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PROTECCION DE DISTANCIA
4.1 INTRODUCCION
Para el caso de las protecciones de distancia, se cuentan con relevadores digitales que agregan el
análisis en su operación, de modo que se puede tener información de las operaciones del relevador.
Las línea de transmisión pueden contar con esquemas de protección como la protección de
sobrecorriente, la protección de distancia, la protección hilo piloto y la protección híbrida. Es
común que la protección de sobrecorriente se use para proteger las líneas contra fallas a tierra y la
protección de distancia para fallas entre fases y fallas a tierra.
La protección piloto es empleada como protección primaria, el esquema bajo el que normalmente
se aplica es de operación simultanea en ambos lados del elemento protejido. Este esquema de
protección es usado cuando se requiere que una operación más rápida que la que se lograría por la
protección de distancia o sobrecorriente, cuando se usa el recierre de alta velocidad o cuando no es
posible coordinar adecuadamente la protección primaria y respaldo de los relevadores de distancia
o sobrecorriente.
La protección de distancia se emplea para proteger las líneas de transmisión de alto voltaje, ya que
esta protección es la que mejor detecta las fallas que se presentan en la zona protegida.
El esquema de protección clásico de un sistema de transmisión está formado por una protección
primaria y protecciones de respaldo, la protección primaria debe ser de alta velocidad, esta es la que
debe aislar la mínima sección de la red ante la falla. Las protecciones de respaldo se programan
para una acción retardada (con tiempo suficiente para permitir que opere la primaria), la función de
esta protección es brindar respaldo a la primaria en caso de que falle.
La protección de las líneas de transmisión está considerada como la más compleja de las
aplicaciones que tienen las protecciones eléctrica. Esto se debe al gran volumen de información y
factores que influyen en la definición de ajuste de estos relevadores.
La protección de distancia opera con los parámetros de las líneas, como se muestra en la figura 4.1
que consiste de un esquema básico de la aplicación de éste tipo de protección. En la figura se
considera que el relevador está ubicado en el punto K y que sus bobinas reciben las señales de Vr,
que es el voltaje medido cuando ocurre la falla y de la corriente de falla Ir, que es proporcional a la
corriente IF. En la ecuación 4.1 se muestra la operación matemática que debe realizar el relevador
para calcular la impedancia medida o “vista”, la cual se pretende sea proporcional a la distancia
física entre el relevador y el punto de falla. Durante los cortocircuitos trifásicos la impedancia
medida Zr coincide con la impedancia de la sección de la línea comprendida entre el punto de la
ubicación del relevador y del cortocircuito, esto se cumple si no existen contribuciones corriente en
la sección protegida por el relevador y si la impedancia de falla es despreciable.
Zr = Vr/Ir (4.1)
Figura 4.1 Impedancia vista por el relevador de distancia con una falla en F
En un sistema radial, la relación de voltaje-corriente que mide un relevador de distancia ante una
falla, es proporcional a la distancia física que existe entre la localización del relevador y el punto de
falla.
Para todas aquellas fallas que se presenten en cualquier otro punto del sistema, y que hagan operar
al relevador, la relación voltaje-corriente medida, proporciona una distancia eléctrica que difiere de
la distancia física que existe entre el punto donde se localiza el relevador y la falla. Esto se debe a
las contribuciones de corriente de otras líneas que inciden en nodos ubicados entre el relevador y la
falla; en estos casos la referencia del punto donde ocurrió la falla, la proporciona la información de
la zona donde operó el relevador.
La Figura 4.2 muestra la configuración de red que provoca el efecto de fuente intermedia (infeed),
que se define como las aportaciones de corrientes de falla a puntos intermedios entre la ubicación
del relevador y el punto de falla, se calcula como el cociente de la corriente que fluye por el
elemento fallado y la corriente que fluye por el relevador.
Ir = I1 (4.2)
El voltaje medido es
Zr = Vr/Ir (4.4)
Despejando
El cociente (I2/I1)>0 implica que la impedancia medida por el relevador es mayor que la
impedancia de las líneas involucradas, “Esto significa que el relevador puede tener un subalcance”.
Figura 4.3 Impedancia que mide un relevador en presencia del efecto “outfeed”
En la figura 4.3 muestra una sección de red que presente el efecto de fuga de corrientes (outfeed),
se calcula de misma manera que el efecto de fuente intermedia.
Ir = I1 (4.7)
Ir = I2 + I3 (4.8)
Para este caso el cociente (I 3 / I1) < 1, por lo que la impedancia medida por el relevador es menor
que la distancia real ZAB + ZBF . Lo anterior significa que el elevador puede tener un sobrealcance.
Zp = Vp / Ip (4.12)
donde
Vr VP/RTP RTC
Zr = = Ip/RTC = Zp (4.13)
Ir RTP
Donde
Eb = E0 + α2 E1 + α E2 , Ec = E0 + αE1 + α2 E2 (4.18)
Ib = I 0 + α 2 I1 + α I 2 , Ic = I 0 + α I 1 + α 2 I2 (4.19)
Eb Ec E1 E 2
I b Ic =
I1 I2 = Z1f (4.21)
Así un relevador de distancia que está alimentado por el voltaje de línea de las fases b y c, y por la
diferencia de corrientes de estas fases, entonces se medirá la impedancia de secuencia positiva a la
falla, cuando la falla ocurra entre estas fases.
4.4.2 Falla de doble línea a tierra
Se considera una falla de las fases b y c a tierra en el punto F de la Figura 4.4. El circuito en
componentes simétricas que representa esta falla se muestra en la Figura 4,6.
Figura 4.6 Conexión de las redes de secuencia para la falla de doble línea a tierra
De la ecuación (4.22) se puede concluir que para este tipo de falla el relevador conectado entre las
fases b y c y tierra, también medirá la impedancia de secuencia positiva a la falla, como en el caso
de la falla entre las fases b y c, por la igualdad de E1F y E2F .
Se considera una falla trifásica en el punto F de la Figura 4.4. El análisis en componentes simétricas
para este tipo de fallas, se determina que para este tipo de falla se tiene la ausencia de las
componentes de secuencia cero y secuencia negativa y solamente se tiene aportación de la
componente de secuencia positiva, tal como lo muestra la Figura 4.7.
Ea = E1 , Eb = α2 E1 , Ec = α E1 (4.23)
Ia = I 1 , Ib = α 2 I1 , Ic = α (4.24)
La diferencia de voltajes de fase y las corrientes usadas en la ecuación (4.24) es conocida como
voltajes y corrientes “delta”. De las ecuaciones (4.23) y (4.24) se obtiene que al energizar los
relevadores con voltajes y corrientes delta, estos medirán la impedancia de secuencia positiva ante
fallas que involucren más de una fase.
Una falla monofásica se presenta cuando una de las fases de la línea se aterriza, este tipo de fallas
es de las más comunes, pero también, es de las menos violentas, en la siguiente figura se presentan
los circuitos de secuencia que representan a este tipo de fallas, se puede ver que los tres circuitos se
conectan entre sí en el punto de falla. Los circuitos permiten estimar las condiciones de falla con lo
que la información para la evaluación de los ajustes es calculada.
Los voltajes y las corrientes de secuencia en el punto donde se localiza el relevador están dados por
las siguientes relaciones.
ElF = El – ZlF Il
El voltaje y la corriente de fase pueden ser expresados en términos de las componentes simétricas.
Reordenando la ecuación (4.26) obtenemos la ecuación (4.27) que relaciona el voltaje de la fase a y
la corriente a través de la línea a.
Se puede definir una corriente I’a modificada como lo expresa la ecuación (4.29).
La característica de un relevador tipo reactancia es una línea recta paralela al eje real del plano
complejo, tal como se muestra en la Figura 4.13. Su condición de operación está dada por la
ecuación 4.33.
Donde
Los parámetros de los ajustes del relevador son el diámetro de la circunferencia Zarmax y el ángulo
de máxima sensibilidad φsm.
La zona de operación de este tipo de relevador está definida en el plano complejo a través de líneas
rectas que cortan al eje X y al eje R, con un alcance máximo de Z max. La Figura 4.15 muestra la
característica de un relevador poligonal; el ajuste de este tipo de relevadores lo define la reactancia
de ajuste [Xajus] (distancia del origen al punto donde la recta de pendiente cero corta al eje X), y la
relación R/X, que define el alcance sobre el eje R como un múltiplo de Xajus; en la Figura 4.15 se
muestra que el alcance en el eje reactivo y resistivo tienen el mismo alcance, es decir, existe una
relación de R/X = 1, pero el ajuste se puede hacer independientemente uno de otro. Estos
relevadores se emplean en líneas de transmisión de 110 kV o voltajes superiores, la condición de
operación está dada por las ecuaciones 4.35a y 4.35b.
Donde
ZF – Impedancia de falla
Las características tradicionales de los relevadores de distancia, son simuladas en base a lógica
análoga, esto presenta la dificultad de que ciertos comportamientos del sistema eléctricos no
pueden ser cubiertos por estas características. Con las capacidades de la tecnología digital, la forma
de las características puede ser moldeada de modo que se pueden cubrir zonas de no fácil acceso
para la tecnología analógica. La característica cuadrilateral es un ejemplo de esto, ya que su forma
permite cubrir magnitudes fijas de resistencia y reactancia, además de cubrir los ejes reales e
imaginarios en la longitud del ajuste, esto permite cubrir fallas a corta distancia o con componente
mayoritaria compleja. Esto es solo un ejemplo de las capacidades de esta tecnología para adecuarse
a las necesidades de los sistemas, lo que permite que no solo se emulen las características clásicas,
sino que abre las posibilidades del ingeniero en protecciones para experimentar con nuevas
propuestas para operar su sistema.
En la figura anterior se presenta la característica cuadrilateral, en sus tres zonas de operación, este
característica permite que los ejes sean cubiertos en la magnitud de ajuste cubriendo zonas no
consideradas por las características tradicionales.
En general la relación voltaje/corriente que miden los relevadores de distancia es conocida como
impedancia aparente “vista” por el relevador. Esta impedancia puede ser graficada en un plano
complejo R-X. La impedancia puede ser vista como el voltaje fasor, que utiliza a la corriente como
un fasor de referencia y de magnitud unitaria. Por ejemplo, considere que existe un flujo de
potencia normal en la línea de transmisión, si la corriente de carga y el voltaje en el punto de donde
se localiza en relevador son de magnitud constante, entonces el voltaje fasor o la impedancia
equivalente describirá un círculo en el plano R-X.
Figura 4.16 Impedancia vista por un relevador bajo distintas condiciones del sistema
Entonces puede deducirse que cargas mínimas producirán diámetros mayores porque las
magnitudes de corriente son pequeñas, tal como lo describe el diagrama de la Figura 4.16 que
presenta distintas características debido a las variaciones de carga y factores de potencia que se
presentan en el sistema.
Se puede ver que cuando el flujo de potencia real entra a la línea de la Figura 4.16, la impedancia
aparente puede caer en el lado derecho del plano complejo, mientras que cuando el flujo se dirige al
nodo S de la Figura 4.16, esta cae en el lado izquierdo. De manera similar cuando la carga que se
alimenta opera con un factor de potencia en atraso, la impedancia aparente cae en la parte superior,
y cuando la existe un factor de potencia en adelanto, entonces la impedancia cae en parte inferior
del plano complejo.
Considere una falla en el punto F de la Figura 4.17, la impedancia aparente se muestra en la Figura
4.16, a medida que la falla se mueve a lo largo de la línea AB, el punto F también se moverá sobre
la recta AB en el diagrama de la Figura 4.16. La línea AB forma un ángulo θ con respecto al eje real
R, y corresponde al ángulo de la impedancia de la línea de transmisión. Para líneas de transmisión
aéreas este ángulo oscila entre 70° y 88° dependiendo del nivel de voltaje. A medida que se
incremento el nivel de voltaje, también el ángulo de la impedancia de la línea se incrementa.
Caso 1
Considere el sistema de transmisión de la Figura 4.17 con una capacidad de transmisión de 8 MVA.
Operando en un voltaje nominal de 20 kV, por lo tanto demanda una corriente de 400 A. Entonces,
la impedancia aparente correspondiente sería de 50 Ω primarios. Suponiendo que existe un TC con
relación de 500:5 o bien una RTC = 100, y un TP con relación de 20000:69.3 o es decir una RTP =
288.6, así la impedancia secundaria es: (100/288.6)*50 = 17.32 Ω Si se considera el flujo de
potencia de A-B, entonces para una carga de 8 MVA con un f.p = 0.8 en atraso, el relevador mide
17.32(0.8+j0.6) = (13+jl0.4) Ω sec. Esto se muestra en Ll de la Figura 4.18. Una carga de 8 MVA
con f.p = 0.8 en adelanto, el relevador mide (13-jl0.4) Ω sec. Esto se muestra en L2 en la Figura
4.18.
De manera análoga cuando del flujo fluye de B-A, se obtiene las impedancias L3 y L4 que son para
factores de potencia en adelanto y atraso, respectivamente.
Se propone el ajuste en primera zona cubrir el 90% de longitud de la línea donde se ubica el
relevador. Normalmente no se tienen problemas de alcance en esta zona cuando las líneas carecen
de aportaciones de corriente intermedia (línea con dos terminales); en el caso de líneas con
aportaciones de corriente intermedia (líneas con tres terminales), se selecciona la menor impedancia
aparente calculada ante fallas nodales simulada en los dos extremos restantes y se ajusta en un 85 a
90% de la impedancia seleccionada.
Los pasos a seguir en esta propuesta son lo siguientes, el ajuste de la zona 1 para líneas con dos y
tres terminales se obtiene mediante las ecuaciones (4.36) y (4.37), respectivamente.
ZI (Rr) = Kl*Za(Rr,C)
Donde:
Za(Rr,B) = Impedancia aparente vista por Rr ante una falla en el nodo B, de la Figura 4.1 9.
La metodología que se propone para determinar el alcance de esta zona permite establecer la
máxima protección de respaldo, pero sin que se presenten problemas de traslapes de alcance de esta
zona con sus relevadores primarios, tomando en cuenta el efecto de fuente intermedia para el
cálculo del ajuste. Se realizan distintas evaluaciones para verificar que se cumplan los aspectos de
seguridad y dependabilidad que debe proporcionar esta zona de protección.
Inicialmente el ajuste de esta zona se determina simulando fallas en el extremo de la línea remota,
con la finalidad de representar la topología de la red que se tendría cuando se presente una falla en
la línea, y que solamente se tenga la operación de la protección en un extremo de la línea.
Posteriormente, se revisa el alcance de esta zona, bajo una condición de falla en el límite del
alcance de la zona 1 de sus relevadores primarios, considerando cerrados ambos interruptores de la
línea fallada o la simulación de fallas en el secundario de los transformadores conectados en su
remoto.
Si existen relevadores que operan en la evaluación anterior, entonces se reduce el alcance de esta
zona para estos relevadores y se determina un nuevo ajuste simulando fallas nodales. El alcance del
nuevo ajuste, también pretende cubrir hasta el límite del alcance de la zona 1 de sus relevadores
primarios, pero sin llegar a traslapes.
Finalmente, se verifica que este ajuste sea cuando menos 1.2 veces la impedancia de línea protegida
para garantizar que una falla en su nodo remoto sea vista por el relevador en zona 2.
Donde
Za(Rr,Rpi) = Impedancia de ajuste de la zona 2 del Rr para evitar traslapes en las zonas de los Rpi.
Za(Rr,B) = Impedancia aparente vista por Rr ante una falla a un nodo de distancia del mismo
relevador.
K2 = 0. 90*Kl.
Kl = Coeficiente que define el alcance de la zona 1 del Rpi, (0,8-0.9).
Za(Rr,Fi)= Impedancia aparente medida por el Rr ante una falla en los puntos Fi de la Figura 4.20.
3. El proceso se repite hasta obtener la impedancia de ajuste para todos los relevadores.
4. Evaluar el alcance de la zona 2 de cada uno de los relevadores, simulando fallas en el límite del
alcance de la zona 1 (puntos Fi de la Figura 4.21) de sus respectivos relevadores primarios, y así
identificar relevadores con problemas sobrealcance o traslapes en zona 2 con sus Rpi, para fallas en
las líneas o el secundario de los transformadores con interruptores cerrados en ambos extremos.
5. Calcular la impedancia aparente vista por relevadores con problemas de traslapes, evaluando la
ecuación (4.39).
Za(Rr,Rpi) = Za(Rr,B) + K2*[Za(Rr,Ci) - Za(Rr,B)] (4.39)
Donde
Za(Rr, Rpi).- Impedancia aparente vista por Rr para una falla en el límite de la zona 1 del Rpi, de la
Figura 4.21.
Za(Rr,Ci) .- Impedancia aparente vista por Rr ante una falla en el nodo remoto del Rpi.
El resto de las componentes de esta ecuación, se define igual que en la ecuación (4.38).
6.Seleccionar la menor Za(Rr,Rpi) calculada en el paso 5. Este es el nuevo ajuste de la zona 2 para
relevadores con problemas de traslapes.
7. Repetir el proceso a partir del paso 5, para los relevadores con problemas de traslape.
La Figura 4.20 muestra un esquema que presenta al relevador de respaldo y sus Rpi, así como los
puntos Fi donde se simulan las fallas para evaluar la ecuación (4.38).
La figura 4.21 muestra un esquema que muestra al relevador de respaldo y sus Rpi y el límite del
alcance de la zona 1, del relevador primario.
Figura 4.21 Relevador de respaldo y el límite de alcance de la zona 1
Ajuste de la Zona 3
El alcance de esta zona tiene como función brindar una protección de respaldo a líneas remotas en
un 100%, es decir, que el alcance debe cubrir hasta dos nodos de distancia de donde se ubica el
relevador. En la Figura 4.23 se muestra la ubicación del relevador de respaldo y sus nodos remotos.
Figura 4.23 Relevador de respaldo con su primer nodo y segundos nodos remotos
Establecer el alcance de esta zona para satisfacer la función de protección de respaldo mencionada
anteriormente, puede traer como consecuencia operaciones no deseadas, en condiciones de carga
máxima o ante fallas que se presenten más allá de dos nodos de distancia de donde se localizan los
relevadores. Una alternativa para disminuir el número de operaciones no deseadas, es reducir el
alcance de esta zona; esto dejará seguramente algunas porciones de líneas remotas sin la protección
de respaldo, es decir, que para algunas fallas que se presenten a dos nodos de distancia, el relevador
no operará aún cuando se requiera.
Se recomienda definir el ajuste de esta zona, estableciendo un equilibrio entre los aspectos de la
dependabilidad y la seguridad con que debe operar el relevador, según su ubicación en la red
eléctrica. Determinar el ajuste de zona tomando en cuenta estos aspectos que tiene como finalidad
disminuir el número de fallas de los relevadores; en la agrupación de fallas del relevador para esta
zona, se incluyen los relevadores que operan ante fallas más allá de dos nodos y los que no operan
ante fallas a dos nodos de distancia.
Como se pretende reducir el número de fallas del relevador para esta zona, entonces, en primera
instancia, se puede pensar en no cubrir al 100% de las líneas remotas; con esta medida se reduce el
número de relevadores que tienen una operación no segura. Una forma de relacionar
cuantitativamente la dependabilidad y la seguridad es ordenar en forma descendente la magnitud de
la impedancia de falla medida A(*) por los relevadores que realizaron una operación no segura.
También se debe ordenar en forma ascendente la magnitud de la impedancia de falla medida B(*)
por los relevadores ante fallas en sus segundos nodos remotos.
El ajuste en zona 3 que cubre el 100% de las líneas remotas se define con 1.05 veces la mayor B(*).
Si se reduce el alcance de los relevadores que realizan operaciones no seguras sustituyendo la
impedancia de ajuste con el siguiente valor inferior almacenado en B(*) y posteriormente
compararla con las magnitudes dadas en lista de A(*) para ese relevador, se podrá verificar si se
reduce el número de operaciones no seguras. El cambio de ajuste se realiza si se verifica que
disminuye el número de fallas del relevador.
1 Calcular la impedancia de falla que mide un relevador ante fallas nodales simuladas en el nodo
remoto de sus relevados primarios que protegen líneas remotas, evaluando la ecuación (4.40), el
efecto de fuente intermedia también está implícito en las operaciones indicadas en el segundo
término de esta ecuación.
Donde
K3.- Factor de seguridad, definido en 1.05 para garantizar que sea protegido el nodo remoto de sus
relevadores primarios.
3 Repetir el proceso (pasos 1 y 2) para el resto de los relevadores. Cuando finaliza este proceso,
continuar el paso 4.
4 Simular fallas nodales en todo el sistema, e identificar los relevadores que operan ante fallas
más allá de dos nodos de su ubicación o en los secundarios de los transformadores de potencia
aunque estén a dos nodos, estos son clasificados como relevadores candidatos a modificar su
ajuste, porque son relevadores con problemas de traslapes de tercera zona.
6 Ordenar de mayor a menor magnitud de la impedancia aparente Ai(*) medida por el relevador i
candidato, ante fallas nodales más allá de dos nodos del relevador i.
al > a2 > a3 >... aM, Impedancia aparente ante fallas más allá de dos nodos del relevador i.
7 Ordenar de menor a mayor la magnitud de la impedancia aparente Bi(*) medida por cada
relevador i candidato, ante fallas en el nodo remoto de sus relevadores primarios.
Donde:
b1 < b2 < b3 <... bN, Impedancia aparente ante fallas en el nodo remoto de sus relevadores
primarios del relevador i
8.3 Si (M-(M-K)) > J, y A(K) > B(N-J), (J=l, N-1, K=M, 1,-1), Entonces
Z3(Rr) = B(N-J)
10 Verificar que los relevadores no operen en zona 3 bajo condiciones de demanda máxima carga
diaria. Si algún relevador opera bajo estas condiciones, cambiar el ajuste de la zona 3 se reduce
a un 90% de la impedancia de carga máxima diaria.
Estos son los pasos propuestos para hacer una coordinación de las tres zonas de protección de
forma ordenada, se sugiere hacer una prueba con un sistema para observar el resultado y proponer
sus correcciones.