Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
Partimos de afirmar que no hay una definición unívoca de género y, de hecho, este
concepto es objeto de debates entre corrientes de pensamiento que adhieren a distintas
posiciones filosóficas, de teoría social y de políticas. Detrás de la categoría de género hay un
gran caudal de ideas, de estudios, de luchas políticas que demuestran que la discriminación y
desigualdad de las mujeres es un hecho injusto, atentatorio de los derechos y la democracia.
(Bonder).
Sin embargo, el aporte histórico decisivo para que la categoría género lo hicieron las
estudiosas feministas, principalmente angloamericanas, quienes elaboraron los marcos
conceptuales e incorporaron la herramienta del género como categoría de análisis de las
mujeres en la historia. Gayle Rubin señala el sistema sexo - género como una forma de explicar
cómo una sociedad transforma la sexualidad biológica en una actividad humana o
sociocultural.
A finales de la década del 70 Joan Scott conceptualiza el género como una relación de
poder, y por lo tanto, jerárquica, que indica la supremacía del varón y la subordinación
femenina.
Las primeras definiciones establecían una diferenciación entre sexo y género. El
primero, entendido como las diferencias biológicas atribuibles a varones y mujeres (anatomía
y fisiología) que se consideran naturales, universales e inmodificables; mientras que el género
se refiere a las características psicológicas, y roles socio económicos y culturales que las
sociedades atribuyen a cada sexo. Las primeras definiciones de género se basaban en una
lógica binaria varón/mujer, masculino/femenino, y heterosexual/homosexual sin reflejar las
diversidades (i.e, intersexual, transexual, travesti, bisexual) o la existencia de distintos modelos
y estereotipos de género, tanto femeninos como masculinos, según edad, subculturas, etnias,
orientación sexual, condición económica.
••No es un concepto totalizador sino que está entrecruzado con otros determinantes de la
estratificación social como la raza/etnia, la clase, etc. El género no puede ser separado de
otros ejes de opresión como el racismo, el capitalismo o el heterosexismo.
••Es una categoría que trasciende el binarismo, en tanto cuestiona el supuesto de que
existen dos géneros, el femenino y el masculino, así como la matriz heterosexual desde la
que se configuran.
••Trabajo. Las mujeres lograron acceder al mundo público, participar del mercado laboral y
constituirse en proveedoras económicas. No obstante, persisten dos ejes de desigualdad por
género en este ámbito: la segregación ocupacional, tanto vertical como horizontal, y la discri-
minación salarial. Las mujeres argentinas destinan 6,4 horas de su tiempo diario al trabajo
doméstico y de cuidados no remunerado, mientras que los varones destinan 3,4 horas, en
promedio. en todo el país, al trabajo no remunerado 1. Este fenómeno incrementa la jornada
laboral de las mujeres exponiéndolas a situaciones de desgaste y sobrecarga de trabajo
••Participación en los poderes del Estado. Si bien la Ley de Cupo Femenino Nº 24.012/1991
constituyó un avance importante en nuestro país, en la actualidad la participación de las
mujeres en los poderes legislativos y ejecutivos provinciales no llega al 30 % (PNUD,
2011).
••Ley Nº 25.673 de creación del Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Respon-
sable, 2002
••Ley Nº 26.485 de Protección Integral para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia con-
tra las Mujeres en los Ámbitos en que desarrollen sus Relaciones Interpersonales, 2009
Una mención especial ameritan la Ley Nº 26.618 de Matrimonio Civil de 2010 -más conocida
como “Matrimonio Igualitario”- y la Ley Nº 26.743 de Identidad de Género y el Decreto de
Reconocimiento Igualitario 1006 de 2012. Estos instrumentos resultan claves para el
reconocimiento de las poblaciones con identidades sexuales y genéricas diversas (lesbianas,
gays, travestis, transexuales, bisexuales, intersexuales, etc.).
Estas incorporaciones también son un logro de los movimientos feministas que han
bregado, históricamente, por el reconocimiento de los derechos ciudadanos de las mujeres y
de su capacidad para poder ejercerlos.
2 Se entiende por salud sexual al “Estado de bienestar físico, emocional, mental y social relacionado con
la sexualidad; no es meramente la ausencia de enfermedad, disfunción o debilidad. La salud sexual
requiere un acercamiento positivo y respetuoso hacia la sexualidad y las relaciones sexuales, así como la
posibilidad de obtener placer y experiencias sexuales seguras, libres de coerción, discriminación y
violencia. Para que la salud sexual se logre y se mantenga los derechos sexuales de todas las personas
deben ser respetados, protegidos y cumplidos." (OMS;2002). La salud sexual es “la capacidad de las
personas de disfrutar de una vida sexual responsable, satisfactoria y segura y la libertad para decidir si
tener o no relaciones sexuales. Es también el poder decidir si tener o no tener hijos, cuantos y cuando
tenerlos. Incluye el derecho a recibir información adecuada” (Zamberlin, N y Portnoy, F; 2007)
UNAJ, Salud Pública, Anexo apuntes 2018
y han perfilado un modo particular del “ser mujer” que se expresa en las condiciones de vida y
de salud/enfermedad. Así como la violencia hacia las mujeres configura la forma más
representativa de la dominación de género, en cada problemática de salud enfermedad, se
encuentra entramada esta relación desigual que constituye a los varones y mujeres como tal.
Estudios sobre las desigualdades en materia de salud, han concluido que, “aunque la clase
puede ser el factor determinante principal de las desigualdades de salud, siguen existiendo
diferencias significativas en los resultados de salud por raza y sexo dentro de cada nivel de
Clase” (Lillie-Blanton et al., 1993; Krieger et al., 1993; Sen et al., 2002 en Sen, G; Asha; G y
Ostlin; P; 2005)
En el marco de la perspectiva de género, diversos estudios sobre la salud sexual y
específicamente sobre el uso de anticonceptivos revelan que las mujeres de sectores
populares no toman anticonceptivos porque sus compañeros no estaban de acuerdo o porque
no las acompañan en las decisiones reproductivas (Rostagnol, S; 2002) (Miño Worobiej
A;2008) (Gonzalez Labrador, I; 2001) (Rangel Flores, Y; 2010). También se observa que la
responsabilidad de la fecundidad en sectores vulnerables recae en las mujeres (Rostagnol, S;
2002). Entre los métodos anticonceptivos existen imaginarios en algunas poblaciones que han
sido descriptos en numerosas investigaciones: Un ejemplo son las dificultades expresadas por
los varones para el uso del preservativo (que no les permite una buena erección o que “no
sienten lo mismo que sin él” o que “son menos hombres” si lo utilizan). (Rostagnol, S; 2002).
En cuanto al uso de anticonceptivos en sectores de mediano y alto poder económico
se ha podido relevar que en América latina “las tasas globales de prevalencia del uso de
anticonceptivos son altas. En los países donde la prevalencia general es baja, las diferencias
internas entre grupos de distinto nivel de riqueza son mayores. En los países donde la
prevalencia global es alta, la planificación de la familia es ampliamente aceptada y la variación
entre grupos con diferentes niveles de riqueza y de prevalencia se debe a otros factores.”
(UNFPA; 2002)
La violencia de Género
Vulneración de los Derechos Humanos y problema de Salud Pública
La Ley Nº 26.485 define como violencia contra las mujeres: “toda conducta, acción u
omisión, que de manera directa o indirecta, tanto en el ámbito público como en el privado,
basada en una relación desigual de poder, afecte su vida, libertad, dignidad, integridad física,
psicológica, sexual, económica o patrimonial, como así también su seguridad personal. Quedan
comprendidas las perpetradas desde el Estado o por sus agentes. Considera violencia indirecta
toda conducta, acción, omisión, disposición, criterio o práctica discriminatoria que ponga a la
mujer en desventaja con respecto al varón”. Establece además distintos tipos y modalidades de
violencia, ampliando e incorporando también las medidas cautelares a disponer por el juez
UNAJ, Salud Pública, Anexo apuntes 2018
Tipos de violencia
••Física: la que se emplea contra el cuerpo de la mujer produciendo dolor, daño o riesgo de
producirlo y cualquier otra forma de maltrato o agresión que afecte su integridad física.
••Sexual: cualquier acción que implique la vulneración en todas sus formas, con o sin
acceso genital, del derecho de la mujer de decidir voluntariamente acerca de su vida
sexual o reproductiva a través de amenazas, coerción, uso de la fuerza o intimidación,
incluyendo la violación dentro del matrimonio o de otras relaciones vinculares o de
parentesco, exista o no convivencia, así como la prostitución forzada, explotación,
esclavitud, acoso, abuso sexual y trata de mujeres.
Modalidades
••Violencia doméstica: aquella ejercida contra las mujeres por un integrante del grupo
familiar, independientemente del espacio físico donde ésta ocurra. Se entiende por grupo
familiar el originado en el parentesco sea por consanguinidad o por afinidad, el
matrimonio, las uniones de hecho y las parejas o noviazgos. Incluye las relaciones
vigentes o finalizadas, no siendo requisito la convivencia.
3 Femicidio: “un crimen de odio contra las mujeres, así como el conjunto de formas de violencia que, en
ocasiones, concluyen en asesinatos e incluso en suicidios de mujeres” (Russel et. alt., 2006, 20). La
incorporación de esta figura al Código Penal, artículo 132 constituye un hito sumamente relevante. Rita
Segato (2012) propone una distinción entre aquellos crímenes contra la mujer que se suceden en el
marco de relaciones interpersonales y aquellos impersonales y masivos, como ser las violaciones
masivas a mujeres en contextos de guerra u otros. La autora reserva el término “femicidio” para el primer
caso, mientras que nomina como “femigenocidio” a los crímenes de género que no se circunscriben a la
esfera de las relaciones interpersonales, precisamente, como una estrategia para visibilizar que la
UNAJ, Salud Pública, Anexo apuntes 2018
75,6% de las víctimas fueron asesinadas por sus propios familiares, entre ellos parejas, ex
parejas, padres y padrastros.
En este ítem puede incluirse la violencia en las instituciones de encierro, en donde son
prácticas habituales las requisas sobre los cuerpos desnudos, las duchas colectivas en lugares
donde las mujeres pueden ser observadas y la presencia de agentes de seguridad masculinos
que a pesar de que no está permitido, intervienen como fuerzas represivas cuando hay
situaciones de conflicto (Malacalza, 2012).
••Violencia laboral: aquella que discrimina a las mujeres en los ámbitos de trabajo públicos
o privados y que obstaculiza su acceso al empleo, contratación, ascenso, estabilidad o
permanencia en el mismo, exigiendo requisitos sobre estado civil, maternidad, edad,
apariencia física o la realización de test de embarazo.
••Violencia contra la libertad reproductiva: aquella que vulnere el derecho de las mujeres a
decidir libre y responsablemente el número de embarazos o el intervalo entre los
nacimientos.
Esta violencia se manifiesta por ejemplo en las dificultades para acceder a métodos
anticonceptivos en forma libre y gratuita.
••Violencia obstétrica: aquella que ejerce el personal de salud sobre el cuerpo y los
procesos reproductivos de las mujeres, expresada en un trato deshumanizado, un abuso
de medicalización y patologización de los procesos de embarazo, parto y posparto.
violencia de género no se limita al ámbito privado sino también se sucede en escenarios públicos y
bélicos.
UNAJ, Salud Pública, Anexo apuntes 2018
Bibliografía