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Por Rolf Lüders Sch. Ph. D., M.B.A. y M.A. Universidad de Chicago, EE.UU.. Ingeniero
Comercial PUC. Profesor del Instituto de Economía, Pontificia Universidad Católica de
Chile
El actual estado de nuestra economía ha suscitado, al menos, tres visiones distintas sobre el
mismo. Como será evidente, cada visión se fundamenta en un conjunto de datos
generalmente inobjetables, pero parciales. Naturalmente, las propuestas de política
económica relacionadas a cada una de estas visiones tienden a ser diferentes. ¿Cuál es el
aporte de una visión histórica del desarrollo de la economía chilena a la evaluación de la
actual situación y a su probable evolución futura?
Para algunos, Chile tiene una economía emergente dinámica, alabada internacionalmente.
Para éstos, el país tiene instituciones económicas que se pueden comparar con aquellas de
los países desarrollados1 y niveles del PIB per cápita y de desarrollo humano sólo
superados por los de Argentina en América Latina2. Además, el país ha logrado reducir en
las últimas décadas en forma significativa la pobreza, siendo uno de los pocos países en
desarrollo que ha cumplido muy anticipadamente con la meta del milenio propuesta al
respecto por Naciones Unidas. Finalmente, la economía chilena es reconocida por su
excepcional manejo macro-económico, incluyendo el de los equilibrios fiscales, que se
compara favorablemente incluso con aquél de los países desarrollados.
Para aquellos que comparten esta visión favorable de la economía chilena, no cabe esperar
una tasa de crecimiento económico mayor que una del 5 por ciento anual, que corresponde
aproximadamente a la actual tasa de crecimiento de tendencia. Ella permite prever una
rápida convergencia de los niveles del PIB per cápita chileno a aquellos de los países más
desarrollados, cómo lo sugiere el gráfico Nº1, y junto con ello, una razonable velocidad de
reducción de la pobreza remanente.
1
Por ejemplo, en el Índice de Libertad Económica de la Heritage Foundation, estrechamente asociado al nivel
PIB per cápita de los diversos países, Chile ocupa el 8avo lugar, superado sólo por países como los Hong-
Kong, Singapur, EE.UU., Canadá, e Irlanda. En Fuentes, J.R. y Mies, V. (2005) y en Corbo, V. y Tokman A.
(2007), se recogen un gran número de indicadores similares que sugieren el alto grado de desarrollo
institucional del país.
2
De aproximadamente US$ 13.000 dólares per cápita, medido en términos de poder de compra de paridad.
(((ES MUY IMPORTANTE QUE EL GRÁFICO Nr.1 LO UBIQUEN AQUÍ)))
Gráfico Nº1
PIB per cápita de Chile en relación al de EE.UU.
(1810-2005)
50
45
40
35
Economía de Mercado abierta al
Economía de Mercado abierta al comercio internacional
30 comercio internacional
20
15
10
0
1820
1825
1830
1835
1840
1845
1850
1855
1860
1865
1870
1875
1880
1885
1890
1895
1900
1905
1910
1915
1920
1925
1930
1935
1940
1945
1950
1955
1960
1965
1970
1975
1980
1985
1990
1995
2000
2005
Fuente: Díaz, Lüders y Wagner (2007)
3
Representantes de unos y otros son, por ejemplo, el grupo de 20 destacados economistas que presentó un
informe el año pasado recomendando un conjunto de medidas para acelerar el crecimiento económico y el
grupo de parlamentarios liderados por el senador Adolfo Zaldívar, que proponen cambiar el “modelo”
económico.
Gráfico Nº2
Porcentaje de la población chilena debajo de la línea de pobreza
100
90
80
70
60
50
40
30
20
10
0
1849
1853
1857
1861
1865
1869
1873
1877
1881
1885
1889
1893
1897
1901
1905
1909
1913
1917
1921
1925
1929
1933
1937
1941
1945
1949
1953
1957
1961
1965
1969
1973
1977
1981
1985
1989
Fuente: Prados. L. (2005)
existente4. Para el segundo sub-grupo, la diferencia absoluta entre el PIB per cápita
chileno y el de EE.UU., medida en moneda de valor constante, ha aumentado
sostenidamente desde 1810, como se muestra en el cuadro Nº1, a pesar de la convergencia
Cuadro Nº1
Diferencia del ingreso per cápita entre Chile y USA 1810-2007
(En USD 2006 PPP World Bank)
CHL USA dif
1810 587 1.512 924
1850 928 2.194 1.266
1900 2.153 5.741 3.588
1950 3.832 13.651 9.819
2000 10.559 40.410 29.852
2007 13.250 44.643 31.393
4
Larraín (2007), sin desconocer el progreso en la materia, estima que para 2006 la pobreza en Chile era de
24,7 por ciento, versus el 13,7 oficial.
de ingresos observada a partir de 1985. Para los mismos, además la distribución del
ingreso de Chile es una de las más desiguales del mundo5, lo que consideran inaceptable, y
tiende, como se muestra en el gráfico Nº3, a hacerse más desigual.
Gráfico Nº3
Distribución del ingreso
(Coeficiente de Gini)
100
90
80
70
60
50
40
30
20
10
0
1849
1853
1857
1861
1865
1869
1873
1877
1881
1885
1889
1893
1897
1901
1905
1909
1913
1917
1921
1925
1929
1933
1937
1941
1945
1949
1953
1957
1961
1965
1969
1973
1977
1981
1985
1989
Antes de extraer las lecciones de la experiencia histórica, corresponde -aunque sólo sea en
forma muy esquemática- referirse a los factores que determinan el crecimiento económico
en general, para a la luz de ello interpretar la evidencia.
6
North (1989)
Lecciones de la historia económica de Chile
Convergencias y divergencia
Chile tiene una economía relativamente “chica” –tanto por su escasa población como por su
PIB per cápita- cuyo nivel de actividad se encuentra directamente influenciado por la
demanda internacional de sus productos de exportación. Es por eso, que una manera útil de
evaluar el éxito o fracaso del esfuerzo interno de crecimiento, es comparando el nivel del
PIB per cápita de Chile, ya sea con aquél del resto del mundo, con aquél de cualquier
agregado importante de países, o con aquél de algún país con una economía “grande”. En
el gráfico Nº1 se compara, para el período 1810-2005, el PIB per cápita de Chile con aquél
de los EE.UU. Sin embargo, una evolución similar del indicador señalado se podrá
encontrar si la comparación se hace con cualquier región –incluyendo América Latina- o
con el resto del mundo como un todo7.
Pues bien, lo que se observa en el gráfico Nº1 es convergencia -del PIB per cápita de Chile
al PIB per cápita de los EE.UU.- tanto durante el siglo XIX, como a partir de 1985, y
divergencia durante gran parte del siglo XX, excepto los últimos quince años. Es más,
ambos períodos de convergencia –que podríamos denominar de economía liberal y de
economía social de mercado, respectivamente- coincidieron con la existencia de sistemas
que presentaron apertura económica y moderada intervención discrecional del Estado8. En
cambio el intervalo de divergencia –aquél de sustitución forzada de importaciones- se
destacó por su creciente cierre al comercio y a los flujos de capitales, como también por la
creciente intervención discrecional del Estado. Este período culmina en 1973 con un
sistema económico que se asemejó mucho a aquél de las economías centralizadas de
Europa oriental en la misma época.
7
Lüders (1998)
8
En el siglo XIX el rol del Estado en la economía se puede calificar –en general- como “mínimo” y a partir
de 1974 ha, en general, propendido a ser “subsidiario”, es decir, el gobierno sólo interviene si los individuos o
los grupos intermedios no pueden o no desean realizar las actividades económicas necesarias para alcanzar el
máximo de bienestar social.
prosperado relativamente cuando la economía ha sido de mercado, abierta
internacionalmente, y con un rol del Estado ya sea mínimo o subsidiario, en cambio no lo
ha hecho cuando la economía se cerró relativamente al comercio internacional y el Estado
fue crecientemente intervencionista. De acuerdo al esquema conceptual esbozado en la
sección anterior, el primer sistema generó los incentivos necesarios para un rápido
crecimiento, en cambio el segundo sistema no lo logró.
¿Cuáles fueron las principales fuerzas económicas internas que contribuyeron al cambio de
sistema económico en Chile a partir de fines del siglo XIX? Cabe acá destacar a la
“enfermedad holandesa” y a la “cuestión social”, ambas relacionadas con el salitre.
También influyeron (1) la ideología dominante en los países desarrollados con respecto al
desarrollo económico de los países del Tercer Mundo y/o emergentes, que le atribuía un rol
clave al proteccionismo y a las “políticas industriales” impulsadas desde el Estado, (2) los
conflictos bélicos y las crisis económico financieras, que interrumpieron los flujos
comerciales internacionales, y (3) los sistemas económicos que se venían adoptando en el
extranjero, que se caracterizaban por su marcado carácter mercantilista.
Por un lado, con respecto a la “enfermedad holandesa”, la anexión de los territorios ricos en
caliche-a raíz de la Guerra del Pacífico- tuvo como consecuencia dicha enfermedad, lo que
se puede apreciar por el significativo cambio en la estructura de producción, representada
en el gráfico Nº4. Aumentó muy significativamente la actividad minera y disminuyeron
Gráfico Nº4
PIB 1860-2004: Composición
(En %)
100%
80%
60%
Otros
Manufacturas
Minería
Agricultura
40%
20%
0%
1860
1864
1868
1872
1876
1880
1884
1888
1892
1896
1900
1904
1908
1912
1916
1920
1924
1928
1932
1936
1940
1944
1948
1952
1956
1960
1964
1968
1972
1976
1980
1984
1988
1992
1996
2000
2004
14
12
10
0
1820
1825
1830
1835
1840
1845
1850
1855
1860
1865
1870
1875
1880
1885
1890
1895
1900
1905
1910
1915
1920
1925
1930
1935
1940
1945
1950
1955
1960
1965
1970
1975
1980
1985
1990
1995
2000
-2
Por el otro lado, después de la Guerra del Pacífico, la migración de la población agrícola
hacia el centro y el norte del país, atraída por mayores remuneraciones en la minería y la
industria de apoyo a ella, hizo estallar la “cuestión social” en Chile.
Tal cuestión se originó también en Europa durante la primera parte del siglo XIX, como
consecuencia de la industrialización de esa región. Los trabajadores urbanos protestaron –
allá y acá, y a menudo con violencia- contra el trabajo infantil, el hacinamiento en que
vivían, y por las condiciones de trabajo en que laboraban (largas horas, malas condiciones
higiénicas y de seguridad, etc.), a pesar de recibir mejores remuneraciones que en el campo.
La Iglesia en Europa pretendió inicialmente que el problema se resolviera sin la ingerencia
estatal y por la vía de la toma de conciencia del problema por parte de los empresarios
cristianos. Sin embargo, hacia fines de ese siglo y en vista del avance socialista, la Iglesia
en esa región cambió de estrategia y requirió también la intervención del Estado para, por
9
Exportaciones a PIB Chile – Exportaciones a PIB Mundo, ambos expresados como porcentajes.
intermedio de lo que hoy se conoce como la regulación laboral y el gasto social, mejorar las
condiciones de vida de los asalariados10.
Gráfico Nº6
Gasto social como % del PIB
(1842-2000)
20
18
16
14
12
10
0
1842
1846
1850
1854
1858
1862
1866
1870
1874
1878
1882
1886
1890
1894
1898
1902
1906
1910
1914
1918
1922
1926
1930
1934
1938
1942
1946
1950
1954
1958
1962
1966
1970
1974
1978
1982
1986
1990
1994
1998
10
Valdivieso (2006)
fiscal como porcentaje del PIB. Ningún otro agregado de gasto fiscal aumentó ni siquiera
cercanamente a la tasa que lo hizo este tipo de gasto.
El círculo vicioso
A partir de mediados del siglo pasado, sin embargo, eso no sucedió. La reducción de la
pobreza se hizo más lenta y las desigualdades volvieron a aumentar. El país entró de lleno
a un círculo vicioso. Las políticas sociales aplicadas se intensificaron y el proteccionismo
se profundizó. Junto con ello la tasa de crecimiento económica relativa siguió cayendo y
los problemas sociales se agudizaron. Más de la misma medicina sólo redujo aún más la
tasa relativa de crecimiento y aumentó las presiones por más proteccionismo y más
beneficios sociales. Y así sucesivamente, hasta que en 1973 estalló abiertamente el
conflicto socio-político en Chile.
11
Un país protege, por definición, aquellas producciones en que tiene una desventaja comparativa. Es decir,
la protección implica re-asignar recursos de sectores más a sectores menos productivos. Una parte importante
del gasto social es una mera re-distribución de recursos entre personas, que no tiene directamente
consecuencias sobre los niveles de productividad, pero el aumento del gasto social implica aumentar la
tributación y eso si tiene costo social, cosa que quizás es más evidente para todos cuando el impuesto es la
inflación. Debo destacar, sin embargo, que una parte importante del gasto en educación –un componente del
gasto social- aumenta la productividad laboral a largo plazo.
Crecimiento económico y reducción de la pobreza, pero con desigualdad
A comienzos de los años 1970 ya habían fracasado en el país los esquemas de sustitución
de importaciones adoptado por los gobiernos radicales, de crecimiento con equidad liderado
por el partido demócrata cristiano, y el centralizador encabezado por los partidos comunista
y socialista. El régimen militar optó entonces, a partir de 1974, por una profunda
revolución económica liberalizadora. Se esperaba que aquella iba a acelerar el crecimiento,
a disminuir la pobreza, y tender a igualar la distribución del ingreso. Mientras el esquema
rindiera sus frutos, la estricta focalización del gasto social en los pobres mitigaría al menos
el problema social.
Las reformas contaron inicialmente, dada la negativa experiencia pasada con otros
esquemas, con apoyo ciudadano. A partir de 1985 –haciendo una síntesis muy apretada- el
apoyo se produjo además porque dichas reformas tuvieron éxito en acelerar el crecimiento
económico a las mayores tasas históricas, al mismo tiempo que lograron continuar
reduciendo la pobreza. Sin embargo, los indicadores de desigualdad no cambiaron de
tendencia. Tanto así, que las diferencias de ingreso absolutas entre ricos y pobres, pero
también entre todos los demás estratos económicos, aumentaron significativa y
persistentemente (ver cuadro Nº1). Ello ha generado últimamente presiones re-
distributivas, que en menor o mayor grado han influido en las políticas económicas de los
gobiernos de la Concertación12.
12
Los programas de la oposición, especialmente en la última elección presidencial, igualmente ofrecían
medidas orientadas a paliar las diferencias de ingreso.
de la China y la India, puede perdurar en el tiempo- y las fuertes presiones re-distributivas,
están generando incertidumbre con respecto a la respuesta del gobierno frente a esos
desafíos. Tal incertidumbre está afectando la tasa de inversión y por ende, la de crecimiento
económico. Esto puede derivar en un círculo vicioso muy parecido a aquél que describimos
anteriormente y que el país sufrió durante gran parte del siglo XX.
BIBLIOGRAFÍA
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Gained or Lost Ground" in Aninat, E., A. Solimano and N. Birdsall eds. Distributive
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Larraín Bascuñán, Felipe (2007) “Cuatro millones de pobres en Chile: actualizando la línea
de pobreza”, mimeo PUC, diciembre.
13
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Lüders, Rolf (1998) “The comparative economic performance of Chile: 1810-1995”, en
Estudios de Economía, Volumen 25, Nª2, diciembre.
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Prados. L. (2005) "Growth, inequality and poverty in Latin America: historical evidence,
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Rodríguez, Francisco (2007), “Cleaning up the kitchen sink: growth empirics when the
world is not simple”, Wesleyan Economic Working Papers Nr 2006-004, Wesleyan
University, mayo.
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