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Los suelos son materiales complejos que exhiben un rango amplio de comportamientos
mecánico que dependen de la composición y estructura del suelo, del historial de tensiones, de
la densidad de las características de la fuerza aplicada. Esta variedad de comportamientos del
suelo nos obliga clasificar los suelos en dos grupos: cohesivos y no cohesivos (o granulares). Los
suelos granulares s definen como aquellos en los cuales las fuerzas intergranulares o atractivas
tienen un efecto despreciable en el comportamiento mecánico observado. Esta categoría
engloba a rocas, gravas y arenas. Basado en el estado de tensiones y en la estructura del suelo,
normalmente definidos en función de la densidad relativa Dr., del índice de huecos e o de la
porosidad n, los suelos granulares además se clasifican e materiales densos o sueltos. En cambio,
en los suelos cohesivos las fuerzas intergranulares o atractiva tienen un efecto significativo en
el comportamiento mecánico observado. Esta categoría incluye a suelos de tipo arcilloso y limos.
Basados en el historial de tensiones, normalmente definido en términos del índice de
sobreconsolidación, podemos clasificar los suelos cohesivos en suelos sobreconsolidados o
normalmente consolidados.
I. COMPRESIBILIDAD DE SUELOS GRANULARES
Cuando una muestra de arena se somete a compresión isotrópica (ver párrafo I-10)
pueden ocurrirle grandes deformaciones volumétricas como consecuencias de colapsos
estructurales locales; estos producen rodamientos y deslizamientos de las partículas y
como resultado se ejercen fuerzas tangenciales de consideración en los puntos de
contacto entre ellas, sin embargo, estas fuerzas se neutralizan prácticamente en
cualquier plano que corte a un conjunto de puntos de contacto, de manera que el
esfuerzo cortante en cualquier plano puede ser cero y, a pesar de ello, están actuando
fuerzas de contacto muy grandes en las contactos individuales.
B. Compresibilidad en compresión confinada
A. Consolidación
C. Consolidación secundaria
La consolidación consta en realidad de dos fenómenos superpuestos y mezclados. El
primero es el que se ha descrito con algún detalle en páginas anteriores de este
apartado y consiste en la transmisión de la carga exterior, originalmente tomada por el
agua de los poros, a la estructura sólida del suelo; esta transmisión va acompañada de
una disminución de volumen y de la correspondiente pérdida de agua intersticial que se
drena a través de las fronteras permeables del estrato. Esta es la consolidación primaria.
Pero es evidente que el proceso de disminución volumétrica, al ir acompañado de un
aumento de presión efectiva, exige la aparición de otra fuente de deformación, debida
ahora a efectos discretos de re- acomodo de partículas minerales, para adaptarse a la
nueva estructura más cerrada. Este proceso recibe el nombre de consolidación
secundaria y no es tomado en cuenta para nada en la teoría de consolidación
unidimensional de Terzaghi.
En las etapas iniciales de la consolidación primaría, casi toda la carga exterior es tomada
por el agua intersticial y ha ocurrido poca deformación volumétrica en la estructura
sólida; es entonces natural que se noten poco los efectos de deformación por
reacomodo, consistentes quizá en pequeños deslizamientos relativos, giros y vuelcos de
unas partículas respecto a otras; por ello la consolidación secundaría será poco
perceptible en las etapas tempranas de la consolidación primaría. Por el contrario, en
las etapas finales del proceso primario de consolidación, mucha de la presión exterior
ha sido ya transmitida a las partículas minerales en forma de presión efectiva y ha tenido
ya lugar gran parte de la deformación volumétrica que ha de producirse; por esta razón,
será mucho más relevante la componente de deformación por reacomodo relativo de
las partículas minerales al adaptarse a la nueva estructura más cerrada. La
consolidación secundaría se hará más y más importante, relativamente hablando, a
medida que el proceso primario avance; de hecho, en las últimas etapas del proceso
primario la consolidación secundaria puede ser de capital importancia y también puede
darse el caso de que el suelo continúe sometido al proceso secundario mucho tiempo
después de que el proceso primario haya terminado, por lo menos para todo fin
práctico.
No existe hasta este momento una teoría que per- mita calcular la deformación que un
suelo pueda sufrir por consolidación secundaría, en el sentido y con la confiabilidad con
que la teoría de Terzaghi puede permitir la valuación del asentamiento primario.
Se han hecho muy importante* investigaciones de laboratorio y algunos intentos para
llegar a un modelo matemático de comportamiento; Existe evidencia experimental que
permite concluir que el proceso de consolidación secundaria queda representado por
una recta en una gráfica de deformación de una muestra en el consolidómetro, contra
tiempo de prueba, en escala logarítmica (curva de consolidación). Este hecho explica la
diferencia de forma entre la curva de consolidación teórica (Fig. 1-31) y la obtenida
típicamente en el laboratorio (Fig. 1-25), que adopta la forma recta en las etapas finales
del proceso primario, cuando la consolidación secundaria se hace predominante.
La consolidación secundaría es más importante dondequiera que la primaría sea más
corta, tal como sucede en los especímenes de laboratorio, en los suelos orgánicos, en
los estratos delgados o en estratos con gran abundancia de lentes de arena que
proporcionen drenaje. Muy especialmente, la consolidación secundaría es importante
en depósitos de turba, en que la consolidación primaría puede ocurrir en forma casi
simultánea con la aplicación de la carga.
Por lo tanto, en el caso de un terraplén construido sobre un depósito de turba, en el que
interese conocer el progreso del asentamiento ocurrido una vez terminada la
estructura, se necesitará prestar atención especial a la consolidación secundaria, pues a
ella se deberá la casi totalidad del asentamiento que se produzca a lo largo del tiempo.
III. Análisis
Para el estudio de los suelos granulares y de los suelos cohesivos se ha partido de los
experimentos y estudios realizados por lambe, Whitman y algunos estudiosos más; los
precedentes nos hablan acerca de que a la compresibilidad de suelos granulares ha
recibido relativamente menos atención que la que sea otorgado a los suelos cohesivos
IV. Conclusiones
V. Aportes personales
VII. Bibliografía
La ingeniería de suelos en las vías terrestres carreteras, ferrocarriles y aeropuertos,
volumen I, Rico Del Castillo.