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Trabajo Individual

Nombre: Joice Villacis. Curso: 1ro BI Fecha: 07/05/2019

Nombre de la guerra: Revolución Rusa.


Tipo de guerra: Guerra Civil.
Región: Europa.

Cronología: Los acontecimientos de Rusia en 1917 tuvieron un enorme

impacto. La dinastía Romano desapareció de la noche a la mañana. Unos meses

después, los bolcheviques tomaron el poder, en el cambio más súbito y amenazante

que conoció la historia del siglo XX.

1914

2 de agosto. Nicolás II lanza a su Ejército y a su pueblo a la guerra contra

Alemania y Austria-Hungría. La guerra fue desastrosa y muy pronto derivó en una

carnicería, con 15 millones de hombres movilizados, de los que, a finales de 1916,

casi la mitad habían resultado muertos, heridos de gravedad o prisioneros de

guerra.

1917

2 de marzo. El zar abdica después de que las movilizaciones sociales,

iniciadas en febrero en Petrogrado (San Petersburgo, capital rusa), resultaran

imparables. Era la culminación del descontento y de la crisis de autoridad que se

había propagado, de forma creciente, durante la Gran Guerra. De golpe, todo el

edificio del Estado ruso se desmoronó.

3 de abril. Regreso de Lenin a Rusia. Lenin llegó del exilio a la estación

Finlandia de Petrogrado la medianoche del 3 de abril de 1917, y fue recibido como

un héroe por obreros y soldados. Al día siguiente presentó en público sus Tesis de

Abril, el programa de una nueva revolución que transferiría el poder "al proletariado

y a los campesinos más pobres".


25 de octubre. Conquista del poder por los bolcheviques. El 24 de octubre por

la tarde Trotski dio las órdenes finales para el golpe. Kerensky y las autoridades

militares de Petrogrado buscaron en vano el apoyo de tropas leales. A las diez de la

mañana del 25, Lenin escribió el anuncio del derrocamiento del Gobierno y de que

el poder del Estado había pasado al sóviet de Petrogrado.

7 de diciembre. Creación de la Checa. La nueva policía del Estado

bolchevique, la Comisión Extraordinaria Rusa para el Combate contra la

Contrarrevolución y el Sabotaje, conocida como Checa, fue un Estado dentro del

Estado para destruir a sus enemigos, silenciar a sus críticos y eliminar toda forma

de oposición política y cultural.

1918

6 de enero. Cierre de la Asamblea Constituyente. La Asamblea Constituyente

abrió sus sesiones en la tarde del 5 de enero de 1918 en el palacio Táuride. Al día

siguiente, los bolcheviques ordenaron su disolución. Solo la fuerza los podría echar.

La guerra civil determinaría el futuro de Rusia.

León Trotski, que dio las ordenes finales para el golpe, en una imagen con

sus guardaespaldas.

3 de marzo. Firma del Tratado de Brest-Litovsk. Si los bolcheviques querían

conservar el poder y salvar su revolución, tenían que negociar una paz con los

poderes centrales. Esa paz en el frente sirvió a los bolcheviques para poder

concentrarse en otra guerra que empezaba entonces, la lanzada por el Ejército

Blanco.

1918-1921. Guerra civil entre los bolcheviques y los contrarrevolucionarios.

Tras duros combates y buenas dosis de terror en la retaguardia por parte de los dos

bandos, la guerra acabó con la derrota del Ejército Blanco. El triunfo permitió a los

bolcheviques retener el poder y aplastar, al mismo tiempo, muchas de las

aspiraciones y libertades populares.


Noche del 16 al 17 de julio. Toda la familia real es asesinada por miembros

de la Checa de Yekaterimburgo en el sótano de una casa confiscada a Nikolái

Ipátiev, un hombre de negocios. Los cuerpos fueron enterrados cerca de la casa,

aunque el lugar exacto de las fosas no se descubrió hasta después de la caída del

régimen soviético.

Iósif Stalin y Vladimir Lenin, en 1919.

1924

21 de enero. Muerte de Lenin. La idea muy extendida de que Stalin, al

implantar después su régimen de terror, traicionó a Lenin y a la revolución contrasta

con la de los historiadores que sostienen que los elementos básicos del régimen

estalinista estaban ya presentes en enero de 1924. Sobre el terror y la violencia que

prevalecieron en Rusia durante la revolución y la guerra civil se levantó el posterior

régimen estalinista. La revolución, la guerra civil, el terror, el hambre y las

enfermedades causaron 10 millones de muertos entre 1917 y 1922. (Pais, 11)

Causas: Las causas de la revolución de octubre de 1917 se encuentran

profundamente ancladas en la propia estructura social y económica de la Rusia

zarista:

Economía atrasada, caracterizada por la carencia de tejido industrial y

financiero, y por la pervivencia del feudalismo en las áreas rurales.

Profunda división social entre una aristocracia minoritaria, poseedora de casi

toda la riqueza nacional, y el pueblo, agobiado por el hambre, la miseria, la guerra y

los impuestos.

Corrupción del sistema político, teóricamente democrático, pero incapaz de

resolver los problemas nacionales y subordinado al mandato del zar y la nobleza.

Decadencia militar de Rusia: la derrota frente a Japón en 1905 (que tuvo

como consecuencia el intento revolucionario de ese año), continuó con los reveses

sufridos frente a los alemanes entre 1914 y 1917.


Descontento social, generado por los problemas anteriores y, sobre todo, por

la escasez de víveres y la mortandad de jóvenes soldados en la guerra contra los

Imperios centrales (Hiru.Eus, 2016)

Desarrollo de la Revolución rusa

La primera revolución rusa tuvo lugar en febrero. En el caos que se había

originado, el zar Nicolás II se dio cuenta de que no poseía poder militar suficiente

para combatir la revolución y vio que su única solución era abdicar. En este

momento, un gobierno provisional asumía el control del país (gracias a la unión

momentánea de socialistas y demócratas). El objetivo de este gobierno provisional

era aportar unos cimientos sólidos para la celebración en un futuro de unas

elecciones democráticas.

En un principio los soviets, que eran organizaciones formadas por obreros y

sectores socialistas más radicales, dejaron al gobierno provisional realizar sus

funciones, con el objetivo de asentar la revolución e impedir un posible intento de

regreso zarista. Sin embargo, pronto los soviets comenzaron a separarse del

gobierno provisional y se dio una lucha de poderes. El gobierno provisional poseía el

parlamento y el poder del estado, mientras que los soviets tenían el apoyo de los

obreros y de los crecientes sectores de izquierdas.

Esto terminó desembocando en la Revolución de octubre, en la que los

trabajadores soviéticos que formaban el partido bolchevique, dirigidos por Lenin,

derrocaban al gobierno provisional y constituían finalmente un gobierno socialista.

La Revolución de 1917 marcaba así el inicio de una nueva etapa para la URSS, una

etapa que se desarrollaría a lo largo de todo el siglo XX, hasta su disolución en el

año 1991 (la Perestroika).

El desarrollo cronológico de la Revolución Rusa puede resumirse en varios

puntos que a continuación os explicamos:


Las jornadas de abril y junio

Para comprender el nacimiento de un hecho histórico tan importante, cuyos

resultados se han proyectado a lo largo de todo el siglo veinte a través de la

fascinación cultural producida por el comunismo, debemos recordar el estado de

atraso en el que vivió toda Rusia en la segunda mitad del Siglo XIX.

Fue precisamente para hacer frente a esta crisis social (mal abordada por el

Zar Alejandro II y su sucesor Nicolás II, quien reprimió con sangre las primeras

protestas) que muchos burgueses e intelectuales dieron vida a un movimiento

populista con el objetivo de mejorar las condiciones de vida de las clases bajas,

comenzando con la clase rural.

Más tarde, muchos exponentes del movimiento populista se acercaron a

las teorías políticas del marxismo, una corriente de pensamiento desarrollada en

ese momento por los filósofos alemanes Karl Marx y Friedrich Engels, quienes

vieron en el capitalismo y la revolución industrial un sistema de explotación de la

población.

Los marxistas desconfiaban de las masas campesinas y querían más bien

favorecer la formación de un vasto proletariado, con miras a ampliar la

llamada lucha de clases. De esta visión, de la que Vladimir Lenin fue el principal

teórico e inspiración, nació el movimiento revolucionario.

Ya en febrero de 1917, varios soldados se unieron a los rebeldes, ocupando

las ciudades de Moscú y Petrogrado. Según algunos estudiosos, el ascenso de los

rebeldes fue favorecido por una parte de la aristocracia, convencido de que la

familia real había perdido contacto con la realidad de Rusia y había decidido aliarse

con las nuevas fuerzas para mantener sus beneficios.

En marzo, Nicolás II renunció y toda la familia real fue arrestada antes de ser

entregada al ejército. Mientras tanto, los bolcheviques, la corriente más radical del

Partido de los Socialdemócratas de Rusia (POSDR) encabezada por Lenin, y los


soviéticos, la organización encargada de la gestión de la clase

trabajadora, aparecieron en escena.

Lenin, que se había quedado en el extranjero después de un intento fallido de

revolución en 1905, regresó a su casa en abril de 1917. Fundó el Partido

Comunista con una separación del POSDR y prometió a los campesinos la

adquisición de tierras que una vez fueron propiedad de los terratenientes. A lo largo

de la primavera de 1917, el enfrentamientoentre el gobierno interino que había

tomado el lugar de la monarquía, liderado por Aleksandr Kerensky, y los soviéticos,

que en cambio aparecían cada vez más populares entre los trabajadores,

se exacerbó.

Un primer intento de insurrección tuvo lugar en julio y su fracaso llevó a Lenin

a refugiarse en Finlandia. Pero las continuas tensiones entre el jefe de gobierno

Kerensky y el general Kornilov, quien a su vez trató de imponer un régimen militar,

terminaron reuniendo a los bolcheviques y presionándolos para que aprobaran la

línea de la insurrección armada apoyada fuertemente por los dos hombres que

dirigió la Revolución de octubre: Lenin y Lev Trotsky, presidente del importante

soviet de Petrogrado.

El levantamiento de Kornilov

Después de las primeras revueltas y enfrentamientos en

julio, Kerensky nombró al general Lavr Kornilov como comandante en jefe del

ejército ruso. Ambos esperaban contrarrestar la presión sobre los trabajadores

“intransigentes” que estaban creando comités de fábricas para tomar el control del

lugar de trabajo y organizar sus grupos paramilitares de “guardias rojos” para

mantener el orden público y proteger la revolución de la violencia

reaccionaria. Kerensky encontraba perturbador tal radicalismo, pero los

conservadores como el General Kornilov estaban convencidos de que los

moderados como Kerensky eran igualmente desagradables. Los políticos


tradicionales, tanto los liberales como los conservadores, comenzaron a ver una

dictadura militar como el único medio para estabilizar a la nación.

En un marco social cada vez más demacrado y con una revolución

latente, Kornilov conspiró para reemplazar a Kerensky con una dictadura militar, y

deshacerse de la revolución. Para ello tuvo primero que eliminar a Kerensky. Este

último, quien lo esperaba, no tenía otra salida que pedir ayuda al proletariado de la

capital y sus organizaciones, incluido el partido bolchevique. Pero sin esperar, los

marineros de Kronstadt, los mismos que habían aterrizado en Petrogrado para

enfrentarse a los temibles cosacos de la división “salvaje”, se pusieron en

acción. Sacaron a Trotsky y otros líderes del Partido Bolchevique de la cárcel. En 48

horas, coordinaron la huelga general y la movilización de los soviéticos contra el

golpe.

En la conferencia de Moscú, Kornilov se había ganado el corazón de la

burguesíapidiendo una policía de hierro y sangre. Por iniciativa propia, había

introducido la pena de muerte en el ejército. Con las ametralladoras, había matado

batallones de soldados refractarios y arrojado sus cuerpos rígidos a los

canales. Declaró que solo un remedio para esta energía podría curar las

enfermedades de Rusia.

El 9 de septiembre (27 de agosto para el calendario ruso en el momento –

Ed), Kornilovpublicó la siguiente proclamación: “Nuestro gran país agoniza bajo la

presión de la mayoría bolchevique de los soviéticos. El gobierno de Kerensky actúa

en completo acuerdo con el personal general alemán. Los que creen en Dios y en

las iglesias piden al Señor que haga el milagro de salvar nuestra patria “. Retiró del

frente a los setenta mil, de los cuales muchos eran musulmanes, su guardaespaldas

turco, los caballeros tártaros y los circos de montaña. Los oficiales juraron por las

espadas que, cuando se apoderaran de Petrogrado, los socialistas ateos se verían

obligados a terminar la construcción de la gran mezquita bajo el dolor de ser

fusilados. Con aviones, vehículos blindados británicos y la salvaje División sedienta


de sangre, Kornilov avanzó sobre Petrogrado en nombre de Dios y de Alá. Pero él

no tomó la ciudad.

En nombre de los soviéticos y de la revolución, las masas se levantaron como

un solo hombre para la defensa de la capital. Kornilov fue declarado traidor y

proscrito. Se abrieron los arsenales y se colocaron cañones en manos de los

trabajadores. Brigadas de guardias rojos circulaban por las calles, se cavaban

trincheras, se levantaban barricadas rápidamente. En las filas de la División Salvaje

había socialistas musulmanes que, en nombre de Marx y Muhammad, instaban a los

montañistas a no marchar contra la revolución. Sus razones y sus argumentos

prevalecieron. Las fuerzas de Kornilov se separaron y el dictador fue tomado

prisionero antes de disparar un solo cañón. Los burgueses se afligieron al ver que la

esperanza de la contrarrevolución se desvanecía tan fácilmente bajo los golpes de

la revolución.

Los proletarios fueron alentados en la misma medida. Vieron lo poderosas

que eran sus fuerzas y su unidad. Sintieron nuevamente lo que la solidaridad unía a

todas las fracciones de las masas trabajadoras. Las trincheras y las fábricas

aplaudieron.

Se demostró que para salvar la revolución, era necesario deshacerse

rápidamente del poder de la burguesía, concentrando el poder en manos de los

trabajadores y de los campesinos pobres.

Explosión de los bolcheviques

Después de haber frustrado el intento de golpe reaccionario por parte del

general Lavr G. Kornilov , la influencia de los bolcheviques en las masas de los

trabajadores y soldados se estaba ampliando, y conquistaron la mayoría en los

soviets. La autoridad del gobierno provisional estaba en pedazos y los bolcheviques

en ese momento constituían el único partido firmemente organizado y capaz de

tomar el poder.
Entonces, a fines de octubre (del 6 al 7 de noviembre según nuestro

calendario), en una reunión dramática del Comité Central del Partido, se

decidió derrocar al gobierno de Kerensky . Algunos líderes estaban en contra,

mientras que un líder influyente encendió la revuelta: Lev Trotsky . Provenía de la

izquierda menchevique, fue elegido presidente del soviet de Petrogrado y fue la

mente organizadora y militar de la insurrección que pronto cambiaría radicalmente la

historia de Rusia y de toda la humanidad.

Octubre de 1917

El plan de insurrección, preparado meticulosamente, funcionó a la perfección:

en poco tiempo, la Guardia Roja y las tropas

regulares lograron ocupar los principales puntos

estratégicos de la ciudad al conquistar el Palacio

de Invierno, residencia invernal del Zar y ahora

sede del gobierno provisional.

Se suponía que este gesto revolucionario

simbolizaba la captura de la Bastilla rusa, y en el espacio de un día los bolcheviques

también tomaron el poder, obligando a Kerensky a un vuelo precipitado. La

resistencia fue muy débil y toda la operación fue casi sin derramamiento de sangre,

excepto por la familia Romanov que fue exterminada poco después. Al día siguiente

estallaron los disturbios en Moscú y en todas las otras grandes ciudades rusas. Fue

el triunfo de la llamada Revolución Rusa o Revolución de Octubre.

El nuevo gobierno bolchevique

En los días siguientes, el Congreso ruso-soviético se reunió en Petrogrado y

se formó un nuevo gobierno revolucionario formado por bolcheviques, del cual Lenin

fue presidente. Como primer acto, se aprobaron dos decretos: la paz justa y

democrática, sin anexión ni indemnización, y la abolición de la propiedad de la tierra,

de manera inmediata y sin compensación. El nuevo poder tendía a garantizar el

apoyo de las masas campesinas, satisfaciéndolos en sus aspiraciones más


elementales. Pero la verdadera prioridad era salir de una guerra que estaba

llevando a todo el país a la aniquilación económica. (Fernando, 2018)

Armamento:

El Automat Kalashnikova 1947 o AK-47 es producida por 14 países y utilizada

de manera oficial por 78.Fabricados originalmente en la Unión Soviética y

posteriormente copiados en otros países como Polonia, Egipto y China Popular

entre otros, (se calcula que existen en el mundo entre 35 millones y 50 millones de

fusiles de este tipo, lo cual lo convierte en el más numeroso del planeta), son

protagonistas en los conflictos bélicos actuales ya sea de Centroamérica, Indochina,

África o Afganistán.

Espina dorsal del Ejército rojo y de otros muchos, el AK47 es el arma de Infantería

más difundida y utilizada tras la II GM.

Los inicios del desarrollo que culminaría en el arma más popular de la infantería de

nuestros tiempos, el fusil de asalto, hay que buscarlos en la decadente Rusia

imperial de 1916. En plena I Guerra Mundial, el ingeniero Federov llegó a producir

un fusil denominado Automat que incorporaba selector de tiro para disparar en

ráfaga o en fuego semiautomático y cargador curvo separable del arma con

capacidad para 25 cartuchos. El Automát-Federov participó en la revolución rusa y

fue adoptado en pequeñas cantidades por el ejército rojo tras la revolución. Sin

embargo, no se fabricaron muchas unidades, tan sólo unas 10.000, porque fue
retirado del servicio debido a que no fue popular entre los militares a causa de su

fragilidad y la menor potencia de su munición.

Fue en 1938 cuando por decisión gubernamental se concedió un contrato a C. G.

Haenel para desarrollar una carabina ametralladora (Machine-Karabiner, Mkb). El

encargo recayó en su ingeniero jefe, nada menos que Hugo Schmeisser, padre de

la familia de subfusiles MP, que llevará asociado el nombre Schmeisser para

siempre.En julio de 1942 fueron presentados los primeros ejemplares de

Haenel.Después de la presentación ,el Führer fue tajante: mandó suspender el

programa ,a la vez que recordaba que por razones logísticas y productivas no

podían fabricarse armas ni municiones de nuevos calibres.Pero Hugo Schmeisser

no se rindió y enmascaró el proyecto bajo otro nombre y continuo asi el proyecto

original de Haenel fue sometido a una serie de modificaciones operativoproductivas

antes de iniciar la producción, en serie del q se llamo MP43 Y sólo se alcanzó

producir entre 7.000 y 8.000, Las armas producidas fueron probadas en combate

por primera vez en el frente ruso cerca de Cholm, a finales de 1942, con excelentes

resultados.En la primavera de 1943 el Führer ordenó una investigación a fin de

depurar responsabilidades por haber desobedecido la orden de clausurar el

proyecto. Sin embargo, sorprendido por los inmejorables informes sobre el MP43

que confirmaban su correcto funcionamiento en condiciones climáticas adversas, su

gran precisión y que se trataba de un arma que debido a su superioridad mejoraba

la moral de las tropas de asalto, cambió de idea y ordenó la producción masiva en

detrimento de los subfusiles.

Coincidiendo con el final de 1944, se produjo otro cambio puramente honorífico,

pues el arma recibió el nombre de Sturmgewerhr 44 (StG 44) o fusil de asalto 44,

denominación que serviría para catalogar una nueva familia de armas cuyo nombre

continúa vivo en nuestros días. El arma fue equipada en algunos casos concretos

con silenciador, mira telescópica e incluso con sistema de visión nocturna por
infrarrojos ademas de una version con el cañon curvo diseñado especialmente para

combate urbano con ángulo de 30° para poder disparar permaneciendo detrás de

las esquinas de los edificios o de otras protecciones y otra para poder utilizar el

arma desde el interior de los blindados y evitar los ángulos muertos. El número total

de unidades producidas se cifró en unas 650.000 al finalizar la II Guerra Mundial.El

MP/StG 44 marcó el debut y una nueva época en las armas individuales para

combatientes y tropas de asalto en combates a corta y media distancia, apoyado por

el tiro automático y la mayor capacidad de munición.

El AK-47 fue diseñado por Mikhail Timofeyevich Kalashnikov, un joven suboficial de

carros, que solo poseía grado de bachiller. En 1938 Kalashnikov fue reclutado en el

ejercito soviético donde mostró gran interés por las armas de fuego. En 1941

Kalashnikov fue llamado al servicio activo como tripulante de tanques. Combatió en

la batalla de Bryansk donde fue herido en un brazo. Durante su estancia en el

hospital estudio todos los libros sobre armas de fuego que pudo conseguir y prestó

especial atención a un diseño de la firma alemana mauser: el "StG-44", el primer

fusil de asalto de la historia.

Debido a la seriedad de sus heridas se le permitió permanecer seis meses en su

pueblo natal de Alma-Ata.Su primer diseño, un subfusil fabricado en 1942, no tuvo

éxito y fue rechazado por las autoridades; posteriormente en 1946, Kalashnikov

pasó el tiempo diseñando un rifle con su amigo maquinista Zhenya Kravchenko,

efectuó estudios sobre el fusil de asalto inventado por Hugo Schmeisser, cuyo

ingenioso mecanismo le inspiró la creación de una carabina automática para la

utilización del cartucho corto M-43 de 7,62x39 mm.

A la Comisión de Artillería en Moscú les pareció bueno el diseño y le permitieron

crear varios prototipos. De 1946 a 1948 el trabajo sobre el rifle Kalashnikov progresó
lentamente con muchos cambios. En 1949 uno de los rifles de Kalashnikov fue

aceptado por el ejercito soviético como el AK-47

(Avtomat Kalashnikova 1947) como todavía se le

conoce en general hoy. Su entrada en servicio a gran

escala no tendría lugar hasta 1954, fecha en la que

prácticamente todo el Ejército rojo estaba equipado

con el nuevo fusil.

Es muy probable que en el curso de los ensayos que los alemanes realizaron en

1942, con el Sturmgewehr 44, los rusos consiguieran hacerse con alguno de los

prototipos del nuevo fusil y con su correspondiente munición, ya que en 1943 la

Unión Soviética adoptó el cartucho diseñado por N.M. Elizarov y B. V.Semin, y

comenzó a fabricar un prototipo de cartucho recortado. El nuevo cartucho de

7.62x39 mm fue denominado el "m43", era menos potente y mas corto y pronto se

vio la necesidad de un nuevo rifle automático que utilizara el nuevo cartucho. Esto

eventualmente influyó en la aparición del AK-47.

La idea en si nacio en Rusia(Federov) pero fue desarrollada por los alemanes

despues Mikhail T. Kalashnikov solo tuvo que rendirse a la evidencia de lo buena

que era el arma alemana(stg 44) y copiarla creando el ak-47 y el mando ruso debido

a la conyuntura de la epoca(el cambio de la municion) se vio en la necesidad de

escoger esta "nueva" arma. Luego ya se encargarían la propaganda de ensalzar el

avance tecnológico ruso con el AK-47 ,que al fin y al cabo es un arma excelente ya

q es la mejora del stg 44 alemán(de hecho el stg 44 siguió utilizándose en Alemania

del Este hasta la década de los 50 cuando fue sustituido por el AK) (AGAF, 2004)

Estrategia y táctica

Las movilizaciones armadas de julio significaron un giro decisivo en el

proceso revolucionario. Lo destacable del recorrido entre abril y julio es la flexibilidad

táctica y la firmeza estratégica de las que se demostraron capaces los bolcheviques.


El partido, fruto de su estructura militante y su relación orgánica con el movimiento

de masas, pudo sintetizar las presiones de un sector y otro las consignas más

adecuadas ante cada hecho. El propio Lenin primero combatió, en abril junto a los

sectores más radicalizados, contra los más conciliadores; en junio y julio se

encontró junto a los bolcheviques más moderados contra la impaciencia de los

radicalizados. De agosto en adelante se encontraría nuevamente en el ala izquierda

luchando por convencer insurrección.

Las consignas y las tácticas resultantes de esa elaboración colectiva fueron de lo

más diversas, pero siempre guiadas por una estrategia inequívoca revolucionaria y

anticapitalista. (Moreno, 2017)

Consecuencias de la Revolución rusa

La revolución rusa tuvo importantes consecuencias ya que supuso un cambio

profundo dentro de la sociedad, economía e incluso la cultura de la Unión Soviética.

La primera consecuencia evidente fue el derrocamiento del régimen zarista y

de la dinastía de los Romanoff, que llevaban siglos de presión y de poder absolutista

en el denominado Imperio Ruso. En su lugar se creó el primer estado socialista del

mundo, la Unión de las Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). Esto supuso la

adopción de las ideas socialistas y el desarrollo de otras ideas anarquistas y

comunistas.

La Revolución rusa también provocó algunas discrepancias acerca del

camino a seguir tras la muerte de Lenin y luchas de poder entre dirigentes como

Stalin (que pretendía consolidar la revolución en Rusia) y Trotsky (buscaba una

revolución a nivel general). En cualquier caso, la implantación del socialismo en la

URSS era ya imparable.

Tras la Revolución rusa la URSS se convirtió en una de las principales

potencias económicas a nivel mundial, una posición que mantuvo hasta su


disolución. Entre otras cosas, la URSS fue fundamental para derrotar a Alemania en

la 2ª Guerra Mundial y fue el país que pugnó por la supremacía mundial con EE.UU

durante la Guerra Fría, escenificando la lucha entre el bloque capitalista y el bloque

comunista.

Otra de las consecuencias, en este caso inmediata, que tuvo la revolución

rusa fue la salida de la URSS de la 1ª Guerra Mundial tras la firma del tratado de

Brest-Litovsk con Alemania.

También se produjo la adopción de nuevas políticas económicas. Primero se

impuso una denominada precisamente Nueva Política Económica (NPE) que dotaba

al campesino de mayor libertad para poder vender los excedentes de su producción.

Si embargo, con la llegada de Stalin al poder se aprobaron otras medidas

encaminadas a la colectivización del trabajo, como la supresión del campesino u

obrero individual y la prioridad absoluta de la industria pesada. (Fernando, 2018)

Papel de la mujer.

La revolución socialista en Rusia, en 1917, significó una revolución también

en la situación de la mujer en el mundo entero. Por primera vez, un país tomaba

medidas concretas para alcanzar la igualdad entre hombres y mujeres. La mujer

rusa tomo parte activa en todo el proceso revolucionario, a pesar (y quien lo sabe

por eso mismo) de la enorme carga de opresión, secular y brutal, que pesaba sobre

sus hombros, sobre todo entre las mujeres campesinas.

El proceso revolucionario empujó al frente a la mujer trabajadora rusa, que

ya, en aquellos años, tenía un papel decisivo en la producción, concentrada en las

grandes fábricas. La historia de la revolución está repleta de ejemplos sobre la

abnegación, la garra y el coraje demostrados por las obreras rusas en aquellos días

terribles y decisivos.
La revolución de febrero de 1917, preanuncio de la revolución decisiva de

octubre, se inicio en el Día Internacional de la Mujer, con manifestaciones masivas

de mujeres en Petrogrado contra la miseria provocada por la participación de Rusia

en la Primera Guerra Mundial. La guerra había empujado a la mujer rusa al mercado

de trabajo… En 1917, la tercera parte de los obreros industriales de Petrogrado eran

mujeres. En las áreas de producción textil de la región industrial del centro del país,

el 50% o más de la fuerza de trabajo estaba compuesta por mujeres.

La militancia femenina era disputada palmo a palmo por las diversas

tendencias políticas. Tanto los bolcheviques como los mencheviques tenían

periódicos especiales para la mujer trabajadora, como la Rabotnitsa, publicado por

los bolcheviques y el Golos Rabotnitsy, por los mencheviques. Los

socialrevolucionarios (SR), que luchaban por una democracia burguesa en Rusia,

por su parte, propusieron la creación de una «unión de las organizaciones

democráticas de mujeres», que reuniría a los sindicatos y a los partidos bajo la

bandera de una república democrática. Fue por esos días que surgió la Liga por los

Derechos Iguales para la Mujer, exigiendo el derecho al voto para las mujeres,

acompañando la batalla que ellas desplegaban en todo el mundo por sus derechos

civiles.

Con la revolución socialista en Rusia, felizmente, ellas conquistaron muchos

más derechos democráticos. Por primera vez un país legislo que el salario femenino

seria igual al masculino por el mismo trabajo. Tanto que, al finalizar la Segunda

Guerra Mundial, contrariamente a lo que ocurrió en los países capitalistas, en la

URSS se conservo la mano de obra femenina y se buscaron los medios para que

estas tuviesen mayor calificación. Había mujeres en todos los sectores de la

producción: en las minas, en la construcción civil, en los puertos, en fin, en todas las

ramas de la producción industrial e intelectual.


Sin embargo, después de la toma del poder por los soviets, la cuestión de la

mujer enfrento el duro embate con la realidad. De hecho, fue la primera vez en la

historia que ella pasó del plano de la discusión al de la práctica. En un país atrasado

en relación a las cuestiones morales y culturales como Rusia, con una enorme

carga de preconceptos arraigados por siglos -lo que caracteriza, en general, a los

países predominantemente campesinos-, la cuestión de la mujer asumía, en

aquellos momentos difíciles para el joven Estado Obrero, contornos tan complejos

como muchos otros aspectos relativos a la transformación hacia el socialismo.

Por eso, Lenin y Trotsky, juntamente con muchas dirigentes mujeres, además

de dedicarse a «explicar pacientemente» a las masas, sobre todo a las mujeres,

cuáles eran las tareas generales del movimiento obrero femenino de de la República

Soviética, no esperaron para tomar las primeras medidas en ese terreno y revertir la

situación humillante a cual estaba sometida la mujer rusa desde hace siglos. Esa

tarea tenía dos aspectos fundamentales: la abolición de las viejas leyes que

colocaban a la mujer en situación de desigualdad en relación al hombre; y la

liberación de la mujer de las tareas domesticas, que exigía una economía colectiva

en la cual ella participase en igualdad de condiciones con el hombre.

Desde los primeros meses de su existencia, el Estado Obrero concretizo el

cambio más radical en la legislación referente a la mujer. Todas las leyes que

ponían a la mujer en una situación de desigualdad en relación al hombre fueron

abolidas, entre ellas, las referentes al divorcio, a los hijos naturales y a la pensión

alimenticia. Fueron abolidos también todos los privilegios ligados a la propiedad que

se mantenían en provecho del hombre en el derecho familiar. De esa forma, la


Rusia Soviética, apenas en los primeros meses de su existencia, hizo más por la

emancipación de la mujer de lo que el más avanzado de los países capitalista en

todos los tiempos.

Se introdujeron decretos estableciendo la protección legal para las mujeres y

los niños que trabajaban, el seguro social, la igualdad de derechos en relación al

matrimonio. Ya en 1917 fue decretado el derecho al divorcio. En 1918 entra en vigor

un nuevo Código Civil, suprimiendo todos los derechos de los maridos sobre las

mujeres; el marido no podía imponer a la mujer su nombre, ni su domicilio, ni su

nacionalidad y garantizaba la absoluta paridad de derechos entre marido y mujer.

Por medio de la acción política del Zhenotdel, departamento femenino del Partido

Bolchevique, en 1920 las mujeres conquistaron el derecho al aborto legal y gratuito

en los hospitales del Estado. No se incentivaba la práctica del aborto y quien

cobraba para practicarlo era penado. La prostitución y su uso eran descritos como

«un crimen contra los vínculos de camaradería y solidaridad», pero el Zhenotdel

propuso que no hubiese penas legales por ese crimen. Trato de atacar las causas

de la prostitución, mejorando las condiciones de vida y trabajo de las mujeres y dio

inicio a una amplia campaña contra los «resquicios de la moral burguesa».

La primera Constitución de la República Soviética, promulgada en julio de

1918, dio a la mujer el derecho de votar y ser elegida para cargos públicos. Sin

embargo, igualdad ante la ley aun no era igualdad de hecho. Para la plena

emancipación de la mujer, para su igualdad efectiva en relación al hombre, era

necesaria una economía que librase del trabajo domestico y en la cual ella

participase de forma igualitaria al hombre. La esencia del programa bolchevique

para la emancipación de la mujer era su liberación final del trabajo domestico por

medio de la socialización de esas tareas. Lenin, en julio de 1919, insistía en que el

papel de la mujer dentro de la familia era la clave de su opresión:


«Independientemente de todas las leyes que emancipan a la mujer, esta

continua siendo una esclava, porque el trabajo domestico oprime, estrangula,

degrada y la reduce a la cocina y al cuidado de los hijos, y ella desperdicia su fuerza

en trabajos improductivos, que agotan sus nervios y la idiotizan. Por eso, la

emancipación de la mujer, el comunismo verdadero, comenzara solamente cuando

y donde se inicie una lucha sin cuartel, dirigida por el proletariado, sueno del poder

del Estado, contra esa naturaleza del trabajo domestico, o mejor, cuando se inicie

su transformación total, en una economía a gran escala» [1].

En las condiciones de Rusia, esa era la parte más difícil de la construcción

del socialismo y la que requería mas tiempo para ser concretada. El Estado Obrero

comenzó por crear instituciones, como comedores y casas cunas modelos, para

liberar a la mujer del trabajo domestico. Y eran, justamente, las mujeres quienes

más se empeñaban en su organización. Esas instituciones, instrumentos de

liberación de la mujer de su condición de esclava domestica, surgían en todas

partes donde era posible, pero fueron pocas para lo que se necesitaba. Rusia

estaba en guerra civil, siendo atacada por sus enemigos, y las mujeres tuvieron que

asumir, con los hombres, las tareas de la guerra y de defensa del Estado Obrero.

Sin embargo, muchas de esas instituciones fueron creadas y funcionaron a

satisfacción, mostrando su acierto y la necesidad de su expansión y mantenimiento.

Los dirigentes soviéticos llamaban a las mujeres a tomar parte cada vez

mayor en la gestión de las empresas publicas y en la administración del Estado, así

como se candidatas a delegadas a los soviets. En un discurso en homenaje al Día

Internacional de la Mujer, en marzo de 1920, Lenin decía que «el capitalismo unió
una igualdad puramente formal a la desigualdad económica y, en consecuencia,

social. Y una de las manifestaciones más extremas de esa inconsecuencia es la

desigualdad de la mujer y del hombre. Ningún Estado burgués, por mas

democrático, progresivo y republicano que sea, reconoce la total igualdad de los

derechos del hombre y de la mujer. La República de los Soviets, por el contrario,

destruyó de un solo golpe, sin excepción, todas las líneas jurídicas de la inferioridad

de la mujer y, también, de un solo golpe aseguro a ella, por ley, la igualdad más

completa».

Lenin alertaba sobre el hecho de que siempre se acostumbra decir que el

nivel cultural y de vida de un pueblo mejor se define por la situación jurídica de la

mujer. Desde ese punto de vista, solo la dictadura del proletariado, solo el Estado

Socialista pueden conseguir y consiguen el grado más alto de la cultura. Sin

embargo, eso no es suficiente. El movimiento obrero femenino ruso no se contento

con una igualdad puramente formal y asumió la tarea -ardua y larga, porque exige

una transformación radical de la técnica social y de las costumbres- de luchar por la

igualdad económica y social de la mujer, haciendo que ella participase del trabajo

productivo social, liberándola de la esclavitud domestica, que es improductiva y

embrutecedora.

Para ello, Lenin no perdía la oportunidad de dirigirse a las mujeres, en los

actos públicos. El insistía en el papel fundamental de la mujer en las tareas de la

revolución y llamaba a todas las mujeres pobres y trabajadoras a participar de la

construcción concreta del socialismo, ayudando a crear los restaurantes colectivos,

las lavanderías públicas, las casas cunas y otros servicios que significarían la

socialización de las tareas domesticas.

Hoy en día, muchos de esos discursos de Lenin son criticados por militantes

feministas, que ven en ellos un llamado de Lenin a que las mujeres continúen
encargándose de las tareas «femeninas» como: cocinar, lavar y limpiar. En realidad,

la preocupación de Lenin era movilizar a las masas de mujeres para la revolución.

Por eso se dirigía a ellas de esa forma, con sus palabras y llamándolas a cumplir las

tareas que ellas mejor sabían hacer. De esa forma, ellas se sentirían mas

dispuestas a integrar el movimiento revolucionario, y una vez dentro del, podrían ir

asumiendo otras tareas. El objetivo de Lenin no era movilizar solamente a la

vanguardia, sino también a las mujeres más atrasadas. El se dirigía a las mujeres

de su tiempo, moldeadas por siglos de opresión, para llamarlas a luchar y a

construir a la mujer del futuro. De esa forma, millones de mujeres rusas dejarían el

aislamiento del hogar y se integrarían en la construcción colectiva del socialismo.

La burocratización de la revolución primero, y la restauración del capitalismo

después, hicieron retroceder todo ese proceso y las mujeres perdieron sus mayores

conquistas. Pero este es tema de un nuevo artículo.

Las resoluciones de la III Internacional

Las concepciones marxistas sobre la emancipación de la mujer y su papel en

la lucha por el socialismo fueron transformadas en tesis y resoluciones durante el III

Congreso de la Internacional Comunista, reunido en 1921 antes, por lo tanto, del

periodo estalinista. Ese evento, de importancia histórica para el movimiento

socialista mundial, trazo un programa y una orientación para el trabajo entre las

mujeres que, por su claridad y concordancia con los principios del marxismo, hasta

hoy no fueron superados por ninguna otra organización obrera. Por eso, continúan

siendo validos hasta hoy.


En primer lugar, la Internacional Comunista deja bien definida su posición de

que la liberación de la mujer de la injusticia secular, de la esclavitud y de la falta de

igualdad de la cual es víctima en el capitalismo, solo será posible con la victoria del

comunismo. «Lo que el comunismo dará a la mujer, en ningún caso el movimiento

femenino burgués podrá dar. En tanto exista la dominación del capital y de la

propiedad privada, la liberación de la mujer no será posible».

La mujer acabara de conquistar el derecho del voto, y la Internacional

alertaba que eso, a pesar de ser importante, no suprimía la causa primordial de la

servidumbre de la mujer en la familia y en la sociedad y no solucionaba el problema

de las relaciones entre los sexos.

«La igualdad no formal, pero si real, de la mujer, solo es posible en un

régimen donde la mujer de la clase obrera sea dueña de sus instrumentos de

producción y distribución, participando de su administración y teniendo la obligación

del trabajo en las mismas condiciones que todos los miembros de la sociedad

trabajadora; o sea, esa igualdad solo es realizable después de la destrucción del

sistema capitalista y su sustitución por formas económicas comunistas».

Sobre la cuestión de la maternidad, la Internacional no deja dudas de que

también solo en el comunismo esa función natural de la mujer no entrara en

conflicto con las obligaciones sociales y no impedirá su trabajo productivo. Sin

embargo, la IC aclara que el comunismo es el objetivo último de todo el proletariado.

Por eso, la lucha de la mujer y del hombre debe ser dirigida de manera inseparable.

Lo más importante es que, esa que fue una de las organizaciones

internacionales más activas de la causa de los trabajadores, confirma los principios

fundamentales del marxismo, según los cuales no existen problemas


específicamente femeninos y que la mujer obrera tiene que mantenerse junto a su

clase, y no unirse a la mujer burguesa. «Toda relación de la obrera con el feminismo

burgués y las alianzas de clase debilitan las fuerzas del proletariado y retardan la

revolución social, impidiendo, así, la realización del comunismo y la liberación de la

mujer».

Por último, la Internacional refuerza el principio de que el comunismo solo

será alcanzado con la unión de todos los explotados y no con la unión de las fuerzas

femeninas de las dos clases opuestas. Y termina llamando a todas las mujeres

trabajadoras a tener una participación activa y directa en las acciones de masas,

tanto en el marco nacional como a escala internacional. (Toledo, 2015)

Bibliografía
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https://litci.org/es/menu/opresiones/mujeres/la-revolucion-rusa-y-la-mujer/

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