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Un cuento de dos dinosaurios

Había una vez dos dinosaurios. Estos eran hermanos gemelos uno se
llamaba Gigantus Tradicionalus. Era un dinosaurio gigante, pesado, gordo
bien alimentado y acostumbrado a lo mejor que una vida de dinosaurio
podría ofrecer. Tradicionalus era un dinosaurio muy cauteloso nunca
caminaba lejos de las profundas aguas de los pantanos era cuidadoso de
comer sólo pequeños mamíferos y dinosaurios que se sabía eran seguros y
todos los días comía siempre un poco de vegetación por regularidad.
Su gemelo se llamaba Gigantus Innovatus también era un grande y pesado
dinosaurio, acostumbrado a lo mejor. Más curioso que su hermano,
Innovatus siempre experimentaba comiendo plantas y presas extrañas y
viajaba a llegamos ojos de agua y explotaba los riscos y pantanos. Ambos
estaban contentos y esperaban vivir el resto de sus días en tranquilidad.
Su pacífica existencia fue destrozada por El Desastre. Algunos dinosaurios
decían que fue causado por una roca gigante que cayó del cielo. Otros
decían que fue causado por una montaña de fuego gigante más allá de su
valle. Nadie sabía con seguridad (cómo podían saber?). El medio ambiente
cambió rápidamente. La tienda y sabrosa vegetación tropical rápidamente
evolucionó en plantas más gruesas que no eran fácilmente digeridas por
los dinosaurios. Los dinosaurios pequeños una parte significativa de la
alimentación de los dinosaurios mayores empezaron a desaparecer.
Al morir los pequeños dinosaurios, los pequeños mamíferos eran muy
rápidos y capaces de escalar altos árboles para escapar. Entonces aunque
los grandes dinosaurios gustaban del sabor de los pequeños mamíferos no
podían capturarlos muy a menudo. Despojados de estas presas los grandes
dinosaurios carnívoros empezaron a bajar de peso y a debilitarse.
Había innumerables sugerencias de cómo deberían manejarse la crisis.
Muchos de los dinosaurios sentían que si todos ignoraban la situación, los
problemas desaparecían. Otros dinosaurios sentían que la solución era
quejarse de la situación. Sus conversaciones tenían frases tales como
“honerosos reglamentos del gobierno” “prácticas injustas de dinosaurios
de la Cuenca del Pacífico” “bajos requerimientos de presa por parte de
dinosaurios extranjeros” Pero aunque tales comentarios continuaban las
cosas empeorando. Todos los dinosaurios eran afectados y ninguno podía
negar que la situación era desoladora.
Muchos dinosaurios hablaban de la posibilidad de evolucionar en un
dinosaurio que pudiera sobrevivir a los nuevos cambios. Una idea popular
era que sería suficiente cambiar de color de piel o la longitud de los
colmillos. Algunos dinosaurios teorizaban como cambios menores
impactarían tan significativamente la supervivencia. Otros formaron
grupos para hablar interminablemente acerca de las causas de la crisis en
lugar de trabajar en soluciones potenciales.
Más tarde mucha de la plática se empezó a enfocar en las ventanas que
podría traer el más pequeño a los dinosaurios mayores. Al escuchar esto
una buena parte de los dinosaurios carnívoros menores de volvieron
consultores de los dinosaurios mayores. Después de todo, razonaron nadie
sabe tanto acerca de ser pequeño como ellos.
El ser un consultor era una gran ventaja ya que los dinosaurios mayores
generalmente no se comían a sus consultores. Mejor aún los dinosaurios
consultores lograban conseguir una parte de la presa de los dinosaurios
mayores como honorarios. Los dinosaurios consultores descubrieron
rápidamente que era mucho más fácil cobrar por dar consejos que cazar.
Y muy a su agradable sorpresa los consejos fueron requeridos. Tantos
dinosaurios pequeño se volvieron consultores que alguien creó la frase “Si
se trata de un pequeño dinosaurio a más de 10 millas de la casa debe ser
un consultor”
En poco tiempo muchos de los grandes dinosaurios se cansaron de la
plática continua con relación a la pequeñez. Cómo la mayoría estaban
orgullosos de su tamaño, se sentían incómodos al enfocarse en la
pequeñez. Buscaban consejos acerca de estrategias alternativas, menos
amenazadoras. Los dinosaurios consultores tenían pierde a sus clientes y
posiblemente volverse presa si continuaban limitando sus consejos a la
única cosa que sabían. En muy poco tiempo, casa dinosaurio consultor
estaba diciéndole a sus clientes exactamente lo que ellos deseaban
escuchar.
Entonces a algunos dinosaurios se les dijo que cambiaran su color, a otros
que se dejaran cola más cortas, a algunos que aprendieran a nadar, a
muchos que volvieran de sangre caliente y a la mayoría que hicieran
amistad con grandes dinosaurios de Ultramar. Unos cuantos
desafortunados dinosaurios cayeron en un estado de frenesí, cambiando
rápidamente de un consultor a otro y adoptando un corto cambio
evolucionario tras otro. De esta manera los ancestros del ornitorrinco y del
camello fueron creados. Por supuesto un resultado más típico de un
método tan aleatorio al cambio evolucionario era una pronta muerte a
manos de un depredador.
Después de escuchar a muchos consultores y las conversaciones de sus
amigos Gigantus Tradicionalus decidió responder a la crisis haciendo lo que
una gran fracción de dinosaurios llamaban “ajustamiento”. Los ajustadores
teorizaban que diversas partes del dinosaurio deberían encogerse
desproporcionadamente dependiendo de sus contribuciones y
necesidades de supervivencia en el nuevo ambiente. Por ejemplo, como
los nuevos animales presas eran mucho más rápidos, la teoría era que las
patas del dinosaurio tendrían que ser más rápidas también, deberían tener
menos hueso y más músculos.
El problema era que el gran peso de las patas de un enorme dinosaurio era
necesario para sostener su gigantesco cuerpo. Si el ajustamiento fuera a
crear un dinosaurio más competitivo una gran parte del peso del cuerpo
tendría que ser eliminado. Eso no fue del agrado de muchos de los
dinosaurios grandes, “hemos sufrido suficiente” algunos dijeron. Otros se
quejaban “Cómo puede alguien sugerir que nos hagamos más pequeños,
cuando ya hemos bajado el diez por ciento de nuestro peso?, Nuestro
tamaño es lo que nos hace poderoso. No podemos sacrificar eso!”
Como resultado de este razonamiento muchos de los dinosaurios
reclamaron que habían dicho ajustados por la crisis. Gigantus Innovatus se
dio cuenta que los dinosaurios que intentaban un ajustamiento adicional
simplemente se reducían proporcionalmente. Por lo tanto el ajustamiento
como una estrategia resultó ser simplemente la consecuencia de una lenta
inanición en lugar de una bien planeada estrategia de supervivencia. Sin
embargo debido a su elegante nombre el ajustamiento siguió siendo un
tema popular entre los dinosaurios. Gigantus Innovatus comprendió que
un ajustamiento efectivo requerida de una visión precisa de las
características necesarias para sobrevivir en el nuevo medio ambiente.
Gigantus Tradicionalus no poseía una visión como esa (pocos dinosaurios
la poseían, como podían saber?) pero decidió que la forma aceptada de
ajustamiento era la mejor alternativa. No podían refutar el argumento de
que un estómago más pequeño requería menos alimento. Siguiendo el
consejo de un dinosaurio consultor, encontró un lugar para esconderse y
empezó a hacerse más pequeño.
Inicialmente intento dar una nueva forma a su cuerpo fuera de proporción,
de llevar a cabo un ajustamiento de la mejor manera en que podían
imaginarse con su limitada imaginación. Trató de mantener sus patas más
larga para correr rápido y de encoger su voluminoso pecho y cola para ser
más ligero. Pero los departamentos de su cuerpo (no es muy conocido,
pero los dinosaurios acostumbraban referirse a las partes de su cuerpo
como “departamentos”) gritaron protestando “Porqué las patas pueden
ser más largas si yo me tengo que encoger?” gritó el pecho “Sin mi su grito
estridente no sería escuchado por toda la selva”. La voluminosa y pesada
cola se quejaba “En una pelea yo soy su arma más importante, Cómo
podríamos sobrevivir su este departamento tiene que reducir su tamaño?”
Cada parte del cuerpo presionaba con argumentos propios mientras que
afirmaban que sólo les interesaba el bienestar del cuerpo entero del
dinosaurio. Al final por no ser un líder suficientemente fuerte para resistir
sus presiones y lloriqueos Tradicionalus ordenó que todas las partes del
cuerpo encogieran por igual. La técnica de la “mantequilla de cacahuete”
del ajustamiento en la cual porcentajes de reducción son impuestas por
igual en todos los departamentos.
Al cabo de unos cuantos meses Gigantus Tradicionalus se ajustó de un
Gigantus de 100000 libras a un Gigantus de 1000 libras. Aunque habían
algunas diferencias de escala, su nuevo cuerpo era esencialmente una
imagen de espejo del anterior, cada parte fielmente representada en
miniatura. Cuando el proceso terminó Tradicionalus salió tropezando de
su escondite e inmediatamente empezó a cazar, puesto que había
acumulado altos gastos por consultoría antes del proceso de cambio.
Al principio era difícil cazar con el cuerpo nuevo. Tenía que aprender los
hábitos de su nueva presa y adaptar sus tácticas a su nuevo tamaño, ya
que no podía arrasar los árboles y embestir a ciegas entre la maleza. Pero
al mismo tiempo había ventajas, podía encontrar y capturar pequeños
animales que nunca había notado desde su perspectiva anterior. Y como
los consultores prometieron podía vivir con tan solo 1100 de su
alimentación anterior.
Sin embargo existían sutiles pero molestos problemas que no muchos
recién ajustados dinosaurios notaban. Todavía estaban siempre
hambrientos y forcejeando por alguna presa. A Gigantus Innovatus, quien
continuaba observando y escuchando cuidadosamente le parecía como si
los dinosaurios ajustados un invirtieron la misma cantidad de tiempo
cazando que él. Y otro problema del cual pocos de los dinosaurios
ajustados se atrevían a hablar en su estado menor, eran fácil presa de los
dinosaurios mayores. Cada semana uno o dos dinosaurios ajustados
desaparecían de las reuniones después de la cacería en el ojo de agua,
habiendo sido “combinado” con el sistema digestivo de algún dinosaurio
mayor.
La presencia de dinosaurios ajustados trajo una nueva amenaza,
competencia foránea de otros valles, los más grandes y malos dinosaurios
Megamonsterus Conglomeratus Tradicionalus,que empezaron a emigrar
al valle de los dinosaurios Gigantus cuando descubrieron que el valle
estaba poblado con presas fáciles de capturar. Los Conglomeratus pronto
fueron acompañados por los grandes pero más lentos Megamonsterus
Aerospacus Defensaursus y los extremadamente foros y veloces
Behemouthus Comercialus Productus. En poco tiempo el valle de la
especie Gigantus era una casa camal, ya que cada vez más hambrientos y
desesperados animales de rapiña peleaban por una provisión de presa que
rápidamente desaparecía.
Exactamente un mes después de terminada su transformación, Gigantus
Tradicionalus se topó con los peligros del ajustamiento. Estaba
alimentándose de los restos de un pequeño mamífero en descomposición
cuando escuchó el rugir de un Behemouthus Comercialus Productus.
Volteó hacia arriba y vio al Comercialus de 80 toneladas salir
precipitadamente de la orilla de la selva y correr estrepitosamente había
él. De tamaño entero Gigantus Tradicionalus hubiera tenido la opción de
correr o pelear, como Gigantus ajustado, huir era la única opción.
Aquello no fue una contienda. Aún moviendo sus patas ajustadas como
una nube Gigantus Tradicionalus no era suficientemente rápido, sus patas
estaban limitadas por sus restricciones de diseño. Aunque el peso del
cuerpo y las patas del dinosaurio eran 99 por ciento menores que antes, el
diámetro relativo de los huesos de las patas eran desproporcionadamente
más de lo necesario para soportar su reducido peso. Sus patas ajustadas
se veían perfectamente proporcionadas pero eran mucho más pesadas y
gruesas de lo que deberían haber sido para una máxima velocidad.
También inalterada era la mitocondria Tradicionalus, las máquinas
generadoras de energía en sus células. Estas no podían proporcionar
suficiente energía para permitirle correr suficientemente rápido por un
tiempo suficientemente largo. Antes de que Tradicionalus hubiera llegado
a la mitad del camino hacia los árboles, sus patas ajustadas se volvieron
mas lentas y se empezaron a acalambrar. El Comercialus lo capturó
fácilmente y lo apachurró con una pata gigante. Aquellas proporciones del
Tradicionalus no regaladas por todos lados y devoradas por el Comercialus
fueron dejadas limpias en unas cuantas horas por supuesto de la selva. (la
mayoría Arbitratus Raideratus Leechus y Junkus Bondus Milkenus)
Su hermano Gigantus Innovatus, fue testigo de esta terrible tragedia desde
un lejano risco. El estaba triste (aunque había resistido unos cuantos
incestuosos carnívoros pensamientos desde el ajustamiento de su
hermano). Hasta el momento de la unión de su hermano con el
Comercialus, Innovatus había estado jugando con pensamientos de
ajustamiento porque no podía concebir algún otro método viable. El
destino de su hermano sólo sirvió para reforzar sus opiniones de que era
una estrategia de supervivencia pobre. Decidió continuar escuchando y
aprendiendo en busca de una técnica de supervivencia alternativa.
No era fácil ser paciente ante el ajustamiento y el constante peligro de los
intrusos oportunistas de otros valles. En aquellas raras ocasiones en que
se encontraba a otros dinosaurios para una bebida en el ojo de agua
después de la cacería (algo que ya pocos de ellos tenían tiempo para hacer)
algunos se burlaban de él porque ya no estaba progresando en el
ajustamiento, dándose nuevo color o modificando la longitud de sus
colmillos. Aún aquellos dinosaurios que hacían poco o nada pronto se
hicieron expertos en hacer poética acerca de los increíbles cambios que
pronto serían evidentes. La mayoría por supuesto no hacían nada más que
hablar, pero hablaban bien.
Muchos departamentos del cuerpo de Gigantus Innovatus se sentían mal
cuando percibían que iban atrás en la curva de poder en la persecución de
las más recientes modas de transformación. Varios de los departamentos,
notablemente los colmillos y las piernas, trataron de iniciar cambios por si
mismos. Los colmillos querían crecer más largos, y las piernas querían más
músculos. Innovatus siendo un buen líder, rápidamente los puso en línea.
Les dije a todos los departamentos de su cuerpo que cada uno de ellos
estaban interrelacionados con el organismo entero y que todos cambiarían
de una manera consistente que fuera mejor para el cuerpo entero. Les dijo
que no habría cambios hasta que él y los jefes de los diversos
departamentos desarrollaran una misión comprensiva acerca de a dónde
deberían ir como equipo. No les gustó y refunfuñaron, pero hicieron lo que
les decía.
Varias semanas después Innovatus estaba buscando algunas golosinas en
el lodo del pantano cuando vio volando a un gran insecto. Ociosamente le
tiró un mordisco. Este se desvió y voló alejándose, fuera de peligro. Ese es
un gran mecanismo de defensa, pensó, mientras volvía a sumergir su
cabeza en el lodo. Se paralizó. Volar, volar! Que tal si yo pudiera volar,
pensó en un sobresalto. No es posible se gritó a si mismo, casi en un estado
de histeria, los dinosaurios no vuelan. Pero y si pudiera? No podía
apartarse de la idea. Para poder volar tendría que ser muy muy pequeño.
Eso significa menores requerimientos de presa. Pero lo mejor de todo si
pudiera volar podría remontarse sobre la selva, a salvó de los hambrientos
animales de rapiña! Debería intentarlo? Funcionaría?
Pensó en eso constantemente por varias semanas. El cambio sería
sumamente doloroso. Era mucho más que cualquier ajustamiento que
hubiera visto. Sus departamentos tendrían que tener huesos para alas,
músculos y piel donde nada de esto existía. Sus macizas patas, cola y
cadera tendrían que desaparecer. Tendría que cambiar hasta el nivel
celular para poder generar suficiente energía para sostener el vuelo. Sus
jaquecas con el solo pensar en la complejidad del cambio.
Su funcionara ya ni siquiera sería un dinosaurio, al menos no como alguno
que hubiera existido antes. El sabía que era peligroso. Algo podría suceder
durante la metamorfosis y podía haber complicaciones quizás el
crecimiento de una letalmente molesta ala o para adicional.
Había pocos lineamientos, aparte de los que podía intuir de insectos
voladores muertos que había examinado. Pero el peligro y el riesgo no eran
asuntos a ser considerados si se pensaba en la situación entera, se dijo a si
mismo, con la cantidad de presas disminuyendo cada día y la llegada al
valle de más y más dinosaurios Comercialus y Defensaurus desesperados
era claro que los dinosaurios Gigantus se tiraban del negocio. El vio que la
situación se deterioraba rápidamente. Requería de cambios radicales en
las tácticas de supervivencia. Si no se hacían tales cambios, razonó, el final
le llegaría rápidamente como a su hermano o le llegaría lentamente como
a aquellos (incluyéndose él) muriendo de hambre. El resultado final era el
mismo, el olvido.
Los pocos consultores con los que pudo llegar a hablar le aconsejaron que
hiciera algo menos arriesgado. Trataron de convencerlo a ajustarse, para
estar seguro. Los consultores argumentaban que ellos tenían razón porque
muchos dinosaurios estaban pagando grandes presas por sus consejos.
Pero ni un solo consultor pudo darle información acerca de volverse un
dinosaurio volador. En realidad, notaba que el número de consultores
parecía estar disminuyendo más rápidamente que los Gigantus.
Innovatus concluyó que los expertos en supervivencia eran menos adeptos
en supervivencia que muchos de sus clientes. Al realizar esto finalizó su
decisión: decidió convertirse en un dinosaurio volador.
Encontró una pequeña cueva y la surtió con la poca presa que pudo
encontrar. Echó un último vistazo al mundo con dinosaurios grandes y
después se sumió apretada mente al fondo de la cueva e inició el cambio.
Era horriblemente doloroso. Todos los departamentos de su cuerpo
gritaron protestando y tratando de convencerlo de que cada uno tenía
requerimientos especiales y no debería requerirse que cambiara. Cada
departamento alegaba (a espaldas de otro) que las cosas estarían mucho
mejor para el cuerpo entero si se le permitiera permanecer igual, o hacerse
más grande, mientras los otros departamentos se hagan más chicos.
Cuándo las peticiones individuales de exención fracasaron, los
departamentos trataron de convencerlo para olvidar este “absurdo plan
acerca de volar” y a confirmarse con el “ajustamiento privado y aceptado”
Un dinosaurio menos seguro de su mismo y más conservador
posiblemente se hubiera doblado bajo la presión, pero Innovatus se
mantuvo firme. El tenía una visión del futuro y no vacilaría. El aguantaba
la misma agonía (el cerebro tenía que sufrir muchos cambios) al mismo
tiempo que aguantaba el lloriqueo y las quejas de sus numerosos
departamentos. Como cualquier caliente visionario, se encontraba solo
contra los demás.
Acurrucado en el fondo de la cueva, toda fibra de su ser cambió, desde la
forma de sus huesos (los hizo huecos para disminuir el peso y disipar el
calor) hasta la textura de su piel ( más lisa y mucho más delgada). Modificó
radicalmente su metabolismo celular, las mitocondrias fueron mejoradas
y multiplicadas 100 veces, y el motor metabólico primario fue cambiado
de las grasa a los carbohidratos.
Fue forzado a modificar hasta su sistema digestivo. Como un Gigantus se
hartaba de presa cuando estaba disponible y luego la digería durante dos
semanas. A menudo consideraba está estrategia como “vivir del
inventario”. Para asegurar un flujo continuo de energía entre hartadas su
digestión estaba diseñada para funcionar muy lentamente.
Como dinosaurio volador no sería capaz de cargar con tanto inventario.
Tendría que comer un poco a la vez. Obviamente eso significaría que su
departamento digestivo tendría que convertir la comida rápidamente a
energía y eliminar el desperdicio para reducir el peso a ser cargado. Pensó
en esta nueva técnica como comer justo-a-tiempo. Como era de esperarse
el estómago y los intestinos protestaron por este nuevo concepto radical.
“Nunca seremos capaces de trabajar tan rápido!” gritaron. “Que tal si no
encuentras comida todos los días?. Estaremos hambrientos y se nos
agotarán las energías” lloriqueaban. Sin haber tenido una visión de
técnicas digestivas alternas. Cómo podría saber?. Pero Innovatus era un
gran líder, les enseño y les entrenó y con el tiempo empezaron a entender
un poco.
Por fin después de meses de agonía y protestas, el cambio llegó a su
terminación. Pesaba solo 500 libras 1/200 parte de su peso original. Pero
más que eso, ya no era nada como un Gigantus. Dolorosamente se levantó
sobre una tienda y flacas piernas y salió de la cueva tropezando a la luz del
sol. El cuerpo nuevo era extraño! Se sentía, caminaba, movía y hasta olía
diferente. Antes temblaba la tierra con cada paso, ahora se movía
ligeramente y hacia poco ruido. Cuidadosamente caminó a un pequeño
charco y vio su reflejo por primera vez.
Se espantó y aterrizó! Nunca había visto cosa igual! Era algo que jamás
había pisado la tierra antes. Su hocico una vez ancho y majestuoso, se
había vuelto en una delgada cuña de navajas aún mejor para apretar
pequeñas presas. Sus ojos antes grandes y redondos y separados a cuatro
pies, diseñados para una visión de corto rango, agua eran rendijas
amarillas separadas a solo cinco pulgadas, diseñados para avistar a su
presa a grandes distancias. Su voluminosa cola era ahora un delgado y
plano timón. Sus patas traseras antes gruesas y grandes como troncos de
árbol eran ahora largas, musculosas y huesudas, cada una terminando con
cuatro días garras.
Y sus patas delanteras?, donde estaban??
Sintió pánico por un momento, creyendo que había cometido un grave
error. Donde estaban sus patas delanteras? Entonces recordó las alas. En
su ansiedad las había estado manteniendo apretadas a su lado. Aún
dobladas notó que las puntas estaban en lo alto sobre su cabeza con
pequeñas y filas garras en las uniones. Si no funcionaban estaría perdido,
pues él ahora era demasiado pequeño y frágil para competir con sus
antiguos colegas dinosaurios tanto por una presa, como siendo presa.
Cerró los ojos y lentamente desplegó sus alas. Se sentían ligeras pero sin
embargo crujían con poder. Las extendió a lo ancho y luchó para
mantenerse balanceado porque una pequeña brisa las empujó. Se movían
fácilmente.
Lentamente abrió sus ojos y vio su reflejo. Eran magníficas!! Él era
magnífico! Las alas se extendían a cada lado en perfecta y maravillosa
simetría. Las mantuvo a lo ancho y gritó con júbilo. Las batió
vigorosamente y chilló. Había funcionado! Se proclamó a si mismo
Atmosferus Innovatus Terrores, el azote de los cielos. Con un profundo
suspiro de descanso y venganza, cuidadosamente dobló sus alas, bebió
profundamente del charco y regresó a la cueva a descansar.
Los primeros días fueron difíciles, caminar sobre dos patas no era fácil, y
cualquier intento de usar sus alas para balancearse, generalmente
resultaba en que era tumbado por una brisa. Eso daba por a que sus
departamentos del cuerpo menos instruidos gritaban “te lo dije”. Pero él
sabía que tenía la razón. Sin embargo no había tomado en cuenta la
soledad. Cuando fue a visitar el viejo ojo de agua, nadie lo reconoció y se
reían de su plática acerca de volar porque no podían imaginarlo. Varios de
sus viejos amigos hasta intentaron capturarlo como alimento. Lo único que
lo salvó fue el temor que tenían de comer alguna cosa extraña o nueva. El
ya nunca trató de visitar el ojo de agua.
Tenía miedo de tratar de volar. No sabía cómo, y tenía miedo de lastimarse
ya que el seguro médico había sido una de las primeras cosas en
desaparecer cuando el ambiente se volvió hostil. Durante
aproximadamente una semana cazaba presas pequeñas en el suelo y
evitaba a los dinosaurios mayores escondiéndose entre las rocas arriba del
cañón.
Su miedo de volar fue vencido por la necesidad tan solo dos semanas
exactas después de haber terminado su transformación. Estaba parado en
la orilla de un pequeño desfiladero, doblando sus alas al sol y disfrutando
de una ligera comida de pequeño reptil, cuando un Megamonsterus
Aerospaceus lo atacó desde la selva detrás de él. Estaba atrapado. No
podía correr más rápido que el Megamonsterus y no podía sacarle la vuelta
y esconderse en la selva. Era volar ahora o nunca. Tiró el cuerpo del reptil
sobre el risco (no tenía caso dejárselo al Megamonsterus) extendió sus alas
y saltó al aire.
Cayó hacia la selva abajo. Agitó sus alas un poco, luego mucho, pero nada
pasaba excepto que empezaba a girar.
Tanto sufrir para nada, se quejó a si mismo. Cuando ya pensaba que estaba
perdido subconscientemente ajustó sus alas y cola, disminuyó su aleteo,
pescó una corriente de aire y estaba volando!
“Vuelo!” Gritó con regocijo. “Soy el primer dinosaurio volador”. Cómo por
saber lo que iba hacer, se preguntaba a si mismo. Concluyó que la función
era forzada por la firma, él era una esbelta máquina voladora, un
Atmosferus Innovatus Terrorus, azote de los cielos. Así que simplemente
había sabido cómo volar, su nueva forma había forzado los
comportamientos adecuados instintivamente, se remontó a lo alto sobre
la selva, haciendo una pausa solo para descansar ante la asombrada cara
del Megamonsterus Aerospaceus que estaba parado a la orilla del
desfiladero y viendo hacia el cielo con temor y asombro.
Había beneficios en el volar que ni siquiera había imaginado. El aire sobre
los más altos árboles de la selva estaba repleto de densas masas de
insectos voladores que ningún dinosaurio terrestre veía. El podía
simplemente descender entre ellos con el hocico abierto para probar una
sabrosa botana de alta proteína y alta fibra. Y podía ver que tan pequeño
era su antiguo valle. Podía invadir los nidos de los Megamonsterus y
atracarse con sus huevos sin peligro de ser capturado. Se alimentó
vorazmente y su fuerza creció mientras que su peso llegó a un máximo de
545 libras. Pequeño comparado con su propio ser anterior, reconoció, pero
suficientemente grande para su nuevo papel. El tamaño no significaba
nada, la eficiencia y la actuación lo eran todo.
Unos meses después localizó una atractiva Gigantus Innovatus femenina y
la guió a través de la transformación. Ella tuvo éxito y empezaron a criar
una familia. La vida era buena. El sufrimiento había valido la pena.
De vez en cuando, al estar cazando o volando los fines de semana con su
nueva familia él pensaba acerca de su hermano y de todos los otros que
habían muerto. Su hermano fue muerto porque hasta que Innovatus tuvo
éxito, nadie sabía cómo transformar Tradicionalus en un Atmosferus. Él
podía aceptar esa tristeza como cruel trabajo del destino. Pero no podía
entender porque estaba teniendo tan poco éxito en convencer a otros
Tradicionalus a realizar el cambio. El compartió (desde una distancia
segura desde luego) su técnica con todo Tradicionalus que había visto,
pero no había podido convencer más que a unos cuantos de probar la
transformación. La mayoría escucharían y aceptarían pero no actuarían.
Ellos tienen agujeros en los oídos, se dijo a si mismo Innovatus, pero aún
así no escuchan.
Después de mucha meditación concluyó que la resistencia por parte de los
otros dinosaurios al cambio era debido: al temor a lo desconocido y a sus
propios prospectos para la supervivencia. Aún con su exitosa
transformación como prueba visible, la mayoría de los Tradicionalus no
podían creer en una visión de lo que podían ser. Además razonó, parte del
problema era la falta de habilidad de muchos dinosaurios para vencer las
protestas de un coro de departamentos del cuerpo, resistentes,
suboptimizantes y miopes. Él podía apreciar la ansiedad y el estrés que
llevaban a los dinosaurios a no actuar cuando la acción era requerida. Pero
aun así no podía entender como tantos podían ser tan ciegos a las
dimensiones de la crisis que los enfrentaba si no hacían nada. Una decisión
de no cambiar garantizaba el olvido. Él no había visto a un Tradicionalus en
más de un año, triste pensó, pero esa es la naturaleza de la competencia y
del cambio. El mundo nuevo iría a aquellos que pudieran cambiar con él,
todos los demás serían aniquilados.
Él se imaginó que otros cambios evolucionarios podrían ser posibles.
Que mejoras en fisiología del vuelo pudieran realizarse. Estaba seguro que
había muchas. Él había hecho todo lo que ha requerido para ajustarse
exitosamente a su medio ambiente actual. Pero sabía que los cambios que
él había realizado no eran suficientes para asegurar la supervivencia de sus
descendientes. Dependía de futuras generaciones el alcanzar mejoras
continuas en todos sus sistemas de respuesta al medio ambiente
cambiante.
“He hecho mi parte” se dijo a sí mismo, de pasar más adelante la presión
de Innovatus por cambiar. Él no sabía si esa disposición genética de probar
cosas nuevas sería suficiente para asegurar la supervivencia de sus futuros
descendientes. No podía saber que decenas de millones de años en el
futuro sus grandemente modificados cromosomas estarían en todo
miembro de los últimos voladores, derivados de reptiles, las águilas y los
halcones.
Pero una cosa si sabía desde el primer paso hacia lo desconocido lo más
difícil es el trato con amenazadores tiempos de cambio. No hay duda en
eso pensó, pero el primer paso también es el mejor recompensado. Sonrió
alrededor del sabroso mamífero en su hocico, se elevó hizo unas piruetas
y continuó su vuelo a casa en su nido de ejecutivo en los altos cañones
donde su alegre familia esperaba ansiosamente la llegada del
“abastecedor de alimentos” y líder. Atmosferus Innovatus Terrorus, Terror
de los cielos!

Basado en TOTAL QUALITY


A textbook of strategic quality leadership & planning
KD Lam Frank, D Watson
Extraído del Manual de Lecturas del Programa en Dirección Estratégica y
Liderazgo de la Escuela de Graduados en Administración y Dirección de
Empresas EGADE

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