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suspensión
Entonces, si a día de hoy estos sistemas pueden funcionar de modo autónomo durante maniobras
como el estacionamiento, y existen sistemas de suspensión adaptativa para conseguir el mejor
resultado en cada condición del terreno o tipo de conducción… ¿cuál es el siguiente paso?
En cuanto a las mejoras relativas a la dirección de los coches, hemos visto una evolución que nos
lleva desde las tradicionales direcciones mecánicas, direcciones hidráulicas o direcciones
electrohidráulicas, hasta terminar en las actuales direcciones eléctricas, donde a pesar de toda
la gestión electrónica, sigue existiendo una unión mecánica entre el volante y la cremallera de
dirección, algo que llega a desaparecer en la dirección Steer-by-wire.
Esta tecnología, en la que la electrónica gana peso sobre las piezas mecánicas, sí es ya habitual
en el sistema de aceleración, donde no encontramos el cable del gas, el cual unía tradicionalmente
el pedal con la mariposa o la bomba inyectora. Así, en la actualidad el cable ha desaparecido y en su
lugar se colocan sensores angulares que miden la posición del pedal; esa información es
recibida por un procesador, el cual abre por medio de un motor actuador la mariposa del gas, o envía
señal al calculador de inyección (en el caso de los Diésel).
Volviendo a los avances en la dirección, los sensores en el volante miden los movimientos por
parte del conductor. Esta información es enviada a uno o hasta tres procesadores, los cuales
controlan actuadores en la dirección con el fin de mantener la dirección del vehículo en
concordancia con los movimientos del conductor, haciendo desaparecer la unión mecánica entre
volante y cremallera, generando mayor rendimiento, automatización, confort, y mejor
optimización del espacio.
Para garantizar la seguridad de estos sistemas, que dependen de manera absoluta en la gestión
electrónica, en los vehículos que usan esta tecnología se usan hasta tres procesadores, y
también están provistos de un embrague que unirá el volante con la cremallera en caso de que se
detecte algún error o fallo en el sistema.
Avances en los sistemas de suspensión
En lo que a la suspensión respecta, durante los últimos años se han mejorado enormemente los
sistemas de suspensión adaptativa y sistemas de control de balanceo. Así, los sistemas
neumáticos han evolucionado hasta el punto de convertir el coche en un todoterreno o en un
deportivo, aumentando o disminuyendo la altura libre al suelo así como el tarado de la suspensión a
voluntad del conductor. En modo automático, el mismo sistema se encarga de ir “leyendo” la
carretera para detectar las irregularidades y así anticiparse y adaptarse a las circunstancias. Unos
radares situados en el frontal del vehículo envían las lecturas del firme al calculador de la
suspensión, que determina según los parámetros programados, la mejor configuración
instantánea de suspensiones.