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Es la parte del sistema nervioso que nos proporciona la información consciente como la del tacto,
el dolor, la presión, la vibración, temperatura. Desde los receptores periféricos (de piel, músculos,
fascias y articulaciones) a nuestra centralita: el cerebro. Una vez procesada la información en la
central, la conclusión se vuelve consciente y podemos sacar un comportamiento adecuado en cada
situación.
Los receptores cutáneos no están distribuidos uniformemente por la superficie del cuerpo, sino
que hay regiones con una mayor densidad por lo que presentan también mayor sensibilidad. Las
zonas más sensibles son la punta de la lengua, los labios, la punta de los dedos, el dorso de la
mano y la cara. Los receptores cutáneos son dendritas de neuronas sensitivas que pueden
encontrarse encapsuladas, formando discos o terminaciones nerviosas libres.
Receptores somatosensoriales
clasificarse de acuerdo con la sensación específica que codifican. Generan sensaciones de tacto,
presión, vibración y cosquilleo. Algunos tipos de receptores se encuentran en la piel no vellosa
(glabra) y otros en la piel vellosa. Los tipos de mecanorreceptores se describen conforme a su
localización en la piel o músculo, tipo de adaptación y sensación codificada.
adaptación lenta que reconocen la temperatura cutánea. Hay receptores para el frío y para el calor.
La población de receptores para el frío responde para un amplio intervalo de temperaturas, entre
20 y 35ºC y la población de receptores para el calor responde dentro de un intervalo de entre 30
y 43ºC. En un intervalo de temperaturas intermedias (la denominada zona neutra o zona
confortable) no existe una sensación de temperatura apreciable. Dicho intervalo oscila
aproximadamente entre 30 y 36ºC para una pequeña zona de la piel, pero es más estrecho cuando
se expone el cuerpo al desnudo. Con temperaturas inferiores a 17ºC se produce dolor por frío.
Con temperaturas muy altas de la piel (superiores a 45ºC) puede aparecer el fenómeno de frío
paradójico, determinado por la activación de una parte de la población de receptores para el frío.
A diferencia de lo que ocurre con otros sentidos, cuando analizamos el sistema somatosensorial
nos encontramos ante una función biológica que se caracteriza por pertenecer al cuerpo entero,
en lugar de a un órgano sensorial específico, y funcionar por contacto, frente a otros sentidos que
utilizan una energía medial como la luz o las ondas de presión del aire.
del estado de nuestra piel, sino también de la posición de las distintas partes del cuerpo y del
esfuerzo muscular que realizamos. Dada la variedad de estímulos que actúan sobre el sistema
somatosensorial, éste cuenta con un conjunto muy variado de receptores. Éstos se clasifican
Algunos de estos receptores están formados por las ramas terminales, no mielinizadas, de la
neurona sensorial, por lo que se denominan terminaciones nerviosas libres. Tanto los
nociceptores como los termorreceptores son de este tipo. La mayoría de los receptores, sin
embargo, muestran algún tipo de encapsulamiento, es decir, el terminal nervioso está rodeado
por algún tipo de estructura que modula la respuesta neuronal y determina el tipo de estímulo
La sensibilidad somática se ocupa de muchos tipos de información procedente de casi todas las
partes del cuerpo. Empezando por los receptores sensoriales de la piel, y las paredes corporales,
de los músculos, tendones, ligamentos, y tejido conectivo de las articulaciones, y de los órganos
internos.
Los estímulos varían desde los mecánicos (p. ej. cosquillas), químicos (el veneno de una abeja) y
los físicos (una ducha fría) por lo cual existen muchos tipos diferentes de receptores, algunos
ejemplos se pueden observar en la figura. En las siguientes diapositivas estudiaremos los distintos
tipos de receptores: mecanorreceptores, nociceptores, termorreceptores, propioceptores y
quimiorreceptores.
- Los mecanorreceptores
La mayor parte de los receptores sensoriales del sistema sensorial somático son
mecanorreceptores, que son sensibles a la deformación física. Están presentes en todo el cuerpo,
monitorizan el contacto con la piel, la presión del corazón y los vasos sanguíneos, la distensión
de los órganos digestivos, y la vejiga, y la fuerza contra los dientes. En el centro de cada
mecanorreceptor existen ramas de axones no mielinizados-Estos axones poseen canales iónicos
mecano sensibles, cuya apertura depende del estiramiento o de los cambios de tensión de la
membrana que los rodea.
- Receptores de temperatura=Termorreceptores
Todas las células del cuerpo son sensibles a la temperatura ya que puede afectar a su
funcionamiento químico, pero en especial el cerebro, por su complejidad, requiere una
temperatura más estable que otras partes del cuerpo, de tal manera que es vital que la temperatura
se mantenga alrededor de los 37º y no supere los 40.5º. Aunque todas las neuronas son sensibles
a la temperatura, no todas son termorreceptores. Existen algunas neuronas que son exquisitamente
sensibles a la temperatura (diferencias de 0.01ºC). Podemos diferenciarlas entre detectores de
calor (30ºC-45ºC) y de frío (10ºC-35ºC y por encima de 45ºC), localizados preferentemente en la
piel. También hay neuronas sensibles a la temperatura en el hipotálamo y en la médula espinal
que contribuyen a regular la temperatura corporal. Los receptores en la piel detectan
principalmente cambios súbitos y variaciones de temperatura, y se adaptan durante los estímulos
de larga duración. Esto se puede observar fácilmente introduciendo una mano en agua fría y
caliente, al principio la sensación del cambio de temperatura es muy acusada, pero después de un
tiempo se adapta y la sensación disminuye.
A diferencia los receptores sensoriales somáticos que hemos estudiado hasta ahora, los
propioceptores proporcionan información sobre nuestro medio interno, en vez del medio externo.
Permiten percibir la posición relativa de los miembros del cuerpo, si se están moviendo o no, y
con qué rapidez. Esta sensibilidad es fundamental para orientar los movimientos y para el
conocimiento de las posiciones de nuestras extremidades ayudándonos a explorar objetos.
Hay detectores en los músculos, articulaciones, ligamentos. En los músculos esqueléticos están
presentes los huesos musculares (miden la longitud y la tasa de estiramiento de los músculos), y
los órganos tendinosos de Golgi (calibran la fuerza generada por un músculo determinando la
tensión de su tendón).
En las articulaciones existen mecanorreceptores que responden a los cambios del ángulo,
dirección y velocidad de un movimiento en una articulación, son de adaptación rápida y
proporcionan más información en presencia de movimiento que en reposo. La información
procedente de los distintos receptores se integra para evaluar el ángulo de la articulación.
Las sensaciones de los propioceptores utilizan los nervios más rápidos (se necesitan tiempos de
respuesta rápidos para poder coordinar el movimiento de las extremidades), mientras que para
sensaciones como las de temperatura basta con canales de transmisión más lentos (es una forma
de optimizar el consumo de energía y de proteínas necesarias). La diferencia en la rapidez de
transmisión de las sensaciones es perceptible por ejemplo ocurre una picadura de una abeja, en
ese caso la sensación de dolor se sentirá después de algunos segundos, sin embargo, la sensación
del pinchazo se percibirá rápidamente ya que también se habrán estimulado los
mecanorreceptores de la piel que son mucho más rápidos.
- Quimiorreceptores
Desde un punto de vista evolutivo la quimiorrecepción es uno de los sentidos más antiguos. Los
animales primitivos sin sistema nervioso organizado utilizan la quimiorrecepción para localizar
el alimento y para aparearse. La investigación realizada en bacterias indica que éstas utilizan la
quimiorrecepción como una parte integral para detectar y responder a sustancias específicas de
su ambiente; algunas de ellas se mueven hacia o se alejan de determinados compuestos químicos,
comportamiento denominado quimiotaxis.
La quimiorrecepción representa sólo una forma de sensibilidad química de las células, puesto que
muchas de ellas son sensibles a hormonas y neurotransmisores. Excluyendo a estas células, los
quimiorreceptores se pueden CLASIFICAR en:
En resumen…..
- Corpúsculos de Meissner, que se ubican entre las papilas dérmicas inmediatamente por
debajo de la epidermis de los dedos a de las manos, las palmas y las plantas, son los
mecanorreceptores más frecuentes de la piel “glabra” (piel lisa o lampiña).
- Corpúsculos de Pacini: son terminaciones encapsuladas grandes localizadas en el tejido
subcutáneo, participan en la discriminación de las texturas de superficie fina o de otros
estímulos en movimientos que producen vibración de alta frecuencia de la piel. Estos
corpúsculos conforman el 10%-15% de los receptores cutáneos de la mano.
- Entre los mecanorreceptores dinámicos de adaptación lenta se incluyen los discos de
Merkel y los corpúsculos de Ruffini. Representan alrededor del 25% de los
mecanorreceptores de la mano
Diferencia en la discriminación mecanosensitiva a través de la superficie corporal.
La precisión con la cual los estímulos pueden sentirse varia de una región del cuerpo a otra, esto
se puede apreciar mediante la discriminación de dos puntos.
Por ejemplo, dos estímulos aplicados en la piel del pulpejo se perciben como separados solo si
entre ellos hay una distancia de 2mm como mínimo. En cambio, los estímulos aplicados en el
antebrazo no se perciben como distintos hasta que tienen de 40mm como mínimo.
Como señalamos, la vía columna dorsal medial solo transmite información táctil y propioceptiva
proveniente de la parte superior e inferior del cuerpo y del tercio posterior de la cabeza. La
información táctil y propioceptiva proveniente del rostro es transmitida desde la periferia hasta el
tálamo por una vía diferente. El sistema sensitivo somático trigeminal transmite la información
derivada del rostro hasta el sistema nervioso central.
Esta mediada por neurona de primer orden en el ganglio trigeminal. las prolongaciones periféricas
de estas neuronas forman las tres subdivisiones principales del nervio trigémino (oftálmica,
maxilar y mandibular) cada una de ellas inerva un territorio bien definido sobre el rostro y la
cabeza.
Las prolongaciones centrales de las células del ganglio trigeminal forman las raíces sensitivas del
nervio trigémino e ingresan al tronco encefálico a nivel de la protuberancia para terminar sobre
neuronas en las subdivisiones del Complejo trigeminal del tronco del encéfalo. Este complejo
trigeminal tiene dos componentes principales: el núcleo principal (responsable de los estímulos
mecano sensitivos) y el núcleo espinal (responsable del procesamiento de estímulos
termoalgesicos). Por lo tanto, la mayoría de los axones que transmiten información desde los
mecanorreceptores cutáneos de umbral bajo en el rostro terminan en el núcleo principal. Las
neuronas de segundo orden de los núcleos trigeminales del tronco dan origen a axones que
atraviesan la línea media y ascienden hasta el núcleo ventral posteromedial del tálamo a través
del TRACTO TRIGEMINOTALAMICO o lemnisco trigeminal.
Todas las vías que llevan información somestésica (con origen en la médula o en el tronco del
encéfalo) convergen en el tálamo, en el complejo ventral posterior. El complejo ventral
posterior del tálamo comprende un núcleo medial y uno lateral: