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PAPELERAS

2)Celulosa Puerto Piray (Misiones). Cuestionada por vecinos por falta de tratamiento de
efluentes. Tecnología: utiliza cloro elemental.

Admiten que Celulosa Puerto Piray contamina


Lo dijo el subsecretario de Obras y Servicios Públicos, Oscar Perrone.

Oberá. Refiriéndose al tema de las papeleras y aun informe publicado dias atrás por un diario
dominical nacional, el Subsecretario de Obras y servicios públicos, Oscar Perrone señaló que
“mi opinión personal es que cualquier instalación de estas trae problemas, es cierto que las
mismas con antiguos procesos son muy contaminantes, pero no debería haber contaminación
con la tecnología y procesos que hoy se cuenta”.
Como ex Decano de la Facultad de Ingenieria comprometido en el tema años atrás sostuvo
que “en Misiones hay 3 papeleras y hay que reconocer que una de ellas al menos es
contaminante que es Celulosa Puerto Piray, nosotros en la Facultad de Ingeniería- cuando
estaba al frente de la misma- realizamos un trabajo de relevamiento y se detectó
irregularidades”.
Acotó que “la planta de Piray es del año 28 con un proceso muy antiguo que nunca se renovó.
Sin embargo, cuando desde el gobierno se cerró la misma, los empleados salieron a cortar las
rutas en defensa de su trabajo, aunque creo que hay que tomar una decisión respecto a esto,
no se si va a pasar mucho tiempo para que se vuelva a clausurarse, porque creo sigue en las
mismas condiciones”.
Explicó que “lamentablemente, muchas veces los malos empresarios utilizan al personal como
escudo, antes de beneficiar a toda la población, y mientras tanto siguen adelante con su
negocio. Las otras dos papeleras, por lo que sé, están en condiciones y no contaminan”.
No obstante, el funcionario remarcó en declaraciones a FM Litoral que “cualquier proceso
industrial tiene afectación sobre el medio ambiente, eso es un hecho, pero hay que minimizar
esos impactos ambientales hasta donde se pueda, realizar controles sistemáticos siempre”

Techo para Escuela Normal


Respecto a la colocación del techo de la Escuela Normal Superior n 4 de esta ciudad, que
desde el año pasado mantuvo por varios meses a los alumnos de la misma en distintos
lugares con el dictado de clases, explicó que “ se comenzará en marzo con las obras , ahora
en febrero se llamará a licitación, enero nos sobrepasó el trabajo en la Dirección de
arquitectura con el trabajo en 10 hospitales y aparte el comienzo de la feria, de todas
maneras, creemos que tanto el techo, su ampliación hacia la zona de los baños y mejorar
esas instalaciones sanitarias se va a hacer”, remarcó.
Aguas necesarias
Perrone mencionó que en cuanto a obras para lograr agua potable para la población “se sigue
con el trabajo en Panambi, El Soberbio también tiene un grave problema y en eso se trabaja
en un proyecto al igual que el de Alba Posse, Santa Rita y 25 de mayo”.
“Tenemos que ver el financiamiento Nación- provincia- municipios, como se lleva adelante. El
tema de la falta de agua es un grave problema, la población rural es grande y dispersa y no
siempre es factible llegar a todos, la demanda supera la oferta de trabajo que podemos
otorgar y encima el clima no nos acompaña con estos veranos calurosos de los últimos 3
años, pero estamos trabajando en ello”, mencionó.

3)Papel Misionero (Misiones). Cuestionada por ambientalistas por falta de tratamiento de


efluentes. Tecnología: TCF.

Paraguay denuncia a la Argentina por papeleras contaminantes

La Secretaría del Ambiente de Paraguay presentó una denuncia formal ante la Fiscalía de
Estado de ese país. Pide que determinen el grado de contaminación que producen las
papeleras en el río Paraná, compartido por ambas naciones. Aseguran que el establecimiento
industrial tomado como testigo operaría con una tecnología obsoleta y contaminadora. Las
empresas cuestionadas son Alto Paraná (Puerto Esperanza, provincia de Misiones); Papel
Misionero (Capioví, Misiones); Celulosa Campana S.A. y Celulosa Puerto Piray.

En Argentina hay varias gigantescas papeleras, que utilizan para su provecho grandes
extensiones de bosque y extraordinarios volúmenes de aguas. Algunas de ellas están en
manos de empresas multinacionales; aquí una lista de las 11 principales: 1) Alto Paraná
(Misiones). 2) Celulosa Puerto Piray (Misiones). 3) Papel Misionero (Misiones). 4)Celulosa
Campana S.A. (Buenos Aires). 5)Papel Prensa (Provincia de Buenos Aires). 6) Massuh
(Provincia de Buenos Aires). 7) Productos Pulpa Moldeada (Río Negro). 8) Papelera del
Tucumán (Tucumán). 9) Papelera del NOA (Jujuy). 10) Ledesma (Jujuy). 11) Celulosa
Argentina (Santa Fe).

El Ministro de la Secretaría del Ambiente paraguayo, Alfredo Molinas, finalmente solicitó a la


Fiscalía General de Estado de ese país que investigue "si existe no contaminación" por parte
de los establecimientos industriales de Misiones, que elaboran pasta celulósica, "poniendo en
riesgo al ambiente y a las personas que habitan en la comuna de Carlos Antonio López,
departamento de Itapúa, Paraguay, a partir del vertido, sin tratamiento previo, de efluentes
industriales que -entienden-, contaminarían con sustancias tóxicas al río Paraná", según
consta en la denuncia que presentó este viernes 17 en Asunción. La denuncia parte de la
verificación que el propio Molina realizó en el lado argentino del río Paraná, en proximidades
de las fábricas, donde existen actividades de contaminación, según dice el escrito que elevó
ante la Fiscalía de Estado de su país, donde también invocó el delito tipificado en el artículo
203 del Código Penal de Paraguay, que trata los hechos punibles contra la seguridad de las
personas frente a riesgos colectivos. Una fuente de la Secretaría del Ambiente estatal aseguró
que de detectarse contaminación, habrá que identificar a los responsables del delito, aunque
la denuncia expresa que es "contra personas innominadas".

Por otra parte, once grandes empresas argentinas usan tecnología contaminante, según
denunciaron ambientalistas locales. Estas papeleras son las que, silenciosamente hasta
ahora, vienen produciendo y en muchos casos, según denuncias, contaminando en la
Argentina. Las más conflictivas son Alto Paraná y Celulosa Puerto Piray, en Misiones;
Celulosa Argentina, en Capitán Bermúdez; Ledesma, en Jujuy; y Papelera del Tucumán.

Este último caso es el único donde cabe anotar una victoria en la lucha por preservar el medio
ambiente, ya que la Cámara Federal de Tucumán dispuso el procesamiento de los directivos
de esa empresa. En la otra historia que enseñan estas papeleras, el problema de la
contaminación no se reduce a la tecnología empleada (el debate central en torno de las
plantas de Uruguay) sino que, aun antes de que haya empezado a funcionar la primera
máquina, empieza en el desastre ambiental que pueden causar las plantaciones de pinos
foráneos -como se denuncia en Misiones- o en las enfermedades causadas por el bagazo
usado como materia prima -como se denuncia en Jujuy-. Las denuncias sobre Misiones
ejemplifican la "piedra libre" que las empresas estarían en condiciones de lograr, no sólo por la
inacción de las autoridades reguladoras sino por la extorsión de hecho a la que pueden ser
sometidas las poblaciones cuando sus fuentes tradicionales de subsistencia -por caso el
cultivo de yerba mate- les han sido sustraídas.
No a las papeleras
El uruguayo Ricardo Carrere forma parte de la ONG Guayubira, que viene sosteniendo una
consecuente oposición a la instalación de las plantas de celulosa de Botnia y Ence en Fray
Bentos -que incluyó la presentación de una carta abierta al gobierno uruguayo firmada por
decenas de investigadores universitarios-. Este ambientalista efectuó una investigación en la
provincia de Misiones, donde observó que "en Papel Misionero hay una contaminación
tremenda del río; apenas han puesto una redecita para que no se note la espuma". Pero la
planta que más interesaba a Carrere era Alto Paraná, que utiliza una tecnología de blanqueo
(parcialmente libre de cloro) similar a la que emplearán las fábricas de Fray Bentos. Empezó
por advertir el "lamentable estado del río, donde los peces han desaparecido, las aves brillan
por su ausencia y el aire huele a huevo podrido". Además, el ambientalista se detuvo en un
problema que no depende de la tecnología de blanqueo: el reemplazo de la biodiversidad
propia de la selva misionera por uniformes plantaciones de pinos: "El sector forestal insiste en
llamar 'bosques' a los monocultivos de árboles: intentan convencer de que están llevando una
'reforestación' pero estas plantaciones no tienen nada en común con un bosque y menos aún
con la enormemente diversa selva misionera", comentó Carrere. Un ejemplo serían los efectos
causados por "el polen de los pinos: tratándose de grandes masas de árboles de una o dos
especies, todos florecen en la misma época y desprenden enormes cantidades de polen,
generando problemas respiratorios y alérgicos". Otro efecto ecológico impensado es "la
invasión de mosquitos": porque "el alto consumo de agua por las plantaciones de pinos hace
desaparecer a las ranas, que controlaban la población de mosquitos", explicó Carrere.

Esto se articula con las manifestaciones de vecinos del triángulo formado por las localidades
de Puerto Esperanza, Puerto Libertad y Wanda, donde viven unas 40.000 personas, en las
proximidades de la planta Alto Paraná.

Todos ellos pidieron reserva de sus nombres. Es que, según uno de ellos, "al principio yo
denunciaba mucho pero tuve que dejar de hacerlo cuando empecé a recibir amenazas y la
familia me puso un freno". Este vecino advirtió que "Alto Paraná desmonta hasta la orilla de
los cursos de agua y así las aguas se contaminan con agrotóxicos y algunos arroyos, sin la
protección del bosque, se secan". Otro vecino afirmó que "cuando se corrió la bola de que
compraban tierras, hubo una estampida de colonos queriendo venderles la chacra: por la
yerba, que fue hace unos años el oro verde, ahora no pagan más que 18 centavos el kilo; y lo
mismo pasa con el té, con los citrus". Un tercer vecino contó, al diario argentino Página 12,
que "en los cítricos se forman pintitas negras, las mandarinas se secan. Tengo tres árboles de
mandarina y ninguno está dando fruta; los vecinos más viejos dicen que, antes de la fábrica,
no era así". Este vecino vive al sur de la planta, adonde "cuando hay viento norte, el olor se
siente muchísimo más fuerte. Es nauseabundo". Y "en los lugares del Paraná donde arrojan el
desecho, el río cambia de color, toma un color amarillento, hay peces muertos, qué sé yo qué
echan ahí".

Y, en cuanto a las personas, "aumentaron mucho las enfermedades respiratorias y también


las de la piel, y hay mucha gente con distintos tipos de cáncer", según afirman los vecinos.
"Hay mucha gente con asma, todos los problemas respiratorios se agudizan", aseguran. Pero
"ni los médicos ni nadie quiere hablar -sostuvieron-; los efectos ambientales no se pueden
demostrar porque el Ministerio de Ecología jamás hizo un estudio, y, si lo hizo, nunca
conocimos los resultados".

Según denuncian los vecinos misioneros, "estas empresas tienen piedra libre: en Celulosa
Puerto Piray, hace seis años, el Ministerio de Ecología llegó a labrar un acta por falta de
tratamiento de efluentes, pero la empresa amenazó con cerrar la planta y, como todo el pueblo
depende directa o indirectamente de ella, la gente misma pidió levantar la medida".
www.ecoportal.net

@DIN - Agencia Digital de Noticias


http://www.adin-noticias.com.ar

4)Celulosa Argentina (Santa Fe). La tecnología que usa es una incógnita. Los ambientalistas
dicen que el proceso es con cloro elemental, la empresa lo niega. Es denunciada por
contaminar el aire y el río Paraná. Provoca mal olor.

Celulosa, una amenaza constante para el Cordón Industrial

Si bien la papelera es una importante fuente de trabajo para los habitantes de Capitán
Bermúdez, al mismo tiempo implica una amenaza a las vidas de los pobladores de esa
localidad como también del Cordón Industrial. Los vecinos que se animaron a hablar,
patrocinados por un grupo de abogados, realizaron una presentación judicial para que la
empresa, de capitales uruguayos, detenga la contaminación. El gobierno, por su parte, salió a
responder a la justicia sobre los controles. Ésta es la historia de una pastera “a la argentina”.
Fuente: SM

Este es el caso de la papelera Celulosa Argentina, ubicada en la localidad de Capitán


Bermúdez (controlada por FANAPEL Investment Corporation compañía uruguaya en la que
tiene participación el ex presidente de ese país, Julio M. Sanguinetti) que no cumple con las
normas de defensa del ecosistema, porque si bien la estrategia propagandística de la empresa
es la preservación del medioambiente, no se la pone en práctica. La emanación de gas
mercaptano, las lluvias ácidas y la expulsión al río de efluentes clorados producen efectos
adversos para la salud de los bermudenses y provoca una constante corrosión en autos,
elementos de zinc y metales en general.

Por este motivo estudio jurídico rosarino presentó una demanda contra Celulosa Argentina, en
la que le solicita a la justicia que arbitre las medidas necesarias para que se paralice
inmediatamente la actividad contaminante.

La presentación fue realizada a instancias de los vecinos de barrios linderos a la planta fabril,
patrocinados por los doctores Germán Candini, Alejandro Echevarne y Florencio Fernández,
quienes conformaron un cuerpo interdisciplinario de asesores externos, entre los que figuran
la Arq. Mirtha Fuentes (representante de la UNR ante la Comisión de Ecología Municipal y
Miembro de Honor del Instituto de Derecho Ambiental del Colegio de Abogados) y el Dr.
Carlos Mussio (médico intensivista).

El recurso ambiental se presentó en el Juzgado de Primera Instancia Civil, Comercial y


Laboral de la 1º Nominación, a cargo de la Dra.Gladis López, y en él se pide una serie de
medidas cautelares que -según trascendidos- la justicia haría lugar.
El amparo fue presentado en el marco de la Ley General de Ambiente, que creó precisamente
la figura jurídica del Amparo Ambiental y, también, se basó en los artículos 41 y 43,
incorporados en la Constitución Nacional en la reforma del año 1994.

Pruebas que datan de un año atrás

La recolección de pruebas comenzó hace un año cuando, producto de emanaciones


provenientes de la industria cuestionada, se produjeron las evacuaciones de dos escuelas de
la ciudad, donde tanto alumnos como vecinos sufrieron algún tipo de trastorno y tuvieron que
recibir atención médica. En esa oportunidad, no se detectaron graves consecuencias para los
afectados.

Con relación al episodio del pasado año, el recurso ambiental expresa que “como
consecuencia de la permanente exposición al medio generado por Celulosa, los vecinos
padecen daños en su integridad psicofísica, tales como alteración en la epidermis, irritación en
la conjuntiva de los ojos, intoxicación en hígado y riñones, alergias dérmicas y respiratorias,
presencia de metal en sangre, cefaleas y desmayos”. Estas afirmaciones están acompañadas
por los certificados médicos correspondientes, adjuntados al expediente.

Entre los fundamentos del amparo, se sostiene que la presentación judicial resultó inevitable a
partir de la negativa “de la empresa papelera a exhibir a la justicia competente el Certificado
de Aptitud Ambiental que la Secretaría de Estado de Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable
de la Provincia extiende a quienes satisfacen los requisitos exigidos por la ley para poder
funcionar en la actividad del rubro”.

En cuanto a la situación del aire, los vecinos solicitaron la intervención del Instituto Nacional
de Tecnología Industrial (INTI), para que sea un organismo oficial el que determine el posible
grado de contaminación que se produce, y no una empresa privada como ocurre en la
actualidad, como así también que se repitan las auditorías ambientales y monitoreos de aire
fuera de la planta como también en distintos puntos de la ciudad.

Los vecinos aclararon que el cese de la actividad contaminante no implica “el cierre de la
planta” y solicitaron a la justicia entre otras cosas que se le pida a la empresa el legajo
completo de habilitaciones, junto con el certificado de aptitud ambiental total o restringida, de
acuerdo a la ley provincial de medio ambiente.

En otro párrafo del escrito, los representantes legales de los vecinos le solicitaron a la justicia
la presentación de un plan de contingencia, emergencias y evacuación, para el caso de algún
siniestro: “Hay que recordar que cuando se produjeron los escapes el año pasado, se llevó a
cabo una autoevacuación y fueron la Municipalidad (de Capitán Bermúdez) y las fuerzas de
seguridad las que organizaron a la gente, mientras la empresa no decía nada de lo que estaba
pasando”, sostuvo el Dr. Germán Candini.

Recordando el pasado

Entre el 28 y el 29 de junio de 2005, los ciudadanos de Capitán Bermúdez tuvieron que


padecer una de sus peores jornadas como consecuencia de la presencia de un elemento (gas
mercaptano) en el aire proveniente del funcionamiento -a modo de prueba- de un nuevo
equipamiento por parte de la empresa (instalada en la ciudad en el año 1929).

La Escuela Pública Nº 6.381 y el Colegio Nuestra Señora de los Milagros fueron evacuados y
varios alumnos tuvieron que recibir atención médica. En ese momento, la empresa no realizó
ningún tipo de explicación pública y sólo se limitó a informar a las autoridades de la escuela
religiosa que no había ningún peligro, ya que sólo era producto de la utilización de un nuevo
equipamiento, con el objetivo de mejorar la calidad del medio ambiente.

Sin embargo, el texto del amparo judicial expresa que “se sigue con la utilización del cloro
elemental en el proceso de blanqueo de la pasta del papel, método absolutamente resistido y
obsoleto por su agresividad al Medio Ambiente”. Y agrega: “Su tecnología resulta
ostensiblemente inferior y consecuentemente más nociva que aquella alternativa propuesta
por Botnia en su planta de Fray Bentos (Uruguay), hoy tan resistida por el gobierno nacional
ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos de La Haya”.

¿La vida o el empleo?


Los casos de afecciones pulmonares y reacciones alérgicas han crecidos a niveles
preocupantes.

Si bien muchos bermudenses denuncian los problemas de contaminación ocasionados por


Celulosa, hay quienes prefieren callar para preservar su fuente laboral. Es en estas ocasiones,
cuando se debe cuestionar qué tiene más valor: la vida de los habitantes de la localidad o la
preservación de la fuente laboral.

Ambas podrían convivir, si existieran los correspondientes controles del Estado, mediante una
política de desarrollo ambiental sustentable.

Respuesta del Gobierno a la Justicia


En las últimas horas, el Secretario de Medio Ambiente de la Provincia, Marcelo Terenzio,
confirmó a un canal de cable rosarino que tuvo que responder a un oficio judicial sobre los
controles en la planta de Celulosa Argentina.

Terenzio dijo que se realiza todo tipo de control en la provincia, ya sea en celulosas,
frigoríficos y otras industrias, y que aquellos que no se encuentran en orden son sancionadas
conforme a la ley.

El funcionario también afirmó que para el año próximo la planta industrial utilizará en su
proceso elementos libres de cloro para que el impacto ambiental sea el menor posible.

De esta forma, el gobierno provincial cumplió con su obligación ante una presentación legal
llevada a cabo por vecinos de Capitán Bermúdez para saber si existe algún tipo de
contaminación generada por la celulosa.

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