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El cerebro es la parte superior y más voluminosa del encéfalo, constituida por una
masa de tejido nervioso y que se ocupa de las funciones cognitivas y emotivas y
del control de actividades vitales como los movimientos, el sueño, el hambre, etc.
Nuestro cerebro está regido por las percepciones, que es la manera en la que el
este interpreta los estímulos sensoriales que recibe de los sentidos y de esa forma
nos conectamos con nuestro entorno a través de los órganos de nuestros
sentidos, como sucede con la música, nuestro oído percibe los sonidos y nuestro
cerebro los interpreta como una obra musical.
Muchos estudios han demostrado que escuchar cierto tipo de música puede
ayudar a mejorar resultados en las pruebas, reducir el tiempo de aprendizaje,
reducir los fallos, mejorar la inventiva y la claridad, etc., tal es el caso del famoso
efecto Mozart, que ha demostrado que aquellos que escuchan la música del autor
barroco Wolfgang Amadeus Mozart se desempeñan mejor en pruebas de
aprendizaje y memoria.
El método de aprender con música se remonta aun desde los tiempos bíblicos, un
claro ejemplo lo encontramos en los salmos, que instruían al amor y temor a Dios,
enseñaban acerca de la historia del pueblo de Israel, de sus victorias sobre sus
enemigos y sus derrotas al desobedecer a los mandamientos de Dios.
Pero la música no solo se limita al aprendizaje, sino abarca aun todas las
emociones del ser humano tal es el caso del valor, los soldados que combaten en
una guerra son alentados por los sonidos de una trompeta o por la melodía de sus
himnos nacionales, nada infunde más valor y valentía a un hombre que escuchar
el cantico que lo representa como ciudadano de su país. La música también
infunde paz en la vida de un hombre y fe en el corazón de un creyente. Disciplinas
tan complejas como la danza o el canto estarían incompletas sin la ejecución
musical, nuestro cerebro no comprendería los movimientos del danzante o las
notas del cantante si la música estuviera ausente.
La música inspira emociones, desde la oleada del placer abstracto que nos pone
la carne de gallina sin saber porque, hasta la nostalgia del recuerdo que nos
evoca, influye de tal manera en nuestro cerebro que una persona puede llorar, o
reír, estar triste, o alegre, puede sentir hambre, o dormir plácidamente, aunque
Darwin expresaba que ni la capacidad de disfrutar ni la de producir notas
musicales tenían la menor utilidad para el hombre en sus hábitos cotidianos, sin
embargo se ha comprobado que una persona trabaja más productivamente, y
puede realizar mejor sus actividades cotidianas cuando escucha su música
favorita.