Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
Ir a la navegaciónIr a la búsqueda
Este artículo trata sobre el género literario. Para otros usos de este término,
véase Ensayo (desambiguación).
En países como Estados Unidos o Canadá, los ensayos se han convertido en una parte
importante de la educación. Así, a los estudiantes de secundaria se les enseña
formatos estructurados de ensayo para mejorar sus habilidades de escritura, o en
humanidades y ciencias sociales se utilizan a menudo los ensayos como una forma de
evaluar el conocimiento de los estudiantes en los exámenes finales, o ensayos de
admisión son utilizados por universidades en la selección de sus alumnos.
Índice
1 Definición
2 Historia del ensayo
2.1 Europa
2.2 Japón
3 Evolución del ensayo en España
4 El ensayo en Hispanoamérica
5 Lógica en el ensayo
6 Ensayos celebres y algunos fragmentos
7 El ensayo en la educación: estructura
7.1 Introducción
7.2 Desarrollo
7.3 Conclusión
8 Consejos y recomendaciones para realizar correctamente un ensayo
9 Tipos de ensayo
10 Véase también
11 Notas y referencias
12 Bibliografía
13 Enlaces externos
Definición
Un ensayo es una obra literaria relativamente breve, de reflexión subjetiva pero
bien informada, en la que el autor trata un tema por lo general humanístico de una
manera personal y sin agotarlo, y donde muestra cierta voluntad de estilo, de forma
más o menos explícita, encaminada a persuadir al lector de su punto de vista sobre
el asunto tratado. El autor se propone crear una obra literaria y no simplemente
informativa, y versa sobre todo de temas humanísticos (literatura, filosofía, arte,
ciencias sociales y políticas...), aunque también, más raramente, de asuntos
científicos.
Ortega y Gasset lo definió como «la ciencia sin la prueba explícita». Alfonso Reyes
afirmó que «el ensayo es la literatura en su función ancilar» —es decir, como
esclava o subalterna de algo superior—, y también lo definió como «el Centauro de
los géneros». El crítico Eduardo Gómez de Baquero —más conocido como Andrenio—
afirmó en 1917 que «el ensayo está en la frontera de dos reinos: el de la didáctica
y el de la poesía, y hace excursiones del uno al otro». Y por su parte Eugenio
d'Ors lo definió como la «poetización del saber».
Portada de Essays de Francis Bacon de la primera edición de 1597 que luego iría
revisando y ampliando hasta la versión definitiva de 1625. También Michel de
Montaigne revisó sus Essais. En la segunda imagen, conservada en la Biblioteca
Municipal de Burdeos, sobre una copia de su quinta edición escribió sus propias
adiciones y modificaciones manuscritas con las que se publicó su última edición a
título póstumo en 1595.
El desarrollo moderno y más importante del género ensayístico vino sobre todo a
partir de los Essais (1580) del escritor renacentista francés Michel de Montaigne.
Unos años después, Francis Bacon siguió su ejemplo y publicó sus Essays que en su
primera edición de 1597 contenía 10 ensayos y en su tercera edición, la más amplia
e impresa en 1625, contenía 59 ensayos.
Los precedentes más antiguos del ensayo hay que buscarlos en el género epidíctico
de la oratoria grecorromana clásica; las Cartas a Lucilio (de Séneca) y los Moralia
(de Plutarco) vienen a ser ya prácticamente colecciones de ensayos. En el siglo III
d. C. Menandro el Rétor, aludiendo a ello bajo el nombre de «charla», expuso
algunas de sus características en sus Discursos sobre el género epidíctico:
Japón
Luego aparece sólidamente constituido a principios del siglo XVIII con el muy
reimpreso Teatro crítico universal (1726-1740) y las Cartas eruditas y curiosas
(1742-1760) del padre Benito Jerónimo Feijoo, quien los denomina discursos (de
"discurrir") o cartas; a finales del mismo, bajo la vaga y falsa apariencia de
novela epistolar, aparecen las Cartas marruecas (1789) de José Cadalso y las Cartas
económico-políticas (1785-1795) de León de Arroyal.
Destaca especialmente el Novecentismo, que contó con ensayistas tan dotados como
José Ortega y Gasset (Meditaciones del Quijote, 1914; El Espectador 1916-1934, 8
vols.; España invertebrada, 1921; La deshumanización del arte, 1925 etc.), Ramón
Pérez de Ayala (Las máscaras, 1917-1919; Política y toros, 1918, etc.), Gregorio
Marañón (Ensayo biológico sobre Enrique IV de Castilla y su tiempo, 1930; Tiempo
nuevo y tiempo viejo, 1940; Don Juan. Ensayo sobre el origen de su leyenda, 1940;
Ensayos liberales, 1946), Eugenio d'Ors (Glosari, 1915-1917; Oceanografía del Tedi,
1918; Tres horas en el Museo del Prado. Itinerario estético, 1922), Rafael Cansinos
Assens (El divino fracaso, 1918; Ética y estética de los sexos, 1921; La nueva
literatura 1917-1927, 4 vols.; Los temas literarios y su interpretación, 1924
etc.), Ramón Gómez de la Serna (La utopía, 1909; El concepto de nueva literatura,
1909; El rastro, 1915; Ismos, 1931), José Bergamín (La cabeza a pájaros, 1934; El
arte de birlibirloque - La estatua de Don Tancredo - El mundo por montera 1961;
Ilustración y defensa del toreo, 1974; Beltenebros y otros ensayos sobre literatura
española Barcelona, 1973; El clavo ardiendo, 1974; La importancia del demonio y
otras cosas sin importancia, 1974; Al fin y al cabo: (prosas) 1981 etc.) o Manuel
Azaña (Ensayos sobre Valera), entre otros.
El ensayo en Hispanoamérica
El ensayo en Hispanoamérica cuenta con grandes figuras. Entre los precursores más
influyentes cabe destacar al escritor argentino Domingo Faustino Sarmiento (1811-
1888) con su Facundo o Civilización y barbarie (1845) y al uruguayo José Enrique
Rodó (1871-1917) por su Ariel (1900). El mexicano José Vasconcelos (1881-1959)
escribe sobre filosofía, estética e historia, pero es especialmente renombrado por
sus ensayos de tema americano, por ejemplo su La raza cósmica, donde postula que
una raza mestiza americana es la que en el futuro dirigirá el mundo. El dominicano
Pedro Henríquez Ureña (1884-1946) y el argentino Ricardo Rojas (1882-1957) exploran
la identidad de sus respectivos países y los que escribe el peruano José Carlos
Mariategui (1895-1930) están enfocados desde el punto de vista de las ciencias
sociales. También son importantes el argentino Eduardo Mallea, el mexicano Leopoldo
Zea y el cubano José Antonio Portuondo, entre muchos otros.
Lógica en el ensayo
La lógica es crucial en un ensayo y lograrla es algo más sencillo de lo que parece:
depende principalmente de la organización de las ideas y de la presentación. Para
lograr convencer al lector hay que proceder de modo organizado desde las
explicaciones formales hasta la evidencia concreta, es decir, de los hechos a las
conclusiones. Para lograr esto el escritor puede utilizar dos tipos de
razonamiento: la lógica inductiva o la lógica deductiva.
Fragmento del ensayo de Gabriel García Márquez, Por un país al alcance de los
niños:
Una educación desde la cuna hasta la tumba, inconforme y reflexiva, que nos inspire
un nuevo modo de pensar y nos incite a descubrir quiénes somos en una sociedad que
se quiera más a sí misma. Que aproveche al máximo nuestra creatividad inagotable y
conciba una ética —y tal vez una estética— para nuestro afán desaforado y legítimo
de superación personal.
Por eso su estructura, a nivel macro estilístico o micro estilístico, puede ser:
Un ejemplo de los pasos a seguir por un estudiante que pretende escribir un ensayo
escolar podrían ser los siguientes. Lo primero y antes de redactarlo hay que
documentarse sobre el tema elegido hasta alcanzar un conocimiento suficiente lo
cual supone buscar la información necesaria consultando fuentes bibliográficas o de
cualquier otro tipo. El segundo paso sería organizar las ideas teniendo presente
para quién se escribe, qué interesa exponer y cómo hacerlo mejor. Y finalmente
redactarlo siguiendo un orden, escribiendo las ideas lo mejor expresadas que se
pueda y comprobando que la información, el estilo, el punto de vista y el formato
son coherentes y se ajustan a lo exigido.5
Introducción
Es la que expresa el tema y el objetivo del ensayo; explica el contenido y los
subtemas o capítulos que abarca, así como los criterios que se aplican en el texto,
es el 10% del ensayo y abarca más o menos 6 renglones.
Además, esta parte puede presentar el problema que plantea al tema al cual vamos a
abocar nuestros conocimientos, reflexiones, lecturas y experiencias. Si este se
plantea, entonces el objetivo del ensayo será presentar nuestro punto de vista
sobre dicho problema (su posible explicación y sus posibles soluciones).
Desarrollo
Contiene la exposición y análisis del mismo tema, se plantean las ideas propias y
se sustentan con información de las fuentes necesarias: libros, revistas, Internet,
entrevistas entre otras. Constituye el 75 % del ensayo. En él va todo el tema
desarrollado, utilizando la estructura interna: 50 % de síntesis, 15 % de resumen y
10 % de comentario.
Conclusión
En este apartado el autor expresa sus propias ideas sobre el tema, se permite dar
algunas sugerencias de solución, cerrar las ideas que se trabajaron en el
desarrollo del tema y proponer líneas de análisis para posteriores escritos.
Esta última parte mantiene cierto paralelismo con la introducción por la referencia
directa a la tesis del ensayista, con la diferencia de que en la conclusión la
tesis debe ser profundizada, a la luz de los planteamientos expuestos en el
desarrollo.
Tipos de ensayo
El ensayo ha sufrido varios intentos de clasificación, pero por lo general, se
establecen a partir de dos puntos de vista distintos:
Véase también
Teoría del Ensayo
Notas y referencias
Gómez-Martínez, José Luis (1991). «Teoría del ensayo». México.UNAM Ctso anal Ctso
anal https://www.dropbox.com/s/ugoj208aarpt37o/foce2new.ibooks?dl=0=. Consultado el
10 de octubre de 2015.
Borges, «Historia de la eternidad», p. 422.
Montaigne, Michel. «Ensayos». Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. Consultado
el 10 de octubre de 2015.
Orlando Cáceres Ramírez, ¿Qué es un ensayo?
«¿Qué es un ensayo?». Servicios estudiantiles. Universidad de Colima. México.
Archivado desde el original el 22 de enero de 2016. Consultado el 12 de octubre de
2015.
Gamboa, Yolanda. Guía para la escritura del ensayo.
Gómez Martínez, José Luis (1981). Teoría del ensayo. Consultado el 30 de junio de
2018.
Bibliografía
ARENAS CRUZ, María Elena: Hacia una teoría general del ensayo. Construcción del
texto ensayístico. Cuenca: Ediciones de la Universidad de Castilla-La Mancha, 1997.
AULLÓN DE HARO, Pedro: Teoría del ensayo. Madrid: Verbum, 1992.
CERVERA SALINAS, Vicente - HERNÁNDEZ GONZÁLEZ, Belén - ADSUAR FERNÁNDEZ, María
Dolores (eds.): El ensayo como género literario. Editum, 2005.
DAVIS, Harold Eugene: Latin American Social Thought. Baton Rouge: Louisiana State
University Press, 1972.
DÍAZ, Oscar A.: El ensayo hispanoamericano del Siglo XIX: Discurso hegemónico
masculino. Madrid: Pliegos, 2001.
EARLE, Peter G., Robert G. EARLE, y J. MEAD: Historia del ensayo hispanoamericano.
México: Ediciones de Andrea, 1973.
GÓMEZ DE BAQUERO, Eduardo: «El ensayo y los ensayistas españoles contemporáneos»,
en su El renacimiento de la novela española en el siglo XIX, Madrid: Mundo Latino,
1924.
GÓMEZ-MARTÍNEZ, José Luis: Teoría del ensayo. Salamanca: Ediciones Universidad de
Salamanca, 1981.
JAIMES, Héctor: La reescritura de la historia en el ensayo hispanoamericano.
Madrid: Fundamentos, 2001.
LEVY, Kurt L. y Keith ELLIS: El ensayo y la crítica literaria en Iberoamérica.
Toronto: Universidad de Toronto, 1970.
LUKÁCS, Georg: Esencia y forma del Ensayo, ed. de P. Aullón de Haro, Madrid,
Sequitur, 2015.
MARICHAL, Juan: La voluntad de estilo. Barcelona: Seix-Barral, 1957.
OVIEDO, José Miguel: Breve historia del ensayo hispanoamericano. Madrid: Alianza,
1990.
SACOTO, Antonio: Del ensayo hispano-americano del siglo XIX. Quito: Casa de la
Cultura Ecuatoriana, 1988.
WARD, Thomas: La resistencia cultural: la nación en el ensayo de las Américas.
Lima: Universidad Ricardo Palma, 2004.
WEINBERG, Liliana: El ensayo, entre el paraíso y el infierno. México: Fondo de
Cultura Económica, 2001.
VERA T., Juan Camilo: La importancia del ensayo. Colombia: Enciclopedia Académica,
(2012).
BORGES, JORGE LUIS (2005). Obras Completas. Tomo I. Historia de la eternidad.
Barcelona: RBA Coleccionables, S.A. ISBN 84-473-4161-5.