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y teológico, que acoge y respeta la identi- La obra sigue las etapas del congreso
dad de los interlocutores, está la puerta y se divide en tres partes. La primera par-
que abre a una comprensión más rica y te (pp. 35-383) comienza con la interven-
real de Jesús de Nazaret, hebreo, fundador ción del Cardernal Joseph Ratzinger acer-
del cristianismo. ca de las perspectivas de renovación de la
teología moral en el Vaticano II y en Veri-
Antonio Izquierdo, L.C. tatis splendor, sintetizables en cuatro pun-
tos: la importancia de Cristo como Logos
para la moral; la comprensión de que la
relación del hombre con Dios no se agota
Livio Melina - José Noriega (ed.), en una justa autonomía del primero, sino
Camminare nella Luce. Prospettive della que llega a su culmen en la participación
Teologia Morale a partire da Veritatis en su misma vida, en una relación de
splendor, Lateran University Press, Roma amor y comunión; una profundización de
2004, 819 pp. la conciencia en cuanto apertura a la rea-
lidad y al Logos eterno; y, finalmente, la
El tradicional congreso anual que des- importancia del horizonte teológico: sin
de hace siete años promueve puntualmen- Dios no se puede construir una moral. A
te el Área internacional de investigación continuación Mons. Antonio Cañizares,
sobre el estatuto de la teología moral fun- Arzobispo de Toledo, habló del “horizon-
damental, del Pontificio Instituto Juan te teológico de la moral cristiana”, expli-
Pablo II en Roma, versó durante los días cando cómo es posible la sinergia del
22-23 de noviembre de 2003 sobre la en- obrar humano y del divino en la plena rea-
cíclica Veritatis splendor. Esta volumino- lización del hombre.
sa e importante obra recoge las ponencias Siguen los estudios completos de los
y las contribuciones. La elección del tema conferencistas invitados, que constituyen
se muestra sumamente acertada, no sólo la base sobre la que se realizó el congreso,
como conmemoración del décimo aniver- divididos en cuatro sesiones. La primera
sario de la publicación del documento se ha concentrado en la relación de la mo-
pontificio, sino también y sobre todo por- ral con la antropología. El Card. Angelo
que la encíclica pretende ser no tanto un Scola, Patriarca de Venecia, evidencia la
punto de llegada, cuanto uno de partida. “perspectiva teológica” de la encíclica,
En este sentido, el congreso trató –y a mi insistiendo en la relación entre Cristo y la
juicio logró cumplidamente– de estudiar y libertad humana. El Prof. Stanislaw Gry-
presentar la fecundidad de las propuestas giel, del Pontificio Instituto Juan Pablo II
del documento pontificio en vista de la en Roma, muestra cómo “la verdad res-
renovación de la teología moral funda- plandece en la transparencia del ser”, vis-
mental deseada por el Concilio Vaticano to dinámicamente. El Prof. Alberto Bo-
II (cf. Optatam totius, 16). Si bien una nandi, de la Facultad de Italia Septentrio-
parte de la encíclica pretende corregir al- nal de Milán, identifica tres líneas en los
gunas posiciones incompatibles con la intentos de renovar la teología moral en
doctrina cristiana (moral autónoma, pro- estos últimos diez años: perfeccionar la
porcionalismo o ética teleológica), que presentación tradicional, considerándola
ponen «en tela de juicio de modo global y todavía válida; “renovar” lo que se perci-
sistemático, el patrimonio moral de la be como anticuado, y “refundar” la teolo-
Iglesia» (Veritatis splendor, 4), su finali- gía moral, sustituyendo los fundamentos
dad es, sin duda, programática y positiva, filosóficos y teológicos clásicos con otros,
iluminando e indicando un fecundo cami- como el “trascendentalismo” o la fenome-
no aún por recorrer. Es esta senda la que nología.
el congreso ha querido contribuir a trazar. La segunda sesión, con el título “gra-
De ahí el título escogido y también el ico- cia y moral”, ha tratado de comprender el
no de la elegante portada tomada de un lugar original que ocupa la gracia en la
antiguo evangeliario ibérico: los discípu- dinámica del obrar. El Card. Francis
los de Emaús siguiendo al Maestro. George, Arzobispo de Chicago, subraya el
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papel de la gracia como primer don de tamente, asimismo, los principios de la


Cristo, entendida como la vida propia del razón práctica, es decir, la ley natural co-
Reino de Dios, capaz de transformar no mo ordinario rationis. Por su parte, el
sólo a los hombres como individuos, sino Prof. Francesco Botturi pretende respon-
también las diversas culturas mediante la der a la pregunta: “¿De qué forma la ra-
fe. Una fe madura genera cultura. El Prof. zón se convierte en práctica, es decir, en
Juan José Pérez-Soba, de la Facultad de guía de nuestra conducta y acciones?” La
Teología de San Dámaso, en Madrid, solución está en profundizar en la expe-
compara la experiencia moral cristiana, riencia del bien, más allá de la perspectiva
entendida como experiencia de amor, con kantiana y naturalista, para captar la ori-
la concepción moral de matriz kantiana ginalidad de la misma en el hecho de que
basada en el respeto. La solución al pro- ésta se da dentro de la experiencia del be-
blema de la universalidad de la moral neficio que implican las relaciones huma-
cristiana no se logra solucionar rebajándo- nas, dentro de la experiencia de la rela-
la hacia el respeto, sino profundizando en cionalidad.
el amor creativo de Dios y en la comuni- Sobre la virtud el Prof. Eberhard
cación del bien, dentro del marco inter- Schockenhoff, de la Universidad Albert-
personal de la comunión con Cristo. Así Ludwigs de Friburgo (Alemania), ha acla-
se comprende la presencia original del rado cómo la posibilidad de una plenitud
Espíritu Santo, que genera la gracia y que nueva, entreabierta por la experiencia del
se sitúa por tanto en el origen de la expe- bien, implica un “más” respecto a la sola
riencia moral. El Prof. Réal Tremblay, de naturaleza. Se puede comprender por qué
la Academia Alfonsiana en Roma, se pro- son necesarias las virtudes, no para facili-
pone descubrir si la encíclica afronta la tar la obediencia a unas normas o para
cuestión de la inhabitación del divinum facilitar la repetición de ciertos compor-
nel humanum, que en el evangelio de San tamientos, sino, más bien, para colmar la
Juan se presenta como fruto del traspasa- desproporción entre apertura ilimitada de
miento del Hijo. Su conclusión es que vi- la voluntad y el limitado poder de la liber-
da moral y unión con Dios se incluyen tad del hombre para el bien. No podía fal-
recíprocamente. tar el tema de la integración de la virtud
La tercera y cuarta sesión giran alre- con otra figura clásica de la moral bíblica
dedor de los temas: “el dinamismo de la y estoica: la ley. El Prof. Giuseppe Ange-
racionalidad práctica”, y “la virtud y la lini, Rector de la Facultad teológica de
moral”, respectivamente. Se trata de Italia Septentrional, muestra en qué modo
afrontar el problema de la verdad del la conciencia creyente integra la acepta-
obrar moral. Mons. Piere d’Ornellas, ción confiada de la Alianza y del sentido
Obispo auxiliar de París y profesor en la que implica, custodiado por la ley. La
Facultad de Notre Dame, desarrolla la re- conciencia se abre a la fe en un sentido
lación entre “verdad, virtud y libertad”, nuevo, y la fe se extiende después a las
que encuentra su núcleo en la conciencia diversas virtudes.
moral. El Prof. Martin Rhonheimer, de la La quinta sesión del congreso se dedi-
Universidad de la Santa Cruz, en Roma, có a la relación entre eclesialidad y vida
profundiza, a la luz del n. 78 de Veritatis moral. Abre el debate el Prof. Livio Meli-
splendor, en el significado del objeto del na, del Pontificio Instituto Juan Pablo II
acto humano como configurado por la ra- en Roma, subrayando que la moral “autó-
zón, señalando que este “objeto” es un noma” interpreta la libertad como “liber-
tipo particular de fin, que indica qué se tad respecto a la verdad”, pues concibe la
pretende cuando se hace algo. Incluye, verdad como concepto abstracto y norma
por tanto, en sí mismo, una estructura in- externa. Para Veritatis splendor la verdad
tencional, propia de la razón. Esto implica se realiza en el encuentro con Cristo, ver-
que la razón práctica ocupa un papel deci- dad hecha carne. Es en la Iglesia, contem-
sivo en una teoría de la acción. «La pers- poraneidad de Cristo al hombre, que este
pectiva de la persona que actúa» (Veritatis encuentro tiene lugar hoy. La Iglesia es,
splendor 78) ayuda a comprender correc- pues, comunión, amor que se dona, madre
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que engendra las virtudes, maestra que tante encíclica, que ha marcado un antes y
guía y lugar de la unión comunional con un después en la historia de la Teología
Dios. El Prof. Luis Ladaria, de la Univer- Moral. No queda sino seguir animando a
sidad Gregoriana de Roma, profundiza en Mons. Melina y a sus colaboradores del
la novedad de la vida de Cristo y su refle- Área internacional de investigación sobre
jo en el creyente gracias al papel del Espí- el estatuto de la teología moral funda-
ritu Santo. La Iglesia, en cuanto Cuerpo mental a seguir organizando estos congre-
de Cristo, es el lugar de la donación del sos.
Espíritu. De este hecho brotan diversas
dimensiones morales, entre las cuales re- José María Antón, L.C.
calca la del magisterio y la del testimonio.
La contribución del Prof. David Schind-
ler, del Pontificio Instituto Juan Pablo II
en Washington, D.C., muestra la repercu- Romano Penna, Il DNA del cristiane-
sión que tiene para la cultura la adecuada simo. L’identità cristiana allo stato
comprensión del cuerpo humano como nascente, San Paolo, Cinisello Balsamo
sacramento nupcial. Esto permite com- 2004, 463 pp.
prender la relación entre la naturaleza y la
persona, evitando los dualismos de la mo- Este último libro del Prof. Penna, si-
dernidad. guiendo el método comparativo del pre-
La sexta y última sesión se desarrolló cedente Vangelo e inculturazione (cf
como una mesa redonda, afrontando la Alpha Omega VII, 1 [2004], 117-122), un
cuestión de la relación entre evangeliza- método muy laudable y que, bien usado,
ción y moral, tema importantísimo que da excelentes resultados, ofrece al lector
toca la razón de ser de la Iglesia, desarro- una síntesis lograda de la esencia histórica
llado en el tercer capítulo de la encíclica. y doctrinal del cristianismo, cuya piedra
Se tocaron tres problemas principales: la angular no puede ser otra sino el Jesús de
crisis de la secularización (Mons. Adré la historia y la historia de fe de las prime-
Vingt-Tois, Arzobispo de Tours), la inci- ras comunidades cristianas a la luz del
dencia cultural (Mons. Cataldo Naro, misterio de la muerte-resurrección de Je-
Obispo de Monreale) y la enseñanza de la sucristo. El título, inspirado en la genéti-
moral (Mons. Juan Antonio Reig Plà, ca, hace referencia precisamente a aquello
Obispo de Segobe-Castellón). que constituye la identidad del cristianis-
Hasta aquí la primera parte, que cons- mo en el momento de su nacimiento, que
tituye el núcleo de la obra. En la segunda bien podríamos limitar al siglo I d. C., y
parte (pp. 385-489) se han agrupado di- que ha de conservar para no perder el
versas intervenciones de expertos a los propio carácter.
que se pidió una breve exposición en rela- Desde el prefacio el autor se apresura
ción con los argumentos principales de la a indicar el género del libro: «Intermedio
encíclica: G. Abbà, R. Cessario, W.J. entre las sesudas Teologías del Nuevo
Eijk, R. Gerardi, N. Hausman, B. Hidber, Testamento destinadas al ámbito acadé-
W.E. May, G.L., Müller, A. Rodríguez mico y los ensayos más cautivadores por
Luño, T.. Styczen, A. Szostek y M. la atención prestada a la actualidad» (p.
Waldstein, quienes desarrollaron temas 9). Indica igualmente su actitud ante los
como el orden de la virtud como orden de textos del NT: «Hemos de fiarnos de ellos
la razón, la justa autoría, el bautismo y la no sólo por un motivo religioso a priori,
vida moral cristiana, verdad – libertad – sino sobre todo por el hecho de que son
amor, libertad y ley, la gracia en forma irrefutablemente los documentos primiti-
paterna. vos, más arcaicos, en los que se puede
En la tercera parte (pp. 491-815) se captar, en el mismo nacer, el DNA del
presentan las contribuciones con que al- fenómeno cristiano» (p. 10). Finalmente,
gunos participantes, muchos de ellos tam- señala el autor su clave de lectura de la
bién reconocidos estudiosos, han querido esencia cristiana: «Cristo en persona y la
enriquecer el congreso sobre esta impor- adhesión a Él» (p. 11).

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