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Debido al amplio uso del término, resulta especialmente complejo ofrecer una
definición exhaustiva de la religión o del fenómeno religioso. Sin embargo se puede
afirmar que como hecho antropológico engloba, entre otros, los siguientes
elementos: tradiciones, culturas ancestrales, instituciones, escrituras, historia,
mitología, fe y credos, experiencias personales, interpersonales, místicas, ritos,
liturgias, oraciones y otras. Para un estudio detallado es útil señalar que la religión
es uno de los objetos de estudio centrales de la teología y en ello Bernard Lonergan
señala ocho especializaciones funcionales constitutivas que generan un marco
amplio de análisis: 1) la investigación de datos, 2) la interpretación, 3) la historia, 4)
la dialéctica, 5) la explicitación de fundamentos, 6) el establecimiento de doctrinas,
7) la sistematización y 8) la comunicación. Por ejemplo, el debate religioso ganará
efectividad al centrarse en un tema puntual, como interpretar críticamente el mismo
texto o comparar fundamentos interreligiosos, pero difícilmente avanzará al mezclar
los ocho elementos sin método alguno.
Más aún, las contradicciones son a veces solo aparentes. Uno de los elementos de
debate puede rastrearse al observar que la palabra «religión» en ocasiones se usa
como sinónimo de «religión organizada», «organización religiosa», o "jerarquía
religiosa" es decir, grupos de personas que respaldan el ejercicio o la actividad de
ciertas creencias y ceremonias, frecuentemente bajo la forma de entidades legales.
Es decir, el debate puede explicarse del siguiente modo: mientras los teístas suelen
argumentar sobre los méritos de la auto trascendencia humana o la naturaleza de
la divinidad, los no-teístas critican los efectos nocivos de una jerarquía religiosa que
favorece la decadencia de un colectivo. Bajo una óptica dialéctica, es razonable
notar elementos de razón en ambos argumentos.
Para elaborar sobre el origen del debate anterior, es útil seguir el análisis de
especialización funcional, estratificación y jerarquía propuesto por Niklas Luhmann,
donde las diversas actividades al interior de los colectivos ganan naturalmente
detalle, prioridad y subordinación conforme los grupos se desarrollan. Así, diversas
experiencias, significados, convicciones y expresiones son atendidas primero los
individuos más capaces, para después generar roles religiosos y eventualmente
jerarquías entre individuos. Puede así entenderse que con tiempo las jerarquías
religiosas suelen subordinar el interés colectivo al propio, auto afirmar su autoridad
y establecer marcos normativos que les beneficien, consolidando la clausura
operativa de un grupo, descrita también por Luhmann. Sin embargo ese mismo
hecho, activa la imposibilidad futura del acoplamiento estructural del sistema
religioso con su entorno, iniciando un proceso de decadencia.
MAGIA Y RELIGIÓN
Frazer consideraba que el primer golpe que transformó a la humanidad, para desistir
de la magia como regla de fe y práctica, fue reconocer «su impotencia para manejar
a placer ciertas fuerzas naturales que hasta entonces se habían supuesto dentro de
su mandato».Dentro de esta concepción es posible entender que la inteligencia de
los hombres comenzaba a percibir que la práctica de la magia no producía
precisamente los resultados esperados, que con anterioridad significaban una
realidad. A esto le siguió un largo período de un pensamiento reflexivo que hizo la
transición hacia la religión de manera gradual, por el mayor conocimiento de las
fuerzas con un poder superior al del hombre y el desarrollo del conocimiento. Frazer
concluyó que el paso definitivo de la magia a la religión se da en «la confesión de la
entera y absoluta dependencia del hombre con respecto a lo divino», culmina con
la sumisión del hombre ante la inmensidad del universo.
Julio Caro Baroja afirma, por el contrario, que religión y magia en el mundo antiguo
formaban parte de un único sistema. Señala que a Frazer y a sus continuadores ya
les resultó muy difícil "separar lo estrictamente mágico de los religioso, en sistemas
tales como el de la religión de los egipcios, caldeos y otros pueblos antiguos. Y lo
que se deducía a la postre de su inmensa colección de datos y de otras colecciones
parecidas era que no solamente los ritos religiosos estaban unidos con enorme
frecuencia a los actos mágicos, sino que también cada grupo de creencias religiosas
contaba con su Magia particular". Para respaldar su afirmación Caro Baroja
demuestra que la magia y la religión en Grecia y en Roma formaban parte de un
único sistema.
UNIVERSALIDAD DE LA RELIGIÓN
Una religión universal es un credo religioso que está abierto a todos los seres
humanos del mundo indiferentemente de su origen étnico, cultural, racial, nacional,
geográfico o político, a diferencia de una religión étnica que generalmente está
circunscrita a un grupo étnico específico. Los mejores ejemplos de religiones
universales son el cristianismo, el islamismo y el budismo, que son religiones
mayoritarias en muchos países diferentes y practicados por muy diferentes pueblos,
naciones y grupos étnicos.
Una situación similar se da con el budismo, tras la conversión del emperador indio
Asoka del Imperio Maurya, quien envió misioneros budistas a Roma, Egipto,
Afganistán, China, Sri Lanka y el Sudeste Asiático. El budismo llegaría a convertirse
en la religión predominante desde Afganistán hasta Japón, aun cuando luego el
Islam le quitaría terreno especialmente en el Indostán.
El Islam, surgido en Arabia mediante las prédicas del Profeta Mahoma, en poco
tiempo se convertiría en un potente Imperio islámico que se extendió por todo Medio
Oriente, el Norte de África y gran parte de Asia, y luego se extendería desde la
Península Ibérica hasta Indonesia.
En la antigüedad, casi todas las religiones eran étnicas y generalmente cada pueblo
antiguo tenía sus propias creencias y dioses, o un pacto con un dios nacional
específico (henoteísmo) como el pueblo hebreo. Casos excepcionales fueron los
romanos que adoptaron la religión de los griegos, aunque latinizada.
Las religiones y otros sistemas de creencias de nuestro medio tienen una influencia
sobre nuestra identidad, independientemente de si nos consideramos religiosos o
espirituales o no. Al mismo tiempo, otras partes de nuestra identidad, nuestra
historia, nuestra aproximación a otras religiones y a grupos considerados
“diferentes” influyen en la interpretación que hagamos de la religión o de un sistema
de creencias.
Las religiones y las estructuras sociales y culturales han jugado un papel importante
en la historia de la humanidad. Como las estructuras mentales, influyen en la
manera de percibir el mundo que nos rodea y los valores que aceptamos o
rechazamos. Como las estructuras sociales, proporcionan una red de apoyo y un
sentido de pertenencia. En muchos casos, las religiones se han convertido en la
base de las estructuras de poder y se han entrelazado con ellas. La historia remota
y reciente está llena de ejemplos de estados “teocráticos”, ya sean cristianos,
hindúes, musulmanes, judíos o de otra índole. La separación entre el estado y la
religión es todavía reciente y solo en parte: hay religiones oficiales de estado en
Europa y de hecho religiones de estado. En la mayoría de los casos esto no plantea
un problema particular en la medida en que se atempera por los valores de la
tolerancia.
Las estadísticas de los seguidores de religiones o creencias nunca pueden ser muy
precisas, considerando el carácter dinámico de este patrón, así como el hecho de
que muchas personas entre nosotros viven en contextos donde no gozan de la
libertad de religión y de convicciones. Las estadísticas que figuran a continuación
son, por lo tanto, un simple intento de ejemplificar la diversidad del panorama
mundial. Las cifras indican el número estimado de los adeptos de las religiones más
Baha'i: 7 millones
El Judaísmo: 14 millones
Neo-Paganism: 1 millones
Shinto: 4 millones
Sijismo: 23 millones
Espiritismo: 15 millones
Tenrikyo: 2 millones
Unitarian-Universalism: 800 mil
Todos los dictadores utilizan la religión como apoyo para mantenerse en el poder.
Benazir Bhutto
En la región europea han existido desde hace mucho tiempo diferentes religiones y
creencias. En algunos períodos históricos, Europa ha proporcionado refugio a
grupos religiosos perseguidos y permitió florecer una gran diversidad de religiones
y creencias. En otras ocasiones, sin embargo, los países europeos han caído presos
del fanatismo y se han envuelto en “guerras de religión”, como la Guerra de los
Treinta Años de 1618-1648 que llevó a la matanza de un tercio de la población del
continente.
El uso indebido, o abuso, de argumentos religiosos ha dado lugar a la justificación
de conflictos y guerras dolorosas, persecuciones y a la intolerancia.
Independientemente de cómo entendamos estos legados históricos, la amplia gama
de religiones y creencias existentes en Europa han tenido y siguen teniendo un
impacto en nuestras sociedades. De esta manera, la religión y las creencias son
factores importantes a considerar en relación con los jóvenes y con el trabajo juvenil
porque, directa o indirectamente, tienen un impacto en su identidad y sentido de
pertenencia.