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IVAN PAVLOV Y SUS EXPERIMENTOS

Biografía
Fue hijo de un patriarca ortodoxo.1 Comenzó a estudiar teología, pero la dejó para
empezar medicina y química en laUniversidad de San Petersburgo, siendo su principal
maestro Vladímir Béjterev. Tras terminar el doctorado en 1883, amplió sus estudios
en Alemania, donde se especializó en fisiología intestinal y en el funcionamiento del sistema
circulatorio, bajo la dirección de Ludwid y Haidenhein.

En 1890 obtuvo la plaza de profesor de fisiología en la Academia Médica Imperial y fue


nombrado director del Departamento de Fisiología del Instituto de Medicina Experimental de
San Petersburgo. En la siguiente década centró su trabajo en la investigación del aparato
digestivo y el estudio de los jugos gástricos, trabajos por los que obtuvo el premio Nobel de
Fisiología o Medicina en1904. Los resultados de las investigaciones de Pávlov fueron
publicadas en 1897, en el libro The Work of the Digestive Glands.2

Pávlov es conocido sobre todo por formular la ley del reflejo condicional que por un error en la
traducción de su obra al idioma inglés fue llamada «reflejo condicionado», la cual desarrolló a
partir de 1901 con su asistente Ivan Filippovitch Tolochinov, al tiempo que en EE. UU. Edwin
Burket Twitmyer realizaba observaciones similares. Pavlov observó que la salivación de los
perros que utilizaban en sus experimentos se producía ante la presencia de comida o de los
propios experimentadores, y luego determinó que podía ser resultado de una actividad
psicológica, a la que llamó «reflejo condicional». Esta diferencia entre «condicionado» y
«condicional» es importante, pues el término «condicionado» se refiere a un estado, mientras
que el término «condicional» se refiere a una relación, que es precisamente el objeto de su
investigación.

Realizó el conocido experimento consistente en hacer sonar un metrónomo (a 100 golpes por
minuto, aunque popularmente se cree que utilizó una campana) justo antes de dar alimento en
polvo a un perro, llegando a la conclusión de que, cuando el perro tenía hambre, comenzaba a
salivar nada más al oír el sonido del metrónomo (aparato que en ocasiones utilizan los músicos
para marcar el ritmo). Tolochinov, que llamó al fenómeno «reflejo a distancia», comunicó los
primeros resultados en el Congreso de Ciencias Naturales en Helsinki en 1903.3 Posteriormente
ese mismo año, Pávlov realizó una exposición destallada de los resultados en el 14º Congreso
Médico Internacional en Madrid, donde leyó su trabajo bajo el título The Experimental
Psychology and Psychopathology of Animals.4

La Guerra civil rusa y la llegada de los bolcheviques no influyeron en sus investigaciones. A


pesar de no sentir simpatía por el nuevo régimen, no sufrió represalias por parte de los
comunistas. Después de la Revolución de Octubre fue nombrado director de los laboratorios de
fisiología en el Instituto de Medicina Experimental de la Academia de Ciencias de la URSS. En
cierta ocasión llegó a declarar: «Por este experimento social que están realizando, yo no
sacrificaría los cuartos traseros de una rana.» No hay evidencia de que se haya involucrado en
la Revolución de Octubre ni, en general, en el movimiento comunista.5 6

En la década de 1930 volvió a destacarse al anunciar el principio según el cual la función


del lenguaje humano es resultado de una cadena de reflejos condicionales que contendrían
palabras.

La fundación del conductismo como tal ha sido criticada por algunos filósofos y psicólogos al
considerarla una escuela de la Psicología que se centra en la interacción entre el
comportamiento y el ambiente, y cómo se puede aprender.7

Estudios de Pávlov

El primer hogar de Pávlov en Riazán (2012).

Las observaciones originales de Pávlov eran simples. Si se ponen alimentos o ciertos ácidos
diluidos en el hocico de un perro hambriento, éste empieza a segregar un flujo de saliva
procedente de determinadas glándulas. Este es el reflejo de salivación, pero eso no es todo.
Pávlov observó que el animal también salivaba cuando la comida todavía no había llegado al
hocico: la comida simplemente vista u olida provocaba una respuesta semejante. Además, el
perro salivaba ante la mera presencia de la persona que por lo general le acercaba la comida o
cualquier otro estímulo que sistemáticamente la anunciara. Esto llevó a Pávlov a desarrollar un
método experimental para estudiar la adquisición de nuevas conexiones de estímulo-respuesta.
Indudablemente, las que había observado en sus perros no podían ser innatas o connaturales
de esta clase de animal, por lo que concluyó que debían ser aprendidas (en sus términos,
condicionales). El primer paso, cuando se realiza este experimento, es familiarizar al perro con
la situación experimental que va a vivir, hasta que no dé muestras de alteración, sobre todo
cuando se le coloca el arnés y se lo deja solo en una sala aislada. Se practica una pequeña
abertura o fisura en la quijada del perro, junto al conducto de una de las glándulas salivares.
Luego, se le coloca un tubito (cánula) de cristal para que salga por él la saliva en el momento
en que se activa la glándula salivar. La saliva va a parar a un recipiente de cristal con marcas
de graduación, para facilitar su cuantificación.

Uno de sus textos fundamentales, Reflejos condicionados, se publicó en español en 1929


(Javier Morata, Madrid) con prólogo de Gregorio Marañón y unas palabras del propio autor para
la edición española. En 1997 apareció una nueva edición de este texto (Editorial Morata,
Madrid).

Estímulo-respuesta

Uno de los perros de Pávlov, en el Museo Pávlov (Riazán), 2005.

La magnitud de las respuestas a los diferentes estímulos puede medirse por el volumen total o
el número de gotas segregadas en una determinada unidad de tiempo. Desde la habitación
contigua, y a través de un cristal, el experimentador puede observar el comportamiento del
perro, aplicando los estímulos y valorando las respuestas. Antes de empezar el experimento,
Pávlov midió las reacciones de salivación a la comida en el hocico, que fue considerable,
mientras que salivó muy poco sometido al estímulo del sonido. A continuación, inició las pruebas
de condicionamiento. Hizo sonar el metrónomo (estímulo neutral), e inmediatamente después
presentó comida al animal (estímulo incondicional), con un intervalo muy breve. Repitió la
relación entre este par de estímulos muchas veces durante varias semanas, siempre cuando el
perro estaba hambriento. Después, transcurridos varios días, hizo sonar solamente el
metrónomo y la respuesta salival apareció al oírse el sonido, a pesar de que no se presentó la
comida.

Se había establecido una relación condicional entre la respuesta de salivar y el sonido que
originalmente no provocaba la salivación. Se dice entonces que la salivación del perro ante la
comida es una respuesta incondicional; la salivación tras oír la campana es una respuesta
condicional que depende de la relación que en la historia del sujeto ha existido entre el sonido
y la comida. El estímulo del sonido del metrónomo que originalmente era neutro funciona ahora
como un estímulo condicional. Este estímulo condicional (sonido), funciona para el sujeto con
esa historia como una señal que avisa que el estímulo incondicional (comida), está a punto de
aparecer.

Finalmente, se llamó refuerzo al fortalecimiento de la asociación entre un estímulo incondicional


con el condicional. El reforzamiento es un acontecimiento que incrementa la probabilidad de
que ocurra una determinada respuesta ante ciertos estímulos. La definición
de condicionamiento clásico o respondiente es la formación (o reforzamiento) de una asociación
entre un estímulo originalmente neutro y una respuesta (por lo general un reflejo o una secreción
glandular, como en el caso de la salivación).8 Los principios del condicionamiento respondiente
se utilizan, entre otros, para la adquisición de hábitos como el control de esfínteres. Los
estímulos pueden clasificarse en sensoriales, propioceptivos y verbal.

Primer sistema de señales

Iván Pávlov.

Así denominó a la relación por la cual en el sistema nervioso central, en especial en


el cerebro se establece una asociación, por ejemplo, entre un sonido, con el posible alimento:
el sonido (u otro estímulo sustitutivo) funciona como una señal. Pávlov consideró que la mayoría
de los animales se rige por un «pensamiento» basado en este sistema de sustituciones reflejas,
un primer sistema de señales.

Segundo sistema de señales


Pero, a diferencia de otros autores, Pávlov consideró que muchos «comportamientos humanos»
son más complejos que un sistema de reflejos condicionales simples en un modelo
«estímulo/respuesta» lineal. En el Homo sapiens, Pávlov consideró que se produce un salto
cualitativo respecto al primer sistema de señales; en el humano la cuestión ya no se restringe
solamente a reflejos condicionales o a estímulos que funcionan de manera sustitutiva directa de
la realidad. La complejidad de las funciones psicológicas humanas facilita un segundo sistema
de señales que es el lenguaje verbal o simbólico. En éste las sustituciones a partir de los
estímulos parecen ser infinitas y, sin embargo, altamente ordenadas (lógicas). En gran medida
Pávlov postula tal capacidad del segundo sistema de señales porque considera que en el ser
humano existe una capacidad de autocondicionamiento (aprendizaje dirigido por uno mismo)
que, aunque parezca contradictorio, le es liberador: el ser humano puede reaccionar ante
estímulos que él mismo va generando y que puede transmitir (ver información).

La psicología preeminentemente experimental de Pávlov y sus epígonos se


denomina reflexología, lo que lleva a confusión a algunas personas, que la confunden con
la reflexogenoterapia, una forma de terapia a veces llamada «reflexología».

Otras investigaciones
Pávlov ha influido de su país, durante el siglo XX, de un modo determinante sobre otros
importantes investigadores de la Psicología: Lúriya, Leóntiev, Vygotski, Béjterev,Shaunyán, etc.
Fuera de Rusia, Watson incorporó a su propia obra la terminología y conceptos pavlovianos.
Algunas de las partes de la obra de Pávlov que por lo general han permanecido ignoradas
consistieron en las variaciones sistemáticas que introdujo en sus experimentos.

Por ejemplo, mostró que el intervalo óptimo entre la presentación del estímulo condicional y el
incondicional para favorecer el aprendizaje (es decir la presentación de una respuesta
condicional) es de 0.5 segundos. Intervalos mayores o menores entre los estímulos requerían
de mayor cantidad de ensayos para que se diera el aprendizaje y con frecuencia las respuestas
son más débiles.

De manera semejante, mostró que el orden en la secuencia de presentación de los estímulos


era crucial. Si intentaba lograr el establecimiento de nuevas relaciones condicionales
presentando primero el estímulo incondicional y luego el neutro (al cual se intentaba que
funcionara como condicional), el aprendizaje no ocurría.

Mostró también que no todas las relaciones entre estímulos generaban nuevas respuestas, pues
en caso de reflejos como el rotuliano (estirar la pierna ante un ligero golpe en cierta región de
la rodilla) no se aprendía a responder ante los estímulos que «anunciaban» el golpe (Millenson,
1974). Pávlov también estudió fenómenos como la "generalización" es decir, la presentación de
respuestas condicionales ante estímulos parecidos al estímulo condicional original. descubrió
que, a diferencia de los reflejos incondicionales (no aprendidos), la magnitud de la respuesta no
era directamente proporcional a la intensidad de los estímulos (es decir, a mayor intensidad del
estímulo, dentro de ciertos límites, se presenta una mayor magnitud en la respuesta) sino que
en el caso de las relaciones condicionales, la mayor magnitud en la respuesta, depende de qué
tanto se parezca el estímulo que se presenta respecto al estímulo condicional original. Esto da
lugar a una graduación (a veces llamada gradiente) de manera que estímulos ligeramente de
menor o mayor intensidad respecto al estímulo condicional original dan lugar a respuestas
condicionales de mayor magnitud que las que se presentan ante estímulos de mayor intensidad
que el estímulo condicional, aunque la mayor magnitud de la respuesta condicional siempre se
da ante el estímulo condicional original (Millenson, 1974).
Por otra parte, Pávlov estudió también la «discriminación de estímulos». Es decir, qué tanto el
sujeto aprende a comportarse de manera diferente ante estímulos distintos, que anuncian a
otros estímulos. En uno de los ejemplos más conocidos, logró que sus sujetos salivaran ante
círculos que anunciaban la presencia de comida y se comportaran de la manera típica de su
especie ante estímulos aversivos, tales como descargas eléctricas, en presencia de elipses. Es
decir, los perros brincaban, aullaban, se tensaban, etc., ante elipses, pero salivaban ante
círculos, si en su historia, cada uno de esos estímulos se presentaba consistentemente como
«anuncio» de los estímulos incondiciones correspondientes (choques eléctricos ante las elipses
y comida ante los círculos) (Millenson, 1974).

Pávlov estudió muchos otros aprendizajes, tanto en animales como en seres humanos,
incluyendo lo que se denominó la inducción de «neurosis experimental», y prácticamente fundó
el estudio experimental del comportamiento considerado «anormal» o «psicopatológico», así
como su contraparte para modificar varios comportamientos indeseables, incluyendo fobias, tics
y comportamientos «neuróticos», de manera que los sujetos aprendieran comportamientos
adaptables y eliminaran la ansiedad y otras reacciones indeseables (Sandler y Davidson, 1980).

Iván Pávlov, retrato obra de Iliá Repin (1924).

Pávlov es un ejemplo de que los grandes descubrimientos científicos con frecuencia incluyen
una combinación de eventos «accidentales» y una observación de los mismos por personas con
suficiente preparación como para no considerarlos como fallas o excepciones, sino como
objetos de interés por sí mismos, los cuales son función de su relación con una o más variables
independientes.

Uno de estos casos, de acuerdo con Sandler y Davidson (1980), ocurrió cuando una fuerte
inundación puso en peligro la integridad de los perros con los que Pávlov experimentaba, pues
el sótano en el que se encontraban sus jaulas comenzó a llenarse de agua. Pávlov y algunos
de sus ayudantes fueron al laboratorio a pesar de las condiciones ambientales y pusieron a
salvo a los perros. El hecho pudo no haber trascendido, pero ocurrió que cuando se intentó
reinstalar a los perros en el sótano, varios aspectos de su comportamiento presentaron
variaciones «extrañas». Aunque antes se habían comportado de manera dócil ante los
investigadores, ahora eran hostiles; además, dejaron de comer con regularidad, se aislaron,
dejaron de tener relaciones sexuales y con frecuencia aullaban como si hubiera otros perros o
personas, aunque no estuvieran ahí. Este comportamiento se podría considerar como
«neurótico». Por otra parte, dicho comportamiento se aminoraba cuando los perros eran
trasladados a ambientes muy diferentes al del sótano. Pávlov razonó, en sus términos, que la
presencia intempestiva e intensa de fuertes estímulos aversivos había ocasionado un
condicionamiento ante los estímulos que estaban presentes en el sótano.

Después de reflexionar sobre esto, instauró una manera sistemática para revertir los efectos de
ese condicionamiento. Comenzó dejando a los perros en un ambiente bastante diferente al del
sótano y, cuando los perros se comportaron de manera «normal», comenzó a sustituir de
manera cuidadosa y gradual distintos estímulos del nuevo ambiente (desvanecimiento por
sustracción) por otros que habían estado presente en el sótano (desvanecimiento por adición).
A final, los perros pudieron regresar al sótano, mientras su comportamiento permaneció
completamente «normal».

Pávlov también notó que podía inducir comportamientos «neuróticos» al presentar


discriminaciones muy difíciles. En el caso mencionado del círculo (ante el cual se presentaba
comida) y la elipse (ante la que se presentaba una descarga eléctrica), los sujetos se
comportaban de manera apropiada ante cada uno, después de una serie de ensayos (digamos
por ejemplo 50 ensayos). Sin embargo, cuando el círculo y la elipse se hicieron cada vez más
semejantes, llegó un punto en el cual los sujetos se comportaron de manera semejante a la de
los perros que habían sufrido la experiencia aversiva en el sótano. Sin embargo, al restablecer
las condiciones originales respecto al círculo y la elipse, los sujetos gradualmente volvieron a
comportarse de la manera adecuada ante cada uno, aunque el número de ensayos requeridos
era aproximadamente el doble que el original (digamos, 100 ensayos). A medida que los sujetos
discriminaron adecuadamente el círculo de la elipse, su comportamiento fuera de la situación
experimental también cambió de «neurótico» a «normal».

El razonamiento de Pávlov fue del tipo: si se pudo inducir un comportamiento neurótico bajo
ciertas condiciones (neurosis experimental), también se puede modificar si se cambian las
variables independientes de las cuales es función. Pávlov de esta manera inauguró lo que se
puede considerar la modificación experimental del comportamiento en Rusia.
John B. Watson

Nacimiento 9 de enero de 1878


Greenville

Fallecimiento25 de septiembre de 1958


Nueva York

Residencia North Africa

Nacionalidad Estadounidense

Campo Conductismo
reflejo condicionado
aprendizaje

Instituciones Universidad Johns Hopkins

Alma máter Universidad de Chicago

Estudiantes
destacados Mary Cover Jones

Conocido por Fundador del conductismo, su obra«Psychology as the behaviorist views


it», ser el primer graduado del doctorado en psicología en laUniversidad de Chicago
John Broadus Watson (Greenville, 9 de enero de 1878-Nueva York, 25 de
septiembre de 1958) fue un psicólogoestadounidense fundador del Conductismo.1
Fue uno de los psicólogos estadounidenses más importantes del siglo XX, conocido por
haber fundado la Escuela Psicológica Conductista , que inauguró en 1913 con la
publicación de su artículo «La Psicología tal como la ve el Conductista».
Es célebre la frase, que él mismo admitió como exageración, en la que sostiene que
tomando una docena de niños cualquiera, y aplicando técnicas de modificación de
conducta, podría conseguir cualquier tipo de persona que deseara:
Dame una docena de niños sanos, bien formados, para que los eduque, y yo me
comprometo a elegir uno de ellos al azar y adiestrarlo para que se convierta en un
especialista de cualquier tipo que yo pueda escoger —médico, abogado, artista, hombre de
negocios e incluso mendigo o ladrón— prescindiendo de su talento, inclinaciones,
tendencias, aptitudes, vocaciones y raza de sus antepasados.
Es conocido también por su controvertido experimento con el Pequeño Albert realizado
junto a Rosalie Rayner, su asistente personal.

Biografía
John Broadus Watson nació en Greenville (Carolina del Sur) el 9 de enero de 1878 y murió
en Nueva York el 25 de septiembre de 1958.
Se graduó en la Universidad de Chicago en 1903. Su disertación “Animal education: an
experimental study on the psychical development of the white rat, correlated with the growth
of its nervous system”, es el primer documento moderno científico acerca del
comportamiento de la rata blanca. En el documento, Watson describe la relación entre la
mielinización cerebral y la capacidad de aprendizaje en ratas a lo largo de su desarrollo
biológico.
Watson permaneció en la Universidad Johns Hopkins varios años realizando
investigaciones acerca de la relación entre inputs sensoriales y aprendizaje y
comportamiento de las aves.
En octubre de 1920 Watson fue invitado a abandonar su cátedra en la Universidad Johns
Hopkins debido a los rumores que corrían acerca de la relación que mantenía con su
asistente Rosalie Rayner (la cual sería su colaboradora en el famoso experimento acerca
del condicionamiento del miedo con el pequeño Albert), pasando a trabajar posteriormente
como psicólogo para la empresa Thompson (hecho por el cual fue ampliamente criticado
por sus colegas de la época).

Conductismo
No obstante, Watson desarrolló el conductismo, que hoy en día constituye una de las
principales corrientes psicológicas, y que se emplea en muchas terapias con un alto grado
de efectividad.
En 1913 Watson publica el que, a menudo, ha sido considerado su trabajo más importante,
el artículo: “La psicología desde el punto de vista conductista” y que dará punto de partida
al conductismo. En él Watson describe las líneas generales de la que será su
nueva filosofía.
El conductismo pone el énfasis sobre la conducta observable (tanto humana como animal),
que considera que ha de ser el objeto de estudio de la Psicología, y las relaciones entre
estímulo y respuesta, más que en el estado mental interno de la gente (aunque Watson
nunca negó la existencia de cualquier del mundo privado o íntimo). En su opinión, el análisis
de la conducta y las relaciones era el único método objetivo para conseguir la penetración
en las acciones humanas y extrapolar el método propio de las Ciencias Naturales
(el método científico) a la Psicología.
El pequeño Albert
Watson pasó a la historia de la Psicología por los experimentos realizados junto a Rosalie
Rayner para demostrar sus teorías acerca del condicionamiento de la reacción de miedo en
un niño de once meses de edad y que ha pasado a la historia con la denominación
de Pequeño Albert.
En él Watson pretendía demostrar cómo los principios del condicionamiento clásico,
recientemente descubierto por Iván Pávlov, podían aplicarse en la reacción de miedo de un
niño ante una rata blanca.
Albert fue escogido como sujeto de experimentación por su gran estabilidad emocional.
Mediante el experimento, Watson pretendía demostrar cómo podía condicionar la reacción
de miedo de Albert hacia una rata blanca, que inicialmente no provocaba en el niño ninguna
reacción aversiva, cómo podría generalizar esta conducta a otros estímulos similares y, por
último, cómo eliminar esta conducta.
Según describen Watson y Rayner (1920), los objetivos que perseguían con su
experimento eran dar respuesta a las siguientes preguntas:

 ¿Puede condicionarse a un niño para que tema a un animal que aparece


simultáneamente con un ruido fuerte?
 ¿Se transferirá tal miedo a otros animales u objetos inanimados?
 ¿Cuánto persistirá tal miedo?
El procedimiento seguido fue el siguiente: Se seleccionó a un niño sano de nueve
meses, Albert, para el experimento. Se le examinó para determinar si existía en él un miedo
previo a los objetos que se le iban a presentar (animales con pelo), examen que fue
negativo. Sí se identificó un miedo a los sonidos fuertes (como golpear una lámina metálica
con un martillo fuertemente).
El experimento dio comienzo cuando Albert tenía 11 meses y tres días. Consistía en
presentar al niño una rata blanca al tiempo que un ruido fuerte (que se lograba golpeando
una barra metálica detrás de la cabeza del niño). Después de varios ensayos, el niño sollozó
ante la presencia de la rata y posteriormente generalizó su respuesta a otros estímulos: un
perro, lana, un abrigo de piel, etc.
El experimento no pudo llegar a término, no alcanzándose la fase de descondicionamiento,
debido a que Albert fue sacado de la unidad hospitalaria en que se encontraba antes de su
conclusión.
Implicaciones éticas
El experimento con el pequeño Albert abrió el debate sobre la ética a la hora de
experimentar con seres humanos, contribuyendo al establecimiento de límites para este
tipo de experimentos.
El Condicionamiento clásico y el operante
El Conductismo utilizó el condicionamiento clásico y el operante para explicar el
aprendizaje de muchas de las conductas que estudió. El condicionamiento clásico
y el operante tuvieron como precedentes los descubrimientos de dos
investigadores, fundamentalmente, Pavlov[1], aunque sus ideas no eran
conductistas va a proporcionar al Conductismo las bases de uno de sus paradigmas
fundamentales el condicionamiento clásico, y Thorndike, el cual creó el antecedente
al paradigma operante de Skinner (1904-1990).

Edward Lee Thorndike (1874-1949) Burrhus Frederic Skinner (1904-1990)


El Condicionamiento clásico
Se llama condicionamiento clásico a la creación de una conexión entre un estímulo
nuevo y un reflejo ya existente (Fernández-Trespalacios, 1986a). De una manera
más concreta se ha venido definiendo como el aprendizaje según el cual un estímulo
originariamente neutro, con relación a una respuesta, llega a poderla provocar
gracias a la conexión asociativa de este estímulo con el estímulo que normalmente
provoca dicha respuesta.

Se trata de un aprendizaje, porque aparece una nueva conducta. Es decir, una


nueva relación estímulo-respuesta y además esta nueva relación es producto de la
experiencia (Fernández-Trespalacios, 1986a).

El condicionamiento clásico parte del descubrimiento del reflejo condicionado por


Pavlov (Figura 1), a partir de una investigación que estaba realizando sobre el
funcionamiento de las glándulas digestivas. Pavlov utilizaba perros para hacer sus
experimentos. Les daba comida y registraba algunas de las respuestas glandulares
que los animales daban ante el alimento. Una de esas respuestas era la secreción
salival.

Figura 1.

Lo que resulta sorprendente es que Pavlov lograra que los perros dieran esta misma
respuesta fisiológica, la salivación, ante un estimulo neutro que inicialmente no
producía esta respuesta. Este estímulo neutro era el sonido de un timbre (Fábregas
& García, 1995).

El procedimiento fue, aproximadamente, el siguiente: cada vez que se le daba


alimento (EI) al perro, hacia sonar un timbre (EC). Después de repetidas
asociaciones entre estos dos estímulos, comida (EI) y sonido del timbre (EC),
comprobó que el perro salivaba (RC) con la sola presentación del sonido del timbre.
Esto significaba, que el organismo del animal había aprendido a emitir la respuesta
de salivación (RC), ante un estimulo, inicialmente neutro, diferente (EC) del natural.
A este proceso de aprendizaje es a lo que se denominó condicionamiento clásico.

En el caso del experimento de Pavlov el estímulo era positivo, pero también se


puede producir condicionamiento clásico con un estímulo negativo o
aversivo. Vladimir Bechterev (1857-1927) empleó un método esencialmente igual al
del experimento de Pavlov, pero en lugar de un estímulo positivo, utilizó uno
aversivo (Figura 2). Un estímulo neutro, sonido (EC) se hizo seguir de una descarga
eléctrica (EI) en una de las patas delanteras del perro. El sonido no tuvo inicialmente
ningún efecto sobre la conducta del perro, mientras que la descarga suscitaba
siempre una respuesta de flexión (RI). Sin embargo, después de sucesivos
emparejamiento, la respuesta de flexión de la pata (RC) apareció también ante el
sonido solo. En este caso también se produjo un condicionamiento, un estímulo
inicialmente neutro fue capaz de producir una determinada respuesta, pero a
diferencia del experimento de Pavlov el estímulo utilizado para provocar
condicionamiento fue aversivo, una descarga eléctrica.

Figura 2.

En el condicionamiento clásico vio Watson la explicación lógica de como se


desarrollaba y modificaba la conducta. Watson pensaba que los estudios de Pavlov
revelaban que todas las formas de conducta, independientemente de su
complejidad, se podían reducir a una serie de patrones estímulo-respuesta.
Opinaba que la tarea de la psicología era estar en condiciones de determinar que
estímulos habrían de producir una respuesta particular (Liebert & Neale, 1984).
El Condicionamiento clásico
Se llama condicionamiento clásico a la creación de una conexión entre un estímulo
nuevo y un reflejo ya existente (Fernández-Trespalacios, 1986a). De una manera
más concreta se ha venido definiendo como el aprendizaje según el cual un estímulo
originariamente neutro, con relación a una respuesta, llega a poderla provocar
gracias a la conexión asociativa de este estímulo con el estímulo que normalmente
provoca dicha respuesta.

Se trata de un aprendizaje, porque aparece una nueva conducta. Es decir, una


nueva relación estímulo-respuesta y además esta nueva relación es producto de la
experiencia (Fernández-Trespalacios, 1986a).

El condicionamiento clásico parte del descubrimiento del reflejo condicionado por


Pavlov (Figura 1), a partir de una investigación que estaba realizando sobre el
funcionamiento de las glándulas digestivas. Pavlov utilizaba perros para hacer sus
experimentos. Les daba comida y registraba algunas de las respuestas glandulares
que los animales daban ante el alimento. Una de esas respuestas era la secreción
salival.

Figura 1.

Lo que resulta sorprendente es que Pavlov lograra que los perros dieran esta misma
respuesta fisiológica, la salivación, ante un estimulo neutro que inicialmente no
producía esta respuesta. Este estímulo neutro era el sonido de un timbre (Fábregas
& García, 1995).

El procedimiento fue, aproximadamente, el siguiente: cada vez que se le daba


alimento (EI) al perro, hacia sonar un timbre (EC). Después de repetidas
asociaciones entre estos dos estímulos, comida (EI) y sonido del timbre (EC),
comprobó que el perro salivaba (RC) con la sola presentación del sonido del timbre.
Esto significaba, que el organismo del animal había aprendido a emitir la respuesta
de salivación (RC), ante un estimulo, inicialmente neutro, diferente (EC) del natural.
A este proceso de aprendizaje es a lo que se denominó condicionamiento clásico.

En el caso del experimento de Pavlov el estímulo era positivo, pero también se


puede producir condicionamiento clásico con un estímulo negativo o
aversivo. Vladimir Bechterev (1857-1927) empleó un método esencialmente igual al
del experimento de Pavlov, pero en lugar de un estímulo positivo, utilizó uno
aversivo (Figura 2). Un estímulo neutro, sonido (EC) se hizo seguir de una descarga
eléctrica (EI) en una de las patas delanteras del perro. El sonido no tuvo inicialmente
ningún efecto sobre la conducta del perro, mientras que la descarga suscitaba
siempre una respuesta de flexión (RI). Sin embargo, después de sucesivos
emparejamiento, la respuesta de flexión de la pata (RC) apareció también ante el
sonido solo. En este caso también se produjo un condicionamiento, un estímulo
inicialmente neutro fue capaz de producir una determinada respuesta, pero a
diferencia del experimento de Pavlov el estímulo utilizado para provocar
condicionamiento fue aversivo, una descarga eléctrica.

Figura 2.

En el condicionamiento clásico vio Watson la explicación lógica de como se


desarrollaba y modificaba la conducta. Watson pensaba que los estudios de Pavlov
revelaban que todas las formas de conducta, independientemente de su
complejidad, se podían reducir a una serie de patrones estímulo-respuesta.
Opinaba que la tarea de la psicología era estar en condiciones de determinar que
estímulos habrían de producir una respuesta particular (Liebert & Neale, 1984).

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