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Imaginarios de la chicha y la cerveza en Bogotá a principios del siglo XX

Estudiantes: Duvan Andres Morales Valencia – Nicolás Antolínez Parrado

En este trabajo, buscaremos analizar la llegada de la modernidad de mano de los imaginarios


alrededor del consumo de la chicha y la cerveza en Bogotá a principios del siglo XX. Para
esto, haremos un repaso de la historia de la cerveza y de la chicha en el país, usando la
bibliografía encontrada sobre el tema; es por este motivo que relegaremos el papel que
pudieron jugar otras bebidas como el whisky, el aguardiente o el ron. Si bien es cierto, que
el aguardiente ha jugado un papel primordial dentro de la historia económica -y si se quiere
social- del país, hemos decidido restringirnos a la cerveza y la chicha, por su carácter de
bebida del común, además no hay que olvidar el pequeño grado de tecnificación en la
producción de aguardiente, por lo cual no fue necesaria su persecución y sustitución, como
si lo fue con la chicha.

Consideramos que, así como Santiago Castro Gómez en su libro “Tejidos oníricos:
movilidad, capitalismo y biopolítica en Bogotá (1910-1930)”, tuvo la intención de
representar el imaginario colectivo de la sociedad bogotana, nos es posible hacer un análisis
de la transición de valores de una sociedad pre-capitalista a una capitalista, desde sus
imaginarios a través de la producción, distribución y consumo de la cerveza y la chicha a
principios del siglo XX en Bogotá. Con el fin de observar el cambio y las herramientas
utilizadas por cierto sector de la sociedad para “eliminar” las costumbres y tradiciones que
iban en contra del modelo de modernidad, representadas en la chicha, que se quería imponer,
representado en la cerveza.

Este, consideramos, es un tema de relevancia histórica, por lo cual ha sido bastante estudiado
por la historiografía contemporánea. Su importancia radica en que la chicha ha sido una
protagonista de los espacios sociales de la capital a lo largo de su historia. La junta
tumultuaria de José María Carbonell se desarrolló en una chichería; los artesanos que
apoyaron a José María Melo en 1854 se organizaron en chicherías y las chicherías fueron
espacios de resistencia obrera y manifestaciones políticas (como las de Jorge Eliecer Gaitán)
a principios del siglo XX. En ese orden de ideas, la historia de la chicha es útil para entender
la historia social, económica y cultural de Bogotá. Esta historia fue dinámica, en especial en
el siglo XX, en el que la ancestral bebida se vio enfrentada al cambio en las formas de
organización y sociabilidad que llegaron al país con el capitalismo moderno, representado
por la llegada de la cerveza. Esta buscó reemplazar a la chicha como bebida del común, en
algunas ocasiones con la colaboración del Estado y la burguesía nacional.

La chicha. De su origen hasta el siglo XX:

El mito de Piracá y el maíz hace parte de la mitología chibcha, en él se explica el origen de


la planta del maíz a causa de la intervención de Bochica:

Debido a que Montiva, la esposa de Piracá, se encontraba enferma, a este se le encomendó la


tarea de cuidar a toda su familia. La pobreza de Piracá y su familia lo obligó a salir a buscar
nuevos horizontes para poder vender sus mantas, logrando así salir adelante. Piracá se
convirtió en un excelente comerciante, pero a la vez se tornó avaro, a tal nivel que prefería a
para hambre para obtener mayores ganancias. En uno de sus trueques conoció a un hombre
viejo de aspecto raro con el cual hizo un trueque por unas pepitas de oro, en su afán para que
nadie se las robara o descubriera su tesoro, Piracá decidió enterrarlas. Cuando iba a depositar
las pepas de oro en el hueco un pájaro de grandes alas se las robó llevándose consigo el metal
precioso, y en medio de su vuelo las dejó caer desde una gran altura. Quedando dispersas
Piracá decidió buscarlas, en medio de su búsqueda observó un resplandor del cual salió
Bochica con su vara en mano. Piracá quedó inmóvil contemplando como el Dios enterraba
aquellas bolitas de oro. Al pasar de los días, de las pepitas de oro sembradas por Bochica
nacieron plantas verdes del tamaño de un hombre con hojas alternas. Posteriormente, el
mismo pájaro arrancó la barba del rostro de Piracá y la insertó en la punta de la planta, que
siguió creciendo hasta formar lo que hoy conocemos como el fruto del maíz.1

Las primeras bebidas alcohólicas se realizaron de la fermentación de frutas que se


encontraban en el territorio, especialmente la piña, la guayaba, el anón, el cacao, entre otras.
La palabra chicha se refiere principalmente cuando es preparada con maíz o con yuca2,
mascándolos y escupiéndolos en un cántaro, agregándole miel y dejándolo fermentar durante
15 días. Los españoles fueron los primeros en ver el consumo de chicha como causa del
“atraso” y la “barbarie”3 en la que vivían los indígenas. Así mismo, se tomaron medidas para

1
Álvaro Aguilar Castellanos, Historias vivas de la chica y del guarapo (San Gil: La Gran Impresión, 2003) 40-
42.
2
Álvaro Aguilar Castellanos, Historias vivas de la chica y del guarapo (San Gil: La Gran Impresión, 2003) 39.
3
En principio, los primeros conquistadores compararon la chicha con el vino producido español, por su
fuerte sabor y olor, sin embargo la chicha con el pasar del tiempo fue adquiriendo un significado diferente.
acabar con su consumo y desaparecer los espacios en los que se le consumía, las chicherías.
Estas últimas, desde época colonial, eran vistas como lugares dedicados al pecado, el crimen
y la conspiración política4.

Según el historiador Stephan Pohl Valero, la chicha en principio tenía un significado ritual5.
Pero a medida que fue ingresando a las ciudades, al mismo tiempo que se iban transformando
las sociedades y el pensamiento indígena, perdió su carácter espiritual, y pasó a ser un objeto
de consumo generalizado e intercambio6; todo esto ocurrió de la mano de la migración
indígena del campo a la ciudad7.

Ya en el siglo XIX, la chicha tuvo diversos usos simbólicos. Según Valero, en algún
momento de la historia republicana, la chicha sirvió como símbolo patrio, al momento de
revivir el pasado indígena y algunas hechos destacables de la historia patria, como la revuelta
de los comuneros que según Aguilar8, tuvieron su origen con el alza de los impuestos sobre
bienes de consumo básico, como el tabaco y el aguardiente, pero así mismo también sobre la
chicha. Se puede decir, entonces, que la imagen de la chicha a nivel institucional, estuvo
fuertemente ligada a los fines políticos9; también se dejan ver las contradicciones entre la
idea de lo que esta representaba y la práctica de las políticas de la recién nacida republica.
Uno de los casos de esto ultimo es el de Simón Bolívar, quién acorde a su idea de blanquear
la raza colombiana, estuvo fuertemente preocupado por el consumo de chicha entre sus
hombres, llegando incluso a proponer su prohibición10; sin embargo, son comunes las
representaciones del libertador consumiendo este producto con los liberados campesinos y
labriegos11.

4
Oscar Iván Calvo y Martha Saade Granados, La ciudad en cuarentena. Chicha, patología social y profilaxis
(Bogotá: Ministerio de Cultura, 2002) 14-15.
5
Stephan Pohl Valero, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, Abril. 13, 2018.
6
Oscar Iván Calvo y Martha Saade Granados, La ciudad en cuarentena. Chicha, patología social y profilaxis
(Bogotá: Ministerio de Cultura, 2002) 14-15.
7
Álvaro Aguilar Castellanos, Historias vivas de la chica y del guarapo (San Gil: La Gran Impresión, 2003) 91.
8
Álvaro Aguilar Castellanos, Historias vivas de la chica y del guarapo (San Gil: La Gran Impresión, 2003) 72-
74.
9
Stephan Pohl Valero, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, Abril. 13, 2018.
10
Álvaro Aguilar Castellanos, Historias vivas de la chica y del guarapo (San Gil: La Gran Impresión, 2003) 92.
11
Álvaro Aguilar Castellanos, Historias vivas de la chica y del guarapo (San Gil: La Gran Impresión, 2003) 167-
168.
Desde la elite nacional, la chicha era una bebida de los pobres que no hacia mas que
embrutecer al pueblo, además que su origen indígena iba en total contradicción a la idea de
blanquear la raza y la mejora de las costumbres. En las palabras de Calvo y Saade: “Las elites
bogotanas quisieron transformar las avenidas, mercados y los barrios, haciendo caso omiso
de los conflictos sociales”12.Con el desarrollo moderno de las ciencias, las nuevas criticas y
apreciaciones sobre la chicha se empezaron a fundamentar en el conocimiento “científico”
en vez de apreciaciones visuales. Tal es el caso de los estudios hechos por Liborio Zerda en
1889. Él argumentó que la chicha era nociva por la existencia de una sustancia llamada
tomaína, que también podía ser encontrada en los cuerpos en descomposición y, que además
era adictiva. “¡Ya está!, ¡Tomar chicha sería comer muerto!”, bajo esta premisa Zerda dio
inicio a una nueva forma de luchar contra el consumo de chicha, incluyendo el que
supuestamente era origen de una enfermedad muy peligrosa: el chichismo13. Esta idea,
reforzada en los tiempos de La Regeneración, se convirtió en el paradigma imperante de los
médicos de siglo XX en Colombia, básicamente la historia de la medicina está atravesada
por completo por la historia de la medicalización de la chicha y otras bebidas fermentadas:

Primero fue José Félix Merizalde, alumno de Vicente Gil de Tejada. Su maestro fue
discípulo de José Celestino Mutis y Miguel de Isla. Merizalde enseñó a Liborio Zerda,
padre de la tomaína y maestro de Josué Gómez madre del chichismo. Jorge Bejarano
fue alumno de Zerda y a él le concedió todo el crédito científico por La derrota de un
vicio; entonces, sesenta años después de publicados los resultados de las primeras
investigaciones del “veneno criollo”, el fundador del Ministerio de Higiene no dudó
en afirmar que nada nuevo enseñaban los laboratorios y la clínica de su época acerca
de la composición y los efectos de la chicha14.

En el siglo XX, el periodo que nos preocupa en especial, la noción de la academia nacida con
Zerda con respecto de la chicha no había cambiado mucho. Estos nuevos saberes, europeos
todos, eran el estandarte de la modernidad del nuevo siglo, y en esa medida, estaban

12
Oscar Iván Calvo y Martha Saade Granados, La ciudad en cuarentena. Chicha, patología social y profilaxis
(Bogotá: Ministerio de Cultura, 2002) 213
13
Oscar Iván Calvo y Martha Saade Granados, La ciudad en cuarentena. Chicha, patología social y profilaxis
(Bogotá: Ministerio de Cultura, 2002) 21.
14
Oscar Iván Calvo y Martha Saade Granados, La ciudad en cuarentena. Chicha, patología social y profilaxis
(Bogotá: Ministerio de Cultura, 2002) 27.
enfocados al proceso de industrialización y el desarrollo tecnológico y económico del sistema
capitalista; la chicha era todo lo contrario. Es por esto que las nuevas políticas del Estado
iban a estar basadas en estos conocimientos. Las políticas, además de tratar la planificación
de la ciudad, atacaban las conductas consideradas problemáticas para el desarrollo de la
nación, como el alcoholismo. Este, según ellos, llevaba a una vida de vicios, rebeldía,
violencia e indisciplina15.

En una sociedad insertada en el sistema capitalista se busca que los hombres sean productivos
y sumisos a la ley y sus patrones. Como herramienta para este fin, se creó la Cartilla
antialcohólica, en la cual se describían los valores aceptados (Familia, Dios y Patria) y no-
aceptados en la nueva sociedad (Rebeldía, Indisciplina y Pereza) a partir de la historia de dos
hermanos, Tomás y Luis, el borracho y el juicioso respectivamente. El primero, entregado al
vicio del alcohol, era propenso al crimen y la rebelión contra la autoridad legitima; el
segundo, entregado a Dios, su trabajo y su familia, siempre dispuesto a defender el orden
social.16 También “ayudó” que los sectores subordinados, quienes engrosaban las líneas del
crimen y las rebeliones eran consumidores frecuentes de chicha, de hecho, el asesinato de
Rafael Uribe Uribe a mano de dos artesanos, y la posición que el tenia sobre las bebidas
alcohólicas legitimaron la visión negativa que se tenia de la chicha la elite nacional.

Desde la izquierda existía una visón igualmente negativa sobre la chicha, pues según ella:
“La chicha disimulaba el hambre, y convertida en vicio impedía que el pueblo se levantara
en contra de quienes los oprimían”17. Incluso los sindicatos propusieron la creación de
centros que le dieran a los obreros alimentos sustitutivos de la chicha más sanos18.

Los principales argumentos en contra del consumo de chicha eran higiénicos, principalmente
criticando su producción no higiénica. Ante esto surgieron dos vías para acabar con su
consumo, una sustitutiva y otra económica. En la primera se buscaba remplazar el consumo

15
Oscar Iván Calvo y Martha Saade Granados, La ciudad en cuarentena. Chicha, patología social y profilaxis
(Bogotá: Ministerio de Cultura, 2002) 91.
16
Oscar Iván Calvo y Martha Saade Granados, La ciudad en cuarentena. Chicha, patología social y profilaxis
(Bogotá: Ministerio de Cultura, 2002) 95-100.
17
Oscar Iván Calvo y Martha Saade Granados, La ciudad en cuarentena. Chicha, patología social y profilaxis
(Bogotá: Ministerio de Cultura, 2002) 153.
18
Oscar Iván Calvo y Martha Saade Granados, La ciudad en cuarentena. Chicha, patología social y profilaxis
(Bogotá: Ministerio de Cultura, 2002) 155.
de chicha con otros productos los cuales cumplieran con los requisitos del Ministerio de
Higiene, como la cerveza o las gaseosas; y la otra se centro en aumentar los impuestos a la
producción de la chicha, aumentando así su precio para disminuir su consumo poco a poco19.

La sustitución de la chicha por productos similares como la Maizola y la Cerealvita


Colombiana no tuvieron éxito, la primera al parecer “no tenia gracia”, y la segunda, a pesar
de su buen saber y apariencia similar a la chicha fue superada por la cerveza y las bebidas
gaseosas. A nivel económico la chicha fue atacada desde la base. Las nuevas leyes sobre el
higiene de los productos obligo a las chicherías a tecnificar su producción para cumplir con
los requerimientos impuestos sobre ellos, situación que llevo al aumento en los costos de
producción, y en consecuencia, a los precios de venta, creando un malestar general en la
población20. Esto se manifestó en un conjunto de acciones violentas contra las chicherías,
además de cartas dirigidas a la gobernación de Cundinamarca para prohibir de facto la chicha,
pues los obreros y las clases populares consideraban que las nuevas medidas y las acciones
abusivas de los chicheros lo único que hacían era empobrecer mas al pueblo21. Obviamente
la respuesta del gobierno a esto fue la represión22.

Cerveza, de la importación de la idea al siglo XX23:

Con la llegada de los europeos a América en el siglo XV, trajeron con sigo sus costumbres y
tradiciones. La cerveza llegó junto a ellos, empezando así una producción artesanal que
duraría hasta el siglo XX, en la cual se buscaba la tecnificación de los procesos productivos,
situación que conllevo a la eliminación de la producción artesanal dejando en pie a aquellos
con el capital suficiente para modernizarse. Tal es el caso en Colombia de las cervecería de
los Hermanos Cuervo, La Rosa Blanca, Bohemia, el Toro, Germania, entre otras, quienes
lograron en un principio sobrevivir pero que terminaron sucumbiendo al poderío de

19
Oscar Iván Calvo y Martha Saade Granados, La ciudad en cuarentena. Chicha, patología social y profilaxis
(Bogotá: Ministerio de Cultura, 2002) 191-192
20
Álvaro Aguilar Castellanos, Historias vivas de la chica y del guarapo (San Gil: La Gran Impresión, 2003) 93-
95.
21
Oscar Iván Calvo y Martha Saade Granados, La ciudad en cuarentena. Chicha, patología social y profilaxis
(Bogotá: Ministerio de Cultura, 2002) 191-198.
22
Oscar Iván Calvo y Martha Saade Granados, La ciudad en cuarentena. Chicha, patología social y profilaxis
(Bogotá: Ministerio de Cultura, 2002) 201-202.
23
Cuando hablamos de la importación de la cerveza nos referimos a la idea de su producción industrial, pues
la artesanal ya existía en américa latina.
Bavaria24. Bavaria, al controlar casi el 100% de la producción de cerveza como ellos mismos
lo admiten , se consolido como una de las empresas lideres en el país: “Bavaria era la empresa
mas grande con el 10% del total del capital pagado en la industria.25

Así mismo, esta, junto con otras empresas conformaron la ANDI (Asociación Nacional De
Industriales) la cual logró proteger sus intereses al recibir protección especial del Estado
colombiano: “Para 1950, los industriales habían logrado controlar varios organismos
oficiales que eran claves en la formulación de la política económica”26, además era dueños,
o al menos financiadores, de todos los medios de comunicación del país. Para 1946 la
asociación se había puesto en contacto con 23 periódicos y 14 emisoras de radio a las cuales
les pagó no solo para publicitar los productos de las empresas, sino también para que
publicaran artículos de opinión sobre las políticas que los favorecían o no; su poder era tal
que lograron controlar la política editorial del periódico mas importante del país en ese
momento, El Tiempo.27

Teniendo en cuenta el poderío con que contaba la empresa no es raro pensar que la cerveza
estuviera entre los posibles sustitutos de la chicha. En los comedores populares que el consejo
de Bogotá debatía en 1922, se hablaba de como en estos lugares destinados para la campaña
antialcohólica seria posible suministrar a los obreros “bebidas higiénicas como las gaseosas
y la cerveza”, esto nos deja ver que detrás de la lucha antialcohólica no había mas que una
visión capitalista en pro de la “modernización”28.

Leo Kopp en la inauguración de uno de sus edificios aseguró que la cerveza estaba
relacionada con el desarrollo. Al comparar a Colombia con Alemania aseguró que las Buenas
Cervezas no engendraban razas degeneradas o raquíticas, argumentando que esta empresa
traía empleo, educación y riqueza. Además de esta idea del desarrollo que traía Bavaria

24
Juan Manuel Martínez, “Los trabajadores de Bavaria. Bogotá 1889-1930. Reacciones al impacto de una
nueva lógica empresarial”, Tesis de __________ en Historia, Bogotá: Universidad Nacional de Colombia,
2005, 69-70.
25
Raul Sanabria Tirado, Bavaria S.A y valores Bavaria S.A (Bogotá: Editorial Uniandes, 2003) 1.
26
Eduardo Sáenz Rovner, La Ofensiva empresarial. Industriales, políticos y violencia en los años 40 en
Colombia (Bogotá: Tercer Mundo Editores) 15.
27
Eduardo Sáenz Rovner, La Ofensiva empresarial. Industriales, políticos y violencia en los años 40 en
Colombia (Bogotá: Tercer Mundo Editores) 75.
28
Oscar Iván Calvo y Martha Saade Granados, La ciudad en cuarentena. Chicha, patología social y profilaxis
(Bogotá: Ministerio de Cultura, 2002) 147.
también existían “argumentos científicos” a su favor, como lo expresan en varias de sus
publicidades; en una de ellas se ve a un padre dándole de beber a su hija dando a entender
sus “cualidades nutritivas”29, también se habla de las tradiciones y las buenas costumbres que
trae la cerveza30;También podemos volver a ver el mensaje patriótico al recordar a la figura
histórica de la Pola, la cual dio nombre a una de sus cervezas31.

Todo esto, de mano del apoyo del Estado y unas estrategias de venta novedosas propuestas
por Leo Kopp como la venta al por mayor disminuyendo los precios y aumentado el margen
de ganancia en los tenderos y brindando muestras gratis a sus empleados32 lograron su
cometido. Bejarano en 1950 aseguraba que el chichismo estaba siendo vencido, cosa que las
cifras sostienen. Ya en 1943 la producción en Cundinamarca de cerveza era mayor que la
producción nacional de chicha33. En 1947 la venta de cerveza aumento un 13% en
comparación a 1946, para 1951 ese aumento era del 113%. El chichismo estaba vencido.

Conclusiones:

En sus inicios, el papel de la chicha era 100% de carácter ritual, que con la llegada de los
españoles y el posterior mestizaje y migración del pueblo indígena, junto a la perdida de las
tradiciones orales y rituales, fue perdiendo el significado religioso que poseía en un principio,
pasando a ser una bebida de consumo generalizado de producción a gran escala y de alcance
casi nacional.

La chicha y la chichería estuvieron siempre marcadas por una idea de atraso, barbarie,
pecado, crimen y enfermedades como punto y como foco de infección. Era el espacio ideal
para formarse una idea de lo que había que suprimir en la sociedad colombiana para lograr
su desarrollo. Este imaginario inicialmente alimentado por la experiencia física y visual,

29
Oscar Iván Calvo y Martha Saade Granados, La ciudad en cuarentena. Chicha, patología social y profilaxis
(Bogotá: Ministerio de Cultura, 2002) 386.
30
Oscar Iván Calvo y Martha Saade Granados, La ciudad en cuarentena. Chicha, patología social y profilaxis
(Bogotá: Ministerio de Cultura, 2002) 385.
31
Oscar Iván Calvo y Martha Saade Granados, La ciudad en cuarentena. Chicha, patología social y profilaxis
(Bogotá: Ministerio de Cultura, 2002) 363.
32 32
Juan Manuel Martínez, “Los trabajadores de Bavaria. Bogotá 1889-1930. Reacciones al impacto de una
nueva lógica empresarial”, Tesis de __________ en Historia, Bogotá: Universidad Nacional de Colombia,
2005, 81.
33
Oscar Iván Calvo y Martha Saade Granados, La ciudad en cuarentena. Chicha, patología social y profilaxis
(Bogotá: Ministerio de Cultura, 2002) 308.
posteriormente se vio fundamentado en el conocimiento “científico” de finales del siglo XIX
y principios del XX, motivo por el cual fue casi una misión prioritaria de las elites del país
acabar con este, para ello recurrieron a múltiples herramientas como las cartillas
antialcohólicas, la asfixia económica de los chicheros y los consumidores y el favorecimiento
de otros sectores productores de bebidas como la cerveza y la gaseosa. La primera gozó de
una protección especial del Estado debido a la influencia que tenia Bavaria en la ANDI, y
esta; sobre las decisiones económicas de los organismos encargados. Como resultado de todo
esto la cerveza industrial logro posicionarse como bebida del común, remplazando a la chicha
puesto que cumplía todos los requerimientos de higiene y de imagen que deseaban las elites
nacionales.

Detrás de toda esta lucha entre los imaginarios y los juicios de valor sobre la chicha y la
cerveza se esconde la transición de un modo de producción pre-capitalista a uno capitalista,
de ahí que la competencia de cerveza artesanal haya sucumbido igual que las chicherías.

Para categorizar las bebidas alcohólicas, la resolución numero 24 de 1931 del Departamento
Nacional de Higiene promulgaba que existían dos tipos de bebidas alcohólicas, la primera (la
cual se recomendaba) eran las bebidas con poca manipulación humana, de menos de 5% de
volumen de alcohol y que su envasado fuera hermético; la segunda categoría se refiere a las
bebidas no pasteurizadas que se expendan en pipas, barriles o toneles. A pesar que la cerveza
se encuentra en la primera categoría, otras bebidas consideradas de elite, como el vino,
pareciera encontrarse mas en la segunda categoría no recomendaba, pero al ser su origen
europeo y por el carácter afrancesado de la elite no se tuvo en cuenta en esta división,
mostrando el desprecio de las elites al modo de vida popular colombiano y buscando un
acercamiento al ser europeo.

Obras Citadas:

Aguilar Castellanos, Álvaro. Historias vivas de la chicha y del guarapo. Bogotá: La Gran
Impresión, 2003.

Calvo, Oscar Iván Isaza y Martha Saade Granados. La Ciudad en Cuarentena. Chicha,
patología social y profilaxis. Bogotá: Ministerio de Cultura, 2002.
Castro-Gómez, Santiago. Tejidos Oníricos. Movilidad, capitalismo y biopolitica en Bogotá
(1910-1930). Bogotá: Editorial Pontificia Universidad Javeriana, 2009.

Martínez, Juan Manuel. “Los Trabajadores de Bavaria. Bogotá 1889-1930. Reacciones al


impacto de una nueva lógica empresarial”. Tesis de _________ en Historia. Bogotá:
Universidad Nacional de Colombia, 2005.

Stefan Pohl-Valero, Bogotá D.C, Universidad Nacional de Colombia, Abril. 13, 2018.
Exposición.

Rovner Sáenz, Eduardo. “La ofensiva empresarial. Industriales, políticos y violencia en los
años 40 en Colombia”. Bogotá: Tercer Mundo Editores, 1992.

Sanabria Tirado, Raúl. “Bavaria S.A Valores Bavaria S.A”. Bogotá: Universidad de los
Andes, 2003.

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