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Proceso Económico

En esta época, la primera escuela de economistas, no pudo rechazar la tierra, ya que la


consideraban como única fuente de riqueza. Se dieron 3 tipos de cambios, la tierra tenía que
convertirse en objeto de comercio, ser poseída por propietarios privados con plena libertad
para comprarla y venderla, esta tenia que ser propiedad de hombres dispuestos a producir
mercancía y venderla en el mercado y que una parte del sector rural contribuyera afuera de
la actividad agrícola a la economía.

El tamaño de la tierra era limitado, por lo que las áreas más fértiles, les pertenecían a
propietarios que gozaban de unos beneficios especiales. La clase trabajadora rural carecía
de importancia. En ese entonces había que terminar con los mayorazgos y demás
prohibiciones de venta o dispersión que afectaban a las grandes propiedades de la nobleza y
someter a los propietarios de tierras al castigo de la bancarrota por incompetencia
económica, lo que permitiría a otros compradores con más potencial ganárselas.

Un aspecto muy importante fue la liberación del campesino de vínculos y deberes no


económicos como lo son villanaje, servidumbre, pagos a los señores, trabajo forzado,
esclavitud, etc. Esto tendría puntos a favor. Pues el jornalero libre, abierto al incentivo de
mayores ganancias, demostraría ser un trabajador más eficiente que el labrador forzado,
fuera siervo, peón o esclavo.
Las reformas de 1780 y 1790 terminaron el feudalismo en Dinamarca, pero sus principales
beneficiarios no fueron los terratenientes, sino los campesinos, estimulados después de la
abolición de los campos abiertos a consolidar sus franjas de terreno en propiedades
individuales. En Dinamarca el ganado se duplicó en el último cuarto del siglo XVIII, pero
con el rápido crecimiento de la población, cada vez más campesinos pobres no encontraban
trabajo.

En Francia, la abolición del feudalismo fue obra de la revolución. La insistencia de los


campesinos y el jacobinismo impulsaron la reforma agraria hasta más de lo que esperaban
los paladines del desarrollo capitalista. Por eso Francia, no llegó a ser ni un país de
terratenientes y cultivadores ni de granjeros comerciales, sino sobre todo de varios tipos de
propietarios, que serían las bases para los siguientes regímenes políticos. En la mayor parte
de la Europa latina, en los Países Bajos, Suiza y Alemania occidental, el fin del feudalismo
fue obra de los ejércitos franceses de ocupación, decididos a «proclamar inmediatamente en
nombre de la nación francesa... la abolición de los diezmos, el feudalismo y los derechos
señoriales», o de los nacionales liberales que colaboraron con ellos o se basaron en ellos.
En 1799, la revolución legal había conquistado los países
limítrofes con la Francia oriental y del norte y el centro de Italia, limitándose muchas veces
a completar una evolución ya avanzada.

La Revolución francesa no fue la única fuerza que contribuyó a una completa reforma de
las relaciones agrarias. El argumento económico a favor de una utilización racional de la
tierra impresiono mucho a los déspotas ilustrados del periodo prerrevolucionario, y pro
dujo soluciones muy parecidas. En el Imperio de los Habsburgo, José II
termino con la servidumbre y secularizó muchas propiedades rústicas de la Iglesia
entre 1780 y 1790.
Aquellos tres factores: influencia de la Revolución francesa, argumento económico racional
de los trabajadores libres y codicia de la nobleza, determinaron la separación de los
campesinos de Prusia entre 1807 y 1816. La influencia de la revolución fue decisiva, sus
ejércitos habían acabado a Prusia, lo que demostraba la impotencia de los viejos regímenes
que no adoptaban los métodos modernos, es decir, los seguidos y adquiridos por los
franceses.

Desgraciadamente para la teoría económica liberal, la redistribución de tierra en gran escala


no produjo la clase de propietarios o granjeros emprendedores y progresistas estimada.

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