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CARACTERES
Son tres las principales notas características del Derecho Procesal: es un derecho
instrumental, público y no convencional.
a. Derecho instrumental
A decir de CORTÉS DOMÍNGUEZ el derecho procesal es un derecho instrumental, por cuanto
sirve para que se puedan tutelar los derechos que tienen no sólo los ciudadanos sino todos
los integrantes de una determinada comunidad social organizada38 agrega al respecto GÓMEZ
ORBANEJA que el derecho procesal tiene un fin inmanente, cual es la tutela del derecho
sustantivo, por lo que se trata de una disciplina autónoma, no subordinada al Derecho
material39, en cuanto la observancia del derecho procesal no es un fin en sí misma, sino que
sirve como medio para hacer observar el derecho sustancial40
b. Derecho público
El Derecho Procesal pertenece a la categoría de derecho público, porque regula la actividad
del estado para la realización de la justicia a través del ejercicio de la potestad jurisdiccional.
Como tal, las normas que regulan la jurisdicción son irrenunciables (no es posible sustituir
jurídicamente las normas procesales por actos jurídicos voluntarios regidos por el principio
de autonomía de la voluntad). Las partes no pueden reglar el proceso por normas distintas a
las establecidas en la ley41
c. Derecho no convencional
El Derecho Procesal tiene una naturaleza imperativa, no es convencional, de ahí la vigencia
del principio de legalidad procesal y la no aceptación del principio de autonomía de la
voluntad. De ello se deducen dos consecuencias: la primera, la exclusión del proceso
convencional, de modo que el proceso se rige por normas legales a las cuales deben someterse
el órgano jurisdiccional y las partes. La segunda, el carácter no dispositivo de las reglas que
regulan el proceso y su actividad que son de aplicación necesaria.
PROCESO
El proceso se presenta como el medio que mayores probabilidades ofrece de aportar la
solución justa y pacífica al conflicto, su estudio reclama, a su vez, el planteamiento de tres
fundamentales y de otras tres complementarias. Las primeras se traducen en averiguar cómo
es, qué es y para qué sirve, o dicho de otro modo: su desarrollo, su naturaleza y su finalidad.
Lógicamente, el orden hubiera debido ser primero la investigación de qué y del para qué y
luego la del cómo; pero históricamente ha sucedido lo contrario. Ahora bien: como el proceso
opera entre hombres y se manifiesta a través de una serie de actos, el desenvolvimiento de
éstos exige agregar otras tres preguntas a las que acabamos de enunciar, a saber: quién,
cuándo y dónde, o sea, las relativas al sujeto que despliegue la actividad contemplada en
cada caso, al tiempo en que la misma se lleve a cabo y al espacio en que tenga lugar. De este
modo, el fenómeno procesal queda acotado por u hexágono, cuyos tres lados superiores,
yendo a la izquierda a derecho, dirían: Dónde: espacio-, Para qué: finalidad-, Cuándo:
tiempo; mientras que los tres inferiores, siempre en igual sentido, expresarían: Quién: sujeto-
, Qué: naturaleza-, Cómo: forma45.
No podía ser la excepción, también existen múltiples definiciones, he aquí las más importantes:
En Colombia, DEVIS ECHANDÍA63 “es una serie o cadena de actos coordinados para el logro
de un fin jurídico” y ESCOBAR FORNOS64 “es el conjunto de actos coordinados que se realizan
ante los tribunales de justicia a fin de aplicar la ley al caso sometido al conocimiento de ellos”
En Perú, ALZAMORA VALDEZ65 “es la regulación de las actividades que se realizan ante el
Estado para alcanzar la protección de un derecho”. SAGÁSTEGUI URTEAGA66 “es el conjunto
de actos regulados por el derecho que tiene por fin predominantemente servir para la
composición de un litigio o la formalización de aquellas situaciones que requieren de todos
los componentes del proceso para que tengan validez”. y MONROY67 “es el conjunto dialéctico
de actos, ejecutados con sujeción a determinadas reglas más o menos rígidas, realizados
durante el ejercicio de la función jurisdiccional del Estado, por distintos sujetos que se
relacionan entre sí con intereses idénticos, diferentes o contradictorios pero vinculados
intrínsecamente por fines privados y públicos”
Se puede decir que, el Derecho Sustantivo es el encargado de normalizar el deber ser o el que
ajusta al comportamiento de los individuos y el comportamiento que debe tener dentro de la
sociedad o comunidad donde interactúa.
DERECHO ADJETIVO
Son las normas, leyes o preceptos que impone determinado organismo competente del Estado.
Es descrito como un Derecho de forma porque fundamenta principios y normas que regulan o
normalizan las relaciones jurídicas, poniendo en práctica la actividad judicial a través del
cumplimiento de las obligaciones consagradas en el Derecho Sustantivo. El derecho adjetivo
es el que determina el procedimiento necesario para ejecutar y/o para hacer valer dichos
derechos, los cuales la doctrina universal ha concebido como derecho procedimental.
LAS TEORÍA PRIVATISTA que han tratado de explicar la naturaleza del proceso, ubicándolo
dentro de figuras conocidas del derecho privado, como el contrato o el cuasicontrato; las
TEORÍAS PUBLICISTAS, en cambio, han considerado que el proceso constituye por sí sólo
una categoría especial dentro del derecho público, ya sea que se trate de una relación jurídica.
En el derecho Romano aparece una doctrina Contractualista, proceso como contrato, basada
en una litis contestio en el que se ponía en manifiesto la voluntad de las partes para aceptar
la decisión final que se adopte en el proceso donde se resuelva un conflicto entre ellas es decir
una convención entre el actor y el demandado del cual se fijaba determinados puntos de
discusión y se le otorga la autoridad al juez. Según Bautista Toma[2], este procedimiento
consistía de dos fases: la primera fase (in iure) el magistrado expedía la fórmula al actor y esto
se le consignaba al demandado del cual lo aceptaba, mediaba así una especie de contrato entre
las partes, al ser aceptado dicha fórmula por el demandado se consentía evidentemente en
someterse al juicio en los términos fijados; y la segunda fase se designaba al iudex , según
Hurtado, su función para resolver el conflicto no era jurisdiccional y su elección dependía
propiamente del acuerdo de las partes, así sus facultades y atribuciones eras dispuestas por
el acuerdo de las partes no tenían función autónoma e independiente . De esta manera por
un lado se encuentra un acto de la autoridad pública, a saber, el decreto del magistrado que
pronuncia la fórmula; y, por otro, un acto consensual, que constituye entre ellos una
aceptación de la fórmula.
Sin embargo el proceso jurisdiccional no requiere de un acuerdo previo entre las partes, para
que puedan iniciarse y desarrollar ante el legislador ya que la obligación de las partes de
sujetarse al proceso y a la sentencia que dicta el juzgador deriva del imperio mismo de la ley.
Además este proceso es una acción desventajosa para el actor ya que al consignarse la fórmula
dependerá del demandado el desarrollo el proceso porque en él esta si lo acepta. Además
Monroy menciona que tal concepción se desarrolló sobre la base de un error histórico, lo que
ocurrió en la primera etapa del proceso en el derecho romano, la legis actiones, no fue
exactamente un proceso judicial, sino un procedimiento arbitral al que, en tal calidad, le es
natural un origen contractual.
Ante la teoría presentada se propone otra teoría “mejorada”, sostenida por Arnaut de
Gauenyveau, la Teoría del Cuasicontrato. Algunos autores sostuvieron que el proceso al
ser un hecho de generador de obligaciones ya que si la litiscontestio no era un contrato,
puesto que ya no requería del acuerdo de voluntades de las partes, tampoco era un delito ni
un causi delito entonces, es un cuasicontrato.
Según Hurtado [3], lo que se propone es abandonar el “acuerdo implícito” ya que dejaba de
lado la voluntad de las partes o el acuerdo implícito bilateral, más por el contrario se lanzaba
la primacía de una voluntad, la voluntad unilateral del acto o demandante, entendida aquella
como el poder que ejercía el demandante en un proceso para obligar al demandado a
inmiscuirse en éste, es decir basta su voluntad para ejercer presión frente a su demandado
para forzarlo a ingresar al proceso.
Mas, al recurrir a las fuentes de las obligaciones, se toma en cuenta sólo cuatro y se olvida la
quinta: la ley. Esta omisión inexplicable al querer pasar por alto una de las fuentes más
importantes, según la concepción clásica: la ley, ya que es la única donde puede derivar una
explicación satisfactoria de los nexos a que el proceso da lugar. Por lo tanto esto condujo una
vez más a una construcción jurídica artificial y fácilmente desleznable.
Según Monroy [4]: el proceso es una relación jurídica en tanto para su actuación concurren
cierto número de sujetos que asumen conductas en función al rol e intereses con que
participan en él, además se trata de intereses que han provocado que la trama de relaciones
se concrete. La relación se caracteriza por ser autónoma, en tanto difiere de la relación que
concreta a las partes desde antes del inicio del proceso, es compleja,dado que se trata de un
conjunto de deberes y facultades distintas en cada sujeto interviniente, además, esta relación
pertenece al derecho público, desde que interviene el Estado en ejercicio de una función
trascendental, la jurisdicción.
Esta teoría es la más aceptada ya que a partir de aquí podemos tener claramente el inicio de
un proceso, ya que este es una relación jurídica o nexo entre dos sujetos que existe en virtud
del derecho objetivo, que es regulado por éste. El contenido de dicha relación será una serie
de obligaciones y derechos procesales.
Según James Goldshmidt propuso una teoría distinta para explicar la naturaleza jurídica del
proceso porque para este autor el proceso no está constituido por una relación jurídica entre
las partes y el juzgador, ya que una vez que aquellas acuden al proceso, no pueden hablarse
de que existan verdaderos derechos y obligaciones, sino meras situaciones jurídicas. En lugar
de relaciones jurídicas, el proceso crea nuevos nexos jurídicos. Los cuales se hallan más bien
de una situación jurídica, que el citado autor define como el estado en que una persona se
encuentra, desde el punto de vista de la sentencia judicial que espera, con arreglo de las
normas jurídicas. Estas situaciones pueden ser expectativas de una sentencia favorable o
perspectivas de una sentencia desfavorable. Pero como el proceso procede a la sentencia, las
expectativas de una sentencia favorable dependen regularmente de un acto procesal anterior
de la parte interesada, que se coronado por el éxito pero en las perspectivas de una sentencia
desfavorable dependen siempre de la omisión de tal acto procesal de la parte interesada.
Monroy [5] afirma que no es exacto afirmar que el proceso es una situación jurídica, dado que,
en estricto, en realidad cada proceso estaría formado por un sinnúmero de situaciones
jurídicas con distintos protagonistas, las que se extinguen y renacen con un contenido
diferente, con forme actúen en el proceso los sujetos legitimados para tal encargo.
Las teorías explicadas como la Teoría Privatista y la Teoría Publicista formaron una base
importante para la constitución del inicio de un proceso ya que de ellas dependió la formación
de diferentes vías para acudir a la Teleta de nuestros derechos. Dentro de la Teoría Privatista,
siendo un acto entre acuerdo de las partes, es un eje importante porque se tuvo en cuenta
que existe la opción de solucionar los conflictos a partir de un acuerdo mutuo, sin estar a
disposición, con la finalidad de llegar a una solución confraternal exponiendo cada sus
pretensiones, a esto lo podemos enlazar con los Medios Extrajudiciales. Y en la Teoría
Publicista su importancia radica en la vinculación existente entre las partes y el Juez ya que
al acudir al órgano jurisdiccional este se encargara de tutelar sus derechos que han sido
afectados con la finalidad de al tomar una decisión favorable para una de las partes y
ejerciendo la coacción en el cumplimiento de lo resulto, además esto también tiene relación
con las perspectivas que se fomenta en las partes en la emisión de una sentencia ya que
conforme vaya avanzando el proceso se presenta ciertas situaciones jurídicas .
En consecuencia, la naturaleza jurídica del proceso permite contrastar las teorías, que
constantemente han ido evolucionando, con la realidad ya que de esta menara permite
valorar la importancia de estas teorías y sobre todo su aplicación, en parte, en la actualidad.
MONROY GÁLVEZ, Teoría General del Proceso -[2] BAUTISTA TOMA, Pedro. Teoría General del Proceso. 2007--[3] HURTADO REYES, Martín.
[1]
Fundamentos de Derecho Procesal Civil. 2009 p193--[4] MONROY GÁLVEZ, Juan. Teoría General de Proceso. 2007 P. 241
5. PROCESO Y PROCEDIMIENTO
EL PROCESO
“Proceso procesal es el conjunto de actos coordinados que se ejecutan por o ante los
funcionarios competentes del órgano judicial del Estado, para obtener, mediante la actuación
de la ley en un caso concreto, la declaración, la defensa o la realización coactiva de los derechos
que pretendan tener las personas privadas o públicas, en vista de su incertidumbre o de su
desconocimiento o insatisfacción o para la investigación, prevención y represión de los delitos
y las contravenciones, y para la tutela del orden jurídico y de la libertad individual y la dignidad
de las personas, en todos los casos”.
Por ejemplo: hay un procedimiento para sustanciar un juicio ordinario, para un juicio especial,
para un sumario, etc.
De Litala afirmaba que “una disciplina es autónoma cuando abarca un conjunto de principios
e institutos propios”, con todo lo cual cuenta el Derecho Procesal del Trabajo, constituyendo
por tanto “una ciencia autónoma, en cuanto es distinta de las otras disciplinas jurídicas,
porque en la misma se encuentra un desarrollo autónomo de institutos, que (…) constituyen
una unidad sistemática particular”.
Para el mexicano Arturo Valenzuela, la autonomía del Derecho Procesal del Trabajo se concreta
en la existencia de ciertos rasgos específicos, como serían:
(i) Que el Derecho Procesal del Trabajo reglamenta un derecho autónomo e independiente del
derecho civil, cual es el Derecho Sustantivo del Trabajo;
(ii) La Jurisdicción del Trabajo está conferida a órganos especiales;
(iii) La Jurisdicción del Trabajo tiene privilegios de los cuales no goza la jurisdicción Civil;
(iv) El Derecho Procesal del Trabajo tiene un conjunto de principios característicos y propios,
diferentes de los del Derecho Procesal Civil.
Conviene ubicar también en este grupo al laboralista patrio Isaías Rodríguez, quien al
comentar el carácter distinto del Derecho Procesal del Trabajo expresa que se trata de factores
humanos, económicos, jurídicos y sociales, sustanciales e instrumentales, que exigen ser
confrontados, analizados y meditados para poder sistematizarlos, exponerlos y difundirlos,
afirmando que eso es precisamente lo que pretende “al calificar de autónomo el Derecho
Procesal del Trabajo”, y concluye diciendo que al Derecho Procesal del Trabajo le viene su
autonomía no solo de los principios que lo caracterizan, sino del contenido social de su
naturaleza jurídica. Los procedimientos Laborales difieren de los Civiles por su naturaleza
Social. Sus fines Sociales hacen quela nueva Jurisdicción se ejerza sin la rigidez que impera
en los demás procesos y de allí la especificidad de sus principios. Frente a la función de
mantener el equilibrio jurídico, objetivo intrínseco del Derecho Procesal, en el Derecho Adjetivo
del Trabajo, esta función niveladora se acentúa más debido a la diferente condición económica
y social de los litigantes, que de por sí e indirectamente genera desiguales condiciones para la
defensa y el ataque, que el derecho especial tuvo que equilibrar .
B) AUTONOMÍA MODERADA
En esta línea ubica Pasco Cosmópolis a Alonso Olea, Menéndez Pidal, Stafforini, Pérez
Leñero,Russomano y Coqueijo Costa, entre otros. Pérez Leñero sitúa la autonomía del Derecho
Procesal del Trabajo en los campos administrativo
, por la creación como cátedra dentro de las escuelas sociales, y científico, por la multiplicidad
de normas procesales del trabajo, diversas muchas de ellas de las comunes, tanto respecto a
la jurisprudencia como al procedimiento.
Por su parte, el español Juan Menéndez Pidal sostenía ya en el año 1947 que no podía ponerse
“en duda la autonomía científica del derecho procesal social necesario (sic) en la jurisdicción
especial del trabajo, evidenciándolo así el hecho de que casi todas las legislaciones y tratadistas
regulan y hacen el estudio de los procedimientos ante la misma”
No obstante, para Menéndez Pidal, el criterio distintivo más importante y a la vez determinante
de la pregonada autonomía del Derecho Procesal Social (o del Trabajo), radica en el hecho de
que este cuenta con “[p]rincipios que son exclusiva o preferentemente de aplicación al derecho
procesal del trabajo y a ninguno de los otros derechos procesales”
.El argentino Stafforini apoya también la tesis de la autonomía, por el “carácter particular de
los principios que informan el proceso [laboral] y el contenido de la propia disciplina jurídica”
C) POSICIÓN ECLÉCTICA O DE AVANZADA
Dentro de esta línea menciona Pasco Cosmópolis –citando a Giglio–, a Tesorieri,
Jaeger,Tissembaum, Nicollielo, Piragibe Tostes Malta, Maranhao, incluidos el propio Giglio y
elmismo Pasco Cosmópolis.Para Pasco Cosmópolis la autonomía absoluta de Alberto Trueba
Urbina,
“ni existe ni es posible ni es deseable” y, al referirse a este criterio de avanzada, explica que no
se trata sino de una corriente ecléctica respecto de la cual, quienes la sostienen afirman que
todas las ramas jurídicas procesales tienen elementos esenciales comunes, pero admiten que
existen elementos diferenciales. Como una manifestación de ello, explica su posición
expresando que en su obra Fundamentos de Derecho Procesal del Trabajo, se concreta
“a desarrollar aquellos aspectos que constituyen la dogmática del Derecho Procesal del Trabajo
como disciplina autónoma, y prescindimos de examinar y aún de mencionar los conceptos
esenciales del proceso, asumiendoque su estudio corresponde a la Teoría General del Proceso”.
En opinión de Pasco Cosmópolis, la autonomía del Derecho Procesal del Trabajo se alcanza
plenamente y se manifiesta en una triple dimensión, a saber:
Por su parte, el brasileño Wagner Giglio examina la autonomía del Derecho Procesal del Trabajo
en sus vertientes
Didáctica (que facilita la transmisión de conocimientos), legislativa (normas legales
específicas), jurisdiccional (órganos especiales), doctrinaria y científica (por contar con
institutos, principios y fines propios).
Jorge Pinheiro sostiene también la autonomía del Derecho Procesal del Trabajo, pero
vinculándolo a la moderna Teoría General del Proceso, observando que la unidad metodológica
o de raciocinio de la Teoría General del Derecho Procesal y el objetivo final de este último es
común a todas las ramas del Derecho Procesal. Para este autor existen ciertos institutos
fundamentales que son comunes a todas las ramas del Derecho Procesal, entre ellos los
conceptos de jurisdicción, acción, defensa, proceso y procedimiento, agregando que también
están presentes en todas las ramas del Derecho Procesal las grandes garantías ligadas a la
defensa, a los recursos, la preclusión y la cosa juzgada, entre otros.
En forma similar, Allocati asienta que “Las particularidades de cada una de las ramas del
derecho procesal no pueden hacer olvidar la presencia de institutos procesales comunes como
la acción, la excepción, la prueba, la sentencia y sus medios de impugnación, cosa juzgada,
ejecución…”.
Quienes sustentan esta posición consideran que si se admitiera una posición extrema como la
autonomía absoluta del Derecho Procesal del Trabajo, ello encerraría grandes riesgos, porque
sería necesario elaborar una doctrina integral y se debería plasmar dicha doctrina en normas
positivas concretas, quedando abierta la posible y peligrosa existencia de lagunas que no se
podrían suplir con el auxilio de otras disciplinas.
El mexicano De Buen invoca la autonomía del Derecho Procesal del Trabajo respecto del
Derecho Procesal Civil y de las otras ramas del Derecho Procesal, porque el primero cuenta
con principios propios, tribunales propios y objetivos parcialmente diferentes, lo cual –a su
decir– es suficiente para apoyar la autonomía del Derecho Procesal del Trabajo, pero sin que
ello excluya la utilización de “conceptos, términos y prácticas comunes al derecho procesal en
general”,
Lo cual califica de “absolutamente normal”
7.PAZ SOCIAL
Concepto
La Paz Social es el Bienestar de la Sociedad por medio de Estados organizados, desarrollando
avances, objetivos y metas para la prosperidad de sus Estados. En esta oportunidad el Jurista
Hans Kelsen nos dice que "La Paz es una situación que se caracteriza por la ausencia de
la Fuerza. Dentro de una Sociedad organizada, sin embargo, la ausencia absoluta de Fuerza
la idea del anarquismo no es posible. El empleo de la Fuerza en las relaciones entre los
individuos se evita reservándolo para la Comunidad"[1]. La Sociedad en Paz estimula la
confianza y Desarrollo en una Nación, promoviendo el desarrollo progresivo que persigue todo
pueblo respetando sus deberes y Derechos para llegar hacer un estado sostenible que se
superó sus adversidades por medio de la Paz y no de la Fuerza.
II.- SIGNIFICADO DE PAZ
La búsqueda de la Paz en el Mundo es un factor determinante para el desarrollo de todas
las sociedades. Es así como define el Papa Juan Pablo II "La Paz es obra de la Justicia, por ello
es necesario mejorar la calidad de vida, pues la Paz y la Justicia caminan juntas y juntas deben
ser promovidas"[2].
Alfons Banda en su obra La cultura de Paz se manifiesta sobre la Paz "Paz es un concepto
Universal que expresa la aspiración Humana a vivir la Propia Vida, y la de las comunidades de
pertenencia, en una atmosfera de Bienestar y tranquilidad razonables que estimule y permita
el libre desarrollo de las capacidades positivas de toda índole de las personas de los grupos
humanos a los que estas se sienten adscritos"[3].
La Paz no se conseguiría si se le arrebata los Derechos propios de la persona, suprime todo
derecho inherente que se le atribuye como Ser Humano.
El respeto a vivir en una Sociedad en Paz es un Derecho que toda persona lo lleva inherente
desde que nace; según el Padre Luis Bambaren "La Paz exige el respeto de los derechos
inviolables del hombre. Donde estos no son respetados no puede haber Paz, porque la violación
de la dignidad de la Persona favorece el rencor y el espíritu de venganza"[4].
"Ningún modelo económico o político servirá a la causa de la Paz y al bien común si no se
apoya en valores fundamentales que respondan a la Verdad sobre el hombre"[5].
Corroborando con el autor la falta de calidad de vida es problema fundamental de la Sociedad,
el Hombre busca como mejorar su modo de vida y de su Familia, llevándolo a faltar en sus
deberes e irrumpiendo en los derechos de otras personas, esto nos lleva al problema Social de
nuestra Nación.
Los Principios del Derecho Procesal del Trabajo FUNDAMENTOS DEL PROCESO LABORAL:
(Art. II del TP de la NLPT) •Socialización del proceso •Privilegio del fondo sobre la forma •Pro
actione •Debido Proceso, Tutela Jurisdiccional y razonabilidad •Protección a la madre gestante
al menor de edad y a la persona con discapacidad •Rol protagónico del Juez, impulso procesal
y potestad sancionadora •Gratuidad (Art. III y 14º) 70 URP
OBJETO DE LOS PRINCIPIOS DE DERECHO LABORAL
Los principios del derecho del trabajo son ENUNCIADOS BÁSICOS QUE CONTEMPLAN,
ABARCAN Y COMPRENDEN una serie indefinida de situaciones.
Los principios sirven para suplir un vacío, inspirar, entender y para SUPLIR UN VACÍO o
deficiencia de la ley.
Son reglas rectoras.
Cumplen 3 funciones:
INFORMADORA: Inspira al legislador en el ordenamiento jurídico
NORMATIVA: Actúa como fuente supletoria sino hay norma escrita - Inc. 8 Art. 139, 1er
párrafo de la Constitución Política
INTERPRETACIÓN: Orienta al Juez al aplicar justicia.
Principios en PROYECTOS DE LEY (Ley general del trabajo, ley procesal laboral y proyecto de
ley de reforma de la constitución)
Principios en la JURISPRUDENCIA (precedente de observancia obligatoria) – Indecopi
Principios en la DOCTRINA