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DEUTERONOMIO 16:21-17:7
por
Julio de 2018
INTRODUCCIÓN
1
R.E. Clements. Deuteronomy (England: Sheffield Academic Press, 1997), 19.
complementará el papel de la justicia con la aplicación de la misma al grado de
sentencia de muerte. Stephen Green tiene presente este elemento al decir que “la
ley que pertenece a los jueces es seguida inmediatamente por una serie de leyes
concernientes a las formas prohibidas de adoración, particularmente la adoración
de otros dioses. Muchos eruditos entienden estos versículos como intrusivos en la
colección más amplia de leyes que abordan el uso de la autoridad y la justicia en
la sociedad”.2 Teniendo de fondo un problema de idolatría, falsa adoración y la
manera como se aplica la sentencia en contra de estas atendiendo el hecho de
“traspasar el pacto”. Por cierto, que la única vez que aparece esta frase “[…]
traspasando su pacto [...]” en Deuteronomio se encuentra en nuestro pasaje de
estudio.
CAPÍTULO I
Análisis Textual
La construcción del pasaje Dt. 16:21 al 17:7 es sencilla. Dos oraciones que
Deuteronomio esta palabra que mayormente traduce como aborrecer pero que
también podría traducirse como odiar. “No plantarás ningún árbol para Asera [...] ni
te levantarás estatua, lo cual aborrece Jehová, tu Dios” (Dt. 16:21, 22).
largo, cruzar o ser arrogante). La razón es que solo aparece una vez en
2
Stephen G. Green. Deuteronomy: A Commentary in the Wesleyan Tradition
(Kansas City: Nazarene Publishing House, 2015), 180.
Deuteronomio en el 17:2 “Cuando se halle entre los tuyos, en alguna de las
ciudades que Jehová, tu Dios, te da, un hombre o una mujer que haya hecho lo
malo ante los ojos de Jehová, tu Dios, traspasando su pacto [...]”. Este verbo está
ligado al pacto, tema principal del libro de Deuteronomio. Este mismo verbo
aparece en otros textos del AT al hablar de “pasar el Jordán” (Jos. 3:14,17), “pasar
a la guarnición de los filisteos” (1Sam. 14:4), “pasé luego a la puerta de la Fuente
y al estanque del Rey [...] (Neh. 2:14), “¿No eres tú el que secó el mar, las aguas
del gran abismo, el que transformó en camino las profundidades del mar para que
pasaran los redimidos?” (Isa. 51:10) entre otros más. La idea que está implícita en
este verbo de una dinámica, de pasar de un lado a otro puede acercarnos a
alguna de las implicaciones que tiene el “traspasar el pacto” saliendo de la
circunscripción de vida a la cual se le invitó al pueblo de Israel en el segundo
pacto que presentó Moisés en Deuteronomio a una propia manera de vida, “tu
propio pacto”.
Parece ser una interrupción sobre el desarrollo de los jueces, pero es “una
característica propia de la manufactura del libro de Deuteronomio, que combina
leyes cultuales con ético-sociales”4.
En su contexto inmediato se viene desarrollando la administración de
jueces que tendrán el propósito de juzgar al pueblo “[...] con justo juicio” (Dt. 16:1).
Dicho sistema judicial tiene su jurisdicción “en todas las ciudades que Jehová tu
Dios te dará [...]” (Dt. 16:1). Este elemento está ligado a la idea final del pasaje
objeto de estudio donde se implementa la justicia, “cuando se halle entre los tuyos,
en alguna de las ciudades que Jehová, tu Dios, te da, un hombre o una mujer que
haya hecho lo malo ante los ojos de Jehová, tu Dios, traspasando su pacto [...]”
(Dt. 17:2). Por lo que hay al menos dos razones para la inclusión de estas leyes
(“No plantar ningún árbol para Asera [...] ni levantar estatua [...]” y “No ofrecer
sacrificio [...] en el cual haya defecto o alguna cosa mala […]”) “: primero, los
crímenes religiosos deben ser adjudicados; y segundo, debe haber una
racionalidad que determine la acción correcta en todas las otras relaciones del
pacto”5.
4
Juan Luis De León. Deuteronomio (España: Desclée de Brouwer, 2009), 175.
5
Stephen G. Green., 182.
requiere no solo de esa circunscripción geográfica sino también moral. No es su
tierra, no es su vida. Es la tierra y la vida que Dios ofrece y por lo tanto es bajo sus
términos. Israel “[...] oye los estatutos y decretos que yo os enseño, para que los
ejecutéis y viváis, y entréis y poseáis la tierra que Jehová, el Dios de vuestros
padres os da. No añadiréis de la palabra que yo os mando ni disminuiréis de ella,
para que guardéis los mandamientos de Jehová, vuestro Dios, que yo os ordeno.”
(Dt.4:1,2).
El pacto, más que una serie de normativas inertes, opresoras y arbitrarias,
son en realidad el ofrecimiento de vida plena y en abundancia. Israel no puede
ofrecerse absolutamente nada. En contraste, Dios puede ofrecerle demasiado. Sin
embargo, el punto no es ofrecer demasiado sino saber que el que puede ofrecer
es Dios. La cuestión medular del pacto es su decantar natural, Dios es quien
ofrece vida nueva (pacto) bajo sus términos y a la vez define a Israel como su
creatura, “[...] vosotros, que seguisteis a Jehová, vuestro Dios, todos estáis vivos
hoy” (Dt. 4:4). El pacto y sus términos nos hablan de la soberanía de Dios. La
libertad de Israel se expresa al decidir o no entrar en el pacto, entrar en dicha
relación con Dios. No tiene injerencia alguna para modificar o rechazar los
términos del pacto. La bendición de Israel radica en saber que Dios dispuso lo
mejor para ellos bajo esos términos. El pacto sitúa a Jehová como Dios y Israel
como su creatura. Los mandamientos dentro del pacto son la condicionante de
dicha aseveración, “en Israel, todo dependía del reconocimiento de que el Señor
era su soberano del pacto. Una vez que los israelitas se alejaron de él, toda su
vida nacional quedaría socavada. Eran su pueblo, elegidos para mostrar su gloria
haciendo su voluntad, y entonces deben obedecer su ley.”6
Un detalle más. Existe en Deuteronomio todo un aparato en contra de la
idolatría, “no harás para ti escultura ni imagen alguna […]” (Dt.5:8), “[...] así habéis
de hacer con ellos: sus altares destruiréis, quebraréis sus estatuas, destruiréis sus
imágenes de Asera y quemaréis sus esculturas en el fuego” (Dt. 7:5), entre otros
6
P.E. Brown. Deuteronomy: An expositional commentary (Leominster, Reino Unido:
Day One Publications, 2008), 143.
más7. Sin embargo, resulta relevante este pasaje donde Dios le pide a Israel,
“guarda, pues, mucho vuestras almas, pues ninguna figura visteis el día que
Jehová habló con vosotros de en medio del fuego, para que no os corrompáis y
hagáis para vosotros escultura, imagen o figura alguna, efigie de hombre o mujer”
(Dt.4:15,16). Una idea muy clara es, “[...] ninguna figura visteis el día que Jehová
habló [...]” (Dt. 4:15). Una apreciación visual puede resultar incorrecta a la hora de
contemplar el carácter y esencia de Dios y trascendentalmente trágica como le
sucedió a Eva en el Edén (Gén. 3:6). Por otro lado, Moisés pone como plataforma
legítima y categórica de la apreciación correcta de Dios, sus palabras, “[...] Jehová
habló con vosotros en medio del fuego [...]” (Dt.4:15) dadas de manera
contundente y fuerte para enfatizar el medio adecuado de su revelación a Israel,
“estas palabras las pronunció Jehová con potente voz […]” (Dt.5:22).
Esta es una de las razones más claras del por qué hay una intención de
pulverizar todo vestigio e intención de idolatría en la tierra nueva, además de
enfatizarles que Él es el objeto único de sus afectos. Dios se expresa de manera
clara, sus mandatos y enseñanzas, son Él.
“No plantarás ningún árbol para Asera cerca del altar de Jehová[...]” v.21
7
Deuteronomio 7:25; 12:29-32; 16:21-22.
8
R. Lloyd. Estudios bı́blicos ELA: al este de la frontera (Deuteronomio) (Puebla,
México: Ediciones de las Américas,1994), 80.
de Asera, en todo collado alto y debajo de todo árbol frondoso.” (1Reyes 14:23);
“como un recuerdo para sus hijos. Sus altares y sus imágenes de Asera están
junto a los árboles frondosos y en los collados altos.” (Jeremías 17:2). Sin duda
era abrir una posibilidad al sincretismo como lo hizo Manasés (2Reyes 21:7) y
Acab (1Reyes 16:33). Asera quien era una de las principales deidades femeninas
veneradas en el antiguo Canaan era representada por el tronco de un árbol sin
ramas plantado en la tierra. Un tronco generalmente tallado en representación
simbólica de la diosa. Debido a la asociación con árboles tallados se le buscaba
un lugar especial bajo la sombra de un árbol frondoso en especial un pistacho.
Como también se le consideraba la diosa de la luna y se le presentaba como
consorte de Baal, dios del sol. “Así que la práctica descrita fue una mezcla
deliberada de dos religiones, al tiempo que se dirigía al Dios de Israel. Realmente
significaba falta de fe, ya que significaba que los israelitas realmente no confiaban
en su propio Dios para darles fertilidad de la tierra y buenas cosechas”9.
Dios había sido muy claro, “destruiréis sus imágenes de Asera y quemaréis sus
esculturas en el fuego” (Dt.7:5;12:3). Esta era la razón por la cual representaba un
aborrecimiento para Dios.
Su trascendencia es colectiva. Esta prohibición tiene todo el peso del
conocimiento de las consecuencias de no llevarla a cabo por lo que “la premisa de
vv 21-22 es el concepto de pacto. No solo el compromiso significa el vínculo que
une a Israel con Yahweh, sino que también es la asociación de las relaciones y los
roles que conectan a las personas con las personas. Adorar a otros dioses es
causar no solo un alejamiento de Yahweh sino también abandonar la comprensión
política de que su leal vínculo con Yahweh produjo sus relaciones y roles sociales.
Por lo tanto, una ruptura en el pacto con Yahweh causó una ruptura en el pacto
entre ellos. Una comunidad comprende la acción correcta para desempeñarse en
los diversos roles y relaciones basados en narrativas y prácticas de identidad
compartida”10.
9
David F. Payne. Deuteronomy (Louisville, Kentucky: Westminster John Knox
Press, 1985), 103.
10
Stephen G. Green., 182.
“No ofrecerás en sacrificio a Jehová [...] cordero en el cual haya defecto [...]” 17:1
Hay un pasaje muy claro respecto a este asunto, “Cuando ofrecéis el animal
ciego para el sacrificio, ¿acaso no es malo? Asimismo, cuando ofrecéis el cojo o el
enfermo, ¿acaso no es malo? Preséntalo, pues, a tu príncipe; ¿acaso le serás
grato o te acogerá benévolo?, dice Jehová de los ejércitos.” (Mal. 1:8), por
supuesto, también “era hipocresía, ya que daba la apariencia impresionante de un
acto piadoso, pero era un ardid para ahorrar dinero, ya que obviamente esos
animales alcanzarían precios bajos en el mercado. No se menciona ningún
castigo, pero las palabras fuertes sobre la actitud de Dios hacia tal conducta hacen
su propio punto.”11
Si el otro punto tenía que ver con el sincretismo, este mandato tiene que ver
con la infidelidad pues es “con compromisos aparentemente inofensivos y
desviaciones de la voluntad revelada de Dios, que la infidelidad espiritual
generalmente comienza.”12 Siendo esto también abominable para Dios.
11
Payne., 103.
12
Brown., 143.
Creador y Redentor ya no definiría lo correcto o lo incorrecto; se definiría por el
camino del mundo, por sentimientos internos y por preferencias personales. Este
es en gran medida el estado del mundo de hoy. No esperamos que la idolatría sea
castigada con la muerte por las autoridades civiles ahora, pero la pena sigue
siendo la siguiente: "La paga del pecado es muerte" (Romanos 6:23).”13
Este sistema judicial tiene dos elementos importantes que asegura su
proceso pero sobre todo la seguridad de que se procede con justicia. No es fácil
de este lado de la línea del pecado apreciar este proceso que concluye con la
pena de muerte. Parecería exagerado e innecesario. Tal vez sea necesario
replantear el termino justicia, “quizás la justicia se define, no por alguna teoría
general en la que todas las racionalidades estén de acuerdo, sino por la
especificidad de cada tradición que utiliza el concepto de justicia. En otras
palabras, la justicia se define por una racionalidad comunitaria. Si esto es así, solo
Yahweh define justicia y justicia para el antiguo Israel. Estos conceptos tienen su
significado solo en el contexto de la comprensión de Israel del pacto con Yahweh.
El entendimiento del pacto de Israel depende de reconocer a Yahweh solo como
Dios”14.
13
Brown., 144.
14
Stephen G. Green., 182.
exclusión de la iglesia, y 1 Corintios 5: 5 deja en claro tanto la seriedad de esto en
términos espirituales como su intención remediadora final.”15
Finalmente, “[...] la mano de todo el pueblo [...]” (Dt.17:7) caía sobre el
culpable y así apartaban el mal de en medio de ellos. “La preocupación por la
responsabilidad y la rendición de cuentas por parte de la comunidad se refleja en
la exigencia de que los testigos sean los primeros en llevar a cabo la sentencia,
seguidos por el resto de las personas. Los miembros de la corte no pueden
separarse de las implicaciones de sus acciones. Ellos y la comunidad en su
conjunto son responsables de todo el proceso y demuestran su integridad y la del
proceso, la justicia del asunto, al ser los responsables no solo de la condena sino
también de la ejecución. Obviamente, esto está muy lejos de la mayoría de los
sistemas contemporáneos de justicia, donde la responsabilidad de llevar a cabo la
sentencia se entrega a los representantes de la comunidad que no tienen una
participación directa en el caso. En una sociedad compleja, una demanda de
responsabilidad tan directa como se encuentra en Deuteronomio puede ser difícil;
pero, de acuerdo con Deuteronomio, así es como se mantiene la integridad del
proceso judicial.”16
CONCLUSIÓN
Dios. Dios tomo a bien describir los pasos del proceso judicial que atendería en
Jehová”. Ese mismo proceso será aquel que tengamos muy presente en la tierra
15
Brown, 144.
16
P.D. Miller. Deuteronomy. Interpretation, a Bible commentary for teaching and
preaching. (Louisville, Kentucky: Westminster John Knox Press, 1990), 144.
LISTA DE REFERENCIAS
Barriocanal, José Luis. Reseña bíblica: el libro del Deuteronomio. Navarra, España: Verbo
Divino, 2017.
Christensen, Duanel L.. Word Biblical Commentary: Deuteronomy 1-21:9 Vol 6A. Dallas,
TX: Word Books, Publisher, 2002.
Keil, Carl Friedrich y Franz Delitzsch. Comentario al texto hebreo del antiguo testamento.
Barcelona: CLIE, 2008.
Lloyd, R.. Estudios bı́blicos ELA: al este de la frontera (Deuteronomio). Puebla, México:
Ediciones de las Américas,1994.
Miller, P.D. Deuteronomy. Interpretation , a Bible commentary for teaching and preaching.
Louisville, Kentucky: Westminster John Knox Press, 1990.
Payne, David F. Deuteronomy. Louisville, Kentucky: Westminster John Knox Press, 1985.
Schultz, Samuel J. Deuteronomio: El evangelio del amor. Grand Rapids, MI: Publicaciones
Portavos Evangelico, 1979.
Tapia, Omar y Carlos Soltero. Éxodo, Levítico, Números, Deuteronomio. Navarra, España:
Verbo Divino, 2010.