Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
Por
SANTIAGO BRONCANO RODR~GUEZ
Y
M'. DEL MAR ALFARO ARREGUI
DIPUTACI~NPROVINCIAL DE VALENCLA
1997
SERVICIO DE INVESTIGACIÓN PREHISTÓRICA
DIPUTACIÓN PROVINCIAL DE VALENCIA
SERIE DE TRABAJOS VARIOS
Núm.92
Por
SANTIAGO BRONCANO RODRÍGUEZ
Y
M."DEL MAR ALFARO ARREGUI
VALENCIA
1997
DIPUTACIÓN PROVINCIAL DE VALENCIA
S E R I E D E T R A B A J O S VARIOS
Núm.92
Depósito Legal: V-3825-1997
I.S.B.N.: 84-7795-120-9
m. DESCRIPCI~N................................................. 21
Vía Principal .................................................. 22
Caminos secundarios ........................................... 139
VI. Apéndice:
"Un departamento ibérico sobre el tramo 2.060-2.080 m."
Por M."del Mar Alfaro Arregui y Asunción Martín Bañón .......
Este tercer trabajo que sobre la ciudad ibérica de El la ciudad fue sometida a asedio por el ejército romano, posi-
Castellar de Meca ahora presentamos, es una prolongación blemente en el paso de los siglos IIi al 11 a.c., fecha ésta en
de los dos que anteriormente hemos publicado, sobre todo la que es destruído también el cercano poblado ibérico de El
del segundo de ellos, que también trataba de sus caminos de Amarejo2.A partir de dicho momento y tras la destrucción de
ruedas. la ciudad, ni un solo carruaje entró o salió de ella; los
Recordemos que en el primero' se procuró recopilar en caminos se fueron ocultando rápidamente por los sedi-
un sólo volumen todo lo que se había escrito sobre el yaci- mentos que los arrastres depositaban en su interior y pronto
miento, ya fueran citas, noticias, estudios o trabajos de fue perdida la memoria de su existencia.
investigación publicados o incluso inéditos. En este último Nos encontramos, pues, ante la presencia de una serie de
estado permanecía, por ejemplo, el excelente trabajo topo- caminos prerromanos cuya importancia radica especial-
gráfico reflejado en el mapa que levantó el General mente en saber que no fueron utilizados ni en época romana
Lammerer en 1921 en compañía de A. Schulten y que per- ni en épocas posteriores, por lo que, al no sufrir ningún tipo
manecía aún desconocido. de modificación en el tema viario, todo lo conservado nos
Las opiniones realizadas por los diversos autores que remite a unas obras y aspectos culturales relacionados con
escribieron las obras recogidas, quedaron sometidas a un aná- ellas estrictamente ibéricos.
lisis exhaustivo o a una crítica razonada de acuerdo con los El profundo desgaste sufrido por la base rocosa sobre la
datos físicos y arqueológicos existentes en el yacimiento. que discurrían, debido al roce de las llantas metálicas, la pre-
Una vez reunida y publicada toda la abundante, dispersa sencia de rectificaciones o variaciones de trazados más anti-
y poco o nada conocida documentación que se había ido guos, que fueron abandonados tras un prolongado uso por
generando a lo largo de siglos sobre la célebre ciudad otros posteriores, y la aparición de un buen lote de cerámicas
rupestre de Meca, nos interesamos, dejando de lado otras fenicias, nos permitieron establecer que el tráfico rodado en
facetas quizá más atractivas en principio, por la investiga- Meca fue muy antiguo. Sin duda alguna existía en época
ción de lo que para nosotros era uno de los aspectos más protoibérica, i~ciándosemuy posiblemente en época prei-
interesantes de cuantos nos ofrecían los restos arqueológicos bérica o finales de la Edad del Bronce. Así, la impresionante
del yacimiento: sus caminos de ruedas. obra que supuso el trazado y construcción del Camino
Pensamos esto por ser Meca un caso excepcional en lo Hondo, con ser de una gran antigüedad dentro de la etapa
que se refiere a la conservación de restos físicos de vías pre- cronológica que abarca la Epoca Ibérica, no fue el primer
rromanas. Lo dicho nos permitiría tener la ocasión, excep- camino de acceso para carros realizado en esta zona, sino
cional también, de acometer el primer estudio que se realiza que se aprecian señales de la existencia de un trazado ante-
sobre este tipo de obra pública ibérica. rior más sinuoso.
Aunque la primera información que nos ofrecieron estos Una deducción inmediata y lógica de estos hechos es la
caminos nos remitía a su utilización en época ibérica, la constatación de la existencia de una ciudad rica muy antigua
excavación del llamado Camino Hondo, nos brindó la posi- que motivó la presencia del comercio extrapeninsular como
bilidad de demostrar sin ningún género de dudas que no sólo el fenicio, lo que impulsó aún más el desarrollo y continuado
fueron construídos en época prerromana, sino que quedaron florecimiento de la ciudad ibérica hasta su destrucción por la
clausurados para siempre desde el preciso momento en que potencia bélica romana.
a BRONCANO RODRÍGUEZ,S: "El Casteílar de Meca, Ayora (Valencia). BRONCANO RODRÍGUEZ, S.: "El depósito votivo ibérico de El
Textos". E.A.E., 147. Madrid, 1986. Amarejo, Bonete (Albacete)". E.A.E., 156. Madrid, 1989. Pág. 33.
Lám. 1.-Vista aérea con los caminos descubiertos.
Aparte de estas consideraciones ya expuestas en el tomo En el nuevo trabajo que ahora presentamos pensábamos
publicado hace seis años3, la excavación de los caminos haber incluído en un principio el estudio de la totalidad de
situados intramuros de la ciudad, o calles si se prefiere, los caminos que desde los llanos circundantes al Castellar de
suministró una serie de datos directos o indirectos de gran Meca suben por las laderas hasta acceder a la puerta de
importancia y variedad, desde los relativos a la puerta de entrada a la ciudad. Pero la inesperada cantidad de vías des-
entrada y su defensa hasta el diámetro de las ruedas o la lon- cubiertas y su excesiva longitud (Lám. 1) nos obliga a dividir
gitud de los ejes de los carros que por allí circularon, su publicación en dos volúmemes.
pasando por la forma de funcionamiento de los aljibes, can- Efectivamente, al realizar nuestro plan de publicación,
teras, etc. en un primer momento pensábamos que dichos caminos se
reducían al número de dos, es decir, al principal, que
saliendo de la ciudad se diige al O., y a otro, menos impor-
"RONCANO, S. Y ALFARO, M' DEL MAR.:"Los Caminos de medas de tante, que toma la dirección contraria a los pocos metros de
la ciudad ibérica de El Castellar de Meca (Ayora, Valencia)". atravesar la salida tras realizar su trazado una semicircunfe-
E.A.E., 162. Madrid, 1990. rencia perfecta. Dicho de otra forma, pensábamos que el tra-
zado de estos caminos se había realizado directamente desde En este libro, pues, ofrecemos el estudio de una parte
la puerta de la ciudad hasta el llano sin otras desviaciones. de los trazados de-los caminos para carros que discurren
Sin embargo, a partir del progresivo descubrimiento de por las laderas de Meca, dejando el resto para próximas
la Vía Principal y tras un meticuloso estudio de las curvas de publicaciones.
nivel del mapa fotogramétrico a escala 1:1.000, de la ins- Es posible que llame la atención del lector la gran can-
pección ocular exhaustiva de más de 300.000 m2intentando tidad de mediciones realizadas. En este sentido hemos sido
rastrear las más leves señales de carriladas conservadas conscientes de que debíamos recoger toda la información
sobre la base rocosa cuando ésta afloraba a superficie, nos posible sobre cada uno de los tramos, teniendo en cuenta que
fueron suministrando datos que, tras su comprobación, nos estos caminos posiblemente nunca volverán a ser descu-
ofrecieron la evidencia de una inesperada red de caminos biertos en su totalidad.
que enlazan con la Vía Principal, a la vez que dicha red se Por su importancia hemos querido separar de la descrip-
iba haciendo más extensa según se va descendiendo en ción general de los caminos, un hallazgo expepcional: Se
altura hacia los llanos circundantes al cerro. trata de la excavación de un departamento ibérico que fue
Es posible que aparte de los caminos que hemos conse- construido sobre uno de los caminos, obviamente ya aban-
guido descubrir, queden algunos otros por detectar, aunque donado. Al final del libro se incluye como Apéndice la des-
creemos que éstos, si existen, debieron ser menos utilizados, cripción y estudio de dicho departamento.
por lo que no llegaron a dejar señales suficientes que perdu- Para terminar no queremos dejar de expresar nuestro
raran hasta nuestros días mediante las cuales puedan ser agradecimiento una vez más a los organismos que han hecho
localizados. posible este trabajo de investigación: Ministerio de Cultura,
Tal y como suponíamos, en estos trazados empiezan a Consellería de Cultura de la Comunidad Valenciana y
aparecer datos que no se encontraban en las vías del interior Ayuntamiento de Ayora, así como a los propietarios de los
de la ciudad. Nos referimos a los empedrados. terrenos de las fincas por las que discurren las vías: D. Julián
En efecto, la composición rocosa de la cima del cerro y Esteban Ruiz, D. Emilio Torres Hernández y Da Amparo
la costumbre de los iberos de trazar los caminos sobre la roca Llyberós Rotglá; a la Sociedad Cooperativa Valenciana
siempre que fuera posible, hicieron innecesarios los empe- Montemayor, de Ayora, y a cuantos nos han ayudado con
drados dentro de la ciudad. Los caminos que discurren por las toda su ilusión en las tareas de campo, ya fueran peones o
laderas están también trazados sobre la base rocosa, pero hay técnicos.
momentos en los que ésta falla, dándose oquedades o zonas Agradecemos a nuestros compañeros, D. Luis Cabrera
erosionadas, por lo que hubieron de ser rellenadas o allanadas su ayuda en la confección de la documentación gráfica que
mediante la colocación de lajas de piedra de mediano, regular incluimos; a D. Miguel Angel Otero la realización de la tota-
o gran tamaño, ofreciendo un pavimento o empedrado de lidad de la documentación fotográfica, hecha muchas veces
gran resistencia al paso de carros y caballerías. con adversas circunstancias meteorológicas, pero que gra-
Igualmente creemos que las vías, según que discurran a cias a su experiencia y profesionalidad hizo que dicha docu-
cotas más bajas, irán aumentando sus tramos de empedrados. mentación fuera de la calidad que el lector podrá comprobar;
Estos nos irán proporcionando una información única hasta a D. José Manuel Lodeiro, topógrafo, el situar los caminos
el momento en torno a su estructura y composición con vistas en el mapa fotogramétrico, y a Da M" Antonia López, res-
a tener elementos de juicio suficientes que nos permitan dife- tauradora del ICRBC, la realización de la limpieza y restau-
renciar en otros lugares las vías realizadas en época ibérica de ración del ánfora ibérica de la figura 66, aparecida en el
las que se construyeron en época romana. tramo 2.080-2.100 m.
11. EXCAVACIONES
El tipo de trabajo de campo que hemos tenido que rea- o intuición, que falló muchas veces, debido a la radical dife-
lizar es sin duda uno de los más árduos y menos gratifi- rencia que la orografía actual de la zona presenta con res-
cantes, en un primer momento, de cuantas tareas conlleva la pecto a la que tuvo en época prerromana. Téngase en cuenta
investigación arqueológica de campo. Esto ha sido debido que, al estar situados estos caminos en la ladera norte del
en primer lugar a las ingentes cantidades de sedimentos a cerro, la erosión, los arrastres, la vegetación e incluso las
retirar, y, en segundo lugar, a la escasez de hallazgos, los transformaciones antropogénicas, habían cambiado la mor-
cuales, cuando se realizaban, consistían exclusivamente en fología del terreno de tal forma que cualquier planteamiento
pequeños fragmentos cerámicas desplazados juntamente lógico sobre el trazado de las vías estaba abocado normal-
con el resto de materiales térreos o pétreos. mente a no ser el correcto.
A esto hay que añadir que el descubrimiento de los Por ello, si las carriladas desaparecían en algún
caminos de acceso a la ciudad no fue fácil en ningún sentido momento por cualquier circunstancia, nos encontrábamos en
como consecuencia de los problemas que a cada paso se nos una situación en la que teníamos que hacer un trabajo con
iban presentando. Pero, sin duda, todos los esfuerzos han escasas garantías de éxito y consecuentemente con la expo-
quedado compensados tanto por los inesperados descubri- sición de realizar inutilmente un enorme esfuerzo.
mientos realizados, como por la aportación que hemos con- Este caso se nos presentó varias veces, obligándonos a
seguido realizar para conocer mejor una faceta tan poco excavar profundas catas con .resultados negativos tras un
estudiada de nuestra Cultura Ibérica y que esperamos com- gran esfuerzo físico y económico, ya que en esta ladera los
pletar en trabajos posteriores con nuevas aportaciones. sedimentos no eran de la potencia a la que estábamos acos-
En principio únicamente sabíamos con certeza que tumbrados a tener en la cima del cerro, en donde casi nunca
debió existir una vía que obviamente tenía que ser la conti- sobrepasaron el metro de altura. Por el contrario, la media de
nuación extramuros de la que discurría por el Camino la potencia de sedimentos que ahora se nos presentaba era de
Hondo. Pero no sabíamos siquiera si podríamos encontrar más de dos metros, cuando no nos encontrábamos con la
alguna señal de su trazado, ya que el cerro guardaba celosa- presencia de enormes bloques pétreos caídos, desgajados de
mente su recorrido, sin que la fotografía aérea ni la prospec- los cortados laterales de la cima, que incluso en un caso
ción visual directa nos proporcionara dato alguno sobre él. tuvimos que dinamitar (Lám. m).
Sólo, en un primer momento, pudimos detectar a más de Al desarrollarse el trazado en terrenos de ladera tení-
setecientos metros en línea recta de la puerta de entrada, dos amos que tener presente que, a pesar de la intencionalidad de
ligeras señales de carriladas que aparecían marcadas en la los iberos de no hacer curvas innecesarias, difícilmente
roca al lado O. del aljibe situado por debajo de la Fuente de aquel sería rectilíneo, sino que se iría acomodando relativa-
Meca y que se metían físicamente en él (Lám. 11). Estas mente a la desconocida topografía que existió en aquella
ligeras señales eran parte curiosamente, según compro- época (Lám IV). Por tanto, en el caso en que desaparecieran
bamos años más tarde, del trazado de la Vía Principal que las carriladas, a dos o tres metros de dicho punto era prácti-
sale de la ciudad por el citado Camino Hondo. camente imposible imaginar por dónde continuaría, ya que
Teniendo en cuenta esta falta de datos, el descubri- con una simple ligera curva en el trazado, éste podía tomar
miento del Camino Principal se inició y se continuó literal- una dirección completamente inesperada. Por todo ello, la
mente a ciegas. La única posibilidad de seguir su trazado era realización de profundas catas por delante del camino que se
no "perder" las señales de las rodadas dejadas por las llantas había "perdido", suponía el riesgo de trabajar inutilmente al
metálicas de las ruedas de los carros. Ahora, una vez dejado no coincidir con su trazado o, peor aún, no saber si la cata
atrás el Camino Hondo, no nos podían guiar en nuestra bús- estaba realizada sobre el camino pero sin que éste ofreciera
queda las paredes rocosas cortadas artificialmente que le constancia alguna de su existencia por haber desaparecido
delimitaban. Ni siquiera nos podíamos fiar de nuestra lógica toda señal de él.
De todas formas hemos de reconocer que, en términos Como decíamos, uno de los mayores problemas que se
generales, tuvimos suerte en poder seguir casi todo el reco- nos ha presentado ha sido la gran cantidad de sedimentos
rrido del Camino Principal durante una gran distancia (Fig. depositados sobre el camino. A modo de ejemplo vamos a
1). Sólo en la zona Noroeste de la Fuente de Meca fue impo- citar un solo caso por el que se podrá ver el esfuerzo reali-
sible detectar el trazado de varios tramos consecutivos, zado en una pequeña zona.
debido especialmente a las transformaciones sufridas en la
base rocosa durante época medieval. La realización de En el año 1983 se despejó de sedimentos la parte baja
varias catas por esta zona en concreto, dio siempre resul- del Camino Hondo que, ya por sí sólo, supuso un enorme
tados negativos, por lo que el camino hubo de ser rastreado trabajo, tanto por la potencia de aquéllos, que en ocasiones
en sentido inverso a partir de las señales citadas al Oeste del superaba los cuatro metros, como por la dificultad de extra-
aljibe, hasta que se volvieron a "perder" en dicha zona. erlos de su interior y depositarlos fuera.
en la zona baja del Camino Hondo, concretamente en el El siguiente camino que sale del principal -Camino B-,
tramo 880-900 m. Tonsistía en un muro de unos dos metros no lo encontramos hasta llegar al tramo 1.440-1.460 m., es
de altura, realizado con piedras careadas y sillares ibéricos decir, a unos 550 m. de distancia de la puerta de entrada. Fue
reutilizados algo deteriorados. Estaba situado en el lateral descubierto en la campaña de 1985 e intentado localizar su
izquierdo del camino, paralelo a su eje y rellenando el hueco trayectoria durante la campaña de 1991, pero al parecer fue
dejado por una ampliación realizada en época ibérica. La un camino de poco tráfico rodado y posiblemente abando-
base de este muro descansaba sin ningún tipo de cimentación nado siglos antes de la destrucción de la ciudad, por lo que
sobre el relleno de sedimentos depositados sobre la base del está poco señalado y bastante desmantelado. Por otra parte
camino con una potencia de metro y medio. Es decir, este discurre por una zona en la que la roca basa1 es relativa-
muro en concreto se constsuyó una vez que el camino estuvo mente blanda y muy poblada de vegetación de monte bajo,
cubierto por un metro y medio de potencia de sedimentos. motivos por los cuales apenas se ha podido documentar un
A unos cuatro metros más abajo de la puerta de entrada corto trayecto al faltar señales suficientes de su trazado. Al
existían dos pequeños hornos cerámicos juntos, uno de los igual que el anterior, tras realizar una curva de 180°, toma la
cuales se hallaba en parte sobre la vertical del camino. Su dirección contraria a la de la Vía Principal en esta parte, es
pmefirnlium y parte del laboratorio en concreto se habían decir, hacia el Noreste.
realizado excavando los sedimentos de antiguo depositados El Camino C fue descubierto simplementepor deducción,
sobre el camino. basada en la experiencia adquirida a lo largo de los años en los
trabajos de Meca. Tras ir sometiendo a un constante análisis la
.'
BRONCANO, S. Y ALFARO, Ma DEL MAR.: Op. cit. nota 3. Pág. 172. forma en la que habían sido trazados los caminos de acceso,
Lám. CLXV. dedujimos que de la Vía Principal obligatoriamente debería
Lám. R.-Zona de la puerta de la ciudad, antes de iniciar la excavación.
s a k uno que, pasando entre el Castellar de Meca y el cerrillo El Camino E inicia su recorrido unos 50 m. después de
situado a poniente, se dirigiera hacia el Sur. De todas formas pasado el aljibe situado sobre la Vía Principal. Al igual que
esta suposición, para nosotros lógica en principio, tenía la el Camino B, pudo ser un camino ya abandonado antes de la
contrapartida de que este hipotético camino no podía desem- destrucción de la ciudad o de poco tráfico rodado, dirigién-
bocar en una vía principal del llano por llevar la dirección dose hacia el E. Su trayectoria también es difícil de seguir,
hacia uno de los pequeños valles sin salida que se suceden a siendo su Única salida por el paso situado en el cortado
lo largo de la ladera Oeste del Mugrón. Por otra parte las con- rocoso que se halla a 125 m. al norte del tramo 1.180-1.200
tinuas prospecciones realizadas durante varias campañas por m. de la Vía Principal. Pero no hemos conseguido detectar
toda la ladera occidental y suroccidental del Castellar no señales inequívocas de ello.
dieron nunca resultados positivos. Sin embargo, se& íbamos Siguiendo el Camino Principal, a unos 200 m. del aljibe,
conociendo el sistema de la red de caminos, nos afim4bamos se inicia una zona muy compieja. En primer lugar aparece en
más en nuestra creencia. el tramo 2.040-2.060 m. una bifurcación de dos caminos que
En vista de los aludidos resuítados negativos obtenidos siguen la misma dirección: N-NE. El trazado de uno de eIlos
en las frecuentes prospecciones, decidimos realizar catas fue abandonado mucho antes de la destrucción de la ciudad,
comprobatorias en varias de las zonas por las que suponí- de acuerdo con los testimonios arqueológicos que tendremos
amos tenía que pasar este camino; pero tampoco tuvimos ocasión de ver.
6xito. Por fin, durante la campaña de 1991, tras insistir a lo A una veintena de metros del inicio de esta bifurcación,
largo de varios días en la prospección ocular de la zona, con- sale el Camino F, hacia el Norte, cambiando su dirección a
seguimos localizar una ligera señal, dudosa en principio, de los treinta metros de su recorrido hacia el N-NE.
carrilada a unos 400 m. en línea recta al Sur de la Fuente de A continuación de esta bifurcación, la Vía Principal se
Meca. La limpieza posterior de la zona mostró evidencias mete literalmente en una zona de silos medievales, cambiando
inequívocas de carriladas que seguían la trayectoria antes su dirección hacia el soroeste tras hacer una curva de 180".
indicada. Su trazado apenas se puede seguir por hallarse en De dicha curva sale el Camino G, muy mal conservado,
una zona muy erosionada y en su mayor parte situada sobre siguiendo en un principio la misma dirección que la de la
roca poco consistente. Vía Principal, para ir tomando después, lentamente, la direc-
Un caso similar al anterior ocurrió para llegar al descu- ción E.
brimiento del Camino D, cuya trayectoria fue también deter- Tras la curva citada que en esta zona hace la Vía
minada durante la campaña de 1991. Sale de la Vía Principal Principal, ésta atraviesa el trazado del Camino F, iniciándose
en la zona de la curva que hace al NO. de la Fuente de Meca5 en este mismo punto la salida del Camino H, que, tras la rea-
y se diige hacia occidente bordeando el cerriilo situado al lización de una espaciosa curva, toma la dirección noreste.
Oeste del Castellar. El descubrimiento de todos estos caminos secundarios,
salvo el CaminoA y la parte de la Vía Principal comprendida
La parte del camino comprendida entre las inmediaciones de la entre la puerta de entrada a la ciudad y el aljibe citado, se
Fuente de Meca y el Aljibe fue descubierta en la campaña de 1986. realizaron durante la campaña de 1991.
En total se han conseguido descubrir y documentar toda la red citada está en función de poner en comunicación
1.605 m. de caminos. No contamos los 690 m. de trayecto- cualquier área de las laderas y de la base del cerro con la
rias no determinadas físicamente intercaladas en sus reco- ciudad.
rridos. A parte de los datos que hemos ido exponiendo y de
De acuerdo con las longitudes de las trayectorias men- otros que se irán añadiendo en los capítulos que siguen, cre-
cionadas, así como con la red de vías que se fue formando, emos que una de las principales aportaciones que nos han
de manera que prácticamente no quedan libres de ellas deparado los trabajos que se documentan es el inicio de la
franjas de terreno superiores a 120 m. de ancho, no nos aparición de zonas de empedrado. Estos datos nos empiezan
puede extrañar ya los extraordinarios rebajes en altura que, a ilustrar sobre la hasta ahora desconocida forma que
debido al paso de los carruajes, veíamos en las bases de los tuvieron los iberos de pavimentar calzadas.
caminos del interior de la ciudad, ya que la mayoría o la tota- Esperamos impacientemente que en próximas campañas
lidad del tráfico que sufrió esta red de caminos tuvo que ser se puedan documentar con mayor detalle y extensión otras
la misma que el que se efectuó en la cima hasta su primera zonas con empedrados en los trazados situados a cotas más
bifurcación en el tramo 560-580 m. Téngase en cuenta que bajas.
Hemos querido que la metodología a emplear en la des- El único camino que atraviesa la puerta de entrada a la
cripción de los caminos incluídos en este volumen sea la ciudad, lógicamente será tenido como Vía Principal y, por eilo,
misma que la que empleamos en el anteriormente publi- mantendrá el orden de la numeración que se le asignó en la
cado. Esta decisión ha sido debida en primer lugar a que no publicación anterior. Los restantes caminos que van saliendo
hemos encontrado otro sistema de exposición que supere al de él, según vamos descendiendo, se les irá diferenciando, tal
que se empleó en claridad y en precisión para localizar cual- y como quedó expuesto en el capítulo anterior, con las letras
quier tramo o punto de los caminos. En segundo lugar guar- mayúsculas A, B, C, etc. Cada uno de sus respectivos reco-
damos con ello una completa uniformidad con la obra ante- rridos se empezará a contar desde el punto en el que sale de la
rior, haciendo de la que presentamos la continuación de Vía Principal -punto O m.-, y se continuará su descripción por
aquélla. tramos de veinte metros hasta donde se le pueda seguir.
De acuerdo con esto empezaremos la descripción a partir En cada una de las intersecciones de dos caminos, para
del punto 905 m. del Camino Principal, es decir, el último en saber cuál de los dos era la Vía Principal, nos hemos basado
que terminamos en el libro anterior la descripción de los en la dirección que llevaban y sobre todo en los testimonios
caminos de la ciudad, coincidiendo con la zona de la entrada. físicos de un mayor tráfico rodado relativo.
La descripción se seguirá realizando por tramos de Ya hemos advertido que no necesariamente los caminos
veinte metros, salvo el primero que, lógicamente, abarcará que se van a describir tienen que ser los únicos existentes, ya
desde el punto 905 m. al 920 m. que puede haber otros menos frecuentados que no se han
Todo lo concerniente a la forma de exposición y a la conseguido detectar o cuyos trazados han podido desaparecer
documentación que se inserta por tramo será similar a la que en parte.
empleamos en el tomo anteriormente publicado. Sus especi- Tampoco debe establecerse a priori que todos estos
ficaciones quedaron anotadas en la página 19. caminos sean coetáneos.Al igual que ocurría con las vías del
La única modificación que vamos a introducir es conse- interior de la ciudad, en las que era evidente la existencia de
cuencia de las nuevas circunstancias que se han presentado. trazados abandonados, suponemos que estos casos se dari'an
En la descripción de las vías interiores de la ciudad pusimos también en los caminos de acceso, aunque por la estructura
todos los caminos en relación con la Vía Principal que la basa1 de la roca, las destrucciones realizadas por la población
atraviesa de Oeste a Este, de forma que las bifurcaciones se medieval o la erosión, no se han podido determinar con la
describían por tramos que empezaban a contar a partir del misma precisión, salvo en un caso en el que se da la pre-
punto de intersección con aquélla, haciendo siempre refe- sencia de una construcción ibérica habitacional edificada
rencia numeral a dicho punto. sobre uno de los caminos. Este caso concreto, según veremos
Esta solución era la adecuada al tener en cuenta que las en el Apéndice, nos ofrecerá nuevos datos sobre la anti-
longitudes o recorridos de estas bifurcaciones estaban limi- güedad de las vías, de acuerdo con los materiales procedentes
tadas obviamente por los cortados rocosos que rodean la del citado departamento ibérico.
ciudad. Es decir, eran de recorridos limitados. Por el con- En cuanto al orden de descripción de los caminos, se rea-
trario, los caminos de acceso tienen recorridos ilimitados en lizará primeramente la de la Vía Principal hasta el punto al
principio, por lo que la solución que dimos para la numera- que hemos llegado por ahora. Una vez acabada, se seguirá con
ción de los tramos de los caminos de la ciudad no es la más la descripción del Camino A hasta donde se le ha seguido.
apropiada en este caso. Terminada ésta se continuará con el B, etc. De esta forma, al
Preveyendo, pues, las posibilidades futuras de excava- tener nombre concreto cada vía, la continuación del estudio
ción y estudio de cualquiera de los caminos que bajan por las de cada uno de sus respectivos trazados por separado, quedará
laderas hacia los llanos circundantes al cerro, hemos optado siempre abierto mediante la realización de futuros trabajos de
por el siguiente sistema de exposición: prospección y limpieza, independientemente de los restantes.
Hechas estas aclaraciones, realizamos a continuación la el que se han sacado aquéllas, sobre todo si tenemos en
descripción por tramos de lo hasta ahora descubierto de los cuenta que el camino está aquí en la zona más alta de su
caminos que acceden a la ciudad de Meca. recorrido.
A partir de este trecho, que mide una longitud aproxi-
mada de un cuarto de kilómetro, se empieza a apreciar un
vÍA PRINCIPAL cambio de dirección hacia el Suroeste mediante la realiza-
ción de una curva tan amplia que se hace imperceptible.
La Vía o Camino Principal inicia su recorrido en el El cambio de dirección referido es debido exclusiva-
punto 905 m., coincidiendo con la puerta de entrada a la mente a motivos orográficos, ya que el camino tiene que
ciudad. La cota que dicho punto tiene con respecto al nivel seguir inevitablemente la ladera del cerro, cuyo frente en
del mar queda situada en 1.008'25 m. esta zona se orienta al Noroeste.
El trazado de esta vía es a grandes rasgos, y sin entrar en La vía sigue después descendiendo lentamente hasta
detalles que ya se irán viendo con detenimiento en la des- llegar al tramo 1.480-1.500 m. en que cambia su dirección
cripción, el siguiente (Fig. 1 y Lám. V): hacia occidente, después de atravesar una área difícil por su
Desde que inicia su recorrido hasta llegar al tramo orografía, al coincidir con zonas de torrenteras naturales que
1.240-1.260 m., tiene una trayectoria sensiblemente rec- bajan de la cima.
tilínea, bajando siempre en dirección Noroeste.Tanto la Algo más adelante de la Fuente de Meca se pierde el tra-
lámina V como las láminas VI, VII, VIII, IX y X, cuyas zado del camino momentáneamente, coincidiendo con la
fotografías están sacadas desde la ciudad, nos ilustran formación de una curva de 180" que le hace dirigirse al Este,
sobre los metros iniciales de su recorrido, a partir de la hasta llegar al Aljibe. Según veremos en la descripción, la
zona de la puerta, y sobre el resto de su trazado hasta base del camino en esta zona ha sufrido graves desmantela-
pasado el apartadero que veremos en el tramo 1.200- mientos debido a la construcción de casas durante la Edad
1.220 m. Las impresionantes vistas que ofrecen estas Media. Hay que tener en cuenta que tanto la presencia del
fotografías no necesitan comentario alguno sobre la mag- manantial de la Fuente de Meca, como el ser una área con
nitud de la obra que supuso la construcción de esteca- relativa poca pendiente, fue la zona más idónea de la ladera
mino para que los carros pudieran acceder al lugar desde para asentarse la población medieval.
Su recorrido tiene una conservación buena en términos La extracción de piedra de dicha cantera tuvo sin duda
generales (Lám. XIII). alguna como objeto principal rebajar la parte delantera de la
De acuerdo con los testimonios que presenta la base entrada a la ciudad, de forma que las torres de la puerta llegaran
rocosa actual que se sitúa a ambos laterales del camino a tener indirectamente una mayor altura. También se puede
(Fig. 3), intuímos que para trazar éste se tuvo que realizar apreciar la forma escalonada del p e a de la cantera. Creemos
en la mayor parte de su recorrido un trabajo extraordinario que fue dejada así ex profeso para evitar el fácil acomodo de
en la extracción de piedra, que en algunos sitios llegó a máquinas de guerra o torres de asalto de un ejército enemigo.
superar los tres metros de potencia. También se hicieron extracciones menores en el lateral
Testimonio de ello es, además de la línea teórica de ladera derecho (Lám. XVI).
que fácilmente se puede reconstruir en la citada figura 3, La zona lateral derecha, a partir del punto 914'50 m., así
los restos de la cantera situada en el lateral izquierdo, que como el mismo lateral del siguiente tramo, en su totalidad,
alcanza una altura de unos 4'50 m. sobre la base del camino son completamente llanos. Sin duda toda esta zona fue apla-
(Lám. m. nada para dejar un espacio en el que tanto personas como ani-
Lám. XV1.-Detalle. Cantera. Lám. XViII-Detalle. Vista desde abajo e inicio del Camino A
TRAMO 920-940 m.
En su primera mitad la conservación de este tramo es En la segunda mitad la textura de la roca cambia, hacién-
sólamente regular como consecuencia de la formación de dose más resistente. Por este motivo las rodadas se conservan
escalones no muy altos en la base rocosa del camino, ori- perfectamente, aunque son poco profundas (Lám. XXI).
ginados por la puntual descomposición de la roca basal La escasa señal dejada por las carriladas fue debido a
(Lám. XX). tres factores: la citada dureza de la roca en esta zona, la hori-
zontalidad que el tramo tiene en la segunda mitad de su reco-
rrido y especialmente el hecho de coincidir esta parte con un
amplio apartadero, motivo por el cual la circulación no se
ajustaba siempre a una única trayectoria.
Los sedimentos que cubrían el camino en esta zona lle-
gaban a una potencia de 2'50 m. en el lateral izquierdo y
aproximadamente a unos dos metros en la vertical de la
rodada derecha.
Aunque dicha potencia no era muy elevada en compara-
ción con la de otros tramos del camino, sin embargo, el
ancho de la zona a limpiar de sedimentos era mucho mayor
que el habitual, por lo que el descubrimiento de este tramo
fue uno de los más costosos en trabajo.
En algunos puntos del lateral rocoso izquierdo que le
delimita, a una altura de alrededor de los 0'80 m., se
observan huellas de su primitiva base (Fig. 4).
En el punto 935'30 m. empieza un apartadero en el
lateral izquierdo, para lo que se tuvo que cortar el lateral
rocoso dejando un espacio de una anchura de unos 2'50 m.
a partir de la rodada izquierda. La roca lateral que delimita
el apartadero levanta unos dos metros sobre su base, estando
cortada verticalmente.
Las huellas de las carriladas de este apartadero son poco
visibles en este tramo. En el siguiente, según veremos, se
aprecian con toda claridad.
A la altura del punto 920 m. se inicia el muro medieval
paralelo al que veíamos en el tramo anterior. Al igual que
aquel es de 0'60 m. de ancho y corta al camino casi perpen-
dicularmente. Su base se sitúa a una altura de 1'50 m. sobre
la base del camino.
Casi al lado de este muro, separado de él apenas un
cuarto de metro, corre otro muro paralelo perteneciente a una
segunda habitación medieval. Concretamente se inicia en el
Lám. m.-Detalle. Muros medievales. punto 921'30 m., situándose su base a una altura de 1'15 m.
Lám. XX.-Vista general de1 Tramo 920-940 m.
sobre la base del camino. Aquella va en descenso desde su ciudad como la puerta propiamente dicha. Su base se
inicio en la zona izquierda del camino hasta su terminación levantaa unos ocho metros sobre la base del apartadero que
en la zona derecha (Fig. 4). Su opuesto se ubica en el punto prácticamente se sitúa verticalmente a sus pies. Por estos
924'90 m. y a una altura de un metro sobre la base del motivos la efectividad defensiva que debió tener esta torre
camino. Tanto uno como otro son de las mismas caracterís- fue sin duda extraordinaria, completando la defensa frontal
ticas que los que veíamos en el tramo anterior, habiéndose que se realizaba desde las torres situadas una a cada lado de
incluido en su construcción algunos sillares ibéricos de la puerta de la ciudad. Su planta es cuadrada, estando cons-
regular tamaño, especialmente en las esquinas (Lám. XMII). truida con grandes sillares perfectamente escuadrados de
El único muro conservado que une a estos dos perpen- los que en un lateral se conservan tres hiladas superpuestas
dicularmente se sitúa a 3'60 m. de la carrilada izquierda, (Lám. XXII). Más detalles sobre esta torre fueron publi-
junto al cortado rocoso. Conserva hasta cinco hiladas de pie- cados en nuestro anterior libro al hablar sobre las fortifica-
dras (Lám. m). Las dimensiones de este departamento son ciones realizadas por los iberos para proteger la puerta de
prácticamente iguales a las del que veíamos en el anterior entrada a la ciudad.
tramo. En la habitación que ahora nos ocupa se aprovechó en La totalidad del lateral derecho de este tramo estuvo ya
parte como pavimento o piso la terraza realizada en época allanado en época ibérica, con una anchura que sobrepasaba
ibérica sobre la zona rocosa del lateral izquierdo del camino los cinco metros. Esta plataforma fue construída a base de
(Lám. XM). rebajar la roca que primitivamente configuraba la ladera con
Aproximadamente entre los puntos 931 m. y 936 m. y objeto de disponer de un amplio espacio que fuera suficiente
sobre el cortado rocoso izquierdo que domina el camino ya tanto para servir de aparcamiento para los carros como para
en la cima del cerro, se construyó una torre con el fin de que éstos tuvieran el necesario espacio para realizar manio-
proteger desde este punto tanto la zona de la entrada a la bras. Según se observa en la lámina XXI, en esta plataforma
La conservación de este tramo es bastante buena en tér- El ancho máximo de los carriles se sitúa en los puntos
minos generales (Lám. X X I V ) . Su excavación supuso la 950'60 m. y 959'60 m., con 0'32 m. y 0'42 m. para el
retirada de abundantes sedimentos cuya mayor potencia se derecho e izquierdo, respectivamente. El ancho mínimo del
situaba en los ocho primeros metros del lateral izquierdo, carril derecho es de 0'17 m. en el punto 947'20 m. y de 0'16
coincidiendo con la terminación del apartadero que ya m. el del izquierdo en el punto 947'40 m.
comentamos en la descripción del tramo anterior. En esta La profundidad máxima de las rodadas con relación a
zona los sedimentos alcanzaban una altura de unos 1'30 m. los laterales rocosos es de 0'30 m. para la derecha en el
El citado apartadero (Lám. XXV) termina en el punto punto 947'20 m. y de 1'63 m. para la izquierda en el punto
947'50 m. en donde se pueden apreciar perfectamente las 959'90 m. La profundidad mínima es de 0'00 m. en el punto
carriladas de éste (Fig. 5) y las del Camino Principal, con- 957'60 m. para la rodada derecha y de 0' 10 m. en el punto
fluyendo. Coincidiendo con este apartadero, el lateral 945 m. para la izquierda.
izquierdo en el que queda ubicado, fue allanado hasta llegar Con relación al realce central del camino, éste adquiere
al punto 946'30 m, A partir de aquí el lateral rocoso de este una altura máxima sobre la base de la carrilada derecha de
lado empieza a ajustarse al trazado del camino, alzándose 0'24 m. en el punto 954'30 m. y de 0'40 m. sobre la
paulatinamente hasta llegar al final del tramo en donde llega izquierda en el punto 954'70 m. Las mínimas sonde 0'00 m.
a alcanzar una altura de 1'63 m. y 0'08 m. en los puntos 956'90 m. y 944'40 m. para las
En este mismo lateral, a partir del punto 955'60 m. y rodadas derecha e izquierda, respectivamente.
hasta el final del tramo, se observan las señales marcadas de Si bien durante los siete primeros metros de este tramo
las primitivas y sucesivas cotas por las que discurrió la base el recorrido es llano, al igual que ocurría con los últimos del
del camino. Estas se sitúan a más de 0'60 m. por encima de tramo anterior, por coincidir con la plataforma del aparta-
la base de la carrilada izquierda. Aparte del característico dero, a partir de este punto la pendiente del camino empieza
desgaste de la roca por el roce de las llantas metálicas, se ob- a ser acusada, siguiendo la tónica general de su trazado en
serva también en ocasiones restos de los rellanos horizontales esta ladera. Por ello la diferencia de cotas que tienen los
realizados a pico por donde fue trazada su base en un primer puntos extremos del tramo casi coincide con la que existe
momento (Fig. 6). Tanto en este tramo como en los si- entre el punto 946'30 m. y el punto 960 m.
guientes, y hasta llegar a las inmediaciones de la Fuente de En concreto dicha diferencia es de -2'13 m., lo que
Meca, desaparecen las señales de restos de estructuras medie- supone una pendiente del -10'65%.
vales como las que observábamos en los tramos anteriores.
El lateral derecho es llano hasta el punto 947'50 m., es
decir, donde termina el apartadero. A partir de aquí y hasta
el final del tramo todo él está muy desmantelado por la ero-
sión, habiendo suGido pérdida de bloques. Por este motivo,
a veces su parte superior está situada a una cota más baja que
la que tiene el realce central del camino (Fig. 6).
O 'm
Lám. XXVIíí.-Vista general del Tramo 980-1 .O00 m. Lám. =.-Vista general del Tramo 1.000-1.020m.
TRAMO 1.020-1.O40 m.
La excavación de este tramo tuvo grandes dificultades XXXI), ha quedado como testigo de estos derrumbes, si-
debido no sólo a la potencia de los sedimentos, que alcan- tuándose entre los puntos 1.030 m. y 1.033'80 m.
zaba más de tres metros, sino a la presencia de grandes blo- Antes de la excavación del tramo, sólo sobresalía del
ques pétreos que, procedentes de los cortados rocosos adya- terreno su parte superior, estando el resto enterrado entre los
centes que delimitan la meseta superior del cerro, se habían sedimentos térreos. Por la posición y situación en que ha
instalado en la vertical de su trazado. quedado podemos saber que el camino estaba ya abando-
Uno de estos bloques, de enormes dimensiones (Lám. nado desde hacía largo tiempo.
Descripción de materiales
Las carriladas de este tramo están muy bien marcadas en Corresponde al final del apartadero que veíamos en el tramo
general. Sólamente seis. metros de la carrilada izquierda, anterior.
desde el punto 1.042 m. al 1.048 m., no se aprecian apenas. En el lateral rocoso izquierdo, desde el punto 1.O43 m.
El camino está bien delimitado por los laterales rocosos hasta el 1.047 m. existe una señal de carrilada de época ante-
(Fig. 12), aunque éstos están constituidos por roca delez- rior, que se sitúa a una altura de 0'36 m. sobre la base del
nable. La parte más próxima al camino del lateral izquierdo camino. Esta carrilada forma una pequeña plataforma de
alcanza una altura máxima visible de 0'80 m. unos 0' 15 m. en su parte más ancha, para ir desapareciendo
A la altura del punto 1.058 m., la base del espolón del lentamente hasta llegar a los citados puntos.
cerro que en esta parte sale hacia el Norte (Fig. l), se sitúa La mayor potencia de sedimentos que ocultaban el
sólamente a dos metros del lateral izquierdo del camino. La camino se situaba en el inicio del tramo, en donde aquellos
altura, prácticamente en vertical, que hay desde este punto alcanzaron los dos metros y cuarto. Luego la potencia iba
del camino hasta la meseta superior del cerro, sobre la que descendiendo hasta el final del tramo, donde alcanzó una
se sitúa la ciudad, es nada menos que de unos cuarenta y altura de un metro.
cinco metros. Aun cuando en este tramo no existían las enormes rocas
El motivo de que el camino se trazara tan ajustado al desprendidas que vimos en el anterior, tampoco en los pri-
espolón, con el consiguiente trabajo de rebajar su base rocosa, meros metros del recorrido faltaban piedras de regular
no es otro que el de conseguir que tuviera un trazado lo más tamaño intercaladas entre los sedimentos.
rectilíneo posible en esta parte de su recorrido (Lám. MCXII). Los anchos máximos de las carriladas son de 0'33 m. y
En el primer metro del tramo se aprecian señales de una 0'42 m. en los puntos 1.052'40 m. y 1.059'90 m. para la
carrilada en el centro del carnino casi paralela a las otras dos. derecha e izquierda, respectivamente. El ancho mínimo del
carril derecho es de 0'13 m. en el punto 1041 m. y el del
Lám. m . - V i s t a general del Tramo 1.040-1.%O m. Lám. m . - V i s t a general del Tramo 1.060-1.080 m.
TRAMO 1.080-1.100 m.
El tramo está bien conservado, con rodadas muy mar- Las alturas máximas que tiene el realce central con rela-
cadas (Lám. XXXVI), salvo desde el punto 1.095'30 m. al ción a la base de las rodadas son de 0'36 m. y 0'41 m. en los
1098 m., en donde tanto las carriladas como el lateral derecho puntos 1.089'70 m. y 1.095 m., para la derecha e izquierda,
casi han desaparecido. En el punto 1.O95 m. el realce central respectivamente. Las m'nimas son de 0'02 m. para la de-
hace un fuerte escalón de 0'54 m. de altura. Durante los ocho recha en 1.095'50 m. y de 0'05 m. para la izquierda en
metros primeros hay dobles carriladas (Lám. XXXV), espe- 1.098'80 m.
cialmente señaladas en la derecha; después se van estrechando La diferencia de cotas entre los extremos del tramo es de
-3'11 m., lo que supone una pendiente del -15'55%.
-y profundizando (Fin. 14), hasta llenar al escalón citado.
A
Lánl. XXXVI.-
Vista general del Tramo
Fig. 14.4ección en el Punto 1.089'85 m. 1.080-1.100 m.
TRAMO 1.100-1.120 m.
Sólamente la mitad del recorido de este tramo tiene las
carriladas perfectamente marcadas y conservadas (Fig. 15).
Tanto los cinco primeros metros del tramo (Lám. XXXVII),
como los cinco últimos, tienen una conservación regular o
mala debido a la acción de los agentes erosivos sobre una
roca que, en esta zona, no es muy dura.
Esta debilidad de la roca ha hecho que en algunos
puntos se observen escalones en el realce central del camino,
como el que muestra la lámina XXXVIII. También en los
puntos 1.113'70 m. y 1.115 m. se puede ver el mismo tipo de
escalones, los cuales vienen a coincidir con zonas blandas de
la roca basal.
Prácticamente, en todo el recorrido del tramo, éste está
perfectamente delimitado por los laterales rocosos aunque el
derecho, como venimos observando desde el primer tramo Fig. 15.-Sección en el Punto 1.111'20 m.
descrito de este camino, no es muy elevado. Aquí, en con-
creto, alcanza una altura media de 0'40 m. sobre el fondo de El realce central del camino alcanza unas alturas
su respectiva rodada. máximas sobre las bases de las rodadas de 0'38 m. y de 0'45
Igualmente, el lateral izquierdo, que es el que se ha m. para la derecha e izquierda, respectivamente, en los
tenido que rebajar exprofeso para dar anchura al camino y puntos 1.113'40 m. y 1.113'20 m. Las alturas mínimas son
hacer su base horizontal, alcanza, como es habitual, mayor nulas para ambas carriladas en torno al punto 1.117 m.
elevación. En este tramo llega a tener una media de 1'60 m. En este tramo, al igual que ocurría en el anterior, la dife-
de altura. rencia de cotas existente entre los puntos extremos es exa-
La fotografía de la lámina X X X W I nos muestra una gerada. Aquí en concreto es incluso mayor, alcanzando un
vista del camino desde abajo. En ella se aprecia la trayec- desnivel de -3' 19 m.
toria rectilínea que intenta seguir esta vía, para lo que no se La inclinación, pues, de estos tramos es extraordinaria,
ha tenido otra opción que ceñirse al máximo a la base del llegando en este caso casi al -16% de pendiente, concreta-
espolón que sobresale-en esta zona, a costa de realizar mente el -15'95%.
grandes extracciones de la roca basa1 del esquinazo del
citado espolón.
Tanto en este tramo como en los anteriores sigue sin
aparecer ningún tipo de dato que indique la presencia
medieval que veíamos en los dos primeros tramos. Este
hecho es lógico si tenemos en cuenta que en toda esta zona
la inclinación natural de la ladera es bastante fuerte, y en
época medieval no se acostumbraba normalmente a hacer
grandes rebajes o cortes regulares importantes en la roca
para hacer explanadas donde construir edificios como era
habitual entre los iberos. Por ello las construcciones medie-
vales sólo se observan en lugares con menos pendiente o en
zonas que ya fueron aplanadas en época ibérica.
Los sedimentos acumulados sobre el camino son tierras
y rocas de arrastre que llegan a alcanzar la potencia media
que se señala en la figura 15, es decir, alrededor de 1'40 m.
sobre la zona central del camino.
Obviamente la potencia aumenta considerablemente
según nos vamos aproximando al lateral izquierdo, en el Vista general
cual llega hasta los dos metros. del Tramo
Las carriladas tienen unos anchos máximos de 0'30 m. 1.100-1.120m.
y 0'29 m. en los puntos 1.106'30 m. y 1.109'60 m., para la
derecha e izquierda, respectivamente. La anchura mínima
del carril derecho es de 0' 13 m. en el punto 1.110'80 m. La
del carril izquierdo es de 0'15 m. en el punto 1.109'90 m.
La profundidad máxima que alcanzan las rodadas con
relación a sus respectivos laterales rocosos son de 0'52 m.,
para la derecha en el punto 1.110 m., y de dos metros en el
punto 1.102'20 m. para la izquierda. La profundidad mínima
de la base de la carrilada derecha es de sólamente 0'08 m. en 4 Lám. XXXVIII.-
el punto 1.117'90 m. La de la izquierda, por el contrario, Detaiie. Vista del
tiene un mínimo de 1'35 m. en el punto 1.119 m. camino desde abajo.
TRAMO 1.120-1.140 m.
El presente tramo ha conseguido mantener una conser- 1.130'40 m. La m'nima del carril derecho es de sólo 0'10 m.
vación muy buena (Lám. XXXM). Según se observa en en el punto 1.120'90 m., mientras que la del izquierdo
dicha lámina la trayectoria que se ha conseguido trazar en él alcanza 1'20 m. en el punto 1.135'90 m.
es bastante rectilínea, a costa del desmantelamiento del Las alturas a las que llega el realce central del camino
lateral rocoso izquerdo y a pesar de que existía algo de con respecto a las bases de las carriladas son las siguientes:
espacio en el lado derecho. La máxima del carril derecho es de 0'37 m. en el punto
Las carriladas de ambos lados están muy marcadas en 1.135'50 m., muy parecida a la del izquierdo, que es de
general. Sólamente en los dos primeros metros del recorrido 0'35m, en el punto 1.134'80 m. La altura mínima sobre la
del tramo aparecen con menor profundidad que las que base de la rodada derecha es de 0'06 m. en el punto 1.121' 10
muestra la figura 16, que es lo habitual. m., mientras que la de la izquierda es de 0'07 m. en el punto
En el punto 1.135'50 m. existe uno de los escalones que 1.120'60 m. Es decir, ambos mínimos se sitúan dentro de los
venimos observando en otros tramos, realizados en el realce dos primeros metros del recorrido (Lám. XXXIX), como ya
central del camino, motivados por la descomposición de la anotamos al principio de la descripción del tramo.
roca basal. En el punto citado la altura de su desnivel es de Sin llegar al excesivo desnivel que observábamos entre
unos 0'30 m. los puntos extremos de los dos tramos anteriores, en el pre-
A pesar de que el lateral rocoso derecho levanta apenas sente también se hace alto. Concretamenteaquél alcanza una
unos centímetros desde el punto 1.120 m. al 1.121'90 m. y diferencia de cotas de -2'62 m., lo que supone una pendiente
desde el punto 1.136 m. al 1.138'60 m., tanto el resto de este menor que se sitúa en el -13' 10%.
lateral como la totalidad del izquierdo, se elevan lo sufi-
ciente como para marcar con precisión la trayectoria del
camino en este tramo. El izquierdo en concreto llega a ele-
varse a una altura que alcanza los 1'80 m. de media.
Los sedimentos que cubrían esta parte del camino no
eran excesivos si los comparamos con la potencia a que lle-
gaban en otros tramos. En el presente varían en torno a 1'25
m. sobre el centro del camino, es decir, alrededor de lo que
nos muestra la figura 16, cuya sección corresponde al punto
1.126'73 m.
El ancho máximo de la carrilada derecha se sitúa en el
punto 1137'90 m., con 0'32 m. El de la izquierda es de 0'36
m. en el punto 1.135'10 m. Los anchos mínimos son de 0'17
m. y de 0'12 m. en los puntos 1.126'90 m. y 1.131'40 m.
para la derecha e izquierda, respectivamente.
Con relación a la profundidad que tienen las rodadas
con respecto a los laterales rocosos que delimitan el camino,
adquieren unos máximos de 0'90 m. para la derecha en el
punto 1.129'70 m. y de 2'40 m. para la izquierda en el punto Fig. 16.Secci6n en el Punto 1.126'73m.
Lám. XXXM.-Vista general del Tramo 1.120-1.140m.
TRAMO 1.140-1.160 m.
El camino y las rodadas se conservan bien sólo en los Con relación al realce central, la altura máxima que tiene
8 m. finales y en los 1'40 m. del inicio. En este último punto sobre el carril derecho es de 0'28 m. en el punto 1.140'90 m.
(1.141'40 m.) se realiza un fuerte escalón, debido a la ero- y 0'42 m. en el punto 1.159'40 m. sobre el izquierdo. Los
sión, de unos 0'75 m. de altura. A partir de aquí y hasta el m'nimos son nulos para ambos en el punto 1.14530 m.
punto 1,150m. desaparecen el realce central y las rodadas. La diferencia de cotas que existe entre los extremos es
El lateral derecho está desmantelado, mientras que el de -2'37 m., lo que supone una pendiente del -11'85%.
izquierdo sigue siendo de gran altura (Lám. XLQ. En éste,
durante los primeros metros, se aprecian señales de rodadas
a 0'70 m. de altura sobre la base del carril (Lám. XL). Desde
el punto 1.152'50 m. hasta el final del tramo la rodada
derecha se hace doble Pig. 17).
Los anchos máximos de las rodadas son de 0'37 m. en el
punto 1.141'40 m. para la derecha y 0'46 m. en el 1.140'30 m.
para la izquierda. Los mínimos son de 0' 16 m. y 0'19 a en los
puntos 1.154'30 m. y 1.140'30 m. para la derecha e izquierda.
Las profundidades de las rodadas con relación a lbs late- b
rales son las siguientes: Las máximas son de 0'38 m. y 2'70
m. en los puntos 1.141'40 m. y 1.159'30 m., para la derecha
e izquierda, respectivamente. La mínima del carril derecho
es nula en el punto 1.158'50 m., alcanzando la izquierda
1'72 m. en el punto 1.155'90 m.
-
en el Punto
Fig. 18.Secci6n
en el Punto
1.173'95m. 1 M.XLI.-Vista general del Tramo 1.140-1.160 m.
TRAMO 1.160-1.180m.
La trayectoria del camino en este tramo está bien con- En el primero de los puntos citados, el lateral rocoso derecha
servada (Lám. XLIV), salvo en los últimos siete metros, en aparece cortado perpendicularmente al camino para la
los que la base está muy degradada por la erosión, debido a extracción de bloques de roca.
la poca consistencia que la roca tiene en esta zona. A lo largo de los primeros dos metros y medio del lateral
Desde el punto 1.182'20 m. hasta el 1.186'50 m. la rocoso izquierdo, se aprecia un amplio escalón, a modo de
carrilada derecha desaparece como consecuencia de des- banco, con señales de rodadas en su base (Lám. XLIV y fig.
mantelamientos realizados en época medieval a partir del 19). Tiene un ancho que oscila alrededor de los 0'45 m. y
realce central del camino hacia la zona derecha de la ladera. levanta 0'42 m. sobre la base de la cardada izquierda. Otros
"escalones", de menor anchura y situados a diferentes
niveles, se suceden en el perfil del lateral izquerdo, desde el
último punto citado hasta el 1.188'40 m.
En el punto 1.193 m. se inicia la zona deteriorada hasta
la terminación del tramo. En dicho punto se ha formado un
escalón en el realce central del camino de unos 0'40 m. de
altura.
Los anchos máximos de las carriladas son de 0'24 m. y
0'25 m. en los puntos 1.192'10 m. y 1.182'30 m. para la
derecha e izquierda, respectivamente. Los mínimos son:
0' 15 m. en el punto 1.181'70 m. del carril derecho y 0' 12 m.
en el punto 1.198'30 m. del izquierdo.
Las profundidades que alcanzan las rodadas con rela-
ción a los laterales rocosos son las siguientes: La máxima
del lateral derecho es de 0'34 m. en el punto 1.181'80 m., y
la máxima del izquierdo es de 2' 10 m. en el punto 1.181'50
m. Las mínimas se sitúan en los puntos 1.187 m. y 1.199'80
m., con 0'00 m. y 0'50 m. para las carriladas derecha e
izquierda, respectivamente.
La altura máxima del realce central del camino con res-
pecto a las bases de las rodadas es de 0'33 m. en el punto
1.184 m. para la derecha y de 0'36 m. en el punto 1.185'50
m. para la izquierda. Las mínimas son nulas en el punto
1.196'70 m. de ambas carriladas.
La diferencia de cotas que existe entre los puntos
extremos del tramo es de -2'81 m., con lo que la pendiente,
aunque no se hace tan fuerte como la que veíamos en el
tramo anterior, sigue siendo importante, alcanzando concre-
Fig. 19.-Sección en el Punto 1.181'85 m. tamente el -14'05%.
Lám. XLIV.-Vista general del Tiamo 1.1 80-1.200 in
TRAMO 1.200- 1.220 m.
Fig. 21.Sección en el Punto 1.216'85 m. Lárn. XLVL-Detalle. Vista desde abajo. Apartadero
TRAMO 1.220-1.240 m.
Tiene una conservación buena en todo su recorrido El realce central del camino alcanza una altura máxima
(Lám. XLVII). sobre las bases de las carriladas de 0'16 m. en el punto
El apartadero citado en el tramo anterior se inicia en el 1238'30 m. de la derecha y de 0' 14 m. en el 1.237 m. de la
punto 1.230 m. Sus carriladas se marcan perfectamente (Fig. izquierda. La m1'nima se hace nula en el punto 1.235'30 m.
22), coincidiendo la izquierda con la derecha del camino de la derecha y de sólo 0'03 m. en el punto 1.229 m. de la
(Lám. XLVIIi). izquierda.
El lateral rocoso derecho no existe en los trece metros La diferencia de cotas que existe entre los extremos del
primeros del tramo (Fig. 22), alcanzando sólo de 0'15 m. a tramo es de -1'00 m., lo que supone una pendiente del -5%,
0'20 m. de altura en el resto. aunque casi toda ella corresponde a la segunda mitad del
El lateral izquierdo ha desaparecido en todo su reco- recorrido, por ser la primera prácticamente horizontal según
rrido, conservando en ocasiones sólamente el talud erosio- hemos visto.
nado de la ladera.
El descubrimiento de este tramo y del anterior, supuso
un mayor movimiento de tierras de lo habitual debido tanto
a la potencia que tenían los sedimentos como a la anchura de
la obra conjunta del camino y apartadero.
En este tramo en concreto la potencia de los sedimentos
llegó a alcanzar los tres metros de altura sobre el carril
izquierdo, en tomo al punto 1.222'70 m. En el resto del reco-
rrido dicha potencia oscilaba alrededor del metro y medio.
Las carriladas alcanzan unos anchos máximos de 0'50
m. y 0'58 m. en los puntos 1.232'90 m. y 1.227'50 m. de la
derecha e izquierda, respectivamente.El ancho mínimo de la
rodada derecha es de 0'36 m. en el punto 1239'90 m. y de
0'30 m. en el punto 1.223'50 m. de la izquierda.
La profundidad de las carriladas conielación a los late- I+ám.=m.-Vista general del Tramo 1.220-1.240m.
Lám. XLIX.-Detalle. Primitivos niveles del camino. Lám. L.-Vista general del Tramo 1.240-1.260m.
TRAMO 1.260-1.280 m.
Fig. 24.-Sección en el Punto 1.264'20 m. Lám. LIi-Detaiie. Primitivos niveles del camino.
TRAMO 1280-1300
L,
tu-.
, -;.- 2,:.
! . .$;.33.,
&:Ab.
.A
T-.".".
&!i
La trayectoria de este tramo sigue realizando la ligerí- el empedrado si pensamos en el tipo de tráfico que tenía que
sima pero constante curva a la izquierda que venimos obser- soportar y, en otro orden de cosas, en la pendiente de este
vando en los anteriores, consiguiéndose que ya a partir de tramo en concreto, que sobrepasa el 16%.
este tramo se haga completamente visible el cerrillo que se
levanta al Oeste de Meca (Lám. LVI).
Los laterales rocosos son altos. El derecho levanta alre-
dedor de un metro hasta el punto 1.331'70 m. Desde aquí
hasta el final, disminuye esta altura posiblemente por
motivos de erosión.
El lateral rocoso izquierdo es de gran altura (Lám. LV).
En concreto se eleva entre 2'20 m. y 3'40 m. sobre la base
del camino. En la parte superior de todo este lateral se
aprecia un rebaje corrido en el esquinazo de unos 0'30 m. de
alto por 0'60 m. de ancho (Figs. 29 y 30). Como ya quedó
apuntado al tratar del tramo 1.260-1.280 m., es muy pro-
bable que este rebaje fuera realizado para servir de asiento a
la base de un fuerte muro de piedra en talud que preservara
al camino de caídas accidentales de rocas o de posibles
derrumbes de la parte superior de la ladera y de la cima.
El presente tramo tiene la particularidad de que prácti-
camente la totalidad de su base se encuentra cubierta por un
empedrado, realizado con piedras calizas muy duras, apla-
nadas en sus caras superiores.
Mirando la fotografía de la vista general del tramo
(Lám. LVI), observamos que esta parte no corresponde a una
zona deprimida o erosinada de la ladera del cerro. Por otra
parte, los cortes de los laterales del camino nos indican que
el trazado se hizo rebajando roca dura. Es evidente, pues,
que el motivo de que se colocara un pavimento de piedras
fue exclusivamente debido a un fallo puntual de la dureza de
la roca que hacía de pavimento del camino.
Casi todas las piedras que lo forman son de regular o
mediano tamaño, con las dimensiones que se pueden observar
en la figura 28, es decir, entre los 0'40 m. y los 0'90 m.
La disposición que tiene su colocación confiere una
gran resistencia a la posibilidad de ser removidas de sus
sitios, condición ésta necesaria para que pudiera permanecer Lám. LV.-Detalle. Vista del camino y lateral izquierdo.
Lám. LW.-Vista general del Tramo 1.320-1.340 m.
Unicamente en el inicio del empedrado, que coincide
con el punto 1.320 m., y en el final, situado en el punto
1.335'60 m., son lógicamente más fáciles de remover. Por
esta razón no podemos descartar que se haya producido la
pérdida de algún elemento en dichos lugares.
Las piedras, pues, aunque irregulares, se ajustan perfec-
tamente unas con otras, dejando los menores espacios posi-
bles entre ellas y evitando la existencia de salientes o
esquinas sobre las que se pudiera ejercer una presión puntual &
que posibilitara su extracción.
Por otra parte observamos que el tamaño de las piedras
es el más idóneo: ni muy grandes, lo cual motivaría pérdida
de agarre de las llantas de los carros y de las pezuñas de los
animales al pavimento dada la dureza citada de aquellas y la
escasez de ranuras; ni muy pequeñas, lo cual podría acarrear
la disgregación del empedrado.
Observamos que existió la intencionalidad de colocar
las lajas o piedras más grandes en las zonas por las que
tenían que pasar las ruedas de los carros. Esto se aprecia bien
en el recorrido del carril derecho (Láms. LVII, y LVIIi a
LXIII), que por otra parte es donde mejor se observan las
carriladas. En el izquierdo se aprecia peor.
La profundidad máxima a la que se encuentran las
rodadas con relación a las partes altas de los laterales
rocosos es de 1'25 m. para la derecha en el punto 1.327'20
m. y de 3'40 m. para la izquierda en el punto 1.335 m. Las
I
1
mínimas son de 0'30 m. y 2'20 m. para la derecha e
izquierda en los puntos 1.335'40 m. y 1.320'40 m., respec-
tivamente.
La diferencia de cotas que existe entre los extremos de
este tramo es exageradamente alta. En concreto se eleva a -
3'25 m., 10 que le proporciona una pendiente del -16'25%. Lám. LVI1.-Detalle. Vista del camino desde abajo.
Lám. Lm.-Detalle. Empedrado.
Su conservación es regular, apreciándose las carriladas Las alturas máximas del realce central sobre las carri-
sólo en los 4'50 m. primeros y en los cinco últimos metros ladas son de 0'07 m. y 0'12 m. en 1.343'90 m. y 1.343'80 m.
(Láms. LXV y LXIV). (Fig. 31). Las mínimas son nulas en tomo al punto 1352 m.
Los anchos máximos de los carriles son de 0'35 m. y El desnivel de los puntos extremos del tramo llega a-
0'32 m. en los puntos 1.359'80 m. y 1.358'90 m. Los 2'61 m., originando una pendiente del -13'05%.
mínimos son de 0'12 m. y 0'08 m. en los puntos 1354 m. y
1350'80 m., para el derecho e izquierdo, respectivamente.
Las profundidades de las rodadas con relación a los late-
rales, llegan a unos máximos de 1'20 m. y 4 m. en los puntos
1.351'20 m. y 1.348'20 m., y a unos mínimos de 0'70 m. y
1'50 m. en 1.359'90 m. y 1.359'70 m. para la derecha e
izquierda.
Lám. LXV-Vista general del Tramo 1.340-1.360m. Lám. LXVL-Vista general del Tramo 1.360-1.380m.
TRAMO 1.380-1 A00 m.
La base rocosa del presente tramo está bien conservada nulas en los puntos 1.398'60 m. y 1.399'30 m. para las
(Lám. LXVIJJ, manteniendo las rodadas bien marcadas y pro- rodadas derecha e izquierda, respectivamente.
fundas (Fig. 33), debido a la dureza de la roca. Aquellas em- La diferencia de cotas que existe entre los extremos del
piezan a desaparecer a partir del punto 1.395'50 m. (Fig. 34). tramo disminuye considerablementecon respecto a la de los
Los laterales rocosos apenas levantan los 0'40 m. en anteriores, llegando sólo a alcanzar -1'17 m. Esto supone
ambos lados, salvo excepciones por abajo o por encima de una pendiente aceptable del -5'85%.
esta cifra en el derecho o izquierdo, respectivamente.
Los sedimentos acumulados en este tramo eran de una
gran potencia de tierras y piedras, alcanzando en torno al
metro en el lateral derecho y casi los cuatro en el izquierdo,
en la primera parte de su recorrido.
El ancho máximo de las carriladas es de 0'50 m. en el
punto 1.393'90 m. de la derecha y de 0'46 m. en el punto
1.393'60 m. de la izquierda. Los m1'nimos son de 0'21 m. y
0'28 m. en los puntos 1.391'90 m. y 1.392'30 m. de las
rodadas derechae izquierda, respectivamente.
La profundidad máxima que tienen las carriladas con
respecto a los laterales rocosos es de 0'37 m. para la derecha
en el punto 1.387'70 m. y de 1'40 m. para la izquierda en el
punto 1.386'20 m. Las profundidades mínimas son nulas en
los puntos 1.397'30 m. y 1.399'20 m. de las rodadas derecha
e izquierda, respectivamente.
La altura máxima que alcanza el realce central del
camino con relación a las bases de las rodadas es de 0'32 m.
en el punto 1.392 m. para la derecha y de 0'20 m. en el punto
1.390'50 m. para la izquierda. Las alturas mi'nimas se hacen
Fig. 33.-Sección en el Punto 1.391 m. Fig. 34.-Secciónen el Punto 1.395'80 m. Lám. LXW.-Vista general del Tramo 1.380-1.400 m.
TRAMO 1.400-1.420 m.
. Descripción de materiales
--- -
tadas en color rojo vinoso.
Diámetro de la base: 9'6 cm. Altura conservada: 2'6 cm.
0 5cm. 21. Fragmento de base de plato. Su pasta es compacta, con finísimos des-
grasantes y color anaranjado, igual que las superficies.
Diámetro de la base: 5 cm. Altura conservada: 2 cm.
22. Fragmento de base de plato. Tiene la pasta compacta, de color gris. Las
superíicies son amarillentas.
Como decoración lleva una banda al exterior y otra al interior, pintadas
en rojo vinoso.
Diámetro de la base: 4'4 cm. Altura conservada: 1'8 cm.
23. Fragmento de base de un plato de pasta gris, con desgasantes finísimos
calizos y micáceos. Las superficies son también de color gris.
Lleva como decoración circunferencias concéntricas en el interior pin-
tadas en color rojo vinoso.
Fig. 35.-Fragmentos cerámicos procedentes del camino. Diámetro de la base: 8'2 cm. Altura conservada: 3 cm.
TRAMO 1420-1440M.
Este tramo tiene su recorrido en la punta de un espolón La diferencia de cotas que existe entre los extremos es de
de la ladera. La pronunciada curva que aquí realiza y el des- -2'74 m., lo que da una pendiente del -13'7%. Pero, si te-
nivel que salva no ha permitido fotografiar el tramo com- nemos en cuenta que la mitad primera del tramo es llana, la
pleto con una sóla toma (Láms. LXX y LXXI). Al fondo de segunda hubiera alcanzado una pendiente del -27'4%. Es evi-
esta última lámina se aprecian los cortados rocosos situados dente, pues, la pérdida de base rocosa en la segunda mitad.
por debajo de la Cueva del Rey Moro.
Está muy desmantelado, conservando sólo restos de la
rodada izquierda entre los puntos 1.423m. y 1.428'30 m. (Lám.
LXIX). En esta zona se conserva la roca basal, aunque está muy
erosionada y cuarteada en grandes trozos, debido a la falta de
sedimentos que la protejan. En el resto del tramo no existe la
base rocosa y, por lo tanto, el camino ha desaparecido. En con-
creto, a partir del punto 1.431'50 m., la base ha sufrido una gran
erosión, con pérdida de roca, por lo que se han formado altos
escalones que en su conjunto, alcanzan un desnivel de -2'74 m.
De la rodada derecha sólo queda una ligera señal en
tomo al punto donde se ha hecho la sección (Fig. 36). Por
ello únicamente existen datos de la izquierda: Su ancho
máximo es de 0'37 m. en el punto 1.427'50 m. El mínimo es
de 0' 10 m. en el punto 1.423'50 m.
Su profundidad máxima con respecto al lateral rocoso es
de 0'80 m. en el punto 1.423'50 m. La mínima es de 0'05 m.
en el punto 1.427'20 m.
Con relación al realce central, éste llega a un máximo de
0' 18 m. sobre la base de la carrilada en el punto 1.424'50 m.,
y a un mínimo de 0'03 m. en el punto 1.426'30 m.
Lám. LXX.-Vista general de 1.420 m. a 1.430 m. Lám. LXX1.-Vista general de 1.430 m. a 1.440 m.
TRAMO 1.440-1.460m
Descripción de materiales
30. Fragmento de borde y cuello de un pequeño vaso. La pasta es gris en el
núcleo y anaranjada en los laterales. De este último color son las super-
ficies, aunque la exterior tiene zonas de tonalidades grises y ocres.
Lleva una banda en la parte superior del borde y dos líneas paralelas
debajo pintadas en rojo vinoso.
Diámetro del borde: 8'5 cm. Altura conservada: 2'4 cm.
31. Fragmento de borde, cueilo y cuerpo de un pequeño vaso de pasta gris
y finos desgrasantes calizos. Ambas superficies son de color ocre claro.
Diámetro del borde: 11 cm. Altura conservada: 4'4 cm.
32. Fragmento de borde de un recipiente de pasta ocre clara, igual que la
superficie externa. La interna es de color crema.
Diámetro del borde: 12 cm. Altura conservada: 4' 1cm.
33. Fragmento de borde. La pasta contiene finos desgrasantes. Su color es
gris, al igual que las superficies.
Diámetro del borde: 16'5 cm. Altura conservada: 1'5 cm.
34. Fragmento de borde de un vaso de pasta con desgrasantes fmos y color
anaranjado, al igual que las superficies. La exterior tiene zonas grisáceas.
Conserva como decoración restos de una banda en el borde pintada en
rojo vinoso.
Diámetro del borde: 15 cm. Altura conservada: 1'5 cm.
35. Fragmento de base de pasta ocre clara en el núcleo y anaranjada en los
laterales. Desgrasantes calizos, abundantes y muy finos. Ambas super-
ficies son también anaranjadas.
Diámetro de la base: 7'8 cm. Altura conservada: 3'2 cm. Fig. 38.-Fragmentos cerámicas procedentes del camino.
Lám. L=.-Vista general del Tramo 1.440-1.460m.
TRAMO 1.460-1.480m.
Debido al desprendimiento de enormes bloques de tramo. Después, en los siguientes, aunque la roca basa1 se
piedra que han quedado instalados sobre el camino, sólo hace de gran dureza, no conserva señales de carriladas, apa-
hemos documentado de este tramo sus once primeros metros reciendo una superficie lisa.
(Lám. LXXIV). De los laterales rocosos sólo se puede observar el
La trayectoria del camino hace aquí una contracurva a la derecho (Lám. LXXIII), que levanta sobre la base del
derecha, acomodándose a la orografía de la ladera del camino desde 0'40 m. en el punto 1.462'70 m., hasta un
monte, para tomar definitivamente la dirección hacia la máximo de 1'15 m. en el punto 1.466'70 m. (Fig. 39).
Fuente de Meca. Sobre dicho lateral se aprecia una antigua señal de
La base rocosa del camino está muy descompuesta e rodada que se sitúa a 0'98 m. de altura sobre la base del
incluso ha desaparecido en los dos primeros metros del camino, concretamente en tomo al último punto citado ante-
riormente (Fig. 39).
Los sedimentos que estaban depositados sobre este
tramo oscilaban entre los dos metros en el inicio, hasta más
de cinco en la parte final, incluyendo entre ellos gran can-
tidad de piedras de mediano y gran tamaño desgajadas de los
cortados rocosos cercanos situados por encima del camino.
Lám. L=.-Vista general del Tramo 1.460-1.480 m. Lám. LXXW.-Vista general del Tramo 1.480-1.500 m.
TRAMO 1500-1520M.
Del presente tramo (Lám. LXXLX) sólo documentamos La altura máxima que tiene el realce central sobre las
sus once metros últimos (Lám. LXXWI) por estar el resto bases de las rodadas es de 0'30 m. y 0'18 m. para la derecha
cubierto por varios metros de sedimentos y grandes rocas e izquierda en torno al punto 1.516'40 m. La altura mínima
desplomadas sobre la vía. En la citada parte las rodadas es de 0'15 m. para ambas en tomo al punto 1.519'30 m.
están bien marcadas, pero no existen laterales rocosos.
Los anchos de los carriles llegan a un máximo de 0'35
m. para el derecho en el punto 1.519'40 m. y de 0'30 m. para
el izquierdo en el punto 1.5 16'30 m.
La profundidad máxima de las rodadas con relación a
los laterales rocosos llega 0'30 m. en el punto 1.516'40 m.
En las restantes partes sólo se aprecian sedimentos cuya
altura oscila entre dos metros en el derecho y cuatro metros
en el izquierdo (Fig. 40).
>:>:%
....::::..%
--- ..:.::'S
.--..
:....%
:......
..A
..?]
...
...
:;i
.iq
...
:!?l
21.
.
-- 1
,
Ti>
l.:;?.
l.;.:
'""
:.:>.. \
...:.y?+
...
..y.::
:
: :. fr.;
....
?:.j
~:.
1:<;
., 1:.,:<
4 1:
:,::,
::.
c.:.
:q f.::,:
.-.
... l?!.!
.:.:j
.. -
f;;
o Im
..
-M-.&. *;. .
r..
. .: ,
k:;L.' :<?-;.
.
,
-- 4%
4::;?;c.-&G>*~,
.$<.: ,
- - :-
,,,K -- - -
--
,:.: 3. ,
k.;'cs- %
::
:r .
-?$*u>
'
,,
: , .'
-..-.::-',l.'*
Tiene buena conservación debido a la dureza de la roca izquierdo, respectivamente. El mínimo del derecho es de
y a que se sitúa en el inicio de la zona de bajada natural de 0'18 m. en el punto 1.552'70 m. y el del izquierdo de 0'17
aguas, lo que ocasionó el rápido depósito de sedimentos m. en el punto 1.541'60 m.
(Lám. LXXXIiI). Estos alcanzan desde una potencia de 0'50 Con relación a los laterales rocosos, la profundidad
m. al principio del tramo en el lateral derecho hasta más de máxima de las rodadas es de 0'70 m. y 1'45 m. en los puntos
dos metros al final, y desde los 0'75 m. al principio del 1.555'70 m. y 1.546'80 m. para la derecha e izquierda. Las
izquierdo hasta superar los tres metros al final. m'nimas son de 0' 10 m. para la derecha en el punto 1552'60
Los laterales rocosos están bien marcados y elevados, m. y de 0'40 m. para la izquierda en el punto 1553 m.
especialmente el izquierdo (Fig. 42). El derecho tiene casi Con respecto al realce central, éste tiene una altura
siempre una altura de alrededor de los 0'50 m., salvo desde máxima sobre la carrilada derecha de 0'28 m. en el punto
el punto 1S49 m. al 1.S52 m., en donde desaparece por ha- 1.548'80 m., y de 0'14 m. en el punto 1.542'40 m. sobre la
berse realizado allanamientos en época medieval. En torno izquierda. Las mínimas son de 0'06 m. y 0'02 m. en los pun-
al punto 1.554 m. de ambos laterales, aparecen agujeros tos 1.548'10 m. y 1.541'50 m. para la derecha e izquierda.
sobre las cardadas (Lám. LXXXII), pero son naturales. Aumenta en este tramo la diferencia de cotas entre los
El ancho máximo de los carriles es de 0'30 m. y 0'22 puntos extremos, que ahora llega a -2'91 m. Esto supone una
m. en 1.540'25 m. y 1.541'50 m., para el derecho e pendiente del -14'55%.
a-.
Fig. 42,Sección en el Punto 1.542'70 m. Lám. LXXXI1.-Detaiie. Vista del camino desde abajo.
TRAMO 1.560-1.580 m.
1
Está bien conservado hasta el punto 1.570'50 m., en I
donde la base rocosa se hace muy deleznable, desapare- I
I
ciendo el realce central y las carriladas. También los late- I
I
rales rocosos están muy degradados, con pocos puntos en los I p-
que se alcance más de 0'30 m. de altura. En su lugar se han 1 1 .\.
acumulado sedimentos de tierra y piedras de todos los
tamaños (Lám. LXXXV), hasta una altura de metro y medio
en el lateral derecho y de dos metros en el izquierdo (Fig.
43). Sobre la parte derecha del camino, a dos metros del
inicio del tramo, se sitúa la base de un silo medieval de O m,
Lám. LXXXm.-Vista general del Tramo 1.540-1.560m. Lám. LXXXV.-Vista general del Tramo 1.560-1.580m.
Lám. LXXXV1.-Vista general del Tramo 1.540-1.560 m.
TRAMO 1.580-1.600 m.
El presente tramo tiene, en términos generales, bastante La única manera mediante la cual nos fue posible deter-
mala conservación, debido fundamentalmente a que la zona minar su trayectoria consistió en no perder de vista durante
sobre la que discurre posee una roca basa1 poco consistente. la excavación el lateral rocoso izquierdo, el cual conservaba
Por ello las rodadas y el realce central han desaparecido. una altura que oscilaba en tomo a los 1'25 m. El lateral
derecho no se conserva.
Entre el punto 1.588 m. y el punto 1.593 m. del lateral
izquierdo permanecen señales de rodadas de antiguos
niveles por los que discurrió la base del camino.
En la fotografía de la vista general del tramo (Lám.
LXXXW), observamos en primer término y al fondo dos de
las muchas grandes rocas que se han instalado en toda esta
zona de la ladera norte. Estas dos, en concreto, estaban
ocultas entre los arrastres depositados sobre ella. Otras se
encontraban sernienterradas, como una de enormes propor-
ciones que hubo de ser dinamitada para poder continuar con
el descubrimiento del camino, ya que no se acertaba a
encontrar su trayectoria al otro lado de ella.
El hecho de coincidir toda esta zona con la bajada
natural de las aguas de lluvia que provienen de la cima, es el
motivo de la presencia de grandes rocas rodadas desgajadas
de los altos cortados rocosos que circundan la meseta supe-
rior de El Castellar de Meca. Todas ellas han contribuido a
la retención y acumulación de sedimentos en todo el área,
beneficiándose con ello la conservación del camino, que, al
quedar cubierto rápidamente, ha evitado la posibilidad de
que los mismos arrastres le desmantelaran. Estos sedimentos
oscilan en tomo al metro y medio de potencia en la parte
izquierda del camino y a 0'60 m. en la derecha.
La profundidad máxima que tiene la base del camino
con relación a los laterales rocosos es de 0'20 m. en el
punto 1.580'60 m. del derecho y de 1'50 m. en el 1.591'10
m. del izquierdo. La profundidad mínima es nula para el
derecho en el punto 1.593 m. y de 0'30 m. para el izquierdo
en 1.584 m.
La diferencia de cotas que existe entre los extremos
del tramo es de -1'87 m., lo que da una pendiente del
Lám. LXXXW.-Vista general del Tramo 1.580-1.600 m. -9'35%.
TRAMO 1.600-1.620 m.
Su estado de conservación es bastante regular debido a E1 ancho máximo que tienen las rodadas es de 0'27 m.
la blandura de la roca en algunas zonas. En ellas desaparecen para la derecha en el punto 1.628'80 m. y de 0'29 m. para
tanto las carriladas como el realce central, mientras que en la izquierda en el punto 1.620'50 m. Los mínimos son de
las zonas en las que la roca es más consistente se conservan 0'19 m. y 0'20 m. en los puntos 1.636'80 m. y 1.637'90 m.
bien (Lám. XC). para la derecha e izquierda, respectivamente.
El lateral derecho se ha mantenido íntegramente en todo La profundidad máxima que tienen las carriladas con
el tramo, salvo en el último metro, levantando una media relación a los laterales rocosos es de 0'75 m. para la derecha
que oscila en torno a los 0'40 m. en el punto 1.627'60 m., y de 1'40 m. para la izquierda en el
Los sedimentos depositados sobre este tramo no son punto 1.624'20 m. La profundidad mínima se hace nula en
excesivos, llegando a tener una altura media de 1'25 m. en el punto 1.639'30 m. para la derecha y de sólo 0'20 m. en el
el lateral derecho, y entre uno y dos metros en el izquierdo, punto 1.634'30 m. para la izquierda.
desapareciendo de su composición casi completamente las Con relación al realce central, alcanza una altura
grandes rocas que veíamos en los anteriores. máxima de 0'16 m. sobre la base de la carrilada derecha en
el punto 1.627'70 m., y de 0'18 m. sobre la izquierda en el
punto 1.636,95 m. Las mínimas son nulas para ambas
rodadas en torno al punto 1.626 m.
La diferencia de cotas que existe entre los extremos del
tramo es de -1'49 m., es decir, casi el doble de la que tiene
el anterior. La pendiente es, pues, del -7'45%.
Lám. XCIII.-Detalle. Escaleras en la Fuente. Lám. XC1V.-Detalle. Vista de la Fuente y camino desde abajo.
TRAMO 1.640-1.660 m.
A partir de este tramo se inicia una zona en la que la XCW). En el resto de este lado y en la totalidad del derecho
ladera del cerro se hace más suave de lo habitual, hecho éste han desaparecido tanto el lateral como la rodada por des-
que fue aprovechado por los habitantes de época medieval mantelamientos realizados en la Edad Media.
para levantar edificios. En la parte izquierda del realce central, a la altura del
Esto se hace evidente por la mayor densidad de muros punto 1641 m., se realizó un pequeño agujero oval de
que aparecen en el área comprendida entre esta zona y el 0'30x0'20 m. con un canalillo de escaso recorrido en cada
cerrillo situado a poniente de Meca. Un ejemplo de estos uno de sus extremos (Lám. XCV). No vemos la utilidad ni
restos medievales nos lo da el muro de una casa que se de esta pequeña oquedad ni de la que existe en el tramo ante-
observa en la lámina XCVI. Una de sus esquinas se intro- rior, dado las pequeñas dimensiones de ambas.
duce en el camino a la altura del punto 1.658 m. Su factura Los sedimentos depositados sobre este tramo se van
es tosca, realizado con piedras irregulares y lajas pequeñas haciendo menos potentes según vamos hacia su final. Sobre
trabadas en seco. Conserva de cuatro a cinco hiladas que el lateral izquierdo se elevan entre 3 m. y 1'50 m., y sobre el
levantan unos 0'50 m. de altura. derecho en torno a 1'25 m.
Este tramo sólo puede seguirse en los primeros metros La diferencia de cotas que hay entre sus extremos se
de su recorrido por conservar la carrilada izquierda y su hace sólo de -0'60 m., por lo que resulta un tramo práctica-
lateral rocoso, que se eleva un máximo de 0'70 m. (Lám. mente horizontal. Su pendiente es, pues, del -3%.
Lám. XCW.-Vista general del Tramo 1,640-1,660m. Lám. XC1X.-Vista general del Tramo 1.660-1.680m.
TRAMO 1.680-1.780 m.
Aproximadamente son cien metros los que separan la tantes, los restos arqueológicos, tanto muebles como inrnue-
última señal vista del trazado del Camino Principal de la que bles, no parecen corresponder a una gran ciudad, de acuerdo
encontraremos en el tramo 1.780-1.800 m. con su extremada pobreza. El metal prácticamente no existe
La fotografía de la lámina adjunta, sacada desde la e incluso la cerámica es en general de tan mala calidad que
ciudad ibérica, nos muestra estos dos puntos y el espacio no es extraño que J. Zuazo y P. Paris no la identificaran, ya
comprendido entre ellos, sin excavar. Es obvio qÜe el que incluso es de peor factura que la confeccionada a mano
camino tuvo que pasar por esta zona y, con seguridad, su en la Edad del Bronce.
trayectoria tuvo que seguir la distancia más corta ya que Reuniendo los factores citados: gran extensión y
no existen en toda esta área dificultades orográficas de pobreza de materiales, pensamos que fue un núcleo de
relieve que obligaran a la realización de curvas para ser población algo diseminada, dedicada a la agricultura y gana-
salvadas. dería, cuyas viviendas contaban con grandes espacios
Precisamente, por este motivo, la parte más densa en empleados como patios, corrales o incluso huertecillos.
cuanto a número de edificaciones de la ciudad medieval. Es decir, el que realizó las Relaciones, dio sin duda la
debi6 situarse en esta zona, es decir, entre la Fuente de Meca cifra de dos mil vecinos a la vista de la extensión de las
y el cerrillo situado al Oeste de Meca, bordeando también la ruinas, pero creemos que la concentración era escasa y, por
falda del Castellar por el mismo punto cardinal citado y tanto, la población menor. Avala esta suposición el hecho de
bajando por el Norte como mínimo hasta donde se sitúan los no conocerse por documentos históricos el nombre de esta
abrevaderos más bajos, ya a los pies de la ladera. población. Si hubiera tenido el citado número de habitantes,
La superficie que debió ocupar la población medieval sin duda habría sido una ciudad importante y como tal figu-
solamente en esta zona es, según los restos que aparecen, de raría en documentos medievales.
más de 9Ha. En concreto, si nos fijamos en el mapa fotogra- Todas estas construcciones obligatoriamentehan tenido
métrico, ocuparía los cuadros siguientes: E3, F3, F4, G2, G3, que destruir la mayor parte de los cien metros de este tramo.
G4, G5, H3, H4, H5,13,14 y 15. Teniendo en cuenta que cada Por ello, y para no tener que desmantelar estructuras medie-
uno de estos cuadros tiene una su~erficiede una heckea. el vales en su búsqueda, no hicimos demasiado hincapié en
lector podrá hacerse una idea desla extensión de esta zona. realizar su descubrimiento, a pesar de que en esta zona ini-
Aparte de la citada zona, hubo otras también habitadas cian sus recorridos, saliendo del Camino Principal, los
en la ladera norte, aunque son más pequeñas y desperdi- Caminos C y D.
gadas, y, por supuesto, todo el Castellar o cima de ~ e c aes, El primero se dirige hacia la izquierda. Como ya quedó
decir, donde se asentó la ciudad ibérica. apuntado, es posible que empiece su trayectoria en las cer-
Según el plano mencionado, podemos hablar de una canías de la Fuente de Meca.
población que ocupaba en torno a las 30Ha. El segundo sigue en principio la dirección que hasta
Ahora bien, esta enorme superficie no debe engañar al aquí llevaba el Camino Principal, según se puede
lector y llevarle a imaginar una gran ciudad. Creemos que en observar en la parte superior derecha de la lámina C.
la realidad era todo lo contrario. Debió empezar su trayectoria antes de llegar a la curva
A pesar de que las "Relaciones de Felipe II" nos hablan que tiene que hacer el Camino Principal para tomar la
de un despoblado que pudo tener en torno a 8.000 habi- dirección del aljibe.
Lám. C.-Vista de la zona de la Fuente y del Aljibe.
TRAMO 1780-1800M.
Incluímos aquí, además del tramo, un apartadero (Lám. La densidad de tráfico que sufrieron debió ser muy
CII) que parece tener su inicio en el mismo punto que aquél similar en ambos recorridos, de acuerdo con el testimonio
y termina varios metros más adelante del punto final. En la de las señales de las rodadas. Hemos elegido como aparta-
zona media de su recorrido hay en torno a 1'60 m. de sepa- dero el recorrido situado a la izquierda (Lám. CI), que tiene
ración entre ellos (Lám. Cm). mejor conservación que el derecho (Fig. 47), por no haber
sufrido como éste extracciones de piedra en época medieval
-* =
(Lám. CIV).
De cualquier forma, creemos que, en la práctica, el reco-
mido de la derecha fue utilizado para bajada, mientras que el
- 4 de la izquierda lo fue para subida, Por ello, en este último las
carriladas están más hundidas (Lám. CVII), al haber tenido
que realizar las llantas de los carros un rozamiento más
fuerte.
En este sentido aún se pueden observar en el lateral
izquierdo de la rodada situada en la parte del camino foto-
grafiada en la lámina CVI, señales curvilíneas formadas por
los roces laterales de las llantas metálicas de las ruedas en la
roca.
Tanto uno como otro recorrido no conservan señales de
rodadas en los 4'70 m. primeros. En este punto se empiezan
a notar ligeramente las rodadas del izquierdo. Después,
desde el punto 1788'50 m. hasta el 1.791'80 m., se hacen
más profundas, al igual que desde el punto 1.794'50 m. hasta
el final (Lám. C W ) .
El recorrido de la derecha está peor conservado por las
extracciones de piedra citadas, apreciándose perfectamente,
a trozos, en su segunda mitad. Aquí aparecen dobles carri-
ladas bien marcadas (Fig. 48).
En la parte final del tramo, entre los dos recorridos,
sobresale 1; roca basal, que ha sido perfilada artificialmente
en forma de pirámide cuadrangular (Lám. CV). La totalidad
del perímetro de su base está recorrido por un canalillo bas-
tan& profundo que termina en un hoyoAsituadoen el lateral
inferior. Este tiene unos 0'30 m. de diámetro y 0'20 m. de
hondo.
La potencia de los sedimentos era escasa, oscilando
entre 0'40 y 0'60 m. de altura, aunque en los metros finales
Lám. C1.-Detalle. Recomdo de la izquierda. el realce central del camino izquierdo aparecía en superficie.
L h . CII.-Vista general del Tramo 1.780-1.800m.
Lám. m.-Detalle. Vista de los dos recorridos desde abajo.
Lám. W.-Detalle. Zona desmantelada del recorrido derecho. de -1'74 m. La pendiente es, pues, del -8'70%.
L b . CV1.-Detalle. Recomdo izquierdo desde abajo. Lám. Cm.-Detalle. Vista del fina1 del reconido izquierdo.
TRAMO 1.800- 1.820 m.
La conservación de este tramo es francamente mala, La diferencia de cotas que existe entre los puntos
debido tanto a la erosión sufrida por la superficialidad de la extremos de este tramo es muy baja. Exactamente alcanza-
roca basal, como por los desmantelamientos habidos durante 0'72 m., lo que da una pendiente del -3'60%
la Edad Media (Lám. CX).
Mantiene señales de rodadas en los dos primeros metros
de su recorrido (Lám. C m ) , así como en torno a los puntos
1.809'40 m.. 1.812'50 m.. 1.815'60 m. v 1.817'80 m. Estas
últimas son casi imperceptibles.
El recorrido del camino izquierdo se une con el derecho
alrededor del punto 1.812'50 m.
No existen laterales rocosos, por lo que los sedimentos
acumulados sobre el camino eran escasos. Concretamente, la
máxima potencia fue de medio metro en la parte derecha, en
tomo al escalón formado en el punto 1.803 m. (Lám. CIX),
mientras que apenas tenía escasos centímetros en todo el
lateral izquierdo.
Lám. CVíD.-Detalle del recomdo derecho. Lám. CM.-Detalle. Vista del recomdo derecho desde abajo.
Lám. CX.-Vista general del Tramo 1.800-1.820 m.
TRAMO 1.820-1.840 m.
Descripción de materiales
1
Las carriladas son profundas (Lám. CXIII), especial-
mente la izquierda (Fig. 51), y los laterales rocosos bajos o
inexistentes, como el caso del izquierdo.
Los sedimentos oscilaban entre 1 m. y 1'75 m. en la
parte derecha y entre 0'40 m. y 0'75 m. en ia izquierda.
El ancho máximo de las rodadas es de 0'34 m. en el punto
1854m. de la derecha y en el 1.853'80 m. de la izquierda. Los
mínimos son de 0' 19 m. y 0' 12 m. en los puntos 1.850' 10 m.
y 1849'90 m. de la derecha e izquierda, respectivamente.
La profundidad máxima de las rodadas con relación a
los laterales rocosos es de 0'75 m. y 0'45 m. en los puntos
1.852'50 m. y 1.854'10 m. de la derecha e izquierda, res-
pectivamente. Los m'nimos son nulos en los puntos
1.846'20 m. de la derecha y 1.852 m. de la izquierda. Lám. m . - D e t a l l e . Vista del camino desde abajo.
La altura máxima del realce central sobre la base de la
carrilada derecha es de 0'40 m. en el punto 1.851'80 m. y de
0'55 m. sobre la de la izquierda en el punto 1.851'50 m. Las
alturas mínimas se hacen nulas en los puntos 1.858'70 m. y
1857'40 m. de la derecha e izquierda, respectivamente.
La diferencia de cotas entre los extremos del tramo llega
a -1'92 m., lo que supone una pendiente del -9'60%.
3,&&-.,$ ,.%---y
i.<5 -
-,-. F... d . .
?~'m.-, S:...- ,P.,,
, .,,- f
* c.¿,L.i-.3>,C
," ; * G ! 7 : e
.,-*AL":
.*(.iJ
&&.q.&&&+__
3 4 "
5-..-.--7.
Lám. CXV.-Vista general del Tramo 1.840-1.860 m. Lám. CXW.-Vista general del Tramo 1.860-1.880 m.
..
TRAMO 1.880- 1.900 m.
Descripción de materiales
Los tres metros primeros de este tramo estaban bajo la La diferencia de cotas que existe entre el punto 1923 m.
estructura que cubre el aljibe. Los siguientes están muy des- y 1940 m. es nada menos que de -3'04 m., contrastando con
rnanteladOs (Lám. CXXIV), formando la base del camino el desnivel prácticamente nulo del anterior tramo. Esto da
escalones, en algunos de cuyos esquinazos se conservan las una pendiente del -17'88%.
carriladas aám.CXXm), alaunas de ellas dobles, como las
que se aprecian en el punto 1.936'65 m. (Fig. 55).
Concretamente sólo se conservan carriladas desde el
Dunto 1.934'40 m. hasta el 1.938'60 m. También se
observan ligeras señales de rodadas en la zona izquierda,
correspondiendo muy posiblemente a restos del apartadero.
No existen laterales rocosos, y los sedimentos acumu-
lados oscilan entre 1'60 m. de potencia en la parte final del
tramo, 0'75 m. en la zona media y nulos en los cinco pri-
meros metros, en los que la roca aparecía en superficie.
Los anchos máximos de las carriladas son de 0'20 m. y
0'23 m. en los puntos 1.938'20 m. y 1.938'40 m. de la
derecha e izquierda, respectivamente. Los mínimos son de
0'14 m. en el punto 1.936'70 m. de la derecha y de 0'08 m.
en el punto 1.936'80 m. de la izquierda.
La altura máxima que tiene el realce central del camino
sobre las bases de las carriladas es de 0'16 m. en el punto
1.927'90 m. de la derecha y de 0' 18 m. en el punto 1.926'70
m. de la izquierda. Las alturas m'nimas se hacen nulas en
varios puntos del tramo.
Con éste se inicia una serie de tramos morfológicamente lámina CXXV, y otras juntas, con señales dudosas de haber
muy parecidos entre sí y que realizando débiles curvas ser- sufrido el rozamiento de las llantas metálicas de ruedas de
penteantes toman la dirección Noreste. carro.
Sus pendientes se hacen menos pronunciadas de lo que Pudieran ser los restos muy desmantelados, ya fuera por
normalmente venimos viendo en la trayectoria del Camino el hombre o por la naturaleza, de un enlosado artificial de la
Principal. Esto es debido a que estos tramos discurren por la base del camino; pero esta hipótesis no la vemos muy clara
parte inferior de la ladera del Castellar, sin tener que salvar por el hecho de que todas estas piedras están situadas en
desniveles elevados. cotas que se elevan de 0'30 m. a 0'40 m. por encima del
Continuando con la falta de señales de carriladas que nivel por el que teóricamente debería discurrir la base del
comentábamos al hablar de los últimos metros del tramo camino.
anterior, casi en la totalidad de éste no solamente no existen Este mismo tipo de duda también nos surgirá en otro de
dichas señales, sino que tampoco aparece la roca basal los tramos siguientes, en el que aparecen igualmente piedras
(Lám. CXXVI), posiblemente debido a desmantelamientos que pudieron pertenecer a un enlosado muy puntual de la
ocasionados durante la época medieval. base del camino.
También es probable que la citada carencia de señales La diferencia de cotas que existe entre los puntos
sea debido a que el trazado de este tramo está ubicado en la extremos de este tramo es de -1'28 m. Esto supone una pen-
zona natural de bajada de las aguas de lluvia de toda esta diente del -6'40%.
parte de la ladera norte, por lo que es posible que haya sido
la erosión la causa del citado desmantelamiento.
Unicamente en los tres metros y medio finales del tramo
vuelve a aparecer la roca basal, apreciándose en ella una leve
señal de la carrilada izquierda.
La mencionada ubicación que tiene este tramo ha sido el
motivo de la presencia de gran cantidad de piedras, algunas
de buen tamaño, entre los sedimentos depositados sobre su
recorrido, siendo relativamente escasos en proporción los
sedimentos térreos. Su potencia llega a tener dos metros de
altura en la parte derecha de los tres primeros metros del
tramo; en los siguientes metros disminuye esta altura para
mantenerse en tomo a los 0'60 m. En la parte izquierda la
potencia, como es normal, se hace menor, oscilando entre el
metro y el medio metro, salvo en los dos últimos metros del
tramo, en donde la roca basal aparecía en superficie.
En el centro del tramo, concretamente entre los puntos
1.949'60 m. y 1.951'40 m., aparecieron una serie de piedras
de regular tamaño, algunas sueltas como la que aparece en la Lám. CXXV.-Detalle. Piedra con señal de rodada.
Lám. CXXV1.-Vista general del Tramo 1.940-1.960 m.
TRAMO 1.960-1.980 m.
Sólo conserva las carriladas en los cinco primeros 1.962'70 m. de la izquierda. La mínima de la derecha es de
metros (Fig. 56). En el resto del tramo no quedan señales por 0'07 m. en el punto 1.961'50 m. y nula en el punto 1.964'30
haber desaparecido la roca, posiblemente a causa de la ero- m. de la izquierda.
sión, ya que aquella aparecía en superficie, sin tener mas que La diferencia de cotas que existe entre los extremos es
escasos centímetros de sedimentos encima, cuando los había de -2'04 m., lo que proporciona una pendiente del -10'20%.
(Lám. CXXVIII).
A lo largo del tramo, la base forma varios escalones
oblicuos a su trayectoria de 0'40 m. a 0'60 m. de altura,
debidos a la erosión.
Existe lateral rocoso sólamente en la parte en la que se
conservan las carriladas, es decir, en los cinco metros pri-
meros (Lám. C m ) .
En la terminación del tramo, justamente en el punto
1.980 m., sale a la derecha el Camino E.
El ancho máximo de los carriles es de 0'32 m. y 0'20 m.
en los puntos 1.963'50 m. y 1.962'70 m. del derecho e
izquierdo, respectivamente. El mínimo es de 0'11 m. para
ambas rodadas en el punto 1.961'30 m. de la derecha y en el
1.961'90 m. de la izquierda.
La profundidad máxima de las carriladas en relación a los
laterales rocosos es de 0'50 m. en el punto 1.962'40 m. de la
derecha y de 0'40 m. en el punto 1.962'60 m. de la izquierda.
Las mínimas son de 0'05 m. y 0'10 m. en los puntos 1.961'10
m. y 1.061'60 m. de la derecha e izquierda, respectivamente.
La altura máxima del realce central del camino con
respecto a la base de las carriladas es de 0'44 m. en el
punto 1.964'40 m. de la derecha y de 0'30 m. en el punto
Lám. CXXViII.-Vista general del Tramo 1.960-1.980 m. Lám. CXXX.-Vista general del Tramo 1.980-2.000 m.
TRAMO 2000-202OM.
La trayectoria del presente tramo es sinuosa, ya que rea- Los anchos máximos que alcanzan las carriladas son de
liza, nada más iniciar su recorrido, una ligera curva a la 0'31 m. en el punto 2.005'90 m. de la derecha y de 0'15 m.
izquierda, para inmediatamente después realizar otra a la en el punto 2.002'30 m. de la izquierda. Los mínimos sólo
derecha (Lám. 0. llegan a los 0'10 m. y 0'08 m. en los puntos 2.003'80 m. y
En algunas zonas situadas dentro de los cinco primeros 2.001'50 m. de la derecha e izquierda, respectivamente.
metros de su recorrido, se aprecian perfectamente las señales La profundidad máxima de la rodada derecha con res-
de carriladas paralelas. Estas aparecen a veces bastante dis- pecto a su lateral rocoso es de 0'35 m. en el punto 2.007'80
tantes las unas de las otras, aunque sin llegar a formar apar- m. La mínima se hace nula en torno al punto 2.001 m.
tadero (Lám. CXXXI), y por lo general muy bien delimi- La altura máxima que tiene el realce central del camino
tadas o marcadas (Fig. 58). con relación a las bases de las rodadas es de 0'28 m. tanto en
Apartir del punto 2.01 1'70 m. y hasta el final del tramo, el punto 2.008'90 m. de la derecha, como en el punto
desaparece toda señal de rodada. Es posible que desde dicho 2.002'40 m. de la izquierda. La altura m'nima se hace nula
punto hasta el 2.016 m., existiera un empedrado al que en los puntos 2.007'80 m. y 2.000'90 m. de la derecha e
pudieran pertenecer los dudosos restos que se mantienen en izquierda, respectivamente.
este espacio, pero no tenemos datos definitivos sobre los que La diferencia de cotas que existe entre los puntos
apoyar o desechar esta hipótesis. extremos de este tramo sigue siendo parecida a las que
Sigue careciendo este tramo del lateral rocoso de la venimos viendo. Concretamente alcanza -1'52 m., lo que
parte izquierda. En la derecha sólo existe desde el punto supone una pendiente del -7'60%.
2.005'30 m. hasta el 2.010 m., pero de muy escasa altura.
Por esta razón, también en este tramo, la roca basal por la
que discurre el camino carecía de sedimentos, apareciendo
éste en superficie. Unicamente en los nueve últimos metros
se mantenía una capa de tierra que oscilaba en torno a los
0'30 m. de potencia.
El presente tramo es de similares características que el tuyéndolo por otro trazado situado más a la izquierda que tan
anterior en cuanto a la conservación del camino (Lám. sólo Llega a separarse de él un máximo de algo más de metro
c m ) . y medio más adelante, antes de que se lleguen a unir otra vez
Continúa la presencia de la roca basa1 que aparecía en ambos en la segunda mitad del tramo 2.120-2.140 m. La
los cuatro últimos metros del tramo anterior, no perdiéndose falta de señales no nos permite concretar en qué punto se
aquella en todo el recorrido. inició la desviación. Pensamos que debió hacerse en tomo al
En los 7'50 m. primeros la roca es muy deleznable, por lo punto que queda reflejado en el cuadro de la figura superior.
que la erosión ha hecho desaparecer la capa superior de la roca, Por dicho motivo la única señal citada de rodada que
llevándose consigo cualquier señal de carrilada del camino. hemos documentado no sabemos si pertenece a la izquierda
En el punto 2.050 m. la base rocosa realiza un escalón del camino más antiguo o a la derecha del más moderno,
de algo más de un cuarto de metro de altura, iniciándose aunque ésto en realidad importa poco.
seguidamente un cambio en la textura de la roca que se hace Por razones que veremos, descartamos la posibilidad de
más dura y consistente. que una de estas dos trayectorias corresponda a un aparta-
Es en esta zona, concretamente desde el punto 2.056 m. dero como ha ocurrido en otros casos.
hasta el 2.057 m., en donde se localiza la única señal, aunque
sea ligera, de rodada, según se aprecia en la zona central de la Así pues, en los siguientes tramos desaibiremos diferenciada-
figura 60. No se sabe si dicha señal corresponde, por los mente las trayectorias de ambos reconidos especificando si perte-
motivos que veremos más adelante, a la rodada derecha o a la necen al trazado primitivo o al trazado final del Camino Principal.
izquierda. De todas formas esta modificación del trazado no tendría
En todo el recorrido del tramo no aparecen laterales mayor interés que las de otros casos similares ya vistos en
rocosos que lo delimiten. nuestro anterior libro al tratar de los caminos del interior de la
Sólo había sedimentos, de escasa potencia, en los siete ciudad, si no fuera por el interesante dato de la presencia de
primeros metros, habiendo permanecido la roca en super- una casa ibérica construída sobre uno de ellos, obviamente el
ficie en el resto del tramo. camino más antiguo. Sobre ello volveremos más adelante.
A pesar de la escasez de datos existente sobre este La diferencia de cotas que existe entre los puntos
tramo, su recorrido tiene una gran importancia, porque en extremos de este tramo sigue siendo similar a la de los tramos
sus últimos metros y en los primeros del siguiente, se que venimos describiendo. Concretamente de -0'69 m. La
efectuó la clausura o abandono de su trazado original, susti- pendiente llega solamente a alcanzar en este caso el-3'45%.
o 1m
Lám. CXXX1V.-Vista general del Tramo 2.040-2.060 m. Lám. CXXXVL-Vista del Tramo 2.060-2.080 m. Camino Final.
TRAMO 2.060-2.080 m. CAMINO INICIAL
La fotografía de la lámina CXXXVIII nos permite apre- Ambas carriladas vuelven a reaparecer en el punto
ciar la trayectoria general de este tramo del Camino Inicial o 2.073'50 m., continuándose por debajo de los muros y pavi-
primitivo y su proximidad a la trayectoria que sigue el tra- mento de un departamento ibérico. La anchura media de las
zado más moderno, a su izquierda. rodadas oscila entre los 0'25 m. y 0'30 m. (Fig. 63).
Su conservación general es relativamente buena, si la Sólo se habían acumulado sedimentos a partir del punto
comparamos con la que tienen los otros tramos situados en 2.069'40 m., alcanzando su mayor potencia -unos 0'60 m.-
esta zona, sobre todo a partir del punto 2.064'50 m. hasta el en los dos últimos metros, coincidiendo con la zona en la
final. Esta buena conservación ha sido debida a la construc- que se sitúa uno de los muros ibéricos.
ción de casas ibéricas encima de él, según veremos más ade- La diferencia de cotas que existe entre los puntos
lante, lo que ha contribuido a preservarle de los agentes ero- extremos del tramo es de -0'57 m., dando una pendiente del
sivos. -2'85%.
Los 4'50 m. primeros de este tramo están perdidos total- Aunque el departamento citado será estudiado con dete-
mente (Lám. CXXXWIi). A partir de aquí se puede apreciar nimiento en el Apéndice, damos ahora su situación y carac-
la carrilada izquierda que se continúa hasta el punto 2.067 terísticas generalesjuntamente con detalles relacionados con
m. (Lám. CXXXVII). La derecha sólamente se percibe en el camino.
torno al punto 2.066'50 m., lugar en donde se ha realizado
la sección de la figura 62.
-=L
El firme descubierto es de un tipo de conglomerado que
se deshace con facilidad.
La potencia de sedimentos, todos ellos térreos con muy
pocas piedras, oscilaba en torno al metro de altura.
La diferencia de cotas que hay entre los extremos del
tramo es practicamente nula: +0'08 m., por lo que no existe
apenas pendiente: +0740%.
Descripción de materiales
í
borde y otra línea en el cuello, en rojo vinoso.
Diámetro del borde: 15 cm. Altura conservada: 2'4 cm.
54. Fragmento de borde. Su pasta es gris en el interior y anaranjada en el
exterior, al igual que las superficies, con finos desgrasantes.
Mantiene como decoración una banda pintada en el borde de color rojo
vinoso.
Diámetro del borde: 15'4 cm. Altura conservada: 2'8 cm. Fig. 65.-Fragmentos cerámicas procedentes del camino.
TRAMO 2.080-2.100 m. CAMINO iNICIAL
Lám. CXLiiI.-Vista del Tramo 2.080-2.100 m. Camino Inicial. Lám. CXLV.-Vista del Tramo 2.100-2.120 m. Camino Final.
TRAMO 2.100-2.120 m. CAMINO INICIAL
La conservación general del tramo es mala en casi todo pequeñas zonas de chinarros. Sigue una capa de cenizas de
su recorrido (Lám. CXLVI). 0' 10 m. de ancha cuya formación parece ser consecuencia de
Sólamente conserva carriladas desde el punto 2.101'80 un fuerte incendio. Le sigue otro potente estrato de chinarro
m. hasta el 2.106 m. pequeño de 0'20 m. de ancho, sin duda producido por los
En el primer punto citado empieza a aparecer otra vez la arrastres de fuertes lluvias, y, finalmente, el último estrato de
roca caliza, sustituyendo a los conglomerados. unos 0'45 m., de tierras cada vez más compactas según se
A partir del segundo se pierden las señales del camino profundiza, formado por la deposición lenta de elementos
debido tanto a la blandura de la roca, como a que se han ins- térreos entre los que apenas se intercala alguna piedrecilla.
talado fondos de silos medievales en ella. También en la Nos encontramos, pues, en una zona con muy poca
zona media hay un fuerte escalón coincidiendo con la salida inclinación, que en época iberica debió ser prácticamente
del Camino F. llana, realizada o aprovechada para edificar, especialmente
En el punto 2.116'50 m. aparece un muro medieval colo- en la parte derecha del camino.
cado sobre el camino perpendicularmente a él. Conserva un
máximo de tres hiladas de piedras, de las cuales la superior La fotografía de la lámina CXLM nos muestra el ancho
afloraba en superficie. La base del muro se eleva 0'83 m. de la excavación que se hizo en esta zona para descubrir los
sobre la roca basa1 por la que discurría el primitivo camino dos caminos. Hay un momento en el que éstos casi llegan a
ibérico. unirse, concretamente en el punto 2.103'50 m. En la sección
La fotografía de la Lám. CXLW nos muestra la factura de la figura 68, sacada en dicho punto, se observa dicha pro-
del muro y cómo éste se asienta sobre una serie de estratos ximidad, al mismo tiempo que nos ilustra sobre la profun-
casi horizontales, con un ligero buzamiento hacia el N. didad de la rodada izquierda en relación con el realce central
De arriba a abajo se observa una capa de tierra suelta de del camino (0'56 m.) en orden a establecer el diámetro
entre 0'05 m. y 0'15 m. de potencia en la que se intercalan mínimo de las ruedas de los carros.
\+. 4,<2a:.4.x?:.>-
...:
T... :&.'2
$y&;:
(t,@
9 . " 'í
;&T;g&~
,*:..
: >;-?p.
-,,,*'
i
...$e.:
;p..,.
- *:
id:,
:lpr?
,-'. . .s . . : - 3, ; : .,
l.-%.;;
S*.
-%FL;
6.q
?
l;.
?
'.'
L*!,
4
'"E
' f.'
.,,,
'dy;:3Tq
,;.#$;2: p.j,*. ,.-
,:, ..y;&?&
Ta+.:,,?P-5?iJ
.;:'-
*......di.l;;....y
>%';h...i$!,:y
h.&'O
&j&&,!
:s..'
El trazado de este tramo corre paralelo y muy cerca del de la derecha y de 0'28 m. en el punto 2.174 m. de la
último cortado rocoso de la ladera, que va desapareciendo izquierda. Hay alturas nulas en varios puntos de la primera
según nos desplazamos hacia el Oeste (Lám. CLVI). mitad.
En la segunda mitad las cardadas son profundas (Fig. 71) La diferencia de cotas entre los extremos del tramo llega
debido a la gran pendiente que hay en esta zona (Lám. CLV). a -3'55 m., originando una de las pendientes más altas
Existen laterales rocosos a partir del punto 2.166'30 vistas: -17'75%.
m., yendo progresivamente en aumento el izquierdo según
m
nos acercamos al punto 2.177'40 m., en donde fue cortado
hasta el punto 2.179 m. para formar el cruce con el Camino
F (Lám. CLV).
Los sedimentos oscilan alrededor de los 0'40 m. de
I
potencia en la primera mitad y de los 0'90 m. en la segunda.
El ancho máximo de los carriles es de 0'32 m. en el punto
2.171'70 m. del derecho y de 0'31 m. en el punto 2.175'90 m.
del izquierdo. Los mínimos son 0'11 m. y 0'12 m. en los -. -
puntos 2.173'10 m. y 2.173'70 m. del derecho e izquierdo.
d ~ - +R
'o' y
La profundidad máxima de las rodadas con relación a w
;
1mqgt: *%F -
los laterales rocosos es de 0'38 m. en el punto 2.169'30 m.
de la derecha y de 1'20 m. en el punto 2.175'80 m. de la
izquierda. La profundidad mínima es nula en varios puntos
de la primera mitad. "6
La altura máxima del realce central con relación a las
bases de las rodadas es de 0'42 m. en el punto 2.175'60 m. I -%
i a
Este es el último de los tramos del Camino Principal que apoyan sobre la roca, nunca los de esta etapa profundizan hasta
hemos descubierto hasta el momento (Lám. CLVIIi). encontrar una base sólida sobre la que cimentar. Ni siquiera
Su trazado es ligeramente curvilíneo, precisamente bus- ocurre esto en los casos en que la capa de tierra sobrepuesta a
cando el cortar con una pendiente adecuada las curvas de la roca es delgada, como ocurre con el muro antes citado o con
nivel de esta parte de la ladera baja noroccidental del el que vimos en la parte final del tramo 2.120-2.140 m.
Castellar de Meca.
En este tramo, muy bien conservado, volvemos a encon-
trarnos con el típico aspecto del camino que desde hacía
muchos tramos no encontrábamos (Lám. CLX), con realce
central y cardadas bien marcadas (Fig. 72) sobre una roca
basa1 consistente.
No obstante, se observan algunos cortes o rebajes en los
laterales rocosos que lo delimitan y que parecen corres-
ponder a allanamientos medievales.
A dicha época pertenece un fuerte muro hecho con pie-
dras de regular tamaño (Lám. CLVQ del que se han conser-
vado hasta tres hiladas y cuya esquina se interna casi hasta
el centro del camino en el punto 2.187'80 m. Su parte más
baja se sitúa a unos 0'30 m. de altura sobre el realce central
del camino.
Con relación a la forma de construcción de los muros
medievales, hemos venido observando una y otra vez cómo, a
diferencia de los muros ibéricos cuyos cimientos siempre
Lám. CLVm.-Vista general del Tramo 2.180-2.200m. L b .Cm.-Detalle. Vista desde abajo.
rica tierra sedimentaria y el benigno clima son factores que
obligatoriamente tuvieron que determinar la riqueza citada.
Sin duda alguna esta zona surtió a la numerosa y prós-
pera población ibérica de Meca de materias primas tan
importantes como vegetales y animales para la alimentación
y para el suministro a diversas industrias derivadas de aque-
llos: maderas para la construcción, artesanía, fabricación de
herramientas, etc., arcillas para proveer a la industria alfa-
rera en la confección de vasijas y adobes o ladrillos, pieles...
e incluso es muy probable que se explotara algún yacimiento
de mineral, como el de cobre procedente de una mina super-
ficial que aparece en los mapas geológico-mineros de la
zona a la que el camino se dirige.
Así pues, según nuestra opinión, este camino fue cons-
truído exclusivamente para poder transportar materiales
importantes o necesarios para la ciudad de Meca desde una
zona en la que aquellos abundaban.
No existe posibilidad aparente de que esta vía uniera
Meca con una hipotética vía principal que pasara por el
llano, ya que de ser así, para acceder a ella, primero habría
de atravesar una zona sembrada de profundos barrancos,
altos cortados y áreas pantanosas, sin necesidad alguna, ya
que desplazando esta vía apenas quinientos metros hacia el
Norte, no tendría que superar ninguno de los obstáculos oro-
gráficos mencionados. Precisamente, por aquí pasa la carre-
CAMINO A tera actual de Alpera a Casas de Madrona y una antigua vía
(posiblemente ibérica) cuyas profundas carriladas se
La existencia de este camino nos era ya conocida desde observan a tramos, llevando la dirección de Játiva. En otro
el primer año en que empezamos a trabajar en Meca. En orden de cosas, la parte final del camino en la que detuvimos
aquella época y durante las numerosas prospecciones nuestra prospección, empezó a suministrar interesantes
visuales que realizamos tanto dentro como fuera de la ciudad, datos sobre zonas de calzada pavimentadas con grandes lajas
a fin de tener un mejor conocimiento del yacimiento arqueo- sujetadas con quitamiedos ortoédricos de gran tamaño.
lógico, observamos la presencia de varios metros de carri- Sobre el estudio de estos interesantes datos no hemos podido
ladas al descubierto bien marcadas sobre la roca basa1 del incidir hasta el momento en la forma que queremos por pro-
paso artificial realizado en el cortado situado a unos 160 m. blemas de escasez de subvenciones, esperando acometer su
al Este de la torre oriental de Meca, fuera ya de la ciudad. documentación y estudio en próximas campañas.
Con el fin de ver la trayectoria que seguía este camino Los resultados negativos a los que hacíamos mención
secundario, se realizaron prospecciones en el año 1985, anteriormente, se refieren a su conservación. Apenas en todo
siempre hacia el Este, a partir del citado punto, obteniéndose el recorrido se pudieron detectar con claridad varias
resultados en parte positivos y en parte negativos. También pequeñas zonas con presencia de carriladas. La abundante
se intentó seguir su trayectoria en dirección a Meca, pero las vegetación de monte bajo y medio, a veces impenetrable,
señales desaparecieron a los pocos metros, por lo que desis- cuyo desarrollo viene favorecido por su situación en la
timos momentáneamente de su seguimiento. Por otra parte umbría del Mugrón, ha hecho que sus raíces hayan ido des-
nos parecía más interesante procurar saber a dónde conducía componiendo la base rocosa en muchas áreas, motivando la
que de qué punto del Camino Principal arrancaba. desaparición del camino. Resulta paradójico que en esta
De entre los resultados positivos a los que nos hemos situación la excavación o limpieza del camino sea la única
referido, destacamos el hecho de haber logrado seguir su tra- posibilidad de que éste se conserve, eliminando la vegeta-
zado hasta una distancia de la ciudad cercana a los dos kiló- ción de la zona del camino y evitando así la acción desinte-
metros. gradora de las raíces. En otras ocasiones las torrenteras han
La dirección constante que marca su trayectoria, motivado la formación de profundos cortes en esta empinada
siempre hacia el Este, nos dio la posibilidad de intuir la fina- ladera y, por lo tanto, también en el camino.
lidad para la que fue construida esta vía y su destino: Poner Como decíamos, conocíamos la existencia de esta vía y
en comunicación la ciudad ibérica con la zona de la laguna su trazado por la ladera Norte del Mugrón, pero no fue hasta
de San Benito. la Campaña de Excavaciones de 1989 cuando pudimos des-
La propia laguna de San Benito, actualmente inexistente cubrir en qué parte del Camino Principal iniciaba su trayec-
por haber sido desecada artificialmente, y, en general, toda toria.
la zona situada en la base oriental del Mugrón, debió ser un Por razones metodológicas, en este libro sólo descri-
territorio extremadamente rico en caza y pesca, en bosques bimos su salida del Camino Principal y los dos primeros
con gran variedad de especies arbóreas, en ricos prados para tramos de su recorrido, ya que apenas hemos podido docu-
el ganado y en fértiles huertas para el cultivo. La abundancia mentar y estudiar los 50 m. iniciales (Lám. CLXI), a la
de agua (en la actualidad y a pesar de la desertización de la espera de poder seguir descubriendo los siguientes tramos
zona, se comercializa agua del subsuelo, embotellada), la hasta enlazar con los que se prospectaron en 1985.
. . ..
p;:
..S*+,
; '-*\<I.q
a:.* 4
.
? 5 --- ;.t.
2 .;-..- -
L; ':..
-
-c,.2.--
-
.S
* +L
- fl
"T.,
.< -4'
. -- -&:3 . 3 :
;
8-$
-g
- f
@=ii*e:
Una vez pasada la curva, el resto del tramo es recto, didad máxima como la mínima de la carrilada izquierda es
quedando esta parte de su trayectoria muy cercana a la 0'00 m. con relación a todo este lateral.
base de la torre derecha de la puerta de la ciudad (Lám. La altura máxima que alcanza el realce central del
CLXII). camino sobre la base de la rodada derecha es de 0'10 m. en
En toda esta última zona del Camino A existía un apar- el punto 4 m., y sobre la base de la rodada izquierda de 0'15
tadero a la izquierda, del que no quedan señales por haber m. en el punto 3'70 m. La altura mínima es nula en la mayor
desaparecido parte de la plataforma rocosa del lateral parte del recorrida del tramo.
izquierdo del camino. Los restos de la terminación de este La diferencia de cotas existente entre los puntos
apartadero los tendremos ocasión de ver en los primeros extremos del tramo es de solamente -0'30 m., lo que da una
metros del tramo siguiente. pendiente del -1'50%. Es decir, es un tramo prácticamente
El estado de conservación de este tramo es bueno sola- horizontal, construído de esta forma para favorecer la
mente en los 4'50 primeros metros de su recorrido. En el maniobrabilidad de los carros en el apartadero que lleva
resto las huellas de las carriladas han desaparecido al anejo. Este es sin duda el más importante y amplio de
haberse desmantelado la base rocosa por erosión, ya que en cuantos apartaderos se construyeron en los caminos de
esta zona la roca es muy deleznable y salta con facilidad Meca. Como en otro capítulo nos detendremos más en el
(Lám. CLXV). Sólo la carrilada izquierda se puede apreciar análisis y estudio de éste y de los demás apartaderos, sólo
ligeramente en los dos últimos metros del tramo. queremos señalar ahora que las huellas que se observan en
Las mediciones realizadas nos han dado los siguientes la Lám. CLXIV, más marcadas que las del propio Camino
datos: El ancho máximo de los carriles es de 0'37 m., tanto Principal, indican la intensidad de su utilización. Hay que
en el punto 3'80 m. del carril derecho como en el punto 3'70 tener en cuenta que en este apartadero debían esperar los
m. del izquierdo. carros que ascendían a que quedara despejado el Camino
La profundidad máxima que alcanza la rodada derecha Hondo de los vehículos que bajaban por él para salir de la
con relación al punto más alto del lateral rocoso es de 1'78 ciudad. Posiblemente también en esta zona se debía esperar
m. en el punto 0'80 m. La profundidad mínima sobre este a que se efectura un control, previo a la entrada a la ciudad,
lateral es de 0'20 m. en el punto 4'50 m. Tanto la profun- tanto de personas como de mercaderías.
k.
CLXV.-Detalle del lateral derecho.
TRAMO 20-40 m.
Su conservación general es buena, con carriladas muy La totalidad de su trazado, así como el de Ia segunda
bien marcadas (Lám. CLXVII), salvo en el primer metro del mitad del tramo anterior y también, posiblemente, el de los
tramo y en los últimos 4'50 m., donde la excelente defini- siguientes, corren paralelos a la muralla (Lám. CLXWI).
ción de los perfiles que de aquellas se aprecian en la foto- En el tramo que nos ocupa, ésta se sitúa a una distancia
grafía, se difuminan o se pierden. de alrededor de los ocho metros del carril derecho. Su base
queda levantada unos tres metros sobre la cota de la base del
m camino. Desde ésta hasta aquélla, la roca va ascendiendo de
forma escalonada, formando a modo de estrechas terrazas
sucesivas que oscilan en torno a los 0'80 m. de ancho y que
parecen haber sido hechas artificialmente con el fin de difi-
cuitar la instalación de torres de asalto (Lám. CLXIX y fig.
74). La muralla que se observa en la lámina citada no es la
ibérica, (la cual, en donde se conserva, está confeccionada
con bloques ortoédricos ciclópeos), sino la medieval, que
por el contrario está hecha con piedras pequeñas entre las
que no faltan sillares ibéricos de escaso tamaño. Parece estar
situada en el mismo lugar que la ibérica.
Todo el lateral rocoso izquierdo de este tramo ha ido
desapareciendo a lo largo de los siglos, bien por erosión,
bien por desgajamiento natural de bloques pétreos enteros
del extremo de la cornisa rocosa sobre la que discurria el
camino y el apartadero. Queda incluido en este desmantela-
miento natural un buen trozo del apartadero, especialmente
parte de la primera mitad de este tramo y la totalidad del que
contenía el tramo anterior, según se puede apreciar en las
fotografías de las láminas CLXVI y CLXVm (esta última
está tomada en dirección contraria a la anterior). El aparta-
dero conserva varios metros de carriladas bien marcadas
(Fig. 74), que llegan a unirse con las del camino en el punto
28 m. La máxima distancia que se ha conservado entre los
carriles del apartadero y los del camino es de 0'62 m. en el
punto 23'60 m.
Prácticamente la primera mitad del tramo es horizontal,
iniciándose un descenso rápido y continuado en el punto
32'60 m. Desde aquí en adelante, para realizar la base del
camino, se tuvo que ir cortando la roca de la ladera de forma
que el lateral derecho queda ahora levantado alrededor de
~ á mCLXVI.-~etaiíe
. del camino. metro y medio sobre dicha base (Lám. CLXVm). Sin duda
alguna, este cortado, tan próximo a la muralla, sirvió tam-
bién como obstáculo defensivo.
El ancho máximo del carril derecho se sitúa en el punto
22'10 m., con 0'80 m., y el del izquierdo en el punto 23'60
m., con 0'62 m. Los anchos mínimos se ubican en el punto
26 m., con 0'10 m. y 0'19 m. para el carril derecho e
izquierdo, respectivamente.
La profundidad máxima de las rodadas con relación a
los laterales rocosos es de 1'45 m. para la derecha en el
punto 37'40 m. y de 0'31 m. para la izquierda en el punto
27'70 m. Las mínimas son nulas en el punto 21'20 m. de la
derecha y en el punto 35'40 m. de la izquierda.
Con relación a las alturas máximas que llega a tener el
realce central del camino con respecto a la cota de las bases
de las rodadas, son de 0'25 m. para la derecha en el punto
25'90 m. y de 0'34 m. para la izquierda en el punto 3 1'30 m.
Las mínimas llegan a ser nulas en varios puntos del tramo.
La diferencia de cotas que existe entre los dos puntos
extremos es de -1'32 m., aunque, como ha quedado seña-
lado, aproximadamente la primera mitad es horizontal. La
pendiente total del tramo es del -6'60%. Lám. CLXVilI.-Detalle de los últimos metros del tramo.
Lám. CLXVI1.-Vista general del Tramo 20-40 m. Lám. CLXM.-Detalle desde abajo.
general de trazar los caminos que siempre se siguió en Meca,
y es que una vez que se inicia un camino, se procura que su
trayectoria sea siempre descendente por razones obvias. En
el caso que nos ocupa, si fuera de esta forma, el camino
empezaría en un punto bajo para ir después ascendiendo, lo
cual va en contra de la lógica más elemental, ya que se puede
iniciar sin dificultad a una cota más alta.
Otra posibilidad tenida en cuenta es la de que pudiera
tener su salida por un paso artificial practicado en el cortado
rocoso situado al NE., concretamente en el Cuadro 18 del
mapa fotogramétrico. Pero si nos fijamos en la distancia que
existe desde el inicio del Camino B hasta el citado uaso
(unos 200 metros), y el desnivel que se tiene que salvar
(unos 30 metros) en dicho espacio, su construcción resul-
taría muy complicada para que pudieran circular carros, a no
ser mediante la realización de curvas y contracurvas muy
apretadas, normalmente evitadas por los iberos.
Como última posibilidad se puede apuntar a que la tra-
yectoria, que en principio toma la dirección NE., cambiara
después hacia el O. o SO., mediante el trazado de una curva.
Esta hipótesis es aún más ilógica por la existencia ya de un
camino que se dirige hacia esas direcciones.
c es echando las hipótesis expuestas no encontramos
sentido a la existencia de este camino si no es que fuera una
vía sin salida que solamente comunicara áreas habitadas o
industriales (hornos?) situadas en la ladera septentrional,
CAMINO B entre el Camino Principal y el cortado rocoso que recorre el
Norte. También descartamos que sirva de acceso a la necró-
Tras la salida del Camino A, a pocos metros de la puerta polis.
de la ciudad, el siguiente camino que parte de la Vía Lo que sí podemos asegurar es que no es una vía de
Principal según vamos descendiendo por ella, no se nos pre- comunicación importante, según demuestran los restos que
senta hasta haberse recorrido algo más de medio kilómetro, de ella han quedado, y que tendremos ocasión de ver más
concretamente unos 525 metros. adelante en su descripción. Allí observaremos que apenas se
Se comprende fácilmente la falta de vías secundarias en perciben en algunos puntos huellas de carriladas, hecho éste
toda esta zona de la ladera Norte de Meca, con sólo echar una que consideramos debido tanto a ser una vía con poco tráfico
mirada al mapa fotogramétrico (Fig. 1). Nosotros mismos relativo, como por estar ubicada en una zona en la que la
nunca pensamos en la existencia de este camino y, por esta erosión ha su desaparición. En efecto, toda esta
razón, en un primer momento, no se prospectó esta zona en área está muy desprotegida y formada además por un tipo de
busca de vías, ya que nos parecía ilógica su existencia. roca caliza muy deleznable.
Por este motivo, la detección del Camino B fue debida Por todas estas razones, y a pesar de nuestros reiterados
exclusivamente a la casualidad, al igual que ocurrió con el intentos por descubrir mediante minuciosas prospecciones
Camino E, según veremos más adelante. visuales y la realización de catas, algo más de la trayectoria
Como decíamos, si observamos el mapa de la figura 1, de este interesante camino, de forma que nos pudiera ilustrar
vemos que la trayectoria que sigue este camino no tiene sobre su razón de ser, no pudimos conseguir descubrir de él
salida por ningún sitio debido a los altos cortados rocosos más de lo que consta en la descripción. Por ello, el estudio
que existen al Norte y al Noreste. de este camino lo damos por cerrado en este libro, a no ser
Las hipótesis que hemos barajado para determinar o que se realicen descubrimientos imprevistos que nos indi-
explicar el por qué de la existencia de su trazado, son las quen la conveniencia de proseguir su investigación.
siguientes: En primer lugar, la única trayectoria que podría La misma falta de señales comentada también la tenemos
seguir sin que tenga que encontrar excesivas dificultades en su unión con el Camino Principal (Lám. CLXX). Esta la
orográficas en su recorrido, es hacia el Este, saliendo por el ubicamos en torno al punto 1.4406. por ser esta zona la única
cortado artificial que se observa en el Cuadro F14 del citado con una orografía que pudo hacer posible su salida de él.
plano fotogramétrico. Pero esta trayectoria es la que lleva De igual manera situamos en esta confluencia un apar-
precisamente el Camino A, según hemos visto, por lo que tadero, aunque no haya señales de él, simplemente por
hay que desecharla. deducción, si tenemos en consideración las distancias regu-
Cabría la posibilidad de pensar que el Camino B pudiera lares a las que son situados. En efecto, si tenemos en cuenta
ser una vía anterior al Camino A, quedando abandonada una que el apartadero anterior se situaba en tomo al punto 1.200
vez construído éste, pero nos parece extraño que se constru- m., y que el siguiente no puede ser otro que el importante de
yera un camino más de medio kilómetro más abajo, para la Fuente de Meca (alrededor del punto 1.640 m.), el aparta-
que, después de recorrido, se fuera a parar prácticamente al dero que supone el inicio del Camino B se sitúa a la dis-
mismo punto. tancia ideal y justamento en tomo al punto medio de la dis-
Por otra parte esta hipótesis va en contra del sistema tancia que separa los apartaderos citados.
m
Lám. CLXX.-Vista del Camino B y del Principal.
TRAMO 20-40 m.
La totalidad del tramo 0-20 m. y la mayor parte del 20- Según se puede apreciar en la sección de la figura 75, al
40 m. no conservan señales del trazado de este camino. Los realizar el trazado de este camino no se efectuó un allana-
agentes atmosféricos, el tipo de roca, la vegetación y el coin- miento previo de la base rocosa, como es lo habitual. Por
cidir la zona con un espolón de la ladera, han ocasionado una dicho motivo los carros que circularon por este tramo y el
fuerte erosión que incluye pérdida de roca. siguiente debieron hacerlo llevando una gran inclinación.
Actualmente se ven grandes bloques pétreos desgajados Este aspecto en concreto lo volveremos a tratar con mayor
que han quedado instalados tanto sobre la zona por la que detenimiento en el Capítulo N.
discurría el camino como por los alrededores (Lám.
CLXXJI). En este tramo no existen laterales rocosos que delimiten
Durante los nueve primeros metros del recorrido del su trayectoria, siendo por ello muy escasos los sedimentos
tramo no aparece la roca basa1 en superficie debido a ser una acumulados en él.
zona desmantelada. Por este motivo no se realizó ninguna La pendiente que existe desde el inicio de este camino
labor de limpieza o excavación. hasta el punto 40 m. es prácticamente nula. Los veinte pri-
La única parte de su trayectoria en la que se han mante- meros metros tienen una diferencia de cota de -0'70 m., lo
nido señales de rodadas, se sitúa entre el punto 34'70 m. y el que supoae una pendiente del -3'50%. La diferencia entre el
39'50 m. No están extraordinariamente marcadas (Lám. punto 20 m. y el 40 m. es de +0'08 m., es decir, que tiene
CLXXI), pero son señales inequívocas de rodadas, muy ero- una pendiente del +0'04%.
sionadas por estar situadas superficialmente. En algunos
puntos de la citada parte aparecen cardadas dobles que
corresponden a distintos niveles o alturas. En el tramo
siguiente aumentan las rodadas paralelas, observándose tres
o más niveles diferentes. Esto es debido al deslizamiento
trasversal de las ruedas, consecuencia de la inclinación
lateral del camino.
O 1m
La localización de este tramo se trató de realizar en sen- los primeros centenares de metros. Lo pensamos porque la
tido inverso, es decir, a partir del que veremos seguida- roca no es muy consistente, exfoliándose o deshaciéndose en
mente, por ser éste en el que se localizaron las señales de las pequeños trozos con facilidad, y porque su trazado discurre
caniladas. por una ladera cuya roca basa1 no está protegida con sedi-
Decimos "se trató de localizar" porque, al final, no se mentos, según podemos observar en la fotografía (Lám.
pudo conseguir. Aunque en todo el recorrido de este tramo CLXXVIII) sacada desde la cima de Meca y en una aproxi-
no hemos hallado ninguna señal del camino (Lám. mación tirada con teleobjetivo (Lám. CLXXIX).
CLXXX), incluímos su trayectoria porque es la que debió Obviamente, faltan también laterales rocosos que, en
tener, de acuerdo con la dirección que siguen las carriladas otras ocasiones, a falta de carriladas, determinan la trayec-
del tramo siguiente y porque se dirige hacia la parte más baja toria del camino.
de la zona que separa el Castellar de Meca del cerrillo La potencia de los sedimentos es escasa, como ya hemos
situado al Oeste. De todas formas, también es posible que su dicho, oscilando entre un máximo de 0'70 m. y un ml'nimo
trayectoria sea ligeramente más a la derecha de donde la de 0'30 m. de altura.
hemos colocado. La diferencia de cotas que existe entre los puntos
Creemos que, si existen otras zonas con restos de este extremos del tramo es de -2' 11 m. lo que supone una pen-
camino, éstos serán escasos y mal conservados, al menos en diente del -10'55%.
Lám. CLXXX.-Vista general del Tramo 220-240 m. Lám. CLXXXJ.1.-Vista general del Tramo 240-260 m.
TRAMO 540-560 m.
A partir del tramo anterior tenemos que recorrer tres- 559'30 m. Sus profundidades con relación a los laterales son
cientos metros para localizar otra vez la trayectoria que de 0' 14 m. en el punto 551'20 m. de la derecha y de 0'03 m.
sigue el Camino C. en el 553'60 m. de la izquierda.
Concretamente el presente tramo fue detectado a partir La diferencia de cotas entre los puntos extremos del
del hallazgo de una señal de la carrilada derecha en el punto tramo es de -1'21 m., lo que nos da una pendiente del -6'05%.
en donde se ha hecho la sección (Fin. 78).
Lám.CLXXXIV.-Vista general del Tramo 540-560 m. Lám. CLXXXVL-Vista general del Tramo 560-580 m.
primera vez la dirección de su trayectoria hacia el Oeste
desde que salió de la ciudad. Más adelante, una vez salvados
los obstáculos orográficos de esta zona, vuelve a retomar la
citada dirección, según hemos visto.
El Camino D, sin embargo, no abandona esta dirección,
llegando en cierto momento a discusrir en paralelo con el
Camino Principal, aunque con una diferencia de cota en
tomo a los cuarenta metros por encima de él. Por dicha razón
hemos llegado a pensar en la posibilidad de que el Camino
D fuera primitivamente el Camino Principal dada su cons-
tante tendencia a dirigirse al Poniente.
Sea acertada o no esta hipótesis poco importa; el
hecho es que la intensidad del tráfico que demuestran las
huellas de sus carriladas es inferior a la que tuvo el que
llamamos Principal, y por ello debemos considerarle como
vía secundaria.
Si bien, como decimos, no hemos podido detectar su
punto de salida del Camino Principal, ni los primeros metros
de su recorrido, el hallazgo de señales de sus carriladas no
fué difícil, especialmente porque había relativamente poco
espacio físico por el que necesariamente tenía que discurrir
en el caso de que existiera.
Para su detección aplicamos el principio general de que
el camino tenía que ir bajando de cota y, en este caso, diri-
girse hacia el Oeste. Sólo tuvimos que prospectar visual-
CAMINO D mente el espacio situado al Norte del cerrillo y, cerca de
unos cortados rocosos de varios metros de profundidad,
El descubrimiento de este camino secundario fue el pudimos apreciar las señales de rodadas en algunas zonas.
último que se realizó de cuantos publicamos en este libro. Su La continuación de la prospección hacia atrás nos dio
localización fue consecuencia del análisis lógico de la distri- como resultado el descubrimiento del tramo que describi-
bución de los caminos que existen en el entorno próximo de remos a continuación y que es el más cercano al Camino
Meca (Lám. CLXXXVIi). Principal que hemos conseguido hallar, no habiendo servido
En efecto, tras haberse ido descubriendo, una tras otra, en este sentido las minuciosas prospecciones visuales reali-
todas las vías que ahora estudiamos, faltaba una dirección zadas ni las catas practicadas en varios de los lugares por los
hacia la que no se dirigía ninguna y que, sin embargo, debía que pensamos debería pasar.
existir, de acuerdo con el sistema de red de caminos reali- Aunque en principio tanto este camino como el
zado en Meca, ya anteriormente comentado. Principal se dirigen al Oeste, creemos que uno de los dos
En la descripción del Camino Principal veíamos que la tiene lógicamente que variar su dirección. En teoría el que lo
trayectoria de éste, a palhr de la zona de la Fuente de Meca deberá hacer será el Camino D, el cual, tras bordear parte del
y hasta que cambia su dirección mediante una curva de 180" cerrillo, posiblemente se dirija, descendiendo lentamente,
para enfilar el aljibe situado debajo de aquélla, se había per- hacia el SE. para llegar a una gran extensión de terreno,
dido por completo. A pesar de nuestros esfuerzos no habí- prácticamente llano, que debió estar dedicada en la anti-
amos sido capaces de encontrarlo por situarse en una zona güedad al cultivo de cereal, aunque también es posible que
densamente poblada en época medieval, cuyos habitantes estuviera poblada de bosque o de plantaciones de árboles de
habían desmantelado en ocasiones la base rocosa para raíces profundas, como el olivo o el almendro, o incluso
extraer piedra con la que construir sus viviendas o simple- fuera en parte zona de pasto para abastecer la importante
mente lo habían hecho para allanar los suelos de sus casas. cabaña ganadera, especialmente équidos y ovicápridos, que
Por esta razón, al igual que no pudimos seguir la trayec- sin duda debió tener la ciudad de Meca.
toria del Camino Principal, tampoco conseguimos descubrir Es lógico pensar, hablando de este aspecto económico,
los inicios del Camino C, según vimos al tratar de él, y lo que los terrenos del llano se dedicaran a la ganadería caba-
mismo nos ha ocurrido con el Camino D. llar, mientras que terrenos más pobres, como los de la Sierra
Así pues, aunque nuestras conjeturas sobre su existencia del Mugrón fueran más utilizados por rebaños de ovejas,
fueron válidas, y no se tardó mucho tiempo en que encon- cabras o cerdos.
tráramos testimonios físicos de este camino, no hemos con- En lo que ahora publicamos solamente apuntamos la
seguido averiguar su punto de conexión con el Camino existencia de este camino y documentamos los primeros
Principal, al igual que nos ha ocurrido con el Camino C. tramos más cercanos al Camino Principal que hemos conse-
Según nuestros cálculos, creemos que este camino sale guido descubrir. Para próximas publicaciones pensamos pro-
unos cien metros más adelante de donde lo hace el Camino seguir su descubrimiento hasta donde nos sea posible, lo que
C, es decir, cerca del inicio de la curva citada anteriormente, quizá nos proporcione poder documentar zonas o tramos con
antes de que el Camino Principal cambie de dirección. calzada artificial en áreas en las que no exista la dura base
En dicho punto el Camino Principal tiene que realizar rocosa sobre la que vienen discurriendo todos los caminos
esta fuerte curva por razones topográficas, abandonando por hasta ahora estudiados.
te-
.- - a
El primer tramo de este camino, cuya trayectoria hemos los 0'30 m. y los 0'50 m. en el derecho.
podido documentar, tiene su inicio aproximadamente a unos La diferencia de cotas que existe entre los puntos
sesenta metros de distancia del Camino Principal (Lám. extremos del tramo es de -1'27 m. La pendiente, pues, no es
CLXXXIX). excesiva, llegando sólo a alcanzar el -6'35%.
Los primeros testimonios de la existencia del Camino D
los encontramos mediante prospección visual en los inicios
del tramo siguiente.
Una vez determinado dicho tramo, procuramos seguir
su trazado hacia ambos lados. Especial hincapié hicimos en
seguirlo hacia atrás hasta intentar conectarlo con el
Principal; pero no conseguimos determinar más que la tra-
yectoria del que tratamos, y aún con dudas, ya que no
existen señales evidentes de su trazado.
Esta falta de datos no es debida a la erosión, como
hemos visto que solía ocurrir en el Camino C, sino al des-
mantelamien6 sufrido por la roca basal en época medieval
con el fin de hacer allanamientos para edificar casas, o
incluso a la extracción de piedra para ser empleada en la
construcción.
El hecho es que ni la prospección exhaustiva de alre-
dedor de los sesenta metros que hay de distancia hasta el
Camino Principal, ni la realización de catas, nos ha permi-
tido determinar su trayectoria ni su conexión con aquél. De
todas formas dicha trayectoria no puede variar apenas de la
que hemos marcado con Iínea de trazos en el plano de la
figura 1. A pesar, pues, de que la roca basal en esta zona de
la ladera del cerrillo situado al Oeste de Meca es muy dura
y consistente, según podremos apreciar en una de las
láminas del tramo próximo, apenas se puede percibir una
ligerísima señal de carrilada en el último metro del tramo
(Lám. CLXXXVIII); en el resto, como decimos, no existe
señal alguna.
Entre los sedimentos acumulados sobre él hay una gran
densidad de piedras de pequeño y mediano tamaño, sin duda
pertenecientes a muros de construcciones medievales
situadas en la ladera a la izquierda del camino. Su potencia
oscila alrededor de los 0'60 m. en el lateral izquierdo y entre ~ á mCLXXXVIII.-Detalle
. de la rodada derecha.
TRAMO 80-100 m.
Lám.CLXXX1X.-Vista general del Tramo 60-80 m. Lám. CXC1.-Vista general del Tramo 80-100 m.
Por estas razones, las meticulosas prospecciones reali-
zadas en las áreas por las que inevitablemente tendría que
pasar el camino, así como las catas que se abrieron para
intentar saber algo más sobre su trayectoria, dieron resul-
tados negativos.
Si bien se puede saber la salida exacta de esta vía del
Camino Principal, aunque no existan allí señales de rodadas,
no podemos decir lo mismo de su destino.
Si recordamos lo que dijimos al hablar del Camino B,
todo el razonamiento que seguimos en su descripción lo
podemos trasladar casi íntegramente a éste en el sentido de
encontrar justificación a su trazado.
Al igual que aquél, no tiene otra salida posible que la que
tiene el Camino A, ya que el resto del contorno de toda esta
zona, según se puede observar en el plano fotogramétrico de
la figura 1, son cortados rocosos de varios metros de profun-
didad. Pero si esta alternativa era absurda para el Camino B,
todavía lo es más para el E por las mismas razones.
Las únicas dos opciones que podrían dar sentido a su
existencia son las siguientes:
Primera, que sirva para poner en comunicación la ciudad
con una zona de habitación extramuros, una zona industrial o
bien una zona de necrópolis. Alguna de estas opciones la
apuntábamos ya como posible para justificar la existencia del
CAMINO E Camino B, pero según el punto del que sale el Camino E, no
podemos dar como válidas para éste a ninguna de ellas. Es
El siguiente camino secundario que nos encontramos evidente que para cualquiera de las opciones citadas se podría
tras dejar el cruce con el Camino D, lo hacemos a poca dis- haber utilizado el Camino B, sin necesidad de realizar el largo
tancia de pasar el aljibe, concretamente en el punto 1982 m. recorrido que separa su inicio del inicio del Camino E.
(Lam. CXCII). La segunda opción es que tuviera salida por el paso
Contrariamente a la forma de realizar la salida de los dos situado en el Cuadro 18, según comentamos también al
anteriores, éste lo hace a la derecha, y contrariamente a la hablar del Camino B. Las prospecciones realizadas para
forma de tener los trazados de todos los caminos, la del obtener algún dato que pudiera demostrarlo han sido nega-
Camino E tiene una trayectoria ascendente durante los tivas. El propio paso de que hablamos tampoco nos aclara
tramos descubiertos de su recorrido. mucho en uno u otro sentido por la fuerte erosión que ha
Su hallazgo ocurrió de la misma manera que el del venido sufriendo, tanto natural como antrópica, puesto que
Camino B, es decir, de forma casual, ya que en ningún es el paso empleado y obligado para subir directamente al
momento pensamos que por esta zona discurría una vía. Por Castellar desde las Casas de Meca, sin tener que dar la vuelta
dicha razón, y como ya se comentó al hablar del otro por la Fuente de Meca para ascender a la ciudad por las esca-
camino, el B, que también pasa por esta zona, no se llevó a leras existentes en esta zona.
cabo su prospección sistemática. Lo único que estamos en disposición de afirmar con
En los últimos días de la campaña de excavación de cierta lógica es que este camino parece una antigua vía que
1991, mientras se estaba trabajando en el descubrimiento de fue abandonada tras un cierto período de uso, sustituyéndola
la compleja zona del Camino Principal en la que éste cambia por el trazado del Camino G, que veremos más adelante.
su dirección hacia el SO. mediante la curva de 180°, en torno Tanto uno como otro llevan la misma dirección, siendo
al punto 2.140 m., uno de los obreros nos comunicó que por sus trazados paralelos y estando separados por apenas veinte
encima del farallón rocoso situado al lado derecho del metros de distancia.
camino, se veían señales de carriladas. En efecto, al subir los Como ya vimos en nuestro segundo libro publicado
escasos metros que nos separaban del lugar, observamos con sobre Meca, no es extraño ver que los iberos abandonen el
sorpresa la presencia de una rodada de unos 0'40 m. de lon- uso del trazado de un camino por el de otro, naturalmente
gitud perfectamente marcada en la roca basal de la ladera, siempre que conllevara alguna mejora para la circulación
prueba evidente de la existencia de un camino. rodada. Este sería el caso del abandono del Camino E por el
Durante los días siguientes se siguió trabajando en el G, mediante lo cual se consigue evitar una trayectoria peli-
descubrimiento de su trayectoria, tanto hacia su conexión grosamente próxima al cortado rocoso, tramos ascendentes y
con el Camino Principal como en el sentido contrario. pasos difíciles, sin hacer más largo el recorrido.
Según veremos en la descripción, su estado de conser- Aunque, como decimos, creemos que este camino fue
vación no era bueno y por ello poco se consiguió en su des- abandonado, o por lo menos muy poco empleado después
cubrimiento, ya que tanto hacia un lado como hacia el otro del trazado del Camino G, sí debió seguir utilizándose, al
las señales se perdieron. La poca consistencia de la base menos, el principio de su recorrido como apartadero, de
rocosa de esta zona, la erosión y su no excesivo tráfico, han acuerdo con la adecuada distancia que le separa del anterior,
sido los principales motivos de la carencia de datos físicos en la zona del aljibe, y del siguiente, en el lugar que lla-
sobre su trazado. mamos el Gran Nudo de Caminos.
Lám. CXCI1.-Vista del Camino E saliendo del Principal.
TRAMO 0-20 m.
Este primer tramo del Camino E se inicia en el punto vando, en este tramo y en los siguientes aquella se hace posi-
1980 m. del Camino Principal (Lám. CXCIV). Está muy tiva, es decir, tiene una trayectoria ascendente. La diferencia
desmantelado en su totalidad, tanto por allanamientos de cotas que existe entre sus dos extremos es de +2'29 m., o
medievales como por la actuación sobre él de agentes ero- sea, una pendiente que llega al +11'45%.
-
. que la roca basa1 de esta ladera es fácil-
sivos naturales, ya
mente degradable, como ya dejamos constancia al tratar del
Camino B, que discurre casi en paralelo y a escasas decenas
de metros por encima.
En la primera mitad del tramo se aprecia que la base del
camino está compuesta por un tipo de roca caliza que se
cuartea y levanta con facilidad. En el punto 4'80 m., en con-
creto, dicha base realiza un escalón de alrededor de 0' 15 m.
de altura. Sólamente en la segunda mitad aparecen ligeras
marcas de carriladas (Lám. CXCIII), concretamente desde el
punto 11'30 m. hasta el 14'60 m.
No existen en todo el recorrido del tramo laterales
rocosos, ni siquiera el derecho, a pesar de que el trazado es
en ladera. Los sedimentos acumulados varían entre los 0'80
m. de potencia en la parte derecha del tramo y los 0'30 m.
en la parte izquierda.
Tanto las débiles marcas de carriladas que se mantienen
en este tramo, como las que iremos viendo en los siguientes,
nos irán dando motivos para pensar que este camino no
estuvo tan frecuentado por vehículos de ruedas como el resto
de los caminos secundarios, en los cuales las carriladas apa-
recen más marcadas, incluso en el B.
El hecho de que los dos caminos secundarios que desde
esta zona toman la dirección Este, tengan un tráfico menor,
tiene la justificación de que la salida hacia el citado punto
cardinal es muy problemática, por tener que salvar el alto
farallón que rodea la zona media de la ladera norte. Por ello
pensamos que la utilización de estos dos caminos quedó
reducida a servir de conexión con la parte superior de la
ladera norte, utilizándose los Caminos F, G y H para llevar
el tráfico hacia las zonas situadas al E. y NO. de Meca.
Contrariamente al tipo de pendiente que venimos obser- Lám. CXCJlI.-Detalle de la rodada derecha.
TRAMO 20-40 m. J Im
Lám. CXC1V.-Vista general del Tramo 0-20 m. Lám. CXCV1.-Vista general del Tramo 20-40 m.
TRAMO 40-60 m.
El presente tramo (Lám. CXCVIII) conserva señales de No existen laterales rocosos, por lo que la potencia de
carriladas únicamente en los siete primeros metros de su los sedimentos depositados sobre el camino sigue siendo
recorrido. En el resto han desaparecido como consecuencia escasa. Concretamente tienen una altura que oscila entre
del desmantelamiento que ha ido sufriendo la capa superior 0'50 m. y 0'80 m. en la zona derecha, y entre 0'10 m. y 0'40
de la roca basal. m. en la izquierda.
Como ocurría en los anteriores tramos, también en éste Al igual que en el tramo anterior, sólo hemos conse-
siguen apareciendo dobles carriladas en algunos sitios, bien guido tomar las medidas relativas a las alturas que alcanza el
marcadas pero poco profundas (Lám. CXCW). Su forma- realce central del camino sobre las bases de las rodadas. Las
ción ha sido debida al sucesivo desplazamiento de las ruedas máximas son de 0'03 m. en el punto 44'80 m. para la
por la pendiente, ya que no se realizó artificialmenteuna pla- derecha y de 0'26 m. en el punto 45'30 m. para la izquierda.
taforma previa al trazar el camino (Fig. 82). La altura mínima se hace nula en el punto 43'10 m. de la
En los dos primeros metros del recorrido se observan derecha y de 0'04 m. en el punto 41'80 m. de la izquierda.
hasta tres carriladas paralelas en la parte izquierda del La diferencia de cotas que tienen los puntos extremos
camino. La situada más al exterior desaparece al perderse la del tramo sigue siendo similar a las anteriores: +1'82 m. La
roca. pendiente es, pues, del +9'10%.
Lám. CXCVm.-Vista general del Tramo 49-60 m. Lám. CC.-Vista general del Tramo 60-80 m.
lante, en la zona teóricamente más inadecuada para conser-
varse aquéllas, por estar ubicadas sobre una roca basa1 que
en esta zona es de conglomerados en vez de caliza.
La escasez de datos quedaba agravada por la potencia de
sedimentos térreos y presencia de grandes piedras. Estas cir-
cunstancias no nos permitían orientarnos sobre si la topo-
grafía actual era muy distinta de la que pudo tener el terreno
en época ibérica, haciéndonos perder mucho tiempo y
esfuerzo en la realización de catas comprobatorias para
intentar descubrir la base del camino.
También dificultaron las tareas la presencia de algunas
construcciones medievales, cuyos muros construídos sobre
los sedimentos afloraban en superficie sobre el camino,
según vimos en la descripción de esta zona del Camino
Principal. Por último, los silos excavados por la población
medieval, destruyeron una parte de los caminos de esta área.
Resumiendo, a partir del punto 2.065 m. del Camino
Principal, en el que se conservan curiosamente tres carri-
ladas paralelas, según vimos, en vez de dos o cuatro, nos
encontramos con una zona en la que nos era imposible adi-
vinar la trayectoria de aquél.
Después del trabajo y tiempo empleados en la realiza-
ción de varias catas delante de las señales de las rodadas
citadas, y tras los resultados negativos obtenidos, decidimos
CAMINO F dejar esta zona y probar suerte más abajo.
A pesar de ir completamente a ciegas en una área muy
Con el inicio de esta vía secundaria entramos en una complicada en su orografía, tuvimos la fortuna de no tardar
zona de gran complejidad a la que hemos denominado Gran en dar con las carriladas del Camino Principal después de
Nudo de Caminos. cambiar su dirección. Desde aquí, intentamos seguir su des-
En efecto, en esta área en la que el Camino Principal cubrimiento en sentido inverso.
realiza su segundo gran cambio de dirección mediante el tra- Fue entonces cuando detectamos la presencia de los
zado de una curva de 180°, que le hace variar su trayectoria Caminos H y F. Este último en concreto creíamos que salía
hacia el SO., es de donde salen tres vías secundarias que del Camino Principal en el punto 2.178 m., una vez pasada
toman otras tantas direcciones, además de una vía abando- la curva, ya que aquí giraban las carriladas para desviarse,
nada ya desde antiguo, según vimos al hablar del Camino pero, posteriormente, nos dimos cuenta de que también en
Principal. dicho punto le atravesaba por iniciar su recorrido anterior-
~ 6 d oello se sitúa en una zona llana. relativamente mente en el punto 2.107 m. del Camino Principal, es decir,
pequeña en extensión por estar delimitada al Norte y al Sur antes de empezar la curva (Lám. CCI).
por cortados. A pesar de ello tuvo un gran movimiento de Es, pues, un camino de curioso trazado por el hecho de
circulación de carros, ya que además de que aquí llegaba la salir del Camino Principal tanto por el punto 2.107 m. como
mayor parte del tráfico rodado que bajaba de la ciudad, por el punto 2.178 m. Una explicación de esto puede ser la
recibía el procedente de los Caminos F, G y H, y el del deducida a partir del análisis de la forma de circular en esta
propio Camino Principal, para iniciar desde aquí el largo y zona, según se desprende del estudio de las señales de las
dificultoso ascenso a Meca. carriladas:
Este Gran Nudo era, pues, como un centro de dispersión Es evidente que la parte de este camino secundario que
y de recepción de la mayor parte del tráfico rodado que une los dos puntos del Principal es de mucha mayor pen-
bajaba de la ciudad o subía a ella. diente que el de este último, al tener que salvar la misma
El descubrimiento de los caminos de esta zona fue muv altura en menor recorrido; y, por otra parte, las señales de sus
difícil y complicado como consecuencia de la absoluta carriladas están poco marcadas. Ambos hechos nos indican
carencia de datos sobre lo que podríamos encontrar. que este espacio pudo ser utilizado normalmente sólo por los
Teníamos la suposición de que por esta área el Camino carros que tenían que bajar. Es decir, una interpretación sería
Principal debería formar una curva para enlazar con unas que los carros que descendían por el Camino Principal,
fuertes carriladas descubiertas años atrás hacia el SO. y que salían por el punto 2.107 m., mientras que los que subían por
curiosamente ahora nos parece que no corresponden a esta el Camino F, entraban por el punto 2.178 m. y seguían dando
vía sino a un camino secundario. O sea, que incluso en eso, la vuelta por la curva del Camino Principal. Con ello evi-
al parecer y a falta de comprobación, es posible que estemos taban una pendiente demasiado empinada para subir, que, de
equivocados. haber sido utilizada, habría dejado señales más hondas en
Unicamente sabíamos con certeza que un camino, el que sus carriladas debido al fuerte rozamiento que las llantas
ahora llamamos G, discurría por esta zona siguiendo-su metálicas ejercen en las subidas.
recorrido la parte baja del cortado rocoso y dirigiéndose En cuanto a la dirección que parece tomar este camino,
hacia el Este, de acuerdo con la presencia de unas leves tras atravesar el Principal y realizar seguidamente una
señales de rodadas que aparecen unos cien metros más ade- amplia curva, parece ser que en principio es hacia el Este o
Lám. CC1.-Vista del Camino F desde el F'rincipal.
TRAMO 0-20 m.
Noroeste, corriendo por debajo de la terraza sobre la que se todos los caminos de Meca, ya sean de dentro o fuera de la
sitúa la curva del Camino Principal. ciudad: Nada menos que -4'38m.
Este tramo (Lám. CCIII) sale del punto 2.107 m. del La pendiente, pues, alcanza la cifra de -21'90%(i), que
Camino Principal y termina también en él setenta y un parece imposible que pueda ser superada por un carro, sobre
metros más adelante, es decir, en torno al punto 2.178 m. todo en zonas como la situada en la parte final del tramo en
Se conservan señales de sus carriladas solamente en los donde la marca de la carrilada izquierda casi es vertical.
tres primeros metros de su recorrido y en los 2'50 m. Últimos
(Lám. CCII y fig. 84), en donde el camino adquiere una pen-
diente exagerada.
Entre ambas zonas, en las que la roca basa1 es caliza,
vuelven a aparecer los conglomerados, por cuyo motivo ha
desaparecido toda señal, quedando la base del camino esca-
lonada debido posiblemente a aterrazamientos realizados
durante la Edad Media.
En concreto, el primer escalón se sitúa en el punto 3'80
m., con una altura de 0'60 m. Hay otro en el punto 8'70 m.,
con una altura de 0'20 m., y un tercero en el punto 14'70 m.,
con una altura de 0' 15 m.
Los sedimentos acumulados oscilan en torno a los 0'75
m. de potencia.
La diferencia de cotas que existe entre los puntos
extremos del tramo es la mayor de cuantas hemos visto en
Fig. 84.Sección en el Punto 19'30 m. Lám. CCII,-Detalle del cruce con el Camino Principal.
TRAMO 20-40 m.
El inicio de este tramo se sitúa casi en el centro del
Camino Principal (Lám. CCV), a la altura del punto 2178 m.,
en donde le cruza perpendicularmente.
Su conservación general es bastante irregular, ya que
conserva zonas con rodadas bien marcadas (Fig. 85) en uno
u otro lateral, juntamente con otras en las que han desapare-
cido las señales como consecuencia de los agentes erosivos al
encontrarse muy en superficie. o lm
Los siete metros primeros de su recorrido están bastante I I
Lám. CCiiI-Vista general del Tramo 0-20 m. Lám. CCV.-Vista generai del Tramo 20-40 m.
teníamos delante no tenía por qué ser la misma que la que
tuvo en época ibérica, especialmente como consecuencia de
los sedimentos acumulados en la zona. Pero ninguno de los
trabajos que se hicieron dio la más mínima evidencia de la
existencia de su trazado.
Como consecuencia de ello se intentó seguir su trayec-
toria a la inversa, a partir de las señales de rodadas situadas
más adelante. Pero éstas desaparecieron también apenas dos
metros más adelante.
En este momento llegamos a una situación en la que el
Camino G no aparecía por ningún lado y en el Camino Prin-
cipal se había perdido al llegar a una zona de conglome-
rados.
Desesperábamos ya de poder documentar tanto el
Camino G como el Principal en esta área, cuando uno de los
obreros nos sugirió hacer la última cata en un sitio determi-
nado, a lo que no pusimos inconveniente alguno, ya que ante
la falta de datos el lugar elegido era tan bueno o tan malo
como cualquier otro.
Se abrió, pues, una trinchera de apenas 0'40 m. de ancho
por unos dos metros de largo y tras rebajar 0'60 ó 0'70 m.
de potencia, sorprendentemente aparecieron cuatro carri-
ladas marcadas en la roca. Lo asombroso es que en una cata
de sólo 40 cm. de ancho se "tropezara" con el punto exacto
en el que salía el Camino G y se iniciaba la curva del
Camino Principal con sus respectivas rodadas reconocibles.
CAMINO G
Si esta misma cata se hubiera realizado sólamente veinte
centímetros antes o después de donde se hizo, no se hubieran
Este camino sale del principal en el punto 2.139 m., jus- detectado las carriladas con tanta claridad, o incluso hubié-
tamente en donde éste inicia la curva de 180" (Lám. CCVI). ramos tenido dudas en su interpretación como tales.
A primera vista, podría parecer que es él la Vía A partir de este punto se pudo ya continuar con el des-
Principal, ya que sigue la trayectoria hacia el NE. que traía cubrimiento de la trayectoria del Camino Principal en ambos
ésta desde muchos tramos antes, pero la intensidad de tráfico sentidos y de los primeros metros del Camino G., que, según
que denotan sus carriladas es sin duda alguna mucho menor veremos en su descripción, se pierde rápidamente.
que la del otro, por lo que a pesar del cambio de dirección En este sentido hemos de confesar que, a partir del des-
que éste sufre con la citada curva le consideramos más cubrimiento de su inicio, no se trabajó más que lo dicho en
importante y por lo tanto el Camino Principal. completar la trayectoria que tiene que seguir hasta enlazar
Ya quedó apuntado al hacer la descripción de los tramos con las carriladas situadas más adelante.
de esta zona del Camino Principal, que no podemos asegurar En esta publicación, pues, únicamente damos noticia de
con los datos de que disponemos, si el camino abandonado él y de su inicio, dejando aplazada la continuación de su des-
sobre el que se construyó la casa ibérica fue en un principio cubrimiento y estudio para trabajos futuros.
aquel o el Camino G. De hecho, en realidad poco importa, Si miramos el plano fotogramétrico de la figura 1,
ya que pensamos que tanto uno como el otro se debieron observaremos que este camino al iniciar su recorrido se
empezar a utilizar prácticamente al mismo tiempo. dirige hacia el NE.; pero, al llegar a la esquina del cortado a
De todos modos nuestra opinión al respecto por ahora es cuyos pies va discurriendo, empieza a realizar una ligerísima
que el Camino G inició su recorrido, en un principio, inme- pero constante curva a la derecha que le hará tomar la direc-
diatamente después de la salida del Camino F, motivo por el ción Este. Por esta razón, ya apuntamos al hablar del
cual lo hemos puesto a continuación de éste. Después del Camino E, que posiblemente y en el caso de que éste tuviera
abandono de parte del trazado de la Vía Principal, su salida salida hacia el Oriente, fuera pronto abandonado para uti-
se desplazó al inicio de la curva de 180". lizar solamente el Camino G, que corre paralelo a él, a unos
Anteriormente hicimos referencia a las dificultades que 20 m. de distancia, y lleva idéntica dirección, teniendo la
tuvimos para detectar los caminos de esta zona, y que lo ventaja de que es mucho más fácil hacer su recorrido.
único que sabíamos con certeza era que existía este Camino Es posible que el camino que tratamos tuviera como
G por las señales de rodadas que se veían unos cincuenta destino enlazar con el llano, bajando lentamente por la
metros más adelante, en un paso artificial realizado en el ladera Norte de Meca, cerca ya de las actuales Casas de
reborde de la terraza sobre la que discurre. Meca, poniendo en contacto la ciudad con tierras de labor de
De acuerdo con dicha evidencia, toda la zona baja la zona.
situada junto al cortado rocoso adyacente fue prospectada No obstante, no se puede descartar la posibilidad de que
visualmente repetidas veces y mediante catas realizadas a sirviera para poner en conexión la ciudad Meca con la vía
distintas alturas, abarcando todas las posibilidades de tra- que discurre a un lado y otro de la actual carretera que une
zados por los que podría discurrir el camino, y, como Alpera con Casas de Madrona, tomando la dirección de
siempre, teniendo en cuenta que la situación topográfica que Játiva.
M.CCV1.-Vista del Gran Nudo de Caminos.
TRAMO 0-20 m.
Descripción de materiales
El recorrido de este tramo (Lám. CCX) hace la misma Relacionando ambos caminos, vemos por los datos que
curva que el tramo 20-40 m. del Camino F, discurriendo sus nos han llegado, que el tráfico en el que tratamos fue infe-
trazados casi en paralelo y en la misma dirección. rior al que tuvo el Camino F. Su dirección continuaría con
Como ya hemos dicho, no creemos que ambos caminos toda seguridad hacia el Este, siempre y cuando el Camino F,
se dirigieran a una misma zona, por lo que pensamos que según tendremos ocasión de ver, fuera en un principio el
uno de los dos tiene que realizar inmediatamente un cambio Camino Principal Inicial, es decir, el utilizado antes de que
de dirección que le dirija a un área distinta a la que se dirige se abandonara por el nuevo trazado. En este caso es también
el otro. seguro que la trayectoria que éste seguiría sería la del Oeste,
Su conservación es regular en los trece primeros metros es decir, hacia donde se dirije el Camino Principal Final.
del recorrido. En esta parte existen rodadas poco profundas Como ya quedó dicho, esta hipótesis se podrá demostrar
(Fig. 87) que se perciben sólo de trecho en trecho (Lám. en uno u otro sentido únicamente en el caso en que se
CCIX). puedan continuar sus trayectorias. Lo máximo que hasta
A partir del citado punto, prácticamente desaparecen las ahora sabemos con toda seguridad es que uno de ellos se
cardadas, quedando únicamente señales esporádicas de dirige hacia Oriente,justo por debajo del cortado rocoso que
ellas, debido en gran parte a la erosión. acaban de salvar y que se continúa hacia el Este.
En el punto 12'60 m. la roca basa1 realiza un escalón
oblícuo al camino de 0'25 m. de altura.
No tiene laterales rocosos por lo que los sedimentos
apenas llegaban a tener una media de 0'20 m. de potencia.
Una buena parte del realce central del camino aparecía en
superficie.
1
La diferencia de cotas que existe entre los extremos del
tramo es muy alta y también muy similar a la del tramo 20-
40 m. del Camino F, lo cual es lógico si tenemos en cuenta
que ambos trazados están salvando el mismo obstáculo oro-
gráfico. Dicha diferencia de cotas es concretamente de -3'78
m., lo que supone una pendiente del -18'90%.
O 1m
I J
Si fueron interesantes los resultados obtenidos en los en ser la vía de mayor tráfico rodado relativo, pero también
trabajos realizados sobre los caminos del interior de la en la constatación de que se tuvo un mayor cuidado en la
ciudad, no lo han sido menos los proporcionados por los realización de su trazado y en que se dio un mejor trata-
caminos de acceso que ahora publicamos. miento a su mantenimiento, de acuerdo con los datos que
En efecto el paciente lector que haya leído las descrip- han ido proporcionando las excavaciones arqueológicas.
ciones de los caminos contenidas en el capítulo precedente, Según hemos podido comprobar en el capítulo anterior,
se habrá ido percatando no sólo de la impresionante obra su conservación en general se puede decir que es muy buena,
civil que supuso la realización de sus trazados, sino de las a pesar de la erosión puntual sufrida en algunas zonas, como
nuevas aportaciones que se han conseguido en el conoci- en los tramos 1400-1420m. y 1420-1440 m., y la incidencia
miento de los caminos que realizaron los iberos. de la población medieval, cuyas construcciones, aunque en
Decimos paciente lector porque somos conscientes de la la mayoría de los casos (muros) no dañaron directamente el
aridez de la lectura del capítulo de las descripciones al con- camino, sí lo hicieron los allanamientos o las extraciones de
tener éste miles de medidas. Pero también somos cons- piedra para la construcción (tramos 1840-1860 m. y 1860-
cientes de la necesidad de que queden anotados para siempre 1880 m., por ejemplo) y otras obras como los fondos de los
todos los datos que cada uno de los tramos ha podido sumi- silos vistos en el punto 1562 m., en el tramo 2080-2100 m.
nistrar. Dada la envergadura de los trabajos de campo reali- del Camino Principal Inicial o el verdadero "campo de silos"
zados en su descubrimiento, no creemos que aquéllos se del tramo 2120-2140 m.
vuelvan a repetir. Por ello uno de nuestros objetivos ha sido La Vía Principal de acceso a la ciudad de Meca supone
el de documentar al máximo, mediante mediciones, dibujos una de las obras públicas más impresionantes de la anti-
y fotografías, todos y cada uno de los tramos, antes de que güedad, sin paralelos conocidos en otras culturas coetáneas
vuelvan a quedar ocultos por los sedimentos como creemos o posteriores (Fenicia, griega, etrusca, romana, etc.). Más
deben estar para su mejor conservación. aún, incluso después de hecha, no supo ser aprovechada en
El recoger la ingente cantidad de datos mencionada nos época romana y menos aún en época medieval, a pesar de
permite contar con el mayor número posible de elementos de que en esta última etapa hubo una población relativamente
importante en la cima y laderas N. y O.
juicio que puedan demostrar definitivamente o modificar las
conclusiones sacadas en el estudio de los caminos del inte- Es lógico preguntarse cómo otras culturas del
Mediterráneo no parecen haber destacado tan temprana-
rior de la ciudad, o aportar fundados nuevos conocimientos. mente en la realización de vías aun cuando hubieran cono-
En este sentido tendremos ocasión de ver que la mayoría cido el carro antes que los habitantes de la Península Ibérica.
de las conclusiones sacadas en nuestro anterior libro son La respuesta puede ser simple.
ratificadas en éste. Pero no falta una modificación impor- Es una constante en la historia de la humanidad que el
tante y, por supuesto, nuevas aportaciones. progreso tecnológico se basa en la capacidad del hombre en
Para una mejor comprensión, hemos dividido el estudio superar mediante su inteligencia las dificultades que se le
de los caminos en los apartados que figuran en el Indice. Si presentan. Por el contrario, en una sociedad en la que no
comparamos éste con el que aparece en el anterior libro existan obstáculos para su desarrollo, se hace más difícil
publicado, notaremos la radical diferencia existente entre llegar a realizar investigación tecnológica.
ambos, debido a las distintas circunstancias que rodean los Es evidente que la costumbre de los iberos (e incluso
caminos de dentro de la ciudad con respecto a los de fuera. anteriormente en la Edad del Bronce Medio y Final de esta
zona) de edificar sus ciudades siempre que podían en los
LA vÍA PRINCIPAL sitios más inaccesibles por motivos defensivos, les ocasionó
las dificultades consecuentes para acceder a ellas. Esto les
Su nombre indica una relación de importancia sobre obligó a estudiar y desarrollar como ningún otro pueblo los
otras vías. Dicha importancia en principio la hemos basado sistemas de trazados de vías que hicieran posible los accesos
a sus ciudades. De otra forma, los obstáculos que debieron En segundo lugar, era imprescindible crear la plata-
vencer les obligó a ser expertos en estos temas consiguiendo forma o base horizontal corrida, necesaria para que los
realizar trazados de vías por sitios en los que a primera vista carros pudieran circular sin peligro de que rodaran ladera
parecería imposible hacerlos. abajo; ello también supuso, como es lógico, la extracción
El ejemplo más evidente de estos logros es Meca. Un metro a metro de a veces importantes volúmenes de roca.
observador que desde cualquier punto del llano circundante- Y, previamente a todo ello, se hubo de realizar el estudio
contemple su cima, delimitada por altísimos cortados de curvas de nivel, imprescindible para que la pendiente en
rocosos, no puede creer que un carro pueda llegar a ella. Sin cada punto y la del total del camino fuera la adecuada para
embargo, los iberos lo lograron. permitir la subida o bajada de carros. Obviamente este fue el
Por ello, también es lógico que pensemos, junto con trabajo que más necesidad tuvo de precisión a la hora de
algún autor como Augusto Fernández de Avilés, que los establecer el trazado íntegro definitivo.
carros que utilizaron debieron ir aportando innovaciones tec- Observando el mapa fotogramétrico actual (Fig. l),
nológicas importantes de las que sin duda se aprovecharon vemos las dificultades que tuvieron que resolver para trazar
otros pueblos, sobre todo con la llegada de los romanos. la vía por esta ladera, con la gran inclinación que denotan
La experiencia que fueron adquiriendo los iberos a lo sus apretadas curvas de nivel y con la altura a salvar desde
largo de los siglos en el trazado de los caminos les llevó a el llano (en tomo a los 200 m.).
efectuar modificaciones puntuales de trayectos anteriores, También en dicho mapa se observa cómo el trazado del
en orden a mejorar su trazado por una zona en concreto. camino va coaando uniformemente y de la manera más
Dichas modificaciones afectaron incluso al primitivo tra- apropiada las citadas curvas de nivel, de forma que da la
zado que hubo en la zona del Camino Hondo, sustituyéndolo impresión de que el camino se trazó previo conocimiento de
por la impresionante obra que vemos hoy en día, según este mapa, realizado por fotogrametría aérea.
advertimos en nuestro anterior libro. Incidiendo aún más en el extraordinario trazado del
En este sentido hemos observado que en la Vía Principal camino, observamos el empeño en procurar hacer trayecto-
de acceso, al parecer no se efectuaron rectificaciones en su rias rectilíneas con el fin evidente de ahorrar todo el reco-
trazado salvo en un sólo caso (en el Gran Nudo). Esto nos rrido posible en tan larga subida. Solamente en dos sitios de
indica que el trazado original se mantuvo durante siglos sin la zona NO. se realizaron las típicas curvas de 180" necesa-
modificaciones. Es evidente, pues, que este trazado, el más rias cuando hay que salvar fuertes pendientes del terreno. En
idóneo, debió ser estudiado y calculado previamente, tan el resto, como decimos, se aprecia la insistencia en procurar
exactamente que no fueron necesarias modificaciones poste- hacer trayectorias lo más rectas posibles.
riores en todo su recorrido. Como hemos dicho, sólo se hizo La precisión en realizar el trazado adecuado relativo a la
un cambio puntual en el Gran Nudo, pero curiosamente en pendiente, combinándolo al mismo tiempo con el más ajus-
zona llana, ya a los pies de la ladera. Sobre el abandono de tado posible para tener el mínimo recorrido, no es fruto de la
esta parte del camino y su sustitución por otro, lo trataremos casualidad. Y prueba de ello es, como hemos dicho,que se
al hablar del citado Gran Nudo. tuvo que recurrir al corte y extracción de roca, a veces en gran
Es posible que en la elección del trazado de la Vía volumen, para realizar el trazado más idóneo. Los ejemplos de
Principal se contemplara la posibilidad de realizarlo por la ello son abundantes, especialmente en la ladera Norte.
falda Sur del Castellar, en principio quizá con menos pro- Por citar casos notables, recordemos las extracciones de
blemas orográficos. Pero sus ventajas eran menores: No más de tres metros de potencia de roca en los tramos 960-
había posibilidad de salida del importante Camino A; se 980 m., 980-1000 m., 1320-1340 m. y 1340-1360 m., lle-
hubiera desaprovechado la inmejorable situación de la gando incluso a alcanzar los 4'25m, en el tramo 1160-1180
Fuente de Meca; tenía peor comunicación con la vía pree- m. No contamos aquí las obras de este tipo realizadas para la
xistente del llano que tiene que pasar al N. o NO. de Meca; creación de apartaderos, que veremos al hablar de ellos.
y, por último, su ascensión hubiera sido agotadora en los Todas estas extraccione se realizaron al mismo tiempo que
meses de primavera y verano al situarse en la solana del se hacía la plataforma de sección transversal horizontal, regu-
cerro y en un valle cerrado. larizada y continuada de unos 1'85 m. de ancho de todo el
Una vez elegida la ladera Norte, es indudable que se recorrido. Es decir, una gran obra de ingeniería cuyo principal
tuvo que realizar un meticuloso y complejo estudio previo problema fue establecer la pendiente adecuada. Esta, en con-
de toda su topografía de forma que se pudiera trazar su tra- creto, tiene una media del -9' 12% desde la puerta de entrada
yectoria total definitiva de una sola vez, ya que la enverga- hasta el último punto descubierto (2200 m.), con una distancia
dura de la obra no permitía realizar pruebas en el itinerario de 1295 m. en la que se salva un desnivel de 118'18 m.
ni errores de cálculo que motivaran modificaciones de su Deteniéndonos en el último aspecto, hemos visto que
trazado una vez realizado éste. aunque las pendientes que tiene que salvar el Camino
Para llevar a buen fin esta empresa se hubieron de tener Principal son en general adecuadas, no faltan tramos o zonas
en cuenta tres factores: Primero, evitar al máximo la reali- en las que el esfuerzo físico que tuvieron que realizar los
zación de curvas y contracurvas que hicieran interminable animales de tiro debió ser extraordinario, al tener que salvar
el camino, es decir, hacer su trazado lo más rectilíneo varios puntos con pendientes superiores al 14%. Esto ocurre
posible. Para ello no hubo más remedio que eliminar los en los tramos 1180-1200m., 1280-1300 m., 1540-1560 m. ó
obstáculos puntuales que se interponían en su trazado. Esto 2140-2160 m. Excepcionalmente aquéllas se hacen mayores
supuso a veces extracciones de roca de varios metros de puntualmente en tramos como el 1080-1100 m. (15'55%), o
potencia. el siguiente con un 15'95%, y el 1320-1340 m. (16'25%),
Lám. CCXI.-Camino de acceso de El Tolmo de Minateda.
(6) Agradecemos a DaRubí Sanz y a D. Lorenzo Abad su cortesía en Pierre Rouillard, en su trabajo "Investigacionessobre la muralla ibérica
permitirnos publicar la fotografía del camino de El Tolmo. de Sagunto". Serie Trabajos Varios del S.I.P. no 62. Valencia, 1979,
(7) El recorrido de parte de este camino nos lo mostró amablemente Págs. 14 y 15, habla del "descubrimiento de cinco bloques pertene-
D. Enrique Díes Cusi durante una visita que realizamos al yacimiento cientes a una puerta: soportes de goznes y mortajas..." Con el rupestre
durante el mes de abril pasado. hallazgo situado en la puerta de Meca de la misma forma en "L"que la
(8) En una visita al yacimiento fotografiamos elementos arquitectó- mortaja de la lámina citada, se puede ya afirmar que dicho sillar tuvo
nicos pertenecientes a la Puerta de Poniente de Sagunto (Lám. que estar colocado en el suelo para recibir la base del cerrojo vertical
CCXIV), idénticos a los que vimos en la puerta de Meca, publicados en de la puerta.
nuestro anterior libro.
del empedrado que más sufre es por donde pasan las ruedas. sufrió más desgaste. Los testimonios mejor conservados se
Si en el lugar de su recorrido se pusieran piedras pequeñas, sitúan en la parte alta de la ladera, en donde hemos apreciado
éstas se romperían con facilidad, iniciándose así el desman- en muchos puntos, tanto el rellano inicial del camino como
telamiento del empedrado. las señales típicas de desgaste de la roca debido al roce de
Por el contrario, no es conveniente la instalación de lajas las llantas metálicas. Como ejemplo del primer caso citamos
grandes en el centro del camino. El paso de personas y caba- por su claridad los situados en los tramos 940-960 m. y
líerías por él, irían limando sus superficies haciéndolas res- 1080-1100 m., en los que aparecen dichos rellanos con las
baladizas, por lo que especialmente las pezuñas de los ani- señales de las picadas a una altura de 0'60 m. y 0'96 m., res-
males no tendrían agarre al pavimento. La instalación de pectivamente, sobre la base de la carrilada izquierda.
piedras más pequeñas solucionaba este problema, al poder Como ejemplos del segundo caso hay alturas muy dis-
"agarrarse" a las ranuras existentes entre ellas. pares que varían entre las que superan el metro, en los
Vemos, pues, que este pequeño testimonio sobre la tramos 980-1000 m. y 1240-1260 m., y las que alcanzan
forma que tuvieron los iberos de construir calzadas es muy 1'70 m. de altura en el punto 970 m., superando incluso los
significativo.A pesar de lo puntual y excepcional de su ins- dos metros en el punto 1173'95 m.
talación es evidente la meticulasidad de su construcción para Para que la base rocosa haya sufrido un desgaste en ver-
conseguir que fuera la más apropiada y duradera posible. tical de tal magnitud, es evidente que tuvieron que transitar
Por último, para terminar de hablar del Camino por allí muchos carros durante siglos.
Principal, no queremos dejar de citar como dato de enorme Estudio aparte merecen por su importancia tanto el
interés el gran desgaste sufrido por la base del camino departamento ibérico instalado sobre Camino Principal
debido al paso de los carros. Inicial del Gran Nudo como el propio Gran Nudo de
Ya hablamos sobre este tema al tratar de los caminos del caminos. El primero se estudiará en un Apéndice. El
interior de la ciudad, poniendo como ejemplo el testimonio segundo lo vemos seguidamente.
dejado en el tramo 640-660 m. Apesar de estar instalado este
tramo sobre una zona rocosa muy dura, en terreno comple-
tamente horizontal y con carriladas muy anchas, hubo un EL GRAN NUDO DE CAMINOS
desgaste de 0'64 m. de altura desde la plataforma que al
principio se hizo hasta la base del camino que hoy vemos. Llamamos así a la zona situada en torno a la Vía
La citada medida lógicamente se hace mucho mayor en Principal desde el punto 2060 m. hasta el 2184 m.
el Camino Principal de acceso que, al no ser horizontal, Este espacio es de una gran complejidad, debido a que
en una pequeña zona, que apenas abarca un tercio de hec-
tárea de extensión, además de los 124 metros lineales de
Camino Principal aquí contenidos por trazar éste una curva
de 180°, se sitúan las salidas de tres caminos secundarios,
uno de los cuales incluso cruza el Principal veinte metros
después de salir de él. Para aumentar dicha complejidad hay
una parte del recorrido de la Vía Principal que fue abando-
nada en plena época ibérica, substituyendo su trazado por
otro que corre paralelo a él durante unos 75 metros.
Los cuatro caminos que en esta zona confluyen
pudieron originar, en principio, un gran centro de conver-
gencia y dispersión del tráfico de Meca. Según ello no es
extraño que, aprovechando la terraza casi horizontal exis-
tente en esta zona, se construyeran casas cuyos fondos,
semiexcavados en la roca, apoyaban en la parte baja del fara-
llón que corre a la derecha. Los testimonios rupestres exis-
tentes a lo largo de él así lo indican, confirmándolo la pre-
sencia del departamento que hemos excavado y que se estu-
diará en el Apéndice. Pensamos que estas casas, situadas tan
lejos de la ciudad, se construyeron esencialmente para dar
distintos servicios a quienes por aquí transitaban.
Tanto la citada complejidad, como la propia forma del tra-
zado general, es lo que nos sugirió darle el nombre de "nudo".
El mayor problema que este nudo de caminos nos
plantea a la hora de la interpretación de sus restos, viene
motivado al intentar encontrar una explicación satisfactoria,
primeramente al por qué del abandono del trazado de una
parte del Camino Principal para substituirlo por otro situado
al lado. En segundo lugar a la explicación del trazado del
Camino F. Todo ello teniendo en cuenta que los restantes tra-
zados quedan involucrados en dichas explicaciones al estar
Lám. Lám.CCXrV.-Elemento de la Puerta de Poniente, de Sagunto. todos interrelacionados.
Al estudiar los caminos del interior de la ciudad, vimos más o menos claros o trascendentales sobre los que lógica-
en varias ocasiones cómo algunas partes de sus trazados se mente basamos la interpretación que sigue. Esta la hemos
abandonaron en un momento determinado para ser substi- elegido entre una larga serie de hipótesis, como la más pro-
tuídas por otros. Siempre, en todos y cada uno de dichos bable. Unicamente presentamos ésta dado que sería intermi-
casos, quedaba claro que estos abandonos se debieron a la nable exponer cada una de las hipótesis tratadas con sus
realización de mejoras en sus respectivas trayectorias, bien posibles variantes y sus respectivos razonamientos.
para que quedaran más llanas, bien para quitar curvas o Nuestra interpretación última opta por establecer que la
incluso para eludir una pendiente exagerada. trayectoria del Camino F pudo corresponder al primitivo e
En el caso de la substitución de la trayectoria del incluso único camino que en un primer momento pasaba por
Camino Principal en el Gran Nudo, aproximadamente desde aquí (Fig. 88,l). Su fundamento parte del hecho de coincidir
el punto 2060 m. hasta el 2130 m., por otra que apenas se su dirección con la del Camino H.
separa de ella 1'50 m. en la parte más distante, no lo encon- En efecto, no podemos admitir que estos dos caminos
tramos lógica ni razonable, maxime cuando este último tra- fueran al mismo sitio uniéndose algunos metros más ade-
zado no mejora el anterior, sino todo lo contrario. En efecto, lante, por lo que uno de ellos debía realizar una curva a la
se abandona la trayectoria recta inicial por otra que es curva, izquierda, después del punto en que han quedado al descu-
aunque sea ligera; y, lo más grave, el trazado llano primitivo bierto. Si admitimos esto, dicha curva la tiene que hacer el
hace ahora una bajada para después retomar la cota haciendo Camino F porque si no daríamos por sentado que el camino
lógicamente una subida, la única que efectúa el Camino que ahora llamamos Principal ya existía, y, entonces, este
Principal desde que atravesó la puerta de la ciudad. Es decir, último se dirigiría al mismo sitio que el F.
en contra de toda lógica, se abandona un primer trazado Resumiendo: tenemos una situación en la que no
substituyéndolo por otro peor. podemos admitir que los Caminos F y H vayan al mismo
En cuanto al trazado del Camino F, no le encontramos sitio. Pero si uno de ellos cambia de dirección, su trayectoria
explicación lógica por dos razones: Primera, no entendemos le llevaría a unirse con el Camino Principal, con lo que ten-
que salga del Camino Principal para que después le cruce. dríamos la misma situación. Es decir, en cualquier caso exis-
Más razonable sería que iniciara su recorrido directamente tirá la contradicción de que dos caminos (el F y el H o el F
en dicha intersección. Segundo, por lo descubierto hasta y el Principal) se unirán poco después. Como esto no tiene
ahora, parece que su destino es el mismo que el del Camino sentido, hubo de darse que el Camino Principal y el Camino
H, estando abocados a unirse en un punto cercano. F no fueran coetáneos en un primer momento, siendo el
En la interpretación integral de los trazados de todos los Camino F anterior y, por lo tanto, el Principal.
caminos del Gran Nudo, hemos tenido que barajar múltiples Al establecer que el Camino F fue al principio el
hipótesis para explicar paradojas o contradicciones como las Principal, obviamente estamos sosteniendo que el que ahora
citadas. llamamos Camino Principal no existía. El porqué de su tra-
Una de las bases en las que nos hemos apoyado es que zado posterior lo explicamos por el hecho de la extremada
este nudo de caminos se pudo haber ido formando a lo dificultad que supone para el tráfico el Camino F, con
largo de muchos decenios o incluso siglos. Es decir, los tra- un2 1'90% de pendiente.
yectos de cada uno de los caminos que muestra la figura Según esto, creemos que después de trazar la trayectoria
88,4, no tuvieron por qué realizarse o utilizarse al mismo del Camino F, no se tardó mucho tiempo en construir el
tiempo. Camino Principal definitivo (Fig. 88,3), aunque no se aban-
Esto era ya evidente en la trayectoria del Camino donó el uso del Camino F. En este sentido pensamos que con
Principal. La casa ibérica construída sobre la vía patentizaba bastante asiduidad y con el fin de evitar encuentros frontales
que en un momento determinado se abandonó su trazado de vehículos en este frecuentado nudo, se utilizó el Camino
sustituyéndolo por el situado al lado. A partir de dicho F para la bajada y el Camino Principal para la subida, al
momento se pudo construir la casa en cualquier instante. tener éste una pendiente más moderada.
Sobre este aspecto, aunque en principio nuestra opi- En cuanto al Camino G, existió como vía secundaria que
nión se inclina a que dicha casa se construyó poco tiempo se dirigía al Este, bien desde el primer momento o poco des-
después del abandono del camino, no tenemos más datos pués del trazado de la Vía Principal primitiva, iniciando su
que los materiales muebles que contenía el departamento recorrido al principio en la zona de la que sale el Camino F
excavado, y que, lógicamente, se refieren al momento de (Fig. 88,2).
su destrucción. La costumbre que los iberos tenían al cons- En cuanto al Camino H, su trazado fue posterior (Fig.
truir sus casas, de profundizar hasta llegar a la base rocosa 88,4). Las señales de sus carriladas nos indican que empezó
y excavarla para obtener un pavimento horizontal, hace a utilizarse una vez que ya se había realizado el trazado del
que muchas veces no puedan existir datos arqueológicos Camino Princi~aldefinitivo.
anteriores a su última ocupación, como en este caso. Si bien, como hemos visto, las explicaciones dadas
Tampoco nos dice nada en el aspecto cronológico la dura parecen ser las correctas sobre estos caminos, por el con-
capa de argamasa echada a lo largo de los huecos de las trario no hemos llegado a encontrar una explicación convin-
carriladas para allanar esa parte del piso del departamento. cente en el hecho de la sustitución del trazado del Camino
Por ello, la opinión citada no tiene por qué ser la verdadera, Principal por el que corre a su lado. Una posibilidad muy
y, en dicho caso, pudo haber transcurrido muchas décadas discutible es la dificultad de la salida del Camino F al
desde que se abandonó el uso del camino hasta que se haberse formado un fuerte escalón en su base, lo que origi-
construyó la casa. naría que esta salida se tuviera que desplazar un metro a la
Aparte del incuestionable dato citado antes, los reco- izquierda. También pudo ocurrir, al mismo tiempo o no, una
rridos de los caminos del Gran Nudo nos ofrecieron otros disminución muy importante del tráfico, posiblemente en el
siglo V a.c., coincidiendo con las revueltas sociales y reli- se obtengan nuevos datos, esperamos que el descubrimiento
giosas ocurridas en esta zona. En dicha época, con un escaso de las trayectorias de los Camino F y H nos puedan aportar
o nulo tráfico, bien pudo, simplemente, desplazarse insensi- nuevas luces sobre las especificaciones expuestas.
blemente el trazado al ubicarse éste sobre zona llana.
Después, la blandura de la roca basa1 hizo que en la mitad de
su recorrido se hundiera hasta la cota en que nos ha llegado. LOS CAMINOS SECUNDARIOS
Aunque el motivo concluyente del abandono de este
tramo será difícil de establecer porque es poco probable que Son caminos de menor tráfico rodado relativo que van a
parar a la Vía Principal o que salen de ella para dirigirse a un
punto o zona determinada.
Aparte del menor trático, también es una constante en
ellos el menor cuidado puesto en la realización de sus trazados.
Hasta el momento hemos constatado la presencia de
ocho caminos secundarios, cuyos respectivos inicios se
sitúan en tomo a los puntos 914'50 m., 1.440 m., 1.610 m.,
1.760 m., 1.982 m., 2.107 m., 2.139 m. y 2.182 m. del
Camino Principal.
Establecemos como premisas, que puede darse la exis-
tencia de otros y que no Genen por qué ser sincrónicos.
Descubierto el Camino Principal hasta el punto 2200 m.
y los caminos secundarios citados, es difícil que haya otros
intercalados no descubiertos, precisamente porque los que
tenemos abarcan todas las posibilidades de comunicación
con el llano. Otra cuestión es si de estos caminos salen a su
vez otros terciarios, aún no documentados. No obstante, no
descartamos la posibilidad de la existencia de alguno más de
aquellos, pero, de ser así, fueron poco importantes o muy
antiguos.
La segunda premisa también es obviamente difícil de
demostrar, ya qÜe no hay testimonios tan claros sobre
caminos abandonados como los que vimos en el interior de
la ciudad. En efecto, en éstos hubo varios casos en los que
se apreciaban perfectamente vías abandonadas al quedar sus
inicios o sus finales "colgados" a distintas alturas sobre la
base de la vía más moderna. Esta circunstancia es la única
que nos puede servir para averiguar si un camino fue utili-
zado al mismo tiempo que otro, o si se dejó de utilizar mien-
tras el otro seguía funcionando. Pero esto no ocurre con nin-
guno de los caminos secundarios descubiertos. En unos
casos porque sus uniones no se han descubierto o no se apre-
cian bien (Caminos B, C, D y E) y en otros porque, según
veremos, aunque el camino en concreto estuviera abando-
nado de antiguo, se siguió utilizando su salida del Camino
Principal como apartadero, por lo que no pueden quedar sus
rodadas "colgadas" sobre él.
De todos ellos, y según los datos que nos han suminis-
trado, fueron con toda seguridad coetáneos del Camino
Principal los Caminos A, F, G y H. Creemos que también
fueron utilizados al mismo tiempo que éstos los Caminos C
y D, aunque no tenemos pruebas concretas al respecto por
no haberse descubierto sus res~ectivasuniones con el
Principal. Y, por último, pensamos que es probable que los
Caminos B y E fueran anteriores y posiblemente sustituídos
por el mejor trazado del Camino G, que, al igual que ellos,
se dirige al mismo punto cardinal. No obstante, sea o no
cierta esta suposición, sí creemos que sus inicios al menos
se siguieron empleando como apartaderos, de acuerdo con
la situación que tienen en relación con la regular distribu-
ción de aquellos a lo largo del Camino Principal, según ten-
dremos ocasión de ver.
La red que forman estos caminos está destinada a
Fig. 88.-Posible evolución del Gran Nudo de Caminos. conectar la ciudad con cualquier zona de sus laderas y de los
llanos; incluso alguno o algunos de ellos es posible que enla- Que debió ser un camino muy importante lo demuestra
zara con la vía del llano, además del Camino Principal. el hecho de que, aun no teniendo salida por el E. más allá de
Es evidente que el destino de cada uno de ellos no lo ., . se realizó su trazado como si fuera el
la citada laguna,
podremos determinar con absoluta certeza mientras no se Principal, es decir, aterrazando previamente el espacio por
avance lo suficiente en el descubrimiento de sus respectivos donde debía discurrir. También su circulacibn rodada fue
trazados. Pero podemos preveer con cierto grado de segu- significativa.
ridad la meta de algunos de ellos. Un dato interesante, aunque no haya quedado refle-
El Camino A, en este sentido, es uno de los más claros. jado en los tramos descritos en este libro, es la aparición
Su trayectoria, tras abandonar Meca, recorre de O. a E., en de quitamiedos ortoédricos casi ciclópeos en una zona de
línea recta, toda la ladera Norte del Mugrón (Lám. CCXV). su trayectoria muy alejada de ~ e c a .Estos quitamiedos
Su destino no puede ser otro que poner en conexión la tenían la doble función de evitar que los carros se pudieran
ciudad con una zona rica en materias primas indispensables deslizar transversalmente despeñándose por esta inclinadí-
tanto para satisfacer las necesidades elementales de la sima ladera, y servir de sujección a las lajas de los empe-
población, como para abastecer de ellas a la artesanía y a la drados existentes en dicha zona previniendo desplaza-
industria. mientos laterales.
La zona a la que nos referimos es la de la Laguna de San La existencia de estos quitamiedos en un camino secun-
Benito, hoy inexistente por la genial decisión de alguna dario es lo que nos hizo sugerir anteriormente como muy
mente preclara de desecarla. La abundancia de agua y el posible su existencia en algunos puntos del Camino
clima benigno debieron ser factores que propiciaron una Principal.
gran riqueza en especies vegetales (ya fueran cultivadas o Por último, al tratar de los apartaderos, hablaremos del
silvestres) y animales (ya fueran domésticos o salvajes), importante situado a la altura de los dos primeros tramos de
aparte de la posible extracción de arcillas y explotación de al este camino.
menos una mina de cobre. Los Caminos B y E son muy similares en muchos
aspectos, por lo que exponemos sus características al mis-
mo tiempo.
~ a n c ouno como otro inician su recorrido hacia el NE.
para seguidamente tomar la dirección E.
No pueden tener salida sino es, con mucha dificultad,
por el punto en el que se sitúa el paso en el cortado rocoso
por el cual se sube hoy en día al Castellar desde las Casas de
Meca, sin tener que llegar a la Fuente de Meca. Es decir, el
paso situado en el Cuadro 18 del mapa fotogramétrico
(Fig. 1). No existe ahora ni existió en época ibérica otro
paso, siquiera peatonal, desde la parte en que hemos dejado
al Camino E hasta llegar al punto en el que el Camino A
salva el cortado, en el Cuadro F14.
Las trayectorias y destinos de estos dos caminos no
están, pues, claros. Por una parte no podemos admitir que su
salida por el cortado fuera el mismo que el del Camino A, ya
que entonces sobraría éste. Y aunque supusiéramos que los
Caminos B y E hubieran sido abandonados por el A, nunca
explicaríamos la incongruencia que supone el recorrer
medio kilómetro en un caso o un kilómetro en otro para des-
pués regresar al mismo lugar, cuando esto se pudo resolver
sin problemas desde el primer momento mediante el trazado
lógico del Camino A.
Descartada, pues, esta posibilidad, no queda otro paso
para su salida que el citado del Cuadro 18. Es posible que
éste haya sufrido una erosión tan fuerte que actualmente sea
irreconocible. Por nuestra parte no hemos visto la ~lll'nima
señal de este trazado por aquí.
A parte de esta opción, apuntamos la posibilidad de que
tanto uno como otro sólo se construyeron para conectar la
ciudad con zonas de población o de trabajo de esta parte de
la ladera.
Ninguna de las dos explicaciones nos satisface por com-
pleto, pero con los datos que poseemos no podemos ir más
allá. Lo que sí creemos es que, de ser cierta la primera hipó-
tesis, ambos caminos al mismo tiempo o uno después del
otro, fueron finalmente sustituídos por el trazado del
Camino G que se dirige también al E. sin los problemas o
Lám. CCXV.-Vista aérea de Meca y ladera N. del Mugrón. dificultades de los otros dos.
En este caso se usaría en un primer momento el Camino
B. Después éste se abandonaría por el trazado del Camino E,
ante la dificultad en salvar la pendiente que existe entre el
inicio de aquel y el paso citado. Por último, el Camino E
sería sustituido por el G al ser de trayectoria más cómoda,
igual de larga y sin problema de tener que salvar el paso
0.62
mencionado del Cuadro 18. lga =-
h+ 0 , s
Los dos caminos tienen un trazado poco elaborado en el
que no se hicieron allanaminetos previos, especialmente en
el primero de ellos. En éste se aprecia en lo poco que se con-
serva de él una inclinación lateral que es la más pronunciada
de cuantas hemos encontrado en los caminos secundarios.
Tan fuerte inclinación nos ha sugerido realizar el estudio
de la inclinación máxima que pudieron soportar los carros
ibéricos que circularon por Meca sin volcar, estableciendo
como constantes las medidas de la longitud de sus ejes y el
radio de sus ruedas, y como variables la altura del centro de
gravedad sobre el eje que une las ruedas y el ángulo de incli-
nación lateral.
Los cálculos realizados a oartir de la fórmula de la
figura 89, proporcionan la curva adjunta, la cual nos indica Fig. 8 9 . - C ~ ~ ade inclinación máxima de los cmos.
que dichos carros no volcarían siempre que sus variables
permanecieran dentro de la zona rayada.Según esto el límite En cualquiera de los casos pensamos que este camino se
máximo de inclinación se sitúa en los 46'5", a partir del cual realizó principalmente para Conectar la ciudad con zonas de
el carro volcaría yendo incluso de vacío. La curva va indi- labor. No descartamos la posibilidad de que su destino sea unas
cando los límites a los que podía llegar la inclinación, canteras situadas en un cerro espolón de la ladera Oeste del
dependiendo de la situación del centro de gravedad, es decir, Mugrón, situado antes de llegar al Arco de San Pascual. Estas
la altura de la carga suponiendo que ésta fuera uniforme. Por canteras pudieron ser explotadas para la construcción de case-
ejemplo, un carro que llevara una carga cuyo centro de gra- ríos o calzadas del llano. A falta de datos y como otra hipótesis
vedad se situara a 80 cm. de altura sobre el eje, podría cir- a tener en cuenta, también pudieron ser de época romana, uti-
cular con una inclinación lateral comprendida entre O" y lizadas para la extracción de piedra empleada en la construc-
24' 1". Si sobrepasara esta inclinación el carro volcaría. En el ción de alguna de las viilas romanas situadas en el llano.
caso del tramo 40-60 m. del Camino B, por ejemplo, la sec- El Camino D debe salir del Camino Principal algo antes
ción de la figura 76 nos muestra que los carros que por él cir- de llegar a la curva de 180" que éste realiza al SO. de la
cularon llevaban una inclinación de 20". Según el gráfico, el Fuente de Meca.
centro de gravedad de su carga nunca debió sobrepasar los Su destino parece situarse hacia Poniente, en dirección a
110 cm. de altura sobre el eje, ya que en dicho caso volcaría. Alpera, para lo cual tiene que evitar el obstáculo que supone
Obviamente todos los cálculos los hemos realizado bajo el cerrillo occidental, bordeándolo por su ladera Norte.
condiciones ideales. Posiblemente llegara hasta la importante vía que debió pasar
Para terminar, veremos la posibilidad de que los inicios por los llanos del Oeste, Noroeste o Norte de Meca.
de sus respectivas trayectorias fueran empleados como apar- Lo poco descubierto de él parece indicarnos que tuvo
tadero~,cuando hablemos de éstos. mucho tráfico rodado, a pesar de que su trazado apenas fue
El Camino C tiene la particularidad de ser el único que previamente preparado.
une la ciudad con zonas situadas al Mediodía. Su trazado es La citada intensidad de tráfico así como la dirección que
el más idóneo para este fin. lleva, nos ha hecho pensar en la posibilidad de que en un
Aunque por ahora no tengamos muchos datos sobre él, primer momento fuera el primitivo Camino Principal.
es evidente que sale del Camino Principal en la zona de la Después esta trayectoria habría ido perdiendo importancia
Fuente de Meca; asciende ligeramentg hasta acceder a la con respecto al camino que pasa por el aljibe, acabando por
parte más honda del istmo que une Meca y el cerrillo situado ser superado por éste en magnitud de tránsito.
al Oeste y, desde aquí, empieza a descender paulatinamente Aunque esta hipótesis fuera cierta, pensamos que el
por la ladera de Poniente dirigiéndose al S. y SE. Camino D se siguió utilizando posteriormente como camino
A pesar de su mala conservación, lo descubierto de él secundario.
nos indica que su base fue ligeramente preparada, y que Según hemos visto al tratar del Gran Nudo de Caminos
soportó un tráfico moderado. es, sin duda alguna, el F el camino secundario que más pro-
Creemos que lo más interesante es su destino, ya sea que blemas nos está dando a la hora de interpretar su trazado.
se dirija al Sur de Meca o al Oeste. En el primer caso tendrá Ello es consecuencia de tres hechos: El salir del Camino
que atravesar el fondo del barranco situado a lo largo del Principal para poco después cruzarle; el coincidir la direc-
vallecillo que corre paralelo a la ladera Sur del Castellar. Si ción de los últimos metros descubiertos de su trayectoria con
fuera así se debió realizar una obra interesante de la que a lo la que lleva el Camino H, y la extraña circunstancia de que
mejor queda algún resto. En el segundo caso, y con el fin de el trazado del Camino Principal Final, en el pequeño reco-
no atravesar dicho barranco tendrá que hacer una curva de rrido que hace desde el punto en que el Camino E sale de él
180" para tomar la dirección 0. o NO. hasta que le cruza, asciende primeramente 1'80 m. para des-
cender seguidamente 2'60 m. Aunque esto sea un contrasen- curva, sería evidente que el Camino F habría sido siempre un
tido que atañe exclusivamente al trazado normal que camino secundario, cuya trayectoria fue prácticamente aban-
venimos observando en el Camino Principal, sin embargo, donada por la del Camino H, y, como máximo, quedó la pri-
incide indirectamente en la interpretación que hemos de dar mera para bajadas y la segunda para subidas.
al trazado del Camino F. Del Camino G tenemos escasos datos debido a lo poco
A todo ello hay que añadir las extraordinarias pendientes descubierto de él. Con mucha fortuna conseguimos localizar
de sus dos tramos descubiertos,las más altas de cuantas hemos su salida del Camino Principal, después su trazado se pierde
visto y que parece imposible que pudieran ser "escaladas" por inmediatamente.
un carro: 21'90% en los veinte metros primeros y 19'65% en La dirección que lleva al salir del Gran Nudo de
los veinte metros siguientes. En este último aspecto hay que Caminos es hacia el NE. Inevitablemente tiene aue conti-
tener en cuenta que las citadas cifras se refieren a pendientes nuar esta dirección durante unos cincuenta metros, discu-
medias. Esto quiere decir que hay zonas con mayores y niendo por la terraza en la que se sitúa el citado Gran Nudo,
menores inclinaciones. Puntualmente en el medio metro final para llegar después al cercano espolón de la ladera en donde
del primer tramo las carriladas casi son verticales. aparecen señales de rodadas que le dirigen hacia el Este, en
A parte de los restantes datos, el simple hecho de cruzar dirección a la zona de las Casas de Meca.
el Camino Principal, en principio no tiene sentido, ya que su Se utilizó al mismo tiempo que el Camino Principal, y
trazado lógico como camino secundario debería arrancar del parece que tuvo bastante tráfico rodado.
punto del Camino Principal en el que se efectúa el cruce. Al hablar de los Caminos B y E dimos las razones por
Como no podemos aceptar hipótesis que no tengan sen- las que apuntábamos la posibilidad de que este camino fuera
tido, tenemos que buscar explicaciones racionales a este, en el que sustituyó a sus trazados. Su destino último quizá fuera
apariencia, absurdo trazado. conectar con la que consideramos cada vez más probable vía
La hipótesis más aceptable de cuantas hemos manejado ibérica que se dirige al E., y cuyas fuertes carriladas se
es la siguiente, según apuntábamos al hablar del Gran Nudo: observan a uno u otro lado de la carretera actual que va de
En un primer momento pudo pertenecer a la trayectoria Alpera hacia Casas de Madrona.
del Camino Principal Inicial. Pero, dada la extraordinaria El Camino H es el último de los caminos secundarios
pendiente antes citada y la falta de consistencia de su base descubiertos hasta ahora. Su inicio se sitúa en tomo al punto
rocosa en los veinte primeros metros de su recorrido, no 2182 m.
pasaron muchos años en que este tramo fuera sustituido por Las señales de su carrilada izquierda, cortando el realce
el trazado del Camino Principal "moderno". No obstante, central y la carrilada derecha del Camino Principal, indican
creemos que, esporádicamente, se siguió utilizando exclusi- que fue utilizado al mismo tiempo que éste. Por ello, al
vamente como camino de bajada, empleándose siempre el hablar del Camino F, apuntamos que, en el caso de que este
nuevo trazado del Camino Principal para las subidas, al camino y el H llegaran a unirse, el trazado del segundo sus-
tener una pendiente más adecuada. tituiría en todo o en parte al del primero.
De todas formas la interpretación definitiva del trazado Sus rodadas están algo más marcadas que las del
del Camino F no la tendremos mientras no consigamos esta- Camino F, aunque la pendiente del único tramo descubierto
blecer la dirección de su destino. Si el rumbo que toma este es algo menor que las de aquél: 18'90%. Este dato hizo que
camino lo cambiara mediante la realización de una curva, apuntáramos también la posibilidad de que, en su caso, el H
que a la fuerza tendría que ser de 180" según la orografía de fuera de subida y el F de bajada.
esta zona, hacia donde se dirige el Camino Principal, la No sabremos su destino concreto hasta que no descu-
hipótesis apuntada sería cierta. bramos algo más de su trazado. No obstante, opinamos que
Dicha curva es lógico que sea realizada bien por el este camino es el que se dirige hacia el NE., mientras que
Camino F o bien por el H, ya que, si no, estos dos caminos el F, algunos metros más adelante de donde le hemos
se juntarían indefectiblemente más adelante. Pero si ocu- dejado, hará una curva de 180" encaminándose al sentido
rriera el caso de que ni el uno ni el otro efectuaran la citada contrario.
ladera muy inclinada, los vehículos no tenían espacio para
apartarse en el caso de que dos de ellos se encontraran circu-
lando en sentidos contrarios. Por ello, como decimos, al mismo
tiempo que se planeó el trazado del camino de acceso se tuvo
que contar con la habilitación de apartaderos. Es buena prueba
de ello su regular distribución a lo largo del Camino Principal
APARTADEROS (Fig. 90). En cuanto a su presencia en los caminos secundarios,
por el momento no hemos encontrado más que el situado en el
Dentro del proyecto de realización del trazado general início del Camino A, aunque pensamos que debieron existir
del Camino Principal, sin duda se contempló la necesidad de con la misma frecuencia que en el Principal.
construir apartaderos para tener el cometido exclusivo que En el estudio de los caminos del interior de la ciudad,
su propio nombre indica. Estos eran indispensables en una realizado en el libro publicado anteriormente a éste, ya tra-
vía en la que su trazado se concibió desde un primer tamos de los apartaderos que en ellos existían. Todos ellos
momento con la anchura de un carro, es decir, el ancho corresponden a un tipo de apartadero que también lo encon-
mínimo por razones prácticas. tramos ahora en los caminos de acceso. Pero además hemos
Si el trazado con el ancho de un carro fue de la comple- documentado otras dos formas de salirse de la vía para ceder
jidad y dificultad que ya vimos al hablar del Camino el paso. Generalmente siempre se procuró realizarlos en
Principal, especialmente debido al movimiento de roca efec- espacios horizontales, a costa de tener que extraer a veces
tuado, es evidente que realizar su trazado con una anchura grandes volúmenes de roca.
doble hubiera sido una empresa prácticamente imposible de El primero de los tipos citados es el más característico y
llevar a cabo. simple. Lo llamamos "apartadero en paralelo".
Pero el construir el camino con el ancho de un carro tenía, Consiste en la ampliación transversal del camino como
lógicamente, el inconveniente de que al discurrir por una mínimo al doble de su anchura en una pequeña zona. Para
áticas de Andalucía Oriental. Allí la cratera de campana es en Andalucía Oriental en los siglos V y IV a.c.:
la forma, junto con las copas de figuras rojas, mds abun- estudio tipológico e iconográfico de la cerámica.
dante del repertorio ático. Las crateras andaluzas perte- Edit. Univer. Complutense.
necen casi en su totalidad al Grupo de Telos. Las escenas -SANTOS, J.A. (1989): Análisis social de la necrópolis de
dionisíacas y de simposio son, por este orden, las más fre- El Cigarralejo y otros contextos funerarios de su
entorno", en ArEspArq 62, pp. 71-100.
cuentes (Sánchez, 1992). - TRIAS, G. (1967): Cerámicas griegas de la Península
Entre el 380 y 350 es cuando se produce el máximo Ibérica". Valencia.
volumen de importaciones, tanto en Andalucía Oriental
como en el Levante y el Sur de la Meseta. Ahora los vasos Continuando con los apartaderos, el siguiente que se nos
griegos son más populares y se encuentran en un mayor presenta se sitúa en tomo al punto 1790 m., por lo que su dis-
número de yacimientos. Tanto en las necrópolis de la Alta tancia con respecto a la zona de la Fuente de Meca es de
Andalucía como en e1 Sureste estos vasos, y sobre todo la otros ciento ochenta metros aproximadamente. Su disposi-
cratera, se utilizan como elementos de prestigio asociados ción es en paralelo pero, en contra de lo normal, su trayec-
a las élites dominantes (Ruiz y Molinos, 1993; Santos, toria es ligeramente curva y con algo de pendiente. Su situa-
ción, sin embargo, es idónea, antes de iniciar la empinada
1989). Los comerciantes griegos, a través de diversos cuesta abajo que lleva hacia la zona del aljibe y dominando
intermediarios, están satisfaciendo una demanda creada visualmente toda la parte baja del Camino Principal hasta
tiempo atrás entre las sociedades ibéricas, demanda de donde lo hemos dejado, y lo descubierto de los cinco
productos de lujo necesarios para la reproducción de un caminos secundarios últimos.
sistema social jerarquizado. Desde diversos puntos de la Fue en este apartadero, concretamente en el camino de
costa, y a través de redes comerciales secundarias, vasos la izquierda, donde descubrirnos señales inequívocas de que
áticos como éstos llegarían a los centros interiores de dis- la circulación se hacía por la derecha. En efecto, aparte de
tribución, donde su posterior redistribución sería contro- la mayor profundidad que las rodadas tenían con respecto a
las del camino derecho, y que ya por sí sólo constituirían
lada por miembros de la élite dominante, posiblemente a una razón de peso, permanecían señales en una zona del
través de un sistema de relación clientelal: Por otra parte, lateral de la rodada izquierda que únicamente las pudieron
la función de los vasos y el significado de las escenas se ocasionar los bordes de las llantas metálicas al rozar dicho
modifican en el nuevo contexto ibérico. La cratera ya no es lateral cuando los carros subían. Estas señles son pequeños
exclusivamente un vaso para mezclar el vino y e1 agua en pero perfectos arcos de circunferencias, seguidos y dis-
el simposio, sino, sobre todo, una urna cineraria. Las puestos de forma que tienen obligatoriamente que haberse
escenas dionisíacas o de banquete pudieron ser "leídas" hecho por las ruedas al subir por él. Si los carros hubieran
tomado este camino para bajar las señales hubieran quedado
de forma diferente, reelaboradas bajo un lenguaje propio,
dispuestas al revés de como están.
destacando su contenido heroificador (Olmos, 1986 y A ciento treinta metros se ubica el aljibe, construído al
1992,19). " parecer en época medieval con el fin de recoger y almacenar
en un punto más bajo el agua de la Fuente de Meca.
Actualmente sigue realizando la misma función, bajándola a
una cota de 28 metros por debajo de aquélla.
Físicamente no hemos podido documentar el apartadero
que aquí debió existir. Pero tanto la apropiada distancia que
le separa del anterior, como el hecho de haberse construído
el aljibe, para lo que se eligiría una zona llana o plataforma
preexistente, juntamente con la posición de algunas huellas
de carriladas conservadas en torno al punto 1936 m., nos
señalan la casi certeza de su existencia. La citada construc-
ción del albibe y la erosión sufrida en esta parte, al coincidir
con la bajada natural de las aguas de lluvia, borraron defini-
tivamente cualquier otra señal.
Según los escasos datos de que disponemos, creemos es un apartadero en sentido estricto, pero las diferentes
que el apartadero era de tipo "en paralelo" y de una longitud salidas de los tres caminos secundarios que de aquí parten, e
algo pequeña comparándola con lo habitual, ya que las cir- incluso los primeros metros del Camino Principal Inicial, sin
cunstancias físicas orográficas no permitían hacerlo más duda sirvieron para tal fin cuando fue necesario. El estudio
largo: de 20 a 25 metros. de esta parte ya quedó realizado anteriormente.
A partir de aquí carecemos de testimonios de la exis- Resumiendo, observamos que a todo lo largo de Camino
tencia de apartaderos en lo que llevamos decubierto del Principal se habilitaron regularmente lugares en los que
Camino Principal. fuera posible que uno o varios carros se apartaran de la vía
No obstante, sirvió para tal fin el inicio del Camino E, para permitir el paso de vehículos que circulaban en sentido
situado en torno al punto 1982 m., es decir, unos 62 metros contrario. Los punto en torno a los cuales se podía realizar
más adelante. Los bordes redondeados de los esquinazos de esta operación (930 m., 1030 m., 1210 m., 1440 m., 1610 m.,
la roca donde se realizó la salida de este camino y su anchura 1790 m., 1920 m., 1982 m. y 2110 m.) o lo que es lo mismo,
(unos cuatro metros) avalan el hecho de su utilización como las regulares distancias existentes entre ellos (100 m., 180
apartadero. m., 230 m., 180 m., 180 m., 130 m., 62 m. y 130 m.) nos
Por último, queda el Gran Nudo de Caminos, situado en informan sobre su prevista instalación a lo largo de su
torno al punto 2110 m., unos 130 metros más adelante. No trazado.
CONCLUSIONES
Hemos visto cómo los datos que nos han proporcionado por los arrastres térreos y pétreos procedentes de las empi-
los caminos de acceso a Meca han ido aportando nuevos e nadas laderas del cerro. Incluso la población medieval, en la
interesantes detalles sobre el desconocido tema de los mayoría de los casos, no actuó negativamente sobre ellas, ya
caminos carreteros prerromanos. que sus construcciones, como hemos tenido oportunidad de
Ya en nuestro último libro sobre Meca dimos un buen ver reiteradas veces, se situaban siempre muy por encima de
número de inéditas informaciones que se referían a los las bases de los caminos. Sólo sufrieron desmantelamientos
caminos exclusivamente o a aspectos relacionados directa- muy puntuales cuando realizaron extracciones de piedra
mente con ellos. De todas formas, al encontrarse dentro de para la construcción, allanamientos, excavaciones de silos o,
la ciudad, muchas facetas tenían connotaciones urbanísticas. excepcionalmente, el aljibe.
Los caminos estudiados ahora son verdaderamente Los ocho caminos secundarios descubiertos, aparte del
tales, aunque no lleguen a ser propiamente vías de comuni- Principal, nos informan sobre la generalización y profusión
cación entre poblaciones. del tráfico rodado en época ibérica. En este sentido obser-
Es decir, ya quedaron estudiados exhaustivamente los vamos que el conjunto de sus trazados tuvo la finalidad de
"caminos" del interior de la ciudad, de los cuales una buena poner en comunicación no sólo mediante animales de carga,
parte de sus recorridos podríamos considerar como calles, sino con carruajes, la ciudad con cualquier punto de las
aunque muy especiales por sus peculiaridades. Ahora, pre- laderas, con todas las zonas circundantes del ceno y, lógica-
sentamos ya verdaderos caminos de ruedas, aunque todos mente, con otras poblaciones.
ellos, al estar instalados en las laderas del cerro, sean Aparte de esta inesperada e interesante red de caminos
caminos de acceso. Queda, pues, por realizar el estudio de encontrada, hemos podido documentar otros hallazgos como
las auténticas vías de comunicación entre poblaciones. En el tramo de empedrado, cuya importancia reside en ser el
este sentido consideramos incuestionable la existencia de primero descubierto y estudiado de esta época.
una de ellas, sin duda de gran importancia y antigüedad, en El dato que obtuvimos en los caminos del interior de la
los alrededores de Meca. ciudad sobre el diámetro mínimo de las ruedas de los carros
Es obvio que el extraordinario tráfico rodado que tuvo la que por aquí circularon (1'03 m.), se puede decir que queda
ciudad hubo de conectar con otras poblaciones mediante una ya definitivamente establecido con los datos recogidos de
vía como ~nl'nimo,de una gran densidad de tráfico; y tam- los caminos de acceso en 1' 17 m.
bién es evidente que la antigüedad de esta vía tuvo que ser También hemos ampliado el conocimiento sobre otros
mayor que la de los caminos de Meca. En relación con estos aspectos, como la forma de circular, los tipos de apartaderos
aspectos cronológicos, los volveremos a tratar más adelante. e incluso el indirecto descubrimiento de la existencia de
Sobre los caminos de los que hablamos en este libro áreas de servicio.
hemos de reconocer la gran suerte que nos ha acompañado En cuanto a la forma de circular, se constató la cos-
en nuestros trabajos de campo, ya que las previsiones que tumbre de elegir siempre el camino de la derecha en los
hace años hicimos sobre los descubrimientos que esperá- apartaderos, y que el carruaje que descendía tenía prefe-
bamos realizar han quedado muy cortas. En efecto, no podí- rencia de paso sobre el que ascendía, quedando obligado
amos imaginar que se conservaran los caminos de la forma éste a apartarse de la vía hasta quedar expedita.
en que lo han hecho, ni mucho menos e1 número de vías La información sobre los apartaderos ha quedado
existentes. Los deterioros originados por agentes erosivos o aumentada en el sentido de haberse averiguado la existencia,
los ocasionados directamente por el hombre después del además del tipo "en paralelo" ya conocido en los caminos de
abandono de los caminos han sido porcentualmente la ciudad, de otro nuevo que llamamos "de entrada y retro-
mínimos. Tanto en uno como en otro caso tuvo una inci- ceso", así como el empleo para tal fin de las salidas de los
dencia sumamente positiva la rápida ocultación de las vías caminos secundarios. Como es lógico, su distribución a lo
largo del Camino Principal se hizo con la regularidad que debió ser primitivamente un cortado rocoso al igual que lo
era necesaria (100 a 200 m.), para evitar los problemas que es la totalidad del contorno de la meseta superior del
se podían ocasionar ante la normal circunstancia de que se Castellar.
encontraran dos vehículos circulando en dirección contraria. Además de la pendiente idónea de todo el Camino
Téngase en cuenta que al ser el camino del ancho de un carro Principal, lógicamente se tuvo que establecer también su tra-
y al estar trazado en una ladera muy inclinada, no había otra yectoria, pero de forma que se realizara ésta con el menor
posibilidad de resolver la citada ciscunstancia. recorrido posible, es decir, haciendo siempre que fueran fac-
También hemos podido constatar indirectamente la tibles los trazados más rectilíneos posibles. Para ello se
necesaria ubicación de áreas de descanso o zonas de ser- tuvieron que eliminar obstáculos, que supusieron en oca-
vicio, cada una de ellas con sus peculiaridades, como la siones el desmantelamiento de zonas puntuales de la ladera
explanada realizada cerca de la puerta de la ciudad, la zona mediante la extracción de muchos metros cúbicos de roca.
de la Fuente de Meca y el Gran Nudo de Caminos. El ejemplo más notorio es la zona de la puerta de entrada a
Pero lo más extraordinario de todo es el propio Camino la ciudad, en donde las modificaciones fueron de tal enver-
Principal de acceso, es decir, el que saliendo de la ciudad gadura que cambiaron completamente el aspecto que tuvo
conduce la mayor parte del tráfico hasta un punto del llano antes de hacerse el trazado. Posteriormente, se fue modifi-
en el que, inevitablemente, enlazará con una vía que conec- cando toda esta área, año tras año hasta los días anteriores al
tará a su vez con otras poblaciones. asedio, originando la explanada que, en parte, ha llegado a
Sus restos nos hablan sobre una obra civil de una enver- nosotros.
gadura en cuanto a costo y dificultad de ejecución, y de una Finalmente se realizó metro a metro el allanamiento de
precisión técnica tales, que no existen testimonios conocidos la base del camino, practicando en la roca de la ladera una
similares en otras culturas de la antigüedad, ya sean ante- plataforma corrida de sección transversal horizontal, de
riores, coetáneas o posteriores. forma que a lo largo de toda la trayectoria del Camino
Lo que se quería conseguir con esta obra era que vehí- Principal no hubiera un solo momento en el que el carro
culos con ruedas pudieran llegar desde el llano, con el menor tuviera que ir inclinado transversalmente. Esta obra supuso
recorrido posible, a nada menos que doscientos metros de un esfuerzo impresionante si se tiene en cuenta los dos kiló-
altura por encima, y alcanzar la cima de un monte que estaba metros de su recorrido y el hecho de que se hizo lo más rec-
toda ella rodeada de altísimos cortados rocosos. tilíneamente posible, obligando con ello a realizar grandes
Un proyecto que se presentara a realizar en el presente, extracciones de piedra de la ladera. A fin de que dichas
con los condicionantes citados, parecería broma o desvarío, extracciones fueran las menores posibles, se hubo de cons-
ya que técnicamente es casi imposible ejecutar. Pero los truir la plataforma citada con el ancho mínimo imprescin-
antiguos iberos consiguieron llevar a buen término esta dible para permitir el paso de un carro -en torno a los 1'80
empresa que, sin duda alguna, sorprendió como tantos otros m.-, obligándose con ello a la creación de apartaderos a dis-
avances tecnológicos suyos a sus coetáneos. tancias regulares.
Aún hoy en día a cualquier visitante que se acerca a ver El resultado de una obra como la citada, con las solu-
esta ciudad rupestre, le cuesta encontrar adjetivos califica- ciones técnicas que hemos ido repasando, no es debido a la
tivos adecuados para expresar su opinión tras contemplar casualidad, sino que presupone la existencia de unos cono-
esta obra, aunque esté ya semioculta en muchas zonas por cimientos muy avanzados en el trazado de vías, que tuvieron
los sedimentos. que irse adquiriendo a base de la realización de obras simi-
Es evidente que la ejecución de esta obra de ingeniería lares durante siglos.
tuvo que contar con un complejo estudio previo de las Pero esta experiencia en salvar obstáculos orográficos
curvas de nivel de todas las laderas y cima, de forma que el era lógica entre los iberos por su costumbre de edificar sus
trazado final propuesto para realizar fuera definitivo. En este poblados y ciudades en los lugares más elevados e inaccesi-
sentido no cabían errores de cálculo que motivaran la reali- bles de que disponían en sus territorios. Por ello no es de
zación de cambios después de iniciada la obra, precisamente extrañar que a un espectador actual le cueste creer que un
por la magnitud y complejidad de ella. carro pudiera subir a la cima de El Castellar de Meca,
En el citado estudio previo, el problema capital a rodeada de altísimos cortados. Sin embargo, la obligada
resolver fue señalar la trayectoria para salvar los citados dos- experiencia de los iberos en este tipo de obras, consiguió lo
cientos metros de altura con la pendiente adecuada: ni tan que parece imposible, aunque para ello tuvieran que des-
baja que hiciera el acceso interminable, ni tan alta que oca- mantelar literalmente, como hemos dicho, toda la parte de la
sionara una dificultad excesiva al tránsito de los animales de ladera en la que ubicaron la puerta de la ciudad.
tiro. Dicha pendiente quedó establecida en torno al 9% de El Camino Principal de acceso a Meca queda para
media a lo largo de los aproximadamente dos kilómetros de siempre como un testimonio más, y al mismo tiempo único
constante ascensión en su género, de la avanzada civilización que tuvieron los
Trasladar los cálculos a la realidad física no debió ser pueblos ibéricos hace dos mil quinientos años.
nada fácil habida cuenta de la orografía del terreno. Los obs- Los resultados obtenidos en los caminos de acceso, rela-
táculos que ofrecía por sí misma la empinada ladera, además tivos a su cronología no hacen más que corroborar lo que
de las barranqueras y altos farallones que contenía, tuvieron quedó demostrado en el último libro publicado de Meca. Allí
que ser tenidos en cuenta a la hora de realizar los cálculos quedó expuesto el aspecto más importante en cuanto a cro-
preliminares. Sin duda, la parte más difícil de la obra, tanto nología de todos cuantos podremos obtener nunca sobre
en su planteamiento sobre el papel como en su ejecución estos caminos, y fue el hecho de que el Camino Principal no
física, fue el trazado de los doscientos metros del recorrido se volviera a utilizar desde el preciso momento en que la
del Camino Hondo. Hay que tener en cuenta que esta zona ciudad fue sometida al asedio previo a su destrucción por
Roma. Desde aquel instante hasta hoy día nunca más volvió de los años se iban haciendo cada vez más profundas hasta
a pasar un carruaje por la puerta de la ciudad y, lógicamente, que llegaba un momento en que el eje de los carros rozaba
tampoco por el resto del Camino Principal de acceso, ya que con el realce que había ido quedando en el centro del
la utilización de éste estaba ligada exclusivamente al paso camino, por lo que este realce tenía que ser desmantelado
por aquélla. Por esta razón es un dato excepcional el poder bajando con ello su cota. Esta operación se pudo repetir
tener la certeza de que los restos que estudiamos son exclu- varias o muchas veces en el Camino Principal dependiendo
sivamente ibéricos, sin posibilidad de que se hayan utilizado de factores como la dureza de la roca, la pendiente del
o sufrido reformas posteriormente, en época romana, camino y la anchura de las carriladas.
medieval, etc. Sobre este aspecto recordemos que, al hablar de los
Los caminos secundarios ahora descubiertos y el caminos del interior de la ciudad en nuestro anterior libro,
Principal han seguido aportando datos arqueológicos en el pusimos como ejemplo el tramo 640-660 m. En él se obser-
mismo sentido, con la presencia constante de estructuras u vaba nítidamente la cota del nivel que tuvo el camino en un
obras medievales incluso sobre las trayectorias situadas en principio, es decir, cuando fue construído, y sus sucesivos
las cotas más bajas. Es decir, mil años más tarde de la des- rebajes en altura hasta llegar a perder 0'64 m. de potencia de
trucción de Meca, la tradición carretera que adquirió esta roca. Este rebaje, exclusivamente ocasionado por el lento
ciudad a lo largo de casi otro milenio, disminuye hasta tal desgaste realizado por el paso de los carruajes a lo largo de
punto que da la impresión de que llega a desaparecer prácti- siglos, se hacía más notorio al tener en cuenta las caracterís-
camente la utilización del carro. Por ello vemos que ni ticas físicas del tramo mencionado: roca muy dura, pen-
siquiera es aprovechada la red viaria preexistente en la zona diente prácticamente nula y rodadas muy anchas.
inferior de la ladera. Si en las citadas condiciones se efectuó el citado rebaje
Si bien el término de la utilización de estos caminos está en altura, no es extraño encontrar, según hemos ido viendo,
perfectamente establecido, no lo está tanto su inicio. En este zonas del Camino Principal de acceso en las que se hayan
sentido el dato arqueológico más importante que nos ha llegado a realizar rebajes de hasta dos metros de altura, espe-
aportado el descubrimiento de los caminos que ahora publi- cialmente debido a una menor dureza de la roca y sobre todo
camos, es la aparición de un departamento ibérico cons- a tener pendientes acusadas. Es evidente que un desgaste de
tmído sobre un camino, obviamente abandonado ya en la profundidad citada sólo se pudo efectuar después de siglos
aquella época. Pero la cronología más alta que se puede ads- de utilización del camino. De acuerdo con este dato, aunque
cribir al exclusivo material cerámico de su ajuar es del siglo sea indirecto cronológicamente hablando, tenemos que
IV-111 a.c., según el estudio realizado en el Apéndice, con el retrasar la fecha de construcción del camino más allá del
que estamos de acuerdo por nuestra parte. Como máximo último siglo citado arriba, en una o dos centurias más como
podemos suponer, según vimos, que dicho departamento se mínimo.
construyera en el siglo V a.c., fecha esta que sigue siendo Resumiendo, estos caminos se utilizaron durante toda la
muy baja dentro de los límites del uso de los caminos de época ibérica, quedando abandonados definitivamente en el
Meca. Por ello, aparte del lote de cerámicas fenicias que se paso del siglo III al 11 a.c., en que la ciudad es destruída. Sus
recogió en el Camino Hondo, y que nos remiten al siglo VI inicios los establecemos con los datos arqueológicos citados
a.c. como mínimo, tenemos que recurrir a otros datos que en época protoibérica como mínimo, sin que quede descar-
indirectamente nos pueden hacer saber algo más sobre su tada la posibilidad de que se realizaran en época preibérica,
antigüedad. de acuerdo con la fecha en la que se admite el inicio de la
Estos datos se refieren principalmente a los rebajes en presencia del carro en la Península: siglo X a.c.
altura que se fueron realizando en la base del camino como A pesar de la antigüedad que establecemos para los
consecuencia del siguiente proceso: Una vez construída la caminos de Meca, sería demasiado suponer que la circula-
plataforma sobre la que pasaría la vía, se inicia el tráfico ción rodada en Iberia haya tenido sus principios aquí. Esto
rodado por ella. Al tener que discurrir los carros siempre por nos obliga a presuponer que existió en esta zona una vía
el mismo sitio debido a la anchura m'nirna con la que se general, obviamente más antigua, muy importante, que
construyó la citada plataforma, se fueron lentamente seña- pasando cerca de esta ciudad la conectara con otras ciudades
lando las rodadas en su base por el simple rozamiento de las ibéricas, siglos antes de que empezaran a estar presentes, en
llantas metálicas sobre la roca. Dichas rodadas con el paso nuestras costas, cartagineses y romanos.
M" del Mar ALFAR0 ARREGUI
Asunción MARTÍN BAÑÓN
En el año 1993, durante la campaña de excavación rea- La primera de ellas es la construcción del camino y su
lizada en la zona del camino ubicada en el tramo 2.060- período de uso, con la formación de las rodadas.
2.080 m. en dirección a las Casas de Meca, se localizaron La segunda se encuentra amortizando a la primera, ya
una serie de piedras alineadas que, en principio, parecían que sobre el camino, y una vez inutilizado, se situarán una
pertenecer a los posibles muros de alguna vivienda. Efecti- serie de viviendas ibéricas, de las cuales éste es un departa-
vamente, a unos tres metros de distancia, hacia el Este, y pa- mento.
ralela a ella, aparecía otra alineación que se correspondía Parece ser que no transcurre mucho tiempo entre el
con el muro de cierre del departamento. Como se encontra- abandono del camino y la construcción de la casa ya que
ban situados sobre el recorrido del camino ibérico, transver- apenas se encontró estrato de abandono y sí una capa de ni-
sales a las rodadas, supusimos que se trataría de una más de velación, con mayor grosor en las zonas de desnivel más
las numerosas viviendas medievales que jalonan la ladera acusado (zona oriental). Esta capa, de consistencia arcillosa,
del cerro y que con frecuencia utilizan el propio camino se encuentra rellenando los huecos dejados por las rodadas
como asiento. Sin embargo, la aparición fortuita de una án- de los carros, dando lugar a una superficie horizontal y re-
fora ibérica completa, aunque fragmentada, junto al muro gular que se constituye en el pavimento de la habitación.
oriental delimitado nos llevó a la realización de un pequeño El departamento estudiado forma parte de una vivienda
sondeo en el espacio interior de los muros con el fin de com- semirupestre del mismo tipo que las documentadas en la me-
probar a qué época pertenecía dicha vivienda. seta superior. Tiene planta rectangular, con unas medidas to-
Los resultados obtenidos fueron bastante sorprendentes tales de 5 m. x 3 m. La pared Sur está excavada sobre la roca
y gratificantes, ya que en lugar de documentarse un nivel de caliza, la cual ha sido rebajada desde una altura no conocida,
ocupación medieval, encontramos un potente estrato ibérico pues en el momento de la excavación ésta se encuentra des-
con abundantes fragmentos cerámicos. Al ser la primera vez truída y desmoronada sobre los estratos arqueológicos. Sólo
que aparece el camino amortizado por una construcción son visibles restos del rebaje en una altura de 0,50 m.
también de época ibérica se consideró conveniente proceder A partir de esta pared Sur la habitación se configura en
a la excavación sistemática del departamento ya que nos tres gradas que descienden en el sentido de la ladera. Están
ofrecía la oportunidad de establecer una fecha de abandono también excavadas en la roca y presentan distintos tamaños
de este tramo del camino y, por tanto, el inicio de uso de y alturas. Sobre la segunda grada vemos cómo apoyan la
otro. construcción de dos muros, formando un ambiente distinto,
de 3 m. x 1,90 m.
La primera de las plataformas tiene unas dimensiones de
3m. de largo y 0,90m. de ancho en su zona mayor. En el ex-
tremo oriental se excavó un silo en la roca con un diámetro
La excavación y documentación del lugar se realizó si- de 0,75 m. y una profundidad de 0,75 m. (Lámina IV.1). En
guiendo un método estratigráfico. La zona a excavar que- su interior no se encontraron más que los restos descom-
daba delimitada entre los muros localizados tras la limpieza puestos procedentes de la pared caliza.
del camino y la pared rocosa se situaba en la zona Sur. A Entre esta primera grada y la segunda se sitúa un esca-
simple vista, esta pared conservaba muestras de haber sido lón de apenas 0,lO-0,15 m. de altura que les sirve de separa-
rebajada verticalmente para formar parte de la habitación, ción.
por lo que se trataba de una vivienda de tipo sernirupestre. Nada más iniciarse la excavación y proceder a la reti-
Los resultados de la excavación nos indican dos fases rada de los grandes bloques pétreos correspondientes a la
constructivas. lancha caliza que sepultaba el departamento, aparecieron en
los extremos Este y Oeste del mismo, dos alineaciones de cerro, es decir unos 5,50 m. de longitud y 3 m. de anchura.
piedras paralelas que aparentemente podrían corresponder a La zona presentaba una acumulación de grandes piedras ca-
los zócalos de unos muros, al menos las situadas en la zona lizas procedentes del desmoronamiento de la pared rocosa.
más oriental que se encontraban algo más ordenadas. Su es- A simple vista podía observarse cómo la pared conservaba
tado de conservación era bastante malo, sin argamasa que las huellas de haber estado trabajada para realizar el muro inte-
cohesionara y apenas se conservaban en un recorrido de rior de cierre de la vivienda.
unos 0,20-0,30 m. Así mismo, la falta de relación entre estos Al estar situada en una ladera no muy pronunciada, pero
"muros" y el resto del departamento nos hacía dudar sobre existiendo una fuerte erosión debido a los agentes atmosfé-
su finalidad. Al encontrarse ubicados en la zona Sur, la más ricos, los estratos se encuentran bastante afectados, especial-
deteriorada por efecto de la degradación de la pared rocosa mente los situados en la zona Sur, donde enseguida d o r a la
y estar prácticamente al descubierto bajo los efectos de la roca. Por ello presentan un desnivel con respecto a la zona
erosión, se dificulta aún más su relación con el resto de es- Norte de 1,20 m.
tructuras ya que no se localizó ningún estrato que pudiera de Se han documentado un total de 19 unidades estratigrá-
una forma u otra permitir su estudio. A su ya discutible uti- ficas (me.) que se corresponden con:
lidad como muros se une el hecho de no estar alineados con
1. Fase de construcción del camino
el resto de estructuras aparecidas en el departamento por lo
2. Fase de amortización
que no descartamos la posibilidad de que correspondan a al-
3. Fase de construcción de la casa
gún elemento posterior al uso de la casa o incluso a que se
4. Fase de abandono
trate de una simple acumulación fortuita de piedras.
5. Fase de derrumbe de los elementos de la casa
La segunda de las gradas tiene unas dimensiones pare-
6. Fase de derrumbe de la pared rocosa
cidas a la anterior, ya que mide 3 m. x 1m. Las paredes Este
y Oeste se encuentran recortadas longitudinalmente y perte- Los primeros estratos arqueológicos que se documentan
necen a los límites de otras dos habitaciones contiguas no se corresponden con los restos de la lancha caída sobre la ha-
excavadas formando una especie de pasillo o paso entre los bitación. Ocupa todo el espacio de la misma y se compone
distintos ambientes. En la zona Norte se ha rebajado otro es- de grandes bloques calizos (u.e. 101) entremezclados con
calón de 0,40 m. que corresponde a la tercera de las plata- una tierra granulosa y blanquecina, fruto de la descomposi-
formas que coincide con lo que sería el espacio principal del ción de la piedra (me. 108) (Lámina 1.1). Bajo él comienza a
departamento, con unas dimensiones de 1,90 m. x 3 m. configurarse la planta del departamento que posteriormente
Dicho espacio se encuentra delimitado por sendos muros pa- se comprobó que estaba formada por tres gradas excavadas
ralelos que discurren de Norte a Sur, apoyando en la segunda en la roca. El primer escalón aparece ahora directamente
grada (Lámina III.2). Estos muros, formados con piedras de bajo el estrato de piedras, presentando en el ángulo Sureste
mediano tamaño tienen una anchura de 0,40 m. y una longi- un silo excavado en la roca (u.e. 114). Su interior se en-
tud conservada de 3 m. el oriental y 2,50 m. el occidental.
Bajo ellos y cubiertas por el pavimento de la habitación, dis-
curren las rodadas del antiguo camino ibérico en desuso,
atravesando de Este a Oeste el departamento (Láminas 11.2 y
m.1). El cierre que evidentemente debía tener la vivienda en
la zona Norte y por donde, casi con toda probabilidad se en-
contraría la entrada, no se conserva debido a que esta parte
de la ladera presenta una fuerte erosión y arrastre de los se-
dimentos (Lámina N.2).
La reconstrucción del departamento parece fácil a partir
de los elementos disponibles. Sobre los zócalos de piedra se
alzarían las paredes de adobe que continuarían sobre las gra-
das recortadas hasta adosarse a la pared rocosa. En el ángulo
Sureste se encontraría el silo y a lo largo de la segunda grada,
muy posiblemente se podría pasar a los departamentos conti-
guos por algún vano practicado en el muro de adobes. Debido
al hecho de encontrarse destruída no se ha podido documen-
tar la existencia de huecos para las vigas de madera en la pa-
red rocosa, elementos visibles en otras viviendas rupestres de
la ciudad. Es de suponer que los maderos irían a apoyar a esta
pared y que todo el techado se realizaría con elementos ve-
getales. El departamento tendría su entrada principal en la
zona Norte que la pondría en comunicación con el tramo del
camino que discurre por la terraza inferior.
Figura 3.- Rodadas del camino bajo los muros del departamento.
corresponde con una vajilla de uso común y de cocina con 2.-Botellita en miniatura de estrecho cuello, cuerpo pi-
abundancia de tapaderas así como un número bastante con- riforme y pie anular de fondo prácticamente plano. Presenta
siderable de ánforas y vasijas de boca ancha. Hay que seña- decoración en color rojo-vinoso a base de líneas y bandas
lar, por un lado, la existencia de una tapadera de gran ta- con serie de semicírculos concéntricos. Tanto las superficies
maño, decorada, que casi con toda probabilidad pertenecería como la pasta son de color anaranjado y los desgrasantes
a alguna tinaja de ancha boca y una vasija de cocina de un muy finos. Se recuperó completa faltando tan sólo el borde
tamaño fuera de lo común. de la vasija.
Se recogieron un total de 2.733 fragmentos, de los cua- Diámetro mínimo: 2,l cm. Diámetro máximo: 6 cm.
les 370 corresponden a cerámica de cocina. Diámetro de la base: 3,3 cm. Altura conservada: 7,4 cm.
(Figura 5)
1.-Vasito de cuerpo bitroncocónico, pequeño borde ex-
vasado, pie anular y fondo levantado. Tiene las superficies Es de características muy similares a la botella que se
de color gris con manchas de tonalidad anaranjada y pasta de documenta en el Depósito Votivo de E1Amarejo (3), aunque
"sandwich" de color gris-naranja-gris con desgrasantes muy de mucho menor tamaño, sin embargo, tipológicamente ha-
finos. Presenta restos de decoración a bandas y líneas en co- blando son prácticamente iguales.
lor rojo-vinoso muy perdida en algunas zonas.
Se conservan seis fragmentos que han permitido recons- 3.-Dos fragmentos pertenecientes a una tapadera de
truir aproximadamentela mitad del recipiente aunque no ca- forma rectangular y sección plana perteneciente posible-
san la parte superior y la inferior. mente a una caja cerámica. Presenta una pequeña elevación
Diámetro del borde: 3,8 cm. Diámetro de la base: 4,4 hacia la zona central donde se localizaria el asidero. Se
cm. Altura aproximada: 6,6 cm. (Figura 5) puede observar por la superficie interior las marcas de ali-
sado así como del corte en los bordes del barro fresco.
Este tipo de vaso de pequeño tamaño suele aparecer en Presenta una decoración en pintura rojo-vinoso consistente
los poblados ibéricos, aunque con tipologías y decoración en una serie de roleos alrededor de su perímetro y otras dos
variadas. El más parecido al que describimos es el locali- bandas de roleos paralelas en la zona central entre las que se
zado en el Depósito Votivo de El Amarejo (1) , encontrán- intercala una serie de SS entrelazadas. Las superficies son de
dose ejemplares similares en toda el área ibérica. Se corres- color rosa-anaranjado y la pasta rosada con desgrasantes
pondería con la forma 20a3 de Cuadrado localizada en El muy finos.
Cigarralejo (2). Anchura: 8 cm. Largo conservado: 9,5 cm. (Figura 5)
Figura 6
Las cajas cerámicas son muy típicas del área celtibérica. nalidades anaranjadas y la pasta tipo "sandwich" de color
En este caso nos encontraríamos ante una cajita de unos 20 gris-naranja-gris con desgrasantes muy finos. Presenta res-
cm. de longitud y 8 cm. de ancho, rectangular. Muy posible- tos de decoración de líneas en pintura de color rojo-vinoso
mente estemos ante una típica forma de importación del in- muy perdida.
terior de la Meseta. Se han recuperado un total de 8 fragmentos que forman
aproximadamente un cuarto de la vasija.
4.-Dos fragmentos macizos de cerámica en los que Diámetro del borde: 18 cm. Altura conservada: 7 cm.
puede apreciarse una esquina. Se encuentra perfectamente (Figura 5)
alisado al exterior. La superficie es de color rosa-anaranjado
y la pasta rosada con desgrasantes muy finos. A simple vista Se han recuperado fragmentos pertenecientes a seis pla-
podría ser un fragmento de pondus pero la similitud de la tos. Dos de ellos son de gran diámetro, números 12 y 17, de
pasta con la de la tapadera anterior y el hecho de tratarse de paredes rectas y pie alto. La decoración es bastante similar.
una superficie angular nos hacen pensar en la posibilidad de Ejemplares de este tipo aunque de menor diámetro, los en-
que sea parte de la caja a la que pertenecería la tapadera des- contramos por ejemplo en el Departamento 20 de Alto
crita anteriormente. Chacón (6) con una cronología entre los siglos III al 11 a.c.,
Largo conservado: 6 cm. Anchura conservada: 3 cm. momento en el que también se sitúa el encontrado en el
(Figura 5) Departamento 3 de El Amarejo (7).
5.-Una fusayola de superficie gris y pasta ocre con 9.-Plato de borde exvasado, pendiente y de paredes casi
desgrasantes muy finos. Falta un poco menos de un cuarto planas. Las superficies son de color rosado y la pasta de to-
pues estaba sin cocer y se fragmentó al descubrirse debiendo nalidad ocre-rosado con desgrasantes muy finos. Presenta de-
ser consolidada. coración pintada en color rojo-vinoso de serie de cuartos de
Altura: 2,3 cm. Diámetro máximo: 2,9 cm. (Figura 5) círculos concéntricos que apoyan en una banda entre dos lí-
neas paralelas. Al otro lado, semicircunferencias concéntricas
6.-Pequeño oinochoe de boca trilobulada de perfil pi- alternando con costillares. En el centro, una circunferencia.
riforme y ancho cuello con pie débilmente indicado. Se con- Se recuperaron un total de doce fragmentos que permi-
serva el arranque de una asa. Las superficies son de color ro- ten reconstrÜir aproximadamente la mitad del plato.
sado al igual que la pasta que contiene desgrasantes muy fi- Diámetro del borde: 3 1,7 cm. Altura conservada: 5 cm.
nos. Se aprecian restos de pintura de color rojo-vinoso aun- (Figura 6)
que no se puede reconstruir la decoración.
10.-Plato de borde exvasado, pendiente, de paredes
Se recuperaron un total de 12 fragmentos que apenas
rectas. Su pie es anular, exvasado, de sección rectangular.
permiten reconstruir poco más de la cuarta parte de la vasija.
Las superficies son de color rosa-anaranjado al igual que la
Diámetro de la base: 4,8 cm. Diámetro máximo: 12,4
pasta que contiene desgrasantes muy finos. La decoración es
cm. Diámetro del borde: 10,5 cm. Altura: 17,3 cm. (Figura 5)
de color rojo-vinoso. En la parte interna lleva costillares que
Es un oinochoe muy poco estilizado y de pequeño tarna- salen del borde alternando con dientes de lobo, zig-zags y
ño, bastante parecido al documentado en el Departamento 3 cuartos de círculos concéntricos, bajo ellos, banda entre dos
del poblado de El Amarejo (4). líneas paralelas de las que cuelgan una serie de cuartos de
círculos concéntricos. Al exterior presenta decoración de
7.-Diecinueve fragmentos de un kalathos de mediano cuartos de círculos alternando con costillares que apoyan en
tamaño de superficies y pasta rosadas con presencia de des- una banda de la que cuelgan series de semicírculos concén-
pasantes muy finos. Se conserva prácticamente completo trico~.Se recuperaron once fragmentos que reconstruyen
con restos de decoración rojo-vinoso aunque no pueden aproximadamente la mitad del plato.
a~reciarselos motivos debido a su mal estado de conserva- Diámetro del borde: 33 cm. Diámetro de la base: 12 cm.
ción. El borde es pendiente con forma de "pico de pato", pa- Altura: 8 cm. (Figura 7)
redes curvadas al interior y fondo levantado.
Diámetro del borde: 17,5 cm. Diámetro de la base: 15,4 11.-Plato de pie anular y fondo ligeramente cóncavo.
cm. Altura: 13,l cm. (Figura 5) Las superficies son rosadas. La pasta es del mismo color con
desgrasantes muy finos. Presenta decoración en color rojo-
Es de características muy similares a la del aparecido en vinoso a base de roleos entre líneas concéntricas paralelas en
el Depósito Votivo de E1 Amarejo (5) aunque de dimensio- ambos lados. El número de fragmentos recuperados es de
nes algo mayores. seis, conservándose completa la base y aproximadamente la
También se documentaron los restos de otro káiathos mitad del cuerpo.
pero de cuello estrangulado de forma muy similar a los apa- Diámetro de la base: 6,5 cm. Altura conservada: 6 cm.
recidos en numerosos yacimientos ibéricos de la zona. (Figura 8)
8.-Kálathos de cuello estrangulado, borde exvasado 12.-Fragmento perteneciente a un plato de borde recto
con labio en forma de "pico de pato", hombro ligeramente de superficies y pasta rosada con desgrasantes muy finos.
marcado y paredes rectas. Las superficies son grises con to- Presenta decoración en pintura color rojo-vinoso muy per-
(4) BRONCANO, S. y BLÁNQUEZ, J.J.: "El Amarejo (Bonete, Albacete)". (6) ATRIAN, P.: "El yacimiento ibérico del Alto Chacón (Teniel)"
E.A.E., núm. 139. Madrid, 1985, pág. 112, no 80. E.A.E., núm. 92. Madrid, 1976,fig. 35a.
(5) BRONCANO, S.: Op. cit., pág. 155, no 145. (7) BRONCANO, S.: Op. cit., pág. 1 16, no 82.
Figura 7
Figura 8
Figura 9
dida, en la parte superior a base de semicírculos concéntri- Diámetro del borde: 30,6 cm. Diámetro de la base: 13,5
cos y en la inferior, cabelleras alternando con cuartos de cír- cm. Altura: 10,9 cm. (Figura 10)
culos concéntricos. Se han recuperado un total de ocho frag-
mentos. 1 7 . 4 u e n c o de borde vertical, ligeramente invasado,
Diámetro del borde: 22 cm. Altura conservada: 16 cm. con alto pie anular y fondo casi plano. Las superficies son
(Figura 8) rosadas al igual que la pasta que contiene desgrasantes muy
finos. La pintura es rojo-vinoso muy perdida al exterior, pu-
1 3 . 4 e i s fragmentos que forman la base de un plato de diendo observarse al interior una decoración a base de ban-
pie anular exvasado de sección rectangular y fondo plano. das y líneas paralelas. Se recuperaron un total de trece frag-
Las superficies y la pasta son de tonalidad rosada con des- mentos que componen la base casi completa y aproximada-
grasantes muy finos. Presenta restos de decoración muy per- mente un cuarto del resto.
dida en pintura rojo-vinoso. Diámetro del borde: 26,7 cm. Diámetro de la base: 11
Diámetro de la base: 8,8 cm. Altura conservada: 3,4 cm. cm. Altura: 11 cm. (Figura 10)
(Figura 8)
Se encontraron dos vasijas de pequeño tamaño, prácti-
14.-Plato de borde recto exvasado, cuerpo de tenden-
camente completas, correspondientes a los no 18 y 19. La
cia globular, fondo casi plano y pie anular exvasado. Las su-
primera de ellas es muy similar a la encontrada en el
perficies son de tonalidad grisácea, la pasta de color gris
Depósito Votivo de E l h a r e j o (11) aunque con baquetón en
claro con desgrasantes muy finos. La decoración, en pintura
el hombro.
rojo-vinoso, es a base de semicírculos concéntricos que
cuelgan del borde, serie de líneas de las que cuelgan semi-
18.-Pequeña vasija de borde exvasado, cuello con un
círculos concéntricos y serie de círculos concéntricos en el
pequeño baquetón, cuerpo globular y base con ligera indica-
centro. Al exterior serie de semicírculos concéntricos.
ción de pie y fondo levantado. Las superficies son de color
El número de fragmentos recuperados es de diez, en-
gris al igual que la pasta, de tonalidad algo más clara, con
contrándose completa la base y aproximadamente la mitad
desgrasantes muy finos.
del cuerpo, del borde, menos de la cuarta parte.
Se recuperaron un total de 39 fragmentos que pennitie-
Diámetro del borde: 21,4 cm. Diámetro de la base: 10
ron reconstruir aproximadamente las tres cuartas partes del
cm. Altura: 8,4 cm. (Figura 9)
recipiente. Presenta una sencilla decoración en el tercio in-
15.-Plato de borde vertical y labio engrosado al inte- ferior de la base consistente en una serie de líneas paralelas
rior. Las superficies son de color rosado y la pasta grisácea incisas. La boca está deformada.
con desgrasantes muy finos. Presenta decoración de bandas Diámetro del borde: 9 cm. Diámetro de la base: 6 cm.
entre dos líneas al exterior y, al interior, línea de la que cuel- Altura: 15 cm. Diámetro máximo: 13,6 cm. (Figura 10)
gan una serie de costillares alternando con semicírculos con-
céntricos y en el centro serie de círculos concéntricos. 19.-Pequeña vasija de borde ligeramente exvasado,
Se han recuperado un total de ocho fragmentos conser- cuello pronunciado, hombro marcado y fondo levantado.
vándose aproximadamente un cuarto del plato. Las superficies son de color negro y la pasta de tonalidad
Diámetro del borde: 26 cm. Altura conservada: 7 cm. gris con desgrasantes muy finos. Se han recuperado un total
(Figura 9) de 28 fragmentos que permiten reconstruir la pieza práctica-
mente en su totalidad.
Tan sólo se recuperaron los restos pertenecientes a dos Diámetro del borde: 9,l cm. Diámetro de la base: 7 cm.
cuencos, de formas y característicasbastante corrientes. Por Diámetro máximo: 16 cm. Altura: 15,4 cm. (Figura 10)
ejemplo, el no 17 correspondería a la forma p5a de Cuadrado
(8) hallada en El Cigarralejo. Igualmente se documenta en 20.-Fragmento perteneciente a la base completa de
otros yacimientos como en El Amarejo (9) con una cronolo- una vasija de pequeño tamaño de cuerpo globular, de base li-
gía del siglo m-II a.c., o en el estrato ibero-púnico de La geramente indicada y fondo levantado con umbo central. La
Alcudia, fechado en el siglo 111-42 a.c. (10) superficie exterior es de color rosa-anaranjado, la interior
El cuenco no 16 presenta como principal característica gris claro al igual que la pasta que contiene desgrasantes fi-
su gran tamaño aunque la forma es bastante común. nos.
Diámetro de la base: 7 cm. Altura conservada: 4,3 cm.
l6.-luenco de gran tamaño de borde vertical invasado (Figura 10)
con pie anular engrosado y fondo casi plano. Las superficies
son de color rosado y la pasta gris claro con desgrasantes fi- 21.-Un fragmento perteneciente a una vasija de pe-
nos. Como decoración presenta al exterior dos líneas incisas queño tamaño de borde exvasado y labio ligeramente engro-
paralelas. Se han recuperado un total de catorce fragmentos sado. Las superficies y pasta son de tonalidad ocre con des-
que forman aproximadamente las tres cuartas partes del grasantes finísimos. Presenta restos de pintura rojo-vinoso
cuenco. muy perdida con decoración a base de líneas.
Los fragmentos recuperados de vasijas de mediano ta- 30.-Veintiún fragmentos de una vasija de mediano ta-
maño corresponden a tipologías bastante comunes en los ya- maño de cuerpo globular. No se conserva ni el borde ni la
cimientos de ésta época, no destacando ninguna caracterís- base: la superficie exterior es rosada y la interior de color na-
tica en concreto. ranja siendo la pasta de tonalidad rosa-anaranjada con des-
grasantes muy finos. Presenta decoración muy perdida en al-
23.-Tres fragmentos de un borde recto ligeramente en- gunas zonas a base de bandas, círculos y cabelleras. Se ha
grosado al exterior de una vasija de mediano tamaño. reconstruído poco menos de la mitad de la vasija.
Presenta restos de decoración en pintura rojo-vinoso. Las su- Diámetro máximo: 32,4 cm. Altura conservada: 25,5
perficies son de tonalidad anaranjada con manchas grises y cm. (Figura 12)
la pasta de "sandwich" de color gris-rosado-gris. Los des-
grasantes son finos. 31.-Vasija de regular tamaño, de cuerpo globular,
Diámetro del borde: 10 cm. Altura conservada: 4,5 cm. borde en forma de "pico de pato" y fondo levantado. La su-
(Figura 11) perficie exterior es rosada y la interior de tonalidad ocre. La
pasta es rosada con desgrasantes finos. Presenta los siguien-
24.-Fragmentos de una vasija de mediano tamaño de tes motivos pintados en rojo-vinoso: banda en el borde, de-
borde de "pico de pato", cuello estrangulado y paredes de bajo decoración en dos bandas a base de serie de costillares
tendencia globular. Las superficies son rosadas al igual que y zig-zags alternando entre líneas paralelas. Bajo ellos, línea
la pasta que contiene desgrasantes finos. Presenta restos de de la que cuelgan una serie de semicírculos concéntricos al-
pintura rojo-vinoso en el borde, muy perdida. ternando con costillares. Se recuperaron un total de setenta y
Diámetro del borde: 18 cm. Altura conservada: 3 cm. dos fragmentos que permiten reconstruir aproximadamente
(Figura 11) la mitad de la vasija.
25.-Fragmento de una vasija de mediano tamaño de Diámetro del borde: 15,3 cm. Diámetro de la base: 9 cm.
borde en forma de "pico de pato". Las superficies y la pasta Diámetro máximo: 37,4 cm. Altura: 29,9 cm. (Figura 12)
son de color rosado, los desgrasantes finos. Esta vasija es muy parecida a la documentada en el
Diámetro del borde: 19,5 cm. Altura conservada: 2 cm. Depósito Votivo de E1Amarejo (13) aunque difiere en la de-
(Figura 11) coración.
26.-Tres fragmentos que casan de una vasija de me- 32.-Tapadera de gran tamaño de borde ligeramente in-
diano tamaño con borde en forma de "pico de pato" y cuello vasado y engrosado al interior con pomo anillado de sección
estrangulado. Las superficies y la pasta son de tonalidad redondeada. Las superficies y la pasta son de color rosado y
amarillenta y los desgrasantes de tamaño medio. los desgrasantes finos. Presenta decoración en pintura rojo-
Diámetro del borde: 22,6 cm. Altura conservada: 2,4 vinoso a base de bandas y líneas paralelas. Se recuperaron
cm. (Figura 11) un total de ochenta y dos fragmentos que forman el agarra-
dero completo y casi todo el borde aunque tan sólo se pudo
27.-Dos fragmentos que casan de una vasija de me-
reconstruir la mitad del cuerpo. Pertenecía a una gran tinaja.
diano tamaño de paredes globulares y pie anular con fondo
cóncavo. Las superficies son de tonalidad rosada al exterior Diámetro del borde: 4 7 3 cm. Diámetro del agarradero:
y ocre al interior. La pasta, de color ocre, tiene desgrasantes 11 cm. Altura: 32 cm. (Figura 13)
de tamaño mediano. Se conserva aproximadamente un cuarto La tapadera anteriormente descrita es bastante anómala
de la base. debido a su enorme tamaño. Hemos encontrado una similar
Diámetro de la base: 12,6 cm. Altura conservada: 6,6 en el poblado de Los Villares (14), aunque sólo se conserva
cm. (Figura 11) el tercio inferior no pudiendo apreciarse el tipo de agarra-
33.-Veinte fragmentos pertenecientes a un recipiente 38.-Vasija de gran tamaño de boca ancha con borde en
de mediano tamaño, cuerpo globular y pie anular exvasado. forma de "pico de pato" y cuerpo globular. La superficie ex-
No se conserva nada del borde. Presenta decoración en pin- terior es rosada y la interior de tonalidad ocre rosada con
tura rojo-vinoso a base de bandas, círculos concéntricos y pasta rosada al exterior y ocre al interior con desgrasantes fi-
serie de cuartos de círculos concéntricos. Sus superficies son nos. Presenta decoración de una banda en el cuello en pin-
rosadas con pasta gris de núcleo rosado y desgrasantes muy tura rojo-vinoso. Se recuperaron un total de cuatro fragmen-
finos. Se conserva aproximadamente la mitad de la vasija. tos que recomponen aproximadamente la mitad del borde.
Altura conservada: 19 cm. Diámetro máximo: 21 cm. Diámetro del borde: 38,4 cm. Altura conservada: 12 cm.
Diámetro de la base: 13 cm. (Figura 13) (Figura 15)
Como puede observarse, la típica decoración de este re- 39.-Vasija de gran tamaño y ancha boca de borde en
cipiente no se encuentra colocada en la forma habitual sino forma de "pico de pato" y cuerpo globular sinuoso. Las su-
invertida. Aunque la hipotética base presenta desgaste en la perficies y pasta son de color rosado con desgrasantes finos.
parte inferior, en el punto de apoyo, motivo por el cual he- Presenta restos de pintura rojo-vinoso muy perdida. Sólo se
mos dibujado la vasija en esta posición, es posible también ha recuperado un fragmento.
que corresponda a la parte superior de la misma constitu- Diámetro del borde: 50 cm. Altura conservada: 11 cm.
yendo un "doble borde" desgastado por el roce de una tapa-
(Figura 15)
dera o incluso pudiera ser un fondo con perforación central
que apoyaría en otra vasija. No hemos encontrado de mo-
mento un paralelo que nos permita definir la funcionalidad Esta vasija es muy similar a la aparecida en el Depósito
de este vaso. Votivo de El Amarejo (15).
34.-Dos fragmentos de una vasija indeterminada de 40.-Vasija de regular tamaño, de boca ancha, con
perfil prácticamente recto. Se aprecian el arranque y huellas borde de "pico de pato", cuello moldurado y paredes de ten-
de un asa semicircular pegada. Las superficies y la pasta son dencia globular. La superficie exterior es de color rosado y
de color rosado con desgrasantes medianos y finos. Se apre- la interior de tonalidad grisácea con un ligero engobe ro-
cia decoración muy perdida de cuartos de círculos concén- sado. La pasta es de color gris y contiene desgrasantes de ta-
trico~que apoyan en una banda y serie de roleos que bajan maño mediano y fino. Se aprecian restos de decoración en
en sentido transversal a los mismos. pintura de color rojo-vinoso pero la decoración sólo se
Altura conservada: 16,5 cm. (Figura 14) puede observar en algunos fragmentos del cuerpo que no ca-
san. Esta consiste en una serie de cuartos de círculos con-
35.-Vasija de gran tamaño de boca ancha con perfil en céntricos colgando de una serie de líneas paralelas. Sólo se
forma de "pico de pato" y cuerpo globular. La superficie in- conservan diez fragmentos.
terior es anaranjada y la exterior rosada. La pasta es de tipo Diámetro del borde: 28 cm. Altura conservada: 23 cm.
"sandwich" de color rosado-gris-anaranjada con desgrasan- (Figura 15)
tes finos. Presenta decoración de líneas paralelas de las que
cuelgan una serie de semicírculos concéntricos. Se han re- 41.-Gran vasija de diámetro máximo mayor que su al-
cuperado un total de cincuenta y seis fragmentos con los tura, borde de "pico de pato", cuello estrangulado, con pare-
cuales sólo se ha reconstruido un cuarto del cuerpo y unas des globulares, pie anular y fondo cóncavo. Las superficies
tres cuartas partes de la boca. son de color rosa-anaranjado y la pasta tipo "sandwich" de
Diámetro del borde: 28, 1 cm. Altura conservada: 15 color rosa-gris-rosa con desgrasantes finos. Presenta decora-
cm. (Figura 14) ción de bandas paralelas en pintura rojo-vinoso.
Se han recuperado un total de cincuenta y siete frag-
36.-Vasija de regular tamaño de boca ancha y borde en mentos que reconstruyen la base completa y aproximada-
forma de "pico de pato7'. Las superficies son de color rosado mente un cuarto del borde y cuerpo. No casan los fragmen-
y la pasta tipo "sandwich" de color rosado-ocre-rosado con tos de la parte superior con los de la inferior.
desgrasantes finos. Presenta decoración de bandas paralelas Diámetro del borde: 60 cm. Diámetro de la base: 14 cm.
en color rojo-vinoso. Se han recuperado cuatro fragmentos Diámetro máximo: 72 cm. Altura: 50 cm. (Figura 15)
que forman aproximadamente un cuarto del borde.
Diámetro del borde: 28 cm. Altura conservada: 6 cm. Esta gran vasija de ancha boca se corresponde con la
(Figura 14) forma 10b de Cuadrado (16), con una cronología, para El
Cigarralejo, que abarca del siglo IV al 11 a.c. Se encuentra un
37.-Tres fragmentos del borde de una vasija de gran ejemplar de las mismas características en el Departamento 4
tamaño de labio engrosado y exvasado. Las superficies y la
pasta son de color anaranjado y los desgrasantes finos. Se
conserva aproximadamente un cuarto del borde.
Diámetro del borde: 34,8 cm. Altura conservada: 2 cm. (15) BRONCANO, S.: Op. cit., pág. 146, no 119.
(Figura 14) (16) CUADRADO, E.: Op. cit., pág. 165.
Figura 14
Figura 15
Figura 16
de E1 Amarejo (17), con una cronología del siglo ILI al 11a.c. Diámetro de la boca: 16 cm. Diámetro máximo: 39,4
Posiblemente la gran tapadera descrita con anterioridad per- cm. Altura conservada: 52 cm. (Figura 17)
teneciera a una vasija de estas características. Es muy parecida a la encontrada en el Depósito Votivo
de El Amarejo (22).
42.-Vasija de gran tamaño de borde en forma de "pico
de pato", cuello estrangulado con ligera moldura, asas gemi- 45.-Ánfora ibérica de borde almendrado, cuerpo ova-
nadas y cuerpo ligeramente ovalado. La superficie exterior lado y fondo cóncavo. Se conservan las dos asas, a cuya al-
es rosada y la interior ocre al igual que la pasta que presenta tura se aprecia una decoración de dos líneas incisas parale-
desgrasantes finos. las. La superficie exterior es rosada y gris claro al interior
La decoración, en color rojo-vinoso, es la siguiente: dos con desgrasantes finos. Se recuperaron un total de ochenta y
bandas paralelas a base de serie de costillares alternando con tres fragmentos conservándose la boca y la base completas y
zig-zags. Bajo ellas, dos líneas paralelas de las que cuelgan numer6sos fragmentos del cuerpo que no casan.
Diámetro del borde: 15,2 cm. Diámetro máximo: 40,4
círculos concéntricos alternando con costillares. Debajo,
cm. Altura aproximada: 80 cm. (Figura 17)
bandas paralelas.
Se recuperaron un total de ciento treinta y dos fragmen- Es de características similares a la documentada en el
tos que reconstruyen poco más de la cuarta parte de la vasija. Departamento 3 de El Amarejo (23).
Diámetro del borde: 27,7 cm. Diámetro máximo: 58 cm.
Altura conservada: 40 cm. (Figura 16) 46.-Ánfora de borde almendrado, cuerpo ovalado y
fondo cóncavo. La superficie exterior es rosada y la interior
La forma y dimensiones de este vaso es muy semejante, de color gris claro con un engobe de tonalidad rosada. La
salvo las asas, del aparecido en el Departamento 1 de El pasta es de color gris y los desgrasantes medianos. Se recu-
Amarejo (18). peraron un total de 99 fragmentos reconstruyéndose un
cuarto del borde, parte de hombro con un asa y aproximada-
43.-Medio tonelete de cuerpo cilíndrico. Presenta un mente la mitad de la base. Los fragmentos de la zona inter-
rehundimiento transversal a lo largo de todo su cuerpo para media no casan.
ser colgado. La boca es de borde recto y cuello estrangulado Diámetro del borde: 20 cm. Altura aproximada: 84,4
pero no casa con el resto del recipiente. Se conservan las dos cm. (Figura 17)
bases completas pero ninguna de las asas. Las superficies
son de tonalidad anaranjada con vetas grises y la pasta gris 47.-Ánfora de borde ligeramente invasado y engro-
con desgrasantes medianos y finos. Se recuperaron un total sado al interior de cuerpo ovalado y fondo cóncavo con ón-
de setenta y dos fragmentos. falo marcado al exterior. Las superficies son rosadas, la
Diámetro de la boca: 10,2 cm. Diámetro de las bases: pasta de color gris y los desgrasantes finos. Se recuperaron
10,4 cm. Altura: 30,s cm. Longitud: 52 cm. (Figura 16) un total de ciento cinco fragmentos reconstruyéndose la
boca y la base por completo así como el hombro con una de
Tan sólo se han encontrado los restos de un tonelete las asas. Los fragmentos del cuerpo apenas casan entre sí.
cuya parte inferior se encontraba prácticamente completa, Diámetro del borde: 14,8 cm. Diámetro máximo: 40 cm.
no pudiéndose apenas reconstruir la parte superior del Altura aproximada: 77 cm. (Figura 17)
mismo. Debido a su utilidad como recipiente para almace- 48.-Ánfora de borde almendrado, hombros marcados,
naje de líquidos, su aparición es bastante frecuente y su cro- cuerpo ovalado y fondo cóncavo. La superficie exterior es
nología muy amplia. El estudio realizado en su día por de color rosa-anaranjado y la interior anaranjada con vetas
Fletcher (19) nos da una idea bastante clara, completado grisáceas siendo la pasta de tipo "sandwich" de color ro-
posteriormente por el realizado por Francisca Hernández sado-gris-anaranjado-griscon desgrasantes finos. Se recupe-
(20). Ampliamos con este ejemplar el área de dispersión de raron un total de cuarenta y siete fragmentos que reconstru-
los mismos, siendo los más cercanos los documentados en el yen casi por completo la parte superior y media, faltando la
poblado de El Amarejo (2 1). base, aunque no casan entre sí. A la altura de las asas se apre-
cian cuatro líneas incisas paralelas.
44.-Ánfora ibérica de cuerpo cilíndrico de borde re- Diámetro del borde: 13,4 cm. Diámetro máximo: 30 cm.
dondeado y engrosado. Las superficies son de color gris y la Altura conservada: 54 cm. (Figura 17)
pasta tipo "sandwich" de color gris-naranja-gris con desgra-
santes finos. Se recuperaron un total de noventa y dos frag- Esta ánfora, de pequeño tamaño, es de dimensiones pa-
mentos, estando completas la boca y reconstruyéndose parte recidas a la encontrada en el Depósito Votivo de El Amarejo
del cuerpo que conserva un asa. (24) aunque en este caso no presenta asas.