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Resumen de la ponencia.

De acuerdo a diversas crónicas, el asiento o ciudad del Cusco ancestral se presenta como el modelo del trazado de las ciudades andinas,
inspirado en la primigenia ciudad de Tihuanaco, que en el gobierno de los inkakuna, se adoptó para su implementación en todas las cabeceras
provinciales del Tawantinsuyu, comprobándose que dicho trazado recrea la tradición mítica-simbólica andina, cosmogonía, y simbólica del
espacio, mediante la representación de la principal constelación conocida y venerada desde muy antiguo en la región. Sin embargo, la
reconstrucción de su trazado basado en la figura del puma, no sólo, ha desvirtuado su carácter mítico-simbólico, sino que ha introducido una
imagen distorsionada que atenta con el legado de conocimientos de las naciones originarias. En este sentido, basados en el estudio de la
primigenia ciudad de Tihuanaco, en los andes meridionales, y otras ciudades andinas, como Quito, y Cuenca, antigua Tumipampa, en los andes
septentrionales, que fueron edificadas según los principios de la ciencias y simbólica del espacio andino, aplicados durante el gobierno inka,
planteamos algunas enmiendas al trazado del Cusco y proponemos un trazado más fidedigno con el legado cultural andino.

SINTESIS HOJA DE VIDA DEL INVESTIGADOR.

Apellidos y Nombre: LOZANO CASTRO ALFREDO


Docencia: Profesor Facultad de Arquitectura y Urbanismo. Universidad Central del Ecuador
Área de Conocimiento: Ordenación Territorial, Urbanística y Simbólica del Hábitat Andino.

Formación académica:

Arquitecto. Facultad de Arquitectura. Universidad de Cuenca 1980


Técnico Urbanista. Instituto de Estudios de la Administración Local. Madrid 1985.
Doctor Arquitecto. Escuela Técnica Superior de Arquitectura. Universidad Politécnica de Madrid 1989.
Curso de Especialización: Ordenación del Territorio. Universidad Politécnica de Madrid 1983.

Publicaciones principales y relevancia de las mismas:

QUITO CIUDAD MILENARIA. Forma y símbolo. (Coedición CIUDAD, CIUARA, ABYA YALA. Quito 1991).
CUENCA CIUDAD PREHISPANA, Significado y forma. (Coedición CIUDAD, CIUARA, ABYA YALA. Quito 1991).
CUSCO – QOSQO – MODELO SIMBOLICO DE LA COSMOLOGIA ANDINA. (Coedición CONAIE, CONPLADE – IN, FEPP, FAD –
PUCE. Quito 1998).
CIUDAD ANDINA. Concepción cultural. Implicaciones simbólicas y técnicas. (Coedición CONAIE, CIUDAD, FAD – PUCE. Quito
1998).
RECUPERACION DEL ESPACIO PERDIDO. Liripampa capital ancestral Puruha. (Coedición Municipalidad de Colta. UIAW. ICCI.
Editorial Pedagógica Freire, Riobamba 2004).
GUAPONDELIK, TUMIPAMPA, CUENCA; Huellas Culturales y Transformación Territorial. Gobierno Municipal de Cuenca 2016.
QUITO – QUITU- EL OCULTO LEGADO ANCESTRAL. Imagen simbólica del centro ecuatorial. UCE, Quito 2016.

Méritos y reconocimientos:
 Mención de Honor. Teoría, Historia y Crítica de la Arquitectura y Urbanismo. VI Bienal de Arquitectura de Quito. Quito 1988.
 Premio Nacional de Teoria, Historia y Crítica de la Arquitectura y Urbanismo. XI Bienal de Arquitectura de Quito. Quito 1998.
 Mención de Reconocimiento. Teoría, Historia y Crítica de la Arquitectura y Urbanismo XIV Bienal de Arquitectura de Quito. Quito
2004
 Premio Trabajos de investigación VII Bienal Iberoamericana de Arquitectura y Urbanismo. Medellín – Colombia. 2010.
 Premio Trabajos de investigación Área Arquitectura y Arte. Universidad central del Ecuador, Quito 2017.
LA IMAGEN SIMBOLICA DEL CUSCO ANCESTRAL
Crónica de su tergiversación y pérdida de significado

1. Introducción.

..."aquella ciudad del Cuzco era casa y morada de dioses, y así no había en toda ella fuente ni pozo ni pared que no dije-
sen que tenía misterio, como parece en la manifestación de los adoratorios de aquella ciudad y carta que de ellos mani-
festaron, que pasan de cuatrocientos y tantos".
Polo de Ondegardo Juan. 1917.

La reconstrucción de la ciudad1 andina y del proceso histórico cultural de su configuración es un deber ineludible de quienes nos ocupamos de
la investigación urbanística territorial, no sólo para rescatar el legado de conocimientos de las naciones originarias, en este campo, en la
actualidad desconocido y largamente ignorado por los especialistas en historiar la ciudad desde la visión de una sola matriz civilizatoria; sino
también, para sentar las bases de una epistemología urbanistica propia, Para hacer esta reconstrucción sobre bases sólidas, es indispensable
recurrir a los datos de la tradición mítico-simbólica, astronomía cultural, el estudio minucioso de los testimonios sobre la organización del
territorio (formas de planificar los centros poblados, sagrados o ceremoniales), la toponímia de ciertos lugares y las características geo
astronómicas donde se asienta la ciudad (ríos, cerros, lagunas, cielo estelar, etc.), los indicios persistentes en las actuales edificaciones (iglesias,
conventos y monasterios), las distintas manifestaciones artísticas y técnicas proporcionadas por las excavaciones arqueológicas, así como las
pervivencias de la simbólica del espacio y las celebraciones festivo rituales, ligadas al calendario agrícola hoy mezclado con lo religioso, todo
lo cual sirve, para conformar, “un corpus de conocimientos”, subyacente en la ordenación de los centros poblados y ciudades nativas, que
permiten comprobar sus implicaciones con los conocimientos teogónicos, cosmogónicos, astronómicos, geométricos, matemáticos, simbólicos e
ideográficos propios de la civilización andina.

Desde esta perspectiva, el ayllu, la llajta, y marka, o lo que se conoce como centro poblado o ciudad, en terminología moderna representa el
«habitat cultural o espacio simbólico», distintivo de una civilización, en tanto en cuanto, implica, no sólo, el asentamiento de la población en
determinado territorio; sino, el establecimiento, a través del accionar de varias generaciones, de los aspectos más destacados de la experiencia y
saber de sus pobladores, es decir, de su cultura y formas de pensar, sentir, y actuar, que se reflejan en el orden técnico, estético, simbólico e ide-
ográfico. Precisamente, la configuración andina del Tawantin Suyu, la gran nación comunitaria que hasta el siglo XVI estaba, gobernada por los
Inkas, alcanzó a cristalizar una particular concepción de los centros poblados, basada en una profunda identificación con la naturaleza y el cos-
mos. Los Inkas aplicaron con gran acierto los conocimientos y técnicas que se derivan de la ciencia astronómica, logrando incluso desarrollar
sistemas geométricos propios; como se puede deducir en la planificación de las cabeceras provinciales, efectuada a lo largo y ancho del
Tawantin Suyu, tal como, se puede apreciar en los diversos vestigios arqueológicos existentes. Quizás, el rasgo principal de la ordenación
territorial, tanto a escala mayor: planificación de centros poblados; como a escala menor: construcción de templos, palacios, aposentos,
depósitos, observatorios, etc., sea su carácter evocativo e instructivo unificando bajo una misma matriz cultural, el continuo desarrollo de las
naciones indígenas, por supuesto, con una clarisíma intención simbólica, como se comprueba en la reconstrucción del trazado de la imagen
simbólica del Cusco ancestral, que en orden de la tradición mítico-simbólica, estaría inspirada en el primigenio asiento de Tiwanaku, donde, al
decir, también, de los cronistas tempranos, los Inkas, dedujeron, los principios ordenadores del modelo simbólico de su teogonía y cosmogonía,
para aplicarla en su trazado y de otras capitales provinciales andinas.

2. La ciudad del Cusco expresion de los conocimientos ancestrales andinos.

1
El término ciudad es entendido como el espacio de creación cultural que las diferentes culturas han realizado en diversos lugares del planeta donde se hallan
asentadas, en orden a su propia forma de ver y entender el mundo, conocimientos y técnicas del uso y manejo territorial es decir de su largo proceso
civilizatorio
En los sucesos acaecidos a inicios de la segunda edad del mundo recogidos por Juan de Betanzos (Cap. II), hace referencia a como Con Titi
Viracocha Pachayachachi, el hacedor del mundo, señala a sus ayudantes que deben ir por cada provincia proclamando en voz alta:
…““Fulano, salid é poblad esta tierra que está desierta, porque ansí lo mandó el Con Titi Viracocha, que hizo el mundo.” ….
….. Y estos dos ansí despachados, dicen que él ansímismo se partió por el derecho hácia el Cuzco, que es por el medio destas dos provincias,
viniendo por el camino real que va por la sierra hácia Caxamalca; por el cual camino iba él ansímismo llamando y sacando las gentes en la
manera que ya habeis oido.
…. Y de allí el Viracocha se partió…. hasta que llegó al Cuzco; donde llegado que fue, dicen que hizo un Señor, al cual puso por nombre
Alcaviza, y puso nombre ansimesmo a este sitio, do este Señor hizo, Cuzco; y dejando orden como después quél pasase produciese los
orejones, se partió adelante haciendo su obra”…. (Betanzos Juan de. Cap. II°, pp.; 10-11. 1968).

La lectura atenta de los hechos aquí citados, registra la presencia de Con Titi Viracocha Pachayachachi en el Cusco donde puso un señor que el
mismo nombró, quién fundo o “hizo Cuzco”, que recuerda un hecho hierofánico y determina que dicha ciudad fue creada en un período
inmediato posterior a la primigenia ciudad de Tiwanaku, con lo cual también tiene una antigüedad milenaria y tendría mucha similitud en
cuanto a su conformación y trazado. Al respecto, las tradiciones indígenas refieren que, antes que Manco Capac llegara al Cusco y poblase la
ciudad, este asentamiento se llamaba: Acamama, (es curioso la similitud de este nombre con Acapana la principal pirámide existente en
Tihuanaco), y estaba habitado por los indios naturales del lugar, quienes se jactaban de su antigüedad y nobleza.

Al devenir, probablemente un cambio de ciclo cósmico, donde se instaura el gobierno de los inkakuna, Manco Capac fundó en este lugar, el
principio de su reinado, manteniendo el nombre de Cusco, cuyo significado etimológico, ha sido objeto de variadas interpretaciones; aunque
por sus connotaciones astronómicas nos inclinamos a su significación de: cosa resplandeciente; así lo confirman los testimonios recogidos en
las crónicas, donde de forma clara se manifiesta que Cusco, era la ciudad del Illa Titi Viracocha Pachayachachi, precisamente, a tenor de lo
que se relata en un testimonio, se puede saber, que en tiempos de la venida de los Chancas (nación originaria procedente del Anti suyu) a esta
ciudad y frente al requerimiento de vasallaje que Asto Huaraca, sinchi de los Chancas, hace a Pachacuti Inka Yupanqui, quien estaba guardan-
do la ciudad, porque su padre Viracocha la había abandonado, este responde al mensajero con las siguientes palabras: ..."Volved hermano, y de-
cid a Asto Huaraca, vuestro sinchi que Inca Yupanqui es hijo del sol y guarda del CUZCO, CIUDAD DEL TICCI VIRACOCHA PACHA-
YACHACHI, por cuyo mandado yo estoy aquí guardándola. Porque esta ciudad no es mia sino suya, y que si él quisiere darle obediencia al
Tici Viracocha y a mí en su nombre, que le recibire honrosamente". (Sarmiento de Gamboa P. IX, pp.; 84. 1988).

Previamente, mientras los Chancas se acercaban al Cusco, Inka Yupanqui se había retirado a Susur puquio, en donde hizo grandes ayunos y rue-
gos al Illa Titi Viracocha y al Sol pidiendoles mirasen por su ciudad, y cuentan que se le apareció en el firmamento con gran resplandor, conso-
lándole y animándole en la batalla, diciéndole que vencería a los Chancas, siendo en apariencia, este suceso, uno de los motivos para atribuir la
pertenencia del Cusco, al Illa Titi Viracocha y al Sol; este notable acontecimiento, que dicho sea de paso, contiene una alegoría astronómica,
puede ser verificado, en el relato de las obras de reedificación de la ciudad, que citamos a continuación:..."Este señor Inca Yupanqui, como
quisiese hacer casa y adoratorio a quien él reverenciase y los demás de su pueblo, quiriendo lo hacer a reverencia y semejanza del que ha-
bía visto antes de su batalla, y considerando él quel que ansí viera, a quien él llamaba Viracocha, que le vio con gran resplandor ... y en tan-
ta manera que le paresció que todo el día era allí delante dél y su lumbre, lo cual viendo delante de sí dicen, que hubo gran pavor, y que
nunca le dijo quien fuese; considerando él en sí, cuando esta casa quería edificar, que aquel viera, según la lumbre que en él había visto....
propuso hacer esta casa del Sol.
Y como la propusiese, llamó los suyos y los señores de la ciudad del Cuzco que allí consigo tenía, y dijoles lo que ansí tenía pensado y que que-
ría edificar esta casa; y ellos le dijeron que diese orden y traza del edificio della, porque tal casa como aquella, ellos los naturales y propios de
la ciudad del Cuzco la debían edificar e hacer.... Y visto por el sitio do a el mejor le paresció que la casa debía de ser edificada,….; y siendo ya
allí, pusieron por obra el edificio della, bien ansí como Inca Yupanqui la había trazado y imaginado". (Betanzos Juan de.Cap.XI, pp.; 35.
1968).

Los indicios del testimonio transcrito apuntan, en primer lugar, a la aparición de una figura celeste asociada al hacedor del mundo, Illa Titi Vi-
racocha Pachayachachi, la luz (felino resplandeciente) que fue observada por el Inka Yupanqui, se correspondería con la divinidad primigenia
venerada desde muy antiguo; dicha luz resplandeciente, considerada como, el principio del nuevo ciclo cósmico y la humanidad, se corresponde
probablemente con la constelación de Chuquichinchay (Puma Yunta), identificada en la cosmogonía panandina, como el principio hacedor del
universo. En segundo lugar, también parece evidente, que el edificio construído para su memoria que el cronista menciona como Casa del Sol,
podría corresponderse con el templo dedicado a esta divinidad. Otras referencias a la construcción de la plaza principal del Cusco, refuerzan y
dan a entender mejor la grandeza de la ciudad y el gran ascendiente que tenía sobre ella, Illa Titi Viracocha Pachayachachi; al respecto los da-
tos recogidos son elocuentes:

..."Tuvieron estos naturales otro género de tributo, aunque no ordinario pero pesado y trabajoso, el qual nacía de sus ymaginaciones y opinio-
nes, todas endereçadas a dar a entender...la grandeza de aquella CIUDAD DEL CUZCO Y EL GRAN ASÇENDIENTE QUE TENÍA EL
GRAN CRIADOR UNYVERSAL que se engrandecía y en nobleciese y que en ella oviese grandes mysterios....e ansí afirmavan que toda
aquella plaça del Cuzco le sacaron la tierra propia y se llebó a otras partes por cosa de gran estima, e la yncheron de arena de la costa de la
mar como hasta dos palmos y medio, en algunas partes más; sembraron por toda ella muchos vasos de oro e plata, ovejuelas y ombrecillos pe-
queños de lo mismo, lo cual se a sacado mucha cantidad, que todo lo hemos visto; desta arena estaba toda la plaza quando yo fuí a gobernar
aquella ciudad.....ynquiriendo la razón de averla traydo, dizen aver sido por reverencia del Tizibiracocha, a quien ellos dirigen principal-
mente sus sacrificios,e le embian las çenyças dellos por aquellos dos ríos que salen del Cuzco en cada un año con aquella solenydad de los
bacos cantares". (Polo de Ondegardo Juan, pp.; 109. 1917).

También se menciona que dicha ciudad era, …"uno de los principales ídolos que los reyes Incas y sus vasallos tuvieron, adorándola los indios
como a cosa sagrada, y por tenerla en esta veneración la ennoblecieron, con edificios suntuosos, y casas reales, ... y todos aquellos que ve-
nían en peregrinación a la ciudad, traían ofrendas como signo de respeto", (Garcilaso de la Vega, 1978).

Releyendo estos relatos conviene hacerse la siguiente pregunta: ¿Cuál era el misterio que encerraba la ciudad y que es lo que representaba?,
conveniendo, a partir de ir entrelazando una serie de versiones de los cronistas sobre esta temática con la tradición mítica simbólica, el sin
número de representaciones iconográficas con motivos felinicos, los datos astronómicos y etnohistóricos, así como los testimonios presentes
(toponimia, entorno geográfico natural, montañas y ríos), actualmente en las ciudades planificadas por los inkakuna, que sin lugar a dudas, la
ciudad del Cusco, dando razón a todos los testimonios que certifican su magnificencia y misterio, representaba los conocimientos de la
teogonía, cosmogonía y astronomía andina, por ello, la ciudad fue planificada en estricta fidelidad a dichos conocimientos, los cuales normaban
su ordenación física, y reproducían el modelo simbólico de su cosmogonía.

En cuánto, a la figura mitológica, arquetipo simbólico o totem de la ciudad, que por supuesto esta formalizada, según principios geométricos,
que guardan íntima relación con relaciones de orden astronómico, a más de los datos proporcionados por Garcilaso de la Vega, el cronista Juan
de Betanzos, atribuye a Pachacuti Inka Yupanqui, haber identificado la ciudad con el cuerpo de un felino; al final del exhaustivo relato que hace
respecto del proceso de reedificación de la ciudad, consigna los hechos siguientes:

..."Después de haber Inca Yupanqui dado e repartido la ciudad del Cuzco, en la manera que ya habéis oído, puso nombre a todos los sitios e
solares, e a toda la ciudad junta nombró cuerpo de león, diciendo que los tales vecinos y moradores dél eran miembros del tal león, y que su
persona era la cabeza dél. E como los tales señores de la ciudad hubiesen visto las grandes y crecidas mercedes que les había hecho e cada día
les hacía e considerando ellos su gran sabiduría y el celo grande que ellos en él conocían que tenía del bien de su república, andaban imagi-
nando todos ellos juntos y cada uno por sí, cómo le hiciesen un servicio señalado del cual servicio él fuese dellos bien servido y a él fuese agra-
dable. Para lo cual todos ellos se juntaron un día en la cual junta ordenaron e concertaron que el servicio que le debían hacer era ponerle la
borla del estado e insignia de rey que ellos tenían, según era su usanza e costumbre antigua, e darle otro nuevo nombre... Todo lo cual ansí he-
cho e acordado por ellos se fueron, ansí todos juntos .... a la casa del Inca; al cual hallaron que no estaba ocioso; el cual estaba pintando e de-
bujando ciertas puentes y la manera que habían de tener,e como habían de ser edificados; y ansí mesmo debujaba ciertos caminos que de un
pueblo salían y íban a dar a aquellos puentes e ríos". (Betanzos Juan de. Cap.XVII, Pp. 67. 1968).
En relación a este testimonio, donde se consigna que a toda la ciudad se le denominada cuerpo de león o mejor que representa el cuerpo de un
felino, a cuya cabeza estaba el inka (no que le faltaba la cabeza); existe también otra versión que al parecer tergiversa los hechos citados, dicha
versión recogida por P. Sarmiento de Gamboa, que hace referencia a la forma de la ciudad del Cusco con un felino, dice: "Despues que Tupac
Inca Yupanqui visito la tierra toda y se vino al Cuzco, donde era servido y adorado, como se vido ocioso, acordose que su padre Pachacuti
había llamado a la ciudad del Cuzco la ciudad león y que la cola era adonde se juntan los dos ríos que pasan por la ciudad. Y que dijo que
el cuerpo era la plaza y las poblaciones de la redonda, y que la cabeza le faltaba, más que algún hijo suyo se la pondría. Y así consultado es-
te negocio con los orejones, dijo que la mejor cabeza que le podría poner sería hacerle una fortaleza en un padastro alto que la ciudad tiene
a la parte norte". (Sarmiento de Gamboa P. LIII, pp.; 135. 1988).

3. La tergiversación de la representación simbólica de la ciudad del Cusco

La interpretación de los anteriores relatos, principalmente el que se refiere a los hechos realizados por el inka Tupak Yupanqui, hijo del inka
Pachacuti, el planificador original de la ciudad, han sido totalmente tergiversados, y como veremos en este apartado, han dando lugar al
planteamiento de una figura de puma distorsionada en la ciudad del Cusco; a propósito, el primero investigador que hizo la reconstrucción de la
forma de la mítica figura del felino en el trazado de la ciudad fue el norteamericano Jhon H. Rowe (1967), quien a partir de los datos de los
cronistas citados y la interpretación de Manuel Chavez Ballón (notable investigador cusqueño) del vocablo Pumapchupan, traducido como cola
de puma, en la juntura de los ríos Saphy y Tullumayu posibilitó a Rowe proponer, tomando como base el Plano del Cusco elaborado por George
Squier (1877), que la figura del puma tenía la cola en este sector y la cabeza era Sacsahuaman. Vistos desde el aire, la unión de los ríos
Tullumayu y Saphy delimitan una corta superficie alargada que remata en punta a manera de cuña, más no una cola de felino, que como se sabe
es más larga que la altura de su cuerpo, el espacio formado, haciendo gala de una gran imaginación que raya en lo grotesco, porque no guarda
relación con las medidas del cuerpo de un felino, fue interpretado como el perfil del cuerpo alargado del felino, teniendo la cabeza en la colina
de Sacasahuaman, lugar un poco apartado y con características topográficas muy disimiles al plano donde se supone estaba trazado el cuerpo
que conforma el perfil del puma (Ver Gráfico N° 1).

Posteriormente Graziano Gasparini y Luise Margolies (1977), repitiendo el planteamiento ideado por J. Rowe, introducen una variante a la
grotesca figura del felino, en base a la siguiente pregunta: ¿La forma del puma fue pensada tomando en cuenta el tamaño que habría alcanzado
toda la ciudad o se limito a la zona sagrada?; dicho cuestionamiento permitió a estos investigadores proponer una alternativa a la de por sí
desproporcionada forma del puma sugerida por Rowe, ya que a su criterio dicho tamaño resultaba pequeño para la gran ciudad ideada por el
Inka Pachacuti. Además, registran que al sur de los ríos Saphy y Tullumayu, está el río Chunchulmayu (río de las tripas) que también se une al
Huatanay, y cuyo significado hace alusión a la barriga del puma. Este dato permitió intentar otra alternativa a la forma del puma, aún cuando
manteniendo la forma desproporcionada se dejen la cabeza y la cola en el mismo sitio, cambiando la posición del felino; en lugar de un puma
largo y atachado ensayan un puma sentado, parecida a una escultura encontrada en Wari; incluyen también otra posible forma de un puma
recostado, la cual aumentaría el área urbana, dando respuesta a su cuestionamiento inicial. (Ver, Gráfico N° 2).

A partir de estas interpretaciones, apoyadas en los cronistas del siglo XV, ya citados, F. Kauffman Doig (1985), introduce una variante formal a
la representación del felino en la ciudad, argumentando en base a la milenaria tradición iconográfica andina, que abunda en representaciones de
pumas sobrenaturales, con cabeza de ave, que la ciudad del Cusco fue construida con el cuerpo de puma y la cabeza de ave, en la colina de
Sacsahuaman, la cual por sí mismo evoca la cabeza de un animal; ampliando la discusión a la arquitectura de Chavín, en cuya iconografía el
personaje sobrenatural principal sería un felino volador con ingredientes ornitomorfos y humanos. Plantea que raíces mágico – religiosas que
sólo se conocen fragmentariamente debieron motivar la intención de correlacionar trazos urbanos a una figura topográfica natural en la que se
aprecian similitudes con la silueta de un felino (aunque los datos de los cronistas manifiestan la actitud premeditada del Inka Pachacutik de
reedificar la ciudad en base a un modelo o maqueta previamente elaborada), animal que desde épocas tempranas ocupaba un lugar especial en el
pensamiento andino, poniendo como ejemplo los monumentos encontrados por J.C. Tello (1933), en Cerro Blanco en el valle de Nepeña.
Recuerda que entre Cerro Blanco y el Cusco se interpolan unos mil kilómetros de distancia y dos milenios de separación temporal, por lo que
no sería posible determinar si ambos ejemplos corresponden estrictamente a una misma tradición.
Gráficos N° 1 y 2. TRAZADO DE LA FIGURA DEL PUMA EN LA CIUDAD DEL CUSCO PROPUESTA POR J.ROWE; y G. GASPARINI
Fuente: F. Kauffman Doig, 1985; G. Gasparini, 1977.

Otra reconstrucción sobre la forma del puma en la ciudad del Cusco, es la que presenta Carlos Milla, en su clásico libro Génesis de la Cultura
Andina (1992), aunque sin mayores variaciones a la forma propuesta por J. Rowe, tiene el mérito de aludir a la tradición del diseño
zoomorfológico percibida en muchos monumentos y trazos urbanos como el templo de Paramonga cerca de Lima, en la costa peruana,
certificando que sería una práctica muy antigua en las culturas andinas. C. Milla, a quién se debe la introducción de un enfoque innovador para
el estudio de las ciencias legadas por nuestros antepasados, redibuja los gráficos de G. Gasparini, e introduce una variante en su interpretación,
al proponer que la mirada tanto del puma imaginario en la ciudad del Cusco, como lo que el considera la figura de la Llama en el templo de
Paramonga, tienen la mirada orientada hacia el noroeste. Esta orientación, principalmente de la figura del templo de Paramonga obedecería a su
correspondencia con la Constelación negra de la Llama Ñawi, que en el firmamento nocturno avanza en dirección noreste – sureste, y que al ser
proyectada sobre la tierra esta orientación se invierte. Encuentra, en la coincidencia formal zoomorfa entre el Templo de Paramonga y la
orientación del eje mayor de la ciudad del Cusco, claras referencias astronómicas, incluso con la orientación del eje mayor de la Cruz del Sur en
el geoglifo estelar de las Salinas del Chao, a pesar de las diferentes latitudes y cronología; postulando además, que la representación ritual
morfológica de la ciudad del Cusco no debe haber sido de un puma sino la de la Llama sagrada, Catuchillay, símbolo cambiado políticamente
durante el gobierno inka. (Ver, Gráfico N° 3).
Gráfico N° 3. TRAZADO DE LA FIGURA DEL PUMA EN LA CIUDAD DEL CUSCO PROPUESTA POR C. MILLA. Fuente: C. Milla, 1992.

La revisión de los estudios citados, mismos que se han ocupado de la figura del puma en el trazado de la ciudad inka, enfocado de forma
predominante a los aspectos formales, sin entrar en los contenidos y razones para haber evocado dicha figura, aunque se insinúan ciertas
correspondencias con la iconografía presente en los objetos cerámicos de distintas culturas, la tradición mágico religiosa, y la posible
correspondencia con figuras estelares, plantea una gran interrogante: ¿Porque se ha difundido la imagen grotesca de la figura del puma en la
ciudad del Cusco sin mayor objeción?; la respuesta inmediata, -quizás de pero grullo - sería, por la carencia de estudios que contrasten el
planteamiento al uso. Sin embargo esta respuesta, en el presente caso, no es así, por que en un estudio anterior titulado: Qosqo -Modelo
simbólico de la Cosmología Andina- (1994), ya se postulo, a nuestro parecer, la imagen simbólica fidedigna de la ciudad, abundando en detalles
de las razones por las cuales se representa esta imagen en el trazado de la ciudad andina prehispana,pero no ha tenido fortuna su difusión, a
pesar que las autoridades administrativas de esa época, manifestaron, boca para afuera, el interés por la publicación del estudio. Las evidencias,
que hemos recogido estos años, más bien, indican el desden o nulo interés, por conocer el legado de conocimientos de las culturas originarias,
por parte de las instituciones académicas, sean universidades o centros de investigación existentes en los países andinos, y peor aún de las
instituciones administrativas de larga data colonial, que ahora disfrazadas de una supuesta modernidad, lamentablemente se han despreocupado
aún más por conocer la ciencia y sabiduría ancestral, certificando la vigencia de los círculos dogmáticos, generados desde el pensamiento
colonizador que han interpretado la ciencia americanista2 a su antojo.

2
Al respecto de la materia tratada, hay un estudio titulado: El Puma de Cuzco: ¿plano de la ciudad Ynga o noción europea? Donde los autores Mónica Barnes
y Daniel J. Slive, sostienen que comparar la ciudad del Cusco con un felino puede haber estado influenciado por la moda europea de elaborar mapas que
La imagen grotesca de la figura del felino que distorsiona la realidad histórico cultural de la ancestral capital de la civilización andina, requiere
ser revisada, a la luz de evidencias de distinto tipo y principalmente desde una epistemología propia y en orden a los datos registrados por
diversos cronistas (P. Cieza de León; Juan de Betanzos; P. Sarmiento de Gamboa; Garcilaso de la Vega; Fernando de Montesiones; F. Guaman
Poma, y otros). El cronista indígena F. Guamán Poma, expresa que durante el gobierno de los inkakuna se mando construir nuevos Cuscos, en
las principales cabeceras provinciales, de acuerdo al modelo del Cusco, esta valiosa información ha servido para hacer la reconstrucción de las
cabeceras en la región del Chinchay suyu e indagar sobre la posibles razones o motivaciones para representar la forma del felino en ellas. La
representación símbólica del espacio andino, que viene desde tiempos inmemoriales y tiene a la constelación del felino (Puma Yunta), como el
símbolo que expresa los conocimientos teogónicos, cosmogónicos, astronómicos, matemáticos, iconográficos, entre los más importantes, ha
servido para desterrar, de una vez por todas, las versiones oficiales arropadas de imágenes falseadas que distorsionan, sin ninguna
consideración, los conocimientos de las culturas originarias, desvalorizando el legado de su ciencia y sabiduría.

Una lectura perspicaz de los datos registrados por los cronistas tempranos evidencian que J. Betanzos (1551) narra que el inka Pachakuti ideo y
trazo la ciudad según una maqueta (figuras) de barro que hizo para edificarla conforme dicho modelo, el cual según se deduce debe haber
contemplado la completa planeación de la ciudad; si es así, mal pudo dejar sin cabeza dicha edificación; sin embargo, la versión de Sarmiento
de Gamboa (1572), hace alusión a que la ciudad estaría incompleta, esta tergiversación se pudo haber dado porque posiblemente este último
cronista reviso la crónica de J. Betanzos he hizo una interpretación errónea, o el copista cambio los términos del relato original, dando lugar a
una nueva versión, que los investigadores contemporáneos, (J. Rowe. 1967; G. Gasparini / L. Margolies.1977; F. Kauffman. 1985; C. Milla.
1984 -1992); dan todo crédito, y en base a estos datos, procedan a certificar la forma errada del trazado del puma en la ciudad del Cusco
propuesta inicialmente por J. Rowe.

Efectivamente, la lectura minuciosa del texto contradictorio de Sarmiento de Gamboa donde hace referencia a la ciudad del Cuzco como la
ciudad león o mejor dicho que tenía la figura de un felino, en sus términos esenciales dice así: Pachacuti había llamado a la ciudad del Cuzco
la ciudad león y que la cola era adonde se juntan los dos ríos que pasan por la ciudad. Y que el cuerpo era la plaza y las poblaciones de la
redonda, y que la cabeza le faltaba,... Y consultado con los orejones, la mejor cabeza que le podría poner sería hacerle una fortaleza en un
padastro alto que la ciudad tiene a la parte norte; esta versión que contradice los hechos acaecidos en la planificación y construcción de la
ciudad realizada por el inka Pachacuti, y recogida por J. Betanzos (Después de haber Inca Yupanqui dado e repartido la ciudad del Cuzco, en
la manera que ya habéis oído, puso nombre a todos los sitios e solares, e a toda la ciudad junta nombró cuerpo de león, diciendo que los ta-
les vecinos y moradores dél eran miembros del tal león, y que su persona era la cabeza dél), ha dado lugar a una confusión monumental, pues
como se ha recogido aquí, las propuestas de reconstrucción de la figura del felino en la ciudad, algunos entienden que la extensión de dicha
ciudad estaba constreñida entre los ríos Saphy y Tullumayu, y que la cabeza es la fortaleza de Sacsahuaman, distorsionando incluso el texto ya
contradictorio de P. Sarmiento de Gamboa, pues según dicha versión, el cuerpo era la plaza y las poblaciones a la redonda, la cola era donde se
juntan los dos ríos que pasan por la ciudad, y para la cabeza, si aceptamos que la ciudad estaba inconclusa, se debería construir una fortaleza en
un padastro al norte de la ciudad.

A todas luces, la interpretación apresurada, por decir lo menos, de la versión recogida por Sarmiento de Gamboa, simplifico el tamaño de la
ciudad, desconociendo que el cuerpo del felino era la plaza y las poblaciones de la redonda, ubicando la cola en la unión de los pequeños ríos o
quebradas que entran a la ciudad por la parte norte, y que dan lugar al río Huatanay, desconociendo la otra unión de los ríos Cachimayo y
Huatanay, y por último ubicando la cabeza en el sector de Sacsahuaman donde ya existía una gran edificación. Por otra parte, el argumento que
el topónimo Pumpachupan fue identificado en la juntura de los ríos Tullumayu y Saphy, es desacertada pues la versión recogida por el cronista
Garcilaso de la Vega acerca de la localización de los barrios de la ciudad, expresa que: Pasado el barrio de Rimacpampa, esta otro al mediodía
de la ciudad, que se dice Pumapchupan, que quiere decir cola de león, porque aquel barrio fenece en punta por dos arroyos que al fin del se
juntan, haciendo punta de escuadra. También le dieron este nombre por decir que era aquel barrio lo último de la ciudad; quisieron honrarle
con llamarle cola y cabo del león. La verificación de estos datos en la ciudad del Cusco permite establecer que existen dos lugares donde se

representaba continentes, países o provincias en forma de personas, animales, plantas y objetos comunes. Avalando la conclusión de R.T. Zuidema, que la
figura del león o puma era una metáfora para la gente del Cuzco. Revista Andina N° 11. Julio 1993.
juntan los ríos, el primer lugar, es la unión de los ríos Tullumayu y Saphy, que aguas abajo al juntarse con el río Chunchulmayu forman el
Huatanay; el segundo lugar, es la unión de los ríos Cachimayu y Huatanay, que se juntan al final de un trecho que semeja una cola tal como
señala el cronista; el barrio de Pumapchupan estaría localizado en la juntura de los ríos que al fin del barrio se juntan haciendo punta de
escuadra; si revisamos el entorno de la ciudad, el punto que mejor se acomoda a esta juntura es la unión de los ríos Cachimayu y Huatanay, lo
cual además posibilita la normal reconstrucción atendiendo a su anatomía de la figura del puma en la ciudad.

4. Conclusiones.

A nuestro parecer existen varias enmiendas a la interpretación distorsionada de la imagen de la ciudad, aunque, imagen afortunada porque ha
tenido feliz aceptación entre los estudiosos de la ciudad, quienes la reproducen en todos los planos que hacen alusión a la figura del felino en la
ciudad del Cusco. Las enmiendas que se plantean son las siguientes:

En primer lugar, según el diccionario de la Real Academia Española, un padastro es un lugar alto que domina una plaza, muy distinto a un
cerro, que es una elevación de tierra aislada y de menor altura que el monte o la montaña, entonces la posible ubicación de la cabeza, no se hizo
en el monte de Sacsahuaman;

En segundo lugar, el término fortaleza, según el mismo diccionario de la Real Academia Española, quiere decir: defensa natural que tiene un
lugar o puesto por su misma situación; o recinto fortificado, como un castillo, una ciudadela, etc., de lo cual se deduce que la fortaleza no
necesariamente implica la realización de una edificación;

En tercer lugar, en orden a lo expuesto, la interpretación de hacer una fortaleza en un padastro alto de la ciudad al norte, no se refiere de forma
explicita a Sacsahuaman, porque ni es un padastro, ni se corresponde necesariamente con una fortaleza;

En cuarto lugar, la ubicación de la cabeza del felino o puma, en el cerro de Sacsahuaman, tal como ha sido planteada por el arqueólogo
norteamericano John Rowe y muchos de sus seguidores, esta completamente equivocada, si tenemos en consideración que los constructores
nativos poseían sobrados conocimientos de diversas ciencias del territorio, como lo testifican los vestigios arqueológicos de los complejos
arquitectónicos:

En quinto lugar, la reconstrucción topográfica y simbólica de la figura del felino en el conjunto de la ciudad y el replanteo de la cabeza del
felino en Sacsahuaman, presenta acusadas distorsiones, sobre todo por los niveles del terreno, que son inadmisibles debido a los conocimientos
técnicos indígenas, y más bien, son imputables al enfoque fragmentario, que utilizan algunos estudiosos de las culturas nativas que les conducen
a errores de interpretación y ligeras conclusiones que han distorsionado los datos registrados en las mismas fuentes que les sirve de inspiración
y sustento;

En sexto lugar, las dimensiones de la ciudad, están constreñidas a una pequeña superficie de terreno, donde, forzosamente se ubica el cuerpo
del puma; se debe advertir que las dimensiones de un felino están entre: 2,0 y 2.30 metros de longitud medidos desde la cabeza hasta la cola;
longitud de cabeza y cuerpo, entre 1,20 y 1,50 metros; largo de la cola, entre 0,65 y 0,80 metros; y la altura hasta los hombros entre 0,60 y 070
metros; en tal virtud si los constructores de la ciudad querían representar la figura del felino en el contorno de la ciudad esta debía ser
replanteada en base a dimensiones proporcionales, siguiendo una progresión geométrica a partir de una unidad de medida, conforme se puede
advertir en los instrumentos utilizados por las personas encargadas de los sistemas contables, astronomía, etc., representados por F. Guamán
Poma.

En séptimo lugar, las dimensiones de la figura del puma del Cusco, reconstruida según J. Rowe, tiene de largo desde la cabeza a la cola
aproximadamente 2,2 Km., la altura del cuerpo, aproximadamente 400 metros; la cola aproximadamente 750 metros; las dimensiones del puma
que hemos reconstruido en la actual ciudad del Cusco, tiene el cuerpo aproximadamente 2,0 Km., la cabeza aproximadamente 0,7 Km.; la cola
aproximadamente 1,25 Km., la altura, aproximadamente 1,2 Km., constatándose que esta medidas corresponden a las medidas estándar de los
pumas multiplicadas por 1000 y duplicadas.

En octavo lugar, la analogía a la figura del león, o para ser más exactos: el puma, felino andino que desde épocas remotas es representado en las
construcciones de pirámides y asentamientos nativos, persiste en el trazado de varias ciudades andinas, empezando por Tiwanaku, así como en
la estatuaría lítica, cerámica, textiles, y metalurgía; dicha representación, es en realidad, la imagen mítico simbólica de Illa Titi Viracocha
Pachayachachi el padre mayor de la humanidad, figura inmanente que apareció después del diluvio, como una constelación en forma de felino;
por ello se le considero totem de las naciones originarias, y fue instaurado en la pristína capital de la civilización andina, de donde los inkakuna
recogen su modelo y lo recrean en la ciudad del Cusco.(Ver, Plano N° 1).

Finalmente, la consideración de la ciudad del Cusco, como casa y morada de dioses expresada en diversos testimonios de los cronistas, aquí
brevemente citados, ayudan a delinear el conjunto de la ciudad, para entender que su construcción es un reflejo de la cosmogonía andina. De
acuerdo con el testimonio de Garcilaso de la Vega, se puede determinar la extensión aproximada de la ciudad, y localizar los 13 barrios que la
configurarían; en el primer caso, la ciudad se extendería una legua y media. La medida de longitud o legua andina (Inka), según nuestros cálcu-
los mide: entre 5,4 – 8,1 Km., por lo tanto, la extensión probable de la ciudad medida desde Huacapuncu ("puerta del santuario"), donde entra el
arroyo que paralelo a la calle principal, atraviesan toda la ciudad hasta juntarse con el camino de Colla suyu, a la altura del barrio de Pumapchu-
pan, o "cola del puma", que estaba al final de dicha calle, sería de: 6.3 Km. Esta apreciación esta corroborada parcialmente, por las informacio-
nes relacionadas con los ceques que señalizaban las wacas o adoratorios, que según (Polo de Ondegardo 1917), su autor, se extienden en un pe-
rímetro cuadrado de 4 leguas, es decir, si tenemos una legua de 6,3 Km., de lado, el perímetro equivaldría a 25.2 Km2 en cualquier caso, estos
datos, contribuyen a verificar que la ubicación del barrio de Pumapchupan, estaba localizado aproximadamente a una legua, del barrio de Hua-
capuncu, en dicho lugar, podemos comprobar, que, "haciendo punta de escuadra", se juntan los "dos arroyos" o ríos de: Cachimayo y Huata-
nay, tal y como manifiesta el cronista, además este sector, en la actualidad, todavía conserva el nombre de Pumapchupan, la cola del Puma, a-
certijo que por otra parte, también permitiría determinar la ubicación exacta de los barrios alrededor de la ciudad: tres en Anti suyu; tres en Co-
lla suyu; cuatro en Cunti suyu, incluído Cayaucachi; y tres en Chinchay suyu.

Por otra parte, Garcilaso de la Vega, también hace mención que la ciudad del Cusco, contenía en sí, la descripción de todo el "Imperio", siendo
otra prueba más del profundo simbolismo, e implicaciones cosmológicas, que encierra la concepción de la ciudad andina; el análisis de minu-
cioso de estos datos, permiten identificar además de los sectores que conforman la ciudad, a sus respectivos habitantes, por ello sabemos que
en núcleo central de la ciudad, considerado como lugar sagrado, era la sede donde estaban emplazados los templos más importantes, y el lugar
de residencia de los Inkas, sacerdotes y personas encargadas del culto a las divinidades estelares; alrededor del núcleo central, es decir, en la zo-
na administrativa, donde estaban emplazados los 13 barrios principales, residían los representantes de las distintas naciones que configuraban el
Tawantin Suyu; y finalmente alrededor de esta zona, en lo que se puede llamar sector residencial del común de la población, vivían los aylluku-
na locales. El núcleo central de la ciudad, era el lugar de las mayores celebraciones festivo rituales, habiéndose construído para el efecto, recin-
tos espaciosos: terrazas, plataformas y canchas; así como, wacas o adoratorios, que servían para esta finalidad; dicho lugar, al que se le confiere
carácter sagrado, representaba la figura de la principal constelación (Chuquichinchay), conocida como "el felino de oro o resplandeciente", cuya
aparición anunciaba el cumplimiento de un ciclo estelar o inicio del período de lluvias, y un nuevo año lunar; y en el orden social señalaba, la
celebración de determinadas festividades rituales.

La valiosa información recogida, ha permitido entender e interpretar desde una nueva perspectiva, el legado de conocimientos andinos sobre es-
ta materia; las numerosas descripciones de la ciudad, donde constan los principios ordenadores y de orientación geo - astronómica, así como, las
obras de infraestructura básica, que se mandaron realizar en ella, además de la señalización de los barrios situados alrededor del núcleo central
de la ciudad, ayudan a comprender que el emplazamiento topográfico; el trazado geométrico - ritual; y la forma mitico simbólica; es decir, el
planeamiento de la ciudad, obedece a criterios arquitecturados de modo coherente y unitario, que son el fiel reflejo de la cosmovisión nativa, y
en último término de su concepción cultural del espacio.
Plano N° 1. TRAZADOS DE LAS CIUDADES DE TIHUANACO, QUITO, CUENCA –antigua TUMIPAMPA- Y CUSCO.
Fuente: A. Lozano 2014.

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