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Guamote es un cantón de la Provincia de Chimborazo en el Ecuador.

Se sitúa en una
altitud promedio de 3.050 msnm . La temperatura media es de 12 °C.

Guamote formó parte de la Villa de Riobamba, como parroquia Eclesiástica en 1613 y


como parroquia civil en 1643. Constituida la Gran Colombia, en 1824, el Departamento
del Ecuador comprendía las provincias de Imbabura, Pichincha, Chimborazo, ésta
última con los cantones: Riobamba, Ambato, Guano, Guaranda, Alausí y Macas. Según
este decreto, Guamote fue parte del cantón Riobamba, hasta que en 1884 pasa a la
jurisdicción del nuevo cantón Colta, creado el 27 de febrero.

El territorio que hoy corresponde al cantón Guamote, estuvo habitado desde tiempos
remotos por cacicazgos como los Guamutis, Atapos, Basanes Pull, Tipines, Vishudes,
entre otros. Todos constituían parcialidades del Reino de los Puruháes, dedicados a la
cría del ganado, pastoreo y producción de lana. Se debe destacar también que en estas
tierras se originaron diversos levantamientos indígenas que jugaron un papel histórico
en el posicionamiento jurídico y político del movimiento indígena, hasta la actualidad.

Guamote limita al norte con los cantones Colta y Riobamba, al sur con el cantón Alausí,
al este con la provincia de Morona Santiago y al oeste con el cantón Pallatanga.

El 1 de agosto de 1944 y bajo la Presidencia del Dr. José María Velasco Ibarra, Guamote
es elevado a la categoría de cantón.

En la actualidad el cantón Guamote está integrado por tres parroquias: la Matriz que
lleva el mismo nombre y las parroquias rurales Cebadas y Palmira.
El 2 de agosto de 1810 a las 13:30, con el repique de las campanas se inició la arremitida,
aprovechando el almuerzo de los soldados. Tras la señal, los quiteños irrumpieron en el
cuartel y lograron liberar a varios patriotas. Los soldados realistas reaccionaron, y el
ejército granadino de un cañonazo tumbó la pared que dividía los patios para apoyar al
ejército limeño.

Entonces, sobrevino la matanza tristemente recordada del 2 de agosto de 1810, uno a


uno y a sangre fría, los próceres fueron asesinados en sus celdas. El coronel Juan Salinas,
el doctor Manuel Rodríguez de Quiroga, el presbítero José Luis Río Frío, Mariano
Villalobos, el doctor Juan Pablo Arenas auditor de guerra, don Antonio Olea escribano,
el doctor Juan de Dios Morales y el capitán José Vinueza, entre otros, fueron masacrados.

Mientras se terminaba con la vida de casi todos los líderes de la insurrección de 1809,
algunos lograron perforar una pared de las mazmorras, para alcanzar un colector de agua
de la quebrada Sanguña, consiguiendo escapar y salvar sus vidas.

La violencia se generalizó en la ciudad, y los cadáveres de soldados y civiles quedaron en


las calles, plazas y quebradas. En resumen sumaron alrededor de trescientas víctimas
entre los dos bandos.

Este hecho conmovió a Simón Bolívar quien declaró guerra a muerte a España como
respuesta a los crímenes del gobierno.

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