de la tierra se calcula a partir de la medición de un grado de círculo de un meridiano. La primera medición
realizada en el siglo III A.C. por Eratóstenes dio con notable aproximación la cifra de 39500 Km. La medición directa de
un terreno con relieve afecta sensiblemente la precisión del cálculo, pero el método de triangulación, que solo requiere
la medición directa de una corta base, ha permitido obtener datos de gran exactitud.

Se han destacado en estos trabajos de medición entre otros investigadores Snellius, de los países bajos, y los franceses
Maupertius, Piccard y Cassini. Los métodos geofísicos han permitido determinar que existe una deferencia de 21,5 Km
entre la longitud del radio ecuatorial (6378,4 Km) y la del radio polar (6356,9 Km) que es la menor. Esto indica que el
globo terrestre tiene un achatamiento polar equivalente a 1/297 del radio ecuatorial, y por consiguiente, que no es una
esfera perfecta de radios iguales.

Sobre la base de estas investigaciones se ha propuesto que la forma de la tierra es la de un elipsoide rotacional biaxial,
esto es la del cuerpo que dibuja la rotación de una elipse de poca excentricidad. Los valores obtenidos de las
perturbaciones de los satélites artificiales, han permitido que se definiera con más precisión la forma el globo terrestre
como un elipsoide de rotación tridimensional levemente deprimido en el polo austral y algo elevado en el septentrional.

Pese a estas notables precisiones, no puede considerarse este elipsoide como una forma perfectamente definida en el
sentido geométrico, puesto que la superficie de la tierra, lejos de ser lisa presenta grandes diferencias de relieve: existen
elevaciones que alcanzan los +9.125m (Himalaya) y las fosas marinas de hasta -11.215m (fosa de Challenger). Los
desniveles de la Litosfera superan, los 20 Km. La altura media de los continentes se estima en unos 850m sobre el nivel
del mar, y la profundidad media de los fondos marinos en -3.900m.

Por las razones señaladas se afirma que la forma de la tierra debe definirse como la de un geoide, o sea un cuerpo
semejante al elipsoide tridimensional, algo desigual o irregular a causa del desigual achatamiento polar y de las grandes
diferencias de relieve.

FIG1 – POSICION DE LA SUPERFICIE DEL GLOBO, DEL ELIPSOIDE Y DEL GEOIDE EN EL POLO Y EL ECUADOR

El geoide posee una corteza rocosa continua, relativamente rígida y fría, denominada litosfera, en cuyas depresiones se
sitúan las masas de agua o hidrosfera que carece de continuidad real. Ambas esferas integran, en sentido físico, la esfera
del geoide, el cual se halla envuelto por la esfera gaseosa continua que es la atmosfera.

La superficie total del geoide es de 510,1 millones de Km2, es decir los continentes y las islas cubren unos 149 millones
de Km2, o sea un 29% de la superficie total. Los mares y los océanos ocupan un 71%, lo que equivale a 361 millones de
Km2 aproximadamente. La proporción entre las superficies ocupadas por la tierra y por el mar es de 1:2,43. El volumen
de la tierra se calcula en 1083 billones de Km3, y la masa en casi 6 trillones de toneladas. El volumen de las aguas
marinas se estima en 1370 millones de Km3 aproximadamente, pero si se derritieran los glaciares de la Antártida y de
Groenlandia, el nivel de las aguas aumentarían unos 30 a 40m y se anegarían grandes áreas en las zonas de costas bajas.

FIG2 – CURVA HIPSOGRAFICA DE LA TIERRA

En el planisferio puede observarse la peculiar distribución de los mares y continentes, estos están más concentrados en
el hemisferio septentrional, mientras que las aguas cubren una superficie mayor en el austral. Sin embargo, el área polar
austral está ocupada por un continente, la ANTARTIDA, mientras que en el área polar septentrional predominan las
aguas. La distribución es pues opuesta en zonas antípodas. A pesar de las muchas hipótesis emitidas, estas y otras
particularidades de la distribución aun satisfactoriamente explicadas. Por medio de un círculo máximo el globo terrestre
puede dividirse en dos hemisferios, uno en que predominan los continentes y otro en que predominan los mares. El
primero tendría su polo cerca de la costa de Inglaterra y abarcaría Europa, Asia, África y toda América excepto
Argentina, Chile y parte de Bolivia. El polo del otro hemisferio se situaría en el Pacífico, cerca de Nueva Zelanda y
abarcaría solamente la Antártida y parte de América del Sur.

Se han utilizado las mediciones de las alturas de los continentes y de las profundidades marinas para trazar la curva
hipsográfica de la tierra, que indica el porcentaje que corresponde a la superficie que ocupan las distintas zonas
altimétricas y batimétricas en la totalidad de la superficie terrestre. Indicamos anteriormente que los valores máximos
corresponden al Everest (+9125,9m) en el Himalaya, y la fosa de Challenger (-11215m), cercana al archipiélago de las
Marianas. En la curva se destacan los siguientes sectores:

A.- Sector de Montañas.  7,8 %


B.- Sector de pequeños relieves y llanuras.  27,1 %
C.- Sector de plataformas continentales.  27,0 %
D.- Sector de taludes continentales.  8,6 %
E.- Sector de profundidades abisales.  52,4 %
F.- Sector de profundidades mayores a 6000m.  4,1 %

Como ya se ha señalado anteriormente la altura media de los continentes es de 850m y la profundidad media de los
océanos es de -3900m.

CONCEPTOS

CLIMA: Según Hann “Es el conjunto de fenómenos meteorológicos que caracterizan el estado medio de la atmosfera en
un lugar determinado de la superficie terrestre”.

CLIMATOLOGÍA: Su finalidad principal es determinar correctamente la distribución geográfica de los tipos climáticos y el
estudio de las causas por las que se diferencian. Los fenómenos meteorológicos no actúan aisladamente, cada uno está
condicionado a los otros, es decir por ejemplo, la temperatura o la humedad o la presión no actúan por sí sola, por lo
tanto no se debe perder de vista el todo. El clima queda definido por la acción conjunta de los fenómenos en un lugar
determinado.

METEOROLOGÍA: Es la ciencia que se ocupa del estudio de todos los fenómenos que ocurren en la atmosfera,
analíticamente busca la causa de los fenómenos. El fin de la meteorología es predecir el tiempo. Se divide en dos ramas:

a) Meteorología General.- Explora la composición de la atmosfera, temperatura, humedad, presión, vientos,


precipitaciones y otras propiedades físico-químicas.
b) Meteorología Sinóptica.- Se ocupa de los cambios de los fenómenos meteorológicos, en el curso de varios años
con vista a determinar las leyes que los rige, y sobre esa base fijar los métodos más precisos para pronosticar el
tiempo a corto plazo, es decir de 2 a 3 días.

TIEMPO NORMAL: Es aquel que fluctúa entre los registros de máximas y mínimas.

TIEMPO: Son los distintos estados de la atmosfera en un momento determinado.

CLIMA LOCAL: Es la unidad fundamental del clima.

CLIMA REGIONAL: Surge del promedio de climas locales y se los refiere siempre a una localidad tipo.

MICROCLIMA: Es el clima en un punto, que en su mayoría esta creado por el hombre. Por extensión se lo puede aplicar a
una localidad cuando es distinto al clima regional.
ATMOSFERA – ESPESOR Y VOLUMEN

La atmosfera constituye la envoltura gaseosa continua de la tierra. Participa no solo en la rotación diurna, sino también
en la traslación de nuestro planeta en su órbita anual alrededor del Sol. Descansa sobre la superficie de los continentes y
los mares, pero su límite superior es poco preciso y sujeto a conjeturas. Teóricamente el límite superior de la atmosfera
se situaría en los confines de la fuerza de atracción terrestre, que impide que el aire escape hacia el espacio
interplanetario. Esta zona se hallaría a más de 300 Km de altura y en ella habría aún alguna débil pero detectable presión
atmosférica. El achatamiento polar de la atmosfera provoca la disminución de su espesor. En el abultamiento ecuatorial
se observan los espesores máximos.

Algunos investigadores consideran que la máxima altura posible de la atmósfera, donde es sumamente rala y tenue, está
señalada por las auroras boreales, que acontecen a veces a la altura de 1000 Km. Como ya se ha dicho, estos fenómenos
luminosos se vinculan a las desviaciones de partículas magnéticas provenientes del sol. Pero resulta difícil aceptar que
esta altura tan grande sea el límite superior absoluto de la atmosfera, puesto que allí las moléculas están en reposo,
quizá no haya presión y la temperatura probablemente baje a cero absoluto(-273,13 °C). El peso del aire cambia con la
latitud. Un litro tiene un peso promedio de 1,3 gr. El peso total de la atmosfera terrestre se estima en 5,9 x10 15
toneladas.

COMPOSICIÓN DEL AIRE

El aire es una mezcla mecánica de gases y no una combinación química de modo que sus componentes pueden
separarse y mezclarse nuevamente por medios físicos, sin que se observe durante estos procesos cambio alguno en el
volumen ni modificaciones térmicas.

En capas cercanas a la superficie de la tierra, el aire seco está constituido principalmente por dos gases: el oxígeno con
un volumen de 20,94% y el nitrógeno con un 78,09%. Ocasionalmente se presenta también en su composición polvo,
pequeñas cantidades de vapor, anhídrido carbónico en proporciones variables y finalmente gases raros 0,97%. Esta
composición cambia según la altura, en especial, el oxígeno disminuye rápidamente a partir de los 10 Km de altura para
desaparecer a los 10 Km. Las muestras de aires tomadas por globos sondas para confeccionar un cuadro en que se indica
la altura en kilómetros, el porcentaje del volumen de los gases correspondiente a cada altura y finalmente, en la última
columna, la presión en milímetros.

Altura en Km Hidrógeno Helio Argón, etc. Oxígeno Nitrógeno Presión en mm


140 99,63 0,36 0,01 0,0040
120 99,35 0,46 0,19 0,0052
100 99,31 0,56 0,11 2,97 0,0067
80 65,11 0,47 1,89 33,39 0,0123
60 10,69 0,10 0,033 7,70 81,33 0,0935
40 0,67 0,01 0,22 12,64 86,43 0,043
20 0,04 0,59 18,10 81,24 40,99
10 0,01 0,94 20,99 78,02 168,00
5 0,01 0,94 20,94 77,89 405,00
0 0,01 0,93 20,94 78,09 760,00

Se puede observar en este cuadro que a partir de los 60 Km de altura aproximadamente, comienza a aumentar en forma
muy rápida el hidrogeno, que a los 120 Km predomina en una proporción de 99,35%, acompañado por un bajo
porcentaje de helio. Es interesante notar que el nitrógeno aumenta su volumen hasta el 86,43% a los 40 Km de altura
para desaparecer luego rápidamente. El conocimiento de la composición del aire a mayores alturas es imprescindible
para la aeronavegación y la astronáutica. Entre los componentes esenciales de la parte baja de la atmosfera debemos
incluir pequeñas cantidades de gases inertes y estables llamados también gases nobles, como por ejemplo, helio que
suele presentarse en las proximidades de los pozos de petróleo, neón, argón, kriptón, xenón y radón que es un gas
inestable y radioactivo.

De mucha mayor importancia son los componentes accidentales que aparecen combinados en muy variables cantidades
en distintos lugares y ambientes de la tierra.

En primer lugar mencionamos el anhídrido carbónico o dióxido de carbono (CO2), que se presenta en proporciones
promedio de 3 volúmenes por cada 10000 volúmenes de aire (= 0,03% aproximadamente), aunque en las grandes
ciudades puede elevarse a 7 u 8 volúmenes debido a la respiración de los habitantes y a la combustión de nafta,
petróleo y papel. Fuera de las ciudades, el anhídrido carbónico proviene principalmente de la exhalación de las
fumarolas, de los volcanes, de los gases naturales, de la combustión de la paja, etc. Estos enriquecimientos locales del
anhídrido carbónico son temporarios, ya que los vientos, mezclando la masa de aire, hacen que prevalezca la
uniformidad en la composición. Al superar las máximas indicadas, la acumulación podría ser perniciosa si no fuera
constante la intervención del mar, que disuelve el anhídrido carbónico y lo pone en equilibrio con los varios carbonatos
de las aguas marinas. Además, un considerable consumo de anhídrido carbónico se produce a causa de la Fotosíntesis.
La clorofila, que abunda en las hojas de las plantas, disocia el anhídrido carbónico en carbono (que permanece en los
tejidos y en las células de las plantas) y en oxigeno (que vuelve a incorporarse al aire).

El óxido de carbono (monóxido de carbono, CO2) es peligroso por su toxicidad, sobre todo porque se combina fácilmente
con la hemoglobina de la sangre. Este gas que en una proporción de 6,26 mg por litro del aire es mortal, procede de las
exhalaciones volcánicas, de la combustión del tabaco, de los hornos industriales y ante todo, del escape de los motores
de explosión de los automóviles, principal factor de contaminación cancerígena del aire en las ciudades modernas
afectadas por el smog. Hasta la fecha casi no se ha encontrado este gas en las montañas y en alta mar. Su familiar es el
metano (CH4), que suele presentarse en regiones petrolíferas, en minas de carbón y en menor cantidad en los pantanos
y turbales. El metano se vuelve muy explosivo al mezclarse con el aire, fenómeno frecuente en las minas de carbón,
donde aparece también el gas toxico llamado grisú, que es una mezcla de monóxido de carbono y etano (C 2H6).
Pequeñas fracciones de ozono (O3) se oxigenan durante las descargas eléctricas producidas en la atmosfera (tormentas
eléctricas) y también por descargas con chispas en los inductores de los motores, por ejemplo en los subterráneos. El O 3
posee un olor peculiar, es fuertemente oxidante, mata las bacterias, blanquea y puede incendiar el éter en frascos
abiertos.

Otro gas accidental es el amoniaco (NH3), que durante las descargas eléctricas de las tormentas se transforma en sales
de nitritos que al ser lavadas del aire por las lluvias se convierten en un elemento útil, pues sirven para abonar los
suelos.

Pero el amoniaco es siempre mortal cuando la proporción alcanza los 6 mg por litro de aire. El sulfuro de hidrogeno
producido por la putrefacción en los basurales y en los pozos negros y por la combustión imperfecta es sumamente
molesto por su olor repugnante.

Para completar estas consideraciones sobre la composición accesoria de la atmosfera, digamos que las partículas de
polvo en suspensión (muy finas y demasiado livianas para que puedan caer por la gravedad a la superficie de la tierra)
actúan a menudo como catalizadores que, según creencia popular, constituyen los núcleos de las gotitas de agua de
lluvia. Lo único seguro a este respecto es que al bombardear con cohetes la atmosfera cuando está muy húmeda pero
todavía no saturada, se dispersan partículas de carbono junto con sales de ioduro de plata y magnesio que pueden
formar núcleos de condensación del vapor y finalmente originar precipitaciones artificiales.

No cabe la menor duda que el vapor de agua es un componente accesorio de la atmosfera a alturas mayores de 10 Km,
pero es componente permanente en la parte baja a causa de la evaporación de las superficies liquidas y húmedas.
Generalmente, el valor promedio del vapor en la tierra es inferior al 1% del volumen, pero en los países muy húmedos y
calurosos pueden elevarse hasta un 4% cerca de la superficie. A más de 10 Km de altura su volumen es insignificante. A
nivel del mar la cantidad de humedad del aire decrece desde el ecuador hacia los polos.

PROPIEDADES DE LA ATMOSFERA

De las muchas propiedades de la atmosfera mencionaremos solamente aquellas que tienen alguna importancia para la
meteorología y la climatología.

_ En primer lugar conviene destacar la peculiar capacidad del aire de producir la reflexión difusa, o sea la dispersión de la
luz provocada por las moléculas de los componentes del aire. Gracias a esta capacidad hay visibilidad en las zonas donde
no llegan los rayos directos del sol.

_ Se debe subrayar también que la atmosfera posee permeabilidad calórica relativamente elevada, de modo que con la
energía radiante del sol se calienta la superficie de la tierra y muy poco o nada el aire puro y seco.

_ Reviste gran importancia la capacidad del aire de transmitir sonidos, o sea las ondas sonoras. Si no tuviera esta
propiedad, no podríamos gozar de la música ni de la conversación ni de la vida en comunidad. La velocidad máxima del
sonido es de 337,8 m/s a nivel del mar, pero va decreciendo con la altura hasta que a los 160 Km comienza la zona
anacústica, cuya atmosfera es tan tenue que a través de ella no se pueden transmitir las ondas sonoras.

_ La solubilidad del aire es también selectiva: de los dos gases predominantes en el aire en contacto con la tierra y la
hidrosfera, es el oxígeno el que se disuelve más fácilmente en el agua, haciéndolo en proporciones que varían entre los
4,5 y 1,0 cm3 por litro. El hecho de que se disuelva en especial en las aguas frías favorece el desarrollo de la vida animal.
También el nitrógeno y el dióxido de carbono se disuelven en el agua pero en menores cantidades.

_ Tal como se presenta en la atmosfera próximo a la superficie de la tierra el aire debe considerarse como un aislante de
la energía eléctrica. Esto permite conservar condensadores al aire libre. La conductividad eléctrica del aire aumenta con
la altura, es decir con la disminución de la presión alcanzando unos 20 Km de altura sus valores máximos. Por eso
durante las tormentas, las descargas (relampagueos) se producen sin mayores resistencias y sin truenos.

_ La radioactividad del aire es débil en condiciones normales, pero las explosiones nucleares y el excesivo uso de la
radioactividad en la industria e investigación científica pueden provocar su incremento.

PRESION ATMOSFERICA

El aire es una sustancia elástica que tiende a expandirse en todas direcciones hasta donde alcanza la fuerza de atracción
gravitacional de la tierra. El aire tiene por supuesto cierto peso, cuya presión a nivel del mar a 40° de latitud y a
temperatura de 0°C, se mensura con la columna de 760mm de Hg (mercurio) y corresponde a una atmosfera. En la
actualidad, para las mediciones de la presión atmosférica se impone otro sistema métrico, pese a que resulta poco
cómodo para el uso cotidiano. La conversión de los valores de estos dos sistemas se realiza rápidamente multiplicando
los milibares (mb) por ¾, con lo que se obtiene la equivalencia en milímetros de mercurio (mHg), y multiplicando los
mercurios (mHg) por 4/3 se obtiene la equivalencia en milibares.

El aire se licúa sometido a una temperatura de -180° a -190°C, y se solidifica a temperaturas que varían entre los -213° y
-234°C. El aire líquido y purificado sirve para obtener oxígeno.

La presión del aire se mide con diferentes instrumentos, el más antiguo es el barómetro de mercurio. Pero los valores
que proporciona este aparato deben ser corregidos para eliminar los defectos causados por la dilatación del mercurio
(Hg), que varía en distintas latitudes según la temperatura y la gravedad. La necesidad de efectuar estas correcciones es
una molesta desventaja, aunque para ello se disponga de tablas adecuadas. Además como el barómetro de Hg es muy
incómodo por su tamaño, en los viajes de exploración se lo ha reemplazado por el aneroide compensado, instrumento
metálico que no exige correcciones. El aneroide de bolsillo sirve también para efectuar rápidas mediciones de alturas
orientadoras. La presión barométrica cambia de un lugar a otro durante el día y la noche, y especialmente en las
estaciones frías y cálidas. La investigación procura sintetizar la enorme cantidad de mediciones pertinentes mediante la
confección de mapas isobáricos, en los cuales se trazan las “líneas que unen puntos de igual presión” llamadas
“isobaras”, expresadas en milímetros de mercurio (mHg) o milibares (mb). Estos mapas e preparan siempre para un
determinada fecha y hora. Los valores volcados en ellos deben ser reducidos a nivel del mar, para poder eliminar las
alteraciones debido al relieve y facilitar deducciones referidas a la distribución geográfica de las presiones barométricas
válidas para una región.

La presión del aire es una fuerza que actúa con determinada velocidad y en cierta dirección, en otras palabras,
determina el estado bárico de la atmosfera denominado gradiente de la presión que puede ser horizontal o vertical.

_ El gradiente horizontal de la presión se indica en los mapas isobáricos con una línea recta o combada, pero siempre
perpendicular a las líneas de isobaras, cuya flecha señala la disminución de la presión o sea del gradiente. El valor de la
velocidad del viento se deduce de la separación de loas isobaras. Cuando las isobaras se acercan entre sí, el gradiente es
empinado, lo que provoca la elevada velocidad del viento; pero cuando la separación de las isobaras es grande, el
gradiente y la velocidad son débiles.

Se estima que una diferencia de 3mmHg en la presión a una distancia de 110 Km, medida en la línea del gradiente,
provoca vientos muy fuertes. La fricción del aire con la tierra origina desviaciones del viento de la línea del gradiente.
Estas desviaciones son pequeñas en el gradiente empinado y más marcadas en el caso del gradiente débil, hasta correr
casi paralelamente a la isobara.

_ Por otra parte, el gradiente (grado) vertical de la presión indica la cantidad de metros que se debe descender o
ascender para que la presión varíe 1mm. Así, a nivel del mar y a una temperatura de 0°C el grado vertical se estima en
11m, pero a una altura de 1000 m asciende a 12m, y a 4000m de altura asciende a 15m. Estos valores pueden usarse
para obtener rápidamente medidas aproximadas de la altura.

FIG3 – ESQUEMA DEMOSTRATIVO DEL GRADIENTE HORIZONTAL. LAS ISOLINEAS (ISOBARAS) EN MILIBARES.

Cada gradiente, provocando una inestabilidad en el aire, engendra un intercambio de corriente de aire entre las masas
pesadas y las livianas, que tiende a restablecer la estabilidad y la calma del aire. Esta circulación atmosférica se realiza en
sentido casi perpendicular respecto a las isobaras, siempre desde la alta presión hacia la baja.

Se observa que las presiones altas y bajas se ubican en la tierra en franjas aproximadamente paralelas a las latitudes
geográficas, vinculándose con el ángulo de incidencia de la radiación solar. Así, en la zona tropical se ubica la zona de
baja presión ecuatorial, y dos zonas de alta presión subtropical a ambos lados de los trópicos. Hacia los polos siguen dos
amplias zonas de presión relativamente baja, correspondientes a las áreas de clima templado, luego se pasa
gradualmente a las dos zonas de alta presión polar. Téngase en cuenta que esta división en zonas no pretende más que
introducir al alumno en la compleja circulación que tiene lugar en la atmosfera de nuestro planeta. (Ver FIG6 y FIG7)

RADIACION SOLAR

La radiación solar es la fuente más importante de la energía recibida desde el exterior por la tierra y su atmosfera. La
energía se define como la capacidad de un cuerpo para efectuar un trabajo o acción. La energía es potencial cuando el
cuerpo está en reposo por ejemplo el agua de un embalse, y es cinética cuando el cuerpo está en movimiento, por
ejemplo el agua que corre en un rio o catarata. El aporte de energía precedente del interior de la tierra y de los astros es
tan insignificante que no incide absolutamente en el balance térmico de la superficie terrestre. La energía radiante del
sol es fuente de calor y de la luz, pero en realidad estos dos fenómenos no son sino productos de vibraciones de
distintas longitudes de onda. La luz resulta de las vibraciones ondulatorias, y las diferentes longitudes de onda originan
los distintos colores luminosos.

INTENSIDAD DE LA RADIACIÓN SOLAR

La unidad básica de la intensidad de la radiación solar es la constante solar, y corresponde a la cantidad de calorías que
recibe y absorbe durante un minuto una superficie oscura de 1cm2 situada en el límite superior de la atmosfera, cuando
los rayos solares inciden verticalmente. Esta cantidad varía levemente según las condiciones locales, pero el valor
promedio de la constante solar se precisa en 2,1 cal/cm2/min, cantidad de calor capaz de elevar la temperatura de 1
gramo de agua a 2 cal. El calor acumulativo de la intensidad de la radiación en el decurso de un año si no existiera la
atmosfera, sería tan grande que llegaría a derretir una capa continua de hielo de 20 m de espesor que circundara todo el
globo terrestre y sería además, mortal para todo ser viviente.

Se debe tener en cuenta que algunas leves oscilaciones de la constante solar se vinculan con los máximos y mínimos de
las manchas y de las protuberancias solares. Sin embargo, a pesar de estas pequeñas oscilaciones su valor promedio
parece que se ha mantenido inmutable en la superficie de la tierra desde hace tres mil millones de años. Algunos
investigadores consideran que la gran disminución de la constante solar es una de las causas probables de las
glaciaciones recurrentes en la historia geológica de la tierra.

A parte de la radiación solar visible a simple vista, existen otras invisibles de ondas muy cortas (ultravioletas) y ondas
muy largas (ultrarrojas), y las ondas de radio, de importancia decisiva para las radiotransmisoras.

FACTORES DE LA DISTRIBUCION GEOGRAFICA DE LA RADIACION SOLAR

La intensidad de la radiación solar o sea la cantidad de calor y luz en cualquier lugar cuya superficie este iluminada,
dependen del ángulo de incidencia de los rayos y de la duración de la iluminación. De la observación de la FIG, se
desprende que la intensidad aumenta con el crecimiento del ángulo de incidencia, puesto que la superficie señalada con
la letra “b” recibe mayor cantidad de rayos verticales y, por consiguiente, se calienta más que la superficie grande
señalada con la letra “a”, expuesta a los rayos que inciden con ángulo agudo.

FIG4 – RELACION DE LA INTENSIDAD DE LA RADIACIÓN CON EL ANGULO DE INCIDENCIA.

Del diagrama de la figura el otro factor vinculado es el ángulo de incidencia de los rayos, pues con la disminución del
ángulo aumenta el espesor de la atmosfera que deben traspasar los rayos. Aceptando para el ángulo de 90° el valor de
1,0 de espesor de la atmosfera, tendríamos para los 45° un valor más grande, para los 10° decrecería a 5,6 y finalmente
para los 4° será mayor de 12,5. De tal manera en las áreas polares los rayos atraviesan una capa muy grande de aire, que
refleja y absorbe tanta radiación que con el ojo sin protección es posible observar el sol sin que se sufra daño alguno.

FIG5 – AUMENTO DEL ESPESOR DE LA ATMOSFERA EN FUNCION DEL ANGULO DE INCIDENCIA (EN REALIDAD, EL
ESPESOR INDICADO CON LA LETRA “b” ES MUCHO MAS GRANDE QUE EN EL DIAFRAGMA SIN ESCALA)

El continuo cambio diurno y anual del ángulo de incidencia y de la duración de la iluminación provoca marcadas
fluctuaciones en la intensidad de la radiación solar. Así, en la faja tropical las oscilaciones son muy atenuadas, casi
insignificantes debido a la presencia del sol cerca del cenit y a la igual duración del día y la noche. Al acercarse a los
trópicos se notan ya mayores oscilaciones diurnas y estacionales de las temperaturas en función de la disminución del
ángulo de incidencia y de las mayores diferencias en la duración del día y la noche. Finalmente, al entrar en las áreas
polares observamos otra vez oscilaciones térmicas diurnas relativamente exiguas al ser muy pequeño el ángulo de
incidencia de los rayos y prolongada la iluminación veraniega, que desaparece por completo en los polos, donde la
noche y el día tienen una duración de medio año. La escasa intensidad de la radiación en los polos no se compensa
durante el verano con la iluminación solar, que si bien en esa época es prolongada, no deja de ser precaria. Por otra
parte durante la noche polar falta la radiación solar y la iluminación de modo que no se registra oscilaciones algunas en
los polos y sus adyacencias.

A parte de los factores mencionados, cooperan en la distribución geográfica de la energía radiante del sol la absorción y
la reflexión. Por lo que toca a la radiación solar que pasas por la atmosfera debemos recordad que puede llegar a la
superficie terrestre sin ninguna perdida, siempre y cuando el aire sea puro, seco y perfectamente transparente, o bien
puede ser absorbida y reflejada.

La absorción consume una parte de la radiación que atraviesa capas de aire de diferente temperatura, composición y
densidad; se consume también en las capas cargadas de polvo, de vapores y de óxidos de carbono. La absorción calienta
levemente la atmosfera o el aire durante el paso de los rayos por la atmosfera hacia la superficie, afectando con mayor
intensidad a los rayos de ondas cortas.

La reflexión difusa dispersa y rechaza parte de la radiación solar, particularmente cuando el aire, cargado de partículas
sólidas, es turbio. La parte reflejada retorna al espacio interplanetario perdiéndose definitivamente para el balance
térmico de la tierra. La reflexión afecta tanto a los rayos de onda corta como a los rayos de onda larga. La reflexión
diurna rechaza los rayos de onda corta, azules y violetas, hacia el cielo que despejados se presenta como una bóveda
color celeste, pero cuando el sol se acerca al horizonte durante el ocaso el cielo se torna anaranjado y aún rojo, ya que al
atravesar la espesa capa de aire los rayos se reflejan, dando el paso solamente a los de onda larga. Para que aparezca el
color rojo, el sol debe ser visible en el cielo, por lo menos parcialmente, junto con algunas nubes y partículas flotantes de
polvo de distinto origen. Los colores celestes y rojo de la bóveda del firmamento son aspectos diferentes del mismo
proceso físico y en realidad, nada más que ilusiones visuales, que no significan absolutamente nada fuera de la
atmosfera. El espacio interestelar es vacío, como ya se ha dicho, negro y sumamente frio.

El valor cuantitativo de la pérdida total de la radiación solar por la dispersión y la reflexión provocada por las nubes,
polvo y moléculas de aire, juntamente con la reflexión directa de la superficie de la tierra, se expresa en el albedo que
corresponde al porcentaje de la radiación rechazada al espacio interplanetario. Los valores del albedo de la tierra
proporcionados por varios autores son dispares y oscilan entre el 34 y el 60%. De acuerdo a los datos actuales el albedo
promedio seria de un 34%. Este promedio implica la existencia de algunas diferencias locales en el valor. Se fija como
valor para las superficies nevadas un 80 o 90% de la radiación entrante, y para los bosques y zonas de pastos tupidos,
tan solo un 6 o 7%. También se calcula que la cantidad restante no rechazada es de un 63% cuando el sol está en el
zenit, pero con la disminución del ángulo de incidencia el valor del albedo puede bajar al 36%. Al alcanzar la superficie
de la tierra la radiación que resta de estas pérdidas, se transforma en la energía calórica de acuerdo con la ley de
conversión mutua de la radiación en magnitudes determinadas de calor, luz, electricidad (los satélites interplanetarios
transforman la energía radiante en eléctrica) mediante una célula solar, trabajo mecánico, molecular y químico. Lo que
se mantiene invariable durante estas conversiones es la magnitud de la energía total, ya que la energía no puede ni
aniquilarse ni originarse.

Se plantea ahora el interrogante sobre la utilidad del calor engendrado por la conversión que se produce en la superficie
mínima de la tierra. Parte de este calor se transfiere por conductividad a las capas superiores de la tierra firme y del mar,
pero en mayores cantidades se transmite a la atmosfera contigua a la superficie cuyas temperaturas emanan de la
superficie. También se debe tener en cuenta que una parte de este calor se consume en varios procesos: el
derretimiento de la nieve y la evaporación, puesto que cada gramo del agua evaporada retiene hasta el momento de la
condensación 600 calorías latentes.
La pérdida de la radiación solar que penetra en el límite superior de la atmosfera son, sin lugar a dudas, necesarias y
benignas para la eficaz protección de la vida, que se extinguiría a causa de la excesiva intensidad de la radiación térmica
y química.

La espesa capa atmosférica impide la pérdida total del calor por irradiación nocturna hacia el espacio interplanetario y
frio, la atmosfera actúa en este proceso como el vidrio de un invernáculo. La irradiación es un proceso continuo durante
la noche y el día, pero la perdida diurna se compensa con la radiación entrante. Se sabe actualmente que estas pérdidas
de calor alcanzan los valores máximos en los desiertos subtropicales, donde a un sofocante calor diurno sigue una noche
muy fría, con posibles escarchas en los charcos de agua.

BALANCE TERMICO

El balance térmico no es nada fácil de establecer, se ha procurado sin embargo determinarlo. Según algunos
investigadores la superficie de la tierra:

Recibe Pierde
De la radiación solar directa 27 % Por irradiación 24 %
De la radiación solar difusa 16 % Por condensación y evaporación 23 %
En suma 43 % En suma 47 %

En cambio la atmosfera terrestre:

Recibe Pierde
De la absorción de la radiación 15 % Por la irradiación 50 %
De la absorción del calor latente 23 % Por la transferencia turbulenta 4%
De la transferencia de la superficie 16 %
En suma 54 % En suma 54 %

El balance calculado recientemente por Trewartha coincide totalmente con los guarismos anteriores en lo que atañe a la
superficie, observándose solamente exiguas diferencias en las magnitudes de la energía que entra y sale de la atmosfera
hacia el espacio interplanetario. A pesar de estas pequeñas diferencias, resalta claramente la paridad de valores anuales
de la energía radiante.

Considerando los valores mencionados como aproximaciones aceptables, llegamos a la conclusión de que una
considerable cantidad de radiación solar se absorbe en la atmosfera en virtud de varios procesos y que una cantidad
menor, pero siempre elevada, se pierde por irradiación en el espacio interplanetario. El balance considerado no es, por
supuesto, igualmente valido para todas las áreas de la tierra. Ya que varía según las condiciones geográficas, ante todo
por las transferencias de calor en sentido horizontal y vertical que dependen de las corrientes atmosféricas. Conviene
también subrayar que las observaciones efectuadas en el decurso de los dos últimos siglos, no registran ninguna
oscilación de importancia en los cómputos mencionados. El monto de energía entrante y saliente se mantiene constante
y sin superávit y sin déficit acumulativo anual. Sin embargo, estos cómputos, al igual que las conclusiones pertinentes,
no son válidos para toda la historia de la tierra, puesto que se ha comprobado fehacientemente la existencia de épocas
calurosas y frescas relacionadas, según se admite, con los superávits y déficits en los respectivos balances acumulativos
del calor y con las oscilaciones del campo magnético de la tierra.

TEMPERATURA DEL AIRE

El calor se define como un componente de la energía engendrado por el movimiento interno de las partículas de la
materia. Cada aumento de la energía provoca el calentamiento de la materia. A menudo se confunde el calor con la
temperatura. En los manuales de física se puede hallar instructivos ejemplos para diferenciar ambas nociones. Podemos
citar el siguiente: si bebemos algunas gotas de un líquido muy caliente nos quemamos la boca, pero si enfriamos el
líquido podemos beber vasos enteros sin que se sufra un calor excesivo.

Es pues, evidente que el vaso retiene más calor que algunas gotas del mismo líquido, pese a la mayor temperatura de las
gotitas y la menor temperatura del líquido del vaso. El concepto de temperatura surge de nuestras sensaciones, o sea de
nuestra sensibilidad.

Según Born (1960) el calor es una cantidad que se mide en calorías y la temperatura una cualidad mensurable en grados
centígrados. El calor indica la energía total de las partículas de un cuerpo, mientras que la temperatura depende de la
velocidad de estas partículas y de la cantidad necesaria de calor para elevar en un grado centígrado la temperatura de la
unidad de masa de la sustancia. Se llegó a saber qué cantidades iguales de masa de distintas sustancias necesitan
diferentes cantidades de calor para elevar sus temperaturas a igual magnitud. La capacidad calórica es pues, una
propiedad extensiva y desigual para variar sustancias. Así la capacidad calórica para 1cm3 de aire es solamente de
0,000306 cal, para 1cm3 de arena es 0,517 cal, para igual cantidad de agua es 1,0 cal. De las cifras mencionadas se
desprende que las arenas secas se calientan más y con mayor rapidez que las superficies liquidas y húmedas.

MEDICION DE LA TEMPERATURA DEL AIRE

La temperatura del aire se mide con termómetros de mercurio o de alcohol. Este último permite medir temperaturas
inferiores a los -40°C, a la que el mercurio se congela. En los puestos meteorológicos menores se emplea con buen
resultado un juego de dos termómetros que fijan marcas de temperaturas diurnas máximas y mínimas. El Termógrafo es
un instrumento metálico muy eficaz y útil, puesto que traza automáticamente con una pluma sobre un papel calibrado y
movido en un tambor por un mecanismo de reloj, un registro continuo de cambios de la temperatura.

VARIACIONES DIURNAS Y ANUALES DE LA TEMPERATURA DEL AIRE

Las temperaturas diurnas más bajas suelen registrarse durante la salida del sol o poco después, y las máximas entre las
13:00 y las 15:00 horas, pero jamás durante el mediodía, cuando el sol está en el zenit. Este atraso se explica por el
paulatino cambio del balance térmico. Lo indicado en esta regla general puede no cumplirse exactamente a causa de la
nubosidad, que frena la perdida de calor por la irradiación.

Si observamos el registro diurno de las temperaturas del aire en una sola localidad obtenido por medio de un
termógrafo notaremos un continuo cambio de valores. Este hecho que se multiplica en los países de gran extensión,
hace que se acumule una enorme cantidad de cifras que dificultan el entendimiento de la distribución de calor.

Para manejar ese cúmulo de registros se recurre al método de medias aritméticas horarias, diurnas, estacionales,
anuales y de lapsos mayores. El error en la estimación de valores promedios es muy exiguo. En un país con relieve
montañoso, los valores promedios obtenidos deben reducirse a la temperatura que tendría cada lugar de la observación
como si estuviera a nivel del mar. El valor reducido al nivel del mar es así comparable con los obtenidos en llanura. Los
valores no reducidos indican acertadamente la existencia de un relieve.

La distribución de temperaturas en las capas inferiores de la atmosfera, depende, en primer término de la cantidad de
calor entrante y de diferentes factores geográficos entre los que se destacan: la latitud, la distribución de mares y
tierras, el relieve y los vientos predominantes. Gráficamente se representa la distribución areal de las temperaturas del
aire con isotermas, o sea líneas que unen en el mapa puntos de igual temperatura media y reducida. Estos mapas
corresponden siempre a una fecha determinada. Se trazan así los mapas de isotermas diurnas estacionales y anuales.
Aparte de los valores medios de temperatura del aire deben considerarse también las variaciones extremas, cuya
amplitud suelen ser muy grande pero siempre provisional y pasajera. Así por ejemplo, el mínimo absoluto y extremo de -
87°C se registró recientemente en la Antártida, donde se ubica el polo frio y el máximo absoluto extremo de +54°C en la
depresión del famoso valle de la Muerte (California). La amplitud extrema máxima de la tierra sería del orden de los
140°C.

El cinturón de temperaturas medias más elevadas de la tierra no se sitúa en la franja ecuatorial por ser muy nubosa y
lluviosa, sino en las latitudes comprendidas entre los paralelos de 15° y 20° norte y sur, donde el cielo despejado de los
desiertos subtropicales provoca un incremento considerable de las temperaturas medias, diurnas y estacionales. Al unir
con una línea los puntos de los meridianos que corresponden a la temperatura anual máxima media se obtiene en
ecuador térmico terrestre, que corre en dirección sinuosa preferentemente en el hemisferio septentrional, mientras que
en el meridional cruza solamente algunos sectores del pacifico. Esta disposición geográfica de las temperaturas y la
presencia del polo del frio permiten suponer que el hemisferio norte se encuentra un poco más favorecido
térmicamente a causa de la considerable cantidad de calor que transportan las corrientes marinas cálidas que llegan a
penetrar profundamente en el centro del océano Ártico, en el hemisferio austral, en cambio, bloqueado en las áreas
polares por un gran continente cubierto por ingentes masas de hielo, no ocurre un fenómeno análogo. En este hecho
influye el factor geográfico y no el monto de la radiación solar.

La distribución de vientos y corrientes marinas estacionales en ambas zonas templadas es también un factor geográfico
de importancia climática. Así por ejemplo, en las costas occidentales de Europa y América del Norte se registran durante
el invierno temperaturas relativamente bajas a causa de los vientos que soplan del mar templado hacia la costa,
mientras que en las costas orientales de la misma latitud de América del Norte y Asia ocurren heladas provocadas por
los vientos fríos, que solamente soplan desde la zona nevada del continente hacia la cosa bañada por corrientes marinas
frías. En el mismo ámbito del hemisferio Austral las temperaturas más elevadas durante el verano son mayores en los
centros de los continentes que sobre la superficie de los océanos, salvo las costas occidentales de América del Sur y
África del Sur, bañadas por las corrientes convectivas ascendentes y frías. Sin embargo, la enorme extensión de la
superficie marina en el hemisferio Austral favorece la uniformidad térmica del aire.

VARIACIONES VERTICALES Y HORIZONTALES DE LA TEMPERATURA DEL AIRE

La atmosfera se caliente principalmente a partir de su capa inferior desde la superficie o plano de contacto con la
litosfera y la hidrosfera. Esto explica la progresiva disminución de la temperatura del aire con el aumento de la altura. En
esta variación influyen otros factores, como por ejemplo; los vientos de ascenso orográfico, la convección y la
condensación de vapores. El ritmo con que disminuye la temperatura a medida que aumenta la altura se indica
mediante el gradiente térmico vertical, esto es la cantidad de metros que es necesario ascender en sentido vertical para
que la temperatura del aire decrezca un grado centígrado. El valor del gradiente se halla sujeto a oscilaciones, pues si en
general aumenta con la altura, merma con el crecimiento de la humedad y según la extensión adiabática del aire.

El gradiente vertical del aire totalmente seco se calcula en 104m de modo que a una altura de 1050m la temperatura
debería disminuir unos 10°C respecto del nivel del mar. A partir de los 2000m de altura, el valor de este gradiente
aumenta continuamente. El gradiente del aire levemente cargado de humedad se mantiene cerca del valor estimado
para el aire seco, pero en el aire muy húmedo los vapores se condensan originando nubes y precipitaciones que libran el
calor latente capaz de elevar la temperatura del aire en las áreas en que se produce la condensación.

A la altura de 10 Km sobre el nivel del mar, las temperaturas bajan a 10°C y durante el invierno hasta los -60°C.

Observaciones recientemente aportadas por la aerología, han revelado, para alturas de unos 20 Km dentro de la franja
templada, la presencia de una inversión de temperatura, o sea un leve aumento de la temperatura del aire. Esta
inversión puede verificarse también cerca de la superficie por la súbita refrigeración de esta y de la capa lindante en
contacto con el aire caliente o de mayor temperatura. El fenómeno se manifiesta con frecuencia en las montañas debido
al deslizamiento gravitacional del aire frio de las delatadas pendientes hasta los bajos sin salida o llanuras
pedemontañas, donde se introduce por debajo del aire caliente haciéndolo ascender. Tal inversión ocurre a menudo en
el borde de la cordillera, causando grandes daños en cultivos si los hubiera, en los fondos de bolsones y valles. En
muchos casos los cultivos se instalan en pendientes, estas provocan un rápido deslizamiento de las masas de aire muy
frio, lo que impide inversiones estacionarias y heladas.

La continua disminución de la temperatura termina prácticamente a unos 55 Km de altura, donde comienza la


temperatura constante de -273,43°C, o sea el cero absoluto, propia del espacio interestelar del Universo.

Resta todavía añadir algunas informaciones sobre las informaciones sobre las variaciones horizontales de la temperatura
del aire. En general se verifica una progresiva disminución de la temperatura del aire desde el Ecuador hacia los Polos. El
ritmo de las variaciones horizontales se define en el gradiente térmico horizontal, o sea la distancia que media entre dos
isotermas. Este gradiente se determina a simple vista en los mapas isotérmicos. Cuando las curvas de las isotermas se
presentan muy próximas entre sí el gradiente es muy empinado y la temperatura cambia rápidamente de dirección
horizontal y vertical respecto de las isotermas. Contrariamente, la temperatura cambia en forma lenta al aumentar la
separación.

EL REGIMEN TERMICO Y SU DISTRIBUCION GEOGRAFICA

Las características térmicas del aire próximo a la superficie de la tierra han sido estudiadas muy especialmente por
Köppen y de Martonne. Se presenta aquí un breve resumen de los principales regímenes térmicos llamados también
tipos o modelos térmicos y se debe subrayar su gran importancia climática por ser el térmico el factor principal en los
procesos climáticos y biogeográficos. Mencionaremos los siguientes:

a) Régimen ECUATORIAL. Las oscilaciones diurnas y estacionales de la temperatura media del aire son
insignificantes, las medias de +25°C a +30°C se mantienen invariables durante todo el año y la amplitud no
supera los 5°. Los máximos y mínimos se vinculan al paso del SOL por el cenit; las cifras indicadas suelen
modificarse por la elevada nubosidad y copiosa lluvias que predominan durante el paso del SOL por el cenit.
b) Régimen DESERTICO SUBTROPICAL. Domina en los grandes territorios desérticos situados a ambos lados de los
trópicos. Las variaciones de temperaturas medias diurnas y estacionales son considerables, ascendiendo las
amplitudes medias a 20°C. La estación calurosa suele durar hasta 10 meses y el aire es seco pero la elevada
temperatura media que puede ascender a los 35°C. Durante la estación impropiamente llamada invernal, la
temperatura media baja a unos 10°C.
c) Régimen MONZÓNICO. Domina en las áreas subtropicales sujetas al cambio estacional del monzón, que durante
el verano sopla del mar hacia el continente llevando humedad y precipitaciones. El monzón sopla desde la
región seca del continente hacia el mar provocando aridez muy grave. Las temperaturas medias pueden bajar
ocasionalmente a los +12°C durante el invierno y la máxima puede superar los +45°C; la amplitud anual por
consiguiente no supera los 33°C.
d) Régimen OCEANICO TEMPLADO. Este régimen es el característico de las áreas costeras de la zona templada. Las
temperaturas mínimas del invierno oscilan entre +2°C y +6°C, pero las veraniegas suelen superar los +26°C. Las
amplitudes medias anuales son reducidas y las heladas ocurren solo esporádicamente. Bajo este régimen el
invierno es suave y el verano sin calores excesivos.
e) Régimen TEMPLADO CONTINENTAL. Impera en los terrenos alejados de los océanos y en las cuencas entre
montañas. Las temperaturas medias de verano se elevan en las zonas muy templadas hasta los +30°C y las de
invierno bajan a los -6°C. La amplitud anual media de estos valores se calcula en unos 35°C. Sin embargo, en las
áreas continentales frías por ejemplo el centro de Siberia la temperatura media del mes más frio desciende a
-32°C mientras que la del mes más caliente alcanza los +24°C; las amplitudes térmicas anuales medias se elevan
considerablemente y pueden llegar hasta los 56°C.
f) Régimen POLAR. Cubre las áreas situadas más allá del círculo polar. Las noches polares durante más de un día
entero y en las proximidades del polo se prolongan durante varios meses. En el verano el día se prolonga
también varios meses, pero el SOL bordea el horizonte aportando escasísima cantidad de calor. Las
temperaturas medias anuales resultan por esto inferiores a 0°C, y el suelo está cubierto de nieve todo el año. Las
temperaturas medias del mes más frio oscila cerca de los -50°C y las mínimas absolutas bajan a unos -80°C. en
algunas áreas lindantes con el círculo polar septentrional se observan, durante el mes o los dos meses de
verano, temperaturas levemente superiores a 0°C, consecuencia de los aportes de calor de las corrientes
marinas o atmosféricas.

Esta diferenciación de seis regímenes principales apenas si tiene en cuenta los problemas térmicos locales, que no
pueden ser tratados a detalle en esta materia.

BALANCE TERMICO DE LOS HERMISFERIOS

Ambos hemisferios reciben cantidades casi iguales de radiación solar, pero la investigación de las temperaturas medias
anuales revelo una leve diferencia. Según algunos investigadores (Knoche y Borzakov), el mes más frio del hemisferio
Septentrional tiene la temperatura media de +8,1°C, mientras que en el Austral se registran +9,7°C. Por otra parte el mes
más caliente del hemisferio Norte tiene una temperatura promedio de +22°C y el hemisferio Sur solamente +17°C. Estas
exiguas diferencias se vinculan a la mayor extensión de los continentes en el hemisferio Norte, cuyas temperaturas
medias invernales son más bajas y las veraniegas más elevadas, lo que origina amplitudes medias cercanas a los 14°C de
acuerdo al régimen continental. En el hemisferio Sur predominan las superficies marinas, que elevan algo las
temperaturas medias del invierno y aminoran las veraniegas en comparación con hemisferio Norte. Las amplitudes
medias anuales no superan los +7,3°C conforme con el régimen oceánico, que presenta características típicas en el
hemisferio Austral. Las desigualdades térmicas de los hemisferios resultantes de la variabilidad de la distancia del SOL y
de la diferente duración de estaciones se compensan y no gravitan sensiblemente en el balance térmico. En resumidas
cuentas se admite que el hemisferio Septentrional posea una temperatura media entre 2° y 3°C superior a la del Austral
a causa de factores geográficos.

TRANSFERENCIA VERTICAL Y HORIZONTAL DEL CALOR

En las consideraciones anteriores relativo a la distribución de temperaturas del aire sobre la tierra, se indicó la existencia
de un superávit calórico en la franja tropical y un acentuado déficit en áreas circumpolares más allá de los paralelos 50°N
y S. Este déficit está parcialmente compensado por los procesos advectivos y convectivos que se producen en la
atmosfera y por el calor tropical que transportan las corrientes marianas hacia las latitudes frías.

Aunque en grado mucho menor, opera en esta compensación la conductividad calórica del aire mismo, pero en sentido
vertical solamente, pues la conductividad horizontal es prácticamente nula. La transmisión del calor mediante corrientes
atmosféricas es más rápida y efectiva que la transferencia a través de las corrientes marinas. No cabe la menor duda de
que la transmisión hacia los polos del calor mediante vientos secos y calientes sería capaz de atenuar en alguna medida
las diferencias térmicas entre las zonas tórrida y polar. Sin embargo, el aire caliente se carga siempre con alguna
cantidad de vapor de agua que, tras llevar el calor latente hasta las asteas polares donde se condensa, lo libera elevando
la temperatura del aire. Este proceso es más efectivo que la transmisión mediante vientos secos y calientes.

Sobre la base de mediciones exactas se ha comprobado que el aporte del calor mediante corrientes de aire y corrientes
marinas en el hemisferio Norte alcanza valores máximos, en la faja comprendida entre los paralelos 40° y 50°. En
latitudes mayores, en cambio el aporte ácueo disminuye continuamente hasta llegar a cero en el polo Norte,
manteniéndose la transferencia atmosférica del calor latente como factor realmente eficaz.

TEMPERATURA EQUIVALENTE Y EFECTIVA


Se denomina temperatura equivalente o virtual a la temperatura del aire engendrada por la radiación solar e
incrementada con calor latente, retenida por el vapor de agua de que está cargado el aire. Para el aire totalmente seco,
este valor adicional es cero, pero en el aire húmedo puede oscilar entre 0° y +30°C. Los valores máximos solo ocurren
ocasionalmente.

Sumando los +30°C medidos mediante un termómetro a la temperatura adicional del calor latente de +20°C, obtenemos
el valor de +50°C de temperatura equivalente o virtual que determina el estado sofocante o bochornoso del aire.
Naturalmente, el bochorno ocurre durante la estación estival y ocasiona temperaturas equivalentes de hasta +70°C, que
imperan en la zona selvática del Brasil. Felizmente la refrigeración permite soportar en ámbitos cerrados las molestias
del bochorno. El estado bochornoso frecuente determina un malestar acentuado que paraliza la actividad física e
intelectual del hombre. De acuerdo con la opinión de Knoche, las culturas precolombinas de América del Sur podían
prosperar solamente en los altiplanos donde predominan temperaturas ambientales frescas y no se alcanza a producir el
bochorno.

Una flamante rama de las ciencias meteorológicas se ocupa de la temperatura efectiva, procurando establecer las
condiciones térmicas que, combinadas con las de humedad, sean más favorables para la higiene y para el buen
rendimiento del trabajo humano. Nació esta rama BIOCLIMÁTICA ante la demanda de algunas industrias, especialmente
de la Minería, y dispone ya de varios medios adecuados a su fin específico como, por ejemplo, la calefacción invernal y la
refrigeración del aire durante el verano, que regularizan el microclima en lugares cerrados y mejoran los rendimientos
de trabajo. Se procura también conseguir mejoras mediante una adecuada selección de materiales de construcción de
viviendas, por ejemplo, los pisos de mosaicos y de baldosas para los climas tórridos, y los de madera para clima fríos. Se
ha corroborado también la vieja idea de que la temperatura efectiva depende en gran medida del vestido. Así un vestido
pesado provoca molestias bochornosas y uno demasiado liviano en zonas frías ocasiona resfríos, catarros y otras
afecciones.

FIG6 – DISTRIBUCION ESQUEMATICA DE LA ALTA Y DE LA BAJA PRESION ATMOSFERICA Y DE LOS VIENTOS EN LA


SUPERFICIE

FIG7 – BOSQUEJO GENERALIZADO DE LA CIRCULACION ATMOSFERICA GLOBAL. LAS FLECHAS CONTINUAS EN LA PLANTA
INDICAN LA DIRECCION DEL VIENTO Y LAS DE TRAZO DISCONTINUO LA DIRECCION DE MAYOR ALTURA, EN EL BORDE
IZQUIERDO SE INTERPRETA EN CORTE VERTICAL LA CIRCULACON VERTICAL.
HUMEDAD ATMOSFERICA

Las capas inferiores de la atmosfera suelen contener siempre cierta cantidad de vapor, invisible a simple vista. Esta
humedad procede principalmente de la evaporación directa de las superficies húmedas, en parte indirectamente de la
respiración y de la evapotranspiración de los organismos y, por ultimo un caudal indefinible se origina en la exhalación
del magma y de la lava.

HUMEDAD ABSOLUTA Y RELATIVA

El vapor de agua al igual que todos los cuerpos gaseosos, posee determinada fuerza elástica, en otros términos una
tensión de vapor de agua denominada humedad absoluta, cuya magnitud se puede medir por la cantidad de gramos de
agua presente en 1m3 de aire. El valor de la humedad absoluta está sujeto a oscilaciones en relación con la temperatura
del aire, la presión y los vientos. La humedad máxima corresponde a la saturación del aire con humedad, o sea el punto
del rocío y comienzo de la condensación. El aire fresco, cuya temperatura es de -20°C, no puede contener más de 1,1
gr/1m3 de aire, en forma de vapor, pero con el crecimiento de la temperatura aumenta la humedad absoluta de esta
manera: 0°C  4,8 gr/1m3, 30°C  30,4 gr/1m3. La humedad absoluta está considerada como un factor importante en
las cuestiones climáticas.

La humedad relativa es una relación determinada de porcentaje entre la cantidad real de vapor de agua que se halla en
un momento dado en un volumen de aire y la máxima posible para el aire saturado a la misma temperatura.
Supongamos por ejemplo que hemos medido en 15 gr/1m3 la humedad real del aire a una temperatura de +30°C. Como
el aire saturado a la misma temperatura puede contener 30,4 gr/1m3. La humedad relativa permite determinar
inmediatamente el grado de la saturación del aire, lo que facilita el entendimiento de la distribución geográfica de la
humedad y el pronóstico del tiempo.

La humedad relativa se mide por medio de los higrómetros relativos, el más cómodo de los cuales es el higrómetro
capilar utilizado en las estaciones meteorológicas menores. El instrumento más eficaz es el hidrógrafo automático, que
suministra un registro continuo de las oscilaciones de la humedad relativa mediante una pluma que traza una curva
sobre un papel calibrado que gira sobre un tambor movido por un resorte. Las oscilaciones diurnas y estacionales son
considerables y a veces irregulares, particularmente en parajes afectados por corrientes multidireccionales de capas de
aire de distinta temperatura y humedad.

EVAPORACION

La intensidad y la velocidad de la evaporación dependen de un conjunto de factores. En primer término, la evaporación


se relaciona con las variaciones de temperatura del aire: su aumento eleva no solo la intensidad, sino también la
velocidad de la evaporación, siempre que otros factores no hayan cambiado. Condición necesaria del proceso es la
presencia de superficies húmedas de las que proceda el vapor. En general la evaporación de las superficies oceánicas en
zonas cálidas y templadas es más intensa que en áreas frías, polares o montañosas. La marcha de la evaporación
depende, además, del grado de saturación de las capas de aire próximas a la superficie húmeda, puesto que el aumento
de la humedad relativa hará disminuir automáticamente la evaporación. Otro factor importante es la velocidad del
viento., que desaloja el aire húmedo y saturado facilitando la afluencia de aire seco que mantiene condiciones
favorables para que continúe la evaporación. Un súbito ascenso vertical del aire caliente y húmedo en corrientes de
convección constituye, del mismo modo, un factor propicio para el incremento de la evaporación. Contrariamente,
durante una prolongada calma atmosférica el aire se satura progresivamente con vapor y detiene la evaporación.

La magnitud de la evaporación se determina por medio de evaporímetros, que indican el espesor en milímetros de la
película de agua evaporada durante cierto lapso. Los valores obtenidos por medio de los evaporímetros suelen tener
errores debido a la intervención de procesos difíciles de determinar para una correcta evaluación. Conviene destacar
que convenientemente la evaporación real no consume del todo las aguas existentes en un lugar, lo que impide su
desecación. Aparte de evaporímetros se emplean, para determinar la evaporación, los evaporígrafos, que suministran
automáticamente registros continuos. La determinación precisa del monto de la evaporación exige cálculos delicados. La
evaporación intensa y prolongada puede llegar a desecar lagunas, ríos intermitentes, suelos, vegetación y deshidratar
organismos humanos, especialmente el cutis. Según las observaciones Knoche y Borzakov, la evaporación y desecación
aumenta al disminuir la presión barométrica en las montañas hasta las alturas donde el frio del invierno y las capas de
nieve reducen la evaporación a valores mínimos.

Todos los investigadores consideran con reservas el valor de las medidas de evaporación real, que determinan
solamente la evaporación potencial, o sea la posible en condiciones de temperatura, presión e intensidad del viento
definidas y siempre que el suministro de agua disponible para la evaporación sea continuo, como acontece en las
superficies constantemente húmedas de los mares, los lagos y los ríos caudalosos, los pantanos y los campos de nevé. En
las regiones áridas la evaporación potencial puede absorber una cantidad de agua superior a la disponible y, en
consecuencia, originar un déficit hídrico tan penoso como el de las delatadas zonas áridas y semidesérticas.

CONDENSACION DEL VAPOR ATMOSFERICO

La condensación de vapores produce minúsculas gotitas de agua que flotan en el aire. Su causa es el enfriamiento
originado por la mezcla horizontal de masas de agua de distinta temperaturas y de diferente humedad, o el enfriamiento
isobárico y adiabático. La condensación por el enfriamiento isobárico ocurre cuando la presión atmosférica es constante
y una intensa irradiación engría una masa del aire húmedo por debajo del punto de rocío.

La condensación con este origen supone la existencia en mayor o menor cantidad de partículas sólidas, humo, polvo,
etc., que constituyen los núcleos de condensación. Se encontró en 1cm3 de aire próximo a la superficie unas 25000
partículas sólidas, pero a una altura de 2000m había solo 2000 por cm 3. Estas partículas sólidas abundan en las grandes
ciudades, pero escasean en las montañas y en alta mar. Su ausencia de la atmosfera durante el enfriamiento isobárico
impide la condensación y el aire se mantiene en el estado sobresaturado. La condensación sobre las superficies sólidas y
frías en condiciones isobáricas origina rocío, escarchas, nieblas y neblinas.

La condensación por el enfriamiento adiabático acontece cuando una masa de aire húmedo por ascenso vertical se
dilata y enfría progresivamente a razón de 1°C cada 103m de ascenso. Al llegar a cierta altura, este descenso de la
temperatura por expansión del aire provoca la saturación y la subsiguiente condensación en forma de gotitas de agua o
copos de nieve y agujas de hielo si alcanza el nivel de congelación. El enfriamiento adiabático puede provocar grandes
precipitaciones, al igual que la mezcla vertical de masas de aire de diferente humedad y temperatura, sin procesos
adiabáticos. Estos se producen en la atmosfera sin perdida y sin aporte exterior de calor.

NUBES Y NUBOSIDAD

Las nubes están formadas por acumulación de pequeñísimas gotas de agua o minúsculos cristales de hielo que flotan en
la atmosfera a diferentes alturas, pero siempre más allá de los 200 o 300m.

El pronóstico del tiempo necesita de una adecuada clasificación de los distintos tipos de nubes, la cual no encierra
mayores dificultades, puesto que las nubes características mantienen formas típicas y constantes en todas las regiones.
De acuerdo con la clasificación del COMITÉ METEOROLÓGICO INTERNACIONAL, se distinguen los tipos de nubes que se
enumeran a continuación, junto con las abreviaturas que se han convenido para cada uno de ellos:

a) NUBES SUPERIORES
1. Cirros (Cid): Son nubes tenues y blancuzcas, desplegadas en forma de filamentos plumiformes, y están
constituidas por minúsculos cristales de hielo que flotan entre los 8000 y 9000m de altura. No provocan
precipitaciones, pero indican a veces, la proximidad de una tormenta.
2. Cirrostratus (Cs): Aparecen como velos blancos son algunas formas fibrosas que endosan su tonalidad al
cielo. También los cirrostratus están compuestos por pequeños cristales de hielo que flotan a los 6000m o a
alturas superiores.
3. Cirrocúmulos (Cc): Son nubes formadas por pequeñas capas ovoides agrupadas desordenadamente o en
filas, a menudo con el aspecto ovirio, se ubican entre los 6000 y 10000m de altura.
b) NUBES MEDIAS
1. Altocúmulus (Ac): Son nubes formadas por grandes placas ovales de coloración grisácea, que pueden llegar
al amarillento sucio. Las constituyen pequeñas gotas de aguay se sitúan entre los 3500 y 5700m de altura.
2. Altostratus (As): Son nubes veliformes muy espesas, grisáceas y levemente laminadas, que se sitúan a
diferentes alturas entre los 2700 y 500m, poseen transicionales y anuncian el mal tiempo.
c) NUBES BAJAS
1. Stratocúmulus (Stc): Nubes extensas de forma laminadas, globular o ruliformes, y presentan corrientemente
aperturas por donde puede verse el cielo. Son muy abundantes durante el invierno. La gran variedad de
formas ofrecen dificultan su diferenciación del nimbus. Se sitúan a alturas que van de los 1700 a los 2800m.
2. Stratus (St): Son como niebla situada a altura de hasta 1000m que, salvo en los lugares donde fuertes
vientos producen su fraccionamiento, cubren el cielo como una capa continua. El calentamiento del aire
durante el medio día puede llegar a disiparlas.
3. Cúmulus (C): Son nubes de aspecto abultado con base horizontal y en forma de cúpula la parte superior. Se
sitúan a unos 1400m de altura y pueden producir precipitaciones.
4. Nimbus (Ni) y Nimbostratus (Nis): Son nubes parecidas y de gran extensión y espesor, grisáceas o casi
negras, carente de formas constantes, se producen durante el ascenso adiabático del aire húmedo a alturas
superiores a los 2000m, lo que da lugar a la formación de abundantes nubes que provocan durante la
estación fría prolongadas precipitaciones pluviales y nivosas. Son nubes típicas de mal tiempo.

El termino nubosidad se refiere al porcentaje que corresponde a la superficie del cielo cubierta por nubes. Por ejemplo
una nubosidad del 50% indica que la mitad del cielo está cubierto por nubes. En algunos países se emplea la escala
decimal, en la cual la nubosidad “0” indica cielo despejado, esto es sin nubes, y nubosidad 10, cielo totalmente cubierto.
La nubosidad máxima se produce en la franja ecuatorial lluviosa y calurosa, y a menudo también en latitudes superiores
a los 50°, donde se originan frentes de choque de aire húmedo tropical con el frio polar. Sobre la superficie marina, la
nubosidad es mayor que sobre los continentes. Los registros mínimos de la nubosidad corresponden a los zonas
desérticas. Las oscilaciones diurnas de la nubosidad dependen de las variaciones de la temperatura y de la intensidad de
la evaporación. El cielo más nuboso es el del hemisferio Austral, principalmente en sus zonas marinas. Las condiciones
de nubosidad se representan gráficamente en los mapas mediante las “isonefas” o líneas de igual nubosidad.

NIEBLAS Y NEBLINAS

La niebla es una nube muy baja y cercana a la superficie de la tierra, que se origina sobre las superficies húmedas o
ácueas hasta el punto de rocío, durante la calma isobárica del aire húmedo enfriado. Sobre las partículas sólidas que
flotan en el aire se condensan pequeñas gotas de agua que al acumularse toman el aspecto de una nube. Este proceso
es muy lento y se retardado por el calor latente librado por la condensación. Cuando la temperatura no es lo
suficientemente baja, se forman nieblas tenues llamadas neblinas, que son más transparentes que las verdaderas
nieblas. Vulgarmente se afirma que durante las nieblas los objetos no se ven a más de 1 Km, mientras que las neblinas
permiten observarlos a una distancia de 2 Km. Esta afirmación es arbitraria en la realidad, pero convencional.
Las nieblas se originan por dos causas principales. En primer término por la evaporación de las superficies húmedas y
calientes que se encuentran en contacto con el aire frío, proceso que puede verse impedido por el soplo de los vientos.
Algunos autores diferencian las nieblas marinas árticas provocadas por soplos leves de aire frío sobre corrientes marinas
calientes, de las nieblas frontales, que se originan cuando una lluvia caliente atraviesa una capa de aire frio subyacente.
Suelen ser las más densas las nieblas que se forman sobre las grandes ciudades, en cuya atmosfera abundan polvo y
humos, que actúan como núcleos de condensación. En segundo término, las nieblas se producen por el enfriamiento
adiabático del aire húmedo y por el ascenso orográfico del aire en zonas de relieve montañoso acentuado. Un caso
menos frecuente de formación de niebla se observa cuando avanza el aire caliente sobre la superficie de una corriente
marina fría.

Las nieblas son fenómenos pasajeros y de corta duración, que puede desaparecer por ascenso y formación de una nube
o por el calentamiento que durante el mediodía provoca la evaporación de las gotitas que lo forman.

En algunas zonas áridas la niebla, reemplazando las precipitaciones mantiene una vegetación a veces abundante.
Recientes investigaciones, dieron cuenta que en la provincia chilena de Coquimbo (30,5° Sur), a una altura de 500m
sobre el nivel del mar, revelan que un habitual brote de niebla favorece el crecimiento del bosque en un ambiente árido
de escasa precipitaciones (100 – 150 mm anuales). La medición del caudal de agua aportado por nieblas y neblinas
arrojo los valores casi inverosímiles de 1000 a 1500 mm por año. Este fenómeno junto con las garúas mitiga la aridez del
clima en el litoral desértico de Chile.

PRECIPITACIONES

INTRODUCCION. La condensación o la humedad atmosférica se producen cuando por dilatación o por otras causas, se
enfría el aire húmedo. Luego, conjunto de pequeñas gotas de agua en suspensión se reúnen en gotas más grandes y
pesadas, capaces de caer gravitacionalmente y arrastran otras gotitas, granos de polvo, humo y otras partículas sólidas,
hasta llegar a la superficie de la tierra en estado líquido y sólido.

Las precipitaciones son uno de los factores decisivos para el desarrollo de la vida, pese a las grandes fluctuaciones
estacionales de los valores registrados. La distribución geográfica de las precipitaciones se representa cartográficamente
mediante “isohietas” o líneas que unen puntos de igual cantidad de precipitaciones diurnas, estacionales, anuales o
correspondientes a lapsos mayores expresados en milímetros de agua. El ombrómetro, aparato más simple para medir
las precipitaciones diurnas, consta de un cilindro metálico cubierto en su parte superior con un embudo movible y se
coloca a aire libre, a una altura de 2m sobre el suelo. El embudo impide que el agua del cilindro se evapore y sirve
además para verter el agua del cilindro al medidor calibrado. La nieve al caer o caída dentro del cilindro debe ser licuada
y luego medida. Actualmente, en las estaciones meteorológicas que disponen de buen instrumental se emplean los
histógrafos automáticos que suministran un registro continuo de la precipitación.

LLUVIAS

Una condensación incipiente y pasajera que produce cantidades ínfimas (1 a 2mm) de precipitación pluvial sobre los
objetos fríos se define como rocío. Esta condensación ocurre por el contacto del aire saturado con superficies que
enfrían la irrigación matutina (piedras, suelo, paredes, plantas, etc.) cuando el cielo está despejado y no soplan vientos.
Se produce a temperaturas distintas que corresponden al punto de rocío local.

La abundancia de precipitaciones se vincula a diferentes procesos más afectivos. En primer término., el de la convección
ascendente del aire húmedo y el enfriamiento adiabático que se produce simultáneamente provocando considerables
precipitaciones. En segundo término mencionaremos las lluvias “ciclónicas”, cuyos enormes remolinos elevan la
humedad a gran altura provocando la formación de nubes y la caída de copiosas precipitaciones. Finalmente, las lluvias
del relieve, causadas por el ascenso orográfico de corrientes de aire húmedo empujado hacia pendientes de relieve
montañosos (obviamente más frías) donde caen precipitaciones abundantes. En islas y cadenas orográficas las
pendientes situadas a barlovento reciben más precipitaciones que las situadas a sotavento, o sea en las sombra del
viento, como se puede observar en el Himalaya, cuyas pendientes australes que miran hacia el océano indico reciben, a
causa del monzón que sopla de barlovento, hasta 12000 mm de precipitaciones. Las pendientes septentrionales de esta
cadena situada en el Tíbet permanecen secas por su situación o posición a sotavento. Algo parecido ocurre en el Sur de
nuestro continente (Patagonia, Argentina), zona extra andina, que se presenta muy árida a sotavento, pese a las
abundantes precipitaciones que caen en las pendientes pacificas de la parte andina de la región, situada a barlovento
del surtidor de humedad. La cantidad de precipitaciones varían según las condiciones físico-geográficas locales. Por
ejemplo en la parte austral de la cordillera andina de Chile caen 4000 mm y en el desierto de Atacama solo 1 mm por
año.

FIG8 – LLUVIAS DE RELIEVE

Las lluvias se distribuyen de diferente manera en el curso de un año. En algunas zonas la distribución es uniforme,
mientras que en otras alternan estaciones pluviales y áridas. En regiones al sur de nuestro continente se tienen lluvias
primaverales y veraniegas que favorecen el crecimiento de cereales y otros vegetales. En el mediterráneo, en cambio las
lluvias del invierno caen en época de calma vegetativa y no satisfacen las necesidades de una agricultura intensa, pero
son suficientes para la horticultura, especialmente en zonas sub-montañosas donde exista agua utilizada para el riego.
La más drástica periodicidad de lluvias se nota, por supuesto, en los dominios de los monzones rigorosamente
estacionales.

Las lluvias catastróficas y aperiódicas ocurren durante el paso de tormentas, tornados y huracanes. Se ha realizado la
siguiente caracterización según cantidades de lluvias: una tormenta puede descargar más de 250 mm/h, los huracanes
hasta 500 mm/h y un tifón en Filipinas descargo en pocos minutos 2500 mm de agua. Estas ingentes masas de agua
provocan enormes estragos materiales al inundar zonas donde las redes hidrográficas no pueden darles salida
rápidamente.

Escarchas, nevadas, granizadas: cuando la condensación se produce a temperaturas inferiores al punto de congelación,
caen precipitaciones sólidas. Las formas más simples son las escarchas y las escarchillas blancas. Las primeras son
películas de rocío congelado durante las horas matutinas, que aparecen sobre los objetos fríos. Las segundas proceden
del polvo de diminutos cristales de hielo en suspensión que llegan a adherirse a los objetos solidos (cables, ramitas de
árboles, alambrados, etc.).

La nieve se compone de pequeñísimos cristales hexagonales que, con el lento enfriamiento del aire, crecen
gradualmente hasta formar partículas mayores, los copos. Estos copos, al caer gravitacionalmente, pueden derretirse
durante la caída o bien alcanzar la superficie firme de la tierra, donde se acumulan siempre que no existan factores que
provoquen su derretimiento total o parcial. Las nevadas ocurren, por supuesto, en áreas y estaciones frías, aunque
esporádicamente también en zonas tórridas, como Jerusalén, Curitiba y El Cairo, donde desaparecen pronto por
evaporación o derretimiento. La escasez de nieve en áreas frías, situadas en el corazón de grandes continentes (como
Siberia), se vinculan a la escasez de las precipitaciones y a otros procesos que impiden la formación de la nieve. En altas
montañas y en algunas zonas circumpolares, una parte de la nieve caída puede derretirse, pero generalmente cada año
queda un remanente, cuyo espesor va acrecentándose, de modo que la nieve existe en todas las épocas del año. Por
esto, aparte del término correcto nevé, se emplean otros, tales como nieve perenne, persistente, perpetua y hasta
eterna.

En las montañas muy elevadas existe una altura que separa las áreas nevadas de las áreas libres de la nieve durante el
verano. Esta altura depende de varios factores regionales locales y climáticos. En las pendientes que miran hacia el Sol
suele ser mayor que en las pendientes opuestas, situadas en las sombra. Se define esta línea de la altura local como
orográfica en contra posición a la regional o climática, que se mantiene en áreas de considerable extensión. Las alturas
más elevadas de la línea de nevé (5000 a 6000m) se observan en la franja subtropical y no en la más calurosa y húmeda
de la franja ecuatorial (4000 a 4500m). Se advierte claramente que allí el factor térmico por si solo no es decisivo, sino
junto con la cantidad de las precipitaciones y la intensidad de la evaporación. Pero el factor térmico recobra su
importancia a partir de la franja templada, puesto que en ella la línea de nevé desciende continuamente hacia los polos
conforme con la merma del factor térmico.

La cantidad de la nieve caída durante el invierno en la cordillera de los Andes es muy importante para las zonas
pedemontañas afectadas por el déficit hídrico. En muchas regiones de nuestro continente, en pie de monte se sostiene
una intensa horticultura merced a la fusión primaveral y veraniega de la nieve caída en las alturas durante la estación
fría. La cantidad de agua disponible para el riego merma en los años de escasas nevadas.

Granizadas: en las cordilleras de América del Sur caen a menudo escarchillas, o sea granos de la nieve compacta y
liviana. Pero las partículas más grandes de hielo puro de granizos o pedriscos pueden alcanzar tamaños de un huevo de
gallina. La velocidad de caída de estos trozos de hielo es tan elevada que supera los 1500 m/s.

El granizo se forma por el rápido ascenso del aire húmedo en el centro de una tormenta hasta la altura de unos 5000 a
6000m. Como consecuencia de este ascenso las gotas de la condensación se congelan y caen, creciendo al incorporar las
gotas enfriadas que flotan en el aire. El granizo castiga las zonas templadas durante las estaciones calientes, pero no cae
en las montañas ni en áreas circumpolares. Las granizadas ocasionan enormes estragos en los cultivos de frutadas. Se ha
logrado interesantes resultados rociando los nubazones /nevazones con yoduro de plata, que por ahora parece ser la
defensa más efectiva contra las granizadas.

CIRCULACIÓN ATMOSFÉRICA

FUERZAS Y PROCESOS ACTUANTES EN LA ATMOSFERA

En la circulación atmosférica obran dos fuerzas o energías fundamentales, la presión y el calor. Estas fuerzas tienden a
producir cambios tanto en el estado de reposo como en el estado de movimiento del aire. En la circulación cooperan
además factores menores que solo se revelan en los efectos. Ahora pasaremos a considerar los procesos de mayor
importancia meteorológica y climática.

Advección: es una corriente horizontal de aire causada únicamente por las diferencias térmicas en la parte baja de la
atmosfera. Típicamente adveccionales se consideran las corrientes de aire caliente de la zona ecuatorial que soplan
hacia las áreas frías y las corrientes de aire frio que se mueven hacia el ecuador. La advección realiza la transferencia
horizontal del calor y del frio recibidos por la atmosfera desde la superficie terrestre. Sin embargo esta circulación
atmosférica de origen puramente térmico es solo teórica, puesto que siempre cooperan en la advección otros factores
como por ejemplo, la presión, la humedad, etc.

Fuerza y efecto de Coriolis: el científico francés Gaspard Coriolis publico una obra fundamental sobre las fuerzas de
aceleración en sistemas implicados en rotación, en la que se trataban especialmente las corrientes atmosféricas y
marinas en la superficie de la tierra. La rotación aparta estas corrientes de una dirección que sería rectilínea si la Tierra
permaneciera estática. Según Coriolis la corriente se desvía hacia la derecha en el Hemisferio Norte y hacia la izquierda
en el Hemisferio Sur.

El efecto de Coriolis provoca también la desviación de los objetos que se desplazan en el aire, como por ejemplo los
proyectiles. La investigación ulterior ha puesto en evidencia que las desviaciones se originan por la diferencia de
velocidad entre el movimiento terrestre de rotación y el desplazamiento de las corrientes, y no exclusivamente por la
fuerza sola. Sin embargo, desde el punto de vista matemático el efecto de Coriolis se debe a una fuerza legítima. La
magnitud de la fuerza de Coriolis es nula en el ecuador y máxima en los polos. El efecto de Coriolis es de importancia
fundamental, tanto en la circulación atmosférica como en la disposición areal de las corrientes marinas. La única fuerza
capaz de compensar la fuerza de Coriolis sería el componente horizontal del gradiente de la presión atmosférica. Tiene
singular importancia en la circulación atmosférica la corriente vertical, las que tratamos a continuación.

Convección: Es una corriente vertical provocada por la existencia de pronunciadas diferencias de temperatura entre las
capas inferiores y superiores del aire o del agua. En la atmosfera, la convección se inicia corrientemente con un intenso
calentamiento del aire en las zonas inferiores cercana a la superficie, otras veces la provoca el enfriamiento súbito de
una capa superior. En todo caso, la condición principal es, pues, una inestabilidad térmica a distintas alturas de la
atmosfera, lo que hace que en una parte el aire caliente se desplace hacia arriba y en la otra el aire frio descienda. Una
parcela de aire caliente y liviano encerrada en el aire frio debe, forzosamente, elevarse en sentido vertical, hasta una
altura en la cual (enfriado por la dilatación) alcance la temperatura de las capas superiores. Al llegar a esta altura, el aire
de la columna ascendente se desplaza horizontalmente hacia las parcelas circundantes más bajas y frías, implicadas en
el movimiento descendente.

FIG9 – ESQUEMA DE LA CONVECCION ATMOSFERICA. LAS FLECHAS INDICAN LA DIRECCION DE LA CIRCULACION DEL AIRE

Este movimiento descendente vertical eleva la presión, con lo cual se engendra un contraflujo horizontal hacia el lugar
en que se inició aquel movimiento. La convección obliga pues al aire a desplazarse en un circuito vertical cerrado.

La convección puede originarse en el aire seco y en el aire húmedo. En ambos casos actúan fenómenos adiabáticos
totalmente diferentes.

PROCESOS Y EFECTOS ADIABATICOS

En la circulación atmosférica vertical tienen gran importancia los procesos adiabáticos, que modifican el volumen y la
temperatura del aire sin aportes exteriores de calor, o sea de energía, y sin perdida (es decir entrega de calar al
ambiente). En otras palabras, al ascender una masa caliente a mayor altura se expande a expensa de su temperatura y
no entrega cantidad alguna de calor al ambiente circundante. El aire descendente, en cambio se comprime en las zonas
inferiores y se calienta al igual que el aire inflado y comprimido en la cámara de una bicicleta. En un proceso adiabático
el calor librado se consume totalmente, convirtiéndose en trabajo.

El aire seco totalmente, al elevarse 100m pierde 1°C de su temperatura anterior y, a veces, al bajar 100m recobra
también 1°C por compresión. Se considera esta magnitud como gradiente vertical o diabático seco. Por otra parte, el
aire cargado de humedad tiene un valor distinto del gradiente: 0.5 °C/100m, que corresponde al gradiente vertical
adiabático húmedo. Es cierto sin embargo, que el ascenso vertical del aire húmedo puede provocar, a cierta altura
condensación, formación de nubes y precipitaciones, lo que libra el calor latente y aumenta la temperatura del aire
haciéndolo más liviano y más móvil. Pero el descenso adiabático del aire húmedo origina efectos climáticos distintos:
por compresión, se eleva la temperatura y merma la humedad, culminado el proceso con la desaparición de nubes del
cielo y el régimen árido.

Lo expuesto permite apreciar las dificultades para separar netamente varios procesos adiabáticos y el de convección,
puesto que suelen ocurrir en total concomitancia.

TERMICAS

Algunos autores consideran convenientemente clasificar ciertos modelos de la convección como térmicos, que ocurren
en el aire seco y sin nubes de los desiertos subtropicales cuando la temperatura veraniega del suelo arenoso supera los
65°C. En tales circunstancias, el gradiente vertical suele ser más empinado que el gradiente adiabático seco y ocasiona
remolinos de polvo de hasta 1.5 Km de altura. Otro modelo térmico se vincula al ascenso orográfico del aire, que hasta
ahora se interpretaba como un caso de convección forzada por el empuje hacia la montaña.

Ahora en cambio, se considera que al calentar el sol directamente las pendientes, hace que en ellas la temperatura del
aire sea superior a la de los anchos valles y llanuras contiguas, lo que provoca una inestabilidad térmica y,
consiguientemente, el movimiento del aire con torbellinos de polvo.

MASAS DE AIRE Y FRENTES

Masas de aire son grandes volúmenes de aire casi homogéneo que se dilata por grandes trechos. Se han definido cuatro
tipos principales de masa de aire. Ecuatoriales calientes, secas subtropicales de la zona de alta presión subtropicales de
la zona de alta presión, subpolares y polares muy frías. Recientemente dos tipos más: las masas continentales y
marítimas. Las continentales permanecen frías y secas durante el invierno, lo que origina una estabilidad merced al
continuo enfriamiento de abajo, y fluya, durante la temporada fría, hacia las masas marinas más calientes, más livianas y
menos estables. Durante el verano la circulación se realiza en sentido opuesto, ya que las masas continentales se
calientan y ascienden, con lo que se forman las condiciones propicias para la afluencia hacia el corazón del continente
del aire marítimo menos caliente pero cargado de humedad.

FRENTES

De particular importancia climática se estima la franja de contacto de masa de aire frio y caliente. Se han desarrollado la
siguiente hipótesis sobre los frentes. De acuerdo con las observaciones realizadas en el atlántico septentrional y tierras
adyacentes, se pudo averiguar que las masas de aire frio y de aire caliente al enfrentarse no se mezclan enseguida, sino
que se establece entre ellas una superficie de discontinuidad térmica y barica denominada Frente, luego una cuña de
aire frio y pesado se introduce paulatinamente por debajo del aire caliente elevándolo, con lo que se constituye el
Frente frio.

Cuando la extensión longitudinal de este frente alcanza miles de kilómetros se origina un frente polar, que en su avance
hacia el Ecuador puede llegar (siempre en la temporada fría) a acercarse al trópico. Durante el verano el calor tropical
rechaza el frente polar hacia los círculos subpolares. En el hemisferio sur el frente polar es frecuente solo en el territorio
continental de la Argentina durante la temporada fría, pero sin ir más allá del paralelo 35° Sur.

El frente caliente se produce cuando las masas de aire caliente por ser más agresivas y pujantes, se sobreponen a las
masas de aire frio, que retroceden. Los frentes suelen mantenerse en una posición estacionaria durante mucho tiempo,
aunque la superficie de discontinuidad perdura hasta las disolución del frente. En algunas ocasiones las masas de aire
frio y caliente no llegan a tomar contacto entre si, estableciéndose entre ambas masas un corredor de inestabilidad y de
desplazamiento lateral de aire que suele transformarse en un ciclón.

Que sucede cuando el frente frio pasa por un territorio? En principio aumenta la presión barométrica y disminuye la
temperatura. La masa de aire caliente elevada por la cuña de aire frio se enfría, lo que engendra una fuerte
condensación de vapores y la formación de nubes (nimbos), que producen abundantes precipitaciones con ocasionales
granizadas. Estos procesos suelen ir acompañados de tormentas eléctricas. Luego el frente continúa su desplazamiento
dejando paso al buen tiempo.

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